“LETRADOS”.
CAPÍTULO QUINTO.
“PAUSA.
De vez en cuando hay que hacer
una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana
examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.
De vez en cuando hay que hacer
una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana
examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.
*Mario
Benedetti”.
“Frío;
hace tanto frío
que no puedo más que arder.
Estallará;
mi boca estallará
en dulce de esmeraldas, en pájaros y espinas, y un paso se abrirá.
Y yo me iré
como el humo al aire que no podrá volver,
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel,
seré mi propio padre y así voy a aprender
que irse es volver a volver.
hace tanto frío
que no puedo más que arder.
Estallará;
mi boca estallará
en dulce de esmeraldas, en pájaros y espinas, y un paso se abrirá.
Y yo me iré
como el humo al aire que no podrá volver,
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel,
seré mi propio padre y así voy a aprender
que irse es volver a volver.
Afuera,
afuera solo el mundo,
puro aire para brujas y un tiempo que está y se fue.
Así,
con vértigo y vacío,
con mi cuerpo que es mío no me faltará nada
porque yo me iré como el humo al aire
que no podrá volver,
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel,
seré mi propia madre y así voy a aprender
que irse es volver a volver
y a volver
y a volver
y a volver.
afuera solo el mundo,
puro aire para brujas y un tiempo que está y se fue.
Así,
con vértigo y vacío,
con mi cuerpo que es mío no me faltará nada
porque yo me iré como el humo al aire
que no podrá volver,
me haré un tornado dulce, un perfume, una piel,
seré mi propia madre y así voy a aprender
que irse es volver a volver
y a volver
y a volver
y a volver.
Volver
a volver - Gabo Ferro.
__Sí,
nos seguimos viendo de vez en cuando, es una relación larga pero sin embargo no
profunda, Guillermo, nunca fue amor.
__Quería
saber en qué situación se encuentra usted, Pedro.
Pedro
hubiera deseado preguntar el porqué pero no se animó. Después, Guillermo lo
llevó a su casa y le mostró todas las habitaciones. En cuanto, Pedro entró en
el vestíbulo se quedó boquiabierto. Jamás hubiera podido adivinar que fuera tan
rico. Era un hombre sencillo y sobriamente elegante, pero solo al ver su casa,
se podía comprender quién era en realidad.
La casa tenía un jardín meticulosamente
cuidado y un vestíbulo de reluciente mármol blanco, altas columnas de mármol,
una cómoda Luis XV con tablero del mismo mármol y una bandeja de plata para las
tarjetas de visita. Había espejos dorados, suelos de parquet y cortinas de raso por todas partes, con exquisitos
salones en la planta principal. El piso de arriba era más acogedor. Tenía una
preciosa suite principal, una bonita biblioteca revestida de madera y un
agradable estudio con chimenea de mármol. En el segundo piso estaban las
habitaciones de Fabián y de invitados, que ya pocas veces se utilizaban.
__Esta
casa es enorme, ya no tiene mucho sentido para mí, pero llevo viviendo aquí
mucho tiempo y creo que por pereza y costumbre, no me apetece mudarme.
Pedro
se sentó y lo miró sonriendo fascinado, el misterio de ese hombre lo dejaba
encandilado.
__Creo
que luego de haber visto todo esto, lo único que puedo hacer, es prender fuego
a mi casa.
Sin
embargo, Pedro se sentía muy a gusto en su casa. Aquello era otro mundo, otra
vida. Él lo necesitaba, pero Pedro no. Recordó haber oído hablar alguna vez de
que el juez contaba con una gran fortuna personal. Por otra parte, durante
varios años había tenido un fructífero bufete de abogados. Aquel hombre se las
había arreglado bien en la vida y no tenía nada que temer o envidiar de él.
Pedro, por su parte no esperaba nada de él, desde el punto de vista material.
Guillermo le mostró orgullosamente canchas, el gimnasio de abajo y la sala de
armas que utilizaba para cazar, hasta una moto. Era un hombre completo con una
variedad de intereses y aficiones. Cuando volvieron a subir, Guillermo le tomó
la mano, los dos percibieron la transmisión de corriente, como si se
pertenecieran, y sonrieron con timidez.
__Le
tengo mucho aprecio y simpatía, Pedro… Me gustaría verlo más a menudo. Pero no
quisiera complicarme la vida en estos momentos. He tenido demasiadas relaciones
inadecuadas, sé lo que es, y me gustaría que cuando sea usted libre, me lo
hiciera saber si es posible.
Pedro
sin poder apartar la mirada de esos ojos que parecían acariciar el alma,
asintió, asombrado.
__He
soñado, Pedro y aún sueño, con tenerte en mis brazos, respirar tu aliento y atraparlo con un beso,
sentir el calor de tu piel al amanecer a
tu lado, y es por eso que quisiera que la vida fuera una noche, sin un
mañana, para así tenerte conmigo, por
eso seguiré soñándote,
abriré mis alas y volaré a tus brazos, porque sé que los sueños me han de llevar a vos, por eso siempre te soñaré, te amaré y no dejaré de soñarte jamás.
abriré mis alas y volaré a tus brazos, porque sé que los sueños me han de llevar a vos, por eso siempre te soñaré, te amaré y no dejaré de soñarte jamás.
No
puedo negarte que creo que al fin serás mío, que podré amanecer junto a vos,
sintiendo el calor de tu cuerpo, el latido de tu corazón, respirando tu
aliento, acariciando tu desnudez, besando tus ojos, llenando de besos tus
labios, escribiendo palabras en tu piel
y cuando comienzas a abrir los ojos, declarándote todo mi amor, es la mejor manera de comenzar
un nuevo día de vida, despertando así.
A
Pedro se le secó la boca, y Guillermo supo que había impactado en él.
Más
tarde, y una vez solo, sentado frente al fuego de la chimenea del salón,
permaneció con la imagen y las palabras de Guillermo, perdido en él, pensando
en él.
“Es
uno de esos hombre que solo aparecen en los libros o en las revistas, mas de
pronto ha irrumpido en mi vida, diciéndome que me tiene mucho aprecio,
regalando flores, llevándome a restaurantes. Vaya Graziani, no sé qué pensar de
ti, pero solo de una cosa puedes estar seguro, y es que también siento gran
simpatía por ti.
El cantar de tu mirar me acompaña, mi mente dibuja encuentros con tus labios, vino carmesí de tus boca que embriaga, embriaga de besos los recuerdos. El aroma del amor se revela,
en la alcoba ausente de caricias, sin la calidez que mana tu cuerpo, cuando canta el amor en mi regazo. Tu aliento perfume de mil rosas, dibuja en el candor de las sábanas tu silueta acuarela de cristalinas perlas, perlas amantes de caricias y besos cautivos.
El cantar de tu mirar me acompaña, mi mente dibuja encuentros con tus labios, vino carmesí de tus boca que embriaga, embriaga de besos los recuerdos. El aroma del amor se revela,
en la alcoba ausente de caricias, sin la calidez que mana tu cuerpo, cuando canta el amor en mi regazo. Tu aliento perfume de mil rosas, dibuja en el candor de las sábanas tu silueta acuarela de cristalinas perlas, perlas amantes de caricias y besos cautivos.
La
ficción se trastoca en la realidad que vive, estás y no estás en mis sueños, tu
cuerpo ausente y tu esencia presente, los sentires inundados de ardiente
frenesí. Siento y no entiendo que mi mente, mi alma y mi espíritu no están en mi cuerpo sino que se
quedaron en tus manos, Guillermo. Nuestras almas vestidas de júbilo, grabadas
con un mar raro de evocaciones a pesar de que te encuentres lejos, vives
cautivo de amor, y sin serlo, me siento tuyo, te siento mío.
No
puedo callar, mis sentimientos son
libres como el vuelo de gorriones, no pondré rejas, quiero que vayan a su encuentro. Que si él siente lo mismo o nada no me
importa, yo amo porque me nace, porque
me sale del alma, mi amor no tiene frenos y mi corazón es loco.
Le
gustan los desafíos, qué puedo hacer
yo… nada, prefiero que esté lleno de
amor que de odio. Que no sea correspondido ese es su problema. Yo estoy de observador, si él quiere gritar que lo ama le deseo
suerte, para que no tenga decepciones que de dolor él sabe, que afronte su
propio riesgo. Callar para qué si el
tiempo corre, yo no puedo poner rejas a mis sentimientos ellos son libres, nadie
puede detenerlos. Yo tengo experiencia
en desamores, que de pronto este sea el
efectivo, y llegue la felicidad como regalo para alguien que lo espera desde
hace tiempo”.
Durante
semanas sus relaciones con Matías fueron borrascosas. Pedro pasó varias noches en su antigua casa más por
remordimiento que por otra cosa, pero pensaba constantemente en Guillermo, su
imagen, sus labios y su mirada acudían a su encuentro sobre todo cuando hacía
el amor. Y estaba casi tan irritado como Matías, hecho un manojo de nervios.
Guillermo viajó unos días con Fabián, lo invitó a que los acompañara, pero
Pedro pensó que no sería correcto hacerlo. Primero tenía que resolver su
situación con Matías. Sin embargo, se ponía loco cada vez que pensaba en él.
Solo deseaba estar cerca de Guillermo, conversar tranquilamente con él, un
ansia y anhelo desconocidos para él, pasear, recorrer restaurantes, teatros,
tiendas de antigüedades, galerías de arte y almorzar en su compañía en pequeños
cafés. Él había traído a su vida algo que jamás había conocido, y siempre que
tenía algún problema, llamaba a Guillermo y no a Matías. Este se limitaba a
gritarle. Aún necesitaba castigarlo por sus triunfos y la situación comenzaba a
ser aburrida, ya Pedro no se sentía capaz de soportarlo.
__ ¿Por
qué sigues con él? _le preguntó, Guillermo un día.
__No
lo sé _contestó, Pedro mirándolo con
tristeza__, quizá pereza, rutina.
Estaban
almorzando poco antes del inicio de la feria judicial de verano.
__Tal
vez porque lo asocias mentalmente a tu amigo Alberto o a tu ahijada en común.
__Era una idea nueva, pero, Pedro pensó que podía ser cierta__. ¿Le quieres,
Pedro?
__No
se trata de eso. Es que llevamos mucho tiempo juntos.
__No
es una excusa, te lo dice alguien que la usó con la madre de Fabián por más de
veinte años. Por lo que me cuentas, no eres feliz con él.
__Despliego
en mis recuerdos que se esconden tras mi trabajo, y solo se agigantan por
ratos, retazos marcados de una historia
inconclusa con espíritu de dolor.
Entre
telarañas quedó enredado el cariño, y
con el tiempo se ha marchitado, el mar se precipita para los dos, será la
última noche, todo ha terminado.
Nos comprendimos
tanto, que aún siento cual oleajes cada beso perdido, besos que de su boca llenaron mis ansias
contenidas, buscando un amor comprendido. Un amor que se anida en mi pecho, que
en cada alborada florece recordando cada detalle en mi lecho, para morir cuando
el sol palidece. Y no lo hallé en las horas de estar de pie, ahora mucho menos,
solo peleamos o ni siquiera y dejamos decantar el enojo en silencio. Sé que el
tiempo no es excusa, eso es lo absurdo. Puede que me sienta seguro a su lado.
__
¿Por qué? Yo te veo con muchos más logros y más seguro a vos que lo que intuyo
de él.
Algunas
veces, Guillermo lo acorralaba, pero eso era bueno para Pedro.
__Matías
y yo siempre hemos querido lo mismo. Nada de compromiso, de matrimonio, de
hijos.
__
¿Tienes miedo de todo eso?
__Sí.
__Respiró hondo__. Creo que sí, y es la seguridad que encontraba en él.
---Pedro
_dijo él, extendiendo una mano para tomar la de Pedro__. ¿También tienes miedo
de mí? __Él sacudió lentamente la cabeza. Y entonces, él pronunció las palabras
que ambos temían y deseaban a un tiempo. Pedro lo ansiaba desde de que lo había
conocido y mirado a los ojos por por primera vez__. ¿Sabes que quiero todo con
vos? ¿Sabes que quiero casarme con vos?
Pedro
asintió con los ojos llenos de lágrimas.
__No
sé qué decirte.
__No
tienes que decir nada, solo quería aclarártelo. Y que tampoco es fácil para mí,
no es algo que me pase a menudo, por cierto.
Y
ahora vos tienes que aclarar tu
situación con Matías en bien de la paz de espíritu, con independencia de lo que
decidas sobre nosotros.
__
¿No se opondría tu hijo?
__Es
mi vida, no la suya, es un chico sano,
encantador, no hay razón para que se oponga a mi felicidad.
A
Pedro esas palabras le parecieron un sueño.
__
¿Lo dices en serio?
__Jamás
he hablado con mayor seriedad__contestó Guillermo, mirándolo a los ojos__. Te
quiero mucho.
Aún
no le había dado ningún beso a pesar de lo mucho que lo deseaba. Al salir del
restaurante, Guillermo por primera vez lo atrajo suavemente hacia sí y lo besó
en los labios con dulzura, un roce de seda, de pluma, un degustar, un toque
apenas que los colmó de anhelo.
__Te…
amo, Guille __ a Pedro las palabras le brotaron de repente en susurro en los
labios en un suspiro, sin el menor esfuerzo__. Te quiero muchísimo _añadió,
mirándole con lágrimas en los ojos mientras él sonreía.
__Y
yo a vos. Y ahora pórtate como un buen chico y ordena tu vida, porque no deseo
compartirte, te quiero todo para mí, Pedro.
__Puede
que eso me lleve algo de tiempo.
Regresaron
dando un paseo. Pedro tenía que volver al trabajo.
__De
acuerdo. ¿Qué te parece un par de días? __Se echaron a reír__. Podríamos irnos
de vacaciones a México.
Pedro
hizo una mueca, tenía ya programado ir a esquiar con Matías.
__Dame
tiempo hasta Nochevieja, y prometo que lo arreglaré todo.
__Entonces,
puede que me vaya solo a México. ¿Qué te preocupa, amor mío?
Pedro
frunció el ceño.
__Que
te puedas enamorar de otro.
__Pues
entonces date prisa _ dijo atrapando los labios de nuevo. __Estoy ávido de vos,
cielito. Nos imagino siempre ávidos de sentirnos
entre las sábanas del deseo, respiramos piel, y comemos besos, mordemos pasión, y vivimos deseos con hambre de poseernos, y
fundirnos con fuego juntando los cuerpos, hay deseo, pasión y amor, con
sentencia de amarnos toda la vida, entre la vida y la muerte. Es así como nos
siento e imagino.
Ávidos de ganas de sentirnos, ardientemente ser poseídos de espíritu, alma y cuerpo cuando tu mirada se pierde buscando mi desnudo para llevarme al clímax, juntando saliva de tu boca en mi boca, al calor de tu cuerpo me contraigo al sentir mis manos guiando las tuyas, al rozar mis piernas con la tuyas, al calor del fuego ardemos los dos, vos estás deseando sentir sobre
tu pecho el calor de mis pezones ansioso y hambriento de mí. Ávidos de deseos, clama la vida por sentir la vida, entre el cielo y la tierra y el favor del universo invitándonos a amarnos
entre la vida y muerte, la gloria y el infierno, ardiendo ávidos de deseos, con ganas de morir en el beso fogoso que nos consume de pasión, entre el cielo y la tierra, siempre ávidos de tenernos, consumiéndonos de deseos. ¡Te Amo mi Amor! Habitas mi piel todas las noches.
__Y
tú. Habitas mi cuerpo en noches inquietas
de sueños de pasiones entre amores,
bebiendo de mis entrañas todos tus sueños, recorriendo mi cuerpo con tus besos, despertando mil deseos cuando te prendes de mis pezones disfrutando de las mieles por todo mi cuerpo, me habitas todas las
noches, siempre vuelves a hurtadillas,
te quedan ganas de mí y buscas
bajo mi piel enredarte en mi cadera y
sientes ganas de juntar tus piernas con mis piernas en el acomodo de tu deseos y la pasión donde
conquistas mis ganas de ti. ¡Sabes que me habitas!
No hay espacios vacíos entre mi alma y la piel, vas dejando tu huella para que no te sea infiel,
no he de buscar por ahí; pues tú me vives completo, de los pies a la cabeza me haces arder en llamas y haces brotar de mi fuente la humedad que contenta, a veces creo; que confesarme no alcanza penitencia, amarte de este modo siempre será pecado, me habitas el alma, la carne y hasta los huesos, no dejas nada sin auscultar, te adueñas de mi piel, me haces lienzo de pintor donde pintas tus manos dejando huellas, y hay tanta pasión desenfrenada entre tu cuerpo y mi cuerpo, te habito y me habitas, dentro muy dentro... porque siempre tenemos ganas de amarnos hasta los huesos, este amor es desesperado y despierta las pasiones entre tu cuerpo y mi cuerpo dispuestos a morir en un “te amo” y un “te quiero” amarnos, teniéndonos así mientras habitas mi cuerpo. Renaciendo cada noche tú en mí y yo en ti.
No hay espacios vacíos entre mi alma y la piel, vas dejando tu huella para que no te sea infiel,
no he de buscar por ahí; pues tú me vives completo, de los pies a la cabeza me haces arder en llamas y haces brotar de mi fuente la humedad que contenta, a veces creo; que confesarme no alcanza penitencia, amarte de este modo siempre será pecado, me habitas el alma, la carne y hasta los huesos, no dejas nada sin auscultar, te adueñas de mi piel, me haces lienzo de pintor donde pintas tus manos dejando huellas, y hay tanta pasión desenfrenada entre tu cuerpo y mi cuerpo, te habito y me habitas, dentro muy dentro... porque siempre tenemos ganas de amarnos hasta los huesos, este amor es desesperado y despierta las pasiones entre tu cuerpo y mi cuerpo dispuestos a morir en un “te amo” y un “te quiero” amarnos, teniéndonos así mientras habitas mi cuerpo. Renaciendo cada noche tú en mí y yo en ti.
--Saber
que tú existes, le da alegría a mi vida, por eso quiero tenerte siempre, a cada instante en mi pensamiento, saber que
existes, me da la fuerza para vivir y la entereza para esperar, el momento
justo para podernos ver, sentir y amar,
saber que existes, me hace creer que llegará el momento, de unirnos para siempre
y así hacer realidad los sueños porque sé que existes,
seguiré describiendo tus ojos, tu mirada y tu sonrisa, en todas mis letras y porque tú existes,
existe el amor en mí.
seguiré describiendo tus ojos, tu mirada y tu sonrisa, en todas mis letras y porque tú existes,
existe el amor en mí.
__Dime
ahora que me ves perdido por vos, cómo
hago para salir de esta fría página, de este capítulo de mi vida
donde no te hallo a mi lado.
Dime
cómo seguir dibujando los momentos vacíos sin el andar de tu silueta que
perturbe mi serenidad, sin que el silencio se rompa con tu voz que cada día es
melodía de amor en mis oídos.
Dime
cuánto más mi boca, mi piel deberán
seguir este ayuno tortuoso de no tener el néctar de la tuya, ni la
humedad que brota de tu cuerpo al sentir que por dentro se desata el infierno
de pasión.
Dime
sin palabras que tu vida a la mía están ya destinadas a la unión perpetua y que
este espacio y distancia es tan solo una pausa para que nuestro amor más se fortalezca todavía.
Dime,
pero dímelo ya... que en tu piel pronto podré dejar mi pasión cada noche. Que
tus labios en mi cuerpo su marca dejarán. Que orgullosos llevaremos impregnado
nuestro aroma de amor.
Dime...
Dime mi vida, que sientes a tu lado cada día a mi alma
enamorada que te abraza y te dice que por vos aquí mi amor te espero cada día.
La
primera vez que te vi te agarré como si ya fueras mío, sin miramientos, pero sin querer dañarte, con el primer beso te dejé extenuado, nuestro
aliento ya hablaba de amor. No tardaste
mucho en darte cuenta que también vos me deseabas, era una forma de
dulce de amor y fue entonces que perdiste la paz y solo querías más de ese
amor, más caricias que te hicieran
estremecer, más roces eléctricos, más miradas que te desnudaran y suspirar por
este gran amor. De ese que te remueve todo por dentro haciendo que broten esas gotas desde tu interior más íntimo como lágrimas asoman en tus ojos, no demores amorcito.
20 de diciembre de 2018.
Pedro
pasó toda la tarde con una extraña expresión en los ojos y una leve sonrisa en
los labios. No podía concentrarse en nada.
Aquella
noche cuando vio a Matías, no supo qué decirle. Él le preguntó si ya tenía
preparado el equipo de esquiar y supo que todo se iba a precipitar. Habían
alquilado un departamento con unos amigos. Al cabo de un rato, Pedro se levantó
y le miró.
__ ¿Qué
ocurre, Pedro?
__Nada…
y todo. __Cerró los ojos__. Tengo que irme.
__ ¿Ahora?
_pregunto Matías__. ¿A la ciudad?
__No.
__Se levantó y rompió a llorar. ¿Por dónde podía empezar? ¿Qué podía decir? Él
lo había arrojado de su lado por el resentimiento que le inspiraban su trabajo
y su éxito, su amargura, su negativa a
contraer matrimonio o ninguna clase de compromiso. Ahora, Pedro quería algo que
Matías no podía darle y sabía que estaba obrando con rectitud, pero todo era
muy difícil. Le miró tristemente, sin que le cupiera la menor duda. Casi le
pareció sentir la presencia de Guillermo y de Alberto, animándolo a seguir
adelante_. No puedo _dijo, mirando a Matías.
__ ¿Qué
es lo que no puedes?
Estaba
perplejo. Pedro no solía hablar con tantos rodeos.
__No
puedo seguir así.
__ ¿Y
por qué no?
__Porque
no es bueno para ninguno de los dos. Hace un año que estás furioso conmigo y yo
estoy destrozado. __Pedro se levantó y empezó a pasearse por la estancia,
contemplando los conocidos objetos. Aquella casa le había pertenecido durante
dos años, pero en aquellos momentos se le antojaba la de un extraño__. Quiero
algo más, Matías.
---Vaya,
por Dios –dijo él__. ¿Cómo qué?
__Una
relación permanente y comprometida, como la de Gaby y Alberto.
__Ya
te dije que eso no lo encontrarás. Ellos eran un caso especial. Y tú no eres ni
como uno ni como el otro.
__Eso
no es una excusa para que me dé por vencido. Sigo queriendo encontrar a alguien
que sea mío para toda la vida, que quiera serlo ante los hombres y ante Dios
aunque la iglesia se oponga, y que me quiera a su lado hasta el fin de su vida,
alguien que pueda amar por el resto de mi vida. Lo sé, es lo que nunca quise,
pero entendí, crecí, maduré y tú no.
__ ¿Quieres
que me casi contigo? _preguntó Matías, horrorizado__. Creía que ya habíamos
llegado a un acuerdo sobre eso.
__Descuida,
no es eso lo que quiero de ti, Matt, quiero irme, creo que ya es hora.
ÉL guardo
silencio porque a pesar de presentir lo que iba a ocurrir le dolía y además le
arruinaba las vacaciones.
Estaba
tan triste como si acabara de perder a un ser querido. Le había querido durante
demasiado tiempo.
__Nos
hemos tenido mucho cariño, Pedro, y ha sido muy
agradable. __ Matías se acercó a él con lágrimas en los ojos y se
sentó__. Si me pareciera lo adecuado, me casaría contigo.
__Para
ti no sería adecuado __dijo, Pedro, mirándolo.
__Tú
nunca serías feliz en el matrimonio, Pedro.
__ ¿Por
qué no?
__Porque
si bien Gaby y Beto eran abogados, lo eran desde abajo, pero tú estás hecho
para otras cosas. Eres demasiado fuerte. __ Pedro sabía lo que era más que él,
pero hacía muy poco que lo había descubierto, desde que había conocido a
Guillermo. Y este era muy distinto a Matías. Mucho más fuerte que cualquier
hombre que él hubiera conocido y mucho más que él mismo__. De todos modos, no
te hace falta casarte _añadió Matías con amargura__. Ya estás casado con el
derecho. Y eso para ti es un amor en régimen de plena dedicación.
__
¿Acaso no se pueden tener ambas cosas?
__Algunas
personas, sí. Tú no, Pedro.
__ ¿Tanto
te he lastimado, Matías? _preguntó mirándolo abatido.
Él
se levantó sonriendo. Descorchó una botella de vino y le ofreció una copa,
mientras Pedro pensaba que jamás le había conocido de verdad. Todo era tan
amargo y superficial, Alberto siempre había tenido razón, Matías era un hombre
que jamás ahondaba en las cosas. Pedro se preguntó cómo él había podido
permanecer tanto tiempo a su lado. Sin embargo, él tampoco había querido
profundizar en nada en el transcurso de aquellos años. Quería ser tan feliz
como libre, como Matías. Pero lo había superado y, aunque le daba mucho miedo
el desafío que Guillermo le estaba lanzando, deseaba con toda su alma
aceptarlo. Miró a Matías, mientras brindaba por él.
__Por
ti, Pedro. Que tengas mucha suerte.
Pedro
tomó un sorbo, depositó la copa en la mesa, y le miró…
__Me
voy.
__Muy
bien. Llámame alguna vez
Él
se volvió de espaldas y Pedro sintió que se le clavaba un puñal en el pecho.
Hubiera querido extender las manos hacia Matías, pero ya era demasiado tarde.
Para los dos. Le tocó la espalda y musitó una sola palabra.
__Adiós.
Luego
regresó apresuradamente a casa. Se bañó y se lavó el cabello como si quisiera
quitarse de encima todas las decepciones y las lágrimas. Treinta y ocho años e
iba a empezar otra vez _aunque de manera muy diferente, con un hombre
completamente distinto de cualquier otro que él hubiera conocido. Hubiera
querido llamarlo aquella noche, pero su mente todavía estaba llena de Matías.
Por otra parte, le daba miedo decirle a Guillermo que era libre.
No le dijo nada hasta que almorzaron juntos,
la víspera de que él se fuera a México. Entonces, le miró, sonriendo
misteriosamente.
__ ¿Qué
te hace tanta gracia, precioso?
__La
vida, supongo.
__ ¿Eso
te divierte?
__A
veces. Yo… hum… Bueno. __Al verlo
enrojecer, Guillermo se echó a reír__. No me pongas las cosas tan difíciles,
caramba.
__ ¿Qué
pretendes decirme? __preguntó él tomándole una mano entre las suyas.
Jamás
le había visto tan turbado. Pedro respiró hondo y le respondió.
__Ya
he arreglado las cosas, esta semana.
__
¿Con Matías? __ Pedro asintió, esbozando una tímida sonrisa, mientras él lo
miraba__. ¿Tan pronto?
__No
podía seguir así.
__ ¿Se
disgustó mucho? _preguntó Guillermo, con un gesto preocupado.
__Sí
__contestó, Pedro. Entristeciéndose por un instante__, pero no quiso demostrarlo,
él siempre quiere manejar las cosas, todo a un nivel superficial. __Lanzó un
suspiro y añadió__. Dice que nunca seré feliz casado.
__Estupendo.
__Guillermo esbozó una sonrisa__. Cuando te vayas, acuérdate de incendiar la
casa. Es lo mejor que se puede hacer con ciertos hombres. Te aseguro que no
estoy preocupado. Acepto correr el riesgo, gracias _añadió, rebosante de
felicidad.
__ ¿Sigues
queriendo casarte conmigo?
Pedro
no acertaba a creer lo que le estaba ocurriendo y por un brevísimo instante
experimentó la tentación de regresar a su antigua vida, pero ya no la deseaba. Amaba
a Guillermo, quería el matrimonio y su profesión, por mucho que ello le
asustara. Tenía que correr el riesgo. Ya estaba preparado. Había tardado mucho en
decidirse, pero, al final, lo había conseguido y estaba muy orgulloso de ello.
__ ¿Tú
qué crees? Pues claro que sí _contestó, Guillermo. Para tranquilizarlo.
__
¿Estás seguro?
__Más
bien cabe preguntar si lo estás vos.
__ ¿Te
parece que esperemos un poco? __preguntó, Pedro nervioso.
__ ¿Cuánto?
__inquirió, él con una sonrisa__. ¿Seis meses? ¿Un año? ¿Diez años?
__Pongamos
cinco _contestó, Pedro riendo también. Le miró arrobado y le preguntó__. No
querrás tener más hijos, ¿verdad?
Guillermo
meneó la cabeza y lo miró sonriendo.
__Estás
en todo, ¿eh? No, no quiero tener hijos. Soy demasiado mayor, voy a cumplir cincuenta
años el mes que viene y tengo a uno. _ ¿De acuerdo? ¿Quieres que lo firme con
sangre?
__Sí.
Guillermo
pagó la cuenta y salieron la calle. Lo
abrazó como ningún hombre lo había hecho jamás y lo hizo sentirse más dichoso
que nunca, después, consultó el reloj y corrió con él hacia el automóvil.
__
¿Qué estás haciendo?
__Tenemos
que tomar un avión.
__
¿Los dos? Pero si no puedo. Yo no…
__
¿No estás de vacaciones en tu tribunal?
__Sí,
pero…
__
¿Tienes el pasaporte en regla?
__Pues
sí… Creo que sí…
__Lo
comprobaremos en casa, vas a venir conmigo. Planearemos la boda allí. Llamaré a
Fabián. ¿Qué te parece febrero? ¿Digamos dentro de dos meses o seis semanas?
¿Qué tal el día de San Valentín? ¿Te parece suficiente tiempo?
Estaban
locos de amor cuando a la noche tomaron un avión con destino a México, haciendo
por fin el amor. Guillermo había preferido esperar a que terminara
definitivamente con Matías.
__Me
refugio en tu ser porque me da la certeza de estar bien en la habitación de tu
corazón, tus brazos abrigan mi piel con
el deseo de tu amor cristalino.
Soy
la esperanza de tu corazón en cada mañana, soy la luz de tus ojos de un nuevo
amanecer en cada noche el sueño y deseo de tu piel.
La
figura de tu sol quemante en el astro, que cubre lo escondido, que tiene la
belleza de tu cuerpo que descubre mis ojos, los verbos que en tu alma llevas grabados con mi
deseo.
Con
la tinta de mis labios pinto tus besos sedientos con mi pasión, dan al
corazón el nutriente para que no desfallezca por amor.
Un
alma llena de sentimientos que hacen latir su corazón, se entrega a la pasión
de unos brazos y cuerpo que desean su calor con tanto amor.
Nos
unimos a la inauguración en un eclipse de pasión, estallando como una bomba
atómica en el momento de sentir la
lujuria apoderándose del deseo que brota por los poros nuestra piel.
Se
enlazan como hiedra nuestros brazos y cuerpos, que nos duele separarnos por el momento que vivimos los dos
con tanta sed de pasión, abrigándonos porque ya llega la despedida de aquel
amor. Que dura tan solo unas horas y se va
de regreso a su lugar, con el corazón en la mano hasta un nuevo encuentro al
amor en un día cualquiera para volver a
amarnos los dos.
Voy
a esclavizar en tu pecho todo el pecado de mis manos mas de tu piel serán
livianos por solamente otro despecho. Y
te castigaré sin el indulto, te haré perder toda la razón a saber del sentir el corazón cuando con verbos
ausculto.
Te
impondré de pecado gozar con cada roce
que te toque y la estrella que nos enfoque por donde nos haga retozar.
O
impón toda ley marcial con ese amor de
tus labios que de los míos son sabios cuando buscan lo esencial. Y contra el muro de tus ojos, nos azotaré con
mis delicias en ese castigo de caricias que me atizan a tus antojos.
De
la guerra de esta lengua enfrentada a la entrepierna en la que cada día inverna
sin dar tregua a su batalla.
sin dar tregua a su batalla.
Flagela
mi boca con la tuya hasta que el dolor sea grato pues sin cariño no hay trato para
que la corriente fluya. Desata en la piel esos roces donde puntear otro acorde
y en ello quieres que borde los más bonitos que conoces.
Mas
te ataré con el encanto y tu cuerpo será cual banco donde dulce haré el
desfalco y no me vas a ver tan santo. Sí de amor hiero ese tramo con el suspiro
de este rato serás la sed de mi contrato y que ni una gota derramo.
Y
fustigaré a esa inocencia con descaro y más esencia por tener amor de herencia al
darle vida con paciencia. Y hasta no quedar saciado brindaré en el último trago
siendo ese fuego que halago y de la batalla es mi aliado.
"...Tenía
el pulso un tanto acelerado y cierto nerviosismo. Colocó su abrigo en el
perchero y aprecié su figura a través del traje color gris que traía ajustado
al cuerpo. Cruzamos las miradas, sonrío y la bajó. Me acerqué, mientras le
decía que estaba bárbaro. Volvió a sonreír y esta vez sus ojos se enfocaron en
los míos. Lo agarré de su cintura y nos confundimos en un beso interminable.
Pedro estaba hermoso, como siempre.
No quise apurarme y arruinarlo todo. Me fui despacio de sus labios y pasé lenta y suavemente a su cuello, que desprendía un aroma delicado y cautivante. Acaricié su espalda, lo recorrí en toda su dimensión y lo presioné con firmeza contra mi ser y ahí pude sentirlo tal cual había soñado. Le susurré al oído que era un dios, abrió sus ojos y me regaló otra sonrisa.
No quise apurarme y arruinarlo todo. Me fui despacio de sus labios y pasé lenta y suavemente a su cuello, que desprendía un aroma delicado y cautivante. Acaricié su espalda, lo recorrí en toda su dimensión y lo presioné con firmeza contra mi ser y ahí pude sentirlo tal cual había soñado. Le susurré al oído que era un dios, abrió sus ojos y me regaló otra sonrisa.
Nos
dejamos caer en el sofá, sin separarnos. De pronto se liberó y pasó a besar y
mordisquear mi cuello; parecía estar decidido a gozar él también. Una voz interna
frenaba mi instinto de hombre, quería disfrutar cada segundo de ese momento. No
dejaba de besarlo.
Toqué
su pierna por encima de la rodilla y suspiró. Lo repitió con más intensidad
cuando las caricias llegaron al interior de su muslo y separé sus piernas.
Tampoco
quise apurarme, lo que vivía era único y además quería que me suplicara, para
mí era lo máximo. Mis manos fueron a sus pezones, al principio los traté con
delicadeza y luego con pasión, y entonces explotó de placer. Estaba seguro de
que sería una noche inolvidable y no me equivoqué. Poco a poco fui
desprendiendo ropa y su piel quedó al
desnudo; su figura era escultural, tenía un bronceado perfecto. No lo podía
creer, era increíblemente divino.
Sentado como estaba, se puso bien derecho y sacando cola cerró un poco sus ojos. La punta de su lengua apareció a un costado de la boca y a continuación me dedicó una sonrisa sensual que me derritió. Ahora sí, me dije. Besé sus hermosos y turgentes montes, y cuando se transformaba en un volcán comencé a bajar sin despegar mis labios de su tibia piel, esquivé el ombligo y paré unos segundos debajo de él. Su respiración iba en aumento y se entrecortaba. Seguí bajando hasta llegar a su tesoro y entonces comenzó a gemir, primero leve y después desesperado. A esa altura yo estaba en el paraíso.
Nos enredamos hasta confundir nuestros cuerpos, que encajaban perfectos. El ritmo y la química no podían ser mejores. De a rato nos movíamos lento y de repente de forma intensa, volvíamos a la calma y otra vez la locura.
Sentado como estaba, se puso bien derecho y sacando cola cerró un poco sus ojos. La punta de su lengua apareció a un costado de la boca y a continuación me dedicó una sonrisa sensual que me derritió. Ahora sí, me dije. Besé sus hermosos y turgentes montes, y cuando se transformaba en un volcán comencé a bajar sin despegar mis labios de su tibia piel, esquivé el ombligo y paré unos segundos debajo de él. Su respiración iba en aumento y se entrecortaba. Seguí bajando hasta llegar a su tesoro y entonces comenzó a gemir, primero leve y después desesperado. A esa altura yo estaba en el paraíso.
Nos enredamos hasta confundir nuestros cuerpos, que encajaban perfectos. El ritmo y la química no podían ser mejores. De a rato nos movíamos lento y de repente de forma intensa, volvíamos a la calma y otra vez la locura.
Paré de repente y por completo, mirándolo y
apreciando su belleza, y algo susurró. No lo entendí. Subió la voz, me
suplicaba por favor que no parara, quería más y más, al tiempo que no me
quitaba la mirada con cara de sufrimiento. Ya podía morir tranquilo…
Pasada la máxima intensidad de placer, llegó su momento de éxtasis y a los pocos segundos, el mío. Mi corazón parecía querer salir del pecho y noté que a él le pasaba lo mismo. Deseaba más besos y lo complací, necesitamos varios minutos para recuperarnos. Seguimos unidos, por nada del mundo quería salir de su cuerpo…
Pasada la máxima intensidad de placer, llegó su momento de éxtasis y a los pocos segundos, el mío. Mi corazón parecía querer salir del pecho y noté que a él le pasaba lo mismo. Deseaba más besos y lo complací, necesitamos varios minutos para recuperarnos. Seguimos unidos, por nada del mundo quería salir de su cuerpo…
__Esta
noche amor mío, te dibujaré suavemente
la silueta de mis ansias en este papel blanco y muerto que grita a voces que
quiere tener vida, él, en su palidez pide que repose mi pluma y le ponga ríos
de tinta, verbos que le traerán primaveras, que su desnudez se llenará de besos
soñados, y cálidos, sabe, que de mi mano vendrán también las barcas del olvido
cargadas de amores eternos, donde reposan amores ocultos, esos que se cobijan
detrás de la luna, noche tras noche, para vivirlos con vos.
Esta noche la magia inicia desde su pensamiento el recorrido de mis sueños, ella se encargará de regalarme, líneas, estrofas, rimas y verbos, dándole vida a mis sueños, las pausas son cortas, son breves momentos de vida soñada con vos, y enlazando a los recuerdos que celosamente están guardados en mi corazón, se dispone a fabricar la confesión que mi alma guarda para vos esta noche.
Hoy amor mío cargaré los bolsillos de mi alma con todos los poemas que te he escrito, con todas mis confesiones de amor, los llevaré conmigo, y cuando en las soledades me pierda podré leerlos, podré ver tus ojos recorriendo línea tras línea, y podré también sentir tus emociones, y los besos que has dejado en mis labios, también los sentiré, podré saber cuando cierras tus ojos lo que sueñas conmigo.
Hoy vida mía quiero ser yo ese papel, quiero que me llenes de tus ansias, quiero ser tu sueño prohibido, todo eso quiero amor con vos.
Esta noche la magia inicia desde su pensamiento el recorrido de mis sueños, ella se encargará de regalarme, líneas, estrofas, rimas y verbos, dándole vida a mis sueños, las pausas son cortas, son breves momentos de vida soñada con vos, y enlazando a los recuerdos que celosamente están guardados en mi corazón, se dispone a fabricar la confesión que mi alma guarda para vos esta noche.
Hoy amor mío cargaré los bolsillos de mi alma con todos los poemas que te he escrito, con todas mis confesiones de amor, los llevaré conmigo, y cuando en las soledades me pierda podré leerlos, podré ver tus ojos recorriendo línea tras línea, y podré también sentir tus emociones, y los besos que has dejado en mis labios, también los sentiré, podré saber cuando cierras tus ojos lo que sueñas conmigo.
Hoy vida mía quiero ser yo ese papel, quiero que me llenes de tus ansias, quiero ser tu sueño prohibido, todo eso quiero amor con vos.
--Mi
boca sabe a ti, recuérdalo.
Dame
un beso intenso, sublime que sepa a
gloria, bésame ahora, quiero sentir tu
calor.
Abrázame fúndeme en ti, quédate un instante en mí.
Quiero tenerte, que tu perfume quede en mi cuerpo, me sorprende tu ricura.
Es perfecta tu piel, ven te necesito, mi amor vamos a gozar y nada más.
Recuerda que no puedo sobrevivir sin vos, me tienes enloquecido, en suspiros te fui abrigado en mi alma.
Me cautivas, me encantas, tu dulzura, tu suavidad, en especial sentir tu humedad.
Llenarte de besos, atrapar y acariciar cada curva de tu cuerpo.
Abrázame fúndeme en ti, quédate un instante en mí.
Quiero tenerte, que tu perfume quede en mi cuerpo, me sorprende tu ricura.
Es perfecta tu piel, ven te necesito, mi amor vamos a gozar y nada más.
Recuerda que no puedo sobrevivir sin vos, me tienes enloquecido, en suspiros te fui abrigado en mi alma.
Me cautivas, me encantas, tu dulzura, tu suavidad, en especial sentir tu humedad.
Llenarte de besos, atrapar y acariciar cada curva de tu cuerpo.
Hoy
quiero probar los excesos de tu piel ardiente... y hacer de tus fantasías las
más locas de mis alegrías, dibujaré tu
hermosa figura con pinceles que no se han inventado y le añadiré ese color a tu
vida que tanto te ha faltado.
Bajaré
por ese sendero tuyo el cual se llama placer y poco a poco pero muy lentamente,
probaré esas mieles tuyas que me puede brindar tu piel.
probaré esas mieles tuyas que me puede brindar tu piel.
Haremos
que este deseo intenso que hoy nos brota de la piel... sea saciado con besos
sumamente extremos, caricias divinas y sonrisas placenteras para que cuando ya
yo me haya ido, digas en voz alta… por Dios este hombre cómo hoy me ha amado.
__No
puedo dejar de amarte amor mío, no puedo, no tengo en mis manos el dejar de
soñarte, ni tan poco mi existencia se puede desligar de tu mundo, rezo en mis
noches porque me visite el olvido y en un falso sueño me pierdo en otros
caminos, no es un sueño que me pertenece porque en ese recorrido del intento
desfallezco porque no tengo tus ojos, ni tampoco tus brazos para sostenerme, lo
he intentado, pero no puedo dejar de amarte vida mía.
Esta noche volveré a ser tu amor, donde cerraré mis ojos para sentirte y tocar sutilmente tus labios con los míos, dejaré que esa locura enamorada se apodere de mí, porque solo así vida mía me siento tan tuyo que nada de mí quedará en este mundo, todo volará a tu espacio para que vuelvas a mí y me des ese pedacito de vida que me devuelva a mi ser, y siembre de nuevo las primaveras florecidas.
Esta noche volveré a ser tu amor, donde cerraré mis ojos para sentirte y tocar sutilmente tus labios con los míos, dejaré que esa locura enamorada se apodere de mí, porque solo así vida mía me siento tan tuyo que nada de mí quedará en este mundo, todo volará a tu espacio para que vuelvas a mí y me des ese pedacito de vida que me devuelva a mi ser, y siembre de nuevo las primaveras florecidas.
Me enamoré de ti de tus sueños pegados a los míos, me enamoré, de tus ganas locas de amar, me gustó sentirme ese tu gran amor prohibido, me enamoré de esos deseos que nos hacían sentir las melodías regaladas en nuestras noches mi amor, me enamoré de esas ansias apasionadas, que me envolvían en un halo de paz, me enamoré de tus caricias soñadas recorriendo mi piel, me enamore de esas noches y madrugadas entre mis sábanas blancas, donde haces sentirme fuerte para encarar un nuevo día, me enamoré de ti sin más, vida mía.
Por eso únicamente, imposible dejar de amarte, hoy he venido a enterrar al amor
no, no haré un altar, tampoco llevaré flores, solo dejaré que el viento en forma de tiempo se lleve el dolor, no sé si mi corazón realmente comprenda lo que hemos perdido, por ahora está confundido escuchando con atención aquello que la razón acabó por revelarle, pues ella sabe que no te has ido y regresarás para abrazarme, hoy no tengo frente a mi una tumba para arrodillarme y consolarme, hoy solo mis lágrimas ruedan por mis mejillas recordándome la grandeza de mi corazón, aun así mi mente es sincera, me hace entrar en razón, viviremos para amarnos y más allá de la muerte: recuerda que fue él, quien eligió perderte, quien no quiso arriesgarse, quien prefirió alejarse, pues le pesaba mucho quedarse, me murmura y yo siento como se va desmoronando el corazón, ¿volveré a amar?, le pregunto y la mente aconseja déjate de tristezas, la vida se trata de lecciones aprendidas, sonrisas compartidas, abrazos repartidos y canciones compuestas mediante el latido de tu corazón, no importa cuántas veces se rompa, se detenga, llore, añore, salga corriendo, siempre habrá una historia, una mirada, una fecha, una palabra, una situación, una persona, una aroma, que ni yo, ni el corazón podremos olvidar y ahí está detenido el tiempo, pues uno siempre regresa a ese pedazo de vida, a ese momento lleno de fantasía, que estás recordando en este momento, ahí en esos recuerdos fue donde se quedó el amor. Habitas mi piel todas las noches.
__ ¿Pedro?
¿Qué
sucede?
__Nada,
soñé, uno de los dos se adelantaba en la partida, pero ¿sabes? El amor seguía
allí porque el amor resiste, resiste más allá de la muerte.
__
El
sol me daba de frente así que solo podía ver su silueta; sus caderas eran la
única cosa que llamaba mi atención entrando a esa cafetería de la playa.
El
mesero babeaba al igual que yo, tanto que no me importó meter el pie justo
cuando se acercaba con mi expreso.
_
¡Maldito! Lo acepto eso soy... Quizá por eso me detestan algunas personas;
bueno no importaba mucho, un par de billetes en la propina no quita la miseria
insolente pero ayuda a calmar las penas de los que atendían ese lugar.
El
mesero cayó de bruces a un lado de la otra mesa salpicando de líquidos mis zapatos.
El tiempo se había detenido... Lo miré caminar al bamboleo con el viento, casi junto a mi mesa fui inundado con ese perfume conocido y de agradable esencia.
El tiempo se había detenido... Lo miré caminar al bamboleo con el viento, casi junto a mi mesa fui inundado con ese perfume conocido y de agradable esencia.
Yo
era un demente de ojos desorbitados por ese adonis, deslumbrado como un vil
libidinoso al acecho de la fortuna.
La realidad era esa, un mesero en cuclillas rindiendo pleitesía a un hombre hermoso, el café derramado era una alfombra que señalaba el camino al universo, como si no existiera nada, como si la única estrella en el espacio fuera solo él y se viviera todo en un sueño.
La realidad era esa, un mesero en cuclillas rindiendo pleitesía a un hombre hermoso, el café derramado era una alfombra que señalaba el camino al universo, como si no existiera nada, como si la única estrella en el espacio fuera solo él y se viviera todo en un sueño.
Cada
movimiento en él, era un robo al suspiro de la última inspiración.
Encendí un cigarro y le di una gran calada al tabaco, mientras el mesero desesperado decía:
Encendí un cigarro y le di una gran calada al tabaco, mientras el mesero desesperado decía:
_ Lo siento señor.
Ambos
callamos haciendo caso omiso a la furia...
En
la soledad de nuestras mentes había nacido la más bella alucinación.
__ ¡Con
un carajo!
Los dos carcajeamos como viles cavernícolas. La naturaleza es simple, coaliciona en los cuerpos y aparece de la manera más insólita.
Lo
invité a mi mesa, pero esa historia de besos es como el rock and roll, no para
y en este momento tomaré un café.
Pasamos
una semana maravillosa tomando el sol y haciendo el amor en todos lados… por fin.
Apenas
regresar, Guillermo tenía trazados sus
planes, ahora Pedro era suyo, y no diría que no.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Victoria Hermoso. Gracias
ResponderEliminarPatricia Hermoso!!!
ResponderEliminarCarmen Precioso!!! Te felicito
ResponderEliminarCarmen Que sutil sentimiento en tus letras! Gracias por ellas!
ResponderEliminarAurelia Excelente
ResponderEliminarSol Qué hermosa
ResponderEliminarFabiola Uuuuufff que belleza ,,,,nostalgia ,melancolía ,sentimiento bellísimo felicitaciones mil bendiciones
ResponderEliminarMaria Eva Bellísimo felicitaciones ❤
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarSusana Muy bueno. Gracias por hacer volar los sentidos y el corazón.
ResponderEliminarLily Wouuuuu ! Que lindo ! Bellísimas letras colmadas de amor ! Abrazo .
ResponderEliminarFabiola Simplemente bello
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMiriam Hermoso . Afectuoso saludo,
ResponderEliminarBertha Excelente
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino no se que decirte Eve Monica Marzetti, solo que este capitulo me pareció maravilloso... eso es amor a primera vista, un amor que te enciende, te emociona, te hace volver a nacer... hermoso capitulo
ResponderEliminarQué bello Eve...Un amor maravilloso, con tanta seducción, con la entrega total de parte de los dos...Y Guillermo sabiéndose el dueño de ese Pedro que lo cautivó desde el primer momento y ante quien él también cayó rendido...
ResponderEliminar