"LA CÁTEDRA".
CAPÍTULO TREINTA Y TRES.
Viernes, 13 de agosto de 2016.
Previo…
___!Hijo de puta! __bramó mientras se debatía
entre dejarlo ir o cruzar con la barrera baja.
Debía llegar antes de que su esposo
convirtiera su vida en un infierno, porque si la echaba y se divorciaban, hasta le quitaría a los chicos. Entonces
decidió cruzar.
La vida es una sucesión o abanico de
elecciones y siempre que se elige, se gana algo para perder otra cosa. Ella era
invencible, era el poder en persona, y todas sus decisiones siempre eran
drásticas, como el día en que abandonó a Fabián para no regresar.
“Entonces resulta que la luz tranquilizadora
al final de tu túnel es un tren que venía en dirección a ti”.
“La relación con el otro es una relación con
un misterio”.
(Emmanuel
Levinas)
“Puedo escribir los versos más tristes esta
noche.
Escribir,
por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.
El
viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo
escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En
las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella
me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo
escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír
la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué
importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso
es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como
para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La
misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya
no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De
otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya
no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque
en noches como ésta la tuve entre mis
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque
éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
*Pablo
Neruda / 20 poemas de amor y una canción desesperada”.
"…
tú y yo sabemos demasiado de algo que no es nosotros y juega estas barajas en
las que somos espadas o corazones pero no las manos que las mezclan y las
arman, juego vertiginoso del que sólo alcanzamos a conocer la suerte que
se teje y desteje a cada lance, la figura que nos antecede o nos sigue, la
secuencia con que la mano nos propone al adversario, la batalla de azares
excluyentes que decide las posturas y las renuncias. Perdóname este lenguaje,
el único posible."
*Julio
Cortázar / 62 Modelos para armar / frag.
Después
de que Silvina y su esposo se alejaron de la reunión, Guillermo y Pedro
salieron a la terraza para estar a solas.
__ ¿Qué
fue ese ruido? _preguntó Guillermo.
Pedro
bajó la mirada, en pos de bromear, fingiendo vergüenza.
__
Yo, es decir tu dragón alado cayendo del cielo _dijo tratando de descartar el
tema de la noche, como también el de la empresa que cada tanto acudía a su
mente.
Guillermo
sonrió y le acarició la cara con un amor infinito e irreverente.
__
¿Tiene las alas rotas? __ siguió indagando. Pedro lo miró.
__Eso
nunca. Sólo están un poquito heridas.
Guillermo
unió los labios, libando anhelos y dolor en la misma saliva, deseaba en el beso
beber la saliva con todo el dolor circundante.
__Yo
voy a sanarlas __le prometió.
Quisiera
que sepas que ya me es imposible parar de mirarte en mis recuerdos, ya no puedo
contener el deseo que tengo de querer besarte a cada momento, el no poder aguantarme
las ganas me está matando, es como beber de tus labios agua de sal de mar, a
más besos más ganas de vos, a más besos, más sed de tus propios besos, no dejo
de soñar que me deslizo entre las curvas de tus labios, que me arropo en ellos
como un niño con frío, sueño con despertar en esa delicia que tienes por
boca y besarte eternamente.
Espero que puedas perdonarme, que dentro de mi franqueza, mi atrevimiento y tal vez falta de respeto, sepas que lo único que tengo son buenas intenciones, que mi amor es verdadero.
La verdad es que me porto como loco, me fascinas tanto, tanto, que las noches en mí son un verdadero calvario, soñarte y no tenerte cuando te dejé ir al sur lo fue, seguramente todo es culpa de esta mente mía, maquiavélica, lujuriosa, perversa a ratos que me pone a imaginarte, a fantasear cómo poco a poco te desvisto hasta despojarte completamente de tu ropa, deseando hacerte mío, deseando poseerte despiadadamente, a mi antojo.
Tal vez, después de esto, no quieras saber más de mí, tal vez, pienses que soy un pobre diablo o un infeliz más con una mente podrida, dañada y sin remedio, tal vez, tengas razón, tal vez sólo soy un pervertido que no sabe cómo contenerse ni refrenar su pulsión, o tal vez no entiendas lo importante que sos en mi vida.
Te confieso que yo jamás, nunca, había sentido lo que siento, por eso no puedo dejar de pensar en vos, en las curvas de tus labios, en fundirme en tus besos, en arroparme en la comisura y vivir en ellos un eterno.
Espero que puedas perdonarme, que dentro de mi franqueza, mi atrevimiento y tal vez falta de respeto, sepas que lo único que tengo son buenas intenciones, que mi amor es verdadero.
La verdad es que me porto como loco, me fascinas tanto, tanto, que las noches en mí son un verdadero calvario, soñarte y no tenerte cuando te dejé ir al sur lo fue, seguramente todo es culpa de esta mente mía, maquiavélica, lujuriosa, perversa a ratos que me pone a imaginarte, a fantasear cómo poco a poco te desvisto hasta despojarte completamente de tu ropa, deseando hacerte mío, deseando poseerte despiadadamente, a mi antojo.
Tal vez, después de esto, no quieras saber más de mí, tal vez, pienses que soy un pobre diablo o un infeliz más con una mente podrida, dañada y sin remedio, tal vez, tengas razón, tal vez sólo soy un pervertido que no sabe cómo contenerse ni refrenar su pulsión, o tal vez no entiendas lo importante que sos en mi vida.
Te confieso que yo jamás, nunca, había sentido lo que siento, por eso no puedo dejar de pensar en vos, en las curvas de tus labios, en fundirme en tus besos, en arroparme en la comisura y vivir en ellos un eterno.
Y
por lo mismo me duele que te perturbe esa mujer que en definitiva hace años que
no está en mi vida, mucho menos deseo que te afecte el veneno que destila,
siempre ha sido así. Por ello es que intento proteger a Fabián, preferiría que
se niegue a intimar con todos, con ella, con sus hijos, en definitiva aunque
los unan lazos de sangre, nada tienen en común.
__Creo
lo mismo, amor, pero Fabián es inteligente, sensato, ya ves que no corrió hacia
ella aunque la vio, está pensando en todo lo que acaba de conocer, está
meditando qué hacer, no creo que la deje entrar a su vida, menos teniendo ya
una familia.
A
propósito ¿te gustaría pasar unos días en París?
__ ¿Qué?
_interrogó Guillermo asombrado.
__Lo
que oíste. La verdad es que lo tenía olvidado, cada año tenemos algún
viaje por una convención de empresarios, este año es en París, en la
reunión lo recordé, dije que no iría, y no volvería a viajar, excepto que me
acompañaras.
__No
lo sé. No sé…
__Deja,
no es momento, en unos días es el cumpleaños de mi hermano, y ya dije que no
iría, además tengo que vigilar de cerca allí un poco, la gente que dejó mi
padre no es toda honesta, me vi obligado a despedir a un abogado, tendré que trasladar a otro a Uruguay, está
algo complicado el panorama.
Pasaron
un buen rato charlando con otras personas, sin preocuparse en absoluto por
Silvina o Rafael, por si compartían el mismo ambiente o no. Eran demostrativos
y se besaban de a ratos, como de costumbre, y pasaban mucho tiempo abrazados.
Después
de la copa de champaña, pensando en que tendría que manejar, Pedro evitó el
alcohol, Guillermo en cambio, bebió algunos tragos y acabó más relajado y
suelto, provocándolo con la mirada. Tanto se desearon en silencio o en dichos
en susurros que una fuerza magnética era casi palpable entre ellos, la mirada
disparaba corrientes eléctricas que paseaban los cuerpos, disparando chispas
desde cada poro y terminal nerviosa, disimularon ante todo el mundo, mas a las
dos Pedro propuso irse y Guillermo aceptó sin dudarlo.
Subieron
al auto, Pedro encendió la calefacción. Conversaron del cumpleaños número
catorce de Agustín, sería el primero que Pedro deseaba realmente festejar con
su hermano, para el que faltaban pocas semanas, y en todo ese tiempo ni
siquiera se acordaron de Silvina. En la autopista, Guillermo estiró un brazo y
acarició la rodilla de Pedro con deseo contenido.
__ ¿Qué
campaña le propusiste a ese hombre con el que hablabas? __le preguntó al
recordarlo.
__Tiene
que auspiciar un par de propagandas que inviten a la gente a disminuir el
consumo de energía y el uso de los autos __ explicó Pedro sucintamente.
Guillermo
sonrió con orgullo.
__Me
encanta que siempre tengas un argumento para todo __dijo.
Pedro
sonrió.
__Sabes
que esa creencia viene de hace tiempo __le dijo.
__
Por eso debe de ser que me enamoré de vos _respondió Guillermo, y se estiró
para darle un beso en la mejilla.
No
se alejó rápido, quedó prendido a la piel, al aura, como si el perfume de Pedro
fuera un imán para él, se quedó inhalándolo junto a su pómulo y después junto a su cuello largo rato, en tanto
su prometido sintió la quemadura en la piel que el aliento iba abrasando.
__Guille…
__susurró Pedro. Su voz había cambiado.
__
¿Qué? __lo provocó lamiéndole el lóbulo de la oreja.
__Nos
vamos a salir de la autopista __vaticinó Pedro, casi ya incapaz de contener su
deseo.
Guillermo
sonrió, pero no dejó de besarle el cuello.
__
Con vos, sin piano, sin batería, sin violines, escribo al mirarte mi propia
canción y con cada latido de mi corazón trazo esta sinfonía de amor.
Guillermo
calló, recordando una discusión lejana al llegar de ver a Juan, cuando al
encender la luz, Silvina lo esperaba sentada a oscuras en el sofá y le espetó
su rencor.
“Apareces
nuevamente entre las sombras buscando el refugio de mis brazos, extrañando mi
amor. Llegas intentando reconstruir las ruinas de un sueño derrumbado por la
decepción, buscando desconsolado alguna
señal, algún latido de mi inerte corazón una vez que el frío viento de tu
traición lo llevó a la muerte. Te aferras a mí queriendo encontrar algún
vestigio del ser que pereció en el intento vano de amarte con devoción. Esperas
ver el brillo en mis ojos ahora que yacen apagados y vacíos añorando su magia
sepultada en el ayer sin medir las consecuencias hirientes que causaron dolor e
indiferencia en mí. Vienes con un ramos de rosas negras esculpidas de
arrepentimiento sin comprender que los fantasmas del pasado son sólo espectros
de nostalgias que vagan errantes sin porvenir. Regresas en esta noche oscura donde
mis silencios marcan la distancia dejando en claro a cada paso que doy el adiós
sempiterno que me abre camino a una nueva etapa de soledad o tal vez no”.
__
¿Qué sucede, amor? _interrogó Pedro al sentirlo lejos y con la mirada en
ninguna parte.
__Nada
__sacudiendo la cabeza__, es que recordé un instante, una noche hace años, en
que quizás ella supo que yo era gay, que estaba con Juan, olvídalo, ya pasó.
Igualmente nada justifica que abandonara a su niño de antes por mí, ni a Fabián
luego, el rol de madre, no tiene nada que ver con nada.
Banfield.
Luego
de haberse deseado durante horas delante de la gente, llegaron a la casa de
Guillermo a punto de estallar.
Dejaron
el Sonic en la calle y entraron a la vivienda besándose. Guillermo se encargó
se cerrar la puerta con llave a trompicones, y luego atrapó a Pedro en la escalera,
antes que alcanzaran a llegar a la suite.
__Ven
a mi lado precioso, juntemos nuestros corazones enamorados, fundamos en uno lo
que sentimos los dos. Ven a sentir la magia de mi cálida presencia para volar abrazado
a mí, por los sentimientos, las emociones, los sentidos, los deseos y encender
el fuego del amor con nuestras miradas, con caricias de ternura, caricias
enamoradas... comunicarnos con el cuerpo sin que lleguen las palabras, y
escribir una historia de amor en el viento; que quede grabada en nuestras
pieles, en nuestras almas.
Sin letras, sin tinta, sin papel, sólo en nuestro corazón y en nuestra mirada con esencia de miel.
Sin letras, sin tinta, sin papel, sólo en nuestro corazón y en nuestra mirada con esencia de miel.
Llenaste
mi vida, tocaste mi alma, moviste mil cosas al sentir que me amas. Te llevo en
mi mente en todo momento, porque eres el dueño de todo pensamiento. Tu esencia
yo invoco, tu amor que lo evoco, tus besos que añoro, tu cuerpo que adoro. Tu
voz en mi mente se hace presente con estas ganas locas que tengo de abrazarte. Es
tu presencia que exigen mis ojos, mi alma y mi corazón para poder amarte. Mis
manos te gritan y labios susurran hacia el cielo cada mañana, ser vos mi
esencia, para amar tu presencia.
__Estoy
presente ahora buscando amarte y ser amado, en el manjar de tus labios, cautivo
en la delicia de tus caminos, preso en tus hondonadas ante la deliciosa
desnudez del alma antes que del cuerpo, emocionado ante la mirada de miel que
me habla de tu amor. Quedo a merced de tus deseos sin reparos, presto a arder
en tu fuego, dispuesto a saciar tus antojos, que se incendie mi alma al calor
de tus ojos, y se deshagan nuestros cuerpos en las llamas de la hoguera. Que
mis labios ardan en la hirviente miel que
brota del dulce melar de tu boca que alborota los nervios y provoca, agitando
mis latidos y erizando la piel.
En la oscuridad de esta noche serena, yo quiero ser sol que penetre profundo de tus secretos con la luz poderosa de mi candil. A mi piel oscura de sol y nieve, tu piel clara le dé lumbre, y anuda a mi cintura tus piernas, que se pierdan en gemidos las horas desveladas, y alcancemos juntos del cielo la cumbre. Cansados y extasiados, y aún entrelazados, respirando del amor los sollozos y el aliento; reanudemos otra vez ese mágico momento, entregando mutuamente la pasión al ser amado. Te amo, Guille, y por nada viajaría solo de nuevo, no digo que no me gustara lo que hice en el sur, pero sin ti ya no es lo mismo, antes estaba solo, hoy es más lo que me une a ti, como tantas veces te dije, si es lo que quisiste poner a prueba enviándome a la misión. Si me hubieras contado lo que estaba sucediendo, habría dejado todo, eres lo único en mi vida, y por lógica tu familia, y mi hermano.
En la oscuridad de esta noche serena, yo quiero ser sol que penetre profundo de tus secretos con la luz poderosa de mi candil. A mi piel oscura de sol y nieve, tu piel clara le dé lumbre, y anuda a mi cintura tus piernas, que se pierdan en gemidos las horas desveladas, y alcancemos juntos del cielo la cumbre. Cansados y extasiados, y aún entrelazados, respirando del amor los sollozos y el aliento; reanudemos otra vez ese mágico momento, entregando mutuamente la pasión al ser amado. Te amo, Guille, y por nada viajaría solo de nuevo, no digo que no me gustara lo que hice en el sur, pero sin ti ya no es lo mismo, antes estaba solo, hoy es más lo que me une a ti, como tantas veces te dije, si es lo que quisiste poner a prueba enviándome a la misión. Si me hubieras contado lo que estaba sucediendo, habría dejado todo, eres lo único en mi vida, y por lógica tu familia, y mi hermano.
__Fue
duro, sí, ahora no tengo dudas. Quiero hacer un camino de diamantes en la
ciudad de mi alma, en la de mi corazón, jardín de eternos suspiros crean tus
caricias alrededor de mi fuente. El aire es magia entretenida al caer la nieve
de tus besos. El fruto yace en inspiración,
germinan mimos en ternura, mi tentación dulce es exquisita al evaporarse en mis labios. Siento sed de beber tu néctar, de alimentarme de tus poros ahora miel del deseo al libarme tu campo y tus fluidos. Te destilo, bebo, saboreándote de a poco, en infinidad de tragos para no perder tu sol de idilio al consentirme como tu amante. No quiero perderme ni una gota de tus preciados rocíos en nado, cada disparo en vilo sostengo al darle de mi pistilo, ambrosía. Se nos brindan las relentes fuentes, cada una evaporando sus anhelos nos involucran al beber con pasión
los eflujos secretos de las entrañas. Invitados de honor de la felicidad, cantamos al gemir nuestro amor, incitamos a neuronas, sus átomos explosionamos en efervescencias y simientes de esencias, del ser.
germinan mimos en ternura, mi tentación dulce es exquisita al evaporarse en mis labios. Siento sed de beber tu néctar, de alimentarme de tus poros ahora miel del deseo al libarme tu campo y tus fluidos. Te destilo, bebo, saboreándote de a poco, en infinidad de tragos para no perder tu sol de idilio al consentirme como tu amante. No quiero perderme ni una gota de tus preciados rocíos en nado, cada disparo en vilo sostengo al darle de mi pistilo, ambrosía. Se nos brindan las relentes fuentes, cada una evaporando sus anhelos nos involucran al beber con pasión
los eflujos secretos de las entrañas. Invitados de honor de la felicidad, cantamos al gemir nuestro amor, incitamos a neuronas, sus átomos explosionamos en efervescencias y simientes de esencias, del ser.
Guillermo
rio y se sentó en un escalón. Pedro se arrodilló delante de él y se inclinó
para besarle el cuello, al tiempo que dedos imprudentes y torpes desanudaron la
corbata, dejaron caer el saco, desabotonaron la camisa. Cuando al fin alzó la
mirada al sentir los dedos de Guillermo enredarse en su pelo lo quemó con ella.
__Te
dije que te iba a sacar la ropa _le recordó con voz grave y sensual. Guillermo se abrazó a su cuello y lo besó en la boca, y
las lenguas dispararon ondas eléctricas que se expandieron como la piedra
lanzada en un estanque, por el resto del cuerpo, en oleadas de placer que
llegaron al pecho, al vientre, a la pelvis, hasta los dedos de los pies. Luego
los besos subieron hasta la frente rozando el rostro en el camino.
__No
aguanto más, hazme el amor o te lo hago ya _susurró hundiendo la nariz en el
pelo ya alborotado.
Las
palabras surtieron un efecto instantáneo en Pedro. Estaban solos. La familia
entera estaba en casa de los padres de Valeria, en intento ya de evitar
encuentros como los últimos, podían amarse en las escaleras…
__Dame la ambrosía de tus labios que bebí y ansío. Aquellos…tus
ojos de engañosa calma. El susurro leve que remonta el río. Devoras mis horas
febriles y tensas. Toda mi fortuna está en lo que piensas brincando en mi pecho.
Deseo besar esos labios tan delicados que tienes, abrazarte tan fuerte que te
sientas preso de mis brazos, y sentir tu cuerpo contra el mío en la noche fría
y oscura. Quiero palpar tus muslos y navegar en tu mar de fluidos, en ese
velero que lleva por nombre pasión inaudita, y emprender en la cama nuestra
mayor aventura. No sabes las ganas que tengo de quitarte las barreras todas, de
olerlas y mirarte a esos ojos tan llenos de vida, mientras acaricio tu rostro
con delicadeza y ternura.
__Si
supieras cuánto me estremezco cuando te escucho, te volverías loco y me someterías
a tus tentadores deseos, salvajemente o con la más primorosa dulzura.
Te
escribiría un concierto lleno de magia en tu suave espalda, donde habitan
lunares que ni siquiera sé que existen, para acabar haciéndote mío en cualquier
postura. Necesito que mi lengua sea la culpable de tus orgasmos, ésos con los
que siempre dormido en tu cuarto has soñado, los cuales suprimen tu cordura por
tu locura. Que Dios me libre de todos estos tentadores pecados, que se interponen
entre mi inocencia y mi fe, porque este amor que siento por ti no tiene cura.
Eres el llanto de mi tristeza, me desgarras amor,
tu angustia me desarma en pedazos y desliza su furia en mis entrañas. Mi mente
vuela en la oscuridad de madrugadas para encontrar tu rostro perdiendo tu
imagen en el viento. Hombre de mis deseos, comprimes mi pecho cuando escapas de
mis sueños. Tus lágrimas ahogan mis verdades en el silencio de tus lamentos. Te
persigo en mis recuerdos, desolando mis miedos, ocultándote en el sol pecador, que miente al ser cómplice de
tus fugas. Destierras mis ansias cuando ciegas mis ojos, mis ansias de
conquistar tu cuerpo, acariciarte en mis desvelos...Corazón fugitivo de mis pasiones, permanezco en mi
lecho a la espera de tus besos. Callas tus temores, naufragamos en mares de
aguas turbias, nos condenan a sufrir amores que caminan como fantasmas hacia el
abismo. Tinieblas que se interponen en nuestro destino y que juro desaparecerán.
__
Pedro, no existen, te entrego mi corazón, lo pongo en tus manos para que hagas de él lo
que quieras, para que entiendas
que sos vos el único hombre que amo, que
no hay nadie más, sólo vos sos el dueño de mi vida, de mi amor, de mis
pensamientos, de todo mi ser y es por eso que hoy bello adonis en tus manos
está mi querer, vos sos quien me salva o me condena. En vos está llenar mi vida
de tu amor o condenarme a tu desamor, sos quien rige mi alma en si seré feliz o
moriré de amor.
__Y
tú me llamas loco, loco por amarte, loco por quererte, loco por desearte, pues
sí, soy un loco, un loco más en tu vida que sueña con saborear la miel de tus
labios, que sueña quemarse en tu fuego más íntimo, un loco más que caminaría a
tu lado toda la vida, que volaría al cielo y le pediría a las nubes gotas de
corazones por ver tu rostro mojarse de mis amores, a las estrellas lluvias de
arco iris, a la madre luna destellos de lujuria, tú llámame loco, porque sí
estoy loco, loco por el amor dulce de tus besos, por el roce de tu piel de mar
salada, loco, sí, estoy loco porque me beses, por tus suspiros en mi boca, por
tu esencia, loco por tu risa, loco por el amor que encuentro en tu mirada, por
la sencillez con la que te apasionas, loco porque me des la mano y me dejes ser
parte de ti en tus labios, loco por tenerte y estar dentro de ti, de tus
sueños, loco porque me gastes la boca a besos, por el amor que destilan tus
labios de mar.
Te
amo como las olas a la arena de la playa que suspiros dibuja al arrobo de un
beso. Como gaviota al mar de aurora con abrazos cálidos planeados con ósculos
robados libando su nirvana esencia. Te amo como el ocaso a la noche que se
entrega sin tregua a la peregrina incertidumbre de esperar una nueva aurora. Te
amo con vehemencia de mi piel vistiendo la tuya, calor conjugado en tu vientre de
mi querencia aturdida. Te amo como la lluvia a la campiña que baña sus ramales
arco iris con caricias sabia bendita retocando de verde esmeralda. Te amo con
dulce embeleso convertido en mi espejismo por calmar mi desvelo y descifrar el
misterio de tus labios. Amo tu vientre esotérico huraño con deseo ardiente inaudito
de calmar mi volcán de delirio al vibrar de cuerpos de ola.
__Ven
a llenar de paz mi cuerpo blanca espuma, que tu rugir de olas, salgan a mi
encuentro, toma mis pensamientos, toma mis memorias, y acomódalas a través del
tiempo. Quítame el cansancio mundano y deja que extienda mis brazos, para
atrapar por segundos la frescura infinita de tus labios. Arrópame sin arrebatar
mis sueños, límpiame de las culpas y rencores, renuévame de amor desmesurado, y
diluyamos juntos los amores de antaño. Esos que salieron huyendo, por
temor a tocar lo que después sería por
los dioses juzgado. Píntate de tus colores crepusculares, fundiendo el sol
y la luna, mientras tu blanca pureza rompe entre las piedras, y
deja que me guíe tu furia indomable. Acaricia mis mejillas con tus ojos de
cielo, a donde iré sin vos si te nombré
mi dueño. Podré marchar a otros mares pero siempre a tu orilla vuelvo. Ven
a mí, te necesito esta noche, en tu corazón déjame introducirme, no pienses, no
trates de entender, aunque no sea lo correcto. Déjate querer. Sé que me deseas,
sabes que te necesito, no indagues, no preguntes, somos dos astros a punto de
chocar, el universo se empeña en juntarnos, ya nada ni nadie nos podrá separar.
La noche será eterna, seremos dos cuerpos frente a frente, dos piedras del
desierto que se deshacen y unifican, dos mundos distintos pero fundidos,
emanando el dulzor de las pasiones. Mi locura está en tu mente, en tu carne
hirviente, tu deseo siento en mi cuerpo, con tu mirada ferviente, somos como
dos locos abstraídos por una fuerza llena de hechizo, se enfatizan desbordantes
nuestros latidos.
No
sólo quiero tu cuerpo, sino tu alma, que no recuerdes nada de este frío mundo, que
sólo te abrasen mis besos, arderemos juntos en nuestro infierno, no te
resistas, es nuestro deseo compartido.
Dedos
que juegan en tu espalda, besos en tu cuello, en el hombro... Dedos nerviosos, ropas
que se deslizan suavemente, escalofríos que recorren tu cuerpo, respiración
entrecortada, pulso que se acelera. Mi boca en tu piel, el olor de la
excitación de tu cuerpo, dos personas que se aman, dos almas unidas que arden
como una llama, que bailan al compás del amor...Dos almas que se desean desde
la primera mirada, desde el primer susurro, hasta el fin de los días ... Saber
que en tu mente has diseñado este amor que te profeso, en mi dormir siempre te
sueño y te siento y en lo más profundo de mi ser siempre estás, aunque la distancia a veces destruye, yo sé que cada día
más te siento y me añoras más. Confío siempre en el amor que tú me transmites y
sé que cada minuto que te veo más te siento, mi corazón y mi alma buscan esos
labios sonrosados para que se posen en los míos para poder disfrutar ese
conjunto de sensaciones. Tú sabes que
aun en nuestra distancia yo te
espero y con suma excitación mi mente se conmueve y sólo deseo sentir tus
brazos y caricias, sabes que mi boca esta sedienta de sed por ti, deseo mojar
mi frente para darnos nuestra sensación de amor.
Deseo saborear mis deseos y sentir mi vida dentro de la tuya, esta gran lluvia de mi sentido amor en el sentir de nuestra gran espera, mi jardín secreto siempre tan flamante me sigue sin cesar e ilumina mis grandes sentimientos hacia ti y sólo ansío tus sentimientos de amar. Muevo mis manos sin trayecto alguno, errantes aves buscando su nido… Te encuentro dispuesto, dejándome llevar por las sensaciones que motivas al tocarte… Ruedan mis yemas por tu cuerpo como gotas de rocío, suaves, sutiles, alevosas moviéndose con el impulso de tus deseos, humedeciendo tu lienzo, llego al punto exacto explotando de pasión respiras…el mismo instante que mi libido te aroma sin inciensos, al nivel de tus formas, te estremeces, gozas, disfrutas la liviandad de mis roces, olas convulsas envolviéndote, espuma de mar bravío apropiándose de tu albedrío, eres cautivo de las emociones derramadas por mi agitación, exaltándote de sobremanera. Inquietud que disfrutas, desasosiego…Placer besando ansiosos jadeos y yo… Retozo entre tus suspiros mimado por tus anhelos y el viento de tu aliento abrasa mis cinco sentidos mientras me ciñes a tu pecho. Deseos corpóreos andan, por las calles de lo oculto. Amar no es un desatino cuando de dos gusta el fruto.
Deseo saborear mis deseos y sentir mi vida dentro de la tuya, esta gran lluvia de mi sentido amor en el sentir de nuestra gran espera, mi jardín secreto siempre tan flamante me sigue sin cesar e ilumina mis grandes sentimientos hacia ti y sólo ansío tus sentimientos de amar. Muevo mis manos sin trayecto alguno, errantes aves buscando su nido… Te encuentro dispuesto, dejándome llevar por las sensaciones que motivas al tocarte… Ruedan mis yemas por tu cuerpo como gotas de rocío, suaves, sutiles, alevosas moviéndose con el impulso de tus deseos, humedeciendo tu lienzo, llego al punto exacto explotando de pasión respiras…el mismo instante que mi libido te aroma sin inciensos, al nivel de tus formas, te estremeces, gozas, disfrutas la liviandad de mis roces, olas convulsas envolviéndote, espuma de mar bravío apropiándose de tu albedrío, eres cautivo de las emociones derramadas por mi agitación, exaltándote de sobremanera. Inquietud que disfrutas, desasosiego…Placer besando ansiosos jadeos y yo… Retozo entre tus suspiros mimado por tus anhelos y el viento de tu aliento abrasa mis cinco sentidos mientras me ciñes a tu pecho. Deseos corpóreos andan, por las calles de lo oculto. Amar no es un desatino cuando de dos gusta el fruto.
__Mis
labios se pierden en los tuyos y cierro los ojos, esplenden las oscuridades, me
estremezco, fulguran los sentidos la miel de tus besos liba mis vetustas
codicias. La magia de este suspiro nos une, rozo tu alma con el néctar de mis
deseos, acaricio tus sentimientos que saben a eternidad y me regocijo en ellos,
dentro mi ser los vivo. No necesitaría más que tus besos para vivir en la misma
senda, impregnando de nuestro amor los
senderos de la vida, y los sueños, un alba eterna de sueños consumados.
Hombre con hombre, dos cuerpos que se buscan,
se hallan, se besan, se encuentran y el destino los acurruca. Los toca
despacito, los limpia y lava, los sopla para que vayan hacia su destino en un
ser y es magia y ellos son mágicos. Solos lloran y tejidos son miradas del
tiempo, tiempo y destino que yace en las manos antes de tomar el tren de la
vida.
Cuerpos
que hablan y se convierten en lienzos,
pintados con la yema de los dedos y las caricias de las palmas que acercan y abrazan a la mano gestora
directa y dilecta de los instintos escritos que llegan del sentir allende del corazón y el
alma.
Cuerpo a cuerpo, piel a piel con sentimiento
al tocar su vestir disipando espacios en los rostros con vida porque nace la
palabra, esa palabra única y sencilla, sedosa y sensible que comunica y se deja amar
con el desnudo de su piel, sentimiento y
esencia de su carne.
Palabra
masculina por género y lluvia torrencial por deseo del significado de letras
acomodadas en los instantes de su espacio…
espacio amado para conjugar el verbo, amar, de la palabra amor. La hoja majestuosamente danza en su libre
caída como pausa infinita del ritmo, leve su paso en el espacio, se desnuda y
sólo muestra la virtud de la vida, sin vergüenza de las miradas, sin angustia,
limpia, tierna, dócil, como piel del alma y la hoja nacida de suspiros sólo
dice amor.
Se va la noche y queda un tiempo sin espacio, sin
definir hacia dónde se van los vientos, sólo se respira la pureza del trinar de
las aves que apuradas se adelantan a los sueños como el sol que ya cansado se
desliza y se acomoda en los brazos de la noche.
__
Se
amaron acercándose como huracanes desatados azotando el mundo con almas y
cuerpos. Fueron ráfagas quebrando ansias, mares y cielos, caminos y poblados,
viento perforando y penetrando cada poro, reviviendo fuegos al encender cada chispa. Y en el fuego de la hoguera vieron consumirse, el mismo fue
incinerándolos por dentro, derritiendo en mares las entrañas.
Fueron
tempestades que invadieron, uno desatando el deseo, el otro, adentrándolo en la
mar. Y los cuerpos danzaron en mágico vaivén como torbellinos en frenesí,
torrentes de pasiones desenfrenadas con el vaivén de movimientos sin elevar las
miradas buscando arrecifes, lanzados en la cresta de la ola mayor delirando de amor, en la locura de perder el
miedo a la muerte en la hoguera o en el choque, si tras el tormento desatado en
la demora adrede quedan para el renacer, las humedades como testigos mudos del
amor profesado.
Cama
de verbos... Lecho de flores... Hogar de gaviotas que vuelan en un universo de
mil colores. Capitanes de besos que navegaron las bocas, blandiendo el velero
de los labios, entre ellas de salivas unidas, chocando contra muros de dientes,
surcando pasionales arrecifes en los que encallaron y naufragaron, a propósito
para convertirse en supervivientes, amando murieron y sobrevivieron a la agonía
o renacieron para volver a amar. Y cada fantasía del cuerpo
fue otra derrota más de las mentes ante el deseo loco de pieles irreverentes.
__
Cuando
el timbre los interrumpió, los dos quedaron perplejos, estaban seguros de que
sólo podía tratarse de Silvina, a esa hora sólo podía ser otra jugada de ella.
__Desubicada
de mierda __ masculló Pedro, poniéndose de pie__. Te prometo que esta vez puedo
llegar a olvidar que es mujer y sacarla a patadas.
Guillermo lo siguió con prisas.
__Déjame
a mí, por favor _suplicó.
__
¡Guille! __exclamó Pedro.
__
Va a ser lo mejor, la conozco puedo manejarla.
Pedro
respetó el pedido, pero estaba dispuesto a salir en defensa de su amor en
cuanto ella o el marido se pusieran pesados. Guillermo se acomodó la ropa, se pasó
la mano por el pelo, y suspiró antes de abrir la puerta, sólo agradeciendo la
ausencia de la familia.
Era
un policía.
_ ¿S…
sí? __dijo con el corazón en la boca, ahora temiendo por su hijo.
“Por
Dios, mi hijo, ¡que no le haya pasado nada a él o a Valeria!
__ ¿Guillermo
Graziani?
__Sí.
__Lamentamos
informarle que su esposa sufrió un accidente de tránsito __ el agente se
interrumpió ante la mirada atónita del supuesto viudo. Siempre lo hacía__.
Resultó Fallecida.
La
última palabra provocó un torrente de sensaciones en Guillermo. Todas se
sucedieron en un solo segundo: incredulidad, confusión, odio, temor, dolor. No
entendía de quién le hablaba el policía y tampoco de qué, hasta que la imagen
de Silvina en el Civil se cruzó por la mente y se balanceó hacia atrás
tomándose la cabeza arrojando al espacio un sonoro suspiro y un no ahogado.
Pedro
lo atrapó antes que cayera y lo arrastró hasta un sofá. Lo sentó, le bajó la cabeza
y ejerció cierta presión sobre su coronilla.
__Tranquilo,
amor, respira __le indicó con falsa calma sin entender el porqué la creían
esposa de Guillermo aún, intentando recordar el apellido que usó cuando le
vendió la moto para el hijo, pero no vio documentos de ella. La serenidad de su
voz no expresó la tensión que sufría en su cuerpo, el torbellino que se
arremolinó en su atribulada mente. Primero le preocupaba Guillermo pero también
lo que acababa de oír, él tampoco podía creerlo. Se agachó frente a él sin
soltarle la nuca y buscó su mirada. Se había puesto tan pálido que por un
instante pensó que sufriría un síncope, un infarto, en cambio con alivio ahora
veía que había recuperado color.
__
Guille, ¿puedes escucharme bien? _le preguntó.
Guillermo
asintió con la cabeza, aunque le costaba respirar.
__Silvina
muerta, ¿cómo, por qué me avisan a mí en lugar de al esposo, a la familia? __balbuceó
sin entender lo que estaba pasando. Lo comprendió un instante después__. Tal
vez nunca ella ha declarado cambio de domicilio ni se ha casado legalmente con
ese hombre, cielito, por lo cual todavía aparezco como el marido, o al menos
esta dirección.
Se
humedeció los labios y tragó saliva en intento de desatar el nudo que se había
instalado en la garganta, temblaba la mandíbula. Alzó la cabeza y se encontró
con los ojos dulces de Pedro, que lo observaban en silencio.
__Quédate
acá __le pidió él, y se levantó.
Guillermo
estaba acostumbrado a arreglárselas solo con todo, pero en ese momento las
fuerzas lo abandonaron y dejó que Pedro se ocupara del asunto, la imagen de
Fabián, que apenas se había cruzado con su madre biológica se instaló en su
mente, más se clavó como daga en el pecho.
Pedro
regresó minutos después y se sentó a su lado.
__Es
verdad, Guille _certificó__. Al parecer cuando los perdimos de vista
discutieron, salieron por separado, ella cruzó una barrera baja. Estaba sola en
su auto. Lo siento mucho.
Guillermo
no lloraba, no emitía sonido, mas sintió
que se estaba rompiendo en mil pedazos.
__ ¿Qué
tengo que hacer? __preguntó en un hilo de voz.
__Imagino
que llamar a sus padres para que se ocupen de todo, no encuentran al tipo, los
hijos al parecer no existen para la policía, creo que si das con sus padres, se
ocuparán.
Guillermo
inspiró profundo y, al dejar salir el aire, emitió un quejido.
__Bueno
_dijo y, se puso de pie en busca del teléfono.
Por
años que pasaran anunciar a una madre que jamás volvería a ver a su hija, ni
siquiera muerta fue lo peor que tuvo que hacer en la vida. Sólo de imaginarse
en el lugar de su ex suegra sentía que se le quebraban las piernas y que algo
lo enterraba en lo profundo del dolor y la inconsciencia. La mujer le gritó, lo
llamó mentiroso, y luego se echó a llorar. Entonces tomó el teléfono su marido
y le preguntó si era cierto. Guillermo le dijo que sí. El hombre respondió con
un “murió como vivió” y luego también se echó a llorar. Acordaron que a partir
de ese momento él se ocuparía de todo, que le avisaría cuando supieran lo que
harían, por Fabián.
Pedro
permanecía sentado en el sillón, un dejo de culpa por las palabras pronunciadas
lo quiso dominar, pero lo desalojó intentando fingir que no estaba en shock por
Guillermo, pero nada quedaba en claro. En cuanto él cortó la llamada lo miró, y
se sorprendió de que todavía se hallase tan entero. No lloraba ni se quebraba
con facilidad, lo cual lo intranquilizó.
__Me
voy a bañar __anunció Guillermo con voz pausada __. Los padres de Silvina
buscarán a la familia, me van a llamar en cuanto sepan qué van a hacer, y tengo
que entender por qué se mató, y qué decirle a mi hijo, Pedro. Quiero hablar con
el tipo, sea o no el esposo legal, todo cambió con ella muerta.
__Si
quieres dejaremos pasar unas horas y lo puedo citar en el estudio, fue conocido, lo es.
Pedro
vio a Guillermo subir la escalera como autómata, sin saber si lo había oído.
Supo que quería estar solo, sin embargo, llamó a Belén, necesitaba que le
pasara los datos de Rafael, tenía que saber qué había sucedido cuando se
separaron en la reunión.
__
La
habitación a Guillermo le recordó a Silvina como jamás antes. Retrocedió en el
tiempo como impelido por una extraña fuerza sobrenatural que lo catapultó en el
pasado.
La
cómoda trajo a su mente la breve nota de despedida, el “nunca te quise”, y la
cama, el sexo frío que mantenían, ausente al final. Al buscar ropa en el
vestidor, le pareció que la de ella todavía la veía. Sacudió la cabeza para
borrar esos pensamientos y se dirigió a un cajón en busca de ropa limpia. Dejó
todo listo sobe la cama y se encaminó al baño, donde abrió la canilla de la
ducha, se desvistió y se metió en la bañera. Estaba claro que esperaría a la
mañana para avisarle a Fabián, pero debía acordar con ese hombre ahora qué
hacer con los hermanos.
Se
mojó el cuerpo y el pelo, y hasta llegó a recoger el jabón, sin embargo se
quedó estancado, con los pies sobre la alfombrilla, sin poder moverse. Recordó
a Silvina diciéndole que él no sabía hacer ejercicios, a Silvina corrigiendo
los expedientes que él escribía, a Silvina recalcándole que estaba lleno de
fobias por la culpa de las cuales nada podían disfrutar, a Silvina días atrás
reclamando ver a su hijo, a su nieto tras las rejas. Y, así el dolor se
extendió por su alma como el agua lavaba su cuerpo desnudo.
Se
dio cuenta de que nunca la había conocido realmente, de que tal vez aquella
novia inteligente y seductora que alguna vez había creído amar, no había sido más que
una ilusión de adolescente como de hecho
lo había sido su propia sexualidad y hasta el propio Juan, y entendió que ahora
existían preguntas que jamás hallarían respuesta, y que muchas más serían las
que se haría Fabián, porque él no había sido lo suficientemente valiente para
hablar antes o callar para siempre. Entendió que Silvina estaba muerta, y que
la muerte era el final de todas las cosas, pero no para esos pobres cuatros
hijos que ni siquiera estaban vinculados.
Y una
espada atravesó el corazón y lo hizo estallar en llanto. Se cubrió la boca con
las manos, temblando, y cayó de rodillas sin poder controlar sus piernas.
Gritó, pero antes de que muriera el sonido, la puerta se abrió de golpe e,
instantes después, también la mampara de vidrio. Los brazos fuertes de Pedro lo rodearon, y aunque
el corazón de él se retorcía de rabia al ver a Guillermo sufrir por una mujer
que no había hecho más que herirlos, comprendía su dolor y jamás lo dejaría de luchar contra eso solo.
__Siento
crujir mi alma de pura tristeza, escalofriantes suspiros llenan mis noches de
fantásticos terrores que jamás antes había sentido, ahora, aquí, acallando el
latido de mi corazón a suspiros mudos noto cómo mi corazón explota en la más
triste de las tristezas, otro día más las nubes negras me persiguen en un
horripilante manto de penurias que ahogan mi alma, mi alma que en el limbo
oscuro se agarra a mordidas de dientes a un hilo de invisibles suspiros
errantes, a un hilo de esperanzas para no morir solo, triste ya sin apenas
fuerzas mi cuerpo como a la deriva flota en brisas nauseabundas con la única
opción de escapar de esta vida, atrás quisiera dejar los sueños cobardes, los
sueños dolientes, los sueños con olor a fracaso y no volver jamás a sentir
crujir mi alma de tanto dolor, hoy lloro lágrimas de sal de iris que como gotas
de corazones caen al abismo de un olvido, hoy estoy muerto, pero mañana, mañana
cogeré mi vida y viviré por y para vos,
y para lo que disponga decirme y hacer
Fabián, Pedro, yo no la busqué para él
por veinte años, yo no le dije su identidad, yo, fui a enterarme ahora que tenía tres hermanos de
sangre, yo debí de hablar hace veinte años o callar para siempre, él no me va a
perdonar.
__Shh.
Guillermo
se aferró a sus hombros y lloró desconsolado sobre su saco ya empapado, llanto convulso quizá retenido por años, todo
Pedro empezaba a mojarse por el agua de la ducha, al fin los dos se empaparon en
ella y en el mismo llanto, aunque Pedro lo contenía acariciándole el pelo y
besándole la cabeza, y así Guillermo comenzó a pensar en cuánto sufriría si lo
perdiera. Si la muerte de Silvina lo había golpeado así, perder a Pedro sería
para él como quedarse sin su propia vida, ni por Fabián desearía ni podría
continuar, se iría junto a él. Eso reavivó el llanto y lo mantuvo indefenso
durante largos y desgarradores minutos. Finalmente, cuando Pedro lo percibió
más tranquilo, le acarició las mejillas, pegó la frente a la de él, y lo miró
más allá de las pupilas.
__Llora
todo lo que necesites ahora, porque dentro de un rato tenemos que proteger a
Fabián __le dijo.
Guillermo
entendió que le pedía fortaleza por su hijo, y estuvo de acuerdo con él. Por
eso siguió llorando mientras Pedro se desvestía y se metía en la bañera con él.
Pedro
se ocupó de enjabonarlo y enjuagarlo, y después lo sentó entre sus piernas para
lavarle la cabeza y hacerle masajes. Aprovechó para acariciarlo con suavidad y
así le trasmitió parte de su energía. A él también le costaba no quebrarse,
pero Guillermo no lo sabía, jamás se lo demostraría.
Se
acostaron después del baño, aunque sabían que no podrían dormir. Pedro lo
abrazó y escuchó todo lo que Guillermo tenía para decir.
__No
puedo creer que Silvina esté muerta, hace una hora estaba peleando con
nosotros. ¿Cómo es que cruzó con la barrera baja?
¿No pensó en el marido y en que dejaba cuatro
hijos? Siempre tan egoísta, siempre persiguiendo objetivos materiales o que
nadie conocía. Tal vez ni siquiera ella.
__Guille,
llamé a Rafael, necesitaba poder contestar al menos a esas preguntas porque
llegué a sentirme culpable _reconoció, Pedro.
__
¿Cómo? ¿A dónde está?
__Ahora
yendo para la casa, en la mañana hablará con los hijos, y desea luego del
entierro reunirse contigo. No fue nuestra culpa, ni siquiera de él, creo que la única
responsable de todo como siempre fue ella.
Al
parecer discutieron porque él le pidió que nos echara, ella en lugar de ello
vino a buscar pelea, él la amenazó con dejarla en la calle, y se fue, entonces
ella movida por sus interés tomó el auto y quiso seguirlo, fue todo por su
ambición, por el dinero, como seguramente te dejó a ti por lo mismo y no por
saberte gay. No le importaron los hijos… ninguno.
__
Si al menos esto… hubiera sucedido antes de que yo le contara todo a Fabián,
¿para qué lo hice?
__Guille,
no te culpes de nada, él deseaba saber de su madre, le asistía el derecho a
saber y a elegir, no eres culpable de que se haya lanzado a la muerte. Luego
del entierro si es que lo hay, o de la incineración, de lo que sea que fuere,
deberemos arreglar con ese hombre, sus hijos no llegaron a saber nada, hay que
saber qué piensa hacer en ausencia de ella.
__Pero
mi hijo sí lo sabe, y lo que él opine, deberá respetarlo, te lo prometo, se lo
debo.
Cerca
del amanecer sonó el teléfono, y el padre de Silvina le informó que no habría
velatorio, sólo una ceremonia íntima a las once de la mañana, los restos
quemados de su hija, serían incinerados, lo esperaban, junto a su hijo si lo
deseaba.
Guillermo
se armó de valor y se levantó para llamar a la antigua psicóloga de Fabián, era
muy temprano, pero considerando que se trataba de una emergencia, podía llamar
al teléfono que ella le había dado para alguna urgencia.
Pedro
mientras llamó a Alberto, lo dejó sin
habla cuando le dijo lo sucedido. Deseaban estar con ellos, él se ocuparía de
dar la noticia en el estudio.
La
profesional le dijo a Guillermo, que le diera a Fabián la posibilidad de elegir
si deseaba ir o no a esa ceremonia, siempre con un lenguaje sutil, pero claro.
Fabián no la había llamado al momento para contarle nada, ni para consultarle
qué hacer respecto de sus medio hermanos.
__Tenemos
que ir a casa de mis consuegros _informó a Pedro. Él lo miraba respaldado en la
cama, cruzado de brazos__. Ni siquiera sé cómo se lo voy a decir a Fabián.
__Con honestidad y franqueza, amor, es un hombre,
peor la debe de estar llevando el otro tipo con los hijos menores _replicó,
Pedro __. El tema de los hermanos, se verá luego, hay dos menores en medio, el
padre allí puede poner trabas.
Guillermo
asintió en silencio, y los dos se vistieron para ir a darle la noticia a
Fabián, intentando por ahora no alarmar a Guillermito, era chico, quizá podría
bloquear los recuerdos, más adelante se vería.
__
Llegaron
a casa de los consuegros a las siete de la mañana, el hombre les abrió la
puerta, aún entredormido. Cuando Guillermo le contó la triste novedad, se quedó
perplejo. La esposa que en ese momento bajaba las escaleras, abrazó a Guillermo
y le preguntó cómo se encontraba.
__Estoy
bien _respondió él, casi sin voz.
Debía
agradecer a Pedro el haber alcanzado un nivel de fortaleza que esa madrugada
creyó perdido.
Lo
más difícil fue ver llegar a Fabián que a su pedido bajó solo, lo miraba a la
espera de lo que él tenía para decirle, prestando toda la atención, pero
Guillermo no sabía cómo empezar. Bajó la cabeza y elevó la mirada.
__ ¿Qué
sucede papá? _interrogó a la expectativa Fabián que paseó la mirada por Pedro,
para regresarla a Guillermo.
__Hijo,
¿te acuerdas que alguna vez cuando preguntaste la primera vez te dije que no
sabía si tu mamá iba a volver? __comenzó, Fabián se sentó a su lado sin
responder__. Finalmente, de alguna manera, por alguna razón, volvió por algunos
días y alcanzaste a saber, a verla, pero ahora sé con certeza que eso no va a
volver a pasar. Tu mamá no va a volver a verte. Murió hace un rato, hijo, tuvo
un accidente.
__ ¿Qué?
__Cruzó
una barrera baja, no quedó nada hijito… __Las palabras se desvanecieron.
__Fabi,
tu mamá discutió con el esposo, estaban en el mismo evento al que fuimos, y
salió tras el taxi de él, con el coche a velocidad, cruzó con la barrera baja,
la arrolló el tren.
__ ¿Y
los hijos? __ preguntó Fabián en calma aparente.
__Ellos
no iban con ella, viajaba sola, tus… Los chicos estaban en la casa suponemos. Sólo murió ella.
__ ¿Quieres
despedirte de ella, hijito? __preguntó Guillermo otra vez con los ojos húmedos.
__No.
__Yo
sí voy a ir __le hizo saber__; así que cualquier cosa que cambies de opinión…
__
No viejo, no. ¿A quién voy a despedir? ¿A una mujer altanera y ambiciosa que
nunca conocí?
¿Qué
diferencia hay entre que esté bajo tierra o quemada que en estos veinte años en
que no supe de su existencia?
__Hijo,
cálmate.
__Estoy
calmo, papá, el que no entiende sos vos, no la conozco, no me duele que le…
Perdón,
no debí decir algo así, es que es la verdad, no puedo sentir algo por alguien
que me parió, por el sólo hecho de llevar parte de sus genes.
__Está
bien hijo, entiendo, pero no olvides que no sólo existía ella, permiso.
__Guille…
__Necesito
agua, regreso enseguida.
Pedro
lo dejó ir, casi fue como que Guillermo lo quiso dejar a solas con Fabián.
__Fabi,
hace unos años, como podrás imaginar y sabes tuve un padre _le contó___. Cuando
mi madre murió estaba con ellos, la vi. Pero cuando murió mi padre yo estaba
muy lejos, en el Ártico y no alcancé a verlo. Además le guardaba rencor, no era
capaz de perdonarlo, no podía olvidar o sentía que él me juzgaba, que me
despreciaba por no ser lo que él deseaba. No puedo decir que me arrepienta de
haber estado lejos cuando mi padre murió, pero aunque nunca nos llevamos bien,
me hubiera gustado despedirme de él. Tal vez no como se despiden todas las
personas, sino de un modo que para mí fuera especial, para que supiera que aun
a pesar de todo, lo quería, lo extrañaba, y que me haría cargo de mi hermano.
¿Hay algo que quieras hacer?
__Pedro,
no la conocí, menos a ellos.
__Yo
tampoco conocía casi a mi hermano, Fabián, ellos están vivos, y si bien no
sabemos qué puede suceder ahora que Silvina murió, quizás, en algún momento se conozcan.
¿Le
dirás a Guillermito?
__Tal
vez, sólo si recuerda y pregunta, en cuanto a ella, espero que dondequiera que
esté, halle el perdón y la paz. No hay nada que pueda ver donde van ahora, a
mis medio hermanos, no puedo conocerlos ahora, así, ellos sí la van a llorar,
para ellos sí fue la madre, Pedro, algunos piensan que la sangre ata, yo creo
que el amor solamente ata, haya o no sangre en común, lo cierto es que te
quiero más a vos que a ella, más a tu hermano que a los míos, no sé si quiera
conocerlos, o ellos a mí, no me pidan que llore, no me sale, lloré antes y
mucho.
¿Sabes
en el colegio las burlas que me hicieron para cada día de la madre? ¿Las
preguntas que tuve que enfrentar?
Pedro
asintió escurriéndose unas lágrimas que descendieron por sus mejillas.
__Está
bien, Fabián. En realidad era el deber
nuestro contarte, en verdad donde vamos de ella no hay nada. En cuanto a los
chicos, veremos de hablar con el padre, dos son menores. No tienes que hacer
nada que no sientas, si tiene que ser, que suceder algo con ellos, sucederá,
mira lo que me sucedió con Agustín, por años no logré un vínculo, apareció
Guille, y hoy nos amamos, la vida, Dios, lo que haya encima de nosotros, se va
a encargar, tranquilo.
__
Las
horas que siguieron fueron agotadoras y tristes.
Primero pasaron por el country porque Pedro tenía
que cambiarse. Allí Guillermo contó lo sucedido a Agustín que se comportó de
manera extraordinaria. Le ofreció su ayuda en lo que necesitara, y hasta lo cobijó
en un abrazo.
A las diez con cincuenta minutos, entraron al
cementerio privado, Pedro se detuvo a unos metros de donde se encontrarían para
unas palabras antes de ir al horno crematorio. Guillermo lo miró antes de bajar
y él lo besó en la mejilla con suavidad. Después le tomó una mano y buscó sus
ojos.
__Voy
a estar acá, esperándote como en el Juzgado __le dijo__. Sé fuerte__. No tienes
que pactar nada con Rafael ahora, puedo citarlo al estudio o tu abogada más
adelante.
Guillermo
asintió con la cabeza. Luego bajó del auto, tratando de convencerse de que
podía cumplir con lo que Pedro le había pedido.
Se
acercó al pequeño grupo de gente que rodeaba al sacerdote, y se detuvo del lado
contrario al que se hallaba el esposo de Silvina.
Allí también se encontraban los padres, su
hermano, algunos amigos que recordó vagamente, y los tres chicos, el mayor
abrazaba a los menores, esa escena le
encogió el alma, allí faltaba uno más, que ellos, ni siquiera sabían que
existía. Nadie le dirigió la palabra, y él tampoco interrumpió la tristeza que
hundía a todos en respetuoso silencio.
__Silvina
era una mujer buena __comenzó a recitar
el cura encargado del responso religioso__. Buena hija, buena madre y esposa,
buena amiga. Su muerte conmueve el corazón de todos los que aquí se encuentran
para despedirla: padres, hijos, esposo, amigos que de pronto sienten que no
encuentran consuelo. A todos ellos les digo: “Si vivimos para el Señor vivimos,
y si morimos, para el Señor, morimos. De modo que tanto en la vida como en la
muerte, del Señor somos.” El Señor es
nuestro dueño y no lo dice en vano. Si de verdad creemos en Él, sabemos que hoy
Silvina alcanza un plano que los seres humanos no comprendemos aún.
A
todos ustedes que la han querido, los encomiendo a que la imaginen junto a Dios
y sus ángeles para que encuentren consuelo en Jesucristo. Jesús nos dice que convertirá nuestro llanto en
alegría y que nos dará una alegría mayor que nuestro dolor. Esa alegría es que
tenemos Vida Eterna en el Señor. Silvina nos dejó, mas ella vive en sus hijos,
y en los hijos de sus hijos, que también son hijos del Señor.
__
El
discurso duró algunos minutos, y cuando se dio por terminado, prosiguió el
silencio secundado por algunos llantos. Guillermo no se movió cuando el resto
se fue acercando al cajón cerrado.
Silvina había sido una remota elección en su
vida, o quizá ni siquiera, sino que había elegido ser padre, en cualquier caso
ya no la reconocía como la esposa, hasta le costaba reconocerla como la madre
de su hijo, excepto porque lo había parido. Observó a Rafael depositar una
flor, a la ex suegra llorar en brazos de su esposo. Suspiró sintiéndose ajeno a
todos ellos, pero con el corazón limpio, con la conciencia tranquila de quien
cumple con todos los requisitos que se necesitan para cerrar círculos y seguir
avanzando en la vida.
La
tristeza que emanaba de los allegados a Silvina lo conmovió. Tal vez ella había
desperdiciado el amor de Fabián, pero al menos otros también la habían querido.
El viudo fue abrazado por un hombre mayor, sin duda su padre o el dueño de la
empresa, su tío, mientras los amigos dejaban sus flores.
En
cuanto estaba por retirarse, antes de que la transportaran a la cremación,
secretamente arrojó allí algo que había encontrado ese día en la cómoda donde
dejara la nota, y era los anillos de boda.
Rafael lo miró, Guillermo le sostuvo la
mirada.
Después se dio la vuelta y caminó rumbo al
auto.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO.
ESCENAS
EXPLÍCITAS.
Tamaira Sanar, DEJAS EL REGALO, AL FIN, Buenas noche bella Eve que tengas bonito descanso.
ResponderEliminarSara Impresionante wow !
ResponderEliminarFlora maravilloso y dulce, felicidades y gracias por compartir
ResponderEliminarNoe Muchas gracias.
ResponderEliminarJesus María Más claro no lo canta un gallo en horas de madrugada mi estimada amiga , tienes una noble y justa causa, amiga le quedó.muy bien su novela, me encantó y felicidades.
ResponderEliminarLuis Estupendo
ResponderEliminarFlor mil gracias por su novela estimada Eve monica Marzetti
ResponderEliminarEr Muchas gracias tesoro
ResponderEliminarPalomino Gracias Eve querida
ResponderEliminarRoxana Muy lindo, amiga!!!
ResponderEliminarSol Urvino Tal vez, Fabian tenga razon, el vinculo con Silvina nunca existio...hermoso capitulo, GRACIAS, EVE.
ResponderEliminarImpresionante giro Eve...no lo esperaba
ResponderEliminar¿Qué giro Ali? Si ya estaba dado el accidente de Silvina, la muerte?, La maté, acá no hay dramas mayores, para ello ya llega Miguel y accidente, beso enorme mi bella, que no sé cómo verte sin estar en grupos malita, en breve accidente, y medio modo ya Epílogo de Naufragio luego, Sur antes que sí tiene ya un giro esbozado, o un retorno al inicio. Beso y mi amor.
EliminarVeronica Lorena Piccinino un capitulo conmovedor... Gracias Eve... No se de donde te brotan tantas ideas para poder armar tantos capitulos juntos de tantas historias distintas... admirable. gracias
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