lunes, 21 de junio de 2021

“LA CÁTEDRA” CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO FINAL

“LA CÁTEDRA”

CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO

FINAL

 


Entonces miró a Guillermo __. Y mira qué cantidad de vidas has cambiado tú para mejor porque él hubiese muerto al saberlo, y mi hermano, y toda su familia. Yo creo que somos personas con suerte que tienen una vida afortunada. __Entonces sonrió de oreja a oreja a Willy__. Y como vuelvas a escaparte, te voy a dar una patada que te va a doler. ¿Queda claro?

 

__ ¿De verdad pensabas suicidarte esa noche, en eso no mintieron? _le preguntó, muy serio esta vez.

 

Pedro asintió con la cabeza, igual de serio, Guillermo sintió deseos de abrazarlo y fundirlo a él, pero se contuvo.

Los tres siguieron andando tranquilamente en dirección al apartamento.

__ ¿Qué te parece si lo hacemos oficial? _preguntó Pedro volviéndose hacia el chico_. En tres días iré por tu tutela.

__ ¿Que hagamos oficial el qué además de eso? _dijo Willy sin entender.

__Guille y yo estaríamos dispuestos a casarnos aquí, ya, luego lo haríamos de nuevo en Argentina, y quisiéramos adoptarte, ¿te gustaría?

 

“Amor, ven a dormir conmigo, no haremos el amor.

Él, nos hará”. Julio Cortázar.

“Si escribo algo, temo que suceda. Si amo demasiado a alguien,

temo perderlo. Sin embargo, no puedo dejar de escribir ni de amar”.

Isabel Allende.

 

_ ¿Entonces seré el hermano de tu hijo Guillermo? __ interrogó atónito Willy.

__Así parece, y tiene más de veinte así que ojito con él __ le advirtió.

__Yo también soy como hermano de Fabián __ saltó celoso Agustín y Pedro se quedó pensativo.

__ ¿Y por qué  tienen que casarse para adoptarme si yo soy huérfano y vivo… viví acá este año? ¿Y ya saben que tu hijo me querrá Guillermo?

 

Guillermo miró a Pedro, era tanto el sincronismo que se entendieron sin palabras.

__ Willy, en realidad el nieto de Guillermo… que se llama como tú _  comenzó Pedro, bueno le decimos Guillermito, el hijo de Fabián está algo así como fascinado conmigo, y yo con él claro, y Fabián y la mamá,  Valeria, son amorosos, aunque Guille a veces no lo crea, para que sepas cuánto quiere ser tu hermano, te cuento que nos está ayudando a buscarte. __Mientras le contaba, ante el asombro del niño, Guillermo intentaba conectarse, de paso para  tranquilizar a su hijo.

__ ¿De veras hizo eso por mí?

__ Si encendieras tu móvil… quizá verías decenas de llamadas de él, y mails, y mensajes por las redes, amén de las nuestras.

Willy avergonzado bajó la mirada.

 

__Lo siento, es que no quería traerte problemas con tu primo, y cuando leí todo eso…

Pedro le tomó la barbilla y lo obligó a mirarlo.

_Ya te dije que ese primo  es poco importante, mi familia es la que está acá, y la de Guille, los amigos del estudio…

 

__ Acá lo tienes hijo, Willy, el fugitivo, el alias mío y del nene __ le informó Guillermo ante un Fabián sonriente que apareció para conocerlo en la pantalla.

__Por fin apareciste pillo__ le dijo medio en broma medio en serio__, al fin resultaste más bravo que Agustín y que yo que es mucho decir.

__! Eh! _ saltó Agustín__ que yo ahora me porto bien.

__Debe de hacer cinco minutos entonces _ lo pinchó Fabián__, bueno, ¿cuándo regresan? Ya Pedro apura el trámite que mi hijo me está enloqueciendo, y las chicas te extrañan en la cátedra.

 

Guillermo borró la sonrisa y deseó matar al hijo, ¿las chicas? “Bueno al menos eran chicas.”

__ Lo antes posible, Fabi, solo espero que estas criaturas del cielo se gradúen en menos de un mes para que allá vayan juntos al instituto, y  hay un problemita, que le prometí a Guillermito que estaría en nuestro casamiento, y resulta ser, que acá nos aconsejan ir por la adopción de Willy casados, pero en caso de hacerlo, sería como acostumbraba tu padre, avenida cualquiera,  testigo, tres de la tarde, y luego allá de nuevo.

__! Ah, no! el nene se muere igual, sueña con llevar los anillos o algo así__ se lamentó Fabián__. Además se hará más largo, ¿Por qué no intentan por tus contactos y además sospecho que aunque Willy sea menor, no es un bebe, que su opinión vale, y si sumaras la de su familia positiva, no creo que les nieguen nada, amén de que le estuviste dando estudio, creo que pueden intentarlo.

__ Lo haremos, no te preocupes, pasaremos como flechas por la tutela en tres días, y ya con ella, iremos por la adopción, podríamos tantear durante ella, ya veremos,  ¿nada raro por allá? Prepárate, porque como mi departamento es minúsculo, y el country queda lejos, tu padre quiere que nos instalemos todos allí, al menos de momento, hasta casarnos y comprar algo para todos.

__ Pero… no esperaba menos __dijo sonriente__. Beto supo de buena fuente que Miguel sigue bien adentro, y la prensa acá está limpia __confesó delante de Guillermo que supo que Pedro había consultado eso.

__Bueno, me alegro, Marcial es un clavo en el pie más que en el zapato, no sabe cómo molestar con sus comentarios, olvídalo __ afirmó Pedro__. Hablando de otro temita, acá mi hermanito quiere ser hermano de Willy, y socio cuando lleguen a mi edad, el temita es que Willy será tu hermano si lo adoptamos, y me parece…

__ Que si voy a adoptar a estos dos _ razonó Guillermo, y el grandote es mi hijo, y los tres quieren ser hermanos, no me están cerrando las cosas así, en un revoltijo de apellidos.

Agustín y Willy se miraron confundidos.

 

__A menos, que al fin Agustín se resigne a hacerme caso y me deje adoptarlo como hijo, al fin el apellido mío ya lo lleva, mi padre no está, entonces, Guille los adoptaría a los dos, y ya serían Graziani Beggio o al revés.

 

 Agustín lanzó un sollozo que sorprendió a todos, y  por reflejo al instante lo rodearon.

__ ¿Qué pasó? _ le interrogó Pedro __. ¿Tan malo es lo que dije?

El chico negó con la cabeza.

__Es que… sí, Agustín me dijo todo eso en el colegio, pero si se da todo lo que escucho, de usar el apellido de mi mamá, pasaría a tener doble apellido, dos hermanos, un sobrino, dos papás…

El llanto que se desató en silencio, fue muriendo en el pecho de Pedro, mientras Guillermo secaba lágrimas en el rostro de Agustín, sin duda en ese chico por algún motivo, porque tenían destinos compartidos, se sintió identificado, y compartía o sentía su emoción como propia.

__Acá se están olvidando de algo, me parece _ rompió el clima Fabián__, yo llegué antes a esto, y mi hijo te adora Pedro, yo también quiero tener doble apellido si seré el hermano mayor de estos dos.

 

Guillermo miró a Pedro y los dos rompieron a reír, serían tres Graziani Beggio, tal vez más, tendrían que pasar por varios juzgados para arreglar las cosas, pero juntos podrían volar, cualquier  cosa por ellos, y el pequeño.

__Tienes razón hijito _ convino Guillermo__, es justo que Pedro te adopte, aunque tu mujer está medio enamorada de él, va, no importa, allá con los contactos de Marcos, todo será rápido, acá arreglaremos lo de Willy para viajar, allá lo tuyo y lo de Agustín, no hay drama, y ahora ve hijito, que solo quería avisarte que encontramos a Willy, pero supongo que dormías.

 

Uno por uno, ya pensando en el lío de trámites, pero más en la gran familia que de pronto eran,  se fueron despidiendo de Fabián, mientras Pedro clavó la mirada en Willy que revisaba y comprobaba los cientos de llamadas y mensajes y se ruborizaba.

__ ¿Adónde anduviste que recorrimos  toda la ciudad y casi contratamos a un detective?

__ En la calle, ya sabes, de noche en la caseta, tampoco tardaste tanto en encontrarme __ le reconoció sonriendo __. ¿En serio no se irían sin mí?

__Ni muertos.

__ A veces los espiaba, porque extrañaba, me subía a los árboles y no me veían __ reconoció.

__! Dios!

__ Lo que dijo Fabián puede funcionar __ razonó Guillermo__, si Willy se siente bien con nosotros, si de hecho hay testigos de que lleva tiempo acá, hasta esos artículos de la prensa, yo me presentaré como tu futuro esposo, de hecho estamos prometidos, si la tía lo pidiera, yo creo que puede que nos den la adopción.

__Puedo pedirle una ayudita extra al abogado de la empresa, pero pensaba, que estos niños tienen que ir a dormir, porque  pretendo mañana verlos estudiar para ese examen, al fin Willy, lo que perdiste es poco, Agus te lo puede dar, iré al colegio a avisar por si desean que recuperes algo, pero no lo creo, pienso que si rindes bien estará todo perfecto.

¿Quieres invitar a tu familia a la graduación si es que estamos acá, o ir a visitarlos?

Willy negó con la cabeza.

 

__A mi tía la veré en el juzgado,  ella querrá que me adopten, no quiero ver al tipo que vive en la casa, no quiero ya ir, y ¿no iremos a la graduación? Porque sí, yo me pondré al día.

__Puede que sí... o no, si nos vamos antes, pueden enviarte… a los dos el diploma __ les explicó Pedro_, ahora a dormir, y mañana les daremos un voto de confianza dejándolos estudiando, si se mueven de la silla...

__ Ya estás ejerciendo de padre _ le dijo en chiste Agustín__, no iremos a ninguna parte, queremos rendir y ya, terminar. ¿Y dónde estarán ustedes?

 

__Pues, en principio, buscando la mejor manera de adoptar a Willy, la más rápida, segundo ni piensen que compraremos ropa acá, si llegan a ir a la graduación, ya veremos, pero lo mismo que  hay acá está en Buenos Aires, estoy harto de viajar cargando equipos y bultos. Solo compraremos bolsos de viaje, ¿de acuerdo amor?

__Sí precioso, para los chicos, yo tengo __ respondió Guillermo fascinado con la familia.

-Algo sí voy a comprar _  soltó misterioso Pedro__, pero no a ustedes, es para una personita que me ha extrañado más que  Guille creo, un adelanto de una promesa que le hice.

 

 A Guillermo le saltó el corazón, su amor pensaba en Guillermito.

__ ¿Tus amigos amor mío? __ le interrogó sin respiro.

__Bien, extrañándote… _ respondió no entendiendo.

__No digo  los del estudio, quería saber si tendré que seguir practicando boxeo como dicen en el diario, o  si está el entorno despejado, porque ya me dolían los nudillos.

__Ah, ya calla, no creo que se arrime nadie cuando sepan que regresas _  se burló Guillermo__. Hace mucho que no hay nadie, y no hay nadie.

__Mejor así. __Pedro miró a Willy__. Invitaremos a tu tía a que venga, no te enfades, tienes que despedirte al menos de ella, y quiero ver qué diría ante un juez, si estaría dispuesta a colaborar, ¿vale?

__Bueno… sí va a colaborar.

__Hermanito, vamos a dormir, que con dos padres, mañana a la madrugada nos pondrán a estudiar _ le advirtió Agustín tironeándolo de la remera, y fueron a dar un beso a sus papás, futuros y ya sentidos como tales.

 

“Transcurre la vida,  se va nuestro tiempo, caen sin cesar y sin piedad los minutos y segundos en un reloj de arena, somos de momento felices o infelices,  nada detiene al tiempo y se lleva nuestra lozanía pero no nuestra verdad. Quisiéramos ser dueños del tiempo cuando nos embriaga el amor. Las luces se apagan y  llega la noche dueña de las sombras, reímos un poco de lo que no podemos cambiar, pues nunca podremos doblegar al tiempo que no cree en nada, ni en amor, cree en lo que sabe hacer mejor, ver morir las cosas, ver morir la vida..., mas como dice Guille, solo el amor resiste, el nuestro crea, se fortalece, y ahora tenemos tres hijos, sin siquiera haber iniciado la vida juntos.”

 

 __ ¿Te parece muy loco que adopte a Agustín y a Fabián? Padre precoz, pero al fin podría serlo, al menos de mi hermano, al fin mi padre me lo dejó a cargo __ razonó Pedro.

__No amorcito, a mí me parece perfecto,  además porque ellos desean tener un vínculo filial, no mandado por sangre sino por lazos de amor, ya ves, mi hijito no lo logra con esos hermanos que le dio la madre, y en un minuto se enamoró de Willy, seremos una familia especial, unida por el amor, el nuestro como pilar paterno, cada uno tuvo su imagen materna, y crecerán como hermanos __ respondió sinceramente Guillermo.

 

__En algún momento, creí que perdería a este chico imposible, y se me encogió el corazón, te prometo que lo amo como a un hijo, de solo saberlo en la calle, como ese día en que me salvó la vida, aterido de frío en esa caseta, huérfano de todo, no podía pensar en irnos sin él, no lo aceptaba, sé que crecerá fuerte, que será un gran compañero de Agus, de hecho ha cambiado mucho a su lado, creció, es maduro, ya no hace locuras. Sé que si tenemos que casarnos no podremos obviarlo, pero en verdad le prometí otra cosa a Guillermito, y me siento fatal no estando él, se me ocurre algo ya que estamos acá __ Pedro le susurró la propuesta al oído, y a Guillermo le fascinó.

 

__A mí se me ocurre de todo estando cerca de vos, casi muero de pena en esos meses de no verte, o sí, a veces siempre haciendo cosas de riesgo, me quedaba sin respiro hasta saberte a salvo, y cuando no tenía noticias, andaba como muerto, o insoportable descargando la furia en todos, por eso nadie me soportaba _ admitió Guillermo.

__Bueno, ya pasó, ya todo pasó y dejó una lección, nunca más separarnos, y ya tendremos de base una familia enorme, creo que es hora de casarnos y de comprar una casa, porque aun la tuya es demasiado pequeña, además…

__ ¿Qué? __ Guillermo le clavó los ojos.

__Nunca se sabe, o Fabi puede darnos más nietos, o nosotros quizá deseemos un bebe o más, tal vez la familia sea mayor, espero que estos dos no colaboren por largo tiempo, aunque a como son… temo _ le admitió Pedro con una pícara sonrisa.

__ Me parece bien, creo que tenemos que lograr la adopción del nene, luego  arreglar la de todos, los documentos, e ir por una buena casa, esta familia será cada vez mayor, no lo dudo, y lo deseo, con vos lo quiero todo _  susurró Guillermo con voz ronca.  Sos todo para mí, y casi te pierdo.

__Y yo, por Willy estoy en tus brazos, casi me mato porque creí no volver a verte, eres todo en mi vida Guille, te amo desde hace demasiado tiempo _  musitó con el alma en la mano__. Apareciste de la nada pero porque ya estaba tejido en las estrellas, eres luz refulgente, brillas como una estrella con tu encanto natural,  sobresales, precioso destello en tan infinito escenario. Eres tan tú, así te veo, una suerte de criatura divina,  etérea, especial,  surgida de no sé dónde,  con un toque angelical... y al tiempo fuerte, continente, mi refugio, mis alas. Me dejaste impactado, no podía reaccionar. Eres foco de miradas, comentarios exaltados,  expresiones de sorpresa, suspiros y mucho más....

Tú, sencillo y espontáneo, cual flor silvestre adornas alejado del bullicio del mundanal lugar,  con cándida sencillez y una pasmosa quietud, me inundas de paz  del principio hasta el final.  Eres agua cristalina, límpida, fresca, fluyente,  arrastrándome contigo en tu flujo laminar... Una figura perfecta, de pasmosas armonías,  geometría de belleza sin igual, senderos y rutas de delirio con andar de rey, digno de ser admirado, transformado en fantasía,  visión plácida exquisita en  cualquier  momento, he podido permitirme tenerte  sin pudor y sin vergüenza, en privada ensoñación... Yo lo hice, lo confieso, fue algo subliminal,  arco eléctrico, efímero fogonazo, instantáneo,  muy intenso, candente, imposible  no llegarte a amar. ¡Qué cosas tiene la vida; qué grande  es amar!

 

Guillermo presionó los labios de Pedro hasta forzar  su apertura, introdujo su lengua ansiosa, la rendición de Pedro lo excitó. Jugó en su boca unos momentos, gozando de la tibieza y textura, mientras Pedro se dejaba besar en estado de ensoñación, y Guillermo lo instó a reaccionar con pequeños besos, y embates que eran una invitación para que jugase con él, hasta que Pedro en trance reaccionó y le salió al encuentro. El efecto en Guillermo fue devastador. Aquella inocencia combinada con la belleza y madurez hacía estragos en su ánimo. Él que siempre había tomado a otros a antojo, egoísta y farsante, había sentido el amor, y abierto su corazón no importándole quedar en carne viva por ese hombre que estaba en sus brazos del cual no podía separarse, a quien deseaba ofrecerle  todo, y de quien no podía resistir su belleza serena y apacible o endiablada según la ocasión. Bebía de él como si su boca fuera un arroyo de aguas mansas. Pedro representaba la paz que siempre le resultó esquiva, el amor, la verdad, la esencia de la plenitud, de la completitud. Lo atrajo hacia él hasta quedar encima para sentir el pálpito de su corazón en su propio pecho. Haría lo que él deseara, se casaría allí, en Buenos Aires, en el mundo entero o en ninguna parte, pues esa comunión alma cuerpo era eterna y marcada, destinada desde siempre, esa historia ya había sido representada en demasiadas funciones y escenarios, pues ese amor era eterno.

Por un momento se sintió flotando, se había separado perdido en su sentir, y lo contempló recostado sobre mantas revueltas, recortado en su perfección sobre ellas disfrutando de su imagen. Con pericia y parsimonia fue delineando y recorriendo la silueta de su hombre, dibujando los contornos como tanto extrañara en su ausencia.

 

__Sos tan hermoso cielito… y creo que no lo sabes _musitó, encantado.

 

Pedro estaba invadido de sensaciones, apenas podía respirar, las palabras  desmayaban en la garganta, se iban al exilio, solo podía sentir. Desde el primer momento en que viera a ese hombre por allá años atrás cuando era prohibido, cuando no lo detectaba, alguna vez sintió esa mirada aguda como un cuchillo que lo había tocado en el alma, y lo había amarrado y dominado para siempre, por años había pensado en él por las noches, había fantaseado con la entonces remota posibilidad de hacerlo suyo algún día, era su destino, y lo supo siempre, al fin su hijo en la cátedra lo había guiado, sus pasos fueron a esa cafetería, y esos ojos color miel lo habían reencontrado en esa mirada, y ya nada más importó. Ni lidiar con esa empresa heredada, ni dejar el activismo, ni siquiera las travesuras de Agustín, de su mano llegó al estudio, fueron creando juntos sus lugares para amarse, le daba igual, porque ese pecho continente, esos brazos que lo cobijaban y acunaban, ese ser derramándose en él eran su verdadero hogar. Guillermo también había sido un hombre vacío, dolorido, incompleto, torturado, hasta con mochilas de culpas y  de dudas, de desamor, y ahora se podían retribuir el todo que se daban sin decir palabras. Ya había pasado el tiempo de ilusión de enamorado, también la desdicha de la distancia, él había acudido en su búsqueda, Willy había impedido que se perdiera en el fondo del río, todo había confabulado para que ese amor fuese el todo,  verdadero, maduro, y electo a cada instante.

Mientras se perdía en esos devaneos, Guillermo le había quitado los pantalones, y jugaba adorando sus pies, besando sus dedos, acariciando las pantorrillas, haciendo arabescos en los muslos y su piel trepidaba a su paso, hasta que entero se estremeció cuando sus cálidas manos llegaron a la ingle.

 

__ ¿Te gusta?

Por toda respuesta Pedro se relajó sintiendo la sangre latiendo en el deseo de ambos, cuando los pubis se buscaban y encontraban besándose. Se frotaron uno sobre otro, amoldando valles y montes, gozando de la humedad que asomaba en el glande, y Guillermo volvió a besarlo intensamente, provocando el abandono total. Tragó en los besos suspiros y el aroma junto con la saliva de los dos y se embriagó. Guillermo era duro y blando, contradictorio, como correspondía a la ambigüedad que embargaba a todo ser humano. Su cuerpo varonil presionaba el de Pedro y sus manos lo acariciaban por todas partes con suavidad, manos que hurgaron en  los sitios y notas que él solo había preservado para él, su hombre esperado y ansiado, y al moldear sus montes, y cúspides, sus dedos recorrieron la hendidura, entraron por el centro con decisión, y sentirlos en el interior le causó un sobresalto,  cerró los ojos, comenzó a sentir ese placer en cada poro, creciendo y ascendiendo en ondas y espirales,  palpitando en su hombría, y cuando él se detuvo, lo miró sorprendido, chocando con una sonrisa devastadora, sonrisa que sola hubiese bastado para vencerlo, pero Guillermo que quería demorar el final continuó el jueguecito de caricias, disfrutando de las distintas expresiones que creaba y recreaba en ese rostro perfecto que se deshojaba en hoyuelos y labios tentadores, en suspiros y jadeos para él, Pedro era suyo antes de poseerlo, esa convicción lo conmovía, le permitía olvidar todos sus errores, todo lo malo, sus farsas, los cuerpos equivocados, los sueños frustrados, los secretos, a Silvina, los abandonos, el dolor. Pedro era su luz, era su bálsamo,  más eficaz que cualquier masaje sensual de otras manos.

Pedro cambió de posición abrió sus piernas, Guillermo lo atrapó entre las suyas, lo tenía encima, Guillermo lo sujetaba de las caderas, era imposible huir. Hundió la cara en la espalda, con los dientes fue desgarrando la tela que se interponía con la piel, ya no podía separarse para ser civilizado, a punto estuvo de comerse un botón , y soltó una risotada mas poco duró pues la tersura de la piel que halló lo enardeció. Lo cambió de postura apenas, humedeció el género hasta hacer visible el pezón a través, y luego hizo lo mismo con el otro. El perfume mezclado de ambos y de pieles le hizo doler su erección, Guillermo mantenía quieto y preso a Pedro con sus miembros y su mirada, con él no era preciso eludir el momento, no era necesario pensar en otra cosa y aguantar a que solo el cuerpo se saciara como con tantos, si su cielito lo entendiera, ya no tomaría a puñetes a nadie, pues los otros no existían. Y con él no quería perder detalle, deseaba estar presente en hacerle el amor y venerarlo, anhelaba leer en esos ojos de miel el amor que lo redimía y hacía mejor persona y hombre  cada día, lo que le había demostrado que podía sentir, algo muy superior a la simple atracción o deseo, anhelaba ver el amor en esa mirada decidida.

 

__ Sujétate __ le indicó Guillermo __, y comenzó a frotarlo con su miembro con movimientos firmes y circulares, estudiando cada reacción de su rostro, mordisqueando piel donde hallaba, buscando conmoverlo más allá de lo imaginado. Al cabo de minutos, Pedro había perdido toda capacidad de concentración y razón y su cabeza iba hacia atrás buscándolo. Guillermo apenas se separó para quitar sus pantalones y bóxer y en el mismo además quitó el de Pedro que se interponía. lo penetró de un solo golpe certero, hasta el fondo del túnel, hasta más allá, apretó con fuerza los dientes y con dureza se pegó más a él, Pedro se adhirió en una piel, quería sentirlo tanto que no cupiese entre ellos ni siquiera un pensamiento.

Los suspiros que escaparon fueron una súplica que el otro leyó.

Guillermo rodó, y Pedro quedó montándolo, Guillermo deseaba poseerlo en esa posición, con paciencia y dominio, lo movió de arriba abajo, creando un ritmo que iba acelerándose a medida que la tensión aumentaba, Pedro ayudaba, el placer los envolvía, Pedro en esa pose sentía a Guillermo como una lanza clavada en su pecho, una espada que lo traspasaba, lo colmaba, lo dilataba, lo ensanchaba y al contraerse podía sentir la palpitación del hombre, su ansia y vigor, hasta sus penas y sufrimientos pasados, Guillermo le transmitía todo su ser a través de la unión íntima, se volcaba en él por entero, clamaba por su respuesta, y Pedro se la dio, acompañando los movimientos y enredos. En una vertiginosa sensación de abandono, soltó un grito y cabalgó sobre el hombre con un frenesí impropio de él hasta que las oleadas de furia y de placer estallaron y se fueron abriendo de su cuerpo en ondas que se hicieron cada vez más bravas hasta llegar en el vuelo a volar en el infinito… y solo sin tiempo en algún momento sentir que todo iba volviéndose leve y acompasado, mientras Guillermo aún yacía en su interior, Pedro se apoyó en su pecho. Al sentir que las manos volvían a acariciar sus muslos, se atrevió a mirarlo, y lo que vio en esos ojos penetrantes lo paralizó,  se sintió envuelto  en esa mirada enturbiada por la felicidad,  el instante eterno de placer que su hombre le agradecía sin palabras.

La caricia siguió, se concentró en sus nalgas, Guillermo las comprimió con suavidad, lo volvió para sumergirse en su cuello para saturarse del aroma que lo reconfortaba, Pedro en sus manos era un elemento sencillo y noble que era todo lo que su alma necesitaba. Buscó su boca, y lo besó con pasión demarcando el conocimiento carnal, había degustado al hombre que lo había salvado de un largo periodo de adormecimiento, el barco con la herencia de amor, Pedro era suyo, tenía todas las armas para mantenerlo a su lado, era él como una flor silvestre que ignoraba su belleza y aroma porque el viento lo esparcía por doquier, pero ahora sería solo de él.

 

 

__ Y así, como un  duende bello y encantado entrante tibio en mi vida  en aquella hermosa  mañana nuestra. Pero me amaste  luego entre dulces misterios y te fuiste y dijiste, hasta la próxima y dejaste los recuerdos de tu boca en la mía, triste.  Me dejaste tu perfume en mi almohada y te fuiste entre un fatal silencio entre la bruma fría y triste en la naciente madrugada. Me dejaste solo, con un grito de amor desesperado, con sus ecos y sonidos entre mi alma muy dentro de mi sangrante corazón enamorado. Me dejaste el aroma tibio y dulce de tu amor bello, hijo de los misterios de nuestras ardientes noches, solo de los dos. Yo te lo pedí, pero no tenías que hacerme caso.

Me dejaste en la suave voz de tus silencios,  dulces promesas de tu amor que en la madrugada el viento por meses  se llevó. Me dejaste tu cabello pegado en mi pecho con tus lágrimas de luz y cristal de tu amor y tu pasión por mí, mi corazón deshecho. Me dejaste los más hermosos recuerdos en mi vida, y supe cuando volví a ser un hombre entero que volverías a mí, mi bello muchacho consentido. Me dejaste toda la pasión de tus besos en mi piel y la dulce huella del rosedal de tu boca con tus besos, el aroma y tu aliento, que sabe a miel. Mi bello hombre mi loco amor entre los misterios esperando por mí, escondido bajo  butacas y cielos donde moraba mi amor en los espejismos de tu horizonte.  Cada momento, cada instante de amor, contigo se va.

__Mañana, mi amor de los misterios,   te llegará otro momento de apasionado amor. El misterio de la belleza que me atrae como la tuya,  me roba el alma y para que te la lleves, te implora.

¡Abrázame!…  Porque cuando me abrazas,  me abrazas la vida, el alma y la piel.
¡Abrázame!  Sin más razón que amarme bajo tu piel.  Abrázame como la primera vez... que dejaste en mis manos  el perfume de tu piel. Abrázame como se abraza la vida,  sin más razón que hacerme tuyo, deja olvidado el miedo,  que se desintegre,  no tengas miedo amarme, deja que mi cuerpo te enseñe el camino que conduce  a la felicidad… ¿Por cuál rincón de mi piel quieres empezar?  Mi mano seguro te guiará, quiero beber de tus labios la miel de tu dulzura, y quiero llevarte a mi vera para que amanezcas en mi vida.  Abrázame como lo hiciste ayer, me quitaste el frío y la tristeza, tanto me aferré a ti…  que hoy no puedo vivir sin ti. ¡Abrázame fuerte, Amor!  ...nunca te vayas  quiero amanecer abrazado a ti, como la primera noche que viniste a mí,  siento que aún no te dejo ir, ¡sigo abrazado a ti, amor! Sigues dentro de mí.

 __ Y somos dos vidas mas una sola alma desde siempre, por ello esto nunca corrió riesgo de perderse.  Son años y son sueños compartidos, recuerdos que se agolpan en dos vidas, por amor son adheridos los destinos derruyendo las soledades y  el dolor, la ausencia y el temor.
Una sola aventura, un solo fin… caminar en tristeza y alegría unidos  gozando ser felices en su estadía. Dos seres que se han amado en  tiempos remotos, juramento de amor que ya es eterno, unión entre  alfiles, lealtad en cada una y todas las estaciones. Fundidos en un mismo amanecer. Brindándose su amor de atardecer. Este amor en verbos me hipnotiza, ver, tocar, entrar, seducir, incitar hasta hacer la piel vibrar  de locura, mis dedos se apresuran, escriben con tiza, se transforman en arcoíris en la piel cuando sobre ella derramo gotas blancas en esos perversos besos que tanto amas y en cada suspiro  que imprimes sobre mi ser.

Verbos atorados de lujuria y placer que se escriben entre sábanas tibias con aroma a noche y mañanas limpias, las horas pasaron, soy tinta y tú papel. Lienzo y pintura, partitura y melodía. Abre las páginas de par en par para deleitarte con letras inmaculadas y si suenan perversas recuerda, son sagradas y yo un caballero que quiere verte disfrutar de lo que plasmemos en el libro de nuestra ruta de viaje de vida.

 

“El orden de batalla estaba dispuesto y en espera ansiosa. La tensión desesperaba mientras los últimos resquicios de paz se agotaban ante la inminente destrucción que se avecinaba sin que hubiera espacio para la piedad y el arrepentimiento. El terreno era un hermoso valle con un río que descansaba cristalino sobre la orilla que vertería el color con supremacía en rojo y desgarro. En ambos frentes la multitud de almas entendían que su vida no sería la misma en poco tiempo, si es que esta todavía llegaba a ser. Algunos hervían en furia controlada, otros, trataban de no prestar atención al temblor de sus piernas y cuerpo todo. La muerte preparaba la mesa, el banquete real sería suculento y sin distinción entre vencedores y vencidos. Los comandantes repasaban la estrategia por última vez antes de dar la orden de pelear por lo que entendían, era la opción sobre la que se yergue el estandarte de la verdad absoluta.

Uno de los comandantes contemplaba las multitudes de almas que pronto serían diezmadas y un espíritu de responsabilidad y vergüenza hizo mella en su férrea decisión. Sabía que de un modo u otro, nunca más dormiría como era habitual, sabía que el peso de los caídos jamás dejaría de presionar sus hombros y lo lamentó por anticipado. Haciendo caso omiso a lo que se esperaba de él, llamó a su segundo en la cadena de mando y le dio una orden que realmente planteaba un cambio en el escenario lúgubre y angustiante que todos saboreaban como el que debían indefectiblemente transitar.

Todos quedaron en una pieza cuando el mensajero elevó la blanca bandera atada a una lanza, y avanzó a puro corazón sobre las huestes enemigas. Nadie pude dejar de mirar el recorrido que este realizaba hasta encontrarse con un avanzado del ejército contrario. La paz fue entendida por todos sin demasiada explicación, la gritería en todo el campo de batalla fue atronadora y antecedió al espíritu de paz con el que todos se embebieron. Hoy, nadie iría a morir, todavía había un promisorio porvenir.

Resuelta la disputa, tomé un bolígrafo y papel y escribí:

“Amor mío…

Luego de una profunda reflexión y meditar mucho en nuestra relación, tomé la decisión de hacer caso a tu propuesta, aunque en esto deba resignar y no sin pesar, mis deseos más profundos. Comprendo que no pensamos igual en algunas cosas pero imagino que permitir que mi vida gire un poco en torno a tus deseos, puede llegar a ser una experiencia remuneradora, por lo menos, me dará la oportunidad de comprender cabalmente si es que lo que siempre quise, es lo que hoy todavía quiero. En definitiva, te doy la razón y voy a dejar que transitemos esta relación a tu manera.

Te amo siempre.”

Luego de leer la carta varias veces, me acerqué al ventanal, la apreté, la hice un bollo y la arrojé con determinación, sin mirar. No me sentí listo para dar ese paso todavía.

El muchacho recogió el bollo de papel que cayó frente a él, le resultó curioso, como si alguien lo hubiese arrojado ex profeso para él. Al desarrugarlo y comenzar a leer, comprendió que era la letra de su amado y que con certeza esa carta era para él o por lo menos había sido un intento. Al entrar a la casa de su amado, lo abrazó y besó como siempre. Respondió que estaba bien y antes de quitarse el saco, tocó el papel arrugado en su bolsillo. De algún modo se alegró, de alguna manera agradeció el saber, aunque su deseo no debía esperar. La esperanza la vistió otra vez.”

 

__ Amor, no solo quiero esto, la lista que te devolvió a mí deseo leer por entero.

__Te la daré __dijo Guillermo__, cuando todo se cumpla, solo conténtate con que lo primero era buscarte, volver a vos, y acá me tienes en tus brazos. Nuestro amor es amor. Tiene fiebre, tiene sed, tiene hambre, deseo, alegría y dolor. Nuestras bocas son amantes, segregan instantes de labios cálidos, cuando se dan  besos confiadamente. En un baile de cuerpos que se va diluyendo, en un vaso mixto de néctar y un vino dulce y suave embriagándonos de esperanza y felicidad. Mi novio eterno no dejes que el sufrimiento de los días en los que anide  domine. Llévate a los celos, las intrigas,  el engaño y las malas,  que en nosotros estos fantasmas equivocados no prosperen. Que nuestra búsqueda conjunta sea sembrada de sensaciones positivas para que así  sea amado, sigamos en este amor. Hoy, nos da.

Sí, el mañana será nuestro. Dame tus manos y nos vamos a dormir juntos en la nube febril de nuestro sueño, amar y amar. Ser amado en un camino sin engaños y sin mentir a nuestros corazones, un amor sin fin.

__ Me preguntaste qué es el amor para mí y te respondí que muchos dicen que el amor es paz, tranquilidad, sentimientos puros y genuinos. Diálogo, razón, cariño y pureza. Otros dicen que el amor es nunca tener que pedir perdón, o saber pedir perdón, que el amor es rosa, vértigo, mariposas en el estómago, azúcar y miel, comprensión, risas, ganas de vivir, felicidad. Para algunos el amor es un sentimiento suave que los atraviesa y colma de alegría. Él me paró en seco y repreguntó: “¿Para vos, qué es el amor?”. No me quedó otra opción que responder: “Para mí el amor es locura, mal humor, furia incontenible, la muerte de la tranquilidad, llorar cuando sea y reír un minuto después. El amor para mí es peleas sin sentido y sentidos en modo pelea, es pedir más y no conformarme, es un grito, un puñal en el hígado, es la expectativa segura de cosas no contempladas, es el intento por demostrar y esperar que te demuestren. También es el verbo hacer y dolores en el cuerpo, la intranquilidad que irrumpe a cada instante, y el deseo de ver, estar, sentir. Para mí el amor no es tranquilidad, es el infierno dividido entre mi mente y el corazón, es tortura. Es todo lo malo que sabe bien y lo bueno que indefectiblemente va a desaparecer. El amor es no esperar, no descansar, es acción, soluciones de guerra, la sangre en ebullición, el amor es azul, es un trago de algo hirviendo mientras me zabullo en un lago helado, es todo. Mi amor es la desconsideración empujada por el anhelo de hacerte sentir, de captar tu atención. Son mis ojos abiertos a las cuatro  de la mañana y el deseo de morir a las nueve. Mira, puede que mi forma de amar no sea lo convencional que podrías desear pero a la larga, esta forma de expresión siempre va a mantenernos vivos, siempre te vas a sentir amado y deseado, no me pidas por favor que te ame en modo tranquilo, ese no soy yo. Es otra forma que tengo de amar, es también la forma en que te quiero amar _ afirmó Pedro.

__Ámame como desees, pero nunca te apartes de mi senda ni dejes de respirar mi aire _ susurró Guillermo antes de marchar al sueño__, me gustan los desafíos, por algo somos penalistas.

 

La cena del día siguiente con la tía de Willy comenzó algo tensa, hacía tiempo que ellos no se veían y su tía lo miraba de soslayo captando sin dar el brazo a torcer, lo mucho que había cambiado su sobrino perdido, tan solo con el amor y confianza de ese joven al que quiso convencer de que sería un imposible sacarlo de la calle, la realidad de esa familia ensamblada de hombres le demostraba lo contrario, y ella quería a Willy, además de desear cumplir con su hermana, ella no pudo darle casi nada, pero entre esa gente podría tenerlo todo.

Por la mañana la tutela hacia Pedro fue solo un trámite.  Pedro presentó a Guillermo, y luego de hablar con su abogado amigo de la empresa este le guió a un juez de familia, le presentaron su caso, el deseo irrefrenable de adoptar a ese muchacho, de dar fe de lo que de hecho ya venía recibiendo, esa mujer estaba con ellos, y el juez les prometió que la adopción debería ser factible, fijó una vista para 10 días, y en la despedida les dio una palmada, les dijo que estaban prometidos, que no había juicio contra una pareja gay formal y estable, que de hecho tenían más familia, Guillermo hijos, que con el consentimiento  y los hechos creía que pronto ese muchacho tendría un hogar e identidad, luego los papeles para iniciar su nueva vida en Argentina.

De regreso, felices, planearon que aunque de momento no se casaran, en la graduación, o en la despedida de la ONG o en la vista, la prensa debería estar, y así redimirse y deshacer cada infamia e injuria al confrontarla con la verdad, tal como les aconsejara el abogado.

 

__ Willy, al fin tu mamá estará feliz, verá que tienes una familia que puede dártelo todo _ le dijo conmovida como Pedro nunca antes la viera___, yo no pude hacerlo querido, espero que no me guardes rencor.

__No tía, lo sé _ respondió el chico sincero__, mis primos son muchos, tú hiciste lo que pudiste, yo estaré muy bien, tendré dos papás, hermanos, estudiaré, y un día seré rico, y volveré a ayudarlos __ prometió, ella le tomó las manos entre las suyas.

__No hijo _ le musitó__, no creo que quieras regresar a esta ciudad, marcha hacia tu destino sin mirar atrás, piensa en ti, algún día forma esa familia que tus papás y el destino no pudieron darte, yo ya no estaré, aunque me gustaría saber de ti por mails como ahora, por   algún medio en tanto viva.

__ Seguiré contándole todo tía.

Ella parecía a punto de echarse a llorar, Pedro quiso romper  el momento, y tomó la palabra.

 

__ Como nos explicaron, si él dice cómo se ha sentido con mi hermano, y con nosotros como papá, y usted nos apoyara consintiendo, no nos pondrían objeciones para adoptarlo, le prometemos que tendrá estudio, trabajo, un hogar enorme y todo el amor _ le dijo sinceramente.

__ Hace tiempo que lo sé, Pedro _ confesó ella__, mire que hice de todo para desanimarlo, y sin embargo, usted no se amedrentó, lo sacó de la calle, le dio un techo, un hogar, vínculos, estudio, sé que será feliz con ustedes, y yo lo seré por ello, y entiendo que no quiera ir a casa, sería duro despedirse de todos, es mejor que no mire atrás, él ya les pertenece, los apoyaré en todo en la vista.

__Tendré un hermano mayor, el hijo de Guillermo, tía, y un sobrinito, y Agustín será mi hermano y mi socio, porque es rico, y quiere que trabaje en su empresa de grande, antes estudiaremos juntos __ le contó Agustín, y su tía trataba de contener el llanto, cómo extrañaría a ese diablillo que al fin quería más de lo reconocido.

 __Así será mi cielo, les agradezco por la invitación, por la charla, y  nada de despedidas ahora, que aún te veré en tribunales, y creo que iré a asegurarme que de verdad te vas a graduar en el colegio _ le dijo ella al despedirse con un abrazo.

__Claro, aunque esta semana rendiremos el examen, no sé si iremos a la graduación  o ya estaremos de viaje, pero de no estar acá, luego les enviaré una foto del diploma, le servirá tía para que mis primos estudien, algunos pueden hacerlo _ le dijo serio Agustín, y la tía le depositó un beso en la coronilla.

__ ¿De veras no desea un coche? _  le ofreció nuevamente Pedro.

__No Pedro, voy a la guardia, estoy acostumbrada a ir y venir por las calles, no se preocupen, los veré en el juzgado, solo tiene que decirme día y hora, y allí estaré, gracias por todo.

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Sentí la necesidad de escribir un cuento, uno de amor. El más lindo y romántico cuento de amor que jamás haya escrito.

“Ellos se conocieron de la manera común a la humanidad, una de ellas, eso no era lo importante. Lo importante fue que se reconocieron enseguida, cada uno de ellos era lo que el otro había estado deseando por mucho tiempo. El amor explotó entre ellos con la incontenible fuerza de un sentimiento que solo sabe de modificar cosas firmemente establecidas, de curar heridas que lamemos diariamente esperando el milagro de cicatrización. Es cierto que hacían las cosas que desde tiempos inmemoriales hacían las almas entrelazadas por el maravilloso vínculo del amor, pero… no se detenían en esas insignificancias del razonamiento de los que ven desde afuera, para ellos su amor era lo más maravilloso que habían experimentado. Se miraban, y en ese instante abandonaban el mundo que se esforzaba en vano, con toneladas de presión, mantenerlos allí. Se alejaban instantáneamente de todo lo que conocían y diseñaban un mundo, su mundo que en nada se parecía al gris que todos los días habitaban. Al besarse, comprendían que habían sido una sola fuerza que estuvo por algún tiempo separada en dos y que a pesar de todo logró unirse otra vez. “

Paré de escribir, estaba describiendo el amor como yo lo comprendo, pero me molestaba algo y supe enseguida qué era. Ese era el amor perfecto, el que yo deseaba, la manera como percibía o aceptaba el estado de enamorados, si es que esa relación era verdaderamente un amor especial. Tuve que reconocer que faltaban protagonistas y aunque traté de evadirme y seguir esta historia sin que hubiera traspiés entre ellos, cedí a la realidad, incluí lo que debía estar.

“El miedo se apoderó de Pedro, pensaba en todo lo sucedido y se preguntaba si no se repetiría la historia y la traición. Quiso alejarse de él, ´protección, protección´, repetía para sus adentros. Él lo consoló, entendía sus temores, en definitiva, él también era humano. Le contó del colibrí y la flor y lo ayudó a volar. Tomó su mano y lo invitó a seguirlo. Pedro lo miraba con los ojos del corazón pero la atracción no lo dejaba respirar. El miedo le susurraba al oído y lograba hacerlo retroceder.”

El segundo protagonista estaba listo para la escena:

“Él no dudaba del amor de  su hombre, lo quería ayudar. En el reflejo de agua le hizo ver lo que estaba por pasar. Y se vio con él hasta el fin y eso lo tranquilizó. Trató de oír la conversación, le sorprendió escucharse hablando de ´nosotros´, Pedro repetía `nosotros´ y   se reconoció. Lamentablemente para el mundo,   la desilusión  no hizo su trabajo con él y no lo perturbó, aun imaginando cada ex de su amor, ya no le causaba nada. Y no se preguntó si realmente ese amor llegaría a ser. Era… Una única y rara historia de amor entre valientes y temerarios pares, la más temeraria de las empresas porque apostaban más allá, a los hijos… a un para siempre”.

Terminó el cuento, lo colocó primorosamente en un sobre, escribió el nombre de los dos, agregaría una fecha, y ese día sería un regalo más.

 

Pedro fue por unos últimos trámites y a  llevar a los chicos al examen, de regreso  Guillermo lo esperaba para ir por las últimas compras,  ya todo estaba en marcha, solo faltaba la vista, que ese día aprobaran el último examen, sacar los documentos y la sorpresa que al fin decidieron planear, antes de regresar a Buenos Aires.

Cuando volvía a casa andando se puso a nevar, y eso le recordó la misma época de hacía casi un año, cuando llegó sin esperanzas, sin entender el porqué su amor se le negaba, acababa de regresar de una misión, y la víspera de esas fiestas que se le antojaron insoportables lejos de todos sus afectos, el río y una idea loca amenazó su existencia, mas un niño medio adolescente torció el destino, o quizá lo enderezó y le cambió la vida para siempre, como ellos ahora a él. En ese momento todo lo que estaba sucediendo y el porvenir se le antojaron un milagro.

No quiso privarse de entrar a una joyería Cartier en la Quinta Avenida, no quiso privarse del gusto de hacer ese regalo a la persona que amaba con el alma, aunque no pudiera ser, como a un hijo pequeño,  Guillermito, claro que cumpliría con sus promesas, pero como ya le había obligado su amor a confesar,  quería regalarle de allí, un pequeño colgante, de oro, con un delfín como dije, y grabarlo con el nombre de él y de Guillermo, además de la fecha en que encontró la mirada del abuelo en la cátedra, luego le explicarían el significado.

Deseaba además una medalla de plata por la graduación, no, de oro o sentirían celos de entrada,  con la fecha y nombre de ellos y del colegio, para sus… hijos, de pronto al pensar en lo que le había costado aceptar a Agustín cuando muriera su padre, supo que hoy desde donde él estuviera… le estaba sonriendo.

 Había pasado por la ONG para pedir que su  celebración de despedida se hiciera pública, que cursaran invitaciones a la prensa, deseaba que Marcial y todos supieran quién era, presentar a su prometido, y el sitio que ocuparía ese chico en sus vidas, los hijos que llevarían sus apellidos, de ser posible ya los papeles que lo dijeran, callaría infamias y rumores, lo que tanto había herido a Willy.

Solo faltaba menos de una semana para la vista, pensaban con amigos conseguir en otra los documentos, en dos estarían partiendo, Pedro había donado el departamento para uso de personal de la ONG, fueran  oficinas o para alguien que lo reemplazara,   la despedida sería  su almuerzo allí, irían obviamente los cuatro, como la familia incipiente que estaba allí.

  Con Guillermo hicieron compras, algunas se mostrarían a los chicos, otras no… por unos días, y cuando fueron a buscarlos al colegio, al verlos,  las sonrisas de ellos que se arrojaron a sus brazos, la emoción del Director que salió a despedirlos, les dijo que había salido todo bien, en efecto ambos habían terminado el colegio primario, algo que meses atrás parecía imposible, y  pronto los dos cumplirían años, y estarían paseando en Buenos Aires buscando otro colegio, pero eso ya era otra página de esta nueva vida.

Ese día como premio los llevaron a cenar a un sitio lujoso, aunque los chicos hubiesen preferido un simple bar, pero la pareja disfrutó de delicias y de los vinos que Guillermo extrañaba. Pasearon los sitios que antes solo fueron de Willy, se despidieron de la caseta, y el chico de algunos de sus compañeros de calle que al verlo tan bien vestido lo miraron atónitos, no faltaron las lágrimas ni los abrazos, pero ya ese muchacho se sintió más fuera de lugar, y quiso solo  ver a algunos y regalar cosas que ya no volvería a usar.

Pedro guardaba sorpresa, cuando llegaron al departamento envió a los muchachos a empezar a hacer sus bolsos, que por empezar eran su primer regalo, estaban entusiasmados solo por ellos.

Ya solos, mientras Guillermo servía dos medidas de whisky, le ofreció una,  Pedro le dio tres cajitas, y en el sofá  la curiosidad pintó la mirada  color café, dejando la copa empezó con cuidado a desenvolverlas, y se sintió maravillado por las medallas que les darían a los chicos.

 

_Amor, tú se la darás a mi… hermano todavía, que te idolatra, yo a Willy, ¿bueno?

__Claro, son divinas, y un peligro que anden con ellas, más en Buenos Aires, deberán esconderlas, pero creí que solo les comprarías los bolsos.

__Me tenté __ reconoció Pedro, además sentí que lo merecían, no quiero comprarles más ropa acá, o zapatillas y esas cosas, llegarán más altos y tienen un montón, ya en casa le armaremos un guardarropas completo al niño, aunque sospecho que se intercambiarán todo.

 

Guillermo seguía la conversación imaginando eso, mientras desenvolvía la tercera sorpresa, lo real y concreto que sucedió al abrir la tapa y ver el terciopelo rojo fue la emoción que  Pedro leyó en las pupilas, las lágrimas atrevidas que corrieron con prisas al descubrir el dije para Guillermito con sus grabados y colgante, las palabras se deshicieron en llanto, y Pedro se asustó, abrazó a Guillermo y contuvo en su pecho esos sollozos.

__Shhh…  Amor ¿qué sucede? No es nada, es solo un recuerdo que deseo tenga el nene  más allá de verlos, y de mí en cada sitio.

__ Me sorprendió… __ balbuceó.

__No llores por Dios, es que no quiero que lo sepa Fabián pero amo a Guillermito como al hijo que quisiera haber tenido, sé que tiene un padre ejemplar, pero ese nene me robó el corazón apenas conocerlo tanto como tú _ continuó.

__Lo sé, soy su padrino de bautizo, aunque medio trucho porque no tengo yo mismo más Sacramentos que ese, pero les diré que tú serás el de comunión, confirmación y todo lo que viene __ le ofreció y recibió como premio una sonrisa deslumbrante y un beso que bebió las lágrimas y la emoción, los chicos entraron y aplaudieron, mas luego miraron con enfado a Pedro al detectar que Guillermo había llorado. Agustín corrió a su lado.

 

__ ¿Qué le hiciste a Guille? _ le espetó al hermano__, mientras fue Guillermo quien lo detuvo con un gesto y les mostró el dije del delfín, Willy nunca había tenido una joya, y terminaron llorando los cuatro. Aprovechando ya el estado en que estaban, tras intercambio de miradas que todo lo decían, hicieron la entrega de las medallas a ellos, el impacto fue una daga de sentimientos,  en los dos, niños despojados de todo, con las cicatrices de pérdidas y abandonos, orfanato y calle, carencias y hambre, de repente tenían dos papás que por un simple título primario les daban una joya,  las lágrimas siguieron por buen rato, y al fin terminaron enredados en un revoltijo de brazos y piernas en el suelo, dando paso a la risa por las cosquillas, antes de que solemnemente les fueran colocados los trofeos, a cada uno, de nuevo con la mirada brillante.

 

__ Es un montón _ musitó Willy__, yo nunca tuve nada, Pedro me regaló el reloj, pero esto es demasiado _ reafirmó mirándolo.

__Nada será demasiado para compensar el esfuerzo que tienes que hacer para reiniciar la vida, como también lo hiciera mi hermanito hace años, lo merecen, pero llévenlas con cuidado bajo la ropa, más en nuestro país.

Cuando se acostaron, estaban exhaustos, más de llorar las emociones que de trajinar en trámites, pero un silencio contemplativo dominaba la casa, los niños pensaban en su suerte, los padres en su amor y sus planes.

 

__ ¿Todo listo para el viaje por si sale como tenemos previsto? _ interrogó  a Guillermo.

__Sí amor, nosotros tenemos que hacer los bolsos, la familia está esperando, todo en marcha.

__ ¿En verdad te gusta la idea?

__No imaginas cuánto. Ahora quiero ver la cara de esos periodistas mañana cuando des la entrevista, es lo que más deseo, les dije a los chicos que les saquen fotos.

__Ya mi amor, olvídalo, lo hago solo por el nene __ dijo Pedro abrazándolo__, a mí no me roza lo que digan.

 

La mirada se pierde  en la inmensidad del mar, navega por el azul de los sueños.  La línea obtusa del horizonte  dibuja la cobertura de lo finito más allá, no hay materia todo es plegaria. Sensaciones profusas del alma, en la línea de este infinito puedo tocarte,  puedo sentirte, puedo amarte, a corazón pleno. Despréndete de tus prendas,  de tu ropa, y ven conmigo. Fúndete con mis sueños, eclipsa mis sentidos,  navega con el barquero que mece nuestras almas. No hay cuerpos, no hay ojos, solo sueños, pasiones y esperanzas, danzas celestiales de armonía, esencias sublimes del alma. Como columnas  de humo  que en su subida al espacio se entremezclan y abrazan, pasiones que hacen vibrar las cuerdas tensas del ser. Caja de resonancia,  y melódica danza, solo en lo infinito,  solo en lo etéreo puedo sentir el abrazo de tu alma. Sé que me quieres, sé que me abrazas, espérame esta noche más allá de la línea del horizonte  que tengamos una cita de amor al alba. Yo quiero alearme contigo en secuencias de brisa y rocío, y sentir como mía tu fragancia enredadora, que arrulla la paz de las almas. Los lloros y amarguras que te aprisionan,  liberarme contigo en un canto al cielo de amor y esperanza, duérmete pronto que tememos una cita de amor al alba.

__

La despedida de Pedro en la empresa fue emotiva, un almuerzo entre amigos,  cálido y sin protocolos, gente como ellos de varios países, fueron los cuatro, y se contaron anécdotas, no solo de él, sino de todo el movimiento, Guillermo descubría aún más profundamente el alma de Pedro desde esas experiencias.

__Esperamos verte en alguna misión __ le dijo la nueva jefa a Pedro.

__No, eso no lo prometo, mi vida de nómade acabó, pero siempre cuenten conmigo, de hecho les he firmado la donación del departamento, y de equipos, ya no los usaré.

Fue lo primero que escucharon los periodistas que entraban, el retiro del activista. Alertados de la llegada, la jefa, y la pareja fueron a ellos.

__ ¿Se retira de nuevo Doctor Beggio? _ dijo uno.

__ Ya estaba retirado __ respondió sereno__, solo viene  transitoriamente por una emergencia, pero ahora sí ya no regresaré, me espera mi casamiento en Argentina, aprovecho para presentarles a mi prometido. __Miró y abrazó a Guillermo, que les dedicó una sonrisa burlona, y estampó adrede un beso a Pedro__. Nos casaremos  en días, hace años que lo amo, nos espera nuestro bufete,  mi empresa, comprar nuestra casa, la familia,  hijos, y solo estamos esperando poder adoptar a…__se detuvo y llamó a los chicos, se tomaron de la mano__  a ellos dos como hijos, uno es mi hermano adoptivo, el otro el chico del que hablaron, que será nuestro hijo, mi único amor, novio, y esposo es Guillermo Graziani, mi socio, en la vida y en todo, ellos y su hijo biológico, serán nuestros hijos.

El murmullo fue general, luego el silencio lo dominó, un periodista balbuceó una disculpa, otro lo provocó con los dichos de su vida.

__ Obviamente que soy gay, pero no un depravado, Willy será mi hijo, nuestro hijo, y lo que escribieron no fueron más que salidas con mi amor en Buenos Aires y amigos,  apenas bebo alcohol cuando salimos, de hecho no ando a las trompadas, fue solo una pelea por celos, ni siquiera, un arranque de celos, ¿nunca los sintieron? Mejor, es feo, pero no ando por la vida peleando, o sí, pero de otra manera.

__Se los aseguro, las armas de Pedro son la bondad, la generosidad, la lealtad… y por sobretodo, el amor _ dijo Guillermo y el amor que colmó la mirada, los envolvió a todos, calló las voces, eran ellos en medio de un aura de luz,  el eco de disculpas se oyó lejano, ya lo verían luego plasmado en la prensa, como Marcial y cada uno que hubiera participado o creído las injurias.

 

 Tres días después.

 

La vista en tribunales fue sin dudas el día más importante hasta entonces en la vida de Willy. Estaban los cuatro, y su tía en el juzgado, además el abogado amigo de Pedro que los acompañó, donde un juez del Tribunal de familia que ya había evaluado los papeles, le pidió al muchacho que relatara   su experiencia desde su encuentro con Pedro, mientras su tía asentía  y afirmaba lo que él iba  diciendo, la mirada brillante de Pedro hizo que Guillermo le tomara la mano.

 

__Si Usted Su Señoría me deja ser hijo de ellos, tendré dos papás, dos hermanos, un sobrino, estudio, dinero, pero yo solo quiero un hogar. Gracias a Pedro, como todos los días, dejé de pasar frío y de andar en harapos, de dormir en casetas, de mendigar, y además me hizo estudiar, terminé el colegio, y tuve mi primera cama, ropa nueva, mi primer dormitorio, mas luego, me trajo a Agustín, que será… es mi hermano, y a Guillermo, mi  otro papá, mi mamá se murió, y estará feliz al verme __ resumió el final el chico.

 

El Juez tragó el nudo que no quería adivinaran le cerraba la garganta, y miró a todos y cada uno.

__Sra., ¿tiene el niño otro familiar directo?_ interrogó a la tía.

__No Su Señoría, solo a mí, y no puedo hacerme cargo de él, como he explicitado por escrito.

__ ¿Consiente que sea adoptado por los señores aunque se traslade a Argentina?

__Sí __ dijo sin dudarlo con una sonrisa__, mi sobrino tendrá la mejor vida con ellos, consiento y apruebo, lo deseo.

El juez miró a Willy.

__Muchacho… ¿deseas que los doctores Beggio y Graziani te adopten como hijo?

__Sí, los adoro __ respondió solemnemente Willy.

Luego preguntó a la pareja si tenían fecha de casamiento, respondió Guillermo que sí, y al fin lo principal, a cada uno, si deseaba adoptar como hijo al muchacho, datos de filiación, a lo cual  cada uno dio un rotundo…

__ Sí.

Y luego a coro mirándose completaron:

__ Lo deseamos y sentimos como hijo.

El juez los proclamó padres e hijo.

__El abogado actuó como de parte de ellos. Fue casi como una boda, pero era el día del niño que cuando el juez les dio los papeles, se abrazó llorando desconsoladamente a Pedro, el juez carraspeó, antes de saludar y dejarlos con el secretario, en un rato les darían todo por escrito, y desde allí, irían por documentos y pasaportes  con la nueva identidad de Willy, que se despidió con las mismas lágrimas de su tía en la puerta de Tribunales.

__Gracias _ dijo al separarse__  y se quedaron mirándola hasta que el taxi que detuvo se perdió al doblar la esquina, luego los papás del muchacho lo tomaron de las manos, y Agustín se colgó del otro brazo de Guillermo. Luego de la breve ceremonia que cambiaba la vida de todos, a paso tranquilo, con un dejo de nostalgia,  se dirigieron a comer donde los muchachos deseaban, al McDonald” s. Guillermo por ellos fue capaz de entrar, ni Guillermito lo había conseguido. Pedro le premió con un beso, y le fue separando restos del relleno, que le dio a comer en la boca.

 

Al regresar al departamento, sabiendo que en tres días por los contactos del abogado tendrían los documentos, por la web, misteriosamente Pedro sacó  pasajes,  los chicos pusieron música, Guillermo fue por helado para todos, y  vieron lo felices que estaban los muchachos ya peleando y jugando, haciendo planes como hermanos. Pedro pensaba que podría ir con Guillermo a recorrer colegios,  tranquilo,  en Buenos Aires, ya no andaría perdido en el Congo, ni en África, sino solo en los brazos de su familia. Esa etapa de aventuras ahora sí había terminado, como viejas historias habían tocado a su fin al caer el telón. Los recuerdos que dolían se disipaban, se había formado vínculos nuevos de amor, y de las cenizas de viejas vidas habían surgido estas nuevas recién nacidas, con todo por decir y escribir. La frase belleza por cenizas, le iba justa a todos ellos.  Los cuatro habían aprendido…  que nada es imposible.

 

“No hay deseos que no se cumplan si se piden con sentimiento. Pide porque no se pierda la esperanza, pide porque se respete al amor, pide porque la humildad no se pierda, pide porque la constancia sea siempre certeza,  pide por más honestidad de mirada a mirada. Pero no pidas por pedir, por ansiar más. Si pides con avaricia… jamás se cumplirá. Pide, pero actúa en consecuencia. No hay petición que se haga realidad por arte de magia. Todo lo valioso conlleva su esfuerzo,  todo lo deseado  conlleva su tiempo, el necesario y no el impuesto. Las personas no crecen gracias a lo material. Las personas se nutren de sueños, de experiencias, de retos, de sentimientos. Las personas no son mejores cuanto más ejemplo quieren dar. Las personas son auténticas cuando no intentan engañar (se). Las mejores personas avanzan más en silencio sin intentar impresionar a nadie. Nadie tiene la verdad absoluta,  todos pedimos y actuamos a nuestra manera pero todos decidimos qué nos beneficia y qué es lo que se veta”.

 

EPÍLOGO.

 

Un día de diciembre, una playa en Cancún, México.

 

La sorpresa para los chicos  y antes para todos había sido impactante, pero Pedro sabiendo que su amor detestaba las fiestas, y él no deseando encuentros “casuales”,  quiso que todo fuera diferente, podían y quisieron que así fuera.

Las puertas del salón que daba a la playa, de los muchos que había en esos enormes hoteles con palmeras y piscinas, bares distribuidos aquí y allá se abrieron, y a Pedro se le aceleró el corazón. Había asistido a pocos casamientos en su vida, pero el propio sin duda que era excitante, le parecía imposible que quien se unía en matrimonio al hombre de su vida era él mismo, más parecía mentira que con una condición y habiendo elegido un camino que parecía desviarse de ese fin, no había podido dejar de rendirse a ese hombre destinado que constituía su pasión más intensa y profunda, su acto de fe. Ese mismo hombre al que ahora esperaba con Alberto y Gaby a su lado que viajaron junto a Fabián, Guillermito y Valeria para ser testigos, tratando de calmar su ansiedad, sellarían así el círculo de esta vida.

El sol estaba cayendo. Las gaviotas sobrevolaban la costa. Las olas llevaban a la playa sus promesas convertidas en ruido y besos de espuma, ese sonido y color particulares que hacen cuando rompen en la arena por acción del viento, a Pedro le llegaba el eco como un arrullo de amor.

El agua clara, casi transparente, turquesa, calma, el cielo azul radiante y el trinar de aves amén de servir como decorado natural para una boda de ensueños que solo algunos desconocidos tendrían el privilegio de espiar, fueron para él un presagio de que todo estaba bien, y así sería el futuro, siempre saliendo el sol, pese a alguna tormenta tropical furiosa. La única intervención que daba un toque humano al escenario natural era una glorieta de telas blancas que servía como refugio del juez que aguardaba para unirlos en matrimonio, y flores en guirnaldas que armaron las chicas al llegar alrededor de donde estarían ellos.

No sabía qué ropa llevaría Guillermo, y este desconocía la de él. Habían escogido sus prendas, cada uno por su cuenta, habían pasado la noche separados, la primera desde el reencuentro. No lo habían hecho por la tradición, sino para divertirse y disfrutar de lo inesperado. Las costumbres les importaban poco, por eso no  esperaron a regresar a Argentina para la gran fiesta, solo avisaron a la familia, y a los amigos íntimos incondicionales, y como protagonista… a Guillermito, el pasaje había sido un regalo de Pedro, de parte de Agustín para todos, para que conocieran de a poco a Willy. Guillermito con su trajecito blanco se deshacía en sonrisas y besos al novio, Valeria lo llamaba a esperar cerca pero no adosado si quería acercar los anillos, pero le costaba separarlo de su Pedrito, el nene había renacido en esa presencia anhelada. Fabián miraba a su hijo emocionado, a esos dos grandotes con su primer traje, sus hermanos que ya amaba más que a los impuestos, y a su mujer, embarazada sin haber dado aún la noticia,  de semanas, que estaba más preciosa que nunca.

Las puertas del salón que conducía a la playa ya se habían abierto, pero Guillermo no aparecía, lo cual hizo temer por instantes eternos que él  se hubiera arrepentido, tal vez se debía a la ansiedad, aunque él ya tenía experiencia, quien no la tenía era Pedro, pero era diferente y además ley universal que todos los novios se ponían nerviosos.

Pedro de pronto sintió la observación de los ojos que no veía, pero como el salón estaba a oscuras, él no podía distinguirlo, mas la piel le quemaba bajo la camisola. Y no se equivocó, Guillermo se moría por disfrutarlo unos minutos, por ver qué ropa se había puesto su adonis, y fue feliz al ver que habían coincidido en el estilo. Él llevaba un pantalón  blanco arremangado, estaba descalzo, y Guillermo estaba igual solo que el pantalón llegaba a los tobillos.

En cuanto dio un paso hacia delante Pedro pudo verlo iluminado por el sol que caía en el horizonte y parecía encaprichado con enrojecer su pelo, le pareció un dios del Olimpo, Zeus quizás, tanto que por momentos pensaba que no merecía a un hombre tan atractivo y magnético, lo mismo se decía Guillermo, lo cierto era que cada vez que estaban uno entre los brazos del otro se sentían felices, y acababan de convencerse de que el destino, Dios, Alguien Sabio, siempre los había querido así… juntos. Pedro volvió a pensar que la vida daba vueltas, pero siempre devuelve a todos al punto exacto en que siempre debieron haber estado.

Sonrió cuando al fin él llegó del brazo de Gaby y Valeria que se lo acercaron, tras bajar los escalones que conducían a la arena. Su expresión era intensa y beatica como si quisiera devorarlo a besos y a la vez amarlo solo a través de los ojos...

Al notar la dicha en el rostro de Pedro, Guillermito giró la cabeza, y vio lo mismo en su abuelo que estaba radiante, sonreía y brillaba en un halo de luz que le hizo sonreír a él también. Le parecían dos príncipes o reyes, y así volvió a creer en los cuentos de duendes.

Prisionero de la mirada de Pedro que era un imán, Guillermo sintió que le arrebataba el aliento. Lo amaba tanto que el sentimiento desbordaba su cuerpo y acariciaba el cielo, el infinito, mezclado con el sonido del mar y de las gaviotas que remontaban vuelo.

Llegó hasta él que le regalaba el casamiento que no habría imaginado, pero era el justo deseado y le sonrió, en la seguridad de saber que no importaban los votos hablados, jamás otros ojos le habían transmitido tanto. Solo sus brazos lo transportaban muy lejos sin necesidad de aviones, y sus besos eran los únicos que podían elevarlo al infinito sin despegar los pies del piso. Pedro cubría su necesidad de amar y ser amado, esa carencia que pensó sería eterna, hacer el amor con él era como entrar en el universo de un modo distinto, y vivir a su lado representaría el desafío de alcanzar límites desconocidos.

 Pedro leyó todo en sus ojos y se lo devolvió tomándole el rostro entre las manos para besarlo. Permanecieron unidos de ese modo hasta que la voz del juez les interrumpió y recordaron que no estaban solos.

 

__Bienvenidos, buenas tardes _ dijo__. Fuimos convocados aquí este veinte de diciembre para celebrar el matrimonio civil igualitario de Pedro Daniel Beggio y Guillermo Graziani, ambos de nacionalidad argentina, quienes han decidido seguir sus caminos juntos y dar uno de los pasos más trascendentes en la vida del ser humano, comenzar una familia, singular pero como vislumbro bella.

 

Durante los veinte minutos siguientes, se miraron más veces de lo que observaron al juez y se murieron por besarse sin poder hacerlo. Quizá por ello, cuando Guillermito les alcanzó con orgullo los anillos, y repitieron votos tradicionales mientras que lo real, eran promesas en las almas en el fondo de las miradas, y el cuento que Pedro puso en manos de su amor, intercambiaron las alianzas, y apenas el juez los declaró unidos en matrimonio, se besaron tanto, que Guillermito acabó interrumpiéndolos, muerto de celos.

Solo eran ellos, los chicos, los amigos, sin embargo, detrás de unas cintas que dividían el sector de la boda de la playa libre de turistas, mucha gente se había amontonado, desconocidos que les tomaban fotos, filmaban y sonreían, soñando con vivir algún día lo que ellos estaban viviendo. De momento solo parecían felices de verlos a ellos cumpliendo ese sueño. Parecía increíble el nivel de solidaridad que podía generarse entre extraños, porque a pesar del mal, que lo había, las personas siempre estaban dispuestas a ayudar a otros. Era parte también la bondad de su especie.

Se abrazaron todos para dar los primeros pasos de la nueva vida, tratando de no llorar de dicha, los esposos iban enredados, y los chicos colgados de donde podían.

__Eres mi esposo ahora Graziani __ le dijo Pedro con ternura, en su voz había amor y lujuria, sentimientos en ellos siempre indivisos.

Guillermo lo miró a los ojos y le dedicó una sonrisa tan dulce que Fabián no quiso dejar escapar y la plasmó en lo que estaba filmando sin ser censurado.

__ Y vos, cielito __ replicó con la ilusión tallada en sus hermosas facciones, y ahora ¿mi socio sigue con las mismas exigencias?

__ Golpe bajo, no mezcles, obvio… no trabaja los viernes, pide el cincuenta por ciento de causas penales…

 

Cada vez que se miraban, sus pupilas delataban que siempre serían los mismos. Su piel se arrugaría, sus cuerpos podrían cambiar a medida que la edad avanzara en el calendario, pero en el fondo de sus ojos asomaba el alma, y esa era la misma de quizás eones.

Gaby y Beto regresaron a Buenos Aires, con la promesa del asado en cuanto llegaran allá, y dos días después los chicos se enteraron de que pasarían las fiestas en Disney, no sabían cuándo regresarían a esa zona, y estaban todos allí, nadie conocía los parques, y supieron que los grandes y Guillermito estarían alucinados, pensaron que esa sería como una luna de miel mezcla con vacaciones compartida, cuando en verdad el día los halló antes a bordo de un catamarán, Guillermo repasaba la lista de acciones que Pedro le reclamaba, el cuento estaba manchado de lágrimas, la lista moría por tener el número cinco tachado como el resto, antes de ir a manos de Pedro, Guillermo no podía hacerlo antes de haber cumplido con eso, aunque se dirigieran a hacerlo.

Guillermito se asomó a donde él se refugiaba del sol y le habló con prisa.

__Dice Pedrito Abu que vengas, o te vas a perder lo mejor _ anunció feliz.

Guillermo, guardó la lista en el bolsillo del pantalón, y salió a la cubierta. Pedro lo recibió con los brazos abiertos y la sonrisa con hoyuelos, lo estrechó a su costado. Como no llevaban remeras, los dedos les quemaban la piel donde la alcanzaban, sucedía en cada roce, en cada mirada que acariciaba, cada vez que se tocaban. Los brazos de Guillermo en el vientre de Pedro lo estaban calcinando aunque Guillermo no lo supiera. Los dos lucían pantalones blancos, el tatuaje de Pedro parecía querer elevarse al cielo.

Guillermito y los chicos se pegaron a la baranda, Fabián abrazando a Valeria, ella los protegía en los bordes del catamarán del mar. El sol otorgaba a los cabellos matices de fuego. El agua turquesa y pura del golfo de México servía de compañera para el cielo azul y límpido, puro como el amor que a todos envolvía en sus alas.

De pronto Guillermito se irguió desbordado de emoción, su cuerpo temblando, la respiración se suspendió y sus ojos se agrandaron, se tomó del dije que antes lo dejara en el mismo estado.

 

__Allá _ señaló, sin poder creerlo.

Muy cerca de ellos, un grupo de delfines salvajes saltaban luciendo sus acrobacias en el agua y acompañaba su viaje de sueños, además de una promesa cumplida.

Pedro y Guillermo viendo al nene en éxtasis,  sonrieron con la vista nublada en lágrimas. El grupo de delfines se hizo más numeroso, y vieron al nene estirando la mano. La sostuvo un momento fuera de la baranda y luego abrió el puño, quizás imaginando que dejaba ir una flor al agua.

Guillermo tembló al sentir que en ese acto, su nieto acababa de despojarse de todo dolor de su cuerpo y alma para siempre, y que desde ahora solo albergaría amor y felicidad, si albergaba alguna imagen de Silvina, acababa de soltarla. Pedro lo apretó más contra él e inspiró profundo, llenando el alma de la naturaleza que los rodeaba, recargándose de energía que tomaba del universo.

Guillermo alzó la mirada, encontró sus ojos, se perdió  en ellos, descansó en su alma antes que el beso llegara. Los labios temblaron, el corazón retumbó con la canción del mar, y sus almas remontaron vuelo.

Los esperaba Disney, luego el inicio de una vida con alegrías y fracasos, pero ya contaban con ese amor que daba la intimidad y la confianza de las cosas compartidas, de los sueños cumplidos, algunas frustraciones, la madurez de los llantos, y separaciones, la incondicionalidad del amor, la responsabilidad de los hijos, ya eran muy ricos, y en esa riqueza iniciaban el camino, ligeros de equipaje, porque el amor repartía las cargas.

 

“Su cuerpo hincado sobre mis deseos... Desnudo y dispuesto como siempre; logró que mi voz se escuchara. Fui la gracia permitida en su piel. Descansé sobre la simetría de su cuerpo y permití su huella. La verdad y el bien son ideales que resultan,  difíciles de entender, con sutileza puedo comprender. Descifré léxicos que se cruzaron en mi camino... Su piel fue un marfil en mi sexo perfecto y profundo. Sus manos puras al erotismo sincero; así le demostré  el hombre que le dije ser.

En sus labios suculentos busqué el alimento, y olía vigoroso su aliento. Su boca fue el manantial delirante para saciar la sed con el verbo presente. Bendito el gozo que el hombre dejó en mi espléndido cuerpo. Él, abrazó mi cuerpo y quedé impregnado de su locura. Lo estreché, y quedaron confundidas mis venas ardientes cabalgando entre suspiros. Paraíso de dicha y miel que apapaché con mi calor,  su piel, brindé, visible su lazo...,   todo mi cuerpo se desvaneció con su firmes besos a mis montes. Agradecido,  permanece la huella en mi plena consciencia. Lo estrujé candente con éxtasis envolvente, arrebatando la esencia de cualquier dios presente”.

 “Quizá nos casemos en Buenos Aires con una gran fiesta, Pedro dice que hasta pueden venir mis ex, quizá no, tal vez adoptemos y tengamos más hijos, biológicos o  tal vez no, no es lo que hoy importa”.

 Se habían encontrado y amado, había una familia en pie, todo por escribir.

 

Mientras se mecían al compás haciendo el amor, mirándose a los ojos, bebiendo el uno del otro y alcanzaban decenas de éxtasis, aun cuando los cuerpos reposaban, los corazones siguieron latiendo al unísono.

Quizá tuvieran más hijos algún día, quizá no. De nuevo el destino les marcaría caminos, pero ya no temían sus designios. Habían aprendido a tener confianza.

 

“De pronto, cuando todo parece vacío, cuando el hartazgo lleva la delantera, cuando el hombre camina sin rumbo siguiendo a las masas, cuando solo se sobrevive por obligación, al dar vuelta una esquina, al entrar a tomar un café, en una mirada de miel, se descubre que el amor no es  solo un invento de románticos, que puede hacerse realidad, entre… valientes”.

 

Fin.

 

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO.

ESCENAS EXPLÍCITAS.

GRACIAS A QUIENES ACOMPAÑARON A ESTA HISTORIA… LA CÁTEDRA.

 

 

 

 

 

1 comentario:

  1. GRACIAS A QUIENES ACOMPAÑARON A ESTA BELLA FICCIÓN, QUE PODRÍA CONTINUAR COMO LA VIDA MAS PARA VIDA COTIDIANA SIGO EL VIAJE. BESOS GUILLEDRAS.

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