miércoles, 22 de agosto de 2018

“ACCIDENTE”. EPÍLOGO.


“ACCIDENTE”.
EPÍLOGO.
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Estados de Ánimo - Mario Benedetti.
“Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.
Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.
A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme”.

Bs. As., 29 de agosto de 2016.
 De alguna manera al sentir que debía de darme por entero a ese  hombre que se cruzó ante mi coche aun antes de verlo, me gané ese don y esa bendición, el aprender a amar y el ser amado, me gané y di a Pedro el Amor… en…  el accidente.
Cinco años después.

“Yo era un hombre amargo, un farsante en la vida y en las relaciones. No creía en Dios, mucho menos en el amor. A mis cincuenta años lo único que tenía en la vida de valor era a mi hijo, y en menor medida mi trabajo, el estudio.
Contaba entre mis dones y talentos, más allá de ellos, dos divorcios con mujeres, madres de Fabián, en su momento compañeras de ruta, una relación buena más de amistad que otra cosa con Juan, y  decenas de amantes ni siquiera de una noche, apenas de un rato, con los cuales me sentía estúpido, me aburría al siguiente  cuando no tenía nada mejor que hacer, relaciones vacías que tenían que ver con mi ego, nada con mi alma y mi sentir, relaciones que al rato deseaba quitármelas de encima y jamás volverlos a ver, y hoy, mientras duermo abrazado a él, me doy cuenta de la diferencia, de que antes nunca había estado enamorado, como aprendí cuando ya nada esperaba de la vida. Sentía que mi tiempo de hallar algo diferente terminaba, que empezaba a desmoronarme, y solo había acumulado relaciones inadecuadas sin compromiso, para pasar el rato, con chicos que nada tenían que dar más que su cuerpo y juventud, que no admiraba, con los que nada podía compartir fuera de una cama, sin intereses comunes ni charlas profundas, pibes que solo deseaban pasarla bien, unos minutos de sexo anónimo, sin inquietudes similares, sin vivencias a compartir, algunos tan jóvenes como mi hijo, solo se trataba de sexo, nunca de amor.
 Sé que a nadie le resulta  sencillo encontrar a una persona adecuada y que el amor no se busca  ni se suplica, y me conformé por años con disfrutar del sexo y divertirme tanto como pudiera hasta que el cuerpo dijera basta.  Jamás imaginé que tenía derecho a disfrutar de las dos cosas, que lo más probable es que la persona adecuada apareciera por accidente y no tuviera nada que ver con quien pensaba que quería ni sería lo que pensaba que quería.  Y es así como se cruzó el amor de mi vida, el único, el que puso mi mundo patas arriba, Pedro. Por y en un accidente.
Hasta él no me hacía ilusiones al respecto, no podía inventarme un hombre amigo, compañero, amante, y esposo a partir de la nada cuando nunca se había cruzado en mi vida una cita remotamente posible, cuando menos aceptaba cita a ciegas con tipos de pasado oscuro, irritables, acomplejados. Citas deprimentes y decepcionantes, y así en mi vida no había nada más que el trabajo, Fabián, y ratos de sexo, la mayoría anónimos. No creía en los finales felices y el amor más que como inventos de poetas y novelas románticas, solo me limité medio siglo a seguir avanzando sin pensar demasiado haciendo lo que tocaba. En definitiva como Pedro,  estando en extremos opuestos del espectro con el mismo resultado final, yo tenía una tropel de hombres a mi alrededor, él no tenía a nadie, y sin embargo los dos estábamos solos en todos los aspectos que de verdad contaban, y el día de la víspera del accidente marcó un final de un tipo de vida, empezaba a sentirme solo, preocupado por el futuro, aunque a todos los efectos la vida fuese maravillosa porque tenía fama, trabajo, buen pasar económico, un puñado de amigos, mas a la hora del fin de semana, de mi cumpleaños, de fin de año, en definitiva cuando hacía un balance…  la realidad es que estaba solo. Bailaba solo como el personaje que montaba para esos chicos a veces de la edad de mi hijo, en medio de mi propio escenario, sí, era mi propio puro teatro, en lo que había convertido la vida.


¿El amor es una cosa divertida?, esperamos que sea fácil, esperamos que sea un mundo de rosas y risas, momentos perfectos que se encuentran solo en las películas, esperas que diga siempre lo correcto, que siempre sepa exactamente cómo te sientes, o exactamente cómo reaccionar ante él, esperas que te calme cuando estás gritando o te persiga cuando te escapas. Esperas tanto que te sientes enteramente y totalmente derrotado cuando algo no coincide exactamente con todos tus planes. Pero esa es la cosa, el amor no es un plan. No tiene un comienzo determinado y, ciertamente no tiene final o línea final visible para aquellos que confían plenamente en él.
El amor solo pasa, es tan increíblemente desordenado que las personas a tu alrededor no pueden comprender por qué haces las cosas que haces, o por qué luchas tanto por algo que al parecer te causa tanto dolor; porque simplemente ellos no lo pueden ver. Ellos no pueden ver el anillo invisible de la locura que te envuelve cuando estás enamorado. Es incómodo y doloroso, devastador a veces, pero no podemos vivir sin él. Lo que no aprendemos es lo difícil que es amar, cuánto trabajo se necesita, cuánto tenemos que poner de nuestra parte en él, cómo no merece la pena hasta que no nos volvemos idiotas por él. Cuánto merece la pena esperar  para que al fin quien esté al lado sea esa persona.  Mi amor por Pedro fue un rayo al mismo momento del accidente, locura dijo Marcos, sufrimiento imposible siendo seminarista pensó Beto, yo mismo sentí que me desgarraba si ellos llevaban la razón y sin embargo fue inevitable amarlo,  con rabia, con dolor, con descaro desde ese primer instante.
El amor no es que te calme cuando gritas, es gritar tan alto, tan fuerte, justo detrás de vos o en tu cara para despertarte y mantenerte en la tierra, no es que te lleve rosas todos los días o cosas lindas que hagan que una relación parezca presentable.
Es que, después de una pelea que agota directamente la vida y los huesos de los dos, aun se muestre en tu puerta a la mañana siguiente, de todas formas. No es decirte las cosas correctas o saber exactamente cómo manejarte. No, no es el acariciando tu cabello y diciéndote que todo estará bien. Es que se quede allí, admitiendo que está tan asustado como vos.
Tienes que recordar que en el amor no sos el único implicado, sin saberlo has puesto tu vida, tu corazón, en las palmas de las manos de otra persona y dijiste, "aquí está. Haz lo que quieras, destrózalo en un millón de pedazos, hazlo picadillo u olvida que alguna vez te lo entregué, siempre y cuando lo tengas vos, el alma en las manos del otro y entregas tu corazón sin riesgo de morir porque tienes el de ese otro que se instala en tu pecho."
Nos vuelve locos, se hace realmente invisible y borra todas las líneas que no deben cruzarse. Porque el amor no es protegernos a nosotros mismos, o sentirse a salvo, seguro sobre el futuro. Se trata de mandar lejos la tensión de nuestro cuerpo, pero de la misma forma tener fuerzas para seguir adelante. Porque todas esas peleas, todas las lágrimas, la incertidumbre... valen la pena. Y es un infierno mucho mejor, que estar  feliz sin alguien que nos muestre que hay un mundo de diferencia entre, sentirse "feliz" y sentirse completo.
Desde hace más de cinco años, estoy pleno, estoy con él, amo, mi vida está entera, y empecé a creer en Dios desde conocer el Amor en la persona de Pedro”.

“No elegí ser huérfano, ver la muerte de mis padres, conocer el hambre, perderlo todo, ver desaparecer a mis hermanos, no elegí hoy sé tampoco la iglesia por vocación. Simplemente hice lo que pude.
Hoy sé que mis hermanos no me abandonaron, Juan Pablo y Javier hicieron también lo mejor que les salió, y mis hermanas a las que no hemos podido hallar quizás estén vivas y plenas, quizá no, pero lo mismo, no pudieron elegir otro camino, y no soy yo el que puede juzgarlos como tampoco la locura final de mi madre. Fui pobre, padecí frío, hambre, desamor, fui abusado en el orfanato y solo una mano tendida me sacó del pozo… la mano de Adolfo, y ella me condujo a todo lo bueno que de niño y adolescente conocí. No elegí el seminario por vocación aunque entonces no me di cuenta, en la iglesia encontré amigos, un techo, trabajo, comida, me formé, y siempre la figura protectora de Adolfo, y seguí sus pasos hasta el día de su muerte. Quizá sin la masacre hoy sería sacerdote, tal vez el mismo destino me eligiera el camino correcto, porque es el que debía seguir, el caso es que me niego a pensar que para ser feliz debió de suceder aquello, tanto sufrimiento, muerte y horror, prefiero creer que nada tiene que ver con que pudiera llegar a mi verdad.
Yo pensé que era feliz en esa capilla, y sin embargo Dios o el destino tenían otros planes, porque qué de lo contrario hizo que esa mañana yo no estuviera  allí. Sé que si no lo asesinaban en ese momento, si ellos me querían a mí sabiendo que poseía el DVD condenatorio, sabían por lo mismo que Adolfo los denunciaría, en la calle o donde fuere, el resultado sería el mismo, su muerte antes que denunciara, por ello no fui el responsable.
Lo cierto es que el accidente me sacó  violentamente de una vida que no era la mía, y me condujo a decenas de verdades, que en nada tenían que ver con la iglesia, ni con ser sacerdote.
Desde el mismo momento de estar en muerte clínica percibí que el amor me tironeaba hacia este lado del camino, luego en sueños estaba la voz de Guille marcando verdades que conscientemente me negaba a ver, todavía.
Y sí,  Camila tenía razón en esas primeras evaluaciones, quizá mi infancia me condenara de no haber recibido el amparo de Adolfo y de mis compañeros en la iglesia, y los necesité hasta cruzar al amor de mi vida en… el accidente. Un amor que me develó amando a un par, pecado para el mismo Dios al que iba a consagrarme o quizá sea Dios más comprensivo que los hombres. Yo creo en esto último o no me habría regalado la vida que hoy tengo con Guillermo, junto  a tanta gente justamente cuando creí perderlos a todos.
Caminos llenos de tropiezos y adversidades encontré en mi destino, sorteando las malas influencias, y a los que elegí equivocadamente como amigos, heridas aún abiertas encajadas en el alma como espinas, pero yo sigo sembrando rosas en mis pasos por la vida, para un día florecer y avivar la esperanza de ser feliz y encontrarme contigo amor a cada instante de la eternidad.
El tiempo siempre con ventaja, es y seguirá siendo nuestro maestro en cómo llevar la vida, nos educa que hay momentos en que debemos correr y en otras ocasiones caminar pausadamente en dependencia de lo que amerita cada situación. He sido un alumno aventajado, no me quejo por los golpes recibidos, he aprendido a levantar mi autoestima, olvidarme de lo que me hace daño y desterrarlo de mis recuerdos que habitan en las locuras de mi mente, solo doy permiso a las razones y gratificantes momentos que disfruto, esos, los cuales permanecerán en mi memoria por siempre.
Encontrar las respuestas adecuadas a preguntas inteligentes me ha hecho un hombre sabio,  sin miedo al futuro incierto, vivo con intensidad el hoy, pues el mañana no sé qué me deparará, Dios nos regaló la vida, pero también nos buscará para acompañarlo en su reino cuando decida que ya cumplimos nuestra tarea, y eso nunca sabremos cuándo nos tocará.
Vivo cada segundo con intensidad, engaveté bajo llave los !no puedo! Y liberé los  sí puedo,  luché sin miedo y sin descanso por mis sueños, no permití que la rutina frenara la inventiva de crear y ser diferente.
El amor está dentro de nosotros, debemos descubrirlo y saber brindarlo con el corazón abierto y el alma libre de prejuicios, sentir la felicidad es nuestro principal objetivo,  acompañada de su inseparable pareja que es el amor.
Enamórate de alguien que te ame, que te espere, que te comprenda aun en la locura; de alguien que te ayude, que te guíe, que sea tu apoyo, tu esperanza, tú todo. Enamórate de alguien que no te traicione, que sea fiel, que sueñe contigo, que solo piense en ti, en tu rostro, en tu delicadeza. Enamórate de alguien que te espere hasta el final, de alguien que sea lo que tú no elijas, lo que no esperes. Enamórate de alguien que sufra contigo, que ría junto a ti, que seque tus lágrimas, que te abrigue cuando sea necesario, que se alegre con tus alegrías y que te dé fuerzas después de un fracaso. Enamórate de alguien que vuelva a ti después de las peleas, después del desencuentro, de alguien que camine junto a ti, que sea un buen compañero, que respete tus fantasías, tus ilusiones. Enamórate de alguien que te ame. No te enamores del amor, enamórate de alguien que esté enamorado de ti.”
“Amor divino que me has hecho enloquecer,  con el brillo de tus ojos que son luceros al amanecer, tu sonrisa a hecho estragos en mi mente enamorada, y después de ti para mí no hay nada.
No existiría un momento bajo el sol, si pierdo tu amor, no volvería a ver la luna, que como tú solo hay uno, todo perdería el sentido, es por ti que vivo...  mi hombre. Por el amor de un par se pierde el ser, por el amor de un hombre se pierde el nombre,  juntos hemos de prevalecer ya que amar es un placer de hombre y mujer, y por qué no combinar el derecho de amar. Todos tenemos derecho de amar no importa el sexo.
Mi querido amor, hoy te escribo porque me nace hacerlo desde este corazón mío, hoy, él es el que habla y quiere confesarte lo que le haces sentir, quiere recordarte que el tiempo se hace demasiado corto y su latir demasiado grande, no es nada proporcional en mi sentir, y te aseguro que no lo entiendo, cómo es posible, ¿cómo haces que mi cuerpo se estremezca como nunca nadie lo ha hecho?, y eso hace de este amor soñado lo más bello de mi sentir, tú, bésame amor mío, bésame en ese silencio del deseo, bésame con todas tus ansias y entre suspiro y suspiro deja que fluya esa pasión que nos envuelve, bésame vida mía hasta morir en tus deseos, siénteme como si mis caricias habitaran en tu piel, siénteme amor, en cada poro de tu piel, en cada recodo  de tu cuerpo, ahora, cierra tus ojos y siente mis besos en tus labios, son besos cálidos y lentos, esos que tú sueñas en cada noche cuando me esperas.
Como cada noche ahí estaré inventándome sueños y velando los tuyos, dejándote palabras dulces que acaricien tu alma cuando sientas que te hago falta y te mueras de ganas de tenerme, y desees que tu  enamorado te robe un beso y llene tu vida de locura, quiéreme amor mío cuando sientas que necesitas un te quiero.
No te sientas solo amor, porque ahí estaré yo, colgado de las estrellas que cubren tu cielo para llenar tu soledad.
¿Qué día es hoy? Nuestro quinto aniversario de casados. Y te amo más que ayer. Pedro”.

Hoy tanto Guille como yo creemos en finales felices, o en viajes felices porque este amor no tendrá final y es eterno, y ese viaje es estar tranquilos, alegres, sintiéndonos bien con nosotros mismos, sin dramas mayores en la vida, compartiéndola con la persona adecuada, en  salud, la vida nunca va por donde queremos, pero con esto es más que suficiente.

__ ¿Elegirías hacer algo diferente si pudieras volver a empezar, Pedro?
__Puede que sí, puede que no, ¿y tú?
__Puede que todo. Quizá debería haberme esforzado más por salvar mi matrimonio con Silvina, pero la verdad es que antes de saberme gay, ella y yo no queríamos las mismas cosas,  sus gustos me aburrían, los míos no le interesaban. A ella no le importaba si yo lograba la titularidad de la cátedra o mis alumnos, menos si era el mejor penalista, y a mí no me importaba su adoración por la estética o lo superficial, por la vida social, estaba inmerso en mi propia carrera, luego me supe deseando a los hombres, y ya viajaba solo en un tren exprés o en un avión. Ni siquiera me di cuenta de que nadie viajaba conmigo, y seguramente no me habría importado, aunque luego sí importó. Dediqué en lo personal años de vida a salir con todos los tontos del país, y no tiene nada de malo si lo que de verdad quieres es salir con los tontos, pero si lo que en verdad deseas es amar,  en algún momento te caerás de ese tren. Y para el momento del accidente sentía la necesidad de contar con la compañía de alguien en ese tren, que ya no avanzaba tan deprisa, sí avanzaba a buena marcha pero con espacio para alguien más y solo para pocos más. Antes no hubo sitio para nadie permanente que no fuera Fabián, estaba demasiado ocupado. Pero un día te despiertas, y estás solo, y ya no hay nadie en la estación que quiera tomar tu tren. Has estado circulando demasiado deprisa o no paraste en las suficientes estaciones para dejar subir a bordo a alguien más. A veces cuando te das cuenta es demasiado tarde para cambiarlo, y debes envejecer, que no es sencillo ni fácil para nadie en la total soledad. Por suerte frené el ritmo lo suficiente en el accidente,  para no matarte, y para dejarte subir a bordo de mi vida.
No era verdad que no se pueda tenerlo todo, una carrera exitosa y el amor, eso dice la gente envidiosa a quien le molesta la idea, lo cierto es que hoy, lo tengo todo.
__Y yo amor, supongo que mi tren bala iba directamente sin escalas a la iglesia, a ordenarme porque admiraba solo a Adolfo y a Dios, y debí ver esa masacre para saber que estaba montado al tren equivocado, que debía bajar de él, y en verdad me caí de él en el… accidente, y no fue una desgracia sino una suerte porque desperté.
__Ambos hemos pasado la vida esforzándonos al máximo, yo sentía que lo único bueno que había hecho en la vida era concebir a Fabián y cuidarlo, luego hicimos todo lo posible, esa actitud tiene ventajas, llevando al éxito en lo profesional quizá. Sin embargo llega un momento en la vida en que te planteas cuál ha sido el precio de ese frenesí en el tránsito. Y por diferentes razones los dos deseamos frenar el ritmo al momento del accidente, no del todo, solo para mirar alrededor, y redirigir el rumbo, para dejar que el otro subiese al carrusel, y lo hicimos a tiempo mi amor.

“Cinco años han trascurrido desde el casamiento, simple, con poca gente, sin luna de miel.
Y hemos seguido caminando tomados de la mano, tanto es así, que rindiendo libres, y como pudieron Fabi y Pedro son abogados desde diciembre del año pasado. Mi hijo adorando a Camila deseando estar a su lado en la lucha contra la mafia médica, se especializó en la rama civil de daños y perjuicios, orientados a la parte médica y mala praxis, y ha ayudado mucho, tanto como Pedro en la fundación a las víctimas de la mafia de medicamentos.
Pedro en cambio quiso ser penalista y hoy es mi socio, en casa, en la vida y en el estudio.
Aún conservan algunos alumnos de su trabajo previo y colaboran en ayudar a aquellos muchachos.
Muchas veces se rehace una villa en casas decentes mucho antes que la psiquis y el físico abusado. Tal vez Dios o el destino salvara a Pedro y a Gustavo, de terminar como Adolfo o esos chicos de Quesada, lo cierto es que hoy Gustavo, siguiendo a la doctora bonita como le sigue diciendo a Camila estudia medicina y está de novio con una compañera, no le es fácil, Camila temía que no pudiera, algunas secuelas quedaron, pero a paso más lento, lo está haciendo. Las secuelas de violaciones físicas y emocionales del resto a veces impiden la vida normal, esos muchachos en su mayoría siguen en tratamiento, y no tienen relaciones estables, la mayoría, estudia y trabaja en la medida  que puede, aunque no están solos.
El estudio tiene muchos socios hoy, primero se sumó el papá de Camila, y hace poco Pedro y Fabián a Marcos, Gaby y Alberto, que casados y felices me dieron al primer ahijado que tiene tres años, Julio Renzo.
Pedro y yo, en los años transcurridos fuimos construyendo… la casa del Delta, en el Tigre, a la ribera del río, se eleva majestuosa, con sus paredes de ladrillo a la vista y puertas correderas de cristal aluminado con vistas al río, con espaciosas estancias y todo lo que necesitamos. Me puedo dar los dos gustos que amo, cocinar libremente y la jardinería, mientras Pedro disfruta de correr, y de sus deportes a menudo en pareja con Fabián, en canchas de tenis o carreras de natación en la piscina.
Mi hijo y Camila, lejos de todo pronóstico o diferencia de edad trabajan juntos, pasan pegoteados día y noche enamorados como el primer día sin contratos, sin firmas.
Los  Moravia viven juntos, siguen siendo nuestros mejores amigos con la gente del estudio, y cercanos a los hijos, como ellos consideran al mío y su mujer.
Maldonado. Uruguay.

Hago parte de esa inmensa minoría que la inmensa mayoría no comprende, pero vivo inmensamente agradecido por esa inmensa minoría que sí.
Y aunque cargo con la inmensa tristeza de que las personas que más amo pertenezcan a la inmensa mayoría, jamás retrocederé a su bando.
Y además, qué quieres que te diga, hacer parte y pertenecer no es lo mismo, hay una inmensa diferencia.
Hay un inmenso océano de lágrimas entre saber que sos inmenso y aún no haberte percatado de ello. Hay un inmenso silencio entre existir y vivir, y como elegí vivir, lloro y callo ante la inmensa tristeza y soledad de la inmensa mayoría porque no puedo evitar sentirlas inmensamente mías también.
Estoy al borde de un abismo, pinto tu mirada con las acuarelas de mi alma,  tu sonrisa la grabo en el lienzo más bello de un azul suave que cubre mi piel, plasmo las melodías de mis verbos  que solo a ti te pertenecen, como te pertenecen también mis labios cargados de besos, los que llevan tu nombre porque eres mi libro secreto donde desgrano sueños eternos, que viven en mi memoria.
Hoy dejaré vida mía que mi boca se desnude, dejaré que se explaye en su lenguaje, el mismo que usan mis sueños, dejaré para ti cómo poco a poco te has ido convirtiendo en mi yo, en esa luz que alumbraba mis noches de largas charlas donde se disfrazaban los te amo, con un tímido hola, y los besos escritos eran palomas silenciosas que a poco, se iban metiendo en mi alma, y yo, perezosa mariposa me metía en tus sueños que ya eran los míos, donde el desespero de no poder abrazarte, besarte y tocarte se convertía en el más salvaje tormento, y en estos locos y extraños sueños, donde siento que eres parte de mi mundo, le doy puerta a mi soledad.
Sé que en esta noche vendrás a mí,  vida mía, recogerás los besos lentos que para ti guardo y los llevarás a tu lecho, donde en sueños me haces tuyo. Te amo.
Esperé  tanto por sentir tus dedos escribiendo en mi piel, experimenté un cálido cosquilleo que erizaba hasta mis entrañas y deseaba que jamás se terminara el fuego que se iniciaba en mis muslos,  predispuesto se mezclaba con mi sangre y podías oír cómo evolucionaba,  mis pupilas dilatadas, con tu otra mano despojabas el poco pudor que me cubría, dejando la vergüenza en el suelo tendida, dejé  entonces escapar un gemido que guardaba a pesar de morder mis labios hechos agua.
Con ardientes besos como lava te deslizaste, por la curvatura ondulante al final de mi espalda, para sumergirte en ese mar agitado y  antes beber de mis aguas, escuchaba tu boca cual vela derretirse y te dejé dar vida a tus más atrevidos deseos.
La poca lucidez que nos quedaba, quedó enredada en los hilos de pasión que nos hilaban,
mis gemidos de gato apasionado te hacían flagelar mi cuerpo a besos, moviéndonos en la escala musical de tu vigorosa cadera, haciéndome tocar el cielo con cada estallido de infinitas emociones.
Me devuelves a la cama solo para estremecerme con espasmódicos gemidos al irrumpir con fuerza el interior mismo del alma; la luz del día nos sorprende con ansias desveladas y sábanas mojadas, para recordar entonces que cual ave que retorna a su nido tendrás que volar... y yo esperaré aquí en tiempo lento antes que vuelvas a ser mío una vez más.
___

Guille se presentó de improviso. No  oí el sonido de las pisadas embelesado con la fotografía que me daba el mar y el cielo que cambiaba a cada momento cuando de repente un objeto gigantesco había tapado el sol y al alzar la vista supe que me levanté de un salto y me arrojé en los brazos hasta unir los labios en un apasionado beso, tan prolongado al parecer, que personitas de nuestro entorno impacientes, con manitos impertinentes tiraron de nuestras piernas.

__Papi, el caminito _dijo Malena, nuestra princesa, cuatro años y  con su gemelo Bruno, nos vuelven locos de amor.

__Ya amorcito, estaba recibiendo a papá.
De hecho estábamos construyendo caminitos en la arena juntando ostras y piedrecitas.
__Hola mi niña. ¿Me dejas que los ayude?

Malena le entregó de inmediato una concha que Guille colocó con esmero en el camino, ella lo recompensó con una sonrisa cautivadora, mientras Bruno abandonó la pelota corriendo hacia nosotros.
Cada vez que los veo juntos el corazón me da un vuelco de alegría. Nuestros hijos, los que elegimos, los que el destino y Dios nos regalaron a poco de casarnos.
A poco de abrazarnos, las manitas pequeñas pero imperiosas de Malena comienzan siempre a intentar unirse a nosotros.
Cuando vi a Guillermo agacharse a ayudarla, en mi mente se agolparon sentimientos y pensamientos pero la emoción me impidió  ponerlos en palabras. Las tres personas que más amo estaban  allí, aquellas que siempre llevaré en mi corazón y pensé que este me iba a estallar en el pecho. Guille debió adivinar mis pensamientos porque dejó las conchas y alzó la vista.

__Ahora sí formamos una familia. Y les enseñaremos a cantar a este par.
__Ufa. Yo sé cantar _dijo la nena.

__Mentira, yo canto mejor _dijo Bruno.

__Bueno, si es tan fácil como respirar, a ver todos_, sobre el puente de Avignon…
__Amor, tenemos que cocinar.
__No te preocupes, tengo todo listo, hasta el helado.
A ver, pues, ¿qué les gusta más, el choco blanco o negro?
__! Uf! _respondieron a coro esbozando una sonrisa que les robó el corazón.

__Tienes dos rivales, cielito __informó Guille abrazándolos.

__Papás, vamos al agua, ¿vale?
__Está fría, a papá no le agrada.
__Dale, papá.
__Entraré. ¿Llamaron a mamá?
__Sí.
__Bueno, a recoger y guardar los juguetes antes de ir al agua, luego saldremos corriendo y quedarán acá, luego lloran porque se pierden __les mandé.


Transferí mi peso de la roca en que estaba apoyado al amplio tórax de Guille. Ambos permanecimos en silencio, observándolos correr en la playa.

Así es como hubiera sido… Si ella no… No. No debo recordar ese episodio, me dije.
__ ¿Tienes frío amorcito? __murmuró Guille apoyando los labios en mi pelo.

__No. Estaba pensando… __ pero yo no pude terminar la frase.

Guille me abrazó con fuerza.
__Yo también, precioso, pero tenemos esta casa que soñamos hacer cuando en el exilio ocupamos la de Moravia, este momento, y a ellos, y debemos dar las gracias por ellos.

En efecto, una colega de Camila, ya con tres hijos y divorciada, nos alquiló el vientre y donó los óvulos para que hiciéramos la inseminación artificial mixta. El embarazo era de tres, Bruno debió tener una gemela idéntica, pero no siempre la vida es justa, y al momento del parto esa nena, estaba muerta, y solo nacieron vivos ellos, uno de cada uno. La enterramos en la casa, y sus hermanitos como Fabián saben la verdad, la habíamos llamado Maribel.
En momentos como este el recuerdo se cuela en la mente e intenta velar la felicidad que sentimos.
__Male, vamos a comprarte una muñeca. Anoche te dormiste con el peluche que te regaló Cuca y odio los gatos. ¿Cómo la quieres? _interrogó Guille.

__Una princesa de cuentos de hadas con un precioso vestido y una varita mágica, papá.
Guille sentó a la niña en sus rodillas y ella lo miró con expresión solemne e ilusionada, examinó el rostro del padre y sonrió complacida ante lo que veía.
__Mañana iremos por ella.
__De acuerdo _dijo saltando de sus rodillas__.  ¿Vamos a nadar?

Guille emitió un gemido de protesta, pues las aguas le parecían muy frías, pero se levantó y me dio la mano.
__Vamos a nadar, todos.
__El agua está helada, Guille, no te va a gustar  __dije sabiendo que odia que lo cuide tanto.

__Vamos a cambiarnos, ellos nadarán y yo chapotearé  en la orilla si no quiero entrar.
__ Ufa papá, entra, papi siempre lo hace.
__A papi le gusta más que a ustedes, y está acostumbrado. Dejaremos las batas y toallones cerca para salir corriendo y envolvernos, ¿vale?

Cuando  les colocamos los diminutos bañadores a cada uno, me eché a reír mientras los vi caminar hacia el agua, pero a poco de mirar hacia la casa, fui tras ellos, y luego de empaparlos a los tres, enredados, caímos en unos ovillos.

__! Whisky! _gritó Camila__. La familia feliz, sonriendo para la foto.

__Dale papá, sonríe _dijo Fabián abrazando la panza enorme de su mujer, que está embarazada de seis meses, de un varón que desean llamar Guillermo ante la oposición del abuelo por lo que barajamos la idea de Giancarlo Graziani.

__ ¿Listo?
__Hace sol pero el agua está muy fría _protestó Guille.

__ ¿Entran al agua? _les grité.

__No. Vamos al barco _afirmó Fabián, en efecto hemos adquirido entre todos un catamarán familiar.

__ ¿Gaby y Beto con mi ahijado?
__En el barco, pa, ¿vienen?
__No hijo, vayan ustedes, si es que a Camila  no le da vértigos.
__A ti te dan, papá. Bueno, mejor, prepararemos todo para  mañana festejar el aniversario allí, y pasaremos a rescatar de la casa a los hombres de Cami.
En efecto los Moravia ocupan la misma casa del exilio, a pocos kilómetros de la nuestra.
__Pasaremos la noche navegando así festejan solos, si quieres llevamos a los chicos.
__No. Ellos se quedarán con nosotros, vayan hijo.

Nos hemos reído, embarrado, enjuagado, y arropado, entramos corriendo a casa y   fuimos directamente a bañarnos, cuando al fin dimos de comer a los chicos, y jugamos con ellos en el piso del living, hasta que se agotaron, y los llevamos a dormir. Tienen sus habitaciones separadas, con decoración acorde, también en esta casa.

__En el barco,  los hijos y amigos prepararon las comidas y mesones para el día siguiente.

__ Camila, ven, vamos a dormir, amor, llevas horas caminando.
__ ¿Duermes conmigo?
__ ¿Quieres?

Ella asintió con la cabeza y una sonrisa pícara. Quería tenderse con él y sentir el bebé de ambos entre ellos. Quería que Fabián la abrazara. No necesitaba más en el mundo.
Fabián la besó enamorado. Se despojaron despacio de la ropa, y se escabulleron en la ancha cama del camarote, mientras el resto de invitados seguían charlando en cubierta. El cuerpo de Camila como siempre, y pese a que había ganado todo el peso en el último mes a Fabián le parecía precioso, en verdad estaba tan ágil y delgada como siempre pero en el centro tenía la redondez enorme con el bebé de ambos. Cuando Fabián pasó las manos por el vientre notó las patadas.

__ ¿Eso significa que me quiere o que está enojado conmigo? _interrogó.

__Quizás ambas cosas _dijo Camila sonriendo.

A continuación la atrajo hacia sí y la estrechó contra él. Al cabo de un momento comprobó con desespero que la deseaba con todas sus fuerzas, y no era solo deseo carnal… era Amor.
__Lo siento _susurró contra sus largos cabellos que le caían en cascada en los hombros.

_No pasa nada _dijo Camila guiándolo, pero Fabián se apartó de ella aterrado ante la idea de hacerle daño. Camila se volvió, le sonrió y acarició la cara__. No pasa nada __ repitió.

__ ¿No le haremos daño al bebé?
Ella negó con la cabeza y sonrió.
__Está permitido.
Fabián se mostraba muy cauto con ella, pero la deseaba con desesperación. Todo el amor y los sentimientos que llevaba reprimiendo salieron a raudales de su interior y entraron en Camila. Hicieron el amor con ternura, de forma exquisita, sensual y erótica, y al final se olvidaron del bebé y se sumergieron como locos en las profundidades de su mutua pasión. Luego, Fabián se tendió a su lado y la abrazó.

__Te amo, preciosa, pero creo que debemos estar locos haciendo el amor contigo así, estoy algo conmocionado aunque me ha encantado.
__A mí me ha parecido todo muy normal _dijo ella riendo tontamente como una niña.

La risa sonó a él como campanitas en la oscuridad.
__Esta noche no volveré a hacerlo __le advirtió él__, o saldrá nuestro hijo y me pegará.

De hecho el bebé no se había movido mientras hacían el amor. Parecía dormido. Fabián volvió a acariciarla mientras le asaltaba otra oleada de irresistible deseo y faltó a su promesa pocos minutos después.
___

__ ¿Crees que algún día se casarán esos dos?
__ Son felices y se aman, no importa nada más, déjalos Guille.
__A vos no quiero dejarte. Toma tu copa con champagne que al fin es nuestro aniversario, y tenemos mucho por festejar, tu título, nuestro amor, los hijos, nuestro nieto, la vida, que estamos vivos.
__! Feliz quinto aniversario amor!
__ ¡Feliz eternidad juntos, cielito!

Los dos se olvidaron de todo, solo escucharon el sonido del mar y de las respiraciones, se miraron en la enorme cama sintiendo que habían pasado mucho tiempo solo esperando al otro. El anhelo que sentían impidió que se cansara el uno del otro, impulsándolos a hacer el amor durante horas.

Hay ríos, sangre, venas,  golpes y caricias en tus manos, secretos, suspicacias enigmas, que callan más que hablan, entre los roces eléctricos de tus dedos, desgastados en las  líneas del tiempo, esos ríos del destino que fluyen por tus adentros, que riegan sentimientos,  tristezas y contentos, en esa roja sangre que burbujea, te apasiona palpitando en tus arterias, y golpes, golpes, en esas líneas que trazan tus manos. Hay ríos, sangre, venas golpes y caricias en tus manos, que en silencio  me quieren,  que en su mudez y tiempo me acarician  de experiencia.
 Silencio, silencio es la agonía de la soledad,  por eso no callo los te amo, aunque no es siempre malo. Es la sangre derramada cuajada en el tiempo. Es un dios que contempla la misma indiferencia que la multitud. Es un ruego en el desierto.
La muerte que espera en el fin del principio. Es el día que comienza muriendo un poco.
Es morir abundante en  la conclusión del día para soñar el siguiente. Silencio, silencio es el futuro en las aguas de la existencia. El hombre en el mar de las dudas. Es vivir en el océano de la mudez para perecer en el olvido. Es amar con la mirada acariciando con los ojos. Desear y no concluir. Fracasar y perdonar. Una puerta que se cierra. Una ventana que se abre a un paisaje huérfano  en el hospicio de la ciudad. Silencio, silencio es el tiempo que transcurre. La esperanza que no concluye. Una playa en el corazón. Una huella en la arena de la existencia. El latido de la vida que  borra las lágrimas confundidas  que el mar se lleva. Un suspiro en el aire, el viento que empuja, la lluvia en el rostro y el aire de la libertad.
Silencio, silencio es la paz que amenaza la guerra. Las armas que oprimen la calma. La justicia del verdugo. El cementerio que cierra la carne, las flores que lo adornan.
Ángeles sin cielos condenados como las piedras a la eternidad, y huesos, huesos que perdieron  la carne en el injerto de la muerte. Silencio, silencio es el espíritu  atrapado en la piel. El llanto del alma que nadie acoge. Es el horizonte que nadie mira.
La hemorragia de las estrellas en la materia del universo que se abre dilatándose  en mis oídos. Es el infinito de la nada que la carne llena produciendo el silencio.
Vivir en el silencio es morir, y nosotros estamos vivos, abrimos la puerta adecuada.
Tengo las manos  que usurpan tus deseos hurgando por los recovecos  de la piel encendida que gime al paso de los ágiles dedos destapando esa sensualidad  que estuvo adormitada durante los tiempos perdidos entre insomnios y pesadillas,  miedos y temores en las frías madrugadas que se alargaron demasiado, tibieza al pasar lentamente despertando los poros tiñéndolos de ganas lujuriosas que recorren los caminos plagados de besos constantes, mojando y empapando la intimidad a sabiendas que enloquecerás de placer en un continuo transitar por los mares escondidos que se desbordan de ansiedad ante la arremetida del intruso que llegó para quedarse en las comisuras de tu cuerpo tembloroso, esas son mis manos cariño mío,  quieres que sigan causando estragos,  prefieres que moldeen tu erotismo innato.
Cierra los ojos y siénteme. Déjate asaltar por mi boca y muéstrale a mis labios esos lugares favoritos. Deja que pruebe tu piel de la cabeza a los pies sin olvidar ni un rincón. Que mi lengua codiciosa explore su suavidad hasta hacerte estremecer. Vorágine de sensaciones con mis  labios pecadores deseo en ti despertar. Y morder, lamer y besar entre silencio y suspiro hasta saciar tus ansias.  Abre los ojos,  y entonces… ¡Tómame!
__Tú no estás, y el silencio se transforma en el más fuerte de los ruidos. Y quiero morir, aun antes que la misma vida me mate, sin empezar a vivir sumido en el triste recuerdo frio de mi verbo que se muere antes de nacer.
Y llegas tú, como el rojo y tibio sol del ocaso, y recorres mi piel. Y el silencio se hace verbo, murmullos y grito, en una prisa y mis penurias sintiendo la urgencia de amarte y poseerte, entre los silencios y lujurias. La luna murmura, toda mi ternura, en tu espalda desnuda.
Te amo como aman los abismos azules a la brisa perfumada de los vientos ilusionado en tus amores prohibidos, en sus noches de lujurias y desvelos. Tu continente es un cristal ardiente, que enturbia mis cimientes. Dulcemente tus manos me desnudan y te desnudo, en tibias penumbras te posesionas de mi cuerpo y piel y siento tu tibio aliento, y tu premura.
Poseerte es abrir los ojos y beber el universo por mis pupilas. Siento que ingreso a una constelación de estrellas, que fluyen como fuego mientras anudo luciérnagas que iluminen tu piel, bebiéndome mis sueños.
Hoy, aunque estés a mi lado, más te extraño y más te amo. Porque te quedas, ardiente y quieto entre mis brazos, y sorbo de tu boca una caricia loca de amor que perturba, apasiona y entrega que provocas. Tu sed de amar, desata una tempestad de impudicia en mi alma.
Tu cuerpo desnudo y de brisa se vuelve de fuego, tus manos lava ardiente cuando trasmutas a un demonio angelical, y tomo tu cuerpo para siempre. Mi boca se estrella placentera, entre los botones de tu pecho. Cuando el paraíso tibio de tus curvas forman, lujuriosas, cuerpo y vientre en infinito gozo, placer hecho gemido ardiente, te entrego mis simientes.
Sólo somos dos almas en una, fusionadas por el amor. Mi pasión late contra tu deseo  como en un paraíso perdido, sin olvidos  entre el vértigo fogoso del éxtasis extremo, entre espejismos consentidos. En la vigilia tibia del alba, caminas desnudo con tu pecho turgente. El sol sonroja tus curvas de un dios, ilumina tu sonrisa y tus ojos de cielo, revive el deseo de beberte, como sediento a un dulce oasis en el desierto.
Apasionados, comenzamos otra vez, para que nunca se termine.
Será un amor de caricias de brisa, pasión, como si así hubiera sido siempre el gozo lujurioso de amarte hasta con mis huesos, entre alientos ardientes. Me enamoré del sabor dulce de tu ombligo. No te vayas, quédate siempre conmigo. Y olvídate, de nuestro amor prohibido.
Y te invito…  No a una cena pero sí a un desayuno, la intención sabes es pura, es buena
y seducción esta vez no insinúo. Quiero el inicio, no el fin de otro ciclo quiero contigo la luz,  no lo oscuro, se verán tus formas igual de bonitas y sin par, de adorar tus maneras.
Quiero contigo empezar el camino y en él al final encontrar un destino, sabes no eres para un poco de vino,  serás esta vez mi refresco y eterno. Te invito a mi vida en este comienzo,
para  que al irse el sol no sea deprimente,   ven cambia mi suerte que aún es temprano,  ven llega y a tiempo  luego es tarde. Deseo saber que tú eres mío,  y reafirmarlo a cada minuto de mi vida con un beso, una palabra o una caricia. Si esto te parece demasiado, ¡dímelo ahora!, porque yo  no estoy pidiendo nada  que no pueda darte; cuando se me desborda el alma,  con tan solo mirarte. Quiero recorrer  los rincones más íntimos de tu ser, para pasearme por ellos sin ningún impedimento.
Mírame a los ojos con esa dulzura inconmensurable que derraman tus pupilas e invádeme con metáforas, esparciendo entre rimas el aroma que atesoras.
Ámame con deseo y vehemencia a cada verbo y llévame a esos paraísos celestes que solo tú conoces. Sumérgeme en el eterno frenesí de tus palabras, y trasládame por los derroteros existencialistas de tu pensamiento, en una conjunción perfecta donde el ritmo que imprimas simbolice la dicotomía lírica de tus cantares, donde tu mente no sepa distinguir la realidad de la ficción y me transmitas ese juego pasional, para que pueda perderme en el espacio eterno de tus composiciones.

__Ven acuéstate a mi lado, despiértame con un beso, hazme suspirar  desde lo más profundo  de mi alma.  Ven, acuéstate a mi lado, acaríciame,  y deja las huellas  de tus manos en mi piel
y en cada rincón  de mi cuerpo.  Ven, acuéstate a mi lado  y ámame  hasta que nuestros cuerpos  se fundan en un solo ser, hazme el amor  hasta que el sexo  se muera de celos.  Ven acuéstate a mi lado, ven y amémonos  y te aseguro que sentirás  un mar de emociones.  Ven acuéstate a mi lado  que mi alma sepa  que jamás un adiós habrá.  Ven, acuéstate a mi lado que ansioso estoy  por hacerte el amor.
Hoy he vuelto a encontrarme al margen del perfil,  figura de tus besos,  esa ingenua malicia de tus labios, que se enraíza en el abrigo de mis sueños.
Cuando beso tu boca me imagino tocar las fronteras del universo;  desde ahí van surgiendo los verbos al compás de tus labios divinos. Así escalo tu galaxia, con el sino de probar de tus labios los besos, ese dulce fulgor de los sueños que me llevan a tu universo infinito.
Cuando abordo tus labios ya poseo  la frescura,  el alma diferente y  todas las esencias conocidas, tiemblan fieles dentro de mi mente. Y con esa dulzura por trofeo avanzo en mi aventura de poseerte cruzando el portal de mis otras vidas para embriagarme en tus labios ardientes. Brillo perfecto de tus sensuales labios fulgor de tu cuerpo de las mil fantasías.
Buscando aromas de otras briznas me encontré el manantial de tus caricias.
Si me regalas de tus sonrisas te entregaré de mis caricias que en tu piel harán  tatuajes  y al corazón serán precisas. Dame la felicidad que ocultas que la voy a avivar a verbos con los ratos más dichosos que a tu lado amor exultas. Incítame con todo el descaro  que me inculcan tus luceros en esa cálida vereda de Eros donde mis actos te declaro.
Presta la miel de tu mirada  a estos ojos que te aclaman para ser bordado en lienzo.
En mi palma serás la rosa  que cada día resplandece  y recibe todo lo que merece para irradiar tan hermoso. Sos la luz que más brilla desde el alba hasta su ocaso y en su sol yo tanto abrazo el precipicio de mi barbilla. Y si me das de esa cortesía  yo te prometo darte mi vida y la tuya con la mía coincida para rendirnos en pleitesía. Pídeme aquello que deseas  que  otorgaré a manos llenas, al día y noche serán amenas y así va a ser cuando me poseas.
En un momento de la noche me vi completamente desnudo entre tus brazos, entre tus besos y caricias, entre tus palabras de amor. Te aferrabas a mi cuerpo con tantas ganas como no queriendo separarte de mí,  ahí estábamos, desnudos, excitados, extasiados con miradas brillantes, llenas de lujuria, con el corazón latiendo en sus límites.
Te acercaste lento y cadenciosamente, moviendo tus caderas al paso de mi respiración, ámame, dijiste, toma mi piel, mi cuerpo. Hazme tuyo. Y sin más, te arrojaste a mí sin ninguna duda y  me encontré  explorando tu cuerpo, recorriendo cada parte, cada rincón. Navegando en un vaivén sobre tus caderas, embriagándome con el vino prohibido de tu ser, maravillosa noche, maravilloso sueño. Te hice el amor como nunca antes lo hice, te hice el amor como nunca antes te lo hicieron. Te entregaste como jamás lo hiciste. Eras mío, ya no eras de nadie, ni de vos. Me llevaste a los confines del placer,  sos simplemente mi  hombre y esposo.
Desperté y, aún siento tu calor sobre mi piel, aún tengo el sabor de tu manantial, las huellas de tus manos en mi espalda y  aunque parezca increíble, aún te estoy haciendo el amor.
__Estuve allí, en tu pecho, dormitando y soñando despierto o quizá viviendo un sueño a tu lado, entregado a ti y tú a mí, descubriendo el cosmos dentro de ti, entre tu pecho y tu vientre palpitantes.
Estuve allí, en tus ojos, recreándome con tu mirada, adentrándome en tus pupilas que de amaneceres me invitan a disfrutar día a día, a reencontrarte noche a noche y desdibujarme en ellos.
Estuve allí, en tus manos, caminando alegre y extasiado, con tu mano en la mía, con mis pasos firmes hasta alcanzar la belleza de un atardecer junto a ti, abrazado a ti, abrazado a mí.
Estuve allí, en tus labios, bebiendo de la dulzura de tu boca, devorándolos con avidez, descubriendo el todo entre ellos, deleitándome con su fuego que no quema pero encienden en mí la hoguera.
Estuve allí, en tu cuerpo, recorriendo cada rincón sobre él, piel con piel nuestros cuerpos enlazados, saciando mis deseos de ti, amando poro a poro su extensión plena, erotizando cada vello de tu piel que estremecida de placer me invitaba a volar a las estrellas.
Estuve allí contigo para nunca regresar de nuevo, para quedarme en ti, para habitarte todo y
sucumbir a tus encantos y pasiones.
La luz tenue, un suave olor que me recuerda a ti, ese tu perfume de jazmín y miel. Allí te veo, de espaldas a mí, esa bella y sensual espalda que conozco tan bien que podría decir cuántos poros hay en ella, podría decir cuántas veces mis manos la cubren entera, cuantos besos necesito para abarcarla total y completa. Y te tomo de la cintura, y tu brazo me rodea por detrás de mi cabeza, y mi boca va al encuentro de tu cuello, del lóbulo de tus  orejas, y mi otra mano recorre lentamente tu espalda desnuda, fragante, delicada, excitante. Mis labios tatúan mil besos en tu erizado cuello, y tu mano aprisiona mi cabello fuertemente, siento tu pecho agitado, siento mi alma unida a la tuya, y mis dedos recorren cada centímetro de la suave y hermosa piel que cubre aquella parte de tu cuerpo que no puedes mirar por ti mismo y que me enloquece, te erizas, al roce de mis dedos, te erizas, al toque de mis labios, te erizas, te beso, los labios te beso y mi pecho retumba en tu espalda, me acercas a ti, te cubro de caricias que te hacen suspirar, que te hacen estremecer, mientras yo... yo pierdo la cordura cada vez más, tu fragancia de jazmín y miel se mezcla con el aroma de nuestros sudores que nos cubren cada vez más, no quiero dejar de besar y acariciar tu espalda, palmo a palmo la cubren mis labios y manos, entre temblores y suspiros, entre mis roces y tus suaves gemidos, entre lo sublime y lo mundano, nos entregamos a nuestros sentires, a nuestra pasión, a nuestro amor. Y así terminamos unidos al alba, devorándonos a besos, amándonos hasta despertar al sol que nos descubre abrazados sobre la cama y vestidos de Edén y llenos de felicidad infinita. Es que descubrí que la gloria comienza mirando en la penumbra la desnudez de tu espalda, que la delgada línea entre la razón y la locura se desdibuja cuando beso y acaricio tu cuello y espalda.

“No hace falta esforzarse para vivir, es innecesario luchar contra los elementos que solo se ven así cuando se está sumergido en el ojo de la tormenta pero que desde la cima de la montaña se convierten en un espectáculo asombroso, ajeno a cualquier crítica, pensamiento o tristeza. La vida se encarga de llevar como la mejor madre a quien a ella se entrega en plena confianza, a quien se dedica a leer sus renglones escritos con letra de puro amor, a quien, desnudo de todo, bebe su alimento, escucha su latido y acompasa su existir a tan hermoso ritmo.
Las pocas veces que así algo me hizo darme cuenta recibí lo mejor: tranquilidad, calma, paz, mi Amor.
Goethe tenía razón, cómo no: si tuviese que vivir un solo minuto siguiendo lo que ese falso interior me ofrece como si fuese yo mismo, jamás podría haber siquiera escrito esto. Saberlo es destruirlo, dejar de ver la película y contemplar la pantalla donde se representa la obra.
Todo lo que creemos que nos falta ya está aquí. Todos los problemas surgen de el falso control que creemos tener. Toda la maravilla solo espera la más completa rendición para mostrarse. Tanto buscar lo que siempre estuvo aquí.
No tengo que sentir ausencia de mi alma para escribir, solo tengo que llenarme de tu presencia para ser feliz, solo tengo que abrigarme de tu voz, de tu risa, y hasta de tu silencio para vivir.
No tengo que acordarme que vives  cerca o lejos, y yo, en este pedacito de tierra, donde  espero verte llegar, y abrazarnos en besos, y hablarnos en lágrimas, y fundirnos en alientos desesperados de vivir este amor.
Te espero, con todos los te amo de ayeres sin nombre, con estos te amo de este instante, con los otros te amo, que todavía no han pronunciado mis labios, y todos aquellos que mis manos del alma, no han escrito ni publicado en el firmamento.
Te Amo, siempre con esta necesidad imperiosa, de hacerte feliz, de que tus sentimientos sonrían, que fluya en ti, el verbo amar, como fluye la vida, cada vez que nuestro corazón, hace su ejercicio milagroso de bombear sangre y pasión en nuestro ser. Así te amo, Pedro.

__
Yacíamos envueltos abrazados cada uno en el aroma del otro, suspirando jugueteando con el vello del pecho, y más tarde de nuevo estábamos bañados en sudor y en el resplandor de la luna.
En medio habíamos ido a ver a los chicos, dormían en paz, seguros, tranquilos, con las piernas encogidas abrazados a sí mismos. Y nos quedamos contemplándolos, como memorizando sus rasgos antes de regresar a nuestra cama.

__! Feliz quinto aniversario y por tantos más cielito, te amo!
__!Felicidades, amor de mi vida! Soy feliz por haber hallado el amor capaz de soportar todos los embates, y hoy sé que es eterno. Un amor sin final.

De pronto nos reíamos, todo parecía una tontería, nada importaba excepto nosotros y el amor, e hicimos el amor como adolescentes, festejando el valor de esperarnos, y la suerte o la jugada de Dios necesaria para reencontrarnos en… “el accidente”.

FIN.
Gracias a las lectoras que por tres años siguieron… ACCIDENTE.
Gracias especiales a los personajes que pertenecen a Pol_ ka y sus guionistas.
Gracias. Alicia. Belén. Sol. Norma  y a todas las Guilledras que pasaron por acá.
Hechos y personajes son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Lenguaje adulto. Escenas Explícitas.
Ficción sin fines de lucro.


13 comentarios:

  1. Isabel Bonilla Es maravilloso, gracias amiga.

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  2. Silvia Bella con un maravilloso sentimiento que llega al corazón.
    Gracias por ese placer de leerte 🐺

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  3. NORMA, GUAU, CUÁNTO SUFRIERON PERO VALIÓ LA PENA, GRACIAS EVE. ME ENCANTÓ.

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  5. Què maravilla Eve...Gracias por esta belleza que es Accidente, una historia distinta que conmueve y emociona y que tiene siempre el denominador común del amor inmenso y eterno de Guillermo y Pedro...

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  6. Sol Urvino Dos verdades me resuenan. El amor no es un plan, y nadie sabe ni entiende lo que hacemos o somos capaces de hacer por el, solo se ve el anillo. GRACIAS, QUERIDA EVE.

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