sábado, 26 de mayo de 2018

"LA CÁTEDRA". CAPÍTULO TREINTA Y SIETE.



"LA CÁTEDRA".
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE.

..ayer llegó el otoño, el sol de otoño y me sentí feliz
como hace mucho, qué linda estás, te quiero en mi sueño, de noche se escuchan las bocinas, el viento sobre el mar y sin embargo aquello también es el silencio, mírame así, te quiero…
Mario Benedetti. 
“Sólo viviendo absurdamente se podría romper alguna vez este absurdo infinito.”
Julio Cortázar.

PABLO NERUDA.
“No estés lejos de mi un solo día,
porque cómo.
Porque no sé decirlo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones, cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces en esa hora se juntan las gotas del desvelo y tal vez todo el humo que anda buscando casa, venga a matar aún mi corazón perdido.
Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
Ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto.
Porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo
”.

__ Martes, 22 de setiembre de 2016.
Iré a la carrera con Diego, llevaré a Agustín, entonces hablaré con él, seguro y lejos mi hermano de esa mujer, esperaré noticias del detective, necesito pruebas para ir con la policía, pero te amo, Guille, no lo dudes. Beto los cuidará.

Pedro estaba destrozado sin saber nada de Guillermo, pero no levantó el teléfono para llamarlo. Lo amaba demasiado para continuar mintiéndole y no meterlo en aquel lío.
Quien lo llamó fue Diego. Viajaría a Córdoba a una carrera de motos.

Cuando Pedro regresó al departamento, al abrir la puerta estaba en silencio. Cerró con llave, la dejó a un lado, fue a la cocina, escuchando solo el eco de sus pasos sobre el suelo de madera. Le costaba creer los días que estuvo allí con Guillermo, como si hubiese pasado una eternidad. Escuchaba de lejos el ruido de música en el apartamento de abajo, puertas que se cerraban y risas que formaban parte de la acústica de la noche. Era un recordatorio de que el mundo seguía girando a pesar de todo, que había vida más allá de ese vacío. La noche avanzaba. Encendió la televisión, pero no le apetecía ver nada de lo que había, así que acabó dándose una ducha y lavándose el pelo. Preparó la ropa para el gimnasio, para el día siguiente y comió unas galletas con queso.
Pero sus emociones no se calmaban, tintineaban sin cesar. Estaba agotado, pero caminaba de un lado al otro del departamento incapaz de quedarse quieto haciéndose mil preguntas. 
Sin embargo lo que pesaba era que no podría quitarse el sabor de los labios de Guillermo, sus palabras de los oídos, su alma de su pecho donde habitaba. Se planteaba llamarle para decirle que extrañaba su voz. Al fin fue a la habitación de invitados, inmaculada como si nunca Agustín hubiera dormido allí. El silencio y el vacío ya no lo consolaban, necesitaba e imaginaba la casa de Guillermo llena de gente y de ruido, a Fabián, a ellos en la cocina, a Guillermito.
“Estrechando la tierra encuentro las huellas dejadas, solas quedaron al olvido del desamparo, frías como hueco de hielo entre la orilla y los charcos.
Mareas tras mareas que nunca se arrodillaron ni a la sombra de un viento, luces danzarinas que en mis manos recogen una a una las huellas de un fracasado olvido. Manos hoy huérfanas, que fueron consuelo en el larguero de los senderos de tu cuerpo, hoy manos ahorcadas por los sueños fríos, tirantes noches a solas mientras mi único calentar fueron los besos que dejaste perdidos en mi boca.
La última inocencia de tus labios estalló en mi boca al tocar el alba y saborear en mis labios tu último beso guardado.
Ya hoy mis sonrisas gastadas se suicidan frente al espejo que rompió las únicas verdades, desnudo y sin ojos para recordar, deambulo pegado al filo húmedo de la orilla esperando el destierro que me dé de nuevo la vida, estoy agotado de recoger las huellas dejadas, cansado de los últimos recuerdos, cansado de estar cansado de pensar en el zumo que tus labios me daban, maldita memoria mía.
Ya solo los suspiros del mar humedecen las únicas palabras que desatan mis nudos, mutiladas por la sal que desde mis iris recorren los barrancos de la tristeza de mi rostro,
coagulada mi memoria de ángel sin puertas al camino real quedo al febril del dulce silencio,
enlutada hoy mi boca solo vive al llanto pobre de unos labios que fueron besos, mas hoy solo son huellas que quedaron olvidadas entre orillas y charcos.
Rendido al embeleso de tu amor navegué en tus apasionados labios, bebí de tu boca el dulce candor de virginales sentires encerrados. Amos y señores de la pasión revelada seducidos del enigma de amarnos con el alma en plenitud descubierta,  el mundo ofrendando cantares.
Era el querer eternamente soñado, ajeno al trajinar pautado de amores a nuestra manera, aturdido amando con la intensidad del canto de corazones. La llama del amor pintó en tu vientre la vida engendrada de mil colores,  floreció con el tránsito del amor ofrendado por siempre la felicidad en lienzo de flores pintado. Todo se trastocó sin descifrar la razón y el sentir pensil en flor menguó,  el vendaval sollozante evocó la ilusión y la ternura con ingente pesar sucumbió. Y me quedé con el cariño engendrado palpitante suspirando en las venas
¿Qué sucedió con los besos vividos jadeantes en los labios de penas? Te amé como tú me revelaste amar de manera absurdamente objetada, te amé como las olas abrazan al mar, como contigo aprendí, de la única manera.
Cada día te amo con más fuerza, un amor irrefrenable  que me obliga a hacer locuras, un amor que sin ti está a oscuras. Desde el día en que te conocí  no puedo olvidarme de ti, estás en mi memoria, en mi mente, en mi cabeza,  dentro muy dentro de mí,  dentro de mi corazón  que late por tu amor. Jamás imaginé que encontraría  un ser tan maravilloso como tú  que me quiera tal y como soy  con mis defectos, con mis tristezas, con mis alegrías y con mi locura, bendita locura que  nos une cada día más y más. Cuando te siento cerca
se dispara mi corazón,  cada día late  más fuerte por tu amor, tú eres mi vida,  a ti te debo la razón, mi locura y esa cordura  que habita en mi corazón  con tu sonrisa, el hombre más dichoso  que en esta tierra nació.
Guille, no llamas, y viajo a Córdoba, si me pasara algo, y no pudiera decirte cuánto te amo, si lo que soñamos no se cumpliera, si…

Sin pensarlo más, tomó su chaqueta y morral, el móvil y salió del piso.

Banfield.

Esa tarde, Guillermo usaba  la misma camisa gris del día anterior. Así estuvo toda la semana. El sol apenas  brilló por minutos y luego volvió a llover. Un clima inestable, tan inestable como la relación entre ellos.
Últimamente no hacían más que discutir y siempre sobre el mismo tema.
Era difícil de creer cómo una relación que inició con tanto fuego ahora estuviera a punto de convertirse en cenizas.
Lo que comenzó como una romántica y dulce historia de amor ahora se había degradado a un perturbador thriller psicológico cargado con mucho sexo de reconciliación.
Guillermo intentó dejar varias veces a Pedro, pero nunca por demasiado tiempo, él lo sabía y ya no entraba en pánico cuando él azotaba la puerta jurando no volver jamás. En cuestión de horas regresaba con el rabo entre las patas arañando la puerta del olvido para volver a entrar.
¿Era una relación tóxica, enfermiza pero funcional? Por extraño que parezca ambos funcionaban bajo esa tónica constante de amor y odio, un auténtico amor al muy estilo apache, tras las flechas; la caricia.
Guillermo bebía más de lo habitual, la mayor parte del tiempo y eso agudizaba sus crisis de ácida sinceridad. Decía lo que pensaba sin anestesia y sin importar cuán crudo o hiriente podría llegar a ser.
Pero añoraba aquellos primeros días desde el primer encuentro en la cátedra cuando le había propuesto ser su maestro y convertirlo en aprendiz y socio. Recordaba, con lágrimas asomando a sus ojos, esas tardes con las hojas de papel en blanco, los bolígrafos y el  despacho como testigo del trabajo pero también de miradas y roces furtivos, besos robados, amenazas continuas de hacer el amor en todo lugar. Esos recuerdos resbalaban sobre el cristal de la ventana como las gotas de lluvia en esa tarde demasiado triste y demasiado gris.
Permanecer en esa relación era como estar en prisión voluntaria, una prisión de puertas abiertas. Podía irse cuando quisiera y sin embargo no se quería ir. A veces deseaba estar solo,  pero no imaginaba la vida sin él. El Síndrome de Estocolmo se quedaba corto en comparación al extraño síndrome que padecía. Un síndrome sin nombre y probablemente ni siquiera era un síndrome sino una condición muy extraña que lo impulsaba a quedarse al lado de alguien que le hacía mucho daño y a la vez tanto bien. De alguien tan su reflejo y al tiempo su opuesto, tan osado y diferente.
Los vecinos del departamento ya estaban acostumbrados a los gritos con los dimes y diretes a altas horas de la noche. Más de alguna vez los mismos vecinos llamaron a la policía al escuchar las cacerolas y otros objetos estrellarse contra las paredes del departamento, pero al hacerse presente los agentes, la pareja salía a recibirlos con amplia sonrisa, abrazados y asegurando que todo estaba bien, que no pasaba nada. Y así era, solo tontos celos o desencuentros mas lo de hoy lo presentía grave, y diferente.
Los vecinos también contaban que luego de la trifulca y los objetos voladores también se escuchaban gemidos y el rechinar de los resortes de la cama, indicio que la discusión había por fin terminado y firmaban los acuerdos de paz con una intensa y ruidosa sesión de sexo.
Reza el dicho popular: "Ni contigo ni sin ti" una frase típica para aquellos que viven cautivos en relaciones altamente tóxicas. Pero ¿qué más da? Nadie puede sacar a otros de donde no quieren salir.
¿Una separación definitiva? No... Lo dudaba, ¡son tal para cual!
__
__Papá, dejen de joderla con Pedro,  parecen chicos, están enamorados, no pueden estar separados.
__No depende enteramente de mí, hijo, Pedro se va a una carrera de motos, no sé qué está sucediendo en la empresa que no me cuenta, no puedo obligarlo.
_Pa, tomó licencia en la cátedra, nos estamos fumando a un  plomo, todos preguntan por él _continuó Fabián.

__Algo sé,  que no está yendo a nuestros lugares,  tampoco puedo obligarlo.
__Ya, Papá, vos empezaste cuando murió Silvina, vos lo dejaste, ¿no lo habrás echado del estudio de nuevo, verdad?
__No hijo, no. Igualmente está trabajando en la casa, no estamos enojados, o bueno, más o menos, lo vi con un tipo y no me dice quién es, discutimos, pero supongo que pasará.
__Vos y los celos, parecen chicos.
__Hablando de chicos, me contó de Damián y Malena, ¿cómo estás con eso?
__Como puedo, el padre no me cae bien pero si vieras a esos chicos jugando con Guillermito entenderías que no pude negarme a que sigan  cerca, qué sé yo, veremos.
__Está bien hijo, me parece perfecto.

El timbre interrumpió la charla, Cuando Guillermo abrió la puerta intentó que su rostro no revelara nada, pero fue Fabián el que estuvo en minutos en brazos de Pedro, Valeria sonriendo detrás.

__!Qué bueno que viniste! Porque si te ibas a las carreras sin despedirte iría a buscarte _afirmó Fabián.

__No  pensaba hacerlo, pero estaba solo en el departamento y lo decidí, apenas pude traer unas pizzas.
__Suena de maravilla __ contestó Guillermo lanzando un suspiro que no sabía que había estado reteniendo.

__Vamos a buscar unos vinos a la bodega con Valeria, no peleen, al menos por esta noche _dijo Fabián sonriendo.

__ ¿Y Guillermito?
__Duerme, pero si quieres lo despierto.
__No, déjalo, me costaría más despedirme luego.

Cuando  se colocaron todos en la  mesa, casi apretujados, no tuvieron  la sensación de estar abarrotados. Pedro se vio sentado delante de una torre de porciones de pizza, pensó en la fría sala del piso, y de repente se sintió tan unido a esa familia y vio el resto tan unido a su infelicidad  que solo deseó estar allí. Se quedó disfrutando de esa gente que desde apenas conocer sintió como suyos, jugando y riendo con bromas familiares intentando por esa noche al menos desalojar todo lo demás, y comprendió que esa sensación de constante sorpresa venía  de descubrir que, a pesar de todo, allí, con ellos era feliz, feliz como no lo fue jamás.
Cada vez que la mirada tropezaba con la de Guillermo el mundo y los relojes se detenían y rozaba su alma en ella. Cada vez que lo miraba algo dentro de él se recolocaba, como si su cuerpo deseara afinarse ante la posibilidad de volver a ser feliz, al menos por esa noche.

__ ¿Estás bien? _preguntó Guille con la mirada.
__Sí  _contestó Pedro y lo dijo de verdad.
__Entonces, ¿viajas a la carrera, Pedro? _interrogó Fabián.

__Supongo que sí, Fabián, disculpa que dejara la cátedra, pero siento que necesito sacar a mi hermano de acá por unos días y la carrera es la excusa perfecta.
__ ¿Por? __ preguntó Guillermo disimulando.

__Porque está teniendo amistades no santas, Guille, y no son las travesuras de antes, perdón chicos, es que…, bueno, lo vieron con una mujer más grande, ella  consume.
__ ¿Cómo? ¿Quieres que hable con él? _ofreció Guillermo.

__No. No por ahora, es más complejo, Guille, confía en mí. Perdón que te contesté tan mal en casa, pero me ofende que desconfíes de mí, el hombre que viste es un detective que me trajo las fotos de esa chica, es complejo, no quiero por ahora involucrar al estudio.
__Pedro, el estudio es tuyo, si me contaras todo…
__No puedo, créeme.
__Tiene que ver con la empresa.
__Guille, estoy bien, en serio, ya no más preguntas. La empresa no es lo mío, debería haberlo visto desde el principio, pero supongo que ahora debo sanearla para dejársela a mi hermano alguna vez.
Fabián, ¿viste a los chicos?
__No todavía, pero supongo vendrán en poco tiempo, lo pidieron, tranquilo que no los voy a rechazar, no tienen culpa de nada.
__Me parece bien.

 A Guillermo se le había tensado la mandíbula, empujó la silla hacia atrás y se levantó de la mesa.
Pedro miró a Fabián.

__En el jardín _dijo este, arqueando una ceja __.Es del tamaño de un pañuelo, no se perderá. Pedro lo desarmas una y otra vez, y aunque te pida distancia  te ama, no lo dejes.

Guillermo estaba en el pequeño patio, lleno de tiestos de terracota con plantas, de espaldas a Pedro, con las manos metidas en los bolsillos.

__O sea que te vas huyendo de algo que no vas a contarme, o por mi culpa que te pedí un tiempo y terminaste desconfiando.
Fabián tiene razón, yo empecé, no intentes hacer sentirme mejor, yo te alejé y ahora no quieres involucrarme en nada.
__Guille estoy bien en serio, lo resolveré. Quiero que te ocupes de ti como me habías pedido.
__ ¿Cómo puedes estarlo? Yo no lo estaría. Estaría enojado, como…

Pedro esperó, tomó su mano y lo llevó hacia la mesita de hierro. Notó el frío del metal, a pesar de la ropa, empujó la silla hacia delante y colocó las rodillas entre las de él,  asegurando que lo escuchara.

__Guille, escúchame. Lo único malo que podría sucederme es perderte, a ti o a alguien de ustedes, eso es lo importante, ya sabes lo que se siente, Silvina no estaba en tu vida y sin embargo te impactó, y yo no podría vivir si algo les sucediera  __las palabras fallaron y se entrecortó la respiración, sintió una oleada familiar que amenazaba con inundarlo.

Guillermo estiró las manos y tomó las de Pedro __. Hace tiempo pensé que el mundo se había acabado, o que no tenía sentido para mí, porque no estabas en él, no salía, apenas comía, me embarqué en el activismo arriesgándolo todo, pero sobreviví, Guille, y he entendido que tener trabajo, dinero o propiedades es lo de menos, solo son cosas. Lo único que importa son las personas a las que quieres.

Guillermo no dijo nada,  solo apoyó la frente contra la de él. Se quedaron allí sentados respirando aire oscuro en el jardín invernal, escuchando el sonido amortiguado de la risa  de los chicos en la casa, la acústica de los sonidos de la noche en la ciudad, en definitiva la vida, caótica pero existente.
Pedro tenía lágrimas en las mejillas. No tenía idea de cómo había llegado allí. De repente vio calma en los ojos café de Guillermo.
Él le tomó la cara entre las manos y lo besó, besó sus lágrimas, rozando su piel con los labios, prometiendo un futuro, y se besaron hasta que los dos sonrieron y no sintieron los pies.

__ ¿Por qué viniste?
__Porque no soportaba el teléfono en silencio e irme enojados,  la sola idea de regresar al piso vacío es desalentadora.
¿Quieres… venir conmigo esta noche?
__Me encantaría. ¿No te espera nadie entonces?
__La alianza que llevo en el dedo no es un adorno, Guille, así fuera al Ártico te amo, siempre te voy a amar.

__
__Hemos esperado tanto este encuentro y ahora por azares del destino al fin te tengo aquí, he pensado tanto en ti, en tus manos, en tu boca,  en la perfección de tu cuerpo...  me invaden los nervios como un chiquillo que tiene  su primer encuentro con la pasión.
Te miro frente a mí, tan imponente... Con esa mirada tan oscura, tan fría que hoy... se torna intensa, cálida, con solo mirarme me erizas la piel. Noto destellos de pasión y de lujuria en tu rostro inexpresivo que tanto adoro. ¡Me gustas tanto! ¡Qué suerte tenerte a mi lado! Te amo locamente,  he olvidado  no cometer contra terceros posibles daños que nos traerá este furtivo encuentro... Pero poco o nada me importa. Muchas veces me contuve  por ser esta relación prohibida. Hoy, todo eso quedará tras la puerta cuando estemos solos en esta habitación. Conocerás de mí otra versión, me entregaré a ti en cuerpo y alma como si no hubiera un mañana, besando tu espalda y arañando como gato, seduciendo tus sentidos con mi lengua y con mis dedos... Esta noche serás bajo mis sábanas la inspiración en carne y hueso, te confieso, quiero ser de ti tu esclavo,  te morderé tiernamente intentando alebrestar  tus más perversas ansias. Te besaré tanto...  Nos amaremos todo... que dolerán los labios mañana, tras estos besos con sed retrasada, hambre de tu cuerpo y tu locura, suspiros que tiñen de suspiros, de espasmos, de gemidos, toda la madrugada.
Amor, olvidemos el mundo por esta noche, sin preguntas ni reproches, solo tú y yo.
__ ¿Y luego?
Está bien, solo por hoy, dichosos son aquellos ojos  que pueden mirar de frente  a las potestades  entre cielo e infierno,  e interceder por los hombres que merecen una oportunidad para enmendar sus faltas. Dichosas son las lágrimas  y la risa de un corazón
que no sabe usar máscaras. Dichoso es aquel que sabe  escuchar el consejo. Dichoso es aquel que sabe amar  a pesar de sus roturas.
Dichosas las cicatrices  que hoy llevo y me enseñaron
a ser más fuerte. Dichoso es el quebranto,  porque en él descubrí  las profundidades de mi alma.
__Amarte así, piel con piel es mi sueño cumplido, tocándose, entremezclándose  mientras se rozan los labios y los cuerpos, creando ese fuego sagrado que se va transformando de deseo a pasión  y que hace que dos cuerpos se unan formando uno, piel con piel,  momentos en que parece  detenerse el tiempo, mientras mis labios te recorren dibujando cientos de fantasías, en ese fascinante laberinto que conozco tan bien y que es tu candente cuerpo. Lentamente bebo ese sudor que brota de tu cuerpo cuando comienzas a arder, bebo esos sabores de tu piel que hacen que siga recorriéndote en busca de tu fruto prohibido, más entonces se borran los límites y solo somos tú y yo, con una sola y misma pasión, y con el mismo deseo  quemándonos la piel.  Eres mi lujo.
He sentido tu vaho en mi espalda, vida mía, tus manos sobre mi piel  suave y vaporosa,  tu estela de rocío que se derrama en mi esencia,  en el travieso escondrijo de la fusión de nuestras almas,  acaríciame en la senda de la almohada. Cual misterio empapado,  del aroma de tus besos al fragor de tus ojos de miel, escudriña mis besares,  en la fulgurante fuente de lo etéreo. Acaricia mis sentidos, vida mía,  la visión y la locura que se cimbran en mi tacto,  en el sollozo sutil de mi mirada,  y mi olfato que te besa en tu alborada. Reverbera el alba que entrelaza mis aromas,  sublima vida mía mis caricias,  y tus labios engarzados en mi boca,  cual límpido besar de los tordos a la rosa. Acaricia, amor, el crepúsculo de mi mirada,  tatúame en tu alma, amor mío,  y en la entrega total de los sentidos,  acaríciame en el halo de mi piel dormida. Como acaricia el sol los misterios de la vida,  como acaricia el mar su espuma en la marea,  así,  y en la entrega fiel de nuestras almas,  envuélveme,  en el fuego sordo de tu piel,  amado mío.
__Quiero descubrirte, en los días  nublados, cuando el corazón esté oprimido, y sientas ganas de no estar,  para pedirte que te quedes. Quiero descubrirte  en esos días lluviosos, en los que se hace un nudo en la garganta, para sacar juntos las ganas de gritar.
Quiero descubrirte  en esas noches de frío de ese que cala hasta los huesos, para cobijarte el alma con mi cuerpo. Quiero descubrirte  en esos días  donde el sol calienta tanto que asfixia los sentidos, para  refrescante el pensamiento. Quiero descubrirte, en los momentos de furia, para apagar tus enojos. Quiero descubrirte, tu felicidad para imprimir a esos momentos, de mi presencia. Quiero descubrirte, tus deseos más escondidos y ser yo, con quien desborden tus momentos  de pasión. Quiero descubrirte, y entregarte  siempre lo mejor.
Sin embargo aún estoy aprendiendo cómo dártelo.

__Humedeces mis labios,  haces que mis pensamientos se pierdan en cada pliegue de tu piel,  provocas que mis instintos se despierten para que mis manos te ansíen, mi sexo muera por poseerte. Eres tan sutil, te muestras de una forma tan vehemente  que sin saberlo alimentas esta pasión que estoy sintiendo por ti, tierra y túneles benditos que tú posees, tierra y túneles que muero por mojar y recorrer para que de ellos germine,  para que de ellos brote la pasión por esa entrega,  que despierte esa perversidad  que tu mirada oculta, que me muestres tus más bajas pasiones con tu boca, con tus manos, en cada vaivén de tus caderas, en la entrega absoluta, que te haga exclamar...  soy tuyo y de nadie más.
Bien sabes que te pertenezco,  que ya es tuya mi voluntad, que tu cuerpo gobierna mis instintos, que me rindo ante la fortaleza de tus piernas y  ante la jerarquía de tus caderas, y mientras mi sexo se adentra en tus tierras mis labios explorarán y se perderán en las llanuras de tu espalda, en la angostura de tu hermoso cuello, escalarán esas cumbres que en tu
pecho se hallan.
Con solo mirarte mis labios se humedecen,  mi mente comienza a divagar, y ansío el estar a solas contigo para hacer realidad todo esto que te acabo de contar.
__ Hazlo. Sedúceme como  solo vos sabes  a milímetros de mis labios en las llanuras del mundo,  en tus manos, con el fuego de tu mirada  que en mí todo calma, sin previo aviso  deja en mis rincones todo de vos.
Y yo que ilusamente conservé la esperanza que algún día todo esto mejoraría, pensé que dejar a un lado tu nombre como tema podría cambiar mi estado de ánimo; pero estás en cada palabra que menciono, aun cuando no lo quiero,  es y será imposible dejar de quererte con tanto anhelo.
No he parado de recordarte; recargado en la ventana observando la luna mientras fumabas, luego me veías a mí de tal forma que me sonrojaba. Le haces tanta falta a mis mañanas, cómo quisiera ser parte aun de tus madrugadas, te contaré un secreto que ya no es secreto; te he llorado muchas veces entre el silencio, sigilosamente he escapado de mi propio cuerpo, he negociado con la vida que no me distraiga de mi rutina,  que sea coherente y me mantenga unido a vos, sé que pesa, que duele y que quizás es cobardía, pero te amo y quiero amarte el resto de mi vida, con este amor desenfrenado, con la locura que conquistaste mi vida, con las ganas de estar a tu lado todas las vidas.
Mírame ahora charlando con esta imagen, con este retrato que captó perfecto tu sonrisa, tu mueca perfecta, solo falta que me griten loco, pero no importa es necesario contarte que de mi vida no ha sido nada diferente, que en mi corazón estás de la misma forma que en mi mente, que el viento me trae tu aroma y en él me envuelve en instantes de eternidad, instantes de dulce melancolía, instantes de muerte si no estás a mi lado, no tardes cielito.
__Me gustan las cosas simples como abrir por las mañanas la ventana y ver el cielo azul o
el olor del pan recién horneado, el sol cuando me da en la cara, la lluvia cuando cae y  miro sus gotas resbalar  por los cristales, esa brisa de aire  que me acaricia, el olor a café recién hecho... Me gustas tú y tus ojos, me encanta mirarte  cuando sales de la ducha  con tu cuerpo mojado, me encanta secarte y  acariciar tu cuerpo despacito,  disfruto de cada momento a tu lado... Esas cosas simples que  nos hacen disfrutar de la vida y más cuando estás con la persona amada, esos paseos largos a media tarde, con una conversación calmada y tranquila, riendo y disfrutando de un helado. Pase lo que pase en el tiempo que necesitamos, quiero que lo recuerdes amor mío, que deseo encontrarte a ti en mi vida, que no sales de mis sueños, que en algún lugar estás.
Sé que existes, porque te siento, porque tu perfume  camina por mi pelo, entra en mi cuerpo y me recorre el alma. Porque se desvanecen  los hielos del corazón  con las dulces palabras, con tu ternura, y con tu magia.
Deseo encontrarte,  pero temo, temo y me voy,  me ausento, estoy lejos... porque no quiero quedarme, porque no quiero verme atrapado por lo único que tengo de ti, un sentir de palabras... palabras que dicen mucho,  palabras que no dicen nada, solo palabras
que se esparcen sin rumbo y vuelan con el viento  posándose aquí , mirando allá. Dejando una estela de sueños, de anhelos inconclusos, incompletos, irrealizables, moribundos...
Pero en realidad... en realidad, me quedo. Al final...  siempre me quedo con el alma, con el pensamiento, con el sentir nostálgico  de extrañar  una irrealidad, una fantasía sin rostro, un silencio de ganas. Me quedo, porque el alma ennoblecida por un corazón ciego, perdona.
Me quedo aún  con la ternura sin alas, con los besos salados, con el corazón partido  y los dulces deseos  en la nada. Y a pesar de la lluvia  que haces en mi soledad, deseo encontrarte,  porque sé  que hay  un nosotros esperando,  porque los sueños...  los sueños  siempre tienen un mañana.
__Se supone que no deberíamos hablar de lo que nos separa.
__No.
__Los dos podríamos meternos en líos.
__Tal vez, pero solo por esta noche podemos olvidarnos de todo, ¿podemos volver a ser solo dos personas, tú y yo?
Finalmente en cada mirada y entrega los temores y el mundo exterior desaparecieron.
__
__Eh, dormilón.

Pedro se incorporó comprendiendo lentamente dónde estaban. Guillermo estaba sentado en la cama, sirviendo café en una taza. Se la dio pareciendo asombrosamente despierto. El reloj dijo que eran las siete de la mañana.

__También he traído tostadas y jugo, si piensas viajar, regresaré yo al estudio.
Pedro se tomó en momento para que calara el pensamiento. Guillermo se inclinó para besarlo.

__Gracias por el desayuno __dijo Pedro que parpadeó mirando el plato pensando cuánto había extrañado los desayunos con él en la cama.

Se miraron recordando la noche anterior, los pensamientos ante ellos se desvanecieron. Los ojos de Guillermo se arrugaron en las esquinas como leyendo la mente de Pedro.

__ ¿Vas a volver a entrar a la cama? _dijo Pedro.

Guillermo se acercó, entrelazando sus piernas sólidas y calientes con las de él, pasándole los brazos por los hombros, Pedro se apoyó sobre él y cerró los ojos disfrutando de la sensación. Olía calentito y adormilado. Lo único que desearon fue apoyar la cara en la piel, quedarse así, respirándose hasta tener los pulmones completamente llenos de diminutas moléculas del otro, inhalando el perfume delicioso de la piel del otro.

__ ¿Estás bien?
__Más que bien __contestó Pedro, y dio un trago al café.

Se produjo un silencio. Escucharon el camión de la basura, el golpe amortiguado de papeleras al caer, comiendo tostadas en amigable silencio.

__Te voy a extrañar, mucho.
Pedro ladeó la cabeza apoyándose en él. Tenía un dolor gustoso en los músculos, como si hubiera soltado una tensión que llevaba desde hacía mucho sin apenas ser consciente. Se sintió como alguien a quien había olvidado.
De pronto Guillermo irrumpió en el silencio.

__ ¿Cuándo te vas?
__El viernes corremos, puedes vernos si deseas por la tele, pero temo que te infartes.
¿Te has olvidado ya de Silvina o necesitas más tiempo?
__ ¿Qué demonios crees que fue lo de anoche? Y no siento nada de lo que crees por ella.
__Guille, en mi ausencia… ¿saldrás con Nazarre o con otro?
__Basta, Pedro, o volveremos a discutir. ¿Acaso buscarás a alguien en cada sitio donde vayas?
__ ¿Tú qué crees?
Quiero que sepas amor mío, que esta noche no estaré perdido en tus ojos ni jugaré con tus besos, pero sentiré mi muerte sin tus labios dulces, sin tu olor a verdad, pero te prometo vida mía que nada más despertar, al abrir mis ojos te buscaré y mis pies descalzos me llevarán a tu encuentro, donde dejaré para ti mis verbos de amor para que sean el encorno manso de tus sueños, donde mis brazos te acogerán para darte sosiego mientras mi boca te besará al tiempo que derramará mil letras enamoradas, llenas de dulzura, las que te hablarán de las primaveras que nos quedan por vivir, si esta noche te sintieras solo sin mí, no sufras amor, búscame en tus sueños, esos que te procuro cada noche, son sueños llenos de libertad, sueños que son los dadores de vida a este amor nuestro.
Quiero que esta noche amor mío recuerdes algunos pasajes  vividos, y así al cerrar tus ojos quiero que me sueñes vida mía.
La locura de tenerte entre mis brazos  cada día es mayor, deseo sentir las curvas
de tu cuerpo exuberante en la piel de mis manos, locura de que mi boca  recorra cada poro de tu piel, deseos de sentir cómo  tu piel se eriza, tu respiración se acelera, tu corazón se dispara y fundirnos en  el placer más absoluto... Mi deseo es que tú siempre estés a mi lado, te amo...
Como tu piel tan suave, tu alma llena de paz infinita, esos detalles son los que hacen que me sienta tan feliz cuando estoy de ti abrazado, hoy siento los latidos de tu bello corazón como la mágica sensación de tus jadeos cuando hacemos el amor.
Y ya jamás me interesará saber lo que pasará, porque nunca pasará algo que nos atormente y aun así te amaré eternamente, podré sentir el roce de tus caricias, disfrutando la belleza de tu alma bondadosa, como lo es la ternura de tu bello corazón y recorreré cada parte de tu alma hasta llegar a lo más profundo de tu ser.

__
Horas después en el aeropuerto, Pedro estaba sentado con Agustín en la sala de embarque, volaba a Córdoba. Su aspecto mostraba su estado de ánimo, tantos viajes en su vida sin sentir el vacío de dejar algo, que ahora el desasosiego de que Guillermo no estuviera a su lado embebía sus poros, y parecía muy enfadado. Llevaba sin afeitarse varios días, y un humor en esos momentos agrio y oscuro. Algo que todos los que se hallaban a su alrededor percibían.
Solo lo tranquilizó hablar con Beto y que le dijera que en esa semana tendría contacto con el amigo que los ayudaría, esperaba estar de regreso para verlo.
Junto a él estaban Diego y su pareja actual, Raúl, amigo y compañero de equipo que se comunicaban con gestos al ver el estado en el que se encontraba.

__ ¿Dispuesto para la carrera? __preguntó Diego __.Desde lo del hombro no te he visto volver a entrenar.

__Estoy bien, ¿no me ves? _contestó Pedro con desgana.

Su amigo al sentir la furia en su mirada, lo tomó por los hombros.
__Mira, Pedro, sé que ocurre algo y eso me preocupa, amigo. Aunque a Guillermo no le guste que corras, en otro momento estaría acá, no sé si pelearon, si el tema es con tu hermano, pero me preocupas.
__No ocurre nada.
Raúl suspiró. Quería decirle que no los podía engañar, pero Diego se le adelantó.
__Escucha, colega. Nuestra actividad es muy estresante y sé por propia experiencia que los problemas no ayudan, y menos precisamente a pilotear, la última vez te dislocaste un hombro.
Pedro asintió. Esas palabras recordaba haberlas pronunciado él en otras ocasiones.
__Tengo problemas en la empresa, Diego, y creo por eso que pilotear me vendrá bien. Lo necesito, o terminaría aceptando un viaje a la China, y no puedo.
__Y yo no necesito que te mates esta vez _gruñó Raúl inmiscuyéndose en la conversación __.Ya está bien, por favor. No sé qué te pasa, pero puedo intuirlo al no haber visto a Guillermo aquí para despedirse.

__Raúl… __cortó Diego, pero él continuó.

_Escúchame bien, Pedro, porque no te lo voy a repetir. Como se te ocurra hacer una tontería en la pista, te juro que cuando te bajes de la moto, el que te matará, seré yo.

Sorprendido por aquel ataque del amigo, Pedro sonrió. Diego, al ver a su pareja tan alterado, se levantó y le dio un beso, pero le pidió que los dejara a solas.
__Todo un carácter ese hombre tuyo _murmuró observando cómo se alejaba con su hermano, Pedro.

__Sí, ya lo conoces.
Tras un silencio incómodo para los dos, Diego añadió:
__Lo que él ha dicho lo corroboro, Pedro, Camila me contó, somos tres hermanos, esperaba saberlo de ti, es grave, y estoy de acuerdo hasta allí con que no lo sepa Guillermo y que lo alejes. Pero me preocupa que salgas a la pista en ese estado de ánimo. Ambos sabemos que no es el más propicio para competir.
__Da igual. No pasará nada.
__No. No da igual, me preocupo por ti, maldito cabezón.
 Pedro rio, pero Diego, al ver que tenía toda la atención de su amigo, aprovechó para recordarle algo.
__Para lo que necesites, repito, para lo que  necesites me tienes aquí. No sé exactamente cómo de grave es el problema, aunque lo puedo intuir. Y antes de que me mandes de paseo, creo que Guillermo es buen hombre y debes hablar con él porque hombres como él pocos vas a encontrar y…
__Ahora no, Diego __cortó__. Ahora no puedo.

__Vale… pero déjame recordarte que sé escuchar muy bien.
Con gratitud, Pedro le estrechó la mano.
__Gracias, sé que estás y eres un buen amigo _logró susurrar.

__ ¿Y tu hermano qué hizo ahora?
__Mujeres, solo mujeres.
__Tú también eres buen amigo y por eso me preocupo por ti.

Agradecido por aquello, Pedro observó cómo se acercaban a la cafetería y sintió una punzada de dolor al verse allí solo. Necesitaba mantener eso tan especial con Guillermo como lo de sus amigos, tenerlo allí. Ellos eran una pareja muy unida. Pensó en Guillermo, lo amaba. Lo quería a su lado y, se maldijo al pensar que por legado de su padre podría perderlo.
 ¿Cómo seguir adelante sin él tras haberlo conocido si sucediera algo más o peor? Mientras se taladraba la cabeza, Diego le hizo señas. Debían embarcar. Y a pesar de querer salir corriendo del aeropuerto en busca de Guillermo, con las escasas fuerzas que le quedaban, miró su tarjeta de embarque y se dirigió hacia la puerta, tenía que ganar tiempo, tener a salvo a su hermano. Debía viajar.

Durante el viaje escaneó con la mirada a su hermano, parecía contento, y eso lo tranquilizó.
Paseó las imágenes de los meses junto a Guillermo, añoraba sus besos y su cariño. Deseaba hablar con él y pedirle perdón por callar, habían logrado los lugares para estar juntos y se alejaba para protegerlo. Pero aquello tendría que esperar. No podía meter ni a Fabián o a Guillermito ni a él en aquel lío, menos sabiendo que Miguel estaba detrás de la mafia de su empresa. Primero con la ayuda de Beto tendría que solucionar el problema y después intentaría solucionarlo con él.

Viernes, 25 de setiembre.

Mientras Guillermo en silencio cocinaba, Fabián y Valeria buscaban el canal de deportes para ver la carrera. Una vez lo consiguieron comenzaron a  almorzar y explicó lo que había aprendido de carreras de Motociclismo. Cuando terminó la carrera previa y los comentaristas comenzaron a hablar de la carrera de moto GP, a Guillermo se le erizaron los pelos al saber, y ver, que Pedro había sufrido una aparatosa caída en los entrenos.
El corazón se le paró cuando dieron las imágenes y vio a Pedro volar por encima de la moto hasta caer con brusquedad sobre la pista.
Miró a Fabián asustado, pero se tranquilizó cuando dijeron que el piloto se encontraba bien y que  finalmente correría la carrera. Incapaz de hablar, veía la televisión histérico intentando encontrar a Pedro entre toda aquella masa de gente.
Como ocurría en cada conexión, una cámara se fue parando piloto por piloto hasta que llegó a Pedro. Al verlo, Guillermo se quedó congelado. Su mirada concentrada era oscura y agresiva, nada que ver con el de otras veces, con su Pedro. Aquello le revolvió el estómago y temió continuar mirando. Fabián, emocionado aplaudió al reconocerlo.
Pensar que el hombre que sería como otro padre, el novio del suyo era aquel piloto lo llenaba de orgullo.
Minutos después, los asistentes de pista comenzaron a retirarse y quedaron solo los pilotos con sus máquinas. Con tranquilidad dieron la vuelta de reconocimiento, para luego regresar a sus posiciones, el semáforo de rojo pasó a verde y todos aquellos locos abrieron gas para empezar la carrera.

__! Bravo! __ gritó Fabián al ver a Pedro tirarse en las curvas __Cómo conduce, pa.

Guillermo no pudo responder. Lo que Pedro estaba haciendo en la pista, lo estaba dejando sin palabras. Durante varias vueltas, vieron cómo se mantenía en cabeza de carrera, junto a Diego y otro, jugándosela en cada pasada. Aunque la dura lucha comenzó cuando un piloto italiano se les adelantó. Guillermo, que conocía la situación en puntos de cada piloto se quedó sin aliento al imaginar que Pedro no lo iba a consentir. Él no iba a permitir que el extranjero tomara los puntos que él necesitaba, y ambos se arriesgarían para conseguirlos.
La carrera se puso al rojo vivo y los comentaristas, impactados por lo que estaban haciendo aquellos pilotos, gritaban emocionados. Continuas y peligrosas pasadas hacían vibrar y chillar a todos hasta que uno se salió de la pista y cayó.
Guillermo, al ver cómo  a aquel la moto se le iba de atrás se quedó horrorizado, y no se movió, mientras su hijo y su mujer chillaban y aplaudían y los grititos de su nieto era un coro sumado, lo hacían al ver que no había sido Pedro.

__Uno menos, papá.
__Hijo, no hables así.
Solo faltaban dos vueltas y otro italiano se puso a la cabeza. A  Guillermo le sudaban las manos, y casi le dio un infarto al ver a Diego salirse en una de aquellas terribles curvas. Su templanza y buen pilotaje hizo que no cayera, pero perdió la opción de pelear por subir a lo más alto del cajón. Una opción que Pedro aún iba a aprovechar acoplándose todavía más a su potente Ducati, comenzó a derrapar en las curvas hasta que consiguió adelantar en un tramo imposible al oponente. Solo quedaba una vuelta para la finalización de la carrera y Pedro no estaba dispuesto a perder, fue una vuelta de infarto para todos, pero finalmente entró primero, seguido por el italiano. Guillermo, al ver aquello, saltó de alegría junto con Fabián, Valeria y Guillermito.

__! Ganó, Pedro, ganó! _gritó Fabián mientras a Guillermo le saltaban las lágrimas.

Minutos después ofrecieron la entrega de trofeos. Guillermo, orgulloso, pudo ver cómo Pedro recogía el premio y daba gracias a su equipo. Fabián, impresionado por el pilotaje, no paraba de aplaudir, incluso le dijo a Valeria que compraría una moto y le pediría a Pedro que le diera clases de conducción. Guillermo rio de la ocurrencia, aunque otra cosa lo hizo temblar, oír que Pedro dedicaba la copa a Guillermito.

__! Mía, papi! __saltó el nene.

Guillermo de súbito sintió tristeza y desconsuelo.
¿Qué pasaría con todos si ellos no lograran acomodar sus vidas?

Dos semanas después.

El detective llamó a Pedro para enseñarle nuevas fotografías actuales de Luciana. Al reunirse en la empresa, y verlas, Pedro sintió asco, en ellas veía a la chica besándose con Suárez, el narcotraficante, y en otra con el propio Miguel Ángel Mendoza, ya más que pensar en Agustín que no parecía siquiera conocerla, temía cada vez más por Guillermo. De nuevo, sintió que se hundía.
En todo aquel tiempo Guillermo como quedaron no dio señales de vida. No había llamado. No lo había buscado tal y como le pidiera con dolor, aunque Guillermito y Fabián sí lo hicieron.

__ ¿Cuándo vas a venir a verme, Pedrito?

__No lo sé mi principito. Tengo mucho trabajo.
__Pero papá quiere, y el abuelo me dijo que vendrías _insistió el pequeño.

__Iré, lo que no sé es cuándo __mintió __.Por cierto, ¿está el abuelo en casa?

__No. Hoy se ha ido a una fiesta. Es el cumpleaños de Marcos, han ido a festejarlo. ¿No irás tú?
El corazón se le aceleró. ¿Conocería a alguien en esa fiesta? ¿Y si habían invitado a Juan o a Franco para alegrarlo? Pero no estaba dispuesto a pensar en ello.
__Yo no puedo ir, cielo. Ya te he dicho que tengo mucho trabajo.
Finalmente, tras capear las insistentes preguntas del nene, Pedro le confesó que tardaría un poquito en verlo, pero que no se preocupara, que en cuanto tuviera tiempo lo llamaría. El pequeño ajeno a todo lo ocurrido  accedió y le creyó. ¿Por qué no iba a hacerlo?
Apenas cortar, Camila lo llamó diciéndole que estaba invitado a una cena con varios compañeros del hospital de su actual pareja. En un principio se negó. Su humor no estaba para fiestas. No le apetecía salir con nadie. Pero Camila no cesó hasta que Pedro cedió y aceptó. Irían primero a un restaurante lujoso y después tomarían una copa.
Mientras se cambiaba se convenció de que aquella salida le haría bien para no pensar que Guillermo estaba en otra fiesta. Le apeteciese o no necesitaba relajarse o divertirse.
A las 21 horas pasaron a buscarlo Camila y su pareja, y cuando llegaron al restaurante, este, médico, le presentó a cada uno de los invitados. Allí se enteró de que la cena era una celebración por ascenso a jefe de servicio del novio de Camila, Paul. La cena se tornó divertida. Todos contaban anécdotas de hospital y eso los hacía reír. Después de varios brindis y de un discurso nada serio por parte de Paul, decidieron ir a tomar una copa a un pub de moda. Un nuevo local.
__ ¿Qué tal? __preguntó Camila acercándose a su amigo.

__Bien, todo muy bien _respondió sinceramente Pedro. Llevaba semanas sin pasarla bien, sobre todo sin reírse tanto.

__ ¿Qué te parece Federico? __Señaló al hombre que hablaba con Paul.

__Agradable, ¿por?
__Porque lo mejor de todo es que es… gay y soltero. Y creo que se ha colado por ti. No ha parado de preguntarle a Paul cosas de ti y eso es buena señal.
__Pero siento decirte querida mía, que lo lleva claro, no estoy disponible __ se burló Pedro, al ver por dónde iba su amiga.

__ ¿Cómo puedes decir eso? __le recriminó Camila molesta.

__Simplemente digo la verdad.
__Es un hombre agradable, guapo, es médico.
__Camila--- __cortó Pedro __.No insistas. No tengo ni tiempo ni ganas, y  sigo enamorado de Guille.

Pero la otra hizo caso omiso.
__Vale, lo entiendo. Sigues muerto por Guillermo, pero oye, mientras superas su ruptura, ¿no te parece Federico ideal?
__Será ideal para ti. No para mí que no he roto con Guille.

Al mirar los ojos de su amigo, Camila sonrió. Pedro estaba loco hasta el tuétano por el abogado y no había nada que hacer.
__Soy una boba, perdón _susurró tras darle un beso en la mejilla.

__Perdonada.
__Tengo tantas ganas de verte feliz como yo y…
En ese momento, Federico se acercó a ellos y, tomando a Pedro con familiaridad de la mano, le habló.
__Perdona. __Y mirándolo, preguntó__: ¿Quieres bailar un rato?

__Bueno, me encanta esta canción, solo esta. No es un boliche gay.
__No pasa nada, Pedro, bailan todos con todos.

Estaban en la pista bailando, y quien los miraba desde fuera los podía ver divertidos y compenetrados, eran de la misma edad, guapos y alegres, Federico algo más gracioso, y Pedro necesitaba reír. Después de un rato regresaron con el grupo. Diez minutos después se marcharon con Diego al servicio, y Diego no paró de elogiar a Federico.
__Eres pesadito amigo, pareciera que se pusieron de acuerdo.
__ ¿Por qué? __preguntó consciente de lo que decía.

__Pedro, ¿eres tú? __dijo alguien detrás de él.

__Raúl, soy yo…  creo. En realidad no sabía que estaban en la fiesta.
__No fuimos a la cena, quedamos en encontrarnos acá. Y sabes, es nuevo local en Buenos Aires, es un nuevo sitio que visitar __respondió con gesto divertido.

Sentimos lo que sucede entre Guillermo y tú.
__Nada que no sea lo que era cuando fuimos a Córdoba.
__Conocí a Camila, y parecía creer que habías terminado.
__Ya, vale, que no es así, tendré que hablar con ella, sabe todo sobre mí, no sé qué sucede hoy.
__Por cierto que Guille no está nada bien __ se oyó detrás y Pedro dio un respingo al ver a Beto__. Últimamente no se lo puede hablar, y por lo que vi te juegas la vida en las carreras, Pedro.

__Beto, qué… No puedo hacer nada por ahora.
__ ¿Tan grave es lo sucedido entre ustedes? __preguntó Diego.

__Más o menos.
__ ¿Has dejado de quererlo? __preguntó Raúl.
__No, ya vale, que esto es un déjà- vu del día del viaje__. Que yo deje de amar a Guille es imposible, a ver si les queda en claro.

__Bueno, pero quizá son demasiado diferentes como para que la historia haya funcionado, y sea lo mejor lo que se ve, que andan separados, y…

Al oír las conjeturas Pedro clavó la mirada en Alberto, era su socio, y no se recordó a sí mismo que no estaban juntos.
__Beto, ¿no me digas que…? ¿Está aquí?
__Sí.
___! Dios! __susurró Pedro empalideciendo.

Y he de confesarte que llevo esperando horas a que vinieras al servicio para hablar contigo. Cuando ustedes llegaron, nosotros estábamos acá.
__ ¿Cómo no me he dado cuenta?
__Has pasado por nuestro lado al entrar y él te ha visto.
__Ay, Dios.
__Pedro, amén del otro quilombo en el que estamos,  por el que te iba a llamar el lunes, Guille lleva toda la noche mirándote y bebiendo como loco. Realmente creía que algo iba a ocurrir cuando te ha visto bailar con ese muchacho, pero lo sacamos del local, bueno, Juan lo sacó del local para que le diera un poco de aire.
__ ¿Quién? ¿Me estás diciendo que está borracho por mí y vino acá con Juan Arismendi? ¿Primero apareció la ex y ahora él? ¿No estaba casado?
__Pedro. Vinimos todos, además, Juan. Está solo por lo que sé.
__Es que siempre estuvo, hace mucho que está cerca, Beto, lo vi en la audiencia, en la de Postiglioni. Y Guille está con él.
Mierda, si yo lo viera bailar con Juan como lo hice con ese desconocido me moriría. ¡Qué hice!
__Pedro, ahora está más tranquilo, yo que sé lo que sucede te digo que él te necesita, no es Juan lo que quiere, apareció en el estudio es verdad, pero no es lo que a Guille le interesa.
__Eso, yo no lo sé, no fue cualquiera en su vida, Beto.
__Pedro, en todos estos años, nunca ha estado tan feliz como con vos, desde que lo conozco, solo había que mirarlo para ver lo feliz y centrado que estaba. Sé que te pidió tiempo, que está yendo a terapia, pero no le hagas caso, está enamorado de ti. Por favor, ven a hablar con él.
__Beto, detesto a Juan y lo acostaría como a Nazarre, lo sabes, pero… no puedo, no todavía.
Pedro resopló. Deseaba más que nada en el mundo ir a donde él estaba, para besarlo, quererlo, pedirle perdón, contarle, pero no debía. No podía, Cavas debía creer que lo de ellos había terminado, y más Miguel para que no se volviera a fijar en él o en Fabián y el nene, y por ello tragando el nudo de emociones que pugnaba por salir de la garganta, susurró.

__Beto, ayúdame a resolver los problemas, el amor entre Guille y yo resistirá el tiempo, y cualquier circunstancia, y si no resiste… si no resiste  no es amor. Por eso no lo pondré en peligro.
__Pedro…
__Resistirá, Beto, déjame creer en lo que una vez me dijo, en que es… Amor.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
Cualquier parecido con la realidad es coincidencia.
Lenguaje adulto, escenas explícitas.

16 comentarios:

  1. Maria R Bellisimo , trasmitido con nostalgias y recuerdos de un amor prohibido , mas el corazon no sabe de leyes .solo ama

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  2. Reyna Ese toque de desolación es lo que me atrapó....muy bello

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  3. Myriam Qué bonita manera de introducirnos en ese mundo

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  4. Iris Una historia muy interesante y cotidiana, bella en ello, gracias Eve.

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  5. Me quedé con un nudo en el estómago Eve...Ya sé que es amor y que por lo tanto resistirá a cualquier circunstancia, pero porfi que esta separación se termine pronto...

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