sábado, 25 de agosto de 2018

“NO SOY YO”. CAPÍTULO QUINCE.



"El tiempo se estira como un pedazo de goma, entonces Pierre tiende los brazos y apresa a Michèle, se alza hasta ella y la besa profundamente, busca sus senos bajo la blusa, la oye gemir y también gime besándola, ven, ven ahora, tratando de alzarla en vilo (hay quince peldaños y una puerta a la derecha), oyendo la queja de Michèle, su protesta inútil, se endereza teniéndola en los brazos, incapaz de esperar más, ahora, en este mismo momento, de nada valdrá que quiera aferrarse a la bola de vidrio, al pasamanos (pero no hay ninguna bola de vidrio en el pasamanos), lo mismo ha de llevarla arriba y entonces como a una perra, todo él es un nudo de músculos, como la perra que es, para que aprenda, oh Michèle, oh mi amor, no llores así, no estés triste, amor mío, no me dejes caer de nuevo en ese pozo negro, cómo he podido pensar eso, no llores, Michèle.
—Déjame —dice Michèle en voz baja, luchando por soltarse. Acaba de rechazarlo, lo mira un instante como si no fuera él y corre fuera del salón, cierra la puerta de la cocina, se oye girar una llave, Bobby ladra en el jardín.
El espejo le muestra a Pierre una cara lisa, inexpresiva, unos brazos que cuelgan como trapos, un faldón de la camisa por fuera del pantalón. Mecánicamente se arregla las ropas, siempre mirándose en su reflejo. Tiene tan apretada la garganta que el coñac le quema la boca, negándose a pasar, hasta que se obliga y sigue bebiendo de la botella, un trago interminable. Bobby ha dejado de ladrar, hay un silencio de siesta, la luz en el pabellón es cada vez más verdosa. Con un cigarrillo entre los labios resecos sale al porche, baja al jardín, pasa al lado de la moto y va hacia los fondos. Huele a zumbido de abejas, a colchón de agujas de pino, y ahora Bobby se ha puesto a ladrar entre los árboles, le ladra a él, de repente se ha puesto a gruñir y a ladrar sin acercarse a él, cada vez más cerca y a él."
Julio Cortázar / Las Armas Secretas, fragmento.
Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos. Roberto Juarroz.
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“NO SOY YO”. CAPÍTULO QUINCE.

Malena miró al  padre con cara de pocos amigos.
__Ve __le dijo Guillermo con firmeza.

La niña puso los ojos en blanco… y siguió a Bruno, mientras…   antes que Guillermo se colocara de nuevo los  anteojos, Pedro lograba ver esos ojos hechiceros.
Parecían cansados, tristes y un poco abrumados. Pero también había visto la alegría más pura en esos pozos que invitaban a zambullirse en ellos sin saber dónde estaba el fondo… al mirar a su hijo. Y en ese momento había visto una parte de él cuya existencia desconocía. En ese momento, Guillermo… le había desnudado su alma.
¿Como él quizás en la casa al ver la primera vez a Malena?
Trampa mortal  son tus ojos, Guille. Con una mirada, atrapaste mi corazón condenaste a mi alma, dulce hechizo de tu mirar. Mírame una y otra vez que tu mirada me da luz  y me da vida.
Tu mirada me infunde la llama del amor, amor que me ha dado feliz despertar.
No sé qué haría ahora  si algún día  me faltara tu mirar; tu mirada me hechiza  y me atrapa.
Mirada clara, transparente que me llena de ilusión,  de pasión. Mirada que enloquece,
mirada que perturba, que domina mi voluntad y me hace temblar. Todo lo lees y lo dices en ella. Mirada que se apodera de mis días  y de mis noches. Mirada que se apodera mi ser, mirada que se apodera de mi alma. Viviré eternamente prisionero bajo  el hechizo de tu mirada.

_ ¿Por qué te colocas los anteojos y evades mi mirada? __preguntó Pedro.

__Me duele mirarte y no verme reflejado como antes en la tuya, además también los usas _respondió Guillermo sin volverse.

__ ¿Empiezas a odiarme?
__Pedro, llevo tantos años amándote que creo que lo hago desde eones, no podría jamás dejar de amarte.
__Guillermo, dame tiempo. ¿Sabes lo que es no saber ni quién soy? Ustedes y las pruebas dicen que soy Pedro, mi documento y lo que recuerdo dicen que soy Gastón.

Guillermo no respondió.
__ Agustín me hará ver a mis padres, debo hacer las pruebas con ellos, y supongo que me pedirás que cambie los papeles.
__Pedro, no necesito pruebas, te lo dije, y sí, quiero que se rehagan los documentos de los chicos, y te aseguro que ese apellido que ella te inventó no irá en los de ellos. Puedo  esperar a que veas a tus padres.
__Agustín quiere que me vean médicos de acá, conocidos por ustedes.
__Me parece bien.
__Guille, ¿me ayudarás? Yo ya sé que Gaby es mi abogada, pero el tema de lo que hizo Camila creo que la supera, ella no es penalista y tú eres el mejor. Si todo lo que opinan ustedes es así, ella no pudo estar sola en lo que me hizo, y ni siquiera sé qué me hizo.
__No lo sé, Pedro. No sé si pueda hacerme cargo de la investigación, a ella la odio, y a vos te amo, no creo poder ser objetivo.
__Guille, por favor, eres el mejor. No sé qué hacer, ni por dónde empezar, lo que traje de Chile debe de ser todo falso.
__Supongo que sí. Pedro, ahora lo único que importa es que los chicos no sufran y empiecen a adaptarse, el resto ya lo iremos viendo, sí creo que tienes que ver médicos, tu hermano puede ayudarte. Luego, es todo muy complejo, supongo que hay que comenzar por ese dichoso instante en que te dejé en el aeropuerto, y nunca subiste a ese avión, sin tus recuerdos nada será fácil.
¿A dónde está Daniela?
__En casa, bueno, al menos se llama así.
__Quiero  avisarte que la citaré al estudio, necesito que diga la verdad sobre los chicos y los partos, supongo que si mintió fue por Camila, que con ella muerta dirá la verdad.
__ ¿Crees necesario que vaya al estudio? ¿No  quieres verla en casa antes?
__No quiero arriesgarme a que vuelva a mentir, lo siento, Pedro. Ella pudo buscarme en estos años, no perdió la memoria como vos, y si no lo hizo es que era cómplice de Camila, necesito estar seguro de que no tenemos más hijos por allí, si en verdad los gemelos idénticos de ellos murieron quiero saber dónde están.
__Supongo que va a hablar, al menos a mí me dijo algo de la verdad al morir Camila, temía que la alejara de Bruno, ahora al saber de Malena, menos querrá perderlos de vista, pero ella dijo que eran tres.
__Miente, o tal vez cree que eran tres, Pedro, es tan macabro lo que hizo Camila, que no logro llegar a verlo todo.
__Lo sé. Perdón.
__No me pidas perdón. Me enojo, estoy enojado con ella, con la vida…  pero en el fondo sé que nada es tu culpa, entiende que cuando recién te recuperaba volví a perderte, que se fue mi amor sin darme cuenta siquiera.
La primera vez, luego de saberte vivo, pensé que la amabas a ella. Y me castigué por meses, yo no había sido un santo.
Se ha ido el amor por el cual yo respiraba,  me repetí miles de veces, ese hombre que llenaba mi vida entera, aquel que cambió las angustias por anhelos y las lágrimas por hermosas sonrisas. Se fue de mi lado porque no supe quererlo, porque mi amor fue ambicioso y enfermo, porque no me bastó un estruendoso silencio, y en mi afán ambicionaba un te amo completo. Necesitaba las noches frías entre sus brazos, cobijarme con la dulzura de sus besos tibios, alimentarme de los destellos de su mirada cuando caminaba tranquilo cada mañana.
Le pedía me cubriera "no de diamantes" si no de frases de amor como lo hacía antes, le rogaba no se fuera sin darme un beso  acompañado de una caricia en mi cabello. Fue tanta mi ambición y enfermedad por él que terminé muriendo de soledad a su lado, fue inquebrantable su coraza de hierro  que mi corazón se cansó de protegerlo.
Lo amé pensando que mi amor bastaría para alcanzar juntos las estrellas del cielo, y fue tan duro el golpe certero a mis deseos que terminé por él, llorando en el suelo. Y sí, fui así, antes no supe amar a nadie, y con vos era posesivo y celoso, llegaba a ser enfermo, y pensé que te había cansado, pero no, también habías perdido la memoria y ella te manipuló, creíste que era tu mujer, te separaste y a los meses, nos vimos, y tu cuerpo me recordó.
Y ahora que ni siquiera eso me queda…   me embriagaría de tu cuerpo hasta ahogarme en las mieles de tu piel seductora, conectando con tus intimidades y derrotando tus temores, dejando fluir tus deseos pasionales aún guardados por las dudas.
Te abrazaría eternamente, mi amor,  donde ocupara un espacio profundo en tu alma, tu corazón expande fantasías dominando a los invitados indeseados del recuerdo. Y yo en mi mundo erupcionado por el misterio de amarte quisiera hundirme de placer en un mar de lava que me quemara transformándome en un volcán sin descanso. Y vos te has convertido en mi vicio, drogado estoy de amor, adicto sin salida a las tentaciones más exquisitas de tu sensualidad a la hora de amarnos. Me emancipas como tu esclavo, me dejo llevar por tus instintos de conquistador, donde me siento como rey en su trono, esperando cada noche la llegada de su par. Este amor que se apodera de mí a cada instante del tiempo estará por siempre encendido como una hoguera en las entrañas de mi loco corazón. ¿Entiendes? ¿Entiendes por qué ni siquiera te miro?
Mis ansias por vos me desesperan. Apenas puedo dormir, siempre estás presente en mi mente
y estoy  iracundo  por tu amor porque en mis sueños solo estás vos.
Abrazar mi almohada es sentir un abrazo tuyo, mirar la ventana es esperar a través de ella tu mirada y mi alma simplemente te reclama porque sos el hombre que me ama aun sin recuerdos. Grito en la noche para que estés junto a mí, mis impulsos no se detienen por vos y desespero por tener que esperar en las frías sábanas donde te he  entregado mi amor y hasta mi alma. En el lado de tu almohada dejo siempre una roja rosa, porque no sé si te fuiste para siempre o si algún día volverás, esa rosa es por si algún día regresas que sepas que mi amor puedes volver a abrazar.
Son  tantos los recuerdos y mi necesidad que mis labios solo piensan en besarte, mis brazos solo desean poseerte en ellos y hasta el cielo con tu presencia se tiñe de rojo pasión.
Deshojar los pétalos de esa rosa es volverme loco por sentir desnudarte, me das tus apasionados besos en la boca y mi cuerpo se estremece porque me provocas. Entre estas ardientes y frías sábanas, mis exaltadas manos se han sofocado por tu cuerpo y han sentido la saciedad de nuestro amor, por eso es tanta mi necesidad porque necesito amar.
Hoy desperté con los labios secos de besarte, con el aroma de tu piel en mi nariz, sintiendo en mis manos tu  pecho tibio y ruborizado y supe que era un sueño y cerré los ojos para no despertar, Pedro, ¿sabes lo que es amar y recordarlo todo?
Hoy desperté con un hambre infinita de tocarte, de morder tu cuello, de arañarte, de ser tu amante más salvaje y más tierno, de dejarte escrita mi historia a besos en tu piel.
 Hoy desperté con la imagen de tu espalda tatuada en mis ojos, con la sensación de tu cabello en mis manos y tu  sonrisa jadeante taladrando mis oídos.
Hoy desperté...  y carajo, no quería hacerlo porque me regalé con vos en mi sueño, porque te entregaste a mí sin miedo, porque por un instante fui tu dueño. Hoy desperté pero seguiré soñando, para cuando el sueño me alcance seguirte amando.
Los veranos para mí son mágicos, mágicos porque no percibo cómo trascurre en su orilla el tiempo, en silencio, se pierden mis ojos en esa lejanía de su horizonte de un mar azul, en el que se me ocurre ponerme a escribir en el aire, sobre esa línea que separa el mar y el cielo, como tantas veces siempre, son  mis te amo… para vos, vuela mi imaginación con etéreas alas invisibles, buscando tus ojos en esas aguas hasta encontrarse con ellos bajo la piel de las olas, ellas, en baja voz, te susurran un te amo vida mía.
Encarcelado me encuentro por este sentimiento que habita en mi memoria, hechizado vivo por tu mirada,  vivo preso  por un sueño, viajo cada día a ese lugar al que sé que vendrás a buscarme mi amor, bajo la piel de este nuestro cielo, el mismo que nos cubre en nuestro vivir.
El agua se lleva mis suspiros al soñarte, mis ilusiones, y mis sueños, se lleva al caer la tarde todo lo que habita en este corazón mío, un mundo, solo mío, en el que solo habita el silencio de las profundidades, del mar que mis ojos gravan para llevarte conmigo en mis sueños inventados en su orilla, no necesito nada más.
Sería capaz vida mía de cruzar esa invisible línea de azul de mar si vos estuvieras en la otra orilla, podría revelarte todo sentimiento en total plenitud, poniendo al mar como testigo de mi amor eterno.
El amor comienza y termina en la boca: al principio, un beso; al final, un bostezo. No, lo cierto es que, quizá  rozamos por un instante un mundo tan intenso con el que jamás volveremos a encontrarnos. Pasamos juntos esos años, pero nuestras convicciones eran tan diferentes, que ahora, recordamos diferentes pasados, el amor empieza con una sonrisa, crece con un beso y termina con una lágrima, al menos es lo que creo ahora. Y sin embargo te miro y despiertas de nuevo todo en mí.  Despiertas en mí el deseo de tenerte en mis brazos, el deseo de tocar tu piel y palpar tu cuerpo y el deseo de pasar mis manos y enredar tu cabello. El deseo de sentir de mi cuerpo el cual me grita exclamándome  que te necesita y que tiene ansias, el sentir cómo la ropa se desprende y cómo me desnudas sin palparme mientras te devoro con la mirada. Despiertas en mí el olor de la fragancia de tu cuerpo, al verte como  esposo encelado donde la esencia de mi ser me implora que nuestros cuerpos están listos para la consumación del amor. Despiertas en mí el  mirar tu ardiente cuerpo, detenerme en el brillo de tus ojos que brillan ansiosos  de deseo, acercándote como fiera en celo y haciéndome crecer mis deseos de poder tenerte en mis brazos, la codicia de palpar todo tu cuerpo, sentir cómo te estremeces ante mis zalamerías, sentir cómo se desembucha y me inunda el perfume de tu intimidad.
Esa intimidad que sin palabras y solamente con nuestras miradas, nos entregamos con la pasión,  la que nos ha provocado.
Pedro, vengo huyendo de pedirte que seas mío, de suplicarte un beso que te ponga a prueba,  vengo huyendo  de los territorios estériles  en otros brazos donde no te encontré, los hubo, y no hallé nada  de comer, nada de beber de los territorios oscuros aquellos en donde no hallé nada de luz, nada de color, de los territorios fríos  aquellos en donde no percibí  nada de calor, nada de ardor, de los territorios insensibles  aquellos en donde no sentí  nada de sabor, nada de olor, de los territorios tristes  en donde no mostré nada de humor,  nada de amor excepto para los chicos. Y te encuentro tras siglos de deambular el desierto en esa postura tan inocente y hermosa que me parece tan pura y portentosa diciéndome “no soy yo” y siendo tan mío. Permíteme que me arrodille ante vos y me acerque a esa maravilla del universo,  tu delicado, bello y adorado sexo  y allí deposite mi beso, déjame que te acaricie dulcemente abierto y tocando con mi ansiosa boca a esa secreta y deliciosa puerta  intente volverte loco, aplaca mi sed desde tu fuente umbría, pídeme que te tome por tu voluptuosa pierna  y metiendo mi encendido mástil erecto en ese profundo y húmedo túnel suave  amorosamente te penetre.
¿Quieres ser el territorio en donde los dos  quedemos enlazados en el uno para siempre  hallando nuestro Edén por la eternidad luego de haber deambulado desorientados en manos ajenas? ¿Quieres volver a intentar reconocerme con la memoria de tu cuerpo y no de tu mente y hallar en él y por él la felicidad en un loco ritual de amor?
Tu boca sobre la mía… Humedad de cálidos besos que seducen y reclaman todo,  alma, corazón y cuerpos. Tus manos sobre mi piel, hábiles, posesivas, persuasivas que recorren cada rincón con lujuriosa lascivia, tu umbría o la mía penetrando cada recoveco del alma, ¿quieres?
 Quizá tu cuerpo  demuestre  que me amas,  deseas y necesitas con igual desesperación que mi corazón palpita. Te deslizas dentro de mí… Cuerpo y alma fundidos. Mágico ritual de amor y deseos compartidos.
__ Guille, yo… Yo daría toda mi alma por estar a tu lado, yo daría mis sueños por estar junto a ti, pero el tiempo tiene algo de cruel y malvado, que cada día te siento  muy lejos de mí. Quisiera poder gritar que sí, que quiero probarlo todo, quisiera.
Con el calor de mi cuerpo quiero hacerte delirar, envolverte entre mis sábanas, una noche de pasión, al sentir tú mis caricias, sé que no podrás soportar, pues ellas te harán sentir   ansiedades en el corazón. Ven esta noche por favor, dejaré la puerta abierta, mi alma estará desnuda, no tardes tú en llegar, no creas que he  olvidado  o que tengo el alma muerta, siento yo ese deseo, de volver de nuevo a amar. Yo te estaré esperando antes que llegue el olvido,
sé que es una gran distancia lo que vas a recorrer, pero si tú eres consciente y hoy tú has preferido, hacer tus sueños conmigo, es bueno tu parecer.
Ya no quiero más sufrir, ha sufrido mucho mi alma, las noches fueron tan frías, que no las quiero recordar, ven por favor te pido, ven pero con mucha calma, mis sábanas te están esperando y no te vas a lamentar. Nuestro amor fue siempre bello, como el gran amanecer,
como esas noches de antaño, que vivimos al caminar, mis recuerdos están vivos contigo han de fenecer, no tardes pues en llegar, que tengo ansias de amar. No sabes cómo quisiera gritarte que sí, pero me muero de miedo, porque si mi cuerpo no te recuerda, hoy sería el fin de todo.
__Entendí, seguiré soñándote en los senderos de mis insomnios. Cuando tienes insomnio, adherida a él va una espuma transparente que posee una fuerza que te aísla de lo cotidiano y te lleva a sentir la soledad, esa que empequeñece al hombre.
Das continuas vueltas, buscas la música y viajas a través de ella, pero no te calma. Va decayendo tu ánimo, y visualizas la sucesión de las olas para poder intentar serenarte y dejas levantando la cara, que te acaricie la suave brisa que por allí pasa.
El sol haciendo justicia al cálido mes, cae con fuerza y sin piedad sobre el camino de piedras.
Oigo el silencio que trae la oscuridad y el vacío de personas en la calle.
Me aventuro, empiezo a caminar sobre el asfalto y siento el calor en las plantas de los pies traspasando la suela de los zapatos.
Avanzo apretando el paso, pese que el aliento me falla. La sensación que siento es que camino sobre brasas.
Necesito aire fresco, frío, decido sentarme en el muro que bordea el camino y aliviar mis pies calcinados por el calor, me despojo de los zapatos.
Agito en el aire los pies airado, voy buscando frescor y sin embargo no siento nada que me alivie, al contrario la hinchazón de las piernas me produce más calor y siento que me van a explotar de tan hinchadas que las tengo. Quisiera días de lluvia, de nieve como es mi ánimo, frío.
Sé mi cómplice tiempo, envía unas nubes cargadas para enfriar con sus aguas el vapor caliente que brota del suelo.
Sin tener conciencia de ello, estoy inmerso en la noche, insomne sin yo quererlo.
Tengo que terminar el camino para llegar a mi hogar, despacio toco con mis pies descalzos el suelo, está áspero pero no arde, es soportable su calor.
El suelo firme como una roca bajo mis pies, soporta mi peso en silencio. Cómo ansío una cama con sábanas limpias y frescas y un grato y largo sueño, en mi habitación con las ventanas cerradas pero abiertas a gratos y felices sueños. Pero, al oído me susurra el viento.
Para vos, es tiempo de insomnio, te toca recorrer sus caminos, esos que se van pareciendo al exceso de años donde cada vez necesitas menos el sueño, pero que al mismo tiempo, al perder el aliciente por lo desconocido y nuevo, te lleva al tedio y el aburrimiento y empiezas a cabecear dándole permiso al sueño.
Avanzo cabizbajo, pidiendo en silencio, que tarden en llegar esos días donde ya no tenga ilusiones y me venza el sueño, ese que por no interesarte nada me aleje de vivir mi tiempo.

No te miro porque temo perder el control, Pedro y te miro de soslayo, para que no me venza el agobio, ni me oculte tras los celajes teniendo la llave.
__Guille, yo…
__Chsss…
No dejes morir este nuevo esbozo de vida.  La luz de Dios para una nueva vida después de la nada, ecos de inmensidad  de abierta desnudez en torno al abismo  de vuelta de la muerte. El infinito es más tangible, la luz de la aurora se hace más clara para volver a empezar nuevas experiencias.
Ajustarse a nuevas experiencias es como empezar a caminar hacia nuevos horizontes,
con pasos cautelosos y precisos hacia la meta  proyectada, aun así cabe la posibilidad de
equivocarse, recuerda que la materia está inerme, sin matices contaminantes. Los preponderantes están nítidos, más  definidos, sin sombras, da un paso a las vez y otro despacio, sin prisa, tratando  de tomar los hechos positivos que dejaste atrás para incorporarlos a este nuevo  esbozo de vida.
Los misterios inviolados, son todavía recientes y te aguardan para que tu destino sea insigne, ten presente que Dios te acompaña en esta para que surjas a una nueva vida.
__Ojalá, es lo que más deseo.
Pedro observó a los chicos.
¿Crees que entendieron algo?
__No lo sé, creo que Malena sí, quizá no el proceso de cómo  nacieron, pero sí que sos el otro papá y que regresaste.  Ella tuvo más tiempo para asimilarlo.
Se me ha ocurrido… __ comenzó Guillermo__. Se me ha ocurrido que podríamos separarnos unas horas. Vos te vas con Malena y yo con Bruno, y nos vemos aquí a mediodía, ¿te parece bien?

__Me da un poco de temor, pero vale. __ Miró hacia las escaleras, donde estaban los dos niños. Menudo cuadro hacían. Bruno correteaba arriba y abajo y Malena lo seguía. Aunque la niña no se diera cuenta, ya estaba  interpretando el rol de la más madura y protegiendo a Bruno al asegurarse de que no se tropezara con los escalones  si se caía de boca.

__ Parecen mellizos no gemelos, ¿verdad?
__ Sí, es que no son gemelos idénticos, uno es más tuyo que mío y viceversa, creo que solo los hoyuelos son idénticos, sus pares son los que no están. Por cierto __ Guillermo se movió incómodo, para que Pedro volviera a mirarlo__; Malena tiene mi carácter creo, y se ha mostrado un poco… __ Se rascó la cabeza, como si buscara la palabra adecuada__. Se ha mostrado un poco asombrada por todo esto. Avísame si se pasa de rosca. A veces puede ser terrible.

__Me odia, ¿verdad? Creo que puedo apañármelas, Guille.
Él asintió con la cabeza.
__No te odia, está enojada como lo estoy yo, como lo está Fabián. Creo que ellos creen que tienen que protegerme, necesitan tiempo, y ver que no vuelves a desaparecer, es solo eso, tiempo. Vale, nos vemos a mediodía.

Pedro sintió una opresión en el pecho. ¿Cómo se las apañaba Guillermo? ¿Cómo conseguía comportarse como si nada de eso importara? Si sentía una mínima parte del dolor que sentía él, debía de estar destrozándolo.

Lo vio alejarse escalones arriba. Cuando se acuclilló junto a Bruno, se quitó las gafas de sol. Una sonrisa enorme apareció en la carita del nene antes de que se echara a reír, se cogiera de la mano de él y bajara los escalones con Guillermo.

__ ¡Adiós, papi! __Se despidió con las manos mientras los dos se alejaban por el sendero.

La presión que sentía en el pecho aumentó y el dolor le atravesó el alma al verlos alejarse. Había visto cómo Bruno se tomaba de la mano de Camila cientos de veces, pero nunca lo había afectado como la imagen que tenía delante. Padre e hijo, copias casi idénticas, ambos perdiéndose en dirección al sol, juntos.
Se frotó el pecho con la palma de la mano y soltó un suspiro tembloroso. La cosa tenía que mejorar. Tenía que mejorar.
Malena se colocó junto a Pedro y se cruzó de brazos.
Pedro se volvió para mirarla.

__ ¿Vamos a tomar un helado?
__No quiero. No son las diez de la mañana siquiera. Me saldrán caries.
__Pues después te enjuagas la boca con agua. Vamos.
Se sentaron en una mesa de una heladería de un patio de comidas. Pedro se pidió un café, Malena se decantó por un refresco después de estudiar la carta durante lo que pareció una eternidad.

__Menos mal que no querías que te salieran caries.
Pedro se apoyó en el respaldo del asiento y miró a su hija.
Malena se apartó los rizos por encima de los hombros, se inclinó sobre la mesa y bebió un sorbo del refresco con ayuda de la pajita. Cuando levantó la vista, tenía una expresión distante.

__Mi hermano es Fabián, no tu hijo, y no necesito otro padre.
Pedro asintió con la cabeza. Adiós a los buenos modales.

__Solo he venido porque mi padre y Agustín me lo han pedido _siguió la niña. Si me lo hubieras pedido tú, te habría dicho que no.

En fin, la cosa marchaba. Pedro apretó los dientes para no llorar.
__Entiendo. Agustín es mi hermano.
__Lo sé. Y me parece que no entiendes nada. Me da igual lo que digan esas estúpidas pruebas. No eres mi papá. Mi papá es Guillermo, el otro murió hace cinco años y mi madre también.
__No es así. Me doy cuenta de que esto es duro para ti, Malena, pero Bruno es tan inocente como tú por empezar y es tu gemelo. Esto es duro para todos. Pero te aseguro que soy tu papá.
__No soy tonta, te veo, pero eso es solo cuestión de biología. __Malena cruzó los brazos por delante del pecho___. Muchos hombres y mujeres tienen hijos. Y eso no los convierte en padres. Los padres se quedan. Se preocupan por sus hijos. No… __Tragó saliva. Los ojos le brillaban por las lágrimas __.No desaparecen por años y vuelven sin recordar nada. Papá sufrió mucho, estaba siempre triste por tu culpa.

A Pedro se le rompió el corazón.
__Malena, si pudiera cambiarlo, lo haría. No me fui porque quise abandonarlos. Lo cambiaría todo sin pensármelo.

Malena apartó la vista.
__Da igual. Eso no cambia el hecho de que no te necesito ni te quiero cerca. Y mi padre tampoco. Él sufrió pero empieza a olvidarte.
Las palabras lo golpearon como una bofetada. Pedro se dio cuenta de que era la manera de la niña de defenderse, pero aun así le dolió.

__Mi padre quería a Pedro, mi hermano lo mismo, mucho _continuó Malena__. Y verte ha sido muy duro para ellos, pero no te quieren. Ahora lo saben. Papá solo está siendo amable contigo por esas pruebas y por tu… hijo. __Apartó el refresco con cara de asco.

__Malena, es tu hermano. __Intentó mantener la voz calmada y relajada. Él era el adulto, debía recordarlo. Aunque, en ese momento, quería salir corriendo del restaurante y darse el gusto de una buena llantina__. No intento inmiscuirme entre Guillermo y tú, es tu papá también. Jamás lo haría. Solo quiero pasar tiempo contigo, conocerte un poco. Tu padre quiere hacer lo mismo con Bruno, y los dos deseamos que ustedes dos se conozcan.

Malena se mordió el labio.
__Dicen que volviste a casarte.
La opresión que sentía en el pecho aumentó todavía más.
__ ¿En serio? ¿Guillermo te lo ha contado?
__No exactamente. _Malena clavó la vista en la desgastada mesa __.Lo oí hablar con el tío del tema. ¿Es verdad que te casaste con una mujer? __Lo miró con expresión nerviosa y Pedro vio la infinidad de preguntas que flotaban en sus ojos verdosos.

Esa no era la conversación que había imaginado. Pero no podía cambiar de tema. No cuando era tan importante. Supuso que la sinceridad era el mejor camino y asintió con la cabeza.
__No lo sé. Eso creía. No sé cómo explicar la situación porque ni yo mismo termino de entenderlo. Pero creía que estaba casado. De haber sabido de tu existencia, y de la de tu papá, las cosas habrían sido distintas.
__ Ella murió, ¿no? Por eso has venido a buscarnos.
__Sí, murió. Así fue cómo averigüé que existías, pero si ella viviera y lo  hubiese averiguado antes, lo mismo estaría acá.
__ ¿Cómo se llamaba? __Malena volvió a bajar la mirada.

Pedro se daba cuenta de que aunque era muy duro para la niña, la curiosidad la llevaba a preguntar, de modo que decidió seguir contestando, de momento.
__Camila. Era médica.
__ ¿La extrañas?

Pedro suspiró.
__Ahora mismo no sé lo que siento, Malena. Las cosas son muy complicadas, ella mintió mucho.
__Pero en realidad no estabas casado con ella, ¿no? Porque legalmente sigues casado con mi padre.
__Eso lo sé ahora, ella falsificó documentos, hasta mi nombre, Male. No, supongo que no lo estaba. Pero tu padre y yo todavía no hemos hablado del tema, solo sí de mi nombre, porque él quiere que ustedes tengan sus documentos verdaderos.
__Yo tengo mi documento como lo quiero, y deben hablar. Y pueden arreglarlo. La gente hoy se divorcia todos los días. Mi padre querrá hacerlo.

Otra bofetada directa. Pedro no sabía por qué le dolía tanto.
__Ya te ha olvidado, que lo sepas __continuó Malena__.Papá sale con muchas mujeres y  hombres, lo ha hecho desde que te fuiste. Creo que se queda con ellas cuando viaja. Una vez llamé al hotel y contestó una chica, y además trabaja con Ana, la madre de Fabián. Con ella también se acuesta.

__Basta, Malena.
Pedro se puso colorado.

__Soy más madura de lo que parezco _le aseguró Malena__. Sé mucho de lo que hacen los adultos, como tu hermano, es mujeriego también.

Pedro se pasó la mano por la frente. No le apetecía en absoluto hablar de eso ese día. Necesitaba que la conversación tomara rumbo neutral.
__Malena, concentrémonos en ti y en mí. Estamos aquí porque tenemos que conocernos más allá de si tu otro papá quiere divorciarse de mí o no. Tu padre y yo ya solucionaremos las cosas a nuestro ritmo. No sé qué pasará, pero no volveré a irme, estaré aquí para ti y para Bruno. Te lo prometo. No voy a marcharme.
__Eso ya lo has dicho antes. __Apartó la mirada __.Lo que tú digas.

__No lo he dicho antes, porque antes no quise irme, tuve un accidente y lo olvidé todo.
__Papá dice que no estabas en ese avión.
__Otro accidente, como sea que fuere, perdí la memoria, estuve en coma por eso desaparecí.
__Vale, ¿podemos volver ya? Quiero ver a mi padre.

___
Iba a ser mucho más difícil de lo que Pedro había previsto. Todas esas ridículas ideas de ser una gran familia feliz, aunque disfuncional, estallaron en pedazos.
¿Querría Guillermo el divorcio?
Pedro pagó la cuenta y volvieron al parque en silencio. Malena se negó a hablar, siquiera del colegio durante el trayecto en coche. Ya se había cerrado en banda, había dejado su postura en claro, había acabado con los temas de conversación y había erigido los muros que tan bien se le daba construir a su padre.

Mientras volvían al Invernadero de flores, vieron que Guillermo y Bruno estaban sentados en los primeros escalones compartiendo un cucurucho de helado. Malena corrió hacia ellos, se abrazó a su padre y luego se sentó en el escalón que estaba a sus pies. La transformación fue increíble. Había pasado de estar gruñona a estar alegre y contenta, y todo nada más ver a Guillermo.
Pedro se detuvo y observó la escena desde la distancia. Parecían encajar como piezas de un Lego, los tres, solo él estaba de más. Era evidente que Bruno y Guillermo se llevaban a las mil maravillas. Bruno sonreía, reía e intentaba subirse a la espalda de Guillermo. Aunque, claro, eso no le resultaba sorprendente. Su hijo era un niño alegre y dócil. Le gustaba la gente y Guillermo lo había maravillado desde el principio.
Incluso Malena parecía estar ablandándose con Bruno. La niña, le regaló una sonrisilla cuando creía que nadie la veía.
Él era el único que no encajaba. Él estaba provocando toda la confusión y todo el dolor. Él era el que no sabía cómo hacer que todo eso funcionara.
Cerró los ojos y se dio media vuelta antes de que se le escaparan las lágrimas. El día había sido muchísimo más duro de lo que había imaginado. No solo por la conversación con Malena, sino por todo. Al parecer solo Agustín parecía aceptarlo tal como era hoy. Ver a los niños, verlos con Guillermo, darse cuenta de lo cómodo que él estaba en su presencia y de lo incómodo que él se sentía por todo.

Echó a andar por el sendero para recuperar el aliento, para controlar sus emociones y recobrar la compostura. Echarse a llorar delante de ellos no era una opción. Solo unos minutos, era lo único que necesitaba.

“Voy aprendiendo  a soltar el lastre. Hay clavos muy duros y difíciles de quitar. Trato de que ciertas acciones me duelan cada vez menos,  y a no estar pendiente de aquello  que no puedo cambiar  de mi entorno. Aprendí a refugiarme  en mí mismo,  a quitarme a solas los clavos  de la traición de quienes quería. Aprendí a respirar profundo y a sentirme inmenso  a pesar del dolor. Aun aprendo que no puedo  esperar del otro,  lo que yo mismo  estoy dispuesto  a dar. Aprender, desaprender,  y reaprender cada día,  eso es crecer. Y sé que lo estoy logrando,
aunque eso signifique  otra pérdida importante  en mi vida. Pero no es suficiente, no para ellos, no para ti, Guille, y yo no sé qué hacer, porque no soy yo ni el que estaba totalmente ciego en Chile ni este confundido de hoy que busca la verdad, y tampoco sé si alguna vez recuperaré al real.
Tú puedes transformar este maravilloso día en lo que tú desees, tan solo tienes que tener ilusión y confianza, porque todo lo demás llegará solo, haciendo de este nuevo día un maravilloso recuerdo que jamás olvidarás.
En mi soledad tú siempre me has protegido, y en mis noches de oscuridad como un ángel de luz guías mis pasos, quizá hoy mi alma te pertenece  donde quiera que estés, siempre tu fiel enamorado.
 Pero hace demasiado tiempo que no siento el aroma de tu ser, ya no escucho tu caminar cuando llegaba a nuestro hogar,  te busco en mis pensamientos, ya no estás y me cuestiono adónde estará el ángel de luz, regresa a mí,  me haces mucha falta.
Te busco por todas partes donde alguna vez vivimos nuestro amor y no te veo, mi corazón late más despacio desde tu partida, en cada rincón te busco y en la gente busco tus ojos que irradian felicidad, ahora te he buscado sin saber dónde estás, te veo frente a mí, pero necesito encontrarte dentro de mí, y  espero que llegue el día de tenerte frente a mí en mi alma, y poder  recordar  las melodías que tanto te gustaban y que de mis ojos broten lágrimas no de soledad sino de emoción. ¿A dónde estás ángel de luz que ilumina mi oscuridad?
Cada instante de mi vida deseo tenerte nuevamente, o tal vez tengo que esperar, será mi castigo por no haber luchado por nuestro amor en el momento de nuestra separación, hoy mi corazón es helado como los altos valles cubiertos de nieve, sabré esperar el momento de tu llegada, porque tú eres de quien me enamoré hace mucho mi ángel de luz.
La noche viene llegando acompañada de la luna llena y sé que tu luz guiará mis pasos y me convertiré en un loco soñador, sé que será un momento de felicidad y mi ángel de luz hará desaparecer las tinieblas que atormentan mi alma enamorada y ahí en ese momento nuestros caminos se cruzarán, nuestras almas se fundirán como un volcán en erupción, no puede no pasar si tanto te amé.
Esperaré tu regreso y ese maravilloso día llegarás, estaré feliz de sentirte a mi lado, antes que agonice mi corazón y muera de dolor, te esperaré mi ángel de luz, esa es mi ilusión por tu amor.
¿Qué pueden haberle  hecho a mi cerebro para que mi mente olvidara un amor así? ¿Y si ella no vuelve a recordarte?, no puede haber ella tocado mi alma, allí Camila no puede haber llegado para borrarte, tengo que poder recordarte.”


Guillermo vio cómo Pedro atribulado y cabizbajo desaparecía por el sendero. Miró a Malena, y después a Bruno. Parecían felices. Pero Pedro, desde luego que no.

“Mierda”, pensó. “No puedo verlo sufrir así.”

__Malena, no quiero que pierdas de vista a Bruno.
__Papá… ¿tengo que hacerlo? __protestó ella.

La miró con expresión seria.
__Sí, tienes que hacerlo. Quédate aquí, a los dos les digo, no se muevan.
Vuelvo enseguida.
__

Enfiló el sendero y vio a Pedro sentado en un banco a unos cien metros, con la cara entre las manos, escondido entre los árboles. Tenía la cabeza apoyada en las manos, y si bien no podía verle la cara tampoco le hacía falta para saber lo que estaba sintiendo.
Lo había visto loco de alegría, tan rabioso como sabía y como podía echando humo por las orejas y llorando amargamente. Conocía cada uno y todos sus estados de memoria y él sí los recordaba. En todas esas ocasiones siempre había sabido qué decir y qué hacer para animarlo.
En ese momento, no lo sabía.
Se sentó en la butaca junto a él. El perfume a madera y notas de hierbas flotó en el ambiente hasta envolverlo. Inspiró hondo y cerró los ojos.
Después de cinco años, seguía usando el mismo perfume.
¿Cómo se le había pasado por alto?
“Tu fragancia está en mi cuerpo. Me seduces, me sostienes cada instante. No hay nada que decir, no es necesario. Te tengo encima de mí, desnudo en la cama. Te haré de todo, vos lo sabes. Y me dejaré poseer por vos.  Amor  no pidas que me calme, mis besos están dibujados en tu cuerpo. En tu oasis, en lo más profundo de tu ser. Me vuelves loco poco a poco, me matas. Me enciendes, todo mi cuerpo. Condéname sin piedad, castígame te lo pido. Solo con mirarte sabes que te deseo, que pienso en vos. Por fin lo puedo sentir, desgárrame mi cuerpo. Con cosquillas por dentro, tu piel y mi piel detienen el tiempo. “

__ ¿Tan malo ha sido?
Pedro negó con la cabeza, pero no levantó la vista.
__No, solo sincera, no me quiere cerca, quiere que nos divorciemos.
__ ¿Qué? ¿Eso ha dicho?
__Sí, y más.

Guillermo miró por entre los árboles hacia el invernadero donde los niños se perseguían escaleras arriba y abajo.
__Eso quiere decir que ha sido mala. Lo siento, Pedro, es una nena egoísta, me temo se parece a mí, a veces es mala.
__No, Guille, se ha portado bien. No te enojes con ella.
Cuando Pedro levantó la cabeza, fue imposible no ver las lágrimas que brillaban en sus ojos. Y el corazón le dio un vuelco al verlas.
__Lo siento. No sé qué hacer para mejorar las cosas.
Pedro se secó las lágrimas con manos temblorosas.
__No pasa nada. Soy yo. Yo soy el que está dificultando las cosas.
__No. No sos vos.
__Sí, soy yo. Es que… __Cerró los ojos y se tapó la cara con las manos__. Es que esto es mucho más real de lo que creía que iba a ser.

El instinto se impuso a la razón. Extendió un brazo antes de pensar en lo que estaba haciendo, se lo pasó por encima de los hombros y lo pegó a su costado sintiendo el temblor del cuerpo. Al principio, Pedro se tensó, pero al ver que no lo soltaba se relajó. El deseo abrasó a Guillermo al sentir que se apoyaba en su cuerpo. Cálido, sólido. Muy real. Y cuando le enterró la cara en el pecho el corazón le dio un vuelco que Pedro percibió.

__ ¿Cómo se me había olvidado lo que era tenerte entre mis brazos, amorcito?

Los recuerdos inundaron la mente, unos recuerdos que había enterrado a lo largo de los años para no sentir un dolor atroz. Pedro entre sus brazos, en su cama, piel contra piel, besándolo en el cuello, susurrándole lo que pensaba hacerle.
Con el cuerpo tan cerca del suyo, cada minuto de su vida en común pasó por delante de sus ojos, y quiso incrustar cada uno en esa mente huidiza de Pedro. Era maravilloso tenerlo así, era lo correcto. No quería soltarlo, tenía que seguir.
__No llores, cielito _le susurró __.Mierda, no llores. Nunca he podido soportarlo. Se supone que vos sos el duro.

Guillermo le cubrió de besos el pelo, la frente, el rostro, intentando evitar los labios.
__Tu boca provoca en mí un intenso deseo de besarla. Su tersa piel me incita a acariciarla. Tu cabello hace que mis dedos incontroladamente lo peinen. Tu corazón, en cada latido, me dice que lo ame. Tu alma llena de ternura es un abanico que calma con su aire el fuego que provoca en la mía. Tus palabras inquietan mi vida y me hacen soñar.
Sí, entre vos y yo, hay un amor de sentimientos y pasiones que no sé hasta cuándo mi corazón enamorado podrá resistir.
No me dejes morir y si así fuera, quiero lanzar mi último suspiro acunado en tus brazos. El no saber, sabiendo todo. Estar aquí, sin presencia alguna. Callar cuando se habla y enmudecer cuando se grita.
No pensar cuando se piensa ni amar cuando se ama. Y dormir en los silencios  oscuros, como la muerte cuando despierto. No saber que estoy ni para qué ni para cuándo. Sentirse quimera entre cada gajo de horizonte y camino. Me he visto morir mientras, pensaba.
Hube de amar olvidos, luego de mi muerte. Será tal como lo escribo. Parece todo como si nada.
Y me veo como una lluvia triste detrás de las ventanas. He podido ser aunque no he sido.
Las palabras son un gris otoño, de domingos huérfanos y errantes. Nunca supe por qué mi alma, se alambraba bajo los hilos etéreos del poniente. Ni por qué fui ni por qué soy.
Entre las copas de los árboles mi voz se escapa. Y si los ríos duermen  o se agitan y circundan es; porque en alguna tarde de nostalgia; cuando todo se enhiesta y se vuelve páramo  alguien conoció mi nombre errante.
He sido.  Los chopos sobre los caminos y la orfandad estival, fueron mis huesos amarrados en la luz  de todo, cuánto  me falta aún.
Hoy te amaré amor mío, con todos mis sentidos, con mi alma y con mi cuerpo, pero te amaré  con lo que es permitido y con lo que es prohibido también,  te amaré  más allá de la distancia sin importarme nada, sin pensar en el mañana, pues así lo imaginamos, haciendo que tu piel se humedezca y tu  cuerpo se incendie a la vez, cuando mis labios  y mi lengua te recorran, te recorran cubriéndote con mi saliva, mientras una melodías de suspiros  y gemidos lo invaden todo, porque siempre te amaré, más te amaré  hasta que se apague el sol.
__Guille, no. No quiero hacer más daño.
__Mirarnos y quedar mudos sigue sucediendo aunque no lo recuerdes, que asustado te cobijes entre mis brazos sigue pasando, y eso es  de haber vivido solo en nuestros sueños, idealizando momentos, imaginando vernos, hoy nuestros ojos reflejan deseo, pasión. Nos conocimos, así, casi desafiando al destino,  te sentía tierno, cuando nos escribíamos dulce, al escuchar tu voz, suave, tu piel que hoy puedo acariciar. Eras muy joven y parecía todo prohibido entonces, yo estaba casado, vos con ella, y no lo fue meses después, y podremos de nuevo, tres y miles de veces, Pedro, lo sé, al tenerte en mis brazos, lo sé.
Estamos ahora aquí como nos soñamos, como lo deseamos, puedo oírte, sentirte, tomarte entre mis brazos, estremecerte con cada roce de mis labios. Hoy voy por todo, por conquistarte, hacer  de esto un recuerdo inolvidable para los dos, y si tan solo queda en un encuentro, qué, dejemos en ese cuarto el éxtasis vivido.
Y otra vez se desvanecen mis esperanzas de verte en este atardecer, atardecer que me llena de recuerdos, de cuando nos amábamos en bellos atardeceres.
Hoy, lejos de vos, pero amándote como  siempre desde esta lejanía, tengo el alma tan vacía, sin vos mi dulce amor.
Deseo tanto poder abrazarte,  mirarte a los ojos, estrecharme entre tus brazos, sentir los latidos de tu corazón, sentir tu respiración. Deseo tanto sentir el calor de tu piel, amarte una y otra vez, deseo entregarte nuevamente mi alma y corazón, te busco en esta tarde gris, ya va cayendo la noche, y nada sé de vos.
Me abraza fuerte la oscura noche y yo ya no puedo contener mis lágrimas que se escapan una a una, como queriendo ahogarme para calmar mi  dolor.
Implacable la desolación que se apodera de mí al percibir que otra vez no vendrás, duele este vacío, esta soledad cala hondo, cala hasta el hueso, está corroyendo el alma.
Qué difícil es soportar tu ausencia mi dulce amor, te extraño, te necesito tanto. No consigo olvidarte ni un segundo. y vos, ¿por qué no volver a construir los recuerdos a partir de hoy?
Cada suspiro que sale desde el fondo de mi alma, parece daga clavándose en mi pecho, cómo hiere, cómo duele  esta soledad, cómo duele esta necesidad de vos.
Siempre te busco en ese lugar donde te conocí y te entregué todo mi amor, por primera vez y para siempre. Y cuando aprieta fuerte la soledad, en las frías e interminables noches, vengo aquí, donde fui tan feliz entre tus brazos.
Aquí vivo esos recuerdos que quedaron grabados en mi corazón, con tinta indeleble de nostalgia, de amor lejano, con tinta de un amor que se anidó para siempre en mi alma.

__Guille, ¿de verdad deseas divorciarte de mí? Es lo que cree y quiere Malena.
__No amorcito, no. Jamás me alcanzará la vida para agradecer que estés vivo, jamás desearía divorciarme del hombre que amo.

Pedro inspiró hondo varias veces para calmarse. Su pecho se pegaba a su costado. Cuando la mano fuerte se deslizó por su torso, la piel le ardió por debajo de la camiseta. La inocente caricia le provocó un ramalazo que lo recorrió a Guillermo por entero, provocándole una miríada de pensamientos, un montón de recuerdos, y el deseo de raptarlo, y llevarlo a su cama, de hacerle el amor hasta volverlo a tatuar en cada milímetro de su esencia, marcarlo como suyo, y de nadie más borrando todo recuerdo de ella. Quería sentir sus manos sobre su piel, sus labios contra los suyos, su cuerpo sobre o debajo de él, en cualquier postura que se le ocurriera. Cuantas veces lo quisiera.
Pedro se apartó lo justo para mirarlo a la cara. Cuando lo hizo, esos enormes ojos penetrantes y hechiceros color miel  tocaron una parte de su alma que nadie había conseguido tocar antes ni después de Pedro. Expresivos y cargados de emoción, esos ojos lo atormentaban en sueños desde el día que desapareció.

Lo vio levantar una mano, tras lo cual titubeó un momento antes de quitarle los anteojos de sol. Sus miradas se encontraron y Guillermo se percató de que el reconocimiento brillaba en sus ojos. Un reconocimiento que fue seguido por el pánico más absoluto.
Pedro se apartó y se enderezó en el banco, le dejó las gafas de sol en el pecho y después se frotó la cara con las manos, como si quisiera borrar lo que había visto.
A Guillermo se le heló la sangre. Lo vio controlar sus emociones y quiso preguntarle por qué huía de la conexión que a todas luces sentían los dos. Sin embargo, no le salían las palabras. En ese instante, había visto un atisbo del hombre que solía ser, pero Pedro se había enterrado tan deprisa que no sabía cómo reaccionar.
Bajó los brazos y se puso de nuevo los anteojos. A continuación se puso de pie e intentó por todos los medios que su voz sonara calmada, cuando dijo:

__ Supongo que es hora de volver a casa.

Pedro asintió con la cabeza y se puso sus propios anteojos de sol.
Guillermo puso los brazos en jarras y se esforzó por mantener una pose normal aunque esa situación no tenía ni un pelo de normal.
__Tengo que hablar antes con Malena. Pero quiero ver a Bruno de nuevo, pronto. Estaba pensando que podríamos encontrarnos en alguna parte, después del trabajo, en mitad de la semana. Tal vez volver a cambiarnos los niños durante algunas pocas horas...
__Vale. Puedo hacerlo.
Su voz sonaba más firme, más calmada. Ya no estaba cargada de emociones que él ansiaba arrancarle.
Guillermo se obligó a desentenderse del dolor.

__También quiero que se conozcan. Tal vez podamos organizar una especie de régimen de visitas, con fines de semana alternos, más adelante, así vos los tendrás a los dos, y después los tendré yo. Ellos también necesitan pasar tiempo juntos.
Pedro volvió a asentir con la cabeza.

__Vale, me parece bien.
__Vale. __Guillermo lo miró de nuevo. Una parte de él quería atraerlo. Otra parte quería alejarse corriendo__. Te llamaré.

 __Guille. __Pedro se puso de pie.

Observó su cara en busca de algún indicio de que sentía una mínima parte de lo que estaba sintiendo él. No lo encontró. No encontró nada.
__Gracias __dijo Pedro en un hilo de voz.

__Sí, claro.

Mientras caminaron en silencio a buscar a los chicos, Guillermo supo que su Pedro estaba, en chispas, en instantes, en flashes, pero que algo de él quedaba, y de pronto supo que debía hablar con Gaby, colaborar en descubrir la verdad de lo que esa maldita mujer, había hecho en su cerebro.

__Te esperaré amorcito, esperaré… siempre.
Ámame como si fuera tu fantasía loca, no importa que cuando despierte solo escuche en mi mente tu voz agitada, sienta tu corazón retumbando de pasión en las paredes de mi alma y respire el aroma inconfundible de tu piel, desata todos tus deseos sobre mi cuerpo, acaríciame en cada rincón que encuentres vacío sediento de placer, entrégate sin dudar a los brazos del pecado donde vivirás esos momentos imborrables que permanecerán atados por siempre como recuerdos en tu memoria. Sé que en algún lugar sigues enamorado de mí, nunca amaste a Camila, sea lo que fuere que le hiciera a tu mente… jamás.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

19 comentarios:

  1. Delia Sii es verdad!.cuando hay amor se da hasta el final!

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  4. Gladys Gracias querida por compartir la belleza de tu novela, que disfrutes de un maravilloso y bendecido fin de semana. Abrazos!!!

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  5. Myriam Adelai ESO ES EL VERDADERO AMOR,, MÁS ALLA DE LO IMPOSIBLE,,

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  6. Raquel Eve me he estado poniendo al día con las historias y ya hoy llegué ,hermoso deseando ver como siguen ..genial todas como siempre .. y esta wow ...me encanta poder seguir leyendo y que sigas escribiendo a pesar de la dificultades gracias MUAAAK!!!!

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  7. Veronica Lorena Piccinino Hermoso Eve Monica Marzetti. La angustia de Pedro le hizo llorar... Malena es demasiado egoísta... Pedro no se merece su rechazo... besos

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  8. Me encantó Eve...Poco a poco Pedro va a volver a sentir el amor que sentía por Guillermo antes de perder la memoria, antes de que Camila se metiera entre los dos...

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