domingo, 28 de junio de 2020

NO SOY YO CAPÍTULO TREINTA Y SEIS.





NO SOY YO
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS.


 “El otoño es una segunda primavera,
donde cada hoja, es una flor”. A. Camus.
“En el otoño, la viña virgen enrojece
frente a los árboles que se desnudan”. S. Tesson.
Siéntate bajo un árbol en otoño, y verás a las hojas muertas
danzando a la vida, con la fresca brisa. “Montecristo”.

__Me preguntaste qué es el amor para mí y te respondí que muchos dicen que el amor es paz, tranquilidad, sentimientos puros y genuinos. Diálogo, razón, cariño y pureza. Otros dicen que el amor es nunca tener que pedir perdón, o saber pedir perdón, que el amor es rosa, vértigo, mariposas en el estómago, azúcar y miel, comprensión, risas, ganas de vivir, felicidad. Para algunos el amor es un sentimiento suave que los atraviesa y colma de alegría. El me paró en seco y repreguntó: “¿Para vos, qué es el amor?”. No me quedó otra opción que responder: “Para mí el amor es locura, mal humor, furia incontenible, la muerte de la tranquilidad, llorar cuando sea y reír un minuto después. El amor para mí es peleas sin sentido y sentidos en modo pelea, es pedir más y no conformarme, es un grito, un puñal en el hígado, es la expectativa segura de cosas no contempladas, es el intento por demostrar y esperar que te demuestren. También es el verbo hacer y dolores en el cuerpo, la intranquilidad que irrumpe a cada instante, y el deseo de ver, estar, sentir. Para mí el amor no es tranquilidad, es el infierno dividido entre mi mente y el corazón, es tortura. Es todo lo malo que sabe bien y lo bueno que indefectiblemente va a desaparecer. El amor es no esperar, no descansar, es acción, soluciones de guerra, la sangre en ebullición, el amor es azul, es un trago de algo hirviendo mientras me zambullo en un lago helado, es todo. Mi amor es la desconsideración empujada por el anhelo de hacerte sentir, de captar tu atención. Son mis ojos abiertos a las cuatro  de la mañana y el deseo de morir a las nueve. Mira, puede que mi forma de amar no sea lo convencional que podrías desear pero a la larga, esta forma de expresión siempre va a mantenernos vivos, siempre te vas a sentir amado y deseado, no me pidas por favor que te ame en modo tranqui, ese no soy yo  __afirmó Guillermo.

“Su cara cuando terminé mi disertación no era lo que yo esperaba, no la forma en que esperaba que él  reaccione. Me miró fijo, tomó las llaves abrió la puerta y se marchó para nunca regresar. Repasé lo que le había dicho y comprendí que era lógica su intransigencia, que cualquiera salvo yo hubiese reaccionado así. Sabía que lo iba a sufrir, que me partiría el corazón en dos y mucho más, pero nada se podía hacer, es la forma que tengo de amar, es la forma en que lo quería amar”.

__ ¿Me fui? ¿Me asusté? _ interrogó, Pedro atónito.

__Un montón de veces de fuiste sin perder la memoria, porque yo primero solo deseaba salvarte de mí, de ella, de todos, no me sentía merecedor de vos, además era más grande. En verdad al inicio, yo creía que el amor era una utopía, una quimera, que no existía, yo solo deseaba y poseía, y nadie se había quejado,  y pensé que con vos sería igual, que pensarías igual, pero resultó no ser así, y para acercarme te ofrecí ser amigos, protegerte, cuando en verdad fuiste vos quien me rescató de mi indiferencia y ostracismo,  de mi negación a reconocer que era un ser herido, muerto de miedo a dañar y ser herido, a que por los riesgos que corría se los causaran otros a los míos, y no me comprometía, y me confundí cuando empecé a sentir que me faltaba el aliento si no respiraba tu aire, que te extrañaba cuando aún no te habías ido, que quería pasar cada minuto de mi vida con vos, y ni yo sabía qué me sucedía.
__No lo sabía, no lo imaginé.


Otra vez caí en tus laberintos, tus ojos protervos se prendan a mi ser, tu aliento cerca de mí, se entrecorta la respiración, me besas, no puedo resistir.
¡Tala mis bosques dorados, floridos! Engatúsame con caricias de terciopelo, aniquila al instante mi entereza, ahoga tú tus anhelos, yo mis ansias, varón embustero tuyo es  el elixir de mi tesoro, estrújame los labios sin compasión, con escasas dulzuras, excesivas amarguras, miénteme, pronuncia mi nombre, para saber si soy tu hombre  de verdad, despójame de mis ropas, que traigo por estrenar un  tejido  de piel tan natural para ti.
Dame cobijo con todo lo que te he prestado, en plena noche,  tus manos me llaman, mis  montículos son tuyos, cómo disfrutamos en un bando y en otro, asesinos de nuestras siluetas, mientras revivo acuden primaveras a mi memoria, no existen secretos, por tus ojos espío nuevas conjeturas, ya todo es rojo, rosas, vino, banderas, sangre, hierven las vanidades, como aventura solo queda arrimarnos al horizonte, oscuridad despierta, latente… Para embriagarnos no hay nada como dos cuerpos en cosecha, sembrando temblores, aromas, destilando mieles, atributos que no esperan, deseos, arrebatos, vehemencia, resucitar es tan difícil como morir de ganas, lo que se aprende en la cama de dos no tiene precio, son lecciones de dioses aprendiendo a amar sin miedos, cohabitar, asir, libar, acoplar, cuántos sinónimos por aunarnos palabras que arden, en lontananza se ven lenguas de fuego, tú y yo rocío vivido.
La madrugada pasa tan lentamente que me apacigua, no mientas si sabes que me tienes cautivo, apresado en tu mente, a este desierto le hace falta el oasis, le falta el erotismo de tu savia, nuestros fuegos cavernas de orgasmos, carne de espera, pedimos abrazos pero no caemos en la emboscada de los sentimientos, brevísimas cúspides de gloria.

__ Entre los tesoros que tengo que caben todos en una cajita, ahí, donde tengo guardado el de ese día que marcó nuestras vidas amor mío, tengo el más grande de los tesoros que la vida me regaló, sí mi amor, nuestro primer beso, así fue y así lo hice…  te besé sin miedos ni pensamientos con turbulencias, solamente pretendía abrazar al amor de nuevo, por eso borré cada rincón cada lugar de mi vida, borré mi pasado para que no te molestara, para así amarte con todas mis fuerzas, desalojé mi corazón para darte todo mi espacio cada noche, en cada sueño cubría con mis verbos tu piel, dejé que volaras por mis labios y mi alma, y aun así llore, lloré por ti y por mí, por las cárceles de la vida que atados nos han tenido tanto tiempo en las ausencias.
Lloré porque me sentí vivo… muy vivo  pero sin ti, ya no bailaban nuestros corazones, ya no, ya las melodías estaban muertas, la pasión se había dormido en ese suspiro de amor, los besos tiritando de frío.
La noche se me presenta inmensa sin ti, mi corazón, te buscará al igual que cualquier noche, hace calor vida mía, me pesa el cielo y me sobra la vida porque tú no estás, quiero amor unos sueños nuevos, quiero volver a empezar, quiero verte en mi locura de amor, el eco de la gloria será nuestro y mañana será un día nuevo donde los sueños recobrarán vida y mis verbos serán cantados para ti en melodías encadenadas, así vida mía se acabará mi llanto ahogado, seré de nuevo tu enamorado, que quiere sentirse vivo, ven abrázame amor esta noche.
Te amo amor __ confesó Guillermo embargado de emoción, así había sentido en los años de ausencia  __. Fui bisexual un tiempo, aunque pocos sospechaban que mi deseo no lo despertaban las mujeres, me veían tan educado, tan  amable, tan elegante que para ellos eso era ser hombre, y hace años, ser gay era pecado, y por ello hice un pacto con Ana, y  existe Fabián, yo deseaba tener un  heredero, eso fue antes de conocerte, pero mi cuerpo se saciaba fuera de casa, al principio con mujeres, luego entendí y ya no fue así, fue una vida de búsquedas hasta que cruzamos las miradas.
Fue ridículo porque cuando me sentí juzgado, en mi adolescencia, me planté en una búsqueda, de esa mujer ideal que marcaban los mandatos.
__ ¿Me cuentas? _pidió, Pedro.

-“Casi seis meses de investigación se desplegaban en fotos e informes sobre la mesa, que ansioso esperaba analizar para poder saber el rumbo que tomaría mi vida los próximos meses, con la esperanza que fuera el que siempre iba a seguir. Los nombres de mujeres en sí, no me decían nada, analizando su historial esperaba encontrar el indicio que dirigiera mi atención a una de ellas, una particularidad que me resultara atrayente, irresistible.
Paula:   Contadora pública, 1,70, 36 años, soltera, un hijo de 6, le gusta el campo, los restaurantes lujosos, Brasil, ir de shoppings… No descartada.
Celia: Maestra jardinera, 1,72, 29 años, sencilla, sensible, soltera, sin hijos, fuertes raíces religiosas, fumadora, con asistencia psicológica por desórdenes alimenticios. Descartada.
 Maxi: Abogado, 34 años, en pareja, 1,77, carácter explosivo, temperamental, rebelde, dos detenciones por desórdenes en la vía pública. Tomé con desesperación su fotografía y vi lo que el informe presentaba como historial, lo vi en sus ojos y dije: “Este”. El sobre que contenía su pormenorizada historia de vida, lo leí sentado en mi sofá, mientras remarcaba con círculos rojos sobre el papel, lo que me parecían puntos interesantes y débiles, sobre los que me concentraría para enamorarlo. El plan ya estaba en marcha, solo necesitaba paciencia y movimientos perfectamente aceitados, entrar en su vida como si él me hubiese encontrado a mí. Yo era más de diez  años mayor, pero al ser un chico  que creció sin su padre, que lo abandonó a  él  y a su madre cuando niño, la diferencia de edad, jugaba a mi favor.
Toda esta historia había comenzado cuando me separé de mi última pareja. Había aprendido varias cosas en el transcurso de esa relación. Básicamente había aprendido que ya no quería sorpresas, que mi próximo amor lo tendría estudiado y sabría perfectamente a qué atenerme, cero sorpresas. Lo otro que aprendí, es que uno pasa al menos ocho horas acostado, así que las piernas son importantes, las de él. Tres horas al día tirados en el sofá, charlando o mirando tv, con sus piernas sobre las mías, por ende, necesariamente tenía que tener lindas piernas y pies. La conclusión fue natural y definitiva.
En la oficina del investigador privado que sería el encargado de conseguir los prospectos de novio para que yo pudiera elegir, él y su secretaria quedaron boquiabiertos al escuchar mis requerimientos y no por que necesitara encontrar una novia o un perfil de novia o novio  en base a mis gustos, por las directrices acerca de dónde deberían buscarlas, lo específico de mi pedido los desconcertó pero no les di explicaciones. Bastante era el dinero que les pagaría por seis meses para que se encarguen de este trabajito, como para encima darles datos de mis necesidades. Como no reaccionaban, les pregunté si entendían que los perfiles debería provenir únicamente de los  que practicaran nado sincronizado, que cualquier otra mujer u hombre  no me interesaba. Asintieron estupefactos, les extendí el cheque y les aseguré que en seis meses nos volveríamos a ver. Doce perfiles me entregaron como candidatos, pero solo me llevó revisar tres para elegir el que pretendía. Su foto era tan interesante como su currículum.

__ ¿Cómo? ¿Entonces lo del encuentro en la biblioteca…?
__Existió, y allí supe que serías vos, pero venía de pasarla mal, con Silvina, con Ana, con Juan…, ni importa, entonces quise saberlo todo de mí, de mis preferencias, y los confundí un poco a los investigadores _ confesó Guillermo.

__Ya veo, bisexual…
__ Sigo, estudié los datos.

“El día que salía de entrenar era lluvioso pero la lluvia fue sorpresiva y entendí que era el momento de conocernos más. Parado  bajo un pequeño arco que hace las veces de entrada de vehículos al club en el que hace nado sincronizado y temblando por el viento frío del sur, solo contemplaba ansioso el reloj, seguro que alguien estaba por pasar a recogerlo. Ya lo venía estudiando hacía unos días y comprendí que era mi momento, el show debía comenzar. Me acerqué como si nada, me quité mi abrigo y lo coloqué sobre sus hombros. “Déjalo, mañana o cuando vuelvas, en la entrada -le dije sin permitirle reaccionar pero mirándolo fijo a los ojos y dejando que mis  café, hicieran lo suyo. “Cuídate, te puedes enfermar”,  susurré mientras emprendía mi huida bajo el agua al auto estacionado en doble fila. Su expresión fue una buena señal. Había captado su atención. Dos días después, cuando sentí el “Señor” tras de mí, supe que había mordido el anzuelo. Me comentó que estaba sorprendido de que hubiese caballeros todavía en el mundo y que mi abrigo lo había dejado en portería. Solo le contesté que no era cuestión de caballerosidad, sino que me había preocupado por su bienestar, que me dio pena verlo ahí pasando frío. Le pedí disculpas y me retiré fingiendo un apuro que solo era parte del montaje disuasorio.
Tres semanas después de ese incidente poco casual, cenábamos en un restaurant de la costa, ya había fuertes lazos afectivos, yo ya lo quería. Terminó su relación previa a mí y lo nuestro arrancó con la fuerza de un huracán. Muchas veces me pregunté acerca de lo genuino de una relación basada en una mentira, aunque esta hubiese sido la justificación que hacía la relación legítima. Al fin y al cabo yo lo amaba, solo que él no sabía desde cuándo, no había una acción indigna de mi parte, yo buscaba un amor real.
Observar algunos de sus entrenamientos generaba la adrenalina que transformaba en puro amor horas después en nuestra casa. Muchas veces me despertaba a la noche y apretaba sus muslos y la poca carga de conciencia que pudiera tener, se disipaba en la dureza de esas piernas que me acompañaban en mi momento más vulnerable. Esa tarde, me acerqué hasta el office del entrenador para preguntarle hasta que hora serían los entrenamientos, pues debía irme y quería volver a tiempo para recoger a    Maximiliano. Al entrar, el profe estaba con un pie sobre la silla y el otro en puntas, en el piso, en pleno ejercicio de calentamiento, jamás había prestado atención a sus piernas. Me miró sin sorpresas, era un divino de ojos almendrados que ya conocía de otra parte de casi metro ochenta y ojos color miel. “Me dio frío” dijo en total candidez o no. Levanté la vista y lo pude corroborar.
Ocho horas al día duermo con piernas entrenadas y varias acaricio pies que saben lo que tienen que hacer. Cada tanto suspiro y pienso que por fin soy feliz. Y así te propuse ser mi socio, y así todo comenzaba”.
__ ¿Y ese Maximiliano?

Las voces y corridas desde el pasillo los sacaron de la charla, pensaron en los gemelos otra vez peleando por ganarse el favor y cariño de alguno de los dos, y fue la nena la que primero apareció.


__ Papi, es un idiota, todos los amigos son idiotas _gritó Malena mientras corrió a enrollarse en las piernas de Pedro que la abrazó llevándola a su regazo, mientras Guillermo  con sigilo miró por sobre los anteojos.


__ ¿De qué hablas mi reinita? __   dijo Pedro con dulzura __. ¿Y desde cuándo dices esas palabras?

__Yo no  se las enseñé _ se defendió Guillermo__, todo lo que no te guste  en su lenguaje se lo debes al tío.

__Cierto _reconoció Pedro, eres la nena mimada de Agustín y copias todo de él ¿verdad?

__ Ya no, porque también está tonto, celoso porque cree que porque te quiero a ti ya no lo quiero a él, pero no hablaba de él.
__ ¿De quién entonces?
__De los amigos de Bruno, no entienden nada _ respondió ella, mientras Pedro cruzaba miradas con Guillermo y le acariciaba el cabello, descubriendo a su hijo a pasos más allá con la mirada hacia el piso__. Es que creen que ustedes van a casarse, y no entienden que ya están casados _ explicó ella__. Además me tienen harta, porque no dejan de preguntar por qué son dos hombres y cómo tienen hijos.

__No son idiotas papi, solo que no entienden _ defendió Bruno en voz baja y Pedro pudo sentir los celos a la distancia, la culpa por prestarle más atención a la nena, por lo cual  extendió un brazo invitándolo a unirse al abrazo, mientras al mismo acudía también Guillermo terminando enredados los cuatro, muertos de risa entre cosquillas.


__Es que no saben lo que es renovación de votos _ explicó Guillermo en general.

__ ¿Y qué significa bien papá? _preguntó Malena.

Guillermo miró a Pedro con la ternura reflejada en las pupilas.
__Es una renovación de las promesas que dos miembros de una pareja se hacen cuando se casan _  explicó con paciencia por enésima vez a los pequeños, sin ver a Fabián que emocionado contemplaba la escena __. Como papi perdió los recuerdos, es que le repetiré las mías, y él me hará las suyas, ya que no sabe qué sucedió cuando nos casamos, y además ahora ustedes podrán ser testigos _ concluyó.

_ Sí, eso entendí, pero los amigos de Bruno… no.
__Es difícil _ volvió a defender el pequeño__. Papi, cómo es que siendo dos hombres tuvieron hijos, o no... __ Bruno se veía preocupado, confundido, y entonces ingresó Fabián, intentando explicarles lo que sucedía.

__ Hijo ¿de dónde saliste? _ preguntó Guillermo mientras el hijo le daba un beso en la mejilla.

__ Creo que me mandé una macana _ reconoció ante la mirada atenta del padre__, o no. Pasa que ellos están confundidos _ les contó Fabián __. Escuché sin querer que con el tiempo les explicarían todo, pero es que me acribillaron a preguntas y ha habido tanta mentira, tantos desencuentros en estos años, que no supe cómo disfrazar la verdad e intenté contarles, pero creo que no soy el indicado y que están aun más confundidos.

__Explícanos hijito.
__Es que no entienden el porqué uno que es igual a vos vivía con Pedro y la que es igual a él con vos _ explicó Fabián__. Eso por empezar. Tampoco mucho cómo es que nacieron de dos hombres.

__Claro, papi _ siguió, Malena__. Porque yo no conocí a mi mamá.

Pedro se tensó, el corazón de Guillermo dio un brinco.
__ Yo le dije, papi, que Camila era muy hermosa, pero no demasiado cariñosa,  ahora que murió me siento mal, pero yo no la quería mucho, siempre quise más a mi nana _ musitó Bruno, y esta vez el que apretó los puños y sintió bullir la sangre, fue Pedro.

__No la nombres, no vuelvas a nombrarla _ gritó y Guillermo de un salto estuvo a su lado y le aferró el brazo.

__Pedro…
__Ella no era buena, hijito, perdóname, no quise gritarte, y Fabián tiene razón Guille, ya hubo demasiado de farsa acá, es momento de que sepan la verdad, entenderán lo que puedan, con el tiempo cada vez más _ afirmó Pedro sentando a cada niño en una de sus piernas, Guillermo asintió y se sentó junto a ellos, Fabián atento frente a sus padres.

__Camila no es tu mamá, Brunito, por eso no era cariñosa _ lo soltó y para su asombro sintió alivio__. Mucho menos de Malena, por ello es que no crecieron juntos, es decir ella con nosotros, no es fácil de contarles, y puede que no comprendan demasiado, pero… la mamá de ustedes…

_No es Camila _ dijo casi para sí el nene.

__No. Ella nos hizo creer a ti, y a mí porque yo no tenía memoria que lo era, pero no era cierto, la mamá de Malena y de ti… está viva, y al menos tú la quieres mucho hijito _ confesó Pedro buscando en la mirada serena de Guillermo la aprobación.

__ ¿Daniela… es Daniela papi? _ preguntó el nene con las lágrimas deslizándose por las mejillas mientras Malena parecía un témpano, dura, de hielo.

__ ¡No! __ gritó ella de pronto, y Guillermo antes de que huyera logró aferrarla y llevarla hacia su cuerpo, la sintió temblar en su amarre__. Yo no tengo mamá, solo tengo dos papás, no tengo mamá.

__Shhh… Tesoro, mi niña preciosa, tranquila, no llores, a ver, déjanos que papi y yo les expliquemos, porque sabemos que no entienden nada, tranquila. __Guillermo le acarició con suavidad el cabello dorado, mientras ella hundía la cara en su pecho como deseando fundirse en la seguridad que siempre le dio su padre.

__ Malena, Daniela es muy buena _la tentó, Bruno.

Ante la emoción y la tensión que embargaba a todos, de pronto un sonido captó la atención, y las miradas tropezaron con los ojos anegados de la madre biológica de los niños, Guillermo reaccionó aferrando a Malena, y Fabián intentó explicar mas antes fue ella quien habló.
__ Perdón…
__ ¿Qué hace usted acá? __preguntó, molesto Guillermo__. Quedamos en vernos en…, lo olvidé, disculpe.

__Yo la hice pasar, papá, ella no tiene la culpa _ se atrevió Fabián__. Me pareció que era hora de que entrara a casa, es lógico que viera a los chicos.

__! Dani! __gritó Bruno que se liberó del abrazo de Pedro para ir al de ella, que lo aferró como el hijo a quien cuidó desde siempre, a quien dio de mamar, a quien llevó en su vientre.

El silencio y las emociones a flor de piel dominaron a todos, hasta que Fabián propuso que intentaran entre todos explicar la verdad a los chicos, sobre todo a Malena ajena a esa mujer que su hermanito tanto quería.
Daniela la miraba con ternura, ella de soslayo, para volverse a enterrar en el pecho de Guillermo.

__ Papá, yo no la conozco a ella, yo nunca tuve mamá.
__Hijita, la tuviste, la tienes _ le explicó él con suavidad.

__Pero ella  me dejó, Bruno la quiere pero yo no la conozco_ se empecinó Malena.

Pedro se incorporó y se unió a ellos con una mezcla de culpa y frustración ante la falta de recuerdos al sentir el desconcierto de su hija.

__Hijita, tampoco a mí me querías cuando llegué _ le dijo mirando a Guillermo  y  acariciándola.

__ Pero ahora sí, porque no te fuiste, y papá te ama, y además me explicaron, pero a ella no la conozco _ insistió Malena.

__ ¿Nos dejas que papá y yo les expliquemos cómo sucedió todo?
__Señor, yo mejor me voy, fue un impulso, además quería verlos, pero creo que es mejor que ahora los deje solos _dijo Daniela y Guillermo asintió.

__Disculpe, Daniela,  les contaremos todo y pronto podrá ver…  estaremos en contacto _ le dijo  Pedro intentando atraer a Bruno que no deseaba soltarla.

__Papi, no quiero que ella se vaya lejos __ le pidió llorando.

__No amorcito, no se irá, vive en un hotel cerca, la verás a diario, tranquilo mi niño, tranquilo _ lo consoló Pedro mientras Daniela le cubría el rostro de besos y lanzaba miradas a Malena que le negaba el rostro, pero aun así musitó a Guillermo.

__Papá, Bruno la quiere, no  tiene que irse, yo no quiero que él sufra, es solo que yo no la conozco _ balbuceó.

__ Está bien preciosa, ya volverá, ahora papi y yo les contaremos todo a ustedes, no es momento para que se quede.
__Está bien.
__La acompaño y regreso _ se ofreció Fabián.

Cuando la vieron salir, Guillermo y Pedro se sentaron en el sofá con los chicos entre sus piernas, y comenzaron a relatarles cómo se conocieron tantos años atrás en la biblioteca de la UBA, cómo se enamoraron poco tiempo después, cómo Guillermo tuvo que dejar una vida con la mamá de Fabián para intentar acomodarse a otra con su verdadero amor, y Pedro darse cuenta de que a pesar de salir desde jovencito con Camila, en verdad se terminó enamorando de un hombre, porque no se elige de quién se enamora, porque las almas no tienen género.

__ Les contará papá porque yo no recuerdo _ dijo Pedro mirando a Guillermo__, pero confío en él  más que en mí mismo, algunas cosas ya las saben.

__Como ya les dije__ retomó el relato Guillermo, papi y yo nos enamoramos a primera vista, yo no creía que podía sucederme, solo que no lo había conocido, subsanado ese detalle, tuve que reconocer que estaba equivocado, que el amor existía, que él era mi amor eterno, y lo es. Nos pusimos de novios, como él les contó conocía desde jovencito a... Camila, que entonces era una muchacha que parecía buena, y yo tenía a Fabián, y me había casado con Ana, cuando lo conocí yo estaba casado.

Mientras él  arreglaba con Camila, y yo con Ana, papi enfermó, eso lo saben.
__ Del cerebro __ musitó Malena apenada mirando a Pedro que le acarició la mejilla asintiendo.

__Exacto. Y yo no quería separarme de él, pero en verdad los abuelos y él decidieron que debía operarse, y Camila y su equipo eran buenos, ella mal que me pese aunque luego fuese mala… le salvó la vida entonces. Papá  y yo vivíamos juntos, ella parecía ser su amiga, el tío estaba de viaje como siempre, y papi decidió que se operaría ese tumor, yo no podía retenerlo, todavía estaba casado, y entonces se internó, pasó tiempo haciéndose estudios, y luego Camila y su gente lo operó, le quitaron  el tumor, pero ya no volvió a casa, porque perdió la memoria, por primera vez, pero yo no lo supe entonces, pensé que se había enamorado de ella, o que se quedaba con ella por agradecimiento.
__Guille… __Pedro deseaba aun sin recuerdos decirle que aquello era imposible pero las palabras se negaron a salir.

__ Ya sé cielito, no fue así, pero es que yo no sabía que no tenías recuerdos, y entonces supe que estabas bien, que no estabas muerto, que estabas con ella, los seguía sin ser visto, muerto de celos y de rabia, hasta que papi se dio cuenta  de algún modo que no amaba a Camila, y se separó de ella __ continuó Guillermo mirando siempre a Pedro__. Pero yo estaba muy enojado, porque me sentía traicionado, no podía  dejar de seguirlo pero no quería verlo, y fue él que por esa historia del cuadro dio con la casa de antigüedades de los abuelos que manejaba Fabián, y por él al fin llegó a mí, y yo me dejé ver y reconocer.

__ ¿Recuperaste la memoria papi?
__No del todo, pero sí reconocí a Guille, y supe que lo amaba a él, eso estaba intacto _ dijo Pedro confiando en los relatos de su esposo.

__Para entonces poco después nos casamos, y compramos esta casa porque le había dejado otra a Ana. Fabi quiso vivir con nosotros, y trabajábamos juntos en el estudio, éramos muy felices, por ello un día decidimos que queríamos tener hijos. __ Guillermo emocionado detuvo el relato, fue Fabián quien llegó en su rescate.

__ Yo siempre le pedí hermanitos, pero como a papá no le gustaban las mujeres, luego de enamorarse de Pedro ya no tocó más a ninguna, no tuve suerte, pero es verdad, éramos una hermosa familia de varones, y ellos quisieron tenerlos, a ustedes o más _ afirmó Fabián mientras los pequeños lo miraban con embeleso.

__ Entonces  pensamos en Daniela, ella era cliente del estudio, estaba sola,  era viuda, no pensaba en volver a enamorarse pero no había tenido hijos.
Esto también lo saben, los deseábamos mucho, y por eso hablamos con ella, aceptó ser la mamá, e hicimos una inseminación artificial mixta, eso que les explicamos de cómo  y por qué ustedes sí son nuestros hijos de sangre, y ella puso su semilla, el óvulo y quedó embarazada, los llevó en la panza, es la mamá de los dos, y los quiso, los amó.
__ Me dejó, papá _ insistió Malena.

__No hijita, ni papi ni ella te dejaron, no quisieron dejarnos, déjame contarles todo __ retomó Guillermo.

__Esa mujer no se había resignado a perder a papi, no sé si lo quiso alguna vez, pero era muy ambiciosa, quería crecer en lo suyo, en la medicina.
__Sí _ habló Bruno__. Ella nunca estaba en casa Malena, a mí solo me miraba y daba algo de cariño frente a papi, pero lo único que hacía era viajar y trabajar, por eso me crió Daniela, y yo no podía decirlo, pero siempre la quise a ella como a una mamá.

__Así es.  Camila, Ana, un montón de gente mala, formaron o eran una organización que hacía investigaciones con medicamentos, usando a los pacientes, a algunos pacientes, de eso algo les contamos, y ella había empezado a usar el cerebro de papi, cuando regresó conmigo. Entonces quiso recuperarlo. Un día en que los abuelos estaban de viaje y el tío en medio de la nada por su profesión, le hicieron creer a Pedro que el abuelo había tenido un infarto en Chile, que estaba mal, y entonces quiso viajar de inmediato. Yo debí acompañarlo, pero Daniela estaba embarazada de ustedes, Fabián quedaría solo, estaba el trabajo, y papi pensaba trasladar al abuelo a Buenos Aires, entonces cometí el error de  dejarlo ir, lo llevé al aeropuerto, nos despedimos…

Guillermo sintió que los recuerdos se habrían paso en su mente, que el aire no ingresaba normalmente, Pedro le tomó la mano, y Fabián continuó de nuevo.
__ Yo atendí el llamado donde dijeron que el avión donde iba Pedro había tenido un accidente, y que él estaba muerto _ balbuceó con la voz entrecortada mirando a sus hermanitos que ya lo sabían pero lloraban cada vez__. Nunca encontraron los cuerpos, pero todos pensamos que Pedro había muerto.

__Yo creí morir con él __ logró decir Guillermo con la voz ronca __, pero aunque apenas podía levantarme, seguí adelante porque ustedes estaban por nacer, pero la verdad es que no estaba bien de nada, y un día Daniela desapareció, y aunque Gaby y mis socios del estudio me ayudaron, no pude dar con ella.
__ ¿Con nosotros papá?
__Claro, con ustedes. Entonces solo Fabián hizo que no me muriera, pensé que no solo había perdido a papi, sino también a ustedes, y en realidad la responsable fue esa mujer, ella simuló la muerte de papá que nunca subió a ese avión, lo secuestró para usar su cerebro en sus experimentos, y también se llevó a Daniela, y la retuvo hasta el parto.
Un día me llamaron de una clínica. __Miró con los ojos anegados a Malena__. Me llamaron de una clínica, y me dijeron que eras mi hijita, Malenita, y en verdad allí estaban tus documentos, te habían anotado con mi apellido, hicimos estudios y lo eras, pero no estaban ni papi, ni Bruno, ni Daniela, ni…

Guillermo calló lo de los otros hermanitos muertos, Pedro supo que no podía seguir, y siguió el relato.
__Daniela nunca te abandonó, ni yo hijita, ella los llevó en la panza y los amó siempre, pasa que esa mujer mala  le dio solo a Bruno, yo estuve en coma mucho tiempo, eso lo sabes, me tuvo internado en una clínica privada de acá, y para cuando desperté, no recordaba nada de nada, y solo supe lo que ella quiso decirme, pensé que ella era mi esposa, y que  antes de que yo tuviese ese accidente que me dijo y quedara en coma ella estaba embarazada, y allí estaba Brunito, solo él, no supe de  ti, ni de papá, le creí a ella, Daniela estaba  amenazada, y no me dijo nada porque entonces perdería el poder estar con Bruno, ni ella ni yo los abandonamos. __Bajó la mirada y Guillermo lo llevó a sus brazos.

__ Male… __Fabián se puso en cuclillas junto a su hermana__. Ni Pedro ni Daniela te abandonaron, tampoco a papá, yo te pido perdón porque te puse en contra de él, vi sufrir a papá y cuando reapareció no sabía nada de esto, tuve miedo de que volviera a irse, hasta que me enteré de todo.

__ ¿Nunca nos abandonaste papi? _ musitó ella yendo a sentarse en el regazo de Pedro.

__No mi amor, es solo que no recordaba… no recuerdo nada. Y Daniela tampoco lo hizo. Ella no quiso dejarte. Cuidó siempre de Bruno, y yo si bien no era feliz con ella, me dedicaba a él, trabajaba algo en casa…
__A veces ella decía que tenía que internarlo para estudios, y yo me quedaba con Daniela _ confesó Bruno.

__ ¿Y ella te dañó el cerebro? _ interrogó Malena, Pedro asintió porque el nudo de angustia le atenazaba la garganta __. Solo cuando creí que ella había muerto en ese accidente de avión, poco antes de regresar junto a ustedes, Daniela ya sin temor, me pidió que no la separara de Bruno, y me confesó que era la mamá, y luego ordenando las cosas en Chile, encontré tu foto preciosa, la única foto, y… eras, eres igual a mí, entonces supe que tenía que venir, que algo no me estaban diciendo.

__El resto ya lo saben _ se recompuso y dijo Guillermo__. Papi trabajaba para la editorial, allí le aconsejaron ver a un abogado, y encontró a Gaby que lo reconoció, además él escribió un artículo que al tío no le hizo gracia y cuando fue a pelearlo vio su foto. Dio con nosotros, y ya recuerdan el día que llegó a casa, sin recordar nada.

 Malena entrelazó la mirada con la de Pedro, le acariciaba las mejillas y atrapaba las lágrimas, él bebía las de su hija.
__Nunca nos abandonaste, y Daniela tampoco a mí _comprendió al fin entre sollozos.

__ Así es mi muñeca, vinimos a buscar la verdad cuando pensamos muerta a Camila, y te encontramos.
__ ¿Ya nunca vas a recordar  nada papi?
__Al parecer las drogas que me puso, lo que le hizo a mi cerebro lo dañaron para siempre amorcito, no recuerdo nada.
__Pero nos amas  _concluyó la nena con temor.

__ Volví a amar a papá sin recordarlo, y a ti te amé al verte, supe que eres mía, y que él es mío, más que yo mismo, que juntos no somos débiles o vulnerables sino invencibles, por ello me quedé, y traté de que  confiaras en mí, de que pudieras amarme.
__Y te amo, papi, pero ella…
__ Con ella harás lo mismo, la conocerás de a poco, aprenderás a confiar en ella, y cuando ni siquiera te des cuenta, comenzarás a quererla _ le susurró Pedro.

__ Son mi ejemplo _ dijo Fabián emocionado__. Qué amor tan grande que aun sin recuerdos, vuelven a elegirse, y yo lo vi dos veces, papá vuelve  a estar completo, a ser pleno, fuerte, su yo que estaba perdido sin Pedro está hoy en él, junto a él.

__Así es hijito, me reencontré al saber que él volvió a amarme.
_ Prometo que intentaré no tratarla mal, pasa que yo siempre tuve dos papás, nunca una mamá.
__La tienes mi vida, es buena, está viva y te quiere _ le dijo, Pedro __. No sé cuánto logren entender hoy de todo lo que les decimos, pero con el tiempo todo se irá acomodando, lo prometemos.


__ Lo de ellos lo entiendo, pero ¿por qué yo soy igual a papi, y Bruno a papá, y no entre nosotros? __ lanzó la nena y los padres supieron que tendrían que seguir con toda la verdad.
__ Cuando se tienen hijos así, a veces se dan ciertas hormonas a la mamá, se la ayuda a quedar embarazada _ explicó Guillermo decidido__. Eso hace que sea luego frecuente que nazcan gemelos o trillizos o más.

__ Como nosotros _ dijo Bruno, pero no nos parecemos. Es como si yo llevara tu semilla papá, y Malenita la de papi.

__Así es hijito, así es, y a cada uno de ustedes que son gemelos no idénticos, le falta su par, su gemelo igual __dijo en tono de voz más bajo tanteando la reacción de ellos.

__ No entiendo _ asumió Malena.

__Es que ustedes, cada uno de ustedes, tenía un hermanito igual, en la panza de Daniela crecían cuatro, pasa que solo nacieron ustedes, ni papi ni yo vimos el parto, no sabemos qué sucedió, ni siquiera Daniela sabía, pero en verdad eran cuatro, esos dos hermanitos que murieron, uno era igual a Bruno y el otro a ti mi nena.
__ ¿Murieron nuestros hermanitos? _ balbuceó Malena y comenzó a llorar, con lo cual Guillermo la abrazó y ya no dijo más.

__Shhh…  Más adelante, cuando sean mayorcitos entenderán, ahora lo que importa es que tienen una familia con dos papás que los aman, un hermano mayor, el plomo del tío, los abuelos, y también una mamá que los llevó en la panza y además quiere estar con ustedes, con los dos _ confirmó, Pedro.

__Y hablando del plomo del tío, se enteró, también por mí, y pregunta si tienen que venir _ dijo Fabián que recibió el mensaje.

__ No, hoy no, dile que los veremos mañana _ respondió Pedro.

__Ahora vamos a cenar todos, ¿qué les parece si cocina papá una pasta? _ofreció Guillermo.

__ No tengo hambre _ dijo Malena.

__ ¿Y nos dejarás sin comer a todos? ¿Una sopita?
__Una sopita _ concedió ella.

__Bien, vamos y me ayudas a prepararla,  ¿sí? ¿Pedro?
__Ve, amor, ya los seguimos _ respondió reteniendo a Bruno que estaba triste, lo conocía de memoria.

 Cuando quedaron solos, las lágrimas retenidas cayeron al fin.
__ Ya hijito, ya pasó _lo consoló Pedro.

__Papi, ella no quiere a Daniela pero yo quiero que viva con nosotros, ella es mi mamá.
__Lo sé mi amor, claro que lo sé y lo entiendo, y ella la va a querer, le daremos tiempo, me ayudarás a que la conozca de a poquito, organizaremos salidas, paseos, vendrá a verlos, y te prometo que cuando menos lo esperes, ella la amará tanto como tú, ¿me crees?
__Sí. Es buena, ella la va a querer.
__ Malena pasó la peor parte mi niño, es rebelde, le costó aceptarme, solo dale tiempo, ¿vale?
__Vale.
__

Transcurrieron la cena entre anécdotas de los chicos,  cuentos de Fabián y grandes esfuerzos por distraerlos, no obstante lo cual los padres no quitaron los ojos de los chicos, y vieron como apenas movieron las cucharas, hablando muy poco.

__ ¿Una cucharadita más de helado, preciosa? __ofreció Guillermo.

__No papá, estoy cansada, quisiera ir a la cama _ respondió Malena.

__Y yo _ replicó el hermano.
__Muy bien, fue un día complicado, a bañarnos y a la cama entonces, yo llevo a mi niña y papi a Brunito _ concedió Guillermo luego de mirada cómplice con Pedro.

__Y yo levanto todo y lavo los platos _ propuso Fabián.
 Los chicos besaron al papá y al hermano mayor, se abrazaron entre ellos, y cada uno salió de la mano de un papá hacia los dormitorios.

Guillermo esperó a que su hija se bañara, mientras le desarmó la cama y acomodó la ropa, la sabía preocupada, confundida, y triste, pero no quiso insistir si no era ella la que tocara el tema, por ello cuando la vio salir hacia el dormitorio, la arropó y ayudó a secarse, le cepilló el cabello luego de secarlo, y se mantuvo atento a cada reacción.

__Papá, yo nunca pensé en una mamá, éramos solo tres, o cuatro con el tío, pero tú y yo con Fabián, pero luego llegó papi y lo quiero _balbuceó como hablando consigo misma.

__Lo sé amorcito __ le dijo el padre__, yo me equivoqué al no hablarte de una mamá, pensé en hacerlo cuando fueras mayorcita, y como no sabía nada de ella, y eras mi nena, nunca dije nada, pero tuve que hacerlo, lo mismo que hablarte más de papi.
__ No eres culpable, yo solo quería saber si era tuya porque no nos parecemos, y por eso una vez pregunté,  y cuando vi a papi, vi que era igual a él, y entendí  algo de lo que hoy explicaron de nuevo, pero no tenemos nada de ella, ni Bruno, ni yo __ concluyó.

__ No lo sabemos, mi vida, no lo he mirado en detalle, eres tan parecida a papi que solo veo eso, pero ya veremos, algo de Daniela deben de tener.
__Bruno la adora, papá, yo no quiero que sufra por mi culpa, ¿y si no logro quererla? __Lo miró con la preocupación en los ojos, y Guillermo le acarició la mejilla con el dorso de la mano.

__Lo harás, como lo hiciste con Pedro. Ahora no la conoces, pero es buena, Bruno te ayudará, cuando menos quieras, ya la sentirás cerca, y será muy lindo, los dos necesitan una mamá _ se sinceró él__. Para cuando eso ocurra, entonces le pediremos que viva con nosotros, no antes, no te presiones, como tampoco en entenderlo todo, eres muy chiquita.

__ ¿Papi de verdad nunca va a recordar nada papá, está enfermo, se puede morir? No quiero que los dos vuelvan a sufrir, ni nosotros. __ Le clavó la mirada brillante, y la sola idea a Guillermo le heló la sangre.
__ ¡No! __ gritó y buscó el control tomando aire antes de continuar__. No amorcito, papi no está enfermo, ni va a morir, tampoco puede recordar pero nosotros haremos que se llene de  vivencias lindas, es mejor tal vez que haya olvidado todo ese tiempo feo que no estuvo con nosotros. Tal vez a veces se haga estudios, pero eso es normal, como todos nos hacemos chequeos, no está enfermo, no lo veas ni trates así.
__Está bien, eso es lo que me importa.
Guillermo desalojó algunos miedos y dudas con ternura, hizo planes para la fiesta próxima, para las vacaciones, hasta que los párpados de su hija bajaron y supo que estaba adormilada, finalmente al fin la respiración tranquila le dijo que estaba en brazos de Morfeo,  se inclinó a besarla, la arropó, y se quedó mirándola emocionado desde la puerta, pensando en cuánto había asimilado ese día.
Al cerrar la puerta lo sobresaltó Fabián que esperaba en el pasillo.

__ ¿Se durmió por fin?
__Hijo, casi me infartas, le costó, pero dado todo lo que supo, está bastante mejor.
__Perdón, viejo, no los consulté, pero cuando vino esa señora, me nació de hacerla pasar, me pareció que no era justo para nadie ocultar quién es, Brunito siempre me preguntaba por ella, y en sus ojos vi cuánto deseaba verlos, y le dije que esperara, luego los chicos empezaron con más preguntas y se los mandé _ se excusó Fabián, y Guillermo le aferró los hombros.
__ Está muy bien hijo, tuviste la valentía que nos faltó a nosotros y claro que es lo mejor, aunque hayan entendido un cuarto de todo, saben que tienen dos papás y una madre viva, que somos una familia, rara, especial,  diferente, pero que no les faltará nunca amor de nadie, hiciste todo perfecto _ le dijo besándolo en la coronilla__. Ahora ve a descansar que lo mereces. ¿Pedro?

__Supongo que en la sala esperándote o hablando con el hermano, me saludó, y bajó, estaba medio raro… pero carga con su cruz con esa falta de recuerdos supongo,  ve que te necesita. Hasta luego.

Pedro comenzó a llorar quedo, y más tarde desconsoladamente cuando la voz del relato de ese día resonaba contra su cráneo. Se sentía solo, desamparado en medio de una jungla,  pensando en que así había estado Guillermo cada vez que él lo había dejado, por primera vez se ponía en sus suelas. Recorrió el relato y lo imaginó con la luz que se enciende para enfocar cada detalle. Camila y su maldad, el joven que él fue y su ingenuidad. El amor de Guillermo al que siempre se había aferrado, esa sensación de pertenencia que sentía cuando él lo miraba aun sin recordar, los chicos y no haber estado, no saber ni de sus sueños para concebirlos. Los ex y las mujeres que codiciaran a Guillermo. A veces como al llegar le temía. Temía la influencia que ejercía sobre él. Un poder más allá de lo comprensible que lo arrastraba una y otra vez a sus brazos.
“Tu cuerpo y el mío se entienden, hablan el mismo lenguaje.”
Y sí, cada vez que absorbía el aroma de él, la razón huía y el sentido dejaba de pertenecerle. No eran solamente sus deseos de hombre por otro,  dormidos por  años. Había mucho más, era la posibilidad de volver a ser él mismo aun sin mente, la libertad presente de gritar el nombre de un hombre sin culpas, y de amarlo sin límites, sin dejar que sus miedos lo confundieran, sin  ese pasado que quizás era mejor que quedara sepultado.
“Mío, solo mío”, retumbó entre sus recuerdos recientes junto a un ensordecedor trueno.
Era de él, tan de él que dolía y esa noche lo necesitaba más que nunca. Quería decirle que estaba dispuesto a luchar contra su pasado, contra la ausencia, los prejuicios. Quería decirle que lo amaba. “Mío”, recordó y pudo comprender. No era la voz de un hombre adjudicándose posesión, no era la soberbia del macho de poseerlo. Guillermo lo necesitaba con el hambre de los años de abandono involuntario, con la sed de haberlo llorado como muerto. Aquella no era una expresión usual de él, era la necesidad…  desde que él primero había elegido mezquinamente o no a Camila con la promesa de salvar su vida, luego lo había dejado solo en su amnesia, abandonándolo sin indagar en su dolor, sin cobijarlo en sus brazos, sin entregarle la ternura que necesitaba. Lo había lastimado, lo había herido una y otra vez y él ahora iba a sus brazos precisando un refugio que lo hiciera olvidar, un consuelo. El llanto se volvió agobio, este desesperación, y tomó el celular para localizarlo.

__ ¿Pedro?
__La voz pronunciando su nombre con tanta angustia le confirmó cuánto le reclamaba ese hombre. Quiso gritar su nombre, abarcarlo con seguridades de presencia que volvieran a hacerlo sentir fuerte, regresarle el aliento que sabía necesitaba, pero no pudo decirlas. Se ahogaba, sintió que respiraba con dificultad. Estaba convencido que moriría allí, en el living de esa casa de los dos esa noche y la última persona que oiría sería a él. “Te amo”, gritó su corazón y su garganta se cerró impidiendo que él lo oyera. Poco le importó que su falta de recuerdos y sus miedos iniciales, su clausura a dejarlo llegar fuera el oxígeno que no pudiera mantenerlo con vida.
__Tranquilo amorcito _ aconsejó Guillermo, recorriendo desesperado la casa guiándose por el sonido del celular al sonar__. Acá estoy, voy en camino. No estás con ella, soy yo.

Todo en Pedro se nubló, solo la historia, el relato del día, el sentirse en el ser de su hombre lo dominaban, el teléfono resbaló, cayó al suelo, y quedó mirándolo.
“No otra vez el pánico, el desmayo, el olvido, no  otra vez.”
Las piernas dejaron de sostenerlo. Estaba allí de rodillas, en medio del living, rígido cual estatua de sal o bloque de hielo, y el corazón no le latía o lo hacía tan rápido que no podía distinguir cuándo comenzaba y cuándo terminaba cada bombeo, el frío le recorrió como el día en que supo del accidente de Camila, como cuando descubrió la foto de Malena. La misma soledad de toda la vida en ausencia de recuerdos de su verdad, la confusión de hombre entumecido que Guillermo había despertado a base de muestras de pasión.
“Mío”… y otra vez se sentía que no era de nadie… y no se había quedado para asegurárselo… y lo perdía por cobarde, si sus recuerdos volvían a irse.
_”Guille, por favor, no dejes que me vaya, vuelve a mí, aférrame.”
Guillermo ingresó en el living desesperado, corriendo hasta caer frente a Pedro, imitando su postura  para acercarlo a su cuerpo.
Pedro inhaló el aroma cargado de vida y esencias de su hombre deseado. El aire otra vez portaba oxígeno y antes de exhalarlo se cercioró de que fuera real, verdad.
__Acá estoy __ dijo Guillermo.

Los brazos de Pedro se elevaron para encerrarlo por el cuello en un abrazo que los fusionara, que alejara a ambos de cualquier nuevo peligro. Lo había escuchado, y al igual que él, no estaba muerto, no estaba herido. Era él, y otra vez como siempre al parecer rescatándolo.
__Perdóname _logró decir escondiendo el rostro en el pecho de Guillermo__, perdóname tanto dolor. No supe ser, no supe estar…
__Shhh…
El abrazo perduraba. Ninguno de los dos tenía intención de romperlo. La prisa de Guillermo por hallarlo provenía del pánico que se le hizo carne al oírlo respirar con dificultad en el teléfono. Los fantasmas lo dominaron también a él y aunque fuese imposible temió que alguien lo estuviera forzando, arrebatándoselo, que de nuevo alguien lo obligara a hacer lo que no quería. La sangre se le congeló primero, para luego bullirle atacando a golpes a cualquier figura imaginaria que pudiera estar lastimándolo. Pedro era suyo, nadie lo hería, ni siquiera él. Le recorrió la espalda con la mano como rato antes a su hija para calmar la angustia, le besó la sien con la ternura que solo descubrió que poseía a su lado.
__Tranquilo, Pedro,  estoy acá, ya llegué. Dime qué  fue y lo enfrentaremos juntos.
__Mi estupidez, mi dolor, el tuyo, el relato me hizo sentir lo que tú cada vez que me perdiste _ confesó él__, el miedo a perderte me paralizó.

Lo estrechó con tanta fuerza que pudo haberlo  roto en pedazos, lo unió tanto a él, que lo hizo más suyo, mucho más de lo que ya era.
__Mi amor, jamás te abandonaré, y vos nunca lo hiciste.
__Sí que lo hice y te destrocé __ aseguró, resbalándose cayendo sentado sobre el piso y dejando que las lágrimas le mojaran la piel__. Y lo mismo a Fabián y a Malena. Le creí a ella hasta que era la madre del nene.
__Yo me encargaré de borrar esa mierda.
__No. Esta es mi lucha, mi problema _-dijo, limpiándose las lágrimas y mirándolo a los ojos, y voy a enfrentarlo, la desterraré a ella y a toda esa basura que haya dejado en mi mente.
Estaban acuclillados, Guillermo le tomaba el rostro  entre sus fuertes manos, qué fácil sería dejarse proteger, cuidar, entregarse a ese hombre que no solo despertaba su sexualidad, sino que lo amparaba, seguro, confiable, pero debía madurar, ser un hombre a su altura, ese que él pujaba porque liberara.
__Tuve tanto miedo de perderte al percibir en tu relato lo que sufriste tú.
Guillermo apoyó la espalda en el sillón, y lo rodeó nuevamente con los brazos para acercarlo a su pecho. Tenerlo así, era por lo que había rogado cada hora de cada año de ausencia.
Pero, Pedro no respondió con cautela, no aceptó simplemente besos, abrió la boca y lo obligó a abrir la suya, e introdujo en él con hambre su lengua, con los mismos bríos que usaba Guillermo. Impulsado por la angustia, vivida con anterioridad y por años, lo volteó al suelo reclamando a su macho.
La lluvia cedió en el instante del encuentro, el sol brillaba en el interior de los dos. El día había vencido a las sombras, la calma apaciguó a la tormenta.
El beso les dio los permisos necesarios que las palabras no exteriorizaron. Tal y como dijera Guillermo, sus cuerpos comprendían un lenguaje que el verbo se negaba a aceptar. Fundirse y encontrarse en el otro era la energía que los mantenía vivos y salvos.
La ropa de uno acompañó a la del otro en el suelo, y alguien desabrochó los cierres, para que los jeans y bóxer se deslizaran y que Pedro pudiera ingresar en Guillermo esta vez para demostrarle que estaba vivo y había regresado para quedarse. Guillermo lo recibió sin preocuparse por accionar llaves, las puertas estaban abiertas desde siempre de par en par para él. El tiempo de letargo, y de pavor creyéndolo muerto se extinguía con cada jadeo, con cada rugido, con cada vaivén de ese hacer el amor. Guillermo lo besó en lugres donde ella jamás arribó. Le provocó las risas que crearon los hoyuelos de gloria que amó desde siempre, y tembló…  uno en brazos del otro recorriendo las instancias para las cuales habían sido creados. Uno se entregaba el otro lo recibía, y no pudieron más que ser los hombres que se esperaba de ellos, el que el otro merecía y necesitaba. Guillermo fue el que quería ofrecerse solo a Pedro. El yo que necesitaba recuperar, perdido por años, yacía al rato en el interior de él.
El  éxtasis los embargó en gritos de placer, hasta que atolondrados y cayendo en cuenta del sitio donde estaban, se vistieron a medias y aferrados fueron a la suite. Cayeron en la cama envueltos en besos, se recostaron y Guillermo esta vez fue encerrándolo con su cuerpo, lo de antes no había sido suficiente. Estaban seguros de que jamás encontrarían el límite al hambre que cada uno sentía por el otro. Enredaron los dedos, Guillermo elevó las manos por encima de la cabeza, las tetillas de Pedro se irguieron orgullosas y su hombre las veneró con gusto, estaba reconociendo su propio aroma en la suavidad de él, en esa cama que otro no había probado, en los poros de quien siempre llevó su apellido al lado, era un adonis, un dios que esa desgraciada pretendió matar.

__”Infeliz, pensó__, él es inmortal. Es poderoso, es mi Pedro”, se dijo de nuevo como para que nadie lo dudara,  besándolo, ni siquiera un fantasma.
A Pedro ser suyo lo engrandecía. Cada rugido de Guillermo lo elevaba al podio que jamás pretendió conquistar, pero que le correspondía, y los espasmos volvieron a apoderarse de su cuerpo obligándolo a dejar de pensar. Dejó de ser materia, cuando pudo verse a sí mismo, observándolos desde las alturas. Junto a él, un orgasmo era mágico ritual que cobraba visos divinos. Lo apresó con fuerza, con la misma con que le rogó que nunca muriera, con la que supo que había pedido él su regreso. Se negó a que se fuera de él, y recurrió a cada músculo de su ser para retenerlo, para que el momento perdurara eternamente, mientras Guillermo se quedó en él empecinado en que lo recordara para siempre. Dispuesto a desenvainar toda su agudeza para defenderlo de los demonios vivos o los del recuerdo que se atreviesen a resurgir.
__Nadie te hará daño –le aseguró__, estoy con vos, y voy a dejárselo en claro a todo el mundo en esa ceremonia, ¿confías en mí?
__Sí __respondió.

Lo besó para compensarlo y compensarse, daba lo mismo, la idea era seguir en contacto con su piel, con sus labios, en su interior, llevarle paz, la misma que él había recuperado cuando el barco había amarrado en su muelle, apenas poco tiempo atrás.


__Me entrego al enigmático secreto de tu mirada, al imán ingobernable de tus labios seductores, a la rivalidad que produce tus sedientos gemidos. Me entrego a cada rincón prohibido que hallo en la desnudez hambrienta de tu cuerpo, a la sombra que se esconde tras un candil antiguo, donde acaricio tu silueta desde los ojos ardientes de una vela. A las latitudes de tus eclípticos montes, que me mantienen preso sin posibilidad de libertad, batallo por este amor enjuiciado de retóricas, donde preferimos el lenguaje claro y puro,
ese que entendemos y sentimos sin adornos en la intimidad. Me entrego a ti,
en la fragilidad de mis preciados instantes, y en la flaqueza de mi soledad que grita tu ausencia.  Me entrego al mar de tus locuras, que me hace naufragar al misterio de tus cálidas tierras. Me entrego con mi apetito salvaje, al laberinto deseado de tu boca, a las dudas que respiran cada día
cuando amanecemos, abrazados a la realidad dibujada en el espejo de la vida. Me entrego a esas aventuras que compartimos cada noche en la fantasía de nuestro sueño, donde dejamos entreabierta la puerta a ese reloj imprudente e indetenible nombrado tiempo __balbuceó, Pedro__. Solo en ti vuelvo a ser yo.

“Yo me encontraba en el frente oriental y el tibio sol del amanecer ya era un fuego que insuflaba coraje aunque la batalla pareciera perdida. El terreno áspero y lodoso dificultaba el paso firme y una caída a esta altura significaría la derrota, la final. Mis soldados tenían experiencia y pericia con las armas, la estrategia y el camuflaje bajo la presión del fuego enemigo. Confiaba en ellos, éramos un equipo y yo el comandante. A mi señal algunos subieron la colina y plantaron la insignia bajo la metralla atronadora que paralizaría a cualquiera, pero grité con todas mis fuerzas y nos imbuimos del espíritu necesario para morir con dignidad, si es que ese era el destino trazado. Moriríamos con honor, empuñando las armas.
De pronto un quieto y tenso silencio atropelló las trincheras y nos miramos desconcertados, pálidos ante el presagio del vendaval que asomaba presuntuoso en nuestras mentes turbadas. La hora había llegado y listos para el golpe. Sabíamos que estaban allí, deleitándose en nuestra zozobra. Habíamos hecho el juramento y era hora de honrarlo, salté a su encuentro comandando la estrategia y el enemigo desplegó su táctica y se posicionó en escuadra amenazante blandiendo su poderío sin piedad.
__ Te amo  -le dije esperando el tiro de gracia, la realidad que detuviera este impulso loco de conquista.
__ ¡Por fin! Pensé que nunca lo ibas a hacer -respondió y asaltó mi cuello y me abrazó y nos besamos locamente.
¿Quién había ganado? ¿Quién era el derrotado? Los dos bandos festejaron esa noche la paz conseguida con dolor. En el mapa del amor marqué la posición y fecha, y clavé un corazón y besé el ajado papel y cerré el libro con hojas por escribir. Un ligero aire ganador se plasmó en mi sonrisa y tuve la certeza de que el botín lo tenía yo”.
__Sos  mío, más mío que yo mismo.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.CUALQUIER  PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.