jueves, 2 de noviembre de 2017

"LA CÁTEDRA". CAPÍTULO TREINTA Y DOS.



"LA CÁTEDRA".

CAPÍTULO TREINTA Y DOS. 


Sábado, 06 de agosto de 2016.
“Quiero llegar a ti desde ti mismo,
mirándote desde tus ojos,
besándote con esa boca que me besa.
No puede ser que seamos dos, no puede ser
que seamos
dos”.
*Julio Cortázar.

Previo…


 El corazón de Guillermo sufrió un ligero dolor, como si el vacío que experimentaba se hubiera llenado tan rápido que no dio tiempo a acostumbrarse al cambio.
__No quiero que te moleste __le hizo saber Pedro, acariciándolo.

Guillermo lo rodeaba con los brazos, lo apretó más, ansiando llenarse de su energía.
__Gracias _dijo.

__Si me dejaras hacer más, tendrás algo para agradarme, pero así, no _replicó__. Me siento inútil.

Guillermo alzó la cabeza buscando la mirada.
__Me basta con que estés a mi lado __aseguró antes de besarlo.

Lunes, 08 de agosto de 2016.

El fin de semana fue calmo, compartido en la casa con Guillermito y Agustín, Pedro no tuvo descanso en contar anécdotas del sur y en repartir regalos, y sólo recibió  dos llamados, uno que le informaba de un evento empresarial el viernes, el otro de una reunión en asesoría legal de la empresa el martes, los olvidó al menos por esos días para dedicarse a compensar los  de ausencia.
El lunes llegó demasiado rápido. Sin embargo, Guillermo no estaba nervioso. Había pasado con Pedro el fin de semana y había repuesto sus fuerzas. Se sentía más dispuesto a pelear por el bienestar de la familia.

__Desayuna amor. Y no temas, supongo que ella o el marido sabrán qué hacer con sus hijos, me parece que Fabián ya ha decidido.
__No entiendo para qué apareció. Si Fabián no fuera mayor tampoco  habría llegado a él, es sólo mi hijo, ella lo perdió el día en que lo abandonó, y creo que así siente él, aunque temo por mi nieto cuando entienda.
__Es una bruja, no sé qué busca, líos supongo, quizá sepa que estás rehaciendo tu vida y no lo desee.
__No puede reclamar absolutamente nada en esta casa, ni de mi hijo ni del nene. En veinte años no lo ha visto, no la conocen, menos a sus hijos. Fabián no es su hijo, es mi hijo.
__Ahora soy yo quien tiene que decirte que tranquilo…___le susurró Pedro al oído mientras le acariciaba el pelo ___.No te preocupes, todo va a salir bien, ella tiene mucho más que perder ahora que Fabián sabe toda la verdad. Eres un padre excepcional, ella no podrá hacer nada.
Con amor y una mezcla tremenda de sentimientos, Guillermo lo miró dentro del alma.
__Gracias por aguantarme __murmuró.

Durante un buen rato se besaron, hasta que notaron una personita entre las piernas, Guillermito no se despegaba de ellos.
__ ¿Por qué mandaste a buscar ese auto tan caro? __ interrogó  Guillermo.

__Digamos que quiero hacerla sentir la nada misma, por eso el traje que te dije que uses y el que llevo, ellos son así, en caso de que te encuentres con ellos al bajar del auto, quiero que te vea bajar de uno mejor que el de ellos __respondió Pedro con sinceridad.

__No me gusta eso, Pedro, jamás te gustó la ostentación, no quiero que cambies por ellos. No me interesa demostrarle nada.
__Pero  a mí sí __ continuó, Pedro __.Confía en mí, Guille, los conozco.

__Prométeme que si los ves, no vas a… __comenzó.

__Yo lo prometo __lo interrumpió él, sabía lo que él iba a decir. Para brindarle mayor seguridad, agregó __: Voy a estar en la cafetería frente a tribunales, sólo porque no deseas que entre, tomando algo hasta que me llames al celular para avisarme que todo terminó. Recién entonces te voy a buscar.

___Está bien, vamos que  Agustín está entreteniendo al nene,  básicamente si el marido no sabe nada, y los hijos tampoco, si deja de molestar a los míos, seguiremos sendas paralelas, y tampoco les diré nada a ellos, le convendría aceptar, yo ya sé la verdad y mi hijo también, no le cambia nada conocer a gente que en veinte años no estuvieron en su vida como no lo quiso Gaby, no quiero hacerle daño a esos chicos de ella.

Guillermo se dejó llevar al juzgado en silencio. Reflexionaba las opciones y las posibilidades de lo que sucedería en la hora siguiente. No quería olvidar nada de todo lo que quería decir, ni permitiría que el rencor nublara su necesidad de pensar. Tenía que mantener la mente clara y deseaba triunfar por el bien de su familia.
Pedro lo dejó frente al edificio. Mientras Guillermo estuvo en el auto, él no demostró sentimientos, pero temía por él y por su corazón roto. Le hubiera gustado estar a su lado y protegerlo de Silvina, del marido, alejarlo de todos los que pretendieran dañarlo, pero no podía hacerlo. Debía confiar en que Guillermo era fuerte y capaz de cuidarse solo.
Cumplió con la promesa de permanecer en el bar más de una hora trabajando  con su notebook, leyendo cosas atrasadas de días en vistas de la reunión de la empresa, al parecer, algo no andaba bien con uno de los abogados en asesoría legal, y empezaba a preocuparse, respondía mensajes de trabajo. En realidad pese a todo no dejaba de pensar en Guillermo y en la audiencia, pero trataba de ocupar la mente en otros asuntos para no volverse loco.
De pronto oyó golpes en el vidrio y alzó la cabeza. Del otro lado estaba Guillermo, y al verlo bien, su mirada se iluminó de alivio. Guillermo entró y se sentó en su mesa.

__ ¿Cómo me encontraste? __interrogó Pedro.

__Fue fácil, no hay muchos bares a la redonda __contestó Guillermo___. Silvina nunca se presentó __le informó de prisa__. Pero me dijo mi abogada que sus abogados, presentaron una exposición, y que entre otras cosas, ella dice que siempre pasó por casa en estos años, y que jamás le permití ver a su hijo. Quiere fingir que eso sucedió durante todos estos años.

__Mentirosa _masculló Pedro entrecerrando los ojos. No sabía cómo contener sus ganas de enfrentar a Silvina, sólo conseguía tranquilizarse porque notaba que Guillermo estaba decidido y que era muy fuerte.

__De todas maneras mi abogada dice que el hecho de que no se haya presentado hoy, la perjudica _continuó explicando él __.En realidad no me importa. Sólo me interesa obtener por escrito el acuerdo y que desaparezca de nuestras vidas. No soporto que venga a casa a tocar el timbre como si fuera una loca, o que exija ver a su hijo o al nene.
Ella no era así, Pedro, no sé qué le pasa. Está cambiada.

Pedro por primera vez en la vida reconoció que se sentía realmente celoso, curiosamente con Silvina, más que con Nazarre o los otros, ella había sido parte real de la vida de Guillermo. No soportaba que él hablara de alguien que le había hecho tanto daño, menos que la viera, aunque supiera que no se querían, que nunca habían sentido amor. Reconocía que se estaba transformando en un ser oscuro y competitivo a causa de esos sentimientos, como si tuviera la estúpida necesidad de superar a esa malnacida, y decidió superarlo como fuera.
Extendió las manos y tomó las de Guillermo por sobre la mesa, fingiéndose calmado. No quería que él se diera cuenta de lo mal que se sentía, habría sido odioso  exponerlo a sus celos injustificados.

__No hablemos más de Silvina __pidió__. ¿Qué quieres tomar?

Guillermo le apretó con ternura los dedos y le sonrió.
__Café amargo __respondió. Todavía hablaba rápido estimulado por los momentos de tensión que había vivido.

Pedro llamó a la camarera y ordenó dos cafés. Un momento después su teléfono celular volvió a sonar y suspiró tras leer la información que acababa de recibir por mensaje de texto.
__ ¿Pasa algo? __preguntó Guillermo.

__Tengo una reunión con líos mañana en la empresa, y el viernes un evento __le comentó mientras respondía el mensaje __. Iba a mandar al hombre de confianza de la empresa, pero al parecer él ha descubierto algo raro en ella más lo bien que se ha portado en mi ausencia, no quiero molestarlo más.

__ ¿Qué clase de evento es?
__Una fiesta privada de empresarios __contestó Pedro y se internó en los ojos__. ¿Te sentirías con ánimo como para ir?

__Me encantaría que fuéramos juntos __dijo.

__ ¿Y te puedo regalar un traje para el evento? __preguntó con adoración Pedro.

__Lo que quieras amorcito, te extrañé tanto que te dejaría hacer cualquier cosa.
__No me tientes, amor, que te subo a la moto, ya sabes.
__! Pedro!

Esa noche Pedro se quedó en la casa, en la cena contó a Fabián del viaje evitando tocar el tema de Silvina, eran ya una familia, y fue Agustín quien acostó a Guillermito.
Cuando se despidieron todo era armonía.

__ ¿Nervioso cielito? ¿Tienes idea de qué ha sucedido en tu ausencia?
__No quise saberlo por las dudas hasta mañana, por suerte estoy una semana más de licencia en la cátedra, tampoco fuimos al estudio.
Quise dedicarme a ti, a todos, los chicos están contentos, nada pareciera haberlos afectado.
__Vos sos  la creación mas hermosa del universo, por ese motivo te digo, que te llevo tatuado en mi alma, sos mi alegría y mi ternura, la misma ternura que me ofreces.
De mis labios brotan mis palabras llenas de verdad y de amor que hoy ofrezco para  hacerte muy feliz día a día. Hoy mis brazos son la fuerza, que nos hace falta para seguir adelante, y luchar en la adversidad por este bello amor, como la magia del amor que todo me lo ofrece.
Mi alma implora, que nunca intentes abandonarme porque sin vos, no soy nada,  sin tu presencia no tengo aire que respirar.
En mis batallas para conquistarte día a día desearía alejarme de todo lo que nos pueda separar. Ahora  te ofrezco todo aquello que anhelabas desde hace mucho tiempo, hoy estoy en tus manos, nunca dejes de ilusionar este corazón que late por tu amor y deseo que sigas siendo el amor de mi vida siempre.
Deambulo por la vida y Dios me iluminó y revela que en mi largo caminar olvidé, que siempre has estado a mi lado, porque tu casa  es mi corazón.
 __Amor en silencio, furia desatada de los sentidos, caos existencial en la interminable fiesta de los sentimientos, vergüenza y virtud, pausa y espacio, ceras y tintos…Una cita en el manto de cielo. Entre los ardientes leños te desnudaste, entre humos y música descubrimos secretas intimidades, en el intenso cruce de miradas recitamos deseos y cuando la primera palabra se formaba en mi boca, tu dedo la calló y la convirtió en suspiro. Entonces leí tu sueño, ese sueño que nació en tu imaginación cuando me sentiste. Y en él te viví. Escribí en mi alma cómo se formaban tus palabras, cómo se convertían en verbos y cómo bailaban entre las rimas de tu dulce prosa. Me poseíste en tu sueño y en su encanto, escuché el silencio de tus sentidos…
No te detengas porque te siento, no muestres tus miedos porque estoy escribiendo pasión en tus labios. Cierra tus ojos porque así lo exige mi sensualidad, abre tus brazos y enséñame de qué está hecha tu piel. Deja que tus dientes muerdan sueños, que tu aliento respire suspiros y que mi ternura, anide poco a poco, en la elegancia de tus poros.  Dame tu mano que la pondré despacito sobre mi pecho, para que escuches los gritos de mis latidos…Dame tu mirada y dejaré que vea mi alma, regálame el silencio de tu boca y dejaré que recorra mi cuello, que sonría en mi cuerpo y que absorba un poquito de mi calor. Eriza tu espalda porque mis tintas ya derraman deseo, pervierte mis dedos y deja que sus huellas dibujen pasión, disfruta de una noche de libertad y no dejes que un sólo pensamiento, calle el silencio de los sentidos. Los sentidos no hablan, pero el roce de unos labios expresa su condición, la caricia de un beso canta sus deseos, el abrazo del alma abriga sus versos, el  latido de un corazón derrama su sangre, el viento de un sentimiento, los llena de humedad y en el dulce silencio del amor, se muestran tal y como son.

Martes, 09 de agosto de 2016.

El trabajo volvió a la normalidad, Guillermo salió para el estudio, Pedro hacia la empresa, en una mañana fría como los números que había recibido, que le marcaban crisis y reducción de personal que desde que no estaba allí, no pudo ver venir.
El  subgerente que había dejado a cargo, jamás le había gustado pero  siempre fue la mano derecha de su padre, sin embargo era un tipo que no trataba bien a la gente, que siempre mostraba un lado oscuro, y ese día era quien había llamado a reunión.
Más de una vez lo había enfrentado, no le gustó para nada su ingreso al morir su padre, y más de una vez le había dado trabajos poco importantes o lo intentó menospreciar, y en  vida de su padre había ascendido a puesto muy alto a un abogado que Pedro miraba con desconfianza.
Muchas veces mientras él se quedaba en la oficina comiendo un sándwich, veía cómo esos dos salían para comer: “Comidas de negocios”, decían ellos. Pedro se había acostumbrado a ese tipo de indiferencia y se los tomaba con humor.
Aquella mañana llegó a su oficina antes que su secretaria, la cual se emocionó cuando vio el regalo que su jefe  le trajo del sur.

__Pedro, qué alegría verte, ya están llegando el gerente a cargo y los otros dos _dijo Belén, la secretaria de gerencia.

__ ¿Qué está sucediendo Belu?
__No lo sé. Pero creo que es algo relacionado a un viaje que tendrías que hacer o tú o el gerente a cargo con ellos a la convención Europea anual. Al parecer, el  protegido del subgerente no tiene las estadísticas de este último año y su padrino está que arde.
El Gerente las está pidiendo desde que te fuiste.
__Eso significan problema incluso para mí.

Pedro se dirigió a su escritorio y sacó una carpeta con varios cedés. Allí tenía las estadísticas de los últimos tres años, desde que él llegara a la empresa, algo que no le había resultado fácil conseguir. Según el subgerente asociado, Cavas, aquello no era de su incumbencia. Siguió mirando y recordó que él había ido preparando las estadísticas del último año como de los previos. De pronto, allí estaba lo que buscaba.
Levantó la mirada y fijó la vista en Belén.

__Sácame varias copias antes de que lleguen, y no iré yo a ese viaje, no voy a poder, para algo he delegado mi función acá.

Belén salió del despacho dejando a Pedro surcando en un mar de dudas acerca de la gente que su padre había dejado en cargos altos. Minutos después apresurada entró la secretaria con las copias, y Pedro comparó las estadísticas previas con las del último año.
__Ya llegan todos, suerte, jefe, ya sabes que para mí eres tú…  y Gutiérrez, los otros dos, no son limpios. Eres el mejor, pero entiendo que ahora estés en otra cosa.
__Gracias, Belén. __Sonrió.

Pedro saludó a los tres hombres.

__Pedro, creo que antes de que viajaras al sur, hace tres semanas pedí las estadísticas del último año __dijo el gerente a cargo Gutiérrez  mirando a Pedro y luego a Cavas, y a su protegido; les pedí las estadísticas que llevamos todos los años a Europa.

Cavas estaba inquieto en su sillón y  no paraba de moverse. Miraba fijamente a Ricardo, el abogado joven que había ascendido. El responsable de las estadísticas era él. Sólo él.
 Pedro se percató de que Cavas lo miraba, también se dio cuenta de que ahora no lo trataba de manera despectiva como apenas llegar tras la muerte de su padre. Tranquilo tras tomar un sorbo de agua, se dispuso a hablar.

__Yo me he permitido traer unas estadísticas que he ido confeccionando a nivel paralelo en los últimos años. La de este año aún no la he evaluado en detalle puesto que me fui hace poco, pero creo que les puede servir como referencia, yo no podré estar en Europa Gutiérrez, confío en usted.

Se levantó y dio una copia a cada uno de ellos sin excepción. Echaron una rápida ojeada a los papeles y al cabo de unos minutos que le parecieron una eternidad, Gutiérrez lo miró y le preguntó:
__Pedro, ¿seguro que no podrás venir a la convención? Es en París este año. Y tendrías tres semanas para sacar las estadísticas definitivas y disponer de un proyecto sobre ventas a alcanzar el año que viene.
__En principio no, debería hablarlo en familia y en mis nuevos trabajos.
__Un momento __ habló Cavas mientras se levantaba___. Creo haber entendido que irían ustedes dos a París. En vida de tu padre Pedro, no me excluyó nunca en los veinticinco años que llevo trabajando. No creo que sea pago adecuado por los servicios prestados.
__Estimado Cavas…__empezó Pedro sonriendo__, tengo que disculparme. En ningún momento he intentado excluirte del grupo, siento que hayas entendido mal, hemos dado por hecho tu asistencia, que para nosotros es valiosísima.
Pero igual que contamos contigo, también tengo que decir como gerente general de la empresa __ miró a Ricardo__ que en este viaje no contaremos con tu presencia, Ricardo. Creo que sobra decir, que sabemos que para el sub gerente eres el número uno. Pero para ser el número uno en una empresa competitiva como ésta, hay que demostrarlo día a día, y más cuando se trabaja al nivel que se trabaja aquí. Le hemos dado un cargo de responsabilidad, y creo que puedo y debo decir que nos has decepcionado. No sólo por no tener preparadas las estadísticas del año, sino por los múltiples escándalos de polleras con los que se lo relacionan dentro de la empresa. Por lo tanto, sintiéndolo mucho, tenemos que comunicarle que quedará rescindido su contrato a partir del primero de setiembre.

Boquiabierto el abogado miró a Cavas para pedirle ayuda. Pero éste decidió soltarle la mano, desvió los ojos hacia otro lugar.
Sabía que tenían razón, pero nunca imaginó que Cavas, al que consideraba un colega, fuera a reaccionar así. Conocía demasiadas cosas que podrían perjudicarlo si las sacaba a la luz en el momento en que él quisiera, lo estaban despidiendo, y Ricardo, sin poder creerlo, veía cómo aquél no hacía nada por ayudarlo. Pero no, no estaba dispuesto a irse, así, sin más.
De pronto Ricardo se levantó y se dirigió a los presentes con aire en apariencia tranquilo.

__Muy bien. Me echan. __Y mirando a Cavas, gritó___: No vas a decir nada, ¿verdad? Te vas a quedar tan tranquilo mientras mi futuro se va a la basura, pensé que eras un amigo, además de mi jefe.

Cavas le clavó una dura mirada y contestó.
__Ricardo, sabes que te he advertido varias veces respecto a tus salidas nocturnas, te había dicho que fueras discreto, que esto podía pasar, Sabes del pedido de las estadísticas y eras el responsable de ellas, pero últimamente estás fallando, y aquí sólo quedan los mejores, y…
__ ¿Y qué viejo zorro? __interrumpió Ricardo fuera de sí__. Quiero que sepas que si yo caigo, tú también caerás. __Miró a Pedro y se dirigió a él enfurecido__: Oye, precioso, yo ya no tengo nada que ver ni que perder, pero ten cuidado.

Con la poca dignidad que le quedaba, se dirigió a la puerta y cuando llegó a ella se volvió.
__Recogeré mis cosas ahora. No estoy dispuesto a ser el hazmerreír de la empresa.  Y pónganse en contacto con el departamento de personal para que vayan preparando mi liquidación. Y más vale que lleguemos a un buen acuerdo económico o iniciaré una demanda laboral contra ustedes. Buenos días.
Se dio la vuelta y salió dando un portazo, Pedro miró a Cavas esperando que aclarara ciertas cosas.

__A esa rata la voy a hundir, perdón Beggio, yo lo subí, yo voy a encargarme de que se vaya sin molestar y nunca más va a encontrar trabajo __: Respecto a su amenaza de querella, no tenemos que preocuparnos de las posibles injurias que ese individuo pueda decir de nosotros. Tengo información sobre él que podría callarlo de por vida. Más vale que no cree problemas.

Pasado los minutos de tensión, Gutiérrez se dirigió a Pedro y éste ofreció a Belén cerca del gerente y propuso a un abogado de su confianza para ocupar el puesto que quedaba vacante que pronto se mudaría cerca del gerente, mientras se comprometió a concurrir  más seguido a supervisar.

__Me encargaré personalmente de las entrevistas de personal para este departamento diga lo que diga Cavas, quiero gente nueva, con mentalidad diferente, ya la gente que dejara mi padre, me temo que está obsoleta. Quiero gente emprendedora que sepa aprovechar la oportunidad que les estamos dando. Estamos pasando una crisis mundial, no deseo que afecte a la empresa.
Gutiérrez, a Cavas, le ofreceré un puesto que hace tiempo viene ambicionando en Uruguay, y todo quedará dependiendo de ti y de la gente que incorporemos, si necesitas hablar con alguien más me encontrarás acá cada semana amigo, eres el único en el que confío de la época en que mi padre vivió.
__Agradezco tu confianza, Pedro, pero por favor, intenta ayudarme con el tema de la convención, y vamos los dos a París.
__Lo intentaré, la ayuda, de hecho, el viaje, lo veré, gracias.

Viernes, 13 de agosto de 2016.

Cuando Guillermo  vio el traje que Pedro le hizo llegar supo del buen gusto de su chiquitín lindo. Era gris oscuro, solapas de raso, zapatos a juego, no había nada de cuero,  tampoco de marca, sin embargo no dudó de la calidad de los productos, eran prendas de diseño como las que llevaba Pedro, sin materiales de origen animal. Tenía lógica, dado que Pedro evitaba alimentar grandes marcas cuando era posible.
Todo le quedó tan bien, que no podía creer que jamás se lo había probado antes. Frente al espejo, la imagen le agradó más que nunca, se perfumó y bajó las escaleras.
Ni bien lo vio bajar, Pedro se puso de pie para ir a su encuentro. En sus ojos se reflejaba amor y orgullo.

__Al fin me quedé con el abogado más churro de Bs. As. __comentó con la sonrisa con hoyuelos.

Guillermo también sonrió, en ese momento olvidó por completo la preocupación que le había aquejado casi toda la tarde. Pedro lo conocía demasiado, y en cuanto lo tuvo delante la leyó en la mirada, Guillermo también lo supo, y al fin decidió confesarse.

__ ¿Piensas que Silvina y el marido pueden estar en el evento? __preguntó.

Sin poder creer cuán conectados estaban, Pedro suspiró.

__Yo también he estado pensándolo, pero la verdad es que no creo que se encuentren allí. En todo el tiempo en que me he movido en el medio, sólo los encontré una vez, ahora si temes que estén, no tenemos obligación de ir. Estás hermoso, y en verdad preferiría quedarme a sacarte la ropa que ir a hacer sociales.
Guillermo rio.
__Prefiero que me saques la ropa más tarde __replicó: No sería justo privarnos de hacer lo que queremos por ellos, es Silvina la que está en falta, no yo. Sólo te pido, que, en caso de que la mala suerte quiera que nos encontremos, los dejes en paz. No quiero que peleen, así que si ella o él hacen o dicen algo, por favor no reacciones.

Pedro cerró los ojos.
__Es lo más difícil que me pidieron en la vida __contestó___; pero haría lo que te hiciera sentir más seguro, y si es ignorarlos, es lo que voy a hacer.

Guillermo sonrió y le acarició la mejilla. No estaba del todo tranquilo, pero tampoco nervioso. Sabía que Pedro cumpliría con su palabra porque lo amaba verdaderamente, y haría lo que fuera por él.
__Gracias __dijo __Si ella está ahí, hagamos de cuenta que no existe. No va a ser tan difícil, después de años de ausencia.

Se encogió de hombros y suspiró, remarcando que pretendía hacer una broma, pero Pedro no lo siguió. No le causaba gracia que existiera una mujer como Silvina, o un tipo como el marido en la vida de Guillermo, aunque había tantos como ellos que luchar sería peor que enfrentar como activista a todos los barcos cazadores del mundo.
Estaba pensando en proponerle esa noche el viaje a París.

Cuando embelesados de miradas furtivas y roces durante el viaje estacionó frente al local de Palermo  Hollywood, Guillermo se sintió excitado. Pedro bajó, le abrió la puerta, y entraron abrazados.
Ni bien ingresaron alguien retuvo a Pedro para saludarlo. Le presentó a Guillermo como su prometido como siempre sin reparos y pasaron un momento hablando sobre un contrato. Tal como había presentido siempre, Pedro se mezclaba tan bien entre los empresarios, que le costó creer que tuviera una especie de vida paralela en la que se vestía con ropa deportiva , y nadaba curando un animal herido, o andaba perdido en el Ártico. Se preguntó, por qué teniendo la posibilidad de elegir, había preferido el sacrificio y el silencio en lugar de la vida de ruido y lujo que su padre le dejara al alcance de la mano, y que sólo mantenía para cuidarla para su  hermano.
Volvió a la realidad en cuanto oyó que la conversación variaba de rumbo.

___ ¿Pensaste en la campaña que te propusimos? __preguntó, Pedro al hombre que antes había hablado del contrato.

__Sería una pérdida de tiempo, sabes que tenemos vínculos con empresas petroleras y que no pueden romperse _respondió el sujeto.

Pedro sonrió, envidiablemente seguro.
__Te comenté los puntos a favor para tus ganancias en la reunión _contestó: Firmo tu contrato a cambio de la campaña de concientización.

__ ¿Al costo que te propuse? __enarcó las cejas el hombre, y rio ___. No lo entiendo: si la gente no usa su auto hasta para ir al quiosco, ustedes pierden, y así con cada producto.

__ Siempre venderemos, y certificamos que la empresa apoya el medio ambiente. ¿Preferirías comprar algo que te vende marca asociada al valor de la vida o sólo una marca?

Guillermo admiraba cuánto Pedro sabía de los intereses de los empresarios, no les hablaba del cuidado de la tierra, sino con dinero por medio, sólo a través de negocios.

__Te llamo para almorzar en la semana y negociamos __dijo el sujeto.

Para Pedro esa respuesta ya era un rotundo triunfo.
__Nos vemos.

Luego se condujeron hacia la barra y tras sortear obstáculos en el camino lograron el objetivo de pedir dos copas de champaña.
Guillermo observó el estilo antiguo y postmoderno del lounge. En la decoración predominaban la madera y el acero, había una escalera que conducía a la planta alta  y bebía su trago cuando un dedo de Pedro surcó el cuello y lo hizo desconcentrar. Pedro se arrimó más hasta que casi quedaron en contacto. Entonces  deslizó la mano hacia la espalda y le recorrió la columna, Guillermo apenas sostenía la copa, embriagado del aroma que tanto había extrañado, cerró los ojos para disfrutar de la sensación de las seductoras caricias. Sintió los roces de plumas de los besos de Pedro en la cabeza, en la frente, arrimándose a las comisuras sin tocarlas, pero acariciándolo con la calidez del aliento. Después los labios rozaron las sienes. Entonces le pareció que no había modo de detener el amor que lo inundaba por él.

__Te voy a devorar a besos, me has robado el aliento, miles con los tuyos y he agonizado sin aire, iré a buscarlos en nuevos besos, donde los dejé guardados, en tu boca __le susurró.

Abrió los párpados, ansiaba mirarlo, pero buscando sus ojos algo que lo dejó perplejo lo detuvo.
Aun en el estado de ensueño en que se encontraba, por detrás de la copa semivacía la figura de Silvina apareció para recordarle lo maravilloso que Pedro era.
Estaba parada a unos cuantos metros de ellos, el tipo que imaginó como el marido, vestía un traje caro y sostenía una copa, ella casi tan alta como él  llevaba un vestido strapless amarillo y estaba muy maquillada.
Recordó el pelo natural de Gaby, y Silvina le pareció un intento de elegancia en un envase vacío, tenía el aspecto de trepadora tanto como el marido. Desde que sabía de su existencia, se le había cruzado que de tener que enfrentarlo sentiría dolor y celos, pero sólo experimentó alivio. No tenía nada que envidiarles, porque con Pedro lo tenía todo.
Guió la cabeza como tenía planeado y lo miró con una sonrisa.

__Tuvimos mala suerte, porque acabo de ver a Silvina con el marido  __le avisó.

Lo primero que Pedro experimentó fue un pinchazo de temor mas se convenció casi al instante de que no importaban sus sentimientos sino los de Guillermo, por eso lo estudió con atención. Lo miró a los ojos, y en ellos encontró indiferencia, incluso algo de diversión. Gracias a eso, en contra de todos los pronósticos que había conjeturado, en lugar de sentir odio rio. Guillermo lucía tan natural y sereno que él no pudo albergar un sentimiento distinto. Sin dudas el que Fabián ya supiera la verdad había modificado todo.
Giró la cabeza hacia donde él había estado mirando y distinguió a la pareja tratando de caer en gracia a unos empresarios. Le pareció un patético circo ideado para escalar socialmente, como si fuera la única meta, vacía, voraz, de sus vidas.
Volvió a internarse en el alma de Guillermo e inspiró profundo a la vez que esbozaba una sonrisa.
Le acarició la frente con los pulgares mientras estudiaba más allá de las pupilas.

__ ¿Estás bien amor? __le preguntó para estar seguro.

__Mejor que nunca __respondió él, abrazándolo esperando a que le diera sus labios.

En ese momento Silvina los vio, el marido lo mismo pero reconoció a Pedro como el que le había vendido la moto para Rafael. La imagen de ellos besándose en público a Silvina le causó el efecto de un golpe en el pecho. Estaban abrazados, y sus acciones desprendían tanto afecto, que le dolió. Sintió envidia y desolación al notar lo hermoso de esa relación que le recordó lo poco que ella tenía.
Continuó mirando hasta que le beso terminó. Pedro rio, y a ella se le anudó el estómago, entendió que era el amante que estaba en la casa y no alcanzó a ver.
Pedro en tanto elevaba el telón de la mirada, y viajaba en busca del borde de la pupila, para penetrar en el viaje dentro de Guillermo como cada vez. Silvina conocía esa sonrisa de luz, estaba segura, pero le costaba precisar de dónde.
De pronto la envidia dio paso a la furia, no podía ser cierto que estuviera allí, era imposible que fuera la pareja de Guillermo, lo imaginó todavía con Juan pese a que él lo desmintiera.
Se aferró al brazo de su marido.

__Silvina, suéltame, me estás lastimando _rugió y se volvió modificando la expresión.

¿Por qué vino? __replicó él en un ataque de furia contenida.
Silvina miró, no tenía idea de a qué se refería su marido, no conocía a ninguno de los dos, o al menos no lo recordaba.
__No entiendo __dijo-

__Tu exmarido
Silvina apartó a Rafael padre de la ronda de conversación en que se encontraban, y lejos de los conocidos, rio a gusto.

__ ¿De qué estás hablando? __se burló intentando fingir__ ¿Te pagan para ser idiota? ¿Qué va a estar haciendo Guillermo acá? Debe ser un tipo parecido, si nunca lo viste más allá de las fotos que quemaste hace veinte años.

Rafael apretó los dientes al recordar las fotos de casamiento de ellos. Las había encontrado en una caja dentro del vestidor una tarde de un ataque de celos en que había revuelto la casa en busca de pistas. Estaba convencido de que Silvina seguía viendo a su hijo a escondidas y no podía soportarlo temiendo un segundo abandono.
__Yo sabía que el consejo de tu abogado no era bueno __masculló, ignorando que ella pretendía subestimarlo __: Siempre odié a ese cretino: Otro jamás te hubiera aconsejado que volvieras a la casa de ese estúpido.

__Rafael, es por el bien de los chicos, Guillermo sabe de ellos, y ellos no de…
No es el lugar para que te pongas loco __le amonestó.

Rafael señaló hacia la barra.
__Entonces pídele que se retire antes que las cosas se pongan peores, que se vaya.

Silvina negó con la cabeza, Rafael estaba enloqueciendo.
Desde que la citación de Guillermo había llegado a la oficina, se había puesto tan insoportable  como  cuando no abandonaba a Guillermo pese a que ya tenía a su hijo con él. No entendía que no le era fácil abandonar a otra familia, lograr el apoyo de sus padres, preparar un terreno laboral donde no la juzgaran en caso de que la verdad se supiera. De esa manera surgió la oferta de trabajo desde el tío de su marido actual y le facilitó las cosas. Con los dos en un puesto alto en un medio, ¿de qué le servía a ella seguir casada con Guillermo?
Siempre se lo había dicho. ¿Qué voy a hacer yo con vos? Ama de casa. ¿Cómo voy a progresar?, lo cual le sirvió para no sentirse culpable. Guillermo había sido un desliz de los sentidos, un error, y también su hijo, así pensó de Fabián.

Miró hacías donde su marido señalaba, intentando demostrarle que allí  no había rastro alguno de Guillermo.

__! Está allí haciendo un espectáculo con el que nos vendió la moto para el nene! __indicó para ayudarla, entonces ella se quedó perpleja.

¡Era cierto! Guillermo reía y conversaba con el empresario y abogado, como si nadie más existiera. ¿Cómo había llegado a un hombre como ése? Era imposible, si él no hacía más que hundirse con sus mediocres socios y su tía en un estudio de provincia y de allí sólo ladrar en algún juicio penal. Un hombre como Guillermo jamás tendría acceso a las esferas de poder en las cuales Pedro podía moverse. Además, estaba segura de que no era capaz de amar a nadie, y que quizá ni siquiera la había olvidado a ella por haberle dado un hijo.
Se sintió ensombrecida y minimizada, como Si Pedro fuera un gran árbol bajo el cual ella no era más que apenas un insecto.
Así era, siempre lo había sentido, por eso se había sentido en la gloria cuando les había vendido la moto personalmente. Ella se codeaba con gente adinerada, no Guillermo. Ella compartía reuniones y eventos con empresarios y políticos, y le resultaba imposible aceptar que él estuviera compartiendo la cama con uno.
Su soberbia le susurró que en realidad Guillermo se había acostado con Pedro porque quería arruinarlo. Recordó todo lo que él le había dicho que conocía acerca de su boda, su marido, su trabajo, la editorial, sus hijos. Luego de pensar en traiciones de familiares, descubría ahora que existía un conocido en común que le había informado de todos sus pasos. ¿Pero acaso era posible? No lo creía. Dudaba hasta que Pedro supiera qué lazo los había unido en el pasado, Guillermo no hablaba de su intimidad con sus amantes.

Se dispuso a averiguarlo, pensando que de paso le haría pasar vergüenza, lo humillaría, y le arruinaría lo que fuera que pretendiera iniciar con ese hombre, y de paso enaltecería un poco a su marido. Complacer era parte de los negocios.

__Quiero que se vaya __insistió Rafael
La voz de su marido la impulsó a arrastrarlo con ella hacia la ronda que ahora conformaban Pedro, su ex y otros invitados con los que conversaban.

__!Pedro Beggio! __ exclamó riendo al tiempo que se inmiscuía entre ellos.

Pedro se quedó perplejo, tan sorprendido como Guillermo de que, a pesar de que habían intentado ignorarla, ella la muñeca de plástico se acercaba arrastrando al marido, entendiendo que entonces él sí sabía todo de los hijos. Pedro aprovechó que estaba abrazado a Guillermo para apretarlo más contra su cuerpo. Con ese gesto se recordó que era suyo, y le demostró a Guillermo que estaba bajo su protección, lo cual éste aceptó gustoso.
A Pedro le costó sonreír, pero lo hizo. No estaba acostumbrado a odiar, pero en ese momento, el odio se tornó oscuro, siniestro, como si el ojo de un huracán se concentrara en su cuerpo.

__Disculpe, pero no la recuerdo _intentó que Silvina se sintiera ínfima.

__Silvina, de la revista… te compré una moto para mi hijo __contestó ella disimulando lo incómoda que se sintió al notar que allí nadie parecía reconocerla, como si ella fuera un ser anónimo.

__Ah, sí, creo que ahora recuerdo __respondió Pedro mostrándose desinteresado__: ¿Ya cambiaste tu auto por un Mercedes? Si mal no recuerdo te gustó mucho el mío.

Guillermo entendió el cambio de auto que hiciera Pedro para llevarlo al Juzgado, también que estaba jugando con Silvina y sus ambiciones, castigándola con lo que a ella más le dolía y sintió pena, por Pedro que era bueno y comprensivo, no ese tipo de persona. ¿Por qué no podía ser él mismo con Silvina?
“Porque me ama. Porque él dijo que siente lo que yo siento, le duele lo que ella me hace”.

Entonces decidió intervenir. Pedro estaba sufriendo y no podía permitirlo El tipo no le quitaba los ojos de encima y Silvina a Pedro.

__Estamos evaluando otras opciones, hay coches mejores.
Pedro no se inmutó por haber perdido un peón de su tablero, decidió una sonrisa complaciente al asentir.

__ ¿Este verano también se van a Punta del Este? __le preguntó enseguida: Eran ustedes los que me contaron que sus parientes les prestaban una casa allí, ¿no? __Silvina asintió rápidamente__: Nosotros nos vamos a Cancún. Guillermo, mi prometido, Fabián y el nieto, el nene ama los delfines, le prometí que los vería en su hábitat, ya saben que fui activista.

“Jaque mate, cielito”, pensó Guillermo. Pero no quiero.

Lo agarró del brazo rogándole en silencio que se detuviera. No tenía que competir con Silvina, no tenía que ponerse a su altura, porque eso le quitaba grandeza, y él amaba lo grande que era él. Pedro no podía contenerse. Para Guillermo podía ser un gigante, pero no era más que el mismo hombre celoso e imperfecto que había derribado a puñetes a Nazarre y casi a Matías. Silvina lo transformaba, su oscuridad le quitaba el autocontrol.
Silvina cerró los ojos, se dio cuenta que Pedro sabía muy bien quién era y por supuesto quién era Guillermo y la maldad afloró.
Silvina aferró el brazo de su esposo.

__ ¿Te acuerdas de mi esposo? Nos iremos a Punta del Este en segunda luna de miel, y llevaremos tu moto.

Pedro supo que buscaba herir a Guillermo con el comentario y su juego. El odio creció y deseó golpearla, y desangrar al tipo en el suelo como sabía que podía hacerlo, pero le importaban las miradas desaprobatorias de Guillermo, no las habladurías, desde chico estaba acostumbrado a ser la piedra en el zapato para muchos, pero le había prometido a Guillermo que no reaccionaría. Decidió entonces ignorar a Silvina, aunque no sabía hacerlo.
Como si Dios hubiera leído sus pensamientos uno de los empresarios de la ronda lo salvó cuando intervino dirigiéndose a Guillermo.
__Me fascina tu traje, te queda espectacular __le dijo__. Me tienes que decir dónde lo compraste.

Guillermo sonrió ignorando por completo a su ex y a su marido.
__Es un regalo de Pedro __respondió y lo miró con tanto amor que él se estremeció. ¿Dónde lo compraste amorcito? __preguntó con el tono más tierno que siempre surgía de su voz cuando hablaba, sin exageraciones ni fingimientos.

__Se lo compré a un diseñador independiente _contestó todavía afectado pero más tranquilo.

Le costaba recuperar su verdadero yo, sin embargo la fortaleza de Guillermo, y comprobar que la estocada de Silvina no lo había herido, lo ayudo a reencontrarse.
A partir de ese momento la conversación giró en torno de telas y modas Silvina intentó hacer otros comentarios pero nadie le prestó atención. Pasó más de cinco minutos tratando de lastimar, y de haber sido por ella habría seguido intentando, pero al parecer su marido era más despierto que ella, al menos en ese sentido, y dijo que tenían que retirarse porque los esperaban otras personas. Pedro fue el único que les sonrió como despedida. Nadie los esperaba.
Rafael caminó delante de Silvina, pretendiendo dejarla atrás, ella lo siguió histérica.

__!Para! __le ordenó__ ¿Qué estás haciendo?

Rafael giró sobre sus talones y la desafió con la mirada.
___ ¿Cómo pudiste? __ le espetó__. Me enfrentaste a tu exmarido y dejaste que su novio nos humillara en público. ¡Sos una estúpida, una perrita de él!

Silvina le tomó el brazo.
__ ¿Estás loco? Es gay _le contestó__.  No es momento de esto.

__Lo seguís queriendo, estabas celosa __ reclamó el marido.

__Estás muy loco.
__Me voy.
__No podemos irnos, ¿qué diría la gente?
__Quédate vos con la gente, yo me voy a ver a mi tío, para que ya mismo te remueva de tu puesto en la empresa. No quiero estar con una mujer que no es capaz de echar a su ex de su territorio.
__Los chicos…
__Con él también tienes un hijo, si es que es sólo uno.
__!¿Qué estás diciendo?! __le gritó.

__Que sos una cobarde y que estás despedida  __replicó él y se soltó bruscamente para salir a grandes zancadas.

Silvina fue detrás pero en la puerta la detuvo un conocido reclamándole por una nota. Se vio obligada a responder mientras trataba de fingir que nada había ocurrido. Miraba de soslayo hacia la puerta por donde su esposo había salido, buscando el modo de que el viejo se callara la boca y la dejara tranquila. Lo logró instantes después diciéndole que su esposo estaba descompuesto y que debía seguirlo.
Al salir lo vio entrando en un taxi. Entonces corrió al auto dispuesta a seguirlo. Al encender el motor sólo tenía un objetivo in mente, seguir a su marido. Tenía que convencerlo de su amor, aunque sólo anhelaba su poder y su dinero.

El taxi se mezcló entre otros, le costó seguirlo. Probó llamarlo al celular varias veces, pero él apagó el teléfono, casi chocó con otro vehículo pero logró salir del riesgo y continuar su persecución. En un momento un colectivo le quitó visión, para cuando se adelantó vio que el taxi acababa de cruzar la vía del ferrocarril, que estaba bajando la barrera.
___!Hijo de puta! __bramó mientras se debatía entre dejarlo ir o cruzar con la barrera baja.

Debía llegar antes de que su esposo convirtiera su vida en un infierno, porque si la echaba y se divorciaban hasta le quitaría a los chicos. Entonces decidió cruzar.

La vida es una sucesión o abanico de elecciones y siempre que se elige, se gana algo para perder otra cosa. Ella era invencible, era el poder en persona, y todas sus decisiones siempre eran drásticas, como el día en que abandonó a Fabián para no regresar.

“Entonces resulta que la luz tranquilizadora al final de tu túnel es un tren que venía en dirección a ti”.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.




24 comentarios:

  1. Mari Siempre con la verdad y bello amor. Buen día Eve, feliz jueves!

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  2. Salvador Eve Mónica Marzetti eres única y dinámica TKM.

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  3. Mari Hermoso ....yo también daré gracias a la vida y al amor que te inspira por que tu amor me llena de vida
    Gracias

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  4. Qué momento Eve...La ambición, los celos, la envidia envuelve a los seres humanos y muchas veces les juegan en contra...

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    1. NIÑAS Y CHICOS, ME CUESTA MUCHO DAR CADA CAPÍTULO POR TIEMPO BAJO CERO, TOMARÉ UNOS DÍAS PARA DAR NAUFRAGIO FINAL COMO MERECE, NO SÉ BIEN SI DARÉ EN MEDIO EL VIAJE, Y LO QUE ANDE, ES NADA EL TIEMPO QUE TENGO, SI UN DÍA NO ESTOY, ES QUE ANDO PENSANDO Y PLASMANDO EL FINAL DE NAUFRAGIO, GRACIAS POR LA CÁTEDRA. ALI, SILVINA CAYÓ EN SU TRAMPA AL TIEMPO QUE ANTES DIJO SU VERDAD, NUNCA AMÓ NI MERECIÓ NI A GUILLE NI A FABIÁN, GRACIAS Y MI AMOR.

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  5. Sol Urvino Es cierto, EVE, todo esta entrelazado, lo laboral, lo afectivo, lo personal y lo social, y toda decision afecta en el contexto. GRACIAS Y UN BESO.

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  6. Veronica Lorena Piccinino Un final duro.. Como el odio puede cegar a una persona... Ellos bellísimos

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