domingo, 29 de abril de 2018

"VECINOS". CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO.


"VECINOS".

CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO.

Lunes 12 de diciembre.


«— (...) En fin, vamos a ver: tu vida, ¿es una unidad para vos?
—No, no creo. Son pedazos, cosas que me fueron pasando».
Julio Cortázar. Rayuela [Cap. 19]
“Yo me enamoré de sus demonios, ella de mi oscuridad.
Éramos el infierno perfecto”. Mario Benedetti.
“La amé, no por la forma en que bailaba con mis ángeles,
sino porque el sonido de su nombre enamoraba mis demonios”.
Christopher Poindexter.
“Hasta que empezó a sentir algo en su alma, según decían,
ya muerto e inerte”. Anabelle Collins.
“¿Qué es el infierno? Arder de un amor que pertenece a otro cielo”.
D. Vega.
__
__Es un hombre muy bondadoso. Debes sentirte agradecida. Mandará a buscarte con un auto el lunes por la mañana.

Diana no pudo dormir las dos noches siguientes. De pronto la idea de salir del convento y aventurarse en el mundo la aterraba. Se sentía desnuda, perdida.
A lo mejor lo que me conviene es no saber quién soy. Dios mío, por favor, no me dejes sola.

Miércoles 14 de diciembre.

__Papá, no  quiero que sigas moviéndote, de verdad, hoy era importante porque se recibía Pedro, con todo lo que pasó parecía un milagro, ahora ya quédate en casa __ afirmó Fabián mientras terminábamos de cenar atrasados por los llamados de la gente del estudio al conocer las noticias.
__Guille, yo iré con Fabián amor, quédate en reposo, tienes demasiadas lesiones y tardan en realidad años para volver a lo normal _supliqué pero vi el ceño.

__No estaré años en reposo, Pedro.
__Papá, Pedro, ninguno de los dos, iré solo, me siento más tranquilo, de verdad, si quieren esperen en el departamento, o  en la casa, soy grande, me irá bien, y guarda la pierna para que el sábado podamos festejar, papá, de verdad te lo digo, y más aún, para que se pueda ir a Italia lo antes posible, por favor.
__Está bien, Fabián, tienes razón, te irá bien. Por mi parte cuidaré que tu padre se quede quieto y llamaré a mis amigos que me deben dar por muerto ya.
__Sí, cielito, llámalos, es verdad, hijo está bien, ve solo.  Antes del inicio de la feria irás con Beto a iniciar el paso de la fortuna a tu nombre, aunque no se termine hasta marzo.
__Por mí, no hay apuro, excepto porque quiero hacer algunas cosas. Papá, ese dinero es una locura que quede en mis manos, en realidad es tuyo, pero no voy a insistir porque sé que no lo quieres, pero no podrán decir que no a mis pedidos, es un regalo por las fiestas, adelanto del casamiento o como deseen verlo, el viaje a Italia lo pagaré yo, después de todo iré de paseo, y jamás imaginé siquiera ir a Europa, menos a mi edad.
__Fabián, es demasiado _dije negando con la cabeza.

__No Pedro, no es nada para un dinero que llega de regalo, y para vos es encontrar a tu madre, y la verdad, lo mismo quedará a mi cargo la remodelación de la casa del Delta, porque me gustaría que podamos vivir allí. Papá, ahora que todo está calmo, que sabes la verdad, me gustaría poder  quedarme allí, saber yo más de Bruno, de mis abuelos y los recuerdos y sus cosas están allí. La casa es inmensa, podremos vivir todos y cuando me case inclusive.
__Está bien hijito, acepto, me parece perfecto. No tengo el dinero para todo eso, y sí Pedro lo necesita.
__Lo devolveré cuando pueda, Fabián, lo tomo como préstamo.
__No señor, a ver, a los dos les digo. Es un regalo como lo es esa inmensidad de plata para mí, no quiero que me devuelvan nada, eso me libera para comprarle algo a Ana, y es un montón, ni siquiera sé cómo se maneja.
__Lo sé, hijo, creo que luego del viaje consultaremos a un inversionista, no te asustes, te ayudaremos, y está bien que ayudes a Ana, esa casa la venderemos, está bien hijito, aceptaremos tu regalo si así te sientes mejor _afirmó Guille acariciándole la cabeza a Fabián con una ternura que antes no vi __. Y no olvides a Malvarez.

__Y si quieren, mientras la casa sea un lío pueden quedarse en el departamento, creo que yo debería vivir con Ana, está sola y sabe que le pedirás el divorcio, perdió a Miguel, y luego viajaré con ustedes, creo que en estos meses corresponde que la apuntale __ dijo Fabián mirando a Guille.

__Sí hijito, me parece perfecto, quizá vivamos en el departamento, es más cercano a todo, o a veces en la casa, la remodelación hay que vigilarla, y se hará por partes, podemos ubicarnos en otro sector, yo mucho no podré colaborar pero puedo vigilar.
__Bien, entonces  de acuerdo en estas cosas, me iré a dormir, las emociones de hoy me dejaron exhausto, y tengo que rendir, ni bien termine  les llamaré, y almorzaré con ustedes, luego ya iré a lo de Ana.
Fabián se incorporó para besar a su padre, estamos en el Delta.

__Y no sientan que me deben nada, son mi familia, vos papá me has dado todo, y a Pedro lo quise desde verlo en la facultad, quiero vivir con ustedes, excepto esa colección de motos y autos de lo que me quedaré con uno para cada uno y venderé, el resto lo vamos a disfrutar, la casa, el viaje son necesarios.
__Lo primero es que Guille rehabilite, y debo de arreglar mi trabajo, he dejado alumnos abandonados, si puedo ir al estudio como lo que sea, ya iré dejando mis clases. __Miré a Guille que me tomó la mano.

__Por supuesto que irás, y mientras  te vas a especializar en lo penal, podrás hacerlo rápido, pero deja las clases porque  vas a necesitar el día, luego del viaje, espero estar bien para eso en marzo.
Hasta mañana hijito, y sé que va a salir todo bien.
Salió contento.

__Pobrecito, es un grandote pero asustado, y es lógico, es mucho dinero.
__ Es un amor, le irá muy bien. ¿Te sientes bien de verdad?
__En el cielo, lo peor pasó, en realidad creí que me iban a moler a palos, pero luché como te dije, vos me enseñaste que no tengo que decidir quién vive o quién muere, y pensándolo mucho vos y yo no fuimos tan malos. Los pecados a veces se definen en forma general, sin tener en cuenta que todo depende el interior del pecador, en el caso de Miguel o del padre, estaban podridos, se describen de manera superficial y supersticiosa. Es tarde para que cambiemos el pasado, fuimos dos almas oscuras por el dolor, pero eso me hace feliz, te escribí alguna vez, la felicidad está dentro de cada uno y debemos encontrarla en esto que somos. ¿A vos no te hace feliz ser como sos?
Yo sonreía viéndolo y acariciándole las cicatrices como deseando sanarlas como mi mano.
__Yo con ustedes soy feliz, aun con las sombras de mi pasado. En la densa bruma del silencio y cruzándonos silentes por la misma senda siempre nos mirábamos, sin una palabra, solo con los rayos, luz de la mañana tú, la núbil primavera de rosadas mejillas y yo, el músculo fuerte que da la faena,  volvimos a vernos, mustios y cansados en la triste tarde ya  en el ocaso.
En cada mirada que nos dio el camino, los dos presentimos latidos de amor porque eran miradas de encanto y celaje que hablaban pidiendo a gritos pasión, ya los dos sentíamos los mismos latidos y en una cruzada unimos las manos  y después los besos manjar de los dioses, labios tan jugosos del néctar divino. Hoy somos leyenda del amor más puro, que aladas el alma fuimos a volar mirándonos siempre y exhalando aromas buscamos el nido tibio del rosal porque este romance, diluvio de placeres será cristalino como manantial y estaremos juntos en cada mañana desbordando el río y la dicha de amar. Estamos atados a la febea claridad de lúbricos antojos y esperanzas donde los abrazos y caricias enervan la púrpura seductora y febril,  porque tú embelleces mi vida como la ternura azul de lontananza y el vuelo de las aves cantarinas cuando se asoma la clara luna. Ya nuestros amores son lazos que van tejiendo los mantos de noches candentes y tañen los albores perfumados de eterna ilusión que acunan la dulce miel con las cumbres lejanas de seda bañadas por el rocío de flores silvestres  en cada locura del amor intenso, yo derramo mi esencia en la fecunda cima de tu ser.
Te observé  hace tiempo, solo una vez fue suficiente para amarte, tal vez no debo decir pero fue hace tiempo, era una noche de luna llena tan bello como tu alma limpia y cristalina, me elevaré al mismo firmamento, buscaré con anhelo un sendero para llegar a ti.
 Eres el sol y deslizas tu manto como un velo de equilibrio, de paz y armonía que nos brinda a los rostros llenos de pasión, como los campos cubiertos de rosas de mil colores que crecen en los valles encantados, donde el viento corre cauteloso  los altos valles.
Te observo, en los campos llenos de rosas, ahí está tu silueta en medio del rosal, mientras la luna derrama sobre ti su luz plateada y tú mirando hacia el firmamento y las rosas sobre tu cuerpo, corro a tu presencia en medio del vacío, por la tristeza que me acompañaba, me inclino a tus pies para ofrecer mi amor para ti. Tú has salvado mi alma por tu destello y haz purificado nuestras almas de las llamas del dolor, consagrado seas porque gracias a ti vuelvo a creer en el amor.
Al comienzo dudé en poder romper tus corazas, padecí tu distancia. Cosía mi boca para que no se me escaparan todas esas palabras que quería decirte, tratando de extirpar todo el sentimiento que  había generado tu mirada alguna vez en mi tonto e inocente corazón.
Y me tragué las lágrimas que querían saltar precipitadas al vacío, donde no estaba tu oído presto para escuchar el crujir en mi interior. Mientras, se inundaban mis entrañas en agua salada, porque yo ya sabía de antemano que no habría un futuro cierto para los dos si no lograba entrar a través de tus murallas,  ya todo estaba escrito y nada debía exigirte para que te quedaras a mi lado. Supiste tocar mi alma con tu beso tibio, siendo tan solo un huésped que  parecía iba de paso, disfrutando de los beneficios de alguien que quería estrenar su corazón, permitiéndome que inundara tu alma de a ratos con besos y caricias aliviando tu inmenso dolor. Muy bien sabías que podría atraparte  con mis encantos, y tratabas de alejarte para no involucrar tu lastimado corazón.
¡Maldita casualidad del destino que me dejó sangrando y valorando el recuerdo de esos hermosos ratos, donde fuimos tan inmensos y tan escasos a la vez a la hora de amar!
Pero gracias a Dios el amor fue más fuerte y derribó la coraza, volví a sentir y tú te permitiste amar. Y si estoy contigo, eso solo me hace muy feliz, porque todo lo que viví, todo lo que pasé, fue el camino necesario para encontrarnos. Entonces valió la pena __respondí. En mi voz temblaba un deseo y en los ojos vibraba el amor.

__Y a mí me hace feliz si estoy con vos, hoy junto a mi hijo sin temor y sin culpa _respondió Guille __.Quedó gente en el camino, hubo muertes justas y no, perdí a una familia y hoy tengo otra y entendí que fui un niño carenciado de afecto desde nacer, y sí anhelaba el cariño de mis padres, solo que ellos no podían darnos más, ¿qué niño no desea el cobijo del útero y el amor? __siguió resumiendo él todos los pensamientos que había tenido mientras había estado solo __.Pero era orgulloso y no quería suplicar, entonces me convertí en rebelde, así reclamaba la atención. Veía que Bruno siendo un ejemplo era una y otra vez rechazado, por eso me preguntaba para qué intentar, en parte he sido algo distante con Fabián, espero poder compensarlo. Hoy ya no me importa  ese pasado, vos me das ese amor que me faltó, el que me sana y redime y quiero vivir para amarlos a vos y a mi hijo.
En ese punto elevé la mirada entre sorprendido y feliz.
__Vos obraste ese milagro en mí, dejar la droga, a Juan y las relaciones tóxicas, dejar de matarme de a poco, desear vivir y no sentir que debía de estar en el lugar de Bruno __siguió diciendo  Guille__. Yo apenas estaba destinado a ser alguien que existió en el pasado, alguien que nadie recordaría y que aparecería en alguna vieja fotografía de aquí a muchos años sin una sola persona a la que le importara realmente saber quién fui, ni siquiera a mi hijo. En cambio ahora sé que no hay vida más dichosa y plena que quedarme dentro de ti física y espiritualmente, seamos dos almas oscuras o no, sé que nos complementamos y completamos. No odies tu pasado suceda lo que  suceda en Italia, él nos hace ser quienes somos __, me haces muy feliz y te amo, por eso cuando creí que me iban a matar, como en el otro atentado, sentí rabia. Pretendían alejarme de vos, y yo no lo iba a permitir. Así que resistí, intenté huir, no pude, y resistí. No me salió muy bien, pero podría haber sido peor. Le debo mucho a Santiago también, no pudo salvar a Juan pero sí me rescató a mí, y así pude salvarlos a ustedes

__ ¿Lo extrañas a Juan y a la droga?
__No. A la droga claramente no, cuando siento la inquietud de la abstinencia allí estás vos, tu mirada me salva, a Juan a veces sí lo extraño, su amistad, su complicidad, fue una vida a su lado, pero nos hacíamos bien y mucho mal, bueno está a la vista, pero también eligió.
Hazme el amor cielito, me muero por ser uno.
__No sé si debo, si puedes.
__Por ello te pido que me hagas el amor, sé que  no me harás daño, te necesito, quiero ser polvo de estrellas, ser uno, sentirte en mí.
__Y yo, mi amor.

Va circulando mi energía, y la fuerza de tus aguas actúa como un generador de corrientes. Fluyes desde mis adentros, alimentando e invadiendo mis fuentes de placer. Eres perfecto para el impacto de los cuerpos,  arrasando la escena con tu magnetismo. El sol mendigará un poco de nuestra energía  para iluminarlo todo, eres alguien tan caliente,  como para abrigar mi alma en cada encuentro  mientras mi piel se vuelve refulgente. Etéreo, erótico y también exquisito  y me alcanza con que existas  en algún lugar del cosmos. Viajaré... Soy como el viento.  Libre sin preocupación del tiempo.  Un viajero a ningún lugar.  Solo en un corazón quisiera habitar. Voy como las nubes por el cielo, me detengo hasta donde me lleve el viento, ahí haré un río que me una al mar de tu destino. Viajaré libre como las aves.  Que desafían hasta las tempestades  para hallar el paraíso  y construir su nido. Y así seguiré errante.
No me detendré ni un instante hasta que llegue hasta ti.  Porque sé que esperas por mí. Y ahí se acabará mi búsqueda porque estaré contigo, solo así descansaré. Y nunca me apartaré de tus brazos, que son mi hogar pase lo que pase con mis padres.
 Por siempre te amaré porque me enamoré de ti.  El viaje terminará aquí porque por fin estaré junto a ti.
__Decir amor es escribir tu nombre entre susurros. Decir amor es todo el tiempo, sustancia de la vida. Es simular el espejismo de muchas cosas bellas, en la intensidad de un desconocido laberinto. Decir amor es la estrella de los sueños dispersando los deseos. Decir amor es apurar mis pasos tras del susurro de tus besos. Decir amor es una cansada oración en la distancia, sabiendo que siempre nos engaña la tirana rutina del reloj. Es el espejo que refleja la ternura tras la niebla del silencio emancipada, en las apagadas cenizas de un abrazo, en una lejana y fría madrugada. Decir amor es la semilla abandonada, en un recuerdo que nunca ha germinado. Decir amor es desprenderse de la ropa en la nieve de un naufragio, flotando en el perpetuo universo de tus cimas. Decir amor es ese abrazo que aún duele en nuestra almohada, caricia en la alborada naciente y sin recuerdos. Decir amor es murmurar tu nombre en mis insomnios, queriendo tener tu calor aquí en mi cama… Hoy te pensé mordiéndome los labios, y mi alma decidió viajar  hacia esa exquisita utopía. Te imaginé ante mí  abriendo las compuertas, mientras mis afluentes  se abrían paso pidiendo libertad. Hoy te sentí llenando  cada espacio en mi ser,  y tus ojos como dagas  clavados en mí pedían por más... mucho más, hasta quedar exhaustos, y marcar la piel desenfrenados logrando fusionarnos en un solo corazón. No quise negarme a tales arrebatos  porque amo tu ser intenso  y tu carencia de límites a la hora de amar.
__Soy alma libre de ataduras solo atrapado por sueños de ilusión…Te he encontrado sin buscarte,  sin pensar apareciste en mi vida  como un amor que surge de la nada como aparece la aurora cada día al morir la noche, al nacer la madrugada. El amor no puede tener ataduras,
no puedes atar el alma de quién amas porque el amor será siempre libre como el aire que respiras, como la libertad que proclamas. ¿Cómo podría atarte a mi existencia  si el viento no puede ser atado?, si eres amor que se funde en el tiempo ¿cómo he de liarte a mis caricias, a mis amargos besos de hiel si tiempo hace falta a mi vida? Qué egoísta sería de mi parte atarte a este cuerpo, a esta piel.  Hoy serás alma libre, te doy la libertad que tanto anhelas, la libertad que tanto buscas para que dichoso vueles feliz, para que ufano  vivas el amor en la compleja eternidad del tiempo, donde almas como la tuya han de existir por siempre, y si me eliges en esa eternidad entonces sí es que quedaremos hilvanados.
__Te elijo a cada instante, cielito, por siempre a cada instante.
Antes de esa noche de los ruidos, estaba muerto, sentí en la muerte de Bruno que todo envejeció de golpe, esta casa donde tantas veces te pensé, este café que bebo con tu sombra
mi sonrisa. Y mi alma vacía. Caminé las calles llenas de ojos  que no me miraban, recorrí sus últimas palabras  para entender qué es lo que esperaba que yo no le entregara, recorrí esas últimas horas mil veces cargándome de culpas, era un mar de lágrimas una y otra vez, y la droga para escapar del dolor. Me siento en la misma mesa, pero entonces me atacaban las miradas de ellos, ese abrazo que no les di, la sonrisa que no dibujaron al despedirnos ese día.
Todo envejecido de golpe. Y de un solo golpe  pensé que se habían llevado mi vida.
 Pensé que te perdería  como he perdido todo en mis agonías, solo me preparé para quererte. Un momento lo volví eternidad,  pensando que al siguiente serías silencio de muerte, que volvería a quedar vacío, solo, si vos, y volvería a envejecer, la casa esperaría a nadie, tomaría el café solo, con mis libros, cayendo a la cama a pedazos, porque vos sos el cielo, en él no hay jaulas, y creí que te ibas a asustar y volarías en esa eternidad porque yo siempre fui tormenta y laberinto  de mi propio mar, pensando sin pensar tratando de entender por qué todos se iban, por qué no estaban, no regresaban, así vegetaba como autómata, hecho hilos sin lágrimas que llorar, si me escucharas hablar con los recuerdos, sintiendo el invierno, tal vez ellos me habrían dado alas antes para volar, para salir del infierno.
Aquí todo envejeció, aquí murió el tiempo, la casa , el café , mi sonrisa el último abrazo sincero, mas vos te quitaste las alas cuando te dejé entrar y pude alcanzar tu cielo, un momento se hizo eternidad, entre tu silencio y mi tristeza, pudiste sentir, y yo aprendí a permitirme amar. Y fuiste mío antes de serlo cada noche y cada día,  cada mañana y cada madrugada, cada amanecer en cada despertar, a cada momento del día en mi cama y en la tuya te hice el amor a cada instante de mi vida. Y  habitaste mi corazón,  te quedaste cada día de primavera y verano, serás mío en invierno, en otoño, bajo la lluvia y con la luna. Toda tu pasión corre  por mis venas como un manantial que baja desde una montaña. Recorrí toda tu piel en un instante de placer  y en cada recuerdo, en mis pensamientos te hiciste dueño de mis sentimientos, y te di todo lo bueno que fue naciendo en mí. Fueron tuyos mis latidos desbocados y mi respiración errática, cada orgasmo y estallido, y fuiste el único hombre que se adueñó de mi vida, y la cama arde con nuestra pasión, te adoré y te cuidé, me cobijaste y me sanaste como mi paz, mi fuerza y mi fe, hiciste latir mi corazón que apenas vivía. En mis mejores momentos dominaste mis sentidos, mientras te enseñaba a sentir comencé a despertar yo mismo, tu piel fue mía, tu respiración y tu calor mantuvieron vivo a mi corazón, bajo la lluvia nuestros cuerpos calientes producían un gran calor y eso vale mucho,  todo lo aprendí con vos,  fui tu estudiante y vos fuiste mi maestro,  el que me enseñó todas sus materias, mientras las aprendías de mí, por ello amo esta casa hoy, fue acá donde te hice mío, donde pude amar, donde pudiste sentir.
__No quiero mis alas, te amo incondicionalmente porque hoy puedo confiar en ti. Amo a los emplumados,  esos que endulzan mis oídos con su canto, y con amor me curan de algún u otro espanto. Adoro a los que me amasan, me dan cabezazos,  cuando me miran se acuestan, estiran, abren sus brazos, patas, y me muestran su panza con toda confianza. Esos, que me dejan…“regalitos indescriptibles”. Aquellos, que tiernamente me ronronean  o duermen conmigo una siesta. Me fascinan los que ladran, olfatean, esos que moviendo la cola como una ola, se menean, aquellos que me reciben como a un famoso,  y hacen de mi llegada, una fiesta estrepitosa. Los adoro, porque para muchos de ellos yo soy su mundo. Los amo, porque cada uno con su amor me reaniman, porque sus ternuras me hacen fuerte,  porque sus inocencias no permiten que pierda la fe,  me hacen creer en la vida, sin sentir, que el mundo se me cae encima. Y digo los… amo, porque tú eres cada uno de ellos y todos a la vez.
Ciertamente,  fuera de ti hay otros mundos. Claro que tú no los conoces ya que no sigues sus rumbos. Aunque quisieras, conocerlos tú no podrías, pues no solo de tu extensión es como el universo armoniza su dimensión. Afuera hay tanto... tanto, distintos códigos palpitan, y los compartas o no, nacen, crecen, marchitan… Pero si tú fueras el centro de ese todo,
su espécimen rector, qué pesada mochila tendrías. Sé tú mismo, nadie más, sin distanciarte demasiado de tu estricta identidad.
Esos besitos que nos mandamos derriten nuestra piel porque tienen el néctar de tu miel. Son mimos del amor que encienden al corazón con la llama de la tentación. Los atesoro como premio robándonos emociones con la luz de lo ideal. Besitos tú me dices son chispitas de ternuras que encienden mi locura de quererte y no tenerte, de sentirte y  de saber que estás ahí en un rincón esperando que nuestras miradas se reflejen en sus almas.
__

“Ante la indiferencia de todo aquello que le rodea avanza el nuevo amanecer, dando paso a un nuevo día.
En la suma total de las horas que lo componen se encuentra la aventura de un desconocido viaje, que emprendemos con la esperanza de vivir satisfechos y nutrirnos con experiencias enriquecedoras que nos permitan salir de los problemas y la fatalidad.
El existir está compuesto por factores que tenemos que ir escogiendo con acierto y claridad para ir respirando con óptima conciencia y estar en paz con los demás y con uno mismo, tarea por lo demás nada fácil, si deseamos que nuestra vida tenga sentido.
Es como un juego, donde el destino pone tareas escritas en papelitos doblados y los deposita en tu buzón y vos con la claridad de cada nuevo amanecer, metes la mano y comienzas a leer el itinerario a seguir mientras duren las veinticuatro horas de ese día.
Aunque nos parezca insólita la tarea, difícil de comprender y contemos con la indiferencia de los que nos rodean, sea esta gratificante o hermosa, trágica e inútil, debemos construir con la mejor de las disposiciones cada uno de los fragmentos que componen el proyecto que por otra parte, no sabemos cómo termina.
Luego con el transcurrir de las horas, ya sin agitación, tallada en el ambiente la noche y bajo las ascuas de nuestra encendida conciencia, sabremos si nuestro actuar fue el correcto o no.
Así, asimilando lo bueno y corrigiendo lo nefasto podremos enfrentar con alegría y entusiasmo la claridad de una nueva mañana, e integrarnos en este mundo que está lleno de múltiples y diferentes ideologías”.

Jueves, 15 de diciembre.

Decidimos ir a casa de Diego, llegamos temprano, apenas desayunar y ver salir a Fabián, el abrazo de mi amigo casi me rompió, terminamos llorando y quiso entonces hacer lo que venía posponiendo, porque era en parte el camino que pronto recorrería yo en Italia.
__
En la penumbra de su cuarto, con el cajón de la mesa de noche abierto, Diego se preguntaba qué hacer. Observaba la tarjeta con el número de su padre y en su mente se agolpaban el pasado, el presente y el futuro. ¿Qué tenía más peso? ¿Qué era más importante? Sin dudas el presente y el futuro porque en ellos era o se proyectaba tan feliz, tan extasiado, que el pasado carecía de importancia, así lo vería Pedro al verlo ese jueves.
Tomó el teléfono y marcó los números despacio, no se sentía tan seguro como habría deseado. Escuchó el tono del llamado hasta que del otro lado descolgaron el auricular y resonó la voz.

__Sí _dijo el hombre. Atendió él, le había dado su número directo y no el de su secretaria.
__Habla Diego.

El silencio del otro lado de la línea presagiaba duda y desconcierto. Quizás también un poco de temor, pero Diego prefirió no detenerse a analizar esas emociones que le llegaban aun desde un teléfono.

___ ¿Hubo algún problema con el contrato? __interrogó el padre. No salía de su asombro, sabía que de ser ese el inconveniente no sería Diego quien  lo hubiese llamado, sino un abogado, a lo sumo un contador, pero hacía la pregunta por pura incredulidad de que su hijo lo estuviera llamando.

__Quería contarte que voy a ser papá __ soltó Diego de pronto con voz ronca __.Nos dieron la adopción de gemelos. El silencio del otro lado de la línea volvió a ser abrumador. Esperaba que su padre soltara una risa de burla, quizás un sonido de “a mí qué me importa”, pero eso no sucedió. Entonces quien se quedó en silencio fue él.

__Ya me había llegado la noticia por Raúl cuando pasé por  tu casa, hijo __comentó el hombre sin demasiado entusiasmo, nunca lo demostraba __.Estoy muy contento por eso.

“Contento” Aunque la frase había sonado inexpresiva como era su padre, el corazón de Diego se aceleró. Al menos había dicho algo mejor de lo que esperaba, y eso para un hombre como su padre era todo un logro.
__La verdad es que se siente como un milagro _respondió __.En algo así pensaba y me preguntaba qué sentiré cuando mis hijos me digan papá por primera vez. Mirarlos a los ojos, oír sus voces…

__Es algo muy lindo _contó su padre.

Diego quedó atónito. Para lo frío y poco entusiasta que era, que le dijera que estaba muy contento y que algo era muy lindo, parecía una fantasía. Sus ojos trataban de focalizar un punto porque en la penumbra nada se veía. Todo se cerraba y la luz no se distinguía. Había que dejarla entrar.

__ ¿Te acuerdas de la primera vez que te llamé papá? _interrogó todavía sorprendido. Era una prueba, era un anhelo.

__Sí, me acuerdo _replicó el padre muy seguro de lo que decía.

Se hizo un silencio. Él siempre hacía eso, respondía con dos palabras y el resto guardaba silencio, adentro, como si pensara que la información que otorgaba pudiera utilizarse en su contra o como si no supiera expresarla. Quizás era eso, que no sabía cómo decirla. Y Diego reconoció que alguna vez también le había pasado lo mismo. Comprendió a su padre y con la comprensión pudo aceptar que en algo, quizá se parecían, y que eso no era nada malo.
__ ¿Me lo puedes contar? __pidió. Era un hecho que su madre nunca le había relatado y ahora ella ya no estaba para resumirlo.

Su padre no entendía cómo funcionaba la mente de su hijo, no sabía por qué le preguntaba eso, pero en lugar de tratar de interpretarlo, dejó de mirar los papeles que revisaba sobre su escritorio y tan solo dio una respuesta sincera. Se dedicó a él de manera exclusiva.
__Sí, bueno. __Diego puso altavoz, no pude dejar de pensar en mi padre, y sé que Guille recordó la primera vez de Fabián __.Era de tarde y estabas sentado en las rodillas de tu madre. Yo tomaba mate, había vuelto del trabajo. Entonces me señalaste, sonreíste y dijiste: “papá”. No me olvido, no.

Diego cerró los ojos, los apretó muy fuerte, y gradeció el milagro que tanto tiempo había esperado. Se repuso con voluntad de los accesos de sentimientos que lo aquejaban y siguió hablando. Pensaba acercarse a su padre, pero no se entregaría, debía resguardar su interior para su familia, y me dije lo mismo si es que el mío estaba vivo.
__El sábado vamos a festejar, eso, y que mi mejor amigo se recibió de abogado, ¿recuerdas a Pedro? … __, no habíamos decidido el festejo y supe que no quería hacer una invitación directa __; vamos a festejar y si quieres venir con tu esposa…

Otro instante en silencio.
__Bueno _respondió el padre __. Vamos a ir, claro. Y felicita a Pedro, lo recuerdo, sí.

__Bien, tienes la dirección de mi casa. Nos vemos. Si el festejo es fuera, iremos desde acá.
__Hasta el sábado.

Raúl llegó entonces, entró en el departamento y vino a nosotros.
__! Qué alegría Pedro! Estábamos asustados, fuimos varias veces al edificio, cuando nos contaron no podíamos creer, ¿estás mejor Guillermo?
__Bien, dentro de lo poco que me dejan hacer Pedro y mi hijo, perfecto.
__Esperaba que me llamaras para ir a buscarte  _dijo Diego.
__No hacía falta, me tomé un taxi _respondió. Casi al mismo tiempo inclinó la cabeza hacia un costado para escuchar mejor a su  marido. Algo tenía que contar. ¿Estás bien?

Diego sonrió, sabía que Raúl lo conocía tanto como yo, respiró profundo antes de hablar.
__Todo esto que pasó con Pedro y sus padres, con Guillermo, me hizo pensar __hablaba con pausa. Raúl lo escuchaba atento y quieto delante de él __.La vida es corta. Suena a frase hecha pero lo es. A Guillermo casi lo matan.

__Sí, lo es _coincidimos.

-Entonces me pregunté si vale la pena esperar para hacer algunas cosas, y pensé también en que, lejos de la muerte, nosotros estamos recibiendo vida. Ya estaba acostumbrado a esas profundidades y a lo complejo que era su marido cuando Raúl le sonrió. Los ojos de Diego brillaron __.Me imaginé el momento en que nuestros hijos nos llamen por primera vez… papá. Debe ser maravilloso.
__Claro que sí _afirmó Raúl.
__Y quiero ser bueno para ellos.
__Lo serás, el mejor padre del mundo __quise tranquilizarlo yo, sabía que no ser bueno para sus hijos era un miedo profundo de Diego, como el mío propio. Nuestros padres no lo habían sido, y tememos ser iguales con nuestros bebés.
__Pero no podría serlo con rencor en el alma _repuso Diego __.Por eso lo llamé.

__ ¿Y fue satisfactorio?
__Eso lo sabremos con el tiempo, como lo sabrá Pedro, ceo yo _respondió él bajando la cabeza. Después miró a Raúl__. Le conté que vamos a ser padres y le pregunté si se acordaba de la primera vez que lo llame papá.

Raúl sonrió con algo de temor.
__ ¿Y qué te respondió? __indagó emocionado. Poco a poco los ojos se le habían ido cargando de lágrimas sin que se diera cuenta.

__Me lo contó. Se acordaba de todo y con bastante detalle  _contestó Diego manifestando la misma emoción en la voz __. dijo, además, que es algo muy lindo. Todo un logro para él.

Una lágrima abandonó los ojos de Diego y murió en la sonrisa.
__Me pone muy feliz _ confesó __.Es lo que mamá hubiera querido.
_Sí, lo sé __replicó el esposo __.Espero no te moleste, pero le dije que podía venir a cenar el sábado, vamos a festejar además el título de Pedro, que Guillermo está bien. Que era uno de mis candidatos en la lista que hicimos cuando Pedro no se enamoraba, ¿recuerdas?

__Upa, que les dije que no necesitaba que me lo buscaran.
__Y no lo hicimos hermanito __ me dijo Diego.

__No me molesta _dijo Raúl __.Siempre que ordenemos el desorden que hay en casa.

__Prometido __dijo Diego. Y se besaron con amor.

__Diego, Raúl, ya que festejaremos muchas cosas deseábamos invitarlos al Delta, allá la casa es enorme, y conocerán al hijo de Guille y a los amigos del estudio.
__Genial, iremos para allá todos entonces.
Pedro…, y  ¿tu viaje?
__Para cuando Guille pueda.
__ ¿No deberían regresar a la embajada a saber si hubo novedades?
__Puede _dijo Guille mirándome, quizá le pida a Beto que averigüe.
Ahora mismo deseo saber si mi hijito sacó todas las materias y concentrarme en la fiesta del sábado.
__Nos vamos, voy a mudar mis cosas al Delta.
__

__Fuimos al edificio, Fabián llamó dando la noticia de que estaba libre, había aprobado con honores, y decidió ir a lo de Ana, al menos hasta el sábado, Guille fue a arreglar algo de los daños del día del tiroteo con el encargado, me quedé haciendo valijas en su departamento, el mío, está aún en arreglos.
Mis amigos observaron las valijas y la ropa que había puesto en bolsas para donar junto con cosas que traje de Chile. Por momentos sentía que cada nueva cosa que añadía a una bolsa llevaba un pedacito de mí mismo.
__Pedro, ¿estás seguro? _preguntó Diego. No era la primera vez que lo hacía.

__Nunca estuve más seguro de nada en mi vida Diego, de hecho, jamás __repliqué tan convencido que mi amigo comprendió.

__Es que ha sido todo tan duro, tan rápido y tienes tanto por recorrer aún y de pronto te mudas _confesó lo que temía.

__Es para mejor, Diego, lo que me resta por saber no va a cambiar lo que siento por Guille.
Claro que es para mi bien, y le he prometido a Guille que voy a tener una existencia feliz. Mudarme es esencial para conseguirlo.
Y el frío envuelve mi cuerpo si no está. El recuerdo de aquella mañana donde sus brazos me sirvieron de abrigo, de esa solitaria mañana, de esa entrega entre su cuerpo y el mío…

“Llegaste así, arrebatando de mi cuerpo el frío intenso, lo llenaste de tibieza con tus besos sobre mi cuerpo. Esos besos que no olvidaría jamás, tan llenos de ternura, amor, pasión y locura, esos que por tanto tiempo te negaste a dar.
Besos que ni la distancia ni el tiempo han de borrar, porque más que besar mi cuerpo me besaste el alma, ahí amor mío el olvido jamás llegará”.

__Pero vuelves, ¿no? _me preguntó.

__Sí, claro, no me voy a llevar todo ahora, y pasaremos algunos días acá, dejaré cosas acá, pero con él.

Mientras terminaba de cerrar una valija, me sorprendió la llegada de un mensaje de Guillermo, lo creía con el encargado mas estaba en el Delta, leí.

“Te espero en casa lo antes posible, te amo, no tardes”.
__Te llevamos, estás cargado, no bajamos, los veremos el sábado.

Me dejé transportar, con un dejo de nostalgia de aquellos días en los que el que esperaba era Pablo. Mis amigos me dejaron del otro lado de la reja de la casona, cerca de la entrada.
Subí los escalones que conducían al porche con entusiasmo y hallé que en la puerta había un papel pegado con una cinta adhesiva. Los recuerdos de las primeras citas se arremolinaron en la mente y me encontré inquieto y sonriendo.

“Tienes que entrar y caminar hasta el pie de la escalera, donde encontrarás una nota”.
Reí. Qué locura, pero cuánto me alegraba. ¿Volvía el juego tan pronto? Que nunca se acabe,  me dije.
Obedecí la instrucción. Abrí la puerta, entré las valijas, cerré tras de mí y avancé hasta el pie de la escalera donde hallé la nota.

La primera vez que te vi llorar  sentí celos de tus lágrimas. Nacían en tus ojos, acariciaban tus mejillas y morían en tus labios, así te amé Guille, así te amo.
Y cuando cae la noche mis pensamientos evocan tu belleza. Y sonrío al ver la luna, imaginándote contemplándola igual que yo. Quizá si nuestros pensamientos se cruzaran como esa estrella fugaz a la cual le pedí un deseo. El deseo de llegar a ti. Y con sutil suspiro el corazón rompe el silencio, emocionado al pensar en ti, que cada noche añora tus palabras que son como caricias para él. Y aunque la noche es muy fría, yo solo puedo pensar en ti.
Como si al hacerlo todo dejara de existir. Y hasta con la brisa que el viento trae puedo sentir tu aroma. Y sigo aquí como tantas noches suspirándote. Pidiendo deseos en cada estrella fugaz, contando en cada estrella un sueño. En cada noche una forma distinta de extrañarte y en cada cara de la luna una razón más para seguir amándote.
Mis sueños, mis añoranzas, mis tentaciones, mis anhelos, todos ellos noche tras noche salen a deambular por las calles, como vagabundos sin lugar donde pernoctar.
Todos por una causa, de la cual tú eres la razón, aquel pensamiento que no me deja dormir, el sueño del que no quiero despertar. Tantas noches te esperé solo en el departamento y te imaginé con Juan acá, y hoy eres mi realidad, ya te extraño solo minutos amor mío.

“Esto es una búsqueda del tesoro. La primera pista está en un lugar que no está cerca de Kabul ni lejos de Gibraltar”.
__ ¿Qué? __reí otra vez, esto ya lo jugamos pero desde esos días pareciera que ha pasado una vida. Pero no he entendido nada. Pensé en la K y en la G, pensé en la ubicación de esos lugares, pensé… ¡claro! ¡En geografía, las habitaciones eran cada una de una temática!
Corrí a la sala donde había tenido lugar la exploración de mi cuerpo y no me equivoqué. Tras esa puerta encontré una de las cajas de metal y terciopelo, como las primeras. La abrí con entusiasmo, dentro hallé algo que no esperaba: una nota y mi diario. Tomé ambos objetos y leí presuroso:

“Lo leí entero y varias veces. Noté que la mayoría de las cosas que has escrito fueron tristes. A partir de ahora, aun pese a lo de Italia, solo tienes que escribir cosas alegres”.

Sonreí. ¡Lo amo tanto! Esa debería ser la primera cosa, y que estás vivo, y que me amas, que dejaste de sentir culpa, que estás cerca de tu hijo, que dejaste la droga, tanto ya para escribir, porque lo que te hace feliz es mi felicidad.
Tu felicidad es la mía  susurraste con tu deliciosa voz, mi cuerpo se cimbró en ese momento solo te besé y acaricié, mi cuerpo y conductas se manifestaron, logrando una experiencia holísticamente bella y sublime ,ya en el aposento de mi soledad y reflexión, me comenté que tu felicidad es tuya, está dentro de ti, tú la fabricas, la construyes, la compartes, pero no puedes depositar la expectativa de que tu felicidad  dependa de otro ser, sufrirías cuando ese ser si así pasase ya no quiera voluntariamente estar allí, tu felicidad siempre debe depender de ti. Pero como nosotros no nos vamos a separar la hice mía, y algún día la mía será la tuya.

La nota continuaba con la próxima pista:
“Estoy donde cantan las gaviotas y donde las rosas se cultivan mejor”.

Pensé en el patio de invierno, pensé en el jardín trasero y en una terraza, porque aunque nunca había estado en ese sector de la casa, seguro hay una. Gaviotas y rosas, las aves representan la libertad y las rosas… ¡literatura! Estaba seguro, se refería a la biblioteca, a donde me habían conducido los pétalos de rosa.
Me lancé a correr hacia donde pensaba. En el trayecto recordé que alguien me aconsejó que a veces convenía hacer trampas, y por eso me detuve.  ¿Y qué si probaba abrir otras habitaciones para saltar etapas? Probé con cualquier puerta y como no podía ser de otra manera, estaban cerradas con llave, como antes. Reí complacido. Guille me conoce tanto que había tomado precauciones para no ser engañado.
Seguí el camino hasta la biblioteca y no me equivoqué. Allí hallé una nueva caja y otra nota en su interior.

“Esto lo escribí yo pensando en vos. No es bueno, pero espero que te guste, tengo la esperanza, después de todo yo tampoco soy bueno e igual te gusto:

 Si el pasado me busca, dile que he salido, que no me espere.
Si el futuro se apresura, dile que vaya más despacio.
Si el presente es umbroso, recuérdame la muerte.
Y verás cómo el pasado se aleja.
Y el futuro ya no atemoriza.
Yo voy en su búsqueda viviendo el presente.
Si en las sombras del destino me ves espiando en tu ventana es que te he perdido.
Soy feliz en la oscuridad si tu presencia es la que habla.
Y te amo aunque el silencio borre las huellas de tu voz.
Porque tus ojos me aman en la distancia.
Y el sándalo endulza tu sabor.
Todos buscan la felicidad pero a veces pocos se atreven a encontrarla”.
¡Que no lo vea la que fue mi profesora de literatura!

Reí entre divertido y emocionado. Amaba ese poema, y se lo quiero mostrar a todo el mundo. Pero es un secreto. Es lindo tener secretos compartidos con alguien.
Me preocupó no ver otra instrucción. “El juego no puede terminar en esto, tiene que haber algo más. Tanteando el interior aterciopelado de la caja no parece haber nada”. Giré el papel que tenía entre las manos y del otro lado leí una frase más: “!átame a la libertad!"
Es la  pista, estaba seguro, y solo me llevaba a pensar en un lugar: la habitación en la que por primera vez pertenecí realmente a un hombre.
Me llevé el diario y el poema para huir en busca de la siguiente caja. No tenía idea de lo que podía encontrar, y eso me llevaba a ir más rápido. La curiosidad siempre ha sido una de mis cualidades más destacadas...
 Llegué a la puerta indicada con un presentimiento fabuloso, me latió tanto el corazón que pude escucharlo. Estiré la mano hacia el picaporte convencido de que abriría, pero al girar el pomo, encontré que la puerta estaba cerrada con llave. El entusiasmo  se deslizó por mi cuerpo hasta derramarse en mis pies. No pude haberme equivocado, allí Guille me ató a su libertad porque me mostró por primera vez que soy un hombre, que todavía podía sentir. Allí me había devuelto la vida, y si eso no era atar a alguien a la libertad, no sé qué puede ser.

Escuché algo. Bajé la cabeza en dirección al sonido y descubrí que por debajo de la puerta me estaba pasando una nota. Era acá, lo sabía, y allí estaba Guille.

“Tienes que abrir la puerta sin usar las manos”, leí, y luego escuché que el cerrojo se corría. Me mordí el labio inferior a la vez que sonreí.

Ahora que la puerta estaba si llave, podía hacer trampa y abrir con los dedos, pero consideré que no sería divertido. Me divierte mucho más cuando las reglas las pone Guille, así que dejé el diario, las notas y el poema a un costado, y me arrodillé. Después me incliné hacia delante.
Estudié el pomo dorado. Tenía que abrirlo sin usar las manos. Aproximé la boca y lo rodeé con los labios. Traté de hacerlo girar pero no pude, esa parte de mi cuerpo era demasiado débil en comparación con la resistencia que me ofrecía el picaporte.

Entonces tuve otra idea. Me recosté con la espalda en el piso y las piernas hacia la puerta. Rodeé el pomo con los dedos de los pies, lo hice girar, y después abrí dando una ligera patada a la madera. Incliné la cabeza hacia un costado.  Había quedado con las piernas estiradas en una pose tan sensual que a Guille se le dibujó una sonrisa en la cara. Él, que se fingía siempre más serio que una estatua en ese juego, se reía.

__Hola _lo saludé desde allí con voz seductora __.Te ves muy lindo.

__Solo  para vos _asintió él desde el asiento donde se encontraba, en un sillón de cuero verde pino.

El cuarto estaba en penumbras. Apenas una luz muy tenue se filtraba por las cortinas entreabiertas e iluminaban a Guille, que estaba sentado delante de la ventana, viendo hacia la puerta con las piernas estiradas y la pose más liviana del mundo. Llevaba puestos un pantalón de vestir y un saco negro con finas rayas, desabotonado.

__Espero que eso para lo que me hayas hecho venir, sea bueno __seguí diciendo desde mi posición poco puritana __.Me interrumpió cuando estaba empacando las cosas para mudarme.

Guillermo estaba absorto en la unión entre mis piernas y en mis nalgas, blancas como algodón, suaves como la seda. La visión se acabó cuando yo me puse de pie.
__ ¿Puedo pasar? __pregunté mientras me acomodaba la ropa.

__Adelante _respondió.

Sonreí con un gesto de agradecimiento. Entré, cerré la puerta tras de mí para que la luz del pasillo no interrumpiera el misterio de adentro y esperé.
Guille no hacía más que mirarme en silencio, y sentí que él me desnudaba con la mirada. Ni siquiera rompimos el contacto visual cuando Guille se puso de pie y a paso lento dejando las muletas se aproximó, despacio, disfrutando de cada paso.

--- ¿Sabes por qué sé que entre mis brazos disfrutas?,  porque cada caricia que hago en tu piel te gusta  y sea tierna o dura sé bien que nada te asusta  pues soy esa desfachatez que tus belfos degustan. Sé que te encanta tenerme a tu lado, que susurre a tus oídos el delito de tus descaros, que juegue con tu cuerpo y despierte sus pecados y al caer la noche ser el sueño entre tus manos. Sabes que me fascinan tus ojos cuando me miran, son del color de la vida y en él siento que miman pues arroban mi aliento con su mirada henchida y sin palabras quedo con ese brillo que tanto brilla. Sé que te puedo complacer con placer y encanto, solo debo de tocarte para que hablen mis halagos pues sé de poemas, como de acordes tan gratos que puedo hacer  con el sabor de tus labios.
__Corta la tarde por el medio, esta parte que ahora nos cubre es la dicha. El presente de tus ojos frente a los míos. De tu boca sofocando el calor de mi deseo con tu palabra de fuego que calma la tempestad bajo mi piel. Cuando el sol salte a borbotones y borre con sus tentáculos el hechizo que ahora nos envuelve,  toma el otro extremo de la noche. Sumérgete en su sombra de memorias y siénteme nuevamente. Aunque ya no estemos juntos.
Más allá de nuestros besos, humedeciendo nuestras pieles. Más allá de nuestras risas y tristezas,  caminando por la vida. Más allá de nuestros aromas salvajes,  inundados de placer indómito. Más allá de nuestras canciones románticas, susurradas con ternura al oído. Más allá de nuestras ausencias y presencias,  desafiando con delirio los destinos. Más allá de nuestros pasados, floreciendo primaveras de futuros. Más allá de nuestra luz enamorada,  en la mirada de la luna de tus ojos. Más allá de nuestras dudas sin motivos, en nuestros besos apasionados desbordados. Más allá de nuestros quejidos y suspiros, al amarnos sin un apresurado tiempo somos plenitud. Más allá de nuestros años sin edad, enloquecidos de pasión, al abrazarnos. Más allá de nuestros soles cristalinos al querernos, bendito milagro es…  el amor.
__Hacerte el amor, es sentir una intensa ternura hacia ti, es  ver a través de tus ojos luminosos que alumbran mi camino llevándome  a mi destino.  Para hacerte el amor, es tocar tu cuerpo como los más grandes maestros de la música al estilo Beethoven, Mozart, de una manera excelsa y sublime, tu cuerpo, fuego, mirada, tu aliento tus caricias sintiéndome dentro de ti puedo tocar el cielo y el universo juntos.  Hacerte el amor es aspirar  el aroma esencia de una combinación  de aromas difícilmente descriptos, es sentir mi corazón henchido de deseo y pasión. Tienes el encanto del océano, donde las gaviotas persiguen las olas, donde el sol resplandeciente que a lo lejos en el firmamento lanza sus auroras o como la luna que brilla durante la noche majestuosa, y encantadora. Hacerte el amor es tocar tu cuerpo con mis manos  y hacer vibrar tu piel ávida de caricias y placer llegando hasta la cúspide del placer hacerte el amor... Es amarte con mi alma entera pura, clásico limpio y ardiente amor indescriptible de esos que se dan una sola vez en la vida. Hacerte el amor, es amarte  como solo yo sé amar, con mi alma  entera.  En una noche calmada y serena. Tú en mí y yo en ti amándonos  sin reservas, es hacer la música más romántica inspirándome en  tu bella anatomía, hacerte el amor,  es  amar sin dar ni pedir, solo  tú y yo en una vorágine de pasión y placer.
Cada vez que te pienso sale al vergel de mis ojos una melodía en forma de luz que, avivando mi mirada, me transmite esa sensación que da el amor en pleno.
Cada vez que sueño con tu sonrisa me vuelvo ángel que aletea por la orilla de tus labios y se pierde en la oscuridad, para encontrarse con la dulzura de tus besos.
Cada vez que pienso en ti, los caudales de mi alma son mayores, las pertenencias de mi corazón agrandan a cada paso, me hago grande.
Cada noche, cada madrugada, los sentidos se me clavan en tus manos, dimensiones de tu cuerpo que me elevan en caricias, nacen cada instante arroyos de miel, cada vez que te pienso.
__
“Tengo flojera de preparar el desayuno, flojera de poner el agua para el café: flojera de agitar la cuchara, flojera de mover hasta los pies. Quiero cerrar los ojos y dejarme llevar por el vaivén; agitar las manos suavemente al viento, seguir el compás de estas notas, que me recuerdan al ayer. Añoranzas   que me tienen para hoy  recuerdos de una niñez frustrada, momentos donde pensé desfallecer,  un jardín lleno de flores, mariposas jugando con mis pies. Desprotegido corazón, queda al borde de la extinción de sus sentimientos.  Las penas se apoderaban de los días,  las noches y hasta de los sueños.
Nada parecía  tener remedio  para salvar el amor en otros caminos de un destino distinto.
Un ovillo de nostalgias atrapadas, grietas profundas del alma; gritos de imágenes que ya no volverán a ser. Se confunden vivencias inventadas  con las que el olvido capturó. Mirada en encrucijada, aquella que todavía recuerdo tras mi huida de mí, es como un destello de esperanza  al que se aferra la existencia. Tal vez hoy sus latidos estén lejos de mis oídos, pero puedo escucharlos, aquí, junto a los míos.” Esto pensé antes de que me amaras o de que lo pudieras reconocer.

__ No ya, no en esta tarde de amor en que se graban en mi mente las líneas de tu cuerpo, para un convite ardiente en la desnudez de tu alma. Suavemente dejas tocar en tu piel, con la voluntad de sentir la sensualidad en la noche voraz de deseo. Empiezo a probar el sabor del dulce beso, con el deseo que  concluirá en las entrañas como cortejo al sexo salvaje. Los cálidos movimientos revelan nuestra sincronización perfecta, en el verter del néctar, el placer atrapado en nuestro vivir. Romance nuestro es tatuado con felicidad, en la eternidad de la sensación en la mirada apasionado por nosotros.
__Te encuentro en el dulce aroma de tu despertar en la mañana de duendes que duermen descansando la tarea realizada en la oscuridad de la noche, cuando miro afuera a ese mundo de disímiles incongruencias para vivirlo, pero que refleja la voraz verdad, mi verdad de no encontrarme en él. Te encuentro en la majestad y divina sombra que nos alberga entre sus brazos a toda hora para mantener en mí el regocijo de estar en paz, en los pasos entre los árboles destilando la caída de sus hojas en primavera, así caigo ante ti. Te encuentro en las aristas chocantes del aire que rechina sus letras musicales en el canto de mi boca. Te encuentro en el comienzo y final del camino provocando situaciones y momentos agradables al frenesí de sentimientos que vuelan sin importar a quién tocan en su andar. Te encuentro en las entrañas del monstruo irónico que vemos cuando sucumbimos ante la plenitud inigualable que aflora la razón, prefiero estar loco, aunque estés lejos te llevo en mi mente y te guardo siempre en el lugar más hermoso que tenemos, si ese, llamado corazón. Te encuentro aun cuando no te encuentre, te toco aun cuando no te siento, te amo aun, aunque nunca te encuentre.
__
Después de un tiempo que me pareció eterno seca la boca de hablarle y de desearlo, llegó hasta mí y alzó una mano. Un solo dedo se asentó sobre mi cabello, lo enredó y luego lo desenredó al ir bajando. Siguió adelante y se asentó un momento en la mejilla, para luego alcanzar mi ropa. Comenzó a desabotonarme la camisa.

__Tus labios, suculentos, suaves, firmes,  sueño con tus labios, con acariciarlos, con chuparlos y saborearlos, lamerlos, y posarlos sobre los míos, tus labios, Pedro.
Guille sonrió complacido, un brillo de excitación le iluminaba la mirada, volvía a ser el de antes del horror, pero amándome. También llevé los dedos a la camisa de él y la abrí en dos para admirar su torso y sus brazos desnudos, pero lamí las cicatrices, las besé como deseando absorber el dolor. Estaba  más atractivo de lo que imaginé minutos antes, incluso con las cicatrices.

__Ningún sueño es perfecto __masculló en relación con las heridas.

__ ¿Qué? __sonreí. No entendí lo del sueño.

__Nada __ replicó él acabando de desabotonar la camisa que dejó caer luego a los pies. Me quitó también el pantalón y el calzado, hizo lo mismo con su propia ropa y nos miramos.

De súbito recordé aquella clase donde me hizo escribir la escena sexual perfecta que le relaté como el sueño que tuve con él.
__ ¿Y ahora qué? __Bromeé con una sonrisa amplia, él también sonrió.

__Ahora haremos que los sueños se hagan realidad _replicó en voz baja.

Se inclinó hacia mí, me tomó el rostro entre las manos. Luego sus labios planearon muy cerca, su aliento me envolvió, entremezclamos los de los dos, respirando el mismo aire, y sus labios rozaron los míos, una caricia suave que me estremeció al saborearlos al fin.
Al comprender por dónde iba el encuentro, me quedé sin aire. Sentí que iba a llorar, víctima del deseo y la emoción pues pude haberlo perdido.
Abracé con cuidado a Guille cuando sentí que uno de sus dedos me acariciaba mis cimas y con el pulgar rozaba el pezón. Tal como en la escena sexual perfecta que yo había escrito para él, se erizó al instante.
__Te deseo tanto __ susurré escondiendo el rostro en el cuello de Guille.

__Porque no estás en mi cuerpo y no sabes cuánto te deseo yo a vos _replicó pasando un dedo por mi columna. Siguió camino hacia la cadera y acabó con la palma en una de mis nalgas.

Respiré sobre su boca, luego le rocé el labio con la lengua. Apreté los ojos con fuerza y alcé la mano para acariciarle la mejilla. Guille llevó un dedo a mis labios y lo dibujó de manera muy suave. Yo abrí la boca y le mordí el dedo, todavía con los ojos cerrados  sentí que Guille me acariciaba la cabeza.  Me apegué a él y la piel de ambos se convirtió en un solo cuerpo. Lo abracé por la cadera y recosté la mejilla en su pecho. Guille suspiró y me rodeó la cintura para apretarme contra él y besarme en la coronilla.
Nos  sentamos despacio en la cama.
Estoy en su recámara contemplando un dios, voy a la cama me acuesto y él  con su dulce vocecita  me dice: -Te quiero- y, me acuesto junto  a él estrechándolo. Qué rico huele, ese hombre es aroma a masculinidad, me recuesto  tímido entre sus brazos, me acomoda  colmándome de caricias y besos.
Me dice cositas al oído y yo me estremezco, cuánto lo quiero, lo amo con todo el corazón, su presencia es infaltable para mí; no sé qué  haría si algún día lo perdiera, lánguidamente  sus brazos aprisionan mi pecho, sentir  esa sensación de placer es muy turbador,  sus labios me besan, me recorren el cuerpo, y yo me turbo más y le correspondo. Sus manos juguetean entre mi pelo, y su cuerpo se pega al mío entre caricias que son delicias,  el placer me recorre como  vértigo, mi cuerpo tembloroso acepta todo, él con su audacia me suplica que lo tome, que es mío, que quiere sentir mi fuego y; nos entregamos a esa pasión embriagadora.
En ese momento, somos un volcán a punto,  listo para arrojar explosiones de gozo,  y derramar esos jugos, esa lava que nos  consume, que nos lleva al delirio del orgasmo,  frenesís sublimes, embelesos de locura que  detonan un regocijo palpitante, satisfecho de  placer; con el fabuloso acto de amor más  culminante en su prodigio: ¡La Vida! Entrelazados por el amor más puro, nos prometemos estar siempre unidos, por nuestras fieles pasiones y cariños; viviremos juntos, siempre juntos.

 Cuando regresamos al mundo entendí lo que él deseaba, me acosté  con él encima, él me miró antes de volver a besarme, cerré los ojos y crucé las muñecas detrás del cuello. Abrí las piernas las enganché a sus muslos, lo apreté hacia mí, quería sentir su umbría comprobar qué se sentía, imaginar lo que seguía. Tal como en el sueño. Guille no me dio el gusto tan rápido. Se deslizó hacia atrás al tiempo que sus manos acariciaban los costados y su boca besaba cada parte y todas las del cuerpo. La mejilla, el cuello, el hombro, el tórax. Más abajo lamió el vientre dejando regueros y acabó succionando mi deseo, gemí, me arqueé hacia él, y me hundí a la cama para soportar la estimulación. Me aferré a su pelo, jalé de él. Quería que dejara de torturarme y a la vez ansiaba más de esa tortura. Seguía moviéndose mientras él consumía todas sus energías en aquel beso oscuro y voraz que prodigaba a mi sexo. Me empujó al abismo a tal punto que me sacudí y mientras le daba a beber de mí, sin poder contenerme, grité mi orgasmo, dichoso de saber cada átomo de él embebido de mi esencia.

Guillermo no me dio tiempo a recuperarme que ya se había internado en mí. No pudo hacerlo despacio, como lo había imaginado, tenía tanta sed de mí que apenas pudo soportar hasta ese instante para comenzar con sus embestidas y volver a hacerme perder la noción del mundo.
Fue él quien esa vez apretó el respaldo de la cama. Yo le apreté las nalgas y lo empujé aun más adentro, quería sentirlo en mi cuerpo así como lo sentía en mi alma.
Guille me miró. Sus ojos café se hundieron en los míos y en ese instante, comprendimos que el sexo era una gloria pasajera, como tantas cosas que había probado en la vida, pero que el sexo con amor vivía para siempre.
__Te amo __dejó escapar casi sin aliento.

__Te amo __repliqué marcándole la piel con las uñas. No recordaba que eso también lo había escrito en mi escena perfecta.

Y así como las sombras dan paso a la luz y las aves todavía cantan en las horas oscuras, la cima de la vida se concretó en un grito que ahogamos con un beso profundo, éramos uno por todas partes.
Me di cuenta que apretaba los ojos y los abrí. Vi que Guille sonreía y en su mirada brillaba la paz y la felicidad que habitaban en su alma. Yo también era feliz.
Cerré los ojos de nuevo para contener las lágrimas. Poco más tarde volví a abrirlos y encontré a Guille mirándome. Me sentí comprendido, amado, tanto que deseé cantar en el silencio.
__ ¿Así lo soñaste? __interrogó Guille, todavía sonriente.

Le devolví la sonrisa antes de replicar con voz calma.
__Esto es mucho mejor.

Casi  meses desde aquella primera vez que nuestras miradas hablaron de amor,  que tu voz tan sensual me acarició  y tu amable personalidad me cautivó, de historia compartida, con altibajos, normales en toda relación, desacuerdos, desencuentros que son siempre superados si  hay Amor. Y en cada uno de sus días vivimos la emoción de aquel primero  renovando fuertes lazos que entonces se tejieron y unieron nuestras vidas, nuestros sueños… y la historia continúa. Se escribe con aciertos, con errores los cuales nos sirven de lecciones  y nos hacen ser personas mejores. Agradezco a la vida, por tu vida… Agradezco al Amor, por nuestro amor por las muchas experiencias compartidas en  estos meses de cariño y de pasión.

Recuerdo nuestro encuentro que parecía un sueño donde tú me acariciabas  con plumas y pétalos y dejabas fuera el amor, tú señor y dueño. Mirando hacia el techo más tarde te rendiste y  en espejo reflejado fuimos pieles desnudas, mi cabello deshecho, embates de la aventura  y del amor ya hecho. Tu sonrisa verdadera, mis manos deseando  atraparla, anhelando inquietos a mi vera,  tus ojos me seguían, me detuve allí, quieto ellos, ardían en fuego. Plácido instante,   fogoso y resuelto  jugabas con mi cuerpo dando rienda suelta a tu pasión. Juego de seducción. Tú  apasionado, yo contento. Deseando tus brazos atrapando el momento.
Acariciando tu entorno, deteniendo el tiempo, capturando fragancias e imágenes  de aquel momento.  Tu pecho blanco se ofrecía y los pezones ardían en mi boca. Mordidos y presos ellos,  tu piel sucia de besos, mis dedos plácidos a tus embelesos.
Mis manos te recorren, tú miras enamorado, sobre mí, tú a horcajadas, tu virilidad allí, atrapada, enérgica y domada, tu ser a mi ser abrazado, tu cabello a mi torso acariciaba como ayer. Mis labios besando tu cuello y aquella piel aceitunada,  te enloquecía mi mirada.
La vertientes de tu cuerpo al vibrar,  ellas escapaban cubriendo túneles y volcanes.
El Júbilo y el contento esperaban.
__Son míos, la noche vacía y concurrida, ese coliseo repleto, de grillos y de hormigas, el deseo, que ulula coros desde tu vientre, soy un murciélago con insomnio, casi siempre,  y el chalet de madrugada, que te aloja como huésped. Tu soledad y la mía, desafían la monarquía de los días,
el absoluto halo, de enfado y destierro, yo me erijo entre tus dunas, irreverente como helecho, así jugamos nuestro ajedrez, bajo las sábanas, en un mudo carnaval, de pieles sin máscaras. Con facha de desvelo, ronda el celo huérfano,  en la alcoba de tus pupilas, tu entrepierna y entrecejo, muda escena sin reparto, de lava y fuego, tengo alquitrán entre mis dedos, y una caricia paranoica, que se desbocan como judío, al exilio de tu sinagoga.
__Son días de verano como cuando te conocí. Olías a jazmín ¿Recuerdas? Nuestros
corazones calientes  pero no por el sol. Eran nuestros besos mientras contemplábamos la  sombra de los sauces  sobre el rio….Tú una mariposa que volaba en mi alma. Sé que mi primer beso te lo di con los ojos y que el  amor era música y que todo en mí era una sinfonía, era un bello sonido. No miré ni tus cualidades ni defectos. Solo tu alma que era única la que  deseaba amar. Era la bella sinfonía del roce de  nuestras mejillas que hacían  brotar de nosotros un  cielo de ternura. ¡Cómo nos  amamos! Y quedó un ¡hola amor!  Para cada momento del día. Recuerdas aquella noche que el rocío despertaba la  fragancia del campo. El sonido de una guitarra. La alfombra de  margaritas que nos pedían que  nos amásemos como dos  almas buenas y fuimos una. Dejemos que la vida pase sin dejar de amarnos.
__Reposo afiebrado y sediento en la noche húmeda, oscura. Y la luna se apaga y se esfuma, entre la noche sin tiempo en la bruma impregnada de perfumes de aromas y vientos entre rayos tormentosos y los fuegos del cielo, iluminada. La fiebre bulle y desata en mi cuerpo, temblores profundos,  desgajado mi cuerpo dolores mudos, en mi cuerpo desnudo busco el fresco alivio en el bello remanso del espejo del río ya fenece mi vida, entre mis dolientes despojos, moribundo. Desgajado, ardiente y roto, divago, en tiempos sin tiempo agitado mi tormento, mi fiebre alucina con sonidos de alas,  es noche de luna corporizando fantasmas, aromas de brujas afiebrado en llamas, y húmeda bruma, que se lleva mi vida. Apareces de la noche cabellos al viento, de brasa, tus ojos piel encendida de rosa y de fuego, como un ángel te siento serás la muerte, me digo, y el infierno presiento y recrudecen las rotas cimientes, que ya son solo despojos. Apoyas en mi frente tu mano caliente, vestal, primoroso que calma mi fiebre y me miras, ojos ardientes y te miro,  veo una dios desnudo y hermoso de ojos de miel y fuego que incendian los míos incitando atrevidos  a amarte todo. En derroche incitante, deseos lacerantes y bestiales latidos,  todos mis sentidos sienten tu cuerpo, tu aliento y gemidos que provocan gozos y retozos, en mis arrebatos doloridos de lujurias y locuras desatadas, unidos tu vientre y el mío. Me olvido de la vida como si todo lo que fue, no hubiera sido en tu latente y brujo corazón en su urgente bramido pavoroso cuando busco tu boca entre el volcán de tu pecho hermoso,  mi espalda siente los murmullos de tus caricias ¡qué castigo! A tu cuerpo, piel de bronce y fuego todo mi cuerpo te entrego entre tus placeres infernales, que hierben el calor en mi savia,  siento tus murmullos ardientes locos, sumergido en el sosiego esperando el gozo éxtasis y el reposo, eterno se hace el tiempo. En los gozos murmuras, de un amor prohibido y su dulce premura de un ángel y un mortal, vuela sobre todo mal, deleite bella locura tus caricias, llama viva y tus savias, mis abiertas heridas me curan, las fuerzas me retornas, me besas, yo siento que vuelvo a la vida.
El embeleso regresa a mi cuerpo al imperio de fuerzas reprimidas,  cadencia vertical y rendida, tu pelvis extasiada conjuga en la mía en el éxtasis final de dos cuerpos atrevidos y de gozos compartidos viven mis sentidos,  el cuerpo libre de todo mal, un ímpetu de vida. Tu cuerpo, bronce y fuego se ilumina cuando abres tus alas doradas bellas, las agitas el viento y sonríes, sostienen tu cuerpo que brama y te pierdes en la noche sin tiempo, volando a las sombras en calma yo, pronto entiendo de tus codicias, curándome mi carne desgajada. Amor y sosiego me diste, tus besos eran de fuego, tibias tus caricias mis heridas curaste, lamento tu  amor y tu aliento que brama,  perdida por vos la vida y la calma, te llevaste al infierno, mi alma. Te buscaré en mil infiernos. En mil años, y también en mil vidas. Pero quédate con mi alma, solo dame tu amor.
__Cuando beso  tus labios, cuando mi boca tus labios muerdan, todo quedará resuelto, el misterio de mis noches, la incógnita en mis sueños.
Cuando besen tu piel mis manos, cuando mis dedos te rocen, la luna aullará a los lobos en un aullido de siglos, en un llamado sereno.
Cuando mire en tus ojos, cuando nuestras miradas se crucen, las estrellas fugaces pararán su carrera, nos mirarán desde arriba en pirotécnicas luces.
Cuando mi piel conozca la tuya, cuando nuestros cuerpos se vuelvan uno, del cielo lloverán sonrisas, carcajadas, alegrías y felicidad plena.
Cuando por fin nos amemos, cuando nuestros corazones desbordados de amor se encuentren, cuando nuestras almas finalmente se reúnan, no habrá ni espacio ni tiempo, y arriba allá en los cielos, y abajo allá en los infiernos, y en el purgatorio mismo, las almas libres quedan, las almas volverán a volar sin el encierro bello, sin el claustro sufrir eterno, sin esperar rendición o condena... y entonces seremos eternos. No temas que regresaré hasta esa eternidad.
__Lo somos, amor eterno. Pase lo que pase en Italia, quédate con lo bueno amorcito.
Quédate con el lado bueno de las cosas.
El mundo te romperá el corazón de todas las formas imaginables.
Eso está garantizado y yo no puedo explicarlo, como tampoco la locura que llevo dentro ni la locura que llevan los demás.  La vida nunca es justa pero debes afrontar los golpes y seguir adelante.  Y cuando tengas el corazón roto, tendrás que volver a construirlo y, no solo eso, tendrás que volver a confiar y esta es la parte más difícil, hace muy poco que lo entendí, lo sabes.
A pesar de todo esto, aunque la vida rompa todas tus ilusiones debes seguir soñando, ¿sabes por qué?  Porque si no te ilusionas, porque si no sueñas, porque si no amas, ¿qué clase de vida estarás viviendo? ¿Para qué quieres una vida si no la estás aprovechando?
Cuando tocas fondo puedes renacer y salir a superficie, por ello hemos de vivir, y con coraje pase lo que pase, el premio es que hemos de amar más allá de la muerte, te amo cielito, mi amante, mi novio, mi amigo fiel que me rescató o me acompañó en mi dolor en silencio, que hoy es abogado, que no se rindió ni salió corriendo aunque te echara, que pronto será mi socio, pero antes a conocer tus verdades, aunque duela, del dolor se sale, de la incertidumbre no, lo digo por experiencia.


Italia. Años atrás.
Diana no pudo dormir las noches siguientes.  El lunes llegó con prisas como la limusina a las puertas del convento. Ella había pasado en vela, y tardaría mucho tiempo en saber que era la segunda vez que salía de allí, que la primera vez la había encontrado el padre de Pedro, y que con él había abrazado el amor y el mundo, mas nada salió como imaginaron.
Poco después recordaría que sí en su dolor de oír de su padre que su hijito había  muerto a poco de nacer, había escapado de la casa que alquilaban en Roma en medio de la tormenta, y huyendo de ese padre adicto y maltratador,  desesperada y sin rumbo, se habría embarcado sin ayuda, y en efecto habría naufragado, pero él la alcanzó, y ante su madre sumisa, la hizo llevar al convento por un amigo. Esos recuerdos los perdió, ante el dolor de su segundo regreso al sitio, entonces sí drogada, indefensa y moribunda, perseguida por su esposo, el padre de Pedro, cuando ya sus padres estaban en Argentina,  ayudados siempre por su esposo, en el exilio y en la huida de la dictadura. El amor de su vida, el chico puro que la enamoró cuando estaba en el instituto, que ella ignoró que había sido luego piloto de la fuerza aérea y desertado, llevado a Europa por su amante que escapó antes, una cabaretera de Chile, casi prostituida por su padre, al entregarla por dinero a un comerciante que sin querer la condujo a Viena de regalo, desde donde ella huyó a París cuando él le dio dinero para comprar un departamento, pues tenía esposa.
Largo tiempo dedicó a vengar el abandono del hombre que en Chile dijo amarla, y del cual tuvo un embarazo que perdió  a pocos meses, cosa que entonces no le perdonó. Noelia era una princesa, así le dijo su padre desde niña, segura y talentosa, ambiciosa y vengativa, se propuso ser famosa como actriz, y encontrar al hombre que la había traicionado, solo que cuando lo llevó a ella, él estaba casado con Diana.
 Ella hoy no recordaba más que su nombre, a su bebé y palabras sueltas entremezcladas, amenazantes.

La hermana Theresa la acompañó hasta el portón que comunicaba con el mundo exterior.

__Rezaremos por ti, recuerda que si deseas regresar, siempre tendrás un lugar aquí.
__Gracias hermana. Lo tendré presente.
Pero dentro de su alma,  Diana esa vez estaba segura que no iba a volver, al menos no ya como interna.

En el largo viaje desde el pueblo a Roma, Diana se sintió invadida por sentimientos conflictivos. Le emocionaba estar fuera del convento, y sin embargo el mundo exterior le resultaba en cierto modo ominoso, sin su identidad, sola, sin dinero.
¿Llegaría a saber qué cosa tan terrible le había sucedido en el pasado?
¿Tendría algo que ver con el sueño recurrente de que alguien trataba de ahogarla?

Las respuestas a todo, no tardarían en llegar, aunque largo tiempo y distancia la separaran por años de su tierra y de su hijo… de Pedro.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO, ESCENAS EXPLÍCITAS.