“¿ERES
TÚ?”
CAPÍTULO
TERCERO.
"Si
por eternidad no se entiende una duración infinita del tiempo, sino una
atemporalidad, entonces vive eternamente quien vive en el presente".
*Ludwig
Wittgenstein.
Me
apasiona el hoy pero siempre desde el ayer (¿me apasiona, dije?), y es así como
a mi edad el pasado se vuelve presente y el presente es un extraño y confuso
futuro donde chicos con tricotas y muchachas de pelo suelto beben sus cafés créeme
y se acarician con una lenta gracia de gatos o de plantas.
Hay
que luchar contra eso.
Hay
que reinstalarse en el presente.
Parece
que yo soy un Mondrian, ergo...
Pero
Mondrian pintaba su presente hace cuarenta años.
*Julio
Cortázar / Rayuela Cap. 21 / Fragmento.
Bs.
As., 23 de diciembre.
Pedro
se dejó caer sobre el enorme y mullido somier, bajo la atenta mirada del hombre
y el joven, de su sobrino que se miraban asombrados.
“¿Un
año? ¿Estamos en el 2017? ¿Nos conocemos desde hace un año y ya estamos
casados?”
De
pronto tropezó la mirada con el brillo
en su dedo, y se estremeció, en al anular izquierdo tenía una aro de oro, es
decir una alianza, aquella broma era demasiado elaborada para estar en cada detalle
e involucrar a tanta gente.
__Ya
Graziani, como chiste vale, si quisiste evadir el seguro o no pagarme los destrozos
del coche, te lo regalo, pero devuélveme en primer lugar mi ropa, el celular,
luego a mi madre, y a mi cachivache de auto, y déjanos ir.
__
La ropa nueva que compraste está en el vestidor, el celular… nuevo también lo debes haber dejado en la mesita de noche, el Sonic
azul a estrenar que te regalé está en su cochera y tu madre de paseo.
__Papá,
¿qué le pasa, llamo al médico? _dijo asustado Fabián.
__Deja,
hijo déjalo, suele sucederle, ya se le pasará.
__Vale,
que basta Graziani dije, puede que seas
penalista pero yo también lo soy, llama a mi abogado, te haré una demanda por
privación ilegítima de la libertad, y agravada, porque al parecer tienes al
menos a mi sobrino, que es un menor de edad.
Guillermo
lanzó una carcajada y Fabián abrió los ojos como platos.
___
¿De qué te ríes ahora?
__Ya
cielito, bueno mándame una carta documento, entonces, ahora qué feo quedaría
que mi esposo y mi socio me inicie una
demanda. Es lo que yo llamo… desprolijo como poco.
__ ¿Tu
qué…? Ya termínala, que soy socio de
Matías Olazábal en Baunes, no de tu
estudio, te pasaste Guillermo Graziani.
Guillermo
intentó calmarse tomando una bocanada de aire, y se acercó o al menos lo
intentó porque Pedro puso medio metro de distancia.
__Pedro,
amorcito, Matías ya no es tu socio, y ya
no estás en Baunes.
__No
te creo, o ¿acaso hice un brote esquizofrénico por el golpe en la cabeza y eres
una alucinación? ¿Pero... y ellos? __Paseando la mirada por el hijo de él y por
su sobrino __. Sí, seguramente es eso, estoy
en un brote, alucino, pero ¿por qué no me internaron y medicaron?
¿De
quién es esta alianza, eh?
Levantando
la mano de paso se pellizcó el brazo y, después, la cara, e incluso se tiró del
pelo. Necesitaba sentir el dolor para saber que estaba despierto.
__Amorcito,
¿te encuentras mal de verdad? __le preguntó con ternura.
Pedro
levantó la cabeza y lo miró directamente a los ojos. ¿Cómo podía estar casado
con aquel hombre y no recordar nada? Era Guillermo Graziani, el penalista de la
competencia de su estudio, un penalista
famoso, sexy y atractivo. Finalmente para que dejara de mirarlo de aquella
manera, es decir acostándose en las pupilas leyendo los resquicios profundos de
su alma, sus ansias, sueños y anhelos, Pedro le dedicó una sonrisa y murmuró.
__ ¿En
qué año estamos?
__2017,
hoy es 23 de diciembre de 2017.
__Me
duele un poco la cabeza. ___ ¿Yo renuncié a Baunes?
__Sí
cielito, acaso ¿no recuerdas nada? Renunciaste al mes de conocernos y te
presentaste en mi audiencia, antes llamaste, Postiglione por estafas, 12.30
horas, ¿recuerdas?
Levantándose
de la cama, sonrió a su sobrino, que seguía tomado de la mano de Guillermo, y
dijo__:
__Creo
que me voy a duchar. Una ducha seguro que me viene bien.
Mirando
a su alrededor, Pedro vio cuatro puertas. ¿Cuál sería la del baño y por qué
tantas? Al fin, optó por la de su derecha, aunque no llegó a abrirla.
__
¿Por qué quieres abrir la puerta del armario papi? __ oyó que decía su sobrino.
__ ¿Papi?
__
Sí, quedamos en que les diré papás.
__ ¿Les…
?
__
Tío, a Guille y a ti, como son mis tíos pero papá se murió, me van a adoptar, y
entonces les digo como me sale.
__ ¿Adoptar?
¿Hay algún problema porque abra la puerta de este armario? __respondió a su
sobrino, hijo, volviéndose hacia él.
__No,
papi, tío, pero la ducha está aquí.
Y
soltándose de la mano de Guillermo, el niño fue hasta la puerta del baño y la
abrió.
__ ¿Terminaste
las clases tú?
__Claro,
si es diciembre, hace rato, pasé a tercer grado.
__Segundo.
__Salí
de segundo, pasé a tercero, Pedro, ve a ducharte, debes estar borracho al
parecer.
__ ¿Cuántos
años tienes? Seis.
__Siete,
seis tenía cuando conociste a papá, o al
tío.
__ Tienes
razón, gracias listillo –resopló Pedro, caminando hacia el baño.
Guillermo
que observaba la situación sonrió. Su vida había cambiado gratamente desde que
Pedro y su familia habían llegado. Pedro, su esposo, era el centro de su mundo,
y verlo sonreír era lo que más le gustaba, perderse en la luz de esa risa con
hoyuelos que se trasladaba a la mirada.
No
podía imaginar que no recordara, que no lo amara, se moriría sin él ahora, era
todo en su vida con Fabián y Agustín.
“Pedrito, amorcito, ¿estarás jugando? Tus
pasos fuertes como impactos contra el suelo que anuncian tu regreso, la magia
de tu voz que me llena como dulce melodía, la sonrisa que causas con sólo tu
mirada, el roce de tus labios hacen crear mis ojos para imaginar la belleza de
tu amor, hoy extraño la presencia del amor que brotaba de tus manos.
Ahora el silencio que me has dejado me hace esclavo de la demencia de mi locura, imaginé como un niño que regresas nuevamente.
Ahora que pasan los minutos veo tristemente que nunca volverás, cuento cada momento, cada segundo, uso mis mejores ropas, seguro de que al final ahí estarías y con cruel tristeza me ha tocado renunciar a la esperanza, para envolver mis fantasías en mis sábanas blancas.
Abro mis ojos con un nuevo amanecer imaginando que ya es suficiente sin la presencia de tu ser, preparo mil desayunos solitarios, tu plato junto al mío espera tu llegada, ninguna de mis comidas tiene la suerte de sentir tu presencia.
Deambulé en las noches de soledad, y le pedí a Dios que me ayudara para salir de este tormento y no acudió a mi ruego, ojalá algún día te acuerdes que aquí estaré esperando la presencia de tu amor. No, me niego a volver a ese primer mes en que no me veías y yo te amaba, menos a cuando quisiste convencerme de que amabas a Matías, cielito, no, estás jugando”.
Negando
con la cabeza, al reconocer sus caras y advertir el gesto con el que lo miraba
el nene, optó por tomar al pequeño entre sus brazos mientras le decía.
__Vamos,
colega, le mentiste, no cumpliste los siete, no lo confundas, tienes seis
todavía, vamos a dar un toque al balón antes de que comiencen a llegar los
invitados, Fabi, hijito, ve a buscar a Valeria. __Y luego mirando a su esposo añadió__. Y vos
cielito, ponte churro, si es que es posible más, no más de lo que sos, creo que
es imposible.
Luego
Guillermo le dio un suave beso en los labios y desapareció, dejándolo solo en
la habitación y terriblemente desconcertado.
Diez minutos después regresó tras darse una estupenda ducha a aquella habitación que era de película, como toda esa alucinación… porque seguramente debía de ser el pabellón de un psiquiátrico y ellos habían venido a visitarlo, aunque era inmensa, decorada con gusto.
Atraído
como por un imán se acercó a la chimenea donde de lejos veía varios
portarretratos, pensando en encontrar su celular y llamar a Matías, así si no
estaba loco, pondrían entre los dos las cosas en orden.
En
la repisa antes de llegar con la mirada a las fotos, vio una notita, escrita en
manuscrito, con su nombre. Firmada por ese hombre.
“Me
cuestionó, por qué la humanidad se encariña de una manera tan espiritual o tal
vez sea por sólo sentir el roce de la piel, así fue cuando me enamoré de vos
amorcito, de tu alma tierna y bondadosa para mí. Sentí que entrabas a la mía,
que te diluías en mí, que los espíritus se fundieron en uno, y ya no hubo
regreso.
A cada instante me enamoro más y más, deseo expresar lo que siento hoy por vos, llévame a tus brazos, toca mi alma y mi corazón, regresa para disfrutar la magia de tus ojos, que es la razón de mi existencia y hace vibrar mi corazón.
Abrázame fuerte, quiero tenerte entre mis manos aunque la noche sea fría en momentos, estaremos en este lugar sólo vos y yo, en la calidez de un beso de amor”.
A cada instante me enamoro más y más, deseo expresar lo que siento hoy por vos, llévame a tus brazos, toca mi alma y mi corazón, regresa para disfrutar la magia de tus ojos, que es la razón de mi existencia y hace vibrar mi corazón.
Abrázame fuerte, quiero tenerte entre mis manos aunque la noche sea fría en momentos, estaremos en este lugar sólo vos y yo, en la calidez de un beso de amor”.
Hurgó
en el celular, lo barrió, era el suyo, azul, el modelo, tocó el teclado, el dos
de marcación rápida del móvil de Matías, y nada, buscó en el listado de contactos,
y apenas reconoció el número de su madre, el propio y los de emergencias, luego
estaba el de él, y…
¿Quiénes
mierda son Gaby, Beto, Marcos, Juan…Cuca? ¿Y Matías?
La
mirada se disparó a las fotos, eran poses cariñosas de ellos, él y Guillermo Graziani
en El Coliseo, en una góndola, en el Big Ben, en la torre Eiffel, en Las Vegas,
incluso había fotos de su madre y de Agustín, allí estaba la trampa, debían
estar trucadas, ni tiempo de ir a todos esos lugares pudieron tener.
__No
me lo puedo creer _susurró sentándose en la cama con uno de los portarretratos
en las manos, saltando la mirada entre la imagen y la alianza.
Sonó
un móvil: “eres”. Café Tacuba.
__Mi
celular, es otro, no el que vi recién, y me la juego a que es Matías, pensó y
buscó el sonido, asombrado porque partía del que terminaba de dejar.
__!Hola!
_atendió.
__
¡Hola, bocón!, contigo quería hablar yo.
Pedro
lo reconoció al instante, era su socio y amigo, era Matías. Con seguridad él lo
ayudaría a aclarar todo aquello, a escapar de allí.
__Matías,
escucha, yo…
__No,
escúchame tú a mí __lo interrumpió el otro___. Como vuelvas a decirle al idiota
de José dónde estoy, te juro que no te
volveré a hablar el resto de mi vida. Te dije que no le quiero volver a ver.
Que no le quiero oír. Lo odio. ¿Me has oído? ¡Le odio!
Sorprendido,
Pedro preguntó:
__José.
¿Qué José?
__Mira,
lindo, que él sea bobo, y un estúpido engreído, vale…, pero que tú te hagas el
tonto me deja sin palabras. __ Y sin darle tiempo a contestar, prosiguió__.
Sabes que el otro día corté con él y no pienso volver a picar por mucho que me
guste o lo necesite. Me da igual si es el Fiscal y mejor amigo de tu maridito
o…
___
¿Mi maridito? ¡¿Has dicho maridito?! __gritó Pedro.
Matías,
un tanto perplejo, interrumpió su reto y afirmó:
__Sí,
tu maridito, el guapetón ese con el que te casaste hace unos seis meses, que
está más bueno que un bon o bon bombón y que te tiene en sus palmas
consiguiendo que todos tus amiguitos, entre los que me incluyo, te odiemos cada
día más, y ni qué decir de Juan Arismendi al que plantó por ti.
Cerrando
los ojos, Pedro gimió. Pero, ¿qué estaba ocurriendo? ¿El mundo se había vuelto
loco?
Matías
al oír cómo su amigo murmuraba a través del teléfono, le preguntó.
__ ¿Se
puede saber qué te pasa ahora con tanto murmullo?
__No
sé quién soy…
__Sí,
claro…, y yo me llamo, Maradona __se
mofó.
__No
sé quién es él… No sé qué hago donde sea que estoy, aquí… No sé, no recuerdo
haberme casado con él ni con nadie.
__
¡¿Cómo dices?! __gritó Matías.
__Que
no me acuerdo de nada que no seas tú, y nuestro trabajo, mi madre o mi sobrino
__repitió, desesperado__. Y… y estoy aquí sentado en una preciosa habitación
recién salido de la ducha y no sé quién es el hombre con el que supuestamente
estoy casado, ni dónde está esta casa, ni mi auto, nada. ¡Oh, Dios! Pero
¿cuándo me he casado?
__!Huy,
pichón!, ¿te has dado otro golpe en la cabeza en la ducha como en el coche el
año pasado?
___!No
lo séeee!
__Te
lo has debido de dar porque no recordar quién es tu marido es un delito __ironizó.
Ya quisiéramos muchos recordar lo que tú no recuerdas. Y te aclaro que me
abandonaste en el trabajo también, para irte con él, eres socio, supongo que lo
sabes.
_Que
no, que no puedo creer que trabaje con Graziani.
__Créelo,
en un día renunciaste a Baunes y firmaste la sociedad en su estudio, poco antes del casamiento.
__Mi
sobrino lo abraza, lo llama papá o tío, dice que lo adoptamos o lo adoptaremos,
y el hijo, me conoce __prosiguió Pedro sin escucharlo__. Veo fotos de él y de
mí besándonos en cientos de sitios y no sé cuándo me las hice, llevo una
alianza. Dice que mi madre se ha ido a un gimnasio con una amiga cuando eso no
lo ha hecho en su vida, apenas usaba la bicicleta fija en casa, y ahora tú, mi
amigo y mi socio, la única persona que me puede ayudar a entender qué está ocurriendo,
me llama y me confirma que estoy casado con él, yo quería que le hiciéramos una
demanda, pensé en un secuestro, y yo… yo… ¡no recuerdo nada!
Matías
reaccionó rápidamente y le dijo antes de cortar:
__En
media hora estoy en el Delta, en tu casa, que es en el Delta, pero no es la
casa que creo que recuerdas, es la que compraron con él. Y por favor disimula,
no le digas a nadie lo que me acabas de decir a mí, o irás directamente al
Borda o al Moyano.
___
¿Y no lo estoy?
¡Matías!
Tras
colgar, Pedro suspiró. Al menos alguien acudía en su ayuda. Al sentir un
escalofrío se levantó de la cama. Necesitaba vestirse. Miró a su alrededor, y
junto a la puerta del baño estaba la puerta del supuesto vestidor. Con decisión
se dirigió a ella y, al abrirla, se iluminó una estancia que lo dejó sin habla.
Ante
él tenía el vestidor más impresionante que nunca había visto. Igualito al que
mostraban las películas de mansiones norteamericanas, blanco, reluciente y todo
ordenadito. Sin que pudiera remediarlo, entró, y comprobó sentándose en la
banqueta que a su izquierda había ropa de hombre que por la talla supo que eran
de él, de Graziani, y a su derecha, otro tanto de marcas insólitamente caras de
su talle. Impresionado tocó las telas de los trajes hasta que llegó a uno gris
fino, color plata.
__!Guau, un Christian Dior!---exclamó.
Durante
un rato disfrutó de la visión de aquellos maravillosos atuendos y de repente,
sus ojos dieron con unos zapatos más caros que todos los trajes.
__No
puede ser… unos…Salvatore Ferragamo.
Imposible
que fueran de su número. Los tomó y se los calzó, lo eran, claro, eran suyos. O
mejor dicho se suponía que eran suyos, ¿cómo no iban a ser de su número?
Sonrió
y caminó por el vestidor sintiéndose un rey en la comodidad de aquellos
grandiosos y carísimos zapatos, entonces su vista se clavó, en un caro,
impactante traje negro de solapa de algo brillante.
Cinco
minutos después, se quedaba frente al espejo boquiabierto, el traje le quedaba
como un guante, se veía como un príncipe, y con aquellos zapatos, el conjunto era un escándalo, de pronto la puerta de la
habitación se abrió.
__Pedro,
vida, ya he vuelto __se oyó.
Era
la entusiasta y alegre voz de… su madre.
Ella
le aclararía todo aquel lío, y con Matías lo sacarían de allí. Se quitó el
traje y los zapatos velozmente, se puso una bata y salió del vestidor. Al
verla,… se quedó de piedra.
Una
mujer con la misma cara que su madre le sonreía, peinada de peluquería, vestida
con un vestido largo de fiesta.
__Mama…
¿eres tú?
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
feliz día mamás, besos.
ResponderEliminarMaría Gracias mi adorada amiga Eve Monica Marzetti por tu excelso relato, me encanta.
ResponderEliminarCecilia Qué divina. Muchas gracias, Eve Monica Marzetti.
ResponderEliminarMaria De La Luz Divino relato, me reí, Dios la bendiga un abrazo.
ResponderEliminarPrincesa Hermosísimo...Saludos cordiales un gran abrazo fraterno querida Eve Monica Marzetti.
ResponderEliminarAlena Suchankova krásne!!!!
ResponderEliminarHermosa!!!!
Pilar ¡¡ Noches de pasion
ResponderEliminarCuando el amor es tan inmenso, como describes siempre no lo borra ni un choque .... Bellisimo
Palomino BONITO
ResponderEliminarGasper bellísimo, imposible no entenderlo es la vida misma , gracias linda
ResponderEliminarLuis Muy bello
ResponderEliminarSol Urvino Se nota que Guille tiene no solo buen gusto, sino buen manejo de todo. UN BESO, EVE.
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Sinceramente, hermosa historia. Ese Pedro con amnesia pero que ama al hombre a su lado me mata de amor. Guille sinceramente me tiene completamente perdida... Gracias Eve
ResponderEliminarYo también estoy confundida Eve...Escribís tantas historias que por momentos me pierdo, casi como le está pasando ahora a Pedro...Bueno, me quedo esperando a ver cómo resolvés este lío...
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