lunes, 23 de abril de 2018

"ACCIDENTE". CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO.


"ACCIDENTE".
 CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO.
 La imagen puede contener: texto
Bs. As.  Lunes, 18 de abril.

"Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado".
Julio Cortázar -
Rayuela.
Capítulo 93 (fragmento)
“Nada hay en el mundo ni hombre ni diablo ni cosa alguna que sea
para mí tan sospechoso como el amor; pues este penetra en el alma más
que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor”. Umberto Eco.
 “Perdón por quererte tanto en tan poco tiempo, pero eres aquello que
nunca busqué, pero siempre necesité. W. Forgues.
POEMA.
“Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago
y cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas
precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco
con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino
es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío”.
Julio Cortázar.
__Bueno, muy bien, está perfecto, parece que tanto ustedes como mi hijo se casarán antes que Pedro y yo, a Fabián lo perdí, Camila se lo lleva a su casa, están prometidos.
__Qué bueno, Guille, me encantó.
Espero que regresen pronto, se extrañan, cuando Gaby tenga el alta te llamará, ya liberaron los teléfonos, y tengo en el estudio las cosas que rescataron de tu casa, no es mucho, pero algo quedó.
__Está bien amigo, lo más importante que quedó es que se hará justicia por todos los inocentes, que los chicos tendrán sitios seguros, y el amor, el de ustedes, el de Camila y Fabián, el mío con Pedro, lo que el día del accidente… parecía poco probable, los nuevos amigos  como Miller y los Moravia, todo fue marcado por… el accidente, y todo estaba previsto por Alguien que supo el sitio correcto de cada uno, todo está perfecto, más que perfecto.
__
“Cada día que pasa mi mente, mis pensamientos, abandonan más y más mi cuerpo, como ignorando lo material, alejándome también del tiempo. Y no me refiero a la muerte, sino a un estado calmo de una euforia silente, diferente.
Es como escuchar una balada de violín, como una luz repentina de claridad mental,
como esa brisa en medio del campo, en un plantío de rosas...  extasiando tu ser con sus aromas. O tal vez mi cuerpo ya se prepara, para comenzar su viaje  hacia quizá la nada,
tal vez sea solo el comienzo para cambiar mi nombre a recuerdo.
En horas regresaremos a Buenos Aires, al fin tenemos el juicio por la masacre y cuenta creer que termine la pesadilla, que iniciemos la vida juntos con Pedro, libres, él comenzando de cero, pero yo también porque renací al conocerlo, o mejor dicho al llevarlo por delante cuando temblando creí que lo mataba y en verdad estaba salvándole la vida.
Desde el llamado de Beto hemos pasado días de ensueño, compartiendo todo, días de sol y playa, días en que tomando algo con Moravia y Pedro hemos visto a mi hijo jugar al fútbol con Gustavo, días de estar todos en la playa o de paseo a Colonia de Sacramento o a Punta del Este ya sin temores, hemos disfrutado del asombro de Gustavo, junto a Camila de su paulatina recuperación, del amor de ellos, del nuestro, del disfrute de la vida, hasta que recibimos el llamado de Miller, ya el juicio está en marcha y en dos días deberemos de estar todos allá.
Pudimos haber encontrado miles de motivos para rendirnos. Mas encontramos uno para quedarnos en una familia. “El amor”. El mágico y verdadero amor, ese que no se compra, no se vende ni se finge. El que se repara y se construye con paciencia  y amor. Es la obra en las manos de dos seres imperfectos  cuidando un regalo divino depositado en nuestras manos por el Creador.


__Pedro y Gustavo, Fabi amor, tranquilos al declarar, están avalados por el DVD de Adolfo, casi solo deben de repetir lo sucedido en el careo, ya todo está dicho, los veo fuertes y me siento feliz por la recuperación de los dos, ansiosa por ver al resto de los chicos _dijo Camila  cuando con Guille terminábamos de ensayar las declaraciones.

__Así es, tranquilos,  Miller hará el alegato inicial, porque en verdad el juicio será mucho mayor, pero ustedes creo que solo van a declarar en este inicio donde ya serán juzgados los responsables de la muerte de Adolfo y de la violación y manipulación de los chicos, es decir Donato, Quesada, Miguel muerto y compañía, la causa de los narcos correrá en juicios federales, y la mafia de medicamentos más allá de esta condena, ¿entendido?
__Sí, papá, yo poco tengo para decir.
__Sí, amor, estaré bien, ya pasé lo peor en ese careo, y Gustavo estará apuntalado por todos junto a Camila siempre, estaremos bien, será rápido, Adolfo nos ayudó desde siempre.
__Bien, pasado mañana creo que llegaremos para descansar, el fin de semana ya estarán liberados, se grabará todo, y no creo que tengan que volver a presentarse.
Yo voy a pedir perpetua para todos, creo que los abogados del Obispado estarán de acuerdo, veremos la pericia de Quesada, si no está loco, también irá a lo mismo que el resto, mató a demasiados chicos experimentando aunque desde ese experimento en meses haya una droga útil.
__Papá, vamos con Camila a la ciudad a comprar valijas y algunas cosas, ¿necesitan algo?
__No hijito, no compres más cosas que más allá de la buena voluntad de los Moravia, no tenemos casa, por ahora _ afirmó Guillermo haciendo un  guiño al amigo.

__Una valija Fabián, para la ropa que le hemos comprado a Gustavo, y no sé si quiere algo más _continué.

__No se preocupen,  que Camila le ha comprado de todo, a él hasta el traje para el juicio y a la familia, vienen con nosotros, les cuesta asimilar cada paseo y la belleza de los paisajes. Regresaremos a la tarde, por lo que me compre no te alarmes, yo me voy directamente al departamento de mi bella mujer _dijo Fabián robándole un beso a Camila que radiante no dudó en sonreír con la mirada.
__En principio nos quedaremos en mi departamento de siempre, papá, cuando termine el juicio veremos si elijo otra propiedad.
__La que quieras hija, pero no demasiado lejos de mí, aunque espero poder convencer a tu tío de vivir juntos, al fin estamos solos, es mi hermano, me gustaría mucho.
__Qué lindo papá, yo te ayudaré a convencerlo, nos vamos, tenemos que preparar el equipaje luego.

Camila y Fabián fueron por la familia de Gustavo, y los seguimos con la mirada, tomados de la mano hacen una pareja preciosa.

__ ¿De verdad están bien Camila para el juicio?
__Sí amor, muy bien, fuertes, y yo feliz de que mi papá vaya a trabajar al estudio con el tuyo, y a vivir con mi tío.
Convence a Guillermo que puede quedarse en una propiedad el tiempo que deseen, de verdad no hay apuro para que compren. ¿No tenían asegurada la casa y los muebles?
__Creo que sí, con lo obsesivo que es mi papá, sí, pero esos seguros dan dos pesos, apenas se compra una mesa, deberán empezar de cero, trabajando, Quizá con los ahorros de los dos puedan comprar el terreno, e ir edificando.
Yo intentaré acelerar los exámenes, rendiré libre lo que más pueda, prefiero dejarle trabajo en el estudio a Pedro y ver si consigo algo en otro lado, no quiero que me mantengas.
__Tonto, no necesitas trabajar, apresura el estudio mejor. Pedro entiendo que mientras estudie dará clases de letras y de catequesis en escuelas, no será gran sueldo pero tiene para la casa los ahorros de lo que le dejó Adolfo, es importante que se sienta cómodo, que salga al mundo de a poco. Aún me asombra cómo se ha adaptado, el amor es su salvación, no tenía manera de sobrevivir al desamparo de sus años en Chile, pero Adolfo y tu papá lo rescataron, bueno mi amor, no puedo creer que regresaremos a Buenos Aires como pareja.
__Ni yo preciosa, no pensé que me ibas a ver siquiera cuando te conocí. ¿Estás mejor con lo de tu mamá?
__Sí, trato de ya no pensar en ello, no podré cambiar nada, entiendo el dolor de papá, y que tanto él como mi tío no se casaran luego de su muerte, no fue la culpa de ellos sino de sus asesinos, duele, siempre, la perdí siendo chiquita, pero tuve todo su amor en los primeros años,  a diferencia de Pedro y de ti.
¿Vas a buscar a tu mamá?
__Eso les pedí a todos cuando me enojaba saber lo de mi papá y cuando lo vi con Pedro, creo que Gaby ya lo ubicó, qué sé yo, no la conozco, sé que se llama Silvina y que me parió, nada más.
__Fabi, no te prives de verla, por favor, quizá sea una vez, o tal vez sin darse cuenta logren un vínculo, puede que sea importante para ti.
__Cami, mi papá es lo importante, mal o bien, como pudo y con su secreto pero me crió, trabajando y con ayuda me dio todo, a él le debo todo, no creo que Silvina cambie algo a estas alturas, pero te prometo que la voy a conocer, se lo debo a todos, si no la vi antes fue por el lío del encierro y todo eso, ahora vamos de paseo, luego del juicio, la veré, te lo prometo.

“Nadie lo sabe aunque lo intuyen, fue en una de estas escapadas pero a solas  en que Camila fue o se convirtió por entero en mi mujer”.

Al tomar camino abajo hacia el centro del pueblo, tomé algún pretexto para hablarle. Fingimos un primer encuentro.

- ¿Será que tiene una revista que me prestara para leerla?  -me dijo que sí - ; entonces entré a su suite, tomé asiento en una pequeña mesa que tenía junto a una ventana que daba a la verde espesura de las colinas. 

- Si quiere tomar un café puede venir__  me dijo__,  yo acepté, fui invitado esta vez. Tomaba los sorbos de café sin quitarle la mirada de encima, se veía tranquila, yo estaba dejándome llevar por un camino de sana complacencia. 

- Puede venir a tomarnos un café, pero luego debe irse.
- Está bien __ dije -.  Esperaba que el rito de “tomar el café” durara toda la noche, y en efecto charlamos por horas y horas,  me encantaba conocer sus pensamientos, y saber quién era ella. Aunque yo no era necesariamente quien debía estar en su mesa.

Camila no era una mujer predecible porque sus inquietudes no eran fáciles de interpretar para mí, sin embargo, mantenía un equilibrio emocional,  su alegría era un encanto natural y se veía siempre despreocupada,  a veces leíamos una revista o jugábamos a las cartas y así trascurrieron innumerables días con sus noches en que nos hicimos compañía a fuerza de necesidad y de juntar nuestras extrañas existencias traídas a ese lugar por la casualidad. Una mujer en particular se interesó en saber si ella me recibía y qué hacía yo en su alcoba, siempre les dije que leíamos, charlábamos y jugábamos a las cartas hasta muy tarde; entonces tenía sueño y me retiraba a mi habitación cruzando la calle hacia la casa de enfrente en el pueblo  o a la mía si estábamos en la casa del padre.
Pero la verdad era otra: mi deseo por estar con ella era intenso a tal punto que no podía concebir mi vida lejos de su amparo, le prodigaba los más sentidos besos y las caricias más inusitada,  ella, por supuesto se dejaba transportar en el camino del amor y así transitábamos las pasiones más profundas y escondidas y con la energía dispuesta para disfrutarlo todo hasta que la madrugada nos veía calmar nuestra angustia, yo la miraba a sus ojos donde se reflejaban los míos, en sus pupilas claras me encontraba eternamente complacido. Así lo entendí en complicidad con mi escritor de ese momento: “Me bastaba mirarte para saber que con voz me empapaba el alma”. Sin duda Cortázar era mi cómplice.
Todavía late en mi corazón el impulso que dio inicio a la primera noche que logré amarla sin los estragos de ninguna persuasión de mi parte; fue cuando ella decidió descansar en su cama después de tomar un café.
- ¿Puedo descansar a su lado? - le dije. 

- Está bien. Me respondió, pero luego tiene que irse. Yo lo tomé como la invitación que estaba esperando.

Lo hice sin prisa, despacio como si estuviera degustando entre mi boca el más dulce de los vinos, empecé a sorberlo delicadamente. Me cubrí entre sus sábanas sin atreverme a rozar su cuerpo, así permanecí inmóvil por unos minutos que me parecieron eternos. De repente me sentí invadido por un suave calor que se desprendía de su cuerpo cubierto por un pijama ligero para luego sentir el contacto de su piel, sus muslos rozaron con los míos, sus caderas se acercaban cada vez más; entonces un torrente de fuego lento subía y bajaba  entre el cobertor y nuestros pensados movimientos.
Un impulso frenético que me llevó a abrazarme de su cuerpo en forma total y sin reparos. Mis manos recorrían solas buscando sus pronunciadas curvas.
Mis caricias recorrían su cuerpo a merced de mis manos que toda la rodeaba. Camila correspondía jugueteando con su lengua en mi boca, sucediéndose largos y profundos besos.
Era el amor que nos había atrapado enteramente vulnerables, indefensos. Su piel suave y seductora era el lecho propicio donde estaba renaciendo de mis cenizas dormidas una pasión y esta crecía con el galopar de la noche de luna.
Al rato se incorporó sobre su espaldar en medio de la tenue luz que iluminaba la estancia, vi cómo se desprendía de su pijama: “No hay cosa más provocativa en la naturaleza, que la belleza de una mujer desnuda. “
Mis dedos se crisparon en sus cabellos acercándome a su boca después de detener el acto, con angustiantes besos empecé a morder sus labios, queriendo encontrar en ellos la fuente - origen de una pasión desenfrenada.
Me dejaba ir como jalado por las olas del mar en cálida tormenta de verano como presintiendo que ella esperaba de mí algo así como una estocada profunda que le lleve hacia aquellos espacios dominio de la muerte que satisface, pero no mata. Camila acababa de ser para mí la mujer a quien extrañaría toda la vida aun solo cuando fuera a trabajar.
Me pareció que la noche duró lo que tarda el destello de una estrella invisible sin encontrar descanso ni tregua mientras nos bebimos el uno al otro con una ansiedad guardada por siglos como personajes reencarnados de vidas pasadas en espera por consumar un pecado que nos hacía felices.
En sus casi treinta años Camila era justo el complemento que mi inmadurez precisaba. Mi paciencia y mi dicha estaban justificadas.
Fue muy complicado el tener que desprenderme de sus tibios brazos y salir y encontrarme con la gélida noche, no lo hacía, no podía,  era que me sentía tan bien así fundido a su cuerpo, cada vez nos envolvíamos el uno del otro como una forma de aferrarse a la vida. 

- ¿Por qué estamos juntos Camila?
- No lo sé exactamente debe ser la soledad o este pueblo que nos encontró. ¿Será algo puramente sexual?
- No  hermosa, no lo es,  yo te amo de verdad.
- Usted qué me dice…  ¿termina el amor en el momento que se ha consumado lo que busca? __me provocaba.

- Pienso que aumenta las ganas de seguir amándola.

Éramos dos seres que se encontraron en el lugar perfecto y la hora perfecta, cuando decidimos estar juntos jamás imaginamos que nos enamoraríamos y que juntos disfrutaríamos de una de las más inesperadas aventuras de nuestras vidas.
No hubo poder humano que nos separara, aunque no faltó quienes trataron de hacerlo. Esa noche me di cuenta de que ella me amaba, yo siempre lo creí.
Mis intenciones no eran el separarme de ella, la quise para siempre,  mucho más tarde habría de entender que nada es eterno en el mundo…  entonces los versos de García Márquez cobraron mucho sentido. “Si supiera que es esta la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al señor para poder ser el guardián de tu alma. -Soy quien quiere velar su sueño”  -le dije un día, recordando la galante prosa del Gabo. 

Pienso ahora que el desearse el uno al otro sin limitaciones no es suficiente,  para amarse hace falta algo valioso en la vida de los amantes y es la seguridad de lo que se está haciendo para ser uno con el otro hasta el final. Esto no lo sabía. Pero lo aprendería más adelante porque mi vida será junto a Camila.”

__
Hoy cumplimos meses de estar juntos  y de complementarnos como pocos en esta tierra. Lo que tenemos va más allá de nuestras convicciones pues le pertenecemos a otras vidas y sin embargo nos estamos queriendo. Como cada día, venimos al mismo lugar,  pero con más ansias  y ganas de seguirnos amando.  Pues un amor como el que estamos viviendo nos hizo ajenos al cielo y cómplices perfectos condenados al pecado. Con Pedro fue un pecado diferente, porque junto a él supe amar, para mí siempre cada relación fue una farsa.
 Son varios años de probar el pecado, mas con él son meses  de violar nuestras mentes y ser valientes para seguir con este loco amor desesperado. Son tantas cosas que hemos vivido que nuestros cuerpos siguen calientes  de expresar lo que sienten.
Paseábamos por la playa con sombrillas para protegernos si el sol se volvía demasiado intenso aunque ya en abril, la temperatura y la brisa marina eran benévolos.
Nos paramos en una pequeña playa cerca de un paraje rocoso, que no quedaba a la vista de las casas, y enredados en una tumbona o en la lona sobre la arena observábamos a lo lejos a los surfistas y practicantes de esquí acuático. Pedro por el cuidado de la pierna no se aventuró a ningún deporte acuático, sé que le teme aún al retroceso, solo se ha animado a comenzar trote ligero en la playa.

¿Estás bien? __interrogué acariciándole el pelo mientras encontraba su dulce mirada.

__Pensando, en otro mar, en el Pacífico, en lo lejos que estoy en kilómetros y en tiempo de esa vida en Chile, de la orfandad y el desamparo, del sitio donde nací, de toda carencia de afecto y cobijo, a veces recordando esos años me parecen de otra persona, como empiezan a parecerme ajenos los años en la iglesia, cuánto sufrimiento y camino recorrido hasta en el accidente llegar a ti y a mis verdades, a la más importante que es este amor.

__ Por esos mismos motivos, que nos mantienen unidos, quisiera atreverme a pedirte algo.
Solo que me da miedo el que tu respuesta no sea lo que yo espero y por eso me detengo, pues soy consciente de mi posición como amante todavía  y por lo mismo no puedo exigir nada.
__Ese fue el acuerdo tácito al inicio, en un contrato no firmado  bajo reglas no existentes, el de ser mi amante para siempre... Somos libres como el viento, aunque no en camas diferentes, ni dormimos con otros cuerpos,  ni con almas diferentes. Ahora susúrrame amado mío, ¿cuál es la propuesta indecente? quizás sea la que mi alma espera,  aunque calle para siempre.
__Mi propuesta no es para nada indecente,  al contrario, es algo que me tiene  dando vueltas mi cabeza,  pues te necesito como a nadie. No sabes cuánto yo te necesito en mi alma,  en mis noches, en mi agonía por no despertar al lado tuyo cielito. Quiero que no solo nuestra cama sea testigo cuando te pregunto si me amas.
__Te amo. No es pregunta. Es una repuesta a todo grito. "Te amo" en cada momento,  en mis pensamientos, en mi alma,  en mi mente, en este cuerpo que grita  por tenerte  desde siempre.
__Entonces, seamos valientes y tomemos todos los riesgos, pues mi cuerpo se siente ajeno en otros brazos, pues solo en los tuyos me siento completo. Y mis brazos se sienten eternos
bajo tu pecho. Qué más da, si hemos vivido al filo del peligro, ocultando lo nuestro, mi corazón estalla al decir estas palabras...
__ ¿Qué quieres? Que lo deje a Él por siempre y viva a tu lado eternamente. Ya no me siento atado más a Dios que a ti amor, lo sabes.
_Quiero que solo seas mío, pues no soporto un día más al pensar que  otro te conozca al salir al mundo, te  desee,  te le entregues y le des tu esencia y tu cuerpo.
Ya no quiero tener más dudas, estoy muriendo por dentro. Cómo saber si lo que me dices a mí, se lo dirás cuando conozcas  a otro, cuando lo estés queriendo, o peor aún, si a otro, le harás las mismas caricias y te entregarás de igual manera que cuando explota tu cuerpo.
__Cielo mío, no sufras, no pienses, no imagines lo que jamás ocurrirá, soy yo el que debe de desalojar tus imágenes con otros que quizá vaya a conocer en ese mundo al que temes. Como Miller, sé que fueron amantes.
__Él solo tuvo mi cuerpo sin mente, solo carne envuelta en un sexo corriente, solo eso... lo mismo que muchos otros.

Vos, tienes mi mente, me corazón, mi alma,  mi cuerpo presente, no digas que son las mismas caricias, si solo soy un hielo y con vos una llama ardiente... No desesperes amorcito, que nuestro amor es eterno bajo el silencio de las sombras  del más dulce veneno  y nunca más habrá otro en mi camino.

__ Y cómo no desesperarme, si conozco de ti,  la manera en cómo explotas y pides amor cuando te estoy queriendo. Dime ¿cómo hago para no pensar en eso? Dime ¿qué debo de sentir cuando te vea sonreír a otro y yo muera por dentro? Dime de verdad, ¿cuánto tiempo más tengo que aguantar eso?
__Exploto a tu lado porque te amo, te amo,  nunca lo dudes, que en cada encuentro  me entrego  sin final, siendo mi alma un desenfreno en tu cuerpo,  donde la lujuria viste de gala  las sábanas bañadas. Pero siempre lo has sabido, otros fueron  parte de mi vida, de una vida que no puedo soltar,  pero sin un hilo que me haya encadenado al  alma  de nadie antes de vos. Vive, víveme en cada encuentro,  seguirá siendo nuestro secreto.

Te lo dije, tenía miedo de pedir lo que mi corazón está reclamando y no encontrar una respuesta que diera esperanza a lo que estoy sintiendo. Mis dudas no crecen y ni torturan mi alma.
__ ¿Acaso no te he demostrado suficiente que por ti puedo cruzar cualquier infierno?
Ya no diré más, creo que ya has respondido lo que temía. No me dejes, si te vas... Te llevas mi alma, mi corazón, mi razón de vivir y de sentir, me lo prometiste, me lo juraste bajo la luna plateada, que jamás me abandonarías.
__ No lo pienses, jamás te dejaría ni soportaría un que me lleve al averno y me deje allí,  que me castigara tu Dios con el infierno no haría que te dejara cielito, me quedaría sin ganas de vivir como cuando tras el accidente casi te vas al otro lado, o como cuando todos creían esto imposible.

Piensa por favor un poco lo que te estoy diciendo, mis dudas me calan en cada parte de mi cuerpo; todo de mí te reclama, por eso ya no pude seguir compartiéndote ni con Dios.
Entiende amor mío, que vida solo hay una  y tú la estabas  dividiendo por no afrontar tus miedos, pero eso pasó, lo peor fue y no me dejaste, aun entendiendo el significado de dejar la iglesia, echaste todo por la borda, la abandonaste para quedarte en mis brazos para siempre, sin miedo, con dolor al inicio , lo sé, sé que se te congelaba el alma al pensar en Adolfo, agonizaste al perderlo, pero supiste que lo nuestro era un para siempre, que eras mío en cuerpo y alma.

__! Qué sería de tus besos! sin mis labios, de tus manos sin mis besos, de tus ojos en la aurora.
Si cuando me miras en los huesos me penetra la luna ojerosa, débil y temblorosa y me desarmas como a un cuarto menguante. Soy pedazos de Luna  en destellos de tu alma completa e incompleta, soy polvo de estrellas y cada mes tu marea me eleva y me prende en un suspiro, somos fuerza y atracción, fuego y dirección, luz y devoción.
Dime entonces yo soy  tuyo y tú vives dentro de mí,  si yo he visto como duermes  en mis brazos, si yo he visto como el viento te acaricia, si yo he visto que la tarde duerme en ti, en tus brazos de alabastro, en tus manos que arman mis pedazos.
Dime entonces que yo soy parte de ti y que tú vives muy dentro de mí,  si la noche nos envidia, si la lluvia nos arrulla, si la tierra nos abriga el alma.
Porque eres humano, porque eres hombre y eres fuego, eres paz y oscuridad, luz y tempestad. Y llevas en tus pasos sangrantes suaves guijarros de arena brillante, de mi esencia, de mis besos, de mis ansias y me llevas en el alma y me guardas suavemente, me proteges, me acaricias mitad noche, mitad oscuridad, porque eres mi paz,  divino tesoro en mi futuro y eternidad.
__Esta noche tu cuerpo es cerveza, me embriaga, me incita al vicio de beber tus lagos azules. La música desnuda tu cuerpo, esconde el misterio y la noche en medio de tus piernas.
El deseo fuma tu aroma que me produce la más exquisita lascivia; soy el más ferviente pecador, aquí me tienes oliendo y bebiendo en medio de tus piernas,  deslizándome dentro del túnel  oscuro luego  y rodando cual botella impregnada de sabores a jadeos, para ahogarlos en los volcanes de tu cuerpo, gritando sin dolor, sin castigo en tu lava abrasadora.
___
Llegué a sospechar en esas últimas horas que me encontraba en el paraíso, jamás, en ningún momento de mi vida llegué a pensar que me gustaría el mar y la arena, que me alojaría en un sitio como ese con el hombre de mi vida. Todas las mañanas me despertaba el sonido de las olas que rompían, suavemente, en la costa, y el canto de pájaros desconocidos llamaba desde los árboles, creo que me sentiré perdido al regresar, mucho más al no tener a dónde. Acá miraba cada día el techo y veía la luz del sol jugueteando entre las hojas, y me he vestido con ropa liviana, con bañadores y batas, disfrutando así con él y con todos de la tibieza del sol bañando la piel que ya no es lechosa sino tostada por partes y pecosa, y no sé cuándo pero comencé a sentir la rara felicidad de los pequeños placeres de la existencia en este lugar, como caminar con él por la playa, comer platos desconocidos, nadar en agua cálida y cristalina donde los peces miraban con timidez bajo las rocas volcánicas, o contemplar el rojo intenso de cada puesta del sol en el horizonte, o a mi hijo al fin feliz más allá de mí, junto a la mujer que se ha convertido en el amor de su vida. Poco a poco en este páramo los últimos meses con su horror comenzaron a desvanecerse. Apenas pensé en las muertes aunque a veces me avergüence, soy demasiado feliz.
Estos últimos días adquirieron una rutina. Desayunábamos todos juntos, en mesas suavemente protegidas del sol alrededor de la piscina. A continuación íbamos a la playa, donde nos quedábamos, pocas veces a la ciudad, leíamos, Pedro escuchaba música, Fabián y Camila se aventuraron a deportes acuáticos, surf y piragüismo, de a ratos simplemente flotábamos en la piscina mirando el cielo. En silencio como dejando al cuerpo recordar sensaciones hace tiempo olvidadas en el correr del terror que pasamos en Buenos Aires. La piel de Pedro adquirió un tono dorado, las cicatrices del accidente casi fueron desapareciendo, cada día se sentía más cómodo, como más lúcida la mente de Gustavo. Camila los ayudó a todos, hay que reconocer que esa chica ha sido para ellos una bendición.
A la hora del almuerzo regresábamos a la casa, y estuviéramos donde estuviésemos, en la casa, en la playa o en la piscina, un  miembro del personal aparecía con un refresco que suponía de nuestro agrado, había arreglos florales aromáticos por todos lados, y hasta tumbados en la playa cuando la vigilancia se relajó tras la muerte de Miguel, una empleada sonriente nos ofrecía agua, zumos de frutas o bebidas.
 Gaby fue dada de alta en la misma semana del atentado, y ya está de novia y trabajando, feliz junto a su héroe que es Beto, sin dudas de que es el amor de su vida, planeando un casamiento que no vemos muy lejos.
Por las tardes, volvíamos a la casa, dormíamos una siesta, o Pedro nadaba mientras yo leía perdiendo la mirada en él cuando me dedicaba una sonrisa o me llamaba. Ya de noche nos encontrábamos todos de nuevo para la cena a veces junto a la playa. No tardamos en aficionarnos a los cócteles.
Lamento y no al decir que muerto Miguel, la vida en la casa se convirtió en esto, en placenteras vacaciones en espera de un juicio mucho menos traumático de lo que vislumbramos al inicio, poco a poco, he visto a Pedro y  Gustavo renacer, en una paz que jamás les había proporcionado nadie desde nacer, al verlos ahora sé que escapar acá fue la mejor opción para que se recuperaran y se unieran en vínculos reales como jamás antes habían conocido. Y por primera vez en mi vida yo he logrado vivir el momento junto a mis afectos, he sido feliz pensando en hacerlos felices a ellos, a Pedro y a Fabián como mis dos amores mayores.
Más de una vez me he sentido tentado de comprometerme acá, de comprar las alianzas, pero al fin lo he dejado para cuando el juicio termine, por ahora solo mi hijo con Camila, Beto y Gaby lo están.

__Soy tu sueño hecho realidad... Aquí me tienes desnudo frente a ti. Moldea mi cuerpo con tus manos y has de mi gemir los más bellos cantos. Una canción sulfurada llena de pasión y deseo...
Quiero que tus besos  sean timo para mi piel, que me han de acelerar este corazón. Acaríciame por completo y  besa ese lunar prohibido que escondo en secreto.
Hazme tuyo Guille a cada momento, que mi cuerpo sea tu instrumento donde deposites tus más íntimos deseos.
__Y lo haré, en la playa, en la cama, en todos lados, precioso.
__”Los días de sol tengo más deseos por ti,  y es que el tan solo mirarte que andas por aquí  y por allá sin tu camisa puesta,  sudado, reparando el jardín..., ardo en deseo por ti. Te miro por la ventana,  y empiezo a mover mis caderas,   con un vaivén las froto sobre el sillón,  te imagino apretando  muy fuerte mi cintura,  haciéndome sentir tu exquisita erección,  quiero tomarlo entre mis manos  y acariciarlo suave  y luego introducirlo muy lento en mi boca,  quiero que me veas a los ojos,  sujetes mi cabello y me llames loco,  quiero hacer el amor ahora,  te deseo y quiero mi dotación de orgasmos,  voltea que estoy quemándome,  imaginándote que dentro de mí estás cabalgando. Ya no aguanto más,  necesito tu miembro envistiéndome,  haciéndome venir una y otra vez. Te mostraré mi cuerpo en llamas. Entra aquí; y ven a darme lo que quiero.
Me fascina que entres en mi juego,  ahora devórame aquí mismo escalón tras escalón.  Que quiero dejar mojado;  bañado de tus jugos y los míos cada esquina de esta casa”.
__
Y lo he cumplido los deseos a Pedro, y él poco  a poco me ha tomado a su vez, aprendiendo de mí, lo he hecho a la medida de mis gustos. Mi amante perfecto.
“__Te entregas sin medida, me pides que mis besos escriban en tu piel, que te recorra todo y te llene palabras prohibidas, cada milímetro de tu sudoroso templo del amor. Que no me detengas me pides, mientras me repites mi lenguaje erótico, haciendo temblar de emoción, señor de manos ardientes que desgarran las sábanas húmedas, testigos mudos. Lloras, gime tu ser, cruje el viento que alelado, te escucha cantar la música sacra del amor carnal, no hay barreras, tus miedos quedaron tendidos en el piso, regados y ajados en el ritual nervioso, que liberó tu cuerpo para entrega total. No hay rezos, no hay nada más, solo este momento eterno, en que el tiempo se detiene, para recibirnos en acelerados suspiros del triunfo total, el jugo espumoso que se entrevera en nuestra mesa del amor sensual. Suave, muy suave, sin ninguna palabra demás, como vos lo quisiste”.

“__Quiero beber de tus labios el néctar tus besos,  el licor que endulce mis labios, mi vida junto a ti. Soñemos, volemos libres en el sueño de amarnos libres como el brillo de tus ojos  que iluminan el baile de los latidos de mi corazón. Bajo el brillo del sol siento el escalofrío de mi alma al juntar nuestros labios en un beso.
Soñé que tuve que desplazarme a Madrid durante una semana, en cuyo viaje, hubo una historia singular con alguien de buen porte que derrochaba simpatía y que a la hora de cenar en el hotel, casualmente, nuestras mesas estaban muy próximas y mientras esperábamos, iniciamos conversación: Mi nombre es Pedro y ¿cuál es su nombre? Guillermo. A ver, Guille, suena como muy cariñoso. Así seguimos en animada conversación en la que nos encontrábamos a gusto y al terminar la cena lo invité a buscar un local donde pudiéramos tomar una copa y bailar, que aceptó.
Encontramos un local, cuyo nombre no puedo recordar, con música romántica, y con el clásico agarrado, con el que nuestros cuerpos unidos por la música romántica nos transportábamos a un mundo de ensueño, pero no pasaba nada en especial, nos despedíamos por la noche con un cariñoso beso y así toda la semana.
Cuando me tenía que marchar, busqué un pretexto, para procurar mayor intimidad, le dije: Me sobraron varias cajetillas de tabaco, si vienes a mi habitación, te las dejo porque vas a estar unos días más, él accedió y cuando estaba abriendo la puerta de la habitación, de pronto, me despierto, solo en mi cama, había sido un sueño maravilloso, que se interrumpió, cuando se iba a consumar esta breve historia de amor”.

__ ¿Para qué me quieres en sueños si me tienes en tu realidad?
__Te he guardado todo mi calor al caer la tarde. Quiero dejarte sobre tu almohada, mi amor, tantos besos y caricias como de mi boca y mis manos  se desprendan y que, en el reflejo de la luna sobre los cristales de tu ventana, lleguen, como estrellas caídas del cielo, decenas de verbos enamorados, palabras gritadas en el silencio de la noche tan solo para ti.
Quiero entrar a hurtadillas en tu madrugada, tumbarme callado, contemplarte mientras duermes y poder llegar al cielo de tus ojos con mis manos, que guarden tus párpados cerrados el color de mis pupilas y que te mezcles en mí hasta tu despertar.
Quiero volver a sentir el olor de tu piel bien cerca, que me queme la silueta de tu cuerpo y ardamos en pasión, tú y yo. Fundirme contigo en una misma gota, hasta hacer de nuestros cuerpos uno.
__Cada amor en su momento, tiene la pureza de un primer amor, cada amor se espera....
que sea el último de nuestras vidas pero el primer amor es hermoso cuando nos acaricia hasta el último segundo de nuestros días, hasta el cerrar eterno de nuestras miradas, aún más allá de la muerte; aunque la mismísima oscuridad pretenda arrancarnos de nuestros ojos...  el nombre de nuestro amado; aun cuando la voz del silencio nos grite que ya es hora de olvidarlo;  simplemente nuestra alma no lo hará  porque un verdadero amor es un eterno comienzo...  en un beso final.  No prometas amar solo vívelo,  ama, solo ama...  y déjate amar. EL Amor, es como el viento llega en cualquier  momento, a veces silencioso, a veces estrepitoso, te acaricia, te susurra, te besa, te envuelve, entre suaves algodones, día y noche.
El Amor, nubla la realidad, la cautiva, lo ves  en una puesta de sol, en el ocaso del  día, en el nacimiento de un niño, de un cachorro,  la bella luz que te da alegría te enseña, te hace sentir amor. El AMOR es emoción, y llorar, es compartir día, noche, la presencia del ser amado, a veces empapado en llanto maldices. El amor  no te daña, sino las personas que no saben amar, que no saben valorar. Amor, a veces el amor lo muestro llorando de alegría, Dios bendito, me dotó de mucha fuerza interior, y vez tras vez, pude reiniciarme con heridas  sangrantes y un dolor descomunal, salí adelante  en nombre de amor, de todos aquellos que nos lastimaron, nos mintieron, nos prometieron, nos ilusionaron. No importa, nos colocaron una armadura
a no más confiar, simplemente  a no creer tan fácilmente, a no creer que fácilmente te digan:
Te amo, cuando dices eso; sabrás que esa palabra; cura, sana, o mata.
No necesito verte para sentir tu presencia y no hay distancias ni barreras que puedan evitar un beso, un abrazo o sentimiento, naufrago en ese mar de ilusiones y bellas fantasías arraigadas a tu sentir.
Mis pensamientos llegan a ti y te veo ahí en la playa en ese hermoso atardecer, con el sol ocultándose, no importa la hora y no necesito verte para sentir tu presencia a mi lado.
Tu presencia es un bello sentir de vida, luz y esperanza en cada despertar, no importa la hora para amarte o verte para sentir tu presencia, te imagino, divago por el firmamento y ahí te encuentro.
En tu caminar por la playa te veo taciturno y pensativo, tu alrededor es majestuoso con ese mar exorbitante y cristalino adornado por tu presencia con esos movimientos como cañaverales en tu cadera y no necesito verte para sentir tu presencia.
El tiempo pasa ,la vida pasa, y cuando me di cuenta, eras tú vida mía,  el que andaba habitando mis sueños, con esa manera dulce, llenando mis soledades del ingrediente básico para enamorarse perdidamente, haciéndome feliz, mi sueño es tan real, tan necesario para mí, que apuro la vida para llegarte en mis noches, sin sorpresas, sin llamar a tu puerta para encantar a tu alma y todo tu ser, como primavera encantada perfumo mi alcoba, cómo quisiera hacer realidad estos momentos.
Cómo deseo en este instante estar a tu lado , decirte los deseos que anidan en mi alma, me gustaría susurrarte cosas al oído, llevarte de mi mano al más bello de los paraísos y amarnos sin tiempo, cómo quisiera amor saborear tus besos, y sentirme amado  en tus brazos, desnudándote mi alma, dejándote conocer cada rincón de mi cuerpo, mientras yo ansío estar en tu cuerpo , en tu alma, y hacer una realidad de ese bello e irreal sueño.
Cómo saber vida mía, si es sueño o realidad esta manera de sentir, donde mi cuerpo se rodea de tu presencia, donde tan cerca te siento, donde tu calor lo siento tan mío.
Haces que te ame en el miedo, en la soledad llena de angustia, eres mi mundo imperfecto pero mío, donde cada noche haces que sienta esa sensación, ese sentir que nos hace vivir que nos hace despertar a la vida,  al amor, a los sueños, en el tiempo, en la distancia, en las ausencias pero siempre tú y yo juntos.
Cuando llegues amor cierra los ojos, te besaré lento entre el suspiro de un beso.
___
Pasamos la penúltima noche en la habitación, con una inusitada timidez pese a los días de estar semidesnudos todos paseando entre la playa y la piscina. Salí del baño con la toalla en la cintura. Percibí que Guille me miraba desde la cama  y solo quería estar cerca de él, en el refugio de sus brazos... Comencé a acercarme hacia la cama cuando me estremeció el súbito estrépito de un trueno. Las luces vacilaron y alguien gritó en el exterior, mas también oímos las carcajadas de Fabián y Camila.
Fui hacia la ventana y descorrí la cortina, sintiendo una brisa repentina, la abrupta bajada de la temperatura. Allá en el mar la tormenta se había desatado con furia. El destello de unos rayos espectaculares y centelleantes iluminó el cielo durante un instante y entonces, como un añadido de última hora el impetuoso golpeteo de un diluvio cayó sobre el tejado del bungaló de al lado, y con tal intensidad que apagó todos los sonidos.

__Voy a cerrar las contraventanas __dije.
__No. No las cierres.
Me di la vuelta.
__Abre las puertas. __Guille señaló hacia fuera con un gesto. __Quiero verlo con vos.

Vacilé, tras lo cual abrí poco a poco las puertas de cristal de la terraza, la lluvia arreciaba, en nuestra terraza se formaban ríos de agua que huían hacia el mar, las ramas de los árboles se lamentaban ante el viento que las doblegaba. Sentí la humedad en la cara, la electricidad en el aire, el vello se me erizó.

__ ¿Lo sientes? __dijo Guille.

Me quedé allí, dejando que esa carga me anegara, que esos destellos luminosos se grabaran bajo mis párpados. Mi respiración quedó ahogada en mi garganta.
Me di la vuelta, me acerqué a la cama y me senté en el borde. Mientras Guille observaba, me incliné hacia delante y tiré de su cuello hacia mí, me incliné colocando una almohada grande bajo los hombros antes de soltarlo a la blandura. Mi amor olía a sal, a sol, como si los dos le hubieran penetrado bajo la piel, y me descubrí a mí mismo oliéndolo en silencio, como si fuera un manjar delicioso, olvidado de que alguna vez casi fui un sacerdote.
Entonces sintiendo aún la humedad, subí a la cama junto a él, tan cerca que las piernas se enlazaron y juntos contemplamos el fuego blanco azulado de los rayos que caían sobre las olas, esas escaleras plateadas de lluvia, esa masa de agua que se mecía con delicadeza como el vaivén de nuestros cuerpos poco después haciendo el amor.
Alrededor de nosotros el mundo se encogió como unidos por un hilo invisible que alguien estirara  antes y ahora soltara para acortar el espacio hasta ser solo el sonido de la tormenta, el mar azul oscuro y las cortinas que ondeaban al viento. Olí las flores de loto en la brisa nocturna, oí los gemidos distantes de vasos que se estrellaban o chocaban y de sillas arrasadas de forma apresurada, de la música de fiestas lejanas, sentí la carga de la naturaleza desatada como ya no recordaba luego de años de encierro, dejé que me absorbieran las sensaciones. Llevé la mano hasta encontrar la de Guille, y supe que no volvería a sentir otra conexión así con el universo, con otro ser humano.
__ ¿No está mal, verdad Pedro? _dijo Guille en medio del silencio. Ante la tormenta, su expresión se quedó fija y tranquila, con algo triunfante en su mirada me sonrió.

__No __dije __. No está nada mal.
Me quedé ahí, escuchando su respiración, cada vez más lenta y profunda, el sonido de la lluvia, sentí sus dedos cálidos entrelazados con los míos. No quise volver a casa, a alguna casa que ni siquiera teníamos, que nunca había tenido. Pensé que tal vez nunca volveríamos a Buenos Aires. Aquí, Guille y yo nos sentíamos seguros, encerrados  en ese pequeño paraíso, sin la garra de miedo en el estómago que apretaba antes.
Al fin giré sobre un costado, de espaldas al mar, y miré a Guille, él volvió la cabeza en la penumbra para tropezar con mi mirada, y sentí que estábamos diciendo lo mismo: todo va a estar bien al regresar. Pero por primera vez en la vida no pensamos en el futuro, intentamos existir sin más, dejando que las sensaciones de la noche nos invadieran, no sé cuánto tiempo permanecimos así, mirándonos el uno al otro, hasta que hicimos el amor al son del vaivén de las olas y poco a poco luego de ser parte de las luces del universo en el estallido, los párpados comenzaron a pesar, la respiración se volvió más honda y enredados caímos en las profundidades del sueño. La tormenta amainó y desapareció en las profundidades del mar a la madrugada, con sus destellos de furia cada vez más débiles, hasta que al fin cesaron del todo hasta que las últimas gotas cayeron como un borboteo. En algún momento de la madrugada me levanté a cerrar la ventana y la habitación volvió al silencio. Guille dormía un sueño plácido y profundo y me quedé ahí, mirándolo sin pensamientos, hasta que me reuní con él.
“Aquí estoy, en mi profunda soledad, donde te amo con infinita locura, y he desnudado a besos tu divino cuerpo de inefable ternura, mientras la luna me mira. Sueño que mis labios, azotados por el sabor de tu tersa e inmaculada piel apasionada, y los suaves secretos de tu inocente desnudez,  arrebatados persiguen tu sublime belleza. Mis manos serpentean por la sinuosidad de tu espalda, cuando mi cuerpo se cubre con la lujuria de tu sedosa beldad de dios,  virtudes y dones que te hacen perfecto. Eres mío, el causante de mis desvelos, adorándote me refugio en tus primorosas formas, tan bello y son solo mías las primicias de tu carne, mientras la luna se esconde entre mis sueños. No te veo en mi soledad pero escucho tus suspiros y gemidos en mi desvelado anhelo, porque eres mío, deja mis sueños y ven a vivir donde mi alma te adora.
Amo a la brisa que con su dulzura te acaricia, amo hasta aire que te da la vida y tú respiras siento hasta envidia, y es un signo de malicia porque él te roba todo aliento que tú suspiras. Amo a la bella flor que en tus manos agoniza y con donaire, sigue luciendo toda su belleza,  yo, celoso del sol que la besa en su guapeza y con amor la entibia entre dulces sonrisas. Sigo todos tus caminos, los valles que transitas mi destino eres tú, hombre de mis suspiros  amaré todas las flores que te besan y acaricias cuando sigo con amor tus senderos escondidos, amo tu bella mirada dulce de mieles y cristal que me seduce con el alma, me condenas  y esclavizas  con tus aromas que desgajas mi corazón sin remediar cuando mi amor te llevas, como hojas entre las brisas. Amo al agua que lujuriosa besa tu vientre, tu cintura tibia, embelesado, entre toda tu piel de seda y caoba en el cristalino remanso  que te susurra, se alboroza  y peregrina sediento entre todas tus partes más ocultas. La tibieza de tu cuerpo, tu aliento es llama viva,  tus manos en mi espalda, con tu boca en la mía y tus simientes, que trasiegan y germinan en mis praderas, que esperan tus savias, todavía. Amo caminar contigo entre las lomadas y la lluvia, nuestros cuerpos pegados, entre tu piel mojada, un desatino siempre enamorado de tu deseo, tu pasión y ardiente lujuria,  quimera imposible será vivir cuando tú ya no estés conmigo”.
__Llegas a mi espacio sin avisar usurpando mi terreno fértil, evocando mis secretos ocultos
en la soledad de mis intimidades, al mirarte desvelas los misterios, en erupción de pasión mi alma desolada con tanta belleza ante mis ojos, escucho tu voz lírica y pausada, entrelazada con tus deseos de tocar mi corazón desangrado por heridas en mi andar hereje, liberas al viento
tus ansias de conquistarme, y yo sigo tras tus huellas  en las brisas melódicas  de tus arpegios tentadores al placer, como notas musicales desprendes de tu cuerpo el calor provocativo que me incita a tocarte, desnudando mis sentimientos donde acaricias mis locuras olvidadas, regresando a mí los conciertos inolvidables  en noches de puro fuego y ardor
al sentir tu presencia junto a mí, en aquella habitación para interactuar  poseídos por esa música romántica que nos arrastra a fundirnos como amantes de nuestro destino. Te amo Pedro Beggio.
__Cómo olvidar que tus delicadas  manos secaron mis lágrimas, que tu tierna sonrisa alejó
mi tristezas y que mi alma  vacía se llenó, volando con tus alas, que me llevaron a
tu mundo de fantasías. Y conocí ese besó en la noche  estrellada que me hizo volar entre  tus brazos y conocí un mundo  preñado de besos que borraron  negras noches de insomnio.
Dejemos que nuestras propias voces digan la magia que sentimos, que  sea esa bella música que  armonice nuestros sentimientos y que nuestros ojos brillen como  estrellas preñadas de luz. Te amo como si fueras  mi propia vida que creciera dentro  de mí y necesitara de tus besos  para que sus raíces se fortalezcan,  vivir sin tu pasión es vivir desamparado. Amo tu forma de besar que despierta todas mis ansias, esos besos dulces y delicados como tú, delicada forma de hacer puro este amor, que me hacen sentir que tu cuerpo  es la prolongación del mío. Eres  amor sin límite.  Eres ese bello arrullo que derrocha tu alma.

Al despertar mientras aún llovía vimos una película corta.
__ Fue una gran película ¿no crees, Pedro?
__ Sí, ¿puedo encender el ventilador?
__ Como no vas a tener calor con esa ropa que pusiste cuando llovía, mira nada más la textura de esas telas, te abrigas demasiado, no vives en Alaska.
__ Voy a encender el ventilador.
__ ¿Por qué mejor no te tiras un poco de agua encima? No solo te refrescará, también te ayudará a conciliar el sueño. Ten, toma una de mis camisas para que la uses como pijama.
__ Gracias.

Mientras Pedro estaba en la ducha Guillermo. sostenía el control remoto entre sus manos buscando un programa que lograra distraer su mente de una idea que no dejaba de darle vueltas en su cabeza.
__ Ya me siento mejor - dijo Pedro - con el cabello mojado y abotonándose la camisa.
Él lo miró de arriba hacia abajo desde el sillón, no dijo nada, pero su gesto fue elocuente.
__ ¿Qué pasa? - preguntó secándose el cabello con la toalla.

__ No... Nada… es solo que... mi camisa te queda... bien.
__ Es muy fresca.
__ Sí, es porque la tela está muy gastada, tanto que es casi... transparente - dijo Guillermo tartamudeando.

__ Gracias por prestármela.
__ ¿No quieres seguir viendo la televisión conmigo?,  yo no tengo sueño.
__ Ya son casi las dos de la madrugada, la ducha me dio sueño.
__ Está bien, precioso, que descanses… ¿te molesta si fumo?
__ Sí.
__ Ah... entonces fumaré en el balcón.

Era una lucha entre lo que sentía y lo que se supone "no debía sentir" y es que eso de "sentir" es una trampa, como arenas movedizas, un pie adentro y te hundes. Decidido a hundirse, llegó hasta la habitación, le dio vuelta con suavidad al picaporte y abrió la puerta.
Pedro estaba de espaldas sobre la cama y sostenía un  libro en la mano, estaba dormido. Su cabello todavía estaba húmedo y la camisa se le había descorrido hasta la espalda dejando en evidencia su ropa interior.
Él se quedó inmóvil, su naturaleza le pedía a gritos saciar la sed acumulada durante tanto tiempo, pero tenía miedo, no era una simple sed, estaba seguro que esta vez no era como las anteriores, esos encuentros casuales y fugaces que lo dejaban cada vez más vacío e insatisfecho. Esta vez sus sentimientos estaban involucrados, estaba en desventaja. Lo miró por largo rato y con su mente se creó una escena: que le arrancaba la camisa y lo besaba de norte a sur, que rompía el mapa en su cuerpo y sin brújula se perdía en sitios aún no explorados... de pronto reaccionó, estaba alucinando demasiado. Tomó una cobija y lo cubrió, le quitó el libro de la mano y lo dejó caer silenciosamente en la mesita de noche. Encendió otro cigarrillo y salió de la habitación sintiéndose más enamorado  que nunca.

Él no era  un santo, solo un ex farsante,  no era escritor mas rayaba cuadernos buscando a su amado, en líneas sin rima y tachadas, en cielos cubiertos de nubes y lunas calladas. Él que con sus verbos amaba a un canalla cualquiera, lleno de recuerdos y malos acuerdos  de él se burlaba, solo seré tuyo en sueños, nunca sabrás  a qué saben mis besos,  pero no importaba,  él no amaba.
Cigarro y sino de la mano andaban, hurgando en pasiones pasadas, en suelos infames
y muertes calladas,  él solo imploraba, por favor, Pedro nunca te vayas, solo con mirarte
se enciende la llama, y amarte así, con eso me basta. Si el cielo me pides, el cielo te entrego,
una estrella tuya en el universo, una aurora boreal para vos te llevo, tan solo con verte feliz, con eso me quedo, al mirarte siento el cantar de jilgueros, la brisa del mar en la cara siento, no me dejes nunca, que sin vos yo me muero. Graziani, el que no conocía el amor, por él mueres sin el suyo.
Te esperaré... Una eternidad si es preciso, esbozando sonrisas en los luceros del cielo, hilvanando destellos en estrellas azules, inmerso en el universo de los recuerdos. Esperaré en el bullicioso eco de una mirada, cuando cante el sol a mi oído sin decir palabra, rebozando de alegría las caricias de la nada impregnando de dulzura los besos de la bruma. Y en la sobria alborada de tu mirada tierna renacerá la esperanza de unir nuestras venas, sintiendo que el tiempo no es tiempo, sino vida, abrazando la existencia sin premura vencida. Déjame esperarte, con afán de tenernos,  de ser dos en una sombra bajo la lluvia, amándonos despacio en la quietud del silencio rompiendo las reglas de un amor callado. Esperaré que estudies, que desees ser mi novio ante el mundo, que quieras casarte… todo.
__Alguna vez tus labios y besos fueron el vino que embriagaba  a mis labios y alma.
Tu rostro fue la copa  que algunas sostuvieron,  mis manos esperando ser vaciadas  para volver a ser llenadas  por ese vital liquido  llamado lujuria nacido por nuestro romance.
Tu alucinante figura que dejaba a vista tu hermosa  piel tan clara como luz de luna me incitaba a contemplar tu mirada y  tratar de perder en la enredadera  que era tus cabellos color negro. A cambio de unas cuantas  caricias tu cuerpo  podría pasar ser de mi propiedad
tan solo en un segundo de la noche antes que los capullos de rosas blancas brotaran ante los primeros rayos de luz.
Espera un poco más, que ahí estaré con la victoria para estar a tu lado, a pesar del tiempo que se perpetuó, pero tú eres mi eternidad y eres la chispa de luz que me abrió los ojos para ver la magia de la vida.
Reservé un espacio, para mi alma abandonada, tú fuiste el espacio en mis eternos pasos, mas tu profunda llama resaltada la magia del amor que me lleva a tus pies ángel mío.
Ahí estaré siempre para ti, en los ríos de muestra pasión, aceptaré la bendición de mis pecados, entre maravillosos y radiantes ángeles en el paraíso, eres la criatura más hermosa de la creación de Dios, hoy ríen y bailan los ángeles al ritmo de tu voz angélica.
Ven cuando sea el momento de la unión de nuestros corazones, como las sirenas más bellas en el mar profundo, ahí estaré esperando por ti para saborear los frutos más exquisitos y disfrutando de los más bellos paisajes que el universo nos ofrece.
En ese lugar estaré entre los ángeles caídos, seré tu ángel perdido en la tentación, en el valle del paraíso estaré esperando por ti mi ángel celestial.
__Tengo hambre  de tus labios, de tu forma de mirarme, del licor de tus poros. Hambre voraz
de ti por completo  y perderme en el firmamento entre el cielo y el infierno que tienes para mí
donde muero  y resucito en tus suspiros, amor.

__Tengo hambre de quemarme en el infierno de tus piernas, en el calor de tu sexo, en la calidez de tus manos y el éxtasis de tu deseo galopando en mí. Hambre del pura sangre que se bañe y sacie en mí.
__
La última noche  cenamos todos en la casa, bebimos algo de más, en el día quedó el equipaje preparado con un dejo de nostalgia, llevábamos valijas para Gustavo y su familia, rogando que el refugio que prometiera el gobierno estuviera listo y las casas en construcción, arreglando con Moravia ocupar uno de sus pisos de Palermo, hasta poder tener algo nuestro, quizás alquilando  un ambiente antes de comprar un terreno e ir construyendo.
La última noche me di permiso para beber algo de más, y  poco antes de las veintidós nos dirigimos a la playa, desde donde se oía música, con el agradable cosquilleo de tres tragos que ralentizaban los movimientos.

__Oh, pero que playa tan hermosa.

Era una noche cálida y la brisa traía los aromas de comidas distantes, de perfumes de piel, de olor salado del mar.
Guille y yo nos detuvimos junto al mar. Alguien había encendido una fogata junto al mar y no quedaba más que un montón de brasas resplandecientes.

__No quiero volver a ninguna casa __declaré en la oscuridad rota por el manto de estrellas y la luna.

__Es difícil irse de un lugar como este, pero ya amarás otro en Buenos Aires.
__Creía que lugares como este solo existían en las películas, digamos que nunca pude disfrutar de nada así antes __dije volviéndome para mirarlo __.En realidad me he preguntado qué he hecho con mi vida antes, no tengo mundo, no he vivido el afuera, me encerré en un kilómetro entre paredes miserables, me contenté con nada y no conocía nada, sumido entre el dolor del abandono, el temor de la muerte y orfandad, y solo tú me curaste todas esas heridas y me mostraste el mundo que recién se empieza a abrir delante de mis ojos.

Guille sonrió con expresión relajada y feliz y entornó los ojos para mirarme.
__Te alegras de haber venido, ¿verdad?
__Mucho __asentí.

Entonces estaba tan feliz que cuando desde la casa alguien subió el volumen de la música, me quité las sandalias y comencé a bailar tomándolo de la mano, lo arrastré a mi lado. Era una tontería, una actitud que habría avergonzado a cualquiera, pero en ese momento, con la oscuridad envolvente, desinhibidos por haber dormido poco, ante el fuego y el mar inabarcable y bajo el cielo infinito, entre los sonidos de la música y la sonrisa de Guille, los latidos de los corazones, a punto de explotar con algo que era amor, solo necesitaba bailar, aun cuando Guille escapó.
Bailé entre risas, olvidado de mi timidez de meses atrás, sin preocuparme de si alguien me veía. Percibí cómo me miraba Guille, y la canción terminó, me dejé caer, sin aliento, a sus pies.

__Vos… dijo Guille.
__ ¿Qué? __Mi sonrisa era pícara. Me sentía receptivo, eléctrico, irresponsable hasta de mí mismo.

Me levanté despacio, aún descalzo, caminé hasta la tumbona y me dejé caer en su regazo, y dejé mi cara a unos centímetros de la suya. Olía a sol, a hoguera,  a un aroma cítrico intenso, sus ojos fulguraron con la luz del fuego, los clavó en mí.

__Sos de lo que no hay, cielito.

Hice lo único que deseaba, me incliné y junté mis labios a los suyos, me fascinó que resbalaran, cómo se hundieron, cómo se entreabrieron y escapaban, una y otra vez, cuando invadí el ósculo me olvidé de todo, del motivo por el que estábamos allí, de los miedos, del juicio. Lo besé respirando su aroma, el de su piel, sintiendo su suave pelo bajo los dedos y cuando me devolvió el beso todo desapareció y quedamos solo Guille y yo, en medio de ninguna parte, bajo miles de estrellas titilantes.
Apoyé mi frente en la suya y nuestras respiraciones se entremezclaron.
Apoyé mi cabeza en su pecho, y dejé que  mi cuerpo absorbiera el ascenso y descenso lento, sus dedos en mi espalda haciendo garabatos, enredados, cerré los ojos, respirando su aroma, esa persistente fragancia cara a madera de cedro, sin pensar en nada, intenté existir, nada más, absorber al hombre que amaba por ósmosis, grabarlo en mi cuerpo en el contacto de piel y almas.
Con palabras susurradas dibujé el mundo que él había creado para mí, lleno de maravillas y sueños.  El tiempo pasó despacio hasta que se detuvo, solo éramos nosotros dos, solos, murmurando.

__Han sido los mejores meses de mi vida, Guille.
__También los míos, Pedro.

Me tumbé mirándolo, me abrazó, enrosqué las piernas y brazos en torno a él y quedamos enlazados. Como las manos, besando los nudillos alternativamente, prendidos en las miradas, conociendo los cuerpos en cada recoveco, lunar y cicatriz, sus fuerzas y debilidades, sus olores. Puse la cara tan cerca de la suya que los rasgos se tornaron borrosos y comencé a extraviarme en ellos. Le acaricié el pelo, la nariz, la frente, con la yema de los dedos, la nariz contra la suya, mirándonos, él estudiándome como si estuviera almacenando hasta la última de mis moléculas en las retinas, posé mis labios en los suyos, las salivas y respiraciones entremezcladas, apretando los cuerpos, despertando el deseo, entregando la vida, sintiendo que en el beso, pequeñas partículas ingeridas, tragadas de él serían perpetuas partes de mí, mientras…  no dejamos de decirnos en silencio, cuánto era el amor profesado, todo el amor nacido y creciendo… desde…  el accidente.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES CINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO, ESCENAS EXPLÍCITAS.

16 comentarios:

  1. Patri Gracias es un honor querida Eve Monica

    ResponderEliminar
  2. Elena Gracias Eve, me encanta y llega el final pronto

    ResponderEliminar
  3. Estrella Gracias mi bella Eve Monica Marzetti por tu presencia en cada novela.

    ResponderEliminar
  4. Martha Gracias hermosa Eve Monica, fascinante , feliz inicio de semana

    ResponderEliminar
  5. Veronica Lorena Piccinino un final a todo romance... Muy bonito.

    ResponderEliminar
  6. Bellísimo capítulo Eve...Tanto dolor se ha ido transformando, por la gracia del amor, en un presente maravilloso y en un futuro lleno de hermosas promesas...

    ResponderEliminar