“LA HERENCIA”.
"La melancolía de una vida
demasiado corta para tantas bibliotecas. Cuando crees que has aprendido
plenamente cualquier cosa, la cosa lo mismo que un iceberg tiene un pedacito
por fuera y te lo muestra, y el resto enorme está más allá de tu límite."
Rayuela, Julio Cortázar.
“Ya ves.
nada es serio ni digno de que se tome en cuenta,
nos hicimos jugando todo el mal necesario
ya ves, no es una carta esto,
nos dimos esa miel de la noche, los bares,
el placer boca abajo, los cigarrillos turbios
cuando el cielo raso tiembla la luz del alba,
ya ves,
yo sigo pensando en ti,
no te escribo, de pronto miro el cielo, esa nube que pasa
y tú quizás allá en tu malecón mirarás una nube
y eso es mi carta, algo que corre indescifrable y lluvia.
Nos hicimos jugando todo el mal necesario,
el tiempo pone el resto, los oseznos
duermen junto a una ardilla deshojada.
*Julio Cortázar /
Blues for Maggie /
en Papeles Inesperados”.
"Y tú, con delicadas pinzas de paciencia me arrancas
los dientes, las pestañas, me desnudas
el trébol de la voz, la sombra del deseo,
vas abriendo en mi nombre ventanas al espacio
y agujeros azules en mi pecho
por donde los veranos huyen lamentándose."
los dientes, las pestañas, me desnudas
el trébol de la voz, la sombra del deseo,
vas abriendo en mi nombre ventanas al espacio
y agujeros azules en mi pecho
por donde los veranos huyen lamentándose."
Julio Cortázar.
CAPÍTULO QUINCE.
__ ¿Qué piensas hacer para las
fiestas?
__Pues, en verdad no he pensado
en ellas, me gustaría pasar la Navidad con mis padres, estoy poco con ellos _le
dije esperando que viniera conmigo.
__Me parece perfecto, y para
año nuevo, podríamos ir a La Costa. ¿Quieres? _me preguntó.
__Pues sí, rendiré a mediados
de mes, y nada me gustaría más.
__Bien, yo viajaría primero con
Fabián, y luego podrías reunirte con nosotros. ¿Qué te parece?
Reflexioné un instante, luego
asentí despacio. No supe por qué no viajar los tres juntos, pero me siento
compenetrado con él, me asombraba de la enorme confianza que le tenía.
__ ¿Y qué haríamos? __preguntó
él mirándome embelesado mientras yo me arrojaba a sus brazos.
__Tú ganas, como siempre.
__Yo me encargaré de todo.
Pasarás las Navidades con tu
familia mientras llevo a Fabián a la Costa, alquilaré una casa, y te reunirás
con nosotros en Nochevieja. En esos días le hablaré de vos, de nosotros
_prometió.
__Guille, ¿por qué quieres que rinda y estudie? Te
avergüenza que sea mozo, es eso, ¿verdad? _El impacto de la realidad de nuestros
mundos diferentes me dio de lleno en el pecho.
__Qué dices, Pedro. Quiero que hagas lo que deseas, es tu
ilusión, por algo tenías rendido el ingreso. Me dijiste miles de veces que
deseabas ser abogado. Fuiste a mi hotel buscando mejor paga y quizás el horario
que te dejara cursar. ¿Cómo me avergonzaría de que seas mozo si así te conocí y
me enamoré de vos? ¿Es lo que de veras quieres para toda tu vida? Hazlo. Las
puertas de mis hoteles siguen abiertas.
__No, Guille, es verdad, disculpa, es que nuestros mundos
y nosotros somos tan diferentes que me pregunto si el amor alcanza para
amalgamarlos, nada… no me hagas caso.
Supongo que estoy nervioso por el examen, es solo eso.
__A más diferencias, mayor completitud del ser, cielito.
Nada aprendería de unirme a un ser idéntico amén de aburrirme a los cinco
minutos, vos me asombras a cada instante y eso me enamora, que avances firme
por un sendero, y que despiertes mi curiosidad por saber hacia dónde irás
porque no puedo preverlo.
__Puede ser, ojalá tengas razón, espero no defraudarte,
es verdad que no quiero ser mozo toda la vida aunque ningún trabajo es una
deshonra.
__ ¿Cómo definiría al amor en pocas palabras? __ Le
preguntó el conductor de aquel programa televisivo dedicado a la literatura, al
entrevistado, un afamado novelista.
__ El amor no existe, -respondió e hizo una mueca en la cual el escepticismo se reflejó con crudeza irrefutable.
El periodista gesticuló dando a entender que no creía haber escuchado esa respuesta, hizo una pausa y repreguntó:
__ ¿Perdón?
__ El amor no existe, -repitió el autor acentuando la frialdad en sus palabras.
__ A ver… a ver… -respondió el periodista mientras reconfiguraba la respuesta de su entrevistado y trataba de amoldarla a su prejuicio. -Usted que escribió tantas novelas de amor, a quien el mundo literario conoce justamente por sus apasionantes enredos amorosos volcados en papel. Usted que es un referente de la poética romántica por excelencia, me dice que el amor no existe. Jamás imaginé esa respuesta saliendo de su boca, creo que ninguno de los televidentes tampoco, me quedé helado.
Señalando a uno de sus asistentes le pide que ponga un video que tenía preparado para otro momento de la entrevista.
__ Fíjese, esos son algunos de los miles de comentarios que la gente está dejando en nuestras redes sociales desde que anunciamos que usted sería el entrevistado.
Le señala un monitor y comienza a parafrasear: “Lo admiro de corazón {…} sus historias de amor me conmueven, gracias” Otro: “Querido….: antes de leer tus novelas no creía en el amor pero ahora siento lo que tus personajes sienten, te doy gracias por enseñarme a amar” y así podría seguir horas. ¿Cómo es esto posible? ¿No cree en el amor? -el periodista mira a su alrededor, como esperando que alguno de los asombrados espectadores circunstanciales atraído por la relevante figura pública presente, le explique qué estaba sucediendo.
__ El amor es una ilusión –continuó el escritor mientras se volcaba sobre la mesa y apoyaba sus codos sobre la misma como preparándose para una extensa explicación. -Hablo del amor romántico, por supuesto, es como un espejismo, una imagen que nos acostumbramos de chicos a seguir, a tratar de atrapar pero que en realidad, como no existe, nos pasamos la vida tras ella y al final, solo estamos frente a la muerte usted, yo, el que sea, con ese sentimiento de haber amado o haber sido amado y a la par un hueco, una profunda fosa que nos chupa, y no hablo de la tumba sino del sentimiento de no haber encontrado lo que buscábamos aunque la ilusión nos hace querer creer que sí. Usted seguramente va a empezar a enumerarme a parientes, amigos, personalidades y sus años de matrimonio etc. etc. Los viejitos… sesenta años juntos, ¿eso es amor? Cincuenta años juntos, no se olvide que somos animales de costumbre nada más que eso, si usted llevase esos años una bola de hierro atada al tobillo, ¿estaría todo el día durante ellos pensando en cómo deshacerse de ella? No, la terminaría aceptando como parte de su vida pero… ¿la amaría?, la respuesta es obvia. Sesenta años juntos no significa amor, significa costumbre. Recuerde el perro de Pavlov, respuesta condicionada. Si uno desde chico escucha la palabra amor y ve una pareja besándose, tu mamá te repite vez tras vez: “Ya te vas a enamorar”, o a la tía diciendo “Ay estoy tan enamorada”, cuando uno besa por primera vez no hace falta mucho para confundir una necesidad fisiológica u hormonal, como más le guste, con amor y ¿qué piensa? “Esto es amor”; y el burbujeo en el estómago que no es más que una respuesta condicionada como la sensación de hambre cuando uno ha comido bien hace poco, nos hace pensar que estamos enamorados. Como el hambre se satisface comiendo, el supuesto amor se satisface teniendo sexo y cuando el físico no da más, seguimos diciendo “amor, amor”, años, años, toda una vida juntos, cuando en realidad en algún punto de la relación ese supuesto amor romántico se transformó en amistad, pura y sencilla amistad, en el mejor de los casos, en la mayoría… resignación.
__ El amor no existe, -respondió e hizo una mueca en la cual el escepticismo se reflejó con crudeza irrefutable.
El periodista gesticuló dando a entender que no creía haber escuchado esa respuesta, hizo una pausa y repreguntó:
__ ¿Perdón?
__ El amor no existe, -repitió el autor acentuando la frialdad en sus palabras.
__ A ver… a ver… -respondió el periodista mientras reconfiguraba la respuesta de su entrevistado y trataba de amoldarla a su prejuicio. -Usted que escribió tantas novelas de amor, a quien el mundo literario conoce justamente por sus apasionantes enredos amorosos volcados en papel. Usted que es un referente de la poética romántica por excelencia, me dice que el amor no existe. Jamás imaginé esa respuesta saliendo de su boca, creo que ninguno de los televidentes tampoco, me quedé helado.
Señalando a uno de sus asistentes le pide que ponga un video que tenía preparado para otro momento de la entrevista.
__ Fíjese, esos son algunos de los miles de comentarios que la gente está dejando en nuestras redes sociales desde que anunciamos que usted sería el entrevistado.
Le señala un monitor y comienza a parafrasear: “Lo admiro de corazón {…} sus historias de amor me conmueven, gracias” Otro: “Querido….: antes de leer tus novelas no creía en el amor pero ahora siento lo que tus personajes sienten, te doy gracias por enseñarme a amar” y así podría seguir horas. ¿Cómo es esto posible? ¿No cree en el amor? -el periodista mira a su alrededor, como esperando que alguno de los asombrados espectadores circunstanciales atraído por la relevante figura pública presente, le explique qué estaba sucediendo.
__ El amor es una ilusión –continuó el escritor mientras se volcaba sobre la mesa y apoyaba sus codos sobre la misma como preparándose para una extensa explicación. -Hablo del amor romántico, por supuesto, es como un espejismo, una imagen que nos acostumbramos de chicos a seguir, a tratar de atrapar pero que en realidad, como no existe, nos pasamos la vida tras ella y al final, solo estamos frente a la muerte usted, yo, el que sea, con ese sentimiento de haber amado o haber sido amado y a la par un hueco, una profunda fosa que nos chupa, y no hablo de la tumba sino del sentimiento de no haber encontrado lo que buscábamos aunque la ilusión nos hace querer creer que sí. Usted seguramente va a empezar a enumerarme a parientes, amigos, personalidades y sus años de matrimonio etc. etc. Los viejitos… sesenta años juntos, ¿eso es amor? Cincuenta años juntos, no se olvide que somos animales de costumbre nada más que eso, si usted llevase esos años una bola de hierro atada al tobillo, ¿estaría todo el día durante ellos pensando en cómo deshacerse de ella? No, la terminaría aceptando como parte de su vida pero… ¿la amaría?, la respuesta es obvia. Sesenta años juntos no significa amor, significa costumbre. Recuerde el perro de Pavlov, respuesta condicionada. Si uno desde chico escucha la palabra amor y ve una pareja besándose, tu mamá te repite vez tras vez: “Ya te vas a enamorar”, o a la tía diciendo “Ay estoy tan enamorada”, cuando uno besa por primera vez no hace falta mucho para confundir una necesidad fisiológica u hormonal, como más le guste, con amor y ¿qué piensa? “Esto es amor”; y el burbujeo en el estómago que no es más que una respuesta condicionada como la sensación de hambre cuando uno ha comido bien hace poco, nos hace pensar que estamos enamorados. Como el hambre se satisface comiendo, el supuesto amor se satisface teniendo sexo y cuando el físico no da más, seguimos diciendo “amor, amor”, años, años, toda una vida juntos, cuando en realidad en algún punto de la relación ese supuesto amor romántico se transformó en amistad, pura y sencilla amistad, en el mejor de los casos, en la mayoría… resignación.
En el estudio, el silencio se había vuelto pesado, se palpaba, era casi el protagonista. Sabiendo que le habían pasado la pelota a él, el periodista entrecruzó los dedos de las manos en gesto de nerviosa ansiedad, miró al entrevistado a los ojos y con total sinceridad le dijo:
__ Tengo que admitir que la lógica de su razonamiento me puso a pensar, lo que sucede es que viniendo de usted… estoy perplejo. Un referente del amor romántico diciendo que el amor es un espejismo, que no existe. Me imagino la cara de nuestros televidentes que no debe diferir mucho de la de los presentes en este estudio.
__ Yo entiendo pero, yo también soy parte de la maquinaria si se quiere. Mire, hasta diría que de alguna manera me siento Pavlov, soy uno de los que alimenta el perro y toca la campana que suena “amor, amor”, uno de los culpables de decirle al público en general que el espejismo no es tal, que existe. De chico miré muchas novelas y escuché muchas historias de amor de boca de mamá y de mis tías, qué sé yo.
__ ¿Tenía pensado esta declaración o simplemente surgió? Porque se me ocurre que algo va a generar en sus lectores, ¿midió las consecuencias de su declaración? Veamos qué opinan en las redes sociales… Me avisan por la cucaracha que hay una persona que quiere hablar, alguien que lo conoce a usted. Por video llamada. A ver…
La imagen en el monitor de esa mujer era más nítida para el escritor que para los demás de los presentes y los televidentes en sus casas. El escritor reaccionó ante la imagen y su postura en la silla de invitado se tensó. Miró con atención y desconfianza el monitor, se notaba que pensaba intensamente.
__ ¿Conoce a esta mujer? -le preguntó el conductor rompiendo los segundos de tenso silencio mientras emprolijaba su atuendo, sabedor de que algo intenso estaba por delante, algo le habían adelantado en privado por el intercomunicador.
El entrevistado desprendió el micrófono de su corbata y se incorporó, pretendiendo ser el dueño de una calma que obviamente había escapado al aparecer aquella imagen de mujer en el monitor, quitó el aparato transmisor que le habían colocado en la cintura y se marchó sin demasiada pompa ante la mirada extasiada y aturdida de los presentes. El conductor del programa, haciendo gala de su versatilidad ante los cambios de ruta inesperados, se preparó para entrevistar a la mujer que impaciente esperaba para decir su verdad.
__ Buenas noches, ¿usted es…? –preguntó el periodista dándole paso a la inesperada entrevistada y olvidándose que el, a priori, receptor de sus preguntas, se había marchado intempestivamente.
__ La ex de su entrevistado –contestó ella no pudiendo disimular su nerviosismo. El periodista hizo un gesto como recordando ese rostro, lo había visto varias veces hacía años, era la esposa del escritor. No había podido llegar a preguntarle por ella de quien se había divorciado tantos años atrás.
__ ¿Cómo está señora? -Le preguntó al tiempo que sobre la imagen de ella desplegaban un título que explicaba que se trataba de la ex esposa del escritor. -¿Qué tiene para decir? Seguramente escuchó la declaración de su esposo, perdón de su exesposo.
__ Sí, lo que tengo para decir es que no es verdad que para él no existe el amor. Nosotros nos amamos profundamente y estoy segura que él todavía me ama como yo a él.
__ Su declaración me confunde más aún. ¿A qué se debe entonces que él haya hablado de esa manera? –replicó hábilmente esperando una revelación que sería levantada por todos los medios del país.
__ Nuestro amor era muy intenso en los tiempos en que él comenzaba a ser reconocido como escritor, entonces yo tomé la decisión…
El director del programa y amigo del afamado novelista cortó la entrevista en un acto de lealtad hacia su amigo, recordó que el suyo era un programa de literatura, no de chismes. Dejó, sin dudarlo un segundo, que otros hicieran el trabajo sucio y ganaran puntos de rating. Al volver del corte, el presentador del programa escondiendo su disconformidad por la decisión del director, pidió disculpas por las desprolijidades en el programa y anunció quién sería el entrevistado la próxima semana. Ahora sabía la verdad. Esa primicia la daría otro. Abandonó el estudio pensando en llamar a su ex, tras escuchar a esa mujer, había vuelto a creer en el amor.
__ Yo era así, Pedro, decía que no creía en el amor, y lo
tenía delante en el camino, no era falta de creencia porque sin ella no te
habría hallado. Y por supuesto que no es una deshonra que seas lo que decidas
amorcito, iré a cerrar unos papeles al
estudio, al regresar espero encontrarte de mejor humor, mi precioso.
Guillermo salió, y Pedro se recostó pensativo mirando el
techo.
“La vida pensó, está hecha de gratos momentos y otros que
no lo son tantos.
Dejó de estudiar, en ese instante no le apetecía nada hacerlo y levantando sus brazos se masajeó el cuello pues lo sentía tenso.
El cansancio le advertía que se encontraba de mal genio, así que debía de cambiar de registro para liberar el tedio, sonreír, alegrarse con todas las cosas buenas que sucedieran y por qué no, ser más soñador.
Se quedó pensativo, unos tras otros se acumulaban sus pensamientos que aprisionados por el silencio, luchaban por liberarse y enlazando las palabras poder hacer una frase bien hilada y con fundamento.
Su mirada aguda se volvió chispeante y encontrando un centro visual fijo se dijo:
! Saldré a pasear y así dejaré de fruncir el ceño!
Dejó de estudiar, en ese instante no le apetecía nada hacerlo y levantando sus brazos se masajeó el cuello pues lo sentía tenso.
El cansancio le advertía que se encontraba de mal genio, así que debía de cambiar de registro para liberar el tedio, sonreír, alegrarse con todas las cosas buenas que sucedieran y por qué no, ser más soñador.
Se quedó pensativo, unos tras otros se acumulaban sus pensamientos que aprisionados por el silencio, luchaban por liberarse y enlazando las palabras poder hacer una frase bien hilada y con fundamento.
Su mirada aguda se volvió chispeante y encontrando un centro visual fijo se dijo:
! Saldré a pasear y así dejaré de fruncir el ceño!
Acto seguido se puso a ello. Comenzó avanzar sin rumbo determinado con el convencimiento de que serían gratificantes todos los instantes del resto del día, de esta forma se ampliaría su proceso creador.
Embutido en sus pensamientos, con la mirada al frente y las manos en los bolsillos avanzaba con pasos cortos pero firmes, cuando ante él surgió la imagen de aquel hombre, que de espalda muy quieto miraba al infinito. Solo se movía con la suave brisa reinante su particular, brillante cabellera, que tendría que recortar antes del examen, se recordó.
Se le aceleró el ritmo del corazón y la curiosidad lo hizo detenerse.
Avanzó hacia él con ganas de descubrir su rostro y poder dialogar, pero tenía que buscar una excusa creíble...
! Tropezar, eso era ¡
Con energía empezó a avanzar despacio, con su dedo índice se subió las gafas que siempre tenían la tendencia de ponerse en la punta de su nariz y cuando estaba tan cerca que lo inundó su aroma a colonia, fingió un traspié.
Lo llevó a cabo tan perfectamente, que no pudo agarrarse a ningún apoyo, como peso muerto cayó en el suelo cuan largo era, arrastrando en el accidente al hombre que sorprendido, le miraba con ojos penetrantes y la boca abierta.
! Pasmado se quedó él al verlo, su rostro era único!
Aún sin levantarse le empezó a pedir excusas:! Perdón señor por mi torpeza, di un paso en falso y han sido fatales las consecuencias ¡ Mi nombre es Pedro. _Levantándose, le extendió su mano y al notar su contacto, desestimando las corrientes eléctricas que traspasaron entre ellos, tiró de él hasta verlo a su lado erecto.
El hombre fijándose sin ningún disimulo en él por vez primera, cambió sus gestos y actitud, del asombro y el enfado, pasó a una sonora carcajada abierta.
- Un poco molesto por no entender su comportamiento la increpó: ¿Puedo saber qué le hace tanta gracia, por favor me puede decir su nombre?
Tapándose la boca para que no fuera tan sonora su risa, el hombre mayor serenándose le contestó: ¡Excusas, Pedro ¡ Pero, la situación es muy cómica. Llevas las gafas sin un cristal y tienes la bragueta abierta.
De forma instantánea Pedro se dobló y puso sus dos manos sobre sus partes pudendas y colorado como un pimiento morrón, monologó por lo bajo: Buena la he hecho, qué vergüenza. ¿Me puedes decir tu nombre?
Me llaman Guillermo, y con voz grave le pidió que se olvidara de las excusas, los daños son todos tuyos y riendo de nuevo exclamó: Los pantalones te quedaron rotos, pero ahora están de moda, así que no vas a tener problemas.
Quitándose las gafas rotas las tiró en el cubo de la basura que estaba cerca y al detallarlo de nuevo, se dio cuenta, que estaban pasando por un momento destacable, había que atraparlo y no dejarlo en la nada, ya sin pudor ninguno se subió la cremallera del pantalón y le preguntó: ¿Celebramos con un abrazo y unas copas nuestra nueva amistad, Guille?
! Qué así sea, Pedro! No puedo negar que aunque deseo matarte por salir así, es mejor modo de encuentro que el que tuvimos en el hotel.
Aquel día era uno de los especiales, lo intuían ambos, por eso no se decidían a romper el abrazo, deseando guardar para siempre los gratificantes momentos de su encuentro.
__ Pedro, no quiero más desconfianza. A lo largo de
nuestras vidas tendremos dos grandes amores: uno más grande que el otro, con el
primero te casarás o convivirás y el segundo será el gran amor de tu vida, pero
llegará a destiempo. Y pensarás y preguntarás una y mil veces ¿porque no llegó
antes?, ¿porque demoró en hacerlo?, pero eso ya estaba planeado y muy bien
trazado. Con el primero te casarás o convivirás y será el padre o madre de tus
hijos que serán tú máxima adoración y bendición. Pero con el segundo tal vez no
puedas tener los hijos que deseas por más que lo intentes no lo podrás tener,
siendo esto designio de Dios. Este
último amor será con el cual te conectarás y compenetrarás totalmente, y eso
escapará a la razón del universo y de toda fuerza química o lógica posible. Y
será aquella persona que quisiste tener en tu vida primero, pero que
lamentablemente no se pudo dar y las razones no podría decírtelo pero creo que
ya estaba dado de que sea así. Y es así como entonces esas dos almas gemelas se
encontrarán, no importando el tiempo que tiene que haber pasado, así sean en un
principio o después de muchos años, pero se encontrarán. Te dará esa paz y esa
tranquilidad que tanto deseabas tener, porque nació especialmente para vos,
porque vino a este mundo solo para vos y
estarán juntas siendo tu acompañante ideal en tus últimos años de vida.
Envejecerán juntos y verás al fin la verdadera felicidad y conocerás el
verdadero significado del amor que durante mucho tiempo se te fue esquivo, y
que siempre lo soñaste y deseaste. Porque cuando te bese sentirás que te envuelve
todo, que sus besos son tu debilidad, cuando te llegue a tocar sentirás tu
cuerpo tambalear y verás que se siente muy diferente hacer el amor con el padre
o madre de tus hijos con el cual no pudiste estar, que con el gran amor de tu
vida. Porque desprenderás de tu interior esa energía que no pensaste tener,
porque sentirás que solo con él o ella amarás como nunca pensaste hacerlo. Ese
amor sos para mí, lo que quedó detrás me dejó a Fabián, nada más.
__Regreso a la tarde, vuelve a casa, te amo.
__
“Dulces palabras de amor, sensaciones que estremecen como hermosa
sinfonía, como
música silente. El despertar de un amor que acelera el corazón, nutriendo el amor que pasa con sus suaves aleteos como alas de mariposas. Sinfonía de dulzura, que despierta los anhelos y esos ojos que miraban con desbordante pasión que me recorrían con calma y con sutiles deseos me tocaban la piel haciéndome estremecer con tan solo su mirada.
Se va encendiendo la noche y titilan las estrellas y la luna nos envuelve con su suave
luz serena. Se escucha un fino susurro entre sábanas de seda y la almohada confidente de alegrías y tristezas y laten los corazones. Se siente una dulce calma que como una suave brisa va nutriendo nuestra alma”.
música silente. El despertar de un amor que acelera el corazón, nutriendo el amor que pasa con sus suaves aleteos como alas de mariposas. Sinfonía de dulzura, que despierta los anhelos y esos ojos que miraban con desbordante pasión que me recorrían con calma y con sutiles deseos me tocaban la piel haciéndome estremecer con tan solo su mirada.
Se va encendiendo la noche y titilan las estrellas y la luna nos envuelve con su suave
luz serena. Se escucha un fino susurro entre sábanas de seda y la almohada confidente de alegrías y tristezas y laten los corazones. Se siente una dulce calma que como una suave brisa va nutriendo nuestra alma”.
—Hola—saludé prudente.
— ¿Qué estás haciendo? —Espetó.
—Tenía hambre y he pensado en hacer la cena, para los dos—comenté señalando la mesa—, ensalada campestre y...
—No tengo hambre, al menos no de comida—dijo socarrón—. Y para lo que tengo en mente vos no me sirves, ya tengo quién me cebe—lo fulminé con la mirada—. ¿De dónde has sacado los ingredientes para eso? —preguntó haciendo un gesto hacia la ensaladera.
— ¿Qué estás haciendo? —Espetó.
—Tenía hambre y he pensado en hacer la cena, para los dos—comenté señalando la mesa—, ensalada campestre y...
—No tengo hambre, al menos no de comida—dijo socarrón—. Y para lo que tengo en mente vos no me sirves, ya tengo quién me cebe—lo fulminé con la mirada—. ¿De dónde has sacado los ingredientes para eso? —preguntó haciendo un gesto hacia la ensaladera.
—Pues verás, como no tenía nada mejor que hacer, he ido a la huerta y me he puesto a recolectar sus verduras—me burlé.
—No me gusta que cojan mis cosas sin permiso—me interrumpió—, y tampoco mi comida. Estás en mi casa porque no he podido evitarlo...
—Nuestra casa—aclaré poniéndome a la defensiva— recuérdalo.
—Sí, por desgracia he de compartir con vos el espacio, pero no el resto.
— ¿Qué quieres decir?
—Quiero decir que, el que estés viviendo bajo mi mismo techo, no significa que tenga que compartir con vos ni mi tiempo, ni mi comida, ni el agua caliente y tampoco la electricidad. No tengo que compartir nada con vos principalmente porque no lo deseo—caminó con arrogancia hasta donde yo estaba—. Si quieres hacer uso de ello, tendrás que pagar tu parte, a mí nadie me regala nada.
¡Menudo gilipollas! Me soltaba esto como si yo me hubiera planteado vivir de su caridad y aprovecharme de él. Si quería que cenáramos juntos era, principalmente, para asentar las bases de nuestra convivencia, poder hablar e intentar llevarnos bien. ¿Quién narices se pensaba este que era yo? Ah sí, claro, materialista, interesado... Así que este era su plan, ¿eh? Pues si se creía que por algo tan ridículo iba a rendirme, lo tenía claro.
__Era chisme, precioso, es lo que le diría a Ana, a Juan,
a cualquiera que no fuera mi amor. Es lo que te explico en el decir que todas
las parejas terminan igual, es así como estaba mi matrimonio con Ana.
__ Buen chiste, no
me agrada porque no te conozco tanto Graziani.
__Ya, Pedro, termina de discutir por todo, estás nervioso
por el examen y yo porque quiero darte lo mejor y me equivoco. ¿Dejamos de pelear y comemos?
Hace tiempo ya que somos amigos, siempre andamos juntos y compartimos buenos momentos
y recuerdos muy especiales desde el primer día, fuiste lo mejor que llegó a mi
vida. Siempre estuviste ahí conmigo en las buenas y en las malas y te pregunto ¿Te
gustaría ser mi novio, mi prometido? Hoy te pido que seamos más que amigos, quiero que seas mi futuro esposo, el dueño de mis memorias. Por favor acepta
esta petición que te está ofreciendo mi corazón, dime, si quieres ser vos parte
fundamental de mis sentimientos. No me niegues tu amor, acepta este amor que te
puede dar mi corazón, quiero que aceptes ser mi novio para que estés conmigo y
me protejas del frío, dime si quieres ser mi novio para ser yo el dueño de tu
amor.
Quieres vos ser mi novio para andar agarrados de manos, para darnos muchos abrazos, para mirarte a los ojos y decirte que sos mi
tesoro, lo que más adoro.
¿Quisiera, usted ser el dueño de todo mi querer?, me gustaría que estés conmigo cada mañana, que
seas mi pensamiento. Te he elegido
porque con vos sé que seré muy
feliz, te he respetado, siempre fuiste
mi amigo desde verte pero hoy quiero que
seas mi novio para andar juntos por la playa, ir a comer helado y en las fechas especiales
estar juntos y abrazados.
Hace mucho tiempo, ya que te quiero amar, hace mucho tiempo ya que te quiero besar, hace mucho tiempo ya que quiero sentir el latido de tu corazón,
señal de que me amas con pasión. Y lo poco que tengo lo pongo a tus pies para
que seas vos el heredero de este amor sagrado el cual te lo quiero regalar
desde hace meses, es simple, es amor. Y podría contarte de mis ex, en detalle
de cada uno, mas no sé si tendría sentido porque lo que viví no es nada similar
a esto, no tengo experiencia cuando veo nuestro horizonte, con vos será la primera vez. Porque
nunca hice el amor de este modo, porque no entendía, no sabía lo que era amar.
Ya me dijiste que no en público, ahora te lo pido en
privado. Sin alianza si quieres, pero comprometidos desde el alma, ¿sí?
__Sí __murmuré.
“Mis piernas fuertes parecen dos finos y débiles palillos
sosteniendo el peso de mi cuerpo, en mi estómago
parecen revolotear cientos de mariposas
a la vez, miro el reloj y las ansias quieren apresurar su marcha, pido marque
ese minuto en que a mi lado llegues, los segundos marchan muy lentamente, me asomo a la puerta y nada interrumpe el silencio
exterior, silencio que ahora me inquieta.
Suaves golpes retumban en mi puerta, al abrir allí estás,
un hola amor quiebra el silencio, cruzas
el umbral y un primer presuroso beso calla todo el ruido del mundo, qué sabor
tan exquisito y a la vez misterioso, se hacen pequeños mis brazos que por
completo tu cuerpo quieren abrazar, aquí y ahora quiero me consumas, sentir por completo que a ti te pertenezco
ahora y siempre.
Transcurren las horas entre palabras, miradas y sonrisas,
entre caricias, abrazos y besos, el
momento del descanso llega, las ansias y
nervios llegan a invadir los sentidos, querré dar todo y ser todo lo que necesites
en esta noche, la experiencia me llevará
a saber cómo recorrer tus caminos mas todo aquí es un nuevo comienzo, necesitaré
tu aprobación en suspiros a cada acto de amor.
Es nuestra nueva primera vez, una nueva oportunidad de amar, nos iremos
reconociendo más allá de la piel y los sentidos, sabremos dónde dejar las
caricias precisas que provoquen el
estremecer de los poros, dónde dejar los besos húmedos al tocar ese punto exacto de tu cuerpo, donde
el suave sonido del naciente beso con su onda expansiva obligue al gemido
escapar veloz de tu boca.
Una nueva primera vez será esta, aquella o cada noche
juntos… será como la primera vez cada momento que te roce, que te abrace, cada vez que te bese será un
nuevo beso para inventarte, habrá siempre una nueva manera de
estremecerte, siempre tendré para ti una nueva primera vez, una nueva manera de
hacerte saber cuánto te amo.
Decido ir por lo que quiero. Lo elijo a él. Ha derrotado
todas mis defensas y ya no puedo más. Me levanto de la silla, tomo su mano y lo
alzo. Coloco sus brazos en mi cadera y rodeo su cuello con los míos. Empiezo a
moverme con el ritmo de la melodía, me atrapa. Se deja llevar, siento cómo
reacciona. Flexiono mis piernas, él hace lo mismo. Mi pecho roza el suyo, su
pierna entre las mías. Subimos de nuevo, sigo moviéndome, provocándolo. Sus
manos acarician de arriba a abajo mi espalda, haciendo que mi piel se erice.
Me coloco más cerca, mis labios van a su cuello, lo lleno
de besos, de pequeños mordiscos. Escucho su respiración agitarse como la mía.
Mis labios se pasan por su nuez de adán, subo a su barbilla, la que muerdo. Un
suspiro sale de su boca, como la respuesta a mis deseos. Sin esperarlo, me
aparta un poco de su cuerpo, me toma de la cara y me insta a mirar sus ojos.
― ¿Estás seguro, precioso? ―Me encanta escucharlo decirme
así.
No respondo, solo asiento.
―Dímelo, quiero escucharlo. ¿Seguro de lo que estás haciendo?
No quiero un juego con vos, esto no es una aventura, quiero todo. ―Sus palabras
calan en mí.
―Sí, seguro. Te deseo y quiero entender cómo es que me afectas tanto.
Mis palabras le agradan, su mirada se intensifica y sus
dedos se clavan en mi piel. Me lleva a su boca, me tienta con sus labios. Sin
necesidad de que me inste, lo recibo con deseo. Se vuelve intenso, profundo,
necesitado. Mis dedos buscan sus cabellos, juego con ellos. Me toma de mis
caderas, colocándome a horcajadas sobre él. Siento su excitación entre mis
piernas.
―No hay vuelta atrás, Pedro. Desde hoy serás mío, solo
mío.
―Sí, tuyo ―respondo, sin saber exactamente qué significa eso.
―Sí, tuyo ―respondo, sin saber exactamente qué significa eso.
No me doy cuenta, pero en segundos me deposita en la
cama, es suya. Sábanas azules, suaves, elegantes. Huelen a él. Sus labios recorren
mi cuello, mis brazos, mi pecho, mi vientre. Me derrito por él, por lo que me
hace sentir, desear. Se coloca de rodillas en la cama, se quita la camisa
blanca que tiene y lo veo, lo admiro. ¡Es perfecto!
Se inclina sobre mí, baja mi camisa por mi cuerpo, dejando mi parte de
arriba al descubierto. Cuando se da cuenta de que no tengo pudor se vuelve loco. Sus manos caen sobre mis
pezones, los aprieta, los pellizca, tan fuerte que me hace gemir, por dolor y
excitación. Pero no le importa, y la verdad, a mí tampoco. Me fascina.
Mis manos van a parar a su espalda, mis uñas arremeten
contra su piel. Mi deseo me puede, quiero que me posea. Vuelve a sus rodillas.
―Ábrete para mí ―dice, no como un pedido, sino como una
orden.
Lo hago sin rechistar. Sus ojos me dicen cuánto me desea
y eso me da más valentía para hacer lo que necesito. Tomo mi bóxer, me lo quito
poco a poco, arrastrándolo por mis piernas. Sigue cada movimiento, como un león
cazando a su presa. Vuelvo a abrirme ante él, esta vez completamente desnudo,
invitándolo a tocarme.
Sus dedos tocan mi sexo, mi intimidad, en toda su
extensión. Cuando toca mi humedad un leve gemido sale de su garganta. Mi cuerpo
se retuerce de placer, absorbiendo cada sensación, cada espasmo que hace
surgir. Sus dedos juegan con toda la
facilidad que le permite mi intimidad.
―Ya estás listo para mí. No voy a resistirme más.
El rache de su vaquero se escucha, se los baja hasta la
mitad de sus piernas. Sin esperar, impacta en mi interior sin ningún reparo.
Mis piernas le dan más espacio para hacer, se hunde profundamente en mí, me
duele y me gusta. ¡Es tan grande! Lo siento completo, haciéndome sentir que no
hay vuelta atrás, que soy suyo por voluntad propia. Mis piernas lo envuelven, en gancho hacia atrás achico espacios, me amoldo,
quiero que empiece a moverse y que me vuelva loco.
Como si me leyera el pensamiento, sus caderas viven y
empiezan a moverse, entrando y saliendo de mí. Mis jadeos, mis gemidos, mis
gritos lo vuelven loco, lo descontrolan. Toma mi cadera y se entierra más en
mí. Mi intimidad lo aprieta, su posesión me hace explotar como una bomba.
―Córrete, córrete para mí, mientras me miras.
Mis ojos tocan los de él, mi cuerpo se retuerce al llegar
al orgasmo, pidiendo piedad. Pero no se detiene, sino que entra más y más
fuerte, para poder llegar al placer. Cuando siento su hombría más hinchada
todavía, vuelve a hacerme contraer y caer en picada. Los dos nos derramamos al mismo tiempo, llegando al cielo,
vislumbrando el sol donde estallamos quedando exhaustos. Cae a mi lado, me
recoge con sus brazos y me coloca encima de él. Besa mi frente y acaricia mi
espalda.
―Mi Pedro.
Nuestros cuerpos se responden y se amoldan a la
perfección.
Me gusta que lo diga. Sé que no son solo nuestros
cuerpos, sino nuestras almas. Por algo nos hemos cruzado y pienso descubrir qué
es. Me levanta de la cama, pero no me permite vestirme. Lo sigo hasta el
comedor y nos sentamos. La comida ya está servida.
Durante toda la noche me cuenta de su vida, de su hijo,
al cual ama más que él mismo, de su familia, de su trabajo. A su sinceridad,
responde la mía. Le cuento sobre la última relación que tuve hace tanto tiempo.
Las risas, las caricias, los juegos y las provocaciones aparecen una tras de
otra en la velada. Un pequeño roce de nuestros dedos, hace que el deseo vuelva
a encenderse. Pero esta vez seré yo quien disfrute cada parte, cada poro de su
piel. Él lo sabe y lo espera con ansia.
Al final de la noche, sus manos quedan tatuadas en mi
piel, como marcando sus territorios. Mis uñas quedan evidenciadas en su espalda
y mis dientes en todo su cuerpo. Nos vemos ambos en el espejo y nos reímos.
Esta noche nos hemos salido de control. Nuestro deseo ha aparecido y ha sido
testigo de las entregas más intensas que hayamos tenido. Noto cómo acaricia mis
caderas, mis pezones hinchados. Su toque es único. ¡Juro que me vuelvo loco por
él cada vez que lo tengo enfrente! Aprecia lo que ha hecho en mí y lo veo
deleitarse. Lo entiendo perfectamente, porque verlo marcado por mí me hace
sentir poderoso y dueño de él. ¿Las consecuencias nos han importado? No, para
nada. Nuestras miradas se entrelazan al igual que nuestras almas. Sabemos que
somos uno para el otro, que hay algo más que estamos descubriendo juntos. Este
amanecer que hemos visto hoy solo será el principio de muchos a los que estamos
dispuestos a apostar.
Estoy feliz de haberlo conocido, me ha llenado de deseo, de
amor, de protección. Soy suyo en cuerpo y alma, como él de mí, lo sabe. Mis
mejores sesiones fotográficas son con él. Sabe cómo darme lo que quiero, lo que
necesito en cada aspecto de mi vida.
Él me importa, lo amo, lo necesito y le doy todo lo que
soy, mi modelo. Sé que hoy tiene algo que decirme. Así que lo espero envuelto
en deseo e incertidumbre en nuestra cama. Cuando veo que cruza el umbral de su
cuarto, la pasión no se hace esperar. Vuelvo a querer ser suyo. Justo en este
momento, quiero degustar a mi modelo perfecto, sentirme entre sus brazos,
darnos el uno al otro.
__Dicen que esperar vale la pena, que el tiempo pone todo
en su lugar, y que las cosas llegan cuando tienen que llegar, ni antes, ni
después. Dicen que el destino es caprichoso, egoísta, pero que también es
generoso y permite que lo cambiemos, modifiquemos, y grabemos en él nuestro
propio camino. Dicen que los nervios de cada primera vez no se olvidan, que
únicamente los momentos más importantes y especiales tienen cabida en la
memoria del corazón, y que solo llegamos a conocer realmente a alguien cuando
te deja sumergirte, por unos segundos, en lo más profundo de sus ojos. Y ahí
estabas tú, rompiendo expectativas, distancia y miedo. Todo igual, pero
diferente. Todo nuevo, pero conocido. Sonriendo, pero cerca. Deteniendo, con
cada paso, todo cuanto se cruzaba en tu camino. Llenando de luz cada centímetro
de piel que abarcan tus abrazos, repartiendo pinceladas de color a un cuadro
que, hasta entonces, no podía ser más perfecto. Aquel día, aquel momento,
aquella parada de autobús. Tantas veces imaginando algo que, con el tiempo,
llegaría a hacerse realidad. Quién les iba a decir a aquellos dos locos
ingenuos que al final, el cuento no acabaría tan mal. Yo guardándome tus miradas, tú empapándote en las mías. Te sales
de lo convencional, sabes ser diferente, sin quererlo, sin buscarlo, sabes
llenar cada espacio que pisas, irradiando todo cuanto tocas de paz y
tranquilidad. Te bañas en sencillez, con esa mirada tímida que da paso a
universo de matices y emociones, de verdad, calor, honestidad y magia. Tienes
esa maravillosa habilidad de ver cosas bonitas donde el resto no ve
absolutamente nada, de sacar grandeza de las cosas más pequeñas, de hacer que
lo simple pase a ser increíble. Tú y tu manía de arrancar sonrisas
improvisadas, de hacer que se disparen las horas y minutos, de ensalzar las
virtudes del resto sin darte cuenta de que, lo más bonito que tienes, se
encuentra justo en ti. Logras hacer especiales los sitios menos esperados.
Haces que sea un placer perderse, sin pararse a mirar dónde, sin importar
cuánto, ni por qué, sabiendo que es contigo. Eres generosidad en estado puro,
alegría en cada palabra, la mejor parte de una canción compuesta una noche de
nostalgia. Eres alma y corazón. Eres todo, sin pretender ser nada. Eres más de
lo que piensas, mucho más de lo que sabes, y llegarás a saber. No sé cuándo, no
sé cómo, solo espero que algún día. Ves lo bueno aunque no haya, o cueste
diferenciarlo. Tienes eso que no se compra, eso que no se vende, eso que te
hace ser tú. Tienes todo lo que quieras. Y consigues parar el tiempo, con el
roce de tu mano. Vamos a contar estrellas a cualquier montaña solitaria,
huyendo de todo y de todos, inundando nuestros pulmones con altas dosis de aire
puro, llenándolos de nosotros. Vamos a quedarnos aunque se acabe la fiesta,
embriagando todo con sonrisas, bailando hasta que no se escuche ni una sola
nota. Vamos a plantarle cara los problemas, a los días más grises, a las
piedras que encontremos a lo largo del camino. Vamos a volar tan alto como
queramos, a vivir en aeropuertos, a conocer lugares y rincones tan distintos
como espectaculares. Vamos a aprender a disfrutar de las tormentas, a querer
cuidarnos siempre, a ser felices con lo poco que tengamos. Vamos a dejarnos
llevar, a desprendernos del miedo y las dudas, a no preguntarle a nadie más que
al corazón. Vamos a apostar por lo que somos, a tragarnos los kilómetros que
tengamos por el medio, a reinventarnos de tal forma que todos los días se asemejen
al primero. Vamos a reírnos a carcajadas, a perdernos en momentos de una sola
vez, a escribir nuestra historia de la forma que nos apetezca. Vamos a
quedarnos quietos, en silencio, a dejar que las miradas hablen por sí solas.
Vamos a construir algo de lo que siempre estemos orgullosos. Vamos a pensar en
el presente, en lo que tenemos ahora, no en lo que fue, no en lo que pudo haber
sido, no en lo que podría ser. Vamos a beber cada segundo como si fuera el
último, a dejar una bonita huella, a no ser mejor que nadie, pero sí mejor que
ayer. Vamos a emocionarnos compartiendo mil atardeceres, a encontrar magia en
los lugares más remotos de las ciudades más dispares. Vamos a embarcarnos en
errores, a dejar que nos enseñen que, la próxima vez, sin duda lo haremos
mejor. Vamos a buscar lo que el resto no comprende, todo aquello que nos llene
y mueva el alma, aunque no siga una moda. Vamos a marcar la diferencia, pero
sin tratar de hacerlo. Vamos a decirnos todas las cosas bonitas que crucen por
la mente, sin motivo, porque sí, solo por si, algún día, tuviera que ser la
última vez. Vamos a mirarnos cuando no seamos conscientes, a sentirnos
terriblemente afortunados, a creer que la palabra gracias, en ocasiones, se nos
está quedando pequeña. Vamos a ser niños cuando lo necesitemos, locos cuando lo
sintamos, y adultos cuando sea necesario. Vamos a enseñarle nuestros besos a la
luna. Vamos a buscar el equilibrio, a darle más importancia a lo bueno, a
intentar que se diluyan siempre las complicaciones. Vamos a ser uno, sin dejar
jamás de ser nosotros. Vamos a sentirnos libres, compartiendo el mismo espacio.
Vamos a morder las madrugadas sin que nadie más lo sepa. Vamos a derribar
muros, a hacer polvo los escudos, a quitarnos las corazas. Vamos a coleccionar
latidos que bombean a velocidad de vértigo. Vamos a poner nervioso al pulso
cuando ya no haya distancia. Y que la única norma sea la felicidad. Y que nunca
queramos apagar la magia. Y que se pare el mundo si le da la gana, mientras
nosotros sigamos perdidos en un abrazo.
__
Cuando terminé de rendir y más tarde vi los resultados,
creí verme transportado al cielo, Guille estaba esperándome y por primera vez
me sentí satisfecho conmigo mismo, y también con lo que podría regalarle a mi familia, el inicio de un
camino que hace años deseaba recorrer.
Cuando tuve que despedirlo por la víspera de Nochebuena
se me encogió el corazón, pero mis padres merecían que pasara tiempo con ellos,
y Diego y mis amigos vendrían también, llevaba tiempo sin verlos y me pareció
estaba todo bien.
Me prometió llamarme cada noche, y yo esperaba con
ansias, al tiempo que compré chucherías para regalarles en Nochevieja, amén del
pasaje que le insistí sería en autobús.
En esta tarde lluviosa, la
tenue luz que nace para despedir el día, quiere filtrarse tras la ventana del
ayer, la de los recuerdos la de las veladas sin prisa, la de los besos
entregados a escondidas de la luna, me sonríe el ocaso, y deseándome una buena
noche se va escondiendo de mis ojos que débilmente peregrinan buscando los tuyos,
un débil suspiro de un adiós en cada recodo del camino, atraen a mi velados
recuerdos que marcan los amores tenidos contigo sin vivirlos, donde en ellos
con suave placer nos perdíamos y nos encontrábamos los dos en cada pétalo de
flor las que para mí cortabas en tu jardín .
Recuerdas amor miles veces que nuestras bocas hablaron de amor, cuántas palabras se hallan presas entre silencios y soledades, cuántos paisajes trazados con nuestros sueños en imaginar nuestro encuentro, no nos llegaban los cielos ni las lunas, paseábamos con nuestra imaginación por caminos que jamás podríamos pisar, pero cada verbo se llenaba de deseo, y cada suspiro era una flor, que ponías en mis manos para que yo la besara como si fueran tus labios.
Corazones tallados de fuerza, de lo vivido en el camino, donde los dejaremos tatuados del color de las rosas rojas que un día me entregaste tras las cortinas de una ilusión.
Recuerdas amor miles veces que nuestras bocas hablaron de amor, cuántas palabras se hallan presas entre silencios y soledades, cuántos paisajes trazados con nuestros sueños en imaginar nuestro encuentro, no nos llegaban los cielos ni las lunas, paseábamos con nuestra imaginación por caminos que jamás podríamos pisar, pero cada verbo se llenaba de deseo, y cada suspiro era una flor, que ponías en mis manos para que yo la besara como si fueran tus labios.
Corazones tallados de fuerza, de lo vivido en el camino, donde los dejaremos tatuados del color de las rosas rojas que un día me entregaste tras las cortinas de una ilusión.
Sepa usted que esta noche le estoy pensando intensamente... Y solo de
imaginarlo, mi cuerpo vibra. Lo anhelo, lo deseo fervientemente.
Sepa usted que mi imaginación
no conoce límites ni tabú alguno. ¡Usted es absolutamente mío! Me roba mil
suspiros por segundo.
En mi cama, estará esta noche.
Le deslizaré mis dedos por su espalda, haré derroches de caricias, callaré a
besos sus labios, lo dejaré sin habla.
Solo se escuchará su respiración agitada. Sus ojos, no se apartarán de mi cuerpo. Sus manos se aferrarán a mi cintura. Miraré extasiado la rigidez de su centro.
Solo se escuchará su respiración agitada. Sus ojos, no se apartarán de mi cuerpo. Sus manos se aferrarán a mi cintura. Miraré extasiado la rigidez de su centro.
Mi boca hará alarde de cuánto
lo desea. Se confundirá, el sudor de su cuerpo y el mío.
Usted pedirá que no me detenga. Yo lo haré entrar en el infierno de mis demonios dormidos.
Usted pedirá que no me detenga. Yo lo haré entrar en el infierno de mis demonios dormidos.
Y mi nombre, le juro que va a
gritar, después de beber su elíxir prohibido. Querrá que lo vuelva a poseer,
una vez más. Despertaré al hombre que usted tenía reprimido.
Sepa usted, que esta noche le
espero en mi lecho, hay sábanas blancas
y pasión sin medida.
No quiero más imaginarlo. ¡Quiero tenerlo prendido a mi piel, que arde por unir su alma a la mía! __ le susurré por teléfono.
No quiero más imaginarlo. ¡Quiero tenerlo prendido a mi piel, que arde por unir su alma a la mía! __ le susurré por teléfono.
Ese recuerdo de la última noche
juntos me domina, en él me deleito mientras espero ese fin de un año en que
encontré el amor soñado, en la figura de un hombre diferente, con el que todo
pareció comenzar muy mal.
Cómo atrapar el vuelo de mi
alma, intento cada día vivir normalmente, trato de mantenerme en la tierra
pisando firme por donde mis pasos encaminan su andar, pero es inevitable
capturarme y encarcelar mi espíritu, convencer a mi mente que no despegue hacia
lo infinito del universo, mis alas son las razones de encontrarme con esas
verdades que descubro cuando emprendo mi vuelo hasta llegar a las nubes donde
me pierdo como polvo en el viento, sintiéndome libre. Misterios ocultos que seguirán
ahí cerca de ti, pero que solamente con la magia de los sueños lograrás
descifrar, secretos guardados que reposan callados en los brazos de la luna , y
las estrellas como cómplices de un tesoro eternamente perdido en los espacios
del tiempo. Seguiré soñando, sembrando sentimientos de pasión, placer y deseo
en cada palabra, en cada frase, en cada lira, en cada verbo, llenaré cada alma
necesitada de amor. Intentaré hacerte feliz pero solo puedo lograrlo si me
siento en libertad, el cielo te lo entregaría a tus pies pero jamás detengas mi
vuelo pues siempre buscaré el amor para todos, porque me perderás entre los ángeles
que me cuidan cada noche de las penumbras de la oscuridad, quienes velan por
mis sueños, alejando y purificando mi camino de demonios que desean encarcelar
mis ansias de libertad.
28 de diciembre.
A la madrugada ya estaba
desayunando, pasé estos días en casa de mis padres. Me muero de deseos de
volver a verle, de mirarlo a los ojos, de acariciarlo de nuevo, de sentir sus
manos y quitarme la ropa mientras él se quita la suya. Al fin iré a un hotel y él
me esperará allí, no entiendo bien por qué, pero estimo que desea estemos solos
un par de días. Con una leve sonrisa en los labios subí a mi habitación de
soltero para rearmar el bolso, mi madre vino tras de mí.
__Te vas a ver con él, ¿verdad?
__ Me preguntó mi madre.
__Sí. _contesté.
__A veces me asustas hijito.
Guillermo parece muy bueno, pero es muy poderoso, y son tan diferentes.
__Te preocupas demasiado, mamá.
Mi vida no será un fracaso, no será una repetición de tantas que conoce, Guille
no me está usando, no soy su juguete.
Existe una gran diferencia con
los hombres que hacen esas cosas.
__No sé si tan grande como
quisiéramos.
__Estuvo escuchando a Diego
porque son sus dudas. Esta vez se equivoca mamá.
__Espero por tu bien, que así
sea, hijo.
Pero cuando la abracé y pedí un
taxi para ir a Retiro sé que se entristeció, y con furia, no pude apartar sus
palabras ni las previas de Diego cuando llegué al hotel. Un hotel cinco
estrellas muy bonito, como no esperaba, y apenas me registré tras el dar el
nombre de Guille, subí a la habitación, pero él aún no había llegado. La
habitación era tan lujosa como el vestíbulo, y tenía unas impresionantes vistas
al mar y a la ciudad donde las luces fulguraban como joyas. El mobiliario de
madera era antiguo, las partes tapizadas lo eran en rosa pálido, había pesados
cortinajes de raso y una botella de champán en un cubo de hielo, atención de la
dirección.
__Que tenga usted feliz
estancia __fueron las últimas palabras del botones.
Me acomodé en un magnífico
sillón, no sabía a ciencia cierta si tomarme un baño o esperar a Guille. No
estaba seguro de si quizás apareciera con Fabián y no deseaba escandalizarlo, recibiéndolo
en albornoz. Pero dos horas más tarde, aún no había llegado. Y eran más de las veintidós,
y fue entonces cuando al fin llamó.
__ ¿Pedro?
__ ¿Dónde estás?
__Todavía en Buenos Aires, al fin no viajé. Fabián ha
pescado una gripe muy fuerte. Tiene mucha fiebre, está todo roto, hemos
decidido esperar a ver si puede viajar. Iré mañana. ¿Te parece bien?
__Claro __Lo comprendí, pero no
se me había escapado ese “hemos”. Sin embargo no me molestó demasiado, al fin
la habitación era fabulosa.
__Es una gente estupenda,
¿verdad? ¿Han sido amables con vos?
__ Muchísimo _contesté, mirando
alrededor. Pero esto no tiene ninguna gracia sin ti. No lo olvides.
__Iré mañana, lo prometo,
Fabián podrá luego viajar solo.
__ ¿A qué hora?
__Desayunaré con él. Veré cómo
se encuentra. Podría tomar el avión de mediodía, estar allí cerca de las
catorce.
Eso ya significaba que solo del
día nos quedaría la tardecita noche, pero no dije nada.
__Muy bien. ¿Le dijiste ya de
lo nuestro?
__Lo haré en cuanto llegue a la
costa, al no salir de acá, Ana estaba dando vueltas y no he podido.
__Está bien.
Sin embargo, no estaba
contento, y cuando colgó tuve que apartar de mi mente las palabras de mi madre,
y de Diego antes. Tomé un baño caliente que se llevara los pesares del cuerpo y
la mente, miré un poco de televisión y me pregunté qué estaría haciendo él en
su casa de nuevo, aunque fuera la casa de su hijo. Luego me sentí culpable por
lo que pensé y no dije, al fin no era culpable de la enfermedad del hijo. Me
dormí con el televisor encendido, los rayos del sol me despertaron, decidí
salir a correr, y luego estuve curioseando por las tiendas del centro. Me di el
permiso de comprar unas cuantas cosas, pero sobre todo, un precioso pullover
azul de cachemir para él, otro para Fabián, y el perfume de Armani que sé que
le gusta, para cuando volví al hotel a esperarle esta vez tenían un recado para
mí. Su hijo estaba peor, y llegaría a la noche.
En verdad diciembre pasó
volando. Guille tuvo algunos casos de poca importancia en el estudio, y
demasiadas cenas a las que fui, algunas fiestas, y pasamos momentos deliciosos,
tranquilas noches en el departamento, momentos de intimidad de los que nunca
había disfrutado, juegos que inventamos. Era un hombre sensible, cariñoso,
atento a los pequeños detalles, considerado. Y estaba muy contento porque
Fabián al fin iba a trasladarse con él a la costa. Comprendí que deseaba pasar
la Navidad solo con él y decirle sus verdades. Parecía un chiquillo cuando
fuimos a hacer las compras y le regalaría un bañador y un perfume. Para mí era
hermoso verlo feliz y satisfecho. Mi vida estaba colmada aunque no se pareciera
a lo que yo había imaginado en un principio.
Hicimos bromas con Diego.
__Es curioso, ¿verdad, Pedro?
Las vueltas que da la vida.
Nos conocíamos desde hacía
años, parecía increíble el tiempo pasado.
__Cuando te conocí, pensé que
te casarías al año, dos a lo más.
__Y yo pensé que acabarías
muriendo como un playboy borracho.
__Me confundes con mi padre
__bromeó él.
Luego comenzaron sus dudas, y
preferí siempre cambiar de tema. Me he repetido una y mil veces que Guille no
iba a pasar la Navidad con su ex, y sin embargo ha debido de hacerlo. Traté de
convencerme que eso no tenía importancia, pero sí la tenía, aunque yo no
permitiría que se repitiera.
Al fin llegó al anochecer, a tiempo para hacer el amor,
pedir algo de comer a la habitación y dormir para salir temprano hacia la casa alquilada,
donde esperaría o llegaría su hijo.
__ ¿Estás enojado conmigo?
Guille estaba inquieto desde su
llegada, se sentía culpable ante mí, y preocupado por su hijo.
Habló demasiado y muy rápido de
temas intrascendentes.
__No. Más que enojado, estoy
decepcionado.
¿Cómo está tu ex? Digo, es
adicta.
__Muy bien.
A Guille no le apetecía hablar
de ella y se sorprendió de que le hiciera esa pregunta.
__ ¿Por qué lo preguntas?
__Por simple curiosidad, estuvo
mal, por ella te fuiste días del hotel __contesté dirigiéndole una mirada
significativa tomando un bocado de postre__. ¿Sientes algo por ella?
__Solo el cariño, el
agradecimiento por lo que ha sido y es para mi hijo. Nunca estuve enamorado de
ella, no sé si te has dado cuenta, precioso, pero estoy enamorado de vos.
Lo miré largo rato, estudié su
rostro. Por fin esbocé una sonrisa sin decir nada más. Le besé y al fin nos
dormimos, no deseaba pelear, pero fue un fin de semana difícil para ambos.
Cuando llegó el treinta viajé a
la costa en combi, y Guille acudió a
recibirme, me estrechó entre sus brazos apenas descender con tanta fuerza que
poco faltó para que me dejara sin aliento.
__Espera…
Pero él siguió abrazándome,
mientras nos dirigíamos al aparcamiento entre risas y besos. Había pasado La
Navidad solitaria sin él. Yo había soñado en secreto que aquel año las fiestas
fueran distintas y emocionantes. No quería reconocerlo así, pero, de repente,
sentado a su lado en el automóvil, comprendí que era cierto. Guille había
dejado a Fabián en la casa para acudir a recibirme y pasar unos momentos a
solas conmigo.
__... antes que nos vuelva
locos _me dijo, mirándome con expresión radiante.
__ ¿Cómo está él?
__Muy bien, por suerte mejoró
de repente.
Cuando llegamos a la casa, era
un encanto, una verga de hierro daba paso al jardín, y la puerta de roble a la
casa de veraneo, al amplio vestíbulo desde el cual pude vislumbrar un salón inundado
de luz, y desde el ventanal, la playa que estaba más allá, pero de pie mirando hacia nosotros vi a un alto
muchacho muy parecido a Guille solo que con el pelo ensortijado y enormes ojos
como los de él que me estudiaron de cabeza a pies. Guille avanzó y lo seguí.
__Fabián, mi hijo.
Pedro, un amigo, será mi socio
pronto _dijo y tragué saliva para poder saludar al muchacho.
__Hola, qué tal. No sabía que
venías.
__Vamos a tomar algo, hace
calor _dijo Guille y me sorprendí dejando los bolsos en el piso, reconociendo
que su hijo era muy apuesto y simpático mas no dejó de observarme ni un
instante.
Guille manejó la situación con mucha
habilidad, excluyendo todas las manifestaciones de cariño, como si ambos solo fuéramos
buenos amigos que quisieran pasar una tranquila tarde o días juntos. Por la
forma de comportarse conmigo, hubiera sido imposible adivinar qué clase de
relación nos unía.
__ ¿Y a qué te dedicas?
__preguntó Fabián.
__Estudio abogacía, tal vez nos
crucemos, trabajaba, pero…
__Trabaja en el estudio, es mi
secretario privado, pero irá rindiendo libre para recibirse antes __se apresuró
a aclarar Guille.
__O sea que serás abogado como
mi papá. Mi viejo ya podría ser juez, pero nunca aceptó, y la verdad es que mi
vieja y yo tampoco lo quisiéramos o no le veríamos más el pelo.
__Muy interesante _dije con la
boca seca. Esperaba que Guille volviera a tomar las riendas de la conversación,
mas no dijo nada.
__Sos muy lindo _dijo Fabián.
__Gracias, tú también eres muy
guapo__. Bueno, ¿qué vamos a hacer esta tarde? __pregunté, en un intento de
sacar conversación.
__Mamá irá de compras al centro
_contestó Fabián.
Sentí que me quedaba de piedra,
boquiabierto, y que Guille me clavaba la mirada.
__ ¿Ah, sí? __dije, mirando a
Guille, y volviendo luego a mirar a Fabián__. Puesto que ya no hay sol y
amenaza lluvia, podríamos ir ¿al cine?
Tuve la sensación de estar subiendo
por una montaña a gran velocidad sin conseguir llegar a la cumbre. Eso
significaba que Ana se había desplazado a la costa con ellos. ¿Por qué no había
querido Guille que pasara todos esos días con él? ¿Habría pasado todo el tiempo
con ellos?
Al fin fuimos a jugar a la playa
a la pelota, dimos un paseo en bicicletas, y cuando Fabián se fue a su habitación a echarse antes de la
cena, me quedé a solas con Guille, el aire se cortaba con navaja.
__ Tengo entendido que Ana está
acá _dije rígido y entumecido por dentro.
__No me mires así _dijo
evadiendo la mirada.
__ ¿Por qué no? __Me levanté y
me acerqué__. ¿Pasaste la Navidad y quizá esperabas pasar Nochevieja con ella,
Guille?
Él no tuvo más remedio que
mirarme. Por otra parte yo ya había
adivinado la verdad. Cuando vi su alma en la mirada supe que estaba en lo
cierto, su hijo sin querer lo había delatado, nunca le dijo de lo nuestro, y
menos a su ex.
__No te he mentido. Yo pensaba…
¡Oh, santo cielo! __Me miró casi con rabia por haberlo descubierto. Yo no
planeé las cosas de esta manera, pero desde que ella y yo estamos divorciados,
desde que nos separamos en realidad, estas eran las primeras fiestas. Es
demasiado duro para ellos.
__ ¿Lo es ahora? __pregunté con
aspereza procurando disimular el dolor que sentía por dentro, el dolor que él
me había provocado con su mentira__. ¿Y cuándo tienes previsto que empiecen a
acostumbrarse? ¿Acaso sabe algo de tus verdades, Fabián?
__Maldita sea, ¿acaso crees que
me gusta ver sufrir a mi hijo y que ella amenace a cada rato con suicidarse?
__Yo a él lo veo muy bien.
__Gracias a que aún no sabe
nada, a que he sido sensato con la madre, prolijo en nuestro pacto de años. Él
no tiene la culpa de que las cosas no sean como deberían o se espera, o que con
ella no haya sido como queríamos.
Me miró con tristeza y tuve que
hacer un esfuerzo para no echarme a llorar.
__ ¿Estás seguro de que ya es
demasiado tarde para salvar tu matrimonio con Ana, Guille?
__No seas ridículo, Pedro. Yo
no quiero salvar nada con ella, solo deseo que
no termine matándose y destrozando a mi hijo.
__ ¿Dónde has dormido en estos
días?
__No es una pregunta muy
correcta y vos la sabes.
__ Dios mío. __Volví a
sentarse, asombrado de lo transparente que era él para mí__. Has dormido con
ella.
__No he dormido con ella, hace
años que no lo hago, ni siquiera antes del divorcio. Maldita sea, no me acuses
de ese modo. Las cosas no son tan fáciles como imaginas, aunque no la ame,
llevábamos casados treinta años. __Se fue acercando despacio__. Cielito, te amo,
pero necesito un tiempo para arreglar la situación, Ana está en tratamiento,
necesito estar seguro de que no va a suicidarse.
__Muy bien _ dije, recogiendo
un bolso que ni siquiera había ubicado menos desembalado__. Cuando haya pasado
ese tiempo y seas libre, cuando tu hijo sepa que eres gay, búscame. Creo que
entonces podré disfrutar mejor de tu compañía.
Qué difícil es despertar,
sabiendo que ya no existo en tu vida, que este sueño terminó, tu amor se agotó
o peor, nunca existió, aquí estoy con mi tristeza, llorando y derramando
lágrimas de dolor por tu amor.
El terror me invade la razón,
porque cada segundo parece no tener final, tus brazos, tu aroma se penetró a
los poros de mi piel, no puedo comprender por qué te has marchado aun estando a
mi lado. Por qué si mis manos te acariciaban, mi boca te besaba, mis labios
destilaban miel, mis ojos te miraban con placer, y encendías mi corazón, desvestías
mi alma con solo mirarme, era como si nunca hubieras visto a nadie, y solo tú y
yo existiéramos, solo tú y yo.
El viento ya no sopla más a mi
favor, está lloviendo y las lágrimas salen sin que nadie se dé cuenta de mi
gran dolor, mi corazón triste está, porque te marchaste cuando más necesitaba de tu cariño, de tu amor, me
enseñaste a amarte, pero no a olvidarte, heridas graves quedaron ahora. ¿Cómo
puedo sanarlas?
Está pasando el tiempo, días,
horas, minutos inexistentes de tu vida, sin saber de ti, me has quitado las
ilusiones, te has llevado mi amor, mi
corazón está delicado, daño colateral, sin saber el motivo por el cual te
marchaste o debo de renunciar a ti.
¿Quisiera saberlo? Pero creo que no necesito ninguna explicación, llámalo intuición. Porque claro es que tienes otra piel a quien amar, otros labios, otra pasión por lo cual no soy yo, tampoco seguramente Ana, ella solo es una excusa.
¿Quisiera saberlo? Pero creo que no necesito ninguna explicación, llámalo intuición. Porque claro es que tienes otra piel a quien amar, otros labios, otra pasión por lo cual no soy yo, tampoco seguramente Ana, ella solo es una excusa.
Desafortunadamente para mí
todavía habitas tú, has dejado tatuada mi piel, con tus caricias infinitas,
dejaste esencia en mi ser, eras ese volcán en erupción, y yo como tonto te
entregué mi pasión, mi deseo al entregarme en cuerpo y alma a ti, tu perfume
todavía inhalo,
cuando deslizabas tus manos sobre mi piel, mi cuerpo era excitado por ti, solo por ti, cómo olvidarte, cómo sacarte de mi mente, cómo olvido tus besos de pasión, cómo olvidar tu ternura hacia mí.
cuando deslizabas tus manos sobre mi piel, mi cuerpo era excitado por ti, solo por ti, cómo olvidarte, cómo sacarte de mi mente, cómo olvido tus besos de pasión, cómo olvidar tu ternura hacia mí.
Has sido el único ser que
conquistó mi corazón, pero tengo que dejarte ir.
No te iré a buscar, me amo más, soy más importante que tú, porque tú tendrás en tus brazos al que quieras, pero no te dará lo que descubriste en mí, placeres infinitos, y para qué te digo más, solo un favor te pido, no vuelvas a buscarme, soy más hombre que nadie, que tú con tus mentiras, con tus engaños de ser el hombre guapo, el galán de telenovelas, que es según "entre comillas" el más conquistable. Mas te juro que nunca olvidarás ni las huellas de mis manos ni la textura de mis labios, no los podrás jamás borrar. Porque cada parte de ti se llevó entre mis caricias cada parte de mi vida. No arrancarás esos besos ni en los besos de otras bocas. Sé que tu piel ansiará esos cálidos vestigios, que al estrecharte a mi cuerpo desnudo yo los convertí en tu vicio. Sé cuán inútil será que te esfuerces en olvidarme. Esas maravillosas noches. Esas increíbles tardes, donde un amanecer nos sorprendía sin poder saciar la carne. Y no, mejor ni lo intentes, solo disfruta el placer y esos espasmos violentos al acariciar tu piel, sé cuánto lo disfrutabas. Tu mirada te delataba cada segundo, cada instante donde tu peor pesadilla fue que tenía que marcharme. No, no habrá quién sustituya mis labios en tu regazo, ni habrá mirada que logre igualar esa fortuna de tenerte entre mis brazos, recostado en mi pecho despidiendo así, un ocaso. Tus sábanas están impregnadas, de un sudor que está mezclado, con la explosión de los dos que nuestros cuerpos dejaron. Cierra, cierra bien tus ojos y siénteme, estoy contigo. Solo hace falta que tu cuerpo me invoque, llámame en cientos de suspiros, verás que en un instante estarás entre mis brazos. Y yo estaré siempre contigo.
No te iré a buscar, me amo más, soy más importante que tú, porque tú tendrás en tus brazos al que quieras, pero no te dará lo que descubriste en mí, placeres infinitos, y para qué te digo más, solo un favor te pido, no vuelvas a buscarme, soy más hombre que nadie, que tú con tus mentiras, con tus engaños de ser el hombre guapo, el galán de telenovelas, que es según "entre comillas" el más conquistable. Mas te juro que nunca olvidarás ni las huellas de mis manos ni la textura de mis labios, no los podrás jamás borrar. Porque cada parte de ti se llevó entre mis caricias cada parte de mi vida. No arrancarás esos besos ni en los besos de otras bocas. Sé que tu piel ansiará esos cálidos vestigios, que al estrecharte a mi cuerpo desnudo yo los convertí en tu vicio. Sé cuán inútil será que te esfuerces en olvidarme. Esas maravillosas noches. Esas increíbles tardes, donde un amanecer nos sorprendía sin poder saciar la carne. Y no, mejor ni lo intentes, solo disfruta el placer y esos espasmos violentos al acariciar tu piel, sé cuánto lo disfrutabas. Tu mirada te delataba cada segundo, cada instante donde tu peor pesadilla fue que tenía que marcharme. No, no habrá quién sustituya mis labios en tu regazo, ni habrá mirada que logre igualar esa fortuna de tenerte entre mis brazos, recostado en mi pecho despidiendo así, un ocaso. Tus sábanas están impregnadas, de un sudor que está mezclado, con la explosión de los dos que nuestros cuerpos dejaron. Cierra, cierra bien tus ojos y siénteme, estoy contigo. Solo hace falta que tu cuerpo me invoque, llámame en cientos de suspiros, verás que en un instante estarás entre mis brazos. Y yo estaré siempre contigo.
Pero, antes que llegara a la
puerta, Guille me asió por un brazo.
__No hagas eso, te lo suplico…
__ ¿Por qué no? Ella está en la
ciudad. Llámala. Te hará compañía y pueden pasar en familia Nochevieja y año
nuevo. __Esbocé una sonrisa sarcástica
para ocultar mi dolor. __Pueden dormir juntos si quieren.
Cuando ya había abierto la
puerta, Guille me aferró más aún.
__Te amo, Pedro.
Experimenté el impulso de
echarme a llorar.
__No te portes así conmigo,
Guille, no es justo. Yo era mozo, era pobre, pero era feliz con mis amigos, hoy
estoy contigo y me siento un intruso. No tienes ningún derecho a… __Pero le
había abierto las puertas de mi corazón lo suficiente como para que volviera a
entrar. Él me estrechó en silencio entre sus brazos, me quitó el bolso y me
besó con vehemencia, dejándome casi sin aliento. Cuando se apartó, yo lo miré.
__Eso no resuelve nada.
__No _admitió__. De eso me
encargaré ahora diciéndole todo a mi hijo, el tiempo. Dame una oportunidad, te
prometo que no te arrepentirás. No mentí. Quiero casarme con vos, algún día,
Pedro.
Hubiera deseado retroceder a la
escena anterior, pero en aquel momento entró Fabián.
__Quédate, por favor _dijo él.
Yo vacilé. Sabía que hubiera
tenido que irme y deseaba hacerlo. Me sentía excluido de ese ambiente. Guille
bien habría pasado las fiestas con Ana y su hijo. ¿Qué pintaba yo allí? Sin
embargo cuando él me miró no deseé marcharme, deseé formar parte de su vida,
ser suyo, estar con él, con su hijo, aunque jamás se casara, eso no importaba.
Solo quería estar con él, tal como lo había estado desde que lo había conocido.
Dejé el bolso y, cuando Guille
me miró sentí que se me derretían las entrañas, me abrazó y lo miré sonriendo.
__ ¿A dónde ibas, Pedro?
__interrogó Fabián.
__A ninguna parte _ contesté__.
¿Qué quieren hacer?
Nunca vi a Guille tan feliz,
fuimos al cine, comimos toneladas de palomitas de maíz, visitamos decenas de
negocios en el shopping, compramos DVD, y por la noche fuimos a cenar a una
parrilla, para cuando regresamos estábamos agotados.
__Me alegro que te hayas
quedado, amorcito _dijo él en susurros.
__Prométeme que no volverá a
suceder __le pedí.
__Te lo prometo __ me dijo,
mirándome con dulzura.
__En mi pecho te llevo, eres mi
bien, me llenas de felicidad. Te suspiro en voz baja, al oído te dijo que te
amo. Te estrello a mi cuerpo en la noche, con mucho amor. El cielo nos espera, y ahí entre las nubes
hacemos el amor. Sentir nuestro profundo amor, besarnos locamente, dulcemente. Jugar
y darnos todo el placer con un sueño. Sentir todo cuanto es tu cuerpo de hombre,
y oír tus gemidos es todo lo que necesito _le dije __. Somos dos seres en uno, dos gotas de pasión nada más. Escucha
a mi corazón que te está hablando, te ama con el alma.
No sé qué sea más bello si tu mirada o ver el cielo por un momento.
Tu figura divina es la gloria, quisiera que gritaras que eres solo mío, y llenarme de orgullo.
Eres la razón de mi existir, te brindo lo mejor de mí.
Y llegaste como aire en el preciso momento, visita que alegra a mi alma en la madrugada, ahí, donde los sueños y deseos moran en la soledad de mis frías sábanas de lino blanco, ahí apareces tú, vida mía, para frenar un nuevo amanecer donde remueves todas mis aguas revueltas, donde inquietas están mis emociones por morirse en la cárcel de tus ojos.
No quiero vida mía que te alejes, ni que pintes soles oscuros en mi cielo, unamos nuestro horizonte soñado, el tuyo y el mío, solo uno el camino de sueños, como sabes amor, dejé mis puertas y ventanas abiertas, seguirán abiertas para ver pasar tus pensamientos y anhelos, yo los recogeré en mis manos cuando lleguen a posarse, en el crepúsculo de la noche que adormece mil lunas para mí.
Quiero ser pasajero de tus viajes y vivir el tiempo que nos queda, y quizá podamos hacer que el reloj se pare cuando menos lo esperemos, somos estrellas fugaces como el aroma de las flores que hoy abren y mañana se mueren por no ser regadas con un suspiro suave de amor en el rocío de la noche.
Ámame vida mía y verás las alas de mi alma que te abrazan, sentirás cómo en mi piel nace ese deseo de ser amado ante este sentimiento, que muere cada noche ante las ausencias que llenas están de ti. Ha llegado el momento en este atardecer donde mi alma manda, y obliga a vaciar mi mente, donde sin escrúpulo alguno me enredo en tus brazos, me divido en dos, amante y soñador, donde la magia de la noche separa mi cuerpo de mi yo, donde sin piedad me encamino a este delirio de amor.
Me vestiré de luna blanca para bailar en tus brazos, para besarte en la noche, con verbos de esperanza en esta larga distancia de tus labios y los míos, y de ansias de abrazos y fantasías reales que me provocan tus besos, porque yo te beso amor en esta oscuridad.
Sé vida mía que se producirá ese encuentro, lo tendremos algún día, y en este mar de sentimientos daremos vida a la vida que queda por vivir, podremos mostrarnos como eternos enamorados, sin miedo a un mundo que se ha olvidado de amar, viviremos las promesas recibidas, de tu corazón al mío en mi sonreír saldrán declaraciones de amor hechas palabras en libros.
Esta noche amor mío voy a buscarte en el rincón de mi sueños, donde desposeído de mi voluntad me convertiré en amante perfecto, y tu mi fiel compañero que todo comprende, me buscarás en ese camino de vida, donde nunca dejaré de soñarte, ni dejaré de volar, tampoco dejaré de escribir garabatos lanzados al viento, él te hará entrega de mis mensajes de amor, te los dejará en esa escondida soledad donde tu corazón habita. Bailaremos esta noche para besarte mientras sueñas amor.
No sé qué sea más bello si tu mirada o ver el cielo por un momento.
Tu figura divina es la gloria, quisiera que gritaras que eres solo mío, y llenarme de orgullo.
Eres la razón de mi existir, te brindo lo mejor de mí.
Y llegaste como aire en el preciso momento, visita que alegra a mi alma en la madrugada, ahí, donde los sueños y deseos moran en la soledad de mis frías sábanas de lino blanco, ahí apareces tú, vida mía, para frenar un nuevo amanecer donde remueves todas mis aguas revueltas, donde inquietas están mis emociones por morirse en la cárcel de tus ojos.
No quiero vida mía que te alejes, ni que pintes soles oscuros en mi cielo, unamos nuestro horizonte soñado, el tuyo y el mío, solo uno el camino de sueños, como sabes amor, dejé mis puertas y ventanas abiertas, seguirán abiertas para ver pasar tus pensamientos y anhelos, yo los recogeré en mis manos cuando lleguen a posarse, en el crepúsculo de la noche que adormece mil lunas para mí.
Quiero ser pasajero de tus viajes y vivir el tiempo que nos queda, y quizá podamos hacer que el reloj se pare cuando menos lo esperemos, somos estrellas fugaces como el aroma de las flores que hoy abren y mañana se mueren por no ser regadas con un suspiro suave de amor en el rocío de la noche.
Ámame vida mía y verás las alas de mi alma que te abrazan, sentirás cómo en mi piel nace ese deseo de ser amado ante este sentimiento, que muere cada noche ante las ausencias que llenas están de ti. Ha llegado el momento en este atardecer donde mi alma manda, y obliga a vaciar mi mente, donde sin escrúpulo alguno me enredo en tus brazos, me divido en dos, amante y soñador, donde la magia de la noche separa mi cuerpo de mi yo, donde sin piedad me encamino a este delirio de amor.
Me vestiré de luna blanca para bailar en tus brazos, para besarte en la noche, con verbos de esperanza en esta larga distancia de tus labios y los míos, y de ansias de abrazos y fantasías reales que me provocan tus besos, porque yo te beso amor en esta oscuridad.
Sé vida mía que se producirá ese encuentro, lo tendremos algún día, y en este mar de sentimientos daremos vida a la vida que queda por vivir, podremos mostrarnos como eternos enamorados, sin miedo a un mundo que se ha olvidado de amar, viviremos las promesas recibidas, de tu corazón al mío en mi sonreír saldrán declaraciones de amor hechas palabras en libros.
Esta noche amor mío voy a buscarte en el rincón de mi sueños, donde desposeído de mi voluntad me convertiré en amante perfecto, y tu mi fiel compañero que todo comprende, me buscarás en ese camino de vida, donde nunca dejaré de soñarte, ni dejaré de volar, tampoco dejaré de escribir garabatos lanzados al viento, él te hará entrega de mis mensajes de amor, te los dejará en esa escondida soledad donde tu corazón habita. Bailaremos esta noche para besarte mientras sueñas amor.
__Esta noche es de los dos, siento que mi corazón me palpita de emoción. Esta noche
es de vino y copas, de espumas y burbujas, de suspiros y gemidos. Esta noche me embriago con vos, de tu cuerpo. Tocarte muy lento, hacer eterno el momento de quedarme dormido entre tu pecho y tu cadera. Esta noche te deseo a mares. Ven y refresca mi piel con tus dulces besos.
Recorre mi cuerpo con tu boca ardiente. Apaga tus deseos con el elixir de mi fuente deseosa de vos. Esta noche llueve a torrentes y mi corazón palpita fuerte por los deseos de tenerte, y al escuchar tu voz susurrando a mi oído, te amo vida mía, entonces me arrancas los suspiros y aumentan mis delirios. Y mis deseos de devorarte sin prisa y con afán con total intensidad haciendo que cada mordisco sea una explosión en tu ser, sea una súplica por piedad en que continúe y no me detenga jamás. Jamás mi alma y mi ser ardieron de amor y placer
como lo estoy sintiendo por vos, cuando sutilmente llegas y muerdes cada espacio de mi piel, me haces locamente estremecer. Sin prisas mi señor llenemos de suspiros a la noche
y que nos sorprenda el alba brindando de deseos. A la entrega de nuestro Amor, candentes caricias que se funden en besos en un solo amanecer dorado.... entre sábanas húmedas de suspiros que quedaron hechas un mar de los grifos abiertos de los deseos de los orgasmos devorados entre vos y yo.
es de vino y copas, de espumas y burbujas, de suspiros y gemidos. Esta noche me embriago con vos, de tu cuerpo. Tocarte muy lento, hacer eterno el momento de quedarme dormido entre tu pecho y tu cadera. Esta noche te deseo a mares. Ven y refresca mi piel con tus dulces besos.
Recorre mi cuerpo con tu boca ardiente. Apaga tus deseos con el elixir de mi fuente deseosa de vos. Esta noche llueve a torrentes y mi corazón palpita fuerte por los deseos de tenerte, y al escuchar tu voz susurrando a mi oído, te amo vida mía, entonces me arrancas los suspiros y aumentan mis delirios. Y mis deseos de devorarte sin prisa y con afán con total intensidad haciendo que cada mordisco sea una explosión en tu ser, sea una súplica por piedad en que continúe y no me detenga jamás. Jamás mi alma y mi ser ardieron de amor y placer
como lo estoy sintiendo por vos, cuando sutilmente llegas y muerdes cada espacio de mi piel, me haces locamente estremecer. Sin prisas mi señor llenemos de suspiros a la noche
y que nos sorprenda el alba brindando de deseos. A la entrega de nuestro Amor, candentes caricias que se funden en besos en un solo amanecer dorado.... entre sábanas húmedas de suspiros que quedaron hechas un mar de los grifos abiertos de los deseos de los orgasmos devorados entre vos y yo.
__ ¡Bésame! Pero bésame a placer ahí donde acaba la piel
pero tiene inicio el alma. Ahí donde empiezan las ganas que se vuelven infinitas. Que no importe si
es un lunes o un domingo a mediodía, que para saciar la sed de mi boca solo
hace falta la miel de tu saliva. Bésame los límites. Bésame el contorno de cada
uno de mis deseos, porque yo cuando te beso experimento tocar el cielo. Bésame
la piel, las ganas. Primero hazlo suave seductor. Descubre la raíz de mi
pasión, regálame los besos que tus
labios han guardado para mezclarlos con los míos y que en sueños te he robado. Bésame de forma
indecente. Recorre sin precaución del
vientre a mi corazón porque cuando me toque apagar el fuego que me propagas
cumpliré tus fantasías hasta desvanecer esas ganas en los límites de tu piel y
en la frontera de tu alma.
Sumerge tu lengua tibia en mi boca que es tu infierno mientras te hago a mi antojo con mis labios, te creo, y en un rincón hago magia con mis dedos. Bésame mucho te lo he gritado por noches, hasta que se nos sequen los labios y ya no brote de tu fuente el dulce néctar que es mi alimento. Bésame desde los pies hasta un beso tierno en la frente. De todas las formas posibles que pueda idear tu malicia. Pero que no nos falte la caricia, del relieve en la mirada,
Bésame toda la piel, todas las ganas, los pensamientos y la pasión desdibujada que se desvanece en cada beso cuando me besas el alma.
Sumerge tu lengua tibia en mi boca que es tu infierno mientras te hago a mi antojo con mis labios, te creo, y en un rincón hago magia con mis dedos. Bésame mucho te lo he gritado por noches, hasta que se nos sequen los labios y ya no brote de tu fuente el dulce néctar que es mi alimento. Bésame desde los pies hasta un beso tierno en la frente. De todas las formas posibles que pueda idear tu malicia. Pero que no nos falte la caricia, del relieve en la mirada,
Bésame toda la piel, todas las ganas, los pensamientos y la pasión desdibujada que se desvanece en cada beso cuando me besas el alma.
Como una historia inverosímil tildaría nuestro encuentro hoy,
caminando frente a mis ojos te vi y estupefacto quedé al ver tu figura y fueron
muchos años que quedaron atrás y nuestra historia se perdió en el arco iris de
aquella tarde gris.
Sorprendidos quedamos los dos y un deseo mutuo hizo magia
al contemplarnos y entre la duda, la incertidumbre se transformó en una
agradable charla en el viejo café, risas, miradas, preguntas vas y vienen, ¿por
qué?
El tiempo se ha parado, las obligaciones olvidadas y
fueron tantas palabras y los deseos que se convirtieron en sábanas calientes
del recordado motel.
Que no te importe el mundo ahora, musitaste suavemente a
mis oídos, ellas fueron las más deliciosas palabras que no había escuchado
desde muchos años atrás y nos perdimos hasta el amanecer.
Hermosas horas que quedarán en nuestras historias ya que
el camino habrá que seguir con sus
escollos mas ahora ardo en deseo de tener tus caricias, tus manos deslizándose
en mi piel, caricias de tus dedos perdidos en mi ser, en esta habitación no
calmó mi sed. Amor, mis sábanas tienen tu olor. Embriágame toda mi esencia,
sensible soy ante ti, me llenas de lujuria y placer, mis sentidos ya no son
míos, pierdo la razón. La locura es solo de que me poseas, cada noche amor, soy de ti, todo
entero. Haces sentirme vivo, con tantas caricias, renaces cada sentimiento. Mis
emociones se vuelven excitantes. Eres dulzura fugaz, y soy dichoso ante tus
brazos, ante tu piel. Sedúceme amor, con tus besos. Acaríciame mis miedos,
vuélveme loco al gemir por tantas caricias infinitas, eres mi universo. Estreméceme,
mi boca está sedienta, por tus labios, por tu boca, que cuando hacemos el amor,
solo tus caricias me deshacen estando contigo amor. Solo pretendo desearte, que
seas mi pasión, mi deseo, mi sueño. Quiero ser el que te acaricie, despertar en
ti, toda esa esencia, todo sentir en mi cuerpo, erizarte la piel, descubrirte,
hacerte mío ese instante lleno de placer, solo mío solo tuyo, hombre de mis
sueños perversos y mis fantasías.
sueños perversos y mis fantasías.
__
Previamente ya habíamos estado preparando el ambiente,
ambos teníamos muchas ganas... cuando regresé al dormitorio lo vi con ese short
corto, y una camisa abierta, estamos solos, Fabián dijo iría a un boliche. Al
verlo así, el deseo me hizo sentir de una forma especial, entonces comencé
nuestro juego.
- ¿Qué haces aquí tan solo? - le dije en voz baja y con
mi rostro lascivo. Acercándome a la cama en la que estaba. Comprendió el juego
en el instante y participó también.
- Tan solo pasaba por aquí, señor lobo - Respondió con
voz suave, mirada traviesa y ocultando una sonrisa deseosa.
Tomándolo con mis manos lo arrodillé en la cama, mientras
yo seguía de pie en el suelo frente a él. Mis manos hambrientas comenzaron a
acariciar su cuerpo por encima de la ropa fuertemente, y mientras
parafraseábamos las líneas de la historia combinándolas con nuestro juego, nos
excitábamos y provocábamos más. Quité la camisa y remera de su cuerpo,
sacándola por encima, haciéndole levantar sus brazos, así que mi boca se ensañó con sus pezones,
llenándolos de besos y chupones, mis manos inquietas entraron donde querían,
hasta su entrepierna por dentro de la ropa, mis dedos y sus movimientos lo
enloquecieron. Quité lo que quedaba de sus prendas y él desvistió las mías.
Lo acomodé sobre sus rodillas y sobre sus manos encima de
la cama, me puse atrás y con mi boca y manos lo llené de placer durante unos minutos, cuando
estaba en el máximo esplendor de su placer, lo penetré desde atrás, sus gemidos
y mi pasión se mezclaron. Lo embestía con fuerza y rapidez mientras que una de
mis manos apretaba uno de sus botones y la otra acariciaba su umbría, hasta que
tuvo uno de los orgasmos más deliciosos que experimentó en su vida, ahogando un
grito para no ser escuchado fuera de nuestro lugar, unos cuantos segundos después
mientras aún seguía delirando de placer, mi cuerpo entero se estremeció
llegando dentro de él al cielo, estallando juntos diciendo los nombres.
Sudados, jadeando y complacidos, mezclamos nuestra realidad y la fantasía de la
forma en que solo nosotros podíamos... un beso concluía el momento que daría
inicio a otros más esa misma noche.
Atolondrados luego de amarnos bajo la ducha, fuimos a la
cocina por algo fresco, seguíamos prendidos en la mirada, cuando de súbito
Pedro preguntó una nimiedad.
__ ¿A dónde voy a dormir? No he desembalado la ropa.
__Contéstale, papá __llegó la voz de Fabián que con
sigilo entró al lugar, no oímos cuándo abrió la puerta, me miró, con lágrimas
en los ojos, supe, que ya poco quedaba por decirle.
__Hijito…
__ ¿Qué me vas a decir? ¡Amigos, socios! ¿Soy gay papá?
¿Es eso lo que volvió medio loca a Ana? ¿Son novios ustedes dos?
¡Contesta, mierda!
__Sí. Sos gay, lo sé desde niño. Y eso no cambia lo que
siento por vos.
Ve a la habitación, Pedro. Tengo que hablar con mi hijo.
Quiero comenzar el año sin omisiones ni mentiras, aunque es mi intimidad, nunca
lo sentí así.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.