lunes, 2 de abril de 2018

"ÉL". CAPÍTULO DIECISIETE.


"ÉL".

 CAPÍTULO DIECISIETE.
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Álbum con fotos /
“La verdadera cara de los ángeles
es que hay napalm y hay niebla y hay tortura
la cara verdadera es el zapato entre la mierda,
el lunes de mañana, el diario.
La verdadera cara
cuelga de perchas y liquidación de saldos.
De los ángeles la cara verdadera
es un álbum que cuesta 30 francos
y está lleno de caras:
las verdaderas caras de los ángeles.
La cara de un negrito hambriento,
la cara de un cholito mendigando,
un vietnamita, un argentino, un español,
la cara verde del hambre verdadera de los ángeles.
Por 30 francos la emoción en casa.
La cara verdadera de los ángeles,
la cara verdadera de los hombres,
la verdadera cara de los ángeles.
Julio Cortázar - Último round (1967).
Previo…
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__Tú también lo sabes. Está bien. ¿Me pueden decir a dónde está Nancy?
Hasta hoy es la única posible pista hacia la amenaza que pende sobre la cabeza de Pedro, sin tener a los responsables no puede regresar aunque esté sano, tiene a sus hijos pidiendo por él, a sus representantes sin saber qué decir, y vos, Miller, no tienes nada, desde el primero de enero, no descubriste absolutamente nada.
__ ¿Qué? ¿Guille estuvo preso?
__Sí, lo estuvo, supongo que antes de que trabajaras con él, y tu ex… Gabriela lo sabe, todos lo saben _continuó Camila.

__!Basta, hija! No tienes derecho  sobre esa parte de la vida de Guillermo.
___
Si quieres que te deje con vida, hazlo, arregla a médicos, enfermeras, y cuando todo esté listo llévame, deben de dar conmigo y creer que soy psicótica o estará todo perdido, todo.

Maldonado, Uruguay. Abril de 2017.

__ ¿Qué hizo, Guille?
__Está bien, antes que Camila te dé la versión que ella ve y cree al fin será mejor que lo sepas por mí, pero no le cuentes que lo sabes.
__Lo prometo.
__Cuando rescató a las chicas, fue acusado por la muerte del amante de Camila, del jefe de la banda.  Homicidio simple.
__ ¿Qué?
___ ¿Ves por qué no quise decirlo? Estuvo preso, por eso les perdió el rastro a las chicas y no sabe nada hoy, dos años, antes de que abrieran la empresa, estabas en el estudio aún, nadie de nosotros lo supo. Por eso no regresa a la abogacía pese a recuperar la matrícula.
__El tiempo en que desapareció apenas se resolvió lo de Miguel y pensamos seguía en Brasil.
__Solo Miller supo, él lo sacó por falta de méritos, de pruebas, pero nunca fue declarado inocente.
__
__Shhh. ¿Qué sucedió?
__ Te necesito…
 Pedro me pedirá el divorcio, lo sé, cuando se recupere no hará más que venir por los chicos, por sus cosas, y venderá todo.
__ ¿Qué dices, Camila?
__ Se quedará con él, lo elegirá a él.
__ ¿Él?
__A Guillermo. ¿Quieres saber por qué no sabe a dónde está Nancy?
Porque es un asesino, porque estuvo preso,  y lo odio, le arrancaría los ojos, él mató a mi amor, por él se murió mi hija, él me robó todo lo que tenía, él se quedará con Pedro, no me dejes también, Alberto, no tú.
___
__Vivo en mi propio mundo, no lo supe.
Guille, yo solo sé que te amo.

__Ahora lo sé, pero llegué a pensar que por alguna extraña razón deseabas vengar el dolor de Camila, entrar en trato con un asesino. No sabes las locas que iban a la cárcel. Cuando te conocí y supe además por mi hijo que eras tan especial, que vivías en un mundo tuyo, un mundo aparte y sano, al cual no dejabas entrar la basura de los noticieros ni los diarios, me di cuenta de que no tenías idea de quién era yo. Y no puedes imaginar lo feliz que me hizo saberlo, porque, Pedro, no lo maté, digan lo que digan, no lo maté, y…  te amo.
___
Me senté sintiendo la derrota en el peso sobre los hombros, no sabía si escapar o quedarme, pero esperé y esperé que continuara.

__Yo no sabía nada de nada Guillermo, solo que ella había estado secuestrada, no  sabía nada de ti. ¿Puedes explicarme algo de esta locura?
Leí cosas de trata, violaciones, mafia, amantes, tengo un torbellino de emociones y pensamientos enredados, no entiendo nada.
Tenía una vida tranquila, con una profesión que adoro, una familia y de súbito en un minuto secuestraron a mi hijo, me balearon y me encuentro contigo fuera del país, perseguido en el mío, y amándote, en apenas tres meses, mi vida está al revés, arrasada, no me tengo en pie y no por las heridas físicas precisamente.
¿Vas a contarme al fin qué mierda pasó en Brasil? __Grité al tiempo que elevé la mirada anegada.

__Nancy lo mató, Pedro, por eso entendí que de todos los que quedaron vivos,  ella es capaz de organizar lo que sucede ahora __ balbuceó.

__ ¿Cómo? Es una locura.
¿Y por qué Camila te culpa y te odia?
__Ella en parte me echa la culpa porque por mí la policía los atrapó. Porque la arranqué del lugar…
__Orestes los condenó  y sin embargo a él no lo odia, vale, Guille, ya dime la verdad, mierda, no puedo seguir entre  persecuciones y mentiras.
__Bueno, que sos bravo. Muy bravo. Lo intento, no es simple. Camila no estaba allí cuando sucedió, no sabe toda la verdad, solo estábamos en la habitación ese hombre, Nancy y yo. Ella  tenía un Estocolmo o competía por él, por su amor con Camila, eso te lo conté.
__Ya Graziani, dime algo que no sepa.
__Ella lo golpeó con un atizador, en la cabeza, y en un momento, tomó mi arma, estaba por descuido en la mesa de noche, estaba fuera de sí, intenté calmarla, pero disparó, él no pudo defenderse atontado por el golpe, lo hirió en el pecho. Ya se sentían las sirenas, afuera era un caos, voces, gritos, lo primero que  me vino a la mente, fue quitarle el arma, marcarla con mis huellas.
Cuando la policía y Camila entraron, me vieron a mí con el revólver en la mano, y a ese hombre agonizando. Camila no imaginó siquiera que su amiga era peligrosa, arremetió contra mí, llorando, fuera de sí, me pegó, me gritaba asesino. Estaba aún en el duelo de la nena. La policía la tuvo que arrancar de los brazos del tipo, y  yo les pedí tiempo para entregarme, el necesario para marcarles a las chicas secuestradas…
__ ¿Y?
__Inventé una historia, me inculpé para que ellas quedaran fuera de sospechas, Camila aun hoy me cree asesino, Nancy no lo desmintió. Lo dije al revés, que había disparado al hombre en defensa de ella, y que había sido en defensa propia,  yo sabía que no había pruebas como para que fuera preso, intentaba ganar tiempo, que no las molestaran a ellas.
El caso es que cuando estuvieron seguras en Buenos Aires, en una clínica, y me entregué para además relatar lo que había visto en meses en esa banda, supe que el tipo había muerto en el traslado, y que Miguel, de nuevo Miguel, había logrado que un juez amigo cambiara las pruebas, y… terminé preso.
Orestes estaba demasiado ocupado y conmocionado por el estado de Camila, en el momento no pudo quitar de en medio a Fontana…
__ ¿A quién?
__Al juez, corrupto amigo de Miguel, y  fui a la cárcel, aunque no llegué al juicio, Miller se ocupó, a él le conté la verdad,  enfrentó a Miguel, al fin  pese a que predominaban mis huellas, las pruebas dactiloscópicas del arma que Miguel había modificado, mostraban otras huellas, y la de parafina no demostró pólvora en mí. Camila me acusaba, Nancy estaba en un brote psicótico internada. El tipo muerto.
José consiguió cuando Orestes recusó a Fontana que revieran la causa, y me soltaron por falta de méritos, nadie fue condenado por esa muerte, judicialmente, aunque Camila sigue diciendo que yo lo maté. Hace poco, Beto me preguntó si alguna vez había tenido que matar, y te digo lo que a él, jamás usé el arma reglamentaria más que para amenazar, nunca he disparado, creo que solo podría hacerlo, para salvar a mi hijo, a vos, quizás entonces a ellas.
No soy un asesino, Pedro. Pero no he podido demostrar de manera contundente quién fue, o no quise y por lo tanto la duda quedó flotando. Puedes creerme o no, no puedo culparte si no lo haces.
En todo ese caos perdí el rastro de las chicas, por eso hoy no sé nada de ninguna.
__ ¿Por qué Nancy quiso matarlo? No me digas que porque el tipo amaba a Camila, porque eso muerta la hija de ambos lo dudo.
__No puedo decirte eso, no puedo contarte más, Pedro, no ahora, te dije al comienzo que hay  momentos que hacen a la intimidad de ellas y mía que no puedo contar, no todavía.
__Ya, Graziani, el amor es confianza. ¿Cómo mierda hago para  creer o entender si no haces más que contarme retazos de lo sucedido?
__Perdón, cielito, perdón, necesito tiempo, que estés a salvo, que Nancy aparezca y hable, que me crea Camila. Te aseguro que creí que estaba entero, pero de pronto tu mirada con dudas, me desarma, puedo aparentar ante el mundo que no pasa nada, que soy una mole insensible y a lo lejos se divisa un corazón quebrado, un corazón que camina al filo de la desesperanza; es fácil distinguirlo en medio del gentío, va cabizbajo, pateando las piedras, su rostro carga penas, en su mirar se refleja la más profunda y nostálgica tristeza.
Sus facciones, quebradas por surcos de aguas claras, aguas que distan mucho de aplacar su sed, aguas amargas, aguas cargadas de largas noches de espera, de dolor, aguas que son acogidas y comprendidas únicamente por su almohada.
Su caminar es lento, monótono, como si cargara el peso de mil vidas en sus hombros, el peso de mil dolores, de mil desamores.
Es frágil, como el junco que se dobla con la más suave brisa, pero aún en medio de su fragilidad no se ha roto por completo, aún sangra pero no muere, aún teme pero avanza, no sabe cómo, no sabe por qué, pero avanza...
__ ¿Orestes sabe todo?
Sabe todo y siendo mi suegro me lo ocultó, ¿verdad?
__De esto sí sabe todo, no sabe lo de la nena, pero sí esto. No te lo ocultó por malo, sino porque todos quisimos olvidar esa época, y empezar de cero, no fue a propósito.
___Empezar de cero y hoy esa mujer que evitaste pagara por su crimen secuestró a mi hijo y por algo me quiere secuestrar, ¿te das cuenta? ¿Entiendes lo que está sucediendo?
__No lo sabemos con seguridad, y  si es ella, yo mismo la entregaré esta vez, Pedro, no podrá hacerte daño, daré mi vida por la tuya, mataré por vos.
__Ya, basta, no son muertes lo que deseo. ¿Acaso piensas que la solución era callar y mantenernos aislados?
¿Por qué si eres inocente, antes del llamado de Orestes ibas a huir a cualquier parte pese a Fabián, a Ana, a todo? ¿Por qué ni tu socio sabía o sabe la verdad? __interrogué sosteniendo la mirada en la de él.

__Cansancio, hastío, asco, fue todo muy feo, muy complejo, no quería contarles a mi hijo, a Beto… No es nada extraño caer rendido en el sueño en cualquier lugar sin importar en qué parte de la ciudad vivas, puedes vivir en el mejor de las zonas del  país o en la peor, nada importa y más cuando pasas el umbral de ingreso a tu casa, sí, esto me es muy recurrente últimamente  ya que el trabajo y los quehaceres me han consumido el tiempo, limitando así mis tiempos de lectura y escritura.
A veces y ese fin de año luego de un estresante día, mi cuerpo y mente solo pedían que me sumerja en el mundo de los sueños para así olvidarme de mis realidades aunque sea por un instante. En el letargo de mis sueños esas noches del treinta o de fin de año,  sentí la calidez de algo confortable que hacía mucho tiempo no sentía, así como cálidas caricias recorrían mi rostro.

Con los primero rayos de sol —vamos,  despierta — susurró una cálida voz.

Aún con los ojos cerrados —Está bien amor, ya me voy — respondí con los ojos cerrados, seguí mi recorrido hasta la ducha tibia,  luego  tomé mi ropa de trabajo y salí del departamento — ya me voy amor...

— Te estaré esperando...
La sonrisa de mis labios se borró inmediatamente luego de algunos pasos, al recordar que ese amor no existía entonces  y que vivo totalmente solo.
__ ¿Era yo?
__Seguramente, pero cuando desperté solo, seguía solo, seguía hastiado, le dije a Beto, nada me apasionaba, ni regresar a la abogacía, ni la agencia, ni las charlas con Fabián, ni hablar de soportar a Ana, me cansé, y quise irme, a cualquier parte, loco, sí, seguramente sí, y hasta intuí que ese llamado de Orestes lo evitaría, por horas no lo atendí, y sí, Pedro, vos evitaste que me fuera, vos torciste mi destino, mi amor por vos.
Hay cosas que yo no puedo negarme, partirme si me miras fijamente, mirar tus ojos sin volverme loco, mirarte frente a frente sin cansarme, perderme en la palabra de tu boca.
Rendirme a cada paso que vas dando, nadar en el lago de tu hermosura, navegar cada espacio de tu cuerpo  y temblar con cada sonrisa tuya. Quiero mirarte con ojos nuevos, regocijarme en la presencia de tu semblante y enmarañarme en el enhebro de tus pupilas.
 Besar tus angulosos arcos fundiendo tu carmín de angostura difuminado al calor de mis labios, desvelar la ansiedad del deseo degustando lo que tu boca encierra. Abrasándonos en lenguas de fuego mitigando las liturgias del anhelo sonrojando también a mi interior.
Con los gozos del sol sentir tu rostro en la penumbra, tu perfil dibujando estrellas y tu silueta rebozada de luna, como  el farol de mi proa. Contarte secretos sinceros susurrados en tu oído,
besar con los labios mojados tu lóbulo serpentino, y luego exhalarte con el respirar de tu cuerpo. Después impregnarte, mi calor llameado del pecho, sonando rotundo un profundo te quiero. Enhebrando tu alma a la mía, zurciendo con mucho cariño todos sus desacuerdos.
Juntando bien las mejillas, sentir tu pelo revuelto, tu mano cogida a la mía, la noche moruna cubriéndonos, y yo, desperdigando besos, vaciando las sombras del alma, y contando cuentos, pero ahora todo se mueve, tiembla.

__El teléfono nos interrumpió, era Alberto.

__ ¿Encontraron a Nancy? __interrogó Guillermo.

__Es posible, estamos rumbo a una clínica donde dicen hay alguien que coincide con el identikit, con Miller, pero no te llamo por eso.
¿Por qué no me contaste lo de tu causa?
Lo sé todo, no me preguntes cómo.
__Beto, no, vos también, no.
Mi intimidad es un derecho que me asiste, no tengo por qué hablar de esa época tan dolorosa.
___Guille, estuviste preso, dejaste el estudio por esa mierda, Miguel estaba detrás como siempre, y estamos pensando que Nancy es o está relacionada con lo de hoy, creí ser tu amigo del alma, pensé que no teníamos secretos.
__Lo siento, Alberto, ya no puedo cambiar las cosas, y aunque no lo supieras, seguiría no teniendo ganas de contarlo, llámame cuando sepan si esa mujer es Nancy. Adiós.

En arcanos momentos se desgrana el olvido. Queremos borrarlos en andariega manera de enfrentar el horizonte.
Y desdibujo lágrimas que no cayeron clavándose profundo, en recodos oscuros que en penumbras, parecen dormidos. Y sin esperarlos, saltan al consciente y nos desarman.
Aniquilan razones y disponen de puñaladas certeras que sin sangrar, duelen. Como si la muerte nos disputara.
Y camina el tiempo. Y los recuerdos se hacen niebla. Y nos dejan a las puertas de un invierno desteñido sin sol y sin otoñales amarillos. Sin razón ni llamado. Nos ocultamos sin saber de qué o de quién.
Hemos transitado todos los caminos que no queremos volver a andar. Y preguntamos. ¿Nos quedará otro que calme el desvelo? La sorda sensación de faltar y sin querer que sobre.
Pisamos arena, descubriendo su movediza textura queriendo alcanzar las olas. Están lejanas. Como lejano está el triunfo. No de victorias. De armonía entre  el yo y la realidad.

Me puse de pie al oírlo, me encaminé  hacia la puerta, no quise que viera las lágrimas que surcaban mi rostro.

__ ¿A dónde vas?
__A caminar, necesito pensar, a solas, solo…
Salí.


A poco de andar, estaba llamando a Miller.
Necesitaba de su sobriedad, de su sensatez, de su paciencia para escuchar, y sobre todo, de su conocimiento de  los hechos aunque no soy tan ingenuo como para no saber que está enamorado de Guillermo, es fiscal, y un excelente penalista, hoy lo necesito.

__Tú por supuesto sabes del caso de Guille.
__ Todos en el juzgado lo sabíamos, Pedro, y Camila.
__Yo no.
__No, vos no. ¿Lo dejaste?
__Salí, estoy mejor, y caminé al pueblo, no sé qué hacer.
 ¿Qué voy a hacer? No entiendo nada, y no puedo soportar la idea de que esté en la casa, solo, pensando que lo creo culpable.
Miller, confío en tu discreción, acá supe que… estoy enamorado de Guillermo, que soy gay. Si estás con Beto, no repitas nada _susurré.

__ ¿Lo crees culpable?
__Me dice que la justicia lo sobreseyó por falta de mérito. ¿Qué significa eso?
__Más allá de lo que signifique, ¿qué piensas vos?
__Quiero creer que no lo hizo. Pero hace tan poco que nos conocemos. Tú, como fiscal, ¿qué sabes?
__Si fue sobreseído por falta de mérito es porque no había pruebas suficientes para condenarlo.

Miller me explicó detalles del proceso penal que registré a medias. La justicia no lo había declarado inocente, sino que afirmaba que no existían elementos suficientes para culparlo.
¿Había asesinado a ese hombre? Si lo había hecho, ¿por qué? Y si fue Nancy, ¿por qué?
_ ¿No leíste lo que se conjetura?
__No he vuelto a googlear su nombre. No me animo.
__Guillermo con la madre de Fabián, con Silvina, tuvo otro hijo además de Fabián, Malena, que murió en un accidente de tránsito a los cinco años.
__!Dios mío!
__Manejaba Silvina y parece ser que no le había puesto el cinturón de seguridad. Guillermo la culpaba. Se llevaban mal, discutían a menudo. En una de las peleas, las cosas se salieron de cauce y ella  murió, fue un accidente, pero Miguel lo usó con lo del hijo contra Guillermo, diciendo que era un asesino, con tres víctimas, pero no fue así __dijo convencido.

La noticia me atravesó el plexo solar como una lanza. Como una flecha al rojo vivo que me abrazaba las entrañas. Un ardor se alojó en el centro de mi pecho, ansiaba regresar, llamarlo, José lo defiende, pero ¿qué le diré?
Lo extraño a cada minuto como jamás extrañé a nadie. Su ausencia aunada a la opresión en el pecho me dificulta el respirar, pero al fin me alojé en una pensión, no tenía hambre, no dormí, no me concentraba en nada. Solo una pregunta se repetía en mi mente como una canción pegadiza pero insoportable. ¿Será verdad que Guille es capaz de asesinar?, y desplazaba a las otras que me habían mortificado antes de enterarme de su pasado.
De pronto escuché una voz, que era yo mismo: “La respuesta está en ti”. Tú eres el único que puede decidir si creer o no en su inocencia. Vas a tener que jugarte”.

__Hola, Guille, no te asustes, estoy en el pueblo, necesité quedarme en la pensión, di el nombre falso.
__Entiendo, gracias por avisar. ¿Me quieres decir algo?
__En el centro de mi mundo estás tú, la noche pesa en mis pensamientos y me pregunto:
¿Cuál es el camino hacia la felicidad?, ¿será mi excéntrica demencia la que me lleva a pensar así? ¿O es que la existencia es un eterno bostezo abominable?
La vida se regenera y yo me extingo, mientras el mundo sigue girando  en su rueda que todo lo cambia, mientras mi memoria se recuerda a sí misma, y mis huesos se resquebrajan en el tiempo inflexible. Y los árboles crecieron en la peripecia del ayer acentuando las sombras, refrescando veranos. Y sigo en el camino derramando memorias cargadas de tiempo, embelesadas de amor, con las alas dormidas sin poder volar a tu lecho fecundo, a tu tibia morada, para estar en tus brazos entregando mi amor… Y de tanto andar tu sombra se hizo noche, tus manos fueron doblando mi espacio en tus dedos con tus suaves caricias sin tiempo,
encenderás mis íntimos deseos en la curvatura de mis años, en el oráculo de mis esperanzas que son tuyas, ligadas a ti, trataré de seguir encontrándote en mis visiones,  ansioso y detenido en el lejano hemisferio de tu pecho donde cada noche agonizaron mis deseos, en ese infinito torbellino de pasiones desatadas en tu cuerpo encerraré tu ausencia en el perpetuo amor que por ti siento, sabiendo que siempre y por siempre contaré contigo.
Te amo, y no puedo estar lejos de ti, regresaré, pronto.
__ Hay momentos, que quisiera escapar, irme lejos, donde no me encontraran, volar acompañando a los pájaros, quisiera desaparecer como un mago hace con su ayudante en un juego de magia, pero ya no volver, pero es imposible y debo ser fuerte como hasta ahora, esconder mis sentimientos bajo llave en la caja fuerte de la vida. Hay momentos, que el dolor es más fuerte que el peor abismo, tengo algo que me quema, que me ahoga y me mata, ese algo que vive encerrado en el rincón más lejano, tengo una espina en el corazón que lo atraviesa lentamente, podría escribir la novela más grande del mundo, solo contando todas mis heridas, heridas, que cicatrizan muy despacio.
Hay momentos, que viajaría al país más lejano, aunque fuera  solo por una temporada y olvidar por ese tiempo los malos ratos, en ocasiones, quisiera ser ave y vivir en libertad, pero me ven como un títere al que manejar con hilos de maldad, como planta que pisotean al pasar,
como la bolsa de basura que se debe tirar todas las noches.
Pero hay momentos, que ya no me duele nada, que las tormentas fuertes desaparecen,  que el dolor se hace invisible, que ya no me ahogo en el mar de mis lágrimas, que ya no me quema la tortura, que ya no me mata el asco y que los pisotones ahora los hago yo. Y hay momentos, que el orgullo me llama, que la fuerza se apodera de mi cuerpo, que el valor vuelve a mi vida, que la sonrisa regresa a mi rostro, que la felicidad puede estar cerca, que los sueños pueden seguir adelante acompañando a las  ideas  que agolpan mi mente.
Hay momentos como hoy, que cambio el chip de mi cabeza, que me miro al espejo y se apodera de mí, el yo valiente arriba, tú puedes, me digo a mí mismo, soy yo, el que hoy les da la vuelta a las cosas, que el odio no vive en mí, pero sí las ganas de ver más allá de mis narices
y que lucharé  por una vida diferente. Hoy soy yo, el que ríe mejor, el que supera la meta establecida y el que jamás volverá a derramar una sola lágrima.
Todo eso lo causa tu presencia, pero entendería si no quisieras tenerme cerca, aunque por ahora es inevitable. Descansa, en la mañana veremos todo más claro, descansa.


Martínez.

Como si el fuego la acompañase y bajo sus recuerdos aún buscase quemarse,  incinerar el pasado, Camila daba vueltas por la casa sin poder encontrar una luz.
En medio de sus últimos rincones llenos de desesperación, aquella niña que la vida al descuido había convertido en mujer, deseaba con mesura sumergirse en el olvido, pasar del llanto a un  transitorio espacio sin tiempo, sin miedo.
Una parte de su ser le fue usurpada,  medio mundo le arrebató aquellos besos, aquellos cálidos ojos de amor entregado.
El sol pegaba en ella de frente, de lleno. Pero ella se sentía oscura, opaca, sin  brillo. Lo que siempre soñó fue como un olvido semimuerto, como un ballet sin piernas.
Lo que siempre anheló, aquel ser,  su pedazo de cielo partía llevándose consigo toda su esperanza, sus alegrías. Hoy observa con cautela a aquella mujer, ya con mirada más desterrada,  con voz de violín solitario, sonando, cantando para sus adentros y en medio de su laberinto, lleno de muros lleno de lamentos.
¿Me preguntan de quién estás enamorada?, solo sé que tus hermosos ojos celestes como el mar me cautivaron, ahora sin ti no quiero estar, eres el protagonista de mi historia de amor,  amor callado, amor secreto, que me hace volar al encuentro  de noches de gozo, pasión y locura.
Cuántas veces bailamos bajo la luna, jugamos con el oleaje del mar, solo en mis sueños que ni siquiera te he contado. No me animo a decirte más que no te vayas, pero a veces el amanecer nos sorprende acariciando aún las pieles, tratando de no dar valor al tiempo,  ninguno de los dos se quiere separar, siempre satisfecha con una sonrisa, camino feliz por la calle,  mis ojos delatan que estoy enamorada,  el brillo de los ojos no lo pueden negar,  el resplandor de mi rostro refleja juventud, felicidad, amor secreto, amor callado,  personaje principal y único de esta historia de amor, sigamos así con estos encuentros  que a mí me hacen vivir y a ti te hacen soñar, no, no unamos nuestras vidas  no perdamos esa magia de vivir encuentros fugaces, es hermoso vivir estos encuentros de amor y locura,  es una locura pero es amor verdadero,
tenemos  que escondernos,  no somos libres,  pero el vivir cada noche esta aventura le da más sabor y vida  a nuestra historia de amor. ¿Te amo Alberto? ¿Es posible que tú me  rescataras del horror de años y no Pedro?

Ciudad Autónoma.
Albert, mi amor de la vida, cómo me equivoqué. Rezo mis oraciones con todo mi corazón, tú lo sabes mi amor. Tengo grabado tu nombre en mi corazón, tus besos en mi boca, tus caricias en mi piel. Tú también tienes mis huellas vida mía, en tu cuerpo escribí lo mejor de mí.
Solo quiero lo mejor para ti. ¿Qué de malo tiene eso? No puede ser ella lo mejor, es oscura, está demasiado enferma, herida.
 A diario me preparo para darte todo lo mejor, todos los días te abro mi corazón, un pedacito de mí. Me faltan palabras para decirte cuánto te amo, mi cuerpo tiembla cuando me acaricias. Al calor de los besos que me dabas, sin pensar llevarte al cielo Dios te bendecía.  Solo deseo poder de nuevo estar a tu lado.
Llenarte de amor, darte mis caricias, poco a poco con toques de lujuria. Sentir tu calor, el aroma de tu cuerpo, la miel de tus labios de nuevo.
Te amo y te extraño más.
Déjame amor que me convierta en la niña que un día peinada sus trenzas, déjame vida mía, que vuelva a jugar por las aceras, déjame que juegue con tus ojos que son las auroras de mi tormenta, déjame amor que sea la niña risueña,  la de los zapatos viejos pero de sonrisa plena, déjame corazón mío que en la vida no me pierda, tómame las manos,  llévame por esa senda, la que sueño contigo en las noches serenas, noches llenas de amor, y de sueños imposibles, noches sin luna.
Te preguntarás amor mío, por qué este ruego, no te sorprendas, te diré de mis miedos, no quiero que tu niña enamorada muera, quiero seguirte amando en las noches negras, quiero, soñar que mis besos a tus labios vuelan, que me duermo en tus brazos, que nunca dejo a mi corazón afuera, que lo dejo siempre cada noche en tus manos, por si un beso se mereciera, no te preguntes más amor, por qué nos encontramos la vez aquella cuando esperaba a Guille y al verte eché todo al piso, son cosas que la vida  regala a la gente buena, gente como tú y como yo sencilla, gente de tierra, que por amor entregamos la vida entera, sin dejar nunca el corazón afuera.
Déjame vida mía que solo una vez en tus labios muera, sería, lo sé, mi sentencia, pero quiero al fin correr ese riesgo, no quiero mi barca vacía de sueños, quiero esa cruz de olvido aunque de pena me muera.
Por eso amor déjame ser aquella niña que sueña, la que sueña que te tiene, en noches de luna llena, déjame ser por una noche tu niña de piel roja, tu colorada.

Maldonado.

Me consume la rabia, no con vos cielito, ni siquiera con ellas, conmigo.
Desde que saliste por esa puerta, repasé cada día, cada hora junto a vos y me castigo con cuestionamientos. Tengo un pasado oscuro, ¿qué derecho tenía a amarte? Yo era fuerte, invencible. ¿Por qué he sucumbido a la atracción cuando me había jurado pasar en soledad el resto de mi vida? ¿Por qué me interesaste desde antes de conocerte? ¿Desde que Fabián me hablara de vos? Ni siquiera sos el tipo de mi ideal. Me gustaban los tipos de mi edad, morochos.  Me cautivaban los ojos oscuros, los tuyos son marrones, a veces verdes, sos joven, fuiste rubio. Sos alto y delgado, me gustaba José que es de mi altura, más…  No tiene caso, me atraes como la miel a la abeja, con una atracción que va más allá de una cuestión física, y eso me inquietó desde el primer momento. Empezaste a seducirme aun dormido en terapia, luego con el primer buen día lanzado al descuido, nervioso, asustado, tímido, y los tantos que acá comunicaron alegría, tanta y tan contagiosa que me enseñaste a sonreír de nuevo. Y yo hacía tiempo que no sonreía,  que no sentía. Pedro, vos me despertaste de una larga, muy larga etapa de adormecimiento.
Lamento haber visto ese DVD, haberte buscado en internet, haber navegado por tu página buscando al que eras antes del disparo, llena de colores, de fotografías luminosas.
Acepté ser tu guardaespaldas, con mi nombre, te conté de mí más de lo que a nadie, quise saberlo todo de vos, hasta te dije intimidades de Camila. He violado con vos las máximas que me regían desde que comprendí que el ser humano es la criatura más perversa y peligrosa sobre la faz de la tierra. Nada surte efecto con vos, ¿por qué?, porque vos sos diferente a todo lo que he conocido, a todos.
Confirmé la sospecha de que no tenías idea de quién era yo apenas despertaste, cuando me contaste que no leías diarios, no veías noticieros, ni siquiera escuchabas la radio. No te interesa. Vivías en tu mundo de cuentos con ella, y tus hijos. ¿Por qué? “Porque en esos sitios solo hay malas noticias y me hacen daño, sobre todo porque poco o nada puedo hacer para enmendarlas. Tal vez te parezca un cobarde o un egoísta”. No me pareces cobarde ni egoísta, sino perfecto.
El cuidarte fue la excusa. Es real que lo necesitas, mas pude enviar a Beto, a Ramiro junto a Camila y quedar al margen, Orestes habría entendido, pero me ofrecí a cuidarte por la sencilla razón de que no toleraba perder el contacto con tu magia, no estoy a tu lado para solo cuidarte sino porque me interesas desde el minuto uno o antes, moría por comprobar el porqué Fabián te admiraba y quería tanto, quién eras, y fuiste quien me rescató del mundo de los muertos. Yo soy el egoísta al querer acapararte para mí en este refugio en el cual me escondo para protegerme de las miradas condenatorias y de la curiosidad morbosa, aunque no del dolor, ese compañero indeseado que va conmigo a todas partes, y solo en tu presencia afloja la mordida, descansa, me permite respirar. Por ello te necesito, para respirar.
Cada mañana mientras te veía dormir con la placidez de los que no tienen remordimientos, me instaba a revelarte quién soy, a contarte todo mi pasado, pero hay una parte que abarca a Camila, y allí, no puedo entrar, o quizá no puedo verme yo en ese reducto, me muero de vergüenza, prefiero a que me creas un asesino a contar esa parte de ese horrible periodo, allí donde está el origen del odio de Camila, donde quizás ella tenga motivo y razón.
Te acaricio, me desespero, te hago el amor, justifico mi ocultamiento.
Te enteraste de casi todo de la peor manera. Es cierto, la mentira se suicida como dijo Balzac. Recuerdo la duda en tu mirada y me maldigo por no habértelo dicho, por no haber sido sincero.

Un traje ardiente es el cuerpo y su textura bocanadas de fuego, las vísceras del amor como arena en el desierto pelean su guerra a lo largo de la vida,  un sinfín negro es el techo
que entre laudes y violas cantarines y dulzainas cubre toda la mirada del alma taciturna, el gélido invierno el infierno  que devora ángeles caídos incapaces de abrazar llamaradas en derroche, equinoccios inequívocos se trasforman en gotitas escurridas por los ojos de visiones acuosas, sabia raíz en hojarasca,  un peñasco en la calzada sangriento y desesperado por ser del hombre su templo.
Si amanece, y despierto,  no estás. Si te busco, te pierdo y te vas. Si me haces adicto al amor que me das, te olvido, y te extraño mucho más.
Si te pienso y conmigo siempre estás. Te veo, y alejarme de vos será jamás. Cambiaste mi mundo y mi realidad. Eres mi mentira y mi única verdad.
Si te extraño. ¡Dios, cómo y cuánto te extraño!
Si la luna es testigo de nuestras noches,  las estrellas se juntan en total derroche, si el tiempo conspira a tu favor, y  las llamas se avivan con fervor. Si sellamos este pacto entre los dos, y dejamos de fingir lo que sentimos, si olvidamos el reloj que lleva prisa, y  convertimos la tristeza en sonrisas. Si estamos ahora solo vos y yo, disfrutamos este otoño en este mundo a solas, hagamos de este amor una canción que llene de alegría al corazón.
Si te busco a mi lado ya no estás, si te extraño y te llamo, no vendrás, si necesito el amor que me das, pero solo era un sueño al despertar. Si amanece, y despierto y no estás, si te busco, te pierdo y te vas, si me haces adicto al amor que me das, te olvido, y te extraño mucho más.
Te amo, aunque el sonido de mi voz no haya llegado a tus oídos;  te amo, aunque el eco de tu pecho no sea por quien tanto te ha querido. 
Cuando me llegues a querer,  el cielo prejuicioso nos dejará de alumbrar;  embelesado en sus celos nos gritará enojado  en muchos truenos nos dirá,   yo lo amo mucho,  yo lo amo mucho más.  Cuando me llegues a querer,  en un peldaño hacia el cosmos,  bajarán las miles de almas para acariciarte,  en un suspiro fantasmal;  y con sus manos invisibles como el aire acariciarán tu rostro;  y en un susurro impaciente te dirán a tu oído.... nunca...  nunca te hemos dejado de amar.  Cuando me llegues a querer,  el silencio nos estremecerá en sus gritos y en un inaudible sonido nos dirá en el canto de la noche y en el himno de la mañana;  no te vayas vida mía que mis ansias no te dejarán nunca..., no te dejarán de nombrar.
Cuando me llegues a querer,  una lanza caerá en mi camino y una voz lejana me gritará a mi oído;  ¡no puedes llevártelo!  Su tiempo es solo mío,  pues yo soy quien siempre lo ha esperado;  porque yo soy, yo soy la eternidad.
Cuando me llegues a querer,  mi alma dominada por tu sonrisa viajará por lo eterno a buscar mis pasos perdidos en el tiempo en que no te había yo tenido, y en un grito solitario le implorará al divino,  que me permita en un instante borrar todo lo vivido, borrar mi llanto arrebatado, que me devuelva los besos que yo he dado  y para que tu alma...  desde siempre y por siempre ande a mi lado porque desde siempre ya te habría  amado.
Cuando me llegues a querer,  naceré en la cuna de tus besos y moriré en el regazo de tus brazos;  porque en la eterna espera de tus pasos,  mi alma congelada en el eco de tu llegada,  sabía que en la eternidad de tu rechazo,  aun en la negación de lo imposible, sabía que en una de mis mil vidas,  en un segundo eterno, quizás a mí vos me amarías porque aun antes que invadieras  mis sueños, yo por vos ya me moría;  y aunque nunca seas mío de nuevo,  te amaré eternamente hasta el final, hasta la eternidad de mis días,  aun mas allá yo te amaré. 

Te fuiste sin pronunciar palabra, no me pude despedir, me quedé colmado de pena, de una tristeza profunda en compañía de sufrimientos de años. Quise gritar tu nombre, pero la voz la oí en el pecho, también precisaba llorar, el dolor era tan intenso que no me podía calmar.
Sentía que me asfixiaba me costaba mucho respirar, sabía que no existía nada que me pudiera aliviar. Me dolía demasiado el alma pero más el corazón, me estaba volviendo loco de a poco perdía la razón. Te buscaba por todos lados y no te lograba encontrar, eso fue muy frustrante
y muy difícil de superar. Tan dependiente era de vos y soy que dudé el seguir viviendo, un escalofrío espeluznante terminó recorriendo mi cuerpo.
Las horas se hacían eternas extrañando tu presencia, se notaba que el tiempo poco a poco perdía su esencia. Amenazadora se acercaba la noche y me puse a sollozar, la congoja formaba un nudo, y no podía pronunciar las palabras. Me senté al borde de la cama y en mi mente te empecé a preguntar:

- ¿Por qué me dejaste tan solo y sin ganas de continuar?

No esperaba una respuesta  porque muy bien lo sabía, que abandonaste del todo mi vida dejándome con las manos vacías. Pasaron horas interminables, devastadoras llenas
de frío y soledad. Pasaron  momentos  nublados que  de solo verme pegado a la ventana
esperándote, le daba al cielo por llover. Las horas fueron desesperadamente largas, interminables, lentas, mis ojos se apagaban, se llenaban de una tristeza  que al mirarlos conmovían.
Los minutos parecían detenerse a ratos, y mis latidos no se escuchaban, solo había suspiros, suspiros gritando tu nombre. Fue larga la espera, mas llamaste por fin. Por fin has llegado aun sin estar todavía de regreso y  mi corazón explota de alegría cada que escucha tu hermosa voz,  como al leerme  aquel poema de mi admirado Neruda  que amo tanto...  fue larga la espera pero juro que ha valido  la pena cada segundo sin vos si al final me crees.
Ahora que estás  por regresar me doy cuenta que  por tu amor hubiese esperado una eternidad, que si en esta vida no hubieses llegado, te seguiría esperando en la próxima. Fue larga la espera, pero la sensación  de disfrutar tu sonrisa no la cambio por nada. 
Se mueve el destino por caminos inciertos y la muerte me acompaña por túneles de silencio, suspiros en desgano e inercia por temor a la vorágine del cambio.
La intuición me acompaña y todo es déjà vu de temblores que presagian el fin de los tiempos.
Fantasmas convertidos en grandes compañías silentes en amanecer del año que todo me develó.
Pérdidas, sí..., pérdidas.
¿Cuántas más? Lo desconozco, pero lo seguro es que recién empieza y no sé cuándo terminará. Cambios, muchos han de venir, y aunque mi intuición me anticipa, no evita el dolor y la soledad de este transitar. Es extraño saberlo y aun así no saber por dónde atacará el siguiente movimiento de este destino, solo sé: son caminos que presiento inciertos.
Un día me darás un beso de despedida y yo guardaré ese beso en un cofre en el fondo de mi corazón. Y mi ángel abrirá sus alas para volar a otros cielos, buscando a quién más consolar. Y me quedaré solo, quizá con los recuerdos de quien me saco del lodo y me hizo valorar la vida.
Y ese día, comprenderé que mi vida tuvo un significado y que por algo estabas a mi lado. Pero todo tiene un principio y un final, las heridas tal vez no habrán cerrado mas sabré que ya no sangrarán.
Y mi ángel se convertirá en historia, la más importante en mi vida, la que me enseñó que si tocas fondo es para impulsarte con más fuerza a la salida. Y solo quedará un beso y una despedida, una promesa de no olvidarse y saber que su nombre quedará grabado en oro en un lugar especial del corazón.
Ojos preciosos que al amparo de tu mirada paralizan el tiempo frente a los míos y entonces, me rodea y domina un impulso que me transporta hacia tu  cuerpo y te presentas como si estuvieras moldeado para mis manos que reconocen tus líneas y se confabulan con mis
labios deseosos de humedecer los tuyos, imagino entonces rodear tu cuerpo y  tomar de él todo lo que es mío, te sostengo, estoy tras de vos,  con mi boca murmuro tu nombre desde tus oídos hasta la bronceada figura de tus hombros, entonces tu respiración se agita y nuestros
cuerpos son uno, mis dedos descifran  tu cuerpo y guían mis manos a lugares  que nos estremecen, tus labios enrojecen y tu mirada ya es mía, te has  entregado al delicado movimiento que nos aborda placenteramente, ya no  hay límites todo fluye, busco sostener
fuertemente tu figura y fusionarla con la mía, luego tiendo tu cuerpo desnudo sobre una suave cama blanca y me recuesto sobre vos deslizando la palma de mis manos hasta encontrar tus pezones que endurecidos me esperan mientras mis labios disfrutan de tu aterciopelada
espalda, tu respiración se transforma en deliciosos sonidos que me enloquecen, de pronto
tus sensuales caderas se apoderan del espacio  moviéndose como delicadas ramas sopladas por el viento e incansablemente buscan tener contacto con mi piel. Sí, inevitablemente ya no hay volver, mi cuerpo al igual que mi corazón entran por una cálida vertiente para encontrarse con las  caricias del placer que dos corazones generan al  renacer.
Somos hijos surrealistas de la risotada vulgar, sombras en la trinchera enmohecida del sol. Mañana me visitará la suerte y sabrás cuánto te amo. Te regalaré la convicción de que el amor existe, y en fulgor del rocío escribiré un libro que nunca olvidarás. Espero no estar equivocado en mis pensares; somos seres humanos con pocas virtudes y un millón de defectos, así lo indica la estrangulada lógica  esa que me enseñaron en la clase apostólica catecismo esencial para vivir en paz. Me he convertido en un fanático adyacente, un ilustre republicano en una cruenta dictadura que me protege del próximo, pero nunca del prójimo. Y la vida continua con todas estas alegrías y más, quienes no estén de acuerdo es muy sencillo. Siempre tienen y tendrán la oportunidad de suicidar sus anhelos”.
Me asusta pensar en perderte cielito, estoy escribiendo todo lo que siento por si no llegara a verte, necesito que lo sepas. Tu partida ha operado como una explosión, que ha arrasado con el sentido de la vida que vos mismo me habías y has devuelto, ese que me había permitido volver a sonreír, saborear la comida, dormir sin despertar a cada rato, admirar un atardecer, desalojar ideas de huidas, hasta de dejar de vivir.
En este momento, solo queda un cráter dentro de mí. A ese agujero vacío le temo, le tengo pánico. Lo he experimentado pocas veces, pero lo experimentaré cada maldito día a causa de la muerte de esa hija que ni Fabián conoce, que reviví en la muerte de la nena de Camila, aunque ella no lo sepa y me odie, me dolió más que a nadie esa pérdida de ella. Pero no acepto sufrir esta sensación también por vos, Pedro. Tengo que superar esta nueva trampa del destino, me creas o no.
__
Guillermo salió temprano a caminar por la playa, era un día perfecto, no muy frío y con el cielo despejado. Le silbó al perrito de Pedro y trotó con él con la resolución de imponerse al dolor.

“Te he perdido como amor, como he perdido todo. Es un hecho. No tiene sentido darle vueltas al asunto, en breve regresarás con ella, con los chicos, a tu carrera”.

Sin embargo a medida que pasaba kilómetros hacia el pueblo, porque debía de cuidar de él, la idea flaqueaba. No quería regresar a la casa vacía. Lo quería a él, sentado a su lado en la simpleza de la sonrisa luminosa con hoyuelos corriendo en la playa mirándolo, él con mate en mano embobado tropezando la mirada.
Se detuvo de súbito, una alarma sonaba en el pecho, o quizá fuera el cansancio. Tenía miedo de que ese vacío se volviese incontrolable, que lo destruyese. Y en un acto contrario a su naturaleza, con fiereza se volvió hacia el mar gritándole:

__!Qué mierda me hiciste, Pedro!
El perro ladró. Las gaviotas echaron a volar.

__
Despedí al taxista, estaba  apresurado por regresar. Si Guillermo no me quería de regreso, iría de nuevo al hostal. No dudé frente a la puerta, ni volví a preguntarme si hacía lo correcto. El instinto me indicaba que sí. Había confiado en Camila sin preguntas, hasta en Orestes y, después de más de cinco años de casados, había creído conocerla como nadie, para terminar humillado, traicionado, al final desconociéndolo casi todo de ella. Camila constituía la chica ideal de acuerdo con los estándares de mi madre y amigos, ¿y adónde me había llevado eso? A los treinta y cinco años, tenía que saber que soy gay, empezar de cero, con tres hijos de ella, pero como hombre de cero. Y quiero hacerlo de la mano de Guillermo.
Después de horas azotado por una tormenta de cuestionamientos, en las que me proponía olvidarlo de a ratos para cambiar de opinión al minuto siguiente, cansado no solo mentalmente sino físicamente, pálido, delgado y ojeroso, al amanecer había decidido acabar con la tortura. Me paré frente al espejo de la habitación extraña y me estudié durante minutos. Mi voz rasgó el silencio.

¿Qué es lo que quieres, Pedro Beggio? __me interrogué __.En el fondo de tu corazón esta vez, ¿qué es lo que quieres? Estar con Guillermo __me respondí al instante.

La sinceridad y la sencillez de la respuesta dispararon en mí una energía que me puso en movimiento con una seguridad inexplicable, como inexplicable era la fe que depositaría en un hombre que había conocido pocas semanas atrás. Pero él me enseñó que el amor es un acto de fe, con ella me equivoqué. Pero abandonarlo a él, dejarlo solo en nuestro mundo seguro coloreado de sol, playa, mar y cielo, habría sido el resultado de la cobardía, no de la sinceridad. Y eso me resultaba intolerable.

Ahí me encontraba, frente a la casa, dispuesto a enfrentarlo, a sufrir su enojo, a exponerme al rechazo. Estaba dispuesto a rogarle, si era necesario.
Llamé a la puerta. Abrió la encargada. Me miró de arriba abajo, con desprecio.

__Si vino para seguir causándole dolor a don Guillermo, mejor se me va yendo _me advirtió.

__Vine a pedirle disculpas.
Se hizo a un lado y pasé.
__ ¿Dónde está?
__Apenas he llegado, ha salido a caminar. Me costó convencerlo.
__Voy a buscarlo, gracias.

Cuando tu corazón se abra al amor, cuando tu vida se ilumine de gozo, cuando el suave colorido de la primavera, y  el encanto de las mañanas te haga pensar en mí, cuando el fuego de la pasión se apodere de nosotros, y  se rompan los diques de tu alma, cuando sientas tus fibras inmoladas al placer y  te entregues al contradictorio desvarío de la noche, cuando la luna esté bordada de sueños dorados, y  el amor habite en tu mundo de ilusiones, cuando no puedas más con tus secretos, cuando recuerdes quién matizó tu íntimo universo, cuando la nostalgia del atardecer, sea una quimera, y compartas con ella tus sonrisas más hermosas, cuando sientas que el cielo es más azul por las mañanas, cuando ya no importe el tiempo, total la vida es corta, no mires el reloj, no hay tiempo que perder, te espero enamorado como siempre.

__Un día me sorprendió el amor a mitad de la calle, me encontró desnudo, con la carne expuesta, con los huesos temblando,  un día llegó no sé de donde, y pintó mis días de un color distinto,  tiñó de marrón mis tardes,  mis albas, mis noches.  Y aquella vaga idea de lo que significaba,  se multiplicó por mil al perderme en sus ojos, mis hojas se volvieron alas  que empujadas por su aliento  conocieron destinos nuevos, surcando todos los océanos,  los continentes se unieron y podía la luna besar en sus labios mordiendo su lado oscuro. Iluminé mis insomnios  y entre verbos se oían los te quiero sin necesidad alguna de gritarlos.
Un día conocí el amor en esa extraña estación del año cuando las hojas caen de los árboles,   me brotaban hojas nuevas  que él me abotonaba con sus manos  y había néctar en su boca  y en sus ojos manantiales intactos  donde sumergí completa mi figura maltrecha, con punzantes espinas, con dolores de antaño. Y renové mi piel en el calor de su pecho, y mientras me arrullaban sus latidos  mis latidos iban sanando, y de ser una simple oruga se abrieron libres mis alas entre sus brazos, y podía ir de su alma a sus ojos y pude ir de sus ojos a sus labios y bebía de su boca los verbos  que él me repetía susurrando.
Pero un día se fue, así de la nada, me negó su tierra y el néctar de sus labios, entonces mis hojas se fueron cayendo, entonces mis raíces se fueron secando, se replegaron mis alas al perder su cielo,  se volvieron grises mis días dorados y me vi de nuevo a mitad de la calle con la carne expuesta y el corazón temblando.
Es otoño,  y parece invierno en el vacío de mis manos. Vivo inventando una vida que tal vez no tenga sentido, disfruto de lo que pudieron ser jirones destemplados de cariño y no amor.
Sueños vencidos por la nostalgia, cariños obsoletos en el abismo  de una fantasía intermitente. Quimeras anteriores al olvido abandonadas en la desatenta memoria y que renacen en mi obsoleta soledad.
 Persigo en vano algunos precarios sueños que la realidad me disgrega y mortifica. Callada nostalgia la mía; verdades en el borde de mi realidad que se desintegra en cada insomnio, en cada noche, en cada pensar. Encontraré las verdades en las sombras,  albergaré la verdad en un pesadilla que no recuerdo, quizá  mañana dormiré esa infinita nostalgia abrazado y renaciendo en la muerte certera  de los pecados cometidos. Cadáver sin sentido de mi extraña soledad.

__”Te creo…

Llueve, una suave brisa se cuela entre las rendijas.  El paseo se convirtió en una pesadilla. Quedamos más aislados de todo lo demás. Solo habíamos cruzado apenas unas palabras.  Todos hablaban excelentemente de él, pero en realidad yo no le conocía.
Todo se me ha hecho confuso, todo, menos este hombre con el que convivo. Se muestra tal como me decían que era. Irresistible. No puedo decir cuánto me gusta, me lo impide la razón, la cordura, el buen decir, pero verlo me causa una sensación de mareo, de ensueño, de placer. Mirarlo me trastorna, cuando me mira me parece que perderé la razón. Tanto así me gusta. Sé que no le soy indiferente, también me he dado cuenta que me desnuda con la vista y me siento desfallecer. No sé cuánto resistiré la tentación de tenerle cerca, tantos días sin poder salir de esta cabaña, perdidos en medio de la nada, solos. Casi una semana ya. A veces creo que sucumbiré a las ganas de besarlo”.

__Hoy cuando preparaba el desayuno te sentí acercarte muy despacio, y pensé y  deseé que me tomaras de la cintura y me abrazaras. Ah, qué dulce sensación sentir el roce de tu piel tibia. Me ericé hasta el alma... pero solo fue el roce de tu piel al tomar la taza de café. Solo un instante sentí tus dedos acariciar mi mano y nervioso, la retiré. 

- Buenos días- me dijiste con esa voz varonil, grave y melodiosa. 

-Buenos días. – respondí__. ¿Cuándo vendrán a buscarnos? ¿Cómo estarán los demás? __ pregunté sin deseos de que llegue nadie.

- Es que el tiempo no mejora, por eso no han venido. El río está crecido y no creo que puedan llegar antes de que pasen dos días después de que deje de llover. Ellos están bien, no te preocupes. La suerte  es que nosotros pudimos llegar hasta aquí. Al menos estamos bajo techo, en esta cabaña de cazadores de época. Y vos la has limpiado y acomodado, parece un hogar. Hay leña seca y tenemos alimentos, así que no nos podemos quejar.

- No, no me quejo, pero estamos incomunicados.
- Solo estamos incomunicados hasta que baje el río, ellos saben que estamos seguros aquí. Ven, asómate a la ventana. Mira que vista más linda, a pesar de la lluvia. 

- Casi temblando llegué hasta ti... - Es cierto, es una vista espléndida y me gusta ver llover -. Los árboles mostraban un verde intenso, detrás de ellos se alzan unas colinas, que se ven grises por la lluvia y la lejanía. No sé para dónde está el mar, ni dónde hemos ido a parar cuando la tormenta comenzó y tomados de la mano nos perdimos intentando regresar a la casa.

El cielo estaba blanquecino, cubierto de nubes que aún pronosticaban que seguiría lloviendo.
Bastó que hicieras un movimiento, para quedar muy juntos, volteaste a mirarme y me perdí en tus ojos, que taladraban los míos. Te acercaste más. Sentí tu respiración. Quise retirarme, pero no pude. Tu brazo estaba detrás de mí y tu mano apoyada en el marco de la ventana, que moviste hasta mi cintura. Vi tu cara acercarse más. Tus labios se pegaron a los míos y ya no pude huir, no pude resistirme. No quise. Saboreé tus besos y te entregué mis labios. No sé qué tiempo nos besamos, perdí la noción. Me sentí envuelto en tus brazos y me pegué más a ti. Los besos se transformaron en un juego erótico entre un hombre y  otro que se gustaban mucho, que pasaron días tratando de evitar lo inevitable readaptándose a estar juntos, a conocerse más. Sentí tus caricias tibias, sentí renacer la vida, sentí que mi soledad y mis miedos habían terminado, ya no existían y me entregué como no me había entregado antes. Me sentí deseado. No pensé en el mañana, ni en el después. Solo me entregué, libre y apasionadamente. Sentí que te entregaste a mí de la misma forma, desesperadamente, pero tierno, amoroso, como si nos hubiéramos amado siempre. Comenzamos a disfrutarnos uno al otro y deseamos que no escampara, que nadie llegara hasta allí.
Ya no me acordaría que  estoy en peligro y  olvidé mis miedos y mis tristezas.
El pasado y el futuro no nos importaron más. Solo contaba el presente y el ahora. Nos dedicamos a amarnos así, sencillamente.

__Demos vuelta a la página, empecemos otra historia con matices de confianza contemplando una victoria. Comencemos un camino disfrazado de sutil destino sin mentiras que condenen ni mil dudas que envenenen. Amémonos con tranquilidad sujetando siempre la verdad abrazando a nuestro pecho un amor que ya es un hecho. Abriendo nuestros corazones al sentimiento que es sublime más allá de lo tangible ¡Más allá de lo imposible! Nuestra pasión __ dijo él seguro.

Recorriendo tus valles y tus montañas, sumergiéndome en tus entrañas, sintiendo tu cuerpo fusionarse al mío, es mejor que sentirme sombrío; con cada beso desesperado, con cada trazo de mis manos en tu piel, busco sentirme deseado, amado por vos, ser de tu panal la embriagadora miel. Quiero que esa desmedida pasión,  nos envuelva para toda una eternidad, que seamos latiendo un solo corazón, sintiendo nos inunda la fogosidad, navegando en la creciente del deseo, luchando por nunca claudicar, jadeantes aún  nos entregarnos a Morfeo, para volvernos a  amar con más fuerza  repitiendo beso a beso esta locura, trepando a las más altas cumbres, llenándonos de infinita ternura, pediré que mi vida siempre alumbres, que tu alma sea siempre mía, de tu vida, cada noche, cada día.

__Días antes.

__No superé la prueba de llegar a una pensión oscura y vacía, pegué la vuelta vencido, la soledad hoy es un contrincante demasiado potente para mí. Ni siquiera regresé corriendo. Caminaba, más bien arrastraba los pies, con el perro junto a mí. Se le había contagiado mi depresión porque ni las gaviotas que lo provocaban le hacían reaccionar.
__ ¿Guillermo?

Levanté la vista. El sol languidecía bajo amenazantes nubarrones que corrían con prisas, la luz escaseaba. Alguien corría en mi dirección. No podía tratarse de él, no de Pedro. Era imposible. Me había abandonado. Me creía un asesino. Agucé la vista.

__!Guille!

Me dolió el pecho a causa de los latidos violentos del corazón y me lancé en una carrera eufórica. El perro corría y ladraba, la figura de Pedro cobraba nitidez a cada paso recortada en el horizonte, y su sonrisa me hacía sonreír. Cayó en mis brazos y lo sujeté contra mi cuerpo sin importarme estar sudado. Lo abracé como si alguien que pretendiese arrebatármelo. Lo sentí convulsionarse en el llanto, lo oí balbucear mezclado llanto, risa y truenos, no sabía qué decía. Lo aparté un poco y le sujeté el rostro entre mis manos mientras la lluvia torrencial nos barría las lágrimas en el agua que iba a la arena.

__Perdóname, perdóname. Sé que no mataste a nadie, sé que no lo hiciste. Ni a tu mujer ni al tipo ese, y aunque fueses un asesino te amo, pero eres inocente, perdóname por haber dudado un instante.
__No, no, nada que perdonar, nada __repetía yo, y lo besaba por todas partes.

__Necesitaba que me perdones. Te causé un dolor muy grande. ¡Después de todo lo que tuviste que soportar!
__Te amo, eso es todo lo que quiero que sepas.

Cuando el agua del cielo parecía desear ahogarnos, y la oscuridad se cernió alrededor, empezamos a correr, y entonces al fin nos perdimos, y llegamos a una cabaña en medio de la nada, empapados pero…  juntos.

Provincia.

Alberto y José entraron al hospital Psiquiátrico y en la mesa de recepción preguntaron por Nancy, entonces una enfermera los paseó por interminables pasillos silenciosos y oscuros, hasta un pabellón, tan frío y  tenebroso, como el resto del lugar.
Una enfermera abrió uno de los pabellones, y allí estaba ella.
Una mujer, de la edad de Camila y tan diferente, tan distante, tan perdida, tan lejana.

__ ¿Nancy? __interrogó Miller.

__ ¿Quién busca a mi niña?
Ella se murió, hace mucho se murió, era un bebé precioso, igual a la madre, pero tenía que morirse, era su destino, el padre las odiaba, a las dos.
El padre me quería a mí, no a ella, a ella no. Ella es mala, es traidora, es fea… muy fea.
__ ¿Quién es… ella? __aventuró Alberto casi intuyendo la respuesta.

__Camila, quién si no ella, Camila… siempre Camila, ella es la mala, ella los mató. Ella es la que mata a todos, va a matar a todos. Camila, lo matará… A, “él”.
__ ¿Quién es… él, Nancy? ¿Pedro?
_ ¿Pedro?
¿Quién es Pedro?


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
 ESCENAS EXPLÍCITAS.


19 comentarios:

  1. Maria Angelica Liboa me encanta .graciasssss...

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  2. María MercedesGracias Eve por esta belleza. Un gran abrazo y tengas una preciosa semana.

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  3. Patri Muy agradecida Eve Monica, me fascinó.

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  4. Marta Bellísimo, atrapante él, gracias amiga, beso.

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  5. Paulina Edelmira Mansilla Calderón BELLEZA.

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  6. Paulina Edelmira Mansilla Calderón Hermosura.

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  7. Está cada vez más interesante la historia Eve...No sé cómo no se te mezcla todo lo que tu mente bellamente crea, pero sin dudas la magia está en que siempre son ellos y ese amor increíble que los une...

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