viernes, 29 de noviembre de 2019

SINO CAPÍTULO TRECE.


SINO
CAPÍTULO TRECE.

“¡Qué pequeñas son mis manos en relación con todo
lo que la vida ha querido darme!” Ramón J. Sénder.
“Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente
que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla”. F. Pessoa


Mario Benedetti - Ven dulce vida

Ven dulce vida / nunca es tarde
salta sobre las vallas de aflicción
sobre las confidencias del escombro
sobre los odios vestidos de blanco
y las coronas de crisantemos
dulce vida vení
con tus amores de estraperlo
tus lozanas noticias libertinas
tu memoria frutal
tu noche de las paces
vení con lluvia y sin diluvio
con sol y sin incendios
vení aunque te detengan
aunque te inmovilicen
en las ruinas del cielo
en la absurda pereza de la muerte
dulce vida vení
echate al hombro los fracasos
vení con tus trocitos de martirio
con tu sed y tu hambre venerables
con tu postal de mar
con tu bosque de vuelos
apurate y vení
antes de que la sangre se coagule
las bisagras se oxiden
la voz se vuelva un hilo
Mario Benedetti.



-Voy viviendo o tal vez sobrevivo, entre grises soledades y silencios. ¡Dios! ¿Cuándo se terminará esta sensación de irme hacia la nada? Vana soledad que apaga los horizontes entre mis pupilas dilatadas como sombra tenaz mezclada en olvido, a mi víspera me sentencio.
Apagándose van los fuegos de la espera, no se escuchan los latidos entre presagios de vuelos mudos, que silencian la voz y la palabra tiempos y senderos,  que se cruzan en alguna oscura senda olvidada y la vida huye al conjuro de mis pasos, borrando huellas y caminos.
El cuerpo pierde su fuerza, la memoria y los recuerdos son torpeza, miras al cielo, al crepúsculo y la aurora en tus sueños y es promesa de aire y fuego sin sentirlos, fulgor de vida se pierden en la certeza y la última caricia, una mirada, una lágrima, una voz que se silencia.
Y eres un oasis seco da la vida, tus palabras ya solo son brisa y arena entra la ilusión de sobrevivir con un consuelo que te falta y condena a cielos mudos, sigilosos, taciturnos, entre el viaje a la noche eterna y las ansias de vida que no te abandonan entre los fríos de las penas.
Es un gris y trágico destino del ser humano consciente de sentir su tarea incompleta en su tiempo de la vida.  Es como pensar en morir, antes de haber nacido. Esa es la vida sin amor.

_ Me perdí en la aurora boreal de tus ojos, me perdí en la franja rojiza que perfila el contorno de tu boca, y me perdí en tantas noches cuajadas de  besos encendidos, que solo tu alma hace florecer.

Me perdí entre tus brazos, me perdí en tu cuerpo y tu pelvis, me perdí en tu lascivia, en tus vacilaciones nocturnas y en el calor de tus besos.

No pensaba en nada excepto en ti. No lo necesitaba y sentía el deseo de lujuria que te embargaba, como si fuese el muñeco de trapo con el que nunca jugaste.
Sentí el calor de tus amaneceres, de tus noches encendidas, y la pasión viva de tu cuerpo en un contorneo sin límite. No me importó el cómo, el dónde, el cuándo ni el porqué, solo pretendí bajo el prisma del amor y la seducción, crear una amistad que fuera eterna, única, distinta, profunda y diferente, una amistad para siempre donde fundir nuestros más profundos sentimientos, nuestros sollozos y nuestros recuerdos.
¿Me pregunto…? ¿Podrías detener el mar…? ¿Podrías detener el viento…? ¡No! No puedes hacerlo. Porque tus impulsos, tu ser inquieto  no pueden detenerse… Porque tu pasión  es como el mar, porque tu pasión es como el viento, y porque tu pasión  es solo para mí...
_Guille, amor, nos siguen _ dijo Pedro con la vista puesta en el espejo retrovisor. __ ¿Son nuestros amigos periodistas de siempre o  los que quisieron robarnos a la salida del boliche?

_ No lo sé, para el caso da lo mismo, intentaré perderlos _ expresó con una resolución y un gesto que  sorprendieron a su pareja.

Las cejas negrísimas y pobladas a Guillermo se le habían unido en un ceño, afinaba los labios hasta desaparecerlos dentro de la boca mientras cambiaba las marchas con violencia. Pedro se sintió seguro con él, Guillermo había tomado el mando y lo hacía sin dudas, con una intrepidez que lo ponía bajo una nueva luz. Esa parte salvaje lo excitaba como nada.
__Amorcito _ lo oyó decir__. Abróchate el cinturón.

__Antes te lo pondré a ti.
__No te preocupes por mí, y si lo haces olvídalo, ya te dije que el tiempo que pasé con Juan buscando a la hermanita fugitiva me hizo conocer otro mundo, solo confía en mí.
__Confío, pero pásame el cinturón y lo abrocharé _insistió con acento inflexible.

Guillermo masculló un improperio pensando en que habían salido solo por los desplantes de sus supuestos amigos, con francos deseos de sacar a Pedro de allí.
No obstante obedeció y usó rápidamente la mano derecha para estirar el cinturón que Pedro se ocupó de insertar en el pestillo. Guillermo continuó conduciendo a más de cien kilómetros por hora por una ruta humedecida y resbaladiza debido a la lluvia. Pedro alternaba miradas hacia  atrás y hacia él, mientras se sujetaba a la manija sobre la puerta e intentaba contrarrestar las violentas oscilaciones cada vez que Guillermo esquivaba un automóvil. Se daba vuelta continuamente para controlar a qué distancia los seguía el Ford focus gris.
Admiraba el mando que Guillermo poseía sobre el vehículo, daba la impresión de que dominaba la  técnica de persecución evasiva como un verdadero profesional, como si lo hubiese hecho cientos de veces.

__Amor, por la calle lateral está llegando el Toyota.
__! Mierda!
Una cosa era ser perseguidos por el Ford con similares características al coche de ellos y otra por uno de alta gama que se uniera, los dos sabían que de ser delincuentes tenían pocas posibilidades de salir airosos.
__Tranquilo, precioso, no es momento lo sé, pero cuando a Juan sus padres lo echaron de sus vidas por ser gay, la hermanita menor huyó de la casa, de la ciudad y la atrapó una red de trata, nos llevó dos años encontrarla, y meses ponernos a salvo, por eso te pido que te sujetes y confíes en mí.

Pedro lo oyó poniendo en imágenes las escenas y se estremeció.
Guillermo giró bruscamente a la derecha,  y tomó por una calle angosta, perteneciente a un barrio residencial. En la siguiente cuadra, volvió a doblar a la derecha y enseguida se dio cuenta de que era una calle sin salida. Clavó los frenos.
Pedro se volvió en el asiento y descubrió a los dos coches detenidos en la esquina. De todo lo que llevaba vivido con Guillermo esa sensación de confianza era lo que más lo desconcertaba.
Que maniático sobre el control de su vida estuviese dispuesto a cedérselo hablaba de la inconmensurable influencia de él sobre su mente y su carácter.

__ ¿Por qué es que no  aparece la policía?
__Porque  nos perdieron o porque son conocidos…  liberados _dijo Guillermo que con la mirada fija en el espejo retrovisor parecía evaluar las alternativas.

El coche arrancó de forma brusca en reversa mientras los desconocidos se mantuvieron casi al final de la cuadra obstruyendo el paso y la salida. Guillermo, había tomado el volante con la mano izquierda y la derecha iba apoyada en la parte trasera del asiento del acompañante, con el torso vuelto mirando hacia atrás, aceleraba a sesenta kilómetros por hora y después de recorrer cincuenta metros,   mientras el pie izquierdo pisaba el embrague, con el taco del derecho aceleraba al tiempo que con la punta del mismo frenaba, todo combinado con un giro súbito de volante hacia la izquierda, y de casi trescientos sesenta grados propició que el automóvil se colocara de frente de manera limpia y sin detenerse y prosiguiese la marcha.

El próximo escollo, los dos automóviles,  lo resolvió subiéndose a la verdea, demasiado angosta por lo que arrolló con  todo a su paso, y esquivó a los coches que hicieron marcha atrás para perseguirlos.
Volvieron a la autopista, la cruzaron sorteando a otro coche, y tomaron por la arteria que los conducía de regreso a destino, mas de modo sorpresivo Guillermo dobló a la izquierda tomando una calleja que  bordeaba el parque, y luego hizo lo impensable, entró en él. Espacio exclusivo para peatones y ciclistas.

__ ¿Nos habrán visto entrar acá? _preguntó Pedro y la voz le nació temblorosa a causa de las sacudidas  del coche sobre el terreno de piedras.

__Creo que no. Les llevamos ventaja y la calle es una boca de lobos.
Pedro se volvía de continuo, la oscuridad del parque le hacía difícil la observación, para peor, Guillermo había apagado las luces y se guiaban  por la débil iluminación del parque. La confirmación del plan le llegó cuando cruzaron un puente de piedra que iba sobre una laguna, y en lugar de atravesarlo, descendió a la barranca y escondió el vehículo a escasos metros del agua.
Guardaron silencio y Guillermo aún sujetaba el volante, la vista fija en el espejo retrovisor que solo le devolvía una profunda oscuridad. Pedro lo observaba a él.

__ ¿Entonces? ¿Quién crees que son?
__Entonces aprendí a conducir así de mis años huyendo de traficantes de personas, y quizá nos quieran secuestrar, es probable que nos reconocieran en el bar, a uno o a los dos y crean que pueden obtener una buena suma.
Guillermo se sacó el cinturón de seguridad y se movió con rapidez para abrazarlo. Lo apretó con desmesura.

__ ¿Estás bien, amor mío?
__Sí, bien __replicó Pedro, y a ciegas le buscó el hilo de sangre seca que  manó de una herida en el labio en la pelea antes de huir__. ¿Qué te hizo esa bestia?

__Nada. No te preocupes.
__Me hiciste sentir seguro, amor, y eso para uno como yo no sabes lo que significa.
__ ¿Uno como vos?
__Obsesivo por controlar el mundo a mi alrededor. Pero ni siquiera conduje, dejé todo en tus manos,  te puse a cargo de la situación y me sentí seguro. __Tras un silencio, declaró en vos afectada mientras se acurrucaba contra el pecho de Guillermo __es la primera vez que siento esta seguridad__lo que propició que él riera colmado de felicidad.

__No sientas algún temor amor mío, amémonos despacio sin prisas, yo llenaré tus vacíos mientras tanto, llenaré también tus silencios, seré el infinito océano de amor donde tejidos están los besos más dulces que están por caer en tus labios, mientras, refúgiate en la calidez de mis verbos escritos para ti en esta noche cálida, donde nacen sueños de abrazos, deseos y suspiros, suspendidos en las anclas del universo.
Yo,  vida mía, estaré a la espera de tu llegada, tejeré mientras tanto mis besos lentos, besos de  luna navegantes en mi barca de olvido, tejeré sueños alcanzables en las mieles de tu boca, por eso te digo vida mía, no temas, tú, serás siempre mi sueño de amor porque escrito estás en las memorias de mi piel.
Y ahora que ya estás aquí, y todo es silencio porque la vida duerme, y mis labios posados están ya en los tuyos, suéñame mi amor, y que sean tan solo tus ojos los que me miren, al calor de mis labios que te besan.
Te amo _ dijo, y le atrapó la boca entre sus labios__. Te amo precioso _ repitió __. Nada caduca en mí, podrás tomarme, o dejarme cuando quieras. Todo lo mantengo fresco y vivo, solo para vos. Mi amor no tiene límites, ni fecha de vencimiento...  en un estado de "larga vida" te espero... y cualquiera que sea tu decisión, por más que pase el tiempo, solo por vos me conservo. Nada de lo que te doy se seca, nada de lo que te ofrezco se agrieta, nada se pierde en mí con el pasar de los días... "todo lo contrario" se estaciona, se fermenta... y se hace más fuerte, más añejo mi amor. Nada de lo que te doy se pierde, nada de lo que te ofrezco se pierde. Mi amor es fresco. Es un amor de todos los días. Es como el pan, es como un buen vino, cuanto más añejo más rico todavía. Mi amor por vos no tiene edad,  puede ser un niño juguetón, un adolescente despreocupado e inmaduro, un hombre maduro y centrado, un anciano tierno con mucha experiencia.
Mi amor por vos, no tiene límites ni tiempo... por lo tanto en tu vida yo estoy,  sencillamente, te amo.

En la casi completa oscuridad en que se hallaban, Pedro supo que la expresión sonriente de él había cobrado seriedad. Las respiraciones se aquietaron. Se tocaron los  rostros con una intensidad apremiante antes de devorarse mutuamente en un beso que a cada segundo exigía más. Pedro saboreaba el gusto metálico de la sangre en la boca de Guillermo  y lo juzgó el acto más íntimo que había compartido, más aún que la ducha de la noche anterior, la sangre en su boca, entrando a su sangre, un pacto de sangre, un pacto de amor.


--Viajo agazapado entre mis labios, me escabullo por la ventana abierta de tus ojos, lento voy desordenando tus ideas y me vuelvo usurpador de tus pensamientos… callado invado tus silencios… me sientes por momentos viajar por tus sentidos arrebatándote sensaciones extrañas de caricias por tu cuerpo.
Sin que lo hayas planeado en un lugar dentro de ti me encuentras, arrebatándote suspiros que llevan impresos mi nombre… me robo tus momentos en los que ensayas quizá  besos secretos… un impune delito creo estoy cometiendo, aprovechando mi furtiva aparición en ti, imperceptibles huellas quiero dejar para que sientas que algo de ti ansío llevar.
__Abogado, juez y condena… serás… Dirás en mi defensa que por tu belleza a escondidas quise pasar mis sentidos, que de tu amor quise ser dueño, robándome en la distancia de ti ese sentimiento. Me juzgarás, diciendo con qué derecho en tu vida me volví invasor de tus momentos, que podría haber una ley que haga de mi incursión en ti un vil delito.
Me condenarás… ¿cuál será mi sentencia? Vivir encadenado a tus besos… a ver por siempre tan solo la luz de tus bellos ojos… a que en el momento de amarte deje en ti hasta mi último aliento.
Feliz estaré si esta es mi condena… mas si es otra mi sentencia prefiero ser un maleante y que se me juzgue por el delito de querer amarte, a que vivir en páginas vacías sin mis verbos a ti poder dedicarte.

Lo nuestro, es más que una coincidencia, es parte del destino, estaba escrito en el cielo, es más que una casualidad los ojos no mienten, los labios no fingen, las manos no engañan mucho menos el cuerpo entero cuando se estremece incluso por una mirada. Es amor más allá del tiempo.

--Tus besos saben a nostalgia, dejan mis labios llenos de deseos místicos.
Me escudriñaron el alma, y me cerraron las heridas que llevaba sangrando.
Fue  imposible no perderme en tus ojos y en esos bosques de cipreses que ocultas en esa sombra de vidas pasadas, ahora estoy seguro que te he perseguido a través del tiempo y de otros cuerpos y otras vidas. Somos hijos de un amor cósmico, y hemos compartido muchas existencias ahora lo sé, pues todas las marcas que me dejaste en el alma, se sintieron en casa cuando tus manos me acariciaron la piel, y ahora ya no quiero sentir ningún otro hogar que no sea el hermoso palacio que hemos construido en tu pecho.
Cómo podrías no ser tú, si tan solo escuchar tu corazón, los ecos de viejos te amo me visten los oídos de magia, la magia de un amor que ha crecido en cada nueva vida a la que llegamos, y ahora sé que en esta nos fundiéremos en una sola alma, y llegaremos el final de nuestro viaje cósmico...
No te voy a pedir que me des un beso. Ni que me pidas perdón cuando creo que lo has hecho mal o que te has equivocado. Tampoco voy a pedirte que me abraces cuando más lo necesito, o que me invites a cenar el día de nuestro aniversario.
No te voy a pedir que nos vayamos a recorrer el mundo, a vivir nuevas experiencias, y mucho menos te voy a pedir que me des la mano cuando estemos en mitad de esa ciudad.
No te voy a pedir que me digas lo guapo que voy, aunque sea mentira, ni que me escribas nada bonito.
Tampoco te voy a pedir que me llames para contarme qué tal fue en el día, ni que me digas que me echas de menos.
No te voy a pedir que me des las gracias por todo lo que hago por ti, ni que te preocupes por mí cuando mis ánimos están por los suelos, y por supuesto, no te pediré que me apoyes en mis decisiones. Tampoco te voy a pedir que me escuches cuando tengo mil historias que contarte. No te voy a pedir que hagas nada, ni siquiera que te quedes a mi lado para siempre.
Porque si tengo que pedírtelo, ya no lo quiero.
Todo debe de salir de uno cuando hay una unión, un amor, un cariño.
Nada es a la fuerza, no te voy a pedir quédate a mi lado cuando tu corazón ya no quiere, porque no lo deseas, porque ya nada hay en ti para mí.
Ya no te pediré nada,  así lo quieres así se hará.
__ En mi imaginación, caminas descalzo, sobre la húmeda arena, conquistando los espacios, marcando paso a paso la senda que vas recorriendo, mas, quizás alguna vez, nuestros pasos se vuelvan a cruzar y nuestras vidas, quizás al fin se unirán, y aunque sé que es largo el camino,
pero se haría mucho más corto si lo recorriéramos juntos, mientras tanto tú sigues tu andar y yo el mío, pero yo, siempre llevo en mi camino  la luz de tus ojos y la huella de tu sonrisa, mientras imagino los besos  con los que te saludaré, cuando al fin nuestros caminos se vuelvan a cruzar, porque mi alma te espera y siempre te espera, ya lo ves: todo florece,
debe ser primavera.
Esculpí la estatua del pensador con un cincel al compás de mi corazón y con la inspiración de
mi alma artística enamorándome  de cada cincelada de la creación de mis manos dándole vida que parezca que va hablar para los ojos del ser humano. Es un arte que brota muy dentro de mi ser expresando todos mis sentimientos el talento que Dios  me dio.
El arte del escultor emana sentimientos transmitiendo al público admiración hacia el artista, quedándose embelesado  con la mirada penetrante a la estatua,  pensando cómo lo habrá hecho tan exacto,  el arte llama al ser humano como cuando  un imán llama a otro imán admirado el  hermoso trabajo del escultor. En las Iglesias hay estatuas hermosas  que hicieron los artistas haciéndole un homenaje a Dios como cuando le cantamos una canción  agradeciendo el don que le dio para esculpir. Y esa obra perfecta eres tú, Guille, mi amor único y sé que eterno.
__Amor supremo. Dos esencias únicas y originales  difícil poder encontrarlas fácil,
pero el amor es así, insólito; apasionado, irreverente y necio… capaz de luchar solo contra todo. Descubre, toca e inventa soles, es amo, dueño y esclavo dócil; vino dulce que embriaga suavecito hasta cegarte en grado recio revolcándote cual puerco en lodo.
 Y suplica caminemos juntos, ser la vida que tranquila corre por los finos vasos capilares
sintiendo esa dulzura de besos… en la mar embravecida de la miel. Inyecta sus plácidos momentos, cual cura ciñe, aconseja y socorre en el templo rodeado de pilares; que atado a su cintura los rosarios… ve a cristo crucificado en el dintel.
Y llegas a ser la vida misma que rauda fluye por débil cuerpo, iluminando a la negra noche  que impávida crespa al tiempo… cobijando al futuro consorte. Quizá seas luna o brillante gema,
dios prohibido del monte olimpo; alegre que en feliz trasnoche… brinde besos como pasa tiempo según trato del señor comporte.  Cuerpos con ganas de amar tiemblan, labios rebuscados fáciles sucumben;  y el deseo de tenerte conmigo  halla, el aroma fugaz de tu cuerpo cobijado con fresco perfume. Y en el éxtasis las frías manos hablan, las cubiertas de mil flores vienen trayendo esencias que contigo  mueren, desvaneciendo el tiempo… gozado por ese amor supremo.
Camino por una cuerda que lleva a polos opuestos…  cosmos diferentes de un mismo centro,  relación de entregas, pasiones y encuentros, universos dibujados por muchas estrellas que a veces hacen que mis pasos titubeen donde el tiempo es una quimera eterno en sí mismo y mi pobre cerebro, a veces desdibuja la llegada. Seré peregrino de mis propios deseos porque en el medio de la cuerda... titubeo.
A veces pesa la mochila, pasaporte de varias postas pero siempre miro a lo lejos porque el antes y después me marchitan, solo veo como ahora mis pies se deslizan y aunque piense lo que pienso la cuerda se estira... y yo haciendo equilibrio entre dos cosmos que me esperan, horas de espera e incertidumbres porque me sonríen los sentimientos y constelación de estrellas a mis lados hacen que mis ojos se cierren y me entregue sin pensar a los acontecimientos.
__Déjame amor mío que esta noche te dé besos de luna, y caricias de papel, déjame que te invite a soñar conmigo, y por si algún día tú lo necesitaras, llene los bolsillos de mi alma de primaveras nuevas, mientras tanto las ausencias me llenan todo de esta absurda soledad, y en esta larga espera dejaré las luces prendidas del desván de mis sueños por si quieres  ir, la vida conmigo vida mía, y quieras llenar mi jardín de flores recién cortadas, porque sin pedirme nada a cambio llenaste mi almohada de esa fragancia que solo el amor tiene, ella me devuelve a tus brazos en cada amanecida envolviéndome en este camino de locura de amor, donde amarte es mi único propósito, y no me importa perder la razón en el intento, ámame amor mío, ayúdame a quemar este deseo de escapar de esta oscuridad de tinieblas sin la luz de tus ojos.

Que se apaguen los días, que hablen las lunas de los amores prohibidos, que me traigan los mares tus besos, que la noche me traiga ya los sueños, porque ya mi alma desbordada está de ansias de amarte mi vida, sabes que en cada trazo y a través de mi desvelo llego a ti, y me instalo ahí donde desde lejos me miras y me acaricias con tu sonrisa, siento, que cada mirada dice mi nombre bajo esta oscuridad de la noche que agita mi piel porque atrapado me siento en tus ojos, tú, vida mía, eres la sombra de todo lo bello que eleva mis sentidos, llevándome a ese cielo deseado de tus labios.

Ahora amor, me instalaré con el sosiego que me permita mi mente, y ahí estaré a la espera de tu llegada, porque sé que no me dejarás solo esta noche, lo sé, porque este sentimiento enamorado me dice que tu alma necesita alimentarse de mí.
Te amo amor. El amor duerme no desaparece, solo se esconde detrás de los sueños hechos verbo, se esconde por miedo a perderse en mis ojos, nuestro amor vida mía no necesita de permisos, ni perdones, ni penitencias, es nacido de noches de soledades, de amaneceres dormidos, de cielos azules sin soles que lo iluminen, de sueños sin destinatario, pero el destino sí se ha permitido sin pedir permiso escribir esta historia de amor soñado.
Mientras, en mi día a día, mi mente se duerme esparciendo en el aire versos que se convierten en suspiros y palabras desnudas al viento, dejándose mecer por el vaivén de un sueño enamorado con la esperanza de que esta noche te acerques sigilosamente como amante enamorado para no despertar la noche, para hacerme entrega de las mieles que mi piel reclama, acomódate en mis brazos vida mía mientras un beso robado iniciará nuestro sueño.
Te amo amor, te amo.
__Te amo eternamente, más allá de la muerte  _dijo Pedro embargado de emoción__. Cuánto tiempo es el tiempo que eternidad me vendrá a buscar,  que infinito me hallará,  en qué espacio me  hallarás cuando no me busques. Qué línea infinita preciso para discurrir tras de ti, cuántos dioses he de conocer  antes que tu ser, cuántos universos fraguarán tu existencia, cuántos mundos, cuántos paraísos, cuántos huesos formarán la manzana de tu cuerpo, cuántas serpientes  hablarán las viperinas lenguas de los dioses, hasta ser tú, el resto de todo cuanto me queda.
__Aquel beso que se atrapó entre nuestros labios, con la humedad, el sabor a miel y el aroma del nuestros cuerpos. Ese beso que nos hizo hombres tan solo en un segundo, ese abrazo que nos otorgamos con la energía de una suavidad única, sintiendo el comienzo de una nueva historia. Ese roce dulce que nos robamos sin darnos cuenta al ocaso de esta tarde, entre las arenas con los pies mojados como único testigo, ese mar que nos baña cada día  llevándonos al comienzo  de nueva ilusiones. Ese beso que a nuestra edad madura se siente con un calor especial, con horizontes diferentes, con esas sonrisas y frases que van marcando desde ahora, ya nuestras vidas.

Sin apartarse, a ciegas, Guillermo lo liberó del cinturón de seguridad y con un movimiento ágil, todo a un mismo tiempo, hizo retroceder el asiento del conductor y lo colocó  a horcajadas sobre él. Los dos enseguida percibieron el bulto duro contra la tela de los pantalones y experimentaron una oleada de excitación que los obligó a mecer la pelvis de modo instintivo, lo que les arrancó gemidos.
 Con timidez Pedro dejó que Guillermo le guiara la mano hacia su erección y que le enseñara a moverla, mientras no detenía el movimiento.

__No te detengas. Por favor, sigue moviéndote de este modo.

Guillermo volvió a atraparle la boca y a penetrarla con una lengua impaciente y agresiva, al tiempo que lo sujetaba por las caderas para guiarlo en un vaivén que impuso recolocándolo casi de espaldas y llevando su umbría a la hendidura entre las nalgas de Pedro que emitió un clamor oscuro dentro de su boca. Lo recorrió una electricidad que Pedro asoció con la alegría exultante que lo colmaba mas era la mano de Guillermo la que por un lado comprimía y hacía rodar sus pezones, y con la otra frotaba su erección. Le siguió un abandono donde por un lado Guillermo echó el cuello hacia atrás y sus dedos se le clavaron en la carne sin medir el ímpetu. Luego soltó una exhalación que dio origen a unos gemidos roncos como los estertores finales de una agonía, los que fueron enmudeciendo en tanto los movimientos espasmódicos  de la pelvis se aquietaban, Pedro apenas lo distinguía en la penumbra, y sin embargo sí fijaba la vista en la oscuridad con fascinación, sin pestañear, sin respirar. Habría deseado estudiarle cada una de las reacciones, los gestos y los movimientos. Haberle procurado placer aunque fuese de ese modo lo tenía desconcertado, pero sobre todo hechizado.

__Qué feliz me hace que después de años haya vuelto a sentir esto y que sea con vos.

Habría querido preguntar si había sido mejor con Juan, pero calló, avergonzado por la mezquindad que encerraba su curiosidad. Después de todo lo que él acababa de darle, era solo un remedo de un acto real, que su primer amor le había concedido completa y libremente. Guillermo mantenía la cabeza echada sobre el respaldo y los ojos cerrados, y Pedro le sujetó la cara por las mandíbulas, respiraba aún de modo agitado, Pedro fue depositándole pequeños besos ciegos. Cuando llegó a los labios, a los que halló estirados en una sonrisa, sonrió a la vez.

__Gracias por haberme concedido este honor, el de ser el primero después de tanto tiempo.
__El primero y el último.
__ ¿Te gustó? _quiso saber, intimidado y con culpa, Guillermo lo abrazó con risas.

__Sé cómo funciona tu cabeza, amorcito. Sé lo que estás pensando, lo que estás recriminándote y quiero que dejes de hacerlo, porque falta muy poco para que seas absolutamente mío, para siempre. No hay palabras para definir lo feliz que estoy por haber compartido lo que acabamos de compartir.
__ ¿Quieres limpiarte?
__No. Quiero sentirlo ahí, para recordar lo que hemos compartido esta noche en que casi nos han secuestrado.

Se quedaron en silencio, abrazados y serenos pese a la funesta situación en que se hallaban.
__ ¿Crees que los hemos perdido?
__Sí _respondió, Guillermo, igualmente esperaremos unos minutos.

Guillermo rompió en una risotada, y Pedro pensó que estaba disfrutando de uno de los mejores momentos de su vida, mientras Guillermo lo sofocó en un abrazo y le hizo cosquillas en tanto le mordisqueaba el cuello. De nuevo la perfección del rostro esculpido de su amor surtió el efecto de un conjuro. Reparó en sus cejas bien delineadas y negras que realzaban el color caramelo de sus ojos. Y soltó un suspiro.

_-Me deslicé por esos, tus sentimientos frescos, suaves al tacto y ardiente lecho.
Me dejé caer, en tus sensuales sueños y paralicé... al encontrarme,  adentrado, acoplado en ellos. Me creí ser una fugaz aventura descubriendo en la noche  una auténtica y apasionada locura. Me giré y me noté entre tus brazos varoniles y fuertes,  reconfortarles, cálidos en regazo. Me acurruqué y acoplé,  me dejé así  querer sentirme entero... apasionado.
Bailamos juntos, la danza del fuego  candente, vigoroso y placentero.  Enredamos nuestros cuerpos hasta quedar extasiados, sin aliento.  Agarraste mi cintura, con fuerza y vigor  sin notar yo, soltura alguna. Apretaste junto a ti, para no dejarme ir sin saber, que no escaparía  enroscado, cual serpiente en brujería.  Y quedé dormido, cansado, agotado éxtasis a un Amor, por ti custodiado.  Te sentí mi dueño, en cuerpo y sueños,  yo sumiso, en cada recoveco recodo y rincón de tu varonil cuerpo. Te embrujé con mi veneno  absorbiste y bebiste, cada poro saciando tu sed, a tu antojo y modo. Balanceo sin final  despertando al alba... y comenzar, es lo que sueño poder tener contigo _ dijo Pedro con voz ronca__. Apareciste tú en mi camino
y te entregué el corazón. Tu presencia fue algo divino eres la fuerza de mi razón.

Cual mi vida no tenía sentido estaba vacía de ilusiones. Todo este tiempo he vivido tambaleándome entre rincones. Sumido en mi mente inoperante por unas perturbadoras desidias. En ti, encontré el calor constante con el tacto de tus dulces caricias.
Hasta que no llegaste a mi vida ese magnetismo por ti, no sentía. Cual nunca fuiste un desconocido,  tu sonrisa  mi alma ya la conocía. Ahora que te tengo cerca de mí siento alegría, me siento realizado. Mi felicidad no sería igual sin ti te quiero, te amo demasiado.
Un pacto de amor he sellado contigo hasta el fin del mundo. Tú y yo nunca iremos por separado ni siquiera por un solo segundo. Desde aquel día que me miraste sentí una atracción por ti.  Me embrujaste, me enamoraste,  junto a ti  yo quiero envejecer.
Tú, yo, conjugando sentidos, unión de dos cuerpos embravecidos, desnudos del corazón, atrapando silencios, presentir caricias, deteniendo las horas, disolviendo fronteras, gozando lo sublime, mil besos furtivos llenos de mermelada, hechos de pasión.
Estas frías madrugadas, donde el invierno se asoma, mi boca desea el elixir pendenciero, amarnos sin rechistar, cocíname a fuego lento, herviré como volcán, quiero fusionar tu alma con la mía, ahogando los gemidos en agonía, sin reposar, hasta que ya no aguantemos más.
No es deseo, es costumbre  ya tener tu sabor, tu olor, amarte con desdén, navegar en tu mar, en mis ríos a la par; me abandono a tus deseos, a tus fantasías inmersas, eres el pan de cada día, donde solo nuestros océanos se disfrutan, es navegar en contracorriente, ante tanta sensualidad, que con alevosía y premeditación, dedicas tu tiempo, esas noches mágicas, en que el sudor está presente en nuestra piel de tanta humedad.
Mi voz baja a tu oído, te recito, mis labios solo te resucitan, consumamos nuestros sentidos, en la hoguera de la seducción, levitas a la cumbre, estallando en llamas, en el fuego preciso, la mezcla de los elementos claros, bebiéndonos la fruta codiciada, para otro día al alba empezar la nueva noche.

__Los caminos son infinitos, y sus carreras son muy cortas, lo que en vida tú aportas
destino serán de tus hitos. Toda la dirección errónea será piedra en el camino, en la rosa habrá espina y la vida poco idónea. Sin ideas en el acierto irá el corazón frustrando, las ilusiones apagando y el futuro muy incierto. Cada paso será un muro de imposible franquear, sin la meta que alcanzar y el porvenir muy oscuro.
La barrera infranqueable derribada es con amores, son del existir los motores que hacen al mundo sociable. Con trabajo y con tesón no hay guerras que no se ganen, ni cien mil males que no sanen si se pone el corazón. Acertando a la primera, acaba el rompecabezas, se encajan todas las piezas y eliminan las barreras.
Caminando los corazones jugando ganan la partida deambulando por la vida, con el fuego de las pasiones.


Era de madrugada cuando volvieron a la casa y por suerte para ellos todos dormían, hablaron durante horas sentados  perdiendo la mirada en los barcos atracados en el puerto, hasta que llegaron frente a las habitaciones, se quedaron mirándose en silencio fijamente, los gestos serios mas no severos, hasta que en una especie de acuerdo tácito ingresaron de la mano en la habitación de Guillermo.

__ ¿De veras piensas que cuando filmo hay y habrá otros actores que tratarán de apartarme de ti?
__Sí, de veras lo pienso porque eres irresistible, amén de adictivo, y yo no siempre estaré cerca. No te hagas el inocente. Sabes que siempre tendrás a hombres y mujeres revoloteándote en torno.
__Igual que vos, mejor dicho peor será que sigas en esa dichosa facultad donde no puedo pisar para marcar terreno.

Pedro rio y le pasó las  manos por el rostro suave,  como el ciego que descubre las facciones de nuevo con el tacto, Guillermo bajó los párpados, entregado a sus caricias.

__Pero resulta ser que no soy libre. Soy de mi Pedro. Aunque admito que me gusta que te pongas celoso.
__No es un sentimiento con el que esté familiarizado, pero contigo todos diferente, Guille, y sí, sentiré unos celos terribles.
__Y yo seré feliz viéndote celarme. ¿Nos damos una ducha juntos como anoche? __le sugirió mientras le mordisqueaba el labio inferior__. Yo te desvestiré.

 Lo obligó a ponerse de pie y se colocó de rodillas delante de él para quitarle los zapatos, las medias y los pantalones. Cuando le apoyó la frente sobre su sexo aún cubierto por el bóxer y le cerró las manos en  las nalgas, Pedro se dio cuenta de que, al aferrarse a su cabeza e inhalar profundamente, en absoluto le impulsaba el miedo sino la excitación. Se puso de rodillas a su vez, y Guillermo le contempló con interrogación en la mirada.

__Ayer quisiste acariciarme los pezones y yo te los negué. No estaba listo. Creo que ahora lo estoy.
_No quiero que ahora lo hagas por complacerme.
¿Me vas a contar el origen de tu fobia?

Pedro dudó, pero al cabo de un instante, con voz trémula dijo.
__La dictadura de Chile, mi facción política, mejor dicho la de mi familia, era un nene,  en los ochenta, terminé en el estadio nacional, ya sabes lo que sucedió allí ¿verdad?
No puedo decirte más todavía, pero todo lo que hago es para complacerte, Guille. Es de donde tomo la fuerza para superar mi fobia. Permitir que me toquen lo hago para que  no se sienta rechazado quien amo, lo que me hace vencer por sobre el ataque de pánico es pensar lo que te hace feliz a ti.
__Y a mí me hace feliz porque sé cuánto deseas superar la fobia y que a vos te hace feliz conquistarla. __Bajó la vista y le acarició los pezones a través de la camiseta__. Sos tan perfecto. ¿Me contarás lo que sucedió algún día?

Pedro asintió, incapaz de articular y apenas escuchando las palabras de él, la reacción de su cuerpo al contacto de esas manos lo había transportado a otra dimensión. Lo más fascinante lo constituía el hecho de que no lo ahogaban los olores nauseabundos, ni lo ensordecían los gritos de los soldados, ni sentía la carne de esas bestias profanar la  de él. Guillermo era el único que lo mantenía en una realidad de amor y pasión.

__No permitas que vaya allí, Guille __pensó en voz alta__. No me dejes ir allí, nunca más.

__No, no _respondió él, solícito, mientras le depositaba besos en el rostro y seguía masajeándole los pezones__. No te permitiré ir allí-. Estarás a mi lado, siempre, para que pueda amarte y venerarte como te mereces. Amor de mi vida, amor mío.

Guillermo le rozó los pezones con pasadas suaves de los pulgares y Pedro sufrió un desfallecimiento. Se aferró a sus hombros y echó la cabeza hacia atrás, mientras de su garganta brotaban sonidos estrangulados que no se sabía capaz de emitir.

__Por favor, levanta los brazos _pidió Guillermo y Pedro obedeció.

Le quitó la camiseta y se quedó mirando el torso, y los pezones con codicia renovada, que sedujo a Pedro cuando pensó que lo repulsaría. Existía una contradicción entre los sentimientos que él le hacía experimentar y lo que se suponía que debía sentir como consecuencia de su trauma. La situación  lo tenía fascinado, confundido, y con los latidos muy elevados, contuvo el respiro en un acto maquinal mientras siguió con miedo las manos de él que se aproximaban a sus pezones desnudos, con el cuidado que habría empleado para atrapar a una mariposa. Su piel tibia al contacto le causó una oleada de alivio y una ráfaga de placer, una combinación explosiva que lo hizo gemir. Guillermo siguió masajeándole los pezones mientras lo estudiaba con avidez y con ojos atentos.

__ ¿Puedo chuparlos? __preguntó mientras le acicatea los pezones, y aunque no emitió sonido su gesto debió de resultar elocuente pues Guillermo sonrió en una mueca triste y apartó las manos.

__Perdón.
__Shhh __lo acalló él, y le selló los labios con un beso que enseguida lo hizo olvidar del fracaso__. ¿Sientes nuestras pieles tocarse, amor?

Murmuró que sí, por pura necesidad apretó los brazos en torno a él, sí, era muy fácil caer en la tentación de depender de ese hombre.

__Vamos a bañarnos.
Guillermo se puso de pie y Pedro descubrió que estaba muy excitado. Lo observó mientras se deshacía del bóxer y también mientras entraba en la bañera, en tanto alzaba y flexionaba las piernas espléndidas, lo estudió en detalle, cómo los músculos  se le marcaban bajo la piel, y también miró los pies de uñas bien cortadas, y por último se animó  a fijar la vista en la erección y en los testículos que caían sobre una mata de pelo espeso y negro. Guillermo le extendió la mano y Pedro se apresuró a quitarse el bóxer antes de aceptarla. De nuevo, frente a frente en la ducha, se contemplaron con un anhelo que les provocó cosquillas en zonas que antes habían permanecido dormidas.

__ ¿Puedo tocarte?
__Donde vos quieras. Soy todo tuyo.

Quizás él no esperaba que le aferrase la erección tal vez por eso se sacudió como si hubiese sufrido un golpe. Lo miró con ojos anhelantes y expresó tantas palabras que no pronunció y que Pedro igualmente comprendió.
__ ¿Te gusta? __Guillermo asintió, tenso, silencioso__. Quiero volver a darte y a provocarte lo que provoqué hoy en el auto, pero esta vez quiero verte gozar. Enséñame cómo quieres que lo haga.

Sin romper el mutismo, Guillermo le cubrió la mano con la suya y comenzó un movimiento ascendente y descendente que fue adquiriendo velocidad y mayor opresión. Su mirada no lo abandonaba, y Pedro no se apartaba de la de él. La conexión era poderosa e inefable, e inverosímil, aunque tan real, como ellos dos compartiendo ese baño.

Guillermo apartó la mano y Pedro prosiguió con el masaje, que detuvo sin intención cuando él comenzó a hacer otro tanto con sus pezones.

__No te detengas amor.
__ ¿Estoy haciéndolo bien? __quiso saber segundos después.

No obtuvo respuesta. La expresión de Guillermo se crispó, los labios se le separaron ligeramente y la respiración se volvió afanosa e irregular, pero fue su mirada lo que le causó una honda impresión. Había desespero en sus ojos, como si una tragedia se desarrollara delante de él.
__Aquí estoy, Guille _ dijo, guiado por el instinto__. Mírame. No me dejes _le suplicó. Y eso pareció devolverlo a la realidad de la bañera.

Le devoró la boca con acuciante ardor. La violencia del orgasmo lo tomó por sorpresa y emitió una exclamación cuando Guillermo se cerró sobre él y agitó la pelvis con una rapidez desconcertante. Apretado como estaba y lo tenía, Pedro ya nada hacía excepto mantener la mano cerrada sobre el pene y dejar que él buscase el alivio el cual parecía no acabar. Lo fascinante de la experiencia no le impedía meditar en lo extraordinario que resultaba que él, un hombre hasta mes atrás roto, hubiese comenzado a sanar a manos de Guillermo.
No le habría molestado quedarse  horas en  esa posición, con su miembro saciado entre los dedos y el abrazo intemperante de él en torno a su cuerpo. No  le habría cansado oír sus inspiraciones agitadas que le golpeaban la piel mientras eyaculaba en unos jadeos roncos, un sonido que se propuso volver a escuchar una y otra vez. Y quería ser él quien se lo provocase… siempre.

__Lo sos todo para mí, Pedro. Todo. No me dejes nunca, amorcito.
__No, no…
__Sé que te preguntas cómo seguirá esto, pero hallaremos la forma, lo verás.
__Sí, la hallaremos _respondió con sincera disposición, más allá de que sabía que no sería fácil conciliar sus vidas ni sus mundos.

__La felicidad eres tú, Guille, mi hogar eres tú _declaró siguiendo el hilo de sus reflexiones__. Tú, Guille.

__Y tú la mía _ dijo emocionado, y lo besó bajo el chorro de agua caliente.

Se bañaron mutuamente y si bien Guillermo le permitió que le higienizase las partes íntimas, Pedro se negó a que él hiciera otro tanto con las suyas. Guillermo lo abrazó por detrás y le habló al oído:

__ ¿Sabes amorcito? Yo también tengo mis demonios, como vos. Hace un momento mientras me masturbabas y estaba a punto de aliviarme, las imágenes del pasado me cegaron y si no hubiese sido por vos, por tu voz que me rescató, creo que me hubiese perdido en esos recuerdos que anhelo olvidar.
Pedro ajustó las manos en sus antebrazos y giró sobre sus pies para besarle el filo de la mandíbula.

__Gracias,  amor mío.
__De nada _susurró, mientras le acariciaba el mentón con los labios__. Haría cualquier cosa por verte feliz.

Guillermo le buscó la boca y volvieron a besarse, incansables en la necesidad de sentirse, de tocarse, de explorar una intimidad que afianzaba un vínculo que acababa de nacer pero que parecía  viejo como la humanidad.
Pedro se giró en el abrazo de Guillermo y lo enfrentó  mientras le encerraba el rostro entre sus manos__ quiero agradecerte por todo lo que me has hecho sentir y vivir en estos días que hemos compartido. Nunca fui tan feliz, Guille. Y aunque he llorado, aunque no sé cómo será regresar al mundo, sé que todo es parte del proceso de sanación. Quiero pensar que me ayudarás a sanar, que estoy sanando y que al fin podré ser feliz contigo.

__Estás sanando amor. ¿Habrías imaginado al verme en al plató la escena de compartir una ducha con un hombre desnudo?
__No, claro que no.
__Estás sanando. Sos tan fuerte, tan endemoniadamente poderoso, pero vos no lo notas, es parte de tu naturaleza y lo das por descontado  y no lo adviertes. Pero a mí me tienes admirado.
__Soy fuerte porque tú me das esa fuerza y coraje. También quiero que sepas que eres el hombre más hermoso que he visto en mi vida y te aseguro que he conocido  a muchos que arrancan suspiros pero ninguno como tú.
__ ¿Alguno debería preocuparme?

Pedro rio por lo bajo y agitó la cabeza para negar.
__Justamente, rodeado de gente guapa, nadie me atrajo como tú, nunca.

Guillermo lo contempló, le estudió el rostro con la actitud en la que solía caer, esa concentrada y codiciosa que le cortaba el respiro. Cuando le habló empleó una voz más oscura y grave de lo usual, y en un instante su cuerpo respondió con voluntad propia.
__A veces odiaba a Dios, y le preguntaba por qué me había hecho padecer lo que padecí. Pero ahora estás vos y el rencor que le tenía comenzó a disolverse y solo va quedando un sentimiento de gratitud por este regalo que me hizo, por haberme devuelto lo que me quitó al haberte puesto en mi vida. Así de inmenso sos  Pedro. Por eso te dije que lo eras todo para mi… mi sino.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.



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