domingo, 5 de mayo de 2019

“SINO”. CAPÍTULO SEXTO.


“SINO”.

CAPÍTULO SEXTO.

Me gusta el amor dulce y peligroso. De esos que te pueden llegar a matar. De esos que dan miedo a enamorarte. Me gusta el amor que pesa en el pecho y arranca suspiros con gusto a su aliento. Me gusta el amor de verdad, porque solo conozco una manera de amar.

-Brando. Bocanadas y Besos.


“No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje,
perseguir los sueños…” Mario Benedetti.


_ ¿Guille? ¿A dónde estás? _interrogó Beto pasándole una taza de café amargo.

__Por allí, pensando…
__En Juan, Guille, ya está, queremos que vengas  a pasar el verano con todos pero bien.
Todos lo extrañamos, sabemos lo que disimulas para no hacernos padecer tu dolor, pero tienes que reponerte, pasarla bien.
__ ¿Y si te dijera que no estaba pensando en Juan?
---
Pedro rompió el contacto visual y se alejó con el único objetivo de poner distancia. Se detuvo en la puerta y no delató su presencia. Guillermo hablaba al amigo de él.

__ ¿Podemos confiar, Guille? ¿Qué sabemos de ese chico?
__Yo  sé de dónde viene, es de mi plena confianza, hasta hace un mes él tampoco sabía si podía confiar en mí, no hay tiempos para esto, Beto.
__Gaby me llamó para advertirme  de que es hermoso, al parecer estaba con Isabel en un bar y te vio, los vieron _expresó Beto__. Pero nunca imaginé que tanto, ella dice que solo ha visto pibes así en las revistas, que te tiene obnubilado _concluyó.

__ Su belleza es indiscutible, pero es mucho más que eso _ acordó Guillermo_. Pedro es noble, valiente, es inteligente, y con una gran belleza interior, lo que ven es reflejo de su alma.

Pedro sonrió, sobrecogido por el anhelo de echarse en sus brazos y besarlo.
__ ¿Te pasan cosas fuertes con él, verdad? _ dijo Alberto__. Si va a pasar las vacaciones con nosotros sería  bueno  que al menos yo lo vaya sabiendo Guille, me temo que los demás no estarán dispuestos a darle carta blanca, sabes cómo querían a Juan.

__Juan está muerto, creo que todos saben lo que he sufrido, pero sí me pasa de todo con Pedro, como nunca antes, y vos sabes lo inusual que es eso.
__Lo sé, pero es el hijo de gente que admiras, y lo conociste ayer, Guille, ¿por qué no te tomas un tiempo y ves cómo va todo? Me sorprende tu comportamiento cuando siempre sos tan cauto y prudente. ¿Qué está sucediéndote? ¿Qué es toda esta locura? No sabemos quién es y podría peligrar tu carrera.
__Son abogados, ¿no es así? Investíguenlo si es lo que quieren, pero por Dios, denle y  denme una posibilidad. ¿Te acuerdas  de cuando me contaste acerca de lo que sentiste cuando viste a Gaby por primera vez? __dijo__. “La vi, y de pronto la vida me pareció más hermosa que nunca”.

__Lo sé, Guille, y así es, pero ¿qué harás si él no te corresponde, si cuando lo sepa su padre se aleja? ¡Ni siquiera puedes tocarlo! _masculló entre dientes y con aire exasperado.

__No sé qué haré, su fobia sanará, y lo que sí  he comprendido es que no puedo seguir con la mentira que ha sido mi vida desde la muerte de Juan. Quizá Pedro llegó para sacudirme y sacarme del sitio en que estuve escondiéndome estos años por temor a sentir de nuevo, por la culpa que me corroe aún. ¿Es que debo pasar toda la vida sintiéndome culpable por la muerte de Juan? ¿Y si nunca tuvo que ser él, si no soy el responsable, si fue el destino, si tenía  que ser así? Beto, sos mi mejor amigo, dame una oportunidad. No importa lo que será  de mí ahora, solo sé que estaba ahogándome y siento que he hecho lo correcto. Ya no cumplía mis obligaciones, mi vida se había convertido en un suplicio fuera del personaje de turno, un castigo, a menudo en cada relación me sentía un hipócrita, y con Pedro me siento en paz, con él, pero sobre todo en paz conmigo, es como mi refugio, un remanso, un oasis, como estar de nuevo en casa.

El corazón de Pedro bombeaba a tal velocidad que lo sentía latir en el pecho, pero también en la garganta, en los oídos, con dos fuerzas dentro de él, una dicha que conocía desde hacía muy poco, desde que ese hombre entrara a su vida, y el miedo, fiel compañero de años, y temía no estar a la altura de las circunstancias y al fin decepcionarlo, miedo de que el final  todo acabase en la nada.
Se retiró con sigilo y se dejó caer en el sofá, como a menudo hacía estaba en la casa de él, pensaba seriamente en vivir con él, aunque antes deseaba que le contara todo de ese Juan, no sabía por qué ese sentirse culpable, era algo que Guillermo tenía que liberar.

“Un cielo plomizo es mi amanecer, la ciudad parece despertar con la pereza de un día feriado, aroma de un café recién preparado se me antoja, parece nada querer faltar por los rincones del departamento, despierto la música de varios años pasado para que sea una compañía en esta mañana fría, le doy la bienvenida al día abriendo las cortinas, la tímida luz va alejando la aún dormida oscuridad de la habitación.
A lo lejos parece estar amándose el mar y los nubes, con descaro parece se reparten caricias y abrazos, se confunden en un solo color, se estarán entregando el calor y frío.
El vapor del café que quiere perderse en el aire, ser parte del cielo de nubes, mi tibia exhalación que empaña el cristal… la vieja melodía que me trae recuerdos pasados, por momentos algo me hace pensar, ¿qué más me está faltando?
Una lluvia de letras invade mis pensamientos, la música me lleva, el día me nutre y el café hidrata todo esto que fluye trazo tras trazo… la melodía es una invitación a moverse a su suave ritmo, como el mar, perdido en el abrazo a tu cuerpo… las nubes grises indudablemente llevan a querer buscar todos los colores bellos en tus ojos y el café, a beberlo de tu boca, que quite la pereza de la mañana.
Ya ves, un distinto cielo, un distinto tiempo allí a ti te despierta… aquí en un ambiente vestido de armonía, música vieja llenando de sonido la casa, un cielo de plomo que tiñe de gris el mar y en el horizonte parecen amarse, un aroma de café que quiere desperezar los sentidos… y en la piel, guardado entre los brazos este calor de amor que quisiera ser tu abrigo, en los labios los besos que por ti esperan se ahogan en el café… aquí todo parece estar en armonía… tan solo aquí me faltas tú.

Dos encajados mundos con pálpito corazones, pronto serían un volcán de erupción ante lo inevitable: la entrega a la pasión de dos cuerpos que en guerra inevitablemente se atraían para acabar exhaustos uno al lado del otro contemplándose como si se conocieran de mucho antes.
Dulces miradas incitaban caricias, mientras dos mentes jugaban a los ingenios de la conquista.
Vinieron la entrega de salivares compartidas entre caricias, y como tambores que anuncian guerra; se escuchó el palpitar de nuestros corazones.
Me sentí tan dentro de ti, que se mezclaron quejidos similares a fieras heridas en despeñaderos donde el amor puede ser suicida.
Las estrellas daban rienda suelta a la imaginación, mientras respiraciones fuertes y a veces entrecortadas, daban la sensación de leves y quejosos cuerpos moribundos.
La luna se asomó, pero casi de inmediato se ocultó tras una nube, no queriendo ser testigo de una privacidad donde los luceros y estrellas seguramente buscarían involucrarla en la guerra de dos cuerpos que se debatían en un duelo que no parecía terminar, y donde todos esperaban un final sin precedentes.
La escuálida luna volvió a asomarse, quizá curiosa, entonces solo encontró dos cuerpos desnudos que parecían inertes, entonces se volvió a ocultar para no ser testigo de lo que parecía una tragedia.
Dos cuerpos yacían consumados en carne trémula que poco a poco iban entrando en relajación y misterio.
¡Vete lucero que estrella no te ama porque como astros, solo son invitados de honor a las funciones de humanos de la tierra!
Solo tienen derecho a contemplar nuestro mundo y engalanar nuestros cuerpos que agradecidos, señalan un par de astros que se asemejan a dos enamorados que solo se alcanzan a tocar en el paroxismo del amor.
¿Dónde estás mi amado que hoy pareces astro escurridizo y yo un peregrino sin rumbo?
Quiero saber del dulce pecado al que se someten dos cuerpos que saben luchar cuerpo a cuerpo en una guerra sin cuartel ni limitaciones.
Seguiré soñando despierto mientras estés en un cofre de rico amor, acumulado para nuestro encuentro que, puede ser el beso gélido de la muerte cuando expire en el lecho de olvido.
Contigo me tatuaría el alma sin dejar de lado los grabados y surcos en la piel, que son arrugas coleccionables a través de los años recorridos a mi lado, juntando besos caricias y emblemas de amor: los hijos.
Esos perfumados besos con néctar de amor y fragancia corpórea, son experiencias inequívocas para la embriaguez de amor que muchas veces nos llevó a la cima.
No te aflijas por las condecoraciones que en arrugas te han de ofertar los años; son mapas y la fiel muestra del camino andado que, como senderos fueron marcando territorio para apócrifos de tu cuerpo que nadie más que tú y yo desciframos a través de las caricias.
Y para que otros develen el misterio, deberán seguir nuestro ejemplo como única manera de ir develando la luz de la verdad y el camino del peregrino.
 
Y para entonces, ya estaremos muy avanzados siendo mitos en la historia de un amor tatuado con terreno virgen que jamás persona alguna poseyó, que no fuera este humilde conquistador de un mundo virgen.
Puedes estar tranquilo mi rey, que sin ti me hubiera perdido en aquel mundo de horror y pecado, donde las cofradías se han vuelto mercadería pobre en cuerpos hechos baratija de mercaderes corporales.
 
Ven, toma mi mano y sonríe al mundo, que la conquista fue nuestra, y alguien llegará un día donde nos encontramos hoy, entonces, se repetirán nuestras hazañas como coros de gloria celestial para las conquistas por la vida, y así; el mundo será un tapete condecorado con nuestro  amor, donde caminarán quienes más adelante seguirán ese mapa que guía al norte a quienes nos han de honrar pisando nuestro suelo que será como nuestros despojos y vestiduras en jalonando al nuevo mundo.
Las guerras de amor se valen, pero en el lecho y a través de dos cuerpos que se sumergen en él apasiona libido del amor puro”.



Cuando Guillermo se acercó,  le tendió la mano, y tomó esa mano fuerte como todo él, grande mas esbelta, de largos dedos, y lejos de cualquier malestar,  cualquier asomo de pánico se fundió en la felicidad que reflejó la mirada de Guillermo por su confianza.

__Después que logré escapar de casa _ dijo Guillermo__, tampoco soportaba el más ligero roce.

__ ¿De veras?
__Tampoco soportaba que personas extrañas se aproximasen demasiado. Es normal que las víctimas de maltrato, abusos, no deseen el contacto o se vuelquen a artes marciales, por eso quizás estudiaste taek wondo y boxeo_ le dijo sonriendo__. Fui superándolo con el tiempo como lo superarás vos cielito.

__Es lo que más deseo Guille, aunque ya poder tomarte de la mano y abrazarte me hace feliz. Y quiero que sepas que pese a lo que opina mi madre, a que tal vez si mi padre se entera no me vuelva a querer ver… conocerte me ha hecho feliz _dijo al fin incapaz de reprimir la alegría.

Se contemplaron en el silencio y la penumbra rota solo por la luz de la luna, el peso de la mano en la otra se convertía con el transcurrir de los minutos en una sensación familiar y reconfortante.
¿Qué magia poseía ese hombre que se había ganado en poco tiempo lo que había estado perdido por la eternidad?

__Si no supiese que es demasiado prematuro para los dos, te besaría, te apoyaría contra la pared y te devoraría los labios, ¿sabes que sos perfecto, verdad? __Pedro sacudió la cabeza negando__. Sí, lo sos, y esos labios son imanes para mis ojos _afirmó.

__ ¿Te duele Juan demasiado aún?
__No desde que apareciste, o quizá ya desde antes el dolor intolerable, o la ira y desesperación se había convertido en un dolor sordo por la incredulidad del hecho, en una profunda pena, tristeza con la que estaba convencido podría convivir el resto de mi vida, pero fue muy duro.
  Llevaba los guiones al departamento, trataba de decidir si preparaba algo para comer, y sin embargo parecía como si ya nunca comiera, excepto cuando mis amigos me convencían, tampoco dormía sin verlo u oír su risa, sus bromas, lo mismo daba comer que no comer, vivir o morir, me limitaba a pasar de un día al siguiente, y las noches se hacían eternas.
Cuando ya llevaba casi un año de su muerte empezaba a pensar si alguna vez me sentiría mejor. La pena que sentía unida a la culpa parecían no tener fin, y por las noches me quedaba tumbado en la cama, llorando, no era capaz de concentrarme en una línea de un guión, a veces dormitaba de madrugada o pasaba despierto hasta que amanecía.

Mudarme a esta casa fue un acierto, dejar de regodearme en el sitio, en sus cosas, donde respiraba su aroma y era como conservar algo de él, y aun así supe que lo había traído conmigo, que formaba parte de mí, de cada pensamiento y reacción que tenía. De la forma en que veía las cosas, de lo que creía y quería. A veces sentía que yo era él. Todo lo veía con sus ojos. Me había enseñado tantas cosas… A veces pensaba si no sería por eso que él había muerto, porque me había enseñado todo lo que tenía por enseñarme. Aun así aquel pensamiento no hacía que me resultara más fácil nada.
 Lo añoraba terriblemente y el dolor era insoportable. Nada lo aliviaba. A veces conseguía apartarlo unas horas, cuando estaba con Marcos o Alberto o cuando iba a trabajar, pero siempre seguía allí, esperándome como un viejo amigo, era esa pena que acechaba en todas partes esperando para saltar sobre mí. Era una batalla que no parecía que pudiera ganar, era siempre el dolor el que seguía ganando. Luego de meses, Marcos estaba ocupado con Solange, que es mi ahijada, Beto y Gaby enamorados necesitaban espacio, a veces seguía pasando una noche de la semana con ellos, lo pasaba bien pero eso también me hacía sentir solo, me recordaba que yo tenía algo similar y que podría haber tenido hijos con Juan, que ya nunca podría tenerlos. Ellos caían sin avisar, me invitaban a comer,  sabían que lo estaba pasando mal, y yo me negaba a salir, no gracias, decía, me he traído el papeleo del trabajo, pero cuando me veían estaba pálido, cansado. Sabía que trataban de ser buenos conmigo pero no estaba de humor para ver a nadie y cada vez iba a peor. Había dejado de hacer ejercicio, no había estado en el cine nunca más ni para ver mis películas. Era  sentir como si al llevar una vida normal le fuera infiel, y aumentaba la culpa. Y fue pasando el tiempo, hasta que te vi, Pedro. Siempre lo voy a recordar, y a querer, pero desde que te amo, me despertaste, antes era como un ser frío, distante, incapaz de comprometerme necesitaba mantenerme alejado de los sentimientos, teniendo el control, era como estar bajo el agua, oía los sonidos lejanos, las sensaciones como con anestesia, era un autómata, vos me diste la mano, mi hiciste ver la luz del sol precioso, y sé que esto va a traer problemas, ya tu madre lo dijo, pero ojalá la fuerza del amor les gane a todos. Si no sobrevive… no sería amor, si no resiste, pero creo que sí.
Ese hilo invisible del que hablan creo envuelve y ata las almas. Cuando veo la luna, le cuento mis deseos,  me gusta hablarle, porque me trae recuerdos, yo de día y de noche siempre pienso en ti pues eres la razón que necesito para vivir, no sé cómo has logrado  que te ame tanto así… tu voz,  tus palabras, me hicieron sentir, tus palabras tiernas, casi pierdo la razón, no encuentro explicación. Nuestro amor es, como el de la luna y del sol, tú allá en la distancia, yo aquí con un sueño de amor,  un hermoso sueño  que me hace suspirar y del cual nunca quisiera despertar, quisiera cuando las estrellas salgan a brillar darles mis labios, y miles de besos te vayan a dar porque de distancia no sabe el corazón cuando ha sido unido  con el hilo del amor, ese hilo invisible que une al corazón con un amor eterno, que lo llena de sueños e ilusión,  un amor que mantiene  el alma viva que nunca muere, para que el sueño siga.  Y sé, quiero creer que es nuestro sino, que será aceptado y posible.
__Te contaré una historia que no está escrita aún en el tiempo,  está esperando a que abras los ojos y mires mucho más lejos  allá donde no lo hiciste y solo prendiste el alma en tu cuerpo y si quieres dar la vida al corazón no hagas caso de consejos. Fíjate en quién los da y luego sácale la conclusión a todo ello,  que si sale mal sea ese error propio y no de otro al no tenerlo,  nadie sabe del mañana y muchos se conforman de un destello  por miedo a tener el sol entre las manos sin lograr contenerlo.
No temas al que dirán, si tu sonrisa digna envidia del viento  se muestra a gusto en cada verbo porque has de negar el cielo, ¿acaso son ellos quienes te dan las alas o solo hacen el intento  si solo aconsejan lo que mal hicieron y no saben dar consuelo?
Quizá  no logré ser el dueño del latido que ocultas en el pecho  pero puedo darle un ritmo que nunca has sentido tan intenso,  mas si guías de opiniones no será eso que es tuyo por derecho, por un qué dirán si te ves feliz al ir por ahí sin hacer consenso. ¿Acaso deseas contentar a otros que del amor ni saben de eso  que ahora amargos son sus días cuándo dulces se los dieron?  No te creas sus palabras que la envidia es mala en su proceso,  sí,  al no tener para ellos de todo,  lo peor a su mundo le dijeron. Mas dicen ir entendiendo sin tener idea del sabor de un beso  que se da con el alma siendo ella misma quien logra hacerlo,  así que no seas tonto,  si algo te gusta no dudes en ese receso,  puede que para después ya sea tarde y solo consigas perderlo.
__Entretejidas tengo en mi alma palabras que me anudan los sentidos, pidiéndome a gritos que escriba para ti  ese libro  de amor en las coordenadas perfectas para que se instalen en ese corazón tuyo prisionero en ese océano de soledad.
Hoy, y como siempre te escribiré desde mis entrañas, ahí donde nacen todas las cosas buenas, te escribiré bajo el influjo de esta luna llena que me inspira, abriéndome siempre las cortinas espesas y negras de la noche, tras ellas estaré esperándote y soñando, un aquí estoy vida mía, mi primera entrega será mi ternura, te besaré lento como tú me sueñas en un beso enamorado, luego, la segunda entrega será el tacto de mis dedos acariciando tus labios que se mueren en los míos, seguidamente mis brazos te acogerán dulcemente para seguir soñando los dos hasta hacer realidad nuestro sueño de amor.

Anudaré y tejeré sueños de amor aquí en mi alcoba, detrás de mi ventana asoma la luna, aquí, tengo todo lo necesario para embarcarme en mi barca del olvido, la que me lleva a tila que nunca naufraga por mucha niebla espesa que haya, porque llena de sueños navega, la que siempre regresa a puerto donde el amor me espera, para llenarme de tu amor.
Te amo. Aprendí del amor que se consume  sin tiempo. Que te descubre  sin escondites.
Que no te deja fronteras.  Sin recorrer ni cuerpos escondidos. Que te fabrica lágrimas
impensadas. Que funde dos cuerpos en uno.  Que se sabe necesario que sabe que si es real  es el final del recorrido. Es la historia terminada,  la pasión sin más posibilidades.
Aprendí  después de mucho  que el amor  solo tiene un secreto…  vivirlo cuando llega.
Esta noche no soñé contigo amor, el insomnio se apoderó de mi ser, de mi pensar y razón, solo en ti pensaba, hoy no pude amarte vida mía, esta noche no tuve ese sueño donde tú  lo eres todo para mi ser, mis brazos te pertenecen y desnudos de ti sentían frío, la noche me robó  tus labios, tus besos, su negrura me  marcaba el  camino al infierno en mi desvelo, donde la pasión y el deseo se habían quedado fuera de mi ser y conciencia, yo quería soñarte,  quería darle vida a esa locura de amor, donde en mis sueños me perteneces, donde las primaveras nacen con su fantasía desnudando nuestras almas en la entrega enamorada de un beso lento, hoy, no pude soñarte amor mío.
Esta noche no has sido mi sueño, no he tenido tus ojos, ni tus dedos recorriendo mi espalda, esta noche amor, moría en tu olvido, mis besos se quedaban en mis labios vacíos de ti, esta noche, no sonaban para mí melodías de amor, solo una sombra de duda y celos invadía mi mente, celos de  la luna y ese cielo que cubría tu espacio donde yo no hallaba cobijo para amarte vida mía.  Esta noche no te tuve amor, vuelve a mí.
El amanecer me hace sentir dichoso al sentir tus besos alborotando  mi ser.
__No te desvíes de Juan que tenemos que preparar  las cosas y luego estarán tus amigos presentes, necesito saberlo todo para poder saber a qué atenerme.
__Lo sé precioso, no  quiero otra cosa para hallar el olvido, o ese no pensarlo sino que se quede quieto en algún rincón del alma o la mente. Anclo entre mis brazos miedos que producen los nervios de vivir,  tormentas que florecen dentro de mi alma que  naufraga sin rumbo por un mar de indecisiones. Nos conquistan vientos infernales sin juicio que nos obligan a olvidar deseos imposibles. Sintiendo el paladar de aguas infectadas por demonios que nos imponen beber su veneno, llevándonos al éxtasis de lo absurdo introduciéndonos la muerte en nuestros cuerpos. Como miserables sin sentimientos vemos a lo lejos esa distancia que perdura entre el abismo y arenas movedizas,  luchando por obtener una entrada en este teatro infame que es la vida. Los espacios entran al juego de la nefasta mentira en tiempos de baile y canto, donde sin cansarse nos deleitan con una verdad en sus verbos nunca encontrada,  pero no importa,  me sigue convenciendo y quiero que nunca me suelte, caeré siempre rendido a sus pies. En esta batalla entre la soledad y la melancolía quien sufre es el corazón, y a pesar de eso mantiene su seguridad ante pensamientos endebles que nos condenan y logran sobrevivir a esquemas mutilados por el tiempo. Siempre al final nos vence en esta batalla la pasión y el deseo de amar, protagonistas de un desenlace incierto e improbable en una actuación improvisada por fantasmas como actores. Así somos compartiendo verbos en tiempos de tormentas, nos mantendremos en la intimidad y el anonimato de amar en silencio, perdí mi orgullo ante el Amor.

Un largo camino es el olvido. El tiempo se pierde en girones de mi vida cuando la memoria que nada se olvida,   recorre sin consuelo  mis tiempos viejos. Y sigues adelante, entre sombras y misterios el reloj de la vida se agita en su arena cuando más recuerdo tu piel  y me pesan los recuerdos, en mi espalda de viajero. ¿Recuerdas? Entramos al amor con un verso entre mis labios.  Penetré hacia tu amor, adueñándome de tus primaveras, jugué con tus cabellos, bebí tu belleza rogando que me quieras y allí despedí a mis fantasmas, ahogados en secos estuarios. Quiero olvidarme de aquellas tardes lejanas.
Brisa seca del desierto de mi alma quema mis sueños de fuego quedaron ardiendo en mi boca tus besos mudo mi verbo y sin vida, muertas mis palabras. Vive yerma mi vida.  
¡Todos son ahora solo recuerdos! Tu amor se escapó dulce y tibio, entre mis manos tu piel, tu boca, tu sonrisa, solo son tristes sueños y mi amor crucificado entre angustias y desvelos.  Fuiste la forma más hermosa que tuvo mi vida,  para hacerme comprender,  que nunca se puede tenerlo todo. Eso es… fue Juan, Pedro.
Y así pensé hasta conocerte, pero hoy sí creo que puedo tenerlo todo, con críticas, juicios, y me importa una mierda lo que digan desde afuera, de verdad Pedro, solo quiero defender… Esto… lo nuestro, resucitar, renacer.

Tu aroma y el mío se mezclarán cuando nos entreguemos a la pasión,  cubrirán nuestras pieles centenares de caricias y besos. Yo te amaré como si fuera la primera y última vez que me abrazara a tu cuerpo,  te invitaré dulcemente con mis miradas a conocer mi paraíso.
Te daré de mi fuente el manantial a beber para calmar la sed de tus ansias que te traen desesperado por descubrir el desborde de mi piel.  Te llenaré de mis deseos cubriendo  tu piel con el marco de mi pasión hasta verte hundido de placer en el muelle de mi alma excitada.  Como león salvaje penetrando con  sus venas lo secreto de mi cuerpo regando toda su miel en mí hasta quebrantar mis deseos en ti. Resucitaré en sus labios. Cada vez que yo  te bese, cada vez que nuestros alientos  agitados sientan que hechizados se estremecen, volverán a mí los latidos imparables, intempestivos, como lucha de dos fieras con la adrenalina al filo.
Resucitaré mis ganas en tu piel cuando la acaricie, cuando mis dedos se deslicen  en sus poros dilatados, y  mi aliento esparciré  por sus contornos y costados. Resucitaré en la melodía  de tus jadeos excitados, cuando roce con mis labios tus botones divinos, y  sus cúpulas humedezcan  con mi lengua serpentina. Resucitaré en mi vientre millares de mariposas cuando con el tuyo se frote mientras  te despojas de una pena que no es tuya al derretirte en mi boca. Resucitaré mis manos que se encontraban inermes,  ávidas de todas las texturas que habitan bajo tu vientre, en medio de tus muslos tersos y  en ese rincón ardiente donde se inundan mis dedos de tu humedad efervescente, la que fluye de tu fuente. Resucitaré voraz cargado de adrenalina, cuando pose en tu cintura mis labios y mi barbilla, recorriendo tus horizontes con excitantes mordidas hasta ver que tu mirada se me ofrece seducida. Resucitaré cada parte de mí en el hambre de tu boca, en tus manos, y en tus labios que me estremecen y alborotan
músculos que sin ella hibernan pero solo en ella explotan.
Resucitaré mis delirios, mis ansiedades, mis fantasías, mi libido reprimida, mis ganas de hacerte mío, porque habrá complicidad entre nuestro amor  y  nuestra lascivia. Resucitaré ante tu aliento  a los tenues movimientos de tu cadera, ante el sudor que nos escurra  por nuestros cuerpos satisfechos,  temblorosos y agitados  y con una amplia variedad de besos que recorrerán tus labios y  los rincones de tu cuerpo. Resucitaré ante tu osadía,  ante tu alma pervertida, ante ese tesoro de deseos que para mí protegías. Ahora serán mieles tus miedos. Habrá una lluvia de orgasmos donde abundaba la sequía, resucitará mi fuego en la piel porque mi alma ya te pertenecía.
Resucitaré de una forma exquisita cada poro de tu piel cada deseo de su ser. Arderemos de placer cuando tu cuerpo y el mío revivan cada episodio haciendo sudar al frío.
__No lo dudo porque te amo _ dijo Pedro de pronto emocionado y seguro de lograrlo todo.

 __Quiero hacerte el amor de tal manera que en otros brazos pronuncies mi nombre, hacerte gemir de placer,  en tu cuerpo tatuar mi nombre, entre miradas de deseos y el silencio de la noche, saciar nuestra sed de amor, pasión, locura y derroche, haciendo el sexo y el amor.
 Vos  teniendo orgasmos que no te haya hecho sentir ningún hombre, haciéndolo en la cama, recostado en la pared,  en la ducha, y varias posiciones, y caigas rendido en mis brazos testigo solo sea la noche, de dos personas que se amaron sin límites y sin condiciones.
__
 “Ya te dije que invité a Juan a alquilar una habitación de la casa donde vivía con mis amigos cuando teníamos tu edad, yo tenía la experiencia que me dio aquel productor que me dejó por ese hombre mayor, él era un año menor y virgen entonces pero me amaba, escondido en una amistad, y aquella vez que lo invité a ver la casa, se enamoró de ella.

 __Guille, es estupenda __dijo Juan extrañado como si la casa fuese un palacio de Francia o un lujoso decorado de Hollywood, en lugar de una destartalada residencia de estudiantes situada en las afueras de la ciudad__. Mi padre dice que el alquiler es muy barato. A mi madre no le hace mucha gracia que viva fuera del campus en una residencia estudiantil, pero mi padre está muy tranquilo, porque dice que estando vos aquí, me podrás vigilar. __Se ruborizó sintiéndose estúpido__. Bueno, es que…

__No te preocupes __traté de reprimir el sueño erótico de la víspera diciéndome que no era gay y experimenté la sensación  de revivir una película ya vista, solo que esta vez yo experimentaba el papel que antes hizo el productor. Empecé a mostrarle a Juan las dependencias de la casa. Su habitación estaría al otro lado del pasillo donde la mía, pero tenía la absoluta certeza de que, si le cedía a otro la única habitación con ducha de la casa, podría conseguir el dormitorio contiguo al de Juan, comunicado. A los demás les encantaría el cambio y si yo pudiera… _ aparté aquellos pensamientos y traté de concentrarme en la tarea de mostrarle la casa  a Juan__. En el garaje hay una lavadora.

Juan pasaba mucho tiempo solo, en los últimos tiempos ya no le importaba tanto aparentar que le gustara el fútbol o los bailes, y disfrutaba solo de estar conmigo, era una muchacho sensato y estudiaba en el mismo sitio donde lo haría él__. Me encanta la casa. Es magnífica…

Se hubiera enamorado de ella aunque hubiera sido una pocilga.
Le parecía que llevaría la vida propia de una persona adulta y seria, además, contaría con mi apoyo. Su nueva etapa estudiantil le tenía algo preocupado y no le agradaba la idea de vivir en una residencia estudiantil tras haber convivido toda la vida con cuatro hermanos. Todo le iba a parecer muy distinto. Pero mi presencia le daría más seguridad.

__ ¿Querrás vivir aquí en el verano, Juan? ¿O prefieres mudarte en otoño antes del comienzo del curso? _le pregunté.

Noté que el corazón me palpitaba con furia en el pecho y me sentí asqueado. Me hice mil reproches: ¿Qué más me daba una cosa que la otra? Deja en paz al chico, hubiera querido gritar. Me arrepentiría de haberle hecho la sugerencia al inicio, además, se lo había dicho a dos de mis compañeros esa mañana y les había encantado la idea. Se ahorrarían la molestia de buscar y poner avisos.

__ ¿Podría mudarme la semana que viene? _me sorprendió.

__ ¿Tan pronto? _pregunté, desconcertado.

__Bueno no _ dijo, Juan, ruborizándose__. No quiero que esto suponga una molestia. Pensé que como es inicio de mes, sería más fácil para el pago del alquiler. Además tengo un empleo para el verano. Podría vivir aquí mientras trabajo.

Guillermo recordó su propio trabajo del verano pasado, no podría repetir la experiencia pues tenía pensado empezar las clases de actuación  a tiempo completo.
__No, tienes razón, Juan, no se me había ocurrido pensarlo. La habitación ya está libre. Creí que lo querías pensar un poco más.
Ya era demasiado tarde, le había ofrecido la habitación  a Juan y este la quería. Tendría que soportar las consecuencias de mi error, por mucho esfuerzo que esto demandara.

__No hace falta que lo piense. La habitación me parece estupenda.
Guillermo miró al muchacho cuyo cuerpo exquisito le había estado atormentando la víspera, y no supo qué decir, estaba perplejo.

__Muy bien, pues. Se lo comunicaré a los demás, estarán muy contentos porque eso les ahorrará muchos quebrantos de cabeza. _En un intento de salir lo más airoso posible de la situación, pregunté__. ¿Quieres que te ayude a hacer el traslado?

__No te molestes. Pensaba pedirle prestado el coche a mi padre y empezar mañana mismo a traer algunas cosas.
__Yo vendré a recogerte.
__Te lo agradezco mucho, Guille _ me dijo él, sonriendo como un chiquillo__. Pero, ¿de veras no será mucha molestia para ti?

__En absoluto.
__Mamá dice que tiene una colcha, unas lámparas, unas cuantas cosas más.
__Estupendo.
Mientras Juan me miraba arrobado, yo me preguntaba en qué lío me había metido.
__ ¿Puedo invitarte a cenar esta noche, Guille, para agradecerte tu ayuda?
__No te preocupes. Juan _ contesté, turbado y conmovido por la sinceridad del muchacho__, no tienes por qué agradecérmelo. Sinceramente, me alegro de que todo se haya podido arreglar.

No era cierto. Estaba asustado. ¿Y si perdía el control? ¿Y si cometiera alguna estupidez?
¿Y si Juan  averiguara que era homosexual? Al sentir la mano de Juan apoyada en uno de mis brazos, noté que un estremecimiento me corría por la columna vertebral. Quería pedirle que volviera a tocarme, pero este hubiera pensado que estaba loco. Era deseo puro, el deseo de un adolescente que  había despertado su hombría poco antes con un hombre mayor, y que ahora tenía un chico joven a un metro de su piel.

__Nunca te lo podré agradecer, Guille. Es como empezar una vida enteramente  nueva. __Juan deseaba perder de vista a sus compañeros del secundario. Se consideraba distinto de todos ellos y hacía muchos años que se ocultaba, que lo ocultaba. Ahora, podía empezar una nueva vida en otro lugar. No tendría que simular, ni aguantar bromas o huir de las chicas o simular que se emborrachaba los sábados por la noche. Hasta los vestuarios eran una pesadilla para él. Todos aquellos chicos desnudos… En cambio yo, o conmigo, se sentía muy a gusto. Yo era reposado y comprensivo. Aunque no me vería a menudo en la nueva casa, le reconfortaría saber que estaba allí, que los caminos de  los dos se podrían cruzar y que alguna vez   tendría la oportunidad de hablarme. Me miró los ojos casi con ganas de echarse a llorar de alivio_. Me sentía muy mal en la escuela, Guille. Solo deseo terminar.

__Yo creía que te gustaba __le dije sorprendido__. Sos un astro de fútbol.

Entramos en la cocina y le ofrecí una coca cola a Juan que este aceptó agradecido. Se alegró de que no fuera una cerveza como lo que bebían todos.
__Estoy hasta la coronilla de toda esa mierda, Guillermo. __Tomó un sorbo de coca cola y exhaló un suspiro.
Iba a ser una nueva vida. Estaba  harto de aquel maldito equipo de fútbol.
__ ¿Por qué?

__Pues no lo sé. El deporte me importa un bledo. Supongo que jugaba bien, pero no sentía el menor interés por ello. ¿Sabes que mis compañeros hasta lloraban en los vestuarios cuando perdíamos el partido? A veces, lloraba incluso el entrenador. Como si se tratara de una cuestión de vida o muerte. Sin embargo, no son más que unos pobres tipos, que se arrean mamporros en un campo de juego. A mí, nunca me entusiasmó.
__ ¿Por qué jugabas entonces?
__Era muy importante para mi padre. Él era jugador antes de empezar los estudios de medicina, y  solía decir en broma que, si me partían la cara, él me la arreglaría de balde. __Juan hizo una mueca de dolor y desagrado__. Como comprenderás la perspectiva no me seducía demasiado. Vivir aquí será como un sueño.

__Me alegro que te guste la habitación _le dije, sonriendo_. Será agradable verte por aquí, aunque yo no suelo parar mucho en casa. De todos modos, si en algo te puedo ser útil…

__Ya has hecho suficiente, Guille.

Cumpliendo con  mi palabra, yo fui a recogerle al día siguiente, bajé la capota de mi pequeño automóvil, e hicimos tres viajes para trasladar las cosas. Juan tenía montones de trastos, pero hizo milagros, y el sábado por la noche, yo apenas reconocí la habitación.

__Santo cielo, ¿qué has hecho? _exclamé, asombrado, Juan había revestido de tela una pared, colocado macetas de plantas y adornado las ventanas con sencillas cortinas. Sobre la cama colgaba un precioso cuadro, dos lámparas proporcionaban  una luz matizada y se podían ver unos bonitos posters en la otra pared. Parecía el apartamento de una revista de decoración y hasta había en el suelo una alfombrilla blanca__. Eso lo habrá hecho tu madre, ¿no?

Yo sabía que ella era decoradora y no acertaba a imaginar que Juan lo hubiera podido hacer todo en cuestión de horas, Incluso había unos cestos de naranjas revestidos con la misma tela, soportes para revistas y cojines adosados a la ventana, que formaban como un sofá. Era un delicioso refugio.

__Lo hice yo mismo _contestó él muy satisfecho. Todo el mundo decía que tenía un talento innato para la decoración y era capaz de modificar el aspecto de una habitación en horas, utilizando elementos que tenía a mano. Incluso su madre reconocía que la aventajaba__. Me encanta hacer esas cosas,  en verdad es lo que más me gusta hacer.

__A lo mejor uno de estos días tocarás con tu varita mágica mi habitación. Sigue pareciendo la celda de una cárcel y eso que ya llevo un año viviendo en ella.
__Cuando quieras __contestó, al tiempo que miraba a su alrededor muy complacido__. En realidad, me sobran un par de plantas e iba a preguntarte si las querías.

__Desde luego que sí. Pero la más probable es que se me mueran de sed en cuanto entre en la habitación. No se puede decir que tenga muy buena mano con las plantas.
__Yo te las cuidaré. Las regaré cuando riegue las mías.

Los dos sonreíamos cuando consulté el reloj, era casi de noche.
__Te apetece que prepare una cena, la pasta me sale, es mi especialidad _le ofrecí.

Las palabras volvieron a sonarme familiares y recordé de nuevo a mi ex.
Juan aceptó la invitación y yo le sugerí  al fin que fuéramos al mismo local al que había ido en compañía del productor la primera vez. Y me pasé un buen rato sin pronunciar palabra, pensando en la primera noche en que había ido a su casa. Llevaba meses sin verle, cuando le crucé en el coche con ese amante mayor que lo acompañaba. Y ahora, yo, me hallaba allí, en compañía de Juan. Me pareció extraño, sobre todo, cuando ambos regresamos a la casa que compartiríamos. En aquel momento los otros muchachos que vivían allí pasarían la noche en casa de sus amigas y los demás se habían ido al finalizar el curso.

__Gracias por la cena _ dijo Juan mientras se sentaba en el salón y yo ponía música. Dos de las bombillas de la lámpara del techo se habían quemado y había poca luz. Juan colocó una vela encendida sobre la mesita y miró a su alrededor_. A este salón no le vendría mal una pequeña reforma.

__Vas a cambiar esta casa de arriba abajo en un santiamén, pero creo que los otros chicos te enfriarán el entusiasmo. Cuando están aquí, esto parece una leonera _dije, soltando una carcajada.

__Mis hermanas hacen lo mismo _ contestó él sonriendo__. Jamás he convivido con hombres, exceptuando a mi padre, claro. Estoy tan acostumbrado a tener chicas a mi alrededor que, al principio eso me parecerá un poco raro. Pensarás que es una estupidez.

__De ninguna manera.
__Yo he vivido con mi madre y las chicas. Las echaré de menos.
__Será un buen entretenimiento para cuando te cases _ dije, preguntándome si Juan me estaría sometiendo a prueba.

Me dije que no era justo, Juan tan solo era un chico. Sin embargo, tenía la misma edad que yo cuando conocí al productor. Este era mucho más experto. Aunque no pudiera compararse, mi experiencia era superior a la de aquel muchacho. Pero ¿por dónde podía empezar? ¿Cómo se le podía pedir a alguien semejante cosa? Traté de recordar lo que me había dicho me ex, pero no pude. Recordaba que dimos un largo paseo por la playa, y que él me habló de su confusión. Pero allí no había playa, y Juan no estaba confuso. Era ligeramente tímido y algo menos alborotado que los demás, pero por el resto, parecía un muchacho alegre y feliz. No obstante yo no recordaba haberle visto jamás con una chica.

Pasamos un rato charlando y, al final, me levanté y dije que iba a tomar una ducha. Juan contestó que a él también le vendría bien. Diez minutos más tarde, Juan llamó a la puerta del cuarto de baño y se disculpó, mirando hacia la ducha en la que yo estaba y trataba de no pensar en él mientras los riachuelos de agua caliente me purificaban el cerebro y la carne.

__Perdona. ¿No tendrías un poco de champú? Olvidé el mío.
__ ¿Cómo? __le pregunté, apartando la cortina para oírle mejor.

Al verlo desnudo, y con solo una toalla alrededor de la cintura, noté que se me estremecía todo el cuerpo y volví a correr la cortina para que él no me viera.
__Te he preguntado si tienes un poco de champú para prestarme.
__Pues claro. __Yo ya lo había usado, y tenía el cabello húmedo y limpio__. Aquí lo tienes.

Le entregué el frasco a Juan y este desapareció, no sin dirigirme antes una sonrisa de agradecimiento. Regresó al cabo de un rato, otra vez con la toalla alrededor de la cintura estallando de músculos forjados por el futbol.
Yo me hallaba desnudo en mi habitación, guardando cosas, tenía la radio puesta y tarareaba para mis adentros, siguiendo la melodía.

__Gracias _ dijo Juan, deteniéndose en la puerta. Yo me volví, de espaldas, pensando que ojalá se fuera. No quería ninguna relación y no deseaba lastimar a nadie. Su vida solo era suya, mi vida mía, no quería arrastrar a nadie. Sería una espantosa experiencia tener al chico tan cerca y verme obligado a ocultar mi secreto. De repente, noté que una mano se posaba en mi espalda, y se me electrizó todo el cuerpo. Todavía de espaldas, descolgué un albornoz que colgaba de una percha, me lo puse, y me volví a mirar al amigo. Jamás vi un rostro más hermoso hasta ese día. Los ojos de Juan reflejaban tristeza, dolor, angustia_. Tengo que confesarte una cosa, Guille_ añadió, Juan, inclinándose hacia mí__. Hubiera tenido que decírtelo antes.

__ ¿Ocurre algo? __pregunté, perplejo.

El muchacho asintió con la cabeza y se sentó lentamente en el  borde de la cama.
__Sé que hubiera debido decírtelo antes de venir, pero temía que no pudieras… que te enfadaras... _Aunque estaba asustado, Juan decidió ir directamente al grano__. Creo que debes de saber que soy homosexual.

Fue como si acabara de confesar que había asesinado a su mejor amigo. Yo me lo quedé mirando boquiabierto. Qué sencillo era todo. Qué valor había demostrado tener Juan al hablar sin saber lo que haría o diría yo. Se sentó en la cama, y me  quedé al lado del muchacho, y solté una carcajada, hasta que las lágrimas asomaron a los ojos y Juan empezó a mirarme muy nervioso sin saber si la risa era histérica  o bien era fruto de repugnancia y el desprecio. Lanzó un suspiro de alivio cuando yo dejé de reír y le pasé un brazo alrededor de los hombros.

__Si supieras las cosas que me he estado diciendo desde que viniste. Ha sido un tormento. __Juan me miró sin comprender__. Yo también lo soy.

__ ¿También vos sos homosexual? _ preguntó él aterrado, mientras yo soltaba otra carcajada__. ¿De veras? Nunca pensé que…

Sin embargo lo que decía era cierto. Hacía un año que fluía entre ambos una corriente vacilante aunque ninguno de los dos quiso aceptar la posibilidad de que el otro lo comprendiera. Nos pasamos horas hablando de ello, tendidos en la cama de mi habitación.
Yo hablé de mi ex, y Juan se refirió a dos fugaces y terribles experiencias. No hubo amor en ninguna de ellas, sino tan solo un angustiado y torturado desahogo sexual, una vez con un profesor de la escuela que amenazó con matarle en caso de que se fuera de lengua, y otra, con un desconocido, que le recogió en la calle. Ambas relaciones sirvieron para demostrarle lo que era de verdad. Lo sospechaba desde hacía mucho tiempo, pero siempre creyó que era lo peor que podía ocurrirle. Las personas como sus amigos jamás hubieran vuelto  dirigirle la palabra. Yo, en cambio, era muy distinto, y lo comprendía todo En ese momento, le miraba con simpatía desde  la altura de mi edad superior.

__ ¿Quién lo sabe?
__Solo mi madre _le confesé__. Se enteró hace un año. Recuerdo el dolor que experimentó, y es maravillosa, se ha mostrado desde entonces comprensiva y afectuosa y me ha aceptado tal como soy-.Ojalá todo el mundo tuviera una madre como ella.

__No creo que mi madre pudiera aceptarlo… ni mi padre tampoco _dijo Juan haciendo una mueca al pensarlo__. Siempre ha deseado que yo fuera un deportista. Jugaba al fútbol con él  y pensaba: Me voy a romper los dientes haciendo esto y no quiero. _me miró con lágrimas en los ojos__. Lo hacía por él.

__Yo no era tan bueno como vos, pero mi padre tenía a Miguel que lo compensaba con creces, y antes de que pudiera saber nada me alejé de ellos. Siempre dejé esas cosas para él. En cierto modo fue un alivio. Mi padre nunca aprobó las cosas que yo hacía, cuando le dije que sería actor, me pegó. Y si lo hubiera sabido… habría muerto de vergüenza. __Ambos sentimos culpa durante muchos años por lo que no éramos, y lo que nunca podríamos ser, y en el transcurso del último año, por lo que habíamos hecho. A veces la tensión resultaba insoportable. Y yo pensé en todo mientras lo miraba__. ¿Vos sabías lo mío?

Juan me miró directamente y ambos esbozamos una sonrisa de complicidad, mientras yo le alborotaba el cabello mojado.
__Serás sinvergüenza. ¿Y por qué nunca me dijiste nada?
__ ¿Para que me rompieras los dientes de un guantazo, llamaras a la policía,  a mis amigos? __Juan se estremeció al pensarlo, y luego se le ocurrió  otra cosa__.  ¿Son maricas todos los que viven acá?

__Ninguno, estoy completamente seguro de ello. Es algo que se nota enseguida cuando se convive con la gente. Todos tienen chicas que vienen aquí muy a menudo.
__ ¿Saben lo tuyo?
__Procuro que no lo sospechen _contesté__, y te aconsejo que hagas lo mismo si no quieres que nos echen  a los dos.

__Tendré cuidado, lo prometo.

En cambio yo empecé  pensar en el cambio de habitaciones, pero, al mirar a Juan tendido a mi lado en la cama, olvidé todo y sentí que el deseo se apoderaba de mí y me hacía evocar los sueños de la víspera. Extendí una mano para tocar a Juan, que esperaba inmóvil mis besos y mis caricias, con su joven carne vibrando de excitación. Mi boca se posó sobre la piel de Juan y mi lengua recorrió los muslos, arrancándole gemidos de placer. El amor que le prodigué durante tantas horas, hizo que ambos quedáramos rendidos, y dormimos el uno en brazos del otro, y no tuvo nada de clandestino ni de aterrador. Ambos acabábamos de encontrar lo que habíamos buscado tanto tiempo sin saberlo siquiera”.

__A partir de entonces no nos separamos  más durante tres años hasta… que murió.
Pero listo por hoy, en camino a la casa mañana te seguiré contando, en verdad fuimos felices, compinches, cómplices, él me ayudó, yo a él con una de sus hermanas, pero no era quizá mi… sino.
¿Celoso?
__No. Deseoso de saberlo todo, celoso no, lo quieres, y será siempre importante, pero te creo en que yo soy el amor _dijo Pedro seguro.

__Como ya es costumbre en mí, ayer te distinguí entre la multitud. Confundido entre la gente,  te seguí, camuflado, en la inútil decoración urbana. Caminé tras de  ti en esa distancia prudencial  que me permitía saborear tu perfume, entre escaparates admirando tu reflejo, subiste a un autobús completo de soledades, sentado  entre el paisaje de la calle  y la tristeza de la multitud.
Tierno, sonreíste a un bebé y a una triste anciana cediéndole el asiento. Descendiste, tres paradas después caminando calle abajo. Depositó tu mano en otra mano las lágrimas de unas monedas, y una sonrisa más triste que humana.
Sentado en la terraza de un café, observé la privacidad de tu lectura y tu silencio, mientras yo tomaba el café de tu imagen en la lectura de tu vida, en el silencio de tu respirar.

Acariciaste a un perro que como yo, fue tras de  vos a la mínima caricia, más despreciado que abandonado, más humano que salvaje. Seguiste, calle abajo hasta detenerse ante los cristales de mi ventana. Miraste hacia atrás como buscando mi presencia, sonreíste, pícaro, seguro hasta la esquina, donde buscas mi sombra. Y allí, en esa esquina donde  vos bello te extingues, dejaste caer de tus labios un beso y una sonrisa.
Mi sombra, aún se arrastra en el charco oscuro de tu beso.
No temas a mis amigos, puede que te pongan a prueba, ellos querían a Juan, era un ser querible, pero se enamorarán de vos, cielito, no temas, al fin me adoran, me vieron sufrir y quieren mi felicidad.
__Lo intentaré, amor.

Deja, déjame que te vista, que adorne tu desnudez exento de la prisa, decorar las intimidades el solar desértico que cubre tu carne, con la pequeñez acrílica de tu ropa interior, con el triangular encaje de un secreto a voces y las caricias agonizantes, que perecieron instantáneas
en tu piel. Deja que cubra el silencio de tus retinas, el coral de mis deseos, sujetando tu pecho con el hilo entrelazado de mis intenciones futuristas de tu sensibilidad. Que cierre tu espalda la pasión de mi sentir, y el amor estrangulado en el corchete de tu ya apaciguado cansancio.
Deja, déjame ascender por el sendero de tus piernas extendiendo con el color de tu piel,
por tus rodillas, sostener tu cintura atando tu cuerpo  con los ligueros que sujetan mi fuego y mi alma, mi niñez y mi hombría a ternura y la lujuria, y mil intenciones, sufragadas
en tu hombría, y esta mi rebeldía ya sumisa en tu ombligo.
Déjame cubrir tus caderas con la discreción y entre tus piernas una llama eterna de ambiciones ajenas, fraguada en la intención carnal de la utopía, depositar sobre tus hombros, la chaqueta metálica de la indiferencia, cerrando el botón de tus pretensiones más calladas, revestir de cristal tus pies, con el calzado del asfalto, con las suelas de mil calles frías y cientos de lugares, a ninguna parte. Déjame abrigar tu cuello, con la seda comprimida de mi amor, colgar de tus lóbulos dos pendientes como dos lágrimas, como dos gotas de sangre de este corazón que tú, bombeas. Deja, déjame dibujar las líneas del horizonte donde tus ojos descansan, seguir el movimiento de tus pestañas, cerrando las ventanas de tus ópticas, y sobre tu boca, mis besos, ruborizando tus labios. Y así ya vestido le escribiré a tus oídos, un te quiero, solicitándole a tu alma que no te marches, y si mi piel, siente de nuevo el temblor de tu cuerpo,
te desnudaré, tan lentamente como te habría vestido. Sos mi sino, Pedro, y todo saldrá bien esta vez, lo prometo.
__ ¿Lo prometes?
__Esto también va a pasar, lo de tus padres, lo de mis amigos, todo. Aquí nos tocó vivir. En este mundo maravilloso donde nos hemos dedicado  a destruir  cada uno de nuestros tesoros desde un pequeño grano de arena hasta el sentimiento más hermoso. Y toda nuestra riqueza
la reducimos, a poco. Aquí nos tocó vivir y  no es frase de resignación, es querer hacer conciencia, es aclamar a la razón, que de la arena podemos  crear imponentes castillos. ¡Y del corazón... amor!

Todo tiene una razón de ser de subsistir, de existir, pero eso no implica que el universo tenga que morir, porque si existe la tristeza es para hacer la diferencia cuando uno se esmera en ser feliz. Aquí nos tocó vivir en este mundo de ensueño donde surgen las miradas, donde se despiertan deseos, donde por cada dolor existe la calidez de un beso. En un mundo descompuesto donde el único repuesto es la magia del perdón. Perdón por nosotros mismos.
Perdón por tanta destrucción, perdón por hacernos daño aferrándonos al dolor. Aquí nos tocó vivir en este mundo de misterios, de maravillosas coincidencias, en este mundo de sentimientos, de creencias o de ciencias, donde tenemos que ser nosotros sin guardar las apariencias. Aquí nos tocó vivir en el mismo tiempo en la misma era, donde se cruzan dos caminos donde las almas se complementan, donde una mala decisión puede dejar afuera
la felicidad del corazón y ahí aclamo a la conciencia, a la razón, a regresarle a este mundo
en cada acción gotas de amor. Aquí nos tocó vivir a los dos, cielito y es mi deseo hacerte feliz
cada uno de tus días, quiero borrar tus días grises, eliminar tus noches frías,  por cada lágrima que provoque  unir tus manos a las mías, poder recompensarte lo hermoso que has hecho en mi vida. Aquí nos tocó vivir en un mundo sin sentido donde para poder revivirlo, para volver a crear castillos es necesario desprendernos de aquello que le quita  el color de nuestro arco iris de lo que nos devuelve al frío, yo tan solo lo tengo si vos te encuentras  conmigo.
Aquí nos tocó vivir. Y a esta vida no le falta nada. Podemos a veces sufrir. Sentir que el alma se desgarra, pero cuando nos toca ser felices prendemos la luz del amor, esa, que jamás se apaga. Y de nosotros depende,  sé de qué color será nuestro cielo, podrá lucir un azul hermoso o un gris lúgubre, triste, con sabor a amargo infierno, o nos dedicamos a hacer por amor un amor fuerte y duradero. Aquí nos tocó vivir en este  mundo donde de todo se ve. Corazones que merecen estar juntos inmersos en la distancia, almas que habitando juntas la soledad las abraza.
En este mundo maravilloso donde todo es tan perfecto como lo vean nuestros sueños,
donde se puede construir un amor cálido y eterno, y está en nuestro… sino.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.

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