Cien
sonetos de amor.
No
te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te
amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te
amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
Sino
así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
*Pablo
Neruda /
“LA HERENCIA”.
CAPÍTULO 13.
__Era una broma Guillermo, sí te he seguido
por medio Buenos Aires, veo que ya elegiste, ¿me equivoco?
¿Llevan mucho tiempo juntos?
__ El necesario para darme cuenta que él
es el hombre de mi vida... ¿qué hay de la tuya?
_ ¿De mi vida?
__ ¡No! De tu novio. ¿Lo dejaste o lo
tienes escondido?
Matías limpió los cristales en el borde de su
camisa. Odiaba que le hicieran preguntas de índole personal.
_ No hay nadie por ahora - se limitó a
responder.
_ ¿Qué me dices del pibe que estaba con vos
en el último congreso?
__Siempre.
Entonces me besó… una, dos… cinco
veces, suave, un murmullo.
__Bueno, Pedro, seas como seas… te amo
_susurró suspirando, y rodó lentamente boca arriba.
Me acurruqué en el hueco de su hombro y antes
de olvidar el mundo al caer al sueño, sé que también susurré… “te amo”.
Lunes, 13 de noviembre de 2017.
__Pedro, ve a acomodar tu ropa en el
vestidor, que me ocuparé del resto,
déjame espacio suficiente _dijo Guillermo cargando decenas de bolsas.
__Quiero ayudarte, Guille, mira el lío que
traes del súper, además de las cajas sin desembalar.
__Son libros, ya los acomodaré. Pedro,
amorcito, a ver, tienes un mes para dar una materia o perderás el ingreso a la
facultad. Ponte con Derecho penal que es
la peor.
__Eres peor que mi padre, ya lo sé.
__Y vos sos peor que Fabián que ya cambió de
carrera diez veces, vamos.
__Después de todo si no llego rendiré de
nuevo el ingreso, no pasa nada.
__Ponte a estudiar, tengo que ir a la UBA por
un tema del decanato, veré las fechas de exámenes a ver si llegas con lo que te
dije, si no será mejor que tomes una materia corta.
__ ¿Y Fabián?
__ Allí está, estudiando y cursando, al menos
eso espero, está con Ana, no tengo ganas de verla a cada rato.
__Pregunto cuándo hablarás con él, no quiero
presionarte, pero puede preguntarte el domicilio y saltar que estamos juntos.
Guillermo dejó las bolsas en el piso, y se
puso a acomodar la cocina, y la mercadería.
__Pedro, ya lo haré, no me presiones, déjame pensar el momento adecuado, está
estudiando los finales, pero antes de las fiestas de fin de año, le contaré
todo, tranquilo, por ahora cree que vivo en el hotel, de a poco amorcito.
Nada
sabíamos de esa extraña enfermedad, que fue entrando silenciosamente en
nuestros cuerpos, sembrando en tierra virgen su semilla enajenada y virulenta.
El amor nos tomó de sorpresa. Nos tendió una trampa y sin saberlo caímos inevitablemente, bella enfermedad para nuestros corazones desarmados.
Una mirada furtiva, las palabras, en vilo, ahogadas en la garganta, el roce de unas manos, la piel estremecida, el silencio a punto de explotar contra los cristales de la indiferencia, mil suspiros y esa sensación de abandono, de pérdida, de derrota sin poder encontrar la respuesta, fueron los primeros síntomas.
En un mar revuelto de emociones, aprendimos a mantener el equilibrio entre las tempestades que amenazaban con hundir ese barco que sin rumbo navegaba. Nada nos unía pero era tan difícil escapar de esa atracción animal que nos desvelaba, que nos arrastraba hacia el abismo del placer sin límites. ¿Me equivoco?
Una mirada, un café compartido eran la mejor excusa para matarnos sin compasión en cualquier cama de hotel. El grito de la piel, los gemidos del deseo, el aroma a carne saciada quedaron para siempre grabados en la retina de un tiempo que no se fue.
Nada sabíamos de esa extraña enfermedad, silenciosa y mortal, que muchos llaman “Amor”.
El amor nos tomó de sorpresa. Nos tendió una trampa y sin saberlo caímos inevitablemente, bella enfermedad para nuestros corazones desarmados.
Una mirada furtiva, las palabras, en vilo, ahogadas en la garganta, el roce de unas manos, la piel estremecida, el silencio a punto de explotar contra los cristales de la indiferencia, mil suspiros y esa sensación de abandono, de pérdida, de derrota sin poder encontrar la respuesta, fueron los primeros síntomas.
En un mar revuelto de emociones, aprendimos a mantener el equilibrio entre las tempestades que amenazaban con hundir ese barco que sin rumbo navegaba. Nada nos unía pero era tan difícil escapar de esa atracción animal que nos desvelaba, que nos arrastraba hacia el abismo del placer sin límites. ¿Me equivoco?
Una mirada, un café compartido eran la mejor excusa para matarnos sin compasión en cualquier cama de hotel. El grito de la piel, los gemidos del deseo, el aroma a carne saciada quedaron para siempre grabados en la retina de un tiempo que no se fue.
Nada sabíamos de esa extraña enfermedad, silenciosa y mortal, que muchos llaman “Amor”.
Pedro,
te amo de verdad, no eludiré decirle la verdad a Fabián, ya conociste a mis
socios, ellos saben todo, no dejaré de hablar con mi hijo. No tengas miedo ni
dudes de mí. Tal vez nos cueste un poco acomodar nuestros mundos, pero con
confianza será más fácil.
__
Yo confío en ti, no sé si yo pueda estar a la altura, te lo he dicho. Extraño
el trabajo, a Diego, a mis compañeros, esto de ser un hombre serio de pronto me
va a costar.
__Las
indecisiones son el resultado de la falta de confianza en uno mismo, derivando
fantasmas que practican su profesión en nuestra mente, torturando tus miedos,
aumentando las dudas en cada acción que realices. Sos inteligente y capaz,
puedes verlos cuando quieras si te organizas. La indecisión en la vida provoca
el alejamiento en todas las facetas de la convivencia humana, ya lo entendí, por ello no aplazaré la verdad
pase lo que pase con mi hijo, prefiero tener el valor de expresar lo que siento
aunque me equivoque, que callar por temor a ofender, pienso que la vida hay que
llevarla como cada cual piensa en su mente.
Siempre
navegaremos rodeados de errores buscando la perfección, de mentiras sabias
arraigadas al engaño, verdades hermosas que se rinden ante la lealtad, de celos
indomables como verdugos aliados a la desconfianza, de miedos permanentes que
se acompañan de un valor que finge su verdadero rostro. Cuando decidas comentar
o hacer algo nunca dudes de tu fuerza e instinto, obliga a la incertidumbre de tus
pensamientos a rendirse ante el valor y convicción que posees en tu mente.
Abrígate de principios y pierde los temores que te encarcelan tus sentimientos
más sagrados y has fluir la valentía y sinceridad de tus palabras con destino a
la libertad del viento.
Prefiero
morir expresando mis verdades sin miedo, que vivir callando las dudas de mis
sentimientos y eso lo aprendí de vos.
__Bésame
con esa delicadeza que te caracteriza, deseo sentir tus labios recorrer por
todo mi cuerpo, hasta saciar su sed. Tócame con todas tus fuerzas y hazme tuyo
sin pensarlo una vez más, que te doy permiso para continuar estos deseos.
Háblame tan cerca de mi oído hasta sentir ese cosquilleo en mi piel, donde sienta escalofríos sin detenerlos. Sujétame a ti, con esas ansias de lujuria y perversión que atraviesan por tu mente cuando estoy lejos y deseas todo de mí.
Llévame al paraíso donde solo existimos tú y yo, quiero ir caminando desnudos y tomados de la mano sin detenernos.
Enamórame que quiero sentirme único, soñar que solo yo existo, vivir como nunca, gozar sin límites pero contigo.
Compláceme en todos mis caprichos que yo responderé a los tuyos haciendo horas inolvidables e insaciables para ti.
Háblame tan cerca de mi oído hasta sentir ese cosquilleo en mi piel, donde sienta escalofríos sin detenerlos. Sujétame a ti, con esas ansias de lujuria y perversión que atraviesan por tu mente cuando estoy lejos y deseas todo de mí.
Llévame al paraíso donde solo existimos tú y yo, quiero ir caminando desnudos y tomados de la mano sin detenernos.
Enamórame que quiero sentirme único, soñar que solo yo existo, vivir como nunca, gozar sin límites pero contigo.
Compláceme en todos mis caprichos que yo responderé a los tuyos haciendo horas inolvidables e insaciables para ti.
__Ahora
no, iré a la UBA, estudia, tengo para tres horas de reuniones, si quieres,
pásame a buscar y desde allí iremos al estudio, pero trae el libro para seguir
estudiando.
__Y
sí, porque estoy como oyente, me resultará más fácil así, tengo más memoria
auditiva que visual.
__Está
bien, acomoda tu ropa y nada más, al regresar a la noche ordenaré la mía,
vamos.
Guille
se marchó a las reuniones y yo siento que tengo hormigas en la piel, he hecho
miles de llamados, quién me mandará a andar escribiendo tonterías.
Cuando
llegué al departamento me metí a mi cuarto de estudio, el que dejamos para ello
para hacer mi tarea. Pero al momento de vaciar mis cosas… ¡No puede ser, dejé
el papel sobre la mesa!
Oh dios esto es mi fin, no sé qué voy a hacer, se puede enterar cualquiera que lo lea; ¡estoy perdido Dios mío!
Juro que no pude dormir de la maldita preocupación que invadió mi mente al olvidar esa maldita hoja. Comenzó a trabajar mi mente como loca y lloré solo de pensar lo peor.
Oh dios esto es mi fin, no sé qué voy a hacer, se puede enterar cualquiera que lo lea; ¡estoy perdido Dios mío!
Juro que no pude dormir de la maldita preocupación que invadió mi mente al olvidar esa maldita hoja. Comenzó a trabajar mi mente como loca y lloré solo de pensar lo peor.
Él
no sabe nada, puede que quedara en casa de mis padres, con lo que a uno o a los
dos les dará un infarto si lo leen o lo más seguro es que la dejara en la
facultad, o quizá en el estudio.
Es otro día donde tengo esa misma materia. Y no pude concentrarme solo de pensar quién se pudo encontrar ese dichoso papel. Mis compañeros están en su rollo por lo tanto ninguno de ellos lo tomó y hasta respiré tan profundo, que sentí que mi alma regresaba al cuerpo cuando llegué y lo comprobé, aunque me quedé atónito al verlo a él, allí, en la cátedra.
Es otro día donde tengo esa misma materia. Y no pude concentrarme solo de pensar quién se pudo encontrar ese dichoso papel. Mis compañeros están en su rollo por lo tanto ninguno de ellos lo tomó y hasta respiré tan profundo, que sentí que mi alma regresaba al cuerpo cuando llegué y lo comprobé, aunque me quedé atónito al verlo a él, allí, en la cátedra.
El
chico de al lado me dijo que está reemplazando a alguien, pero ahora mismo me
enoja que no me lo haya dicho.
Al terminar la clase dijo el profesor:
-Ya pueden retirarse, nos vemos en la próxima clase.
Me levanté de la banca y rápidamente metí mis cosas en la mochila para salir más rápido que ellos. Pero no pude, intenté caminar lo más rápido posible cuando oí la voz del profe decirme.
__ ¡Usted no se va señor!
Dios, creo que él encontró esa maldita hoja. En ese momento me puse a temblar de nervios y miedo, el sudor se apoderó de mi cuerpo y mi rostro se cubrió de timidez y vergüenza.
Tan solo me alegro que no sepa cómo, pero terminé en la cátedra de Guille, solo que no me había dicho que la tuviera. Le seguí la corriente.
-Leí su hoja que olvidó el otro día. ¿Lo recuerda?
Y solo salió de mi boca un.
-Sí.
-Pues lo espero afuera de la facultad. No se le olvide venir vestidito de una forma que me provoque.
¡No podía creerlo!, mi sueño se hará toda una realidad.
Por fin llegó la noche y ya estaba afuera del plantel; le hice caso a mi profe vistiéndome de una manera sexy y diferente. Confieso que tuve que comprar una bóxer que sé que le gustará.
Al salir lo vi muy bien vestido, me encantó el color de su saco. Era un color que lucía muy bien y que dejaba muchas cosas a la imaginación. Yo me vestí en casa de mis padres y él supongo que en la nuestra.
Después nos fuimos muy lejos, recuerdo que ya era casi a las afueras de la ciudad. Al bajar del auto me cargó y nos metimos a un hotel muy grande y lujoso.
La habitación estaba muy adornada tenía rosas, velas aromáticas, un buen vino y unas sábanas muy suaves, bordadas y bonitas.
Ya estaba a punto de acostarme, pero me detuvo y nos besamos apasionadamente. Minutos después los besos se desubicaron y fueron rondando uno a uno por mi cuello, orejas, cabello y pecho.
Cuando desaparecieron los besos también fue desapareciendo la ropa. Él de una forma dulce y sensual quitó mi camisa, mientras que yo salvajemente le arranqué la suya. Después de un largo rato comenzamos a tocarnos y a rasguñarnos.
Yo le rasguñé la espalda escribiendo que fue mía en esta noche y que en verdad se había cumplido una de mis tantas fantasías. Todo estaba marchando bien, juro que me porté bien; pero al momento de aventarme a la cama a modo de acostarme, despertó a ese diablito que nadie había despertado y menos con esa intensidad.
Todo se descontroló cuando mis gritos, gemidos y groserías salían de mi boca. ¡No pude evitarlo!, pues el al momento de adentrarse en mí me lo pedía sin cesar.
Nunca me había editado tanto como hasta ahora, primeramente, se portó súper cariñoso y después fue todo un demonio que sin pensarlo dos veces hizo de mí y de mi cuerpo las mejores artes.
Me dejó extasiado, exhausto y con ganas de volver a repetir esta locura. Y si él me lo pide con gusto lo hago y le cumplo todos sus caprichitos; desde el más tonto, hasta el más perverso.
Cuando terminamos nos tomamos un par de copas y nos quedamos profundamente dormidos, abrazándonos de una forma muy extraña que parecía una trampa de ambos.
Al día siguiente cada quien tenía que tomar su camino, pero antes de salir de la habitación sucedió algo extraño. Al despertar primeramente conversamos recordando todo lo que había sucedido la noche anterior.
Y antes de partir me hizo suyo por segunda ocasión, pero esta vez dejando estigmas sobre mi cuerpo y uno que otro beso que ni bañándome pueda borrarse. Y ya por último dijo que le encantaría verme aquí todas las noches posibles y con gusto acepté.
Ahora cada vez que podamos vendremos a este lugar a escondernos de lo demás para cumplir nuestras fantasías, caprichitos y una que otra venganza.
Miércoles
15 de noviembre.
__Bueno,
hoy no hay escapadas, hoy yo voy a la UBA y vos te quedas a estudiar hasta la
hora de la clase, nada de trampas ni fantasías. Pedro, precioso, si rindes esa
dichosa materia, nos iremos unos días de vacaciones, solos. Si tienes que
reingresar en cambio, olvídalo.
__Mandón,
está bien, rendiré. Vete que me distraes.
__Bueno,
Graziani, al fin se lo ve profesor __dijo Nazarre al llegar a la mesa de
Guillermo que leyendo tomaba su café.
__No te acomodes, no te invité a sentarte, Franco.
__!Qué
antipático, Guillermo! ¿Desde cuándo te gusta la soledad?
No
me digas que es verdad lo que se comenta, porque no lo creo, que Guillermo
Graziani tenga una relación sería es algo imposible _dijo remarcando la última
palabra acercando la silla ___. Quizá lo más posible sea que seas más selectivo ahora que eres
rico.
__No
soy rico o sí, ni siquiera he tenido tiempo de darme cuenta, pero sí tengo un
novio, estoy enamorado es lo que quiero decirte, no es uno más y está por
llegar, lo estoy esperando, por lo tanto vete, Franco. Pedro es celoso, no
quiero una pelea con él.
__!Pedro!
¿Lo conozco?
__No
lo sé, y puede que lo conozcas porque de hecho estudia acá.
__No
lo puedo creer, un estudiante te robó el corazón, Guillermo deja de comportarte
como si tuvieras la edad de tu hijo, no va uno de veinte contigo, por allí iba
la cosa.
__Ya, me cansaste Nazarre, no estoy saliendo con
un chico de veinte, pasa que Pedro no pudo estudiar antes pero tiene tu edad o
más, déjame en paz. Estoy comprometido, vivimos juntos, es mi novio, ¿se
entiende?
La
mano de Nazarre fue a parar a la mejilla de Guillermo y los labios se acercaron
demasiado para el momento en que Pedro llegaba y se quedó de piedra anclado en
la puerta.
“Maldita
sea mi estupidez, cómo un hombre como él iba a enamorarse de mí. ¿Cómo se
atrevió a ir de mis padres, a llevarme al departamento?”
__Mierda,
Pedro, déjame en paz, idiota, nos vio.
Guillermo
empujó a Nazarre que dio contra el respaldo de la silla, pero para cuando
salió, la silueta de Pedro había
desaparecido entre los alumnos que iban y venían por los pasillos, comprobó la
señal y no tenía como para llamarlo con lo que salió del edificio en busca de
poder llamarlo.
“Freud
rebuscaba en los océanos de la infamia un remoto lugar que nadie ha podido
ubicar en ninguna parte. Ese lugar existe en la subjetividad, donde cada terco
tiene su estructura, donde los locos se revuelcan sobre sábanas huecas
liberándose de sus fobias; lugar donde los remolinos son como niños pequeños y
donde los grandes fuegos se apagan, silenciosamente. Nace en aquel espacio
nunca hallado por cirujanos de manos expertas, en ese rinconcito rojo,
palpitante, impenetrable, desde donde irrumpe, apocalíptico, complejo, fugaz.
Es allí donde te marcan para siempre. Ahí en ese lugarcito, que creemos
conocer, es donde yo te he encontrado a ti, besándote, desnudándote y
tomándote. Ya no eres el chico que reconocía pecho lampiño, absurdo y sudamericano.
Cuando dominemos a los remolinos, cuando nuestras manos de niños subyuguen la fuerza de los fuegos fatuos, en ese instante supremo de la contracción y el coito seremos libres. Nadie anulará lo que encontré en el fondo de tus penurias. El túnel que te dibujé ayer nos espera, tenemos que llegar hasta ahí desnudos, sin taras. El pasado está en convivencia con el mar de tus entrañas y este lo ha arrastrado hasta el olvido. El recuerdo es hermoso, pero al igual que el mar pasa dejándonos su sabor agridulce, no olvidemos que solo es agua que sigue su camino. Ya no somos dos. Ahora somos uno para enfrentarnos ante los ojos víboras de este mundo.
Despierta. Adéntrate, mi corazón te espera. No te equivoques, tu camino soy yo. Pues los pasos que tú das, son los pasos que yo ya he dado.
Cuando dominemos a los remolinos, cuando nuestras manos de niños subyuguen la fuerza de los fuegos fatuos, en ese instante supremo de la contracción y el coito seremos libres. Nadie anulará lo que encontré en el fondo de tus penurias. El túnel que te dibujé ayer nos espera, tenemos que llegar hasta ahí desnudos, sin taras. El pasado está en convivencia con el mar de tus entrañas y este lo ha arrastrado hasta el olvido. El recuerdo es hermoso, pero al igual que el mar pasa dejándonos su sabor agridulce, no olvidemos que solo es agua que sigue su camino. Ya no somos dos. Ahora somos uno para enfrentarnos ante los ojos víboras de este mundo.
Despierta. Adéntrate, mi corazón te espera. No te equivoques, tu camino soy yo. Pues los pasos que tú das, son los pasos que yo ya he dado.
Recuerda
lo que hablamos amorcito, la confianza, ese
tipo que viste no es nadie, te amo a vos.
Cómo
quisiera estar a tu lado, hacerte compañía, poder besar tus labios y entregarme
a tu vida, para recorrer los dos juntos un amor
de novela.
Cómo quisiera ser la poesía más hermosa que alguien pudiera escribir.
Ser tu hoja en blanco para que allí viajaras con tus letras y me leas a mí.
Y seas vos mi pincel que en mi cuerpo plasmes, cada sentimiento de amor sin omitir detalles.
Tu hoja, tus pincelitos escritos, cada letra, cada palabra, cada punto, cada coma, punto y coma aparte, seguido y final,
Tu cielo, tu estrella, los planetas, la constelación entera, tu universo, tu mundo, solo yo.
Ser parte de vos, cada caricia, cada gesto, cada beso, cada mirada, unirme a tu cuerpo en una entrega total, alma, mente, pensamiento, que no quede nada sin tocar, mirar, satisfechos, embriagados de un amor sin término, hasta la eternidad.
Sin sentir ni miedos, ni pena cuando lo que hacemos es amar tatuando en lo infinito y en el tiempo de que no faltó nada pues todo lo agotaste, pasaste límites; lo que viviste y experimentaste cuando llegué, en su momento poder decir que fue un amor verdadero.
Cómo quisiera ser la poesía más hermosa que alguien pudiera escribir.
Ser tu hoja en blanco para que allí viajaras con tus letras y me leas a mí.
Y seas vos mi pincel que en mi cuerpo plasmes, cada sentimiento de amor sin omitir detalles.
Tu hoja, tus pincelitos escritos, cada letra, cada palabra, cada punto, cada coma, punto y coma aparte, seguido y final,
Tu cielo, tu estrella, los planetas, la constelación entera, tu universo, tu mundo, solo yo.
Ser parte de vos, cada caricia, cada gesto, cada beso, cada mirada, unirme a tu cuerpo en una entrega total, alma, mente, pensamiento, que no quede nada sin tocar, mirar, satisfechos, embriagados de un amor sin término, hasta la eternidad.
Sin sentir ni miedos, ni pena cuando lo que hacemos es amar tatuando en lo infinito y en el tiempo de que no faltó nada pues todo lo agotaste, pasaste límites; lo que viviste y experimentaste cuando llegué, en su momento poder decir que fue un amor verdadero.
Porque descubriste lo hermoso, lo bello, lo
limpio, lo puro, y con ello ilusiones, fantasías, también lo oscuro pero le
diste luz con un corazón abierto, dispuesto a crear sus mundos así sean polos
opuestos, a querer complicarte la vida porque quieres ser dueño de cada momento
vivido marcando destinos; asumiendo peligros, recorriendo caminos, continuar
dando la batalla en medio de una guerra de leones, tal vez serpientes,
cucarachas y ratones, en medio de tentaciones donde puedas decir no y no caer
por tus temores, enfrentando y ganando,
superando los errores con un volver a empezar y no quedarte en el pasado, no
quedarte anclado, a sacar tus alas y volar,
esto lo hacen mis alas hoy que me hacen
volar sin atarme a la razón y que
te enamores cada día más.
Este es mi mundo donde aprendí a sentir, a decir lo que quiero, lo que siento, poderlo transmitir, se lo debo a los maestros esos que me enseñaron, no solo a leer y escribir, sino a analizar las letras, empezarlas a unir y entregar un escrito que te inspire a creer en vos, y te lo debo a vos que me hizo olvidar toda estructura, Pedro, contéstame”.
Este es mi mundo donde aprendí a sentir, a decir lo que quiero, lo que siento, poderlo transmitir, se lo debo a los maestros esos que me enseñaron, no solo a leer y escribir, sino a analizar las letras, empezarlas a unir y entregar un escrito que te inspire a creer en vos, y te lo debo a vos que me hizo olvidar toda estructura, Pedro, contéstame”.
“Hoy
creo que luché demasiado para salvar lo nuestro, rogando por un poco de tu
cariño, esperando ese milagro de algún día ser tu prioridad.
Enfrenté a los vientos que querían derrumbar mi casa, acudiendo al mismo cielo a cada instante de mi vida para pedir ayuda, antes de que esta se desmoronara ante mis ojos. Supliqué una y mil veces que me dejaras entrar a tu alma, pero no hubo caso, no lograbas amarme como yo tanto lo anhelaba.
Enfrenté a los vientos que querían derrumbar mi casa, acudiendo al mismo cielo a cada instante de mi vida para pedir ayuda, antes de que esta se desmoronara ante mis ojos. Supliqué una y mil veces que me dejaras entrar a tu alma, pero no hubo caso, no lograbas amarme como yo tanto lo anhelaba.
Siempre
te fui fiel hasta en mis pensamientos, y te esperaba para halagarte cuando
llegaras a casa. Pero como una forma de huida, te inventabas alguna tarea para
mantener la distancia entre ambos.
Hubo esos momentos, donde el mismo infierno abría su gran boca para tragarnos, y hasta el aire de nuestro entorno parecía convertirse en una nube espesa y congelada. Pero yo no iba a cederles a esos demonios mi sagrado territorio, logrando enfrentarlos con más fuerza y haciéndolos retroceder.
Hubo esos momentos, donde el mismo infierno abría su gran boca para tragarnos, y hasta el aire de nuestro entorno parecía convertirse en una nube espesa y congelada. Pero yo no iba a cederles a esos demonios mi sagrado territorio, logrando enfrentarlos con más fuerza y haciéndolos retroceder.
Acepté
todas y cada una de tus limitaciones, esperando que algún día pudieras valorar
mi entrega. Llevé la casa a cuestas como el caracol, porque a ti te parecía
demasiado esa tarea. Muchas veces te sentía como un huésped que iba de paso en
nuestro hogar, y un día decidiste que ya era tiempo de partir, buscando esa
libertad deseada y te marchaste, del hotel como hoy del departamento y cada vez
que lo haces te encuentras con otra u otro.
Tengo
muy en claro que ahora te pesa demasiado esa decisión de ser mi novio y que sientes mucha culpa por ello, pero fue
lo mejor para los dos. Ahora solo deseo que te encuentres para alcanzar la paz,
mientras yo sigo dando esos pasos certeros en el camino hacia mi meta.
Si
no puedes ser solo mío, no lo seas de ninguna forma, Guille.”
__
Dejo
el móvil sobre la mesita mientras seco las lágrimas con el dorso de mi mano.
¿Por qué tiene que ser tan persistente? ¿Por qué no acepta lo que le digo, sin
más?
Vuelvo a tomar entre mis manos el estúpido aparato y tecleo con fuerza, decidido, casi sin ver la pantalla debido a la humedad que me nubla la vista.
Vuelvo a tomar entre mis manos el estúpido aparato y tecleo con fuerza, decidido, casi sin ver la pantalla debido a la humedad que me nubla la vista.
__Guille:
Olvídate de mí. No tengo nada que ofrecer y no estoy preparado para tener una
relación con nadie, como no lo estás tú para ser fiel.
Apago mi Smartphone. No quiero seguir hablando del tema. No quiero exponerme ante él. Ya sabe mucho más de lo que debería. Le he dejado entrar demasiado adentro en las últimas semanas, no podría soportar más. Cuanto más sepa, peor y más difícil se me hará apartarlo de mi lado.
Recojo las ilusiones, el calor y la pasión que sus besos me han procurado. Los instalo en lo más profundo del alma, los escondo para intentar no encontrarlos de nuevo. No puedo aceptar ese regalo, no tomaré una segunda oportunidad que no está en mi destino tener, y salgo con lo puesto y mi mochila.
__
Había
algo reconfortante en un bar abarrotado, en el que tenías que estirar el brazo
por encima de tres filas de personas para conseguir la atención del camarero, y
donde tenías suerte si dos tercios de la bebida seguían en la copa después de
abrirte paso para volver a una mesa. Según me había dicho Diego, el bar estaba
siempre atestado, siempre divertido, un clásico de los bares de Buenos Aires como para distraerte de un señor
arrogante que acaba de engañarte. Y esa noche, incluso no siendo fin de semana
estaba hasta el techo de gente, lo suficientemente lleno para que el ruido, los
camareros que no paraban de moverse y el tintineo de copas y botellas borraran
los sucesos del día de mi cabeza.
Nos
pimplamos un par de cervezas cada uno, de pie en la barra, y Diego me presentó
a unos chicos que él conocía del gimnasio, cuyos nombres olvidé casi de
inmediato, pero que eran divertidos y simpáticos y solo necesitaban a alguien
desconocido como excusa para insultarse libremente unos a otros. Al final
conseguimos abrirnos paso hasta una mesa más apartada donde bebí algo más y
comí una hamburguesa de queso, lo que me hizo sentirme un poco mejor.
__
¿Por qué no lo llamas y escuchas lo que tenga para decir?
__No quiero, me ha dejado decenas de mensajes, se hace el psicólogo, que aprenda a ser fiel antes de volver a acercarse. Me harté, Diego. Que yo sea un principiante de abogado, y su empleado no le da derecho a tener dos mujeres y no sé cuántos amantes.
__No quiero, me ha dejado decenas de mensajes, se hace el psicólogo, que aprenda a ser fiel antes de volver a acercarse. Me harté, Diego. Que yo sea un principiante de abogado, y su empleado no le da derecho a tener dos mujeres y no sé cuántos amantes.
__Tal
vez no sea así.
__Sé
muy bien lo que vi. Pareciera que excepto los socios, el resto son todos
amantes. Yo así no estaré a su lado, no me importa que sea millonario ni su
facha.
__
Un día del año fue un día hermoso y
primaveral, por lo menos en esta parte de la tierra. Caminaba con los
auriculares a tope escuchando mi música preferida y las notificaciones de las
redes sociales. La costumbre de salir a caminar un rato como para tratar de
recordar ese mundo que se perdió y que no va a volver. Sentir en mis fosas
nasales circular el aire con flores y savia que tanto bien hace al alma. Un
poco adelante caminaban a paso exagerado, lo que supuse dos amigas, quienes
celular en mano, daban por sentado a la compañera solo por el hecho de haberse
citado allí y no por verse. No se comunicaban entre sí de la manera
tradicional, aunque ahora la tradicional es esta manera. En ese momento crucé
un joven que le hablaba al celular y hacía gestos denodados, como si el aparato
no entendiese. En un banco a la vera del sendero, dos niños, uno de ellos con
una pelota de fútbol en la mano, conversaban entre sí, parecía a simple vista,
pero no, cada uno con su respectivo interlocutor a cierta distancia vía
internet.
En ese mismo instante en que me parece haber percibido el mundo que me rodeaba, mundo de autómatas institucionalizados, lobotomizados por las ondas cortas y toda suerte de imágenes perjudiciales aunque no lo fuesen en sí mismas, lobotomía de LED y golpecitos a la pantalla, de mirada extasiada y rutina de ignorancia del entorno o del entorno natural, o del que debería ser natural, algo sucedió. Como en coreografía perfectamente ensayada, todos no detuvimos. Yo casi rebasando a las compañeras que caminaban. Quizá por eso pude notar los ojos de una de ellas cómo se convirtieron en humanos otra vez y recuperaron el brillo.
En ese mismo instante en que me parece haber percibido el mundo que me rodeaba, mundo de autómatas institucionalizados, lobotomizados por las ondas cortas y toda suerte de imágenes perjudiciales aunque no lo fuesen en sí mismas, lobotomía de LED y golpecitos a la pantalla, de mirada extasiada y rutina de ignorancia del entorno o del entorno natural, o del que debería ser natural, algo sucedió. Como en coreografía perfectamente ensayada, todos no detuvimos. Yo casi rebasando a las compañeras que caminaban. Quizá por eso pude notar los ojos de una de ellas cómo se convirtieron en humanos otra vez y recuperaron el brillo.
Todos detenidos sin saber qué hacer. Nos
miramos y aturdidos por el fenómeno, intentamos una explicación pero no
recordábamos cómo se hablaba frente a frente. Los autos detenidos, la gente en
la calle había abandonado sus hogares y salieron a preguntar qué sucedía. Los
rostros desencajados, miedo, pavor, sentimiento de desamparo y otros se podían
oler en el ambiente. “¡¿Qué vamos a hacer!?”, gritó una de las caminantes
mientras arrojaba con fuerzas su Smartphone al suelo y lo hacía añicos. La otra
intentó consolarla pero no supo cómo. Habíamos perdido ese matiz que nos
diferenciaba de los animales, de otros animales. Parecíamos marionetas a las
les habían cortado los hilos y ahora se encontraban libradas al azar. Entre la
confusión y lo sórdido de aquella situación, tuve una pequeña visión, una
fragancia conocida de humanidad unida en sentimientos que no se transmitían por
fibra óptica. Recordé las caricias de mamá y esas charlas con ojos grandes y el
esfuerzo por entenderla. Recordé cómo una palabra te emociona y humedece tus
ojos como ahora lo hago con las gotas. Recordé tantas cosas y vi en los ojos de
estos aquí conmigo, que de alguna manera estaban felices de sentirse humanos
otra vez.
Entre treinta y ocho y cuarenta semanas después del apagón de los satélites y las comunicaciones debido a la gigantesca onda electromagnética generada por la explosión de una central termonuclear ubicada en medio oriente, se registró en el mundo la mayor cantidad de nacimientos habidos en un corto período en la historia moderna de la humanidad. Poco tiempo después de aquel evento que duró hasta el amanecer de próximo día, se comenzó a llamarlo: “El día de la nostalgia”, y hasta algunos apagan sus celulares ese día, como tratando de encontrar algo que nunca va a volver ya.
Entre treinta y ocho y cuarenta semanas después del apagón de los satélites y las comunicaciones debido a la gigantesca onda electromagnética generada por la explosión de una central termonuclear ubicada en medio oriente, se registró en el mundo la mayor cantidad de nacimientos habidos en un corto período en la historia moderna de la humanidad. Poco tiempo después de aquel evento que duró hasta el amanecer de próximo día, se comenzó a llamarlo: “El día de la nostalgia”, y hasta algunos apagan sus celulares ese día, como tratando de encontrar algo que nunca va a volver ya.
__Mierda ¿qué más va a suceder ahora? ¿Cómo
sé a dónde estás, Pedro?
Estudio Graziani y asociados.
__No Guille, Pedro no vino, no le hemos
visto, y esto es un quilombo sin teléfonos, llovieron los clientes y de nuevo
preguntaban por vos _dijo Beto nervioso.
__Y yo necesito encontrar a Pedro, y no sé ya
cómo rastrearlo, apenas acabo de mudarme con él, y ya lo he perdido.
__ Guille, es que tendrías que haber sido
claro con tus ex antes, ellos no te
creen, es más deja a Pedro que debe de estar con alguno de los amigos y usa
esta escapada para decirle todo a Fabián.
__No Beto, lo conozco, se siente inferior, no
termina de confiar en mí, si no le explico y lo llevo de regreso al
departamento, lo perderé, ni con las alianzas quiso aceptarme.
__Y algo de razón tiene el pibe, Guille.
Antes de él, nunca fuiste fiel ni a tu
sombra, hasta Nazarre y los otros tienen razón.
__ ¿Vos de qué lado estás?
__Del tuyo, Guille, pero no por eso dejo de
entenderlo a él.
__No puedo pensar en Fabián y en cómo me va a
odiar por un tiempo ahora mismo, no si no encuentro a Pedro. Dile a los
clientes que me fui de viaje, si logro encontrarlo y que regrese conmigo, me
encerraré con él a ayudarlo a estudiar,
no quiero ver a nadie hasta que no rinda, luego nos iremos de viaje solos y me
comprometeré como debe de ser, si es que no me caso antes de regresar, necesito
que se sienta seguro de que lo amo, de que no es menos o uno más. Iré a
rastrear a los amigos del hotel.
__
Alrededor de las diez p. m. mientras los
chicos estaban ocupados imitando a otras personas del gimnasio, con expresiones
faciales y venas hinchadas incluidas, me levanté para ir al baño.
__ ¿Puedo entonces dormir en tu casa sin que
corras a avisarle? __interrogué a Diego, no quiero preocupar a mis padres.
__Sí, Pedro, claro que puedes, aunque ya
sabes lo que pienso.
__Voy al baño.
Me quedé allí diez minutos, disfrutando del
relativo silencio al que comenzaba a acostumbrarme mientras me lavé los ojos
hinchados y me peiné como pude con los dedos. Intenté no pensar en qué estaría
haciendo él. Lo que antes era un consuelo, había empezado a ser causa de que se
me formara un nudo en el estómago, y no quería seguir llorando. Luego volví a
salir.
__ ¿Me estás acosando?
Me giré en redondo en el pasillo. Allí estaba
el otro, que Guille cree que no vi en la piscina pero que me preocupé por saber
quién es, Matías Olazábal, en camisa y vaqueros, con las cejas arqueadas. Me
tendió la mano.
__ ¿Qué? ¡Ah, hola! _dije, mientras me
llevaba la mano instintivamente al pelo___. No…, no, he venido con unos amigos.
Te conozco de la piscina, te vi con Guillermo.
_Es broma, lo del acoso. ¿Cómo estás, Pedro
Beggio? Muy lejos de todos lados __comentó mientras se acercó y me plantó un
beso en la mejilla. Al menos este no está con Guillermo y olía
maravillosamente, a lima y algo suave y almizclado__. Vaya. Eso ha sido muy
poético.
__Me estoy recorriendo todos los bares de
Buenos Aires, ya sabes cómo es supongo.
__Sí, claro. Lo de probar cosas nuevas, me
gusta esa actitud. Estás muy lindo _dijo el fachero mirando mi atuendo informal.
__Es que he tenido que ir a la facultad, no
hice tiempo a cambiarte, tengo… creo que voy a rendir en diciembre.
__Te va bien ese estilo, ¿estás estudiando
derecho?
__Sí, empezando, aunque no sé si podré.
__Te va bien ese estilo de vestir. ¿Quieres
una cerveza?
__Es que… no puedo dejar a mis amigos _dije.
Él pareció ligeramente decepcionado__. Pero ven con nosotros. __añadí.
__! Genial! Deja que se lo diga a mi gente
con la que estoy. En realidad hago de sujetavelas en una cita… Se alegrarán de
deshacerse de mí. ¿Dónde están?
Me abrí paso de nuevo hasta Diego, con la
piel de la cara súbitamente ruborizada y un ligero zumbido en los oídos. Daba
igual lo diferente que sea este Matías, me es imposible mirarlo y no pensar en
Guille.
__Me he encontrado con un amigo _dije, justo
cuando el fachero aparecía.
__Con un amigo__ repitió Diego.
Los presenté.
Matías extendió la mano, se inclinó hacia
delante y estrechó la de Diego. Vi cómo mi amigo lo repasaba de arriba abajo,
antes de mirarme a mí. Yo esbocé una sonrisa radiante y neutral como si tuviera
un millón de amigos guapos esparcidos por Buenos Aires del ámbito jurídico que
quisieran venir a unirse a nosotros en los bares.
__ ¿Alguien quiere una cerveza? .preguntó
Matías _. Aquí la comida también es buenísima, por si a alguien le interesa.
__ ¿Un amigo? __murmuró Diego, mientras
Matías iba hacia la barra.
__Sí, uno de él mejor dicho, pero se acercó a
mí. Lo conocí de lejos mientras susurraba a Guillermo, al menos así sé que no
está con él.
Diego pareció reflexionar sobre ello, me miró
y luego miró a Matías.
__Pedro, todo ese rollo de decir que sí a la
vida…
__Quiero a Guille, este no me interesa por
fachero y ojos verdes que tenga.
__Claro que sí, tío, solo era un comentario.
__Te recuerdo que el infiel no soy yo.
Sentí la mirada escrutadora de Diego durante
el resto de la noche. De alguna manera Matías y yo acabamos en un extremo de la
mesa, alejados de todos los demás, hablando de trabajo y de las insensatas
dosis de antidepresivos y opiáceos que sus compañeros se metían cada día
simplemente para cumplir con las obligaciones del estudio, de cuánto se
esforzaba en no ofender a su irascible jefe, de que nunca lo valoraba, del
apartamento que nunca tenía tiempo para decorar, y de lo que había sucedido
cuando su madre, obsesionada con la limpieza, había venido a visitarlo. Yo lo
oía, sonreía, asentía e intentaba asegurarme de que, cuando lo miraba a la
cara, fuera de una manera adecuada e interesada, y no en plan obsesivo y
melancólico.
__ ¿Y tú qué, Pedro? Apenas has hablado de ti
en toda la noche.
De pronto me encontré no sabiendo bien si
tenía trabajo, novio o algo.
__Matías, tengo que decirte algo.
Él se inclinó para oírme.
__No me digas que estás casado.
__No.
__Bueno, algo es algo, al menos no te casaste
con Guillermo que es lo que él me insinuó. No es un tipo que te convenga.
¿Tienes una enfermedad incurable o algo así? __ preguntó. Yo negué con la
cabeza __ ¿te aburres? Te aburres. ¿Preferirías estar hablando con otra
persona, en otro lugar? Lo entiendo. Apenas he respirado.
Me eché a reír por no llorar.
__No. No es el caso. Eres una compañía genial
_contesté. Y bajé la vista hacia el suelo__. No soy… quien crees que soy. No
soy del nivel de Guillermo quiero decir. Hace dos días que estudio derecho
aunque siempre quise hacerlo, el hecho es que soy demasiado pobre para darme
ese lujo, tengo que mantener a mis padres, era empleado de uno de los hoteles
que Guillermo heredó. Eso, al fin solo soy… su empleado.
__ ¿Y? __preguntó. Lo miré __. Todo el mundo
exagera sobre sí mismo. Además nunca me has mentido, solo te vi de lejos en un
hotel importante y pensé que tenías dinero, pero eso no importa. Todos los
empleados de banco dicen ser presidentes y son cajeros. Todos los camareros
tienen una productora.
__ ¿Y no te importa que sea pobre?
__No. Y si Graziani te deja sin trabajo, también yo puedo
emplearte en mi estudio. Baunes, es tan a más prestigioso que el suyo. Estoy
encantado de que no estés casado. A no ser que lo estés, y me hayas mentido en
eso también, a juzgar por los celos de él, puede…
Matías
se había hecho con una de mis manos. Noté que mi pecho se quedaba ligeramente
sin aliento y tuve que tragar saliva antes de hablar.
__No. Pero tengo novio.
Matías siguió mirándome a los ojos, tal vez
tratando de ver si se avecinaba alguna frase clave, y luego me soltó la mano de
mala gana.
__Vaya, qué pena, entendí que se habían
peleado _dijo, mientras se recostaba en la silla y daba un largo trago a su
bebida__. ¿Y por qué no está él aquí?
__Porque sí hemos… Ni siquiera. Lo vi con un
tipo en la facultad y me enojé.
__ ¿Y va a venir?
__No.
Hizo una mueca como las que suele hacer la
gente cuando cree que estás haciendo alguna tontería pero no quiere decirlo en
voz alta. Se encogió de hombros.
__Mira, Pedro, no me asombra que vieras a
Guillermo con un hombre. Pero si sigues sintiéndose su novio, podemos ser
amigos. Sabes que aquí todo el mundo queda con todo el mundo, ¿no? No tiene por
qué querer decir nada. Seré tu acompañante increíblemente guapo.
__ ¿Con lo de quedar te refieres a acostarse
unos con otros?
__Vaya. No eres de los que se muerden la
lengua.
__Bueno no, pero no quiero crearte falsas
expectativas.
__Me estás diciendo que esto no va a ser una
relación de amigos con derecho a roce. Vale, Pedro, lo entiendo.
Intenté no sonreír.
__Eres muy atractivo __comentó__. Y creo que
divertido. Y directo. Y no te pareces en nada a nadie que haya conocido.
__Y tú eres encantador.
__Eso es porque estoy un poco embelesado.
__Y yo algo borracho.
__Eso ha dolido mucho _declaró, llevándose
las manos al corazón__. Dime al menos que si lo de Guillermo no funciona
pensarás lo del trabajo, y lo de ser amigos.
En ese momento vi a Diego mirándonos, arqueó
imperceptiblemente una ceja y luego se dio unos golpecitos en la muñeca. Aquello
fue suficiente para llevarme de vuelta a tierra.
__Bueno…
tengo que irme. Mañana madrugo.
__He ido demasiado lejos, te he asustado.
__No. No me asusto fácilmente. Pero mañana
tengo un día complicado. Y mis mañanas no funcionan tras varias pintas de
cerveza y poco sueño.
__ ¿Me llamarás? ¿Para una cerveza platónica?
__Una oferta tentadora, pero…
__En serio. Llámame.
__Te llamará el día que me entierre, Matías
_bramó la voz que conozco demasiado, antes de que el fachero aterrizara sobre
Diego que al parecer había visto llegar a Guille.
__Caramba, Pedro, hoy me la he pasado dando
puñetes, vamos a casa. Matías, te
advertí que está conmigo, que es mi novio.
__Hoy he dejado de serlo.
__Y una… nada, el que viste hoy es un
profesor de la facultad que no cree que estoy fuera de carrera, pero le pasó lo
que a este, vamos.
Me
arrastró de la mano. Y no dejé de notar la mirada de los ojos verdes clavada en
mi espalda durante todo el camino. Diego paró a un taxi y yo giré cuando la
puerta se estaba cerrando. Solo pude verlo por una pequeña rendija mientras
esta acababa de cerrarse, pero fue suficiente para comprobar que todavía estaba
mirando, aunque no supe si a mí o al engreído de mi… novio. Y sonriendo.
Guille me contó lo sucedido, y me juró una y
mil veces que ese cara congelada no era nadie.
__Un rato más tarde, cuando nos enteramos lo que estaba sucediendo, fui a casa y golpeé después de tanto tiempo la puerta, no podía enviarte el típico mensaje de: “Estoy afuera”. Me dolieron los dedos al darlos contra la puerta. No pude enviarte un gif, un corazón latiendo, pero en vez, recién te besé como antes y te miré a los ojos y me volví a enamorar, dejaste de ser caracteres en una pantalla o píxeles, eres real y olí tu cuello y me quedé un siglo o un segundo allí y me emocioné y te abracé tontamente, sin miedo a quedarme sin batería, y acaricié tus cabellos y te dije “Te amo” con palabras y recordé mi voz. La tuya me sonó a gloria. Este evento sucedió hace horas, pero aún digo tu nombre y me estremezco con tu vocecita de nene mimado y huelo tu cuello y trato de ser humano por lo menos con vos.
Nos miramos y en el auto nos tomamos de la
mano y reímos y apagamos los celulares e intercambiamos expresiones de amor.
Por un rato nos gusta sentir que algo puede cambiar. La voz del piloto
automático nos recuerda que llegamos a destino mientras les escribo a mis viejos que estamos por entrar.
__No
te preguntaré lo que sucedió en ese bar ni en todo el día en que desapareciste
porque no quiero volver a discutir, quiero que confíes en mí de una vez por
todas, veas lo que veas, pero por las dudas, no pienso volver a salir de acá,
hasta el año que viene.
__
¿Qué?
__Que
me quedaré con vos y te haré estudiar, cuando hayas rendido, nos iremos de
viaje… solos. Tengo una herencia que no uso, bueno hace siglos que no tomo unos
días.
__
¿De verdad?
__Verdad
es que te amo, me gustaría oírte decir lo mismo.
__Amor,
hoy que transitas conmigo por mi senda, quiero pertenecerte sin inhibiciones,
ser totalmente tuyo, amarte sin reserva, y disfrutar plenamente de tu amor y
tus pasiones, dejar los celos de lado.
Necesito
que tus manos expertas y cálidas me acaricien, incitándome a la pasión y la
lujuria, ser enteramente tuyo. Y hacerte mío, totalmente mío poseyéndote con
dulce furia. Perderme en el precipicio de tu cuerpo, muriendo de emoción por
tus caricias, desahogarme excitado en tus delicias, mientras me apropio de tus
labios y tu sexo. Cobijarme entre tus fuertes brazos, gozar del calor de tu
cuerpo tibio, aferrarme a ti, mientras tus labios, se posan deliciosamente en lo prohibido.
Colmar totalmente tus antojos, ser
desinhibido, ardiente y apasionado,
tocar contigo el cielo al momento del clímax. Y susurrar dulcemente tu nombre sonriendo feliz y mirándote a los ojos totalmente enamorado.
tocar contigo el cielo al momento del clímax. Y susurrar dulcemente tu nombre sonriendo feliz y mirándote a los ojos totalmente enamorado.
__Mis ojos te miran como si compartieran
memorias, historias ya vividas; sentidas.
Te miran como enemigos que te quieren acribillar bajo sus destellos, no conocen de frenos y menos; ante causas perdidas. Ellos son mis signos vitales, y bajo los tuyos se sienten reales. En tus ojos yo curo mis males y viceversa. ¿Y qué si los dos somos porfiados y entre miradas; encontramos sentido y aunamos fuerzas?
Te miran como enemigos que te quieren acribillar bajo sus destellos, no conocen de frenos y menos; ante causas perdidas. Ellos son mis signos vitales, y bajo los tuyos se sienten reales. En tus ojos yo curo mis males y viceversa. ¿Y qué si los dos somos porfiados y entre miradas; encontramos sentido y aunamos fuerzas?
Mis ojos me advierten que vos puedes ser coincidencia, que vaya en procura de mi conciencia y no corra obligado a tu voz. Es por esto que a menudo me desato de ellos y te veo más por lo que siento y sos. Mis ojos se pierden bajo latidos, estos como alaridos me convocan a tus brazos y bajo cálidos pasos, recorro tus pesares. La complicidad del tiempo logra que me
una a vos con este mi corazón y sus males. Mis ojos que ya son tuyos, quieren seguir a contraluz de tu belleza, tu delicadeza y comparecer ante las ilusiones de juntar todos nuestros dones, para permitirnos hacer del cariño; nuestra fuerte promesa “hoy te vengo a buscar.
Quiero
hacerte el amor, al roce de tu piel delicada vibrar. Tenerte me sacude en un
suspiro, para amarnos, el tiempo no importa. Solo pienso en vos, no sé si lo
comprendas, no hay explicación. De vos aprendo a salvarme, me enamoras todos
los días, siempre te espero.
Loco de remate, tan enamorando, sueños entre
suspiros y gemidos. El viento corre entre nuestros cuerpos, tiemblo cada vez
que me besas. Robas caricias de mi piel, me entrego a vos y a vibrar dentro de
vos, mis ganas no cesan de vos, no tengo cura, no hay tiempo para el amor. Te amo, y no te he sido infiel, pero tampoco
quiero que veas a Matías.
Nunca
me he considerado un caballero elegante
ni mucho menos lleno de buenos modales,
tan solo soy aquel hombre que en un
instante pudo escribir sobre sus
tormentas, sobre sus mares. Hay
multitudes que sonríen por compromiso, por estar, por decir que poseen
algo más que unas simples bocas, otras, más forzadas que por la fuerza de la costumbre,
pierden el conjunto de su valor por la comisura de los labios.
Pero su sonrisa, mi señor marca un antes y un después, se materializa en el alza enamorada de su boca ancha y sus labios enamorados. La paz en su rostro y la felicidad en la mirada.
Si pudiera fotocopiarlo, clonarlo sobre papel impreso, sería su peculiar sonrisa el fin que justifica todos los medios, se la acomodaría a Jesús en todas sus cruces, haciendo más ligero todo sufrimiento. La regalaría a los vagabundos haciéndola limosna, la rellenaría de alimentos para todos los niños. La pintaría a todas las guerras como una bandera nueva de una nueva paz, más alegre.
Hay gente, que sonríe más por publicidad que por sentimientos, al alto precio que enmarca sus soledades y su supuesta libertad, que si pudiera rapta su sonrisa al vuelo, saldría de esta redondez terrestre y se la instalaría al mundo, al lado oculto, de su luna casi llena, al sol, para sonrojarle, a las estrellas para que brillen distintas en sus ojos, a todas las galaxias para que sepan de su boca, haciendo de su sonrisa esa materia que ni se crea ni se destruye, transformándola en algo rabiosamente mejor.
Se la donaría a Dios para que se emocione de usted, y al diablo se la vendería por su alma y la mía. Hay gentío que sonríe, más por encontrar la felicidad que por buscarla, fingiendo lo que no sienten queriendo sentir, lo que finge son sonrisas heridas, mortales que a veces te critican y te asesinan y allí, en la imprenta de sus bocas.
Y querría inculcar su sonrisa en los días de lluvia bajo el sol de su paraguas, en el trueno, el rayo, el relámpago, en cada nube que llora, en todas las olas, de todas las playas, haciéndola
mojadamente eterna, tendría la denominación de origen de su nombre, se vendería en los mercados en las bolsas de valores al coste de un regalo, que los bancos la prestasen a un bajo interés sin costes adicionales, que la publicidad la divulgue con la intención de la felicidad, que se vote en las urnas hasta que la libertad bese la sonrisa, de sus labios gruesos que son solo míos.
algo más que unas simples bocas, otras, más forzadas que por la fuerza de la costumbre,
pierden el conjunto de su valor por la comisura de los labios.
Pero su sonrisa, mi señor marca un antes y un después, se materializa en el alza enamorada de su boca ancha y sus labios enamorados. La paz en su rostro y la felicidad en la mirada.
Si pudiera fotocopiarlo, clonarlo sobre papel impreso, sería su peculiar sonrisa el fin que justifica todos los medios, se la acomodaría a Jesús en todas sus cruces, haciendo más ligero todo sufrimiento. La regalaría a los vagabundos haciéndola limosna, la rellenaría de alimentos para todos los niños. La pintaría a todas las guerras como una bandera nueva de una nueva paz, más alegre.
Hay gente, que sonríe más por publicidad que por sentimientos, al alto precio que enmarca sus soledades y su supuesta libertad, que si pudiera rapta su sonrisa al vuelo, saldría de esta redondez terrestre y se la instalaría al mundo, al lado oculto, de su luna casi llena, al sol, para sonrojarle, a las estrellas para que brillen distintas en sus ojos, a todas las galaxias para que sepan de su boca, haciendo de su sonrisa esa materia que ni se crea ni se destruye, transformándola en algo rabiosamente mejor.
Se la donaría a Dios para que se emocione de usted, y al diablo se la vendería por su alma y la mía. Hay gentío que sonríe, más por encontrar la felicidad que por buscarla, fingiendo lo que no sienten queriendo sentir, lo que finge son sonrisas heridas, mortales que a veces te critican y te asesinan y allí, en la imprenta de sus bocas.
Y querría inculcar su sonrisa en los días de lluvia bajo el sol de su paraguas, en el trueno, el rayo, el relámpago, en cada nube que llora, en todas las olas, de todas las playas, haciéndola
mojadamente eterna, tendría la denominación de origen de su nombre, se vendería en los mercados en las bolsas de valores al coste de un regalo, que los bancos la prestasen a un bajo interés sin costes adicionales, que la publicidad la divulgue con la intención de la felicidad, que se vote en las urnas hasta que la libertad bese la sonrisa, de sus labios gruesos que son solo míos.
__Exagerado,
eres un seductor imposible.
__Me
gustan los perfiles de su sonrisa, los realistas espejismos del silencio de sus
labios, su boca ancha que me dice que de mí está enamorado, pero quiero estar
seguro que solamente de mí.
A un
paso de tu alma sos fuego para mí, con tus insinuantes curvas excitas mi piel,
mi cuerpo, me llevas con tus manos a ese paraíso, donde con el vaivén de tus
caderas, me haces sentir el hombre perfecto, beso tu boca, tus labios y tu
aroma natural se queda en mis poros, renaces en mis brazos, y me siento tan
feliz de tenerte a mi lado precioso erótico, sensual que me haces perder la
razón estando en tus brazos. No miraría
nunca más a nadie, no necesito a nadie más celoso.
Al
verte se avivó la llama, combustión que desprenden las miradas, sensaciones que
clama
mi alma, palpitaciones y mejillas
ruborizadas.
De
mi piel el calor destilaba este amor que me consume y arde, deliraba en
silencio febril,
aguardando tu llegada en fría tarde. El tiempo se convertía en infierno, desvelada imagen lúgubre, y el compás de las horas era eterno, espera incesante de meses.
aguardando tu llegada en fría tarde. El tiempo se convertía en infierno, desvelada imagen lúgubre, y el compás de las horas era eterno, espera incesante de meses.
En
instantes subió el quebranto, al tenerte justo en frente, ya no hay cabida para el llanto, solo para un
beso ardiente. El día se despedía arrogante, llevándose al dolor miserable, se
instalaba la luna amante, y el frío de la noche implacable.
La
pasión incendió la hoguera, dos cuerpos
consumidos en fuego, el invierno se
tornó primavera y el tiempo se volvió ciego.
__A
ojos cerrados. Solo sentirte… tu
aliento, tus labios, no es necesario verte
si oigo tu corazón que como caballo desbocado tiene prisa por tenerme.
Ese olor a amor y pasión desenfrenada.
Tu boca, toda mía aun con mis ojos vendados reconozco su sabor y con un solo roce sé que la mía anhela su tersura. Suavidad que me provoca, me llama. No destapes mis ojos, déjalos así o apaga la luz pues no hay entrega más bella que tu latir acelerado que es por mí, solo por mí, disfrutemos de este amor que solo se da una sola vez en la vida… con suerte, y no tiene fin, ni siquiera con la muerte. Si yo muriera antes siempre te esperaría del otro lado, para volver a estar a tu lado. A ojos cerrados llámame loco ya que al entornarlos entras en mi piel, en mi alma. Sin vernos nos conocemos. Me bebo tu razón a la par que tú lo haces con la mía.
Tu boca, toda mía aun con mis ojos vendados reconozco su sabor y con un solo roce sé que la mía anhela su tersura. Suavidad que me provoca, me llama. No destapes mis ojos, déjalos así o apaga la luz pues no hay entrega más bella que tu latir acelerado que es por mí, solo por mí, disfrutemos de este amor que solo se da una sola vez en la vida… con suerte, y no tiene fin, ni siquiera con la muerte. Si yo muriera antes siempre te esperaría del otro lado, para volver a estar a tu lado. A ojos cerrados llámame loco ya que al entornarlos entras en mi piel, en mi alma. Sin vernos nos conocemos. Me bebo tu razón a la par que tú lo haces con la mía.
Guille,
yo te he guardado en mi corazón, habitas en mi alma, fluyes en mi sangre, estás
bajo mi piel, no puede existir nadie más en mi vida, solo tú.
__ Y yo te añoro, y te soy fiel. Me desordeno
cuando miro a tus ojos y flechas con un dardo
mi piel encarnizada de placer. Cuando tocas con tus manos mis deseos
involuntarios de rozar tu piel ardiente y prolífica de encantos. Cuando beso
tus labios llenos de infinito y saciables instintos vampíricos por desangrar mi
ser. Cuando me introduzco en el vaivén de tu pecho indomable con el fervor incansable de hacer vibrar tus
pezones. Cuando provocas el camino obligatorio al lugar más íntimo y sublime de
tu cuerpo enquistándome sin reparos para siempre en él. Me desordeno por vos,
prefiero vivir así, en un desorden total, solo pensando en amar de verdad.
Me abrazó por la espalda y bajó la cremallera de
mi pantalón.
___
Guille, no. La cena pronto va a estar.
___
Te dije que todavía es temprano, faltan
casi dos horas - respondió besando mi cuello y mis hombros.
La
camisa cayó al suelo así como también
las prendas íntimas de los dos. Me desnudó frente al espejo y mientras
acariciaba mis pezones y más abajo del ombligo…
dijo al oído:
___
Todo esto me pertenece, es mío. Le vas a decir a Matías si te busca y a
cualquiera que se acerque que ese departamento ya no está disponible.
___
Pero Guille, tú…
___
Se lo dices vos o se lo digo yo, vos decides.
__Mandón,
lo mismo vale para ti.
__Si
tan solo un segundo en tu interior fuera el motivo de experimentar la eternidad, entonces los años serían un bello cuento para
poder alcanzarte en tus escondidos sueños,
en el eterno instante en el interior de tu cuerpo; cómo no desear lo eterno entre tus
brazos, si muero a cada instante si te
siento lejos.
Todas las paradojas se disuelven en tus besos, lo inapropiado hace un nido en tus pezones;
y mi pecho erizado, raspando a las venas de tu cuerpo hace un nido, en tu paraíso de vello; pobre de mi instinto entrenado, pierde todo heredado conocimiento cuando se pierde en el libro de tu ombligo y en la dulce ignorancia de tu adentro.
Te deseo, amor mío, cuánto te deseo; mis palabras se enredan en tu sombra. La cordura grita más adentro, la locura pinta nuestros cuerpos con un pincel de cielo y de fuego; un mordisco en mi oído me susurra tus deseos; nada duele aunque vos a mí me estés comiendo.
Déjame, solo déjame bañarte en pecado, déjame tocar cada rincón inexplorado de tus intensos y húmedos anhelos; no te resistas a ser bañado en fuego, deja que en una danza simultánea, tus caderas sean parte de mi cuerpo; grita, qué más da si nos están oyendo,
que mueran de envidia todos ellos, mientras vos y yo en llamas nos vamos consumiendo.
Amor, cuánto te deseo; perdón si murió el caballero, ahora solo soy un indigente buscando en vos un consuelo; un ignorante buscando un extraño conocimiento en un libro tatuado en tu cuerpo; amor mío, cuánto te deseo; mi cuerpo es solo tuyo como mío es tu inagotable fuego; cobíjate en mis brazos y piérdete en mis ojos risueños; adormecidos por el delirio de reposar en tu pecho sintiendo el latido, oiré tus latidos, y mas allá por encima de tus deseos, oiré muy bajito en tus latidos, quiero más, mas de vos yo quiero; y yo como un pintor inspirado seguiré en vos dibujando tu interior que es donde deseo vivir.
Todas las paradojas se disuelven en tus besos, lo inapropiado hace un nido en tus pezones;
y mi pecho erizado, raspando a las venas de tu cuerpo hace un nido, en tu paraíso de vello; pobre de mi instinto entrenado, pierde todo heredado conocimiento cuando se pierde en el libro de tu ombligo y en la dulce ignorancia de tu adentro.
Te deseo, amor mío, cuánto te deseo; mis palabras se enredan en tu sombra. La cordura grita más adentro, la locura pinta nuestros cuerpos con un pincel de cielo y de fuego; un mordisco en mi oído me susurra tus deseos; nada duele aunque vos a mí me estés comiendo.
Déjame, solo déjame bañarte en pecado, déjame tocar cada rincón inexplorado de tus intensos y húmedos anhelos; no te resistas a ser bañado en fuego, deja que en una danza simultánea, tus caderas sean parte de mi cuerpo; grita, qué más da si nos están oyendo,
que mueran de envidia todos ellos, mientras vos y yo en llamas nos vamos consumiendo.
Amor, cuánto te deseo; perdón si murió el caballero, ahora solo soy un indigente buscando en vos un consuelo; un ignorante buscando un extraño conocimiento en un libro tatuado en tu cuerpo; amor mío, cuánto te deseo; mi cuerpo es solo tuyo como mío es tu inagotable fuego; cobíjate en mis brazos y piérdete en mis ojos risueños; adormecidos por el delirio de reposar en tu pecho sintiendo el latido, oiré tus latidos, y mas allá por encima de tus deseos, oiré muy bajito en tus latidos, quiero más, mas de vos yo quiero; y yo como un pintor inspirado seguiré en vos dibujando tu interior que es donde deseo vivir.
Pedro cerró los ojos, tenía muchas ganas de llorar,
pero Guillermo tenía muchas ganas de
otra cosa. Continuó besando su cuello y detrás de las orejas mientras manoseaba
con morbo desmedido su cuerpo hasta que él finalmente cedió y se abandonó al
placer.
Lo
arrastró hasta la cama y descargó sobre él la rabia contenida en sus caderas.
Después de una sesión de sexo duro y violento, Guillermo corrió hacia el baño a
ducharse mientras Pedro recogía el resto
de la ropa del suelo. Esperó a que
regresara, y lo envolvió en sus redes.
__Me
ha llevado tiempo saber por qué me atraes tanto. Sos distinto a todos los
hombres a los que he deseado, con los que he tenido una relación.
Pedro
emitió una sonrisa nerviosa.
__No
necesitas nombrarlos. Y no soy especialmente una belleza, como suele decirse.
Guillermo
lo miró sorprendido.
__Sos
perfecto y todo está donde debe estar,
pero existe algo más importante que la belleza epidérmica. Cualquiera puede
presentar buen aspecto a poco que se esfuerce, como Matías o… cualquiera. No, sos vos, Pedro. Solo vos. El
Pedro que padeció la pérdida de seres queridos y siguió adelante, el que se
mudó de país y comenzó de nuevo, el que ama a sus padres, el que es capaz de
echarme si soy infiel, y no le importa obtener beneficios de mí, otros que amor,
el que está dispuesto a encararse contra el mundo ante una injusticia. Tu
personalidad se trasluce a través de tus maravillosos ojos color miel.
Guillermo
le alzó el mentón y se inclinó para besarlo en los labios. Al sentir el
contacto de su piel, el fuego que Pedro se había esforzado por reprimir estalló
de golpe, abrasándolo.
¿Cómo
regresaron a la cama? Pedro ni lo sabía ni le importaba.
Esta
vez se amaron con tiempo, disfrutando de las caricias milímetro a milímetro,
entregándose sin reservas a la sensación, oyendo la voz que imploraba por más tardando en reconocer la propia, y
Guillermo lo penetró con devoción y facilidad, cuando Pedro gimió de placer al
sentir que su cuerpo se acomodaba perfectamente al de él y respondía al ritmo
de sus movimientos.
Jamás
había alguno experimentado el torrente de sensaciones, incluso sintieron en el
cuello un calor intenso, y un hormigueo mientras los sentimientos que se habían
esforzado en reprimir afloraban, haciendo que fueran conscientes de los
cuerpos, como de las almas, deleitándose en la masculinidad, con facultad de
dar y recibir el regalo, de devolverlo con creces. Estallaron juntos al llegar
al orgasmo, y permanecieron en un solo ser aturdidos, exhaustos y satisfechos.
__No
pretendía que ocurriera esto, al menos hoy.
__En
cambio yo, creo que no pienso en otra cosa desde hace meses, y no te vuelvas a
escapar, me veas con quien me veas.
__Guille.
Guillermo
se incorporó en un segundo.
__Como
verás, me tienes dominado. Solo tienes que pronunciar mi nombre con esa voz que
me perturba y me echo a temblar.
__No
noto que estés temblando.
Pero
te aseguro que lo estoy como una hoja _murmuró Guillermo, tumbándose de nuevo y
obligándolo a acostarse junto a él.
Al
sentir las manos de Guillermo sobre su cuerpo, ávido de sus caricias, Pedro
quedó desarmado. Trató inútilmente de detenerlo.
__Deseo
volver a hacerte el amor, Pedro, hasta convencerte de que aceptes mi alianza.__
Guillermo tomó su mano__. ¿Notas cuánto te deseo? Dime que me detenga y lo
haré.
Pedro
deseaba decirlo. Su boca trató de articular las sílabas, pero las manos de
Guillermo… ¿Dónde había aprendido a acariciar así? Jamás había soñado que el
acto en sí pudiera ser tan placentero, dando sin reservas, recibiendo sin
pudores.
Simplemente
se sentía hermoso, y totalmente enamorado de… Guillermo.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
ResponderEliminarPatricia
Bellísimo!!!
Victoria
ResponderEliminarHermoso .Gracias
Gladis Maravilloso
ResponderEliminarFidel Hermoso
ResponderEliminarCarmen Gloria Hermoso sensual , directo profundo
ResponderEliminarIsabel Hermoso sueño que cambió la vida, hermosamente expresado.
ResponderEliminarCarmen Precioso y tierno ! Me encantó!
ResponderEliminarGladys Hermoso
ResponderEliminarGraciela Gomez Precioso
ResponderEliminarLily... qué bello ! La esperanza , es lo último que se pierde
ResponderEliminarTeresa
ResponderEliminarPrecioso !!
Alicia Bellísimo ! Me Gustó!
ResponderEliminarRoberto Hermoso!!!!!!!
ResponderEliminarMiranda Fantástico !
ResponderEliminarSilvia DIVINO👏👏👏
ResponderEliminarDoris Si mi linda!!!
ResponderEliminarEs majestuosa!!!
Rosalia QUE HERMOSO.
ResponderEliminarAlena Suchankova Krása.
ResponderEliminarBelleza.
Veronica Lorena Piccinino Pura pasión y deseo de ambos. Hermoso capítulo y hermosa historia. Para mi gusto la mejor.... Gracias
ResponderEliminarMaravillosamente hermoso Eve...El amor y los celos parecen ir de la mano (y dije los celos no la falta de confianza)...Me encantó...Esta vez Matías sirvió para algo aunque, como siempre, se quedó con las ganas...
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