jueves, 6 de diciembre de 2018

“LETRADOS”. CAPÍTULO QUINTO.


“LETRADOS”.
CAPÍTULO  QUINTO.
“PAUSA.
De vez en cuando hay que hacer
una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana
examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.
*Mario Benedetti”.
“Frío;
hace tanto frío
que no puedo más que arder.
Estallará;
mi boca estallará
en dulce de esmeraldas, en pájaros y espinas, y un paso se abrirá.
Y yo me iré
como el humo al aire que no podrá volver,
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel,
seré mi propio padre y así voy a aprender
que irse es volver a volver.
Afuera,
afuera solo el mundo,
puro aire para brujas y un tiempo que está y se fue.
Así,
con vértigo y vacío,
con mi cuerpo que es mío no me faltará nada
porque yo me iré como el humo al aire
que no podrá volver,
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel,
seré mi propia madre y así voy a aprender
que irse es volver a volver
y a volver
y a volver
y a volver.
Volver a volver - Gabo Ferro.
__Sí, nos seguimos viendo de vez en cuando, es una relación larga pero sin embargo no profunda, Guillermo, nunca fue amor.
__Quería saber en qué situación se encuentra usted, Pedro.

Pedro hubiera deseado preguntar el porqué pero no se animó. Después, Guillermo lo llevó a su casa y le mostró todas las habitaciones. En cuanto, Pedro entró en el vestíbulo se quedó boquiabierto. Jamás hubiera podido adivinar que fuera tan rico. Era un hombre sencillo y sobriamente elegante, pero solo al ver su casa, se podía comprender quién era en realidad.
 La casa tenía un jardín meticulosamente cuidado y un vestíbulo de reluciente mármol blanco, altas columnas de mármol, una cómoda Luis XV con tablero del mismo mármol y una bandeja de plata para las tarjetas de visita. Había espejos dorados, suelos de parquet y cortinas  de raso por todas partes, con exquisitos salones en la planta principal. El piso de arriba era más acogedor. Tenía una preciosa suite principal, una bonita biblioteca revestida de madera y un agradable estudio con chimenea de mármol. En el segundo piso estaban las habitaciones de Fabián y de invitados, que ya pocas veces se utilizaban.

__Esta casa es enorme, ya no tiene mucho sentido para mí, pero llevo viviendo aquí mucho tiempo y creo que por pereza y costumbre, no me apetece mudarme.

Pedro se sentó y lo miró sonriendo fascinado, el misterio de ese hombre lo dejaba encandilado.
__Creo que luego de haber visto todo esto, lo único que puedo hacer, es prender fuego a mi casa.

Sin embargo, Pedro se sentía muy a gusto en su casa. Aquello era otro mundo, otra vida. Él lo necesitaba, pero Pedro no. Recordó haber oído hablar alguna vez de que el juez contaba con una gran fortuna personal. Por otra parte, durante varios años había tenido un fructífero bufete de abogados. Aquel hombre se las había arreglado bien en la vida y no tenía nada que temer o envidiar de él. Pedro, por su parte no esperaba nada de él, desde el punto de vista material. Guillermo le mostró orgullosamente canchas, el gimnasio de abajo y la sala de armas que utilizaba para cazar, hasta una moto. Era un hombre completo con una variedad de intereses y aficiones. Cuando volvieron a subir, Guillermo le tomó la mano, los dos percibieron la transmisión de corriente, como si se pertenecieran, y sonrieron con timidez.

__Le tengo mucho aprecio y simpatía, Pedro… Me gustaría verlo más a menudo. Pero no quisiera complicarme la vida en estos momentos. He tenido demasiadas relaciones inadecuadas, sé lo que es, y me gustaría que cuando sea usted libre, me lo hiciera saber si es posible.

Pedro sin poder apartar la mirada de esos ojos que parecían acariciar el alma, asintió, asombrado.
__He soñado, Pedro y aún sueño, con tenerte en mis brazos,  respirar tu aliento y atraparlo con un beso, sentir el calor de tu piel  al amanecer a tu lado,  y es por eso que quisiera  que la vida fuera una noche, sin un mañana,  para así tenerte conmigo, por eso seguiré soñándote,
abriré mis alas y volaré  a tus brazos, porque sé que los sueños me han de llevar a vos, por eso siempre te soñaré, te amaré  y no dejaré de soñarte jamás.
No puedo negarte que creo que al fin serás mío, que podré amanecer junto a vos, sintiendo el calor de tu cuerpo, el latido de tu corazón, respirando tu aliento, acariciando tu desnudez, besando tus ojos, llenando de besos tus labios, escribiendo  palabras en tu piel y cuando comienzas a abrir los ojos, declarándote  todo mi amor, es la mejor manera de comenzar un nuevo día de vida,  despertando así.
A Pedro se le secó la boca, y Guillermo supo que había impactado en él.

Más tarde, y una vez solo, sentado frente al fuego de la chimenea del salón, permaneció con la imagen y las palabras de Guillermo, perdido en él, pensando en él.

“Es uno de esos hombre que solo aparecen en los libros o en las revistas, mas de pronto ha irrumpido en mi vida, diciéndome que me tiene mucho aprecio, regalando flores, llevándome a restaurantes. Vaya Graziani, no sé qué pensar de ti, pero solo de una cosa puedes estar seguro, y es que también siento gran simpatía por ti.

El cantar de tu mirar me acompaña, mi mente dibuja encuentros con tus labios, vino carmesí de tus boca que embriaga, embriaga de besos los recuerdos. El aroma del amor se revela,
en la alcoba ausente de caricias, sin la calidez que mana  tu cuerpo, cuando canta el amor en mi regazo. Tu aliento perfume de mil rosas, dibuja en el candor de las sábanas  tu silueta acuarela de cristalinas perlas, perlas amantes de caricias y besos cautivos.
La ficción se trastoca en la realidad que vive, estás y no estás en mis sueños, tu cuerpo ausente y tu esencia presente, los sentires inundados de ardiente frenesí. Siento y no entiendo que mi mente, mi alma y  mi espíritu no están en mi cuerpo sino que se quedaron en tus manos, Guillermo. Nuestras almas vestidas de júbilo, grabadas con un mar raro de evocaciones a pesar de que te encuentres lejos, vives cautivo de amor, y sin serlo, me siento tuyo, te siento mío.

No puedo  callar, mis sentimientos son libres como el vuelo de gorriones, no pondré rejas,  quiero que vayan a su encuentro.  Que si él siente lo mismo o nada no me importa, yo amo porque me nace,  porque me sale del alma, mi amor no tiene frenos y mi corazón es loco.
Le gustan los desafíos,  qué puedo hacer yo…  nada, prefiero que esté lleno de amor que de odio. Que no sea correspondido ese es su problema.  Yo estoy de observador,  si él quiere gritar que lo ama le deseo suerte, para que no tenga decepciones que de dolor él sabe, que afronte su propio riesgo.  Callar para qué si el tiempo corre, yo no puedo poner rejas a mis sentimientos ellos son libres, nadie puede detenerlos.  Yo tengo experiencia en desamores,  que de pronto este sea el efectivo, y llegue la felicidad como regalo para alguien que lo espera desde hace tiempo”.

Durante semanas sus relaciones con Matías fueron borrascosas. Pedro pasó  varias noches en su antigua casa más por remordimiento que por otra cosa, pero pensaba constantemente en Guillermo, su imagen, sus labios y su mirada acudían a su encuentro sobre todo cuando hacía el amor. Y estaba casi tan irritado como Matías, hecho un manojo de nervios. Guillermo viajó unos días con Fabián, lo invitó a que los acompañara, pero Pedro pensó que no sería correcto hacerlo. Primero tenía que resolver su situación con Matías. Sin embargo, se ponía loco cada vez que pensaba en él. Solo deseaba estar cerca de Guillermo, conversar tranquilamente con él, un ansia y anhelo desconocidos para él, pasear, recorrer restaurantes, teatros, tiendas de antigüedades, galerías de arte y almorzar en su compañía en pequeños cafés. Él había traído a su vida algo que jamás había conocido, y siempre que tenía algún problema, llamaba a Guillermo y no a Matías. Este se limitaba a gritarle. Aún necesitaba castigarlo por sus triunfos y la situación comenzaba a ser aburrida, ya Pedro no se sentía capaz de soportarlo.

__ ¿Por qué sigues con él? _le preguntó, Guillermo un día.

__No lo sé  _contestó, Pedro mirándolo con tristeza__, quizá pereza, rutina.

Estaban almorzando poco antes del inicio de la feria judicial de verano.
__Tal vez porque lo asocias mentalmente a tu amigo Alberto o a tu ahijada en común. __Era una idea nueva, pero, Pedro pensó que podía ser cierta__. ¿Le quieres, Pedro?

__No se trata de eso. Es que llevamos mucho tiempo juntos.
__No es una excusa, te lo dice alguien que la usó con la madre de Fabián por más de veinte años. Por lo que me cuentas, no eres feliz con él.
__Despliego en mis recuerdos que se esconden tras mi trabajo, y solo se agigantan por ratos, retazos marcados  de una historia inconclusa con espíritu de dolor.
Entre telarañas quedó  enredado el cariño, y con el tiempo se ha marchitado, el mar se precipita para los dos, será la última noche, todo ha terminado.
Nos  comprendimos  tanto, que aún siento cual oleajes cada beso perdido,  besos que de su boca llenaron mis ansias contenidas, buscando un amor comprendido. Un amor que se anida en mi pecho, que en cada alborada florece recordando cada detalle en mi lecho, para morir cuando el sol palidece. Y no lo hallé en las horas de estar de pie, ahora mucho menos, solo peleamos o ni siquiera y dejamos decantar el enojo en silencio. Sé que el tiempo no es excusa, eso es lo absurdo. Puede que me sienta seguro a su lado.
__ ¿Por qué? Yo te veo con muchos más logros y más seguro a vos que lo que intuyo de él.

Algunas veces, Guillermo lo acorralaba, pero eso era bueno para Pedro.
__Matías y yo siempre hemos querido lo mismo. Nada de compromiso, de matrimonio, de hijos.
__ ¿Tienes miedo de todo eso?
__Sí. __Respiró hondo__. Creo que sí, y es la seguridad que encontraba en él.

---Pedro _dijo él, extendiendo una mano para tomar la de Pedro__. ¿También tienes miedo de mí? __Él sacudió lentamente la cabeza. Y entonces, él pronunció las palabras que ambos temían y deseaban a un tiempo. Pedro lo ansiaba desde de que lo había conocido y mirado a los ojos por por primera vez__. ¿Sabes que quiero todo con vos? ¿Sabes que quiero casarme con vos?

Pedro asintió con los ojos llenos de lágrimas.
__No sé qué decirte.
__No tienes que decir nada, solo quería aclarártelo. Y que tampoco es fácil para mí, no es algo que me pase a menudo, por cierto.
Y ahora  vos tienes que aclarar tu situación con Matías en bien de la paz de espíritu, con independencia de lo que decidas sobre nosotros.
__ ¿No se opondría tu hijo?
__Es mi vida, no la suya, es un chico  sano, encantador, no hay razón para que se oponga a mi felicidad.
A Pedro esas palabras le parecieron un sueño.
__ ¿Lo dices en serio?
__Jamás he hablado con mayor seriedad__contestó Guillermo, mirándolo a los ojos__. Te quiero mucho.

Aún no le había dado ningún beso a pesar de lo mucho que lo deseaba. Al salir del restaurante, Guillermo por primera vez lo atrajo suavemente hacia sí y lo besó en los labios con dulzura, un roce de seda, de pluma, un degustar, un toque apenas que los colmó de anhelo.
__Te… amo, Guille __ a Pedro las palabras le brotaron de repente en susurro en los labios en un suspiro, sin el menor esfuerzo__. Te quiero muchísimo _añadió, mirándole con lágrimas en los ojos mientras él sonreía.

__Y yo a vos. Y ahora pórtate como un buen chico y ordena tu vida, porque no deseo compartirte, te quiero todo para mí, Pedro.
__Puede que eso me lleve algo de tiempo.
Regresaron dando un paseo. Pedro tenía que volver al trabajo.
__De acuerdo. ¿Qué te parece un par de días? __Se echaron a reír__. Podríamos irnos de vacaciones a México.

Pedro hizo una mueca, tenía ya programado ir a esquiar con Matías.
__Dame tiempo hasta Nochevieja, y prometo que lo arreglaré todo.
__Entonces, puede que me vaya solo a México. ¿Qué te preocupa, amor mío?
Pedro frunció el ceño.
__Que te puedas enamorar de otro.
__Pues entonces date prisa _ dijo atrapando los labios de nuevo. __Estoy ávido de vos, cielito. Nos  imagino siempre ávidos  de sentirnos  entre las sábanas del deseo, respiramos piel, y comemos besos,  mordemos pasión,  y vivimos deseos con hambre de poseernos, y fundirnos con fuego juntando los cuerpos, hay deseo, pasión y amor, con sentencia de amarnos toda la vida, entre la vida y la muerte. Es así como nos siento e imagino.

Ávidos de ganas de sentirnos, ardientemente ser poseídos  de espíritu, alma y cuerpo cuando tu mirada se pierde buscando mi desnudo para llevarme al clímax, juntando saliva de tu boca en mi boca, al calor de tu cuerpo me contraigo al sentir mis manos guiando las tuyas, al rozar mis piernas con la tuyas, al calor del fuego ardemos los dos, vos estás deseando sentir sobre
tu pecho el calor de mis  pezones ansioso  y hambriento de mí.  Ávidos de deseos, clama la vida por sentir la vida, entre  el cielo y la tierra y el favor del universo invitándonos a amarnos
entre la vida y muerte,  la gloria y el infierno,  ardiendo ávidos de deseos,  con ganas de morir en el beso fogoso que nos consume de pasión, entre el cielo y la tierra, siempre ávidos de tenernos, consumiéndonos de deseos.  ¡Te Amo mi Amor! Habitas mi piel todas las noches.
__Y tú. Habitas mi cuerpo en noches inquietas  de sueños de pasiones entre amores,  bebiendo de mis entrañas todos tus sueños,  recorriendo mi cuerpo con tus besos,  despertando mil deseos cuando te prendes  de mis pezones disfrutando de las mieles  por todo mi cuerpo, me habitas todas las noches, siempre vuelves a hurtadillas,  te quedan ganas  de mí y buscas bajo mi piel enredarte en mi cadera  y sientes ganas de juntar tus piernas con mis piernas  en el acomodo de tu deseos y la pasión donde conquistas mis ganas de ti. ¡Sabes que me habitas!
No hay espacios vacíos entre mi alma y la piel, vas dejando tu huella para que no te sea infiel,
no he de buscar por ahí; pues tú me vives completo,  de los pies a la cabeza me haces arder en llamas y haces brotar de mi fuente la humedad que contenta,  a veces creo; que confesarme no alcanza penitencia,  amarte de este modo siempre será pecado,  me habitas el alma, la carne y hasta los huesos,  no dejas nada sin auscultar,  te adueñas de mi piel, me haces lienzo de pintor donde pintas tus manos dejando huellas, y hay tanta pasión desenfrenada entre tu cuerpo y mi cuerpo,  te habito y me habitas, dentro muy dentro... porque siempre tenemos ganas de amarnos hasta los huesos, este amor es desesperado y despierta las pasiones  entre tu cuerpo y mi cuerpo dispuestos  a morir en un “te amo” y un “te quiero”  amarnos, teniéndonos así mientras habitas mi cuerpo. Renaciendo cada noche tú en mí y yo en ti.

--Saber que tú existes, le da alegría a mi vida, por eso quiero tenerte siempre,  a cada instante en mi pensamiento, saber que existes, me da la fuerza para vivir y la entereza para esperar, el momento justo para  podernos ver, sentir y amar, saber que existes, me hace creer que llegará el momento, de unirnos para siempre y así hacer realidad los sueños porque sé que existes,
seguiré describiendo tus ojos, tu mirada y tu sonrisa, en todas mis letras y porque tú existes,
existe el amor en mí.

__Dime ahora que me ves perdido por vos, cómo  hago para salir de esta fría página, de este capítulo de mi vida donde  no te hallo a mi lado.
Dime cómo seguir dibujando los momentos vacíos sin el andar de tu silueta que perturbe mi serenidad, sin que el silencio se rompa con tu voz que cada día es melodía de amor en mis oídos.
Dime cuánto más mi boca, mi piel deberán  seguir este ayuno tortuoso de no tener el néctar de la tuya, ni la humedad que brota de tu cuerpo al sentir que por dentro se desata el infierno de pasión.
Dime sin palabras que tu vida a la mía están ya destinadas a la unión perpetua y que este espacio y distancia es tan solo una pausa para que nuestro amor  más se fortalezca todavía.
Dime, pero dímelo ya... que en tu piel pronto podré dejar mi pasión cada noche. Que tus labios en mi cuerpo su marca dejarán. Que orgullosos llevaremos impregnado nuestro aroma de amor.
Dime... Dime  mi vida,  que sientes a tu lado cada día a mi alma enamorada que te abraza y te dice que por vos aquí mi amor te espero cada día.
La primera vez que te vi te agarré como si ya  fueras mío,  sin miramientos,  pero sin querer dañarte,  con el primer beso te dejé extenuado, nuestro aliento  ya hablaba de amor. No tardaste mucho  en darte cuenta  que también vos me deseabas, era una forma de dulce de amor y fue entonces que perdiste la paz y solo querías más de ese amor, más caricias que te  hicieran estremecer, más roces eléctricos, más miradas que te desnudaran y suspirar por este gran amor. De ese que te remueve todo por dentro haciendo  que broten esas gotas  desde tu interior más íntimo como lágrimas  asoman en tus ojos, no demores amorcito.

 20 de diciembre de 2018.

Pedro pasó toda la tarde con una extraña expresión en los ojos y una leve sonrisa en los labios. No podía concentrarse en nada.

Aquella noche cuando vio a Matías, no supo qué decirle. Él le preguntó si ya tenía preparado el equipo de esquiar y supo que todo se iba a precipitar. Habían alquilado un departamento con unos amigos. Al cabo de un rato, Pedro se levantó y le miró.

__ ¿Qué ocurre, Pedro?
__Nada… y todo. __Cerró los ojos__. Tengo que irme.

__ ¿Ahora? _pregunto Matías__. ¿A la ciudad?

__No. __Se levantó y rompió a llorar. ¿Por dónde podía empezar? ¿Qué podía decir? Él lo había arrojado de su lado por el resentimiento que le inspiraban su trabajo y su éxito, su amargura, su negativa  a contraer matrimonio o ninguna clase de compromiso. Ahora, Pedro quería algo que Matías no podía darle y sabía que estaba obrando con rectitud, pero todo era muy difícil. Le miró tristemente, sin que le cupiera la menor duda. Casi le pareció sentir la presencia de Guillermo y de Alberto, animándolo a seguir adelante_. No puedo _dijo, mirando a Matías.

__ ¿Qué es lo que no puedes?
Estaba perplejo. Pedro no solía hablar con tantos rodeos.
__No puedo seguir así.
__ ¿Y por qué no?
__Porque no es bueno para ninguno de los dos. Hace un año que estás furioso conmigo y yo estoy destrozado. __Pedro se levantó y empezó a pasearse por la estancia, contemplando los conocidos objetos. Aquella casa le había pertenecido durante dos años, pero en aquellos momentos se le antojaba la de un extraño__. Quiero algo más, Matías.

---Vaya, por Dios –dijo él__. ¿Cómo qué?

__Una relación permanente y comprometida, como la de Gaby y Alberto.
__Ya te dije que eso no lo encontrarás. Ellos eran un caso especial. Y tú no eres ni como uno ni como el otro.
__Eso no es una excusa para que me dé por vencido. Sigo queriendo encontrar a alguien que sea mío para toda la vida, que quiera serlo ante los hombres y ante Dios aunque la iglesia se oponga, y que me quiera a su lado hasta el fin de su vida, alguien que pueda amar por el resto de mi vida. Lo sé, es lo que nunca quise, pero entendí, crecí, maduré y tú no.
__ ¿Quieres que me casi contigo? _preguntó Matías, horrorizado__. Creía que ya habíamos llegado a un acuerdo sobre eso.

__Descuida, no es eso lo que quiero de ti, Matt, quiero irme, creo que ya es hora.

ÉL guardo silencio porque a pesar de presentir lo que iba a ocurrir le dolía y además le arruinaba las vacaciones.
Estaba tan triste como si acabara de perder a un ser querido. Le había querido durante demasiado tiempo.

__Nos hemos tenido mucho cariño, Pedro, y ha sido muy  agradable. __ Matías se acercó a él con lágrimas en los ojos y se sentó__. Si me pareciera lo adecuado, me casaría contigo.

__Para ti no sería adecuado __dijo, Pedro, mirándolo.

__Tú nunca serías feliz en el matrimonio, Pedro.
__ ¿Por qué no?
__Porque si bien Gaby y Beto eran abogados, lo eran desde abajo, pero tú estás hecho para otras cosas. Eres demasiado fuerte. __ Pedro sabía lo que era más que él, pero hacía muy poco que lo había descubierto, desde que había conocido a Guillermo. Y este era muy distinto a Matías. Mucho más fuerte que cualquier hombre que él hubiera conocido y mucho más que él mismo__. De todos modos, no te hace falta casarte _añadió Matías con amargura__. Ya estás casado con el derecho. Y eso para ti es un amor en régimen de plena dedicación.

__ ¿Acaso no se pueden tener ambas cosas?
__Algunas personas, sí. Tú no, Pedro.
__ ¿Tanto te he lastimado, Matías? _preguntó mirándolo abatido.

Él se levantó sonriendo. Descorchó una botella de vino y le ofreció una copa, mientras Pedro pensaba que jamás le había conocido de verdad. Todo era tan amargo y superficial, Alberto siempre había tenido razón, Matías era un hombre que jamás ahondaba en las cosas. Pedro se preguntó cómo él había podido permanecer tanto tiempo a su lado. Sin embargo, él tampoco había querido profundizar en nada en el transcurso de aquellos años. Quería ser tan feliz como libre, como Matías. Pero lo había superado y, aunque le daba mucho miedo el desafío que Guillermo le estaba lanzando, deseaba con toda su alma aceptarlo. Miró a Matías, mientras brindaba por él.

__Por ti, Pedro. Que tengas mucha suerte.

Pedro tomó un sorbo, depositó la copa en la mesa, y le miró…
__Me voy.
__Muy bien. Llámame alguna vez
Él se volvió de espaldas y Pedro sintió que se le clavaba un puñal en el pecho. Hubiera querido extender las manos hacia Matías, pero ya era demasiado tarde. Para los dos. Le tocó la espalda y musitó una sola palabra.

__Adiós.

Luego regresó apresuradamente a casa. Se bañó y se lavó el cabello como si quisiera quitarse de encima todas las decepciones y las lágrimas. Treinta y ocho años e iba a empezar otra vez _aunque de manera muy diferente, con un hombre completamente distinto de cualquier otro que él hubiera conocido. Hubiera querido llamarlo aquella noche, pero su mente todavía estaba llena de Matías. Por otra parte, le daba miedo decirle a Guillermo  que era libre.
 No le dijo nada hasta que almorzaron juntos, la víspera de que él se fuera a México. Entonces, le miró, sonriendo misteriosamente.

__ ¿Qué te hace tanta gracia, precioso?
__La vida, supongo.
__ ¿Eso te divierte?
__A veces. Yo… hum… Bueno. __Al  verlo enrojecer, Guillermo se echó a reír__. No me pongas las cosas tan difíciles, caramba.

__ ¿Qué pretendes decirme? __preguntó él tomándole una mano entre las suyas.

Jamás le había visto tan turbado. Pedro respiró hondo y le respondió.
__Ya he arreglado las cosas, esta semana.
__ ¿Con Matías? __ Pedro asintió, esbozando una tímida sonrisa, mientras él lo miraba__. ¿Tan pronto?

__No podía seguir así.
__ ¿Se disgustó mucho? _preguntó Guillermo, con un gesto preocupado.

__Sí __contestó, Pedro. Entristeciéndose por un instante__, pero no quiso demostrarlo, él siempre quiere manejar las cosas, todo a un nivel superficial. __Lanzó un suspiro y añadió__. Dice que nunca seré feliz casado.

__Estupendo. __Guillermo esbozó una sonrisa__. Cuando te vayas, acuérdate de incendiar la casa. Es lo mejor que se puede hacer con ciertos hombres. Te aseguro que no estoy preocupado. Acepto correr el riesgo, gracias _añadió, rebosante de felicidad.

__ ¿Sigues queriendo casarte conmigo?

Pedro no acertaba a creer lo que le estaba ocurriendo y por un brevísimo instante experimentó la tentación de regresar a su antigua vida, pero ya no la deseaba. Amaba a Guillermo, quería el matrimonio y su profesión, por mucho que ello le asustara. Tenía que correr el riesgo. Ya estaba preparado. Había tardado mucho en decidirse, pero, al final, lo había conseguido y estaba muy orgulloso de ello.

__ ¿Tú qué crees? Pues claro que sí _contestó, Guillermo. Para tranquilizarlo.

__ ¿Estás seguro?
__Más bien cabe preguntar si lo estás vos.
__ ¿Te parece que esperemos un poco? __preguntó, Pedro nervioso.

__ ¿Cuánto? __inquirió, él con una sonrisa__. ¿Seis meses? ¿Un año? ¿Diez años?

__Pongamos cinco _contestó, Pedro riendo también. Le miró arrobado y le preguntó__. No querrás tener más hijos, ¿verdad?

Guillermo meneó la cabeza y lo miró sonriendo.
__Estás en todo, ¿eh? No, no quiero tener hijos. Soy demasiado mayor, voy a cumplir cincuenta años el mes que viene y tengo a uno. _ ¿De acuerdo? ¿Quieres que lo firme con sangre?

__Sí.
Guillermo pagó la cuenta y salieron  la calle. Lo abrazó como ningún hombre lo había hecho jamás y lo hizo sentirse más dichoso que nunca, después, consultó el reloj y corrió con él hacia el automóvil.

__ ¿Qué estás haciendo?
__Tenemos que tomar un avión.
__ ¿Los dos? Pero si no puedo. Yo no…
__ ¿No estás de vacaciones en tu tribunal?
__Sí, pero…
__ ¿Tienes el pasaporte en regla?
__Pues sí… Creo que sí…
__Lo comprobaremos en casa, vas a venir conmigo. Planearemos la boda allí. Llamaré a Fabián. ¿Qué te parece febrero? ¿Digamos dentro de dos meses o seis semanas? ¿Qué tal el día de San Valentín? ¿Te parece suficiente tiempo?

Estaban locos de amor cuando a la noche tomaron un avión con destino a México, haciendo por fin el amor. Guillermo había preferido esperar a que terminara definitivamente con Matías.

__Me refugio en tu ser porque me da la certeza de estar bien en la habitación de tu corazón, tus brazos  abrigan mi piel con el deseo de tu amor cristalino.
Soy la esperanza de tu corazón en cada mañana, soy la luz de tus ojos de un nuevo amanecer en cada noche el sueño y deseo de tu piel.
La figura de tu sol quemante en el astro, que cubre lo escondido, que tiene la belleza de tu cuerpo que descubre mis ojos, los  verbos que en tu alma llevas grabados con mi deseo.
Con la tinta de mis labios pinto tus besos sedientos con mi pasión, dan al corazón  el nutriente para que no  desfallezca por amor.
Un alma llena de sentimientos que hacen latir su corazón, se entrega a la pasión de unos brazos y cuerpo que desean su calor con tanto amor.
Nos unimos a la inauguración en un eclipse de pasión, estallando como una bomba atómica en el  momento de sentir la lujuria apoderándose del deseo que brota por los poros nuestra piel.
Se enlazan como hiedra nuestros brazos y cuerpos, que nos duele  separarnos por el momento que vivimos los dos con tanta sed de pasión, abrigándonos porque ya llega la despedida de aquel amor.  Que dura tan solo unas horas y se va de regreso a su lugar, con el corazón en la mano hasta un nuevo encuentro al amor en un día cualquiera  para volver a amarnos los dos.
Voy a esclavizar en tu pecho todo el pecado de mis manos mas de tu piel serán livianos  por solamente otro despecho. Y te castigaré sin el indulto, te haré perder toda la razón  a saber del sentir el corazón cuando con verbos ausculto.
Te impondré de pecado gozar  con cada roce que te toque y la estrella que nos enfoque por donde nos haga retozar.
O impón toda ley marcial  con ese amor de tus labios que de los míos son sabios cuando buscan lo esencial.  Y contra el muro de tus ojos, nos azotaré con mis delicias en ese castigo de caricias que me atizan a tus antojos.
De la guerra de esta lengua enfrentada a la entrepierna en la que cada día inverna
sin dar tregua a su batalla.
Flagela mi boca con la tuya hasta que el dolor sea grato pues sin cariño no hay trato para que la corriente fluya. Desata en la piel esos roces donde puntear otro acorde y en ello quieres que borde los más bonitos que conoces.
Mas te ataré con el encanto y tu cuerpo será cual banco donde dulce haré el desfalco y no me vas a ver tan santo. Sí de amor hiero ese tramo con el suspiro de este rato serás la sed de mi contrato y que ni una gota derramo.
Y fustigaré a esa inocencia con descaro y más esencia por tener amor de herencia al darle vida con paciencia. Y hasta no quedar saciado brindaré en el último trago siendo ese fuego que halago y de la batalla es mi aliado.

"...Tenía el pulso un tanto acelerado y cierto nerviosismo. Colocó su abrigo en el perchero y aprecié su figura a través del traje color gris que traía ajustado al cuerpo. Cruzamos las miradas, sonrío y la bajó. Me acerqué, mientras le decía que estaba bárbaro. Volvió a sonreír y esta vez sus ojos se enfocaron en los míos. Lo agarré de su cintura y nos confundimos en un beso interminable. Pedro estaba hermoso, como siempre.
No quise apurarme y arruinarlo todo. Me fui despacio de sus labios y pasé lenta y suavemente a su cuello, que desprendía un aroma delicado y cautivante. Acaricié su espalda, lo recorrí en toda su dimensión y lo presioné con firmeza contra mi ser y ahí pude sentirlo tal cual había soñado. Le susurré al oído que era un dios, abrió sus ojos y me regaló otra sonrisa.
Nos dejamos caer en el sofá, sin separarnos. De pronto se liberó y pasó a besar y mordisquear mi cuello; parecía estar decidido a gozar él también. Una voz interna frenaba mi instinto de hombre, quería disfrutar cada segundo de ese momento. No dejaba de besarlo.
Toqué su pierna por encima de la rodilla y suspiró. Lo repitió con más intensidad cuando las caricias llegaron al interior de su muslo y separé sus piernas.
Tampoco quise apurarme, lo que vivía era único y además quería que me suplicara, para mí era lo máximo. Mis manos fueron a sus pezones, al principio los traté con delicadeza y luego con pasión, y entonces explotó de placer. Estaba seguro de que sería una noche inolvidable y no me equivoqué. Poco a poco fui desprendiendo ropa  y su piel quedó al desnudo; su figura era escultural, tenía un bronceado perfecto. No lo podía creer, era increíblemente divino.
Sentado como estaba, se puso bien derecho y sacando cola cerró un poco sus ojos. La punta de su lengua apareció a un costado de la boca y a continuación me dedicó una sonrisa sensual que me derritió. Ahora sí, me dije. Besé sus hermosos y turgentes montes, y cuando se transformaba en un volcán comencé a bajar sin despegar mis labios de su tibia piel, esquivé el ombligo y paré unos segundos debajo de él. Su respiración iba en aumento y se entrecortaba. Seguí bajando hasta llegar a su tesoro y entonces comenzó a gemir, primero leve y después desesperado. A esa altura yo estaba en el paraíso.
Nos enredamos hasta confundir nuestros cuerpos, que encajaban perfectos. El ritmo y la química no podían ser mejores. De a rato nos movíamos lento y de repente de forma intensa, volvíamos a la calma y otra vez la locura.
 Paré de repente y por completo, mirándolo y apreciando su belleza, y algo susurró. No lo entendí. Subió la voz, me suplicaba por favor que no parara, quería más y más, al tiempo que no me quitaba la mirada con cara de sufrimiento. Ya podía morir tranquilo…
Pasada la máxima intensidad de placer, llegó su momento de éxtasis y a los pocos segundos, el mío. Mi corazón parecía querer salir del pecho y noté que a él le pasaba lo mismo. Deseaba más besos y lo complací, necesitamos varios minutos para recuperarnos. Seguimos unidos, por nada del mundo quería salir de su cuerpo…

__Esta noche amor mío, te dibujaré  suavemente la silueta de mis ansias en este papel blanco y muerto que grita a voces que quiere tener vida, él, en su palidez pide que repose mi pluma y le ponga ríos de tinta, verbos que le traerán primaveras, que su desnudez se llenará de besos soñados, y cálidos, sabe, que de mi mano vendrán también las barcas del olvido cargadas de amores eternos, donde reposan amores ocultos, esos que se cobijan detrás de la luna, noche tras noche, para vivirlos con vos.
Esta noche la magia inicia desde su pensamiento el recorrido de mis sueños, ella se encargará de regalarme, líneas, estrofas, rimas y verbos, dándole vida a mis sueños, las pausas son cortas, son breves momentos de vida soñada con vos, y enlazando a los recuerdos que celosamente están guardados en mi corazón, se dispone a fabricar la confesión que mi alma guarda para vos esta noche.
Hoy amor mío cargaré los bolsillos de mi alma con todos los poemas que te he escrito, con todas mis confesiones de amor, los llevaré conmigo, y cuando en las soledades me pierda podré leerlos, podré ver tus ojos recorriendo línea tras línea, y podré también sentir tus emociones, y los besos que has dejado en mis labios,  también los sentiré,  podré saber cuando cierras tus ojos lo que sueñas conmigo.
Hoy vida mía quiero ser yo ese papel, quiero que me llenes de tus ansias, quiero ser tu sueño prohibido, todo eso quiero amor con vos.
--Mi boca sabe a ti, recuérdalo.
Dame un beso intenso,  sublime que sepa a gloria, bésame ahora,  quiero sentir tu calor.
Abrázame fúndeme en ti, quédate un instante en mí.
Quiero tenerte,  que tu perfume quede en mi cuerpo, me sorprende tu ricura.
Es perfecta tu piel,  ven te necesito, mi amor vamos a gozar y nada más.
Recuerda que no puedo sobrevivir sin vos, me tienes enloquecido, en suspiros te fui abrigado en mi alma.
Me cautivas, me encantas, tu dulzura, tu suavidad, en especial sentir tu humedad.
Llenarte de besos, atrapar y acariciar cada curva de tu cuerpo.
Hoy quiero probar los excesos de tu piel ardiente... y hacer de tus fantasías las más locas de mis alegrías,  dibujaré tu hermosa figura con pinceles que no se han inventado y le añadiré ese color a tu vida que tanto te ha faltado.
Bajaré por ese sendero tuyo el cual se llama placer y poco a poco pero muy lentamente,
probaré esas mieles tuyas  que me puede brindar tu piel.
Haremos que este deseo intenso que hoy nos brota de la piel... sea saciado con besos sumamente extremos, caricias divinas y sonrisas placenteras para que cuando ya yo me haya ido, digas  en voz alta…  por Dios este hombre cómo hoy me ha amado.
__No puedo dejar de amarte amor mío, no puedo, no tengo en mis manos el dejar de soñarte, ni tan poco mi existencia se puede desligar de tu mundo, rezo en mis noches porque me visite el olvido y en un falso sueño me pierdo en otros caminos, no es un sueño que me pertenece porque en ese recorrido del intento desfallezco porque no tengo tus ojos, ni tampoco tus brazos para sostenerme, lo he intentado, pero no puedo dejar de amarte vida mía.
Esta noche volveré a ser tu amor, donde cerraré mis ojos para sentirte y tocar sutilmente tus labios con los míos, dejaré que esa locura enamorada se apodere de mí, porque solo así vida mía me siento tan tuyo que nada de mí quedará en este mundo, todo volará a tu espacio para que vuelvas a mí y me des ese pedacito de vida que me devuelva a mi ser, y siembre de nuevo las primaveras florecidas.

Me enamoré de ti de tus sueños pegados a los míos, me enamoré, de tus ganas locas de amar, me gustó sentirme ese tu gran amor prohibido, me enamoré de esos deseos que nos hacían sentir las melodías regaladas en nuestras noches mi amor, me enamoré de esas ansias apasionadas, que me envolvían en un halo de paz, me enamoré de tus caricias soñadas recorriendo mi piel, me enamore de esas noches y madrugadas entre mis sábanas blancas, donde haces  sentirme fuerte para encarar un nuevo día, me enamoré de ti sin más, vida mía.
Por eso únicamente, imposible dejar de amarte, hoy he venido a enterrar al amor
no, no haré un altar, tampoco llevaré flores, solo dejaré que el viento en forma de tiempo se lleve el dolor, no sé si mi corazón realmente comprenda lo que hemos perdido, por ahora está confundido escuchando con atención aquello que la razón acabó por revelarle, pues ella sabe que no te has ido y regresarás para abrazarme, hoy no tengo frente a mi una tumba para arrodillarme y consolarme, hoy solo mis lágrimas ruedan por mis mejillas recordándome la grandeza de mi corazón, aun así mi mente es sincera, me hace entrar en razón,  viviremos para amarnos y más allá de la muerte: recuerda que fue él, quien eligió perderte, quien no quiso arriesgarse, quien prefirió alejarse, pues le pesaba mucho quedarse, me murmura y yo siento como se va desmoronando el corazón, ¿volveré a amar?,  le pregunto y la mente aconseja déjate de tristezas, la vida se trata de lecciones aprendidas, sonrisas compartidas, abrazos repartidos y canciones compuestas mediante el latido de tu corazón, no importa cuántas veces se rompa, se detenga, llore, añore, salga corriendo, siempre habrá una historia, una mirada, una fecha, una palabra, una situación, una persona, una aroma, que ni yo, ni el corazón podremos olvidar y ahí está detenido el tiempo, pues uno siempre regresa a ese pedazo de vida, a ese momento lleno de fantasía, que estás recordando en este momento, ahí en esos recuerdos fue donde se quedó el amor. Habitas mi piel todas las noches.

__ ¿Pedro?
¿Qué sucede?
__Nada, soñé, uno de los dos se adelantaba en la partida, pero ¿sabes? El amor seguía allí porque el amor resiste, resiste más allá de la muerte.

__

El sol me daba de frente así que solo podía ver su silueta; sus caderas eran la única cosa que llamaba mi atención entrando a esa cafetería de la playa.
El mesero babeaba al igual que yo, tanto que no me importó meter el pie justo cuando se acercaba con mi expreso.

_ ¡Maldito! Lo acepto eso soy... Quizá por eso me detestan algunas personas; bueno no importaba mucho, un par de billetes en la propina no quita la miseria insolente pero ayuda a calmar las penas de los que atendían ese lugar.
El mesero cayó de bruces a un lado de la otra mesa salpicando de líquidos mis zapatos.
El tiempo se había detenido... Lo miré caminar al bamboleo con el viento, casi junto a mi mesa fui inundado con ese perfume conocido y de agradable esencia.
Yo era un demente de ojos desorbitados por ese adonis, deslumbrado como un vil libidinoso al acecho de la fortuna.
La realidad era esa, un mesero en cuclillas rindiendo pleitesía a un hombre hermoso, el café derramado era una alfombra que señalaba el camino al universo, como si no existiera nada, como si la única estrella en el espacio fuera solo él y se viviera todo en un sueño.
Cada movimiento en él, era un robo al suspiro de la última inspiración.
Encendí un cigarro y le di una gran calada al tabaco, mientras el mesero desesperado decía:

_ Lo siento señor.
Ambos callamos haciendo caso omiso a la furia...
En la soledad de nuestras mentes había nacido la más bella alucinación.
__ ¡Con un carajo!

Los dos carcajeamos como viles cavernícolas. La naturaleza es simple, coaliciona en los cuerpos y aparece de la manera más insólita.
Lo invité a mi mesa, pero esa historia de besos es como el rock and roll, no para y en este momento tomaré un café.

Pasamos una semana maravillosa tomando el sol y haciendo el amor en todos lados…  por fin.

Apenas regresar, Guillermo  tenía trazados sus planes, ahora Pedro era suyo, y no diría que no.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

17 comentarios:

  1. Carmen Que sutil sentimiento en tus letras! Gracias por ellas!

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  2. Fabiola Uuuuufff que belleza ,,,,nostalgia ,melancolía ,sentimiento bellísimo felicitaciones mil bendiciones

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  3. Susana Muy bueno. Gracias por hacer volar los sentidos y el corazón.

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  4. Lily Wouuuuu ! Que lindo ! Bellísimas letras colmadas de amor ! Abrazo .

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  6. Veronica Lorena Piccinino no se que decirte Eve Monica Marzetti, solo que este capitulo me pareció maravilloso... eso es amor a primera vista, un amor que te enciende, te emociona, te hace volver a nacer... hermoso capitulo

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  7. Qué bello Eve...Un amor maravilloso, con tanta seducción, con la entrega total de parte de los dos...Y Guillermo sabiéndose el dueño de ese Pedro que lo cautivó desde el primer momento y ante quien él también cayó rendido...

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