domingo, 1 de diciembre de 2019

EL EMBAJADOR. TERCERA PARTE. CAPÍTULO TREINTA.


EL EMBAJADOR.
TERCERA PARTE.
CAPÍTULO TREINTA.


“Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche y dormir
en tu pecho, sin sombres ni fantasmas, te quiero como para no
soltarte jamás”. Mario Benedetti.
 “Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad
errante, hasta tu compañía!” Pablo Neruda.

Si bien para pasar las noches juntos le robaban horas al sueño, se sentían vitales y todos lo notaban. Las ojeras se esfumaban y las mejillas se arrebolaban. La mucama de la casa de manos que curan preparaba las bandejas que les dejaba en la mesa de la cocina, que Guillermo buscaba para compartir con Pedro luego de hacer el amor, lo mismo que largas charlas…  de sus infancias, sus temores, sus sueños, sus fracasos, de las relaciones con sus padres, de sus visiones de la vida y la muerte y aunque el trabajo y la tensión en la mina no mermaban con los días, Pedro se las ingeniaba para regresar cada noche y además visitar la misión los fines de semana, convencido de que el peligro acechaba a Guillermo en Bucarest, y de que estarían seguros con los chicos allí, alejados de la capital, en tanto sus hombres de confianza buscaban sospechosos  y responsables de los atentados.

“Salimos de aquel bar cuando ya la noche se había apoderado de la ciudad, estábamos contentos, pasamos a una licorería a comprar un tequila azul, luego le sugerí que buscara un buen hotel, él  accedió y por un rato deambulamos por la ciudad  casi un pueblo en su carro en busca de nuestro objetivo hasta que finalmente encontramos el adecuado. El cuarto tenía una cama de grandes proporciones, pero lo mejor era el jacuzzi; y mientras uno  lo preparaba con esencias aromáticas, yo preparaba las bebidas, le pasé su copa y brindamos mirándonos a los ojos intensamente, sabiendo que por dentro estaba consumiéndonos el deseo de amarnos como la noche pasada. Y mientras bebía su copa por segunda vez sus ojos café claro me miraban directamente a la cara, luego una sonrisa tierna asomó a sus labios, me acerqué y lo sentí demasiado frágil, lo abracé y hundí mi nariz en su pelo, extasiado por su embriagador aroma, después me separé un poco y lo sujeté con una mano por la nuca mientras le daba un beso que me correspondió generosamente, con la mano que me quedaba libre la fui deslizando lentamente por su cuerpo y toqué su pecho, su cintura, sus nalgas, sus muslos y Pedro  gemía.

Lo ayudé a desnudarse y luego yo hice lo mismo, y descendimos a las cálidas aguas del jacuzzi, lo encendimos y miles de burbujas nos rodearon y sentimos un masaje reconfortante y al abrazarnos sentimos la viscosidad de nuestros cuerpos, la temperatura iba en aumento, y mis manos eran como tentáculos que se multiplicaban y deslizaban por toda su piel; con mi verga ya bien erecta hice el primer intento de penetrarlo  y así lo hice, entraba y salía y me producía una delicia en todo mi cuerpo y él gemía y lo disfrutaba con una entrega total. Luego de disfrutar hacer el amor dentro del jacuzzi por unos minutos pero sin concluir, salimos y nos fuimos a la cama, ahí él  se abrió de piernas y comencé a chuparle a placer su fuente, con una mano empecé a mover mi dedo en el sentido figurado de las agujas del reloj para deleitarlo mientras mi lengua por momentos en forma alternativa le chupaba el pene.
Después de un rato me puse en posición y lo penetré, primero despacio deleitándome al sentirlo alrededor de mi  carne  y gradualmente aumenté la velocidad y lo seguí penetrando una y otra vez cada vez más deprisa, en mi mente solo estaba el objetivo de saciarlo,  de querer hacerlo  feliz y al parecer lo estaba logrando, porque lo veía en su cara y lo escuchaba en sus gemidos. Luego de un rato de intenso placer para ambos, explotamos en un orgasmo fabuloso, Pedro  gimió más fuerte y se estremeció, yo exhalé un suspiro largo y me desmadejé sobre su cuerpo por un momento en un clamor torturado que brotó de mi garganta,  luego me rodé a un lado; por unos segundos no dijimos nada, solo respirábamos agitadamente y nuestros cuerpos estaban perlados de sudor. Luego me incorporé y preparé dos bebidas, le alcancé su copa y dimos un trago grande, lo necesitábamos.”


La tarde en que Alberto y Pedro se presentaron con  regalos para los niños, el orfanato se convirtió en una fiesta.  Las religiosas junto a Gaby y Sonia, clasificaron y seleccionaron los juguetes, escribieron los nombres en los paquetes, mientras los niños aguardaban con expectación e impaciencia en el salón del refectorio, que se colmó de risas, exclamaciones, papeles y moños, mientras los niños aguardaban. Los huérfanos se enseñaban los regalos, los estudiaban, preguntaban cómo funcionaban y abrían grande los ojos, reían, hablaban todos al unísono.
Guillermo que paseaba la mirada por el grupo con la sonrisa dibujada en los labios, buscaba entre ellos a Abdul y a Koly sin éxito. Pedro tampoco estaba en el refectorio. Medio preocupado e intrigado, salió del orfanato, no los halló en el predio tampoco. Corrió a la casa de las religiosas y los encontró en la cocina. Se quedó quieto y callado bajo el umbral. Los niños, arrodillados en la banqueta, con los codos apoyados sobre la mesa, observaban la pieza pequeña que Pedro manipulaba y escuchaban con atención reconcentrada  las explicaciones. Los labios de Guillermo, se curvaron lentamente en una sonrisa cuando  se percató del ceño de Abdul que él le conocía y que le comprometía incluso la nariz y la boca, la seriedad del asunto debía de ameritarlo,  se dijo.

__! Papá! __exclamó Abdul, al descubrirlo, y Pedro giró la cabeza hasta dar con la mirada penetrante y asombrada de Guillermo__. Mira lo que Pedro nos ha regalado a Koly y a mí.

Había dos cajas con fotos de aviones de guerra en las tapas, y enseguida se dio cuenta de que se trataba de aviones  a escala para armar. Las piezas estaban prolijamente colocadas sobre la mesa junto con un pomo de cola, una pistola para pegar con barras de pegamento transparente, autoadhesivos y herramientas pequeñas. Indispensables para una tarea de precisión y delicadeza.

__! Qué hermoso!
_Este es el mío _ dijo Koly, y levantó la tapa con un F- 16.

__Y este es el mío _proclamó Abdul y le mostró la tapa con un Sukhoi.

De manera atropellada, peleándose para ver quién relataba qué,  Koly y Abdul lo pusieron al tanto de las funcionalidades de los cazas mientras Pedro se asombraba de que hubiesen retenido tanta información.
__Pedro voló en un Su_ 27 _ se enorgulleció, Abdul__. ¿No es cierto, Pedro?__Pedro, sin levantar la cabeza de las partes que intentaba encastrar, asintió__. Pedro, ¿cómo se llama eso que hiciste? ¿Cuándo pusiste al avión así? __trató de explicar el niño, y colocó la manito hacia arriba y un poco inclinada hacia atrás.

__Esa maniobra se llama cobra de Pugachev, y se ejecuta para eludir al enemigo que te persigue muy de cerca.

A Guillermo le recorrió un escalofrío, mezcla de orgullo, aprensión y excitación. Fijó la vista en Pedro, este, sin embargo permaneció con la mirada en los fragmentos que pegaba.
__ ¿Ya le entregaron a Pedro sus regalos? __preguntó y Koly y Abdul corrieron al orfanato a buscarlos__. ¿Almorzaste? _ quiso saber una vez solos.

Pedro se puso de pie, y sin pronunciar palabra lo acorraló contra la  mesada, le cubrió la parte posterior de la cabeza con la mano abierta y lo pegó a él. Pasándole un brazo por la cadera. Guillermo entrelazó los dedos en el cabello de él, entreabrió los labios, deseoso de recibirlo en su boca.

__Anoche estuve a punto de raptarte para que hiciéramos el amor en cualquier parte. __Guillermo gimió ante la imagen que conjuró en la mente__. No podía dormir por tu culpa, pero me alegro de haber podido venir, los chicos en verdad extrañaban.

__Anoche tampoco dormí _reconoció Guillermo sobre los labios de él__, y te aseguro que habría encontrado el modo para ir con vos a cualquier parte. Yo también te extrañé y quería que hiciéramos el amor, y me pregunto qué será de esto… lo nuestro al regresar, cuando todo está lleno de cámaras y micrófonos enemigos.

__Pues te llevaré al parque, al bosque, donde sea, mi amor. __No podré quedarme esta noche _ dijo, Pedro__. Solo vine a verlos, a traer los regalos y un teléfono satelital para la misión, lo pueden necesitar, pero debo volver a la mina.

__ ¿Problemas?

Pedro agitó la cabeza para negar porque no tenía ganas de estropear el momento contándole las escaramuzas y enfrentamientos con guerrillas locales.
Siguieron besándose y tocándose hasta que decidieron refrenarse.

__Basta _ jadeó, Pedro__ o terminaré haciéndote el amor sobre la mesa.

__ ¿Te imaginas si nos vieran las hermanas?_ se burló, Guillermo y cayó naturalmente en la lengua de él.


__Nos envidiarían.
__Espero que no desaparezcas en misión secreta por semanas de nuevo _ dijo Guillermo__. Gracias. Y le acarició con el dorso de la mano la mejilla sin afeitar__. Gracias por todo esto, Pedro. Por haber traído la felicidad al orfanato.

__ ¿Me quieres un poquito más por eso?
__No sé cómo podría quererte más de lo que te quiero. Es imposible.
El correteo de los niños, que acababan de irrumpir dentro de la casa, los obligó a apartarse y regresar a la banqueta. Las alabanzas que Pedro destinó al avión de Abdul  no eran fingidas, estaba asombrado de la prolijidad y del esmero que se apreciaban en los detalles. En la parte superior del ala, Guillermo le ayudó a escribir una leyenda: “Para Pedro, con amor. Abdul”. Pedro releyó la frase varias veces, emocionado. Guillermo se ubicó detrás de él, se apoyó sobre la espalda de Pedro y  le pasó los dedos por el pelo de la nuca. Lo sintió estremecerse. Se inclinó para hablarle al oído.

__Koly también tiene un regalo para vos.

Más tarde cuando Abdul los sorprendió besándose con un ardor que hubiera aturdido a un adulto, en el principio les dirigió un vistazo endurecido por el mismo ceño con que había observado los  aviones. Después corrió hacia ellos sonriente.
__Pedro, ¿mi papá es tu novio?
Pedro se acuclilló, se ahuecó las manos en torno a la boca  y le contestó al oído.
__No le digas nada a Guille ni a tus hermanos, pero voy a pedirle que se  case conmigo, no ahora, pero pronto.

El niño lo imitó para responderle y  Guillermo contuvo la risa.
__ ¿Entonces tú serás mi papá?
Pedro asintió en el mismo tono, y Guillermo no supo por qué, Abdul apretó los bracitos en torno al cuello de Pedro y le besó varias veces las mejillas.

__
Lo miró desde su  ventana, su pelo rojo ante el reflejo de la luna y las luces del parque  dejaba ver el fuego que tenía entre sus piernas, le miró fijamente admirando su bello cuerpo. No podía creer que lo tuviera tan cerca ahí de frente, había fantaseado con él por muchos días, y cuando vio su piel de cristal, y sus caderas dominantes al andar, su paso firme,  no pudo más que caer rendido a sus encantos.
Sus labios eran un templo a la perdición del pecado, de la lujuria.
Sabía que ese hombre  era uno de los que muy pocas veces se veía, el mejor, un devorador, de esos que te bajan al cielo y te suben al infierno, y luego no crees que fue real, pero las marcas quedaron en tu ser.
Uno de esos que de un beso te prenden el corazón y hacen que el macho que llevas dentro se vuelva un tierno gatito.
Él no podía creer que lo tuviera cerca.
Se llamaba Pedro. La roca, el pilar, el poder, nombre de grandes  hombres de poder.
Y él no era la excepción, era un emperador del placer,  del deseo y del amor.
Ese hombre  clavó sus ojos en él. Le pareció muy atractivo y vio algo en sus ojos.
Lo invitó a pasar, sintió confianza, y curiosidad,  no era la primera vez que se veían, le deseó por un momento.
Se fijó en sus manos, le gustaron sus manos,  por un momento fantaseó con sentirlas en su cuerpo, se veía como un hombre que sabía tocar  a otro.
Tomaron asiento y hablaron de cosas triviales, sencillas y poco a poco comenzó él  a sentir su mirada.
Sentía el deseo con que miraba sus  montes, le enloqueció ver la manera como disimulaba que no los veía, le encendió ver la lucha que veía en su ser por controlar el deseo que tenía de tirarse sobre él  y besar su cuerpo.
Le encantaba sentir esa mirada y saber que era irresistible, era el poder que buscaba, el sentirse un dios del deseo, el sentir que él no se podía controlar porque su mera presencia era suficiente para encender los demonios que habitaban en él, por un momento él dejó ver esa lujuria, fue por un segundo…  la vio en su lengua, en un ligero movimiento de su lengua que le hizo sentir cómo su  glúteo se contrajo, y ya no pudo más que pensar en esa lengua, deseaba sentirla tocando su  pene, tocando sus labios, besando su boca, sus muslos, tomando con sus grandes manos sus  pezones, apretándolos, el olor a deseo comenzó a sentirse en el aire.
Las palabras poco a poco se desvanecían perdían sentido, dejando solo en el ambiente la lujuria y el placer...
Sintió lo tibio de sus labios, sintió la frescura de su alma, sintió ese aroma que desprendía su piel.
Se había sentado sobre él, y la ropa se convirtió en su peor enemigo.
Guillermo  le arrancó  la camisa y dejó expuestos sus  pezones enhiestos, su piel blanca como la luna y un  halo rosa que espantaba la oscuridad de la habitación.
Pedro le arrancó los botones de la camisa y se abalanzó sobre su cuello mordiendo chupando, y lamiendo, degustando cada parte de su macho, porque así lo hacía sentir con su mirada, lo llenaba todo.
Él se puso de pie y le dijo: ¿quieres chuparlo verdad?
__ sí por favor _ respondió. Y con sus manos temblorosas de un jirón arrancó su cinturón y abrió su pantalón y quedó al aire un pene firme duro y jugoso, al que  Pedro no pudo resistir.
Lo tomó del pelo y llegó hasta el fondo de su garganta mientras él no podía escapar de su mirada, no podía escapar del placer de ver esa bella cara con todo el miembro en su boca.
Luego lo  volvió agarrar del pelo y lo estrujó contra la pared,  separó sus piernas, sus nalgas  y sin pronunciar palabra, Pedro  sintió cómo lo atravesaba, y percibió que sus piernas le traicionaban, lo dejaron a merced de sus fuertes manos, que le sostenían de sus caderas mientras lo embestía una y otra, y otra vez.

__ ¿Quieres ser mi hombre Pedro? _ le dijo al oído con la voz agitada de las embestidas fuertes que le daba.

Y el derrame fogoso de los jugos de su placer bañaron sus piernas, su orgasmo hizo que sus uñas se clavaran en las nalgas de su amante, mientras lentamente se desvanecía en sus brazos, mientras con voz débil y placentera le decía...! Sí acepto ¡__ y la eyaculación caliente resbalando por su espalda y perdiéndose entre sus nalgas,  desde sus entrañas, fue el sello sagrado del pacto entre amantes que se cerró esa noche...

__
__Mañana solo quiero una cosa, tenerte a mi lado y todo poro sea reclamo,   he pensado, rozar tu piel, lamer su miel, besar los pies,  ante cada paso  daré lo soñado, lo esperado, lo que rogaba no dar, entregaré con agrado  para que tu alma sienta en cada caricia, eso que dulce rindo si lo avalo.
Me voy a pasar el día entero dando tanto de ese cuento que nunca paro  si enredado ando en el poema que recite esa mirada cada vez que alabo,   así sabré que habré logrado  eso que hago al arder con amor su reclamo  al obtener todo el calor de lo causado y tal flaqueza del corazón curado. Besarte con la mirada, los labios, las manos, lo que nunca han tersado,   cada sístole y diástole que mi latir en su insistir  ande redicho tocando  que haré escuchar ese concierto tan grato que mil vidas enteras  negaron  pues de toda caricia  escribiré la poesía con su sinfonía de tanto aclamo. Cuando nada más te vea, será tu cuerpo quien reciba el roce de la mano,   el descaro de su mimo que se suelta con decoro despertando el encanto  en su cálido arrebato, donde relato  todos los versos que dicto en pecado  con cada beso que santo será dado si relacionado cargo con lo que amo.
Quiero hacer gozar al alba en mi regazo, volverte loco al nacer su ocaso,  escribiré las palabras en tu espalda, una obra que será digna de ensayo  que buscas representar todo día del año, la misma ruta, el mismo tramo,  el sol en lo alto, la luna al rato, su pasión, el placer, lo que fue forjado. Pasaremos horas entre besos, al susurro de Eros enredados por su lazo  dando forma a todo trazo, vamos a ver la vida cómo pinta al ser amado,  nos estaremos besando hasta que los labios duelan de mutuo trato,   pues de su abrazo prolongado lo tengo claro, lo traigo todo con halago.
Un día me diste un beso mudo porque no hubo eco, fue como seco, algo inacabado pero me miraste y me dijiste ciego y sordo el beso no se ve ni se oye, se siente y desde entonces no me fijo si tus besos dejan sonido, me interesa más la huella que en mis labios tatúas.

A los dos días, Pedro visitó a Guillermo y se trepó al alféizar para entrar por la ventana. Se abrazaron sin mediar palabras. Guillermo acababa de bañarse y se había perfumado para él, Pedro pegó las fosas nasales al cuello, y tomó una inspiración profunda seguida de un suspiro que calentó la piel de Guillermo.
__Te extrañé mucho. Tanto __jadeó, mientras sus manos le comprimían los cachetes de la cola y lo pegaba a su erección__. ¿Qué hiciste sin mí?

__Soñar cosas locas y luego dormir ocho horas seguidas _ contestó con ánimo burlón y Pedro rio contra su cuello.

__ ¿Qué soñaste?
__Una cosa loca, como todo sueño, algo para llegar a vos que espero no se haga realidad o tendré mucho que trabajar.
__Cuéntame.
__Solo si me dices que me amas _respondió, Guillermo.

Pedro hincó la rodilla frente a él y juntó las manos en posición de rezo.
__Yo confieso antes dos, o ante tres, no sé, ante ti o ante aquel, ante mi perro o ante mi soledad, ante mis libros, que encierran miles, quizá millones ¡qué sé yo! Todos poderosos, todos llenos de amor, ante mis hermanos de corazón, que he amado, y sigo amando mucho, con el pensamiento, con miles de palabras y con mis obras y acciones, con rosas y tulipanes, con bombones y mariposas, pero nunca con omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa, pero sin arrepentimiento y sonriendo, con los brazos siempre abiertos, así como el corazón, con besos a flor de labios, con manos siempre abiertas para  tomar las tuyas, con sonrisas y caricias, con dulzura y pasión, con ternura y locura, con silencio y canción.
Por eso ruego a la vida, siempre bella, a los locos y a los valientes, a los que aman sin tregua, a los que ríen siempre, a los eternos soñadores, a los que miran la luna y con ella lloran, a los que se bañan bajo la lluvia, a los que saben amar, que intercedan por mí ante ti, ante quien sea necesario, para así poder compartir y expandir mi amor pero siempre a tu lado
¡Amén! O mejor ¡Amen, siempre amen!
¿Está  bien? Ahora dime qué soñaste.
__Está perfecto como vos, cielito, lo que soñé se parece a algo que hice una vez en la capital.
__Dime.
_A pura frustración pero sin ceder en mis deseos por verte, salté al techo del auto, que ya no sería el mismo, y miré hacia tu casa. Como nada vi, bajé de un salto y entré a la mía a buscar más cosas. Lo primero que encontré fue la colección de libros de autoayuda entre los cuales estaban los de Paulo Coelho y los apilé cuidadosamente sobre la chapa hundida y probé, nada. Los árboles de la vereda que da hacia vos eran enormes. Las seis sillas las até con hilo sisal y tampoco. Bajé las sillas y puse primero la mesa y nada. Les siguieron el ropero, el lavarropas automático que aún estoy pagando y los cuatro viejos televisores que agradecí no haber cambiado por led sino… Con cinta de embalaje fui ajustando todo, hasta el microondas que coloqué haciendo las veces de estrella en árbol de Navidad. Trepar no fue fácil pero lo logré, no sin padecer algún susto, y las piernas cobraron vida propia y no querían dejar de temblar. Miré con un entusiasmo que pronto sería anulado por la última rama de estos árboles que tanto respeto pero que hoy hubiese preferido no existieran.
A nivel del mar, tomé mi mentón y pensé en lo que podría usar para elevarme un poco más y pude imaginar cómo se me iluminó el rostro al recordar el viejo aire acondicionado que descansaba en el patio de casa, ajeno a mi intención de nombrarlo mi mejor amigo. Subirlo fue más difícil que el pensar subirlo pero la voluntad de un corazón enamorado no tiene límites, si no, no sería un corazón enamorado. Gracias a la billetera y a pararme sobre las puntas de los pies, alcancé a ver tu casa pero no estabas y mi ilusión se derrumbó como pronto lo haría esta montaña que realicé sobre mi auto. Casi llegando al suelo, levanté la vista y contemplé el rostro que causaba en mí todos estos desajustes emocionales, y me miraste con sorpresa, aunque ya me conocías bien. “¿De qué se trata esto?”, me preguntaste y asomó esa comisura que tanto amo en tu rostro. “Soy un tonto” respondí casi desmayado por la imagen que tu presencia reflejaba exagerada en mis emociones. “Solo necesitaba verte, solo eso.”

__Yo también deseaba verte… Siempre.
__Mentira, tienes sueño. Creo que voy a tener que dejar de venir todas las noches para que descanse embajador.
__! No te atrevas! _ Lo amonestó Guillermo__. Ya cuando regresemos a la embajada llena de micrófonos podré dormir, o ir a esas aburridas recepciones donde no estás casi nunca.

__ ¿Eso quiere decir que me quieres en tu cama  todas las noches?
__Todas _ aseguró, con una vehemencia que no le era propia y que enardeció a Pedro.

__Guille, sabes, que en los cargos que tenemos, eso no será posible, y tampoco vivir juntos, o casarnos, o adoptar a Abdul juntos, ¿verdad?
Una sombra cruzó la mirada de Guillermo.
__ Una vez dijiste que lo lograríamos, que dejaríamos todo por estar juntos, ¿no es así? __le inquirió.

__Sí, lo dije y lo sostengo, en cuanto tú me digas, yo dejaría todo, y podríamos irnos  como un día te dije a Buenos Aires, y trabajar como abogados, allá podríamos casarnos, adoptar al nene y a cuantos desees.
Después de amarse, mientras comían desnudos, sentados como indios sobre la cama, con la bandeja entre ellos, conversaron acerca de los hechos del día. Aunque no lo mencionaban, añoraban esos momentos de complicidad y de confidencias tanto como el sexo.  Por primera vez, Guillermo experimentaba la certeza de que Pedro no le ocultaba facetas de su vida y de que compartía con él sus problemas pequeños y también los más serios. Le encantaba cuando le pedía su opinión.

__ ¿Qué propones? __ Le interrogó, Guillermo en un momento de la noche.

__Que nos vayamos de acá antes de que todo se ponga peor, Guille _ se sinceró, Pedro__. No soporto saberte en peligro ni un atentado más. Este sitio es de conflictos, y hasta es posible que manos que curan decida levantar su misión.

Guillermo se  quedó mirándolo, entre desorientado, abrumado y enojado. Palideció deprisa, y Pedro se apresuró a retirar la bandeja, y atraerlo hacia él.

__Pedro, no voy a dejar Rumania ni nuestro país sin Abdul. No me importan los atentados ni si estallara una guerra mundial. No voy a irme sin él. No voy a dejarlo solo.
__Lo sé.

Lo acomodó sobre sus piernas y lo abrazó.  Su arrogante embajador, su dulce hombre, era capaz de enfrentar a un ejército por su  muchachito Abdul.

__Mi precioso y valiente soldado sin armas _le susurró sobre la frente, y le besó los párpados. Y le depositó besos diminutos sobre las pecas, las sienes y la nariz__. Tengo celos de él _ admitió, con aspecto contrito.

__ ¿Por qué?
__Porque para vos, él es más importante que tus hijos de sangre inclusive, mucho más que yo.

Pedro lo contempló con una fijeza que le robó el aliento. El color miel de sus ojos se había intensificado en el contorno oscuro que componían sus párpados y sus pestañas.
_ Cada letra que escribo, la desencadenaste tú, como los vientos originan el oleaje del mar, o como la noche siempre da origen a un nuevo día, o como tus ojos y tu sonrisa dieron inicio a este sentimiento, mas no sé el porqué  yo me enamoré de ti y solo vivo para amarte, siempre me creí libre y hoy solo puedo decir que soy esclavo de ti, desde el mismo día en que te conocí, esclavo de tu mirada, de esa mirada  a la que no me puedo resistir y prisionero de esos labios  que tanto anhelo, porque tú eres la fuente de mi amor
y sin ti, no tendría amor, no tendría vida y no podría jamás amar.  Ansías y anhelas…
Acaricias tu cuerpo, mientras me piensas, haces el amor con otro, pero añoras que sea yo quien te ame en ese momento, me dije por meses, cuándo te darás cuenta  que tus labios
solo quieren los míos, que tus pezones ansían y desean mi boca y que todo tu ser  desea que sean mis manos las que acaricien tu desnudez, por eso  ser de mis sueños, sé que hoy tú  estás conmigo, en realidad, ansías y anhelas ser solamente mío y que sea yo quien te haga el amor, por el resto de tu vida…
__Vuela, vuela mi mariposa de amor, así decía la canción cuando me acariciaba con tu voz, me puse en ese momento a soñar que me amas como yo te amo, me gusta sentirme tu amante en la noche oscura cuando me piensas, me gusta tener en mi haber caricias en mi piel y besos dados al cerrar mis ojos, sentir cómo mi cuerpo tiembla cuando centímetro a centímetro dibujas con tus dedos mariposas en mi piel, si vida mía, así soy yo, tu mariposa de amor, apasionado soñador  y amante de tus sueños bajo la luna.
Podríamos habernos encontrado y sin más darnos esa entrega que a gritos piden nuestras almas y dejar que los ojos del mundo nos miraran sin importarnos nada más, que el momento maravilloso donde nuestros labios ahogaran ese aliento dulce y templado, que, entre sonrisas y perdidos ya en nuestros ojos culmine ese beso lento deseado.
Discúlpame vida mía, discúlpame por entregarte desnudos mis verbos, discúlpame amor, si se me escapan versos que puedan perturbar tu sueño, es que no lo puedo remediar, tú sabes cómo te pienso y cuánto te amo, tú mi amor soñado de tanto tiempo ya, eres mi delirio en mis noches de soledad e insomnio.
Te amo. Nunca supe de rendiciones ni pasos atrás, nunca he retrocedido por mucho abismo que hubiese ante mis ojos, ni niebla que me cegara, por eso quiero que sepas amor que esta noche seguiré perdido en tus ojos, que jugaré con tus besos como mariposa de amor, pero también te diré vida mía que me sentiré morir sin tus labios dulces, sin tu olor a verdad, te prometo vida mía que nada más despertar, al abrir mis ojos te buscaré en el aire y mis pies descalzos me llevarán a tu encuentro, donde dejaré para ti mis besos  de amor para que sean el  recuerdo manso de tus sueños, donde mis brazos te acogerán para darte sosiego mientras mi boca te besa al tiempo que derrama mil letras enamoradas, llenas de dulzura, las que te hablen de los días que nos queden por vivir, si esta noche te sintieras solo sin mí, no sufras amor, búscame en tus sueños, esos que te procuro cada noche, son sueños llenos de libertad, sueños que son los dadores de vida a este amor nuestro.
Quiero que esta noche amor mío recuerdes algunos pasajes de los versos que cada noche escribo para ti, y así al tenerme en tus brazos y al cerrar tus ojos quiero que me sueñes vida y puedas así ver a tu enamorado.
_ En esas sensaciones  que se ocultan entre tu piel y mi piel;  está el deseo que se desnuda  ante el silencio de nuestro tacto,  es el lenguaje de nuestras caricias  que se deslizan por los caminos perfectos  de nuestros labios.
Porque hacer el amor contigo es como estar naciendo.  Es amanecer en todo el cuerpo.
Es no tener pasado ni recuerdos.  Es ceñirse a la piel que abraza  la carne estremecida,  el grito, el mar ruidoso,  las rítmicas oleadas de la sangre,  la torva oscuridad de los abismos,  las barcas sin amarra,  la lava del volcán,  el rosal florecido,  la voz ronca que murmura
palabras sin sentido...
Saboreo el dulce aliento de tu intimidad  que se sella en la desnudez de tu piel,  en un intenso y profundo  deseo de amarte y sentirte  para siempre en mí... Te Amo.
__Yo vivo a la espera de tu llegada. La noche amenaza con ser larga, y llena de misterios. Por testigo mudo, la luna, que va asomando sus claros destellos. Y mis labios se humedecen
al pronunciar su amado nombre. Se inquietan mis manos, y el pudor se esconde.
Esta noche seré como un regalo. Voy envuelto en exquisito aroma de pasión y vino tinto.
Y no quiero mentirle pero estoy dispuesto a robarle el aliento. A que usted navegue en mi mar, que se halla tempestuoso y violento. Quiero robar su mirada. Robar sus caricias, una a una. Guardarlas debajo de mi carne y extraviarlas donde termina mi espalda. Estoy en espera de su llegada... Mi mente y mi ser se alucinan cuando escuchan su voz. Se eructan dos botones, suave rocío bañando una  fuente. Quiero perderme en el marrón de sus ojos. Quemarle la piel y los labios a besos. Destilar mi sensualidad, poco a poco. Dejarlo rendido, suspirando en mis  cumbres Sí... Estoy en espera de su llegada.
__Quiero llegar a ti,  cuando me llamas en silencio,  cuando llegas sigiloso a nuestro lecho
y yo te entrego un beso entre tus labios… No… no soñaba,   solo sentía tus manos acariciar mi piel, tus labios lamer sigilosamente los míos,  y mis suspiros de amor arrancados  desde lo más profundo de mi ser… Sentir tu pecho rozar el mío,  y besarlo para saciar la sed de amarte, la sed de sentirte dentro de mi ser,  al roce de tu  carne que te hace ser mi hombre.
Sentir mis manos rozar tu piel,  sentir deseos de calentar tu cuerpo,  sentir la llama del deseo que tanto anhelas, cuando volamos juntos  unidos en un solo cuerpo, cuando viajamos por el cielo… por nuestro universo,  hacer un viaje único e inolvidable  donde tú fuiste mío… y yo fui tuyo… llegando a sentir nuestra flama de amor  como nunca tú y yo lo imaginamos.
Ahora te vas sigilosamente igual como llegaste, y yo… yo me quedo feliz por tenerte y abrazarte,  llegará una nueva noche para sentirnos felices  en las fantasías de nuestros encuentros de amor,  porque ahora ya eres parte de mi vida…  Gracias a ti mi amor, nuevamente soy feliz.
Tus eres la persona amada. La que puedo amar con mis ojos. La que puedo amar con mis dedos,  la que puedo amar con el corazón. La que puedo amar con el alma. Eres la persona amada con mi esencia.
Busca un instante del día, o de la noche. Abrázate fuerte, muy fuerte con ese abrazo que se siente que calienta el alma, y que se necesita tanto para tener valor para seguir adelante y siente... ¡siente lo que hay en mí, para ti! Siente este infinito amor que no se acaba, que no se olvida porque echó sus raíces fuertes y poderosas en mi alma.
Y en ese abrazo que te das también siente mi abrazo que te cobija con la ternura y entrega que me caracteriza y... quédate con ese, ¡con ese abrazo de almas eterno!
Eres mi amor, eres mi único amor, eres amor primero y el amor solo es contigo.
Eres una bella compañía en el amor, eres mi otra parte en el amor, me entiendo mucho contigo, me gusta caminar de tu mano. Me gusta contarte mis cosas amor, me gusta comer contigo me gusta hablar contigo, me gusta soñar contigo. Me gusta tocar tu corazón,
me gusta tocar tu alma en el silencio.
Me gusta cuidar tu sueño, adoro nuestro tiempo en el cosmos.  Me gusta chupar helado contigo, besarte como mi helado anhelado, como el manjar de mis deseos y el encuentro del amor sincero pleno. Me gusta estar contigo todo me gusta contigo.
Eres mi único amor, y el amor lo siento contigo. Eres mi amor terreno,  soy tu amor terreno.
Nuestra proyección  en el espíritu es el armónico sonoro del amor.
Desde luego no somos perfectos, tenemos aciertos y desaciertos. Pero buscamos todo el tiempo ser un poco mejores, somos humanos en proceso de construcción. Pero somos amor en construcción; eres mi gran amor. Hoy, mañana y en lo por venir. Somos la galaxia del amor primero. Eres lo mejor. Eres mi amor, eres mi bello amor con un hermoso corazón. Eres mi camino seguro, eres el alivio de mi corazón. Eres  modelo de mis sueños. Eres mi vida amor. Eres el camino seguro, eres la mano en mis desaciertos. Eres de la galaxia del amor inaugurado por nuestro deseo y pasión.

__Sos lo más hermoso que he visto en toda mi vida _pensó, Guillermo en voz alta, sobrecogido por la sacralidad de su belleza. Elevó la mano y le acarició las líneas del rostro con el índice, maravillado de la armonía de sus huesos, de la forma de sus ojos, de la línea de sus cejas, del largo de sus pestañas, cada aspecto le hablaba de perfección__. Cuando te observo, Pedro, que es lo que hago la mayor parte del tiempo que estás cerca de mí, caigo como en una hipnosis porque tu hermosura me deja anonadado. Es en esos momentos cuando más lamento no poder estar en un sitio aislado, con los chicos, o no poder concebirlos para que hereden  tus facciones perfectas, el color de tus ojos, tu naricita, tus labios, la forma redundante y carnosa de tus labios, amo la forma de tus labios _ remarcó con énfasis, y les dibujó  el contorno con el dedo.

__No quiero hijos si no son los tuyos o no pueden nacer de nosotros _ afirmó, Pedro__. No quiero nada que no venga de ti, Guille __enfatizó__. Aunque tengo dos y los amé antes de conocerte, como tú a los de Silvina, y serán de los dos.

__ ¿Sabes una cosa atorrante insolente? Eso pensé cuando te vi por primera vez, pero ahora pienso que viajé a Washington solo para conocerte, y que llegué acá solo para encontrar a Abdul. Y sí, vos y nuestros hijos son parte de un plan cósmico que no sería perfecto si alguno faltase. Cuando conocí a Abdul, el vínculo que me unió a él, me recordó al hilo que me encadenó a vos  antes, se trataba de un lazo del cual no podía escapar por mucho que lo intentase. Vos y  ellos son mi destino. Para mí son una unidad, una sola cosa. Mi hombre y mis hijos.
_Guille __susurró, Pedro, y comenzó a besarlo de modo desenfrenado, intentaba comunicarle con su pasión lo que las palabras no lograrían explicar.

__ ¿Me quieres eternamente o infinitamente? __preguntó Guillermo.

__ ¿Qué diferencia hay? –le respondió, Pedro.

 __ No es lo mismo, amor… Eterno es una cosa e infinito otra.
__ Tal vez sea así pero yo no veo la diferencia  -le contestó mientras trataba de resolver esa cuestión.


“Haciendo uso de mi sagacidad le contesté que lo amaba eternamente y pasé a explicarle: Si yo te amara infinitamente, mi amor sería algo indefinido, ligado a lo matemático,  a lo tangible y razonable. Yo te amo eternamente porque mi amor es profundamente espiritual y completo, siempre te dije que eras mi amor eterno, el real y verdadero.

Yo creo que  sabe perfectamente lo que le estoy diciendo pero le encanta ponerme en aprietos, exprimir mi mente y escuchar que le diga cuánto lo amo, por eso se ensaña en esa clase de preguntas. Creo que el día que vivamos juntos, igual nos vamos a separar un rato y hablarnos por teléfono aunque sea de habitación a habitación, sobre todo cuando queramos decirnos algo importante o escuchar al otro decir que uno, es el amor eterno del otro”.


Volvieron a amarse y mientras uno se balanceaba y embestía sobre el otro, se miraban a los ojos y sonreían, dichosos, felices, olvidados de que se hallaban en un país complejo, lejano, agresivo y de que los rodeaban las enfermedades, la pobreza y el dolor. Se bastaba el uno al otro. Cuando Pedro acabó, aún acezante y sensible a causa de los últimos estremecimientos del placer, le habló con una emoción y una desesperación que afectaron a Guillermo al punto de hacerlo detener las inspiraciones airadas y quedar en suspenso, quieto debajo de él.

__No te merezco, Guille. Lo sé. Mi espíritu quizás es muy inferior al tuyo. Pero no puedo vivir sin ti. Por favor  acéptame como tu esposo. __Y sin darle tiempo a expresar una contestación, se lanzó a explicarle eso de “no puedo vivir sin ti”, y le describió las primeras horas del día sin él, los primeros días sin él luego de chocar las miradas, mientras a solas se mataba haciendo ejercicio, nadando, o se torturaba escuchando el adagio de Albinoni y le detalló las primeras semanas a solas luego de ese primer encuentro donde lo veía en cada habitación y donde estuvo a punto de perder la cordura por trascurrir horas imaginándolo.

__Sí __musitó, Guillermo y Pedro siguió hablando, enfrascado en la narración catártica_. Sí _ volvió a susurrar, y le sujetó la cara para obligarlo a callar_. Digo que sí. __Ante la expresión  demudada de él, Guillermo aclaró__. Digo que sí, que acepto, que quiero ser tu esposo.

__ ¿Sí?
__Sí, mi amor, sí. Quiero ser tu esposo. Sabes que no creo en la institución del matrimonio, pero si para vos es tan importante… __Pedro profirió un clamor de alegría y lo apretujó en un abrazo desmedido__. Pedro, vas a despertar a todos.

__! Qué me importa! Estoy tan feliz que sería capaz de darle un beso y un abrazo a Arismendi. ¡Sí, para mí es muy importante!
__No hacía falta que mencionaras a ciertas personas. Terminaremos un periodo en el cargo y luego nos iremos a cualquier país libre.
__ ¿Lo prometes? __ inquirió, Pedro.

__Lo prometo.

Pedro detuvo las palabras antes de pronunciarlas, y Guillermo advirtió que la sobriedad se apoderaba de él, aunque perdurara una sonrisa que lo iluminaba.  No quería decirle que necesitaba que su amor con su imperio le hiciese entender que era de él, que, pese a ser Guillermo una criatura superior, le pertenecía a él, un soldado, a veces un mercenario, un ser inferior. Casi masculló el nombre, que anidó  en su boca, se enredó en su lengua y le ocasionó un cosquilleo que terminó por despertar su miembro saciado.

__Es importante porque nos conviene _ contestó en cambio_. Mi prima puede ayudarnos en el trámite de adopción de Abdul, pero me dijo que los jueces son más proclives a conceder la adopción a un matrimonio legalmente constituido que a una persona soltera.

__Entonces  _ retomó, Guillermo, siguiéndole el juego, ¿te casas conmigo solo por un formalismo legal?

__Por supuesto, ¿qué pesabas?
__Que me amabas, que me querías para siempre a tu lado, que no podías vivir sin mí.
Pedro le pasó varias veces la mano por la coronilla. Nunca apartó la vista de la de él.

__Te pido que te cases conmigo porque te amo más allá del entendimiento, te amo de forma demencial, porque te quiero siempre a mi lado y porque no puedo vivir sin ti. Sin mi Guillermo, no, no puedo.  Es así de simple y egoísta, visceral mi necesidad, no vivo sin mi Guillermo. Sin él solo respiro y subsisto, soy una cáscara vacía, un ser sin alma, hace tiempo que he dejado mi alma en tus manos, amor.

Quiero recorrer tu cuerpo cada centímetro de tu ser,  quiero despertar en ti el deseo de sentir cómo al rozarte  se eriza tu piel. Quiero beber de tus labios ese río de besos que calman mi sed,  te brindaré de los míos mi aliento y mi calidez. Deseo pasear por tu cuello besando, mordiendo cada espacio,  de él acariciaré tu suave espalda, con la avidez de mis manos  en ella dibujaré.

Me escurriré por tu pecho besando, lamiendo; a tu abdomen llegaré lo recorreré sin prisa, despacio un torrencial de emociones, seguro esto provocaré. Continuaré lento, con mis manos tu vientre sujetaré,  lo acariciaré tierna y suavemente y mirando fijamente tus ojos la humedad de mi boca le brindaré. Te veo disfrutar como nunca,  siento cómo vibra tu ser,
veo cómo reacciona tu cuerpo ante este incesante placer. Mas ahí el recorrido no acaba…
aún quedan espacios por descubrir,  pero entre susurros me pides que pare pues también deseas explorar en mí. Tan solo a un paso del éxtasis sublime acaricias la desnudez de mi piel buscando, hurgando en mí encuentras la delicada fuente que ofrece miel. Te sumerges en ella desesperado saboreando así el néctar divino ofreciendo placer imaginado,  con tu lengua vas descubriendo el camino. Se arquea mi cuerpo, muerdo mis labios intentando acallar mis gemidos mas de mí se escapan, no los puedo contener como lobo en celo, aúllo de placer. Ya acompasados nuestros cuerpos disfrutando de ese salvaje vaivén buscan juntos alcanzar el cielo justo antes del amanecer. Con este llega la calma y abrazados y cansados  nos abandonamos al descanso del amor.
Solo tú sabes de los secretos que hoy, anidan en mi corazón. ¡Solo tú sabes el sentir de mis silencios! Solo tú conoces  cuán grande es el amor que hacia ti, en mi pecho llevo. Solo tú sabes de esta mi pasión amorosa que por ti siento,  que dejó de ser  solo una ilusión que dejó de ser solo un sueño.
¡Aunque en silencio, de amor esté muriendo!
Solo tú, me ayudaste a vencer mis miedos y pudimos cruzar el puente. ¡Solo tú  conoces los tantos intentos! Solo tú sabes, cuántas fueron las veces que te amé, en mis noches de desvelo. Solo tú sabes  lo que mi alma siente cuando de mí, cerca te tengo. Solo tú conoces, mi anhelo de  poseerte. Solo tú sabes  de este deseo ciego de querer tenerte en mis brazos.

_Un tibio rayo de sol perforó la penumbra vaga en aquella cristalina y fresca mañana.
Y la mariposa transparente toda vestida de oro en sus alas se asentó suavemente, en tu espalda. Todavía duermes también todavía sueñas en tu bella y joven primavera.
Y yo, testigo de tanta belleza pintada de rojo, tu amanecer desnudo entre tu imagen dulce, mi esperanza muda. Quieto mi verbo tiemblo, saciado de amor de verte y pensar que ya eres mío, hasta siempre.
Esperanza, agita mi vientre que permanezcas en mi morada como la bella mariposa, en tu espalda. Apasionado y enamorado  siento que vivo la dulce dicha de tenerte olvidando grises esperas, entre tu amor ardiente. Duerme amor, duerme y sueña mi etéreo, bello, dulce y joven hombre que mi amor te velará, hasta tu nuevo amanecer.
-Garabatear tu cuerpo es amarte con locura, descubriendo tus formas con cada palabra. Sentir con cada letra, cómo el deseo despierta, con tu viril hechura. Es hacerte el amor más allá de la piel, besando sin temor cada uno de tus sueños. Es soñar y tenerte al mismo tiempo, delirio vehemente que derriba mis dudas.
Te miro dormido me guardo las palabras para no hacer ruido  no quiero interrumpir tu sueño
tal vez estés soñando conmigo. Te miro dormido  me voy despacio en silencio, dejando mi amor aquí  en tu espacio, espacio  que ahora es mío.
Te miro dormido  y siento un escalofrío después de todo lo vivido,  aquí en nuestro nido,  ahora no habrá más frío  nuestro lecho siempre estará tibio.
Te miro dormido  y me siento feliz  de estar contigo, de verte cada mañana al lado mío.
Que los malos recuerdos no opaquen, al niño interior, aquel: que disfruta de las insignificancias; que en la caída se levanta para seguir luchando, sacudiéndose el polvo; que si fuera necesario curar la herida, así tenga que volver a caer para en los intentos, el triunfo conseguir; levantarse, no importando las veces que lo tenga que hacer. Celebra la vida segundo a segundo, disfrutando cada uno de tus sueños. Lucha por ellos, no guardes los deseos, ya que tienes el hoy, para seguir subiendo escalones y en la meta del triunfo lograr. Valora y retoma, las veces necesarias, para en cada decisión, gozar de la vida. Mi sueño, mi hogar y mi gozo eres tú, solo tú… embajador.




CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.
LIBRO DE ANCLAJE EL CAPRICHO DE LOS DIOSES. SIDNEY SHELDON

viernes, 29 de noviembre de 2019

SINO CAPÍTULO TRECE.


SINO
CAPÍTULO TRECE.

“¡Qué pequeñas son mis manos en relación con todo
lo que la vida ha querido darme!” Ramón J. Sénder.
“Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente
que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla”. F. Pessoa


Mario Benedetti - Ven dulce vida

Ven dulce vida / nunca es tarde
salta sobre las vallas de aflicción
sobre las confidencias del escombro
sobre los odios vestidos de blanco
y las coronas de crisantemos
dulce vida vení
con tus amores de estraperlo
tus lozanas noticias libertinas
tu memoria frutal
tu noche de las paces
vení con lluvia y sin diluvio
con sol y sin incendios
vení aunque te detengan
aunque te inmovilicen
en las ruinas del cielo
en la absurda pereza de la muerte
dulce vida vení
echate al hombro los fracasos
vení con tus trocitos de martirio
con tu sed y tu hambre venerables
con tu postal de mar
con tu bosque de vuelos
apurate y vení
antes de que la sangre se coagule
las bisagras se oxiden
la voz se vuelva un hilo
Mario Benedetti.



-Voy viviendo o tal vez sobrevivo, entre grises soledades y silencios. ¡Dios! ¿Cuándo se terminará esta sensación de irme hacia la nada? Vana soledad que apaga los horizontes entre mis pupilas dilatadas como sombra tenaz mezclada en olvido, a mi víspera me sentencio.
Apagándose van los fuegos de la espera, no se escuchan los latidos entre presagios de vuelos mudos, que silencian la voz y la palabra tiempos y senderos,  que se cruzan en alguna oscura senda olvidada y la vida huye al conjuro de mis pasos, borrando huellas y caminos.
El cuerpo pierde su fuerza, la memoria y los recuerdos son torpeza, miras al cielo, al crepúsculo y la aurora en tus sueños y es promesa de aire y fuego sin sentirlos, fulgor de vida se pierden en la certeza y la última caricia, una mirada, una lágrima, una voz que se silencia.
Y eres un oasis seco da la vida, tus palabras ya solo son brisa y arena entra la ilusión de sobrevivir con un consuelo que te falta y condena a cielos mudos, sigilosos, taciturnos, entre el viaje a la noche eterna y las ansias de vida que no te abandonan entre los fríos de las penas.
Es un gris y trágico destino del ser humano consciente de sentir su tarea incompleta en su tiempo de la vida.  Es como pensar en morir, antes de haber nacido. Esa es la vida sin amor.

_ Me perdí en la aurora boreal de tus ojos, me perdí en la franja rojiza que perfila el contorno de tu boca, y me perdí en tantas noches cuajadas de  besos encendidos, que solo tu alma hace florecer.

Me perdí entre tus brazos, me perdí en tu cuerpo y tu pelvis, me perdí en tu lascivia, en tus vacilaciones nocturnas y en el calor de tus besos.

No pensaba en nada excepto en ti. No lo necesitaba y sentía el deseo de lujuria que te embargaba, como si fuese el muñeco de trapo con el que nunca jugaste.
Sentí el calor de tus amaneceres, de tus noches encendidas, y la pasión viva de tu cuerpo en un contorneo sin límite. No me importó el cómo, el dónde, el cuándo ni el porqué, solo pretendí bajo el prisma del amor y la seducción, crear una amistad que fuera eterna, única, distinta, profunda y diferente, una amistad para siempre donde fundir nuestros más profundos sentimientos, nuestros sollozos y nuestros recuerdos.
¿Me pregunto…? ¿Podrías detener el mar…? ¿Podrías detener el viento…? ¡No! No puedes hacerlo. Porque tus impulsos, tu ser inquieto  no pueden detenerse… Porque tu pasión  es como el mar, porque tu pasión es como el viento, y porque tu pasión  es solo para mí...
_Guille, amor, nos siguen _ dijo Pedro con la vista puesta en el espejo retrovisor. __ ¿Son nuestros amigos periodistas de siempre o  los que quisieron robarnos a la salida del boliche?

_ No lo sé, para el caso da lo mismo, intentaré perderlos _ expresó con una resolución y un gesto que  sorprendieron a su pareja.

Las cejas negrísimas y pobladas a Guillermo se le habían unido en un ceño, afinaba los labios hasta desaparecerlos dentro de la boca mientras cambiaba las marchas con violencia. Pedro se sintió seguro con él, Guillermo había tomado el mando y lo hacía sin dudas, con una intrepidez que lo ponía bajo una nueva luz. Esa parte salvaje lo excitaba como nada.
__Amorcito _ lo oyó decir__. Abróchate el cinturón.

__Antes te lo pondré a ti.
__No te preocupes por mí, y si lo haces olvídalo, ya te dije que el tiempo que pasé con Juan buscando a la hermanita fugitiva me hizo conocer otro mundo, solo confía en mí.
__Confío, pero pásame el cinturón y lo abrocharé _insistió con acento inflexible.

Guillermo masculló un improperio pensando en que habían salido solo por los desplantes de sus supuestos amigos, con francos deseos de sacar a Pedro de allí.
No obstante obedeció y usó rápidamente la mano derecha para estirar el cinturón que Pedro se ocupó de insertar en el pestillo. Guillermo continuó conduciendo a más de cien kilómetros por hora por una ruta humedecida y resbaladiza debido a la lluvia. Pedro alternaba miradas hacia  atrás y hacia él, mientras se sujetaba a la manija sobre la puerta e intentaba contrarrestar las violentas oscilaciones cada vez que Guillermo esquivaba un automóvil. Se daba vuelta continuamente para controlar a qué distancia los seguía el Ford focus gris.
Admiraba el mando que Guillermo poseía sobre el vehículo, daba la impresión de que dominaba la  técnica de persecución evasiva como un verdadero profesional, como si lo hubiese hecho cientos de veces.

__Amor, por la calle lateral está llegando el Toyota.
__! Mierda!
Una cosa era ser perseguidos por el Ford con similares características al coche de ellos y otra por uno de alta gama que se uniera, los dos sabían que de ser delincuentes tenían pocas posibilidades de salir airosos.
__Tranquilo, precioso, no es momento lo sé, pero cuando a Juan sus padres lo echaron de sus vidas por ser gay, la hermanita menor huyó de la casa, de la ciudad y la atrapó una red de trata, nos llevó dos años encontrarla, y meses ponernos a salvo, por eso te pido que te sujetes y confíes en mí.

Pedro lo oyó poniendo en imágenes las escenas y se estremeció.
Guillermo giró bruscamente a la derecha,  y tomó por una calle angosta, perteneciente a un barrio residencial. En la siguiente cuadra, volvió a doblar a la derecha y enseguida se dio cuenta de que era una calle sin salida. Clavó los frenos.
Pedro se volvió en el asiento y descubrió a los dos coches detenidos en la esquina. De todo lo que llevaba vivido con Guillermo esa sensación de confianza era lo que más lo desconcertaba.
Que maniático sobre el control de su vida estuviese dispuesto a cedérselo hablaba de la inconmensurable influencia de él sobre su mente y su carácter.

__ ¿Por qué es que no  aparece la policía?
__Porque  nos perdieron o porque son conocidos…  liberados _dijo Guillermo que con la mirada fija en el espejo retrovisor parecía evaluar las alternativas.

El coche arrancó de forma brusca en reversa mientras los desconocidos se mantuvieron casi al final de la cuadra obstruyendo el paso y la salida. Guillermo, había tomado el volante con la mano izquierda y la derecha iba apoyada en la parte trasera del asiento del acompañante, con el torso vuelto mirando hacia atrás, aceleraba a sesenta kilómetros por hora y después de recorrer cincuenta metros,   mientras el pie izquierdo pisaba el embrague, con el taco del derecho aceleraba al tiempo que con la punta del mismo frenaba, todo combinado con un giro súbito de volante hacia la izquierda, y de casi trescientos sesenta grados propició que el automóvil se colocara de frente de manera limpia y sin detenerse y prosiguiese la marcha.

El próximo escollo, los dos automóviles,  lo resolvió subiéndose a la verdea, demasiado angosta por lo que arrolló con  todo a su paso, y esquivó a los coches que hicieron marcha atrás para perseguirlos.
Volvieron a la autopista, la cruzaron sorteando a otro coche, y tomaron por la arteria que los conducía de regreso a destino, mas de modo sorpresivo Guillermo dobló a la izquierda tomando una calleja que  bordeaba el parque, y luego hizo lo impensable, entró en él. Espacio exclusivo para peatones y ciclistas.

__ ¿Nos habrán visto entrar acá? _preguntó Pedro y la voz le nació temblorosa a causa de las sacudidas  del coche sobre el terreno de piedras.

__Creo que no. Les llevamos ventaja y la calle es una boca de lobos.
Pedro se volvía de continuo, la oscuridad del parque le hacía difícil la observación, para peor, Guillermo había apagado las luces y se guiaban  por la débil iluminación del parque. La confirmación del plan le llegó cuando cruzaron un puente de piedra que iba sobre una laguna, y en lugar de atravesarlo, descendió a la barranca y escondió el vehículo a escasos metros del agua.
Guardaron silencio y Guillermo aún sujetaba el volante, la vista fija en el espejo retrovisor que solo le devolvía una profunda oscuridad. Pedro lo observaba a él.

__ ¿Entonces? ¿Quién crees que son?
__Entonces aprendí a conducir así de mis años huyendo de traficantes de personas, y quizá nos quieran secuestrar, es probable que nos reconocieran en el bar, a uno o a los dos y crean que pueden obtener una buena suma.
Guillermo se sacó el cinturón de seguridad y se movió con rapidez para abrazarlo. Lo apretó con desmesura.

__ ¿Estás bien, amor mío?
__Sí, bien __replicó Pedro, y a ciegas le buscó el hilo de sangre seca que  manó de una herida en el labio en la pelea antes de huir__. ¿Qué te hizo esa bestia?

__Nada. No te preocupes.
__Me hiciste sentir seguro, amor, y eso para uno como yo no sabes lo que significa.
__ ¿Uno como vos?
__Obsesivo por controlar el mundo a mi alrededor. Pero ni siquiera conduje, dejé todo en tus manos,  te puse a cargo de la situación y me sentí seguro. __Tras un silencio, declaró en vos afectada mientras se acurrucaba contra el pecho de Guillermo __es la primera vez que siento esta seguridad__lo que propició que él riera colmado de felicidad.

__No sientas algún temor amor mío, amémonos despacio sin prisas, yo llenaré tus vacíos mientras tanto, llenaré también tus silencios, seré el infinito océano de amor donde tejidos están los besos más dulces que están por caer en tus labios, mientras, refúgiate en la calidez de mis verbos escritos para ti en esta noche cálida, donde nacen sueños de abrazos, deseos y suspiros, suspendidos en las anclas del universo.
Yo,  vida mía, estaré a la espera de tu llegada, tejeré mientras tanto mis besos lentos, besos de  luna navegantes en mi barca de olvido, tejeré sueños alcanzables en las mieles de tu boca, por eso te digo vida mía, no temas, tú, serás siempre mi sueño de amor porque escrito estás en las memorias de mi piel.
Y ahora que ya estás aquí, y todo es silencio porque la vida duerme, y mis labios posados están ya en los tuyos, suéñame mi amor, y que sean tan solo tus ojos los que me miren, al calor de mis labios que te besan.
Te amo _ dijo, y le atrapó la boca entre sus labios__. Te amo precioso _ repitió __. Nada caduca en mí, podrás tomarme, o dejarme cuando quieras. Todo lo mantengo fresco y vivo, solo para vos. Mi amor no tiene límites, ni fecha de vencimiento...  en un estado de "larga vida" te espero... y cualquiera que sea tu decisión, por más que pase el tiempo, solo por vos me conservo. Nada de lo que te doy se seca, nada de lo que te ofrezco se agrieta, nada se pierde en mí con el pasar de los días... "todo lo contrario" se estaciona, se fermenta... y se hace más fuerte, más añejo mi amor. Nada de lo que te doy se pierde, nada de lo que te ofrezco se pierde. Mi amor es fresco. Es un amor de todos los días. Es como el pan, es como un buen vino, cuanto más añejo más rico todavía. Mi amor por vos no tiene edad,  puede ser un niño juguetón, un adolescente despreocupado e inmaduro, un hombre maduro y centrado, un anciano tierno con mucha experiencia.
Mi amor por vos, no tiene límites ni tiempo... por lo tanto en tu vida yo estoy,  sencillamente, te amo.

En la casi completa oscuridad en que se hallaban, Pedro supo que la expresión sonriente de él había cobrado seriedad. Las respiraciones se aquietaron. Se tocaron los  rostros con una intensidad apremiante antes de devorarse mutuamente en un beso que a cada segundo exigía más. Pedro saboreaba el gusto metálico de la sangre en la boca de Guillermo  y lo juzgó el acto más íntimo que había compartido, más aún que la ducha de la noche anterior, la sangre en su boca, entrando a su sangre, un pacto de sangre, un pacto de amor.


--Viajo agazapado entre mis labios, me escabullo por la ventana abierta de tus ojos, lento voy desordenando tus ideas y me vuelvo usurpador de tus pensamientos… callado invado tus silencios… me sientes por momentos viajar por tus sentidos arrebatándote sensaciones extrañas de caricias por tu cuerpo.
Sin que lo hayas planeado en un lugar dentro de ti me encuentras, arrebatándote suspiros que llevan impresos mi nombre… me robo tus momentos en los que ensayas quizá  besos secretos… un impune delito creo estoy cometiendo, aprovechando mi furtiva aparición en ti, imperceptibles huellas quiero dejar para que sientas que algo de ti ansío llevar.
__Abogado, juez y condena… serás… Dirás en mi defensa que por tu belleza a escondidas quise pasar mis sentidos, que de tu amor quise ser dueño, robándome en la distancia de ti ese sentimiento. Me juzgarás, diciendo con qué derecho en tu vida me volví invasor de tus momentos, que podría haber una ley que haga de mi incursión en ti un vil delito.
Me condenarás… ¿cuál será mi sentencia? Vivir encadenado a tus besos… a ver por siempre tan solo la luz de tus bellos ojos… a que en el momento de amarte deje en ti hasta mi último aliento.
Feliz estaré si esta es mi condena… mas si es otra mi sentencia prefiero ser un maleante y que se me juzgue por el delito de querer amarte, a que vivir en páginas vacías sin mis verbos a ti poder dedicarte.

Lo nuestro, es más que una coincidencia, es parte del destino, estaba escrito en el cielo, es más que una casualidad los ojos no mienten, los labios no fingen, las manos no engañan mucho menos el cuerpo entero cuando se estremece incluso por una mirada. Es amor más allá del tiempo.

--Tus besos saben a nostalgia, dejan mis labios llenos de deseos místicos.
Me escudriñaron el alma, y me cerraron las heridas que llevaba sangrando.
Fue  imposible no perderme en tus ojos y en esos bosques de cipreses que ocultas en esa sombra de vidas pasadas, ahora estoy seguro que te he perseguido a través del tiempo y de otros cuerpos y otras vidas. Somos hijos de un amor cósmico, y hemos compartido muchas existencias ahora lo sé, pues todas las marcas que me dejaste en el alma, se sintieron en casa cuando tus manos me acariciaron la piel, y ahora ya no quiero sentir ningún otro hogar que no sea el hermoso palacio que hemos construido en tu pecho.
Cómo podrías no ser tú, si tan solo escuchar tu corazón, los ecos de viejos te amo me visten los oídos de magia, la magia de un amor que ha crecido en cada nueva vida a la que llegamos, y ahora sé que en esta nos fundiéremos en una sola alma, y llegaremos el final de nuestro viaje cósmico...
No te voy a pedir que me des un beso. Ni que me pidas perdón cuando creo que lo has hecho mal o que te has equivocado. Tampoco voy a pedirte que me abraces cuando más lo necesito, o que me invites a cenar el día de nuestro aniversario.
No te voy a pedir que nos vayamos a recorrer el mundo, a vivir nuevas experiencias, y mucho menos te voy a pedir que me des la mano cuando estemos en mitad de esa ciudad.
No te voy a pedir que me digas lo guapo que voy, aunque sea mentira, ni que me escribas nada bonito.
Tampoco te voy a pedir que me llames para contarme qué tal fue en el día, ni que me digas que me echas de menos.
No te voy a pedir que me des las gracias por todo lo que hago por ti, ni que te preocupes por mí cuando mis ánimos están por los suelos, y por supuesto, no te pediré que me apoyes en mis decisiones. Tampoco te voy a pedir que me escuches cuando tengo mil historias que contarte. No te voy a pedir que hagas nada, ni siquiera que te quedes a mi lado para siempre.
Porque si tengo que pedírtelo, ya no lo quiero.
Todo debe de salir de uno cuando hay una unión, un amor, un cariño.
Nada es a la fuerza, no te voy a pedir quédate a mi lado cuando tu corazón ya no quiere, porque no lo deseas, porque ya nada hay en ti para mí.
Ya no te pediré nada,  así lo quieres así se hará.
__ En mi imaginación, caminas descalzo, sobre la húmeda arena, conquistando los espacios, marcando paso a paso la senda que vas recorriendo, mas, quizás alguna vez, nuestros pasos se vuelvan a cruzar y nuestras vidas, quizás al fin se unirán, y aunque sé que es largo el camino,
pero se haría mucho más corto si lo recorriéramos juntos, mientras tanto tú sigues tu andar y yo el mío, pero yo, siempre llevo en mi camino  la luz de tus ojos y la huella de tu sonrisa, mientras imagino los besos  con los que te saludaré, cuando al fin nuestros caminos se vuelvan a cruzar, porque mi alma te espera y siempre te espera, ya lo ves: todo florece,
debe ser primavera.
Esculpí la estatua del pensador con un cincel al compás de mi corazón y con la inspiración de
mi alma artística enamorándome  de cada cincelada de la creación de mis manos dándole vida que parezca que va hablar para los ojos del ser humano. Es un arte que brota muy dentro de mi ser expresando todos mis sentimientos el talento que Dios  me dio.
El arte del escultor emana sentimientos transmitiendo al público admiración hacia el artista, quedándose embelesado  con la mirada penetrante a la estatua,  pensando cómo lo habrá hecho tan exacto,  el arte llama al ser humano como cuando  un imán llama a otro imán admirado el  hermoso trabajo del escultor. En las Iglesias hay estatuas hermosas  que hicieron los artistas haciéndole un homenaje a Dios como cuando le cantamos una canción  agradeciendo el don que le dio para esculpir. Y esa obra perfecta eres tú, Guille, mi amor único y sé que eterno.
__Amor supremo. Dos esencias únicas y originales  difícil poder encontrarlas fácil,
pero el amor es así, insólito; apasionado, irreverente y necio… capaz de luchar solo contra todo. Descubre, toca e inventa soles, es amo, dueño y esclavo dócil; vino dulce que embriaga suavecito hasta cegarte en grado recio revolcándote cual puerco en lodo.
 Y suplica caminemos juntos, ser la vida que tranquila corre por los finos vasos capilares
sintiendo esa dulzura de besos… en la mar embravecida de la miel. Inyecta sus plácidos momentos, cual cura ciñe, aconseja y socorre en el templo rodeado de pilares; que atado a su cintura los rosarios… ve a cristo crucificado en el dintel.
Y llegas a ser la vida misma que rauda fluye por débil cuerpo, iluminando a la negra noche  que impávida crespa al tiempo… cobijando al futuro consorte. Quizá seas luna o brillante gema,
dios prohibido del monte olimpo; alegre que en feliz trasnoche… brinde besos como pasa tiempo según trato del señor comporte.  Cuerpos con ganas de amar tiemblan, labios rebuscados fáciles sucumben;  y el deseo de tenerte conmigo  halla, el aroma fugaz de tu cuerpo cobijado con fresco perfume. Y en el éxtasis las frías manos hablan, las cubiertas de mil flores vienen trayendo esencias que contigo  mueren, desvaneciendo el tiempo… gozado por ese amor supremo.
Camino por una cuerda que lleva a polos opuestos…  cosmos diferentes de un mismo centro,  relación de entregas, pasiones y encuentros, universos dibujados por muchas estrellas que a veces hacen que mis pasos titubeen donde el tiempo es una quimera eterno en sí mismo y mi pobre cerebro, a veces desdibuja la llegada. Seré peregrino de mis propios deseos porque en el medio de la cuerda... titubeo.
A veces pesa la mochila, pasaporte de varias postas pero siempre miro a lo lejos porque el antes y después me marchitan, solo veo como ahora mis pies se deslizan y aunque piense lo que pienso la cuerda se estira... y yo haciendo equilibrio entre dos cosmos que me esperan, horas de espera e incertidumbres porque me sonríen los sentimientos y constelación de estrellas a mis lados hacen que mis ojos se cierren y me entregue sin pensar a los acontecimientos.
__Déjame amor mío que esta noche te dé besos de luna, y caricias de papel, déjame que te invite a soñar conmigo, y por si algún día tú lo necesitaras, llene los bolsillos de mi alma de primaveras nuevas, mientras tanto las ausencias me llenan todo de esta absurda soledad, y en esta larga espera dejaré las luces prendidas del desván de mis sueños por si quieres  ir, la vida conmigo vida mía, y quieras llenar mi jardín de flores recién cortadas, porque sin pedirme nada a cambio llenaste mi almohada de esa fragancia que solo el amor tiene, ella me devuelve a tus brazos en cada amanecida envolviéndome en este camino de locura de amor, donde amarte es mi único propósito, y no me importa perder la razón en el intento, ámame amor mío, ayúdame a quemar este deseo de escapar de esta oscuridad de tinieblas sin la luz de tus ojos.

Que se apaguen los días, que hablen las lunas de los amores prohibidos, que me traigan los mares tus besos, que la noche me traiga ya los sueños, porque ya mi alma desbordada está de ansias de amarte mi vida, sabes que en cada trazo y a través de mi desvelo llego a ti, y me instalo ahí donde desde lejos me miras y me acaricias con tu sonrisa, siento, que cada mirada dice mi nombre bajo esta oscuridad de la noche que agita mi piel porque atrapado me siento en tus ojos, tú, vida mía, eres la sombra de todo lo bello que eleva mis sentidos, llevándome a ese cielo deseado de tus labios.

Ahora amor, me instalaré con el sosiego que me permita mi mente, y ahí estaré a la espera de tu llegada, porque sé que no me dejarás solo esta noche, lo sé, porque este sentimiento enamorado me dice que tu alma necesita alimentarse de mí.
Te amo amor. El amor duerme no desaparece, solo se esconde detrás de los sueños hechos verbo, se esconde por miedo a perderse en mis ojos, nuestro amor vida mía no necesita de permisos, ni perdones, ni penitencias, es nacido de noches de soledades, de amaneceres dormidos, de cielos azules sin soles que lo iluminen, de sueños sin destinatario, pero el destino sí se ha permitido sin pedir permiso escribir esta historia de amor soñado.
Mientras, en mi día a día, mi mente se duerme esparciendo en el aire versos que se convierten en suspiros y palabras desnudas al viento, dejándose mecer por el vaivén de un sueño enamorado con la esperanza de que esta noche te acerques sigilosamente como amante enamorado para no despertar la noche, para hacerme entrega de las mieles que mi piel reclama, acomódate en mis brazos vida mía mientras un beso robado iniciará nuestro sueño.
Te amo amor, te amo.
__Te amo eternamente, más allá de la muerte  _dijo Pedro embargado de emoción__. Cuánto tiempo es el tiempo que eternidad me vendrá a buscar,  que infinito me hallará,  en qué espacio me  hallarás cuando no me busques. Qué línea infinita preciso para discurrir tras de ti, cuántos dioses he de conocer  antes que tu ser, cuántos universos fraguarán tu existencia, cuántos mundos, cuántos paraísos, cuántos huesos formarán la manzana de tu cuerpo, cuántas serpientes  hablarán las viperinas lenguas de los dioses, hasta ser tú, el resto de todo cuanto me queda.
__Aquel beso que se atrapó entre nuestros labios, con la humedad, el sabor a miel y el aroma del nuestros cuerpos. Ese beso que nos hizo hombres tan solo en un segundo, ese abrazo que nos otorgamos con la energía de una suavidad única, sintiendo el comienzo de una nueva historia. Ese roce dulce que nos robamos sin darnos cuenta al ocaso de esta tarde, entre las arenas con los pies mojados como único testigo, ese mar que nos baña cada día  llevándonos al comienzo  de nueva ilusiones. Ese beso que a nuestra edad madura se siente con un calor especial, con horizontes diferentes, con esas sonrisas y frases que van marcando desde ahora, ya nuestras vidas.

Sin apartarse, a ciegas, Guillermo lo liberó del cinturón de seguridad y con un movimiento ágil, todo a un mismo tiempo, hizo retroceder el asiento del conductor y lo colocó  a horcajadas sobre él. Los dos enseguida percibieron el bulto duro contra la tela de los pantalones y experimentaron una oleada de excitación que los obligó a mecer la pelvis de modo instintivo, lo que les arrancó gemidos.
 Con timidez Pedro dejó que Guillermo le guiara la mano hacia su erección y que le enseñara a moverla, mientras no detenía el movimiento.

__No te detengas. Por favor, sigue moviéndote de este modo.

Guillermo volvió a atraparle la boca y a penetrarla con una lengua impaciente y agresiva, al tiempo que lo sujetaba por las caderas para guiarlo en un vaivén que impuso recolocándolo casi de espaldas y llevando su umbría a la hendidura entre las nalgas de Pedro que emitió un clamor oscuro dentro de su boca. Lo recorrió una electricidad que Pedro asoció con la alegría exultante que lo colmaba mas era la mano de Guillermo la que por un lado comprimía y hacía rodar sus pezones, y con la otra frotaba su erección. Le siguió un abandono donde por un lado Guillermo echó el cuello hacia atrás y sus dedos se le clavaron en la carne sin medir el ímpetu. Luego soltó una exhalación que dio origen a unos gemidos roncos como los estertores finales de una agonía, los que fueron enmudeciendo en tanto los movimientos espasmódicos  de la pelvis se aquietaban, Pedro apenas lo distinguía en la penumbra, y sin embargo sí fijaba la vista en la oscuridad con fascinación, sin pestañear, sin respirar. Habría deseado estudiarle cada una de las reacciones, los gestos y los movimientos. Haberle procurado placer aunque fuese de ese modo lo tenía desconcertado, pero sobre todo hechizado.

__Qué feliz me hace que después de años haya vuelto a sentir esto y que sea con vos.

Habría querido preguntar si había sido mejor con Juan, pero calló, avergonzado por la mezquindad que encerraba su curiosidad. Después de todo lo que él acababa de darle, era solo un remedo de un acto real, que su primer amor le había concedido completa y libremente. Guillermo mantenía la cabeza echada sobre el respaldo y los ojos cerrados, y Pedro le sujetó la cara por las mandíbulas, respiraba aún de modo agitado, Pedro fue depositándole pequeños besos ciegos. Cuando llegó a los labios, a los que halló estirados en una sonrisa, sonrió a la vez.

__Gracias por haberme concedido este honor, el de ser el primero después de tanto tiempo.
__El primero y el último.
__ ¿Te gustó? _quiso saber, intimidado y con culpa, Guillermo lo abrazó con risas.

__Sé cómo funciona tu cabeza, amorcito. Sé lo que estás pensando, lo que estás recriminándote y quiero que dejes de hacerlo, porque falta muy poco para que seas absolutamente mío, para siempre. No hay palabras para definir lo feliz que estoy por haber compartido lo que acabamos de compartir.
__ ¿Quieres limpiarte?
__No. Quiero sentirlo ahí, para recordar lo que hemos compartido esta noche en que casi nos han secuestrado.

Se quedaron en silencio, abrazados y serenos pese a la funesta situación en que se hallaban.
__ ¿Crees que los hemos perdido?
__Sí _respondió, Guillermo, igualmente esperaremos unos minutos.

Guillermo rompió en una risotada, y Pedro pensó que estaba disfrutando de uno de los mejores momentos de su vida, mientras Guillermo lo sofocó en un abrazo y le hizo cosquillas en tanto le mordisqueaba el cuello. De nuevo la perfección del rostro esculpido de su amor surtió el efecto de un conjuro. Reparó en sus cejas bien delineadas y negras que realzaban el color caramelo de sus ojos. Y soltó un suspiro.

_-Me deslicé por esos, tus sentimientos frescos, suaves al tacto y ardiente lecho.
Me dejé caer, en tus sensuales sueños y paralicé... al encontrarme,  adentrado, acoplado en ellos. Me creí ser una fugaz aventura descubriendo en la noche  una auténtica y apasionada locura. Me giré y me noté entre tus brazos varoniles y fuertes,  reconfortarles, cálidos en regazo. Me acurruqué y acoplé,  me dejé así  querer sentirme entero... apasionado.
Bailamos juntos, la danza del fuego  candente, vigoroso y placentero.  Enredamos nuestros cuerpos hasta quedar extasiados, sin aliento.  Agarraste mi cintura, con fuerza y vigor  sin notar yo, soltura alguna. Apretaste junto a ti, para no dejarme ir sin saber, que no escaparía  enroscado, cual serpiente en brujería.  Y quedé dormido, cansado, agotado éxtasis a un Amor, por ti custodiado.  Te sentí mi dueño, en cuerpo y sueños,  yo sumiso, en cada recoveco recodo y rincón de tu varonil cuerpo. Te embrujé con mi veneno  absorbiste y bebiste, cada poro saciando tu sed, a tu antojo y modo. Balanceo sin final  despertando al alba... y comenzar, es lo que sueño poder tener contigo _ dijo Pedro con voz ronca__. Apareciste tú en mi camino
y te entregué el corazón. Tu presencia fue algo divino eres la fuerza de mi razón.

Cual mi vida no tenía sentido estaba vacía de ilusiones. Todo este tiempo he vivido tambaleándome entre rincones. Sumido en mi mente inoperante por unas perturbadoras desidias. En ti, encontré el calor constante con el tacto de tus dulces caricias.
Hasta que no llegaste a mi vida ese magnetismo por ti, no sentía. Cual nunca fuiste un desconocido,  tu sonrisa  mi alma ya la conocía. Ahora que te tengo cerca de mí siento alegría, me siento realizado. Mi felicidad no sería igual sin ti te quiero, te amo demasiado.
Un pacto de amor he sellado contigo hasta el fin del mundo. Tú y yo nunca iremos por separado ni siquiera por un solo segundo. Desde aquel día que me miraste sentí una atracción por ti.  Me embrujaste, me enamoraste,  junto a ti  yo quiero envejecer.
Tú, yo, conjugando sentidos, unión de dos cuerpos embravecidos, desnudos del corazón, atrapando silencios, presentir caricias, deteniendo las horas, disolviendo fronteras, gozando lo sublime, mil besos furtivos llenos de mermelada, hechos de pasión.
Estas frías madrugadas, donde el invierno se asoma, mi boca desea el elixir pendenciero, amarnos sin rechistar, cocíname a fuego lento, herviré como volcán, quiero fusionar tu alma con la mía, ahogando los gemidos en agonía, sin reposar, hasta que ya no aguantemos más.
No es deseo, es costumbre  ya tener tu sabor, tu olor, amarte con desdén, navegar en tu mar, en mis ríos a la par; me abandono a tus deseos, a tus fantasías inmersas, eres el pan de cada día, donde solo nuestros océanos se disfrutan, es navegar en contracorriente, ante tanta sensualidad, que con alevosía y premeditación, dedicas tu tiempo, esas noches mágicas, en que el sudor está presente en nuestra piel de tanta humedad.
Mi voz baja a tu oído, te recito, mis labios solo te resucitan, consumamos nuestros sentidos, en la hoguera de la seducción, levitas a la cumbre, estallando en llamas, en el fuego preciso, la mezcla de los elementos claros, bebiéndonos la fruta codiciada, para otro día al alba empezar la nueva noche.

__Los caminos son infinitos, y sus carreras son muy cortas, lo que en vida tú aportas
destino serán de tus hitos. Toda la dirección errónea será piedra en el camino, en la rosa habrá espina y la vida poco idónea. Sin ideas en el acierto irá el corazón frustrando, las ilusiones apagando y el futuro muy incierto. Cada paso será un muro de imposible franquear, sin la meta que alcanzar y el porvenir muy oscuro.
La barrera infranqueable derribada es con amores, son del existir los motores que hacen al mundo sociable. Con trabajo y con tesón no hay guerras que no se ganen, ni cien mil males que no sanen si se pone el corazón. Acertando a la primera, acaba el rompecabezas, se encajan todas las piezas y eliminan las barreras.
Caminando los corazones jugando ganan la partida deambulando por la vida, con el fuego de las pasiones.


Era de madrugada cuando volvieron a la casa y por suerte para ellos todos dormían, hablaron durante horas sentados  perdiendo la mirada en los barcos atracados en el puerto, hasta que llegaron frente a las habitaciones, se quedaron mirándose en silencio fijamente, los gestos serios mas no severos, hasta que en una especie de acuerdo tácito ingresaron de la mano en la habitación de Guillermo.

__ ¿De veras piensas que cuando filmo hay y habrá otros actores que tratarán de apartarme de ti?
__Sí, de veras lo pienso porque eres irresistible, amén de adictivo, y yo no siempre estaré cerca. No te hagas el inocente. Sabes que siempre tendrás a hombres y mujeres revoloteándote en torno.
__Igual que vos, mejor dicho peor será que sigas en esa dichosa facultad donde no puedo pisar para marcar terreno.

Pedro rio y le pasó las  manos por el rostro suave,  como el ciego que descubre las facciones de nuevo con el tacto, Guillermo bajó los párpados, entregado a sus caricias.

__Pero resulta ser que no soy libre. Soy de mi Pedro. Aunque admito que me gusta que te pongas celoso.
__No es un sentimiento con el que esté familiarizado, pero contigo todos diferente, Guille, y sí, sentiré unos celos terribles.
__Y yo seré feliz viéndote celarme. ¿Nos damos una ducha juntos como anoche? __le sugirió mientras le mordisqueaba el labio inferior__. Yo te desvestiré.

 Lo obligó a ponerse de pie y se colocó de rodillas delante de él para quitarle los zapatos, las medias y los pantalones. Cuando le apoyó la frente sobre su sexo aún cubierto por el bóxer y le cerró las manos en  las nalgas, Pedro se dio cuenta de que, al aferrarse a su cabeza e inhalar profundamente, en absoluto le impulsaba el miedo sino la excitación. Se puso de rodillas a su vez, y Guillermo le contempló con interrogación en la mirada.

__Ayer quisiste acariciarme los pezones y yo te los negué. No estaba listo. Creo que ahora lo estoy.
_No quiero que ahora lo hagas por complacerme.
¿Me vas a contar el origen de tu fobia?

Pedro dudó, pero al cabo de un instante, con voz trémula dijo.
__La dictadura de Chile, mi facción política, mejor dicho la de mi familia, era un nene,  en los ochenta, terminé en el estadio nacional, ya sabes lo que sucedió allí ¿verdad?
No puedo decirte más todavía, pero todo lo que hago es para complacerte, Guille. Es de donde tomo la fuerza para superar mi fobia. Permitir que me toquen lo hago para que  no se sienta rechazado quien amo, lo que me hace vencer por sobre el ataque de pánico es pensar lo que te hace feliz a ti.
__Y a mí me hace feliz porque sé cuánto deseas superar la fobia y que a vos te hace feliz conquistarla. __Bajó la vista y le acarició los pezones a través de la camiseta__. Sos tan perfecto. ¿Me contarás lo que sucedió algún día?

Pedro asintió, incapaz de articular y apenas escuchando las palabras de él, la reacción de su cuerpo al contacto de esas manos lo había transportado a otra dimensión. Lo más fascinante lo constituía el hecho de que no lo ahogaban los olores nauseabundos, ni lo ensordecían los gritos de los soldados, ni sentía la carne de esas bestias profanar la  de él. Guillermo era el único que lo mantenía en una realidad de amor y pasión.

__No permitas que vaya allí, Guille __pensó en voz alta__. No me dejes ir allí, nunca más.

__No, no _respondió él, solícito, mientras le depositaba besos en el rostro y seguía masajeándole los pezones__. No te permitiré ir allí-. Estarás a mi lado, siempre, para que pueda amarte y venerarte como te mereces. Amor de mi vida, amor mío.

Guillermo le rozó los pezones con pasadas suaves de los pulgares y Pedro sufrió un desfallecimiento. Se aferró a sus hombros y echó la cabeza hacia atrás, mientras de su garganta brotaban sonidos estrangulados que no se sabía capaz de emitir.

__Por favor, levanta los brazos _pidió Guillermo y Pedro obedeció.

Le quitó la camiseta y se quedó mirando el torso, y los pezones con codicia renovada, que sedujo a Pedro cuando pensó que lo repulsaría. Existía una contradicción entre los sentimientos que él le hacía experimentar y lo que se suponía que debía sentir como consecuencia de su trauma. La situación  lo tenía fascinado, confundido, y con los latidos muy elevados, contuvo el respiro en un acto maquinal mientras siguió con miedo las manos de él que se aproximaban a sus pezones desnudos, con el cuidado que habría empleado para atrapar a una mariposa. Su piel tibia al contacto le causó una oleada de alivio y una ráfaga de placer, una combinación explosiva que lo hizo gemir. Guillermo siguió masajeándole los pezones mientras lo estudiaba con avidez y con ojos atentos.

__ ¿Puedo chuparlos? __preguntó mientras le acicatea los pezones, y aunque no emitió sonido su gesto debió de resultar elocuente pues Guillermo sonrió en una mueca triste y apartó las manos.

__Perdón.
__Shhh __lo acalló él, y le selló los labios con un beso que enseguida lo hizo olvidar del fracaso__. ¿Sientes nuestras pieles tocarse, amor?

Murmuró que sí, por pura necesidad apretó los brazos en torno a él, sí, era muy fácil caer en la tentación de depender de ese hombre.

__Vamos a bañarnos.
Guillermo se puso de pie y Pedro descubrió que estaba muy excitado. Lo observó mientras se deshacía del bóxer y también mientras entraba en la bañera, en tanto alzaba y flexionaba las piernas espléndidas, lo estudió en detalle, cómo los músculos  se le marcaban bajo la piel, y también miró los pies de uñas bien cortadas, y por último se animó  a fijar la vista en la erección y en los testículos que caían sobre una mata de pelo espeso y negro. Guillermo le extendió la mano y Pedro se apresuró a quitarse el bóxer antes de aceptarla. De nuevo, frente a frente en la ducha, se contemplaron con un anhelo que les provocó cosquillas en zonas que antes habían permanecido dormidas.

__ ¿Puedo tocarte?
__Donde vos quieras. Soy todo tuyo.

Quizás él no esperaba que le aferrase la erección tal vez por eso se sacudió como si hubiese sufrido un golpe. Lo miró con ojos anhelantes y expresó tantas palabras que no pronunció y que Pedro igualmente comprendió.
__ ¿Te gusta? __Guillermo asintió, tenso, silencioso__. Quiero volver a darte y a provocarte lo que provoqué hoy en el auto, pero esta vez quiero verte gozar. Enséñame cómo quieres que lo haga.

Sin romper el mutismo, Guillermo le cubrió la mano con la suya y comenzó un movimiento ascendente y descendente que fue adquiriendo velocidad y mayor opresión. Su mirada no lo abandonaba, y Pedro no se apartaba de la de él. La conexión era poderosa e inefable, e inverosímil, aunque tan real, como ellos dos compartiendo ese baño.

Guillermo apartó la mano y Pedro prosiguió con el masaje, que detuvo sin intención cuando él comenzó a hacer otro tanto con sus pezones.

__No te detengas amor.
__ ¿Estoy haciéndolo bien? __quiso saber segundos después.

No obtuvo respuesta. La expresión de Guillermo se crispó, los labios se le separaron ligeramente y la respiración se volvió afanosa e irregular, pero fue su mirada lo que le causó una honda impresión. Había desespero en sus ojos, como si una tragedia se desarrollara delante de él.
__Aquí estoy, Guille _ dijo, guiado por el instinto__. Mírame. No me dejes _le suplicó. Y eso pareció devolverlo a la realidad de la bañera.

Le devoró la boca con acuciante ardor. La violencia del orgasmo lo tomó por sorpresa y emitió una exclamación cuando Guillermo se cerró sobre él y agitó la pelvis con una rapidez desconcertante. Apretado como estaba y lo tenía, Pedro ya nada hacía excepto mantener la mano cerrada sobre el pene y dejar que él buscase el alivio el cual parecía no acabar. Lo fascinante de la experiencia no le impedía meditar en lo extraordinario que resultaba que él, un hombre hasta mes atrás roto, hubiese comenzado a sanar a manos de Guillermo.
No le habría molestado quedarse  horas en  esa posición, con su miembro saciado entre los dedos y el abrazo intemperante de él en torno a su cuerpo. No  le habría cansado oír sus inspiraciones agitadas que le golpeaban la piel mientras eyaculaba en unos jadeos roncos, un sonido que se propuso volver a escuchar una y otra vez. Y quería ser él quien se lo provocase… siempre.

__Lo sos todo para mí, Pedro. Todo. No me dejes nunca, amorcito.
__No, no…
__Sé que te preguntas cómo seguirá esto, pero hallaremos la forma, lo verás.
__Sí, la hallaremos _respondió con sincera disposición, más allá de que sabía que no sería fácil conciliar sus vidas ni sus mundos.

__La felicidad eres tú, Guille, mi hogar eres tú _declaró siguiendo el hilo de sus reflexiones__. Tú, Guille.

__Y tú la mía _ dijo emocionado, y lo besó bajo el chorro de agua caliente.

Se bañaron mutuamente y si bien Guillermo le permitió que le higienizase las partes íntimas, Pedro se negó a que él hiciera otro tanto con las suyas. Guillermo lo abrazó por detrás y le habló al oído:

__ ¿Sabes amorcito? Yo también tengo mis demonios, como vos. Hace un momento mientras me masturbabas y estaba a punto de aliviarme, las imágenes del pasado me cegaron y si no hubiese sido por vos, por tu voz que me rescató, creo que me hubiese perdido en esos recuerdos que anhelo olvidar.
Pedro ajustó las manos en sus antebrazos y giró sobre sus pies para besarle el filo de la mandíbula.

__Gracias,  amor mío.
__De nada _susurró, mientras le acariciaba el mentón con los labios__. Haría cualquier cosa por verte feliz.

Guillermo le buscó la boca y volvieron a besarse, incansables en la necesidad de sentirse, de tocarse, de explorar una intimidad que afianzaba un vínculo que acababa de nacer pero que parecía  viejo como la humanidad.
Pedro se giró en el abrazo de Guillermo y lo enfrentó  mientras le encerraba el rostro entre sus manos__ quiero agradecerte por todo lo que me has hecho sentir y vivir en estos días que hemos compartido. Nunca fui tan feliz, Guille. Y aunque he llorado, aunque no sé cómo será regresar al mundo, sé que todo es parte del proceso de sanación. Quiero pensar que me ayudarás a sanar, que estoy sanando y que al fin podré ser feliz contigo.

__Estás sanando amor. ¿Habrías imaginado al verme en al plató la escena de compartir una ducha con un hombre desnudo?
__No, claro que no.
__Estás sanando. Sos tan fuerte, tan endemoniadamente poderoso, pero vos no lo notas, es parte de tu naturaleza y lo das por descontado  y no lo adviertes. Pero a mí me tienes admirado.
__Soy fuerte porque tú me das esa fuerza y coraje. También quiero que sepas que eres el hombre más hermoso que he visto en mi vida y te aseguro que he conocido  a muchos que arrancan suspiros pero ninguno como tú.
__ ¿Alguno debería preocuparme?

Pedro rio por lo bajo y agitó la cabeza para negar.
__Justamente, rodeado de gente guapa, nadie me atrajo como tú, nunca.

Guillermo lo contempló, le estudió el rostro con la actitud en la que solía caer, esa concentrada y codiciosa que le cortaba el respiro. Cuando le habló empleó una voz más oscura y grave de lo usual, y en un instante su cuerpo respondió con voluntad propia.
__A veces odiaba a Dios, y le preguntaba por qué me había hecho padecer lo que padecí. Pero ahora estás vos y el rencor que le tenía comenzó a disolverse y solo va quedando un sentimiento de gratitud por este regalo que me hizo, por haberme devuelto lo que me quitó al haberte puesto en mi vida. Así de inmenso sos  Pedro. Por eso te dije que lo eras todo para mi… mi sino.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.