miércoles, 18 de octubre de 2017

"SEÑALES DE AMOR". CAPÍTULO 16.




“SEÑALES DE AMOR”.
“Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte”.
(Mario Benedetti)
CAPÍTULO DIECISEIS.
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Ciudad Autónoma, lunes, 16 de octubre de 2016.
“Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche y dormir en tu pecho, sin sombras ni fantasmas, te quiero como para no soltarte jamás…”

— Mario Benedetti.

__No. No lo somos, cielito lindo.

No tuve que volverme para ver su expresión. La sentía en sus palabras. Apresurándome por el pasillo, eludí a la gente que esperaba, apenas logré dar un beso a Cuca antes de precipitarme hacia la calle que me alejaría de él.
¿Qué había ocurrido? ¿Dónde había quedado el platónico y amistoso Guillermo y por qué había regresado el otro? Pensaba que no era su tipo. Pensaba que estaba a salvo…
“No. No lo somos”. Esas palabras resonaban en mi cerebro al salir al aire caliente desde la casa. No eran las palabras. Era el tono en que las había envuelto. Y aquellas palabras estaban cargadas de intención sexual, mierda, amante dijo, estaban envueltas en las malditas…”señales de amor”.

Viernes, 20 de octubre de 2016.

__Pedro, me preguntaron en el estudio por vos, por si mañana irás al picnic, por todo _dijo Alberto en la cena.

__No quiero ir, Beto. Tampoco quiero ir al estudio, las cuentas puedes auditarlas tú, no quiero más embrollos __afirmé.

__Hermano, ya el lío lo tenemos los dos, bien sabes que Guillermo anduvo preguntándome sobre la leyenda, tiene sueños…
__Ya, vale, para Beto con esas cosas que tengo demasiado con lo real como para ocuparme de cosa raras, además ni siquiera empezaste nada con Gaby todavía, en todo caso se supone que son la segunda pareja.
__ ¿Y Camila? __interrogó clavándome los ojos celestes.

__Por lo que dijo el padre, en Punta del Este, por suerte por ahora _afirmé.

__ ¿Y la terapia? ¿Hablaste de Guille?
__Beto, no fui a terapia por él, hablé de mis ataques y de la familia, sí, también lo mencioné al paso como a Emanuel.
__! Al paso! __remarcando las palabras.

__Sí, al paso, no es el centro de mi vida, y ya dejen de rodearme con Gaby y mejor empiecen lo de  ustedes, yo tengo demasiado por resolver, y lo sabes. ¿Y Pao?
__Bien supongo, la veo en la empresa a diario, no he vuelto a salir con ella, salgo casi a diario o voy a la casa de Gaby, sabes.
__ ¿Estás decidido entonces? _pregunté ahora indagándolo yo.

__ Por Gaby, más vale, tengo todas las señales más la leyenda, no niego como tú hermanito, aunque la espere siglos esa mujer será mi esposa, te diría que vengas con nosotros mañana, o  vendrá Guillermo a buscarte y será peor.
__Ve a lavar los platos mejor, me iré a dormir.

__
Di un millón de vueltas en la cama, como cada vez que termino discutiendo con Alberto por Guillermo, ahora se sumó Gaby y para más la bendita leyenda de mi madre.
Guillermo, déjame dormir, ya déjame en paz. En ocasiones me asfixia tu nombre. Se introduce en mi garganta y allí se queda; no puedo hacer mucho, sólo llorar tu lejanía hasta que el aliento retorne. Es una sensación parecida a la muerte de los lunares, esos lunares que en algún momento fueron rostros y hoy son simples granos de arroz esparcidos en las extrañas dimensiones del olvido.
En mi interior las letras que te forman causan estragos, porque hasta digerirlas sólo hablo del perfume que dejaste detrás del espejo, y de todo lo que hiciste sin hacer en el preludio de la primavera. Hoy es uno de esos días, el ahogo está aquí, mirándome a la cara. Trae símbolos en la mochila, los recuerdos abren mi boca y el pasado con Camila en él salta al vacío.
En ocasiones me asfixia tu nombre, de vez en cuando anhelo los suspiros que llevaste en la maleta. La nada es un cristal donde el absurdo refleja su irónica sonrisa.
Esperemos un momento ahí, en el momento que observaste mis ojos y nunca pude salir, me dieron la felicidad, porque tú supiste inyectar veneno a mi alma, tu mirada se apoderó de mi corazón, hizo de mí un seductor y apasionó mis pensamientos llenos de fantasías sin control.
Jamás pensé que las casualidades existían, ahora veo que tú eres mi más bello acierto, la magia de tus ojos volvieron a prender la llama del amor con sólo una mirada penetradora, que jamás pregunta, porque con sólo una mirada te acuestas en mis retinas, lees mis anhelos en resquicios de mi alma y  puedes sentir la magia de estar en el paraíso.
Al igual que puede ser gélida como para congelar el corazón, siento convulsiones y no sé qué imaginar, si continuar o retirarme y al pasar del tiempo mi corazón vuelva a latir, mi único deseo que te pido si algún día regresa tu mirada nuevamente, no deseo ser el veneno que me paralizó en otro tiempo cuando brindaba la llama de amor.
Luna, cómplice y cautelosa de amores, fiel amiga de mi delirio, la cual contemplé cuando te declaré mi amor  en silencio, tan sólo en besos y que vio que te ofrecí mi corazón, tú luna conoces mis sentimientos y nunca los negaré ante ti.
En mis noches de soledad eres quien anima mi existencia, la espina de estos celos que siento por ti, porque te amo y tú no me amas, sales con todos, mis suspiros los he dedicado para ti. Luna, eres mediadora de esos instantes de frenesí, eres abogada de esos segundos de pasión, qué hago con mis fantasías que no tienen salida, porque eres quien se adueña de mi alma y siempre existirás en mi vida.

Sábado, 21 de octubre de 2016.

Fui al picnic pero no fui, en verdad  pasé la noche pensando en cómo escabullirme, sin ofender al resto. A Gaby, a Marcos, pero estupefacto por la transformación de nuevo en el Graziani sexy que no podía apartar los ojos de mí, no sabía qué pensar luego del encuentro y del beso en el estudio. Estaba desconcertado. Y muerto de miedo. Así que tomé la vía del cobarde, cometí el peor de los errores, pedí ayuda a Emanuel y a Diego __al tiempo que también les mentía sobre la razón__ para salir del berenjenal sin que pareciera que lo quería hacer…
Llegó el sábado sin que me diera cuenta y amaneció un día sorprendentemente caluroso. El sitio del picnic era gran parque situado en El Tigre, estaba repleto de gente que como en Palermo tomaba sol o hacía deportes. Marcos y Guillermo habían logrado hacerse con un sitio a la sombra. Fui en mi auto para emprender la retirada, Beto fue a buscar a Gaby en el suyo.
Marcos, Isabel, Juan y el propio Guillermo ya estaban allí cuando me uní a Gaby y a mi hermano y nos acercamos, entre sonidos de risas, niños jugando cerca, perros ladrando que creaban la feliz banda sonora de la escena. Era un día perfecto, y la atmósfera rezumaba satisfacción, casi eléctrica, me sorprendí al ver a Fabián con Valeria, sin Ana, no  sabía que conocían a Juan. Por un minuto al ver hasta a Aída sentada aparte con Cuca jugando a las cartas, deseé quedarme.

__Vaya… __Miré las cestas que habían llevado. Eran tan elaboradas que no me habría sorprendido que Guillermo hubiera cocinado para el evento___. ¿Llamas un picnic a esto?

Guillermo que se había levantado al ver que nos acercábamos y estaba abrazando a Gaby en su costado, hizo un gesto orgulloso hacia las cestas que descansaban sobre una mesita cubierta por una preciosa manta felpilla, Isabel sonreía orgullosa de lo que deduje que en mucho había sido parte, en tanto Fabián con Valeria con una bonita pancita que se insinuaba se acercaron a saludar sonrientes. Guillermo parecía desconcertado.

__Lo es. __Puso ceño__. ¿Cómo lo llamarías?

__Algo así como un restaurante de cuatro estrellas en la hierba. Hola Fabián, hermosa la pancita Valeria. ¿Y Ana? ___Ignoré  propósito a Juan con su perenne sonrisa.

__No quiso venir, qué suerte que ustedes están acá _dijo Fabián y me sentí pésimo, más al ver la comisura de los labios de Guille curvándose en un gesto de diversión.

__Le pedí al personal del restaurante que lo cocinara.
__ ¿Y qué restaurante sería ese? ¿El de cuatro estrellas? __Le seguí la pelea.

__Creo que se está burlando de ti, y de tu fobia al pasto, Guille. __Gaby le sonrió__. Es un poco demasiado elaborado para picnic.

Guillermo soltó un ruido de descontento.
__Es un maldito picnic, ya basta. A sentarse todos y a comer, basta.
Gaby sonrió seductora moviendo la coleta que derretía a Beto y se dejó caer en la silla junto a él, que con total desparpajo le pasó un brazo por el hombro y la apretó contra su costado, pero ella se separó un poco.
__ Me alegro de verlos _dijo Isabel.

__ También yo, a mi hermano lo ven cada mañana.
__Como no a uno que sé que no ha ido a auditar nada _se mofó Guillermo y le lancé una mirada asesina. Levanté la mirada hacia él para contestarle y tenderle la mano a modo de saludo  y lo vi respondiendo con un deseo bailando en las pupilas para nada disimulado.
Y Emanuel  me salvó con una sincronización perfecta.
Mi teléfono sonó, y puse cara de disculpa al sacarlo del bolsillo. La cara de Guillermo al oír el nombre se demudó.

__ Emanuel, hola.
Me volví y di unos pasos para impedir que pudieran oírlo al otro lado de la línea.
__Tengo una emergencia _respondió en tono monocorde__. Cancela el picnic.

__Oh, no, estás de broma, no me digas que peleaste de nuevo con Diego. __Le seguí la corriente, sonando fraterno y tranquilizador, mi hermano me miró con reproche evidente __. ¿Estás bien?

__Cielo santo, Pedro, pensaba que sabías mentir. __Emanuel refunfuñó__. Estás hablando como una alienígena que ha oído el concepto humano de estar preocupado, pero no sabe cómo expresarlo.

Apreté los dientes, sin hacer caso.
__Claro, puedo hablar. Espera un segundo.
Me tomé un momento, tratando de exudar preocupación humana al volverme hacia Guille y el resto del grupo. Tuve la sensación de que estaba poniendo más cara de pocos amigos que de preocupación pero bueno.

__Lo siento, gente, pero por desgracia tengo que irme.
Beto se incorporó seguido de Gaby, ella preocupada, él colorado de bronca.
__ ¿Todo va bien? ¿Necesitas que te acompañe? __disimuló, no obstante a desear matarme.

__No. Estoy bien. Emanuel sólo necesita alguien con quien hablar. No puede esperar. Lo siento. __Aventuré una mirada a Guillermo y descubrí que no sólo me estaba mirando, sino que me estaba estudiando con suspicacia. Bajé rápidamente la vista __. Hasta luego.

Me alejé de las frases de despedida y volví a pegar el teléfono a mi oído.
__Estaba haciéndome el preocupado __protesté a Emanuel.

__Cualquiera que te conozca, sabe que no es así como suenas cuando estás preocupado.
__Bueno, con suerte, no me conocen. __O tal vez… Guillermo me estaba mirando raro.

__Bueno, ¿entonces no te gusta Juan?

Me estremecí al recordar mi mentira. En un intento de no explicar toda la historia de Guillermo a Emanuel, había mentido y le había dicho que el amigo de Gaby, la chica casi novia de Beto, Juan…  era un intolerante y no me gustaba estar a su lado. Y claro, tampoco quería herir los sentimientos de Gaby diciendo que no quería ir al picnic por Guillermo. Me sentía mal por malignizar a ese Juan que me caía mal pero no tanto, pero no creía que importara mucho, porque no esperaba que él y Emanuel se conocieran nunca.
__No.
Sabes que no me la trago, ¿verdad?
Casi tropecé.
__ ¿Tragarte qué?
__Hablas  de Guillermo y de Gaby casi todo el tiempo, Pedro. Creo que puedo decir con seguridad que conozco lo bastante bien a esa gente para saber que no serían amigos de un puto intolerante, además conozco de algo a Juan y no lo es, ya te he dicho que no sabes mentir.
__Eso no es cierto. Yo sé mentir. Miento de maravilla. ¿Conoces a Juan Arismendi?
__ Esta muy bien. Grítalo entonces, mientras todavía te estás alejando de ellos.
Me volví para asegurarme de que había puesto suficiente distancia entre nosotros. Sí. Mi corazón  se enlenteció.
__Eres un idiota __ bramé olvidando de que era él el que me estaba haciendo un favor.

__ Eres tú el que me ha mentido. En serio. ¿Qué está pasando?
Suspiré.
__ ¿Puede ser esto una de las cosas de las que no hablamos?
__No.
__Por favor, Emanuel.
__ ¿Has hablado de esto con la terapeuta?
__Te pusiste de acuerdo con mi hermano al parecer. __Torcí el gesto preguntándome por qué me había preguntado eso.

__No…
__Bien. __Suspiró profundamente__. No preguntaré por eso si me prometes hablar de ello con tu terapeuta. Y podrías mentir, pero sé que nunca romperías una promesa.
__Emanuel…__Me separé de Camila.

__Promételo, lo de Camila no cuenta, además has dicho que era pospuesto.
Negué con la cabeza.
__No merece la pena hablarlo en terapia.
__Si merecía la pena mentirme a mí, merece la pena hablarlo en terapia. Aclárate, Pedro, y promételo.
__Está bien __accedí, pero sólo porque sabía que era la forma gruñona que tenía Emanuel de ser buen amigo.

__
La Doctora tenía flores en el escritorio. Sonreí. Había tomado nota.
__ ¿Mentiste para no tener que pasar un rato con Guillermo?
Me retorcí, lamentando que Emanuel me hubiera obligado a hacer la promesa.
__Sí.
__Antes, cuando te he preguntado si te sentías atraído por Graziani, dijiste que lo estabas. En pasado. ¿Estabas diciendo la verdad?
__No. Puede que no.
__Entonces, ¿te sientes atraído por él?
__Nunca me he sentido tan atraído por nadie como me siento atraído por él.
La buena doctora me lanzó una sonrisa irónica.
__Vale. Pues lo estás evitando, aunque ha dejado perfectamente claro que está interesado en ti. ¿Le tienes miedo, Pedro?
__ ¿Sinceramente? Sí. Además es un hombre casado, y no he roto mi propio compromiso.
_ ¿No tienes intención de mantener ningún tipo de relación con él?
__ ¿No estaba aquí cuando le hablé de mi pasado con los hombres?
__No es lo mismo. Para empezar, conoces a Guillermo.
__No quiero tener nada que ver con él, estoy bien así.
__ Acabas de decirme que te sientes extremadamente atraído  por ese hombre. Cuando hablas de él, me queda claro que te gusta. Yo no diría que estás bien negando tu sexualidad y lo que él en particular te despierta, no quieres tener nada que ver con él.
__Es lo mismo.
__No. No lo es. ¿Por qué tienes miedo de él, Pedro?
__No lo sé __repliqué, molesto con el tema y con Emanuel por obligarme a discutirlo___. Simplemente sé que no quiero empezar nada con él.

__ ¿Por qué no?
! Dios, a veces es hablar a la pared con esa mujer!
__Complicaría las cosas. Con mi hermano y la socia, con Camila, con él. No.
Ella inclinó la cabeza a un lado, impávida. Era buena en eso.
__Pedro, a lo mejor es hora de dejar de pensar cincuenta pasos por delante y dejar que las cosas funcionen de manera natural.
__La última vez que lo hice,   me desperté en una cama con dos tipos desconocidos y desnudos.
__Te he dicho que no es lo mismo. No eres la misma persona y Guillermo no es un desconocido. No estoy diciendo ni pidiendo que hagas nada que no quieras hacer, ni con él ni con nadie. Pero estoy sugiriendo que dejes de predecir el futuro y aceptes cada día tal y como viene. No para siempre, ni siquiera para unos meses. Inténtalo unos días, una semanas incluso. Sé que puede dar miedo, pero sólo… inténtalo.

__

____Estaba trabajando en la empresa al regresar, cuando oí las voces de mi hermano que llegaba con Gaby, él pasó en una exhalación a ducharse, ella se acomodó, a rebosar del picnic, con ganas simplemente de sentarse allí conmigo un rato mientras yo engullía algo de comida antes de seguir viendo balances.

__ ¿Así que va todo bien con Emanuel? __preguntó, con un pequeño ceño formándose entre las cejas.

La culpa se alojó en mi garganta. No me había sentido muy mal mintiendo a Guillermo, porque su giro radical para convertirse otra vez en un tipo depredador de mirada pícara y una sonrisa que amenazaba era la única razón que había tenido para recurrir a la mentira, pero mentir a Gaby era una cuestión completamente diferente, y eso hizo que sintiera más que un poco de incomodidad.
Murmuré con la boca llena de  pasta, asintiendo y evitando su mirada, con la esperanza de que entendiera que no quería hablar de ello.
Ante su silenciosa respuesta levanté la cabeza y la descubrí observándome con curiosidad. Tragué saliva.

___ ¿Qué?
Gaby se encogió de hombros.
__ ¿lo quieres todavía, a Emanuel, lo amas?
__No, por Dios, ¿de dónde sacas semejante cosa?, está prometido con Diego.
___Sólo… cuando Guille me ha acompañado a casa ha dicho que pensaba que quizá… que quizás estabas mintiendo sobre la llamada de Emanuel para poder salvarte del picnic.
__ Vale qué ego tiene. No importa que tuviera razón. Solté una risa.
__ ¿Qué? ¿Por él?
Ella se encogió de hombros otra vez.
__ ¿Tenía razón?
Seguí esquivando su mirada.
__No.
__Bueno, sólo para que lo sepas, tengo la impresión de que está planeando algo.
Levanté una ceja.
___ ¿Como qué?
Ella suspiró recostándose  en la silla.
__Con Guille nunca se sabe. Acabo de aprender a reconocer los signos. Lo conozco mejor de lo que  cree que lo conozco. Lo tienes loco, Pedro. De hecho, me impresiona que esté siendo tan paciente. Aunque eso probablemente significa que está planeando hacer lo que haga falta para conquistarte.
Estaba sorprendido, y no podía simular que no lo estaba. Me recosté en la silla, abandonando momentáneamente mi comida.

__ ¿Loco? ¿Lo que haga falta? Gaby, preciosa, está casado con Ana, va a tener un nieto, y tiene no sé cuántos amantes.
__Por más que deteste a Ana, que no entienda bien o me dé aprensión la vida sexual de Guille, a veces no puedo evitar oír hablar de eso y lo que oigo es que Guille siempre consigue lo que quiere.
Resoplé.
__Por favor, Gaby, ¿crees que yo soy lo que quiere? No soy su tipo exactamente.
Gaby pareció adorablemente confundida.
__ ¿Estás de broma, verdad?
__ ¿Sobre qué?
__Sobre ti. __Me señaló con indignación__. Estás muy bueno, Pedro. Vale, no tienes la altura ni los ojos de Albert, pero tienes esos ojazos asombrosos con esos hoyuelos y esos labios, la voz ronca de teléfono erótico, una talla importante, desarrollo muscular que mataría, y eres una persona inteligente, interesante, divertida. Créeme, he oído hablar a los tipos. Eres diferente, y los hombres siendo hombres, no pueden evitar verte como un reto. Estás que partes las piedras.
Estaba estupefacto.
__ ¿De verdad es así como me veía la gente? Avergonzado, tomé mi tenedor, murmurando entre dientes.
Percibí la sonrisa de mi amiga sin siquiera levantar la mirada.

__Si no fueras gay, yo te hubiera mirado, se me habría complicado elegir, Pedro.
_Necesitas un espejo.

Me encogí de hombros. Entonces Gaby se quedó en silencio y me encontré a mí mismo elevando la mirada para asegurarme de que estaba bien, ahora no estaba sonriendo.
__No importa lo mucho que lo niegue, Guille está interesado en ti, Pedro. Me pregunta mucho por ti, lo cual nunca  había hecho con nadie, y créeme, he perdido a los menos tres amigos con los que ha salido y ha quitado de mi vida. No le cuento mucho…
__ ¿Le hablaste más de mi familia?
__…Porque no cuentas casi nada, así que por supuesto ha estado muy intrigado, y Beto le tuvo que contar a pie de puntillas lo de la leyenda. Además, te dije, él siempre consigue lo que quiere.
__Por favor. __Estaba enfurruñado__. Dame un poco más de crédito. No voy a caer en la cama de Guillermo sólo porque está acostumbrado a conseguir lo que quiere. ¿Sabes qué? Yo también estoy acostumbrado a conseguir lo que quiero. Y lo que quiero es no caer en su cama, por bueno que esté.

Pero fue como si ni siquiera me hubiera oído.
__Si no logras resistir, sólo ten cuidado con él, ¿vale? Lo han herido antes, y no quiero que ocurra eso otra vez.

Con los ojos como platos, oí que mi tenedor resonaba en mi plato después de que mis dedos lo soltaran por decisión propia. Estaban asombrados, como el resto de mí.
__Espera. ¿Estás preocupada porque yo le haga daño?
Ella sonrió a modo de disculpa.
__Eres una buena persona, lo que hace que el hecho de que no confíes en nadie resulte realmente duro para la gente a la que le importas. Y en el caso de Guille, cuando una persona  le importa, tiene que saberlo todo para poder cubrir todas las posibilidades y protegerlo. Ha de ser un tipo en el que la gente confíe. Es su forma de ser. Si empezara algo contigo, se sentiría herido cuando cerraras tu alma a él.
Sólo capté en parte. Sobre todo, no dejaba de oír: “Eres una buena persona, lo que hace que el hecho de que no confíes en nadie resulte realmente duro para la gente a la que le importas”.

__ ¿Te estoy haciendo daño a ti, Gaby?_ No quería reconocer lo mucho que me interesaba su respuesta. Ella suspiró profundamente y pareció sopesar las palabras.

__Al principio sí. Pero saber que no quieres hacerme daño ayuda. ¿Me gustaría que confiaras más en mí? Sí. ¿Voy a presionarte? No. __Se levantó__. Sólo quiero que sepas que si alguna vez decides confiar en mí, estoy cerca. Y puedes contarme lo que sea.

Sentí que se me cerraba la garganta, Gaby sonrió desde arriba, en un esfuerzo por conjurar el momento y sólo pude asentir.
__Esta noche voy a salir con  un amigo, estoy algo enojada con Beto.

Hum, ¿qué pretendes jovencita ahora con mi hermano?”
__ ¿Te andas con jueguecitos?

Puso cara de pocos amigos.
__Descubrí en el picnic que había avisado a un amigo periodista cliente que no me pidiera una cita cuando quería hacerlo. Así que sí que me ando con jueguecitos.
__Uf, espera. __ ¿No es tu novio ya acaso?
__No. No me ha dicho nada...
Empujé mi plato, totalmente confundido. Había conocido a ese periodista al pasar por el estudio, era buen candidato, mayor que Beto pero presentable.
__ ¿Qué Beto hizo qué?
__Lo conoció en el estudio y ya no le  cae bien. Hice una broma por él diciendo que no había tenido una cita en meses y el periodista dijo que  habría tenido si Beto dejara de amenazar a posibles candidatos. Estaba completamente confundida, así que se explicó. El pobre llevaba días pensando en proponerme una cita y fue a pedirle consejo a Beto sobre adónde llevarme. __Apretó la mandíbula al pensar en ello__. En lugar de responder, Beto amenazó al hombre con hacerle daño. Le dijo que se mantuviera lejos de mí. Sin ninguna explicación. Sólo, no te acerques.
Me reí con incredulidad.
__Y por supuesto la corpulencia del tipo parece chiste al lado de la de Albert, así que retrocedió.
__Exactamente.
 ¿A qué demonios juega Beto?
__Eso es lo que quiero saber. Me ha jodido, y por eso voy a disfrutar embromándolo a él.

Tengo que reconocer que me gustaba ese lado de Gaby. La gente pensaba que era bobita, que podía salir airosa con ella, pero se equivocaba, sonreí.

__Así que indiferencia, ¿eh?
Ella sonrió con descaro como angelito diabólico
__A tope. Incluso podría coquetear con alguien al azar para ver si se irrita un poco. Luego puedo preguntarle a qué demonios está jugando. Es él el que no quiere ser más que amigos hasta que pase un tiempo de lo de Anto.

“Sin embargo yo sabía que Beto estaba pensando en la leyenda, en las perlas para regalarle como en el caso de la segunda vez de las visitas”.

Ella rio, y salió, dejándome que fuera a la ducha para prepararme, la salida que decía, no era ni modo salida, era una fiesta en el loft de Beto, donde por supuesto había invitado a los amigos, entre ellos a Gaby  y a Guillermo.

___Lo que yo no sabía cuando entré al loft era que en vivo estaría Emanuel, con Diego, además de amigos de la empresa, y a Diego no lo vi en principio, el corazón me dio un vuelco cuando lo vi, alto, delgado, piel tostada, rubio, ojos claros, era lo opuesto a Guillermo, y el brillo en sus ojos al encontrar los míos me alarmó. La gente había empezado a reunirse en torno a la barra del bar, otros ocupaban mesas y sillones.
Riendo por un chiste que oí por allí, pasé al lado de Emanuel para tomar una copa, iba a saludarlo con un ligero beso en la mejilla, y al fin sólo le palmeé el hombro.
La siguiente hora pasó volando y el loft estaba lleno, así que mi atención estaba centrada en charlar con colegas de la empresa, era una reunión mensual de ella, en realidad. Sentí un cosquilleo en la piel, levanté la cabeza, y miré a través de la multitud hacia la entrada y mi interés pasó rozando a Beto y Gaby, que entraban caminando detrás de Guille que llegó del brazo de una morocha despampanante.
Nuestras miradas se conectaron y él ni siquiera hizo ademán  de reconocimiento. En cambio, bajó la cabeza y susurró algo al oído de la mujer que la hizo reír.
Algo desagradable me revolvió el estómago y eché un vistazo a Gaby... Ella estaba mirando con cara de pocos amigos a Guillermo,  luego a Beto, apartándole la mano, y luego caminando a paso firme hacia dentro. Beto había logrado convencer a un grupo de gente sentada a una mesa para que se echaran a un lado del sofá de cuero, y así, Guillermo y la chica misteriosa, Gaby y Beto pudieron sentarse.
Todos se deslizaron en el sofá excepto Gaby que en ese momento estaba fulminando con la mirada a cada uno y a todos ellos. Beto le dijo algo. Ella negó con la cabeza, con aspecto de estar  enojada y la expresión de Alberto se oscureció. Su mano salió como un látigo y envolvió el brazo de Gaby, obligándola a sentarse a su lado. Mi amiga pugnó por desembarazarse de él, pero el brazo masculino se deslizó en torno a su cintura, con la misma mano en su caderas, en un gesto posesivo aunque aparentemente despreocupado, pero estaba claro que la sujetaba con fuerza, y lo que le susurró al oído hizo que ella dejara de debatirse.
Sin embargo, no eliminó su expresión pétrea.
Preocupado, mis ojos vagaron a Guillermo, pero él no había visto nada de eso. Estaba demasiado ocupado charlando con la morocha.
Me volví con rapidez porque no estaba en absoluto preparado para el torrente de sangre en mis oídos y la opresión en el pecho.
Sinceramente no sabía qué terreno pisaba con ese hombre de voz ronca y profunda, intrusa capaz de deslizarse debajo de los poros e incrustarse como anhelos inconclusos, y que escarbaba pasiones entre mi piel enajenada. En un momento me miraba con los ojos cargados de deseos. Me desnudaba desbocando mis ansias, con voz erótica oprimiendo mis sentidos, abriendo  sus labios, atrevido y desafiante, invitándome a beber en sus orillas, y sediento a perderme en el néctar de su ósculo. Su voz entrometida y su mirada inquisidora abalanzándose en mis verbos y yo perdiendo mis palabras entre sus labios, en otros ni siquiera reconocía mi presencia.
No iba a dejar que pudiera conmigo.
Sin hacer caso al cosquilleo en mi estómago, me dirigí a la pista improvisada, y al acercarme a ellos, la mirada glacial de Gaby se fundió, y me sonrió, agradecida de verme.

__Eh, chicos __me anuncié en voz alta para que se oyera por encima de la música__. ¿Puedo traer unas copas?

__No hay necesidad __ me dijo Alberto con una sonrisa__. Ariel nos las va a traer.

Señaló detrás de mí y yo me volví para ver al tipo alto y de pelo corto, negro, esperando para abrirse paso entre la gente hacia la barra.
Yo puse ceño con gesto inquisitivo.

__ ¿Ariel?
__Mi casi marido, hola.
La respuesta vino de la morocha y yo la miré con sorpresa derramando mi atención sobre la mujer sentada al lado de Guille, con mi cerebro tratando de entender la imagen que tenía delante y de dar sentido a lo que ella acababa de decir. Capté la mirada de Guillermo y él me dedicó una sonrisita fría para darme a entender que sabía que yo había dado por sentado que la joven era una de sus mujeres si es que las tenía.
__Ella es Sonia, la amiga de Gaby, ex de Antonio, de Marcos, pero ahora está por casarse con un cliente, que es psicólogo, Ariel.
__Hola, Sonia.
Bueno, vale, me sentí avergonzado.
Y entonces vi otra vez los endiablados ojos de Guillermo y su sonrisa se profundizó.
Recordé las sospechas anteriores de Gaby “Bueno, sólo  para que lo sepas, tengo la impresión de que está planeado algo”.

Maldito fuera, al menos no era el idiota del fachero. Me había hecho creer que Sonia era una cita. Quería ver el alivio destellando en mis ojos al darme cuenta de que no lo era. Y Dios me maldijera, porque yo se lo había concedido.

__Me alegro de conocerte. __La saludé con la cabeza. Volveré a mandarte a tu novio, porque va a pasarse allí la vida. Le preguntaré lo que quieren y lo traeré.

__Gracias, qué amoroso __Gaby sonrió lánguidamente ante el comentario de Sonia.

Torcí el gesto, odiando verla tan incómoda. Estiré el brazo y le apreté el hombro de manera tranquilizadora, notando la mano de Beto todavía aferrada con fuerza en su cadera. Le lancé una mirada de advertencia por encima de la cabeza en un gesto de desconcierto. Sin hacer caso de Guille y el jueguecito que tramaba, susurré a mi hermano.

__Está sufriendo, tonto, ya vale, dale la joya, sea o no así la leyenda.
__Chis.
Enojado con él también caminé hacia la barra, me presenté al novio de Sonia y lo mandé de vuelta con los otros una vez que memoricé las bebidas, me gustaba preparar tragos.

__ ¿Es él, verdad?__ me dijo Emanuel al oído.

__ ¿Quién?
__El tipo con el que Juan ha estado flipando siempre y el que te tiene loco a ti.
__Guillermo __ asentí, mirándolo. No me había dado cuenta de lo cerca que estaba, nuestras caras a centímetros de distancia. Seguro él lo ha seducido, como hace con todos.

__Por cómo siento las dagas clavadas en mi espalda diría que él está interesado en su siguiente papito.
Me separé echando humo por los oídos.
__No necesito papito, Emanuel.
Éste lanzó una mirada a Guillermo.
__Me molesta. Te mira como si fueras de su propiedad y ¿hay algo entre ustedes?
__Nada. Ya te lo he dicho, no necesito papito ni hijitos, ni nada.
Los ojos de Emanuel se estrecharon y volvió a mí con una sonrisa traviesa.
__A lo mejor yo necesito uno, o recuperarlo.

Y acto seguido antes de darme tiempo a preguntarle por Diego, estaba besándome, con una mano en mi nuca para mantenerme allí mientras su lengua se deslizaba en mi boca y su cuerpo se apretaba al mío. El asombro me mantuvo paralizado y luego el sorprendentemente agradable tacto de sus labios en los míos que ya no recordaba. Sabía besar, eso desde luego. Los silbidos y vítores interrumpieron el momento y yo me separé de él poniéndole una mano en el pecho.
__Eh… __Pestañeé, tratando de entender lo que estaba pasando___. ¿Qué acaba de pasar? Estoy de novio aunque Camila se encuentre de viaje. ¿Qué hiciste?

__Sólo hemos cabreado al señor engreído, lindo, de ahí pasando un buen rato al hacerlo como ya no recordaba.
Negué con la cabeza en ademán de incredulidad y lo separé, captando la sonrisa de Diego, cuando Emanuel pasó con fanfarronería a su lado, obviamente complacido consigo mismo, era noche de juegos al parecer. Al volver a preparar las bebidas de ellos, me obligué a no levantar la mirada. No quería saber si Emanuel tenía razón respecto de Guille. No quería reconocer los sentimientos que pudiera tener por mí y viceversa, Pero, maldición, me complacía saber que alguien más había reparado en su interés en mí además de una optimista y romántica recalcitrante amiga de los dos como Gaby. Al menos sabía que no estaba imaginando cosas.
¿Y acaso yo no era sólo un manojo de hormonas confundidas?
Puse las bebidas en una bandeja, me alejé de la barra sin hacer caso de los comentarios y esquivé gente para poder llevar las bebidas sin derramar ni una gota.

__Aquí tienen. __Puse la bandeja en la mesa y empecé a repartir las bebidas.

__Pedro, ¿qué ha sido eso, quién es? __ preguntó Gaby con ojos como platos al tomar la copa.

No sé qué me poseyó para pensar que hacerme el tonto era la forma de actuar.
__ ¿Qué ha sido qué?
Beto gruñó.

__Emanuel, es el tipo que le ha metido la lengua hasta la garganta, no lo invité, supongo que vino por Diego que es tu amigo.
Ni siquiera pude mirar a Guillermo, porque podía sentir que su mirada quemaba, mejor dicho, que me quemaba. Me encogí de hombros.
__Sólo es Emanuel, fue un juego para Diego.
Y entonces salí de allí antes de que pudieran preguntarme nada más.

Para  Emanuel no estaba satisfecho sólo con el beso. En los siguientes minutos incrementó el flirteo, besándome el cuello, dándome palmadas en la cola y provocándome sin clemencia con charla sexual.
Supongo que no estar enojado por el hecho de que me besara le hizo pensar que podía. Y la verdad es que no hice nada para que creyera lo contrario. Había decidido que quería enviar un mensaje a Guillermo.

No éramos amigos.
Y nunca íbamos a ser nada que no amigos.
Así que… no éramos nada.

__Ya basta, Emanuel, no te pases, no quiero nada con él ni contigo, ve a arreglar las cosas con Diego que luego me va a llorar a casa, y esta vez sería con razón.

Me volví y salí por la parte de atrás de la barra. Había un baño, y más allá un pasillo con un pequeño estudio que usaba  mi hermano para trabajar allí. Cuando se cerraba la puerta el ruido del bar desaparecía porque la puerta era gruesa. Con la cabeza zumbando de adrenalina bombeando por Guillermo y Emanuel, entré con una coca y me apoyé en el escritorio.
Dar esperanzas a Emanuel era una mala idea. Había cruzado de nuevo una línea peligrosa, y yo lo había dejado, y todo porque Guillermo me estaba sacando de quicio. Odiaba el puñete en las tripas que había sentido al pensar que Sonia venía con él como antes Juan o Matías. Odiaba que supiera que sentía algo. Odiaba sospechar que él lo había orquestado todo.
Tenía que encontrar una manera de hacerle saber de una vez por todas que nunca iba a ocurrir nada entre nosotros.
Levanté los ojos de la moqueta cuando se abrió la puerta. Me enderecé. Los nervios se apoderaron de mi estómago en cuanto Guillermo entró y cerró la puerta.
Sus ojos estaban calculando al enfocarse en mi cara, tenía las facciones duras, empañadas. Parecía furioso.

__ ¿Qué estás haciendo aquí?

No respondió y mis ojos volvieron a hacer lo mismo… perdiendo el control, recorriendo su cuerpo, asimilando el elegante atuendo negro que llevaba con pantalones de sastre. El único accesorio que llevaba era un caro reloj de oro. Su estilo sencillo  lo hacía más sexy. Sentí ese apretón en lo más hondo de mi cuerpo y tensé la mandíbula. No era justo que ejerciera ese efecto en mí, lo deseaba hasta el dolor.
Tomé un trago para cubrirme.

__ ¿Y qué?
__No me gusta compartir.
Mis ojos volaron  a los suyos y, si era posible, él parecía más enfadado que nunca. En esa minúscula habitación, Guille era enorme e intimidante.
__ ¿Qué?
Sus ojos se entornaron.
__He dicho que no me gusta compartir.
Pensé en Matías, mentiroso.
__No es lo que he oído.
__Deja que lo reformule. __Dio un paso tranquilizador hacia mí__. Cuando se trata de vos…no me gusta compartir.

“Eres como una estrella, en una galaxia infinita de estrellas, qué suerte que  digas que me amas, me haces sentir único, eres una rosa blanca rodeada de mil colores, y me observas sin necesidad de buscarme. Soy como el cactus desolado  en este extenso desierto, así estaré eternamente aunque no haya nada que ofrecer, en medio de la noche, continuo caminando por el tiempo, solo y esperando que el viento te guíe junto a mí.
Me parezco a la brisa suave pero que  de igual manera te moja, como el sol al caer la tarde también quema, como el ancho mar con sus aguas relajadas siempre llegan a tus pies acariciando tu belleza, por  ti seré lo que  desees,  sólo háblame y ahí estaré para ti”.
__El veneno de tu piel me incita, me provoca y despierta la pasión, mi corazón jadeante palpita acelerando la respiración y en el encuentro que a mi piel invita prometiendo entera satisfacción  ya no me importa saber si muero, si de tu piel he sido prisionero.
Y me sumerjo en tus aguas termales para así empaparme de tus aromas, sé que yo te saco de tus cabales  pero vienes a mi encuentro y me domas haciéndolo como los animales, emerge tu postura y la retomas y tu piel me sigue y me va envolviendo en ese placer que me está comiendo.

__Te amo…directo del torrente angustioso de mi ser. Y te amo como las aves al fervoroso viento que las hace flotar. Navegante amoroso de vuelo errante, toma mis besos que sin vos pululan. Yo soy las olas que salen de tus manos bailoteando, en tu regazo colmado de vida y fuego. Y así... tu brújula y los rumbos caprichosos  en mis veredas anclan a tus sueños inquietantes, hasta no poder callar mis llamados,  y que tus aguas escurridas tan generosamente  regresen al cauce de mi alma. No pienses. Ni siquiera medites ni vivas temores. Simplemente ámame como me amaste con coraje y sin dudas porque seremos la tercera pareja de esa leyenda. No serás de nuevo de él.
Te pido que abras la puerta de tu corazón y vivamos  el perfume de esa rosa sin espinas..., sólo el aroma, sin las heridas.  Ese vuelo de las mariposas en nuestros sentidos. Pusiste música  a mi vida, la de tus besos. Ven al concierto de nuestros susurros de amor. Contemplemos abrazados  la hermosura de nuestro caminar por nuestras vidas...Después pregúntame si nuestro amor es verdadero.
Amor mío. Sin temores. Seguiré amando tus besos y caricias. Déjame que pinte en tu vida lo que nadie borrará y verás cómo llegará  ese día que mirando mis ojos dirás mereció la pena.
Deja que la noche nos cubra con  su manto. Amémonos porque  los amores como el nuestro nacen para unir corazones  rotos.  Sólo nos visitan una vez y yo puse mis trozos en tus manos.
Pero no busques respuestas,  es solamente el milagro del amor. Yo he besado tu alma, tu alma de firmamento  firme como una torre, inmensidad y calma. Yo he besado tu alma antes que tu piel y ha sido mágica unción encontrar tu corazón.
A distancia mis caricias tus caricias han sentido, me las ha traído el aire, embriagadas de rocío. He acariciado tu alma con la suavidad del beso, con la ternura del amor, con la ternura del verbo. Como frescor de brisa, la caricia celestina que nuestra piel acaricia es una caricia divina. La caricia que mi alma a tu alma le ofrenda, es apasionado beso,
es caminar en tu senda.
Amor que me presientes aun cuando estoy distante, amor que me percibes  en el alma cada instante. Hermosísimo cielito tienes el candor de la rosa, la belleza de la aurora, y el alma de un dios. Yo he besado tu alma, con mi corazón de hombre, con mi alma palpitante. Tu alma y el alma mía en un beso se unieron, abrazadas en armonía, de dulce fuente bebieron. Y me bebo el aroma de tu piel en cada suspiro. Me bebo gota a gota cada humedad de tu cuerpo. Me bebo los deseos en cada despertar. Tu aliento me eleva al máximo suspiro, dejando salir de mi boca un ardiente gemido.
Nadie lo planeaba. Simplemente el destino lo quiso así, un día sin pensar llegaste a mi vida y hoy culpo al viento por haberte traído a mi vida, en el destino quiso que fueras para mí y así te fui queriendo a diario y hoy te quiero sin límites.
Hoy le he pedido al viento que te lleve todos los besos que he guardado para vos, mis caricias que guardo con tanto amor por si me extrañas,  sólo piensa en aquellos instantes mágicos y quizás llene un poco ese pequeño vacío que hoy existe en tu alma.
Sin planearlo un día llegaste como un viento fuerte que arrasó conmigo, clavaste tu mirada a la mía y allí te quedaste, simplemente no logro sacarte de mi mente, destino, casualidad, o coincidencia pero hoy vives en mí, Pedro.
_Hoy quisiera pensarte menos pero cómo hago si me perdí en tu mirada, aún tengo ese aroma que dejaste impregnado en mi piel, abrazaré tu recuerdo para sentir un poco menos tu ausencia.
Llegas a mí como el aire que respiro a cada instante y no debe de ser. Llegas a mí cuando me encuentro con ángeles que susurran a mis oídos sus historias y la famosa leyenda, como duendes cargados de misterios en la noche para evocar tu presencia, como musas impacientes y deseosas por desnudar sus almas, como paloma en caída buscando nido para reposar su lira, como estrellas en el cielo alumbrando la oscuridad de mis ideas, como mi amante fiel besándome con pasión verbos encantados. Llegas como el príncipe de la leyenda en tu caballo alado donde volamos como gaviotas y nos perdemos en el universo arrastrándome a lo sublime del placer de amar. Sí, llegas a mí cada noche y yo esperando tu llegada ansioso por alimentar sentimientos encontrados, ¿nunca dudaré de ti por ser sincero, te amaré y seguiré amándote, eres único, nunca me abandonarás y continuarás arrancando delicadamente lo mejor de mis entrañas?
__Pedro, deja de negar lo obvio, el amor es, nos atravesó, sentiste las señales y las vuelves a sentir y sólo es conmigo, es el instrumento, el sentido, el amor es nuestra fuerza motriz y nuestro alimento  para poder expresar la belleza que está en cada uno, en cada lugar, en cada momento ", ¿dime cómo llegar al corazón?" Tus ojos son como luces que me guían, tu  divina sonrisa  es como cada amanecer, tu voz es como la más dulce canción, y tu andar es como un desfile de  dioses, y nunca se lo dije a nadie, ni soy un romántico, pero con vos quiero todo, tu compañía, la razón de la vida, la esperanza en el horizonte, las sendas de mis pasos, la alegría para sonreír, caminar la senda y la huella que dejen tus pasos si te pierdo en algún cruce de caminos, como tonto siguiendo tus pasos, sensible al sentimiento noble  y puedo decirlo con mucho trabajo como poseído por una debilidad que es propia de estas  circunstancias, haces que el viento diga nombres, que el día y la noche  sean más hermosos y no tengan fin, que el canto de las aves aunque no las veamos nos haga sentir esas sensaciones mágicas, que todo sea más bello, más lindo y con ganas de vivir.
__
No hubo tiempo de procesar eso, ni todo, ni lo primero, nada. Un momento estaba mirándolo con incredulidad y al siguiente la lata estaba en el suelo, y yo sentado en el escritorio cuando Guillermo colisionó conmigo. Su calor y su fortaleza me arrollaron cuando me agarró por la nuca con su mano grande y con la otra arrastró mi muslo hacia arriba para poder situarse entre mis piernas y posicionarme sobre el escritorio. Su boca se aplastó en la mía, el deseo que mi cuerpo había estado albergando por él durante semanas se apoderó de mí. Me aferré a él, con las manos clavadas en la espalda, mis piernas trepando por su caderas al tiempo que mis labios se separaban en una exhalación de alivio que permitió que su lengua entrara para provocarme, para saborear el néctar de los dos, para bebernos y devorarnos.
El olor de Guille, el gusto a whisky  en su lengua, la sensación de sus manos cálidas agarrándome con fuerza… todo ello me dominó y se me escapó ese sonido gutural que no podía controlar. Su beso borró todo recuerdo del de Emanuel.
La mano se tensó en mi nuca y lo oí gemir. La vibración de su gemido se transmitió, pasó rozando mi cuerpo como manos incitando mis cumbres, susurrando en  mi estómago y deslizándose hasta aposentarse entre mis piernas. Sus besos se hicieron más intensos, más demandantes, largos besos que me drogaban, y me dejaron sin respiración. Estábamos jadeando y tirando de la boca del otro como si no pudiéramos llegar lo bastante profundo, con mis uñas clavadas en la espalda para intentar apretarlos más.
Anhelante suspiro que a mi alma suspende, que marca silente con un beso callado ahogando en mi pecho el deseo de tenerte. Las noches de luna soberbias inquietan  delirantes espasmos que mi ser reprime  pues en el cielo de tu corazón gime  el sueño misterioso de un encuentro de amor. Mi amor se diluye sutilmente en tu boca redimiendo el pecado que te trae hasta mí y en la penumbra de una noche inquieta mis besos de fuego… se anidarán en ti.
Cuando reparé en su erección clavándose en mi vientre, y sentí el latir de la propia ya estábamos perdidos. Mi vientre se encogió y gimoteé con mi boca pegada a la suya, colmado de deseos. La necesidad se acrecentó cuando subió una mano por mi cuerpo rozándome los pezones. Interrumpió el beso, retirándose apenas un centímetro para capturar la mirada y barrer el cuerpo. Sus ojos eran oscuros, con las pestañas caídas sobre ellos, los labios amoratados. Sentí que dos de sus dedos se deslizaban bajo mi camisa y su mirada nunca abandonó la mía al descenderla de uno y otro lado luego de desabotonarla.
Noté aire más fresco en mi pezón que se tensó, incitante. Guillermo bajó la mirada y sentí que su mano se deslizaba hacia arriba para agarrarme el pezón. Lo acarició, rozó con el pulgar, se endurecieron y  se lanzó un relámpago de deseo entre las piernas. Guillermo me miró a los ojos.

__ ¿Te gusta? __murmuró y sus ojos se volvieron a mi boca __ ¿Te gusta sentir mis manos en tu piel?
__Sí.
Bajó la cabeza y sus labios se frotaron suavemente contra los míos hartos de besos__. ¿Sirven las de cualquier hombre?

Esas palabras tardaron unos segundos en penetrar, pero cuando lo hicieron aplasté el dolor y recuperé la rabia, dejando de abrazarlo para volver a colocarme la camisa.

__Vete a la mierda, Graziani __le solté__. Quieres el trofeo,  el que te falta.
Traté de apartarlo, pero sólo conseguí que se apretara más a fondo a mis piernas, sujetándome las muñecas para parar los puñetazos que estaban a punto de volar hacia él.
__ ¿Qué demonios era eso de ahí fuera? __me dijo echando humo, pero todavía estaba inequívocamente excitado, con su erección clavándose en mí y al revés, haciendo que mi propio cuerpo luchara con mi cabeza__. Dijiste que nunca verías a ese tipo.
__No es asunto tuyo, es lo que era.
__ ¿Es de nuevo tu amante?
__! No es asunto tuyo!
¿Acaso me dices qué haces con Juan, con el fachero, etc.?
Soltó un ruido bajo, airado, entre dientes, y tiró de mis brazos.
__Considerando que quiero que seas mío, es asunto mío. Y considerando que está claro que quieres ser mío, creo que es mejor para vos que me respondas.
__Eres un idiota arrogante y egoísta, que lo sepas __dije enrabietado, decidido a que ese macho alfa no me controlaba___. ¡No tendría sexo contigo ni aunque fueras el último hombre del mundo!

No era una respuesta original, y desde luego no era el mejor momento para decirla.
Guillermo me besó otra vez, sin soltarme las manos, pellizcándome con furia la boca, frotando su umbría contra mí, atormentándome. Traté de presentar una fingida batalla, pero mis hormonas estaban mucho más interesadas en él que en controlarlo.

__ ¿Te acuestas con él, Pedro? __murmuró de forma sexy, con sus labios dejando un rastro de besos ansiosos en mi mandíbula.

__No. __Respiré.
__ ¿Quieres acostarte con él?
__No.
Vagamente era consciente de que estaba soltando las muñecas y mis manos __con mente propia __se estiraron para tocar el estómago tenso de Guillermo.

__ ¿Quieres seguir? __ me gruñó al oído.

Me estremecí de deseo.
En lugar de decir la verdad, negué con la cabeza, tratando de mantener cierta clase de control.
De súbito sus manos corrieron a frotar mi hombría, entre mis piernas, la excitación me inundó en un torrente de temblores.
__ Oh, Dios… __ Gemí, tratando de apretarme a él.

Sus labios estrujaron los míos y busqué algo más profundo, más húmedo, pero se estaba retirando.
__ ¿Quieres hacer el amor?
Sentí una explosión de rabia y abrí los ojos de golpe para fulminarlo.
_ ¿Qué crees?
Bajé su cabeza, con nuestros labios chocando al sacar de él lo que quería. Sus brazos me rodearon, fusionados nuestros cuerpos mientras nuestras bocas se alimentaban ansiosamente una de la otra. La impaciencia ardía entre nosotros y las manos fuertes de Guillermo se deslizaron por mi espalda y bajo mis nalgas moldeándolas, buscando reconociendo, levantándome con facilidad. Mi cuerpo comprendió lo que quería y me bajé al tiempo que dimos dos pasos para apretarme contra la pared, con su umbría frotándose contra mis jeans, empujando con sus caderas. La satisfacción y mi necesidad me atravesaron y jadeé contra su boca, rogando más en silencio.

 __Perdón, lo siento. __La voz de Diego penetró entre la niebla y yo me aparté de Guillermo, con mi pecho subiendo y bajando con rapidez mientras intentaba recuperar el aliento. Miré a Diego horrorizado al sentir que la realidad regresaba.

__Mierda _exclamé al soltar el aire.

La mirada confundida de mi amigo voló entre Guillermo y yo antes de volver a mí. Tragué  saliva pese al nudo de pánico y excitación sexual que se había formado en mi garganta.
__Ahora mismo, salimos.
En cuanto se hubo ido, sentía que la sala se cerraba en torno a mí. Todavía estaba envuelto en los brazos de Guille. Desenredé la madeja y me separé, sintiendo el suelo. En cuando supe que estaba en tierra firme, apoyé una mano en el pecho para apartarlo.

__Tengo que volver allí.
Me agarró por la barbilla con dedos suaves y me obligó a levantar la mirada. Su expresión era decidida, controlada… y completamente opuesta a su boca hinchada y desordenado pelo.
__Tenemos que hablar.
“¿Sobre mi absoluta falta de control, y fuerza de voluntad?”
__No tengo tiempo ahora.
__Nos haremos un tiempo mañana a la noche, o vienes al Loft y voy al tuyo.
__Guille...
Su agarre se tensó y me formó una trompita para abrazar en sus labios, silenciándome.
__Me habías prometido unos días, solos, nos veremos mañana a la noche.
Eso no iba a ocurrir. ¿Cómo podía dejar que eso ocurriera?
__Guille, no quiero que pase nada entre nosotros.
Levantó una ceja, claramente no convencido, entrecerré los ojos.
__Engreído, estoy comprometido, tú… casado.
__Te veré mañana amorcito. __Sonrió ampliamente y depositó un suave beso en mis labios.

__Guille, lo digo en serio, ni con Emanuel, ni contigo, ni con nadie.
Riéndose entre dientes, él pacientemente fue estirando mis dedos uno a uno hasta que solté la camisa que le había tomado y retrocedió.
__Tengo una propuesta a discutir mañana.
__ ¿Estás sordo?
¡Guille!
__Ah. __Se volvió hacía mí en la puerta con expresión endurecida__. Estaré esperando al final  de esto, para que llevemos a Gaby a su casa. Si te vuelvo a ver coqueteando otra vez con ese tipo, le partiré la cara.

Y al instante, puf.  Se había ido… dejándome con… “las señales de amor”.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO, ESCENAS EXPLÍCITAS.

22 comentarios:

  1. Jose Luis Realmente fascinante Es precioso dejame darte unas sencillas gracias pero de corazón..Esas que solo s ledan a los que se aprecia

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  2. Ana Ines QUE AMOR. MUY BONITO MOMENTO AMIGA LINDA

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  3. Pilar Woww que profundo......
    ¡¡¡ Si pudiese pedir algo !!!
    Tantas cosas pediríamos en la vida
    Los corazones románticos que amamos con tanta intensidad.......
    Sublime capítulo. Feliz día....

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  4. Patricia. Qué bueno.Muchísimas gracias Eve Monica Marzetti!! Cariños!!!

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  5. Excelente Eve...Tanta seducción me fascina...Me gusta este Pedro que intenta negar lo imposible de ocultar y este Guillermo tan seguro y posesivo...Bellísimo capítulo...

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  6. Sol Urvino Guille demostro una osadia pocas veces vista, y el rechazo de Pedro va a durar muy poco ... UN BESO, EVE.

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  7. Veronica Lorena Piccinino lindo comienzo Eve... muy lindo

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    1. Veronica Lorena Piccinino Está bueno... como Pedro no va a querer estar con ese bombon de Guille... están que arden los dos. Gracias Eve.

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  8. Apasionante capítulo Eve, una trama atrapante cada momento describe perfectamente,sublime el amor entre ambos más allá de toda esta situación,me fascina gracias por escribir te quiero :) !!!

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