jueves, 29 de abril de 2021

SUR CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS

 

“A esta hora en algún lugar del mundo, hay alguien

que estaría feliz de tenerte.” Walter Risso.

"Si el sueño fuera (como dicen) una

tregua, un puro reposo de la mente,

¿por qué, si te despiertan bruscamente,

sientes que te han robado una fortuna?

¿Por qué es tan triste madrugar? La hora

nos despoja de un don inconcebible,

tan íntimo que sólo es traducible

en un sopor que la vigilia dora

de sueños, que bien pueden ser reflejos

truncos de los tesoros de la sombra,

de un orbe intemporal que no se nombra

y que el día deforma en sus espejos.

¿Quién serás esta noche en el oscuro

sueño, del otro lado de su muro?"

Jorge Luis Borges | El sueño

 


SUR

 

CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS

 

Madrid,  domingo 21 de agosto de 2016.

 

El avión atravesó la turbulencia. Hacía seis horas que volaban hacia Buenos Aires tratando de asimilar la información que las cartas habían puesto sobre la mesa. Umbilicus originales de la Biblioteca de Alejandría ocultos en algún sitio de la ciudad. Y evidentemente  dos personas que habían estado cerca de hallarlos, habían sido asesinadas.

 

__Guille, seremos con ellos los buscadores de lo que quizá quiso o vio mi abuelo, del tesoro perdido, ni más ni menos que los libros que habían sobrevivido al incendio.

__Tranquilo, mi amor, sospecho que para ser hallado, tenías que estar vos.

 

__Previos…

Aróbaro era su nombre de guerra. Pese al aspecto de hombre común, era un doble agente. Analía  no estaba errada al desconfiar de él. El carácter arquitectónico de la mentira en que vivía, permitía sostener dos realidades paralelas: El agente encubierto de Interpol, inmerso en el corazón de La Legión, y Aróbaro, el espía que La Legión creía haber formado y preparado para infiltrar en la Editorial.

Para los Servicios secretos de Interpol, Alejo Riglos se convirtió en el Agente Cero y solo unos pocos oficiales conocían su verdadera identidad, misión y destino. Para la Legión, que venía formándose desde aquella vieja legión seguidora del Arzobispo de Alejandría, era Aróbaro, su espía en la Editorial de Analía.

 

Él ya no sabía quién era, en realidad. Demasiados  años  pasaron, trabajando en la clandestinidad.

Y fueron las muertes del padre de su único amor y de Rubén Maler, su amigo,  las que despertaron la necesidad de parar. El objetivo de estar metido en el centro de la organización era poder desbaratar sus planes, pero Disco no lo había participado del asunto.

---

__Fin de año con suerte, es la idea al menos que en parte podamos habitarla, que lleves el barco, quizá podamos ir a navegar todo enero para darles más tiempo, pero es la idea a inicio del año estar en el Delta.

__Sí, papi,  tío, por fa, quiero ir a navegar. ¿Llegaremos al sur?

__No amorcito, al Sur por ahora no, te llevaremos a conocer otros sitios, para el otro lado, ¿de acuerdo?

__Bueno.

 ¿Festejaremos el cumpleaños de Fabián en el catamarán, papi?

__No lo sé, veremos amorcito. Por ahora ve a  seguirlo que gateando desapareció de mi vista,  y ya se toma de los bordes e intenta pararse, ve detrás.

 

En efecto Fabián ya gateaba entre los pies de todos, y cuando reconocía a su padre, balbuceaba pa,  para alegría de Guillermo que se salpicaba  en lágrimas de emoción.

En el momento entró con su hijo en brazos.

__ ¿Firmó todo?

__Sin chistar. Divorcio común acuerdo, quinientos metros de exclusión, y nosotros dejaremos que la defensa haga lo suyo. Listo. El juicio será en marzo.

__Bien, pensé que demoraría más, mejor así,  firmó entonces, bueno, al fin.

__

Federico Zaldívar Maler asintió lentamente. Luego posó sus ojos sobre Justo en busca de un gesto de aprobación.

Beltrán inclinó la cabeza. Estaba de acuerdo. Aliviado Eduardo les entregó el libro.

__Julio Roca está de acuerdo en que la Editorial sea el custodio de este secreto.

__Dígale al general Roca __respondió Zaldívar Maler __que lo cuidaremos con nuestra vida.

__

Francisco Pérez tenía concertada una entrevista con Samanta, la socia de Maler, para esa misma tarde en las oficinas que ella había compartido con la víctima.

A medida que avanzaba en la investigación del asesinato del financista, más lejos se sentía de la verdad. No tenía ninguna pista. El homicida era un profesional. No tenía dudas. No habían logrado encontrar huellas ni otro rastro de una segunda persona en el lugar de la muerte, con excepción del esmero puesto en la limpieza de la sangre en el baño y sobre el piso.

El llamado a Samanta había sido preciso y breve. La mujer accedió a recibirlo de inmediato Pérez sabía que ella había estado involucrada sentimentalmente con Maler antes de que él conociese a Luisa, su esposa, su actual viuda.

 

Sábado 20 de agosto…

 

__Gaby, estamos viajando a primera hora __informó Pedro__ pero no nos comprometan en nada que el caso está que arde, creo que esta chica necesitará penalistas a todo tiempo, ni siquiera creo que vayamos a casa por ahora.

 

__ Bueno, no se preocupen, yo solo te llamaba para que te quedes más que tranquilo _ le dijo la amiga__, Camila me llamó, y quiso apurar el divorcio, pensando que eras tú quien le ponía trabas o demoras. Al parecer está más que apurada en que salga porque se enamoró del abogado ahora y quiere irse a recomenzar su vida__ le informó, mientras Pedro se sentaba atónito, y Guillermo le clavó la intensa mirada.

 

__ ¿Irse a recomenzar?

__ Es que volvió a apelar, y se puso como garante de su buena conducta, el abogado de la defensa, y si estás de acuerdo, cuando puedas quizá gracias a ello, terminemos de una vez, y te la sacas de encima, tenías razón, te buscó porque estaba sola y pensó que podía volver a ese matrimonio e hijo, pero al verte con Guille, al saberte gay y perder la jugada de asesinarlos, se asustó más aún, y como pensabas,  tu hijo le importa menos que el de la vecina _ convino Gaby__. Ahora dice que es joven, y que puede tener los que desee, que quiere volver a ser libre y volar, lo que siempre dijiste.

 

__ Qué rápido se sacó la careta, bueno, me alegro _  respondió Pedro__, a mí esto me encanta, que firme y quede resuelta la  tenencia absoluta de José a mi nombre, definitiva, y apura el divorcio en lo que puedas, sabes que deseo casarme con Guille, que de hecho suspendimos todo por su culpa.

__Lo sé _ lo tranquilizó Gaby__, el nene no le interesa, menos desde que sabe que tiene vida eterna, creo que luego de su fracaso en asesinarlos a ustedes, se convenció, y se asustó, quiere gente común, no está preparada para esas cosas,  vayan poniendo fecha de nuevo, porque creo que este mes, a lo sumo en octubre ya estará todo en orden, y dadas las circunstancias, no creo que deban esperar si desean casarse. Apareció para molestar, para sacar ventaja Pedro, cuando vio que no tenía oportunidad de nada, ni siquiera de matar, listo, miró a otro lado, ya olvídenla, yo me ocuparé de todo. __Se escuchó un cuchicheo y Pedro supo que era Alberto__. Nada, Albert quiere que te cuente que estamos leyendo un montón, tu libro, el de Guille, y como los chicos pasan horas con Dora y Cuca, en el museo seguimos investigando, es increíble que Guille y tú vengan juntos desde siempre, ¿cómo los separaría nadie? menos Camila.

__ Flor de madre le di a José __se arrepintió Pedro__, bueno, pero me hizo el mejor regalo del mundo, está bien, Guille y yo somos almas gemelas, somos lo mismo, pero sufrí mucho, por suerte ya no volverá a suceder.

__Lo sé __ reconoció, Gaby__ es desgarrador cuando lo viste morir, o cuando lo ayudaste a nacer y luego esperaste que creciera, o cuando le perdiste de vista hasta enero cuando fue al sur, sin querer, todos lo empujamos hacia ti al morir Ana y aconsejarle que viajara, es increíble cómo el sino nos movió también a nosotros.

__ ¿Cómo se llevan nuestros niños? __ interrogó Pedro haciendo un guiño a Guillermo.

__ De maravillas, gracias a Dios que ya regresan, Josecito  va al jardín refunfuñando, le gusta, pero creo que no quiere separarse esas horas de Fabián, llega y corre a él según nos cuentan Dora y Cuca, y luego de hacer la tarea, no se separa más, le da de comer, ayuda a bañarlo, lo acompaña hasta que se duerme,  y si se descuidan, creo que cuando Fabián empiece a hablar, antes de decir papá, dirá José.

Pedro, quiero preguntarte algo, dos cosas en realidad _ le dijo sugerente.

__Dime, claro, te aclaro que Guille está escuchando.

__No importa, si son lo mismo.  Si José es tu sangre, y Fabi la de Guille, y ustedes se amaron siempre en miles de vidas, ¿no crees que es factible que ellos al crecer terminen juntos? ¿Qué sean lo que ustedes, almas gemelas? Quizá me apure demasiado, pero Josecito mira a Fabián con adoración, lo venera __ murmuró Gaby emocionada.

__Uau, me dejas pensándolo _ musitó, Guillermo se emocionó.

__Gaby, hola, lo dejé hablar a Pedro, porque más que nada estabas informándole de Camila, pero lo que acabas de decir, me dejó en shock, creo que ninguno de los dos lo pensamos ni nos dimos cuenta, pero sería esperable y maravilloso creo, ¿de verdad lo ves así?

__Menos Marcos que no cree en nada, todos lo sentimos Guille, y los dos tienen vida eterna además, sería lo justo creo _ justificó Gaby __. Es más, te digo que Fabián cuando despierta lo busca, y cuando no lo encuentra llora, cuesta calmarlo, llega del jardín José, lo carga, y ríe, nadie puede hacerlo comer o dormir más que él, y gatea hacia él, lo sigue a todas partes.

__ Me alegraría… nos alegraría mucho. En cuanto a nuestro casamiento, estábamos esperando terminar la casa, pero podemos apurar eso, o casarnos igualmente__. ¿Y nuestro sobrino? ¿El embarazo de Ivanna?

__ Muy bien por suerte, casi no tiene molestias, y Agustín feliz obvio, esperando por ustedes _ le informó__ Ya que estamos, el que no anda muy bien es Matías.

__ ¿Matías?

__ No te enojes, Guille, pero creo que está enamorado de Pedro, y que entiende que no podrá estar cerca siendo irreversible lo de ustedes _ le dijo con sinceridad__, tiene trabajo, me dijo que se lo dejará a él si lo desea pero dice que extraña el sur, el hostal, a la gente de la base, no sé, creo que quiere poner distancia.

__Puede que sí _ se entremetió Pedro__ es buen tipo, y yo no soy su omega, su sino, pero merece ser amado y amar de verdad, quizá sea lo mejor que regrese al Sur, aunque yo en la eternidad no nos veo siempre en Buenos Aires,  creo que en algún momento cerraremos el círculo y volveremos al hostal __reconoció Pedro__ ¿Y qué más deseabas decirme?

__Nada, sé que creo es no por lo que hemos leído, pero… ¿No puedes dar eternidad más que a  familiares directos, verdad?

 

Pedro sintió que el corazón se le encogía de pena, Guillermo lo supo, pero los dos a su vez vieron lo que quizá descubrieran en ese caso, ¿y si era Pedro el custodio de la Tabla Esmeralda? ¿Qué haría con ella? ¿Acaso no podría…?

__Por ahora no lo creo Gaby, ojalá pudiera, hasta tenía dudas con los chicos y Dora o Cuca.

__Olvídalo, Dora y Cuca están mejorando de todas sus nanas, es obvio que se la diste, que están deteniendo el envejecimiento _ le confirmó__. Bueno, nada, los dejo, si necesitan ayuda con el caso de la amiga de Guille, me avisan y allí estoy, ¿no cuento que regresan?

__No hasta que demos la cara, creo que nos urge movernos con sigilo y velocidad, gracias por todo, dile sí a los chicos que pronto volveremos, hasta Fabián entenderá __ aseguró Pedro.

 

Se despidieron ambos y se abrazaron, Guillermo sintió el temblor y supo el porqué, separó de su cuerpo a Pedro para mirarlo.

__Guille, me duele mucho, es injusto… ellos quisieran no morir, y para nosotros será terrible, sé que hasta hoy, no podemos darles la eternidad, pero ¿si soy el custodio de lo que vamos a hallar? No sé, la carta  de Maler a Analía, le dice que no dé a conocer el secreto hasta dar con el mensajero o custodio, o algo así, y yo vi a mi abuelo y a José. ¿Puede que sea esa mi misión? Yo pensé que el mayor alquimista había sido mi abuelo, que lo mío era terminar con el monje negro y hallarte de nuevo, no más, pero esto no es casual.

__Yo creo que no __ dijo Guillermo__, si lo que está al final de estos asesinatos son los escritos de Alejandría, me parece que es claro que deben quedar en tus manos, ahora, ¿qué harás?

__Uau, al fin Gaby dio todas noticias buenas, pero el sentir que no quieren morir, me puso mal, y si esa bendita Tabla existe y viene a mis manos, no sé qué debo  hacer, nunca imaginé que debiera tomar una decisión así, no soy Dios amor como para decidirlo, ¿verdad?

__Ya amorcito, lo verás en el camino, como surgió el caso, Analía pudo recurrir a cualquiera, y vino a mí, esto es causal, del mismo modo llegarán todas las respuestas, mi niño sabio.__ Guillermo de súbito quedó pensativo, cuánto había crecido y aprendido desde ese enero en que llegara al hostal junto a él, cuánto cambió todo, pero con qué se encontrarían en Buenos Aires, no quiso alarmarlo pero un escalofrío le recorrió la médula, sí que su amiga necesitaría a los penalistas, lo abrazó__. Ven mi cielo, que no sé cuándo terminará este lío ni cómo, muero por estar en casa preparando la boda, con los chicos, con todos, pero ahora muero por estar con vos, dejemos escapar nuestros gemidos hasta convertirnos en uno solo, así vida mía subiremos al cielo. Dicho sea de paso, por lo que le dijiste a Gaby, creo que no solo Matías extraña el Sur, ¿quieres que luego de casarnos nos quedemos allá? __lo interrogó sin dejar de abrazarlo, mirándolo con ternura.

 

__No mi amor, Gaby acaba de decirme entre todo que ya tengo la reválida de medicina y de abogacía, quiero pasar unos años en Buenos Aires, creo que los dos deseamos darles a los chicos la mejor educación, pero en esa eternidad inmensa que aún no podemos dimensionar, sí, en algún momento creo que volveremos al Sur.

__Cuando quieras, amor, cuando lo desees, allí me  conocí en todas mis vidas, gracias a mi reencuentro con vos, cómo no desear  ir y permanecer.__ Aún no sé cómo encontré tu mirada... si en mi niñez no buscaba nada. Caminaba sin buscar y al encontrarla caí en ese abismo llamado amor, un amor que me llevará a una vida de insomnio, sueños, realidades e irrealidades...

Qué insólito es pensar que te tuve siempre y tú ocupabas el mejor lugar que existe en mi alma, donde solo existes tú. Preso de ti. Sin ser propiedad eras mío... Sueños. Irrealidad. Insomnio… Todo lo tuve. Todo lo tengo. Eres mío. De mi alma. Siempre hubo una mirada que nos transportaba al alma, nos conducía al paraíso. Después he descubierto que no, que solo era mi mirada en ti la que me hizo ser quien soy hoy sin saberlo. Un insolente soñador que miraba un imposible, que lo intuía desde mi niñez, en  mi adolescencia  amé el rastro de un amor de dulces miradas y amargas situaciones en sueños que no supe interpretar. Te quise, te amo y te extraño. En mí habita un corazón que lleva el sello de una adolescencia marcada por tu mirada, una mirada con una lucidez de la cual nunca viste en esta vida hasta enero, invisible ante ti y visible para mí. La adversidad de la vida nos ha dedicado un mensaje,  vos y yo  fuimos durante mucho tiempo juzgados, prohibidos.  Pero no hoy, no ya más. Qué ironía en otras vidas ser una unión prohibida mas destinados a estar unidos en la eternidad. Amarres que la vida inmortalizará en la eternidad.

 

__ Ámame Guille con el eterno silencio  que envuelve a la oscura noche… Ámame con el maldito desprecio  al que tu corazón te obliga. Ámame con el sabor doliente  que emana de tu piel divina lienzo en blanco para mi escritura, y  que este mi cuerpo, con rabia,  con intensa desesperación ansía… Ámame con el coraje, las ganas  y la pasión  convencida, sí, ámame loco de pasión vulgar, esa con la que me amaste un día en el sur cuando todavía yo huía y tú desconfiabas. Ámame con el reproche  de no tener el valor ni el encono para buscarte,  para volver amarte, y hacerte de nuevo mío… Ámame con rencor hacia la vida, maldiciendo las noches de lunas tristes. Ámame sin miedos… Sin piedad… Sin cobardía… Ámame con la incertidumbre certera de querer amar. Ámame así,  a tu forma, a tu manera así como juraste amarme  aquella noche con lágrimas en los ojos,  y en silencio sepulcral… ¡Ámame así, a rabiar!

Porque yo he de amarte  sin mediar razones, calladamente y hasta  el fin  del universo si lo tiene. Amarte cada noche  es mi deseo,  en el abismo de mi sueño, llenarte completo de besos.  Sentir tus frágiles caricias, porque de tu corazón aún sigo siendo dueño. No vacilo en amarte con locura  sintiendo la vaga melancolía  que causa el lejano reflejo  al pensar tan solo en ti… al gritar en mis silencios tu nombre. Amarte cuando invades  por completo mi mente… Cuando de repente  como el viento te alejas y  aunque sea de a ratos me dejas en la más triste y vacía de las soledades sin el fulgor de tu presencia, sin el calor de tus caricias. Cuando con tu silencio llenas mi alma de dolor dejándome solo, fiel amigo siempre a mi lado  al que imploro impaciente, al que abrazo sin miedo, al que espero con amor. 

 Sé que te gusta meterte entre mis piernas, ver escurrirse de mi fuente gotas de deseo, oler mi perfume y quedar impregnado de él.  No olvido que te vuelvo loco, cuando ves mi interior gritando: ¡tócame! Siempre te sumerges dentro de mi fuego, queriendo avivarlo con tu boca. Alimentando mi lujuria con tu lengua. Ahora sé que tu lugar  favorito es mi  hombría cuando se vuelve rojo- violácea y destila deseo.

__En el perjuicio de mi injusto silencio quiero gritar a tus oídos lo que mis labios te callaron; quizá tu presente solo oiga tristes gemidos,  pero es la voz de mi pecho aprisionado,  que en los barrotes gruesos de lo no dicho hizo tormentosos sus propios temores; y hoy que necesito ser oído,  solo deseo que me mires...  mírame, mírame mientras me oyes.  He guardado en una caja con mil torpes candados  las muchas veces que he querido besarte con mis manos; y aunque te he besado cuando siempre te he mirado,  mi cobardía... me detuvo a besarte en tus labios.  Pero hoy ya no me asusta más el silencio,  y quiero decirte que por siempre te he amado.  Malditos mis miedos que en un ayer me dominaron,  pero hoy mi verdad me hace libre; y si alguna vez mis labios te callaron,  hoy la voz de mi alma contigo quiere irse.  Y si alguna vez cobardemente no te dije,  hoy te digo valientemente que te amo para siempre. Ahora podré dormir tranquilo en esta noche,  ahora que te dije... ahora que ya sabes que te amo.

__ ¿Por qué escapabas en el sur? _ interrogó Guillermo con vos ronca.

__ Porque no estaba seguro de que al fin fueras tú, porque no recordaba cómo ser hombre de un par, porque temía defraudarte y volver a perderte, pero en verdad solo tú me enseñaste a ser hombre.

__Y yo me enamoré de vos en la mirada primera en el hostal, porque sabías qué necesitaba sin tener que pedírtelo como conociéndome desde siempre, si estaba incómodo te acercabas, si tenía frío encendías la chimenea, si tenía sed me traías de beber. Nadie me había amado de esa forma tan silenciosa y ostensible a la vez. Cuando estaba casado con Ana, lo único que de ella quería era que me cocinara, que me mimara, que me preparara la ropa para el otro día, que me comprara mi comida favorita, mi vino preferido, no es que quisiera hacerla mi sirvienta en absoluto, pero en verdad eso puede hacerlo una mucama, es solo que en mi limitado conocimiento pensaba que si ella se ocupaba de esos detalles, significaba que me amaba.  Hasta concebir a Fabián fue como parte de ese ritual. No la juzgo, simplemente, ninguno de los dos sabíamos cómo hacerlo, y, yo, por orgullo no le pedí otra cosa. Y entonces llegaste vos, Pedro, mi amor eterno, y vos me lees la mente y el alma.

__También puedo comprarte tu comida favorita y tu vino preferido, y complacerte en todo.

__Shhh. Yo solo deseo que seas mi hombre y mi esposo, para siempre.

 

Guillermo le sostuvo el rostro entre sus manos fuertes, apoyó la cabeza sobre su corazón ya desbocado, el cuerpo de Pedro se regocijaba junto con su alma en el contacto, vibraba envuelto en esos brazos, se le erizó la piel cuando Guillermo paseó con sus labios entreabiertos por la boca, el cuello, la mandíbula, el lóbulo de la oreja, cuando le paladeó y chupó las encías, los dientes, cuando la lengua se introdujo poseyéndolo, y ante esa sensación tan agradable de ser bebido y beber el deseo, de sentirlo en la boca y de saborearlo, Pedro gimió, y lo saboreó embriagándose cuando Guillermo lo recorrió con suavidad y lo amó cuando Pedro separó los dientes, y ajustó sus manos…  que atrevidas habían delineado la completa geografía… a las caderas profundizando el beso, Pedro jadeó, permiso para que las manos atrevidas y sus dedos tocaran  desvergonzadas zonas más deliciosas y ocultas.

Los labios de Guillermo se apoderaron de los gruesos, mordiendo con suavidad, lamiendo, paseando, succionando, y las manos se deslizaron reconociendo cada recoveco como en cada vida como siempre fue, como solo él siempre lo había conocido, sabiendo que habían notas secretas en ese cuerpo que solo sus dedos y lengua con destreza pasmosa podían oprimir para poner en funcionamiento los mecanismos que lo dejaban sin aliento, que lo zambullían en remolinos donde perdía el juicio, y fue así que sus manos moldearon y sopesaron los testículos, que friccionaron el pene, que se humedecieron en el glande, que la lengua  las siguió mientras los dedos corretearon a oprimir las nalgas, a hurgar en la hendidura entre ellas.

 

__Déjame acariciarte allí, es mi sitio secreto…  solo mío, por donde me dejas entrar a vos y me das cobijo. Es ese el sitio que fue mío y lo será para siempre, y es mágico porque nos permite la unión de nuestros cuerpos.

 

Pedro relajó la tensión, separó lentamente las piernas, se acomodaron las piezas de los cuerpos amoldados. Guillermo lo besó, le susurró ternezas sin dejar de mirarlo, pidiéndole que siempre le permitiese hacerlo feliz, y en ningún momento sus manos detuvieron las caricias que se tornaron exigentes a medida que la respuesta de Pedro lo alentaba. Lo sentía vibrar, retorcerse, acceder a niveles superiores de placer en paralelo al suyo, lo percibía en el modo en que su piel trepidaba, en que sus dedos se clavaban en su piel, en la tensión de las piernas que abrazaban las suyas empujándolo, en su respiración fatigosa que se acompasaba a la suya, en la demanda de sus labios, Guillermo se prendió a ese cuerpo en el abrazo, lo acunó, lo besó en la frente, en el pelo, en los labios,  en los párpados, en la nariz, intentando demostrarle la devoción que le profesaba.

 

Ponte de rodillas a la altura de mi cabeza _le pidió.

 

El aliento candente de Guillermo le golpeó todo el pubis, Pedro se estremeció. El primer lengüetazo lo hizo gritar, y luego otro, y otro más hasta que a medida que chupaba su fuente, las oleadas de placer y sangre que lo endurecían lo hicieron desfallecer, cortar los frenos de contención. No solo era la lengua, los labios, la boca, los dedos, contaban la posición, que implicaba confianza y entrega absolutas, las manos de él que trepaban desde atrás y   por momentos torturaban sus pezones, el tesón que ponía en darse y complacerlo, y Pedro recibía el placer que Guillermo le prodigaba con espíritu libre, con el gozo de sentirse invencible, amado, deseado, y las burbujas de placer que borboteaban en todo su cuerpo se mezclaban con las de una dicha que lo hacía gritar de puro placer y pronunciar el nombre de él.

 

 Tras los párpados celados de Guillermo se proyectaba la imagen de ellos, y la sangre le pulsaba en el glande, Pedro echaba la cabeza hacia atrás y con su cabeza le acariciaba el mentón, el cuello, hasta el inicio del pecho, y ese simple roce convirtió el estímulo en algo inusitado que se esparció por las terminaciones nerviosas sensibilizándole la piel como si estuviese ardiendo en carne viva. El orgasmo de Pedro estalló en las manos de Guillermo, vibró en sus labios, en sus oídos, y aquel se maravilló de la imagen de dios griego en el alivio…   gruñidos y jadeos dolientes se prolongaron, profundos, y lo amó por su confianza, por disfrutar, por dejarse guiar. El orgasmo lo había recorrido desde las plantas de los pies a la coronilla en sacudidas descomunales, mas sabía que Guillermo estaría en el abismo de su propio placer, y  al cabo de un minuto de quietud, se movió con cuidado hacia atrás, se elevó sobre el falo palpitante que esperaba, y resbaló sobre él que se vio absorbido en un instante embelesado ante la visión de desaparecer dentro de Pedro, se enterró en su carne, y la urgencia lo condujo a soltar el aire de manera violenta, a clavar los dedos en las caderas de Pedro, y comenzó una danza que Pedro sentía como un beso al alma, al tiempo que lo percibía expandirse y crecer dentro de su túnel, y al mirarlo lo afectó el cambio de tono de sus ojos que se tornaron negros.

Ritmo y velocidad crecieron, eran uno ondulando en un espacio sin tiempo, volando hacia un infinito que era su destino, sabiendo que siempre serían... uno, hasta que al fin Guillermo gritó reverberando su estallido en las paredes, desperdigando el eco al universo, mientras cayó sobre Pedro que al fin se hundió en la cama, entrelazados en forma inusitada, y siendo uno,  se miraron en la penumbra.

 

__Te amo Pedro, te lo diré hasta el hartazgo, nunca lo olvides.

__Yo más, eternamente.

El sueño se los llevó, enredados, y sin tiempo para deshacer el nudo de brazos y piernas.

 

No supieron qué hora era cuando Pedro despertó de súbito, respirando agitadamente y  se sentó aturdido, Guillermo sintió que escapaba de sus brazos, y lo vio temblando, mirando a  ninguna parte, sudando frío, ¿estaba en pánico como a veces en el Sur?

__ ¿Qué sucede mi amor?

__Un sueño, una inquietud, temor… Guille, algo peligroso nos espera allá, en Buenos Aires, y ella,  Analía  está en peligro también, lo vi, lo sé, hay gente oscura, pero…

__Es un sueño precioso, una pesadilla.

__No. Es un aviso, es como cuando  aquel monstruo apareció en el laboratorio de mi abuelo, como  cuando apareció en el sur, pero murió, lo vencí, yo pensé que era ese el fin, que por ello se despertó mi don y pude salvarte, pero dudé cuando apareció Camila con toda su maldad…

__Eso es común, una mujer despechada, no es para temer.

__Eso no, pero dos asesinatos que de pronto se relacionan con nosotros, que se tejen a Hipatia y Alejandría, a mi don, y lo que puede que encontremos sí es para temer, mejor dicho lo que haya que enfrentar para terminar con esto, para hacer justicia y llegar al secreto, ¿entonces aquel hombre no era el mayor mal que tenía que vencer? ¿Hay más?

 

__Por lo que hemos aprendido en estos días,  si tanta gente custodió ese tesoro, otros tantos pueden estar detrás, esos que enviaron a asesinar, y si vos sos el custodio, tal vez sí, el mal no fuera un ser, sino varios, o puede que aquel fuese sobrenatural, y estos no sean más que delincuentes tras el mayor tesoro,  al mal lo venciste, si es eso lo que temes, aquella bestia desapareció  en el sur, murió o como se le llame, ¿eso no lo viste?

__No. Pero lo siento, siento que se avecina otra lucha feroz como la de sur __ musitó Pedro mientras Guillermo lo acunaba.

 

__Y venceremos… juntos, como aquella vez, solo que esta vez, ese tesoro de la humanidad al fin quedará en tus manos __ lo tranquilizó__. Esa es la herencia que quiso dejarte tu abuelo.

 

__ La Tabla… la vi, Guille, está allá, en un sitio oscuro de Bs. As.,  está cerca de donde hallaron el cuerpo del padre de Ana, lo vi, vi escenas. Y al fin, el rostro de mi abuelo que se difuminaba y reaparecía en el rostro de José, los dos sonreían.

__ ¿Y entonces por qué temes?

__Porque no esperaba otra batalla… la batalla final.

Pero tuve una respuesta, aunque me parte el alma dejar ir a quienes amamos, hoy la humanidad no  está preparada para que se haga público ese tesoro, esa es la razón de mi inmortalidad. __Hablaba como en trance, Guillermo lo miró en lo hondo, buceando en el alma _. En algún momento del tiempo, será el instante, pero no es hoy, ahora debo resguardarlo, por mucho tiempo, eso supe.

 

-¿Dónde? __preguntó Guillermo.

 

__Donde todo comenzó_ balbuceó enigmático.

__ ¿En el hostal? ¿En el Sur donde comenzó lo nuestro? _tentó Guillermo.

 

Pedro negó con la cabeza.

__ No. Donde todo comenzó.

Ya no dijo nada más y se desplomó en los brazos fuertes, regresando al sueño, mientras Guillermo intentaba descifrar el enigma.

-Tus huellas eran evidencia en mi piel erizada, nuestros encuentros secretos tan auténticos, mi amante de  insomnios nocturnos, traspasé una propiedad ajena, hambriento por tan dulce tormento, la ropa por el suelo..., nosotros en el edén, indagabas mi cuerpo, desprovisto de inhibiciones me encontré con tu boca, delicia perfecta, diamante verbal, resistencia sin clemencia en que me transformaba en incalculable libertad.

Cómplices del silencio, obsesión determinada en que manipulabas mis sentidos,  convulsiones imaginarias en que pecando, moría, cayendo como amante, como amigo en el destiempo que nos llevaba a la demencia, a la gloria, a la perdición, ávida boca húmeda, frenesí total, lucidez de llana claridad, devastadora sutileza que mis fibras íntimas vibraban, desatado preludio en la prisión de tu ingeniosidad, aspiré a tu vida inmortal. Fascinado por lo ilícito quedé en zozobra, en la confusión, en las ansias por seguir idolatrándote,  el sol hizo fuego, nunca fueron  solo cenizas, tormentas en el desierto de mi piel, destinado a vagar en la nostalgia desnuda, candor, tentaciones que no pude evitar, ¡amarte sabiendo que no me pertenecías! Porque no te había reconocido como mi amor eterno… todavía _le musitó Guillermo recordando el encuentro en el sur__. Mi precioso niño sabio, velaré tu sueño para que no te asustes,  a veces me sigo preguntando quién sos cuando me sorprendes con episodios como el de hace un rato, si llegaré a verlo todo, solo vislumbro pocas de nuestras vidas, desde tu relato, la de ese bello judío y el soldado, ese amor imposible que me costó la vida y tu dolor, tantas  veces te dejé y tuviste que esperar a que reencarnara. Me diste la vida eterna, se la diste a los chicos, a Dora y a Cuca, cómo no entender que te duela no poder otorgarla a los amigos, pero en tu sabiduría sabes que no es hoy para todos, como casi estoy seguro de que tras estas muertes no hay nada sobrenatural, que eso ya terminó en el sur, solo humanos que pretenden erigirse en dioses con esa Tabla, pero en  tu visión, sueño o lo que fuere dices que Ana corre peligro y te creo.

No temas mi hombre eterno, venceremos al mal, gracias a Camila nos pusimos a prueba, solo resta pegarnos a Ana para que no le hagan daño. Es lógico que si asesinaron a su padre y examante ahora crean que ella heredará esos tesoros y apuntarán a matarla, sin saber que en esa carta Maler le redime de la responsabilidad, y le habla de vos y de tu propósito en su camino. Solo que ellos no te conocen, cuidaremos de ella, y luego meteremos preso al o a los asesinos de su padre. Me dijiste que dejarás el tesoro donde todo comenzó, y no te entiendo amorcito, ¿cómo saber dónde comenzó algo eterno? No quiero atormentarte con preguntas, y esperaré, ya lo sabremos supongo, como también si nuestros hijos se vienen eligiendo desde siempre como vaticinó Gaby.

Sos tan hermoso, y a veces tan vulnerable que temo, sin embargo cada día me siento más enamorado de este hombre que es tan dulce  como la miel que brota de sus labios y despierta a las abejas que habitan  mis entrañas, desencadenando unas ganas incontrolables  de querer besarle  una y otra vez y no detenerme jamás.__ Guillermo lo contempló con devoción__. Esto también pasará mi vida, lo prometo, y nos casaremos en el sur, y terminaremos la casa del delta, y disfrutaremos de los chicos, de la eternidad, duerme precioso… esto también pasará.

 

Eres mis alas, la libertad__ musitó Pedro sorprendiéndolo__. Eres la calma en mitad de la tempestad. La confesión del silencio a gritos. El estremecimiento del amor más absoluto, un manojo de contrariedades que adoro. Eres risa, secreto y verdad. Eres certeza, y fortuna. Eres refugio en mitad de mis pesadillas, isla en mitad del océano, agua en mitad del desierto. Eres mi hogar. La salvedad en la promesa, el enigma a descubrir en cada mirada. Un alma que se derrite sin necesidad de fuego. Eres el podrá o no, en un regreso sin espera. Eres la llave de todos los candados. Eres fuerza, relevo y apoyo. Eres la mano que cojo, el descanso en el hombro. Eres seguridad, sin distancias. Eres viaje, billete de idas y venidas,  pero sobre todo de vuelta. Eres la tregua, bandera blanca. Eres los cuatro elementos de la naturaleza, contenido y continente, así como todos los ríos que desembocan en mi cuerpo. Eres beso, caricia y abrazo. Eres la locura más cuerda que conozco, pero sin ataduras, sin jaulas. Eres timón sin anclajes. Eres brújula, mapa, ubicación que me recuerda cómo regresar. Eres oro, y el tiempo que vale. Eres la química de mi tabla periódica. Eres horas, minutos y segundos. Todos. Eres ganas. Eres sábanas, mañanas y suspiros. Eres medicina, cura y salud, el bien que me haces y yo a ti. Eres arte, poesía e inspiración. Esos ratitos en los que me pones frente al mundo para protegerme. El consejo de no sentir tanto para que las decepciones no me hieran Ese verso, en mitad de tu prosa y mi mejor metáfora. Eres vida, la mía.

__ ¿Pedro?

__ Maraña de gritos, al susurro del eco, de esa voz que disfruto, que me embelesa, me vuelvo sensible pues es cántico celestial a mis sentidos, tus manos  develan mis caderas, en la premura de tus dedos, el deseo cilicio en que rodeas mi cintura, aspiro tu olor maduro, gozo los destellos con la pupila abierta, me embriago con el agua de tu espalda, tu piel decanta humedad, fósforo vivo que enciende mi hoguera, vislumbras los brotes del durazno, tejiendo redes de saliva, yaces en mis muslos, ofrendándome. Siendo tú, mi sustancia. Exploras el denso espectro de sintonías, me atrapas entre fulgores, mitigas mi sed con tus besos, mi alma oyente queda temblando, te añoro, me estremeces, melodías en todos los hormigos, me dejo invernar en las noches, me aguarda tu poder, deseando a ti que fulges siempre, fundidos a una presencia espesa, labios rendidos, que empiezan como juego escalando tus escalofríos,  mares de aguas embravecidas, distiéndete en mis montes, avariciando tu cuerpo.

No puedo defenderme de tus ataques, me rindo en tus ramas ¡mi amante! lo que más deseo..., es no desearte, placer inexplicado, amor inexplorado, mi respiración se turba, comenzamos el juego de lo prohibido, logramos ensamblarnos en un milagro disfrazado de pecado, me habitas, me descifras, adheridos al compás del tiempo, perturbas las ideas, mi cordura sufrió rapto de tu virilidad inevitable, es la combinación perfecta. Marcas consagradas de furtivo encuentro, oscuridad susurrando tu nombre, promesas que resuenan, tu piel es mi fortuna, mi cálido abrigo, tu presencia etérea desordena mi vida, el aire es blanco, mi paisaje negro, navego en un letargo sueño donde solo existes, soy adicto a lo que sea, renovados bríos en una noche infinita. Te pienso todo el día y hablo contigo aun cuando no estás presente, es algo que la gente cuerda  no hace comúnmente pero esta locura que me invade a la que he puesto tu nombre me lleva hacer cosas diferentes, tal vez así debiera ser el amor sentir sin importar  lo que diga la gente entregarse al ser amado  en cuerpo y mente.

__Me recuerda a tus estados en el Sur, mientras sueñes conmigo, y no huyas como allá hacías a veces, suéñame tesoro, que mañana será mejor, te amo como sos hoy,  y como seas en la eternidad.

 

 Guillermo sin palabras y sin indagar si estaba dormido,  lo atrajo hacia sí suavemente, lo acopló a sus rincones, observó cómo su pecho subía y bajaba tratando de amoldarse al ritmo, tan bello…  despeinado, con las mejillas arreboladas, los labios entreabiertos, y aun en ese estado sus cuerpos se reconocieron de inmediato, estaban hechos uno a la medida del otro. Guillermo se acercó, lo olió, le acarició con suavidad de pluma primero con la nariz, dejó que su aroma se inmiscuyera lentamente en sus fosas nasales y lo inundara milímetro a milímetro. Le besó la nuca y el cuello suavemente. Pedro seguía con los ojos cerrados, en su ensoñación sabía que siempre lo necesitaba, lo dejaba hacer sin resistencia, arqueó la cabeza, dejó que su cuello se convirtiera en un templo, lo abrazó. Guillermo le rozó los labios despacio. Fue un beso infinitesimal, minúsculo y personal que despertó los sentidos, que no los dejó pensar, Pedro abrió los labios y todo su ser le dio el permiso para ingresar.

 

Domingo 21 de agosto de 2016.

 

Llegaron a Buenos Aires en el vuelo de las quince horas, sin saber qué sucedería en las próximas, mas sí que debían estar listos.

 

__ ¿Le contaste todo a Analía y a solas?__ susurró Guillermo a Pedro.

__Sí amor, no sé hasta dónde pudo entender, no es nada simple, pero creo que pudo unirlo a las palabras de la carta, al rol que juego en esto y en esos tesoros, y que en el fondo se siente aliviada al saberse liberada de semejante responsabilidad_ le dijo en el mismo tono__, me prometió no decírselo a nadie, ni a Gutiérrez, él se ve preocupado, pero ella no termina de confiar, también me pidió que atrapados los asesinos, los  llevemos a la cárcel, y le tranquilicé al respecto,  no mucho más.

__ A mí me contó  que  Belén fue a la casa del padre  y entrevistó a los empleados, a Martha que es ama de llaves que todo dispone, que le dijo que antes de su muerte, Rubén Maler lo había llamado, pero que ella no sabía nada más, no es mucho lo que encontraron allí.

 Hay que ir desde acá mismo a la Editorial, allí está el secreto _ convino Guillermo.

 

Salamanca.

Los pasos se perdieron entre los corredores oscuros de la Universidad Pontificia. El hombre caminó con prisa pero firme, por esos túneles familiares, sin embargo jamás había creído ser él quien convocara al consejo para resolver lo imponderable de la situación que los acechaba.

El silencio del pasaje y su oscuridad no lo amedrentaban. La decisión que tenía que tomar, sí. Sus pensamientos se interrumpieron cuando la luz amenazaba desaparecer y se abrió la puerta que lo condujo al reducto subterráneo. Recorrió el pasadizo casi de memoria mientras dejaba que sus ojos se acostumbraran a las sombras y reflexionaba respecto de los pasos a seguir. Había evaluado pros y contras de la situación en la que se encontraban y el peligro de quedar al descubierto después de haberse movido en las sombras por tanto tiempo. Salir a  la luz no era una  opción. Que el secreto mejor guardado de la humanidad y de la cofradía se hiciera público era un error que no podía cometer. Ensimismado en ello, no notó que había llegado a la estancia donde los cuatro acostumbraban a reunirse. Buscó su eje. Debía estar sereno, dejar que su mente se tranquilizara y que sus ansias no lo traicionaran.

Dedicó unos segundos a adecuar los ojos a la penumbra, logró divisar a tres personas que lo esperaban en la habitación en la que desembocaba el túnel.

Saludó sin palabras y los invitó a acomodarse.

Los miró con parsimonia, como si lo que iba a decir no pudiera ser articulado con la suficiente coherencia para transmitir la gravedad del problema. Los demás esperaban, respetuosos.

Ubicados alrededor de una mesa apenas iluminada, y sin otra compañía que el silencio de las paredes del siglo XIII que los cobijaban, los cuatro se miraron, hacía  más de cincuenta años que no se reunían, mas el espíritu era el mismo.

 

__Creemos que Rubén Maler logró descubrir dónde Holmberg escondió los libros __ dijo Disco__. Y que se lo transmitió a la criminóloga, a Analía. Aróbaro le sigue los pasos muy de cerca.

 

No hubo respuesta de los demás. El consejo estaba reunido después de medio siglo y debía actuar.

Mantuvieron las miradas, como evaluando cuál sería la manera más rápida y eficaz de evitar que el secreto saliera a la luz.

 

Disco  se había acostumbrado a la penumbra del recinto. Los cuatro continuaban deliberando. Habían transcurrido cuarenta y ocho horas desde el llamado que les informó la nueva situación y el peligro al que se enfrentaban. Estaban de acuerdo: la verdad no podía darse a conocer. Debían aprovechar la oportunidad para descubrir el sitio donde se ocultaba la amenaza más grande  a su círculo y las verdades que pregonaban.  Para eso debían encontrar a Analía y saber qué había averiguado. Ya lo habían hecho con los otros dos hombres. Una muerte más no les preocupaba.

La cofradía había luchado durante siglos para descubrir dónde la mujer había ocultado aquellos manuscritos, pero sus mayores esfuerzos se habían concentrado en evitar que se supiera que ese material había sobrevivido al gran incendio.

Habían pasado siglos y si bien no sabían dónde estaba oculto aquel botín, en los últimos cien años habían estado siguiendo los pasos de un singular grupo de hombres que se había abocado a su custodia.

Y cuando por fin creyeron que el paradero del tesoro estaba a punto de llegar a sus manos, Federico Zaldívar Maler _uno de los últimos guardianes__ desapareció de la tierra y la pista se perdió por años. Sin embargo, el error de este fue develar el secreto a su nieto, quien junto al padre de Analía, emprendió nuevamente la búsqueda. Ahora, la amenaza de Ana, de que diera ella a conocer el resultado de esa búsqueda y mostrara las pruebas ocultas por siglos ponía en vilo la seguridad de La Legión.

 

__Debemos actuar rápido __ dijo Disco mientras bebía el vino sobre la mesa__. Hay que evitar que devele el secreto.

 

__Tampoco estamos seguros de que realmente sepa algo _ contestó otro de ellos.

__No podemos correr el riesgo. Monseñor está a la espera de la respuesta. Tenemos que decidir qué hacer con ella cuando la ubiquemos.

__Si es que lo hacemos _ volvió a interrumpir el hombre__. Creo que es más inteligente de lo que pensábamos. Hace más de un siglo que estamos tras los pasos de este grupo y cuando creemos que tienen algo, se esfuman. Estábamos tan cerca de saber…

__No pierdas las esperanzas, mi querido Can… van a caer. Y con ellos, todos sus secretos.

Aróbaro no le pierde rastro. Apenas sepa dónde están los libros, todo esto termina.

 

Observó su reflejo en el espejo. Ya no sabía quién era. Reconocía el rostro anguloso, las cejas tupidas y los ojos grises. Pero no sabía quién era. En algún punto de la misión había perdido el rumbo. Quince años dormido era demasiado tiempo, aun para él. Le había tomado el gusto a la vida común, a ser uno más. Cuando abandonó las misiones que le encargaba el Vaticano para convertirse en otro, ansiaba la llegada del día en que recibiera la orden de entrar en acción, pero ya no más. Debía tomar una decisión. No podía pasar más tiempo encubierto.

 

ANOTACIONES DE PÉRGAMO.

EGIPTO, ALEJANDRÍA 415, d.C.

 

Bajo la luz del candil, los vellums acumulados en las treinta canastas de mimbre parecían papiros ordinarios. Teón y Orestes observaron el legado de Hipatia que había logrado escabullir del Serepeo los trescientos manuscritos elegidos por el grupo de sabios para dar origen a la biblioteca de Pérgamo, el nuevo centro donde el conocimiento para todo ciudadano del cosmos se establecería.

Teón se desplomó sobre el banco y bebió el shedeh que le ofrecían. Intentó seguir la conversación de uno de los sabios que planificaba la salida de los manuscritos de Alejandría pero le fue imposible Estaba demasiado cansado y atormentado por la muerte de su hija. Se concentró en el escriba y su aprendiz, en la forma en que grababa la piedra, martillando el cincel con gracia armónica. Lo observó terminar el trabajo e incorporarse, para luego acercarse a Orestes.

El gobernador recibió el pinake y reparó en la prolijidad del grabado, la certeza de las líneas cuneiformes, la tesura de la piedra. Con la yema del dedo índice, recorrió la hendidura que formaba el nombre del último manuscrito. Sonrió. Levantó la cabeza y miró las cestas.

Frente a la obra de Aristóteles, del astrónomo Hiparco, de pensadores como Euclides, Herófilo y Apolonio... Los tres volúmenes de la historia de Beroso, el sacerdote babilónico.

Había cientos de manuscritos, y el más importante, el último, el que Hipatia había logrado rescatar… la obra completa de Hermes Trismegisto y la Tabla Esmeralda.

Hizo un movimiento de cabeza, y, en absoluto silencio, dio la orden para que partieran. Los sabios empezaron su viaje, los manuscritos abandonaban Alejandría esa misma noche.

 

Bs. As.

 

Las oficinas de la editorial estaban desiertas. Antonio tomó su juego de llaves y abrió las puertas sin inconvenientes. Ingresaron al edificio y Analía, que en su mano llevaba el plano que Maler le había dejado, se aproximó al panel eléctrico y encendió la luz del edificio. Tomaron el ascensor  hasta el piso donde se situaba la oficina del padre de ella.

 Entró Gutiérrez, encendió la luz, y Analía desplegó el plano sobre la mesa del escritorio.

 

__La habitación debería estar detrás del escritorio de papá _ dijo Analía convencida__. Pero ¿dónde?

Gutiérrez se acercó a la pared tras el escritorio y recorrió la tersa madera. Analía lo imitó. A simple vista no había nada, sin embargo_ adujo Guillermo que se había sumado__ la madera del panel principal era hueca.

 

__Hay algo del otro lado _ avisó el abogado.

__Es la habitación del plano. Tiene que haber una puerta secreta. Una manera de entrar.

 

Analía se alejó, caminó hacia atrás y se paró en la puerta de entrada a la oficina, quería ver la habitación completa. Si su padre y Rubén conocían de la existencia de ese cuarto, entonces debería haber algún indicio que le indicara esa entrada. La madera no tenía aberturas ni zonas de desgaste, tampoco parecía haber un acceso oculto al tacto.

 

Miró la alfombra. Junto a la biblioteca de su padre había una zona desgastada, y no parecía ser un área de tránsito. Sin embargo, la alfombra estaba erosionada. Se aproximó, se arrodilló  y siguió con los dedos la tela raída que formaba un semicírculo, exactamente el ángulo de giro de la biblioteca si se movía hacia delante.

 

__Guillermo _ dijo Analía__, la biblioteca… la entrada al cuarto secreto está atrás de ella.

_Pedro, ayúdame.

Se aproximaron hacia el mueble y lo movieron. Apenas lo hicieron, el marco de una puerta se materializó ante ellos.

Terminaron de mover la biblioteca y Analía abrió la puerta. Adentro había una oficina equipada con escritorio, lámpara, sillón y una caja fuerte.

 

__Papá tenía otro despacho _ se asombró Analía __, y nunca me lo dijo.

__ Tu padre no deja de sorprenderme _ agregó Gutiérrez.

 

Encendieron la luz. Ante ellos se iluminó una habitación ciega, sin otra ventilación más que un ventiluz pequeño. Junto a una pared se ubicaba un escritorio antiguo mas en perfectas condiciones.

__ Recuerdo ese escritorio __  musitó Analía__, lo he visto antes en casa. Es una réplica del que tiene el escritor Carlos Correa Luna, el director de la revista caras y caretas en el año… 1903.

__ ¿La carta de Roca a Holmberg no está fechada en 1903?__interrogó Guillermo.

__Mejor todavía, Carlos Correa Luna estaba casado con la hija de Eduardo Ladislao Holmberg.

__Analía, ¿cómo sabes esas cosas? _preguntó Guillermo mientras Pedro permanecía embargado de una extraña inquietud.

__Papá estaba obsesionado con la vida de Holmberg. Leía y releía cada nota antigua, cada escrito, cada libro del científico, es más Monalisa, puede ser…

__Algo tomado del libro Olimpio Pitango de Monalia… _ adujo Guillermo__, bueno también pudo venir de Monalisa directamente.

__No, pero el escritorio, papá me dijo que lo enviaría a restaurar porque estaba desvencijado. Estuvo en casa unos días, y después claro, nunca más lo volví a ver. Ahora recién sé por qué…

__ ¿Y cómo sabes que es una réplica?

__Porque él solía contarme historias de esa gente. Carlos Correa Luna se lo regaló a Justo Beltrán para la época en que se convirtió en director de la revista, y parece ser que este ponderó el mueble en una reunión y el escritor le mandó a hacer una copia… El escritorio original se encuentra en poder de la familia, pero este es igual de valioso.

__Es extraño.

__ ¿Qué? ¿Qué el yerno del hombre que ocultó el tesoro más valioso de la humanidad le enviase de regalo al custodio del libro con la ubicación de los manuscritos, un antiguo escritorio?

__Exacto _  afirmó Guillermo.

__Sí que lo es, sé lo que crees, me doy cuenta que es más que un escritorio, es otra clave.

 

Analía se ubicó en la silla de madera frente al escritorio y empujó la cortina de varillas de roble hacia arriba. Al abrirla, quedaron al descubierto tres compartimientos para papel carta cuya utilidad original sería guardar pluma, tinta, papel secante.

Recorrió la madera suave, buscó una hendija, un relieve, algo que indicara un doble fondo o algún sitio secreto, y ahí, bajo tres pequeños cajones, su mano percibió una minúscula abertura, casi invisible. Corrió la madera hacia atrás y un panel falso se deslizó hacia dentro del mueble, en el centro del escritorio, un libro y una tabla.

Los tomó con extremo cuidado. El libro era antiguo, la tabla era arcana, Pedro asintió a una seña y se acercó a estudiarlos. Envuelta en una seda suave a tacto y vista, la desplegó.

Pedro quedó atónito, se acercó, encendió la luz del escritorio y lo supo.

 

__Es un pinake.

__ ¿Crees que es original? __ le preguntó Guillermo.

__Si mi griego no falla, si es lo que parece…

__ ¿Qué es lo que parece?

__ Es un catálogo de libros, Analía. El primer catálogo de libros creado por el hombre fue hecho en Alejandría, por Calímaco, en el siglo cuarto después de Cristo. Si interpreto bien, este es un listado de varios manuscritos antiguos.

__Los códices que rescató Hipatia de Alejandría __lanzó ella.

 

Pedro asintió. Se acercó aún más  a la tabla, la observó anonadado, y ella abrió el libro, en su tapa se leía: ELH

__Eduardo Ladislao Holmberg.

__Encontramos el mapa del tesoro.

__

Se recostó sobre la cama y dejó que el cuerpo se relajara. Despacio, tratando de que la ansiedad y adrenalina del día se filtraran  por las sábanas, inspiró, dejando que el aire llenara los pulmones y la invadiera. Luego exhaló la pesadez de esas horas.

No podía dejar de pensar. ¿Qué pasaría si el mundo descubría los saberes ocultos de los códices alejandrinos? No había recibido instrucciones de su contacto todavía y eso también le resultaba desconcertante porque sabía que Analía estaba cada vez más cerca de los libros, y si los encontraba, los entregaría al mundo, y de eso no habría vuelta atrás.

Volvió a concentrarse en su respiración rítmica, aflojó los brazos, las piernas y se entregó al descanso. Los latidos se volvieron lentos. Su mente dejó de pensar, necesitaba descansar antes de recibir la orden de matar a Analía.

No iba a ser fácil. La habían entrenado para ello, para actuar con sigilo en las sombras y obedecer, pero en algún momento había cruzado el límite y conocía demasiado a la víctima. “Casi de toda su vida”, susurró en la oscuridad. Era demasiado tiempo al servicio de La Legión. Sin mencionar que su padre y su abuelo habían sido importantes hombres de la agrupación.

Al entrar en la adolescencia, a los veinte años, antes,  conoció al padre de Analía. El magnate había quedado viudo y tenía una hija de cuatro años, de ojos tristes, callada, nunca iba a olvidar el primer día en que la vio. Disco le enseñó el lugar donde vivía la familia, luego le explicó qué debía hacer. Y sí, habían pasado treinta años. Treinta años en silencio, en las sombras, escuchando lo que no se debe oír, informando los pasos de cada uno de los señalados.

El padre de Analía había sido uno de los marcados y ya estaba muerto. Analía también, y debía morir.

Se removió en la cama pensando en cómo sería quedar fuera de La Legión. Disco no lo permitiría, nadie salía de ella.

Su habitación en penumbras era el único sitio en que se permitía ser quien era, allí no había misiones que cumplir, datos que informar o personas que seguir, un refugio. Cuando pensaba que al fin dormiría, el celular la espabiló. Un mensaje… Había llegado la hora de actuar.

 

__

__Toma, Pedro, esto me supera.

 

Pedro tomó el libro y lo abrió. En las páginas primeras encontró una traducción del pinake griego.

 

__Y sí, sin dudas, son los libros que rescató Hipatia. Arquímedes, Euclides, Eratóstenes _ dijo leyendo en voz alta la lista de títulos traducida al español.

__Dios, si Holmberg guardó estos manuscritos, este sería el descubrimiento del siglo.

__La Tabla Esmeralda _ musitó Pedro y su mirada se enganchó a la de Guillermo.

__ ¿Perdón? __ le respondió este.

__Acá dice que Hipatia, el pinake dice… que Hipatia logró rescatar la Tabla Esmeralda, un texto atribuido a Hermes Trismegisto.

__Pero muchos ya hablaron de ella __ adujo Gutiérrez.

__Pero  ¿la encontraron? ¿Realmente alguien estuvo en poder de ella?

__No __reconoció Gutiérrez__. Jamás se la ha encontrado, los escritos previos fueron meras suposiciones.

__ ¿Y qué se supone que es exactamente la Tabla Esmeralda Pedro? __ preguntó Analía.

__Es un  texto críptico, corto, que busca revelar el secreto de la sustancia primordial y sus transmutaciones.

__Está hablando de alquimia pura __ aclaró Guillermo__, su abuelo lo era, alquimista _ continuó__, está hablando de convertir cualquier  metal en oro.

 

__No solo eso __ aclaró Pedro, es eso, y el secreto de la vida eterna.

__Mitos _ dijo ella.

__No sé, es un manuscrito que se pensaba perdido, y el que lo posea será muy poderoso… ¿sabes la cantidad de gente que ha buscado esta Tabla?

 

Gutiérrez disimuló un movimiento y emitió un mensaje.

Pedro pensaba, el sueño de su abuelo, la verdad que estaban por desatar era descomunal, no podía asignarle la magnitud que se merecía. Estaba preparado, pero era tan grande que escapaba a su razón, lo había soñado, pero necesitaba pensar, continuaba absorto en el libro, lo revisaba atentamente, a simple vista no había nada. Y recién entonces lo vio. Reconocería esa frase en cualquier lado: in aggregatis evolutio máxima. Pedro se lo recalcó a Analía que lo miró atónita.

 

__Es la frase que leí en primer lugar en la caja de recuerdos de Rubén, está impreso en un antiguo folleto del Instituto de Botánica Darwinion. Abrió el panfleto, leyó la historia del lugar.

El fundador del instituto, fue discípulo de Holmberg.

__Vamos _ decidió Guillermo__, tenemos que ir a San Isidro.

 

Antes de salir Analía tomó la laptop de su padre y la introdujo en su bolso. Tomaron el coche de Gutiérrez y partieron raudamente hacia el instituto de Botánica en Barrio Parque. Mientras Analía buscó información en internet.

__La biblioteca del lugar se llama Eduardo Ladislao Holmberg, ahí tenemos que entrar.

__No va a haber nadie, es  domingo.

__No pensamos pedir permiso _ dijo Guillermo.

__Claro __ aclaró la amiga, conozco el instituto, Rubén me llevó hace años. Es una casa en un barrio residencial, no creo que encontremos ni guardias. Será fácil entrar.

 

__

Luego de recibir la orden que había estado esperando por años, al encender el motor inició el  dispositivo de rastreo en la computadora de Analía.

No había sido fácil colocarlo, pero una vez que lo logró al violar la seguridad virtual de la máquina, instaló el software espía y colocó un GPS para localizarla en cualquier momento.

Iba rumbo al norte, rápidamente, estaba en un auto. Enfiló hacia el lugar y sonrió, en un par de horas, Analía y sus acompañantes, no serían más un problema, de esos dos nuevos apenas averiguó que eran abogados, y rio.

Encendió el motor y sus tres compañeros de misión  se acomodaron en silencio. Su celular vibró. Aróbaro, su contacto desde hacía más de diez años era exacto en sus datos, le pasó los datos del coche. No lo conocía en persona, no sabía su alias ni dónde estaba su base, pero en su mundo era casi un amigo.

Arrancó el auto y partió en busca de su objetivo.

 

__ ¿Qué buscaremos allí? __interrogó Analía.

__El mapa, el mapa del tesoro _ murmuró Pedro, y un escalofrío le recorrió la espina dorsal, Guillermo le tomó la mano__. Guille, no necesito decirte que estamos en peligro, ¿verdad?

__ ¿Nosotros?

__Todos, pero nosotros no moriremos, no pierdas de vista a Analía por favor, en determinado momento deberíamos llamar a la policía, aunque…

__ ¿Aunque?

__No pueden ver… No debería nadie ver la Tabla.

 

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.

 CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO.

ESCENAS EXPLÍCITAS.