domingo, 9 de mayo de 2021

NO SOY YO CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE


NO SOY YO

CAPÍTULO TREINTA  Y NUEVE

 

 

Siéntate bajo un árbol en otoño, y verás a las hojas moribundas

pero bellas, danzando a la vida con la fresca brisa. “Montecristo”.

“El otoño es una segunda primavera,

donde cada hoja, es una flor”. A. Camus.

 

__Agustín ayúdame __ pidió Pedro con expresión de súplica.

__Es que ya te conté lo más que puedo, y te di mi opinión pero no la aceptas __ le dijo el hermano.

__Es que estoy seguro que corresponde que yo le regale las alianzas a Guille, más si me dices que la otra vez lo hizo él__ le explicó y porfió.

 

__Pedro… La otra vez eras un crío, el un hombre hecho y derecho, y te recuerdo que siguen casados, no se divorciaron ni te casas de nuevo.

__ ¿Y?

__ Y que lo que hará Guillermo es ir a buscar la alianza que perdiste,  idéntica a la que te puso entonces, y la hará grabar con aquella fecha, listo _ concluyó Agustín mientras compadecía al hermano, y miraba de soslayo a Gaby que revisaba lo que le diera el abogado de Camila antes de llevarlo a Guillermo.

__ Ya sé que hace un siglo al parecer que soy su esposo, pero no lo  recuerdo, lo de Camila era mentira, por lo tanto esta es la primera vez que  me caso para mí __ le explicó -. Y yo no perdí nada, seguramente ella me quitó ese anillo aprovechando mi inconsciencia, para colocarme el otro que se supone yo compré para… no importa.__ Pedro un supo si seguir indagando o callar__. ¿Dónde fue la ceremonia entonces?

__Bueno, de a poco…  eso del siglo, me deja muy mal parado, no tanto tampoco, pero olvídate de las alianzas, las comprará él, yo te acompañaré por un traje decente, y seré tu testigo obviamente__ le dijo __ . Y la ceremonia fue acá, la despedida, la fiesta, así será ahora también, Guille solo con… la otra vez, con la mujer   fue a las tres de la tarde con testigos anónimos a un registro civil de una avenida, y no me digas nada, siempre estuvo casado contigo, hablo de antes de ti, cuando Ana y Fabián. Y no te preocupes por nada, con la letrada, y Daniela nos encargaremos de todo, catering, flores, videos, juez, niños, solo piensa en grabar cada instante de lo que perdiste.

__ ¿Qué pasa con los chicos? _ se asombró Pedro.

__Y nada, después de todo si se empecinan en comprar anillos ambos mejor será, porque están peleando para ver quién les llevará los anillos, listo, con Fabián nos encargaremos, uno para cada uno, pero no le digas nada a tu… esposo, y no me chillen como la otra vez por las tradiciones __ alertó Agustín__, bueno en verdad en eso el ogro es Guillermo, no quiere dormir sin ti la última noche, pero lo siento por él, así lo raptemos cumplirá por cábala con todo.

__ ¡Agus! _ murmuró Gaby en tono de súplica compadecida por el rostro de Pedro.

__Lo nuevo serán los trajes, lo azul… usen el ingenio, lo viejo,  bueno, Guille tiene el anillo, pero  escondan un pañuelo en alguna parte, y les prestaremos gemelos, listo __ resolvió el hermano__. Regalos no quieren pero la gente del estudio _miró con intención a Gaby que se hizo la desentendida__ les regala la noche en el hotel, los papás no lo sé, nosotros pagaremos todo acá, y luna de miel por lo visto no quieren, y entiendo que por ahora mejor no suban a un avión, te aclaro que  yo me encargaré de padres, así no te molestan, y…

__ Para, hermano, por favor, quiero decirte algo, a ambos _ musitó Pedro.

 

Pedro guardó silencio, perdió la mirada, y al hermano se le estrujó el alma, tal vez fuera muy duro hablarle de algo que para él era nuevo.

__ Disculpa, Pedro, pasa que a veces  soy yo el que pierde la memoria, aunque no lo sepas ni te des cuenta, aunque tu mente  esquive ese pasado vaya Dios a saber por qué_  intentó__, yo te veo tan igual, tú  no lo sabes, pero tus gestos, tu personalidad, tu carácter, son los mismos, y por ello tal vez volviste a amar a Guille, o nunca dejaste de hacerlo en tu esencia, es solo tu mente la que olvida, no tu alma ni tu piel hermano.

__Pero el casamiento no lo recuerdo, además los chicos quieren verlo, para ellos sí será nuevo, es algo que merecen luego de tantos años de separación __ concluyó, mientras Gaby alzó la mirada porque justo estaba  trabajando en las nuevas partidas de nacimiento__, digas lo que digas, y no importa lo que él haga, yo compraré alianzas, para esta ceremonia que para mí es la que vale, pues no recuerdo otra, me podrán mostrar fotos pero no es lo mismo.

__Bueno, entonces, si para ti este es el matrimonio, tendrás que pasar por todas, desde la despedida de solteros a todo _  se burló el hermano.

__ No te pases.

__Pedro, mejor nosotros nos mudamos a casa, llegarán tus papis y somos un montón _ dijo Gaby en tono de disculpa.

__De ninguna manera, es cuando más los necesitaremos, Gaby, además luego de la ceremonia querremos que estén junto a Daniela y los chicos, la casa es enorme _ convino Pedro.

__ Los viejos no son drama __ avisó Agustín__, ellos se quedarán en mi departamento, si bien ahora lo adoran a Guillermo, les gusta estar  en casa separada, ya les dejé todo listo. Y a  la gente del estudio hubo que invitarlos… pero le advierto a mi novia…

__Ni lo digas, que te veo, con Alberto no pasa nada, no di el salto en su momento, me casé con Antonio, y por lo que sé está muy bien con su antigua novia, Paola se llama,  no te gastes en celarme _ le advirtió y Agustín lanzó un suspiro de alivio y le dedicó una sonrisa.

__ No da que nos vayamos de viaje ahora _ informó Pedro__, amén de que ni locos subiremos a aviones,  no podemos dejar a los chicos, ni aun estando Daniela, ya iremos todos de vacaciones, más adelante _ les informó.

__ Igual la otra vez tampoco fueron a ninguna parte __ le aclaró el hermano__. Pero si quieren descansar  unos días,  puedo conseguirles una cabaña en el Delta, con yate y todo… Piénsenlo.

 

__Le diré a Guille. __Pedro se acercó al hermano y le clavó los ojos con lágrimas columpiándose en la cornisa de los párpados__, Agustín, eres casi mi gemelo, te sentí antes que a Guille al llegar, yo sé que los estudios y la carta de…  esa mujer, dicen que mi cerebro está sano, pero… si por alguna extraña razón, mi mente se  volviera a escapar alguna vez, si volviera a olvidar con ella a quienes amo, átame, no dejes que huya ni que nadie me arrebate de ustedes, que nadie vuelva a separarme de Guille ni de los chicos, ¿lo prometes?

 

__Eso no pasará, la tercera es la vencida _ respondió el hermano con el corazón encogido.

__ ¿Lo prometes?

__ Claro, lo prometo.

 

El abrazo llegó espontáneo hasta que el grito los sobresaltó y separó.

 

__! Tío! __ exclamó Malena que en una exhalación lo tumbó en el sillón, mientras Bruno de la mano de su mamá entraba a saludar primero a su papi, y Guillermo y Fabián los seguían de cerca.

__! Hola mi princesa! __ le replicó el tío, y Malena lo  miró enfurruñada.

__Mentira, ya no soy tu princesa, ahora es Gaby, yo solo soy tu sobrina, y por suerte la única que tienes.

__ Ah no, señorita, jamás, la única princesa de mi vida siempre será mi preciosa Malenita, no me corras sabandija, la letrada es mi reina, o lo será cuando nos casemos.

__ Sí tío, ya cásate _ le espetó muy seria_, es hora que sientes la cabeza como mis papás, estás grande.

__Gracias _ murmuró Gaby__, pasa que ni siquiera me lo ha pedido y no sé si quiero casarme… todavía.

__! Ufa, que son lerdos! ¿Y Betsy?

__En el colegio, solo ustedes se salvan hoy.

__ Hijita, basta, deja a tu tío en paz, y saluda a tu papi, ¿lo olvidaste?__ le reprochó Guillermo.

 

Malena sonrió a Pedro que le tendió los brazos y  olvidó a su tío para correr hacia él.

__Despacio, no me quiebres, sabandija hermosa. Mi reina absoluta, ya deja al bobo de tu tío, ahora me tienes a mí.

__ ¿Te sientes bien ya papi? __ le preguntó ella preocupada.

__ Sí mi amor, perfecto. Ayer solo estaba algo cansado, ya pasó, acá me tienes listo para ir de compras para renovar los votos con papá pasado mañana y para verte vestida de princesa _ le dijo besándola por todos lados.

 

__ Y Bruno me tiene  a mí _ afirmó Guillermo al ver la carita de desconsuelo del niño,  Pedro a veces  olvidaba los años que solo lo tuvo a él, y al revés.

__Los dos, él es mi principito desde siempre.

__ ¿Vamos a  comprar las cosas para el casamiento? __ preguntó la niña, y de súbito se tapó la boca__. ¡Qué tonta! Me contagiaron los amigos de Bruno, ellos son tontos, ya están casados.

 

Guillermo hizo una mirada cómplice y Gaby asintió.

__No aún,  estamos todos acá  para otra cosa, Gaby quiere hacernos un regalo _ explicó Guillermo__. Algo de ustedes, que por ahora guardaremos mamá o nosotros.

__ ¿Qué cosa papá? _se interesó Malena sin dejar de enredar el cabello de Pedro que se empecinaba en hallar en su hija rasgos diferentes a su propio rostro.

 

Guillermo cargó a Bruno y lo sentó en su regazo como Pedro a Malena, Daniela se acercó  a ellos con los ojos verdes brillantes, y Fabián y Agustín permanecieron en la retaguardia, mientras Gaby se acercó a ellos con la carpeta en la mano, entregó unos sobres al descuido a Guillermo, este sabía qué eran, como que ella no los había abierto ni sabía cómo era el acceso a la caja de Canadá, y lo ponía  todo en sus manos, solo si decidían no ir, quizás y solo quizás, lo hicieran ella y Agustín, le pasó a cada uno una partida, y copias de todo a Daniela.

Los chicos miraban sin entender,  el dique se rompió en la madre, y la catarata de lágrimas por tanto tiempo contenida se derramó ante la congoja de los chicos que fueron a ella.

 

__Mami, ¿qué sucede? __interrogaron casi al unísono.

 

Guillermo vio a Pedro casi en el mismo estado, y decidió hablar.

__ Eso que Gaby nos dio… __Tampoco pudo seguir al posar la mirada en el papel que lo declaraba padre de Bruno.

__Bueno _ asumió Gaby su rol__, ¿recuerdan cuando hace tiempo los llevé al estudio a firmar unas cosas por unos trámites? Era para esto, para rehacer las partidas de nacimiento con los datos correctos de los dos.

__ ¿Qué es partido de nacimiento?

__Partida hijita _ corrigió Guillermo con voz ronca.

__Es que esa señora mala que los separó, y mintió, hizo que cuando nacieron, así como cada uno se fue a un sitio, con un papá, así fueron inscriptos mal, cuando saquen documentos, si no se corrige, la inscripción esa que se hace al nacer con los datos de fecha, hora, lugar y papás, no sería correcta, ustedes hasta hoy no tenían papeles reales, verdaderos.

Los chicos seguían entre confundidos y curiosos.

 

__ A ver _ intentó Gaby__, por ejemplo, Brunito tenía un papel, eso es la partida de nacimiento, un papel que les da  el registro civil, donde decía que había nacido en Chile, que la mamá era Camila, y el papá Pedro.

__Pero eso es todo mentira _ entendió Malena__, si somos gemelos y nacimos juntos, y mamá nos dijo que ella nos llevó en la panza _ explicó.

__Claro, por eso rehíce todo, porque esa mujer que se llevó a papi, como él no recordaba, puso lo que quiso, y ahora, al fin Brunito tiene su partida de nacimiento donde dice que nació en Buenos Aires, de Daniela, y que tiene dos papás, con nombres y apellidos correctos,  tú Malenita que tenías los datos mejor, solo ahora  cambió que tienes como otro papá a Pedro, ¿entendieron?

__Sí, ahora sí, ¿y eso es muy importante?

__Muchísimo, lo verán al crecer, ahora tienen su identidad,  y para los papis lo es…

__Gracias, Doctora _ musitó Daniela entre lágrimas__, no imagina cuánto añoré tener esto  ante mis ojos, y que ellos supieran la verdad, y crecieran juntos…  _ La voz volvió a quebrarse.

__Lo sé Daniela.__ Gaby apoyó su mano en la de ella apenas algo mayor y la entendió desde el alma, mientras Pedro y Guillermo se abrazaban transidos de emoción, sin dejar fuera del enredo a los chicos, Fabián que había sido testigo de todo, lloraba por su lado.

__Guárdalas tú, Daniela __ le concedió Pedro.

__No Pedro,  ustedes lo harán mejor, yo solo romperé las falsas, y les pediré una copia para trámites futuros.

__Hay copias certificadas para todos, Daniela _ explicó Gaby.

__Bueno _ exclamó Fabián _ como siempre sacando a sus padres del dolor__, ahora sí, a repartirnos en los coches y a comprar la ropa o adiós fiesta _ los conminó a ponerse en marcha.

 

__ Yo me llevo a mi viejo, y tú Agustín a tu hermano, las damas y Brunito van por su lado o no comeremos ni a la hora de cena, traten de no embobarse con la ropa ni encapricharse, que después de todo solo estaremos nosotros __ les dijo el mayor.

 

__Fabi, yo no lo recuerdo, y los chicos y Daniela no estuvieron _ le recordó Pedro.

__Lo siento entonces, habrá que hacer todo  de ser así.

 

Una alarma sonó en el pecho de Guillermo y asesinó al mayor con la mirada.

__ Las tonterías esas de mujeres… no, yo ni loco pasaré por eso de nuevo, aunque Pedro no recuerde…  eso lo sabe, nada de dormir separados, de lo nuevo…  lo viejo…

__ ¿Qué?

__Lo siento cuñado,  para desgracias tuvimos demasiadas _ lo amonestó Agustín__, y al parecer Pedro quiere un casamiento pues no recuerda ninguno, tendrás que cumplir con todo, no tentar a los demonios otra vez.

__Ni loco.

__Papá, yo quiero ir con ustedes _ se colgó Bruno__, Malena estará horas eligiendo vestidos, yo soy hombre.

 

Guillermo se acuclilló y le enmarcó el rostro.

__Para eso gracias a Dios falta bastante y mejor ni me recuerdes que Malena alguna vez cumplirá los quince.

__Pero papá, qué tonto, todos cumplen años.

__Está celoso __ le dijo Pedro__, no quiere que te persigan los chicos, por eso lo dice.

__! Pedro, no le des la idea! A esa edad más le valdrá estar eligiendo carrera universitaria.

__ ¿Y si no quiero y me quiero casar? Yo no quiero ser abogada como todos _ se empecinó Malena.

__Buena que lo serías piojo __  convino Fabián__, o actriz mejor.

__No, quiero ser como mamá, casarme y tener cuatrillizos __ lanzó, y todos quedaron de piedra.

__Brunito, amor, donde iremos con papi no tienen ropa de tu tamaño, anda ve con Gaby y mamá, o demoraremos demasiado.

__Lástima que no llegue, pude hacerles yo misma la ropa __ ofreció Daniela.

 

__ Ya tendrás ocasión y más de una, andando _ los conminó Pedro.

 

Guillermo, Fabián y Gaby demoraron adrede.

 

__ ¿Qué te dijo el tipo ese? __ le preguntó a Gaby.

__Nada, me dio los papeles de todo lo que hablaron, no indagué demasiado, ni abrí nada _ dijo ella_,  hasta que ustedes no decidan qué hacer no me lo pareció.

__ ¿Y de lo que hablamos? _ le preguntó Fabián__, ¿no lo consultaste?

__ Estás loco, es abogado enemigo, ni loca.

__Bueno, Gaby, guarda todo tú, no quiero que Pedro vea nada, ahora que se siente mejor, me pidió pasar en paz estos días, no se hable del tema, hijito, tú, pasa a buscar lo que compré sin que Pedro lo sepa, te esperaré en la casa de ropa _ le dijo enigmático.

__Guille, Pedro dijo algo que me dejó pensando _ le informó Gaby__, ya te contaremos en detalle, pero si al fin no quiere nada de Camila, no es prudente dejar eso  sin saber de qué se trata, tal vez nunca lo use,  quizá cambie de opinión, pero lo más importante sería que ni Dios lo permita si alguna vez su memoria le jugara una mala pasada, eso podría ayudarlo, si decide el no, lo rescataremos con Agustín y lo guardará el hermano _ resolvió Gaby.

__Lo sé, por nada perdería eso _ reconvino Guillermo__, racionalmente me digo que todo pasó, pero  el temor queda, hay una memoria y una herida que supongo solo los años podrán suavizar, aunque por las dudas quiero tener todo en mis manos _ les dijo__, y en cuanto a la herencia como albacea y con la edad de los chicos no puedo echarla a la basura, pero intenta saber si puede hacerse lo que dice Fabián, y vamos o sospechará.

 

 Guillermo volvió locos a dependientas y dependientes de varias tiendas de ropa de marca, ningún traje le gustó, las camisas no le entraban, y no soportó corbata alguna, y el asombro se pintó en el rostro de Fabián cuando al llegar de retirar la alianza, idéntica a la que Pedro perdiera, del casamiento real, halló al montón de chicas y chicos junto al probador, y  la montaña de ropa al lado, no le cupo  ninguna duda de que allí encontraría a su padre, se abrió paso sintiendo ya el rubor en las mejillas, y entró, hallándolo desmelenado, a medio vestir y protestando frente al espejo, entre otra maraña de telas.

 

__Viejo, ¿qué se supone que estás haciendo? __  le espetó__. ¿Es que ya volviste locos a todos esos pobres que están afuera?

 

Guillermo sonrió a su pesar ansioso, arrebatándole la cajita de la joyería, intentando no romper el envoltorio, mas deseaba corroborar que el anillo fuese el deseado.

__Dame eso, que vas a romperlo  de cualquier modo, es lo que encargaste, y de esto olvídate, ya sabes que los anillos los llevará Malena, me encargaré con Agustín __ lo  conminó empecinado mientras azorado revisaba la ropa echada por todas partes.

__ Quiero verlo.

__! Dije que no! Papá, por favor, ni siquiera es un casamiento, ¿me puedes decir para qué demonios pediste todos estos trajes si Pedro quiere que todo sea como la primera vez?

__ ¡Y un corno como la primera vez! Debiste decirme que dejara de comer mermelada y pasta y que fuera a un gimnasio, no me cabe nada, estoy gordo, panzón __ lo miró furioso y desafiante.

 

__ Y  calvo_ remató el hijo y esquivó el puñete__, ya papá, por favor, que no son los pibes de antaño, ahora te das cuenta, Pedro también está más rellenito y dudo que haga un escándalo por ello, y no me refería a eso precisamente, sino a que no irás con traje, sino con esmoquin.

__ ¿Qué? Ni lo sueñes, no me pondré el moñito, por favor __ lo increpó y empezó a revolver entre los trajes.

__Papá __ lo cortó Fabián decidido, la primera vez usaste  esmoquin negro, y ahora te pondrás lo mismo, nuevo, pero lo mismo, ¿no querrás engañar a Pedro, no es así?

__Hijito __ intentó el padre controlándose__, la primera vez invitamos a medio mundo, hicimos la gran fiesta y era un casamiento, ahora recién me entero que estarán mis suegros y la gente del estudio, de  la empresa no invité a nadie, Pedro menos, y…

 

__Sin excusas. __Fabián tomó la montaña de ropa que lo tapó y salió dejando a Guillermo en camisa y bóxer, embargado de una furia asesina, y sin ver el anillo.

 Se encargó de pedir disculpas y devolver todo el estropicio, y le pidió a una chica muy linda un esmoquin negro con camisa bordada blanca   por lo que fue obsequiado  con una bella sonrisa de la  vendedora.

 

__Me queda peor que el más feo de los trajes, un muñeco de torta, eso soy con esto _ rezongó el padre, mientras Fabián no se dejó amilanar y lo contemplaba fascinado, para acallar las protestas le dio algo que Pedro le confiara, en verdad era para la noche, pero en vistas del  humor del padre adelantó el regalo.

__ ¿Y esto?

__ De parte de Pedro, mientras haré envolver este, llevamos todo, te queda perfecto __ confirmó y se escapó.

__ ¡Fabián, no dije que…!

 

Calló al descubrir la adorada caligrafía, se sentó en el banquito y leyó:

 

“Íntimamente me desnudo ante ti, me reconozco en plena piel y hueso y mi más importante músculo te declama que hay días que me cuesta sostener mi propio cansancio,  que camino sin rumbo y despistado deseando estar en otro lado.

Hay días que todo me sobra,  que salto al primer comentario,  que todo me enfada, que pienso que todos están equivocados  y que vivo en un mundo que me expulsa. Hay días que llevo demasiadas lágrimas e insomnios aferrados a este ser casi desprendido de su alma… Veo un pájaro herido y lloro,  me aturde el ruido, por eso me encierro en mi mundo de silencio, que los demás no entiendan mi tristeza, ya casi que ni lo contemplo.

Te habrás dado cuenta que llevo días sin escribirte, sin dejar mis huellas adheridas a tu pupila… están siendo días que creo que todo sale mal,  que las alas han desterrado esos instantes de saltar al vacío  para navegar como aquella botella al mar, a la deriva… Pero al fin y al cabo solo son algunos días,  cada vez menos, porque lo cierto es que  de un tiempo a esta parte, tengo la fuerza, las ganas  y la motivación suficiente para seguirme levantando  después de cada caída.  Para arrimar el hombro cuando hace falta,  para comprender a los demás. Por eso sigo adelante y acelero cuando hace falta. Sin remordimientos.  Por eso me alejo de lo que ya no me sirve  y me doy lo que necesito...  Tú.  Porque el equilibrio en mi cabeza es bien difícil  y sin duda es lo primero. Me he dado cuenta que me sobraron titiriteros en mi circo y me faltaron payasos para reír, tú y contigo quiero reír amor mío.

La dulzura de tus ojos  me cubre cuando me miras tiernamente,  irradias mi ser de alegría  cuando sonríes tan feliz  y descubro la belleza de tu corazón a cada momento  que estoy cerca de ti, y  es imposible no amarte y estar tan enamorado del ser maravilloso que me redime, comprende, acepta, ese que eres tú.

Una mirada me cambió la vida,  una sonrisa me atrapó, una caricia me encadenó y aquel beso me dio la puntilla, ¡ay corazón! que te vuelves arrítmico como en una pesadilla,  abres las melodías y sueños dormidos que el amor destapó. Se abrió la caja de los truenos,  los desatinos y la ilusión, el deseo despertó emociones y el mundo cambió sus colores, el invierno se vistió de primavera con el aroma de las flores y el sonido de las aguas del río son notas de una canción. Las montañas se hacen planas y dejan ver más horizonte, la vida se viste de alegres fiestas y el amor más grande crece, la luz del sol brilla y resplandece en la mirada que enardece sin camino que no ande ni reto o desafío que no afronte. La vida comenzó con la mirada emotiva e ilusionada,  con delicadas ternuras en un estallido de amor y emociones que las reflejan los ojos y abren los corazones que seducen,  te atrapan y atan a una persona enamorada. No encuentro una puerta de salida,  mi destino está marcado, quedó en el castillo dentro del cuento del príncipe encantado para darle mi beso de la vida a su sonrisa y su mirada, y en un cartel grande diga... este eterno amor quedó sellado.

Cada vez que te veo inspiras a mi corazón, haces que mis pensamientos vuelen como  golondrinas, me dejas volando, dando vueltas, eres un peligro ambulante, llamas la atención. Tengo que ponerme un cinturón, ahora no huyo,  me tienes enjaulado sin jaula, me siento   encadenado sin cadenas, como marioneta sin tocarme, esclavo sin ordenar ¿qué será?

Siento que mi corazón no cabe en mi pecho, he perdido el control sobre él, y me dice: ¿Qué? Ya no lo mando, se ha revelado contra mí porque la puerta le he cerrado con candado. Hoy le abrí una ventana, y tú que apareces, el vio un rey, una dios hermoso y comprendo por los años que ha estado en su prisión, sin cariño, sin una gota de amor. Estamos en una pelea constante, está bien ilusionado  con tu belleza ¡dime,  qué hago! ¿Lo encierro en su prisión? Puede volverte  loco cuando lo conozcas…  quiere tu amor...

Por si no me salieran los votos ante todos, te digo ya que te amo y siempre te amaré, que aunque no lo recuerdo, supe a poco de llegar en un destello de lucidez que acabábamos de reencontrarnos al igual que un río el cauce que lo lleva al mar o un astro a su órbita, supe que a partir de ese momento si las cosas no salían los dos vagaríamos en soledad por nuestras respectivas oscuridades y sombras, para tal vez, solo si eso fuera cierto, nuestros espíritus se unieran y reunieran en otro plano para perdernos juntos para siempre. Por ello mi amor, es que te agradezco el haberme tomado de la mano, y te pido que nunca dejes que vuelva a soltarme. Tuyo desde y para siempre”.

 

 Cuando Fabián regresó, lo halló con la carta pegada al pecho, y el rostro bañado en llanto de emoción, la mirada en algún momento de esos años de ausencia, y la ternura que lo envolvió, lo llevó a abrazarlo sin tapujos, para cuando al paso Agustín los vio, y se paró en seco.

 

__

__No hermano, ni loco usaré esmoquin, ¿qué me puse la otra vez… y Guille? _ empezó Pedro  en el mismo trance que su esposo__. ! Por la cresta que si hasta estoy gordo! Desde que llegué de Chile no volví ni a correr, debiste avisarme, me veo espantoso

 

__! Ah no!, de nuevo el numerito no,  dijiste desear  el casamiento que no recuerdas, pero yo sí lo tengo presente, por lo tanto nada de lo que te diga o haga lo vas a discutir, o dejaré todo plantado y me iré de viaje _ lo amenazó Agustín__. Ya demasiado tendré con los viejos, dicho sea de paso si piensas estar el día buscando qué ponerte, te aviso te quedarás solo, porque debo ir a buscarlos y llevarlos al departamento__ continuó__. Para tu información, Guille lució esmoquin negro que es su color, y tú el blanco, por tanto deja ese traje gris de luto, y te pruebas el esmoquin, el moño será de raso pastel, igual que la camisa, y se acabó, ¿entendido? Y ya que estamos, las alianzas las llevará Malena,  mejor dicho, irán los dos hacia ustedes con el lío de anillos, ya avisé a la jueza, que seduje algo para que no me echara, le dije que son algo… especiales.

 

__! Agustín!

__ ¿Grabaron la fecha actual?

__Tal como lo pediste, ¿listo?  Nos esperan las chicas en el patio de comidas y luego tengo que huir a buscar a  padres.

__ No son muy efusivos conmigo, no les gusta que sea gay ¿verdad? __interrogó Pedro.

__No es eso, al principio, mucho no les hizo gracia porque adoraban a Camila, luego que se curaron de espanto y en tu ausencia aprendieron a querer a Guille, son así, les gusta guardar distancia, pero claro que te quieren y te aceptan, ya no veas fantasmas donde no los hay. Salgo y te cambias __ le dijo sin saber la sorpresa que hallaría cuando cruzó los vestidores en busca de la vendedora.

 

__! Agustín! ¿Acaso estás acá con Pedro?

__No cuñado, lo perdí en el camino, adrede __ le dijo resoplando__. Ni se te ocurra dar un paso que te conozco.

 

__Quiero darle un beso.

__ Quieres espiarlo vestido, y no se ve vestido al novio hasta el casamiento, por tanto el beso se lo darás luego _ lo coligió, y Guillermo les dio la espalda furioso, a su hijo y cuñado.

 

 Pedro escapó mientras  iban rumbo al patio de comidas, necesitó el refugio del aire del río, verse en el reflejo, serenarse y grabar cada instante de ese día, el primero de sus páginas en blanco, llevaría en su mente dos libros, en uno las hojas las llenarían los recuerdos construidos en base a relatos de sus seres queridos, en el otro, los que empezaría a grabar a fuego en la mente, retinas y alma desde el día en que cruzó la Cordillera, solo pedía a Dios que nunca volvieran a borrarse, no esos.

Era una tarde de nostalgia en la que se rozaba la melancolía.

Un cielo encapotado invitaba a que el corazón sacara a relucir sus más íntimos sentimientos y que el alma pusiera al descubierto sus más secretas peticiones.

Quien quiera que allí estuviera presente contemplando esas grisáceas nubes, sentiría la necesidad de despojarse de todos aquellos pensamientos o emociones que lastraban su ánimo.

Pero por esos misterios que envuelven a la naturaleza humana, todo aquello que llevamos en nuestro interior, sin saber cómo ni por qué, trasciende nuestro corazón, se escapa del cuerpo e inunda el aire que le rodea hiriendo a la mismísima naturaleza con esos sentimientos.

Y así fue cómo esos árboles, que rodeaban a alguien que estaba liberándose de su mundo interior, se hicieron eco de las plegarias de su alma y de los suspiros de su corazón y se alzaron en busca del cielo, como si ellos mismos hubieran quedado heridos por la melancolía que destilaba quien allí se encontraba.

En ese instante, en el aire se aunaron las súplicas y lamentos de un corazón necesitado y el rumor de unos árboles que, con el oleaje de sus ramas, sembraron el cielo de ecos suplicantes.

El cielo, hasta entonces impertérrito, como ajeno a esas peticiones y lamentos, empezó a resquebrajarse. No pudo resistir esa embestida en la que un corazón y la naturaleza formaban un solo espíritu y sintió que su propia alma quedó herida de esa lástima.

Iba aumentando el eco de esas ramas según iba creciendo, en el corazón que allí estaba, las emociones y los pensamientos.

Desbordadas, las nubes empezaron a retirarse formando claros en ese grisáceo cielo.

Ese espíritu suplicante había conseguido, después de mucho llamar, que el cielo le abriera las puertas.

Quien allí se encontraba, al ver el cielo abierto, al contemplar que su melancolía y nostalgia habían encontrado aposento en ese cielo al que suplicaba, recuperó un aliento de vida y miró, con optimismo, lo que le rodeaba.

Una vez más cobró vida ese misterio.

Ese corazón y espíritu, una vez amansados, transmitieron su estado a esa naturaleza que le rodeaba y, esta, recuperó la paz. Los árboles, viendo que la voz de sus ramas había conseguido el objetivo, se aplacaron y volvieron a ese estado natural en el que se dejan acariciar por el viento.

Sí, el cielo seguía siendo plomizo, pero un desgarrado corazón y una fervorosa alma consiguieron dibujar, en él, una luz, unos claros que delataban que alguien fue capaz de compadecerle.

Se reunió con todos en algarabía, sintiéndose liviano, en algún recoveco sabía que dejó decisiones pendientes mas era su propósito disfrutar en paz de lo planeado antes de la llegada de esa herencia del pasado.

 

__Papi, Papá, mi vestido es alucinante __ se entusiasmó Malena y se  sentó como desde que lo adoraba en el regazo de papi, Bruno hizo lo propio con el papá.

__Mi traje es precioso _ dijo el hermano.

__Soy la madre, no debería opinar, pero serán dos bellezas, el hada y el duende _ aseguró emocionada Daniela.

__Bueno, pero no se cuenta nada __ les advirtió Gaby__, queremos que todo sea sorpresa para los papis, ¿verdad?

__Bueno ¿y cuántos seremos? __ interrogó Guillermo.

__Pocos __ adujo Fabián__, la familia entera, Gaby y la nena, le gente del estudio, y poco más, lo justo _ le informó.

__Hijo, puedes traer a la chica que te gusta, al fin nos sentimos unos egoístas, ya estamos grandes, y no tienes que seguir dedicado a mí _ lo conminó el padre.

__ Puede ser __ respondió el hijo enigmático __. Aunque les advierto que aunque me torturen, quiero disfrutar de estos monstruitos antes de que sean mayores y huyan, los perdí juntos por demasiado tiempo __ dijo mirando a Bruno y Malena.

 

 Ya de regreso en casa, negados a la despedida de solteros pues no lo eran, Pedro fue a saludar a sus padres, mientras Guillermo llamó a Marcos para confirmar que todos asistirían y para calmar la ira que pugnaba por despertar a sus demonios, por sobre tener que lucir el esmoquin y no haber visto el anillo, le negaban dormir con Pedro antes de la ceremonia, su ánimo no podía ser peor que si estuviese rodeado de carceleros.

Por otro lado sabía que luego de esos días  la vida les presentaba complicadas decisiones, pero confiaba en que el amor que se tenían lograra resolverlas, al fin y al cabo ellos estaban destinados a unirse una y otra vez. Y aun cuando con todos se mostrara distante y con ceño, su cuerpo llevaba la memoria de Pedro que se había de nuevo entregado a él sin exigir, trastocándolo todo… como siempre fuera. Era un hombre que estaba a la par, no como esos de farsa, uno con quien perderse, en el cual perderse… para siempre.

Pero al fin a la noche, se dieron el gusto y a casa se llenó de gente, apenas pudo estar junto a él, se lo robaban todos, desde sus padres, a la gente del estudio,  era inconcebible, se sentía traicionado, no le perdonaba que se convirtiera en el centro de atención de la velada cuando estarían separados una noche.

Y rumiaba su furia en un rincón del invernadero.

¡Su Pedro era distinto! ¡Qué tenía que hacer con esos parlanchines superficiales que solo hablaban tonterías! Caminó en la oscuridad, pensando que él tenía más derecho en poseerlo, había sido su primer hombre, el único y su amor, él seguía vibrando entre sus brazos pese a todo lo sucedido, lo volvía a elegir, y se confiaban su mayor tesoro uno al otro, sus hijos.

Pedro no podía ignorarlo, o casi, cuando se deshacía en gemidos cuando él entraba y se quedaba en su cuerpo.

Casi podía reír, mas en lugar de hacerlo, luego de varios tragos, y lejos del bullicio, se dejó caer en un banco, se quedaría allí hasta el fin de la velada.

Cuando los últimos invitados se despedían en el porche, ya Pedro se preguntaba dónde estaría su esposo, furioso seguro, pero no podía negarse a esa gente que también lo había extrañado, a sus padres, Guillermo era muy posesivo a veces, y aunque todo lo solucionaba basado en su fuerza y poder, a veces sentía que lo vivido no le hacía sentirse merecedor de su cariño,  y él dejaría la vida para demostrarle su amor incondicional.

Se dirigió a su habitación a través del invernadero.  Aquel recinto con su techo de cristal se iluminaba solo con el resplandor de la luna, y las enredaderas y macizos de flores parecían figuras en la oscuridad y a contraluz del exterior. Pedro avanzó con lentitud, Guillermo se ocupaba en persona de esa obra de arte, tanto como del jardín y por ello disfrutaba de ambos mucho más, del aroma de las hojas y la tierra concentrado bajo la cúpula artificial. Se detuvo ante los canteros de pensamientos, según la leyenda los representantes del amor verdadero, los había azules, púrpura, blancos, flores discretas con la hermosura guardada en sus pétalos, y aunque sabía que carecían de perfume se inclinó sobre ellos.

En ese momento, sus nalgas chocaron con algo que se mantuvo firme detrás de él, se incorporó, y unas tenazas lo aprisionaron sin remedio.

 

__Cuidado, mi hechicero, si miras esas flores _ dijo la voz al oído__, el rostro que verás a continuación será el de tu amado.

Intentó deshacerse del abrazo, pero le fue imposible.

__Guille, suéltame, estás borracho __ le espetó.

__Por tu culpa, me abandonaste sabiendo que nos separarán una noche __ le devolvió el golpe __,  además solo tomé un whisky y es como mejor razono, aunque no es lo que deseo precisamente.

__Guille, ve a dormir la mona, que el casamiento será un papelón con tu resaca _ jadeó con fastidio.

__Ya soy tu esposo, dime esposo mío como siempre fue.

__Hoy es otro día y estás borracho.

__No, o un poco pero por tu culpa.

Pedro volteó el rostro, y descubrió una sonrisa que lo desarmó, no podía con la seducción y sensualidad de ese hombre, y aun sin recuerdos imaginaba que nunca había podido.

__Listo, perdiste, me miraste _ dijo él.

__Deja de decir pavadas.

__ No lo son, estas flores se usan para la conquista, el aroma se lo daremos nosotros.

Aunque su tono era bromista, Pedro pudo captar un filo insidioso en la voz, y supo que él lo había estado esperando allí, era la fuerza que lo impelía a ir, y se sintió tonto pensando que era la de las flores. Se estremeció a sentir el calor que desprendía el cuerpo masculino, y la fuerza de las manos que acariciaban sus laderas. Se encontraban ocultos por un macizo de flores, al borde del baño de luna que hendía el cristal. Guillermo recorrió con una sola mano su vientre, deteniéndose en la zona del cinto que desabrochó, y subiendo luego al inicio de la camisa para colarse allí.

 

__ Sos hermoso, tanto como el primer día en que con tus hoyuelos me hechizaste, tenías armas ocultas que no pude esquivar, por fortuna pude y puedo reponerme tras cada ataque mortal.

__Mañana hablaremos _intentó Pedro con aparente mesura, aunque no las tenía todas consigo tampoco__, se ha hecho tarde, y nos esperan días intensos.

__No es tarde para el amor cuando me privarán de vos hasta dentro de otro siglo. ¿O solo te gusta hacerlo de día y en la cama?

Lo desafiaba, estaba enojado y se mostraba grosero para provocarlo,  pero Pedro en esos momentos sentía la culpa, el haberlo dejado en el olvido por años, una y otra vez, y nunca podría resistirse.

_Después de hacernos el amor,  donde la furia se desata entre tramos de tormenta y dulzura haciendo que se desprendan  olas incontenibles de caricias y besos, llega la calma y con ella esa exquisita sensación de quedar con el corazón exaltado, con esa plenitud que solo da el amor donde los aromas de nuestra intimidad quedan impresos en nuestra piel y donde la pasión hace erupción en dos almas que se aman, qué lindo y placentero que nos abracemos desnudos donde nos comprendemos casi sin hablarnos,   donde las caricias son suaves olas en la playa de nuestros cuerpos y cómo nos damos suaves besos que saben a ternura, donde al mirarnos, la luz del amor se asoma en las pupilas y el gusto por querernos se hace pleno y maravilloso.

 

Nadie podrá decirte las cosas que yo te dije ni sabrán decírtelas como yo lo he hecho, pasarán los años, estos  dichos olvidados en algún rincón de una casa abandonada, pero en tu pecho los llevarás, sin quererlo, indelebles, porque llevan impresa tu imagen tanto como la mía, son reflejos de un mágico espejo que al contemplarlo se convierte en caleidoscopio, en un mosaico íntegro de toda una vida, los momentos que se vivieron, aquellos que podrían haber sido y jamás lo fueron, todo sentimiento de amor que manifieste un alma es una palabra dirigida al Ser Supremo, humilde alabanza que a su vez lucha por romper los velos que nos ciegan a la única realidad, el infinito devenir que todo lo da y todo lo quita en el incesante fluir de cambio donde todo aparece, desvanece, quedando grabado en los desdobles cósmicos del universo.

Nada se pierde y nada se olvida, en el recuerdo eterno somos una sola alma por encima del desmesurado yo, todo amor, ternura y calor acercan a todo corazón humano a la Fuente de toda existencia, manantial de la época dorada, paraíso prometido que se adquiere con solo pedirlo. Pido amar y buscar en todas cosas lo más bello. Agradezco las intensas vivencias que se me han regalado, los cariños, las noblezas y el calor humano necesario para vivir. De nuestras vidas nada se pierde y nada se olvida _ concluyó Guillermo con voz ronca__. Aunque creas que puedes olvidarme, tu corazón siempre se sintió vacío sin mí, y nunca podrá perder la memoria ni obedecer a tu mente, sos mío desde siempre, solo mío.

Me porté mal, de abandoné a ella dos veces, me equivoqué…  pero siempre me perdonaste desde algún lugar y regresaste. Yo en cambio creí que merecía el castigo de perderte y tener que seguir acá,  vacío,  vagando sin alma solo por los chicos.

__Guille, estás borracho, no creo en ese tipo de castigos, y nunca tuviste culpa de nada __ le dijo con firmeza.

 

Guillermo parecía no escucharlo, Pedro alzó una mano para acariciar el rostro. A veces o antes de su llegada lo sabía un hombre acorazado, que había logrado en cada uno de sus abandonos, dejar en sombras su interior sensible, hasta que él regresó y logró ver esa dualidad, pero lo redimiría.

__Guille, Guillermo…

Él lo miró sin ver, ausente y perdido en ese pasado de ausencia, y Pedro ensayó un medio de mostrarle que estaba, acercó sus labios y rozó los finos como una pluma, y el sentido volvió a los ojos de Guillermo, que recuperó el fuego en su interior.

__ Dios mío, precioso _ murmuró, sacudido por un latigazo de deseo. No sabes lo que has hecho.

El beso que llegó lo traspasó a Pedro como una lanza, hiriéndolo de muerte, la lengua de Guillermo se apropió de su boca y llegó hasta lo más profundo, dejándolo sin aliento. Iba y venía, provocando, tomando, castigando. El fragor del afuera era un afrodisíaco a los oídos. Pedro podía sentirse parte del todo como si fuese tierra, agua, fuego. Guillermo lo besaba en todos los rincones, descubriendo aquellos nunca explorados, conquistando, dejando marcas y huellas, degustando su sabor picante en el mordisco, calentando con sus labios la piel fría, tomando su interior jugoso, fresco, desbordante de delicias.

Y sus manos se fueron deshaciendo de barreras  mientras pegado a los labios susurraba ternezas. Pedro no opuso resistencia cuando lo empujó sobre los canteros presionando sobre su espalda para hacerle sentir su porte a lo largo de todo su cuerpo.

 

__Es tu boca en donde inicia el hechizo que libera la perversión de mi mente, para quemar en deseo mi piel y descontrolar la excitación de mi cuerpo. En esa guerra de besos acompañada con caricias atrevidas desfallezco, dejándome llevar por la dulce tortura de tu lengua que somete a la mía, quedando indefenso y así hagas lo que dicte tu deseo.

Las corrientes eléctricas se descontrolan con el roce de tus manos en mi espalda, con tus movimientos letales de cintura, y caderas,  se me hace imposible no desatar mi furia. Esta firmeza que se eleva, ardiente como el infierno, pues en sus venas puedo sentir cómo con tu boca me transmites el fuego que me va dejando más indefenso.

En tu mano lo haces tuyo, la humedad que se desborda en su cúspide lo confirma y mis jadeos no mienten cuando los desatas, al sentir cómo  tus dedos van trazando cada centímetro, al sentir los movimientos de arriba abajo. Movimientos que vas coordinando con la humedad de tu lengua que vas dejando en mi pecho con la clara intención que llegará hasta ese punto elevado.

Decidido a ganar la primera batalla, le respiras muy de cerca, y con movimientos de maestría, lames desde mi punto más bajo hasta donde mi hoguera en torrente de mieles logra encontrar la salida. Lo recorres de lado a lado hasta dejarlo bañado, lo metes a tu boca a que pruebe las profundidades de tu gloria, ya no hay escapatoria, todos mis demonios a tu merced están entregados.

Succionas bestialmente, lo dejas,  respiras por momentos para bañarlo aún más con tu saliva viscosa, lo sometes de nuevo, y así, en ese perverso ritual, desatas los disparos de mi marea blanca hasta recibir la última gota. No cabe duda que el hechizo inicia y muere en la magia que llevas en tu boca.

 

Las piernas poderosas de Guillermo lo sostenían para que no cayese entre las flores, y  a su vez sus manos lo rendían, privándolo de su voluntad. Pronto la ropa fue un velo tenue entre ellos. Guillermo desató el cinto, bajó las prendas, descubriendo los muslos que moldeó con sus dedos, y marcó con dibujos caprichosos. Trabó sus pies a los de Pedro, para impedir que se cerrase ante él, besó sus nalgas que tomó entre sus manos y modeló a antojo, introdujo los dedos y el puño entre ellas, frotándolo en aquel sitio para prepararlo, aquel secreto lugar en el que solo él había entrado. Arriba, abajo, mantuvo el ritmo necesario para humectarlo. Ablandar la tensión que aún percibía en Pedro  que se resistía pese a su natural inclinación hacia el amor de ese hombre, mientras le lamía el cuello por detrás, terminó de quitarle la camisa y Pedro se mordía el labio conteniendo sus deseos de gruñir y suspirar. Cuando Guillermo sintió que podía soltarlo, lo acostó boca abajo sobre las flores, terminó de quitar el bóxer cuya visión lo privó de respiro, lo acarició con precisión y suavidad, y sus manos acallaban cada protesta con una caricia más y más osada, hasta que las quejas solo fueron suspiros. Un olor a tierra los envolvía, amortiguando el de sus cuerpos húmedos. Guillermo reemplazó la mano en puño por su miembro en una caricia larga e intensa, derrotando las prevenciones de Pedro, que cerró los ojos sabiendo que nada podía hacer ante la atracción fatal que ese hombre ejercía sobre él, entregarse a Guillermo aunque él lo olvidara con su mente una y otra vez, era un mandato que escapaba de su dominio. Al sentir que él pugnaba por entrar en su ser más íntimo, dejó que las manos fuertes y cálidas lo alzasen desde abajo para colocarlo en posición correcta y apretó los dientes al ser penetrado desde atrás y hasta el fondo, todo lo profundo que él quisiera, sin guardarse nada ni impedir  la furia intensa de su virilidad que se adueñaba de él una y otra vez, en embestidas hondas y lentas, mientras el roce de su pensamiento le recordaba que aquellas flores eran símbolo de amor verdadero.

__Mío desde siempre _ jadeó Guillermo, cuando gritó su punto de estallido, al que Pedro siguió en otro que fue su nombre en alarido que llenó a Guillermo de satisfacción.

Permanecieron un tiempo sin medir agonizando sobre los canteros, hasta que los corazones se aquietaron, las respiraciones se normalizaron, y poco a poco, la piel se les fue enfriando, en el mismo sudor hasta hacerlos temblar. Fue entonces cuando Guillermo lo ayudó a levantarse e intentaron recomponer sus ropas.

__Estás hecho para el amor _ susurró Guillermo rotundo__, para hacer el amor conmigo, solo conmigo y seguiremos en el dormitorio, y pienso aceptar esa cabaña que dice tu hermano y raptarte una semana.

__Guille, los chicos…

__Los chicos están rodeados de gente, y estaremos a un paso, no pongas excusas, poca gente se casa y reelige tantas veces. Bésame.

 

Pedro captó el tono, la súplica, la desesperación…  para él la ausencia, la distancia, aunque fuesen minutos o metros eran el estigma de perderlo de nuevo, eran siglos, y se compadeció de su sentir, porque al fin recordar era más tormento que su laguna eterna del pasado, rozó apenas sus labios en un beso casi angelical. Guillermo negó y gruñó, aplastó su boca contra los labios gruesos que mordió y succionó, forzando la entrada de la lengua con un embate ardoroso. Y devoró todo lo que Pedro le permitió y más, enseñoreándose de su suavidad y sabor. El beso descarnado duró segundos pero agotó las reservas de Pedro, que cayó rendido sobre el pecho de su hombre.

__Vas a matarme _ lo acusó él con un dejo de risa de rendición.

__Ya sabes de lo que soy capaz __ lo desafió Pedro.

_Cásate conmigo de nuevo Pedro Beggio, tenemos dos hijos que criar, el grandote que acomodar… __, y luego de aquel beso, Pedro no tenía nada que agregar, amaba a ese hombre con y sin recuerdos, al parecer su mente nada tenía que ver con eso, y era lo que más deseaba, estar pegado a él.

 

El día llegó y la casa lucía engalanada, Gaby y Agustín habían hecho milagros, desde el accionar legal con los jueces hasta los invitados, la comida, la música, los adornos, todo por esa pareja que había resurgido desde el abismo. En el salón de fiestas interior armaron la mesa para la jueza, Juliana, amiga de Gaby, las balaustradas de las escaleras lucían guirnaldas de flores y una alfombra roja descendía y se fundía con la del living y el salón, los murales y ventanales dejaban colar el perfume de las flores de afuera, que en canteros serpenteaban senderos, y entre las mesas dejaban sus huellas, como en su centro, una mesa larga mayor coronaba el jardín junto a la piscina, con cristalería de plata, vajilla de porcelana, mantel de hilo bordado, los mejores vinos esperando en las cavas, los mozos luciendo sus galas, las velas completando la magia, la orquesta de cámara para la cena y el baile de quienes lo desearan…  pero todo empezaba por y en ellos.

 

Guillermo, Agustín y Fabián como las mujeres ya estaban recibiendo invitados, y ultimando detalles, hablando con la jueza, la mirada furtiva del esposo se escapaba sin remedio a la escalera buscando a su par, la inquietud aleteaba en su pecho,  sentía más nervios que aquella primera vez, y ya era demasiado, Fabián que siempre estuvo lo intuía y reía en silencio, disfrutando de la felicidad de su padre. Fue la jueza quien lo devolvió a la realidad.

 

__Doctor, quiero que se quede tranquilo _ comenzó diciendo __, con Gaby revisamos todo lo sucedido desde que su esposo reapareciera, usted nunca pidió divorcio ni presunción de fallecimiento, solo se lo dio por muerto en Argentina, mas en Chile hasta conservó su identidad, cuando regresó Gabriela anuló  lo que se pensaba, rehízo los documentos, pero usted nunca quiso figurar como viudo, por tanto su primera libreta de matrimonio sigue vigente, por el solo hecho de que su esposo está vivo, y ninguno de los dos contrajo otro matrimonio en estos años.

__ Así mismo es __logró articular Guillermo__, siempre algo en mí se negó a creerlo o sentirlo en el fondo del mar, simplemente  me limité a esperarlo, y regresó, tras años pero lo hizo, e imagino que no acostumbra a testificar una renovación de votos, pero al tener dudas por lo mismo le pedí a Gaby que la llamara.

__ Entiendo, dada la situación, no tiene que disculparse, es más,  con Gabriela hemos  aclarado y rehecho cada documento, y para darle más tranquilidad, hasta le daré una libreta nueva donde testificaré que he asistido a esta renovación de votos de un matrimonio que siempre estuvo vigente, está todo en orden, y bien, tranquilo.

 

Cuando la música empezó a sonar el mundo se detuvo, los planetas dejaron de girar o lo hicieron en otro ritmo, puesto que Guillermo a punto estuvo de olvidar cómo respirar al ver a su esposo como un ángel vestido de blanco bajando las escaleras con uno de sus hijos tomando cada una de sus manos.

Los chicos eran sus alas, Malena con su melena rubia rizada y su vestido rosa hasta los pies, con una faja terminada en un gracioso moño en la cintura  parecía una reina a su derecha, Bruno enfundado en un traje celeste con corbata era el principito igual a Guillermo que tomaba la mano del otro lado, mientras los dos custodiaban el tesoro de alianzas.

 

Rato antes en el ensayo con los chicos…

 

_ ¿Por qué tantos anillos tío? _ preguntó el nene.

__ Porque tienen dos papás testarudos que quisieron regalarse anillos  los dos, uno será por el casamiento de antes, los otros por los votos de hoy.

__ Ufa, tanto pelear y ahora sobran _ protestó Malena enfurruñada con el gesto del padre.

La nostalgia invadió al tío pensando en esos gemelos idénticos de cada uno malogrados, a ellos les decían que lo eran pero en verdad eran cuatrillizos de los cuales vivieron esas dos réplicas de los dos papás, ya con los años llegarían a saber y entender…

 

__Malena, tú llevarás las alianzas de Pedro, te colocarás a su lado, y Bruno las de Guille, y dirán lo que les hice aprender, ¿sí?

__

 Cuando Agustín vio a Gaby, réplica de Malena en el vestir, quiso estar a su lado desde y para siempre, con Alberto solo intercambiaron un saludo formal, nada que lo alarmara.

Pedro se ató a la dulzura y el amor que colmaban los ojos color café, y ya nada más existió, esos ojos, el alma en ellos, la sensación de calor de las manos de sus hijos en las suyas, todo estaba en orden, nada más necesitaba, el mundo y la vida merecían la pena, y solo daba un paso tras otro en ese sendero que cubierto de pétalos lo conducía hacia el amor de su vida, hacia el hombre que desde muy joven le mostrara el camino del amor verdadero.

La jueza los recibió con una sonrisa, cuando se colocaron frente a ella, Bruno junto a su padre con su testigo que era Fabián, del lado de Pedro Malena y Agustín.

Escucharon las formalidades de un casamiento  casi sin oírlas, las miradas no lograban desprenderse, las almas se habían encontrado y unido con un lazo demasiado fuerte, y los hijos eran emocionados testigos de la unión de los papás,  que se volvían a elegir tras morir y renacer una y otra vez.

 

__Bueno, señores, como ya lo hablara antes, el matrimonio previo está vigente simplemente porque el Doctor Beggio está vivo, pero sin embargo, acordé con Gabriela celebrar la ceremonia, teniendo en cuenta que Pedro no  recuerda la previa, para que pueda grabar su casamiento nuevamente, en su mente, y quede en videos para los nietos.

 

La jueza siguió el ritual de matrimonio igualitario, ellos se miraban, los chicos se reconcentraban en su misión y en los papás, hasta que Malena hizo reír a todos cuando soltó.

__Al fin sí se están volviendo a casar _ dijo y el hermanito la miró con desaprobación__. Perdón se me escapó, pero es la verdad.

 

El encargado de fotos y videos filmaba al detalle para que Pedro tuviese recordatorio eterno por orden del hermano, y la jueza, no advertida de lo contrario leyó los votos tradicionales.

 

__ Yo –musitó Pedro mirando con amor a su esposo de siempre__, acepto a Guillermo con todo lo bueno y lo malo que acarrea en su vida, con sus virtudes y miserias, errores y pecados, puedo con uno y con otros, nunca lo juzgaría, pues todos cometemos errores, yo tengo mis pecados, y a mi pesar no los recuerdo, quizá sean atroces mas el amor de él los acepta, como yo sus debilidades. Y no necesito mentir ni a él ni a nadie, le he sido fiel aun sin recuerdos y lo seré eternamente. Estoy orgulloso de mi esfuerzo de haber sobrevivido sin saber que me esperaban… él y nuestros hijos, no tengo cuna ni fortuna mas todo lo que soy  y tengo se lo doy para siempre, tampoco voy tras ellas, me casé  aquella vez y vuelvo a amar y a unirme a alguien de quien no recuerdo si tiene dinero, o pecados que atormenten su mente, me siento orgulloso de él, de verlo levantarse una y otra vez como lo hizo ante mi olvido y aparente abandono y muerte, el nunca permanece en el lodo ni embarrado, se abre al amor, al perdón, a la paciencia, lo acepto como lo mejor que tengo, como el hombre que me enseñó el amor, que me permite ser padre de estas bellezas… y quiero que sepa que me siento orgulloso de él en cada uno y todos los aspectos de su vida, todo lo que él representa me es amado, y desde él, es que yo amo a estos niños que aunque no lo recuerde… decidimos concebir… lo acepto por su coraje, su fortaleza ante la adversidad, por su entereza ante la desdicha, por el amor que derrama entorno… te acepto amor mío  como eres y también por todo lo que eres…

Se midieron con los ojos anegados como estaban los de todos los presentes, sin percibirlo siquiera, ninguno desvió la mirada, pues se embarcaban en un viaje prolongado, en un combate que duraría más allá de la vida y ninguno asestaría el golpe final, se amaban demasiado como para desear la victoria, preferían rendirse antes de humillar al otro, se amaban más allá de la mente, de los recuerdos y de la muerte.

 

Gaby lloraba sin consuelo, y en un arrebato de resolución se colgó de Agustín y le susurró.

__ Sí, ahora sí quiero.

__ ¿Qué? _ respondió este confuso.

__Que luego de verlos, sí quiero ser tu esposa, tonto.

Agustín se coló como una exhalación tras la jueza, y no escuchó el llamado de ella, ni ella supo qué le dijo, y menos luego a Fabián, era un cruce misterioso de mensajes, y un aire premonitorio de expectación la embargó.

 

__Yo te acepto desde la primera mirada Pedro, desde que el destino te arrojó en mi camino cuando todo parecía prohibido, e imposible, yo comprendo cada despedida, ausencia y pérdida, yo  te acepto con retazos de recuerdos y con hojas en blanco donde escribir juntos nuestra historia de vida, yo te acepto con tus dudas y temores, tus culpas, tus miedos y la marginación a la que te condenó tu enfermedad y tu amnesia, yo te acepto más allá de lo que oculte el telón que no deja ver el escenario de tu mente en ese pasado que no conocemos nosotros, somos almas que nos buscamos y reconocimos siempre en la carencia y necesidad y aunque las mentes olviden o se evadan y separen los cuerpos, ellas son solo una, te acepto por tu fortaleza interior, eres tú quien siempre se mantuvo de pie, el que jamás se rindió, el que peleó a la muerte y al olvido, el que supo reconocer en medio de un laberinto el camino que te trajo a nosotros, y te acepto porque me hiciste bueno, al enseñarme a amar en vos, pude amar a todos llegando hasta Dios, volví a creer, me haces mejor persona, tu serenidad me contagia, me das tu alegría y dulzura que compensa mi malhumor, te acepto porque te amo, y no existe nada ni nadie que pueda argumentar algo para disuadirme, nunca mi alma te sintió muerto, siempre seguí esperándote, y no hay reproches ni peligros que me amedrenten, acepto cada incógnita del futuro pero juntos, sos hermoso por dentro y por fuera, y te amo sin excusas, te  siento como un remanso para mi torbellino interior, el faro en la tormenta, mi balsa en medio del naufragio, mi barco cargado de amor, mi refugio, mi hogar, no entiendo cómo pude sobrevivir sin vos, pero la certeza de otro reencuentro y los chicos supongo que fueron los milagros. Te amo, te agradezco, te venero, te respeto y te seré fiel más allá de esta vida, desde que nuestras almas se encontraron, pues sí, creo que éramos almas que se buscaban y al fin son una para siempre.

__Yo doy las gracias a Dios por haberme reservado la aventura causal de viajar a este país alguna vez, este que me brindó la bienvenida y también dolor__ siguió Pedro__. Por estos niños divinos y por Fabián que forman parte de mi vida y de mi ser, por la posibilidad de amarlos aun sin recuerdos, por las personas que tanto me enseñaron y contuvieron, por mi familia y los amigos que hallé aquí, y… __ se detuvo ante el nudo que atenazaba la garganta, agradezco a Dios, al Universo, a Quien mande el destino…  por el hombre que me hizo conocer el verdadero amor, y mi propia esencia que tal vez los hombres condenen pero no creo que ese Ser Superior,  pues aquí solo hay y verán amor, de Guille obtengo las fuerzas para seguir adelante pese a todo, para cumplir mis propósitos y con él quiero vivir el resto de mi vida.

 

__ Y yo esta y las que vendrán, todas si es verdad que hay más _ agregó Guillermo, yo agradezco por lo mismo y mucho más, por el motivo que vale todos los agradecimientos juntos, que fue el reencuentro de dos de nuestros hijos, el haberlos concebidos, con esa mamá que nos acompaña, y el que hoy estén a nuestro lado, y por mi otro hijo, que me dio una mujer que fuera mi esposa antes de saber de Pedro, y sí lo acepto como esposo para toda esta vida y para todas las vidas.

__Solo una cosa más __ balbuceó Pedro mirando con intensidad a Guillermo__, nunca quise dejarte, menos olvidar, pero si mi mente volviera a huir, quiero pedirte que nunca me sueltes la mano, que nunca permitas que vuelva a equivocar la ruta, pues por algo regreso y te vuelvo a amar, porque mi corazón debe de recordarte, y porque somos solo un alma.

 

El silencio fue roto solo por sollozos y suspiros, hasta la jueza había quedado muda, la conmoción se podía palpar en el aire, los envolvía más allá de ellos, de las paredes,  como un  aura mágico, y nadie supo quién dio las palmadas, pero el júbilo estalló en aplausos y vítores, en abrazos y felicidades de todos, hasta que Bruno muy serio se colgó de la manga del traje de su padre.

 

__ Papá __ le llamó, y su manito sacó la caja del bolsillo, se la dio__. Te entrego a papi, y las alianzas con fecha de hoy que él te regala para que simbolicen cuánto te ama_ recitó sin titubeos, Guillermo sintió el corazón henchido y cruzado en la garganta.

__ Papi __ siguió Malena con los ojos enrojecidos por las lágrimas__, te entrego la alianza igual a la que perdiste o te quitaron junto a la que papá siempre llevó en el dedo, para que sepas que estaban casados, te bendigo para que seas su esposo para siempre y nunca más vuelvas a alejarte.

 

Los padres mudos,  con  el llanto abierto bañando las mejillas se acuclillaron y se enredaron en un abrazo con los chicos, al que se unió el mayor, y la jueza, rescató las alianzas y puso orden.

__ ¡Cuántos anillos!

__Bueno, doctores, a colocarlos, será… uno de recordatorio de que hace años se eligieron, otros de esta renovación de la promesa.

Una vez recompuestos a medias, intercambiaron los anillos, primero los antiguos que ahora volvían a ser un par, luego los que comprara Pedro, y la jueza los volvió a declarar esposos,  unidos de acuerdo a la ley de matrimonio igualitario, mientras los testigos firmaban, ellos ya lo habían hecho como listas esperaban en la mesa dos libretas de matrimonio, como dos hijos sobrevivientes tenían.

Las miradas se encontraron, Guillermo acunó el rostro de Pedro, barrió las lágrimas antes de besarlo en profundidad, reclamando su rendición total y eterna, la lengua masculina buscaba los rincones  jamás besados y se adueñaba de las sensaciones de Pedro  sin escrúpulos, este respondió, salió a su encuentro con audacia. Así, enlazados, el calor trepaba por sus cuerpos y el mundo se redujo solo a ellos dos, unidos en alma y cuerpos, mientras los aplausos tronaban alrededor.

 

Un grito de Agustín los sobresaltó a todos cuando Guillermo y Pedro recibían sus libretas abrazados por los chicos, era Agustín que pedía que no se dispersaran, mientras Gaby que de súbito entendió lo que estaba sucediendo, negaba incrédula, y la jueza los llamó.

 

__Me piden por acá celebrar otro matrimonio, creo que es sorpresivo, pero si hay dos que se aman, sin impedimentos, con testigos y documentos, nada me impide celebrar esta boda.

__ ¿Qué? _ balbuceó Gaby ante el asombro de todos, mientras Agustín la arrastraba hasta Pedro y Guillermo que serían los testigos, se puso de rodillas, antes de hablar.

__ Me dijiste que aceptas ser mi esposa letrada _ empezó risueño__, y antes de que te arrepientas y porque no deseo vivir en pecado, te pido que seas ya mi esposa ante los hombres, hace meses que tengo compradas las alianzas que no me atrevía a darte, ¿aceptas? Prometo que luego te daré el tiempo que me pidas para que organices la boda por iglesia, por nada me la perdería, te elijo y te amo Gabriela Soria.

 

__Te elijo y te adoro… Agustín Beggio. Acepto ser hoy tu esposa, y te comparto con mi hija a la que sé que abarcas en tu amor.

 

Solo lágrimas y aplausos coronaron la sorpresa, la comida era suficiente, los afectos reales estaban allí, la fiesta esperaba en el jardín y cuatro seres, se reencontraban en el amor, pese a las pérdidas, más allá del dolor, con la fortaleza de saber que resistirían pero juntos…  los nuevos embates de la vida.

 

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO.

ESCENAS EXPLÍCITAS.

 

1 comentario:

  1. Veronica Lorena Piccinino
    Delicioso capítulo Eve Monica Marzetti... al fin se casaron de nuevo... gracias

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