miércoles, 18 de abril de 2018

“NO SOY YO”. CAPÍTULO OCTAVO.


“NO SOY YO”.
CAPÍTULO OCTAVO.
Marzo de 2018.


__ ¿Qué sucede?
__Un accidente, pero no, no es.


Fabián fue por el pedido, apenas abrir la agenda de tapas de cuero, miró la hoja, el vuelo, y así la llevó a su padre, Guillermo abrió y cerró los ojos varias veces, Fabián lo vio palidecer, temblar, y apenas oyó  el grito, cuando  con todas sus fuerzas alcanzó a sostener el cuerpo de Guillermo que se desmoronó cuando todo se volvió negro...


Cuatro años después.
Ana, asomó la cabeza. Luego de un matrimonio de a ratos bueno, sin alianza, un pacto a su modo, apenas a veces compartiendo cama matrimonial, y una adicción superada con otra pareja tras el divorcio, la madre de Fabián, trabajaba a su lado, la quería, eran amigos, había rescatado algo, por el bien de su hijo.

¿Tienes un momento?
__Para vos, siempre.
Ana atravesó el despacho como la elegancia felina que había aprendido de Sonia en esos meses, la ajustada chaqueta y la falda a la altura de la rodilla le daban una apariencia que solo vio de joven.

__ ¿Es la nueva publicidad del fármaco estrella contra el cáncer de cerebro?




“El garabato de la lluvia nos conduce hasta el hogar destino que siempre has sido tristeza enamorada y clandestina. Y allí rodeada de tus frágiles dogmas, de tus lágrimas secas / de tu siglo de sueños, nos abrazas como anticipo del placer”.
Triste nro. 1 - Mario Benedetti. 

Guillermo movió el panfleto para que los dos pudieran verlo, pero ante sus ojos, lo que sucedió como el paso de una película, fueron sus días junto a Pedro… en aquellos años en que le anunciara que padecía la enfermedad, el inicio del calvario, que lo terminó…  alejando, según todos…  para siempre.

__El departamento de publicidad acaba de mandarlo, no termino de verlo.
Ana cruzó los brazos por delante del pecho y estudió el panfleto, Guillermo continuó perdido en los vericuetos de la mente.

“Hoy he llorado por vos, Pedro. Tal vez pensando en lo que fue nuestro amor y el dolor que sentí cuando alguna burla del destino te alejó tantas veces de mi lado.
Hoy he llorado por vos porque algún día te amé como nunca amé en mi vida y tu recuerdo llega como un rayo que fulmina a mi corazón. A este triste corazón que no deja de llorar por vos.
Porque no puede olvidarte a pesar del tiempo ya pasado. Hoy he llorado por vos como si pudiera comprender esta soledad que me atormenta, que viene a mi mente como un hálito de tristeza por este indecible amor que pasó. Mis recuerdos me atormentan y se refleja como un aura de tristeza que no es capaz de descifrar este dolor que me embarga como dardos encendidos que penetran en mi cuerpo. Como un tropel de caballos dejando dolor y pasión en este cuerpo desfallecido. Hoy he llorado por vos  y  mis tardes se tiñen  de colores fantasmales en el ocaso deshecho sabiendo que no puedo olvidarte. Porque ayer fuiste mío y ahora sos del destino o de la nada si en verdad estás muerto. Hoy he llorado buscando luz en mi agonía por aquel beso perdido que llegó una tarde de verano para esfumarse una noche de invierno sin tu mirada en la mía, sin tus manos buscando mi corazón. Vuelve a estar en mis brazos y deseo mojar tus cabellos con mi llanto, aquellos  que ya no son miel, sino hiel porque dejaste un vacío en este corazón partido y en mi alma confundida de tanto dolor, por perderte una noche de verano. Hoy he llorado por vos y como nunca te he extrañado y  más aún te necesito aunque la sombra de tu amor haga correr una lágrima por mis ojos.”

__Guille, ¿Pedro verdad?
__ Perdón, Ana, es que vemos el avance de las drogas para el cáncer y me planteo que todo pudo ser diferente hace cinco años atrás o más, cuando decidió la cirugía y lo perdí por primera vez, si no se iba entonces, si no se hubiera operado, tal vez hoy estaría a mi lado.
__No sé qué decirte, Guille, excepto que lo siento, de verdad lamento los desencuentros que tuvieron con Pedro, lo poco que disfrutaron de ese amor tan grande que te hizo sincerar tu vida, que dejó en el camino a Malena, es realmente duro, y complejo de entender.
__Esa publicidad no transmite mucha felicidad, la verdad, parece mi estado de ánimo. Se supone que el nuevo medicamento mejora la sobrevida y la calidad de vida. Necesitas a un modelo atractivo con niños corriendo alrededor, juguetes esparcidos por el suelo. Algo que indique que hay vida más allá del cáncer, que aun sin cura segura vale la pena la vida que la droga deja en curso, algo que vean los integrantes de los foros y los lleve a desear vivir, que disminuya la tasa de suicidios, de cirugías, de  familias malogradas.
Ni se te ocurra. __Sabía adónde iba. Ana ya tenía la mano metida en todos los departamentos de la empresa, no necesitaba echarle mano a nada más __.Ya tienes bastante que hacer y muy pronto ya no podré permitirme pagarte el sueldo.

__Ya casi no puedes permitírtelo. __Se dejó caer en la silla que había delante de su escritorio y sacó un informe de su bolso.

A sabiendas de que Ana estaba a punto de repasar los pormenores del día,  Guillermo tomó sus anteojos y se sentó en el sillón de nuevo. Su reunión diaria con Ana, era lo único que ansiaba cada día. Disfrutaba de una relación laboral muy cordial, de una admiración mutua luego de que ella  se especializara estudiando tras el divorcio. Ella lo conocía, nunca se cortaba a la hora de decirle lo que pensaba y él la respetaba por ese motivo, la necesitaba en esa empresa. Ascenderla a vicepresidente de relaciones públicas de Graziani Pharmaceuticals era la mejor decisión que había tomado allí.

__La FDA (Administración de drogas, medicamentos, alimentos y tecnología médica de Estados Unidos) y ANMAT (equivalente en Argentina) están poniendo reparos a los resultados de nuestros ensayos clínicos en fase tres (a gran escala en humanos, multicéntricos) __dijo ella que fue directo al grano__. Quieren estudios más largos.

Guillermo tomó el informe que ella le tendía y examinó los documentos. Los estrictos requisitos  de la Asociación de Alimentos y Medicamentos, encargada de aprobar los fármacos suponían una frustración constante. Nadie recordaba que en ese tiempo había personas muriendo de cánceres que los nuevos medicamentos podrían curar o prevenir. Claro que nadie como él sabía de qué iba el juego, llevaba años jugándolo.  Y su empresa de biotecnología se adhería a todas y cada una de las normas y de las evaluaciones de las autoridades regulatorias.  En ocasiones significaba echar a la basura un fármaco en cuya investigación y desarrollo habían gastado millones. En raras, significaba guardarlo en un cajón hasta que se pudieran realizar  más estudios. Tenía el presentimiento de que el fármaco actual llevaba ese camino.

__Vale. Que Sonia se encargue del tema y que averigüe qué necesitamos.
__Ya se está ocupando del tema. __Ana reordenó los papeles que tenía en las manos y le pasó el siguiente tema __. La semana que viene vuelo a Boston para ver cómo va el A más D, del Medicón, han comenzado las pruebas en animales y tengo que ver cómo van.

__Tenemos gente conocida allá que podría enviarnos la información por mail o por la web.
__Guille, la gente que dices está complicada con la fusión de Gray Pharmaceutical y me ha pedido que vaya a darle una mano con el tema del A más D, que perfile los últimos detalles de la fusión.

Guillermo exhaló un suspiro frustrado y se pasó una mano por la cabeza. Esa fusión les estaba dando más problemas que beneficios. Le había echado el ojo a Gray hacía bastante tiempo. La empresa tenía un buen historial de ventas y medicamentos interesantes y había tenido la suerte de que los problemas de liquidez la dejaran en una situación vulnerable. Sin embargo el departamento de A más D estaba haciendo que saltaran alarmas con ese nuevo medicamento.
__De acuerdo, pero necesito que vuelvas enseguida. __Garabateó una nota y levantó la vista__. ¿Algo más?

__Ella desvió la mirada.
__ ¿Ana?
__Has vuelto a aparecer en la revista de cotilleos Guille.

Su estado de ánimo empeoró muchísimo al escuchar el nombre de la revista de cotilleos preferida. Guillermo Graziani, gay, divorciado de Ana, viudo de Pedro, llevaba una vida de nuevo oculta con amantes como Nazarre y para el afuera de fiestas con modelos y chicas de compañía que a veces le daba asco.
Ana se sacó la revista del bolso y la dejó en su escritorio. En la portada había una foto de una modelo famosa y de él mientras atravesaban el hall de un hotel cinco estrellas.

__Genial _masculló al tiempo que se respaldaba en el sillón mordisqueando lo moldura de los anteojos para leer el titular que hablaba de los rumores de matrimonio.

__La cosa mejora. En páginas interiores, hay una cita encantadora de ella asegurando que le aterran los hospitales. Un paciente terminal acudió a uno de sus desfiles, intentó conseguir un autógrafo y después de  pedirle que pasara por el ala de oncología del hospital, ella le dio la espalda. Le dijo que tenía que crecerle el pelo. La prensa se ha vuelto loca con el tema, sobre todo por su relación con vos. No nos ha beneficiado, Guille.

Apretó los dientes al escucharlo. Su relación con esas chicas no era ni mucho menos exclusiva, y el matrimonio era lo último que se le pasaba por la cabeza, es más, se había jurado que luego de Pedro, nunca jamás pese a que odiaba la palabra siempre y jamás, pero jamás hablaba con esas chicas de negocios. De hecho apenas hablaban.
__ ¿Cómo quieres que enfoque el asunto? __preguntó Ana.

__No hagas nada, sería peor. Pasa del tema y lo olvidarán, pero la próxima vez que pidas a la empresa de scort a una chica, que sea muda Ana, muda.
__La prensa va a magnificarlo y ahora mismo no nos conviene una mala opinión pública con todo lo que está pasando con Gray. Creo que debemos enviar un comunicado a la prensa.
Como si a él le importase. La prensa podía publicar todo lo que le diera la gana sobre él.
__El trato con Gay está cerrado, Ana. Y me importa una mierda  lo que piense la gente de mí.
__En fin, pues a mí sí me importa. Mi trabajo consiste en que me importe. Por eso me pagas un montón.
__Te lo pago porque te lo ganas.
__Eso intento ahora mismo.
__Me doy por enterado de tu opinión al respecto, Ana.
__Pero vas a hacer lo que te dé la gana. Y eso quiere decir que no vas a hacer nada.
Guillermo se levantó del sillón.
__ ¿Quieres un whisky?
__Agua, gracias.
Se acercó al mueble bar, sacó dos botellas del frigorífico y le dio una a Ana.
__ ¿Qué más?
__ ¿A qué te refieres? __preguntó ella al tiempo que cerraba la cartera que tenía en el regazo.

_Te lo veo en la cara, ¿qué más?__ Tal vez se le diera bien tratar con la prensa pero a él no podía ocultarle nada, se conocían desde hacía demasiado tiempo.

Ana se respaldó en la silla tamborileando los dedos en la botella de agua.
__El trato Gray ha despertado mi curiosidad.
__ ¿A qué te refieres?
__A tus objetivos a largo plazo. ¿Cuál es el plan?
__Me he perdido.
__En fin. __Se removió en la silla __.Además de  querer ser como en la abogacía el mejor en el mundo farmacéutico, algo que ya has logrado, y de querer ampliar el número de empresas en red, cosa que estás consiguiendo, me pica la curiosidad de saber adónde va todo esto.

Guillermo tenía la sensación de que no le iba a gustar el rumbo de esa conversación. Regresó al escritorio y esperó a que ella fuera al grano.
__Mira, no lo tomes a mal, Guille, pero no sos el típico presidente de una multinacional. __Enarcó una ceja __. Sos un millonario que tiene éxito en casi todo lo que hace y te propones, pero no vives como un hombre que tiene dinero a espuertas. Vives en una casa confortable pero podrías permitirte algo mucho más grande y ostentoso. Conduces y poco el mismo coche… que te dejó Pedro. No se te va la mano con los gastos, no tienes un yate, ni una avioneta, ni siquiera sales de vacaciones, los chicos no van a grandes universidades o colegios caros. Sos miembro de un club de campo porque a Pedro le gustaba pero lo odias, no vas, casi no usas el coche con chófer de la empresa que tienes a disposición, no organizas fiestas lujosas ni tienes relaciones con la alta sociedad.
Guillermo se volvió en el sillón para contemplar el río mientras ella seguía hablando. Estaba anocheciendo y las luces de  Puerto Madero se reflejaban en el agua. Y la creciente oscuridad de la noche de repente era la compañera perfecta para su estado de ánimo.

__Lo que quiero decir _continuó ella _es que no pareces disfrutar de ninguno de los beneficios que obtienes de tu trabajo acá, así que siento curiosidad por saber por qué te esfuerzas tanto por ampliar la empresa, si lo que amas es el estudio.

__Tengo mis motivos, y no, no quiero esto para aparentar lo que nunca fui, para hacer lo que jamás me gustó. __Y antes muerto que contárselos a ella o a ninguna persona.

__ ¿Pero  qué sentido tiene si no se refleja en tu vida cotidiana o en la de los chicos?
La atravesó con la mirada.
__Mira quién habla. Vos estás tan entregada hoy al trabajo como yo.
__Claro que sí pero también tengo una vida más allá del trabajo. Vos no. Guille, no vas a resucitar a Pedro dejando de vivir.
Guillermo apretó los dientes, la poca alegría que sintió al comenzar la reunión había desaparecido. No necesitaba que lo golpeara en la cara con su realismo tan directo.
__Mi vida privada no es asunto tuyo ya, Ana, es un derecho que me asiste si quiero usarla para vivir recordando a Pedro.

La tensión se mascó en el ambiente mientras ella lo miraba. Su relación era profesional ahora, pero también amistosa, y compartían no solo el amor por esa empresa, sino también por Fabián y una mutua admiración. Sin embargo, Ana, acababa de cruzar una línea roja, y los dos lo sabían.
Varios segundos después que se hicieron eternos en el silencio pasaron hasta que ella dejó  botellín y se puso de pie.

__Tienes razón. Me he pasado de la raya. Me voy a Boston el lunes por la mañana,  así que estaré disponible este fin de semana por si surge algo.

Mierda, Guillermo en ese momento se sentía fatal, pero su vida privada era precisamente eso, personal.
Alguien llamó a la puerta y los dos se volvieron para encontrarse con la cara de Agustín que se había asomado.

__ ¿Piensas quedarte a dormir acá, cuñado? Hola, Ana.
__Hola, Agustín. __Esbozó una sonrisa alicaída mientras terminaba de recoger sus cosas.

A Guillermo le bastó una mirada al reloj para comprobar que pasaban las veinte, dejó los papeles esparcidos en el escritorio y se pasó las manos por la cara.
__No me había dado cuenta de que era tan tarde, solo estábamos atando cabos. __Bajó las manos__. ¿Qué haces acá?
__Se me ocurrió pasar a rescatarte. _Agustín se echó hacia atrás la gorra de deporte que llevaba. Se dejó caer en la silla frente al escritorio de roble de Guillermo y apoyó los sucios mocasines en la impoluta superficie antes de mirar a Ana con una sonrisa.
Guillermo frunció el ceño.
__Vas a dejarme el trabajo hecho un asco.
__Tu trabajo ya es un asco. __Agustín sonrió__. ¿Te apetece una cerveza?

Una cerveza fría en un bar ruidoso donde no pudiera pensar le parecía el paraíso en ese momento.

__Claro, solo tengo que recoger mis cosas. Miró a Ana con la esperanza de disipar la tensión que aún flotaba en el ambiente__. Ana, ¿te sumas?

__Una propuesta tentadora, pero no. Tengo una cita.
__ ¿Con quién? __preguntó Agustín.

__Con un periodista.
Guillermo la miró con sorna, se trataba de alguien que estaba publicitando uno de los medicamentos.
__ ¿Ahora quién se relaciona con modelos?
__Yo no soy la directora general de esta empresa. Nadie se fija en lo que hago, saluda a Fabi.
Guillermo se puso el saco, aliviado de escuchar el tono de su voz.
__Además  -continuó ella__; Agustín nunca me ha invitado a salir, así que tengo que conformarme con modelos jovencitos y macizos para matar el tiempo.

Guillermo frunció el ceño.
__Te acompaño a la salida preciosa __ dijo el joven Beggio.

Guillermo pensó en el hermano, en una charla de un día al salir del estudio de la mano.

“Déjame amarte, juro que besaré cada uno de tus suspiros cuando muera la tarde y tú estés cansado de esperarlo. Déjame amar tus silencios aunque mi corazón desangre en las mudas voces de este amor lacerante. Sé que no te bajaré una estrella para lograr mis anhelos, ni robaré una rosa para adornar tu pelo. Tampoco me tiraré al suelo sobre las aguas sucias para que tus pies descalzos transiten mi cuerpo y no se mojen. No, no haré nada de eso. Cuando llegues, tomaré tu mano y le daré un beso, y mirándote a los ojos te hablarán los míos
con la mirada tierna y llena de rocío y sin mediar palabras te llevaré a la cama, para amarnos hasta la aurora con tus ganas y las mías.
Inesperadamente una visita que alegra a mi alma en la madrugada, ahí, donde los sueños y deseos moran en la soledad de mis húmedas sábanas de lino blanco apareces tú, para frenar un nuevo amanecer donde  remueves todas mis aguas revueltas,  donde inquietas están mis emociones por morirse en la cárcel de tus ojos.
No quiero vida mía que te alejes, ni que pintes soles oscuros en mi cielo, unamos nuestros horizontes el tuyo y el mío, con los caminos de mis sueños, como sabes amor dejé mis puertas y ventanas abiertas, seguirán abiertas para ver pasar tus pensamientos y anhelos, yo los recogeré en mis manos cuando lleguen a posarse, en el crepúsculo de la noche que adormece mil lunas para mí. Quiero ser pasajero de tus viajes y vivir el tiempo que nos queda, y quizá podamos hacer que el reloj se pare cuando menos lo esperemos, somos estrellas fugaces como el aroma de las flores que hoy abren y mañana se mueren por no ser regadas con un suspiro suave de amor en el rocío de la noche.
Ámame vida mía y verás las alas de mi alma que te abrazan, sentirás cómo en mi piel nace ese deseo de ser amado, ante este sentimiento, que muere cada noche ante las ausencias que llenas están de ti, te amo Guille, no volveremos a separarnos amor mío”.
“Por temor a lastimarte estoy preso como un pájaro que vive añorando aquel beso que nunca pude volver a darte. Lo que se quiere y se sueña se convierte en realidad, si buscas hallar la verdad, no hagas leña del árbol que cae, tal vez fuera mi error cuando te quise alejar de ella. No quise alejarte de mí, ni  que ella te apartara de mi camino cielito, ni jugar con el destino, estabas enamorado de mí, no ibas a cambiar de sentimiento por lo que orquestaran los demás, mas no confié en que te fueras.
Los que te aman y aceptan te han de querer por quién eres, yo te amé como eras, te mostrabas tal como eras, me demostrabas tu amor con todo, con lo bueno y los defectos, y así te dije que camináramos de la mano, así te hacía el amor, y me acariciabas la espalda hasta que perdía el control, cuánto te añoro precioso, cuánto.”

__Ana, si nunca te he invitado a salir es porque le temo a las mujeres trajeadas, me intimidas.
La aludida se inclinó sobre él y le recorrió la mejilla ensombrecida por la barbilla con una uña pintada de color coral.
__El poder es sensual. Nunca sabes qué va a pasar a continuación. __Se encaminó a la puerta__. Guille, te llamo la semana que viene, dile a Fabián que pase a verme, estaré preparando las cosas.

__Ana __ la llamó Guillermo. Ella lo miró __. ¿Qué clase de coche debería comprarme?

Una enorme sonrisa apareció en su cara.
__ ¿Qué te parece un BMW?
Se lo pensó un momento antes de asentir con la cabeza.
__Dile a Sonia que mañana me mande algunos folletos.
__Lo haré. __la puerta se cerró tras ella.

__ ¿Un BMW? __preguntó Agustín__. Si te vas a poner a comprar autos así, yo quiero uno.

__Te lo llevarías al campo y lo cubrirías de barro. Ni lo sueñes.
__Y a las minas de la ciudad le van los tipos como tú, aunque seas gay.

__Ya te gustaría, montañero. ¿Extrañas Chile?
__Más o menos, a veces, pero mi trabajo me permite viajar a la montaña que deseo.
__ ¿A dónde está Male? Creía que pasaría la tarde con vos.
__Mis padres se la han llevado a tomar helados y a comprar ropa. Y estaba en minoría. _Se metió las manos en los bolsillos delanteros de los vaqueros mientras Guillermo se movía por la estancia recogiendo sus cosas __. Se van mañana por la mañana y querían pasar un buen rato con la nieta antes de regresar a la estancia.

Guillermo era muy consciente de que se marchaban. Adoraba ver a sus suegros, pero esa semana había sido demasiado emocional debido al accidente aéreo. Estaba ansioso porque su casa recuperase la normalidad.

__Creía que te ibas a una conferencia de geología o algo así. ¿Supiste algo más de…  Camila? ¿Moravia estaba en el país?
__Ni idea, Guille, les perdí el rastro luego de lo de Pedro, sabes que ella nunca fue santa de mi devoción y su padre menos que menos. Al congreso iba a ir, pero me lo pensé mejor, luego de lo sucedido no me apetecía viajar ahora mismo. Tengo un montón de trabajo atrasado en la mesa. Hemos identificado una nueva exploración que está generando mucha controversia. Hay un editor en una revista de geología que escribió un artículo machacando nuestra empresa petrolera y cualquier exploración que se realizara en la zona, es en el sur de  Mendoza. Hizo unos cuantos comentarios muy graciosos acerca de que nuestras prospecciones podrían provocar terremotos y del lado de Chile sumar tsunamis a punta de pala en la zona. Son pamplinas y no cuenta con pruebas científicas que lo respalden pero molesta. Así que ahora tengo que desviar la atención e intentar convencer a nuestros inversores de que no es nada del otro mundo. Como si no monitorizáramos la actividad sísmica y las emisiones de gas radiactivo día y noche.

Agustín podía ponerse a hablar largo y tendido de geología sin importarle que nadie le prestara atención. En ese aspecto era igual que Pedro. De hecho, esa controversia era justo del tipo que le habría encantado a él, que antes de abogacía había cursado dos años con el hermano. Pedro siempre lo pinchaba con la decisión de ejercer como ingeniero geólogo para una multinacional especializada en petróleo y gas.
Aunque aseguraba que su trabajo como sismólogo era importante para el mundo científico, se metía con su hermano diciéndole que su trabajo solo era importante para el mundo de los beneficios.

__Te apuesto lo que quieras a que ni siquiera tiene idea de geología __continuó Agustín __. Seguro es un editor pirado que ha leído muchos informes y que por eso se cree experto. He buscado información y sus credenciales. No tiene absolutamente nada. Seguro es un hippy amante de la naturaleza. No me extrañaría que fuera uno de esos que se abrazan a los árboles.

__ ¿Quién? __Guillermo no lo estaba prestando atención. Tomó el móvil y lo guardó en el bolsillo.

__Ese editor que ha escrito el artículo. __Agustín lo siguió al vestíbulo __.Creo que se llama Gastón Guerrico o algo así, no lo conoce nadie.
__
Bajaron a las cocheras subterráneas en el ascensor mientras Agustín seguía parloteando sobre el artículo que a Guillermo le importaba un comino y sobre el idiota que lo había escrito. Guillermo se pellizcó el puente de la nariz mientras se montaban en el  mugriento  Ford de Agustín.

__Está aquí, en Buenos Aires. Creo que mañana me voy a pasar por su oficina para cantarle las cuarenta. __Agustín se internó en el tráfico.

__Buena idea _dijo Guillermo que perdió la mirada en el latido indolente de la ciudad.
__Por cierto, se me ha olvidado decirte una cosa. Esta tarde te llamó tu exsocia, Gabriela. Parecía muy sexy.
__Es muy linda, y amiga, también de Pedro. __Sabía que Gaby vivía en la ciudad y la había visto en varios eventos desde que dejara el estudio por Alberto, pero prefería hacer como que no la veía, tanto porque no le sacara el tema de Pedro como por no inmiscuirse más entre ella y Beto. Solía hacer como que no veía a todo aquel que hubiera conocido a Pedro. Charlar sobre los viejos tiempos no era su ideal de pasar un buen rato ___. ¿Qué quería?

__No lo sé, no lo ha dicho. Si era una amiga de Pedro, seguramente habrá llamado por lo del accidente del otro día.
__Sí, seguramente. __Guillermo clavó la mirada en las luces de la ciudad.

__ ¿Vas a devolverle la llamada?
__ ¿Qué? __Miró a su cuñado __.No creo. Era mi amiga y socia pero adoraba a Pedro. No lo creo.

__Pero a mí me ha parecido que estaba buenísima por teléfono.
__ ¿Sos capaz de saberlo por la voz? Es preciosa pero dejó a mi socio, porque tiene un novio eterno, no entres allí.
__Ya te digo.
__La última vez que hablé con ella, seguía de novia y por casarse con Antonio.
__A lo mejor lo dejó.
__Era amiga de Pedro, Agustín, termínala, no me interesa que me hable de él o de la muerte de Camila.
__ ¿Por qué? ¿Es gorda y fea? ¿Qué le pasaba?
__Mierda. Cuñado, sos de lo que no hay. No, es atractiva, al menos la última vez que la vi, colorada le decíamos, te gustaría sin dudas.
_A lo mejor debería pasarme mañana por su despacho para echarle una mirada.
__Creía que ibas a echarle un  sermón al abrazador de árboles de la revista esa.
__Puedo hacer las dos cosas. __Los ojos de Agustín relucían por las luces del cuadro de mandos __. Mira, me has dado  una idea.

__Sos un mujeriego incorregible.
__No sabes cuánto.
__Creo que esta noche voy a necesitar dos cervezas como mínimo, y que sean grandes.
__
“Cómo te extraño, Pedro, cada día un poco más... sin quererlo, sin buscarlo. Hay momentos que vienes  a mi mente y se me parte el alma  en una agónica tristeza  en un hálito sublime por las dulces memorias, por no poderte alcanzar...  y se estrecha el corazón sin llanto haciendo caso omiso a la razón  estrujándose el pecho con un dolor punzante  que muerde la sonrisa  y rompe mi pena en un suspiro  inerte,  perpetuo, resignado, sabedor de tu ausencia pero incrédulo,  pendiente de un quizá  sin querer claudicar, añorando la caricia perdida  esperando la premura  de un mañana, de un después, de aquellas promesas que quedaron suspendidas flotando al compás de la brisa de un amor eterno,  de un querer sin igual... y corren por mis venas  los hilos de la nostalgia  por lo divino no vivido que en sueños se quedó  y ya nunca más será”.
“Qué difícil es vivir sin vos,  el saber que lo nuestro terminó, que tu amor se agotó con el olvido y la muerte, que lo nuestro fue un capítulo cerrado y olvidado... vos no decidiste olvidarme.
Mi piel clama tu presencia, tus besos ardientes, ese fuego que no puedo apagar, tus labios encienden mi alma, y tu mirar desviste el alma, esos ojos que me decían deseo tengo de vos, y tus manos que siempre excitaban mi cuerpo, susurrando palabras preciosas de tu dulce voz, con  las que más latía mi corazón, y me erizabas la piel.
Aún siento estremecer mi cuerpo, aún quisiera estar con vos, en las madrugadas, en el silencio de la noche cuando solo nuestros cuerpos húmedos eran solo una pasión.
Ya el viento no sopla a mi favor, se ha cobrado factura de aquello que fue nuestro amor, nuestro cariño verdadero se rompió, mis lágrimas brotan de mis ojos y confunden con los latidos de mi corazón, de este que fue mi gran amor.
Tristeza es no tenerte más a mi lado, llanto desesperación, horas, días, meses, que se me hacen eternidades, cómo lograr olvidar tu locura de amarme, tu ternura, fuiste el que conquistó mi amor. Esto es mi sentir por vos cielito, lo primero que me viene a mi mente, tu recuerdo de ese tan gran amor.  Es en la fragilidad del silencio  donde brota cada pensamiento,  donde reviven los recuerdos,  donde brotan las nostalgias, donde el tiempo se detiene,  es allí donde quisiéramos no sentir nada donde no afecte cada pensamiento, donde sea un leve instante  y todo se borre y quede en el olvido.
Es en el silencio  donde se congela el tiempo, donde ya no importa nada  si es bien o mal,
simplemente se detiene,  estancado se queda  sin saber si volverá  lo que un día se sintió  en la fragilidad del corazón,  donde por azares del destino  se extingue el sentimiento  mandándolo al cruel olvido o a la muerte.
Es allí donde aprendemos  que no importa cuánto tiempo,  todo se va y se olvida,  todo tiene una razón de ser,  la felicidad y el llanto estarán siempre unidos, el amor y el desamor
caminarán siempre juntos  todo en un futuro incierto  en un mañana que quizá no vendrá.
Sus  montículos, hermosos y alegres eran prisioneros de una camisa rosada, les di su merecida libertad. Usted sabe señor que quería una noche de sexo salvaje con el sonido de Mozart, con sus espasmos y gemidos, de acuerdo con la geometría amorosa, una de sus piernas en la parte superior de mi pierna y  mi brazo sobre su pecho. Solo quería leer  mis te amo sobre su deseable espalda tatuada en el borde final del misterio. Pareado de curvas insinuantes, ruptura involuntaria en dos bellezas redondas, geometría que escapa a tu deseo, territorio acotado por mis sueños, punto de mira de mis madrugadas insomnes; se burlan de mí, por su ancestral y autárquica presencia. Ahora los dos estamos satisfechos, desnudos, configuración etérea de tu carne mía.
Añoranza de un momento compartido, suavidad sobre la que se desliza mi deseo, expandes mi universo. Mi mente transita entre ballenas perfumadas, paseando por el hilo de la muerte, viejos planetas rotos por paredes de la noche hacia el barco que esperas. Escorpiones alados revolotean; veo corredores donde grita adonis, como gotas de plomo sobre una suave cama blanca, las ramas del árbol inmenso del placer compartido. Lianas enredadas en torno al sexo de los guardianes de las palabras susurrantes en el oído,  de… palabras, gritos, jadeos, nunca perdidos en espacios ajenos. Han pasado cinco respiros... mi pierna, tímida aún, pasa por entre las tuyas,  y llegamos a orillas de tu cama... otra... y otra vez más”.

¡Pedro!

__San Isidro.
Gastón tenía la vista clavada en el ordenador, en él veía fotos del volcán  Estrómboli en Italia, y un artículo a medio editar que necesitaba mucho trabajo. Suspiró al tiempo que presionaba la palma de una mano contra la frente. Ese día le era imposible concentrarse. El artículo tendría que esperar hasta el día siguiente, prefería leer algo que le diera Daniela, algo que según ella hablaba de él con sus padres, que le dejara Camila.
Principio del formulario

“Nuestro protagonista se llamaba  Gastón, y era un chico honrado y trabajador, algo reservado, tímido como la mayoría de los jóvenes de entonces. Era bastante alto y guapo, muy guapo. Trabajaba en el campo ayudando a su padre, del cual había heredado el nombre. Su madre se llamaba Amalia y se dedicaba a las tareas de la casa, era una mujer guapa y casi siempre disfrutaba de buen humor.
Aunque eran pobres Gastón se sentía orgulloso, se encontraba bien en aquel lugar, ayudando a su padre ya mayor. Solían madrugar juntos y almorzar en la huerta, cuando terminaban de faenar, por la mañana, regresaban a casa donde Amalia ya tenía preparada la comida. Cuando pensaba en ella se le hacía la boca agua, pues ella, aparte de ser su madre era una gran cocinera.
_ ¿Qué comemos hoy madre? _ preguntaba siempre al llegar a casa.

_ ¡Lo que no te comerás si no te lavas esa cara y esas manos!  _ decía riendo divertida ella, pues sabía del apetito de su hijo al volver del trabajo.

Así pasó un tiempo hasta que un mediodía, tras volver de la faena con su padre, vio lo que vieron otros tantos ojos, y siguió con la mirada lo que otros tantos ojos seguían. Hijito (como le llamaban cariñosamente sus padres y amigos) tenía la expresión más tonta en su cara que se podía  imaginar. Fuera lo que fuera atraía su atención como un imán, tanto fue así, que a punto estuvo de arremeter con una mujer mayor, la cual le increpó molesta: _ ¡oye muchacho, mira por donde caminas corcholis! _ Pero él no la oyó siquiera, seguía mirando absorto hacia donde no podía apartar la mirada. Tal era su ensimismamiento que el padre tuvo que reprochar a su hijo, pues este seguía embelesado. 

---Hijo despierta, parece que nunca hayas visto una muchacha.
_Es preciosa padre… una princesa…  _dijo sin apartar la vista.

Su padre rio divertido y dejando caer una mano en el hombro de su hijo dijo: anda vamos, que ya es tarde.
Al cruzar la calle casi tuvieron que pasar por el lado de la joven, que indiferente a todo, ayudaba a un hombre mayor a bajar el equipaje de un coche. La chica era de una belleza tal que deslumbraba, su pelo era largo y rubio, su carita era angelical, su piel a la vista lisa y sedosa, levemente acariciada por el sol y sus ojos eran dos diamantes capaces de mover la codicia del más afamado ladrón.  Gastón pasó a pocos palmos de la joven y esta, casi obligada, mantuvo unos segundos la mirada con la suya. Al chico le pareció una eternidad. No intercambiaron palabra alguna, pero se sintió satisfecho con el regalo que le había ofrecido con la mirada la joven que, a escondidas, medio sonreía.
Así pasó muchos días, con la tontería del amor, eso que quita el hambre y no deja dormir,  ¿por qué? Porque se había enamorado. Cada mañana era el primero en levantarse, solía ir al trote a despertar a su padre, le apuraba a vestirse para poder ver desde la ventana, la belleza que alentaba sus días y sus noches, pues daba la casualidad de que eran casi vecinos, cosa que agradecía enormemente. La veía todas las madrugadas cuando se iba trabajar, al pasar por delante de su casa. Él levantaba la vista y allí estaba, era como una diosa en la mañana y muy madrugadora al igual que él. Lo mismo al regresar del trabajo, eso convertía sus noches en mágicos sueños de amor.

_Si tanto te gusta hijo, ¿por qué no hablas con ella? _le había aconsejado su padre viendo que era el sin vivir del pobre hijo.
_No sé qué decirle padre, no me atrevo _solía contestar.
_Haces bien en no disparar a la liebre antes de tenerla a tiro hijo, pero puede que se te adelante otro cazador _ le aconsejaba su padre.
-Puede que mañana padre  _solía decir.

Pero ese mañana nunca llegaba, el pobre se ponía tan nervioso que le resultaba imposible decirle nada a la muchacha en las muchas ocasiones que se había cruzado con ella. Solo atinaba a echarle una tímida mirada que la joven cortaba con una pequeña risa. Le había preguntado a su madre por la muchacha, pues, como toda mujer que se precie, era de las primeras en enterarse de todo lo nuevo que acontecía al pueblo. Le había dicho que su nombre era Camila, y que era de una familia acaudalada de la ciudad, que había acompañado a su padre a pasar unas vacaciones en la casa que le vio nacer. Entonces Gastón recordó que aquella casa había estado muchos años cerrada, y que pocas veces había visto salir a una mujer mayor de ella, seguramente la madre del hombre.
El corazón le dio un pequeño vuelco  _ella… adinerada y yo… pobre… _se dijo en silencio.
Pero no perdió las esperanzas, siempre se ha sabido que el amor no entiende de posiciones. De todas formas, se acercaría a ella y la hablaría  _pronto...  muy pronto _ se dijo. Tenía que armarse de valor, no podía seguir así con aquel sin vivir. Muchas noches en las que la visión de la bella joven le había quitado el sueño, sin hacer ruido se levantaba y salía de la casa. Solía ir a la vieja caseta del río, a tan solo unos pasos de donde vivía. Allí sentado, en una destartalada silla se ensimismaba en sus pensamientos, levantaba la cabeza y se pasaba mucho rato embobado mirando las estrellas, y como no, a la luna, a la cual empezó a hablarle de su mal de amores, la indecisión que lo devoraba, e incluso, imaginariamente le pedía consejos, y aunque no se diera cuenta, la luna le escuchaba atenta y embobada.
También empezó a hacerle preguntas.
_Oye luna ¿tú crees que me hablará?, ¿crees que si le digo lo que siento ella me querrá aceptar?, dime ¿lo crees?
Pero la luna seguía escuchando callada. Noches como aquella hubo muchas, en las que el chico le descubría sus sentimientos y le confesaba el amor que sentía por  Camila, e incluso le recitaba poemas que él mismo le había escrito. Una noche, una de esas noches mágicas de las que solo hay una de cada mil, en la que la luna brillaba en todo su esplendor, en la que la luna realmente estaba preciosa, acudió el chico más animado y nervioso que nunca.
_Hola luna, ¡por fin! Al fin la he hablado _casi gritó lleno de entusiasmo.
_ ¡Me ha hablado y me ha preguntado por mi nombre!, ¿no te parece increíble?
_ ¡Hoy voy a pedirle si quiere que salgamos juntos! Dios mío, qué feliz me siento _no paraba de repetir jubiloso.
De pronto, ese mágico y hermoso esplendor que había en la luna desapareció. De repente el lugar se había sumido en noche cerrada, esas en las que apenas ves a dos palmos.
_ ¡Qué dichoso me siento!, ¿acaso no te alegras luna?, ¿no te alegras por mí?  _dijo lleno de contento el chico sin percatarse siquiera de lo ocurrido.
La luna ya no escuchaba, solo lo hizo hasta ese preciso momento, como otras tantas noches.
_Bueno, tengo que irme, tengo que pensar la forma de decírselo, y sobre todo dormir, ahora sí que podré descansar tranquilo. Tengo que estar despejado cuando se lo diga ¿no crees luna?  Como respuesta oscuridad total.
_ ¡Adiós luna, echaré de menos hablar contigo!  Puede que cuando vuelva ya no lo haga solo, ¡ah, y gracias por escucharme! _.Gastón salió a toda prisa lleno de entusiasmo y felicidad, no se dio cuenta siquiera de lo que en voz baja y triste se oyó mientras se alejaba.
_Adiós, yo sí te echaré de menos… mucho de menos, ¡que seas feliz! _ dijo la luna mientras se echaba a llorar.

Solemos buscar el amor más allá de nuestro entorno, sin sospechar siquiera que podemos tenerlo tan cerca de nosotros, solo que pese a este relato que Daniela dice que le escribí a ella, no era mi amor, por lejos no lo fue ninguna mujer”.
Una nota doblada muy pequeña se desprendió de entre las otras, la alzó con dedos trémulos, y paseó la mirada.
“Yo estoy en tu mirada esperando tu nombre, te entrego mi cuerpo porque llega tu aroma, tu beso y el deseo... Yo estoy caminando por los caminitos que mis yemas han trazado por tu piel, alza tu boca para besarme en mi comisura, bajaré los míos hasta la altura de tu sexo, llegaré a tu cerebro que espera el placer, seremos uno por fuera y por dentro, amaré tu esencia, porque es lo mío que en golpe se viene pendido de mi vientre, que el golpe se viene al compás de deseo por vos. Terminamos tendidos al olor del momento porque es el día que brindamos lo nuestro, espero otro día, con ansias sin fin y volverte a encontrar bajo la luna encendida. Constantemente pienso en nuestro encuentro, nuestro primer beso, en tantas y tantas caricias que te debo...  Por cada  palabra un escalofrío, por cada sueño un te quiero que recorra cada centímetro de mi cuerpo, como cada noche mil suspiros rompiendo el silencio, caricias que me elevan al cielo, a tocar la estrella más bonita del firmamento... Una luna que alumbra el camino a seguir hasta encontrarme con tus besos. En el aire se respira tu piel esa en la que cualquier  hombre puede quedar preso  y aumentar cada sentimiento. Te buscaré en ese cielo, inmenso, viajaré a ese paraíso que es tu cuerpo, te haré mío y yo seré tuyo por entero”.

¿Qué es esto? ¿De quién hablo acá? ¿O quién me habla?

En algunas ocasiones, al atravesar aquel solitario andurrial a cuadras de su casa, una fugaz y extraña sensación de ingravidez lo asaltaba.
Sentía entonces la rara necesidad de fugarse abalanzándose hacia arriba para esfumarse así en la inmensidad del cielo.
De todos modos, como esto le ocurría infrecuentemente, apenas experimentaba este inusual fenómeno, lo olvidaba sin darle ningún crédito.
Pero un día, su experiencia cobró una intensidad tal que ya después no pudo continuar con sus ocupaciones habituales: venía cansado del trabajo, malhumorado por el intenso calor y su cuerpo, mojado por el sudor, le resultaba pesado, maloliente...  digamos, un verdadero estorbo para desplazarse con la rapidez que necesitaba para llegar a su casa, almorzar liviano con premura y echarse luego a hacer una siestita.
Se podría decir que ni siquiera lo pensó, simplemente, cuando aparecieron las primeras señales del misterioso lugar, en un irrefrenable impulso, lo hizo, nada más… reconfortado por la liviandad de la ingravidez, dando un salto inesperado, desapareció de la faz de la tierra para siempre.  Como por temor a que lo creyesen loco, a nadie le había contado de sus vivencias anteriores, nadie lo buscó jamás.  Solo se disipó sin dejar rastros. Incluso, hasta es posible que esta historia nunca haya existido.
Ahora me observas y te reías en la sombra, con esa chispa de bondad que tiene tu alma, la cual me tiene cautivado y provoca mis pensamientos de pasión por ti y por tu inocencia.
Te mueves tan sensual, con un maravilloso atuendo pequeño y ajustado el cual remarca tu silueta encantadora, me fascinas y me he fugado de la tierra, del mundo conocido para estar contigo, no sé qué sucedió, no sé quién eres.
La magia de la música nos llevó a la pasión y entre besos jugueteaban nuestras lenguas, excitando con caricias nuestros cuerpos y levanté tu camisa muy suavemente como un experto muy sensual con jadeos lentos y mágicos.
Me arrodillé a tu belleza y me observabas muy suavemente, te besé entre las piernas y tu sonrisa traviesa fue presa de un apetito desquiciado.
Deseoso te absorbía el néctar de tu ser y me observabas como deseando cada vez más, tus ojos me acechaban con una pasión estimulante.
Como un dios lleno de belleza, me besabas y me veías haciendo más intensa esta entrega de amor, me decías que terminara dentro de ti, yo lo deseaba y me hablaste al oído, ahí sentí el fuego interno, ahora soy adicto de tus labios de dios. Resulta tan sencillo decir...  ¡lo siento!
y disfrutar la tranquilidad de haberlo hecho, sobre todo cuando tu corazón, no te permite mentir.
Por eso debes decir... lo siento  cuando respiras de su piel el perfume más exótico que hace que vibre tu cuerpo, lo siento al besar sus labios ardientes, en cualquier lugar o momento lo siento cuando abrazados, su corazón late apresurado de pasión  sintiendo cómo desearían  detener el tiempo,  lo siento cuando sus ojos y los tuyos hablan de amor y sonríen cómplices de ese fuego ardiente por dentro y ambos reconocen, sin temor a equivocarse  diciendo en silencio.
¡Lo siento!, extasiados de amar.
El sol,  es quien replica por mí, los besos en tu cara; es esa luz tan cálida, que se desliza como mis palabras; cae, rueda como girón del viento, hasta en tu pecho verse dibujada  la caricia silente  que te envío desde mi almohada. Cierra tus ojos, nos veremos en el alborada, cuando todo duerma, me convertiré en niebla aliada, de esa que te busca hambrienta, y te envuelve con su gracia, te devuelve el aire, y en el silencio canta...
Espérame, allí donde el sol guarda planisferios idóneos  de tierras llanas; cae en un suspiro, el rayo crepuscular avanza  implacable a dormirse  entre tus manos exactas. Búscame allí,
en los sueños que esconde tu mirada, de otoños e islas térreas, unidas para siempre aguardan a que llegue finalmente su hora, cuando el tiempo del mundo se derrama  sobre las costas del desvelo  donde ya habito en tu alma.
No eres un pájaro preso,  eres un beso que vuela día y noche. Eres amor  en libertad. Abre las puertas de tu vida y déjame contigo para siempre para que tu amor viva  en mi alma enamorada. Eres diferente, tan dulce, eres tan especial con  una seductora sonrisa, que no concibo vivir sin ti, eres suave como la brisa marina,  eres el complemento de mi vida y qué obstinados son mis ojos que  solo desean ver los tuyos  a través de mi alma.
Tu suave respirar que hace que contigo todos sean sueños apasionados cada suspiro es estrenar un beso, tus caricias me hacen estremecer  como espigas azotadas por el viento.
Llegué para amarte, para estar, para quedarme contigo, en cada  poro de tu piel. Soy tu hombre, ese que te ama  apasionadamente, que te da todo su amor, estoy tan lleno  de cariño. Te amo con tanta  pasión que tu ternura es la  savia que corre por mis venas”.

Ciudad Autónoma, al día siguiente.

La secretaria entró al despacho con un café humeante, que agradeció, tuvo la certeza de no haber dormido.

__Es un remedio infalible para el bloqueo de escritor.
__Gracias. __ Gastón sonrió mientras aceptaba el café __.Eres un sol.

__Me limito a hacerte el aguante.
Pedro bebió un sorbo  y observó a la chica por encima del borde de la taza.
__ ¿Por qué tengo la impresión de que no va a gustarme lo que tienes para decir?
Belén, una chica de veinte y pocos años era su asistente, hizo un mohín y el pendiente que llevaba en la nariz tintineó. Gastón  decidió que no quería reflexionar sobre dicho sonido.
__Porque esas cosas se me dan fatal. Toma _dijo al tiempo que le pasaba una nota__. Mientras estabas fuera ha venido un hombre. Me  ha sonado su cara, pero no recuerdo dónde lo he visto antes. El caso es que quería hablar contigo, pero como no estabas te ha dejado un mensaje, su número de teléfono está en él.
Gastón ojeó la nota y luego miró a la chica.

__Es joda.
__Lo siento.

Su día iba de mal en peor. Alargó el brazo para tomar el teléfono. El imbécil había escrito diez puntos sobre su artículo que él consideraba inexactos e inciertos.
Marcó el número y comenzó a golpear el suelo con el pie mientras esperaba. Con todo lo que estaba pasando en su vida, no necesitaba a ese idiota cuestionando su nota. Fue una mujer la que contestó.

__Agustín… __Gastón miró de nuevo la nota buscando el apellido__. Beggio, por favor. __Esperó otro minuto __.No, sin problemas. Le dejaré un mensaje.

Se colocó el auricular del teléfono entre el hombro y la oreja mientras sacaba un blíster de aspirinas del cajón. Tras tomarse dos miró de nuevo a Belén, que se había detenido en el vano de la puerta. Al otro lado de la línea, se escuchó una voz masculina. Gastón agarró el teléfono con la mano y frunció el ceño. La voz le resultaba vagamente familiar.
Leyó de nuevo el nombre. Agustín Beggio. Lo repitió mentalmente unas cuantas veces. No lo reconocía, pero había algo conocido en su voz.
Daba igual. El caso era que nunca había visto a ese imbécil. Y después de eso, no volvería a hablar con él jamás… Esperó a que sonara el pitito.

__Señor Beggio __dijo con voz altanera__; soy Gastón Gerrico, de la editorial. Quería agradecerle personalmente por la amable nota que le ha dejado hoy a mi secretaria. Nos ha gustado muchísimo el uso tan colorido y preciso que hace usted del lenguaje. Teniendo en cuenta que se ha tomado la molestia no solo de localizarme sino también de dejar una tesis tan extensa sobre su trabajo, debo suponer que es usted un experto en la materia.
A partir de ahora, me aseguraré de hacerle llegar todas las preguntas y comentarios que sustenten tanto este artículo como los que escriba en el futuro. Eso sí, quería dejarle en claro que imbécil, lleva tilde. Deberían habérselo enseñado en la escuela para idiotas a la que asistió. Buenos días, señor Beggio. __ Recogió lo papeles que estaban diseminados por la mesa y se puso de pie __.Belén, esta tarde tengo una cita. Desvía las llamadas al móvil.

__Vale, Gastón, ¿estás bien?
__Estupendamente. ¿Por qué me lo preguntas?
__Pareces un poco… __Belén clavó la vista en el teléfono y después subió la mirada __.Un poco irritado.

__Estoy bien. Volveré más tarde.

Me dormí en el taxi, no quise sacar el auto y soñé, pero con ¿quién?
“Besándonos. Yo pintando de verbos tu ombligo mientras descubría lunares entre tus curvas y   la fuente del deseo entre tus montes aclamaba mis labios. Soñé que deshojaba los pétalos de tus pezones con mis labios. Y entre gemidos y suspiros  me sacié de tu dulce elixir, tu aroma  hechicero me envolvió, a cedro, a bosque, apoyé la cabeza en tu pecho, me dejé embeber por el ascenso y descenso, quise ajustar mi cuerpo al tuyo , despertar el deseo, transmitirte mi vida a cada átomo de la tuya mientras tu mirada fija en la mía parecía incorporar cada molécula, quise grabar tu cuerpo en mi piel, diluirme en ti, y fue al inhalarte el aroma en el pelo y sentir la calidez de tu aliento en el mío, el momento que me llevó al deleite de tu miel.
Ojalá estos mis sueños fuesen realidad porque vivir solo soñando entre letras de amor es un castigo cruel. Seguirás siendo mi único sueño  sin rostro. El sueño de mi vida, aunque yo para ti solo seré un simple soñador. Anoche te soñé.
Anoche soñé contigo. Con el vaivén encarnado de tus labios. Eras brisa caliente que envolvías el juglar de mis ojos elevando mi hombría existencial hasta el enigma de los ojos  que me leían, esos ojos, anoche soñé que estábamos juntos… Mirándonos.
__
Le echó un vistazo al reloj y comprobó que se la había echado el tiempo encima.  Comprobó la dirección y era en el otro extremo de la ciudad.
Por regla general los comentarios de los lectores no lo afectaban, pero había algo en el tono de la nota de ese tal Beggio que lo había sacado de quicio.
Cuando llegó a destino y se vio justo frente al edificio supuso que era una señal de que su día comenzaba a mejorar. Mientras esperaba el ascensor en el vestíbulo, sintió un escalofrío en los hombros y en la espalda, provocado por la ansiedad. Estaba nervioso. Era normal. Si esa cita no lo llevaba a ningún lado, no estaba seguro de cómo proseguir.
Las puertas del ascensor se abrieron y Gastón entró. Respiró hondo una vez llegó a la planta del bufete de abogados, cuyo vestíbulo estaba muy tranquilo, salvo por el sonido del teclado de un ordenador. La secretaria alzó la vista cuando él se acercó. Gastón intentó sonreír, pero por dentro se sentía como si estuviera en una montaña rusa. Debía de haber un motivo que explicara su obsesión con esa abogada cuyo nombre había encontrado en una larga lista en internet.

__He venido a ver a la doctora Gabriela Soria _le dijo a la secretaria.

__La Doctora Soria está muy ocupada hoy. ¿Tiene cita?
__Si. Soy Gastón Gerrico.
La secretaria tomó el teléfono y murmuró mientras miraba a Gastón.
__Disculpe, la doctora lo está esperando. Pase.
__Gracias.

Gastón intentó controlar la alarma que tenía en el pecho, los nervios mientras abría la puerta de roble de doble hoja y entraba en el despacho. Al otro lado vio un amplio ventanal desde el que se disfrutaba de una amplia vista panorámica de la ciudad. A la derecha se alzaban varias estanterías llenas de libros jurídicos. A la izquierda se emplazaban varios sillones de cuero y una larga mesa de conferencias cubiertas de libros y papeles.

Sin embargo, lo que llamó su atención fue Gabriela Soria, la abogada, alta, de físico escultural, rasgos bonitos, se había puesto de pie y lo miraba desde detrás de su escritorio, enmarcada por el ventanal, con la cara más blanca que él había visto en su vida aunque era más bonita personalmente, y una cara que no le resultaba conocida, en absoluto.

__!Dios mío!

Gastón miró a su espalda justo cuando se cerraba la puerta, no había nadie más. Se volvió y miró de nuevo a la abogada. Era pelirroja, llevaba el cabello largo en una coleta alta y tenía los ojos castaños algo ocultos por los anteojos. Pero estos no impidieron que se notara que en ese momento parecía haber visto un fantasma.

__!Dios mío! __ susurró de nuevo la abogada __. Pedro.

Gastón sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo y el corazón le dio un vuelco.
__Mmmmm, no. Soy Gastón Gerrico. Tenemos cita a la una en punto. Si he llegado en un mal momento puedo…
__Es… __La abogada cerró los ojos y movió la cabeza antes de volver a abrirlos __. Lo… lo siento mucho. Se parece a un hombre al que conocí hace tiempo.

La emoción y una buena dosis de miedo comenzaron a correr por las venas de Gastón. No. Era imposible que fuera tan sencillo, ¿verdad? Tragó saliva para deshacer el nudo que sentía en la garganta.
__ ¿Me… me reconoce?
__Lo siento. Es imposible. __Gaby bajó la vista. Cuando lo miró de nuevo, lo hizo con una educada sonrisa en los labios __. ¿Qué puedo hacer por usted?

__ ¿Por qué es imposible? __La mente de Gastón era un hervidero de preguntas.

La esperanza había crecido demasiado. Aunque había intentado disimular la desesperación que sentía, no estaba seguro de haberlo conseguido.
Gabriela volvió a sentarse. Llevaba una blusa sin mangas que dejaba a la vista unos tonificados brazos y unos elegantes pantalones ajustados de color azul marino.

__El hombre en que estaba pensando murió hace cuatro años. Dicen que todos tenemos un gemelo en alguna parte.  Supongo que yo acabo de conocer al suyo. Observándolo con atención, veo que no son idénticos. Es que me ha sorprendido, nada más. Llevo unos días pensando en él, de ahí que me haya precipitado al sacar una conclusión que no puede ser real. __Señaló la silla situada al otro lado de su escritorio __. Bueno, ¿en qué puedo servirlo?

__Gastón tomó asiento. Los nervios estaban haciendo estragos con él.
__ ¿Cómo… cómo se llamaba?
__ ¿Mi amigo? __Gaby apoyó un codo en el brazo de su sillón__. ¿Por qué quiere saberlo?

__Por curiosidad.
__Pedro, Pedro Graziani.  __ Sin querer Gaby dio el apellido de casado.

Gastón repitió el nombre para sus adentros. No lo había oído con anterioridad, la esperanza comenzó a disiparse.
Gaby ladeó la cabeza.
__Estoy segura de que no ha venido aquí solo para hablar de mi amigo, señor Gerrico.
Gastón  se pasó una mano por el pelo y se detuvo para frotarse la cicatriz.
__Por favor, contésteme, ¿cómo murió?
__En un accidente aéreo, muy parecido al que acaba de ocurrir hace unos días.
Un accidente aéreo. No. No era lo mismo. Por la mente de Gastón comenzaron a pasear diferentes escenarios y posibilidades. Ninguno tenía sentido, ninguno parecía factible, pero debía preguntar. Si no lo hacía, las dudas acabarían con él.

__ ¿En qué nos diferenciamos? Me refiero a que ha dicho que no somos idénticos. ¿Qué es diferente?

Gaby entornó los ojos.
__Señor Guerrico, ¿por qué está tan interesado en mi amigo?

Gastón miró atentamente a la abogada, intentó recordarla, le fue imposible. Sin embargo tenía una sensación, un extraño déjà_ vu, el mismo que sintió cuando vio el nombre de la abogada en internet.

__Desconocía la existencia de su amigo cuando entré por esa puerta, pero…
__Pero, ¿qué?
Gastón soltó un trémulo sonido y se enderezó en el sillón.
__He venido siguiendo el consejo de un compañero de trabajo, me está resultado complicado conseguir cierta información y él pensó que un abogado podría ayudarme a ejercer presión legal a fin de obtener las respuestas que busco. Y… no sé… algo me dijo que era usted a quien debía ver.
Al ver que Gaby se limitaba a mirarlo con curiosidad, Gastón se removió, inquieto.
__Mi esposa murió en el accidente de avión de hace unos días.
__!Oh! __La expresión de Soria se suavizó __. Lo siento muchísimo. Con razón…

__No. No es por eso, pero gracias… __Gastón inspiró hondo __. Después de su muerte, encontré cierta información que me ha traído a Buenos Aires. Yo mismo sufrí un accidente hace unos años, estuve en coma. __Frunció el ceño y movió la cabeza__.  O eso creo. Mientras ojeaba los papeles de ella, encontré pruebas de mi estancia en una clínica privada de acá, una estancia prolongada de años. NI siquiera recuerdo haber estado en esta ciudad. No recuerdo nada que sea anterior al accidente, mejor dicho al momento en que desperté del coma hace algo de dos años. Nada sobre mi pasado, sobre el lugar donde crecí, sobre mi familia.
Mi mujer me dijo que sufrí un accidente de coche y que estuve en coma cuatro días en Chile, ahora no sé qué creer.
Gaby se inclinó hacia delante con el ceño fruncido.

__ ¿Dónde vivía usted?
__En Santiago de Chile. Mi mujer era médica. Neurocirujana. __Sacó unos cuantos papeles de una carpeta__. Pero su firma aparece en mi historia clínica como si hubiese sido la responsable de mi tratamiento mientras estuve ingresado aquí. Si fuera mi esposa, jamás le habrían permitido eso.

__Cierto, es imposible. __Gaby tomó los documentos y los ojeó.

__La clínica privada se incendió hace un año. Una coincidencia muy afortunada, si me lo permite. En su lugar, se construyó una nueva, pero afirman que todos los historiales se perdieron en el incendio. No consigo que contesten mis preguntas. Esperaba que usted me ayudara a hablar con ellos. Fui un paciente. Tengo derecho.

Gaby estaba leyendo los documentos que tenía en la mano página por página.
__Pérdida de memoria permanente __musitó, al llegar al diagnóstico __. ¿No recuerda detalle alguno del accidente?

__No. Nada.
__ ¿Y de los días posteriores?
__Me desperté en Santiago. Mi esposa estaba a mi lado. Tampoco la recordaba. Fue como empezar de nuevo.
__Es insólito, dice que la parte de su cerebro que se dañó es responsable de los recuerdos a largo plazo, más concretamente de los recuerdos personales, y de la personalidad, ¿trabaja usted?
__Sí, soy abogado, pero trabajo como editor de una revista especializada en geología. Mi médico de Chile parece creer que la parte de mi cerebro que quedó dañada es la que almacenaba mis recuerdos personales, de ahí que pueda recordar cosas que haya aprendido en mi vida, a lo largo de ella, pero nada sobre el lugar donde lo aprendí.
Al ver a Gaby que lo miraba con evidente confusión, esbozó una sonrisa torcida.
__Lo siento. Se me olvida que a casi nadie le interesa algo de lo que sé como a mí. En la editorial me dicen bicho raro.
__!Madre mía! ¡Uf! __Gaby soltó el aire despacio y dejó los papeles sobre el escritorio.
Después se frotó la frente con una mano, parecía un tanto temblorosa y empalideció de nuevo __. ¿Ha encontrado algo más en estos documentos?

__Solo esto. __Gastón sacó la foto y se la pasó __.No tengo idea de quién es la niña de la foto, pero… esos ojos y esa sonrisa me resultan conocidos…  Son los míos.

Gaby se quedó boquiabierta.

__!Dios mío!
__ ¿Qué sucede?
__La firma…  es la de Camila Moravia, la novia de mi amigo, la nena es la hija de…  Pedro Beggio.
Eres tú, Gastón… eres Pedro, el que conozco, no hay otro.
__ ¿Qué?
¿Quién es Graziani?


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO, ESCENAS EXPLÍITAS.

18 comentarios:

  1. Alicia-!Waaaaaw! Me muero, no lo esperaba y lo ansiaba, gracias, mi bella.

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  2. María Mercedes , qué bello ess. Muchas gracias estimada Eve,

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  3. Alicia Interesante Narración! Gracias por compartir !

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  4. Adriana Impetuosa y magistral interpretación de impecable erotismo y ausencia, de amor, gracias hermosa.

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  5. Dulce Muchas gracias linda Eve Monica, es divina, saludos y hermoso día!

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  6. Aurelia Me encantò!!! Hermoso en verdad! Bendiciones

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  7. Leon Bellísimo.. Nunca imaginé en hipnotizar el tiempo.. Me encantò. Bendiciones

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  8. Veronica Lorena Piccinino
    Veronica Lorena Piccinino que final por favor... impresionante final... Gracias.

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  9. Qué momento Eve, se me eriza la piel...Como siempre soy tan ansiosa que quiero que ya mismo se aclare todo y Pedro recupere su identidad y la vida que Camila le arrebató...Me encantó...

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  10. Sol Urvino Hermoso, EVE, por fin las piezas empiezan a encajar donde deben. GRACIAS.

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