viernes, 17 de mayo de 2019

¿Y SI FUERA POSIBLE? CAPÍTULO SESENTA Y OCHO.


¿Y SI FUERA POSIBLE?
CAPÍTULO SESENTA Y OCHO.
“Ninguna persona merece tus lágrimas y quien se las merezca,
no te hará llorar”. Gabriel García Márquez.
 “Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos?
¿O, serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza”? Pablo Neruda.


Pergamino. Jueves, 04 de agosto de 2016.

__ ¿Cómo? ¿Está bien? ¿Le ha pasado algo?

Natasha parecía horrorizada y Charles lo lamentó por ella.
__No lo sé. Creo que los secuestradores ocupan dos plantas, en las otras hay  gente de unidades especiales. Aún no han atacado. Han conseguido callar la noticia durante una hora, pero están a punto de revelarlo, no quería que escucharas o lo vieras por televisión _explicó él en tono apenado y preocupado.

__Charles, ¿qué debo haber?
¿Crees que avise a mi hermano y vayamos?
__No los dejarán acercarse,  avisa a tu familia, y sigue las noticias. Puede que haya toma de rehenes.
__! Oh, no, mamá!

__
Voy hacia la habitación, la puerta está entreabierta, abro y todo está en oscuras, solo la luz que entra por la habitación continua, cierro y sigo el camino que me lleva a una sala amplia, una mesita, dos vasos, una botella de whisky, hielo y una fuente de chocolate, fresas en una bandeja.
Al frente unos sillones blancos, una camilla de masajes, en la habitación contigua una cama con dosel, huele exquisito, esencia de algo que no defino. Siento una mirada penetrante y allí parado con una bata negra está  ese hombre que se ve como siempre, muy apetecible, es como una barra de chocolate, que al verlo es inevitable morderse los labios y saborearse.
Su mirada se encuentra con la mía y voy a su encuentro, lo beso, un beso apasionado, muy carnal, caliente, sus manos no me tocan, pero deja que las mías lo repasen todo, que lo recorran completo, pero cuando llego a su miembro, me detiene y me dice, ahora no, deja que te haga placentero este encuentro.
Me alcanza una pequeña bata de seda y me dice, te ves exquisito, pero desvístete y ponte esto. Obedezco y regreso junto a él, me coloca en la camilla y me pide que me acueste sobre la espalda, comienza a rociar aceite en todo mi cuerpo y con movimientos seguros repasa cada parte de mí, masajea mi piel de arriba a abajo, mis piernas, torso, pecho  y baja por mi abdomen, sigue vagando por mi geografía en ese sensual juego consentido  y da pequeños toques en mi ingle, algo que me estremece, continua por el área púbica, llega a mi intimidad, masajea mi  sexo y me hace retorcer de placer, se dedica.
A continuación me gira y sigue por la espalda, esta vez se dedica a dar masaje a la parte de mis hombros, yo quiero que se dirija a darme placer, pero me habla al oído y dice, esto no se trata solo de sexo, disfruta ser  el rey,  amo de mis acciones, soy tu siervo, quiero que seas complacido y que disfrutes siendo mío, que disfrutes, conozcas y experimentes tus sentidos, tus límites, que tu cuerpo responda a todos los placeres que puedo ofrecerte, como vos lo hiciste  conmigo en amor en el lienzo.
Lo dijo tan bajo, tan sutil que fue convincente, que quiero probar lo que me ofrece, no me importan ya los miedos, las dudas o si será un cuento de príncipes, quiero que mientras dure este  sea nuestro cuento, nuestra historia, erótica o no, será maravillosa, lo intuyo, solo me dejaré llevar.
Sigue con el masaje que me hace no pensar, no esperar, solo disfruto, me deja un momento y acerca la mesa, me hace poner sobre mi espalda de nuevo, ata un pañuelo de seda en los ojos, ata mis muñecas a los lados y mis pies tan abiertos que me hace erizarme, me siento tan expuesto, pero no estoy tenso, lo que vaya a hacer seguro me gustará, es demasiado cuidadoso conmigo.
Escucho una música suave, relajante, siento una suave caricia de arriba a abajo, pasa por mis pies, piernas, por la cara interna de las mismas, sigue el camino hasta mis pezones, es delicado, suave, sutil, una caricia de un ángel que me hace estremecer... Escucho que se sirve algo en un vaso, puedo oler el whisky, se escucha cómo los hielos caen en el vaso y el tintineo que hacen, a continuación algo frío pasa por mis labios, le da un beso y con él, del contenido de su boca, qué delicia, baja y besa mi cuello, quiero tocarlo, pero no puedo, cae algo frío en mis pezones, se derrite por donde pasa, sigue besando y tocando con el hielo toda mi piel, se siente arder, se detiene en mi sexo, pasa el hielo, se siente extraño, lo deja caer y luego comienza a jugar con mi glande, muerde, succiona, me hace padecer, quiero tocarlo pero no puedo, quiero verlo, sé que él ve mi desesperación, gimo, grito y me dice que calle, que ardo de pacer y de repente se detiene y se va, qué calor, siento como comienza a caer por mi cuerpo un líquido tibio, un olor, delicia huele a chocolate, lo que parece ser las fresas caen también, un camino desde mi boca hasta mis piernas, comienza a lamer, a morder y me da en la boca lo que está lamiendo, chocolate, qué rico, las fresas, mmm, sigue besándome y comiendo de mi cuerpo, ya no puedo más, esa acción y sentirme inmóvil me está llevando al placer extremo, sigue comiendo, mordiendo,  lamiendo y baja hasta mi entrepierna y lo está disfrutando, yo también, es delicioso saberse un manjar al que deleita descaradamente, esto me lleva cada vez más y más alto, cuando para, se aleja y lo escucho volver de nuevo con algo, esta vez lo que cae en mí es más caliente, quema y él inmediatamente lame en donde arde, sigue así, es un dolor placentero, me hace estremecer pero es excitante, sus besos son tiernos y se detiene en cada gota que siento, ya no puedo más y se lo digo, pero me dice espera, quiero que sientas tanto placer que no te quede duda de lo que te amo.
Introduce un objeto extraño en mí, pero sigue jugando, dándome placer, es un vibrador, qué agonía, introduce sus dedos a la vez, sigue con la boca y su lengua, mordiendo y succionando, qué delirio, ya no puedo más, con la otra mano me desata las manos, yo lo tomo del cabello, quiero que no pare, estoy que jadeo, cuando siento que nada más puede ser tan delicioso, tan placentero, siento que se detiene y al instante me penetra, se mueve lento y me quita la venda, me dice con un grito, mírame y  déjame ver tu éxtasis para mí, los estallidos, luces y sensaciones me llevaron a sentir lo que nunca sentí, unos segundos después, aún los espasmos no se detenían y  con un grito desesperado también explotó.

Cierras los ojos, muerdes tus labios, intentando ahogar los gemidos, mientras mis traviesas manos  comienzan a reconocer tu cuerpo,  los suspiros y los latidos aumentan, el corazón parece estallar, la respiración se agita,  cuando mis labios, se deslizan temblorosos,  sobre tu candente piel, bebiendo el néctar de  cada parte de tu cuerpo, ya no hay límites,  todo fluye,
tu piel es mi piel,  tu sudor se confunde con el mío, nuestros cuerpos entrelazados en una sola y silenciosa forma, lo mejor acaba de comenzar, y estamos en el límite de la excitación, lo que viene después,  lo dejo a  la imaginación. Dos cuerpos entre sábanas húmedas,
 labios que se unen apasionadamente, besos que ahogan a las palabras,  miradas que rebosan pasión, reclamando placer, labios que recorren laberintos,  en busca de los rincones secretos, manos que siguen la senda  de los sitios para acariciar pieles que se atraen, se rozan y se unen, cuerpos que arden, sumergiéndose en un frenesí de pasión, robando hasta el último de los suspiros, cuerpo temblando, labios aún adormecidos después de una noche
de placer y amor.”

--Tengo ganas de dormir entre tus brazos.  De beber el dulce néctar de tus labios.  Tengo ganas de soñar que siempre estoy contigo. Y de susurrarte un te amo, despacito al oído.
Tengo ganas de acariciar tu piel.  De abrazarte hasta el amanecer. Tengo ganas de escuchar los latidos de tu corazón y  fundirme en tu cuerpo, sediento de calor. Tengo ganas de con mis dientes, quitarte la ropa, de con mis caricias  volverte loco, de tener tu piel pegada a la mía.
Y mirar tus ojos, mientras desabotonas mi camisa. Tengo ganas de sentir tus manos  en mi espalda, de mirar cómo se estremece  de placer tu cara.  Tengo ganas de percibir en mi oído, tu aliento.  Y conocer  tus más íntimos pensamientos. Tengo ganas de tenerte metido en mi cama y despertar juntos  todas las mañanas. Tengo ganas de hacerte mío. No solo de un momento, mío para toda la vida.
__ Ya quisiera ahogar estas angustias… hundir esta nostalgia y estas ansias que estremecen mi cuerpo  en la profundidad de tu boca… que los labios al fundirse cierren toda posibilidad de que todo esto tome un respiro y entre deseos, y alguna lágrima de emoción por tenerte, todo esto que ahora siente mi pecho en un profundo beso entregar en tus labios.
Ya quisiera volcar en tus labios cada beso que los míos para vos ensayan en secreto, saben de memoria ya cada línea de tus labios y aun desnudos con seguridad puedo decir que cada entre en ellos mis besos sabrán recorrerlos sin temor a perderse en el vacío del aire… te he recorrido tanto sin ver cada trazo de vos, tan solo mi alma supo leerte.
Ya quisiera negarme a respirar este turbio aire que sin vos contamina mi ser, pues alimenta de vacío mi existencia… tan solo vos aquí llenarás este espacio que respiro de ese aroma que sin respirarlo, ya siento es lo que vitalizará mis días… con vos aquí ya no querré otro aire que viaje por mi boca, sino es tu aliento que beberé y será el oxígeno que llene mi vida.
Ya quisiera dar comienzo a mis locuras de amarte… encontrar en ese punto exacto de tus labios donde parece decirme aquí nacen los besos y de ese pequeño espacio, en esa estrecha brecha entre tus labios dar comienzo a la pasión que recorrerá cada parte de la piel despertándola de este sueño de soledad y haciendo de amor estremecer el alma.
Ya quisiera de una vez en vos estallar en infinitas maneras de amar… será un descubrir de emociones cuando mis ojos reciban la luz de tu belleza… cuando mis manos, mi piel descubra la suavidad de la tuya… será un nuevo descubrir cuando beba de tu piel el sudor de pasión y en tu boca, en ese coctel de aliento y néctar de amor, ahogue este deseo de vos que me consume por dentro. Amo... cada centímetro de tu cuerpo. Me gusta acariciarlo con avaricia tierna. Recorriendo con mis manos ansiosas la tersura cálida y subyugante de tu piel.
Explorador osado de sus sinuosidades. Conquistador atrevido de su territorio. Lobo hambriento de la presa codiciada que calme por un instante la gula de la fiera. Como lobo que soy o lo fui en otra vida y aunque... aun me quedan vestigios de mi licantropía... la fiera está amarrada dócilmente al arcano de los sentimientos. Nuestros ancestros hicieron de la violencia la sobrevivencia de la especie. Fuimos creciendo enfrentando un mundo hostil con la fuerza de la naturaleza. Dominamos al fuego y a las bestias más rudas. A los rigores más crueles de vivencias cerriles pero... ante la belleza exultante de tu sexo el instinto se doblega al arbitrio del deseo.
__Amo tu boca, sus rojos labios que invitan al sosiego en la vorágine plena que me elevan sus besos. Sorbiendo el néctar de las flores más bellas. Apaciguando el torbellino de la sed del sediento. Me interno jubiloso anhelante, sin mesura en la selva tórrida de los sentimientos compartidos. Donde mis manos y las tuyas exploran sin medidas los espacios más íntimos ofrendados al amor que nos une.
Ardemos en la hoguera que la pasión provoca. Nuestros cuerpos fundidos en amalgama de ansias. El volcán de los deseos encendido, nos abrasa. Lava ardiente arrasando nuestros continentes.
Amo  esos momentos entre tu amor y el mío. Aferrados al sortilegio que el sentir nos confiere. Dos almas encontradas en el albor de la vida. Unidas al amparo, de los sentimientos más puros y arcanos.
_ Ven amor   destierra las sombras de mi vida, no quiero tu boca  ni tus besos, abrázame
por dios  y deja a mis ojos  marcharse con mis lágrimas mas no las escuches, están solas y tristes.
Ven amor, camina a mi lado en el tiempo de invernar  en el tiempo de florecer  cuando las hojas mudan  la piel del otoño, cuando el calor sorprende la dulce melodía de la tarde  cuando en tu pecho culminan los sueños de mi noche. Ven amor  acerca tus mañanas acerca tu primer beso, mi deseo   una callada sensación de paz  cuando tu alma brilla  en todo mi universo.


__ ¿Qué crees que vio Sarah, Guille? _preguntó Pedro preocupado.


__ No lo sé exactamente, pero supongo que aquellas fotos que dispararon cuando fui a Ezeiza a recibirte, no se me ocurre otras.
__ ¿Quieres que vayamos a verla y a contarle todo? _interrogó perdiéndose en la mirada.

__No creo sea el momento, además  no es algo que vaya a perdonar, la perdí, solo quería que lo supiera por mí pero no llegué a tiempo, ahora ya es tarde _ susurró lanzando un suspiro__. La defraudé en todo, se cayó el disfraz que me puse antes de la muerte de mi padre y me temo que lo que soy ni lo esperaba ni podrá aceptarlo, no que sea gay menos que sea tu amante.

__ ¿Y si le pedimos a Natasha que confirme la verdad?
__ No tiene sentido Pedro, Sarah no es mala pero es inflexible, y en el fondo siempre supe que este sería mi final con ella como habría sido con papá de estar vivo__. Si la vida es sueño
posee muchas pesadillas, más ficciones que realidades, más mentiras que certezas, más hipocresía que humanidad. Por tener, tiene  más cruces que creyentes, en una minoría de dioses con más miseria que riquezas, posee  más cruces y  más velas que practicantes. Por tener, posee, más iglesias que bibliotecas, más biblia que intenciones,  más guerras calladas que bombas, más crueles balas que asesinatos,  más exterminio que natura.

Si por poseer tiene esta vida de pesadillas, más políticos, asesinos que religiones amparadas por la bondad. Si la vida es un sueño aún no he despertado de esta pesadilla. Solo nuestro amor hace la diferencia y hoy nuestros hijos, quisiera huir a París como hicimos una vez, caminar de la mano, libres por la ribera del Sena, no estar acá.
_El amor comparado con una fragancia; es esencia divina que se impregna en cada poro de la piel, para que perdure e intensifique y conserves su aroma tendrás que estar  dispuesto a avivar su olor, impregnándote de él. Abraza ese sentir, no dejes que se esfume su intensidad que enamora; esa fineza que seduce, enciende, apasiona y que puede perdurar por una eternidad. Fina calidad paga el precio por conservarlo el costo,  es ser único y exclusivo de ese perfume que no encontrarás jamás, ya que fue diseñado para ti, no dejes que se esfume  su esencia exquisita, olor afrodisíaco,  elixir de vida. No me he arrepentido de nada, todo lo resignaría menos “esto... Lo nuestro”,  Guille. Me equivoqué con ella, quizás hasta con tu hermana, pero no fue adrede, no quise dañarlas, no voy a renunciar al sentido que encontré a tu lado. Me diste calor y energía, coraje y verdad, todo naciendo en la fortaleza del amor. Una ilusión que fortalece al amor sin más opciones que la confirmación, de buenos deseos que se encuentran en devenir de un cariño congruente, en la vida de dos seres en el campo…  una historia, un amor, un destino.
 Te conocí en tu núcleo lleno de paz en tu corazón de  hombre hermoso, el viento se engraciaba con tu pelo tu sonrisa irradiaba un encanto, que la misma naturaleza enmudecía de verte tan fuerte y tan bello. Emerge de ti una fuerza masculina con la energía que atrae sin remedio como si de un imán se tratase.
La tarde se termina en todo su esplendor, puesta de sol hermosa pintando el cielo de rojo al que yo clamo  por tus ojos, la noche  se acerca serena, como la luz de un reloj detenido en el momento exacto, donde yo tengo que traerte a mi sueño, donde tu presencia se convierte en esa realidad que enaltece mi alma, cuando irresistiblemente sueño tus besos, y su caída en mis labios, son como las gotas de rocío entre las alas del ángel de los sueños, ese que me cuida en cada momento de desespero, convirtiéndolo en reparadoras lágrimas de miel, cayendo por mi piel.
Yo, libre como un cielo gris, azul, blanco, tormentoso o en calma en el que los lamentos son tormentas que alborotan el universo, dejo que mi alma baile en esa melodía que me lleva hacia ti donde se encuentra la felicidad eterna, y le dejo, que sueñe al compás del pentagrama de la dulce razón, para seguir vivo.
Mientras la noche no llega, me arreglo para tu llegada, quiero que me sientas, dulce, sereno  y libre, dejaré que te acurruques en mis brazos, donde el sentir del corazón hará que emanen momentos de dulzura, eternos, donde puedas sentirte amor mío vivo y libre en mí.
Por fin aquí está la noche negra, la recibo con agrado porque sé que ella será fiel, y te traerá a mí, como cada noche de  para encontrarnos entre sus sombras.
Déjame amor mío, ser tu ángel de amor.
Ayer, la casualidad se hizo coincidencia, como si el azar y el destino conspirasen a mi favor, como si toda circunstancia erigiera un punto de encuentro, en la arena del tiempo a orillas de tu existencia y la mía.
__No existe la casualidad, Pedro, ojalá ella lo entendiera, nosotros estábamos predestinados. Quisiera decirle, lo tropecé y lo amé cuando llegaron a la estancia pese a los puñetes, no fue en su contra madre__. Lo vi, caminando abstraído envuelto en sus misterios en la playa de los olvidos, un cielo azul, a su favor tendía cristalino cegando las estrellas, y un aire a sal entre caracolas, me trajo de él, el mar y el vaivén de las olas. Sobre la desnudez de sus pies un azul vivo, intenso de agua marina, dándole la bienvenida de unas olas cristalinas reverenciándolo  a su paso.

El viento lo rodeaba en abrazos susurrándole la brisa  al oído. La arena besaba sus pies haciendo perennes  sus huellas, como algo impreciso,  inseguro, casi imperceptible, el mar se abría a sus pies descalzos. Una a una, fueron cayendo las escamas de su ropa, hasta que el mar
en su posesión cubrió su desnudez. Reprimí mis ojos al perderlo, entre las olas y el horizonte.
Se agitó mi corazón,  el mar se hizo océano, las arenas movedizas  y el cielo, se hizo abismo. El murmullo de las olas me trajo el canto del viento, se calmó mi aliento se durmió mi alma, entre la arena de la calma, las húmedas caricias del aire, y la sal de su piel, en mi cuerpo.
Créame, lo que le digo,  desperté místico, sabio y complaciente, seguí sus pasos perennes,
hasta la puerta de mi casa. Mi habitación, sabía a sal y mi cama tenía la humedad del mar.
__Me gusta, estar en tu pensamiento allí, arrinconado, hospedado en los rincones de tu soledad, contigo dentro, entre las afiladas esquinas  de tus heridas, que seas mi teoría y mi práctica sentimental, entre los pliegues  de tus sábanas, acomodado, dormido, somnoliento
esporádico de intenciones abiertas en algún que otro momento.
Ser de ti, una macropartícula de un microsegundo, que hace los instantes del espacio que habitas, la fracción de un día en el trágico trance  del recuerdo, que hace el macrocosmos de la memoria, de tu inmensidad,  tu historia y tu biografía. Me gusta que seas, mi sentimental farmacia de guardia, con los servicios mínimos de tus caricias, la que me espera en la estación del otoño, la que como siempre vuelve, la de todos los meses de todos los años.
Que seas la ambulancia de mis besos exprés en mi urgencia de verte, que seas mi pan de cada día el dulce postre empalagoso de la guinda de mi pastel. Que seas, mi hospital de día
hasta el crepúsculo, de mi almohada el colchón de mis noches, mi desnudo enfermero,
mi  doctor privado, especialista de mi cama,  el banco sangriento, silábico de tu sangre en mis venas, esa enfermedad  de ti que sufro y padezco de por vida, que me entretiene,  me tienes, esa enfermedad de tu nombre,  vacuna que no me sana salvo el amor y el deseo.
Me gusta que seas el interés de mi banco, que me prestes tu cariño a un interés muy alto, comprar acciones renovables a tus placeres y orgasmos, vendiendo bonos al estado de la física de tu ser comprando tu sonrisa   al por mayor.
Que seas la mueca irónica malévola  de mi candidato  en el voto de su interés que me engaña,  de tus pezones que me regalan la erótica de sus promesas, gritando ajeno tu libertad encadenada a la mía, que promete más que habla igualdad y parentescos de parientes lejanos, que me garantiza el futuro sin garantías ni contratos.
Me gusta, tu monarquía por la gracia de Dios, en el pasado poniéndome en el futuro a la diestra del presente, que la siniestra sea cerca de frente, a mi costado y contigo, cara a cara, al mañana a la sombra de tu sol, de la figura alargada que hace la sombra  de tu espalda.
Que seas perverso maquiavélicamente sensual, mi diablo  intencionado,  pervertido en su propósito y sexual, con el despropósito hambriento de mis sentimientos, cuando puede más el deseo que tu sentir. Que seas mi guerra sentimental justificando el mal de tus sádicas perversiones, que seas mi dios  nocturno y diurno sentado en mi cintura.
Me gusta, que tu piel sea el plano de mi ciudad, la guía urbana de tus suburbios, tus jardines y asfaltos, los semáforos en rojo de tus labios, el ámbar de tu lengua, el verde abierto hacia tus brazos, navegar por la Venecia de tus venas, por los canales de tus arterias, la torre Eiffel, en el París que bien tu persona vale una misa, la piedra inamovible en el podio. Me gusta, que tú me gustes de lo tanto que me gustas, que por gustar me gusta el gusto de gustarte.
Se llenará este vacío que atrapan mis brazos en ese momento… no habrá más vacíos en mis manos al querer sentir tomar otros… al querer posar sus caricias por una piel suave, sentir que al paso de ellas por tu cuerpo, tus poros despiertan, se erizan como queriendo atrapar  dentro de ti el amor que voy dejando.
De tan solo mirarte a los ojos comenzaré a consumirme en tu amor que es mi locura… que ha sacudido mis cimientos reacomodando mi vida, querré perderme por siempre en el perfume de tu piel… ser consumido en el fuego de tus labios morir ahogado en los jugos de tu boca.
Perderme por siempre en cada rincón de tu cuerpo en esos momentos que demos rienda suelta a nuestro amor liberando la pasión y el deseo contenido de amarnos,  mis labios lentamente harán florecer tu piel con sus húmedos besos despertando en ella tantas primaveras dormidas.
Ya, mi amor, quiero comenzar a perderme entre tus cabellos al jugar con ellos,  quiero perderme en el eco de tu  voz diciéndome te amo, sentir que alcanzo el infinito al cerrar mis ojos al besarte y allí abrir para ti los ojos de mi alma que tienes enamorada y esperando ese momento de abrazarse a la tuya para siempre con este amor.
Déjame pecar junto a ti, déjame acariciarte tan intensamente que sientas mi calor abrasador junto a tu fuego,  que derritamos la pasión de este amor que late solo por ti. Te embriagaré de tanta miel en tu paladar que jamás pedirás alguien más de esas mieles sino solo las mías.
Déjame pecar junto a ti, déjame besarte con la tibieza de mis labios mordisqueando cada parte donde nadie ha llegado, donde nadie haya descubierto tus venerables deseos, déjame pecar junto a ti, déjame ser tu otro yo en el amor donde seremos solo uno en las sábanas del placer
donde nos cobije la ansiedad de nuestro cariño  donde el pecado quede en las cuatro paredes, 
donde las palabras de amor nos queden como adornos al oído nadie entiende este amor. Este pecado  será nuestra condena  pero déjame pecar junto a ti.
__

Cuando Camila llamó a la puerta diciendo que Natacha había llegado en shock acompañada por el padre de su hijo y que encendiéramos los televisores, los ojos no dieron crédito de inmediato a lo que estaba sucediendo en la galería donde  Sarah acababa de cancelar la muestra pero también de  firmar contratos con otros artistas.
Guillermo permaneció abrazando a su hermana con la mirada anegada clavada en la pantalla, apenas saludó al padre de su sobrino que no obstante se quedó sentado junto a ellos.

__Hoy lo supo todo, acababa de llamarme, discutimos _balbuceó al oído a su hermana.

__ ¿Todo?
__  Debe de haber andado por las redes con ese hombre por algo laboral y vio mis fotos con Pedro _ respondió__. No alcancé a decírselo.

__Por Dios, no hables como si… __rompió a llorar y Carlos  rodeó sus hombros con ternura.

__Guille __susurró Camila__, tal vez deberías ser más amable con ese hombre, está con tu hermana después de todo.

__No me importa él ahora Cami, es un caradura, mi hermana podría exigirle mucho más y no lo hace, es lógico que  quiera aparentar al menos ser amable.
__No me parece mal tipo, es más dice que si bien no lo ata económicamente sí se siente responsable, creo simplemente que puede estar confundido.
__No me interesa hacer  amistad con ese hombre justo ahora _ bramó Guillermo y Pedro le tomó la mano acariciándole el dorso.

__Guille _ balbuceó Natasha de súbito_, ¿crees que debería  esperar en Pilar?

__ No, no te marcharás allá sola, esperemos novedades, Nacho  sabe qué hacer, y esto no es un secuestro que vaya por un rescate, es un ataque global, terroristas seguramente.

Lo que estaba sucediendo  a Sarah, los tenía aterrorizados. Todos los televisores de la casa estaban encendidos y la información en todos los canales era alarmante, mismo que en las redes sociales. Una decena de hombres armados habían ocupado el edificio de las Galerías una hora antes, costaba creer que hubieran podido sortear a la seguridad pero así era, quizás ingresando como  público, estaba una muestra de esculturas en exposición.
Después de tomar los primeros rehenes seguían reuniendo a más en dos plantas del edificio. Decían que iban muy armados con ametralladoras y armas automáticas al momento de nacionalidad y de origen desconocidos, que podían ser terroristas del país o infiltrados de Oriente Medio pero habían cerrado dos pisos del edificio y todos los rehenes estaban reunidos en ellos, nadie se había atrevido aún a tratar de liberarlos por temor a que los mataran.
El locutor mencionó los pisos tomados. En ellos había salas de exposición y oficinas y en efecto en uno la de Alejo Carpentier que Pedro reconoció como con quien Sarah anulara su muestra. A todos les recordaba el once de setiembre de Nueva York o algo similar aunque ningún grupo ni  estado, ni grupo religioso se había vinculado con el ataque, aquello no era tan dramático pero sí de potencial riesgo  similar.  A todos se les había ocurrido que podrían volar parte o todo el edificio en un atentado suicida y matar con un par de hombres a centenares de rehenes para lograr gran repercusión mediática o para difundir algún mensaje usando la fama de muchos de los cautivos. Nadie lo sabía aún, pero todo mundo pensaba que los secuestradores debían de ser extremistas de alguna clase en un acto desesperado, recordando los tristes episodios del atentado a la AMIA y a  la embajada de Israel.
Permanecieron horas pendientes de la pantalla mientras los equipos de rescate intentaban establecer  contacto con los secuestradores.
Seis horas después el edificio seguía sitiado. Varias personas habían salido de una de las plantas aprovechando que los delincuentes trasladaban a las personas a solo una para controlarlos mejor. Desde entonces las fuerzas especiales habían ocupado la planta abandonada sin acercarse al lugar en el que estaban retenidos los rehenes en el piso superior. Y quienes habían escapado decían que varias personas habían sido asesinadas.

__! Mierda! Quiero ir allí, debe  poderse hablar con alguien, Camila, Orestes __ gritó Guillermo poniéndose de pie.

__Entiendo que debe de estar allí, Guille, no contesta llamados.
__Guille, no dejarán que nadie se acerque, es mejor quedarnos acá, al menos por ahora.
__No voy a callar, no voy a dejar a Sarah allí dentro __dijo con la furia bullendo en las venas __. ¡Qué calle! Me piden que calle, que guarde silencio ante la cobardía acumulada de despojos insensibles,  de un corazón endurecido por el martirio de la vida injusta que le tocó llevar.
¡Que calle, me exigen que calle! Que guarde en el alma el profundo anhelo de mejorar el mundo, la visión y la razón de un ser pequeño que apenas vive y necesita amor. Quieren turbar mi mente y mi voz, cercenando de un solo tajo mis pensamientos, acumulando silencios en el precario mundo de la ignorancia o peor aún de la indiferencia.
¿Callar, podré entonces callar? ¿Cómo hacerlo? Si este mundo es de aquel que se atreve, es del que pierde el miedo y camina aun a oscuras sabiendo que puede tropezar, pero a tientas en cuanto puede se vuelve a levantar.
Vuelve la apatía con el beso enmudecido y la caricia mofa pretendiendo que esta boca rosa no diga lo que la razón invoca y la sapiencia carga; y entonces con un grito revelador digo: "No, no callaré". Mis labios no cerraré  y mi voz no enclaustraré en la plegaria del temor, y si acaso me obligan a enmudecer, en la pluma mis alas dejaré para que las letras digan lo que mi voz reprime y muy lejos puedan llegar. Imprimiré con el alma en el papel lo que mis sueños pretenden, pintaré en el viento palabras vivas para que los que se fingen invidentes puedan escuchar, que mis textos viajen lejos tocando corazones y abriendo las razones de aquellos que provocan temores en la vida de los demás. ¡Entonces; y solo entonces! cuando todo el mundo me haya escuchado a través de los ojos que se hayan cegado, podré mis ideales callar y al fin en mi tumba me dejaré descansar.

__Guillermo, cálmate, no hay nada que podamos hacer allí más que molestar _aconsejó Pedro con sensatez.

En los pasillos de la planta ocupada por las fuerzas especiales había cadáveres, al menos dos, pero  no se había revelado su identidad. Rezaron todos porque no fuese Sarah una de las víctimas.
Las unidades de operaciones especiales ocupaban la azotea, la planta inferior y el vestíbulo,  de momento nadie se atrevía a hacer ningún comentario o movimiento por miedo a poner aún en mayor riesgo a los rehenes. Habían evacuado edificios adyacentes, y la calle se convirtió en un hervidero de equipos de crisis, militares, policías, bomberos que esperaban que sucediera algo.

Camila, Dana y Pedro advirtieron que durante todo aquel tiempo Charles permaneció sentado muy cerca de Natasha, tomándola de la mano.  Y ella pasó horas…   sentada en el mismo sitio rogando por su madre, mientras su ex permanecía sentado junto a ella rogando en silencio con ella, intentando de vez en cuando que comiera o bebiera algo sin éxito, como nadie podía hacerlo. Lo sentía muchísimo por ella, la veía mortalmente pálida y por momentos temió por el estado del feto, se preguntó si lo perdería por la conmoción, aunque de momento desalojó el pensamiento. Solo quería apoyarla a ella. Sus discrepancias acerca del hijo que esperaban por accidente no eran nada comparado con aquel tremendo drama.

Parecía inevitable que fuese a morir más gente cuando las fuerzas de seguridad entrasen al edificio para liberar a los rehenes, ya que los secuestradores amenazaban con dispararles. Estudió en esas horas los rostros de cada uno, y lo conmovió cuando en un momento Camila se asomó con el recién nacido en brazos, le parecía que Natasha en verdad tenía una familia y amigos admirables, cosa que él jamás había conocido.
Ella no tenía la menor idea de cómo estaba su madre, como ninguno allí. Habían llegado Alberto y Gaby al oír el nombre de ella entre los secuestrados, pero no había comunicación con ninguno de los rehenes que los atacantes mantenían incomunicados.
Había helicópteros zumbando sobre el edificio, y varios habían ya aterrizado en la azotea, con hombres especializados en lanzarse hacia abajo colgados de sogas, pero no se atrevían a atacar la planta afectada por miedo a que desesperados los hombres los mataran a todos.

El primer mensaje claro llegó justo después de las siete de la mañana del  viernes 05 de agosto. Era un grupo desesperado de extremistas palestinos, dispuestos a morir y atacar a cualquier habitante de países occidentales en respuesta por los recientes ataques comandos israelíes en la frontera. Afirmaban que pretendían que en el mundo entendieran lo que se sentía. Desde la guerra del cuarenta y ocho Israel era un país apoyado por Estados Unidos que recibía dinero y apoyo a raudales mientras millares de palestinos morían en  ataques o de hambre. Pero, en tanto, el gobierno palestino negaba cualquier vinculación y no sabía nada de sus miembros. Protestaban contra la difícil situación de su pueblo y pretendían llamar la atención del mundo con ataques simultáneos en varios países, aunque para eso tuviesen que matar a personas inocentes. Mientras el gobierno y sus agentes viajaban en coches de lujo con la ayuda recibida del país del norte, el pueblo sufría ese despilfarro. Su decisión y disposición a morir dificultaba toda acción de las negociaciones para intentar razonar con ellos. A aquellas alturas todos los gobiernos de Oriente medio se declaraban indignados por sus acciones y ofrecían cualquier ayuda si fuese necesario.
Llegaron varios delegados de las Naciones Unidas para tratar de contribuir en las negociaciones, o por lo menos servir de intérpretes. Acudieron en un gesto de buena voluntad y explicaron que el grupo actuaba por su cuenta, aun  sin conocimiento ni aprobación de sus propios gobiernos, que también censuraban el acto. Ningún gobierno quería que los rehenes resultasen heridos. Mientras tanto, los secuestradores, repetían frenéticos que estaban dispuestos a morir por su causa y llevarse consigo al mayor número de víctimas posible. Parecían haber perdido la capacidad de razonamiento. Su ataque al sitio había sido desorganizado pero de una eficacia estremecedora.
La familia permaneció en el living, llorando, mientras miraban la pantalla. Solo Camila hablaba de vez en cuando con Moravia, y Charles no se separó de Natasha ni un minuto.

En la calle en que se hallaba el edificio reinaba un caos organizado y una tensión extrema. Los secuestradores afirmaban tener explosivos suficientes para volar la manzana entera y eso era lo que pretendían hacer. Por todas partes había vehículos y hombres con uniformes de todas clases, fuerzas especiales y equipos de crisis, servicios de emergencias, bomberos, policías, y jefes, y también diplomáticos del país y de las Naciones Unidas con expresión impotente y aspecto sombrío. Por el momento, todo el mundo se sentía así.
Las unidades de operaciones especiales estaban listas para atacar, pero era necesario que el ataque se desarrollara de forma impecable, con rapidez y precisión, e incluso  así había muchas posibilidades de que la mayoría de los rehenes muriera. Nadie quería asumir ese riesgo con un ataque que resultase mal orquestado o prematuro. No salió en las noticias, pero un reducido equipo de comandos israelíes que normalmente protegía al embajador de su país había acudido a asesorarlos y hasta miembros del Mossad (servicio de inteligencia de Israel), aunque su presencia aun habría enfurecido más a los secuestradores. Parecía que la mitad de la seguridad de los representantes de Oriente estuviese allí para prestar su ayuda. Nadie quería verse asociado con los atacantes ni asistir a otra masacre. La tensión era palpable, y a una manzana de distancia se había establecido un centro  de mando lleno de expertos y de miembros de los servicios de inteligencia del estado y de países vecinos. No había aviso de ataque. Se había producido sin más. Y hasta el momento nadie se atrevía a hacer un movimiento por miedo a empeorar la situación.
Si no querían arriesgar las vidas de los rehenes tenían las manos atadas, sin embargo un grupo especial de ingenieros revisaba los planos del edificio.

A las seis de la tarde un plan de  los jefes de las diferentes unidades estaba analizando la manera de subir por los conductos de ventilación desde la planta inferior, sorprendiendo a los secuestradores, y  Alejo tenía el  privilegio de estar allí por su status de VIP, escuchando el plan de los demás.
Se calculaba que había un centenar de personas retenidas como rehenes. Los terroristas no habían liberado a nadie en las últimas horas que llevaban ocupando el edificio y, a juzgar por los mensajes de los secuestradores, todo el mundo empezaba a tener en claro que existía la posibilidad de que murieran todos. Era imposible razonar con personas que no valoraban su propia vida y no había manera de saber cuántas personas habían muerto ya. Nadie lo sabía con certeza, y los terroristas no lo decían. A las cuatro de la tarde el capitán de las unidades especiales había establecido contacto por radio con ellos. Y varios intérpretes de las Naciones Unidas estaban ayudándolos a comunicarse, pero hasta el momento sus mensajes consistían en amenazas y diatribas sobre la situación en su país. Varios negociadores intentaron disuadirlos en vano.

A las ocho de la tarde, nadie ponía en duda que el único modo de liberar a alguien no era la negociación sino la fuerza. Y el capitán de operaciones especiales no quería esperar mucho más. Otros miembros de la misma unidad y el jefe de policía de la ciudad estaban examinando en detalle los planos de ventilación y los  espacios de acceso a los mismos. Incluso el arquitecto del edificio estaban allí. Pero fue la SIDE y sus jefes quienes tomaron la decisión de enviar al interior a las unidades de operaciones especiales a las nueve de la noche, manteniendo informados en todo momento a los ministros del interior, exterior, defensa y al poder ejecutivo en pleno. El gobernador estaba presente junto con diplomáticos y un grupo operativo de las Naciones Unidas. El país entero estaba pendiente de una situación lamentable.

A las ocho y cuarto los terroristas hicieron un burdo intento de emitir con una cámara especial portátil. Tras divagar un buen rato, dijeron que iban a volar el edificio. No se los distinguía con claridad pero a través de la cámara, que daba saltos como loca, se veía a varios grupos de rehenes apiñados en el fondo. Los secuestradores parecían muy peligrosos. Solo eran diez, pero contaban con un arsenal  de armas que nadie sabía cómo habían logrado introducir en el edificio.
 Nadie tenía idea a esas alturas de si Sarah estaba viva o muerta. Lo único que podían hacer era esperar a averiguarlo. Ella alzó la mirada hacia Charles que le daba un masaje en los hombros y le dio las gracias.

A las ocho y media estaba en marcha el plan de evacuación, una intervención arriesgada para todos, tanto para los liberados como para los rehenes. Resultaría casi inevitable que hubiese víctimas.
Todos los edificios de la zona habían sido evacuados horas antes, y el tráfico interrumpido por si los secuestradores cumplían con la amenaza de volar la zona. Allí solo había vehículos de emergencia, equipos de crisis, el ejército y un puñado de asesores. La operación, muy profesional se desarrollaría bajo un fuerte operativo de seguridad.
Finalmente las unidades de operaciones especiales se prepararon para intervenir. Poco antes habían cortado la electricidad en el edificio y avanzaban con lentes frontales de visión nocturna y unos minutos antes de las nueve, un grupo de cuarenta hombres armados y bien entrenados entró por el sótano. Otro grupo había aterrizado en la azotea, y otro ascendía por los conductos de ventilación, siguiendo un plan estratégico. Los hombres  llevaban botellas de oxígeno y gafas de infrarrojos e iban equipados con chalecos antibalas y el mono característico, fusiles de asalto y ametralladoras.

Pasaban nueve minutos de las nueve cuando llegaban a la planta en que estaban retenidos los rehenes, un dato que conocían gracias a las pocas personas que habían escapado  por unas escaleras situadas  en la parte de atrás cuando nadie miraba. Las pocas que salieron lo lograron por pura suerte, pero les habían dado información muy valiosa.
Gracias a los sistemas de succión que llevaban en los guantes y en el calzado, los componentes más especializados de la principal unidad de operaciones especiales encontraron una sala con sesenta mujeres en el interior, vigiladas por solo dos hombres situados cerca de la puerta. Los tiradores de élite de la unidad de operaciones abatieron en silencio a los guardias ante la mirada horrorizada de las mujeres, que, de forma milagrosa, consiguieron no gritar.
 A continuación, los agentes les indicaron por señas que los siguieran sin hacer ruido. Les hicieron cruzar tres puertas dobles y bajar dos tramos de escaleras a toda prisa. Muchas habían perdido los zapatos e iban descalzas. Todas parecían asustadas, pero se armaron de valor para bajar a toda velocidad, atónitas al ver que nadie las detenía. Mientras tanto, sus liberadores se preguntaban dónde estarían retenidos los rehenes varones.
 Alejo había logrado unirse  con una de las unidades y se hallaba en el vestíbulo. Esperando noticas de arriba, cuando las mujeres atravesaron una puerta contra incendios  cruzaron corriendo el vestíbulo. Sollozando y descalzas.
Nadie se había comunicado por radio para decir que las habían liberado y que iban a salir.
La mayoría de los miembros de la unidad de operaciones especiales se había quedado arriba para buscar a los hombres. Y de pronto se armó un auténtico pandemónium mientras sesenta mujeres atravesaban corriendo el vestíbulo y las puertas principales del edificio con un puñado de hombres que daban instrucciones. Los comandos del vestíbulo se pusieron en acción para echar una mano, y Alejo con ellos. Cerca de él, una mujer tropezó a punto de desmayarse, Alejo la tomó en brazos y la sacó del edificio. Un reportero le hizo una foto mientras dejaba a la mujer con el bombero más cercano y se apresuraba a entrar de nuevo.
Las mujeres seguían bajando y de pronto Alejo vio aparecer a Sarah por la puerta contra incendios. Ella se quedó  asombrada al reconocerlo. Alejo se dirigía hacia ella y varias mujeres más cuando todos oyeron un disparo. Nadie sabía de dónde procedía y en segundos se armó la marimorena.
Un francotirador solitario había bajado por una escalera cuando encontró a las mujeres desaparecidas y abrió fuego contra ellas. Dos mujeres cayeron al suelo, y un comando recibió un disparo en el brazo antes de que nadie pudiese accionar. Para entonces el francotirador salía disparado entre la multitud con una máscara en la cara. Los comandos no se atrevían a disparar por miedo a matar a algunas mujeres, que corrían hacia las puertas gritando.
En ese momento, Alejo había llegado hasta Sarah que estaba arrodillada junto a una mujer que había recibido un disparo en la cabeza. Y, sin pensar, Alejo agarró a Sarah, la ayudó a ponerse de pie, la protegió con su cuerpo y la condujo hasta las puertas donde un policía la sacó.
En ese momento cuatro de los comandos apuntaron contra el francotirador que murió en el acto. El hombre cayó boca abajo en un charco de sangre sobre el suelo de mármol, cerca de dos mujeres a las que había matado.
Alejo contemplaba incrédulo la escena mientras los rostros de las mujeres se arremolinaban a su alrededor. Oyó una voz masculina que decía algo. Las palabras que oía resultaban confusas. Alejo vio piernas a su alrededor y se preguntó qué había sucedido. De pronto lo vio todo negro y se desvaneció sin proferir un solo ruido.
Las mujeres estaban fuera del edificio cuando los comandos restantes se arrodillaron junto a Alejo. El francotirador le había disparado en la pierna, alcanzando la arteria antes de que la unidad de operaciones especiales lo abatiera. Pusieron al hombre en una camilla y lo llevaron a toda prisa a una ambulancia. Mientras tanto, Sarah, y las demás mujeres recibían mantas y los cuidados necesarios antes de ser conducidas hacia las ambulancias y unidades médicas que llevaban horas esperándoles. Sarah vio que la ambulancia arrancaba sin saber quién iba dentro. No había visto caer a Alejo.
En el vestíbulo bomberos y policías cubrían los tres cadáveres con lonas. Era una escena horrible, y el suelo blanco estaba cubierto de sangre.
Seguía sin haber noticias de arriba, pero en pocos segundos revivieron las radios. Los rehenes varones estaban a salvo. Tres murieron durante la operación destinada a liberarlos y cuatro asesinados antes de que llegara el rescate. En total once personas inocentes  habían muerto en el ataque, más de lo que todo el mundo quería, pero mejor de lo que habían temido- Los terroristas restantes habían tratado de hacer explotar una pequeña bomba, obra de aficionados, que los artificieros habían desactivado en poco tiempo.
Los comandos habían abatido a todos los secuestradores. Sus armas eran rudimentarias y su plan poco efectivo.
Los hombres que habían sido tomados como rehenes bajaron las escaleras, cruzaron la aterradora escena del vestíbulo y fueron atendidos por unidades médicas. Varias unidades seguían arriba comprobando si había más bombas.

Sarah abandonó la escena en un coche de policía con la sirena en funcionamiento mientras muchos de los vehículos que estaban en la zona empezaban a dar marcha atrás para alejarse de allí. Llegaban más unidades policiales para labores de limpieza. Sarah pidió un teléfono móvil a uno de los policías para llamar a Natasha.

__ ¿Mamá? __en cuanto Natasha la oyó se echó a llorar, sollozando aliviada mientras el resto reía y lloraba a la vez, Guillermo se sintió tentado de tomar el teléfono pero supo que lo mejor era no hacerlo.

__Hija, estoy… aturdida pero bien, debo ir a declarar y acudir al hospital para pasar un reconocimiento, te llamaré tan pronto llegue a casa, pero faltan horas para eso.
Tras colgar, Natasha se perdió entre los brazos de Carlos, antes de encontrar a los de su hermano que lloraba como todos.

__Guille, está salva, sana _le dijo, y se sonó la nariz en un pañuelo de papel que Camila había repartido__. No ha tenido tiempo de decir gran cosa. Me llamará más tarde.  Guille te perdonará, bueno no hay nada que perdonar, te comprenderá, yo los ayudaré.

Le dedicó una mirada de disculpa y él negó en la cabeza, y abrazándola se echó a llorar.
__No importa eso ahora, creo que te llevaré a Pilar para que te encuentre.
__Yo puedo hacerlo, Guillermo _dijo Charles.

__Gracias, se lo agradeceré entonces.

El día había sido increíblemente angustioso para todos. La tensión había durado casi dos días. Costaba creer que diez terroristas hubiesen entrado a un edificio y lo hubiesen ocupado mientras todo el mundo libre asistía a sus acciones a través de la televisión de cada país.
_A las once de la noche se confirmó que habían muerto once  personas aunque no se revelaron sus nombres hasta notificar a las familias.

La única víctima que Sarah conocía era a la secretaria de Alejo, una de quienes había sido asesinada en el vestíbulo por el francotirador ante sus ojos. Mientras ella se encontraba en el Hospital Italiano  como muchos para un simple reconocimiento, Alejo Carpentier había ingresado minutos antes en estado crítico en la unidad de trauma del mismo hospital.
Lo mencionaron brevemente en las noticias que todos oyeron en la estancia. La información decía que el  empresario artístico había recibido un disparo de un francotirador mientras ayudaba a mujeres a abandonar el edificio que le había alcanzado la arteria femoral.

Cuando se apagaron los televisores todos estaban agotados, mientras se preguntaban cómo se sentiría Sarah mientras esperaban su llamado. Sarah había pasado muchos hechos traumáticos en el último año, casi había caído en el alcoholismo, pero nunca había rozado la muerte como en esas horas. Natasha habría querido ir con ella pero su madre no la dejó diciéndole que todo era muy caótico.
Mientras ella se despedía de todos con un beso prometiendo llamar desde Pilar, Dana y Camila luego de dar la cena y dormir a los niños ofrecían algo de comer y beber al resto, reunidos más relajados luego de tantas horas de tensión.

__Es increíble pero pareciera que ese hombre salvó a mamá _ dijo Guillermo ya en la mesa.

__Habrá que seguir su evolución y rogar porque se salve _ respondió, Pedro__. Apenas llegué a conocerlo pero pareciera ser buen tipo.

__ ¿Tu concierto, Pedro? _preguntó Dana.

__ Bien, estoy a tiempo aún, no depende de ellos.


Pilar.

Sarah llamó a las dos de la madrugada y dijo que estaba en el coche de policía, de camino a la estancia de Pilar. Todo había acabado, el edificio era seguro, los terroristas estaban muertos. Once personas habían perdido la vida, aunque el balance pudo ser mucho peor. El ataque había resultado terrible para todos ellos. Pero no era una catástrofe. Diez terroristas aficionados habían logrado ocupar un edificio y solo habían conseguido sembrar el caos y la muerte, sin servir a su causa. Incluso su propio gobierno se sentía horrorizado por lo que habían hecho.

__Estoy esperándote mami _dijo Natasha cuando la llamó.

Iba a pasar días con ella, algo que se alegraba de poder hacer, deseaba tocar el tema de su hijo, de Charles, de Guillermo con Pedro, sentía que se los debía, en verdad deseaba reconciliar a la familia. Sarah, como el resto de los ocupantes del edificio habría podido ser una de las víctimas y no una superviviente. Y ella estaba conmocionada y comprendía que lo único que la había ayudado a pasar todo aquello raramente era su hermano y la presencia de Charles.

__No sé cómo darte las gracias __dijo mientras inspiraba el aire puro de la estancia antes de despedirlo__. Este ha sido el peor día de mi vida… y el mejor… puesto que ha sobrevivido. _Sentía un gran alivio y no soportaba pensar en lo que habría sucedido si los terroristas hubiesen asesinado a su madre__. Gracias por estar aquí, Carlos.

Se había portado de maravilla con ella. Natasha había visto un aspecto de él que no habría podido imaginar y que nunca habría conocido de otro modo. Un aspecto humano, sensible, tierno y compasivo, muy distinto de la actitud a veces directa, fría y distante.

__Me alegro de haber podido estar contigo _ dijo él amablemente mientras caminaban hacia el coche. También se sentía agotado__. Lo de Alejo es una pena _ añadió mientras  llegaban-. Es un gran hombre y excelente profesional. Espero que salga adelante, y se ha comportado como un héroe al ayudar a la gente a salir del edificio. No tenía por qué hacerlo.

Ella asintió con la cabeza. En ese momento solo podía pensar en su madre aunque sentía lo que le había pasado a ese hombre.
Cuando él a regañadientes la dejó con los empleados de la estancia, ella le ofreció que lo llevara a su cargo un servicio de autos, estaba agotado, se ofreció a pagarlo.

__Creo que puedo hacerme cargo, si tú pagas la universidad de nuestro hijo –le dijo riendo.

Al oírle mencionar al niño que esperaban, ella sonrió con timidez y emoción. Era la primera vez que salía el tema aquel día.
__Trato hecho _ dijo ella con una sonrisa.

Natasha no estaba segura si habría tenido noticias suyas de no ser por lo de su madre, y lo mismo ocurría con él, necesitaban tiempo para pensar en lo sucedido y en lo que les esperaba. Aún no había él decidido si quería involucrarse o no, pero se había alegrado de estar allí con ella y conocer a la familia. No podía dejarla sola con aquella angustia y terror. Ella le dio un abrazo.

__Gracias, Carlos. Hoy has sido un héroe para mí y pase lo que pase después, te quiero por ello. No habría podido soportar este día sin ti y los míos.
__Tómatelo con calma. Descansa, hoy ha sido un día terrible.
 __Sé que ha sido el peor _ contestó ella asintiendo.

Cuando al fin Carlos subió a su coche, esperó a que ella entrara, cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el asiento. Nunca había pasado por nada tan duro y admiraba enormemente a esa mujer por su serena elegancia y autocontrol.
Natasha entró solo pocos minutos antes que llegara Sarah que llevaba la ropa que se había puesto el día anterior para visitar a Alejo, y zapatillas que le habían dado en el hospital cuando llegó descalza. Aún temblaba cuando su hija la estrechó en sus brazos, y una manta de hospital seguía rodeándole los hombros. Su hija nunca la había visto así, desaliñada, asustada y profundamente conmocionada.

__Te quiero, mamá _ le dijo abrazándola llorosa.

Sarah solo pudo asentir y  sollozar entre los brazos de su hija. El terror de recibir un disparo o de morir en una explosión había sido tremendo. Había tenido la certeza de que ninguno de ellos saldría vivo de aquello, y muchos de los expertos presentes coincidían con ella, aunque no lo habían dicho...
__Vamos a acostarte _le dijo Natasha.

Su madre tembló con más fuerza y recordó la muerte de la secretaria de Alejo con tristeza. Su hija la acompañó a la suite y la desvistió como si fuera una niña.
__Mami, he estado en Pergamino, todos estaban allí _tanteó Natasha.
__Ahora no quiero hablar de eso, hija, no de ellos, sí quiero cuando me recupere… conocer a mi nieto, él no es culpable de nada _afirmó y Natasha asintió.

Se tendió vestida junto a ella, encima de la colcha y la abrazó con fuerza hasta que por fin se durmió. En el hospital le habían dado un tranquilizante, pero su hija luego de llamar a Guillermo pasó horas mirándola y acariciándole el pelo, agradecida de que hubiese sobrevivido. Y no pudo dejar de sonreír recordando a Charles, acababa de saber que su hijo tenía un buen padre, aunque no quisiera tener hijos tenía  buen corazón. Tras estar a punto de perder a su madre, el bebé parecía un regaló aún mayor. Su madre se había salvado, otras personas habían muerto, ella tendría un hijo de un desconocido, y tenía que unir a la familia, acercar a Guillermo con Sarah. Esa noche se sintió muy aliviada, y cuando empezaba a clarear… se durmió tranquilamente.

Pergamino, viernes 05 de agosto 2016.

Luego de recibir la llamada de Natasha, Guillermo se desmoronó en brazos de Pedro, ya en su cama.

__Quiero que te dediques al concierto, y yo iré por el secreto que me dejó mi padre, precioso _ susurró__. Dudo que mi madre quiera verme jamás.

__ Todo bien, ahora descansa. _ Hoy quiero hacer que lata tu corazón, quiero que sienta como siente el mío, quiero que te estremezcas de emoción, cuando te susurre al oído todo mi amor. Quiero que mis  notas y lienzos sean portavoces  que te expresen lo que siento,  yo; quiero que me ames como te amo yo cuando tus palabras me cantan tu amor.
 Quiero que en mis  canciones escuches el trino del canto suave y bello del ruiseñor, quiero que tu voz sea en mi ansioso oído cual murmullo del agua que baja del río. Quiero que mi beso haga nido en ti y que lo sientas latir en tu corazón, así como yo siento tu tibia caricia  en las sedientas entrañas de mi ser. Quiero que se erice también tu piel  como se me eriza a mí al atardecer cuando veo el sol bajando a besar el mar y siento tus deseados suspiros en mi oído. A través de tus ojos. Quiero que me mires, quiero entrar en tu mirada. Quiero a través de tus ojos, entrar en lo profundo de tu ser. Descubriré  lo que hay en tu pensamiento. Quiero descubrir lo que entraña tu ser.
Qué sientes, qué anhelas, cuáles son tus secretos.
A través de tus ojos, quiero entrar para encontrar y descubrir tus pasiones, los más íntimos de tus deseos,  que me reveles tus más íntimas fantasías. Descubriré a través de tus hermosos ojos, los sentimientos más puros que guardas en ti. Quiero saber cómo puedo llegar a tu corazón. Quiero descubrir el camino que me lleva a tu alma. Quiero que sean tus ojos los que me revelen, el lugar de tu cuerpo donde tus deseos se revelan, el lugar de tu cuerpo, donde enciendes el fuego de tu amor. Dónde es que la razón se deja a un lado  para dar paso a la pasión.
Serán estos lo que me dirán, dónde tu cuerpo se estremece y tus sentidos enloquecen.
En qué momento tu piel se eriza y comienza a arder de pasión. Serán estos los que delatarán tu sentimiento por mí. Será tu mirada la que me revelará el instante exacto, en que tu estarás listo, para yo hacerte el amor. Duerme  Guille, te amo.


IDEA ORIGINAL ALBERTO MIGRÉ. 1973.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

6 comentarios:

  1. Estremecedor Eve...Un relato muy sentido por lo ocurrido a Sarah y a toda esa gente...Y, por supuesto, apasionante por la seducción y el fogoso amor de Guillermo y Pedro...Juntos en las buenas y en las malas, como debe ser cuando el sentimiento es verdadero y tan fuerte que puede contra todo y contra todos...

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