lunes, 9 de julio de 2018

"LA CÁTEDRA". CAPÍTULO TREINTA Y OCHO.




"LA CÁTEDRA".
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO.

"Estoy tan solo como este gato, y mucho más solo porque lo sé y él no."
Julio Cortázar.
IX
“Creo que el principito aprovechó la migración de unos
pájaros silvestres para evadirse y comenzar su viaje. La
mañana de la partida arregló muy bien su planeta.
Deshollinó cuidadosamente sus dos volcanes en actividad,
sobre los cuales calentaba su desayuno por las mañanas.
Tenía, además, un volcán extinguido. Deshollinó también
este, pues, como él decía: “nunca se sabe…”
Si los volcanes se deshollinan bien, arden sin erupciones,
suavemente, como el fuego de nuestras chimeneas. Pero
los hombres somos demasiado pequeños para deshollinar
nuestros volcanes y por eso nos causan tantos disgustos.
El principito arrancó con tristeza los últimos brotes de
baobabs. Creía no volver jamás. Sus trabajos habituales le
parecieron muy agradables. Y cuando regó por última vez
la flor y se dispuso a ponerla al abrigo de la campana,
sintió ganas de llorar.
–Adiós –le dijo a la flor. Pero ella no respondió.
–Adiós –repitió el principito.
La flor tosió aunque no estaba resfriada y al fin dijo:
–He sido una tonta, perdóname y procura ser feliz.
Le desconcertó la ausencia de reproches y quedó con el
biombo en la mano sin comprender esa tranquila
mansedumbre.
–Sí, yo te quiero –le dijo la flor–. Si no te has dado cuenta
la culpa ha sido mía, pero eso ahora no tiene importancia.
Y tú has sido tan tonto como yo. Procura ser feliz… Y deja
el biombo. No lo necesito.
–Pero… el viento...
–Ya no estoy tan resfriada y el aire fresco de la noche me
hará bien. Soy una flor.
–Y los animales...
–Será necesario soportar la molestia de dos o tres orugas,
si quiero conocer las mariposas; creo que son muy
hermosas. Ellas me visitaran… tú estarás muy lejos. Y en
cuanto a las fieras, ya no les temo, tengo mis garras.
Y mostraba ingenuamente sus cuatro espinas. Luego
añadió:
–Y no prolongues más tu despedida. Has decidido irte,
hazlo de una vez.
La flor, que era orgullosa, no quería que él la viese llorar.
*El Principito cap.IX /Antoine
de
Saint-Exupéry
(1900-1944)
PREVIO…

__ Viernes, 25 de setiembre de 2016.
El detective llamó a Pedro para enseñarle nuevas fotografías actuales de Luciana. Al reunirse en la empresa, y verlas, Pedro sintió asco, en ellas veía a la chica besándose con Suárez, el narcotraficante, y en otra con el propio Miguel Ángel Mendoza, ya más que pensar en Agustín que no parecía siquiera conocerla, temía cada vez más por Guillermo. De nuevo, sintió que se hundía.
En todo aquel tiempo Guillermo como quedaron no dio señales de vida. No había llamado. No lo había buscado tal y como le pidiera con dolor, aunque Guillermito y Fabián sí lo hicieron.
_ ¿Qué te parece Federico? __Señaló al hombre que hablaba con Paul.

__Agradable, ¿por?
__Porque lo mejor de todo es que es… gay y soltero. Y creo que se ha colado por ti. No ha parado de preguntarle a Paul cosas de ti y eso es buena señal.
__Pero siento decirte querida mía, que lo lleva claro, no estoy disponible __ se burló Pedro, al ver por dónde iba su amiga.

__ ¿Cómo puedes decir eso? __le recriminó Camila molesta.

__Simplemente digo la verdad.
__Es un hombre agradable, guapo, es médico.
__Camila--- __cortó Pedro __.No insistas. No tengo ni tiempo ni ganas, y  sigo enamorado de Guille.
_Pedro, ¿eres tú? __dijo alguien detrás de él.

__Raúl, soy yo…  creo. En realidad no sabía que estaban en la fiesta.
__No fuimos a la cena, quedamos en encontrarnos acá. Y sabes, es nuevo local en Buenos Aires, es un nuevo sitio que visitar __respondió con gesto divertido.

Sentimos lo que sucede entre Guillermo y tú.
__Nada que no sea lo que era cuando fuimos a Córdoba.
__Conocí a Camila, y parecía creer que habías terminado.
__Ya, vale, que no es así, tendré que hablar con ella, sabe todo sobre mí, no sé qué sucede hoy.
__Por cierto que Guille no está nada bien __ se oyó detrás y Pedro dio un respingo al ver a Beto__. Últimamente no se lo puede hablar, y por lo que vi te juegas la vida en las carreras, Pedro.

__Beto, qué… No puedo hacer nada por ahora.
__ ¿Tan grave es lo sucedido entre ustedes? __preguntó Diego.

__Más o menos.
__ ¿Has dejado de quererlo? __preguntó Raúl.
__No, ya vale, que esto es un déjà- vu del día del viaje__. Que yo deje de amar a Guille es imposible, a ver si les queda en claro.

__Bueno, pero quizá son demasiado diferentes como para que la historia haya funcionado, y sea lo mejor lo que se ve, que andan separados, y…

Al oír las conjeturas Pedro clavó la mirada en Alberto, era su socio, y no se recordó a sí mismo que no estaban juntos.
__Beto, ¿no me digas que…? ¿Está aquí?
__Sí.
___! Dios! __susurró Pedro empalideciendo.

Y he de confesarte que llevo esperando horas a que vinieras al servicio para hablar contigo. Cuando ustedes llegaron, nosotros estábamos acá.
__ ¿Cómo no me he dado cuenta?
__Has pasado por nuestro lado al entrar y él te ha visto.
__Ay, Dios.
__Pedro, amén del otro quilombo en el que estamos,  por el que te iba a llamar el lunes, Guille lleva toda la noche mirándote y bebiendo como loco. Realmente creía que algo iba a ocurrir cuando te ha visto bailar con ese muchacho, pero lo sacamos del local, bueno, Juan lo sacó del local para que le diera un poco de aire.
__ ¿Quién? ¿Me estás diciendo que está borracho por mí y vino acá con Juan Arismendi? ¿Primero apareció la ex y ahora él? ¿No estaba casado?
__Pedro. Vinimos todos, además, Juan. Está solo por lo que sé.
__Es que siempre estuvo, hace mucho que está cerca, Beto, lo vi en la audiencia, en la de Postiglioni. Y Guille está con él.
Mierda, si yo lo viera bailar con Juan como lo hice con ese desconocido me moriría. ¡Qué hice!
__Pedro, ahora está más tranquilo, yo que sé lo que sucede te digo que él te necesita, no es Juan lo que quiere, apareció en el estudio es verdad, pero no es lo que a Guille le interesa.
__Eso, yo no lo sé, no fue cualquiera en su vida, Beto.
__Pedro, en todos estos años, nunca ha estado tan feliz como con vos, desde que lo conozco, solo había que mirarlo para ver lo feliz y centrado que estaba. Sé que te pidió tiempo, que está yendo a terapia, pero no le hagas caso, está enamorado de ti. Por favor, ven a hablar con él.
__Beto, detesto a Juan y lo acostaría como a Nazarre, lo sabes, pero… no puedo, no todavía.
Pedro resopló. Deseaba más que nada en el mundo ir a donde él estaba, para besarlo, quererlo, pedirle perdón, contarle, pero no debía. No podía, Cavas debía creer que lo de ellos había terminado, y más Miguel para que no se volviera a fijar en él o en Fabián y el nene, y por ello tragando el nudo de emociones que pugnaba por salir de la garganta, susurró.

__Beto, ayúdame a resolver los problemas, el amor entre Guille y yo resistirá el tiempo, y cualquier circunstancia, y si no resiste… si no resiste  no es amor. Por eso no lo pondré en peligro.
__Pedro…
__Resistirá, Beto, déjame creer en lo que una vez me dijo, en que es… Amor.

__Beto, no insistas, no puedo ponerlo en riesgo, y debo salvar a mi hermano, quizá me aleje un tiempo, puede que acepte alguna misión.
__ ¿Qué?
__Lo que acabas de oír, si para protegerlos hasta que los delincuentes caigan tengo que irme, lo haré,  así pensarán de verdad que no tengo más nada que ver con Guille, además él siente, sabe que lo amo, que siempre lo amaré. Lo de Juan es diferente, sácalo de en medio, no confío en él.
Además Guille me pidió tiempo, a veces somos muy afortunados en hallar el amor de la vida, y en ser correspondidos,  y es importante la gente que nos rodea, por ello es tan importante saber elegirla. Sin embargo  entiendo a mi amor, a veces es necesario tocar fondo, perderlos a todos para aprender a saber quiénes somos, qué deseamos ser y hacer, cuál es nuestro sueño, no lo que se espera de nosotros, es eso lo que él me pidió, que me alejara para eso, y le daré ese espacio, ese tiempo, Beto. Porque lo amo es que hago todo.
__Bueno, de acuerdo, entendí, Pedro. Hasta pronto. Te llamaré por lo que te prometí. A lo mejor se resuelve lo tuyo y no es necesario que te vayas. Y deja de correr a lo loco, o lo perderás a Guille por un infarto, te aclaro que ve las carreras.

Mientras salía del servicio, la cabeza de Pedro daba vueltas.
Guillermo estaba allí. De nuevo en el local sintió cómo unos ojos lo observaban. La tranquilidad que antes había sentido ahora estaba rota y deseó huir de allí.

“Guille, mi amor, no dejes que Juan se quede cerca, menos pienses que no te amo. Cómo no soñarte, si mis labios te llaman, mis manos te extrañan, mi cuerpo arde por ti, y mi corazón grita: ¡Ven, ven a mí!
Cómo no pensarte, si no sé vivir sin ti, más, necesito de tus ojos para ver mi camino, de tus labios para saciar mi sed y de tu amor para no morir, cómo no desearte, si tú eres todo para mí, y formas parte de mi vida constituyéndonos en un solo ser. Hoy beberé  de la fuente de tus deseos, y como el vino más sabroso, lo haré gota a gota,  pero no hasta la última gota, porque no deseo saciar  completamente mi sed,  así podré volver una  y otra vez a saborearte, embriagándome lentamente, hasta perder la razón, porque nada más bello  que la conjunción,  hombre, vino y seducción, por eso quisiera amanecer  bebiendo de tu templo sagrado, que no es otro  que tu candente piel que es solo mía hoy. No te quites la alianza, no está rota la promesa,  menos puede morir nuestro amor. Tú  eres mi hombre,  habitas en mis sueños,  y no hay noche, que no enciendas mi deseo  y todos mis anhelos, tú eres el amor, la vida, la llama eterna, la razón de mi universo, y con quien sueño, tan solo para tenerte, deseando verme en tu mirada, ansiando besar tus labios,  queriendo amanecer a tu lado y así poder susurrarte al oído, cuánto te amo. Sé que tu alma lo sabe, me lee, espérame… regresaré.”

Federico  volvió a invitarlo a bailar y él como un autómata aceptó. Mientras bailaban, Pedro miró con disimulo a su alrededor. Vio a Beto charlar con Diego, y al segundo a Guillermo, que inmóvil lo observaba quemándolo. Cuando la canción terminó le dijo a Federico que tenía ganas de tomar algo. De nuevo se reunieron con todos.
No muy lejos de allí, Guillermo lo observaba tan consumido por los celos como lo estaba Pedro al ver los movimientos y sonrisa de Juan.
Ver cómo aquel tipo desconocido agarraba a Pedro por los hombros y bailaba con él canciones lentas que él deseaba bailar con su prometido lo estaba matando.

__Dale, Guille, afloja vos.
__No Beto. Es mi culpa, Fabián tiene razón, no puedo ir y venir, al fin parece que juego con él como con todos, pero verlo con otro me produce náuseas, tengo ganas de agarrar a trompadas las paredes.

Lo vio bromear y reír con el desconocido y eso lo tensó más, estaba precioso, cuando lo había visto llegar se había quedado de piedra. Deseó acercarse a él y decirle cuánto lo había echado de menos. Pero su orgullo de hombre herido más su promesa se lo impidieron. Solo tenía ganas de levantarse y partirle la cara al tipo que lo rozaba sin cesar.

__Dale Guille, vamos a tomar algo a casa, estoy solo hace mucho tiempo. Pedro está con otro __susurró Juan.

__Su alma y su amor son míos Juan, no iré a tu casa, no  volveré a ser más que tu amigo, ya no soy el de antes, estoy prometido con ese chico precioso que me roba el aliento aunque no esté hoy a mi lado, yo le pedí que me dejara solo un tiempo.
Maldito tipo. ¿Por qué tiene que pasarle continuamente las manazas por la cintura o el cabello?
__ ¿Quieres que nos vayamos a otro lugar? __preguntó Beto.

__No __respondió Guillermo ceñudo.

__Guille, vamos a ver. Creo que…
__No, Beto _advirtió Guillermo.

__ ¿Qué coños hacemos aquí si no piensan acercarse? __ insistió Alberto al ver cómo miraba a Pedro__.  Vayamos a otro lugar a pasémoslo bien.

__Vayan ustedes si quieren, yo me quedo acá.

Alberto resopló. Tenía claro que de allí no se marchaba sin su amigo por delante. Lo conocía y sabía que estaba pasando un mal rato. Ver a Pedro divertirse mientras él agonizaba no era plato de gusto para nadie, aunque él sabía que  Pedro estaba simulando. Tras comprobar que el encuentro en el baño no había dado resultado, deseó salir del local lo antes posible. Pero no. Guillermo se negaba, y de allí no se moverían.
Sin apartar la mirada de pedro, Guillermo sintió que al fin su corazón aleteaba al tropezar con la mirada. Por fin Pedro se había dado cuenta que estaba allí. Lo siguió por el local, hasta que casi se rozaron como si las miradas enganchadas fueran imanes.

__Cielito, ¿estás bien?
__Con ganas de  matar a Juan, pero prefiero confiar en ti, Graziani. Me pediste tiempo para estar solo, y no sé qué mierda hace él a tu lado, pero…
__Pero, vos tampoco estás solo.
__Yo sí lo estoy, es un amigo de Camila ese tipo, yo no lo conozco. Llevo una alianza, que no es de adorno. Aunque me fuera al Ártico, mi mente, y mi alma te habitan, Guille.
__Lo sé. Y te agradezco que me dieras el tiempo que te pedí, pero no me gusta verte con otros, menos que te vayas a las carreras y mucho menos al Congo. Pero supongo que no puedo prohibírtelo. Y también yo estoy  con vos desde lejos. Cuando tus sueños duerman, me pondré a tu lado, te besaré dormido y acariciaré tu piel, sin dudarlo besaré tu boca con toda la ternura que mi alma me permita, esta noche vida mía serán mis dedos los que viajen por tu espalda, te dejaré la piel llena de sensaciones y en cada poro te dejaré impregnado mi perfume para cuando abras tus ojos a un nuevo día me sientas más que nunca, me meteré en tus sueños, y jugaré entre tus dedos, te besaré y me enredaré en vos como un duende travieso que solo quiere verte reír y feliz, me meteré en tu alma y dejaré escritos mis verbos, caminaré despacio al tiempo que dejo ese beso eterno para vos mi amor.
__Esta noche amor mío cuando me sueñes, abrázame fuerte porque estaré contigo, esta noche sabrás lo que es soñar de verdad, porque cuando te mires en mis ojos verás la verdad de tu enamorado, verás que es amor y no olvido, sabrás esta noche como sonrío para ti, y mi regalo será mi sonrisa, pues como me dices en mis sueños, un día sin sonrisas es un día perdido.
Hoy amor soñamos cuerpo a cuerpo, abrázame vida mía.
Qué difícil fue escuchar de tus labios "prohibido"; en ese instante sentí que algo se quebró en mi interior, mi garganta se cerró, mis ojos empezaron a llorar,  pero mi corazón es una fuente inagotable de amor por ti.
Me di cuenta que era mi esperanza la que salía por mis ojos como agua salada, esas lágrimas que desgarran el alma, convirtiendo el corazón en añicos; porque las emociones aminoran, y no imagino que si digo te amo sea prohibido. No hay amores prohibidos cuando Dios es amor, sé que sanarás las heridas, que aprenderás a volar solo y en ese vuelo vendrás a mí o me pedirás que vuele a tu lado, pero no confío en Juan, en él menos que en los otros. Tengo miedo y el miedo carcome el alma que debe ser libre para amar. Si no lo sabes… me duele,
si lo imaginas mejor, tendré que gritarlo en silencio para que no sufra mi corazón.
Tan extraña es la vida que de ilusión me llenó, y en mi camino te puso y por eso me confundió; pero pase lo que pase quiero que sepas, mi amor, que vives en mis deseos prohibidos y en los latidos de mi corazón. Tantas personas están enamoradas y ahora por ti estoy perdiendo la cabeza, estoy locamente hechizado por el sabor de tus labios, el aroma de tu cuerpo y el calor que me brindas cuando tocas mi cuerpo con tus manos.
Hoy me postro a tus pies como tantos hombres que han pasado a tu lado, soy terrenal ante una deidad celestial, eres un dios del mismo paraíso que jamás pierde su bondad, al amanecer cuando abro mis ojos te veo, admiro la majestuosa y encantadora figura.
Al llegar la noche acompañada de la luna llena, anhelo llegar a casa para disfrutar de la compañía de tu ser y poder conquistar nuevamente tu corazón, de tus labios deseo saborear el dulce néctar de tus besos y caricias los cuales nos hacen muy felices.
Tenemos una vida plena y feliz,  es mi deseo de tenerte a mi lado, sin el sonido de tu voz que es  como cantos angelicales me faltaría la presencia de tu ser para seguir adelante, sin ti mis temores y mis retos crecen y no puedo seguir adelante.
Cuando no estás a mi lado es como un piso sin fondo, solo veo  oscuridad  pero hay una chispa de luz y ahí estás esperando tú por mí,  te amo.
__Es solo un amigo, Pedro, solo un amigo amorcito, no te tortures.

El teléfono de Pedro vibró para cuando atendió ya Guillermo estaba a pasos de él, y la voz no le resultó conocida.

__Cuidado pibe, en este país hay muchas muertes.
__ ¿Quién eres desgraciado?
__Hay muertes, mi mortal amigo…  salvaje, rápida, espontánea, exprés, innecesaria, y otras frías preconcebidas en mi analítica, descongelada, droga-dependiente, amarillenta entre tus dedos, adicta en tus labios con besos a muerte, interés de esta humanidad en el silencio de su beneplácito, parafernalias de la hoja sicaria del tabaco que te asesta apuntilladas en caladas o de la coca que te impacta en un infarto.
__ ¿Te refieres a mi hermano, es una amenaza hacia mi hermano? Es un nene.
__ Humo cegador, mi mortal amigo que evapora toda existencia, laboratorios de inventos
para farmacias de inventores, crueldades, impulsores de impuestos,  eutanasia de consentimientos te queman por dentro, nicotina dispensadora gasolinera obturadora, brujas de corazones,  reina alquitranada  de tus venas. Caballo de Troya de la muerte,  caja de Pandora de males  sin esperanzas, bomba pulmonar anti persona,  ozono de tu pecho
Vulcano de arterias, Tanator de arterias bombas de relojería  impuntuales, sin despedidas, usurpadora del oxígeno,  infiernos de vivos en paraísos de muertos, donde se nace muerto pasivo y activo cultivan-dote vivo. Y al final, mi mortal amigo cuando todo está perdido prófugo, evadido, te das cuentas  que Dios no te salva  por tenerte vivo, ni el diablo por pretender comprar  tu alma, ni yo, tu muerte por llevarme tu espíritu, ni religión alguna por quemarte en su cruz, ni media luna que te ilumine esperándote las vírgenes de paraíso alguno, ni pirámides invertidas de ajenas creencias. Ni materia ni energía que desplace, mi mortal amigo universo alguno, tras la muerte asegurada a corto o largo plazo, de este hombre que te mata y te asesina en su interés, que al final, tras ese inhumano cáncer, defecto de Dios, de toda creación, lucro beneplácito rentabilidad ganancia de este diabólico, inhumano hombre.
Y en ese final, olvidado extraviado, casi abandonado solo te llevas, mi mortal amigo, las personas que te quieren y te acompañan, las que al final, mueren un poco contigo, donde tú mueres mucho abundantemente, por ellos y yo, eternamente, con vos, deja de husmear donde no debes, putito.
__ No te metas con los míos, da la cara, cobarde. ¡Hola!
“! Mierda. Cortó!

__Camila, Diego, yo me voy a casa, les agradezco la invitación, pero tengo que trabajar temprano.
__Espera que te llevamos nosotros, tomaste.
__No es necesario, tomaré un taxi __insistió Pedro.

__Yo te acerco, también me voy, tengo guardia en unas horas _ofreció Federico e insistió hasta lograr que Pedro aceptara. Sin mirar en la dirección donde Guillermo ahora reía  al oír las anécdotas de Juan, Pedro salió del local. Al dirigirse a  tomar el coche de Federico, se fijó en varios coches aparcados, y sin poder creer lo que veía, allí estaba el de Guillermo.
Sin saber que este no dejaba de pensar al cerrar los ojos en las locuras que Beto le había contado que Pedro estaba haciendo aunadas a las que viera él mismo en las carreras. Por una fracción de segundo se vio tentado de reprocharle, pero no había querido exponerse a que supiera que lo observaba, menos a que sintiera el reproche. No debía.
Pedro tampoco quería darle opción a Guillermo a que le preguntara por más, no podía darle explicaciones, pero cuando salió del local, no supo que Guillermo a pocos pasos estaba clavado y escuchaba lo que hablaban.

__Te gustan las motos, Pedro, como a Diego _afirmó Federico.

__Sí. Me encantan.
__Creo que estas máquinas de infierno son solo para locos. Si supieras la cantidad de accidentados y de muertes que hay por culpa de estos trastos, no creo que te gustaran.

Pedro ni lo escuchó. En verdad antes de conocer a Guillermo había hecho cosas peores como activista yendo a los peores lugares sin negarse jamás, y había visto el rostro de la muerte más de una vez, casi en una corrida suicida, casi buscándola, invitándola a llevárselo, mas ahora solo podía pensar en Guillermo, solo en él.

“En tus ojos veo las delicias que provocan tus miradas que ante ti son aduladas en el jardín de mis caricias.
 He tocado alguna partitura pero su piel es mi melodía y de cada tramo aprendía
que todo roce es aventura. Con todo tiempo y calma seré el hielo en su deshielo, un eco gritando en el cielo por poder besarle el alma. He sentido calor sin fuego,  electricidad sin truenos,  una caída libre sin frenos y en sus labios el sosiego.
Te enseñé a volar sin alas, a soñar con las palabras y en cada alba descubras de aquello que me regalas. He aprendido a entender a ese brillo de tus luceros cuando me miran sinceros y son directos a pretender. Llené el mundo de halagos porque los vieras a tu lado cual tierra su mar salado invadiendo con estragos. Te escribí cien mil poesías en las que  grande te hacía
obsequiando de mi gracia con mis mejores cortesías”.

Había deslizado en manos de Alberto una carta, necesitaba dejarle algo a Guillermo, la idea de tomar una misión cobraba cada vez más forma, si las cosas empeoraban, no dejaría  que los inocentes pagaran su osadía.
Guillermo descubrió sus dedos trémulos al abrir la carta, el corazón latía tan fuerte que pensó que se oiría por encima de las voces y de todos los ruidos, cuando al fin acarició con los ojos, la letra curva y bella de Pedro.

“Guille, no elegí alejarme, no elegí demorar en llegar a tu vida, pero lo que seguramente jamás haría sería no amarte, en esta y en cada vida y si  te di espacio y tiempo es porque creo de verdad lo que tú dices, que el amor resiste a todo. Incluso a la muerte.
Te escribo desde el principal escenario de mi vida, mi alma enamorada siempre de ti, creo,  más bien te declamo estas palabras  en susurros, frente al palco de tu corazón.
Te recito, mis sentimientos, los mismos, enamorados, entregados a ti, te entrego mis anhelos, sueños,  fantasías desde mi trinchera de amor, mi catre en medio del manglar que tirita de frío.
Escúchame, mírame, te reclamo, te habla la voz de mis adentros, imita conmigo la mímica de estas palabras que te dicen  te amo, tuerce tu boca, abre tus brazos al infinito, encuéntrame y abrázame, cierra tus ojos y mira el azul estrellado que se forma frente a ti como aquella primera noche tumbados en la hierba.
Vamos amor, acompáñame, mira el escenario, tú, tú el que aplaude, tú el que de repente  en tu éxtasis de fascinación, te encuentras de rodillas igual que yo, envuelto en este sueño de ser  mi personaje, yo, yo solo este escribidor que te adora cada momento, más y más. No importa lo que te puedan decir, lo que oigas, si estoy a tu lado en nuestros lugares o si me alejara a alguna misión, siempre mi alma se queda en ti, te estaré amando desde ella, en sueños, en tu imaginación, me he quedado en ti. Hay siniestros tendenciosos del alma que culminan con el suicidio voluntario  de un corazón que abandona su latir si no te ve.
Así, conocí las umbrías horas de esperar despierto al sueño dormido de voluntad latente por quererte. Antes de dejar la nada, yo, era un todo repleto de vacío que rebosaba ausencia desbordada, provocada por la estruendosa compañía silenciosa de la soledad.

Sin embargo, tú, cambiaste mi todo, hoy aunque aceptara una misión, ya no busco la muerte para espiar alguna culpa o para llenar el vacío, hoy tú eres mi todo, lo cambiaste todo.
Mi necesidad de respirar para poder respirarte, de sentir para extrañar sentirte, de vivir para querer morir por vivirte, pero siempre termino acostumbrado a anhelarte con el esclavo color de la tristeza dibujando tonos de blanco y negro en mi voz, como si una secreta partitura
melancólica se apoderase de mi ser. Por eso te di este tiempo.
Así, suele pasar el daño de un dolor velado con dosis de duelo y tinta, y este es hoy mi familiar sentido peculiar de echarte de menos.
Conocí una pareja que terminó, no entendí cómo.
Haciendo un análisis sereno de la situación que estaba leyendo, me preguntaba cuál era el desencadenante que había propiciado la ruptura en aquella pareja.
Ante mí tenía dos misivas. La primera era de "ella", dirigida a "él", su gran amor hasta ese preciso instante, donde le comunicaba que se veía obligada a renunciar al mismo por causas mayores. Terminando: Te ruego respetes mi decisión y no te dirijas nunca más a mí. Desde este preciso instante dejo de existir para ti.
La segunda de "él", en contestación a la nefasta comunicación de ella rechazando su amor y haciéndole saber su gran desconcierto e incredulidad por tan inesperada noticia, y sobre todo, que no le dejara opción para tener un encuentro donde hubiera una luz que aclarara tan incomprensible situación.
Por lo leído sabía que su relación estaba cimentada en buena base y ajustada al tiempo que ambos vivían y decidían compartir.
Ambos comentaban haber superado los problemas, las soledades sentidas,  los silencios no comprendidos y las situaciones hostiles.
¿Por qué este cambio de actitud en ella, sin explicación justificada para tal cambio de actitud?
Esta fue una ruptura extraña, donde no había datos reveladores que nos llevaran aclarar el fatídico desenlace.
Ella desapareció como por ensalmo de nuestro entorno, y las respuestas al preguntar eran: ¡Se fue de viaje! ¡Ya no vive aquí! ¡Dejó dicho que no pregunten por ella!
Él, al que más tarde conocí, vagaba como un alma en pena y contaba a todo aquel que le quisiera oír  un rosario de excusas lleno de aromas a rosas, amapolas y alelíes, de lindos atardeceres en la playa, de noches románticas de luna llena y cielos estrellados, donde los dos, como uno solo, se amaban sin tener fin.
Contaba cómo vagaba buscando por los caminos el eco de voz, que le comunicara su vuelta, pero nunca surgía el diálogo. Siempre era el mismo monólogo monótono y simple el que invadía sus oídos y transportaba la brisa sin respuesta alguna.

Sin testimonios de su existencia, decreció el interés por este caso y solo recordaba la ruptura de aquel gran amor, el hombre sencillamente vestido, taciturno y encorvado, que continuamente se frotaba las sienes como si tuviera algo que borrar, con la mirada azul intensa, su pelo lleno de hebras de plata, cara limpia, con marcadas arrugas, parecía que llevara una máscara puesta para ocultar su tragedia, esa grabada a fuego de la cual, ya no quería hablar.
Se fueron perdiendo en la distancia los trazos que componían este relato, y solo quedan las palabras escritas para comentar.
No es nuestro caso, es el de una pareja que alguna vez conocí, no concibo no poder saberlo todo de ti porque en una mirada desde el balcón de tus pestañas me deslizo a viajar por los vericuetos de tu alma y yo sí regresaré.
Siempre tuyo. Pedro. Vuela amor mío, que en ese vuelo siempre tropezarás conmigo, siempre regresaré al sitio en que te halle, te amo”.

Federico le tocó el hombro para llamar su atención.
__ ¿Te llevo a casa?
__Sí, claro, déjame en Palermo, la casa de mi hermano es lejos _reaccionó con rapidez y asintió, apartándose de la mano.

Guillermo los vio alejarse. Gaby y Alberto salieron tras él, pero Guillermo enojado les pidió que lo dejaran solo. Al ver cómo sus amigos a regañadientes se subían al coche, y más lejos a Diego y Raúl marcharse en una moto, volvió a mirar hacia donde había visto desparecer el coche. Pensó en seguirlos, pero al final decidió que sería una tontería. Se marcharía a su casa. Una vez que hubo subido al auto, arrancó y, dejándose llevar por su corazón, no por la razón, hizo una locura, y se dirigió a toda velocidad hacia el departamento de Pedro.

Durante el trayecto en coche, Federico  fue muy amable, agradable y correcto. Era un hombre ocurrente y divertido que continuamente hacía sonreír. Cuando llegaron al edificio, el hombre se empeñó en acompañar a Pedro hasta la entrada. Con desgano, él accedió. Allí estuvieron charlando un buen rato, hasta que Federico preguntó en tono meloso.

__ ¿Me invitas un café?

“Ni loco”, pensó Pedro al notar sus verdaderas intenciones.
__Mira, Federico, no quisiera ser grosero o descortés. Eres un hombre muy divertido y agradable, pero no creo que sea buena idea…
__Lo siento. Yo… no quería ofenderte.

Al ver el apuro en la mirada, Pedro reaccionó.
__No te preocupes. No me ofendes, pero quiero que sepas que no tengo tiempo para nuevas amistades, y que estoy comprometido.
Envalentonado por la preocupación que vio en la mirada, respondió:
__Mira, Pedro, sé que estabas saliendo con otro, que hoy estás separado, voy a ser sincero. Desde el primer momento que te he visto esta noche me has gustado. Creo que eres un hombre amable, inteligente, muy lingo, divertido, simpático. Creo que eres lo que hace mucho ando buscando y he demorado tanto en encontrar, y como comprenderás, una persona así, al menos para mí, no puede pasar desapercibida.

__Gracias por tus cumplidos, pero…
__Me gustas y estoy dispuesto a intentarlo, si tú me dejas… __continuó acercándose todavía más a él.

__No te voy a dejar _respondió separándose de él__. Mira, Federico, no sé si no me has entendido bien, pero creo que…

__Yo no me doy por vencido así como así __insistió tomándolo de la cintura y atrayéndolo hacia sí__, pero a veces, a alguien le gusta la lucha.

__Suéltame, no sabes lo que te puede suceder en una lucha conmigo _respondió Pedro aireado.

Al ver que él no estaba dispuesto a soltarlo, sin pensárselo dos veces levantó la rodilla y le dio un golpe en la entrepierna por no desfigurarle la cara. Eso hizo que el hombre se doblara sobre su cuerpo con un gran gesto de dolor.
__Te he dicho que me soltaras, imbécil __aclaró Pedro con toda su rabia.

Tras echarle una última ojeada, Pedro entró en el edificio, cerró la puerta del hall y lo dejó allí, retorciéndose de dolor.
Mientras ellos hablaban, Guillermo los observaba desde la otra esquina de la calle. En un principio, al ver que aquel lo forzaba saltó del coche y se dirigió hacia ellos, pero se paró en seco y se echó a reír cuando vio la reacción de Pedro. Cuando al fin él entró en el edificio y el tipo se levantó como pudo, se metió en su coche y se alejó, se dirigió al propio y por increíble que pareciera, a pesar de que su corazón sangraba por no entrar, en el rostro llevaba una sonrisa. Su cielito no dejaría que nadie lo alejara de él, era solo suyo.

Sin saber el porqué al rato Pedro salió, sintió que una alarma le impelía hacia la calle, algo que nada tenía que ver con el tipo, tampoco con las amenazas.
“Caminando en la noche oscura, el aire fresco relajó mi cuerpo. Iba yo con él, a quien tanto deseo, sin importarme nadie más. Su mano posó en mi cintura, me estremecí y mi cuerpo buscó abrigo en el suyo. Miré el firmamento y las constelaciones. Un impulso me hizo detener la marcha.
Lo miré de frente sumergido en sus ojos, el deseo me desbordó, derribé sobre su cuello, él vio mi transformación, y cayó a mi debilidad, comprendí, que también él quería algo de mí. Me tomó tembloroso, jadeante y de respiración agitada, en mí todo palpitaba, muéstrame con tus labios esos lugares favoritos, susurró.
Me apoyó contra un árbol mientras su cuerpo se pegó inquiridoramente al mío.
Sus manos levantaron mi camisa, y subieron por mis piernas cuando hubo quitado las barreras de ropa, me aflojé, lo dejé hacer el juego más exquisito, en mi volcán que erupcionaba. Mis dedos rozaron su nuca y bajaron bruscamente a su cintura. Él apoderado de mis labios rosados, mojados bebiendo el zumo que había largado, con su lengua y caricias de hombre bien experimentado.
¡Qué placer estar en sus manos! Tanto lo había soñado.
Nos trasladábamos al éxtasis una y otra vez, cuánto goce, placer de dioses, perdido en mi  túnel, abiertas mis piernas, o su cabeza escondido, prendido yo de su cabello, gemía y gritaba, eso más le excitaba.
De pie, colé mis dedos  en su erecta pasión, llevé mi otra mano a prenderme de sus glúteos, bien formados, mi uñas se clavaron, y sentí crecer más la pasión, tensionadas sus nalgas lo hice perder y gritar de placer, escuché sus gemidos mezclados con los míos, embriagados, de una locura de deseo irracional, en medio de la noche  me hizo suyo como yo   mío  tantas veces... De espaldas me tenía y se hundía  en mí, de frente  enloquecía y yo junto a él.
 Nos acostamos en el pasto fresco que logramos quemar  en el lugar, con gritos guturales. Cuánto placer sentía cada vez que penetraba, como él se agitaba, sabía que gozaba, lo hacía por donde más le gustaba, como a mí, que a nada me negaba. Húmedo su cuerpo por el fuego que ardía, besaba  mis labios junto con una embestida copiando el ritmo poniendo en fuga a la mente.
Jamás soñé sentir tanto junto a él, los jugos nos bañaban. De eso al fin se trata hacer el amor, de ser uno en todo, de envolverse con fluidos de ambos, de fundir alma y piel en una.
Soy adicto a ese hombre, qué goce y placer me sabe dar, desenfrenado, en cualquier posición, en sus brazos, en los míos, por las palabras dichas a mis oídos. Desnudos y entre gemidos el amanecer nos sorprendió, fuimos por otra ocasión.”

 Sábado.

Al día siguiente Pedro se sentía fatal por el amigo de Camila, feliz y triste por Guillermo, se encontraban, se amaban para volver a separarse, no sabía si era lo que en verdad él necesitaba.
La noche había empezado bien, había seguido desastrosa, y había terminado muy bien. Nada más levantarse había comprobado como la noche anterior no haber matado al tipo, no estaba en la puerta al menos, y tras desayunar llamó a Camila y le contó avergonzado lo sucedido. Su amiga en principio no podía creer lo que había sucedido y cuando comenzó a carcajearse de risa, Pedro se unió a ella.

__Pedro, no es para que nos des respuestas, cada vez que intento ayudarte, termino haciendo lo contrario, pero la misión en el sur fue bien.
__ ¿Qué? _interrogó Pedro.

__Nada, que llamaron desde la central de  Nueva York, estarían necesitando a alguien osado como tú, al menos por unos meses, para enviar a sitios peligrosos, no sé si te interese, pero siento  que debo decírtelo.
__Bueno, Camila,  gracias, lo pensaré.

Luego de saber por Daniela que Agustín estaba durmiendo en el country, el teléfono lo sorprendió.

__Hola, Pedro, ¿cómo estás?
__! Gaby! ¡Qué ganas tenía de hablar contigo amiga!
__Pero era muy fácil _soltó la aludida con sorna__. Si no querías hablar anoche entre todos, solo tenías que levantar el auricular o apretar un botón, marcar mi número y te aseguro que del otro lado de la línea estoy yo. Pero claro, es más fácil para ti que la que llame sea yo, ¿verdad?

Al fin supe que nuestra búsqueda de Silvina, más allá de lo sucedido con ella quizás una a los hermanos, no somos tan mal equipo, y Pedro, te extrañamos en el estudio.
__Eres terrible _soltó Pedro.

__Tú sí que lo eres, no escribes ni un mísero mensaje, no llamas. Pedro ¿están locos o qué? ¿Cómo han podido separarse? No le lleves el curso a Guille, él siempre huye de las relaciones, pero no creí que tú. Son dos cabezotas.
__Mira, preciosa, no creo serlo como piensas, lo que pasa es que… __dudó  mientras los ojos le escocían__... es que… bueno, lo que pasa además de Guille y sus tiempos, es un problema mío, ¿entiendes?

__Eres peor de lo que pensaba __se mofó Gaby desde el otro lado del teléfono__.  Te da tanta vergüenza que tú no eres capaz de decirme lo que pasa, qué es lo que sucede realmente porque tú no le harías tanto caso a Guille, y sé que Beto lo sabe y no me está contando. Pedro, supongo que crees que terminaría por darle la razón a Guille, pero no, sé que eres un encanto, aunque solo hay que verlo a él, para saber que está loco por ti, y no quiero decir nada más.

__Me parece bien que no digas nada más __respondió Pedro mientras atajaba con el dorso de la mano las lágrimas.

__Por teléfono, por supuesto __aclaró Gaby.

__ ¿Por teléfono? ¿Qué quieres decir?
__Que salimos para tu departamento con Alberto, que sí me ha contado todo, o casi intuyo, y no te enojes, solo  queremos ayudar. Pero ¿qué pasa con Guille?
__No hay nada que contar, discutimos, y eso es todo.
__Pero, bueno, ¿tú crees que me lo creo? Me vas a contar lo que pasó.
__Mira, Gaby, hemos discutido demasiado, como seguramente discutes con Beto, solo que ustedes son una pareja consolidada, y Guille y yo, no.
__Pedro, llevan alianza, conmigo no, y les he visto cómo se miran, las ojeras que llevan, las líneas de tensión, me da en la nariz que el problema es lo que sabe Beto.
__
Ya en el departamento, el que habló fue Alberto.

__Tienen más de un problemita, te lo aseguro, y en medio esta vez, está Miguel.
__ ¿Qué? ¡Dios! Primero Silvina, los hijos, y ahora esto. ¿Guille lo sabe?
___! No! Y ni que lo sepa, Gaby, es lo que intento evitar, solo le he dicho que mi hermano anda en malas compañías, no más.
Pedro solo se ausentó unos minutos  para hacer café, pero cuando regresó, el rostro de Gaby hablaba.

__ ¿Me pereció o sonó el teléfono?
__Era Camila. Viene para acá.
__ ¿Para qué? ¿Qué te ha dicho? __preguntó Pedro acercándose.

Pero la respuesta estaba instalada en el rostro de Gaby, sabía que Camila habría dicho más que Beto.
__ ¿Qué ha dicho la loca de mi amiga?

No esperaba contestación, y para cuando Camila llegó se ganó una nada amistosa mirada de Pedro, pero poco le importó. Y como si de un mal sueño se tratara, fue Camila la que empezó a resumir la situación, para Beto, y a poner al tanto de todo a Gaby, habló de Agustín, de Cavas, de los chantajes, de las fotos, y Pedro sin poder creer lo que consideraba una traición de la amiga solo la miraba.

__Lo siento, Pedro _dijo aquella tras acabar de contar todo__. Quizá no vuelvas a confiar en mí en toda tu vida, pero creo que necesitas ayuda, y nosotros somos tus amigos.

__Ellos, por supuesto que no volveré a confiar en ti, más allá de que ya le había contado a Beto. ¿Por qué le tienen que contar con detalles a Gaby? ¿Por qué ponerla en riesgo también? Si Cavas o Miguel lo saben, todo será peor de lo que está.
Los amigos se miraron.
__No te preocupes, Pedro, Agustín no sabrá nada y Guille tampoco, pero creemos que deberías habernos contado todo desde el inicio tú, trabajas en un estudio, somos amigos.
__No quería meterlos en líos, menos al estudio. No sé qué hacer. Tengo la sensación de que cuanta más gente lo sepa peor será. __Y mirando a Gaby aclaró__: Ni una palabra a Guille de todo esto. ¿Entiendes que mataron a un abogado de mi empresa? Si él lo supiera se complicaría todo aún más, han amenazado a Fabián, hasta a Guillermito, y sabes cómo Guille detesta a Miguel, ¿de acuerdo, Gaby?

Por ello dejé de ir al estudio, debe de creer que no los veo.
__Vale, entendí.
__Te lo ruego, son peligrosos, por favor, chicas.

Camila y Gaby asintieron, la cabeza de Beto trabajaba a mil por horas.
__Sé que dirás que es insensato, pero creo que deberías hablar con la policía _dijo Camila.

__! No! __dijo Pedro, hay demasiados amenazados, mi hermano. ¡Maldito sea Miguel! Creo que él lo ha contactado con una drogadicta para atarme las manos. Hay que pensar con calma para no poner en riesgo la vida de nadie. Hay que ser sensatos, sacar a mi hermano del medio, él no está enamorado de esa mujer, yo espero que deje de verla antes que pase a mayores y sufra o algo peor.

__Bueno, Pedro _cortó Alberto__; tengo un amigo que trabaja en la policía. Quizás él podría echarnos una mano.

__No metas a la policía en esto.
__Listillo, ¿y qué quieres que hagamos? _lazó Camila__, porque según tú no hay que hablar con la policía por temor a que maten a alguien, pero qué sabes si esa mujer no está matando de a poco a tu hermano con droga o si no lo hará si la dejas suelta demasiado tiempo, o Miguel a Guille, o cualquiera a Fabián o Valeria. Estamos a tiempo de que esta pesadilla acabe, y no podemos quedarnos de brazos cruzados como tú pretendes. Así no solucionaremos nada.

__Quizá tengan razón, pero tengo miedo.
__! Yo también estoy muerta de miedo! –dijo Gaby, y seguramente Camila y todos, pero es la única solución que tenemos si queremos que Guille y tu hermano salgan lo antes posible de todo este embrollo ilesos.

__Es la única solución, Pedro _afirmó Beto.

Pedro, tras pensarlo y maldecir mil veces asintió al fin.
__De acuerdo. Pero primero hablaremos con el detective que me informa de todo. Él también tiene amigos en el departamento de la policía.
__Muy bien, llámalo __dijo Beto entregándole el móvil.


Banfield.

Por la mañana Guillermo miraba en lontananza aquel viejo barco que se acercaba,
su corazón estaba en vilo porque un fuerte presentimiento se prendía a su mente, todo a su alrededor parecía dejar atrás aquel abrojo, pronto quedaría en olvido.
Su corazón estaba maravillado ante aquel hombre que era su ángel y su luz, vino a su vida a iluminar días grises; devolviendo a sus carnes ya cansadas la vitalidad que necesitaba.
Diario le hacía recobrar la cordura y le devolvía la sonrisa que le robaban a su rostro, él  agradece infinitamente, a ese hombre dulce que estaba siempre a su lado, rodeándole de dulces ósculos que traían paz interior a su alma.
Solo él,  de carácter afable hacía que los días fueran acariciados por la ternura, para que la nostalgia de los abriles pasados; quedara en olvido para siempre.
Porque con él encontró lo que su alma buscaba sigilosamente en este mundo.
El amor le mostraba un mundo bello y diferente, porque su ángel con su mirada centelleante logró sanar el alma.
Aquel elixir de amor, lentamente curó cada herida sangrante que tenía el corazón, gracias a ese amor apacible, por su entrega y paciencia, siempre sería valorado  en su vida como  esa motita blanca de algodón suave, limpiando la hiel, que arrancaba viejas cicatrices que tenía su piel... no era por adular, era  el sentimiento nacido de un alma gemela que viene cansada atravesando portales, para anidarse en él y solo en él, porque Pedro lo era, no tenía dudas, era su alma gemela, como ese barco que llegaba al muelle, Pedro era el barco que había llegado a su vida, en…  la cátedra.
__Te amo…  mi amor eterno.

Palermo.

Pedro logró localizar al detective y quedaron en verse en un bar del centro. Mientras iban en el coche, para aligerar la tensión, la siempre alocada Camila intervino.

__ ¿Saben a qué me recuerda esto si no estuviese Alberto?
__Conociéndote, ¡a saber Dios!  __se mofó, Pedro.

Camila divertida asintió.
__A la película: Los ángeles de Charlie. __Y rápidamente exclamó __: ¡Me pido ser la rubia!

__Eres terrible. __ Pedro rio al oír las ocurrencias de su casi hermana__. Yo aquí preocupado por todo y tú bromeando, pero en las misiones siempre fue lo mismo, era la alegría y el sostén de los grupos, por poco que hubiera por sonreír en esos sitios.

Camila se enderezó y suspiró.
__No lo puedo remediar y quizá sea por eso mismo. Vimos tanto dolor en esos sitios, enfermedad, carencia, muerte, que ahora todo me parece más liviano, y he decidido reír. Cuando ves a gente joven que muere eso te hace pensar, algo debe de aprenderse, es como que se debe exprimir cada experiencia de vida al máximo porque nada se puede dar por sentado, y desde ese momento es que decidí vivir el instante a full, creo y con alegría, al fin la vida se trata de reinventarse una y otra vez ante cada caída. O será que con los nervios nos da por decir tonterías, no lo sé. Pero si no lo tomamos así acabaremos como el título de la película de Almodóvar.
_ ¿Cuál? __preguntó Gaby sin parar de reír, tentada como estaba.

__Mujeres al borde de un ataque de nervios, perdón, Beto.
La carcajada fue general.
__Para, por favor Camila, para ya __pidió Gaby.

Llegaron a la cafetería y, diez minutos después, llegó el detective quien, al ver a tanta mujer esperándolo, levantó las cejas mientras miraba a Pedro como pidiendo explicación.

__Son mis amigas, mi socia. Gabriela que es abogada y Camila que fue activista. Gente de mi máxima confianza, Alberto Marini, otro de mis socios.

Resignado, el detective se sentó con ellos.
__Es usted quien manda. ¿Para qué quería verme?

Sin perder el tiempo, las mujeres comenzaron a hablar y el detective pidió tranquilidad. Discutieron acerca de la opción de avisar a la policía, de los riesgos de Agustín y de todos. Gaby sugirió la posibilidad de detener a los compinches por algo ajeno al caso que trataban, y una vez retenidos investigar hasta llegar al fondo del asunto. El detective la miró y le recordó que la policía no se andaba con juegos y que difícilmente harían caso a esa petición.

__Guille, Graziani, siempre dice de anticiparse a la jugada del otro, por eso lo decía _adujo Gaby.

Tras una larga charla en la que todos expusieron sus ideas, se despidieron. Gaby y Pedro llevaron Camila a su casa y después se dirigieron con Beto a almorzar.

__Creo que deberíamos hablar con mi amigo de la policía ya Pedro  __propuso Beto.

__Ya lo oíste, no nos harán caso.
Tras un silencio, mientras esperaban a que el semáforo se pusiera verde, Gaby no pudo más.
__Creo que deberías hablar con Guille, Pedro, conoce como nadie a Miguel.
__En ese asunto no voy a permitir que te metas _dijo Pedro desafiante__. Por lo tanto, cierra el piquito.

__El problema es que nadie supiera lo que pasa. Te recuerdo que lo sabemos dos de tus socios ahora, y Camila.
__Porque Camila se ha ido de la lengua.

Gaby le dio una colleja que hizo que Pedro la mirara con el ceño fruncido.
__Y si es que es para matarte __espetó Gaby__. Eres tan cabezota. Y me da igual lo que pienses, digas o despotriques. Creo que Guille debería saber qué ocurre.

__Si lo haces te juro que no volveré a hablarte en mi vida.
__Pero él debería saberlo __insistió__. Debería saber por qué no le contaste nada y…

__Basta, Gaby… __y cambiando de tema pregunto__: ¿Es de confianza el poli que conocen?

__Sí. Es un antiguo amigo __respondió Gaby convencida de que era inútil seguir con el otro tema, fue compañero en la facultad, pero no terminó, estaba colado por mí, ¿doy trola?

__Gaby, no te hagas la viva, lo hablaré yo __ afirmó Beto.

__Era una broma mi amor.
__Pipo.
Pedro al oír el nombre estalló en carcajadas.

__ ¿Era el chico gordito que todos los fines de semana te enviaba rosas y que un día vino a recogerte al estudio hace un año o más y…?
__El mismo __contestó Gaby cortando a Beto.

__Pobre… ¿Y vos crees que tras lo que le hiciste nos ayudará?

Gaby sonrió al pensar en él, había sido un antiguo pretendiente cuando estaba con Antonio, luego le había presentado a Beto, y por suerte al final solucionaron los problemas.
__Pipo es una buena persona, lo sabes  y entre nosotros todo quedó claro. Lo último que sé de él es que comenzó a trabajar en la policía.
__De acuerdo, mañana podríamos llamar y preguntar por él.
__ ¿Por qué llamar si podemos verlo hoy?
__Llamaste, ya lo llamaste __afirmó Beto clavándole la mirada. Y sin más sacó la cabeza por la ventanilla y preguntó a los transeúntes si sabían dónde estaba la comisaría más cercana. Pedro puso los ojos en blanco, sus socios y sus locuras. Un minuto después se despidió de los viandantes y, mirando a Gaby, señaló hacia delante.

Sigue esa calle y tuerce a la izquierda, por lo visto allí está la comisaría, te prometo que Pipo nos solucionará el problema.
__Ojalá, Gaby, ojalá, y juro remover a todo el personal de la empresa, antes de regresar con Guille. Y asegurarme que Miguel jamás lo vuelva a molestar, ni a él ni a nadie.
__Así será, Pedro, Guille te ama, y está ocupándose de él, tranquilo.

Banfield.

Pedro, amorcito,  espero no tardar en volar.
Borré cada rincón cada lugar de mi vida, borré mi pasado para que no te molestara, te amé con todas mis fuerzas, desalojé mi corazón para darte todo mi espacio, cada noche, en cada sueño cubría con mis verbos tu piel, dejé que volarás por mis labios y mi alma, y aun así lloré, lloré por ti y por mí, por tus ausencias y mi soledad, lloré y me sentí vivo, muy vivo pero sin ti, ya no bailaban nuestros corazones, ya no, ya las melodías estaban muertas, la pasión se había dormido en ese suspiro de amor, los besos tiritando de frío.
La noche se me presenta inmensa, mi corazón te buscará al igual que cualquier noche, mi voz, gritará tu nombre en el aire adormecido, hace calor vida mía, me pesa el cielo y me sobran las estrellas porque vos no estás, quiero amor unos sueños nuevos, quiero volver a empezar, quiero verte en mi locura de amor, el eco de la gloria será nuestro y mañana será un día nuevo donde los sueños recobrarán vida y mis verbos serán compuestos de melodías encadenadas, así vida mía se acabará mi llanto ahogado, seré de nuevo tu enamorado, que quiere sentirse vivo, ven abrázame amor esta noche.
Te amo amor.


CONTINUARÁ
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO, ESCENAS EXPLÍCITAS.


13 comentarios:

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  2. Gladis Gracias por compartir tu hermosa novela.

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  3. Asiyah Gracias bella amiguita Eve Mónica Marzetti , bellísima.
    Saludos y bendiciones en abundancia 🙏😇

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  4. Nora Querida Eve visitar este espacio con tus novelas haces que sea una caricia al alma. Mi gratitud siempre💚

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  5. Qué lío Eve...Espero que por fin decidan enfrentar todo juntos, porque es la mejor manera de hacerles frente...Además separados sufren el doble...

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