PRÓLOGO.
NO
SOY YO.
"hay
que abrir de par en par todas las ventanas y tirar todo a la calle, pero sobre
todo hay que tirar también la ventana, y nosotros con ella. Es la muerte, o
salir volando. Hay que hacerlo, de alguna manera hay que hacerlo". Cortázar.
Bs,
As, 15 de noviembre de 2017.
Había
una vez, un tipo común, que dicen que es brillante, que es feliz, que todo lo
tiene, y sin embargo, no me reconozco, no entiendo nada de lo que me rodea, no
reconozco a mi vida, no recuerdo a la gente, no sé quién soy.
Amanecía
un nuevo día de primavera en Bs. As., más parecido a un tórrido verano, y los
primeros rayos del sol ganaban la batalla a la madrugada. Naranjas, rosas y
amarillos recortaban el cielo y auguraban un día pleno de posibilidades.
Permanecí
hipnotizado por el paisaje, recibiendo la brisa matutina como si fuera una
bendición sobre mi piel, agradeciendo la perfecta soledad en el balcón del
departamento, un piso en la Avenida Figueroa Alcorta, en pleno corazón de
Palermo. Una soledad que no me estaba permitida con asiduidad.
Por
supuesto que aquella paz no duraría para siempre.
Unos
metros detrás de mí, dentro de la habitación, escuché el roce de las sábanas y
el cambio de ritmo plácido de su
respiración. Era hora de entrar. Deslicé la puerta corrediza tan despacio como
pude y caminé en puntitas de pie hasta tenderme sobre la cama.
__Buenos
días… __ murmuró Camila, adormilada. Giró sobre la cama, aún con los ojos
cerrados, e instintivamente su mano encontró el camino hacia la mía__.
¿Lograste dormir?
__Sí Mentí. El cargo de conciencia por una
pequeñísima mentira piadosa era mucho mejor que sembrar preocupación en el
perfecto rostro de mi mujer. __ ¿Y tú?
__Mejor
ahora que estamos en casa. Al fin… __su
mano exploró un poco entre los recovecos de mi camiseta, acelerando mis latidos
cardíacos con su lento recorrido___. ¿Emocionado por la cena de hoy?
__No
__ solté mi frustración con un suspiro.
__Vamos,
Pedro. No será tan malo, debes empezar a salir, mi amor.
__Tal
vez no para ti.
Ignorando
mi último comentario, sonrió antes de dejar un beso sobre mi frente. Incluso a
esa hora de la mañana era la mujer más bella del universo. Ni uno de sus
cabellos rubios se veía mal luego de la noche, y sus vibrantes ojos pardos verdosos parecían tan alertas como
siempre. Y aunque sólo su rostro era suficiente para detener el corazón de
cualquier hombre, la inigualable complexión de su figura, su altura, sus
curvas, podrían causar un infarto masivo.
No
soy ajeno a su belleza, y sin embargo…
¿Cómo
es que una mujer como ella había terminado con un tipo como yo?
__Eres
hermosa. ¿Te lo había dicho alguna vez? __Al parecer oír mi cumplido la
sorprendió. Sus ojos se volvieron esquivos por un segundo, casi como si se
sintiera avergonzada.
__ ¿Dije
algo malo? __ pregunté confundido.
__
No… Y no, no recuerdo que me hayas dicho algo como eso antes, desde hace mucho
al menos, quizá cuando nos conocimos, el primer año, sí, el día de nuestro
casamiento lo oí.
__No
recuerdo nada, no entiendo cómo pude no decírtelo a cada rato, de verdad lo
eres __aseguré despreocupado.
__Es
bueno saberlo que lo pienses y veas ahora, Pedro.
Mientras
observaba mi supuesta ropa en el vestidor, supuse que nada de eso me quedaría
bien. De hecho es ropa de marca, cara, pero me parece enorme.
__ ¿Crees
que debería renovar mi vestuario?
__No
me parece, si lo dices por el peso que perdiste, la idea es que lo recuperes,
no que cambies la ropa, algo encontraremos, ve a ducharte.
__ ¿Camila?
__ ¿Sí?
__En
todos estos meses de mi enfermedad, ¿no te planteaste dejarme? Digo, no debe de
haber sido fácil para ti afrontar lo que tuve que pasar, y no lo es este
resultado.
Se
incorporó en la cama abrazándose las rodillas y me miró.
__Pedro,
cuando nos casamos, nuestros votos no decían que si uno enfermaba el otro
quedaba en libertad, yo te amo, estuvimos juntos desde el diagnóstico, a la
cirugía, a hoy, al alta, que recuerdes o no es una nimiedad comparado con el
riesgo que pasaste en el quirófano, amor, estás vivo, no hay señales de
presencia de células tumorales, terminaste la quimioterapia, lo que quedó, lo
superaremos _dijo con un aplomo sorprendente.
__Iré
a ducharme, mejor.
Mientras
dejaba correr el agua de la ducha para
que se entibiara, me dediqué a estudiar con mayor detenimiento al hombre que me
observaba desde el espejo. Tenía unos enormes ojos almendrados, color pardo,
casi verdes, unos que destellaban confusión, incertidumbre y temor, fiel
reflejo de cómo me sentía en ese momento. Sus labios gruesos, carnosos, estaban
resecos, deshojados, resquebrajados, y el recuerdo del tubo que los torturaba
acudió a mi mente, el oxígeno que entraba por él y me secaba hasta el alma, lo
mismo y, junto con la palidez extrema de su piel, las mejillas se hundían
remarcando los huesos, las ojeras violáceas eran evidentes, el conjunto lo hacía ver demasiado frágil. Estaba mucho
más delgado de lo que resultaba saludable, sin músculos, las caderas y los
muslos, los brazos y los hombros casi rasgaban la piel, bien podía pasar por un
cadáver ambulante.
La
versión completa era terrorífica, ominosa. Era difícil concebir que ese hombre
era yo.
Mis
largos dedos surcaron la cicatriz en el costado derecho de mi cabeza, como una
luna creciente que se extendía por encima de mi oreja. Afortunadamente, un
suave cabello castaño asomaba lo
suficiente como para cubrir las claras evidencias de la cirugía.
Luego
de estudiar mi apariencia, supe que Camila se equivocaba, La cena de esa noche,
a una semana de haber salido de una estadía prolongada en la clínica, me
resultaría una tortura. Aún no me sentía preparado para enfrentar a nadie. Una
lágrima de pura rabia estaba a punto de rodar por mi mejilla cuando escuché un
movimiento detrás de la puerta.
__Salgo
en un segundo _dije sosteniendo el picaporte, o quizá sosteniéndome a mí mismo.
__Hace
más de media hora que estás allí. Se enfría tu café.
__Medio
segundo y salgo. Lo prometo.
¿Me
gustaba el café solo?
___Sí,
a veces lo cortabas con leche pero sólo en el desayuno, sería bueno que por un
tiempo tomaras café con leche.
__Está
bien, pero no todavía, no tengo apetito.
Camila…
__ ¿Qué?
__
¿Era buen abogado antes?
__Sí
mi amor, el mejor, y lo vas a recordar, esas cosas son como el manejo, casi
automáticas dijo el médico, no olvidarás tu profesión.
__No
lo sé, hoy no recuerdo nada.
No
recuerdo ni siquiera si sé manejar.
__Sabes,
y lo haces muy bien, verás que podrás, lo mismo que cuando
recuperes estado físico, recordarás el tenis, el golf, cabalgar, esas cosas no
se olvidan, tranquilo.
__Seguramente
tengas razón.
Me
tragué la angustia tanto como pude y arrojé agua fría sobre mi cara para quitar
las nefastas evidencias de mi fragilidad emocional.
Después
de hurgar por un rato entre mi ropa, logré dar con un pantalón deportivo y una
camiseta que no parecía de mi talla.
De
hecho, nada dentro de mi vestidor parecía ser de mi talla.
Hasta
me arriesgaría a decir que nada de aquel departamento parecía tener que ver
conmigo.
__
¿Por qué no tenemos hijos? __pregunté desde el arco que daba entrada a la
cocina. Camila arrojó un poco de café al escuchar mi pregunta, soltando el
periódico en el proceso.__ ¿Estás bien?
__Sí…
No te preocupes. No esperaba esa pregunta. __Usó una servilleta para limpiar
las manchas de café sobre su remera.
__Estás
siendo muy espontáneo últimamente _agregó con una sonrisa demasiado crítica
para mi gusto.
---Sólo
es una pregunta __señalé, alzando los hombros. Llevamos años de casados. ¿Acaso
es tan extraño que habláramos sobre eso? __ ¿Y bien?
__No
queremos tener hijos _contestó con simpleza.
__ ¿No?
¿Por qué?
¿“No
queremos” como “no queremos por ahora” o “no queremos como… “ni lo sueñes”?
__No
queremos, punto. Es algo que acordamos hace tiempo.
__Vaya
acuerdo…
Camila
dejó una enorme taza de café con leche frente a mí y abrió la notebook
retomando en ella la lectura con una sonrisa, dando por terminada la
conversación aun antes de que comenzara. Molesto por su actitud, observé la
taza como si fuera una ofensa.
__No
me gusta mi ropa __fue mi intento para recuperar su atención.
__Compraremos
otra.__ Sin levantar la mirada, le dio
un sorbo a su taza.
Provincia.
__Papá…
__ ¿Qué
sucede hijito?
__
Te vas a ahogar con tanta mermelada a cucharadas sin siquiera mirar, antes no
trabajabas desayunando.
__
No es trabajo. O sí. Estoy revisando un expediente que me dio Marcos _contestó
Guillermo volviendo la mirada a éste.
__Pa,
estás en cualquiera, el expediente está allí de adorno, tenías la mirada fugada
en la nada. ¿Te sientes bien? _interrogó Fabián escudriñando a su padre.
__
Si hijo, bien _suspiró ruidosamente__. Es sólo que extraño particularmente a
alguien.
__ ¿Vos
extrañar? ¿A quién?
__A
un amigo, a un gran amigo –titubeante.
__Pensé
que no tenías muchos más amigos que los del estudio.
¿Lo
conozco?
__No
hijito, nunca lo viste.
__ ¿Y
por qué no lo llamas y lo ves sin tanto extrañas?
__No
puedo, no puedo verlo, ni llamarlo.
__Pa,
no entiendo. ¿Por?
Guillermo
tragando el nudo que le atenazaba la garganta, sintiendo los ojos escocidos,
murmuró:
__Está
muerto, se murió.
__Lo
siento, perdón. ¿Hace poco que aún lo extrañas?
__Para
mí hace un siglo, qué más da, se fue.
__Lo
siento.
__Yo
también lo siento… no imaginas cuánto.
La
punzada lacerante le cortó la respiración, y ya las palabras no se formaron,
sólo, una lágrima solitaria cargada de mil emociones… descendió por el rostro para morir en la mano,
mientras un rostro iluminado por una sonrisa única se adueñó de la mente… y del
alma.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO.
me gusto el prologo Eve , me da como continuacion de farsantes , pedro perdio su memoria a partir de esto , espero todo No soy yo , me gusto Eve , no se por donde ira la historia , solo se que estas almas gemelas jamas se separaran , gracias Eve y descansa , besos y todo mi cariño ¡¡¡
ResponderEliminarRicardo Ótimo texto caro
ResponderEliminarParicia... Mmmm Es hermoso, interesnte, gracias.
ResponderEliminarAngélica... Excelente inicio, me encanta.
ResponderEliminarPatri. No demores.
ResponderEliminarBelen Cruz GRACIAS 😀Eve extraordinario comienzo 👏👏👏 fascinada 😘!!!
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Me encantó Eve... pero me generó una angustia en el pecho ese recuerdo de Guillermo de su amor que se fue y de Pedro que no recuerda nada...
ResponderEliminarSol Urvino Estan salindo de etapas dificiles, pero algo surgira para que ambos se encuentren. Un Beso, EVE.
ResponderEliminarEstoy asombrada Eve, no esperaba el comienzo de otra historia...Todas me gustan pero se me ha hecho un matete...Igual sé que "No soy yo" me va a atrapar como todas tus bellas creaciones...
ResponderEliminar