martes, 7 de agosto de 2018

“LA HERENCIA”. CAPÍTULO 13.



Cien sonetos de amor.
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
Sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
*Pablo Neruda /

“LA HERENCIA”.

CAPÍTULO  13.

__Era una broma Guillermo, sí te he seguido por medio Buenos Aires, veo que ya elegiste, ¿me equivoco?
¿Llevan mucho tiempo juntos?
__ El necesario para darme cuenta que él es  el hombre de mi vida... ¿qué hay de la tuya?
_ ¿De mi vida?
__ ¡No! De tu novio. ¿Lo dejaste  o lo tienes escondido?

Matías limpió los cristales en el borde de su camisa. Odiaba que le hicieran preguntas de índole personal.
_ No hay nadie por ahora - se limitó a responder.

_ ¿Qué me dices del pibe que estaba con vos en el último congreso?
__Siempre.
Entonces me besó…  una, dos… cinco veces, suave, un murmullo.

__Bueno, Pedro, seas como seas… te amo _susurró suspirando, y rodó lentamente boca arriba.

Me acurruqué en el hueco de su hombro y antes de olvidar el mundo al caer al sueño, sé que también susurré… “te amo”.

Lunes, 13 de noviembre de 2017.

__Pedro, ve a acomodar tu ropa en el vestidor, que me ocuparé del resto,  déjame espacio suficiente _dijo Guillermo cargando decenas de bolsas.

__Quiero ayudarte, Guille, mira el lío que traes del súper, además de las cajas sin desembalar.
__Son libros, ya los acomodaré. Pedro, amorcito, a ver, tienes un mes para dar una materia o perderás el ingreso a la facultad. Ponte con Derecho penal  que es la peor.
__Eres peor que mi padre, ya lo sé.
__Y vos sos peor que Fabián que ya cambió de carrera diez veces, vamos.
__Después de todo si no llego rendiré de nuevo el ingreso, no pasa nada.
__Ponte a estudiar, tengo que ir a la UBA por un tema del decanato, veré las fechas de exámenes a ver si llegas con lo que te dije, si no será mejor que tomes una materia corta.
__ ¿Y Fabián?
__ Allí está, estudiando y cursando, al menos eso espero, está con Ana, no tengo ganas de verla a cada rato.
__Pregunto cuándo hablarás con él, no quiero presionarte, pero puede preguntarte el domicilio y saltar que estamos juntos.

Guillermo dejó las bolsas en el piso, y se puso a acomodar la cocina, y la mercadería.
__Pedro, ya lo haré, no me presiones,  déjame pensar el momento adecuado, está estudiando los finales, pero antes de las fiestas de fin de año, le contaré todo, tranquilo, por ahora cree que vivo en el hotel, de a poco amorcito.
Nada sabíamos de esa extraña enfermedad, que fue entrando silenciosamente en nuestros cuerpos, sembrando en tierra virgen su semilla enajenada y virulenta.
El amor nos tomó de sorpresa. Nos tendió una trampa y sin saberlo caímos inevitablemente,  bella enfermedad para nuestros corazones desarmados.
Una mirada furtiva, las palabras, en vilo, ahogadas en la garganta, el roce de unas manos, la piel estremecida, el silencio a punto de explotar contra los cristales de la indiferencia, mil suspiros y esa sensación de abandono, de pérdida, de derrota sin poder encontrar la respuesta, fueron los primeros síntomas.
En un mar revuelto de emociones, aprendimos a mantener el equilibrio entre las tempestades que amenazaban con hundir ese barco que sin rumbo navegaba. Nada nos unía pero era tan difícil escapar de esa atracción animal que nos desvelaba, que nos arrastraba hacia el abismo del placer sin límites. ¿Me equivoco?
Una mirada, un café compartido eran la mejor excusa para matarnos sin compasión en cualquier cama de hotel. El grito de la piel, los gemidos del deseo, el aroma a carne saciada quedaron para siempre grabados en la retina de un tiempo que no se fue.
Nada sabíamos de esa extraña enfermedad, silenciosa y mortal, que muchos llaman “Amor”.
Pedro, te amo de verdad, no eludiré decirle la verdad a Fabián, ya conociste a mis socios, ellos saben todo, no dejaré de hablar con mi hijo. No tengas miedo ni dudes de mí. Tal vez nos cueste un poco acomodar nuestros mundos, pero con confianza será más fácil.
__ Yo confío en ti, no sé si yo pueda estar a la altura, te lo he dicho. Extraño el trabajo, a Diego, a mis compañeros, esto de ser un hombre serio de pronto me va a costar.
__Las indecisiones son el resultado de la falta de confianza en uno mismo, derivando fantasmas que practican su profesión en nuestra mente, torturando tus miedos, aumentando las dudas en cada acción que realices. Sos inteligente y capaz, puedes verlos cuando quieras si te organizas. La indecisión en la vida provoca el alejamiento en todas las facetas de la convivencia humana,  ya lo entendí, por ello no aplazaré la verdad pase lo que pase con mi hijo, prefiero tener el valor de expresar lo que siento aunque me equivoque, que callar por temor a ofender, pienso que la vida hay que llevarla como cada cual piensa en su mente.
Siempre navegaremos rodeados de errores buscando la perfección, de mentiras sabias arraigadas al engaño, verdades hermosas que se rinden ante la lealtad, de celos indomables como verdugos aliados a la desconfianza, de miedos permanentes que se acompañan de un valor que finge su verdadero rostro. Cuando decidas comentar o hacer algo nunca dudes de tu fuerza e instinto, obliga a la incertidumbre de tus pensamientos a rendirse ante el valor y convicción que posees en tu mente. Abrígate de principios y pierde los temores que te encarcelan tus sentimientos más sagrados y has fluir la valentía y sinceridad de tus palabras con destino a la libertad del viento.
Prefiero morir expresando mis verdades sin miedo, que vivir callando las dudas de mis sentimientos y eso lo aprendí de vos.
__Bésame con esa delicadeza que te caracteriza, deseo sentir tus labios recorrer por todo mi cuerpo, hasta saciar su sed. Tócame con todas tus fuerzas y hazme tuyo sin pensarlo una vez más, que te doy permiso para continuar estos deseos.
Háblame tan cerca de mi oído hasta sentir ese cosquilleo en mi piel, donde sienta escalofríos sin detenerlos. Sujétame a ti, con esas ansias de lujuria y perversión que atraviesan por tu mente cuando estoy lejos y deseas todo de mí.
Llévame al paraíso donde solo existimos tú y yo, quiero ir caminando desnudos y tomados de la mano sin detenernos.
Enamórame que quiero sentirme único, soñar que solo yo existo, vivir como nunca, gozar sin límites pero contigo.
Compláceme en todos mis caprichos que yo responderé a los tuyos haciendo horas inolvidables e insaciables para ti.
__Ahora no, iré a la UBA, estudia, tengo para tres horas de reuniones, si quieres, pásame a buscar y desde allí iremos al estudio, pero trae el libro para seguir estudiando.
__Y sí, porque estoy como oyente, me resultará más fácil así, tengo más memoria auditiva que visual.
__Está bien, acomoda tu ropa y nada más, al regresar a la noche ordenaré la mía, vamos.

Guille se marchó a las reuniones y yo siento que tengo hormigas en la piel, he hecho miles de llamados, quién me mandará a andar escribiendo tonterías.
Cuando llegué al departamento me metí a mi cuarto de estudio, el que dejamos para ello para hacer mi tarea. Pero al momento de vaciar mis cosas… ¡No puede ser, dejé el papel sobre la mesa!
Oh dios esto es mi fin, no sé qué voy a hacer,  se puede enterar cualquiera que lo lea; ¡estoy perdido Dios mío!
 Juro que no pude dormir de la maldita preocupación que invadió mi mente al olvidar esa maldita hoja. Comenzó a trabajar mi mente como loca y lloré solo de pensar lo peor.
Él no sabe nada, puede que quedara en casa de mis padres, con lo que a uno o a los dos les dará un infarto si lo leen o lo más seguro es que la dejara en la facultad, o quizá en el estudio.
Es otro día donde tengo esa misma materia. Y no pude concentrarme solo de pensar quién se pudo encontrar ese dichoso papel. Mis compañeros están en su rollo por lo tanto ninguno de ellos lo tomó y hasta respiré tan profundo, que sentí que mi alma regresaba al cuerpo cuando llegué y lo comprobé, aunque me quedé atónito al verlo a él, allí, en la cátedra.
El chico de al lado me dijo que está reemplazando a alguien, pero ahora mismo me enoja que no me lo haya dicho.

Al terminar la clase dijo el profesor:

-Ya pueden retirarse, nos vemos en la próxima clase.

Me levanté de la banca y rápidamente metí mis cosas en la mochila para salir más rápido que ellos. Pero no pude, intenté caminar lo más rápido posible cuando oí la voz del profe decirme.

 __ ¡Usted no se va señor!

Dios, creo que él encontró esa maldita hoja. En ese momento me puse a temblar de nervios y miedo, el sudor se apoderó de mi cuerpo y mi rostro se cubrió de timidez y vergüenza.
 Tan solo me alegro que no sepa cómo, pero terminé en la cátedra de Guille, solo que no me había dicho que la tuviera. Le seguí la corriente.

-Leí su hoja que olvidó el otro día. ¿Lo recuerda?

Y solo salió de mi boca un.
-Sí.
-Pues lo espero afuera de la  facultad. No se le olvide venir vestidito de una forma que me provoque.

 ¡No podía creerlo!, mi sueño se hará toda una realidad.

Por fin llegó la noche y ya estaba afuera del plantel; le hice caso a mi profe vistiéndome de una manera sexy y diferente. Confieso que tuve que comprar una bóxer que sé que le gustará.
Al salir lo vi muy bien vestido, me encantó el color de su saco. Era un color que lucía muy bien y que dejaba muchas cosas a la imaginación. Yo me vestí en casa de mis padres y él supongo que en la nuestra.
Después nos fuimos muy lejos, recuerdo que ya era casi a las afueras de la ciudad. Al bajar del auto me cargó y nos metimos a un hotel muy grande y lujoso.
La habitación estaba muy adornada tenía rosas, velas aromáticas, un buen vino y unas sábanas muy suaves, bordadas y bonitas.
Ya estaba a punto de acostarme, pero me detuvo y nos besamos apasionadamente. Minutos después los besos se desubicaron y fueron rondando uno a uno por mi cuello, orejas, cabello y pecho.
Cuando  desaparecieron los besos también fue desapareciendo la ropa. Él de una forma dulce y sensual quitó mi camisa, mientras que yo salvajemente le arranqué la suya. Después de un largo rato comenzamos a tocarnos y a rasguñarnos.
Yo le rasguñé la espalda escribiendo que fue mía en esta noche y que en verdad se había cumplido una de mis tantas fantasías. Todo estaba marchando bien, juro que me porté bien; pero al momento de aventarme a la cama a modo de acostarme, despertó a ese diablito que nadie  había despertado y menos con esa intensidad.
Todo se descontroló cuando mis gritos, gemidos y groserías salían de mi boca. ¡No pude evitarlo!, pues el al momento de adentrarse en mí me lo pedía sin cesar.
Nunca me había editado tanto como hasta ahora, primeramente, se portó súper cariñoso y después fue todo un demonio que sin pensarlo dos veces hizo de mí y de mi cuerpo las mejores artes.
Me dejó extasiado, exhausto y con ganas de volver a repetir esta locura. Y si él me lo pide con gusto lo hago y le cumplo todos sus caprichitos; desde el más tonto, hasta el más perverso.
Cuando terminamos nos tomamos un par de copas y nos quedamos profundamente dormidos, abrazándonos de una forma muy extraña que parecía una trampa de ambos.
Al día siguiente cada quien tenía que tomar su camino, pero antes de salir de la habitación sucedió algo extraño. Al despertar primeramente conversamos recordando todo lo que había sucedido la noche anterior.
Y antes de partir me hizo suyo por segunda ocasión, pero esta vez dejando estigmas sobre mi cuerpo y uno que otro beso que ni bañándome pueda borrarse. Y ya por último dijo que le encantaría verme aquí todas las noches posibles y con gusto acepté.
Ahora cada vez que podamos vendremos a este lugar a escondernos de lo demás para cumplir nuestras fantasías, caprichitos y una que otra venganza.

Miércoles 15 de noviembre.

__Bueno, hoy no hay escapadas, hoy yo voy a la UBA y vos te quedas a estudiar hasta la hora de la clase, nada de trampas ni fantasías. Pedro, precioso, si rindes esa dichosa materia, nos iremos unos días de vacaciones, solos. Si tienes que reingresar en cambio, olvídalo.
__Mandón, está bien, rendiré. Vete que me distraes.

__Bueno, Graziani, al fin se lo ve profesor __dijo Nazarre al llegar a la mesa de Guillermo  que  leyendo tomaba su café.

__No  te acomodes, no te invité a sentarte, Franco.
__!Qué antipático, Guillermo! ¿Desde cuándo te gusta la soledad?
No me digas que es verdad lo que se comenta, porque no lo creo, que Guillermo Graziani tenga una relación sería es algo imposible _dijo remarcando la última palabra acercando la silla ___. Quizá lo más posible  sea que seas más selectivo ahora que eres rico.

__No soy rico o sí, ni siquiera he tenido tiempo de darme cuenta, pero sí tengo un novio, estoy enamorado es lo que quiero decirte, no es uno más y está por llegar, lo estoy esperando, por lo tanto vete, Franco. Pedro es celoso, no quiero una pelea con él.
__!Pedro! ¿Lo conozco?
__No lo sé, y puede que lo conozcas porque de hecho estudia acá.
__No lo puedo creer, un estudiante te robó el corazón, Guillermo deja de comportarte como si tuvieras la edad de tu hijo, no va uno de veinte contigo, por allí iba la cosa.
__Ya,    me cansaste Nazarre, no estoy saliendo con un chico de veinte, pasa que Pedro no pudo estudiar antes pero tiene tu edad o más, déjame en paz. Estoy comprometido, vivimos juntos, es mi novio, ¿se entiende?

La mano de Nazarre fue a parar a la mejilla de Guillermo y los labios se acercaron demasiado para el momento en que Pedro llegaba y se quedó de piedra anclado en la puerta.

“Maldita sea mi estupidez, cómo un hombre como él iba a enamorarse de mí. ¿Cómo se atrevió a ir de mis padres, a llevarme al departamento?”
__Mierda, Pedro, déjame en paz, idiota, nos vio.

Guillermo empujó a Nazarre que dio contra el respaldo de la silla, pero para cuando salió,  la silueta de Pedro había desaparecido entre los alumnos que iban y venían por los pasillos, comprobó la señal y no tenía como para llamarlo con lo que salió del edificio en busca de poder llamarlo.

“Freud rebuscaba en los océanos de la infamia un remoto lugar que nadie ha podido ubicar en ninguna parte. Ese lugar existe en la subjetividad, donde cada terco tiene su estructura, donde los locos se revuelcan sobre sábanas huecas liberándose de sus fobias; lugar donde los remolinos son como niños pequeños y donde los grandes fuegos se apagan, silenciosamente. Nace en aquel espacio nunca hallado por cirujanos de manos expertas, en ese rinconcito rojo, palpitante, impenetrable, desde donde irrumpe, apocalíptico, complejo, fugaz. Es allí donde te marcan para siempre. Ahí en ese lugarcito, que creemos conocer, es donde yo te he encontrado a ti, besándote, desnudándote y tomándote. Ya no eres el chico que reconocía pecho lampiño,  absurdo y sudamericano.
Cuando dominemos a los remolinos, cuando nuestras manos de niños subyuguen la fuerza de los fuegos fatuos, en ese instante supremo de la contracción y el coito seremos libres. Nadie anulará lo que encontré en el fondo de tus penurias. El túnel  que te dibujé ayer nos espera, tenemos que llegar hasta ahí desnudos, sin taras. El pasado está en convivencia con el mar de tus entrañas y este lo ha arrastrado hasta el olvido. El recuerdo es hermoso, pero al igual que el mar pasa dejándonos su sabor agridulce, no olvidemos que solo es agua que sigue su camino. Ya no somos dos. Ahora somos uno para enfrentarnos ante los ojos víboras de este mundo.
Despierta. Adéntrate, mi corazón te espera. No te equivoques, tu camino soy yo. Pues los pasos que tú das, son los pasos que yo ya he dado.
Recuerda lo que hablamos amorcito, la confianza, ese  tipo que viste no es nadie, te amo a vos.
Cómo quisiera estar a tu lado, hacerte compañía, poder besar tus labios y entregarme a tu vida, para recorrer los dos juntos un amor  de novela.
Cómo quisiera ser la poesía más hermosa que alguien pudiera escribir.
Ser tu hoja en blanco para que allí viajaras con tus letras y me leas a mí.
Y seas vos mi pincel que en mi cuerpo plasmes, cada sentimiento de amor sin omitir detalles.
Tu hoja, tus pincelitos escritos, cada letra, cada palabra, cada punto, cada coma, punto y coma aparte, seguido y final,
Tu cielo, tu estrella, los planetas,  la constelación entera, tu universo, tu mundo, solo yo.
Ser parte de vos, cada caricia, cada gesto, cada beso, cada mirada, unirme a tu cuerpo en una entrega total, alma, mente, pensamiento, que no quede nada sin tocar, mirar, satisfechos, embriagados de un amor sin término, hasta la eternidad.
Sin sentir ni miedos, ni pena cuando lo que hacemos es amar tatuando en lo infinito y en el tiempo de que no faltó nada pues todo lo agotaste, pasaste límites; lo que viviste y experimentaste cuando llegué, en su momento poder decir que fue un amor verdadero.
 Porque descubriste lo hermoso, lo bello, lo limpio, lo puro, y con ello ilusiones, fantasías, también lo oscuro pero le diste luz con un corazón abierto, dispuesto a crear sus mundos así sean polos opuestos, a querer complicarte la vida porque quieres ser dueño de cada momento vivido marcando destinos; asumiendo peligros, recorriendo caminos, continuar dando la batalla en medio de una guerra de leones, tal vez serpientes, cucarachas y ratones, en medio de tentaciones donde puedas decir no y no caer por tus temores,  enfrentando y ganando, superando los errores con un volver a empezar y no quedarte en el pasado, no quedarte anclado, a sacar tus alas y volar,  esto lo hacen mis alas hoy que me hacen  volar sin atarme a la razón  y que te enamores cada día más.
Este es mi mundo donde aprendí a sentir,  a decir lo que quiero, lo que siento, poderlo transmitir, se lo debo a los maestros esos que me enseñaron, no solo a leer y escribir, sino a analizar las letras,  empezarlas a unir y entregar un escrito que te inspire a creer en vos, y te lo debo a vos que me hizo olvidar toda estructura, Pedro, contéstame”.
“Hoy creo que luché demasiado para salvar lo nuestro, rogando por un poco de tu cariño, esperando ese milagro de algún día ser tu prioridad.
Enfrenté a los vientos que querían derrumbar mi casa, acudiendo al mismo cielo a cada instante de mi vida para pedir ayuda, antes de que esta se desmoronara ante mis ojos. Supliqué una y mil veces que me dejaras entrar a tu alma, pero no hubo caso, no lograbas amarme como yo tanto lo anhelaba.
Siempre te fui fiel hasta en mis pensamientos, y te esperaba para halagarte cuando llegaras a casa. Pero como una forma de huida, te inventabas alguna tarea para mantener la distancia entre ambos.
Hubo esos momentos, donde el mismo infierno abría su gran boca para tragarnos, y hasta el aire de nuestro entorno parecía convertirse en una nube espesa y congelada. Pero yo no iba a cederles a esos demonios mi sagrado territorio, logrando enfrentarlos con más fuerza y haciéndolos retroceder.
Acepté todas y cada una de tus limitaciones, esperando que algún día pudieras valorar mi entrega. Llevé la casa a cuestas como el caracol, porque a ti te parecía demasiado esa tarea. Muchas veces te sentía como un huésped que iba de paso en nuestro hogar, y un día decidiste que ya era tiempo de partir, buscando esa libertad deseada y te marchaste, del hotel como hoy del departamento y cada vez que lo haces te encuentras con otra u otro.
Tengo muy en claro que ahora te pesa demasiado esa decisión de ser mi novio  y que sientes mucha culpa por ello, pero fue lo mejor para los dos. Ahora solo deseo que te encuentres para alcanzar la paz, mientras yo sigo dando esos pasos certeros en el camino hacia mi meta.
Si no puedes ser solo mío, no lo seas de ninguna forma, Guille.”
__
Dejo el móvil sobre la mesita mientras seco las lágrimas con el dorso de mi mano. ¿Por qué tiene que ser tan persistente? ¿Por qué no acepta lo que le digo, sin más?
Vuelvo a tomar entre mis manos el estúpido aparato y tecleo con fuerza, decidido, casi sin ver la pantalla debido a la humedad que me nubla la vista.

__Guille: Olvídate de mí. No tengo nada que ofrecer y no estoy preparado para tener una relación con nadie, como no lo estás tú para ser fiel.

Apago mi Smartphone. No quiero seguir hablando del tema. No quiero exponerme ante él. Ya sabe mucho más de lo que debería. Le he dejado entrar demasiado adentro en las últimas semanas, no podría soportar más. Cuanto más sepa, peor y más difícil se me hará apartarlo de mi lado.
Recojo las ilusiones, el calor y la pasión que sus besos me han procurado. Los instalo en lo más profundo del alma, los escondo para intentar no encontrarlos de nuevo. No puedo aceptar ese regalo, no tomaré una segunda oportunidad que no está en mi destino tener, y salgo con lo puesto y mi mochila.
__
Había algo reconfortante en un bar abarrotado, en el que tenías que estirar el brazo por encima de tres filas de personas para conseguir la atención del camarero, y donde tenías suerte si dos tercios de la bebida seguían en la copa después de abrirte paso para volver a una mesa. Según me había dicho Diego, el bar estaba siempre atestado, siempre divertido, un clásico de los bares de  Buenos Aires como para distraerte de un señor arrogante que acaba de engañarte. Y esa noche, incluso no siendo fin de semana estaba hasta el techo de gente, lo suficientemente lleno para que el ruido, los camareros que no paraban de moverse y el tintineo de copas y botellas borraran los sucesos del día de mi cabeza.
Nos pimplamos un par de cervezas cada uno, de pie en la barra, y Diego me presentó a unos chicos que él conocía del gimnasio, cuyos nombres olvidé casi de inmediato, pero que eran divertidos y simpáticos y solo necesitaban a alguien desconocido como excusa para insultarse libremente unos a otros. Al final conseguimos abrirnos paso hasta una mesa más apartada donde bebí algo más y comí una hamburguesa de queso, lo que me hizo sentirme un poco mejor.

__ ¿Por qué no lo llamas y escuchas lo que tenga para decir?
__No quiero, me ha dejado decenas de mensajes, se hace el psicólogo, que aprenda a ser fiel antes de volver a acercarse. Me harté, Diego. Que yo sea  un principiante de abogado, y su empleado no le da derecho a tener dos mujeres y no sé cuántos amantes.
__Tal vez no sea así.
__Sé muy bien lo que vi. Pareciera que excepto los socios, el resto son todos amantes. Yo así no estaré a su lado, no me importa que sea millonario ni su facha.

__
Un día del año fue un día hermoso y primaveral, por lo menos en esta parte de la tierra. Caminaba con los auriculares a tope escuchando mi música preferida y las notificaciones de las redes sociales. La costumbre de salir a caminar un rato como para tratar de recordar ese mundo que se perdió y que no va a volver. Sentir en mis fosas nasales circular el aire con flores y savia que tanto bien hace al alma. Un poco adelante caminaban a paso exagerado, lo que supuse dos amigas, quienes celular en mano, daban por sentado a la compañera solo por el hecho de haberse citado allí y no por verse. No se comunicaban entre sí de la manera tradicional, aunque ahora la tradicional es esta manera. En ese momento crucé un joven que le hablaba al celular y hacía gestos denodados, como si el aparato no entendiese. En un banco a la vera del sendero, dos niños, uno de ellos con una pelota de fútbol en la mano, conversaban entre sí, parecía a simple vista, pero no, cada uno con su respectivo interlocutor a cierta distancia vía internet.
En ese mismo instante en que me parece haber percibido el mundo que me rodeaba, mundo de autómatas institucionalizados, lobotomizados por las ondas cortas y toda suerte de imágenes perjudiciales aunque no lo fuesen en sí mismas, lobotomía de LED y golpecitos a la pantalla, de mirada extasiada y rutina de ignorancia del entorno o del entorno natural, o del que debería ser natural, algo sucedió. Como en coreografía perfectamente ensayada, todos no detuvimos. Yo casi rebasando a las compañeras que caminaban. Quizá por eso pude notar los ojos de una de ellas cómo se convirtieron en humanos otra vez y recuperaron el brillo.
Todos detenidos sin saber qué hacer. Nos miramos y aturdidos por el fenómeno, intentamos una explicación pero no recordábamos cómo se hablaba frente a frente. Los autos detenidos, la gente en la calle había abandonado sus hogares y salieron a preguntar qué sucedía. Los rostros desencajados, miedo, pavor, sentimiento de desamparo y otros se podían oler en el ambiente. “¡¿Qué vamos a hacer!?”, gritó una de las caminantes mientras arrojaba con fuerzas su Smartphone al suelo y lo hacía añicos. La otra intentó consolarla pero no supo cómo. Habíamos perdido ese matiz que nos diferenciaba de los animales, de otros animales. Parecíamos marionetas a las les habían cortado los hilos y ahora se encontraban libradas al azar. Entre la confusión y lo sórdido de aquella situación, tuve una pequeña visión, una fragancia conocida de humanidad unida en sentimientos que no se transmitían por fibra óptica. Recordé las caricias de mamá y esas charlas con ojos grandes y el esfuerzo por entenderla. Recordé cómo una palabra te emociona y humedece tus ojos como ahora lo hago con las gotas. Recordé tantas cosas y vi en los ojos de estos aquí conmigo, que de alguna manera estaban felices de sentirse humanos otra vez.
Entre treinta y ocho y cuarenta semanas después del apagón de los satélites y las comunicaciones debido a la gigantesca onda electromagnética generada por la explosión de una central termonuclear ubicada en medio oriente, se registró en el mundo la mayor cantidad de nacimientos habidos en un corto período en la historia moderna de la humanidad. Poco tiempo después de aquel evento que duró hasta el amanecer de próximo día, se comenzó a llamarlo: “El día de la nostalgia”, y hasta algunos apagan sus celulares ese día, como tratando de encontrar algo que nunca va a volver ya.

__Mierda ¿qué más va a suceder ahora? ¿Cómo sé a dónde estás, Pedro?

 Estudio Graziani y asociados.

__No Guille, Pedro no vino, no le hemos visto, y esto es un quilombo sin teléfonos, llovieron los clientes y de nuevo preguntaban por vos _dijo Beto nervioso.

__Y yo necesito encontrar a Pedro, y no sé ya cómo rastrearlo, apenas acabo de mudarme con él, y ya lo he perdido.
__ Guille, es que tendrías que haber sido claro con tus ex antes, ellos  no te creen, es más deja a Pedro que debe de estar con alguno de los amigos y usa esta escapada para decirle todo a Fabián.
__No Beto, lo conozco, se siente inferior, no termina de confiar en mí, si no le explico y lo llevo de regreso al departamento, lo perderé, ni con las alianzas quiso aceptarme.
__Y algo de razón tiene el pibe, Guille. Antes de él, nunca fuiste fiel  ni a tu sombra, hasta Nazarre y los otros tienen razón.
__ ¿Vos de qué lado estás?
__Del tuyo, Guille, pero no por eso dejo de entenderlo a él.
__No puedo pensar en Fabián y en cómo me va a odiar por un tiempo ahora mismo, no si no encuentro a Pedro. Dile a los clientes que me fui de viaje, si logro encontrarlo y que regrese conmigo, me encerraré con él  a ayudarlo a estudiar, no quiero ver a nadie hasta que no rinda, luego nos iremos de viaje solos y me comprometeré como debe de ser, si es que no me caso antes de regresar, necesito que se sienta seguro de que lo amo, de que no es menos o uno más. Iré a rastrear a los amigos del hotel.

__
Alrededor de las diez p. m. mientras los chicos estaban ocupados imitando a otras personas del gimnasio, con expresiones faciales y venas hinchadas incluidas, me levanté para ir al baño.

__ ¿Puedo entonces dormir en tu casa sin que corras a avisarle? __interrogué a Diego, no quiero preocupar a mis padres.

__Sí, Pedro, claro que puedes, aunque ya sabes lo que pienso.
__Voy al baño.

Me quedé allí diez minutos, disfrutando del relativo silencio al que comenzaba a acostumbrarme mientras me lavé los ojos hinchados y me peiné como pude con los dedos. Intenté no pensar en qué estaría haciendo él. Lo que antes era un consuelo, había empezado a ser causa de que se me formara un nudo en el estómago, y no quería seguir llorando. Luego volví a salir.

__ ¿Me estás acosando?

Me giré en redondo en el pasillo. Allí estaba el otro, que Guille cree que no vi en la piscina pero que me preocupé por saber quién es, Matías Olazábal, en camisa y vaqueros, con las cejas arqueadas. Me tendió la mano.

__ ¿Qué? ¡Ah, hola! _dije, mientras me llevaba la mano instintivamente al pelo___. No…, no, he venido con unos amigos. Te conozco de la piscina, te vi con Guillermo.

_Es broma, lo del acoso. ¿Cómo estás, Pedro Beggio? Muy lejos de todos lados __comentó mientras se acercó y me plantó un beso en la mejilla. Al menos este no está con Guillermo y olía maravillosamente, a lima y algo suave y almizclado__. Vaya. Eso ha sido muy poético.

__Me estoy recorriendo todos los bares de Buenos Aires, ya sabes cómo es supongo.
__Sí, claro. Lo de probar cosas nuevas, me gusta esa actitud. Estás muy lindo _dijo el fachero mirando mi atuendo  informal.

__Es que he tenido que ir a la facultad, no hice tiempo a cambiarte, tengo… creo que voy a rendir en diciembre.
__Te va bien ese estilo, ¿estás estudiando derecho?
__Sí, empezando, aunque no sé si podré.
__Te va bien ese estilo de vestir. ¿Quieres una cerveza?
__Es que… no puedo dejar a mis amigos _dije. Él pareció ligeramente decepcionado__. Pero ven con nosotros. __añadí.

__! Genial! Deja que se lo diga a mi gente con la que estoy. En realidad hago de sujetavelas en una cita… Se alegrarán de deshacerse de mí. ¿Dónde están?

Me abrí paso de nuevo hasta Diego, con la piel de la cara súbitamente ruborizada y un ligero zumbido en los oídos. Daba igual lo diferente que sea este Matías, me es imposible mirarlo y no pensar en Guille.
__Me he encontrado con un amigo _dije, justo cuando el fachero aparecía.

__Con un amigo__ repitió Diego.

Los presenté.
Matías extendió la mano, se inclinó hacia delante y estrechó la de Diego. Vi cómo mi amigo lo repasaba de arriba abajo, antes de mirarme a mí. Yo esbocé una sonrisa radiante y neutral como si tuviera un millón de amigos guapos esparcidos por Buenos Aires del ámbito jurídico que quisieran venir a unirse a nosotros en los bares.
__ ¿Alguien quiere una cerveza? .preguntó Matías _. Aquí la comida también es buenísima, por si a alguien le interesa.

__ ¿Un amigo? __murmuró Diego, mientras Matías iba hacia la barra.

__Sí, uno de él mejor dicho, pero se acercó a mí. Lo conocí de lejos mientras susurraba a Guillermo, al menos así sé que no está con él.
Diego pareció reflexionar sobre ello, me miró y luego miró a Matías.
__Pedro, todo ese rollo de decir que sí a la vida…
__Quiero a Guille, este no me interesa por fachero y ojos verdes que tenga.
__Claro que sí, tío, solo era un comentario.
__Te recuerdo que el infiel no soy yo.

Sentí la mirada escrutadora de Diego durante el resto de la noche. De alguna manera Matías y yo acabamos en un extremo de la mesa, alejados de todos los demás, hablando de trabajo y de las insensatas dosis de antidepresivos y opiáceos que sus compañeros se metían cada día simplemente para cumplir con las obligaciones del estudio, de cuánto se esforzaba en no ofender a su irascible jefe, de que nunca lo valoraba, del apartamento que nunca tenía tiempo para decorar, y de lo que había sucedido cuando su madre, obsesionada con la limpieza, había venido a visitarlo. Yo lo oía, sonreía, asentía e intentaba asegurarme de que, cuando lo miraba a la cara, fuera de una manera adecuada e interesada, y no en plan obsesivo y melancólico.

__ ¿Y tú qué, Pedro? Apenas has hablado de ti en toda la noche.
De pronto me encontré no sabiendo bien si tenía trabajo, novio o algo.
__Matías, tengo que decirte algo.
Él se inclinó para oírme.
__No me digas que estás casado.
__No.
__Bueno, algo es algo, al menos no te casaste con Guillermo que es lo que él me insinuó. No es un tipo que te convenga. ¿Tienes una enfermedad incurable o algo así? __ preguntó. Yo negué con la cabeza __ ¿te aburres? Te aburres. ¿Preferirías estar hablando con otra persona, en otro lugar? Lo entiendo. Apenas he respirado.

Me eché a reír por no llorar.
__No. No es el caso. Eres una compañía genial _contesté. Y bajé la vista hacia el suelo__. No soy… quien crees que soy. No soy del nivel de Guillermo quiero decir. Hace dos días que estudio derecho aunque siempre quise hacerlo, el hecho es que soy demasiado pobre para darme ese lujo, tengo que mantener a mis padres, era empleado de uno de los hoteles que Guillermo heredó. Eso, al fin solo soy… su empleado.

__ ¿Y? __preguntó. Lo miré __. Todo el mundo exagera sobre sí mismo. Además nunca me has mentido, solo te vi de lejos en un hotel importante y pensé que tenías dinero, pero eso no importa. Todos los empleados de banco dicen ser presidentes y son cajeros. Todos los camareros tienen una productora.

__ ¿Y no te importa que sea pobre?
__No. Y si Graziani  te deja sin trabajo, también yo puedo emplearte en mi estudio. Baunes, es tan a más prestigioso que el suyo. Estoy encantado de que no estés casado. A no ser que lo estés, y me hayas mentido en eso también, a juzgar por los celos de él, puede…

 Matías se había hecho con una de mis manos. Noté que mi pecho se quedaba ligeramente sin aliento y tuve que tragar saliva antes de hablar.
__No. Pero tengo novio.

Matías siguió mirándome a los ojos, tal vez tratando de ver si se avecinaba alguna frase clave, y luego me soltó la mano de mala gana.
__Vaya, qué pena, entendí que se habían peleado _dijo, mientras se recostaba en la silla y daba un largo trago a su bebida__. ¿Y por qué no está él aquí?

__Porque sí hemos… Ni siquiera. Lo vi con un tipo en la facultad y me enojé.
__ ¿Y va a venir?
__No.

Hizo una mueca como las que suele hacer la gente cuando cree que estás haciendo alguna tontería pero no quiere decirlo en voz alta. Se encogió de hombros.
__Mira, Pedro, no me asombra que vieras a Guillermo con un hombre. Pero si sigues sintiéndose su novio, podemos ser amigos. Sabes que aquí todo el mundo queda con todo el mundo, ¿no? No tiene por qué querer decir nada. Seré tu acompañante increíblemente guapo.
__ ¿Con lo de quedar te refieres a acostarse unos con otros?
__Vaya. No eres de los que se muerden la lengua.
__Bueno no, pero no quiero crearte falsas expectativas.
__Me estás diciendo que esto no va a ser una relación de amigos con derecho a roce. Vale, Pedro, lo entiendo.
Intenté no sonreír.
__Eres muy atractivo __comentó__. Y creo que divertido. Y directo. Y no te pareces en nada a nadie que haya conocido.

__Y tú eres encantador.
__Eso es porque estoy un poco embelesado.
__Y yo algo borracho.
__Eso ha dolido mucho _declaró, llevándose las manos al corazón__. Dime al menos que si lo de Guillermo no funciona pensarás lo del trabajo, y lo de ser amigos.

En ese momento vi a Diego mirándonos, arqueó imperceptiblemente una ceja y luego se dio unos golpecitos en la muñeca. Aquello fue suficiente para llevarme de vuelta a tierra.
__Bueno…  tengo que irme. Mañana madrugo.
__He ido demasiado lejos, te he asustado.
__No. No me asusto fácilmente. Pero mañana tengo un día complicado. Y mis mañanas no funcionan tras varias pintas de cerveza y poco sueño.
__ ¿Me llamarás? ¿Para una cerveza platónica?
__Una oferta tentadora, pero…
__En serio. Llámame.
__Te llamará el día que me entierre, Matías _bramó la voz que conozco demasiado, antes de que el fachero aterrizara sobre Diego que al parecer había visto llegar a Guille.

__Caramba, Pedro, hoy me la he pasado dando puñetes, vamos a casa. Matías,  te advertí que está conmigo, que es mi novio.
__Hoy he dejado de serlo.
__Y una… nada, el que viste hoy es un profesor de la facultad que no cree que estoy fuera de carrera, pero le pasó lo que a este, vamos.

 Me arrastró de la mano. Y no dejé de notar la mirada de los ojos verdes clavada en mi espalda durante todo el camino. Diego paró a un taxi y yo giré cuando la puerta se estaba cerrando. Solo pude verlo por una pequeña rendija mientras esta acababa de cerrarse, pero fue suficiente para comprobar que todavía estaba mirando, aunque no supe si a mí o al engreído de mi… novio. Y sonriendo.

Guille me contó lo sucedido, y me juró una y mil veces que ese cara congelada no era nadie.


__Un rato más tarde, cuando nos enteramos lo que estaba sucediendo, fui a  casa y golpeé después de tanto tiempo la puerta, no podía enviarte el típico mensaje de: “Estoy afuera”. Me dolieron los dedos al darlos contra la puerta. No pude enviarte un gif, un corazón latiendo, pero en vez,  recién te besé como antes y te miré a los ojos y me volví a enamorar, dejaste de ser caracteres en una pantalla o píxeles, eres real y olí tu cuello y me quedé un siglo o un segundo allí y me emocioné y te abracé tontamente, sin miedo a quedarme sin batería, y acaricié tus cabellos y te dije “Te amo” con palabras y recordé mi voz. La tuya me sonó a gloria. Este evento sucedió hace horas, pero aún digo tu nombre y me estremezco con tu vocecita de nene mimado y huelo tu cuello y trato de ser humano por lo menos con vos.
Nos miramos y en el auto nos tomamos de la mano y reímos y apagamos los celulares e intercambiamos expresiones de amor. Por un rato nos gusta sentir que algo puede cambiar. La voz del piloto automático nos recuerda que llegamos a destino mientras les escribo a  mis viejos que estamos por entrar.



__No te preguntaré lo que sucedió en ese bar ni en todo el día en que desapareciste porque no quiero volver a discutir, quiero que confíes en mí de una vez por todas, veas lo que veas, pero por las dudas, no pienso volver a salir de acá, hasta el año que viene.
__ ¿Qué?
__Que me quedaré con vos y te haré estudiar, cuando hayas rendido, nos iremos de viaje… solos. Tengo una herencia que no uso, bueno hace siglos que no tomo unos días.
__ ¿De verdad?
__Verdad es que te amo, me gustaría oírte decir lo mismo.

__Amor, hoy que transitas conmigo por mi senda, quiero pertenecerte sin inhibiciones, ser totalmente tuyo, amarte sin reserva, y disfrutar plenamente de tu amor y tus pasiones, dejar los celos de lado.
Necesito que tus manos expertas y cálidas me acaricien, incitándome a la pasión y la lujuria, ser enteramente tuyo. Y hacerte mío, totalmente mío poseyéndote con dulce furia. Perderme en el precipicio de tu cuerpo, muriendo de emoción por tus caricias, desahogarme excitado en tus delicias, mientras me apropio de tus labios y tu sexo. Cobijarme entre tus fuertes brazos, gozar del calor de tu cuerpo tibio, aferrarme a ti, mientras tus labios,  se posan deliciosamente en lo prohibido. Colmar totalmente tus antojos,  ser desinhibido, ardiente y apasionado,
tocar contigo el cielo al momento del clímax. Y susurrar dulcemente tu nombre sonriendo feliz y mirándote a los ojos totalmente enamorado.
 __Mis ojos te miran como si compartieran memorias, historias ya vividas; sentidas.
Te miran como enemigos que te quieren acribillar bajo sus destellos, no conocen de frenos y menos; ante causas perdidas. Ellos son mis signos vitales, y bajo los tuyos se sienten reales. En tus ojos yo curo mis males y viceversa. ¿Y qué si los dos somos porfiados y entre miradas; encontramos sentido y aunamos fuerzas?

Mis ojos me advierten que  vos puedes  ser coincidencia, que vaya en procura de mi conciencia y no corra obligado a tu voz. Es por esto que a menudo me desato de ellos y te veo más por lo que siento y sos. Mis ojos se pierden bajo latidos, estos como alaridos me convocan a tus brazos y bajo cálidos pasos, recorro tus pesares. La complicidad del tiempo logra que me
una a vos con este mi corazón y sus males. Mis ojos que ya son tuyos, quieren seguir a contraluz de tu belleza, tu delicadeza y comparecer ante las ilusiones de juntar todos nuestros dones, para permitirnos hacer del cariño; nuestra fuerte promesa “hoy te vengo a buscar.
Quiero hacerte el amor, al roce de tu piel delicada vibrar. Tenerte me sacude en un suspiro, para amarnos, el tiempo no importa. Solo pienso en vos, no sé si lo comprendas, no hay explicación. De vos aprendo a salvarme, me enamoras todos los días, siempre te espero.
 Loco de remate, tan enamorando, sueños entre suspiros y gemidos. El viento corre entre nuestros cuerpos, tiemblo cada vez que me besas. Robas caricias de mi piel, me entrego a vos y a vibrar dentro de vos, mis ganas no cesan de vos, no tengo cura, no hay tiempo para el amor.  Te amo, y no te he sido infiel, pero tampoco quiero que veas a Matías.

Nunca me he considerado  un caballero elegante ni mucho menos lleno  de buenos modales, tan solo soy aquel hombre  que en un instante pudo escribir sobre  sus tormentas,  sobre sus mares. Hay multitudes que sonríen por compromiso, por estar, por decir que poseen
algo más que unas  simples bocas, otras, más forzadas que por la fuerza de la costumbre,
pierden el conjunto de su valor por la comisura de los labios.
Pero su sonrisa, mi señor  marca un antes y un después, se materializa en el alza  enamorada de su boca ancha y sus labios enamorados. La paz en su rostro y la felicidad en la mirada.
Si pudiera fotocopiarlo, clonarlo sobre papel impreso, sería su peculiar sonrisa el fin que justifica todos los medios, se la acomodaría a Jesús  en todas sus cruces, haciendo más ligero todo sufrimiento. La regalaría a los vagabundos  haciéndola limosna, la rellenaría de alimentos para todos los niños. La pintaría a todas las guerras  como una bandera nueva de una nueva paz, más alegre.
Hay gente,  que sonríe más por publicidad  que por sentimientos, al alto precio que enmarca sus soledades y su supuesta libertad, que si pudiera rapta su sonrisa al vuelo, saldría de esta redondez terrestre y se la instalaría al mundo, al lado oculto, de su luna casi llena, al sol, para sonrojarle, a las estrellas  para que brillen distintas en sus ojos, a todas las galaxias para que sepan de su boca, haciendo de su sonrisa  esa materia que ni se crea ni se destruye, transformándola  en algo rabiosamente mejor.
Se la donaría a Dios  para que se emocione de usted, y al diablo se la vendería por su alma y la mía. Hay gentío que sonríe, más por encontrar la felicidad que por buscarla, fingiendo lo que no sienten queriendo sentir, lo que finge son sonrisas heridas, mortales que a veces te critican y te asesinan y allí, en la imprenta de sus bocas.
Y querría inculcar su sonrisa en los días de lluvia bajo el sol de su paraguas, en el trueno, el rayo, el relámpago,  en cada nube que llora, en todas las olas, de todas las playas, haciéndola
mojadamente eterna, tendría la denominación de origen de su nombre, se vendería en los mercados  en las bolsas de valores al coste de un regalo, que los bancos la prestasen a un bajo interés sin costes adicionales, que la publicidad la divulgue con la intención de la felicidad, que se vote en las urnas hasta que la libertad bese la sonrisa, de sus labios gruesos que son solo míos.
__Exagerado, eres un seductor imposible.
__Me gustan los perfiles de su sonrisa, los realistas espejismos del silencio de sus labios, su boca ancha que me dice que de mí está enamorado, pero quiero estar seguro que solamente de mí.

A un paso de tu alma sos fuego para mí, con tus insinuantes curvas excitas mi piel, mi cuerpo, me llevas con tus manos a ese paraíso, donde con el vaivén de tus caderas, me haces sentir el hombre perfecto, beso tu boca, tus labios y tu aroma natural se queda en mis poros, renaces en mis brazos, y me siento tan feliz de tenerte a mi lado precioso erótico, sensual que me haces perder la razón estando en tus brazos. No  miraría nunca más a nadie, no necesito a nadie más celoso.

Al verte se avivó la llama, combustión que desprenden las miradas, sensaciones que  clama  mi alma,  palpitaciones y mejillas ruborizadas.
De mi piel el calor destilaba este amor que me consume y arde, deliraba en silencio febril,
aguardando tu llegada en fría tarde. El tiempo se convertía en infierno, desvelada imagen lúgubre, y el compás de las horas era eterno, espera incesante de meses.
En instantes subió el quebranto, al tenerte justo en frente,  ya no hay cabida para el llanto, solo para un beso ardiente. El día se despedía arrogante, llevándose al dolor miserable, se instalaba la luna amante, y el frío de la noche implacable.
La pasión incendió la hoguera,  dos cuerpos consumidos en fuego,  el invierno se tornó primavera y el tiempo se volvió ciego.
__A ojos cerrados. Solo sentirte…  tu aliento, tus labios, no es necesario verte  si oigo tu corazón que como caballo desbocado tiene prisa por tenerme. Ese olor a amor y pasión desenfrenada.
Tu boca, toda mía aun con mis ojos vendados  reconozco su sabor   y con un solo roce sé que la mía anhela su tersura. Suavidad que me provoca,  me llama. No destapes mis ojos, déjalos así o apaga la luz pues no hay entrega más bella que tu latir acelerado que es por mí, solo por mí, disfrutemos de este amor que solo se da una sola vez en la vida… con suerte, y no tiene fin, ni siquiera con la muerte. Si yo muriera antes siempre te esperaría del otro lado, para volver a estar a tu lado. A ojos cerrados  llámame loco ya que al entornarlos  entras en mi piel, en mi alma. Sin vernos nos conocemos. Me bebo tu razón  a la par que tú lo haces con la mía.
Guille, yo te he guardado en mi corazón, habitas en mi alma, fluyes en mi sangre, estás bajo mi piel, no puede existir nadie más en mi vida, solo tú.
__  Y yo te añoro, y te soy fiel. Me desordeno cuando miro a tus ojos y flechas con un dardo  mi piel encarnizada de placer. Cuando tocas con tus manos mis deseos involuntarios de rozar tu piel ardiente y prolífica de encantos. Cuando beso tus labios llenos de infinito y saciables instintos vampíricos por desangrar mi ser. Cuando me introduzco en el vaivén de tu pecho indomable  con el fervor incansable de hacer vibrar tus pezones. Cuando provocas el camino obligatorio al lugar más íntimo y sublime de tu cuerpo enquistándome sin reparos para siempre en él. Me desordeno por vos, prefiero vivir así, en un desorden total, solo pensando en amar de verdad.

Me  abrazó por la espalda y bajó la cremallera de mi pantalón.

___ Guille, no. La  cena pronto va a  estar.
___ Te dije que todavía es  temprano, faltan casi dos horas - respondió besando mi cuello y mis hombros.

La camisa  cayó al suelo así como también las prendas íntimas de los dos. Me desnudó frente al espejo y mientras acariciaba mis pezones y más abajo del ombligo…  dijo al oído:

___ Todo esto me pertenece, es mío. Le vas a decir a Matías si te busca y a cualquiera que se acerque que ese departamento ya no está disponible.
___ Pero Guille, tú…
___ Se lo dices vos o se lo digo yo, vos decides.
__Mandón, lo mismo vale para ti.

__Si tan solo un segundo en tu interior fuera el motivo de experimentar la eternidad,  entonces los años serían un bello cuento para poder alcanzarte en tus escondidos sueños,  en el eterno instante en el interior de tu cuerpo;  cómo no desear lo eterno entre tus brazos,  si muero a cada instante si te siento lejos.
Todas las paradojas se disuelven en tus besos,  lo inapropiado hace un nido en tus pezones;
y mi pecho erizado, raspando a las venas de tu cuerpo hace un nido, en tu paraíso de vello; pobre de mi instinto entrenado,  pierde todo heredado conocimiento cuando se pierde en el libro de tu ombligo y en la dulce ignorancia de tu adentro.
Te deseo, amor mío, cuánto te deseo;  mis palabras se enredan en tu sombra. La cordura grita más adentro, la locura pinta nuestros cuerpos con un pincel de cielo y de fuego;  un mordisco en mi oído  me susurra tus deseos;  nada duele  aunque vos  a mí me estés comiendo.
Déjame, solo déjame bañarte en pecado,  déjame tocar cada rincón inexplorado de tus intensos y húmedos anhelos;  no te resistas  a ser bañado en fuego,  deja que en una danza simultánea,  tus caderas  sean parte de mi cuerpo;  grita, qué más da si nos están oyendo, 
que mueran de envidia todos ellos,  mientras vos  y yo en llamas nos vamos consumiendo.
Amor, cuánto te deseo;  perdón  si murió el caballero,  ahora solo soy un indigente  buscando en vos  un consuelo;  un ignorante buscando un extraño conocimiento  en un libro tatuado en tu cuerpo;  amor mío, cuánto te deseo;  mi cuerpo es solo tuyo como mío es tu inagotable fuego;  cobíjate en mis brazos y piérdete en mis ojos risueños;  adormecidos por el delirio de reposar en tu pecho sintiendo el latido, oiré tus latidos,  y mas allá por encima de tus deseos,  oiré muy bajito en tus latidos,  quiero más, mas de vos yo quiero;  y yo como un pintor inspirado seguiré en vos  dibujando  tu interior que es donde deseo vivir.

Pedro  cerró los ojos, tenía muchas ganas de llorar, pero Guillermo  tenía muchas ganas de otra cosa. Continuó besando su cuello y detrás de las orejas mientras manoseaba con morbo desmedido su cuerpo hasta que él finalmente cedió y se abandonó al placer.
Lo arrastró hasta la cama y descargó sobre él la rabia contenida en sus caderas. Después de una sesión de sexo duro y violento, Guillermo corrió hacia el baño a ducharse mientras Pedro recogía  el resto de la ropa del suelo.  Esperó a que regresara, y lo envolvió en sus redes.
__Me ha llevado tiempo saber por qué me atraes tanto. Sos distinto a todos los hombres a los que he deseado, con los que he tenido una relación.
Pedro emitió una sonrisa nerviosa.
__No necesitas nombrarlos. Y no soy especialmente una belleza, como suele decirse.
Guillermo lo miró sorprendido.
__Sos perfecto y todo está donde debe  estar, pero existe algo más importante que la belleza epidérmica. Cualquiera puede presentar buen aspecto a poco que se esfuerce, como Matías o…  cualquiera. No, sos vos, Pedro. Solo vos. El Pedro que padeció la pérdida de seres queridos y siguió adelante, el que se mudó de país y comenzó de nuevo, el que ama a sus padres, el que es capaz de echarme si soy infiel, y no le importa obtener beneficios de mí, otros que amor, el que está dispuesto a encararse contra el mundo ante una injusticia. Tu personalidad se trasluce a través de tus maravillosos ojos color miel.

Guillermo le alzó el mentón y se inclinó para besarlo en los labios. Al sentir el contacto de su piel, el fuego que Pedro se había esforzado por reprimir estalló de golpe, abrasándolo.
¿Cómo regresaron a la cama? Pedro ni lo sabía ni le importaba.
Esta vez se amaron con tiempo, disfrutando de las caricias milímetro a milímetro, entregándose sin reservas a la sensación, oyendo la voz que imploraba  por más tardando en reconocer la propia, y Guillermo lo penetró con devoción y facilidad, cuando Pedro gimió de placer al sentir que su cuerpo se acomodaba perfectamente al de él y respondía al ritmo de sus movimientos.
Jamás había alguno experimentado el torrente de sensaciones, incluso sintieron en el cuello un calor intenso, y un hormigueo mientras los sentimientos que se habían esforzado en reprimir afloraban, haciendo que fueran conscientes de los cuerpos, como de las almas, deleitándose en la masculinidad, con facultad de dar y recibir el regalo, de devolverlo con creces. Estallaron juntos al llegar al orgasmo, y permanecieron en un solo ser aturdidos, exhaustos y satisfechos.

__No pretendía que ocurriera esto, al menos hoy.
__En cambio yo, creo que no pienso en otra cosa desde hace meses, y no te vuelvas a escapar, me veas con quien me veas.
__Guille.
Guillermo se incorporó en un segundo.
__Como verás, me tienes dominado. Solo tienes que pronunciar mi nombre con esa voz que me perturba y me echo a temblar.
__No noto que estés temblando.
Pero te aseguro que lo estoy como una hoja _murmuró Guillermo, tumbándose de nuevo y obligándolo a acostarse junto a él.

Al sentir las manos de Guillermo sobre su cuerpo, ávido de sus caricias, Pedro quedó desarmado. Trató inútilmente de detenerlo.

__Deseo volver a hacerte el amor, Pedro, hasta convencerte de que aceptes mi alianza.__ Guillermo tomó su mano__. ¿Notas cuánto te deseo? Dime que me detenga y lo haré.

Pedro deseaba decirlo. Su boca trató de articular las sílabas, pero las manos de Guillermo… ¿Dónde había aprendido a acariciar así? Jamás había soñado que el acto en sí pudiera ser tan placentero, dando sin reservas, recibiendo sin pudores.
Simplemente se sentía hermoso, y totalmente enamorado de… Guillermo.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA. LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

20 comentarios:

  1. Carmen Gloria Hermoso sensual , directo profundo

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  2. Isabel Hermoso sueño que cambió la vida, hermosamente expresado.

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  3. Lily... qué bello ! La esperanza , es lo último que se pierde

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  4. Veronica Lorena Piccinino Pura pasión y deseo de ambos. Hermoso capítulo y hermosa historia. Para mi gusto la mejor.... Gracias

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  5. Maravillosamente hermoso Eve...El amor y los celos parecen ir de la mano (y dije los celos no la falta de confianza)...Me encantó...Esta vez Matías sirvió para algo aunque, como siempre, se quedó con las ganas...

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