EL EMBAJADOR. SEGUNDA PARTE. CAPÍTULO DOCE.

Previo…

__Qué lío, hermano, espero que estés equivocado, porque esto recién comienza, sabes que no se puede, que no se acepta, no en tu carrera, en la de él, además, acaba de enviudar, y estaba enamorado de la mujer.

__Y yo de Camila, Beto, hasta hace cinco minutos, yo estaba enamorado de Camila. Lo sé, lo sé todo, no puedo sentir ni dejar de hacer lo que me provoca… el embajador.

 

LIBRO DE ANCLAJE SIDNEY SHELDON. El Capricho de Los Dioses.

 

“EL EMBAJADOR”.SEGUNDA PARTE.

CAPÍTULO 12.

"Nos mirábamos y sentíamos que eso era el tiempo."

Julio Cortázar.

"Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado".

Julio Cortázar.
Rayuela.
Capítulo 93 (fragmento)

"Claro que, observa el que te dije, a pesar de ese obstruccionismo subjetivo el tema subyacente es muy simple: 1) La realidad existe o no existe, en todo caso es incomprensible en su esencia, así como las esencias son incomprensibles en la realidad, y la comprensión es otro espejo para alondras, y la alondra es un pajarito, y un pajarito es el diminutivo de pájaro, y la palabra pájaro tiene tres sílabas, y cada sílaba tiene dos letras, y así es como se ve que la realidad existe (puesto que alondras y sílabas) pero que es incomprensible, porque además qué significa significar, o sea entre otras cosas decir que la realidad existe; 2) La realidad será incomprensible pero existe, o por lo menos es algo que nos ocurre o que cada uno hace ocurrir, de manera que una alegría, una necesidad elemental lleva a olvidar todo lo dicho (en 1) y pasar a 3) Acabamos de aceptar la realidad (en 2), sea lo que sea o como sea, y por consiguiente aceptamos estar instalados en ella, pero ahí mismo sabemos que, absurda o falsa o trucada, la realidad es un fracaso del hombre aunque no lo sea del pajarito que vuela sin hacerse preguntas y se muere sin saberlo. Así, fatalmente, si acabamos de aceptar lo dicho en 3), hay que pasar a 4) Esta realidad, a nivel de 3), es una estafa y hay que cambiarla. Aquí bifurcación...".

Fragmento del "Libro de Manuel"
Julio Cortázar.

__Pedro, preséntamelo, no tendré otra ocasión __insistió Camila.

__No puedo, Camila, bien conoces mi función, pídele a tu padre que es el que más cerca de él está __adujo Pedro __.Por otra parte, no sé para qué quieres conocerlo, no volverás a verlo.

__No me recuerdes que por años tampoco te veremos a ti. ¿Vas a ocupar la misma casa que dejaste?

__Supongo que sí. __Pedro no quitaba la mirada de Guillermo Graziani.

__ ¿No puedes compartirla con Alberto ya que son amigos para no sentirte tan solo?

__No, Camila, ni siquiera deben de saber que lo somos,   no corresponde __ insistió Pedro.

__No puedo creer, acá eres tan libre, y ese sitio parece una cárcel, peligroso,  sin amigos.

_ Lo es, por eso mismo no he querido llevarlos, lo es, estoy rodeado de espías rusos, de micrófonos, sabes que el personal es de allá, la mayoría responde a la central de inteligencia de ellos con suerte, hay espías y agentes de espionaje rusos por todos lados. Por eso mismo no puedo hablar libremente con nadie, recuerda que si deseas decirme algo debes de hacerlo por medio de Orestes, él me hará llegar mensajes encriptados seguros. En cuanto a verlos o no, déjame  tantear el terreno, acaban de asesinar a Groza, pero más adelante veremos, de estar tranquilo te dejaré viajar con los chicos.

__Está bien, te van a extrañar demasiado, más de lo que pueden llegar a entender, Pedro, son muy pequeños.

__Lo sé, pero prefiero por eso mismo saberlos seguros como ahijados del presidente acá que en riesgo a mi lado. Está bien, ven que te lo presento, no le digas nada más, ¿de acuerdo?

A Guillermo le presentaron a embajadores, gobernadores y algunas figuras políticas más prestigiosas de Washington. Como Rumania se había convertido en un país clave, casi todas las personas de importancia se habían hecho invitar a la cena.

Pedro se les acercó llevando a Camila del brazo.

“Cada vez que estás a mi lado veo cómo muero y en un segundo resurge mi vida con una nueva esperanza, mi silueta se ilumina, imagino un beso de tus labios y el sabor de tu esencia.
La demencia tan cercana  a un destello de ilusiones  que me atormenta inquieto y no para mi agonía, como ese maravilloso día que del cielo observé caer pedazos de esperanza y de bondad suspirando por tu presencia.
Mi corazón extraviado  por un amor ajeno, revolotea cual bella mariposa en las flores, como en las noches interminables de luna llena.
Ahora mi corazón se rinde a tus pies, seducido por tu figura, el destello de luz que me llena, la luz que esclaviza a mi alma y la despierta,  un murmullo de un te amo, un te amo que debo llevar en secreto, señor embajador”.

__Buenas noches _saludó de buen humor  Moravia __.Quiero presentarles a Camila, a Debbie, a James Stick  y, a Guillermo Graziani.

Para Guillermo ver a Camila sonreír junto a Pedro fue como una cachetada sin saber el porqué.

__El embajador Guillermo Graziani  __lo corrigió.

Pedro se llevó la mano a la frente, se sentía con un calor inusual, el magnetismo de ese hombre lo estremecía.

__Perdóneme embajador. El padre de la señorita Debbie también es embajador __diplomático de carrera, desde luego __, y durante los últimos veinticinco años ha prestado servicios en más de seis países.

__Se lleva una vida maravillosa __dijo Debbie.

__Debbie ha adquirido muchísima experiencia __acotó Pedro.

__Sí __fue el comentario de Guillermo __.No me cabe la menor duda.

Rogó  que no le tocara sentarse al lado de él en la cena y felizmente se le concedieron sus deseos. Él estaba en otra mesa junto a la rubia. De las doce personas que había en la mesa de Guillermo, algunas le resultaban conocidas por haberlas visto en tapas de revistas o en la televisión. Enfrente tenía sentado a James Stick, y a la izquierda, a un caballero que hablaba un idioma misterioso, imposible de identificar. A su derecha a un hombre delgado y rubio, de mediana edad y una cara interesante.

__Me encanta que me haya tocado estar a su lado porque soy un gran admirador suyo. __Hablaba con un leve acento escandinavo.

__Gracias. __ ¿Admirador mío por qué, si no he hecho nada aún?

__Soy el agregado cultural de la embajada sueca _se presentó.

__Mucho gusto en conocerlo señor Peter.

__ ¿Conoce usted Suecia?

__No. Sinceramente no he salido del país nunca.

El hombre sonrió.

__Hay muchos lugares que le esperan para ofrecerle su belleza.

__Ojalá algún día pueda viajar a su país con mis hijos.

__ ¿Tiene hijos? ¿De qué edad?

__Fabián el mayor de dieciocho, Malena de diez casi. Se los muestro. __Llevó la mano al bolsillo y sacó la foto de los chicos. Desde su sitio, James Stick meneaba la cabeza con un gesto de desagrado, Pedro los observaba a ambos.

El diplomático miró la foto.

__! Son muy lindos! __exclamó__. Se parecen a usted.

__Pero tienen rasgos de la madre, sobre todo la nena.

Recordó las discusiones en broma acerca de cada hijo y a quién se parece. ¿Estás segura de que es mío?

Y la fingida pelea terminaba siempre en la cama. La nostalgia lo invadió.

Tu recuerdo viaja conmigo,  tu recuerdo en cada estación es un pasajero más, no solo es alguien que ingresa es también alguien que se queda,   un viaje hacia allá,  al allá que sueñas, al allá interminable donde esperas  desahogar todos tus suspiros, cantar todos tus deseos. Tu recuerdo viaja conmigo como la canción que pensamos, la canción que viaja mientras nos amamos.

El hombre le decía algo en ese momento.

__ ¿Perdón?

__Decía que me enteré de la muerte de su esposa en un accidente. Debe de ser muy difícil quedarse sin su compañera de tantos años. __Su voz sonaba cargada de compasión.

Guillermo tomó su copa y bebió un sorbo de vino. Al sentirlo fresco y refrescante apuró el contenido. De inmediato un camarero de guante blanco volvió a llenarle la copa.

__ ¿Cuándo asumirá sus funciones en Rumania?

__Me dijeron que viajo dentro de unas semanas. __Tomó la copa.__ Por Bucarest __brindó. El vino era exquisito, y ya sabiendo que es una de las bebidas de menos graduación alcohólica, Guillermo no se preocupó.

Cuando le ofrecieron llenarle de nuevo la copa, aceptó feliz. Paseó la vista por los salones y contempló a toda esa gente de elegante atuendo, que hablaba idiomas diferentes y pensó:

“No hay banquetes como este en mi viejo Junction City. No. Kansas es más seco que un hueso. En cambio, en Washington se bebe como… ¿cómo qué?” Frunció el entrecejo, tratando de encontrar la palabra.

__ ¿Se siente feliz? __se interesó Charles Peter.

__Genial. Fantástico. Quiero otro vaso de vino, Charles.

__Cómo no. __Hizo una seña al camarero.

__En mi vida privada _dijo Guillermo como quien confía un secreto__; bebo mucho menos. __Levantó la copa y tomó un sorbo. __Las palabras les salieron algo borrosas.

Charles Peter lo estudiaba con una sonrisa al tiempo que Pedro la iba perdiendo.

“Y si me preguntas, te diré qué es lo que quiero de ti nuevo amor, como ese dulce néctar de tus labios que sabe a poesía, quiero de tus dedos todas sus arduas caricias, el rubor de tu cara sonrojada cuando me miras, tu húmeda lengua con sus cálidas delicias, despertarme a tu lado y robarte mil sonrisas, la pasión reflejada en tus miradas, tus desdichas, la tentación de tu cariño, el brillo de tus pupilas, los hoyuelos de tus mejillas, tu cortesía, tus fantasías, los pecados de tus encantos, tu fogosa lujuria, o morar en tu piel de noche y pernoctar en ella cada segundo del día, deseo que seas en mis manos una canción que suene a sinfonía y en el calor de mi regazo regalarte el amor de toda una vida”. Guillermo se sorprendió de estar pensando en Pedro Beggio.

En la mesa principal el anfitrión se puso de pie.

__Damas y caballeros, invitados quisiera proponerles un brindis.

Y así dio comienzo al ritual. Hubo brindis por Juan Arismendi, presidente de Rumania, Por Marcos Labrapoulus, presidente norteamericano, por el vicepresidente, por las enseñas patrias. A Guillermo le dio la impresión de que hubo miles de brindis, y todos los acompañó con sorbos de vino.

“Soy embajador, y por lo tanto no hago más que cumplir con mi deber”.

En un momento dado, sugirió el embajador.

__Seguramente todos querrán oír unas palabras del honorable embajador norteamericano en Rumania.

Guillermo levantó la copa, e iba a beber cuando tomó consciencia de lo que estaban pidiéndole. Consiguió ponerse de pie sosteniéndose de la mesa. Contempló a la multitud y solo atinó a saludar con la mano.

__Hola, todo el mundo. ¿Están pasándolo bien? __dijo.

Jamás había sentido tanta alegría en la vida. Todos eran tan amables con él. Le sonreían… Algunos hasta reían. Miró a James Stick y le dirigió una sonrisa.

“Es una fiesta estupenda __expresó__. Y me encanta que hayan podido venir. __Se dejó caer pesadamente y le comentó a Chales Peter: __Me pusieron algo en el vino.

__Creo que lo que le hace falta, es salir a tomar un poco de aire. Está muy sofocante aquí dentro.

__Sí, sofocante. A decir verdad, le confieso que estoy un poco mareado.

__Vamos afuera.

Lo ayudó a ponerse de pie, y él notó, azorado, que le costaba mucho caminar. James Stick, trabado en una conversación con la persona que tenía al lado, no lo vio partir. Cuando pasaron junto a la mesa de Pedro, este lo miró con aire de desaprobación sintiendo en verdad que el corazón se le encogía.

“Está celoso porque a él no le pidieron que diga unas palabras.”

__ ¿Usted conoce el problema de ese hombre, no? __le habló a Peter __.Quiere ser embajador, y no soporta la idea de que el cargo me lo hayan dado a mí.

__ ¿De quién me habla? __quiso saber el sueco.

__No tiene importancia. Es un individuo que tampoco tiene importancia.

“Endemoniadamente atractivo, eres Pedro Beggio, vestido como se debe.”

Salieron al aire fresco de la noche. Afortunadamente podía apoyarse en el brazo de Peter, porque veía todo borroso.

__Una limusina está esperándome por aquí __dijo.

__Mejor la enviamos de regreso. Vamos a casa a tomar algo, Guillermo.

__Más vino, no.

__Whisky o coñac. Una copita de coñac, no más, para que se le asiente el estómago.

Coñac. En las novelas la gente elegante siempre bebe coñac. Coñac con soda. Una bebida típica de Cary Grant.

__ ¿Con soda?

__Desde luego.

Peter lo ayudó a subir a un taxi y le dio la dirección al chófer. Cuando se detuvieron frente al inmenso edificio de departamentos, Guillermo miró intrigado a su compañero.

__ ¿Dónde estamos?

__En casa. __Lo sujetó en el momento que bajaba del coche ya que estuvo a punto de desplomarse.

__ ¿Estoy borracho?

__Por supuesto que no.

__Me siento mareado.

Peter lo hizo pasar al hall y llamó al ascensor.

__Con una copita de coñac se sentirá mejor.

__

__Pedro, ¿qué estamos haciendo?

__ Cumplir con nuestra función Alberto, solo que pensé que empezaría en Rumania.

__ ¿Estás celoso?

__ ¿Celoso, yo? No. Celoso no. Es que el embajador no puede ser más ingenuo, ese tipo es gay, si yo que no sabía…  no sé si lo soy lo quiero para mí, imagina este. Y lo que sucederá allá, Arismendi y medio gabinete son gais.

__La tienes complicada, amigo. ¿Y qué haremos ahora?

__Esperar un tiempo prudencial, supongo. No podemos ir a tocarle el portero, es un diplomático.

“Ya no quiero despertarme y estar solo, Graziani. Quiero que tú estés conmigo al despertar. Quiero estar junto a ti cuando salga el alba. Cuando el sol muestre en el horizonte su primer rayo de luz. No quiero que mi mirada sea al techo de mi habitación. Quiero poder observar tu rostro dormido. Ver cómo la luz va poco a poco, iluminando tu rostro, permitiéndome ir viendo la belleza que hay en ti. No quiero despertar solo. Deseo tenerte a mi lado en mi cama.
Recordando en ese momento todo lo que ocurrió; recordando la noche de pasión que juntos pasamos. Te deseo en mi cama desde esta noche, mañana, pasado mañana y para siempre, embajador. Deseo despertar y acariciar tu piel, admirar tu cuerpo desnudo entre mis sábanas. Con mis manos acariciarte, quitar la sábana que te cubre, y con mis besos volver a saborear el sabor de tu piel. Deseo despertarme sintiéndote a mi lado; el toque de tu piel en mi cuerpo. Sentir tu pecho desnudo abrazado a mi espalda. Escuchar tu ronquido, aunque digas que no lo haces. No quiero despertar solo. Quiero que cada amanecer sea contigo. Sentir tu respiración, sentir los latidos de tu corazón. Y los dos desnudos en la cama, haciéndonos el Amor.

Han pasado horas desde que el sol se despidió, con un derroche de intensos colores incendiando el cielo... Este, vestido de nocturnidad, le ha dado la bienvenida a la blanca luna de plata y a las titilantes y lejanas estrellas que, tímidas me hacen guiños de luz.

Desde mi cama las miro, mientras escucho el murmullo del oleaje e imagino el agua deslizarse sobre  la arena, para retirarse enseguida, dejando la húmeda huella de su beso. Ocasionalmente una brisa  fría se cuela por mi ventana, acariciando y refrescando con su levedad, el bochorno de la cálida noche. El sueño, esquivo, no entiende de horarios.

Mi mente se burla del cuerpo agotado que exige descanso y sigue activa, burbujeando pensamientos, imaginando, creando, volando. Hasta que al fin, tal vez distraída por la sensual música de la mar, o por la magia de la noche clara y estrellada, o quizá por la suave caricia de la brisa, cae vencida. El sueño, sigiloso, me arropa y me lleva… pero sueño contigo, Graziani, llevo días soñando contigo, será una tortura estar solos en Rumania.”

Peter acariciaba la mano, cuando se abrió la puerta lo ayudó a bajar.

__ ¿Nunca le dijeron que su piso está desparejo?

__Lo haré arreglar.

Lo sostenía con una mano, mientras con la otra se daba maña para buscar las llaves y abrir la puerta del departamento, entraron. Había una tenue luz encendida.

__Está oscuro _dijo Guillermo.

Peter lo tomó en sus brazos.

__A mí me gusta la penumbra. ¿Acaso a ti no?

__ ¿Le gustaba? No estaba seguro.

__Eres muy atractivo.

__Gracias. Tú también eres atractivo.

Lo llevó hasta el sofá y lo sentó. Pese al mareo, Guillermo sintió los labios que lo besaban, mientras una mano le acariciaba los muslos.

__ ¿Qué estás haciendo?

__Tranquilízate, querido. Vas a sentir cosas hermosas.

Y así fue. Sus manos eran muy suaves, como las de Silvina, ¿o acaso como las de Pedro Beggio?

__Era una médica extraordinaria.

__No lo dudo. __Apretó su cuerpo contra el de él.

__Sí. Cada vez que alguien necesitaba una operación, siempre pedía por Silvina.

Estaba tendido  casi boca abajo sobre el sofá, y manos dulces acariciaban bajo la camisa la piel con ternura, las manos de Silvina, a veces las de Pedro Beggio. Guillermo cerró los ojos y sintió labios que recorrían su cuerpo, labios cariñosos, una lengua suave. Silvina tenía una lengua así, Pedro parecía tenerla. Era tanto el placer, que deseaba que nunca se terminara.

__ Qué hermosura querida. Tómame, déjame hacerte el amor, por favor.

__Ya, ya  mismo, primero yo. __la voz le pareció muy grave, áspera, totalmente distinta a la de Silvina, también a la de Pedro.

Abrió los ojos y se topó con una cara extraña. Cuando sintió que el hombre comenzaba a penetrarlo, soltó un grito.

__!NO!

__Rodó hacia un costado y se cayó al piso. Tambaleando se puso de pie.

Peter lo miraba extrañado.

__Pero…

__!No!

 Guillermo recorrió el departamento con ojos de desazón.

__Perdóneme,  me confundí, creí que… __se disculpó __.Me equivoqué. No quiero que piense…

Alcanzó la puerta.

__!Aguarde! Permítame al menos que lo acompañe.

Pero Guillermo ya se había ido. Al llegar  la calle se apoyó en la pared, sentía el corazón batiendo contra las sienes con furia, pero agradeció la cachetada de aire frío, cuando una voz sí conocida lo envolvió.

¿Por qué pensé en él?

__ ¿Qué hace embajador? _dijo Pedro encontrando la mirada.

__Creo que no me siento bien.

__Vamos, ven, te dejaré en el hotel.

Guillermo.

__ ¿Qué?

__ ¿Eres gay?

__ ¿Qué?

__Ese tipo, es gay, Juan Arismendi, el presidente de Rumania lo es. ¿Y tú?
__No. No lo sé.

__En la palma de mi mano hay un camino muy largo que quiero caminar contigo. En el fondo de mis ojos hay una luz encendida que  quiero que tú la apagues cuando me quede dormido. Quiero que tu corazón  palpite al ritmo del mío para que nunca se apague y tú lo mantengas vivo. Quiero que me des calor cuando me muera de frío, que tus ojos y mis ojos se contemplen con amor. Porque yo quiero quererte y que tú me quieras siempre bajo el sol, bajo la noche, bajo la lluvia y el viento. Quiero que me lleves siempre  de tu mano por el tiempo y que vivamos juntos y amándonos siempre.

Mañana no recordarás nada, pero al menos te lo he podido decir, embajador.

__Cuéntame algo, Pedro, en la mañana te voy a maltratar de nuevo, eres insoportable, ¿lo sabes? Pero más la rubia que estaba contigo.

Iba a correr por las calles desiertas para que me golpeara el viento helado, estoy mortificado. Esta vez tienes razón si me dices que mi conducta no tiene explicación ni justificación alguna. No sé si me dejé llevar por la nostalgia al recordar a mi esposa, o si te colaste tú, pero he desacreditado mi cargo, y de qué manera más estúpida, ¿verdad? Me puse ebrio delante de la mitad del cuerpo diplomático de Washington, acepté ir al departamento de un desconocido y casi he permitido que me sedujera. Los diarios de la mañana se ensañarán conmigo en las columnas de chismes.

__Shhh. Ya, tranquilo, tranquilo mi amor, no pasa nada, se olvidarán, estaremos en Rumania en días, tranquilo.

Pedro sonrió.

__Cuéntame de ti, algo.

__De vidrio repartido mirando con sus varios ojos cubiertos de escarcha la desierta calle principal del pueblo. Las flores de hielo que se habían formado en cada uno de sus vidrios durante la noche, desdibujaban lo casi nada que pasaba por la calle, en ese mes de ese crudo invierno del año 2000. El reloj de pared indicó con su clásico tañido la media hora de las nueve y treinta de la mañana de un día neblinoso que recién comenzaba muy tímidamente a clarear.

William, sí como tú, el viejo profesor de física, jubilado hace ya muchos años, siempre decía a sus alumnos de física avanzada  que los fenómenos físicos solían disfrazarse de una complejidad que a veces hacía parecer muy difícil llegar a su esencia racional. Decía que esto no era tan así,  que todo era hermosamente simple. Si, hacía falta el esfuerzo para llegar a ese sitio elevado donde se podía ver todo el panorama. Como lo hace un escalador que hace cumbre y cuando se yergue sobre la cima de la montaña puede apreciar toda la significancia del hermoso paisaje.
A él no le interesaba lo que pasaba por la calle, sí le interesaba lo que pasaba en el vidrio de su ventana. Hacía horas que estaba sentado allí mirando los vidrios. Sus pensamientos, mientras observaba,  se remontaban a sus tiempos más felices, su adorable esposa siempre con el don de sus ojos llenos de estrellas en los cuales él encontraba tantas amorosas respuestas a sus intrincadas ecuaciones. No sabía cómo funcionaba pero cada vez que pestañaba era como si borrara el pizarrón de tantos números y lo llenara de amorosos pensamientos que hacían que las constelaciones de sus oscuros ojos se ordenaran de forma diferente y le indicaban el camino para resolver ese difícil problema. En los vidrios de la ventana estaban esas hermosas flores de hielo.
Parecía ver a través de esas hermosas flores de hielo los ojos de ella siempre llenos de estrellas que en este momento se dispersaban en hermosísimos cristales de una belleza incontable. No estaban indicándole el camino para resolver un complejo problema. Solo le estaban diciendo algo que no llegaba  a comprender.
Los bellos cristales se están moviendo sobre el vidrio muy lentamente mientras las emociones de William se licuaban en el interior de sus propios ojos formando dos puras lágrimas que se deslizaron suavemente como una salada caricia sobre sus mejillas…  Los cristales se seguían moviendo sobre los vidrios repartidos de la ventana y formaron en los cristales de arriba dos palabras: “Te amo… muy, muy pronto nos encontraremos.”
Avanzada la mañana los padres de William, ya mayores y con nietos grandes, encontraron el cuerpo aún tibio de él  con dos lágrimas brillantes como diamantes en sus arrugadas mejillas y la mejor sonrisa del mundo dibujada en sus labios.
Poco tiempo después uno de los nietos que también era físico y que había llegado junto a su padre en ese precioso e irrepetible momento de la feliz partida de su abuelo comenzó a interesarse en las emociones y la posible sensibilidad del agua en ese especial estado de hielo en formación. Así fue como llegó a seguir una serie de publicaciones que le estaban diciendo algo. No sabía que, aún. Sí sabía que tenía que hacer el esfuerzo de escalar y hacer cumbre. Desde allí vería la simplicidad de la hermosa naturaleza cuando muestra todo su hermoso paisaje como lo había visto su abuelo y él había percibido en el vidrio antes que se derritiera, la palabra…  amor.

Te amo.

__ ¿Cómo? Dilo de nuevo.

__Escuchaste.

__Me gusta escucharlo.

__Que te amo. Pero olvídalo.

Yo sé que tú eres de ella todavía. Y, a pesar de eso espero y espero sonriente, porque yo sé que un día,  como en amor el último vale más que el primero, tú tendrás que ser mío. Yo sé que tú eres de otra, pero no me importa,  porque nada es de nadie  si hay alguien que lo ansía,  y mi amor es tan largo, y la vida es tan corta,  que tendrás que ser mío. Yo sé que tú eres de ella como fui de Camila, pero la sed se sacia  solamente en el fondo de la copa vacía,
y, como la paciencia puede más que la audacia,  tú tendrás que ser mío. Por eso, en lo profundo de mis sueños despiertos,  yo seguiré esperando, porque sé que algún día  buscarás el refugio de mis brazos abiertos,  y tendrás que ser mío, aunque sea prohibido y secreto.

Mi café tiene tus restos, mi corazón te reclama, no demores todo esto, necesito  de tu calma. Mis mañanas serán tu pretexto, mi sentir que es tuyo acaricia mi contexto, para quedarte  en mi casa. Eres piel  que siempre quiero, eres sol junto a mi cama, sabes bien que te prefiero  aunque tengas  cien moradas. No pretendas  ser mi cuento, quiero ser  lo que deseabas, ven conmigo, crearemos lugares y momentos donde seremos los dos un alma.
De pronto un día el corazón comienza a latir tan fuerte  que estremeces a su percusión,  sonríes al traer el recuerdo  de su rostro a tu mente, sí esas facciones fascinantes de fortaleza y hermetismo  que lo vuelven irresistible ante tus ojos. De pronto un día te sorprendes  sorbiendo el aire a bocanadas,  exhalando esperanzas e ilusiones.  Llega un día en que la mente viaja,  sueña el corazón, vives, sientes  y la sonrisa está decorando  tu rostro nuevamente,  porque llega un día que el amor  toca despacito tu puerta  mientras te inunda con sus mares de locura  en olas de múltiples sensaciones de cariño. Entonces lo abrazas en tus madrugadas porque en sueños puedes sentir su piel,  besar su boca,  sentir en el estómago mariposas... Puedes incluso sentir su perfume y lo mejor... cuando despiertas  te quedas con la sensación  de ese ilusorio encuentro  que por un momento acorta la distancia,  por un instante la sensación de vacío  se pierde en la nada porque de algún modo,  en esencia...  Él siempre está contigo.

No quiero ser tu amigo. Quiero ser tu único amor, solo eso te pido, mitigaré tu gran dolor. Mi sentimiento es puro pero tú no lo quieres. Te amo demasiado, lo juro. Acepta, así no me hieres, dame una sola oportunidad de demostrarte mi sentimiento, te lo digo de verdad.
Te amo,  es lo que siento, no me ignores. ¿Qué haré para que comprendas? Te daré mis momentos mejores, te rogaré hasta que lo entiendas. Por ti, por tu amor lucharé, no me daré por vencido. Aunque no se pueda, aunque sea secreto insistiré ahora y hasta tenerte conmigo.

No recordarás nada de esto, o lo negaré hasta que sientas lo mismo, pero seré tu sueño y tu realidad, me tendrás desnudo frente a ti en alma y cuerpo. Aprenderemos a moldear con las manos y gemiremos los más bellos cantos, una canción renovada colmada de pasión y deseo. Quiero que tus besos sean el sino de mi piel, que aceleres mis latidos al compás de los tuyos, caminar tu senda, correr tus celajes, ser tu horizonte de anhelos a mis ansias. Hazme tuyo que yo lo haré y seré a cada momento, descubre mis secretos, que mi cuerpo sea tu lienzo, tu instrumento, deposita en él tus mayores deseos.

Esta mañana el sol me despertaba, aún enmarañado entre sueños buscaba las huellas imborrables de tus caricias en mi piel, los diez suspiros soñados que aún permanecían en mis labios, mis manos buscaban por mis sábanas los "te quiero" que quietos, inmóviles, se quedaron sin decir en la garganta, sin darme cuenta, mis dedos se deslizaban por mi pelo, estaba lleno de tormentas colmadas del perfume, y por mi  cuello se deslizaba ese nudo que nacía en mi garganta al ver que tú no estabas, quise poner los verbos que me nacían del alma en las manos de otro alguien, pues las mías no podrían describir en dónde han quedado tus besos, tu mirada y tus deseos, presos se quedaron  del sueño que sigue girando libre en mis adentros, donde formas parte de mi vida. Eres mi sueño de amor, tú  has llenado el vacío inmenso de mi vida, has hecho de mi mundo un universo con caricias perfectas, frases nacidas en la oscuridad de tus noches, has coloreado mis sueños con los colores de la pasión y has escrito páginas de ternura en mi piel, todo eso amor mío lo eres tú.  

__Pedro, ¿quién eres?

__ Tu ángel guardián y el demonio.

__Discurre el día de forma lenta, en total monotonía. El paisaje gris y lluvioso envuelve el entorno con una atmósfera de melancolía a pesar de estar en primavera.
¡Si pudiera cambiar el mundo !
De forma clara y transparente, lo haría. Es triste, desolador y desesperante estar oyendo los desastres y las guerras actuales en la televisión todos los días. Más las vicisitudes personales con las que te va marcando la vida.
Echo mis pájaros íntimos a volar y les pido que busquen para mí, rutas ensoñadoras e ideales donde todo discurra de forma justa y sistemática y donde los valores tengan cabida.
Me doy cuenta de que estoy entrando en un proceso de ensoñación donde las imágenes y las aspiraciones que persigo y me dan placer no son reales y no las consigo, pero por otra parte, pienso que no debo renunciar a querer aspirar a un mundo más justo donde impere la paz.
Esto es lo que se llama utopía.
Cuyo significado según acuña Quevedo -no hay lugar- . La usamos frecuentemente en nuestro hacer cotidiano como argumento a la hora de discutir de diferentes temas, sobre todo en política.
¿Para qué sirve la utopía?
Hay una definición que leí, de Fernando Birri, muy acertada y hermosa que decía:
La utopía está en el horizonte.
Si das diez pasos para llegar a ella, se aleja diez pasos y si retrocedes, lo mismo. Por lo tanto es inalcanzable. Sirve para caminar.
Pues continuaré caminando, para retener los instantes de sabias voces que aconsejen y disipen con sus sugerentes palabras los incomprensibles problemas de nuestro día a día y mandar nuestra energía y ejemplo para ver, si así llegamos a lograr un mundo mejor.

__Lo intentaremos, pero no podremos cambiar el mundo, Guillermo.

Y si lo que deseo y creo se da, deberemos en ese momento, en algún momento optar, por nosotros o por mejorar el mundo, porque, nuestro amor será censurado.

Juez y parte a la vez no es valedero, se requiere lo imparcial para juzgar y esa ley no aplica en el amor sincero, solo se puede involucrar quien ama. No hay tribunal competente en el amor,
diferencia solo las partes le hacen frente, si se busca otra instancia existe el dolor, el amor véanlo bien no está presente. Los litigios son la muestra indudable de farsa en una parte o en ambas, no es paradigma de una unión loable, seamos honestos al amor. Solo testigo es Dios y la conciencia, no usen a otros que se prestan a inmiscuirse en una audiencia. El amor no tiene tribunal no necesita, es de la magia y accesorios la varita, es dulce delicioso, quita lo amargo, es la sensación más bella y exquisita.

__Dejar que todo suceda, observar, esperar y trascender mirando la gran ventana del universo  para entender que no puedo quitar ni adelantar ni un solo minuto del reloj. Que se desprenda de mí lo que no me pertenece,  y que pueda tomar con más fuerza  aquello que me ha sido asignado por el Soberano. "Vivir y sentir en plenitud, es mi meta". Grita el silencio callado, tu ausencia presente evoca  en las manos que lloran recuerdos que se niegan a ser olvidados. Apnea de jadeantes suspiros,  se hace verbo el latir que brota, salpicado en el oleaje del deseo, traición de los labios que te nombran. Oculta en la negrura de la noche, buscando un momento a solas, divagas recóndito en mi mente  deslizándote por mi piel sin ropa. Presa de este amor silente,  cae sobre mí tu aroma,  finas partículas pulverizan mi piel sudando espasmos que  afloran, efímeros segundos de placer que invoca el deseo.

Parecería muy fácil hablar del amor verdadero, de ese que perdura en el tiempo, que vence obstáculos y se siente en los huesos, pero realmente no es así. Para hablar acerca de esa clase de amor es puramente necesario haberlo experimentado, haber sido tocado con su encanto y haberlo disfrutado en todas sus facetas. Amar verdaderamente es entregarse por completo, es despojarse de todo lo que pesa incluidos los miedos, es abrir las alas y volar junto a quien amas en el mismo cielo. Amar de verdad es valorar a quien tienes a tu lado, convertirlo en la persona más importante para ti, hacerle sentir cada día cuánto es lo que darías por verle sonreír, hacer de su felicidad la tuya y demostrarle de mil maneras el amor que inspira y habita en ti. Amar verdaderamente es un obsequio que nace en el corazón de forma natural, sin necesidad de forzar nada, se trata de estar sin obligación pero con un compromiso real por amor, caminar hacia el mismo destino, apoyarse en todo momento, comprenderse mutuamente y respetar siempre los ideales de ambos.
Es tan sencillo amar de esa forma, aunque a veces parezca lo contrario, simplemente se debe tener la capacidad de abrir el corazón y vaciar lo que de ahí brota, amar de verdad es hacerlo con el alma. Es compañía silente, tu recuerdo,  sin nombrarte alcanzas mis pensamientos y  te adueñas de la memoria, lo hecho y lo fantaseado, la imaginación te percibe entre suspiros que te nombran,  acudes a los resquicios del olvido y atrapas anhelos no vividos,  despiertas las ansias de saberte entre mis horas palpitando anhelos... Eres más que un sueño eres el que convoca ilusiones dormidas entre congojas y decepciones,  puedo respirar con el aire que nace de las entrañas,  pulsan mis venas  el mismo latido pues no concibo  el existir sin hallarte como horizonte deseado que acapara  los deseos,  camino quimeras y realidades tras tus pasos,  solo quiero que sepas cuánto te pienso, Pedro y que lo olvides.

  __Estar a tu lado como hoy es extrañar la ausencia de tu amor, inhalar el mágico aroma que brotaba de tus poros, es como recordar lo que alguna vez fue, estar frente a ti es revivir la ilusión de  un gran amor, ahora el tiempo me habla de este gran amor que siento yo por ti, de tal forma que jamás lo había sentido antes.
Son las caricias que ya no recorren nuestros cuerpos, tu mirada inquieta que ya no me observa como aquellas veces de nuestro amor, o acaso es tu boca, que ya no tiene la pasión de devorarme, mis latidos y mis pensamientos, que hace tiempo eran melodías para mi alma.
Hoy le pido a tu corazón que me dé la oportunidad, de ser quien camine de tu mano y que nuestros sueños sean de los dos, que tus caricias sean solo para mí, es tan dulce tu amor que deseo ser el hombre de tu vida. Porque sé que lo he sido en otro tiempo, en otra vida que te conozco.
Estar a tu lado es la más hermosa experiencia de sentir el paraíso celestial una vez más, anhelo estar junto a ti y nuevamente te encontré, hoy recordé las tantas noches que te busqué pero al fin vives junto a mí.

___

Antonio Manero escuchó el relato de boca de tres personas distintas que habían asistido a la cena de la delegación rumana. Revisó entonces los periódicos de Nueva York y de Washington, pero no aparecía ni una palabra sobre el episodio. Alguien había intervenido para que no se publicara la nota. Tenía que ser alguien muy influyente.

Desde la pequeña celda que le habían asignado en el diario como despacho, marcó el número de Ian Villiers.

__Hola. ¿Está el señor Villiers?

__Sí. ¿Quién le habla?

__Antonio Manero.

__Un momento, por favor. __La secretaria regresó un minuto más tarde. __Lo siento mucho, señor Manero, pero el señor Villiers salió.

__ ¿Cuándo puedo encontrarlo?

__Lamentablemente va a estar ocupado todo el día.

__Gracias. __Cortó y llamó a una colega que tenía una columna de chismes en uno de los diarios. En Washington no pasaba nada que no llegase a oídos de ella.

__Linda, ¿cómo anda el diario trajinar?

__Sin mucho cambio.

__ ¿No pasa nada en esta ciudad de oro?

__No, no demasiado emocionante como crees. Está todo terriblemente muerto.

__Me contaron __dijo él como si no le diera mucha importancia __que anoche el embajador de Rumania tiró la casa por la ventana.

__ ¿Ah, sí? __Un súbito tono de cautela tiñó su voz.

__ ¿No te llegó ningún rumor acerca de nuestro embajador?

__No. Antonio, voy a cortar porque tengo un llamado en la otra línea.

La línea enmudeció.

Marcó entonces el número de un amigo que tenía en el Departamento de Estado y logró que la secretaria lo comunicara con él.

__Hola, Alfred.

__Antonio. ¿Cómo va la vida?

__Si quieres, nos encontramos en alguna parte y te lo cuento.

__Me parece bien. Hoy no tengo el día tan ocupado. ¿Quieres que nos reunamos en el Watergate?

Antonio vaciló.

__ ¿Por qué no mejor  en el Mama Regina, de Silver Spring?

__Apartado.

__Sí, precisamente.

Una pausa.

__Entiendo.

__ ¿A la una?

__Perfecto.

Antonio se hallaba sentado ante una mesa de un rincón cuando llegó su invitado. Alfred S., acompañado por el maître.

__ ¿Algo para beber, caballeros?

__Para mí nada __dijo Antonio.

Alfred S. era un hombre de mediana edad que trabajaba en el sector europeo del Departamento de Estado. Años atrás había tenido un accidente mientras conducía en estado de ebriedad y a Antonio le tocó cubrir la noticia para su diario. El funcionario estuvo a punto de arruinar su carrera, pero como Antonio ocultó la historia, S. desde entonces le demostraba su agradecimiento pasándole noticias confidenciales de vez en cuando.

__Necesito que me ayudes.

__Lo que quieras.

__Me gustaría  obtener información confidencial respecto de nuestro embajador en Rumania.

S. frunció el entrecejo.

__ ¿A qué te refieres precisamente?

__Hoy me llamaron tres personas para contarme que, en la recepción que dio anoche la embajada rumana, el embajador se emborrachó e hizo el papelón del siglo delante de lo más grande de la ciudad. ¿Leíste los diarios de esta mañana o la primera edición de los vespertinos?

__Sí. Se habla de la fiesta en la embajada, pero ni se menciona a Guillermo Graziani.

__Tal cual. El extraño incidente del perro en medio de la noche.

__No entiendo.

__Me refiero a uno de los famosos cuentos de  Sherlock Holmes. El perro no ladró. Se quedó mudo, como los diarios. ¿Por qué motivo un periodista de chismes iba a dejar pasar una historia tan jugosa? Alguien debe de haberlos hecho callar, alguien importante. Si hubiese sido otro funcionario el del episodio, la prensa se habría hecho un festín.

__No necesariamente, Antonio.

__Alfredo, piensa en este hombre que llega del campo, es tocado por la varita mágica del presidente y de pronto se convierte en un príncipe, o tres en uno. Reconozco que es fachero, pero no para tanto, es inteligente, pero no tanto. En mi humilde opinión, el hecho de dictar un curso de ciencia política en Kansas no habilita a nadie para que se convierta en embajador en uno de los lugares álgidos del mundo. Yo te aseguro que aquí hay algo raro. El otro día me fui a Junction  City y hablé con el comisario.

S: apuró su Martini.

__Me parece que voy a pedir otro. Estás poniéndome nervioso.

__Ya somos dos. __Manero pidió la bebida.

__Prosigue.

__El doctor Graziani rechazó el ofrecimiento del Presidente porque la esposa no podía abandonar el ejercicio de la medicina y, casualmente esta muere en un accidente automovilístico. El hombre está ahora en Washington y se apresta a viajar a Bucarest, tal como alguien lo planeó desde el principio.

__ ¿Quién?

__Ese es el meollo del asunto...

__ ¿Qué es lo que estás sugiriendo?

__Yo no sugiero nada, pero te cuento lo que me insinuó el comisario. A él le pareció insólito que aparecieran personas en medio de la noche helada, y justo presenciaran el accidente de la esposa de Graziani. ¿Y quieres saber algo más raro aún? Todos desaparecieron. Hasta el último.

__Continúa.

__Fui luego a Fort Riley para conversar con el conductor del camión que atropelló a la doctora Silvina.

__ ¿Y qué te dijo?
__No mucho, porque murió de un infarto. Y te abierto que tenía veintiséis años.

__Supongo que hay más todavía.

__Sí, por supuesto. Me dirigí al Departamento de Investigación Criminal de Fort Riley, para entrevistar al coronel quien además de haberse ocupado de la investigación que practicó el ejército fue también testigo del accidente. No lo encontré. El coronel fue ascendido y le dieron destino en el extranjero, pero nadie sabe dónde.

Alfred meneó la cabeza.

__Antonio, sé que eres un gran periodista, pero sinceramente pienso que esta vez estás exagerando, esto Graziani debe de saberlo. Tomas varias coincidencias y las utilizas para inventar un argumento estilo Hitchcock. ¿Crees que la asesinaron? Hay gente que muere en accidente de auto, que tiene infartos, y oficiales que reciben ascensos. Pretendes hallar algún tipo de conspiración cuando no existe.

__Al., Graziani no tuvo tiempo ni para enterrar a la esposa que ya estaba en el avión hacia el cargo, ¿no has oído hablar de una organización llamada los Patriotas para la Libertad?

__No. ¿Es algo parecido a las Hijas de la Revolución Norteamericana?

__NO. En absoluto __respondió Manero, sereno __.  A mí me llegan muchísimos rumores, pero en concreto no sé nada.

___ ¿Qué clase de rumores?

__Es una camarilla de fanáticos de derecha e izquierda, que ocupan altos rangos en países tanto del Este como de Occidente. Sus ideologías son diametralmente opuestas, pero lo que los une es el temor. Los miembros comunistas piensan que el plan del presidente es una estratagema capitalista para destruir el bloque oriental. Lo derechistas, por el contrario, consideran que ese plan es como abrir las puertas para que entren los comunistas a aniquilarnos, y por eso formaron la alianza, que de santa no tiene nada.

__!Santo cielo! No lo creo.

__No solo eso. También se dice que la organización está integrada por grupos escindidos de las agencias internacionales de seguridad. ¿Podrías hacer alguna averiguación?

__No sé. Puedo probar.

__Te sugiero que obres con máxima discreción, porque si estos… patriotas, realmente existen, no creo que les haga mucha gracia que alguien ande averiguando.

__Cuando sepa algo, te llamo, Antonio.

__Gracias. Ahora pidamos la comida.

Alfred S. tomó con escepticismo la teoría de Antonio Manero. Los periodistas siempre andan buscando el ángulo sensacionalista de la noticia, pensó. Si bien estimaba a Antonio, no tenía idea de cómo hacer para rastrear datos sobre una sociedad que quizá perteneciese solo a la ficción. Si existía, debía figurar en alguna computadora del gobierno, él no tenía acceso a las computadoras restringidas. Pero conocía a alguien que sí, recordó de pronto.

Voy a llamarlo.

__

Alfred iba por su segundo Martini cuando José Miller entró en el bar.

__Lamento llegar tarde pero tuvimos un pequeño problema en la CIA.

Miller pidió un whisky puro y su amigo otro Martini.

Era el jefe de la sección Rusia de contrainteligencia de la Central, y estaba trabajando en el desarrollo de un algoritmo para la detección de contactos que se decía que manejaban cinco agentes encubiertos rusos por cada uno, intentaban invadir las computadoras de alguno.

Ambos se habían conocido porque la novia de Miller y la esposa de Alfred eran compañeras de la oficina y de habían hecho amigas. Miller era la antítesis de Alfred. Uno se dedicaba a mortíferos juegos de espionaje, mientras el otro era un burócrata de escritorio, precisamente por ser tan diferentes disfrutaban de la mutua compañía y, de tanto en tanto intercambiaban algún dato de información útil. En los primeros tiempos, Miller parecía un hombre divertido, interesante, pero, en algún momento de su vida hubo algo que le agrió el carácter. Se convirtió en un reaccionario amargo.

S. bebió un sorbo de su Martini.

__José, necesito un favor. ¿Podrías hacerme algo en la computadora de la CIA? A lo mejor no encuentras nada, pero le prometí a un amigo que lo intentaría.

Miller sonrió para sus adentros. El pobre tonto seguramente quiere saber con quién se acuesta su mujer.

__Cómo no. Te debo varios favores. ¿Sobre quién quieres averiguar?

__No es sobre quién sino sobre qué, y probablemente ni siquiera exista. ¿Has oído hablar de una organización llamada los Patriotas para La Libertad?

José Miller apoyó lentamente su copa.

__Te confieso, que no. ¿Cómo se llama tu amigo?

__Antonio Manero, un periodista del Post.

A la mañana siguiente, Manero tomó una decisión y se la comunicó a Paola.

__O tengo la nota del siglo, o bien no tengo nada. Ya es hora de que me saque la duda.

__!Qué suerte!

El periodista llamó a Guillermo.

__Buenos días, doctor. ¿Se acuerda de mí? Soy Antonio Manero.

__Sí, cómo le va. ¿Ya escribió su nota?

__Por eso mismo lo llamaba. Fui a Junction City y reuní cierta información que seguramente le interesará.

__ ¿Qué clase de información?

__Preferiría no mencionarla por teléfono. ¿Podemos encontrarnos en alguna parte?

__Tengo una agenda tremendamente ocupada. A ver… el viernes por la mañana me queda media hora libre a las once. ¿Puede ser?

Dentro de tres días.

__Sí, puede ser.

__ ¿Quiere venir a mi despacho?

__ ¿Qué le parece si nos reunimos en el bar de debajo de su propio edificio?

__De acuerdo. Hasta el viernes, entones.

Se despidieron y cortaron. Un instante después se oyó un tercer clic en la línea.

__

No había forma de tomar contacto directo con el organizador. Él había instruido y financiado a los Patriotas para La Libertad, pero jamás asistía a las reuniones y permanecía siempre en el anonimato. (Miller lo había intentado), y una grabación que decía: “Tiene sesenta segundos para dejar su menaje”. Ese número solo debía de usarse en caso de emergencia. Miller buscó el teléfono público e hizo el llamado.

El mensaje se recibió a las seis de la tarde.

En Buenos Aires eran las ocho de la noche.

El organizador escuchó dos veces el texto, luego marcó un número. Lo atendió la voz de Ana Acevedo.

__ ¿Sí?

__Soy la persona que habló con usted en otra oportunidad para enviarle un mensaje a  Ángel. Tengo otro contrato para él. ¿Puede transmitirle en seguida?

__No sé. __Parecía ebria.

Qué mujer de mierda.

__Escúcheme. __Se expresó pausadamente, como quien le habla a un niño pequeño. Dígale a Ángel que este encargo lo necesito de inmediato. Quiero que…

__Espere un minuto. Tengo que ir al baño.

El director oyó que soltaba el auricular y no le quedó otro remedio que aguardar, con el mayor desagrado.

Tres minutos demoró ella en volver.

__La cerveza siempre me hace orinar mucho __explicó.

El hombre apretó los dientes.

__Esto es muy importante __dijo. Tenía miedo de que ella no fuese a recordar nada. __Busque, por favor, un lápiz para anotar lo que le digo. Voy a dictárselo muy despacio.

__

Esa noche Guillermo asistió a una cena que daba la embajada de Canadá. Cuando se retiraba de la oficina para ir a su casa a vestirse, James Stick le había ordenado:

__Le sugiero que esta vez pruebe apeas un sorbo en los brindis.

Después de haber llegado a la fiesta sintió deseos de haberse quedado con Fabián y Malena. No conocía a las personas sentadas a su mesa, buscó a Pedro, tampoco estaba. A la derecha tenía a un magnate griego de la industria naviera, a la izquierda a un diplomático inglés.

Una mujer de la sociedad de Filadelfia, cubierta de brillantes le preguntó:

__ ¿Qué tal está pasándolo en Washington, señor embajador?

__Muy bien, gracias.

__Debe de sentirse feliz de haber podido escapar de Kansas.

Guillermo se quedó mirándola sin comprender.

__ ¿Escapar de Kansas?

__Yo nunca fui al medio oeste __prosiguió la mujer__,  pero me imagino, que debe de ser espantoso, con tantos agricultores y ese paisaje aburrido de maizales y trigales. Me llama la atención que lo haya soportado tanto tiempo.

Guillermo se enfureció, pero se contuvo.

__El trigo y el maíz que usted menciona __respondió en tono amable __; son los que alimentan al mundo.

La mujer prosiguió con aire condescendiente.

__Nuestro autos funcionan con nafta, pero a mí no me gustaría vivir en los campos petrolíferos. Por razones culturales creo que hay que vivir en el este, ¿no? Hablando sinceramente, en Kansas, a menos que uno se dedique el día entero a levantar la cosecha no hay ninguna otra cosa que hacer, ¿no?

Los demás comensales escuchaban con interés.

“¿Qué no hay otra cosa que hacer? Guillermo evocó los paseos campestres, las ferias zonales, los dramas clásicos interpretados en el teatro de la Universidad, los picnics domingueros en el parque Milford, los campeonatos de softball de Fabián, la pesca en las claras aguas del lago, la banda que iba a tocar en la plaza, los bailes folklóricos, la emoción de la época de la cosecha… los paseos en trineo durante el invierno, los fuegos artificiales del 4 de julio que iluminaban el límpido firmamento”.

__Si nunca estuvo en medio oeste, entonces no sabe nada de lo que hablar, porque eso es lo más típico de nuestro país. Estados Unidos no es Washington, Los Ángeles ni Nueva York, sino por el contrario, son miles de kilómetros  de pueblitos que nunca se oyen mencionar los que hacen grande  a nuestra nación.  Y para su información, le cuento que cultivamos algo más que trigo y maíz, cultivamos el espíritu de nuestros ciudadanos rectos y probos.

__

__Se habrá dado cuenta de que injurió a la hermana de un importante senador __le respondió James Stick al otro día.

__No lo suficiente _respondió Guillermo, desafiante __. No lo suficiente.

__

Jueves por la mañana. Ángel estaba de mal humor. El vuelo de Buenos Aires a Washington se había demorado debido a una amenaza telefónica de bomba. El mundo ya no es un sitio seguro, pensó, enojado.

La habitación que tenía reservada le pareció demasiado moderna, demasiado… plástica. En Buenos Aires, en cambio, todo era auténtico.

“Termino este contrato y me marcho a casa. La tarea es sencilla, casi un insulto a mi talento, pero la paga es excelente. Esta noche tengo que encamarme. No sé por qué, pero matar… me excita”.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO ESCENAS EXPLÍCCITAS.