“LA HERENCIA”.
CAPÍTULO OCTAVO.
Jueves, 12 de octubre de 2017.
Cien sonetos de amor
“Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas:
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.
vacilé por las calles y las cosas:
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.
Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.
Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,
todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos”.
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos”.
*Pablo Neruda /Antes de amarte amor / Cien Sonetos de
amor.
“Perdón por aprender a quererte tanto en tan poco
tiempo.
Pero eras aquello que nunca busqué, pero siempre necesité”.
José de Espronceda.
Pero eras aquello que nunca busqué, pero siempre necesité”.
José de Espronceda.
“Ella te hizo esa cicatriz ¿verdad? No, esa cicatriz me
la hizo el tiempo.
Ella sólo me provocó la herida”. Víctor de la Hoz.
Ella sólo me provocó la herida”. Víctor de la Hoz.
“Y es que el amor no necesita ser entendido,
sólo necesita ser demostrado”. Paulo Coelho.
sólo necesita ser demostrado”. Paulo Coelho.
Cuando Pedro a la mañana más tarde despertó
en su cama, ya que contra todo pronóstico sus padres no lo estaban cuando
llegó, lo primero que hizo es ver si tenía alguna llamada perdida, pero no.
No la tenía.
ELEGÍA DEL RECUERDO IMPOSIBLE.
“Qué no daría yo por la memoria
de una calle de tierra con tapias bajas
y de un alto jinete llenando el alba
(largo y raído el poncho)
en uno de los días de la llanura,
en un día sin fecha.
Qué no daría yo por la memoria
de mi madre mirando la mañana
en la estancia de Santa Irene,
sin saber que su nombre iba a ser Borges.
Qué no daría yo por la memoria
de haber combatido en Cepeda
y de haber visto a Estanislao del Campo
saludando la primer bala
con la alegría del coraje.
Qué no daría yo por la memoria
de un portón de quinta secreta
que mi padre empujaba cada noche
antes de perderse en el sueño
y que empujó por última vez
el 14 de febrero del 38.
Qué no daría yo por la memoria
de las barcas de Hengist,
zarpando de la arena de Dinamarca
para debelar una isla
que aún no era Inglaterra.
Qué no daría yo por la memoria
(la tuve y la he perdido)
de una tela de oro de Turner,
vasta como la música.
Qué no daría yo por la memoria
de haber oído a Sócrates
que, en la tarde la cicuta,
examinó serenamente el problema
de la inmortalidad,
alternando los mitos y las razones
mientras la muerte azul iba subiendo
desde los pies ya fríos.
Qué no daría yo por la memoria
de que me hubieras dicho que me querías
y de no haber dormido hasta la aurora,
desgarrado y feliz”.
de una calle de tierra con tapias bajas
y de un alto jinete llenando el alba
(largo y raído el poncho)
en uno de los días de la llanura,
en un día sin fecha.
Qué no daría yo por la memoria
de mi madre mirando la mañana
en la estancia de Santa Irene,
sin saber que su nombre iba a ser Borges.
Qué no daría yo por la memoria
de haber combatido en Cepeda
y de haber visto a Estanislao del Campo
saludando la primer bala
con la alegría del coraje.
Qué no daría yo por la memoria
de un portón de quinta secreta
que mi padre empujaba cada noche
antes de perderse en el sueño
y que empujó por última vez
el 14 de febrero del 38.
Qué no daría yo por la memoria
de las barcas de Hengist,
zarpando de la arena de Dinamarca
para debelar una isla
que aún no era Inglaterra.
Qué no daría yo por la memoria
(la tuve y la he perdido)
de una tela de oro de Turner,
vasta como la música.
Qué no daría yo por la memoria
de haber oído a Sócrates
que, en la tarde la cicuta,
examinó serenamente el problema
de la inmortalidad,
alternando los mitos y las razones
mientras la muerte azul iba subiendo
desde los pies ya fríos.
Qué no daría yo por la memoria
de que me hubieras dicho que me querías
y de no haber dormido hasta la aurora,
desgarrado y feliz”.
¨Jorge Luis
Borges /
Bs. As.,
Provincia.
__Papá, ya ni siquiera te veo, no vienes a
casa, ¿acaso te vas a instalar en el hotel? _demandó Fabián mientras desayunaba
con su padre.
__No hijito, cómo se te ocurre, es solo al
comienzo, necesito que me conozcan y corroborar que sean empleados confiables
__afirmó Guillermo sorbiendo el café mientras la mente volaba a Pedro__. Menos
pienses que dejaré la abogacía, es solo por unos días.
__Pa, entonces déjame ir con vos, dormir allá
unos días.
__No hijo, no por ahora, pensarán que voy a
llevar a todos a vivir gratis allá, no es lo que corresponde, aunque seas mi
hijo, más adelante.
__Bueno, al menos déjame ir a almorzar o
cenar un día con vos _pidió Fabián.
__Está bien, te avisaré __respondió Guillermo
volviendo a pensar en Pedro, en su trabajo y su relación actual.
__Papá, Ana dice que no puede estar sin vos,
que prefiere morir, que se va a matar.
__Déjala, es un gusto que se quiere dar, que
lo haga, tiene derecho, que lo haga.
__Papá, no seas cruel.
__No lo soy, es su decisión, es su vida hijo, yo me divorcié porque no la
amo, no sé qué pretende luego de una sentencia __. En pocos días estaré de
regreso hijo, en el estudio me necesitan y vos también lo sé, lo prometo.
__Bueno, papá, entiendo, igual gracias por haber venido hoy,
al menos pasé un rato con vos.
Te quiero.
__Yo te quiero, boludín.
__Boludín vos.
Ciudad autónoma.
__Duele
todo, hasta el aire que respiro Guille,
duele sin contemplación cada espacio de mi alma aunque soy el culpable de
mi dolor, eso duele, porque pude evitarlo y me enfrasqué en vivir a ciegas sin
pensar que el dolor llegaría y eso sí que duele.
Duele
esta soledad que me entristece, el silencio que abunda en cada rincón de mi
vida… ¡todo duele! hasta verte a los ojos porque puedo sentir vergüenza
al decirte tantas cosas que no fueran ciertas.
Amarnos,
fue nuestro pecado, múltiples deseos, cómplices del silencio de una vida que
calla sus verdades. Siento que guardas demasiados secretos Guillermo, pero tu
gente te quiere, te respeta, aun en el hotel donde apenas te conocen.
Caminos
furtivos de misterios, destinos de soledades hemos recorrido tal vez por demasiado tiempo. Amarnos, fue
nuestra odisea, palabras humedecidas por placer que arrebataban besos entre los egos del alma.
Distancias
que añoran suspiros, cercanías que olvidan pasiones. Amarnos, fue el preámbulo
de tormentas, provocando la ausencia de nuestro amor hereje en un mañana que no
nos pertenece. Amarnos, se nos hace esquivo en los pasos marcados del tiempo.
Hoy
es un día lluvioso, un día perfecto para el amor… hoy es un día hermoso, tu día
mí día… Tú y yo… en perfecta armonía.
Hoy
es un día en que tu presencia brillará a falta del sol, hoy tu cuerpo arderá en
el mío, tu risa alegrará mi corazón, y tu mirada traviesa hará más intensa mi
pasión por ti.
Hoy
es un día lluvioso, un día perfecto para el amor… la lluvia al caer será
hermosa melodía
para nuestro idílico romance. Y yo… te amaré, callaré tus gemidos de pasión cubriendo tu cuerpo de besos infinitos que nos lleven a la cúspide del placer eterno donde el amor y nuestras almas son una en el universo. Hoy haremos de este día lluvioso, un día maravilloso,
Yo te haré mío y seré tuyo ofreciendo con frenesí nuestro amor al cielo de nuestras ilusiones, dejando que las nubes sean cómplices amigas de nuestro inefable y pasional amor.
para nuestro idílico romance. Y yo… te amaré, callaré tus gemidos de pasión cubriendo tu cuerpo de besos infinitos que nos lleven a la cúspide del placer eterno donde el amor y nuestras almas son una en el universo. Hoy haremos de este día lluvioso, un día maravilloso,
Yo te haré mío y seré tuyo ofreciendo con frenesí nuestro amor al cielo de nuestras ilusiones, dejando que las nubes sean cómplices amigas de nuestro inefable y pasional amor.
Te
contaré cosas hermosas de la vida y embelesado escucharás los ecos de tu
amante, quedarás dormido en mi pecho con
la mirada plena de pasión y susurrando suave, dulcemente en mi oído, dirás…
hazme tuyo hasta el delirio, que no me importa morir entre tus brazos.
Te
abrazaré con todas mis fuerzas, te amaré cual río impetuoso desbordado para
terminar dormido junto a ti, acurrucado en mi hogar, en tu tibio pecho.
Entonces
aparecerá el sol en nuestro cielo intentando descubrir ansioso y con recelo nuestro
momento mágico de éxtasis sublime… pero las nubes, tú y yo guardaremos el
secreto de amor
de un día lluvioso… un día perfecto para el amor. Es lo que deseo, pero ni me llamas ni estarás en el hotel, lo sé, lo supe y aun así me entregué a ti, no pude evitarlo.
de un día lluvioso… un día perfecto para el amor. Es lo que deseo, pero ni me llamas ni estarás en el hotel, lo sé, lo supe y aun así me entregué a ti, no pude evitarlo.
La
lluvia muerde, la ciudad está viva; en el espacioso cielo de mi mente
vislumbro una lágrima estrangulada en
tus pupilas, que viaja sosegada, perdiéndose lentamente en el
abismo de alguna lejana pena.
Por
la tarde recibió un llamado de su amigo Pupeto, para poder hablar con él sin
tapujos se encerró en su habitación y
entre susurros fue respondiendo a todas sus preguntas.
__Increíble, Pupeto, ¡increíble! Nunca nadie me ha hecho
disfrutar del sexo tanto como él. Guillermo es… es tan… es tan… es único.
Pedro
y el Pupeto solían hablar de sexo con total naturalidad. No con todos los
amigos podía hablar de aquello, pero con Pupeto, por alguna extraña razón así
era. Este le preguntó:
__Pedro,
pero ¿qué te ha hecho ese tío?
Pedro
al recordarlo, suspiró encantado.
__Todo
lo que puedes imaginar adornado con placer, ternura, morbo, deleite, locura y
sabiduría. Pero…
__ ¿Pero?
__Siempre
hay una excusa _susurró__. Creo que su interés por mí, tras lo ocurrido anoche,
se ha acabado. Lo he llamado varias veces y no me atiende. Le mando
mensajes y no me contesta. Sin duda,
consiguió su propósito y ya pasa de mí.
__!No
jodas!
__No…,
justamente en este momento no lo hago __se burló Pedro a pesar del malestar que
le rondaba por el cuerpo al intuir que él ya no querría saber más nada de su
existir.
Media
hora después, cuando la conversación se agotó, y Pedro se despidió y colgó,
sintió un gran vacío. Quería hablar con él. Necesitaba escuchar su voz y eso lo
molestó.
¿Por
qué se colgaba de él sabiendo lo que imaginaba?
Pensó
en llamarlo, pero no. Nunca se había arrastrado ante un tipo, y no pensaba
hacerlo ante este precisamente.
Si
él daba el tema por finiquitado tras la cama, debería aceptarlo y no protestar.
Al fin y al cabo, él ya sabía que aquello no llegaría a ninguna parte.
Más
tarde, cuando llegó a trabajar, él no estaba esperándolo donde siempre. Eso le
hizo saber que lo que pensaba era verdad. Guillermo ya no quería ni verlo. Se
lo comentó a Diego y este se apenó de él. Diego aún creía en los cuentos de
príncipes. Lo mejor era continuar en su trabajo y olvidarse de todo.
Definitivamente aquélla era la mejor opción.
Pero
cuando lo vio entrar en el restaurante del hotel, sin poder remediarlo armándose de valor, llenó una taza de café,
se cuidó de no echarle azúcar y, cuando vio que se sentaba a una de las mesas
junto a las grandes cristaleras, se plantó ante él y cuchicheó al ver que nadie
podía oír.
__Espero
que lo pasara tan bien como yo, señor. Y tranquilo, ya capté el mensaje. No
seré una molestia para usted.
Guillermo
lo miró. Él que durante esas horas había hecho esfuerzos sobrehumanos para no
llamarlo a pesar de haber leído sus mensajes, dijo:
__ ¿Qué
mensaje has captado?
Mirándolo
con cierto recelo, afirmó:
__Seré
joven, pero no tonto, y sé cuando alguien, tras conseguir su propósito, no
quiere saber nada más.
Incrédulo
porque Pedro pensara eso, sin importarle si alguien lo oía, aclaró:
__Entonces
siento decirte que yo no he lanzado ese mensaje. Si no te llamé ni contesté tus
mensajes fue para darte espacio, porque no quería agobiarte. Además he ido a
ver a mi hijo. Anhelo poseerte otra vez, me vuelvo loco por volver a tenerte
desnudo entre mis brazos, pero solo te pediré una cosa, no vuelvas a irte de mi
cama sin avisar. ¿Captas ese mensaje?
Somos
ramas del mismo árbol, de la misma hoja verde, donde las gotas del cielo se
unen, donde siempre encuentro el infinito apoyado en tu beso, boca de nube de
cielo dulce, cálida tu mirada al pose tranquilo de mis labios sobre tu ardiente.
Ojos
de profundo mar, dulzura en tu boca, cobijo que engalana el reventar de tu
jardín escondido bajo tu vientre, flores que estallan la fragancia, sábanas que
se arrugan al juego de nuestras pieles, magia que empapa tu fuego húmedo.
Luciérnaga
que alumbras el cantar del perfume de mis palabras, ola de sol que alumbras las
melodías escondidas en mis labios, labios descalzos que nadan en las aguas
termales de tus olas, donde la arena fina se conjura y forma corazones.
Hombre
de mundo, hombre de misterio, desaparecido el presagio termino
arropado en tus besos, donde un vago resplandor avivará en mis sienes el
recuerdo de cada suspiro de tu boca, procelosos tus mares, trémulo jadeante que
estremece el velo que cubre nuestros labios unidos.
Este
canto de mi cama es una broma que le perdono a la noche.
A
las siete el adiós renacía en tu sofá, el amor roía los verbos no
acariciados por nuestra estrofa piel y el camino es un respiro que
nos arrastra.
Me
astillas el centro íntimo de tus truenos y no, no sé envejecer
desquiciado de tu cama, broma que le perdono a la noche. Ya estás onces de la
noche ya han sido tantas veces
las once de la noche y en las maderas muchas voces reniegan mi teclado en herejía.
las once de la noche y en las maderas muchas voces reniegan mi teclado en herejía.
Tantos
rostros habitan este amor que todo su sabor se resume en mi pecho de canas
que hoy es mi cuarto a solas.
Este
pensar no es original, sigue siendo tan solo un plagio a tu cabello, a tu
respiración que expande mi renglón mientras dormitan los silencios en las
flores hiladas de tus almohadas.
No,
no lo he dicho yo y acepto lo incompleto que corre por los inciensos tan libres
de tus cabellos, casi dormidos, casi mis dedos, nunca no podré copiar tus
asombros con la misma prisa con que los incendias.
Sí,
te he fallado y este llamado ha sido otro plan fallido de seducción.
Pero los tridentes de tu aroma me exigían encantar tu sueño que apenas podía deletrear.
Pero los tridentes de tu aroma me exigían encantar tu sueño que apenas podía deletrear.
Soy
un hombre en tus sueños. En la permanencia de octubre o tatuaje de la respiración si arrulla esta tinta tan vida de este jueves que llamó
tu sed sangre.
Pensar
el vos obliga mi explosión en la estrofas oscuras de tu cabellos. Y si recuerdo
tus ojos
enumero tus mundos apenas creados. Hoy mi vida te convoca en este mes de soles inabarcables. Soy la cigarra que canta transmutándose de rosa a clavel, de amapola a azalea, de rododendro a ciudad.
enumero tus mundos apenas creados. Hoy mi vida te convoca en este mes de soles inabarcables. Soy la cigarra que canta transmutándose de rosa a clavel, de amapola a azalea, de rododendro a ciudad.
Sorprendido
por las palabras y declaraciones, lo miró, Guillermo al comprobar su
desconcierto, al ver la taza que le tendía, preguntó:
__
¿Crees que debo fiarme de este café?
Con
una encantadora sonrisa con hoyuelos, Pedro asintió con la cabeza. Guillermo,
sin apartar los ojos de él, lo tomó, se lo llevó a la boca y dio un trago.
Cuando sus labios se separaron de la taza con una sugerente sonrisa, susurró:
__Gracias,
Pedro. Es tan exquisito como vos.
Congestionado
por el mar de sentimientos que bullían en su interior, sonrió y se alejó.
Minutos después, se acercó hasta su amigo Diego.
__Quiere
volver a quedar conmigo __murmuró.
__Enhorabuena,
qué menos.
Juntos
entraron en las cocinas con varios platos en las manos. Una vez que los
hubieron dejado en el fregadero salieron a una terraza trasera para fumarse un
cigarrillo y Diego preguntó:
__
¿Realmente qué es lo que pretendes con él, además de tener sexo otra vez?
__ ¿Yo?
__Sí,
tú.
Mientras
se retiraba un mechón de la cara, Pedro
dio una calada a su pitillo y, tras expulsar el humo, respondió:
__Simplemente
quiero pasarlo bien con él, nada más.
Diego
carcajeó. Aunque Pedro no lo admitiera, ese hombre le gustaba y más. Se le veía
en la cara. Divertido, cuchicheó:
__Es
un bombón. Tan alto, potente, tan educado, tan perfecto…
__Tan
anticuado y estructurado __se burló suspirando.
__No
es anticuado, Pedro. Es solo que tiene una edad en la que no se va con
pantalones ni gorras ladeadas, cielo.
Ese hombre es un caballero inglés y no solo en el vestir, sinceramente, los
trajes le sientan mejor que al mismísimo presidente.
__Diego,
¿te encuentras bien? __se guaseó Pedro tras oírlo, pues el presidente era lo
máximo para su amigo.
__Perfectamente.
__Suspiró __.Solo pienso que ese es el tipo de hombre que me encanta, pero
nada… se prendó de ti.
Alegre
por el comentario, Pedro soltó la risa y dijo para molestarlo:
__Es
tremendamente ardiente en la intimidad.
__Eso…
Tú ponme los dientes largos.
No
pudieron continuar. El jefe de sector apareció, les recriminó su pérdida de
tiempo y ellos rápidamente, entre risas, regresaron a sus trabajos.
__
Esa noche, se volvieron a ver. Guillermo lo recogió en la puerta de su casa y juntos se dirigieron directamente al ático.
Pedro
apoyado en el pecho de Guillermo, olvidado del chofer, susurró:
Libero
las palomas que me llaman tu grafiti en la flor de tu barbilla, en la metáfora
curva de tu cuello. Pensar en ti me obliga a que te cante sin palabras, sin
caligrafía, con los fuegos y esquirlas. Tu sonrisa cimenta el origen, cosmos diario de
tu sabor conmigo.
Mi
ángel de partituras y bemoles, alas armónicas al temple y compás me hicieron
feliz como tu intérprete en finas notas.
Prolongación de triadas a mi ritmo forjaron en númenes tu colibrí de aladas plumas sobre tu tibia fuente al diapasón de mi ya rasgado herir. Con mi sinfónica corchea a ti volé al ser un suave vals siempre en armonía extendí mi música al son de amantes.
Prolongación de triadas a mi ritmo forjaron en númenes tu colibrí de aladas plumas sobre tu tibia fuente al diapasón de mi ya rasgado herir. Con mi sinfónica corchea a ti volé al ser un suave vals siempre en armonía extendí mi música al son de amantes.
Do,
re, mi, fa, sol, la, sí… Resurrección y
escalé tu pentágrama en frenesí, izarme en canción por un beso tuyo.
Esta
vez, Guillermo comenzó a besarlo en el ascensor, y en el descansillo de la
vivienda ya estaban medio desnudos.
__Bésame
en cada latido y con cada suspiro, de mi corazón... Bésame y llévame
al cielo, y en cada vuelo, logra que pierda la razón. Besa cada parte de
mi cuerpo y que en mi universo, solo existas tú. Bésame, tan solo
bésame y en cada beso demuéstrame tu amor. Bésame y déjate llevar, que
de todo lo demás me encargo yo. Bésame y llévame contigo o solo ven y
quédate conmigo en mi habitación. Bésame muy suavemente y después
apasionadamente, hagamos el amor. Bésame mientras me acaricias y yo beso
tu sonrisa, llena de emoción e ilusión. Bésame muy suavemente y calma
esta pasión, que me tiene a punto de ebullición, tan solo bésame olvidémonos
de todo a nuestro alrededor y simplemente hagamos el amor. Bésame mientras
fundimos nuestros cuerpos, desbordados de deseo y llenos de pasión.
Bésame y excita mis sentidos, escucha mis latidos, que gritan cuánto te amo. Bésame, simplemente bésame
y entreguemos todo a este amor. Me vuelves loco, Pedro, jamás me sucedió.
__Guille,
sueño de mis sueños, fantasía hecha realidad. Bésame en la boca con esos labios
rojos que calman mi sed y me apasionan. Déjame recorrer tu cuerpo con besos y
caricias, déjame extasiarme en ti hasta el amanecer porque estando contigo el tiempo es
infinito y al mismo tiempo es solo un instante dentro de la eternidad.
Abrázame y dejemos que el tiempo transcurra como único testigo de nuestro amor, porque el tiempo es nuestro y nuestro es el amor. Cuando te beso siento que mi corazón
salta de emoción. Tus besos son mi alimento y tu cuerpo mi obsesión, mira cuántas estrellas brillan en esta noche como celebrando nuestro amor. En tu mirada me deleito y en tu cuerpo me pierdo cuando hacemos el amor. Guille, cuánto quisiera perpetuar este instante y que el mundo solo sea de los dos. Tus labios me reclaman el beso, mi alma siente la vida con infinita pasión de un noble caballero, junto a los míos, con delicadeza.
Toda mi boca se completa la vida llena de amor que será historia, de fuegos presentes.
caricias, déjame extasiarme en ti hasta el amanecer porque estando contigo el tiempo es
infinito y al mismo tiempo es solo un instante dentro de la eternidad.
Abrázame y dejemos que el tiempo transcurra como único testigo de nuestro amor, porque el tiempo es nuestro y nuestro es el amor. Cuando te beso siento que mi corazón
salta de emoción. Tus besos son mi alimento y tu cuerpo mi obsesión, mira cuántas estrellas brillan en esta noche como celebrando nuestro amor. En tu mirada me deleito y en tu cuerpo me pierdo cuando hacemos el amor. Guille, cuánto quisiera perpetuar este instante y que el mundo solo sea de los dos. Tus labios me reclaman el beso, mi alma siente la vida con infinita pasión de un noble caballero, junto a los míos, con delicadeza.
Toda mi boca se completa la vida llena de amor que será historia, de fuegos presentes.
Ebrio
de solo ilusiones por sentimiento, sin luces, de noche, de brillos claros de
tus pupilas que me guían, mi cuerpo extiende las nerviosas manos y mi espacio
vital, ¿navega en las estrellas?, temblor en mi lenguaje por ser tu amante
perfecto mirando al etéreo celeste sin dejar de soñarte. La noche es nuestra,
en mí aparece tu encanto.
Yo bendigo la noche del amor sin fin. Mis cansados ojos ardiendo. Tenue tu piel que enamora a mi ser, sobre mi lengua nacen las palabras que te visten naciendo el mejor sabor y sentimiento a alba que nos dan vida eterna.
Yo bendigo la noche del amor sin fin. Mis cansados ojos ardiendo. Tenue tu piel que enamora a mi ser, sobre mi lengua nacen las palabras que te visten naciendo el mejor sabor y sentimiento a alba que nos dan vida eterna.
__ ¿Qué
me dirías, si desease pasar la noche acariciando tu pecho con las puntas de mis
yemas y estas, se pasearan por tu tez de terciopelo con sus plegarias,
bajo tus sábanas de seda?
¿Qué
me dirías, si hiciese en tu espalda un verbo, que empezará en tus nalgas y
acabase en tu cuello y en su terciopelo, firmase con mis labios las
mejores dedicatorias de mis besos?
¿Qué
me dirías, por ser el culpable de hacer brillar con intensidad tus
pupilas, o que ese brillo en tus retinas es para las mías como dijo un
genio un día, que son poesía?
¿Qué
me dirías, si bajo un techo de estrellas, yo te dijera que tú eres la que más
luce de todas ellas y si preguntas, dirán que no son nada si tú no estás
cerca, o si te digo que a tu lado mi amor, me convierto en un dios?
¿Qué
me dirías si esta noche paro el tiempo y me entretengo con tu cuerpo y en
ese mundo de cuento desato la pasión, cada vez que entre mis manos te tengo?
¿Qué
me dirías, si te pidiese escribir en tu piel con mis dedos una historia de
amor,
un dulce fonema, que detallase quién eres, en cada una de sus letras?
un dulce fonema, que detallase quién eres, en cada una de sus letras?
__Que
lo hagas, que hagas todo lo que prometes, cielito lindo.
__Escucho
una música, de algún lugar viene, escolta mi tristeza. La noche golpea la
serenidad de la luna, el viento es tambor repicando, entre las puertas y las
negras manos de las sombras, acarician mis verbos. Mi madre cose con blanco
dedal, armada de pensamientos antiguos y sonrisa que delata su frágil alma mientras
la música ronda nuestras soledades.
Los
caídos párpados de las estrellas reflejan melancolía, un perro ladra en la
calle, el vino amargo de tus besos restaña mis labios y la música se fatiga con
la sorda ausencia del aplauso. Con el pétreo
deseo de ver una esquina de tu piel me hundo en la raíz de mis tormentos, apago el cigarrillo y respiro lento, hasta el
inmemorial instante que vuelva a sentir.
La
música se detuvo justo al momento que penetraste la puerta, entonces ya era
todo alegría, es lo que hoy sentí al verte, Guille.
__Ahí
la humanidad pasa imprudente, a los cuales llaman a sus almas obstinadas, ahí
por la vereda en la cual viajo desolado y mutilado del espíritu.
Mi demencia no posee cuerpo ni materia, arriba radiante y el cielo se pinta de azul y nos ofrece la magia del amor, como es grato el emigrar de los espíritus y de las almas.
Ahí donde están los rosales que jamás mitigarán el dolor de mi alma, la cual descansa infinitamente en el corazón fuera de mi pecho.
Ahora estoy aquí por el laberinto de las sombras, con mis brazos libres en la senda del amor en el momento en que llegue el amanecer con la terrible ilusión de ver mi cuerpo mutilado.
Mi demencia no posee cuerpo ni materia, arriba radiante y el cielo se pinta de azul y nos ofrece la magia del amor, como es grato el emigrar de los espíritus y de las almas.
Ahí donde están los rosales que jamás mitigarán el dolor de mi alma, la cual descansa infinitamente en el corazón fuera de mi pecho.
Ahora estoy aquí por el laberinto de las sombras, con mis brazos libres en la senda del amor en el momento en que llegue el amanecer con la terrible ilusión de ver mi cuerpo mutilado.
Solo
vos alejas el dolor, la soledad, el vacío en que me dejaban mis relaciones
pasadas.
Y
como un príncipe bello y encantado entraste tibio en mi vida en aquella
hermosa noche estrellada. Me amaste entre misterios y te fuiste hasta la
próxima luna llena y bebe los recuerdos de mi boca, me dijiste. Dejaste tu perfume en mi almohada y te fuiste en
fatal silencio en la dulce y naciente madrugada. Dejaste un grito de amor desesperado y sus sonidos en
mi alma dentro de mi puro corazón enamorado. Dejaste el aroma tibio y dulce del
amor hijo de los misterios de las ardientes noches, solo de los dos.
Dejaste
en la voz de tus silencios dulces promesas de tu amor que en la madrugada, se
llevaron los vientos. Dejaste, rizos pegados en mi pecho con tus lágrimas de
cristal de tu amor y tu pasión, y mi corazón deshecho. Dejaste, hermosos
recuerdos en mi vida y cuando la luna se apiade de la noche volverás a mí, mi
bello muchacho consentido.
Dejaste
la pasión de tus besos en mi piel y la huella del rosedal de tu boca con tu
aroma y aliento, que sabe a miel. Bello de mi amor de los misterios y como la
tibia luna de mis noches
ella te dirá de mi amor, y que yo te quiero. Cada momento, cada instante de amor, con vos se va. Mañana, mi amor de los misterios, otro momento de apasionado amor te llegará.
ella te dirá de mi amor, y que yo te quiero. Cada momento, cada instante de amor, con vos se va. Mañana, mi amor de los misterios, otro momento de apasionado amor te llegará.
__No
es así, nadie como tú llegará nunca más.
Tu
amor me seduce hasta lo más profundo de mi ser, dejando tus besos en mi
piel.
Sigo tu sendero y no deseo parar porque siento tu calor en mi corazón, en mi mente y en mi piel. Siento tu amor en cada sonrisa y esa mirada que quema mi piel.
Dejando tu perfume en cada mañana que me cautiva en cada despertar al sentir tus besos dentro de mi piel. El tiempo me regaló tu amor y no te imaginas lo feliz que me siento, que tus besos de miel quemen a cada instante mi piel. Viviré y moriré junto a ti sintiendo tus besos y caricias quemando mi piel.
Sigo tu sendero y no deseo parar porque siento tu calor en mi corazón, en mi mente y en mi piel. Siento tu amor en cada sonrisa y esa mirada que quema mi piel.
Dejando tu perfume en cada mañana que me cautiva en cada despertar al sentir tus besos dentro de mi piel. El tiempo me regaló tu amor y no te imaginas lo feliz que me siento, que tus besos de miel quemen a cada instante mi piel. Viviré y moriré junto a ti sintiendo tus besos y caricias quemando mi piel.
La
curvilínea figura de Pedro fue para
Guillermo el desafío, el holograma de luna, sol, estrellas y mares,
brisa, y arena, perfiles y recodos, sin sitios que quisiera dejar sin explorar
ni conquistar. Los labios succionaron los ajenos, posaron su tinta en las
comisuras, trazaron regueros húmedos desde las sienes a la barbilla, luego la
línea de la mandíbula, de la clavícula hasta mordisquear y saborear el lóbulo
de la oreja, siguieron por las brazos y laderas, chuparon cada dedo, pasearon
el pecho, bebieron rocío dulce de los pezones, descendieron carreteras en el
abdomen hasta beber la piel y el agua que poblaba el ombligo y siguieron camino
abajo hasta adentrarse en los secretos más
íntimos, saboreando las masas redondas, sopesando su forma, bebiendo el
rocío del deseo, exprimiendo la fuente, deglutiendo la simiente, empapando cada
átomo, embebiendo cada molécula sin reparo del fruto del amor acunando el
éxtasis, esperando el propio, sediento de amor de tan divina criatura.
Se
vio reflejado en los ojos marrones y entrelazó las manos, Pedro le sonrió y
Guillermo sintió su abrazo estrecho. Los cuerpos vibraron al sentirse en el
uno, se sopesaron y acunaron orgasmos en el regazo.
Pasó
y enterró la mano por y en su cabello húmedo. No pudo evitar la baja espalda,
sintieron escalofríos cuando las manos se posaron en las firmes montañas que
delimitaban las nalgas.
De pronto sus ojos, miraron los café canela, los labios gruesos buscaron sedientos de amor a los finos que siempre apagaban los deseos cuando eran presa del mismo calor...
Aún con la ropa puesta en los cuerpos los dos identificaron la misma necesidad. El frecuente roce del miembro erecto pedía en silencio que se dieran más.
Le besó en el cuello y en las comisuras, mas qué tenían esos labios gruesos que eran imán para el beso total, el ávido, el voraz, el que violaba la oscuridad del óculo hasta respirar el mismo aire, hasta agonizar en el último recoveco con pulso.
Susurró a su oído quinientos te amo. Lascivas las manos, aún buscaban más.
De pronto sus ojos, miraron los café canela, los labios gruesos buscaron sedientos de amor a los finos que siempre apagaban los deseos cuando eran presa del mismo calor...
Aún con la ropa puesta en los cuerpos los dos identificaron la misma necesidad. El frecuente roce del miembro erecto pedía en silencio que se dieran más.
Le besó en el cuello y en las comisuras, mas qué tenían esos labios gruesos que eran imán para el beso total, el ávido, el voraz, el que violaba la oscuridad del óculo hasta respirar el mismo aire, hasta agonizar en el último recoveco con pulso.
Susurró a su oído quinientos te amo. Lascivas las manos, aún buscaban más.
Escuchó
un gemido brotar de la boca de Pedro, esta lo besaba con gran frenesí, diciendo
sin palabras: “te amo”, ya quiero ser tuyo, solo y para siempre tuyo. Quítame
la ropa, dame tu existir.
Movimientos
lentos y quitó la camisa, Pedro movió el
cuello, el cabello y encontró la mirada, Guillermo la sostuvo, hasta desear
morderlo y beber la piel, la misma sangre, recorriendo con la lengua ansiosa, despacio a esa hora ya pezones erectos
anhelantes de darse, torturando uno con dientes y mordiscos, el otro entre
índice y pulgar.
Volaron
pantalones y bóxeres, se enlazaron extremidades, anudando los cuerpos en la
piel fundida, con mucha premura se quitaron vergüenzas, se despojaron de
pudores y al fin las siluetas amoldaron cada pieza y la totalidad.
Aún de pie los dos, Guillermo besó la espalda, lamió desde la nuca a los talones, adorando las nalgas, con las manos delante en turgentes cumbres, una traviesa buscando el vientre y del fuego mutuo encendieron la mecha. Suavemente Pedro se volvió lamiendo el cuello, y fue descendiendo más y más reclamando el sabor de la piel, Guillermo lo vio de rodillas tomando en sus manos el mayor de sus deseos, la misma felicidad. Cerró sus ojos y fue bello sentirlo, paseando el deseo contra cada rincón del cuerpo y al abrir los ojos ver ese bello rostro, y verse entrando y saliendo de los bellos gruesos labios rojos.
Aún de pie los dos, Guillermo besó la espalda, lamió desde la nuca a los talones, adorando las nalgas, con las manos delante en turgentes cumbres, una traviesa buscando el vientre y del fuego mutuo encendieron la mecha. Suavemente Pedro se volvió lamiendo el cuello, y fue descendiendo más y más reclamando el sabor de la piel, Guillermo lo vio de rodillas tomando en sus manos el mayor de sus deseos, la misma felicidad. Cerró sus ojos y fue bello sentirlo, paseando el deseo contra cada rincón del cuerpo y al abrir los ojos ver ese bello rostro, y verse entrando y saliendo de los bellos gruesos labios rojos.
Yo
solo decía -sigue, sigue, más.
Tomó
su carita y la levantó. Guillermo lo abrazó rodeando el cuerpo, lo colocó de
espaldas, puso las manos contra la pared e inició el ritual final besando las
nalgas.
Después la cintura quedó entre sus manos, las piernas abiertas, la intimidad anhelando, al fin Pedro sintió el ingreso del pulsátil deseo en estocada firme y precisa que lo atravesó.
Cerró los ojos, abrió la boca, gimió feliz de esa realidad, cuando se elevó y cayó una y mil veces ante el vaivén mágico de embestidas y besos, el vuelo al infinito en el empalme en ese deseo, elevándose ambos al unísono hasta salir del universo hacia el centro del sol, donde se fundieron en uno, energía y estallido en polvo de estrellas para caer en la muerte del electo final en éxtasis divino, de un alma, un ser.
Después la cintura quedó entre sus manos, las piernas abiertas, la intimidad anhelando, al fin Pedro sintió el ingreso del pulsátil deseo en estocada firme y precisa que lo atravesó.
Cerró los ojos, abrió la boca, gimió feliz de esa realidad, cuando se elevó y cayó una y mil veces ante el vaivén mágico de embestidas y besos, el vuelo al infinito en el empalme en ese deseo, elevándose ambos al unísono hasta salir del universo hacia el centro del sol, donde se fundieron en uno, energía y estallido en polvo de estrellas para caer en la muerte del electo final en éxtasis divino, de un alma, un ser.
Se
amaron en cada rincón, de todas las maneras y las por inventar, en una noche
que fue colosal.
Y
así pasaron una semana. Se veían todas las noches en el piso y hacían el amor
de todas las formas y modos posibles. Nada los paraba. Eran insaciables. Dos
guerreros del sexo, y como tales lo disfrutaban.
Pero
los días se sucedían rápidamente y Pedro, intranquilo, no quería preguntarle
por su marcha. Guillermo vivía en la provincia y tenía otro trabajo, otra
familia que era su hijo, tarde o temprano el día de su partida llegaría: solo
con pensarlo se le encogía el corazón.
__ ¿Qué
iba a hacer sin él?
En
esta carta, breve y concisa, dejo bien claro lo mucho que te amo, recuerdas aquel día,
cuando entre risas, cantos y bromas, nuestras miradas se encontraron, y en un tímido abrazo, tus labios y los míos, por fin susurraron, qué recuerdo tan bello, y qué dicha la mía, fue entonces que nació el amor, y como dos chiquillos, corrimos de flor en flor, quizá después de algunos años llegue a comprender que si lo miro bien, la belleza es poca cosa ante tu figura
y por lo que a mí toca, convencido de lo que digo, belleza y amor, van de la mano contigo.
cuando entre risas, cantos y bromas, nuestras miradas se encontraron, y en un tímido abrazo, tus labios y los míos, por fin susurraron, qué recuerdo tan bello, y qué dicha la mía, fue entonces que nació el amor, y como dos chiquillos, corrimos de flor en flor, quizá después de algunos años llegue a comprender que si lo miro bien, la belleza es poca cosa ante tu figura
y por lo que a mí toca, convencido de lo que digo, belleza y amor, van de la mano contigo.
Hombre
mío, palabra enorme destinada a un
masculino con historias relevantes, en un concepto de hombría por
manifiestos tenaces en el momento de actuar, con palabras seguras
envueltas en sinceridad con un manejo transparente, mostrando su hombría de
bien con un machismo intelecto como muestra de fortaleza, al dominar un
estado real de respeto y autoridad, llámese masculino o viril por ser adepto
al sexo, determinación de varón
y cabalmente dispuesto a ejercer con honor, actos de gran destreza
dejando sentado fuertemente que ser hombre de honor requiere ser masculino, con
título de hombría, y para mí, siempre lo serás tú, Guillermo.
__
El
fin de semana en que Pedro estaba de franco lo dedicaron a hacer algo de
turismo. Pedro lo recogió en la puerta del hotel seguro de que la propuesta le
encantaría.
Recorrieron
museos, basílicas, y parques, el planetario, y Palermo, a Guillermo le encantó
absolutamente todo. Aquello era cultura viva.
Mientras
caminaban de la mano por las empedradas y estrechas calles del mágico barrio
perdido, Pedro vio una pareja de músicos callejeros y, tirando de Guillermo,
llegaron hasta ellos.
Abrazado
a él, escuchaba cantar a la chica. La letra mencionaba un amor eterno, para
toda la vida.
Embobados,
todos los que estaban oyendo entonar esa bonita pieza a aquella mujer de unos cuarenta
años, acompañada solo por una guitarra de su compañero, se movían lentamente al
compás de la música. Aquella romántica canción era una maravilla, cuando
Guillermo oyó a Pedro canturreando, le preguntó:
__ ¿Conoces
este tema?
Pedro
asintió.
__A
mi padre le encanta. Le regalé un disco de música brasileña que salió hace unos
años y la interpretaba Rosario Flores. Si mal no recuerdo, creo que se llama
“sé que te amaré.” __Y con gesto pícaro, propuso__: ¿Bailas conmigo, Guille?
__No.
Yo no bailo, miro solamente. Baila vos.
“Sé Que Te Voy a Amar.
Sé
que te voy a amar
toda la vida entera voy a amar
y en cada despedida voy a amar
desesperadamente sé que te voy a amar.
Y cada verso te dirá que sin dudar
sé que te voy a amar toda la vida entera.
toda la vida entera voy a amar
y en cada despedida voy a amar
desesperadamente sé que te voy a amar.
Y cada verso te dirá que sin dudar
sé que te voy a amar toda la vida entera.
Yo sé que lloraré
en cada despedida lloraré
y cada vez que vuelvas calmaré
todo lo que tu ausencia me causó
yo sé que sufriré
la eterna desventura de querer
tener tu amor por siempre junto a mí
toda la vida entera.
en cada despedida lloraré
y cada vez que vuelvas calmaré
todo lo que tu ausencia me causó
yo sé que sufriré
la eterna desventura de querer
tener tu amor por siempre junto a mí
toda la vida entera.
Y cada verso te dirá
que sin dudar sé que te voy a amar
toda la vida entera.
que sin dudar sé que te voy a amar
toda la vida entera.
Yo sé que lloraré
en cada despedida lloraré
y cada vez que vuelvas calmaré
todo lo que tu ausencia me causó
yo sé que sufriré
la eterna desventura de querer
tener tu amor por siempre junto a mí
toda la vida entera.
en cada despedida lloraré
y cada vez que vuelvas calmaré
todo lo que tu ausencia me causó
yo sé que sufriré
la eterna desventura de querer
tener tu amor por siempre junto a mí
toda la vida entera.
Toda la vida entera”...
__Por
favor…
Guillermo
lo miró y rápidamente negó con la cabeza.
Pero,
Pedro sin hacerle caso, lo abrazó y, mirándolo a los ojos, comenzó a bailar
lentamente y al final él lo siguió y sonrió. Pedro lograba hacer con él lo que
se proponía. Un par de segundos después, otra pareja que había a su lado los
imitó y, tras ellos, otras, divertido, Pedro murmuró:
__Ves,
Guille. No pasa nada. La gente baila, se besa y se ama libremente manifestando
sus sentimientos y nadie se escandaliza por ello. Y, si lo hacen, es su
problema, no el nuestro.
__Siempre
fui muy reprimido, desde chico, jamás pensé en tener una relación amorosa con
un hombre, jamás, hasta que…
___
¿Hasta?
Guillermo
sonrió. Sin duda él tenía razón, lo contempló mientras lo abrazaba y bailaban
en plena calle.
__O
Pedro, sos increíble.
__ ¿Hasta?
No escapes.
__Hasta
que conocí a Juan, el hombre que me sacó del closet, no importa ahora.
Cuando
la canción terminó, todos aplaudieron, y Pedro, al ver que aquella pareja vendía
un cedé, le preguntó a la mujer si en él se incluía el tema.
__Sí,
cariño. Está en la pista número dos __respondió.
Feliz
de saberlo, Pedro sacó su billetera y lo compró. La mujer, encantada, al
entregarle el cedé le dijo, mirándolo:
__Gracias,
joven. __Luego observó a Guillermo y añadió__: Gracias, señor.
Guillermo,
con una sonrisa, asintió con la cabeza y, cuando se alejaron de ella, Pedro le
entregó el cedé.
__Toma.
Para que cuando no estés te acuerdes de mí.
Aquel
detalle a Guillermo le tocó el corazón. Pedro, al igual que él, pensaba en su
marcha del hotel, en que pronto se tendrían que separar, pero no decía nada.
Aquello era algo que debía solucionar. Pero no sabía cómo. No resultaba fácil.
Encantado
con aquel gesto, tomó el cedé que Pedro le tendía y, tras besarlo emocionado
murmuró:
__Gracias,
cielito.
Aquella
demostración de afecto lo hizo sonreír y se mofó.
__
Dios, ¡qué fuerte! Te estoy echando a perder. ¡Me has besado en la calle! ¡Qué
escándalo!
El
comentario hizo reír a Guillermo.
__Bésame
otra vez. Lo necesito _exigió tomándolo entre sus brazos, Guillermo.
Lo
hizo entusiasmado y, cuando separó la boca de la de Guillermo, este lo
despeinó.
__Me
gustas mucho, quizá demasiado, Guille.
Ambos
se miraron a los ojos y Pedro, consciente de lo que había dicho, para romper
aquel momento de ñoñería pura y dura, preguntó.
__
¿No te aburre ir siempre vestido con traje?
Guillermo
se encogió de hombros.
__Siempre
visto igual, pero sin corbata. ¿Por qué me iba a aburrir?
__ ¿Pero
no tienes unos míseros jeans y una camiseta básica?
Guillermo
sonrió.
__La
verdad es que en casa, para cuando estoy solo. Dejé de usar jeans el día en que
pisé tribunales y…
__ ¿Sabes?
__lo cortó __: Me encantaría verte con unos vaqueros, unas zapatillas de
deporte y una camiseta. Debes se estar guapísimo.
__No
es mi estilo. __Luego, lo observó y preguntó__: ¿No te gusta cómo visto?
Sin
ganas de polemizar, Pedro sonrió y aclaró:
__Vamos
a ver cómo te digo esto sin que lo tomes a mal. Estás guapo con los trajes,
pero pareces siempre un señor serio, respetable y ejecutivo. Con el cuerpo que
tienes, estoy seguro de que unos jeans con una camiseta o camisa te tienen que
quedar de lujo. Es más, seguro que te quitan años de encima.
Sorprendido
por aquello, planteó:
__ ¿Me
estás llamando viejo, atorrante?
__No.
No te llamo viejo. Pero hasta la cantante te ha llamado señor y solo tienes
cincuenta años, apenas algo más que yo.
__Muchos
más que vos y es que soy un señor__ afirmó.
Pedro
puso los ojos en blanco y, dispuesto a hacerse entender, insistió:
__Lo
eres. Claro que lo eres, pero solo digo que podrías actualizarte un poco en lo
que al vestir se refiere. No tienes por qué ir todos los días con traje y,
menos un día como hoy, en el que no has tenido que trabajar.
Al
ver su cara de pilluelo, él sonrió. No era la primera vez que se lo decían y,
consciente de que Pedro llevaba razón, preguntó:
__ ¿Me
acompañas a una tienda de ropa?
Asintió
encantado y, mientras tiraba de él, propuso:
__Vamos.
Déjame aconsejarte y te aseguro que vas a estar guapísimo.
__Miedo
me das __se mofó divertido.
Llegaron
hasta la zona más comercial de Avenida
Santa Fe tomados de la mano. Allí entraron en varias tiendas, y Guillermo, por
darle el gusto, se probó mil vaqueros. Se negó a comprarse unos que se llevaban
caídos. Por allí no pensaba pasar. Era un señor.
Finalmente
cambió el traje oscuro que llevaba por unos vaqueros Levi·s que le sentaban de
maravilla, una remera básica gris y unas zapatillas de deporte del tono de la
remera.
Satisfecho
por el cambio que había dado, ambos se contemplaron en el espejo.
__ ¿No
estoy haciendo el ridículo con esto? __preguntó Guillermo.
El
dependiente, al oírlo, sonrió y respondió por Pedro.
__Le
sienta muy bien esa ropa, joven. Ya les gustaría a muchos tener su percha.
Sorprendido
porque el dependiente hubiera respondido, y en especial porque le hubiera
llamado joven en vez de señor, Guillermo miró a Pedro y este, encantado afirmó:
__Lo
dicho, joven. Estás guapísimo.
Con
el traje, la camisa, la corbata y los zapatos metidos en una bolsa, y otros
jeans y un par de camisas en otra, salieron de la tienda de la mano y, al pasar
por una peluquería, Pedro expuso:
__ ¿Me
permites sugerirte el último cambio?
Guillermo
suspiró.
__Mientras
no me pidas que me tiña el pelo de rojo.
__Dime
que sí… Dime que sí, por favor.
Guillermo
lo miró.
__ ¿Por
qué no puedo decirte que no a nada? __preguntó __: ¿Por qué me dominas así?
Pedro
sonrió y, mimoso, respondió consciente de lo que decía.
__Porque
tú me dominas en la cama. Y te dejo.
Al
oír aquello, él sonrió con picardía y, contento con todo lo que estaba pasando,
murmuró:
__De
acuerdo… Entraremos en la peluquería. Pero a cambio, además de dominarte en la
cama., a partir de este momento y hasta que regreses a tu casa, solo fumarás
tres cigarrillos, ¿aceptas?
__ ¿Solo
tres?
__Solo
tres. Fumar no es bueno para la salud _afirmó convencido.
__Otro
como mi madre. ¡Qué cruz!
Tras
soltar sendas carcajadas, encantado lo empujó dentro de la peluquería. Habló
con el peluquero sobre lo que quería para él y, una vez hubo acabado y este se
miró en el espejo, con gesto incrédulo murmuró:
__Cuando
me vean en el estudio, les dará algo. O el señor Castillo.
__ ¿Quién
es él?
__Mi
peluquero de toda la vida _respondió Guillermo mirando el corto pelo sin rastro
de gel.
Pero
Pedro estaba feliz. Aquel que tenía ante él era un Guillermo moderno y actual.
Estaba impresionante y pronto él mismo lo comprobó, pues, al salir a la calle,
todas las mujeres que cruzaban con él lo miraban.
__Me
estoy empezando a arrepentir de los cambios _comentó Pedro mirando con rabia a
hombres y damas.
Guillermo
soltó una risa y, besándolo sin impedimentos, murmuró:
__ ¿Celoso?
Tranquilo precioso… Solo tengo ojos para vos.
Pedro
sonrió. Por primera vez lo había llamado precioso. Y eso le gustó, le encantó.
Aquella
noche. Tras el maravilloso día de paseo y compras, cuando regresaron, Guillermo propuso ir a cenar a algún
restaurante, pero Pedro se negó. Pedirían unas pizzas por teléfono. Ya estaba cansado de que todas las mujeres
y ahora algunos hombres lo mirasen y necesitaba sentir su posesión.
Como
era de esperar y él deseaba, en cuanto se desnudaron el Guillermo dominante y
exigente resurgió y, cuando le abrió las piernas a su antojo y lo tomó en cada
sitio para hacerlo suyo, Pedro no se resistió y lo disfrutó.
Tras
un buen maratón de sexo en el que jugaron hasta saciarse, a la madrugada,
Guillermo, con pesar, lo llevó a su casa. Lo despidió en el portal, con un beso
y quedó en verlo al día siguiente en el hotel.
__
Pedro
se quedó observando la nada en el techo.
“¡Corazón!...
Renace en mí vuelve de tu letargo, cura las heridas dejadas cerrando el pasado
amargo. Vuelve a latir, logra que mis sentidos, vuelvan a renacer dando todo de
mí, sin miedo. Sangra de nuevo pero no de dolor, sino por un nuevo amor que
está esperando por ti.
Que
tus latidos vuelvan a retumbar en mi interior, entregándome a ese corazón que
está esperando por mí. Cuando a la mañana salga un sol brillante y la noche
ponga sonoros candados como una paloma que el vuelo levante, tenlo por seguro,
yo estaré a tu lado.
Y si
las gaviotas vagan en el puerto con un mar bravío que encrespa los polos estaré
sembrando mi amor en el huerto, diciéndote, amado: nunca estarás solo. Porque estás
conmigo dentro de mi pecho con tu paz de adentro, con tu luna en calma y en ese
sahumerio que alumbra tu lecho, estarán tus labios besándome el alma.
El campo se viste todo de amarillo. El molino gira porque un calmo viento hizo que el silencio buscara en los grillos, la melancolía de un lejano cuento. Un cuento que dice que un cielo de otoño quedó sin sus hojas porque está estrellado. Porque vio en mis ojos, montañas, retoños, y oyó mi silencio por siempre a tu lado. Cuando las veredas se pinten de historia y el reloj del tiempo me marque las horas tendré la esperanza, tendré la memoria, de Dios, que me acerca distintas auroras. Mas si un día lejano, te me vas de viaje, y los ríos helados queden sin abrigo saldré con lo puesto, nada de equipaje, y sin despedirme, yo me iré contigo.
El campo se viste todo de amarillo. El molino gira porque un calmo viento hizo que el silencio buscara en los grillos, la melancolía de un lejano cuento. Un cuento que dice que un cielo de otoño quedó sin sus hojas porque está estrellado. Porque vio en mis ojos, montañas, retoños, y oyó mi silencio por siempre a tu lado. Cuando las veredas se pinten de historia y el reloj del tiempo me marque las horas tendré la esperanza, tendré la memoria, de Dios, que me acerca distintas auroras. Mas si un día lejano, te me vas de viaje, y los ríos helados queden sin abrigo saldré con lo puesto, nada de equipaje, y sin despedirme, yo me iré contigo.
O serás mi sueño inolvidable aun sabiendo que
es prohibido, no puedo negarle a mi ser el sentimiento insigne,
amor mío. Obstáculos latentes entre nosotros, conscientes de lo incorrecto, el amor no elige
amante y alberga sin interrogante.
El
sentir intenso guarece en lo prohibido, nos conforta encuentros
clandestinos; olvidamos el mundo, solo amamos, momentos de pasiones
felices vibramos. Somos ángeles para todo lo vivido, febriles por tocar
cielo con cariño; llegado el encuentro a escondidas, volvemos al infierno
cruel destino. Al evocar que solo es paulatino, amor ilegal alimentas mi
corazón; sueño imposible e irreal recobra vida, la soledad agita la
pasión prohibida”.
Amor
de mi vida recitaré una melodía con afable sinfonía. Tu existir es bendición,
concedes paz interior; con verbos majestuosos iluminas mi día corazón. Haré realidad tus anhelos. Por el amor que profeso, tu aura haré resplandecer con líneas y sentimiento. No seré Gabriela Mistral o Alfonsina Storni, ni Neruda ni Lorca, soy un soñador que te adora”.
concedes paz interior; con verbos majestuosos iluminas mi día corazón. Haré realidad tus anhelos. Por el amor que profeso, tu aura haré resplandecer con líneas y sentimiento. No seré Gabriela Mistral o Alfonsina Storni, ni Neruda ni Lorca, soy un soñador que te adora”.
“Como
violetas que florecen al pie de mis sentidos, mi sentir conflictivo está
así, Pedro
por causa del amor. El perfume que me embriaga de sus hojas acorazonadas, provoca en mi pecho palpitaciones de fuerza mayor. Sensaciones inevitables incansables a los placeres que al pensarte ceden a ese peligro de estar con vos. En mi mar embravecido se desnudan mis deseos, se debilitan las fuerzas y quiero tocar tu piel.
Cómo no sentir tu aroma si te besé tus cinco sentidos, caminé con mis dedos por tus labios tibios y tomando tu aliento... sigilosamente te guardé en mí.
No puedo evitar sentir el acecho de tu mirada, siento que resbalas en el aceite de mi espalda terminando en el alba de mi calma.
Cómo no escuchar tu nombre, si te metiste en mi cordura para hacer de mí esta locura, que se quema en su pasión. Sensaciones inevitables que queman mi boca sedienta, fisgonean en mis secretos, despiertan el fuego interno de esta olla en ebullición. Solo me encuentro añorando tus caricias exuberantes, ardientes, como buenos amantes, pasábamos la noche amando. Tus besos en mi piel aún arden, en mi boca siento tu sabor, que perdura. Por este amor, ojalá tus brazos me aguarden.
por causa del amor. El perfume que me embriaga de sus hojas acorazonadas, provoca en mi pecho palpitaciones de fuerza mayor. Sensaciones inevitables incansables a los placeres que al pensarte ceden a ese peligro de estar con vos. En mi mar embravecido se desnudan mis deseos, se debilitan las fuerzas y quiero tocar tu piel.
Cómo no sentir tu aroma si te besé tus cinco sentidos, caminé con mis dedos por tus labios tibios y tomando tu aliento... sigilosamente te guardé en mí.
No puedo evitar sentir el acecho de tu mirada, siento que resbalas en el aceite de mi espalda terminando en el alba de mi calma.
Cómo no escuchar tu nombre, si te metiste en mi cordura para hacer de mí esta locura, que se quema en su pasión. Sensaciones inevitables que queman mi boca sedienta, fisgonean en mis secretos, despiertan el fuego interno de esta olla en ebullición. Solo me encuentro añorando tus caricias exuberantes, ardientes, como buenos amantes, pasábamos la noche amando. Tus besos en mi piel aún arden, en mi boca siento tu sabor, que perdura. Por este amor, ojalá tus brazos me aguarden.
Ya
no quiero estas secas noches, llenas de tan triste desolación, ven y calma mi
devastación,
regrésame nuestras noches. Tu boca recorriendo mi piel, tus besos que sabían a rica miel, pero al irte has sido tan cruel, que ahora todo me sabe a hiel. Regresa a mis brazos amor mío, juro que jamás me olvidarás y tus caricias me darás, cuando en tu piel sientas estos besos míos”.
regrésame nuestras noches. Tu boca recorriendo mi piel, tus besos que sabían a rica miel, pero al irte has sido tan cruel, que ahora todo me sabe a hiel. Regresa a mis brazos amor mío, juro que jamás me olvidarás y tus caricias me darás, cuando en tu piel sientas estos besos míos”.
__”No puedo cambiar nuestros mundos. Si se
piensa con egoísmo aunque me ocurra lo mismo lo empiezo y no tengo miedo. Cuida
muy bien tus raíces, otros caminos no
escojas
Si hablas, por qué te enojas, Guille. Cuida muy bien lo que dices. De hablar mal no eres capaz
No lastimas con palabras, cuando tu puerta se abra el tiempo no vuelve atrás.
Si hablas, por qué te enojas, Guille. Cuida muy bien lo que dices. De hablar mal no eres capaz
No lastimas con palabras, cuando tu puerta se abra el tiempo no vuelve atrás.
En
la distancia te siento. Me muero por ti es la verdad. Es mi triste realidad,
por ti mi amor es inmenso. Te amo… tanto
te quiero. Aunque no duerma en tu cama de lejos también se ama si existe un
amor verdadero. Me gustas tal como eres.
Representas para mi vida el mayor de mis placeres. Ven… posa en mí tus labios siempre ausentes, aquellos que tanto ansío en mi desértica vida. Tu real fuego haz circular por mi sangre, como lo haces eterno… en mis sueños. Ven… tus mil y una historias se hagan reales.
Ven… todo tú… amor mío y convénceme… que estás siempre conmigo aun en lejanía.
Ven… que lejanos tus ojos con los míos aun juguetean, y suspirantes mis células se aturden, porque tan solo soy una canción entristecida, procurando alcanzar al violín de tu voz… en sus agudos. Bésame al menos esta noche en mis sueños, en los delirios acostumbrados percibidos a distancia, cuando el viento te reporta a escondidas de nuestra suerte… de nuestra diaria muerte, sin siquiera nuestros dedos se acaricien.
Pero ven porque el ocaso ya dobla y repica sus campanas, en agonías por mi próximo sepelio.
Representas para mi vida el mayor de mis placeres. Ven… posa en mí tus labios siempre ausentes, aquellos que tanto ansío en mi desértica vida. Tu real fuego haz circular por mi sangre, como lo haces eterno… en mis sueños. Ven… tus mil y una historias se hagan reales.
Ven… todo tú… amor mío y convénceme… que estás siempre conmigo aun en lejanía.
Ven… que lejanos tus ojos con los míos aun juguetean, y suspirantes mis células se aturden, porque tan solo soy una canción entristecida, procurando alcanzar al violín de tu voz… en sus agudos. Bésame al menos esta noche en mis sueños, en los delirios acostumbrados percibidos a distancia, cuando el viento te reporta a escondidas de nuestra suerte… de nuestra diaria muerte, sin siquiera nuestros dedos se acaricien.
Pero ven porque el ocaso ya dobla y repica sus campanas, en agonías por mi próximo sepelio.
Si
la noche te trajera hasta aquí como un fantasma, si de pronto tú estuvieras, yo
te amaría hasta el alba. Si la noche te trajera mi amor, no diría nada,
nuestros besos nos cubrirían entibiarían mi alma. Qué voy a hacer yo sin ti
ahora que conmigo no estás, quién cuidará de mí
y quién me abrazará. Si mi vida te encontrara entre las horas calladas, me regresarías la fuerza de seguir enamorado de ti. Si la noche te trajera mi vida, si volvieran todos los momentos, si me viera en tu mirada no te dejaría que nunca marcharas. Me golpean duros los recuerdos,
me doy cuenta que no estás aquí, yo no sé qué voy a hacer sin ti
y quién me abrazará. Si mi vida te encontrara entre las horas calladas, me regresarías la fuerza de seguir enamorado de ti. Si la noche te trajera mi vida, si volvieran todos los momentos, si me viera en tu mirada no te dejaría que nunca marcharas. Me golpean duros los recuerdos,
me doy cuenta que no estás aquí, yo no sé qué voy a hacer sin ti
No
debo decírtelo amor pero, te extraño aunque, me niego a aceptarlo, me haces mucha falta, en mis verbos que
te expresan amor, te extraño y siento tu ausencia en mi alma, me siento solo
sin ti, cuando amanece, llega a mí tu tierno recuerdo, al atardecer
me hace falta tu delicada presencia y al llegar la noche con su luna tan
esplendorosa, amor inolvidable, cómo te extraño.
En
los días desérticos de lluvia, donde el silencio hace mella en mis pensamientos,
tú, me haces falta, y tiendo a rememorar nuevamente los días, en el café donde
compartíamos los diarios buenos de días, con un beso cariñoso, un tenue abrazo
afectuoso que nos unió haciéndonos disfrutar juntos, el inmenso amor que nació fuerte
inquebrantable, noble, puro, bendecido por Dios, y, que hoy, extraño con dolorosa
sensación de nostalgia anticipada.
Me
aterra vivir largas noches sin luna, luceros ni estrellas porque te
siento, llega a mí tu aroma delicioso de hombre, invades mi pensamientos, adentrándote
a mi alma dulcemente, mi llanto cae en cascadas dolorosas con lágrimas
silentes, porque te pienso amor, cada minuto, cada hora, todo el tiempo, sintiendo
un nudo atragantar mi garganta para no gritar fuerte te extraño, te deseo, te
venero amor, y en un solo, mi alma despierta con un grito que te dice,
amor cómo te extraño. Cuando escribo lloro con letras que se llenan de silenciosa
soledad, diciéndote te amo amor, extraño tus labios que siempre me daban besos
cariñosos, haciéndome soñar con un futuro lleno de fantásticas aventuras,
siempre juntos, hoy, no puedo comprender el porqué de este distanciamiento
absurdo, dentro de mi corazón hay tristeza y desazón y viene a mi mente la confusión, el no saber quién
fue el primero que falló, y con la mano en el corazón te digo, aunque te
extraño, de corazón, no seré yo, quien dé el primer paso para volver a vernos cuando te regreses a tu mundo”.
“Quisiera
estar en un mundo donde me bajaras el sol y las estrellas. Caminando por la
playa, las espumas acaricien nuestro andar. Un mundo donde con las notas de una
guitarra me hicieses una canción. Un mundo donde me llevaras de tu mano, sin importar
el qué dirán. Ese mundo donde con orgullo dijeses que me amas y tu voz cruzara
el viento y lo repitiera el mar. Un mundo donde fuese cada día tu ilusión, tu
esperanza y tu canción. Quisiera un mundo donde gritara tu corazón de tanto
amar. (Utopía del amor incomprensible, de los celos y el desdén. Utopía de unos
brazos que no quieren dar calor). Ese mundo donde flote sin reservas la ternura
y la pasión. Desearía ese mundo donde puedas en un beso con chispitas de caricias, mis temores disipar.
Deseo un mundo, que me admires, que me abraces y me puedas entender. Que no dudes, que respetes mi opinión, mi parecer. Ese mundo en que te amo, que te espero y no apareces. No quiero ese mundo de tristeza y de soledad, sino pleno de sonrisas, de detalles, de miradas, de amistad. No quiero ese mundo de resabios, exigencias, ni tus cambios de humor. Ni tus quejas, ni tus burlas. Quiero un mundo para amarnos sin nada que cambiar”.
Deseo un mundo, que me admires, que me abraces y me puedas entender. Que no dudes, que respetes mi opinión, mi parecer. Ese mundo en que te amo, que te espero y no apareces. No quiero ese mundo de tristeza y de soledad, sino pleno de sonrisas, de detalles, de miradas, de amistad. No quiero ese mundo de resabios, exigencias, ni tus cambios de humor. Ni tus quejas, ni tus burlas. Quiero un mundo para amarnos sin nada que cambiar”.
__
Por
la mañana, cuando Pedro llegó a su puesto de trabajo, encontró a sus compañeros
revolucionados.
¿Qué
les ocurría?
Poco
después supo el porqué.
Todos
estaban entusiasmados por el cambio físico que el dueño del hotel había dado.
Sin duda, aquel Guillermo actualizado llamaba escandalosamente la atención y
los volvía locos.
Durante
horas oyó a todos hablar de él, y por primera vez, supo lo que era… estar
celoso, celarse hasta del aire que estaba respirando.
Mientras,
Diego lo miraba y sonreía.
!Si
ellos supieran!
Los
oía suspirar y se mordía el labio inferior.
A
media mañana no soportó más y tomando la bandeja, el café y una taza… subió al
despacho.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA
COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO.
Escenas explícitas.
Sil Que HERMOSO!!!!!
ResponderEliminarAna Preciosa
ResponderEliminarAlis Woaooooio es fascinante!!
ResponderEliminarJosefina ESPECTACULAR
ResponderEliminarAMOR QUE CLAMA AL CIELO 🎩 🎻 🌞 🌿
1 Gladys WAW, maravillosa, una exquisitez poder leerte. 💞 💞 💞
ResponderEliminarMarinela Rogerio Que beleza
ResponderEliminarGasper hermoso
ResponderEliminarLigia Q hermoso despertar y leer La Herencia, gracias.
ResponderEliminarSoledad... Maravillosa.
ResponderEliminarIsabel... Waw, qué bella, gracias.
ResponderEliminarElena... Fascinante, gracias.
ResponderEliminarSilvia, Mi preferida, gracias Eve, un beso.
ResponderEliminarGladis.
ResponderEliminarMe encantó.
Patricia
ResponderEliminarPrecioso!!!
Hermoso Eve, me encantó...Espero que no te estés guardando nada triste...Que no se separen y que todo sea amor porfi...
ResponderEliminarLiliana Alcantara hermosa
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino me encantó este capitulo Eve... los celos de Pedro me matan... Son tal para cual. Una historia bellisima, llena de amor, deseo... Muy linda. Gracais
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino ¿Por que le salió mal?... Se ve mas guapo y es deseado. Le generará un poco de celos, pero Guille es de él... A menos que se vaya con otro... Hermoso capitulo.
EliminarSilvia Colases Me encantó. Gracias Eve!!
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