domingo, 23 de diciembre de 2018

¿Y SI FUERA POSIBLE? CAPÍTULO SESENTA Y CUATRO.


¿Y SI FUERA POSIBLE?

CAPÍTULO SESENTA Y CUATRO.


Dos poemas ingleses [viii]
“A Beatriz Bibiloni Webster de Bullrich.
¿Con qué puedo retenerte?
Te ofrezco magras calles, ocasos desesperados, la luna
de los corroídos suburbios.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado
largamente a la luna solitaria.
Te ofrezco mis antepasados, mis muertos, los fantasmas
que hombres vivientes han honrado en mármol:
el padre de mi padre muerto en la frontera
de Buenos Aires, dos balas a través de sus pulmones,
barbado y muerto, envuelto por sus soldados
en el cuero de una vaca; el abuelo de mi madre
-con tan solo veinticuatro años- encabezando
una carga de trescientos hombres en el Perú, ahora
espectros en desvanecidos caballos.
Te ofrezco cualquier agudeza que puedan contener
mis libros, cualquier hombradía o humor en mi vida.
Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca ha sido leal.
Te ofrezco ese meollo de mí mismo que he salvado,
de alguna manera: el corazón central que no
comercia con palabras, no trafica con sueños,
y está intocado por el tiempo, por la alegría,
por las adversidades.
Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista
en el ocaso, años antes de que hubieras nacido.
Te ofrezco explicaciones de ti misma, teorías sobre ti misma,
auténticas y sorprendentes noticias de ti misma.
Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre
de mi corazón; trato de sobornarte con
la incertidumbre, con el peligro, con la derrota.
Jorge Luis Borges / (De El otro, el mismo)”

Pergamino. Martes, 02 de agosto de 2016.
“Te quiero como para leerte cada noche, como mi libro favorito,
quiero leerte línea tras línea, letra por letra, espacio por espacio”.
Mario Benedetti.
“Cuando me hablas… me pierdo en la melodía de tu voz, y por más
que busque no encuentro como dejar de mirar tus ojos.
Ciertamente no hay salida….cuando me hablas…” Pablo Neruda.

Papi, ¿puedo ayudar a Camila a armar la habitación del bebé? __pidió Michael apenas recorrimos el casco.

_ Hola, sí, Natasha, te llamo para cancelar la cena de cumpleaños, creo que Camila está en trabajo de parto, estamos por salir para la clínica _avisó Guillermo a su hermana.

__No importa la cena, me encanta que mi sobrino nazca en mi día, bueno, en el de la abuela también, te veré allí, estoy saliendo en quince, yo le aviso a mamá _contestó Natasha sintiendo un presagio de lo que estaba por suceder en su propia vida.

__Gracias, pero no la presiones a venir si no lo desea _adujo, Guillermo__, y gracias, por todo, por tu cambio, por  estar acá, por los regalos, casi no logramos hacerlos entrar, pero  es todo muy lindo.

__Lo hice de corazón, te quiero hermano, siempre fuimos unidos, y lamento el tiempo que perdí por las tonterías que hice, solo espero que mamá también lo entienda, te veo en un rato, dile a mi sobrino que espere a que llegue, hasta ya. __Cortó.

Guillermo observó que Camila se llevaba las manos a la espalda mientras hablaba contenta con el electricista.
__ ¿Por qué haces ese gesto? Camila, el hecho de que la doctora haya dicho que podía retrasarse la fecha semanas no significa que sea así, has estado haciendo de todo _ le reprochó Guillermo, mientras todos estábamos ya en la sala.

__No, Guille,  cumplo mañana pero ya sabes que los bebés nunca llegan a tiempo, recién llamé a mi papá para que viaje por las dudas,  pero no es nada, es solo que he estado haciendo cosas en la estancia. __Dana cruzó la mirada con Pedro.

Camila no paraba de frotarse el vientre y tenía más dificultades que las habituales para seguir el ritmo de paso habitual cuando Guillermo le propuso caminar hasta el jardín para observarla. De pronto se detuvo y le apretó el brazo. Él se volvió a mirarla. Algo estaba sucediendo. Camila estaba distinta aunque insistía en que se sentía bien.
__ ¿Qué ha sido eso, entonces? _le preguntó él, suspicaz, cuando se volvió a parar.

__Un simple calambre. He llevado unas cajas de embalaje al contenedor _explicó__. Quería que todo quedara listo.

__Está de parto, Pedro _susurró Dana detrás__. Lo sé por experiencia, casi pasé lo mismo con el nene.

Guillermo puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza, aunque a esas alturas si tenía el bebé no pasaba nada.
__ Michael, hijito, en tres días tienes la audición, nazca o no Gianluca, ¿te sientes preparado? __pregunté a mi hijo al verlo tan excitado.

__Sí, papi, creo que sí, tengo diez obras preparadas, si me piden que toque de cada época una, sé de memoria dos _explicó.

__Me parece muy bien, aunque no sé en verdad cómo es, esperemos que te dejen elegir, igualmente confío en que lo harás bien.
__ ¿Viste las notas que salieron de la rueda de prensa? _interrogó Dana.

__No demasiado, pero es más o menos lo que dijimos, salió bastante bien, creo.
Solo espero que a Sarah le vaya bien en la galería con el contrato, no me dejaron poner dinero _respondí y apresuramos el paso__. ¿Estás bien, Camila?

__Bien, solo que llevo todo el día con calambres.
Guillermo paseó la mirada entre los tres y se echó a reír.
__Creo que te niegas a ver la realidad y que mi hijo nacerá en medio del jardín. ¿Se te ha ocurrido pensar acaso que puedes estar de parto? No soy un experto pero por lo que vengo leyendo creo que tienes todos los síntomas, ¿verdad, Dana?
__Creo que sí, por eso di la voz de alarma.
Guille había estado leyendo sobre el tema para prepararse, y además hizo el cursillo y las técnicas de respiración. Camila tenía dolor de espalda y unos calambres según su vocabulario que probablemente eran contracciones. Además, le costaba caminar cuando eso sucedía. Guille sugirió tomar un coche y en el momento en que estaba hablando, mientras Dana que controlaba el tiempo entre los dolores desde hacía buen rato me hacía una seña, Camila se retorció de dolor. Esta vez era una contracción, no había duda al respecto. Y ella no podía terminar de hablar.

__Vamos por los coches, Guille –afirmé sin necesidad de más _, esperen aquí.

__ ¿Sabes cada cuánto tiempo te pasa esto? __preguntó Guillermo minutos más tarde mientras la ayudaba a subir a uno de los automóviles, Juan Pablo y Dana nos seguían en otro con los chicos.

__Dana estaba llevando el tiempo, yo estoy sin reloj, me lo he dejado en el lavabo esta mañana _balbuceó Camila ahora con cara de susto.

__Camila _dijo Guille, tratando de fingir  una calma que no sentía y tropezando con mi mirada que intentaba dársela. De pronto estaba muy asustado__ ¿Y si lo tuvieras en el coche o peor, en la casa sin médico? __Inspiró hondo e intentó hablarle con calma__: A todos nos parece que estás de parto. Pedro, vamos rápido a la clínica a que le echen un vistazo, por suerte su doctora salió apenas la llamé.

__Qué tontería _ dijo, Camila al ver la expresión del padre de su hijo mas entonces la asaltó otra oleada de dolor y paró de hablar, mientras pisé el acelerador y me concentré en la ruta.

De pronto la sugerencia dejó de parecer una tontería. Si lo pensaba, llevaba todo el día teniendo calambres, y la espalda le dolía mucho. Sentía que la presión la aplastaba y lo miró con los ojos muy abiertos.
__Quizá tengas razón, perdón _dijo, Camila en voz baja, apretándole el brazo.

Guille cronometró desde el instante en que viré hacia la clínica las contracciones. Eran regulares y se producían cada tres minutos. Cuando Guille lo dijo, Camila se quedó aterrada.
__Creo que no estoy preparada _ dijo, nerviosa.

__Sí que lo estás _dijo, Guille en un tono tranquilizador.

Camila lo miró con los ojos como platos, de repente preocupada también por él.
__ ¿Y tú? ¿Estás bien? Si ha llegado el momento, ¿vas a entrar conmigo o quieres que entre con Dana o sola?
Guille ni siquiera vaciló. Ella a pesar de todo era su esposa y la madre del nene, y aquel era el bebé de ambos.
__No te preocupes. Voy a estar  contigo. Estoy bien. Y tú también. __ le aseguró tomándole la mano con fuerza y continuó cronometrando las contracciones que se habían prolongado e intensificado desde que habíamos subido al coche__. Menos mal que Dana nos ha avisado a todos. De lo contrario, habrías podido tener el bebé en el mismo suelo. ¿No te has dado cuenta de lo que estaba pasando?

__No la retes, Guille.
Camila negó con la cabeza, y mi hijo le acarició  la mano.
__Estaba entusiasmada con su habitación y demasiado ocupada. Simplemente creía que esta mañana había sufrido un tirón en un músculo.
__Un músculo poderoso claro, el útero _ repitió Guille y agregó, desazonado al ver que  nos quedábamos atrapados en el tráfico típico de la tarde__. Date prisa, Pedro, por favor, creo que mi mujer va a dar a luz en el coche.

__A no, les ruego a madre e hijo que no sea en este coche _respondí sonriendo, mirándolos por el espejo retrovisor.

Pero aceleré, para entonces Camila había dejado de hablar del todo y se agarraba de Guille con una mueca de dolor.
__ ¿Quieres que llame a Sarah? _ pregunté por las dudas.

__No, mi hermana está rumbo a la clínica y le iba a avisar, igual dudo que venga, no al menos a horas de lo de ustedes, y todo ese lío, no lo creo.
Asentí con la cabeza, aunque nadie albergaba ya dudas de que iba a nacer el nene, las contracciones eran rápidas e intensas. Debía de estar de parto desde esa mañana, yo solo pedía que la buena noticia para todos no sucediera en el coche, acababa de llamar Moravia diciendo que acudiría directamente a la clínica.

Pilar.

“Si al menos me hubieras dicho que no me amabas, no hubiera perdido el tiempo oyendo cada una de tus palabras, no me hubiera creído lo que con susurros al oído había creído que me querías en tu vida, Pedro.
Si al menos me hubieras dicho solo una palabra: "te amo",  me hubiera encantado ser tu eterno amor, si me hubieras  dibujado con tus manos, me hubiera entregado en cuerpo y alma a tus besos, a tu esencia a mi sentir pero creo que nunca he sido tu musa.
Si al menos hubiera tenido tu aroma aquí en mis sábanas, hubieras despertado a la mujer sensual y erótica, a la que  te desnudaría el alma sin inhibiciones, te hubiera dado mis fantasías, mi fuego encendido, mis sueños compartidos pero te sentí casi un desconocido desde llegar de Nueva York.
Si por lo menos hubieras venido a mí como sonámbulo, te hubiera dado mi calor,   mi piel, mi cuerpo, y todos mis  sentimientos, solo por estar contigo, solo por darte mi amor, mirando tus ojos  estremecerme al solo rozar tu piel, serías la cobija perfecta para abrigarte con mi piel. Cómo pude creerte en Europa, dejarte que me convencieras, yo siempre supe que sería imposible. Y lo mismo me duele, Pedro,  si al menos hubieras dicho esa noche tan amarga,  quiero estar más sin ti, ni siquiera te hubiera mirado, ni hecho caso, te hubiera despreciado tanto,  ni un beso  te hubiera dejado, sufriendo con cicatrices en el alma, simplemente por amarte como te amo, solo darme la vuelta e irme y no verte jamás, hiciste tanto daño”.

__Mamá, acabo de hablar con mi hermano, está de parto, Camila, yo estoy saliendo para la clínica, ¿vienes conmigo?
Sarah quedó de piedra, mirándola sin reaccionar.
__No. No puedo, hija, no ahora, creí que iba a poder, pero todo esto me da…  asco, Guillermo es gay...
__Eso no tiene nada que ver con tu nieto madre. Y Camila lo eligió como papá de su  hijo conociendo la verdad, no debería afectarte.
__ ¿Y tú lo dices? Estuviste meses contra tu hermano por ello.
__Ya pasó, mamá, me porté mal, y ahora además estoy embarazada, quiero estar cerca de ellos, del nene _respondió sinceramente Natasha.

__Ve tú, hija, yo tengo una entrevista de trabajo con el director de la galería, debo rescindir el contrato de la muestra, si realmente está por nacer mi nieto, avísame, si puedo, iré, pero no le asegures nada a tu hermano, en verdad no sé si puedo, hoy, ahora justamente.
__Está bien, lo haré.

Sarah estaba disgustada por haber cumplido sesenta y cinco años y no poder  seguir  manteniéndolo en secreto. Todo el mundo sabía por la prensa que era una anciana, cualquiera entendería pese a su aspecto, que Pedro la  hubiese dejado, y no la consolaban ni las predicciones de éxito laboral ni los nietos. Enfrentarse sola a esa edad le resultaba más deprimente que antes, se sentía de noventa, y sus nietos llegaban para recordárselo.

Mientras intentaba arreglarse para la entrevista laboral con Alejo Carpentier, el director de la galería, desconocía que este en su piso reptaba literalmente por el suelo de su suite con lágrimas en los ojos, jamás había sufrido un dolor así desde que era jugador de fútbol, cosa ya olvidada. Se sentía como si le hubieran clavado un hacha en la espalda. Los dolores punzantes subían  al cerebro y le bajaban por las piernas. No podía ponerse de pie ni andar. Logró llegar al baño y se levantó despacio, aferrándose al lavabo. Tomó el móvil de la encimera y se sentó en el inodoro con un gemido.

__! Ay, Dios mío! _exclamó, buscando un número en su teléfono.

Al verse en el espejo comprobó que parecía un náufrago y se sintió como si tuviese mil años.
Nunca había tenido problemas para seducir a las mujeres, a menudo estas se le ponían en bandeja, por lo general actrices, modelos y chicas  de veintitantos  años, en general cualquier chica linda que se cruzase en su camino, y en la noche previa no fue la excepción, festejando su cumpleaños sesenta y cinco, había regresado pasado de copas con una de ellas, y pasado la noche practicando sexo acrobático, no recordaba haberse divertido tanto hasta que algo se le quebró en la espalda, dejándolo inmovilizado. Había soltado tal grito que la chica se había ofrecido a llamar a emergencias. Sin embargo, él, mortificado, tratando de fingir que no dolía tanto le sugirió que se fuese a su casa, y ella se marchó.
Se había pasado el resto de la noche muriéndose de dolor, esperando a llamar a su médico de cabecera, en cuanto lo hizo esa mañana la secretaria prometió pasarle enseguida, y el hombre que lo atendió era amigo y médico desde hacía años.

__ ¿Qué sucede, Alejo? Mi secretaria ha dicho que es urgente.
__Creo que lo es _dijo apenas en un susurro. Le dolía hablar. Le dolía respirar. Ya se imaginaba en una silla de ruedas el resto de su vida__. No sé qué demonios me ocurrió anoche. Creo que sufrí un tirón en la espalda o algo así. Casi no puedo andar.

No le costaba imaginarse paralítico pues el dolor que sufría era tremendo.
__ ¿Qué hiciste, si se puede contar?
Su médico le tomaba el pelo. Sabía lo activa que era su vida sexual. A veces hablaban de ella, pero su amigo no se estaba riendo en ese momento. Estaba a punto de llorar.
__Mejor no te lo cuento. ¿Puedo ir a tu consulta?
__ ¿Cuánto tardarías?
 Alejo era muy importante y el médico le haría un hueco con mucho gusto, en especial en una urgencia como aquella.
__Una hora _dijo Alejo con dientes apretados.

__Media hora, y cancela todo el trabajo que tengas, si te salvas de la cirugía será un milagro __ dijo aquel  sin dudar en el diagnóstico __. ¿De verdad no quieres una ambulancia?

__No. Sería peor.

No tenía idea de cómo saldría del piso, pero ya se arreglaría para llegar allí, y sentía dejar colgado el trabajo en la galería, al menos no había exposición en curso. Colgó el teléfono, llamó al servicio de coches que solía utilizar y se puso como pudo la ropa de gimnasia que estaba en el suelo del cuarto de baño. Se preguntó si debería ir a un  hospital, pero de hecho su amigo le diría, él siempre sabía qué hacer. Y aquello  no podía ser tan malo. Aunque había tenido un cálculo en el riñón y esto le parecía peor.
Estaba abajo diez minutos más tarde, el portero lo vio y le ayudó a subir al coche. Diez minutos más tarde el mismo chofer lo acompañó a entrar al consultorio médico, a los cinco minutos lo estaba examinando, y al mirarlo lo recordó.
__ ¿Es tu cumpleaños, Alejo?
__Por favor, no me lo recuerdes, sabía que sería malo, pero no que era la jubilación. ¿Qué diantres me ocurrió anoche?
__Son esas chicas jóvenes, Alejo, menuda vida llevas.
__Creo que era profesora de gimnasia o una contorsionista o algo así, por poco me mata.

Que una noche de sexo acrobático lo hubiera dejado así y para colmo en su cumpleaños, hacía que se sintiera una carroza. Qué número más feo. De pronto se preguntó si volvería a disfrutar del sexo alguna vez. Lo más probable es que la noche anterior no se repitiera jamás.
__Tendrás que ir a la clínica, voy a recetarte una resonancia de columna, debe de ser una hernia de disco. De estar roto el disco o la vértebra, habrá que operar. Espero que no,  puede que solo sea una hernia, o una protrusión discal incompleta que arreglemos con gimnasia y tratamiento del dolor. Vamos a echar un vistazo.
__Mierda _ dijo, tan asustado  como si acabasen de diagnosticarle un infarto__. ¿Tendré que operarme?

__Espero que no. Veremos qué indica la resonancia, te he hecho una nota, te la harán de inmediato, para cuando salgas yo estaré allá _dijo seguro__. Y una cosa, más vale te tomes las cosas con calma durante algunas noches.

Esbozó una sonrisa mientras el paciente se incorporaba con franca mueca de dolor. Esa noche había invitado a una fiesta en un boliche a amigos y varias chicas, entre ellas modelos y artistas, pero ya sabía que tendría que cancelarlo. De pronto recordó una reunión con una importante marchante, debería pasar por la oficina, aunque fuese por minutos, y telefoneó de camino para avisar que llegaría con retraso, aunque sin especificar en detalle. No quería reconocer el estado en que se encontraba, al menos hasta saber más.
Alejo concurrió a la clínica de Pergamino para hacer la resonancia en su coche, y al entrar encorvado como un anciano, así se sintió, apenas podía caminar luego de pasar una noche con una chica de veintidós años. A la gente que le preguntaba le decía que había tenido un accidente de coche.
Tardó cuarenta minutos en hacerse la resonancia, y le dijeron que había tenido suerte. Por lo que podía ver el técnico, el disco estaba herniado, no había fracturas y quizá aunque lo diría el neurocirujano no tendría que operar, sino ir a fisioterapia y tratamiento del dolor. Era una forma horrible de iniciar su cumpleaños. Su carrera de amante salvaje y loco había acabado. Se sentía todavía peor.
Cuando llegó al trabajo, aún desaliñado y con ropa de gimnasia, se había tomado un analgésico. No se había afeitado ni peinado, pero vivo o muerto tenía que pasarse unos minutos por allí, pues su socio estaba de vacaciones. Tenía que hablar con la marchante más famosa del país y casi del mundo, según había averiguado,  él mismo era crítico de arte, importante coleccionista y muy respetado en su trabajo, el respeto que sentían por él rozaba la adoración y le gustaba lo que hacía.  Por otra parte siempre había sido incapaz de resistirse a las mujeres. Su matrimonio había acabado en divorcio quince años antes. Había engañado a su esposa constantemente, nunca estaba en casa, y tenía que reconocerle a ella el mérito de haberse separado en buenos términos. Tenía un hijo mayor radicado en Estados Unidos.

Cuando llegó al edificio, Alejo atravesó el vestíbulo cojeando, entró casi a rastras al ascensor y se quedó inclinado hacia delante tras pulsar el botón de la planta. No podía permanecer erguido, por lo cual no vio la cara de la mujer que entró en el ascensor detrás de él. Solo pudo ver sus elegantes zapatos de tacón, el abrigo rojo y unas buenas piernas. Pero ni quiso pensar en eso. Quizá debía plantearse pasar los últimos años de su vida en un monasterio.

__ ¿Se encuentra bien? __preguntó ella inquieta.

__Lo cierto es que no, pero sobreviviré _ dijo él. Intentó alzar la mirada hasta ella, e hizo una mueca de dolor.  Le resultaba vagamente familiar, pero no podía recordar quién era. De pronto cayó en cuenta. Era la famosa marchante, y él iba jorobado con ropa de gimnasia y chanclas, despeinado y sin afeitar, pero estaba tan dolorido que casi no le importaba. Siempre había pensado que aquella mujer parecía demasiado perfecta, pero en ese momento mostraba una mirada compasiva que no hizo sino confirmarle el mal aspecto que él tenía. Era patético. Al mirarla se fijó que era más bella de lo que recordaba__. Tengo una hernia de disco__ explicó__, y creo que he venido a una reunión con usted, lo siento, Sarah, soy Alejo Carpentier, socio mayoritario de la galería.

__No es nada __replicó ella cuando el ascensor llegó a planta__. ¿Necesita ayuda para salir? __preguntó en todo compasivo, era evidente cuánto le dolía cada paso.

__Solo si pudiese mantener la puerta abierta mientras salga… __dijo él mientras cruzaba la puerta del ascensor arrastrando los pies.

Llegó a su despacho con grandes dificultades, se dejó caer en el sofá y se tumbó lanzando un gemido. Su secretario entró y se quedó mirándolo, asombrado.
__ ¿Qué ha pasado? Parece que te ha arrollado un tren.
__Algo parecido. Anoche tuve un accidente y me hice una hernia de disco. Por cierto, vine a atender a esa bomba de mujer que espera, ve a buscarla.
__Iré. Por cierto… feliz cumpleaños, Alejo.
__ ¿Cómo lo sabes? __inquirió Alejo, angustiado, como Sarah el día previo.

__ ¿Estás de broma? Todo el mundo te conoce y siempre he sabido el día en que naciste, además lo han anunciado en las noticias  de hoy, tienes los mismos que la mujer que está por entrar si eso te consuela.
__ ¿Mi cumpleaños y cuántos años tengo? _preguntó sin oír lo de Sarah.

__Las dos cosas.
__Lo que me faltaba, y yo que le decía a las chicas que tenía treinta y nueve.
__ ¿Lo celebrarás?
__Suicidándome.
Por cierto, dile a la marchante que espera que pase, tráela, me ha visto en mi mejor estado, pero es demasiado guapa como para dejar de atenderla, he venido por ello, cancela el resto de compromisos, al menos de la semana.
__Sí, jefe, felicidades, de todos modos.

Pergamino.

Cuando entré en el acceso a sala de emergencias  y me detuve, Camila, espantada, abrió los ojos como platos.

__Creo que voy a vomitar __dijo asustada y mareada.

Guille sacudió la cabeza. Sabía lo que eso significaba, había hecho los deberes. A Camila le faltaba muy poco para tener al bebé.
__ Voy a buscar a una enfermera _dijo Dana__.  O a un médico, tranquila Cami, ya llegamos,  todo estará bien.

Un momento después salió una enfermera, empujando una silla de ruedas y con una enorme sonrisa se presentó.

__Venga mamita _ le dijo a Camila en tono firme, vamos a sacarla de ese coche. Papá, échanos una mano__añadió mirando a Guille, el cual asintió con la cabeza.

__Me parece que voy a tenerlo ahora mismo _dijo Camila dejándose arrastrar  por el pánico.

__Ni hablar _dijo la enfermera con firmeza__. Primero vamos a llevarte dentro. No querrás tener el bebé en un coche. ¡No imaginas el lío!

Camila  y todos nos echamos a reír, nerviosos, a pesar de los dolores. Entre Guille, la enfermera y yo la ayudamos a sentarse en la silla de ruedas y echamos a correr. La enfermera empezó a gritar en cuanto le tendieron una camilla de la sala de exploración, y preguntó a Camila el nombre de su obstetra, aunque pidió a una enfermera de la sala de emergencias que estuviera allí, que avisara al tocólogo de guardia. La enfermera le advirtió a Camila que iba a examinarla. Ella y Guille la ayudaron a quitarse los pantalones y la remera, le pusieron la bata y volvieron a tenderla en la camilla, para ese momento ella sonrió al ver llegar a Julia, su médica, y cerraron la puerta corredera, antes de sentarme vi acercándose a Natasha… sola.

__ ¿Y? __preguntó.

__Acabamos de llegar, está en parto, están examinándola. ¿Sarah?
Natasha negó con la cabeza y bajó la mirada.
__Gracias por estar acá _le dije, mientras Dana se acercó y nos sentamos en la sala de espera.

__Nada, es mi sobrino y lo quiero, es como elijo festejar mi cumpleaños, es un regalo para mí que  me honra, quisiera contarles algo, que significa en parte los regalos, mi volver a ser la de antes, mi cercanía a ustedes.
__ Te escuchamos. ¿Regresarás a Europa? __interrogué pensando que iba a despedirse.

__No por ahora, dudo que en meses. Estoy embarazada, no enamorada ni de novia, antes de que pregunten, fue solo el rollo de una noche con un crítico de arte, me conoces, Pedro. Quiero tenerlo.
__!Vaya, qué sorpresa! _dije atónito.

__No le digas nada a Guille, quisiera hacerlo formalmente cuando ya estén instalados tranquilos en la estancia.
__Vale, claro, felicitaciones.
__Cuenta con nosotros _dijo Dana que le dio un beso en la mejilla.

__Obvio, me alegra saberlo, y sé que Guille estará feliz de ser padre y tío, eres muy valiente si piensas en tenerlo acá, sin el padre, digo.
__Es una historia complicada, ya les contaré todo, ni yo lo he terminado de asumir, recién me he enterado, creo que llegó con mi sobrino como regalo de cumpleaños, pero me siento bien, contenta ahora.


____No empujes ahora, Camila _le recomendó Julia sin dejar de sonreír.

La doctora tenía un aura de competencia y de calidez que tranquilizó a Guillermo. Las cosas estaban yendo muy deprisa.
__No la hago _dijo, Camila con los dientes apretados__, pero siento ganas. El bebé se mueve, empuja con mucha fuerza. Me duele mucho. ¿Puedes darme anestesia?

Miró implorante a Guillermo. Y este miró a la obstetra. La mujer estaba examinando a Camila, y luego miró a ambos.
__Estoy viendo la cabecita mami, vamos a tener a este bebé en un par de minutos, antes que el anestesista pueda llegar siquiera. Tienes una dilatación de diez centímetros, y algo me dice que llevas rato así. ¿Qué estabas haciendo para pasar por alto los síntomas? Aunque sea el primer hijo, hiciste el cursillo y lo habíamos hablado.
La enfermera había quitado el extremo de la camilla, montó unos estribos y unos soportes para las piernas y, con suavidad, colocó encima las piernas de Camila, que la miraba aterrada.
__Estaba montando con Guille y mi familia la habitación del nene, nos mudamos hace poco. No pudo tener él bebe ahora, Julia. No estoy preparada __gritó  enfadada y asustada de pronto.

Estaba perdiendo el control, pero Guillermo, junto con ella, se mostraba firme como una roca.
__Sí que lo estás _dijo Julia con calma__. Aquí no llegan muchas mamás que pasen por alto los síntomas de parto porque andan dejando preciosa la habitación de su hijo, pareces trabajadora de decoración _dijo su médica con una amplia sonrisa.

Estaba tomando instrumentos que le pasaba la enfermera sin perder de vista a Camila.
__No, es que deseaba dejarla lista _dijo con una mueca de dolor. Sin embargo no gritaba. Guillermo estaba sorprendido por el proceso y lo deprisa que había ocurrido todo.

Julia se volvió hacia Guillermo.
__ ¿Papá, te gustaría ver la cabeza del bebé?
__ ¿La ves? __preguntó, Camila sonriente.

Entonces la asaltó otra oleada de dolor, la peor que había sentido hasta el momento. Guillermo le sostuvo los hombros, se asomó y vio la cabeza de su hijo coronando. Tenía el pelo corto, oscuro como el de él. Y se retrajo ligeramente cuando acabó la contracción.
__Vale, papá. Tú sujeta una pierna y Mirta sujetará la otra. Mamá, cuando empiece la próxima contracción vas a contener la respiración y a empujar tan fuerte como puedas. En un par de minutos vamos a ponerte a tu bebé en tus brazos. Empuja, ahora _dijo.

La contracción había empezado y Camila ya empujaba. El bebé avanzó sin parar y salió disparado. Las manos de Julia lo acogieron mientras Camila soltaba un gemido grave y prolongado.  Guillermo miró sobresaltado a Camila, que sonreía entre lágrimas. La enfermera limpió al bebé, lo envolvió en una manta y se lo entregó al padre, que ahora también lloraba.
__Tienes un hijo, Guillermo _le anunció, Julia.

En ese momento cruzaba la puerta el médico de guardia con el anestesista, y Julia ya estaba cortando el cordón umbilical. Apenas habían salido de la estancia una hora antes y ya estaba su hijo en brazos, se dijo, Guillermo que se inclinó sobre Camila con el bebé entre sus brazos y se lo puso en el pecho. Ella lo tocó y miró a Guillermo. Los dos estaban llorando y sonriendo al mismo tiempo.
__Es igual al papá _dijo Camila en un susurro__. Muéstraselo a Pedro.

Guillermo miró a su hijo con orgullo mientras lloraba de alegría y recordaba todo lo que de la experiencia le había contado, Pedro.
Aún no lo habían pesado, pero estaba claro que era un niño grande. Julia calculaba cuatro kilos y había salido casi sin ayuda, hasta Camila comentó que al fin no había sido tan difícil, Guillermo se estremeció. A él no le había parecido fácil, tampoco todo lo terrible que se temía, y el milagro de ver a un ser humano, su hijo, surgir de las entrañas de otro lo había dejado estupefacto, había merecido la pena, se alegraba de haber aceptado aquello, cuando Camila lo deseaba más que él.
 La enfermera salió un momento de la sala mientras Julia sacaba la placenta y cortaba el cordón umbilical. Cuando volvió, la mujer miró a Camila, y dijo:

__Allí fuera hay un montón de gente preguntando por Camila Moravia de Graziani. ¿Eres tú? _inquirió con aquella gran sonrisa maternal que los había tranquilizado a los dos.

__Lo soy __dijo Camila alegremente con su bebé en brazos. Mientras Guillermo los miraba a los dos con orgullo__. Cuando puedan pasar, déjalos.

__Te adecentaremos un poco mamá, y pasarán unos instantes, por la mañana se irán a casa.

Camila miró a Guillermo, para asegurarse que le parecía bien, y él asintió con la cabeza a sabiendas que aquel era el día más feliz de su vida a pesar del miedo que había pasado. Sintió que amaba a Pedro y así sería siempre, pero que al igual que Dana para él, Camila siempre sería familia también, para siempre.
Ella había empezado a temblar, y la cubrieron con una manta térmica. Le habían sacado los pies de los estribos, y la enfermera les dijo que los temblores eran normales y no tardarían en desaparecer.
Momentos después entró la familia, Pedro encontró la mirada colmada de amor de Guillermo, y en sus brazos el milagro de vida, el que sería su hijo de alguna manera, el hermano pequeño de Michael, y las lágrimas rodaron por las mejillas cosa que Natasha vio claramente y también se acercó a su hermano, con los ojos anegados.  Guillermo devolvió el bebé a la mamá, y ella estaba muy feliz, era todo lo que necesitaba. A su hijo, a su padre que acababa de entrar y a esa rara familia que eran, mientras todos los felicitaban, todos… menos Sarah. Guillermo pese a ello comprendió que todo era perfecto, cuando vio las lágrimas de Natasha, el amor de Pedro, y el asombro de Michael, que no cesaba de exclamar que había nacido su hermanito, al fin.
El pequeño Giancarlo era el bebé mejor recibido del mundo, esa era una vida y un entorno completamente distinto  al que había conocido de niño, lleno de prejuicios y normas, su hijo sería libre, y estaba rodeado de personas que los querían.
Camila se inclinó y besó al bebé.

__Bienvenido al mundo _susurró.

Y Natasha dijo a todos que ella se quedaría con ella esa noche, que de pronto el peor cumpleaños había acabado para ella siendo el mejor de su vida, Pedro entendió…  mucho más que Guillermo en ese momento.

__

Para cuando regresaron a la estancia, apenas tomaron una comida ligera, nada sabían para entonces de Sarah, que no obstante había llamado a su hija, y sí sabía de lo sucedido.

__Guille, amor, ten. Este pequeño poema de declaración de amor nace en el sorbo de un café, en esta tarde gris que amenaza lluvia, el ruido de las gotas que tropiezan con el cristal de mi ventana  me indica que ya ha comenzado el momento de brindarme esa magia que me envuelve, que me traslada y me lleva a ti, y mi mente enamorada derrama palabras, donde como golpe de mar tú te asomas, me acaricias y susurras y como un diluvio lo inundas todo, ya no puedo dejar de pensarte, ya no amor mío, ya eres mi todo, me envuelve cada instante, cada momento,  cada suspiro, ellos son los aliados de enredarme en ti, procurándome noches eternas soñándote .
Otro sorbo de café me devuelve a la realidad, sigue la lluvia, y mi mente rebosa miles de ideas para ofrecerte esta noche cuando llegues, para hacerme soñar que muero en tu mirar,  que tus brazos me invitan a bailar la melodía más bella que la lluvia nos ofrece en el estruendo del silencio que lo envuelve todo, bailemos amor toda la noche hasta que vuelva a salir el sol.
__Me embriagaría de tu cuerpo hasta ahogarme en las mieles de tu piel seductora, conectando con tus intimidades y derrotando tus temores, dejando fluir tus deseos pasionales aun guardados por las dudas. Te abrazaría eternamente, mi amor donde ocupara un espacio profundo en tu alma, tu corazón expande fantasías dominando a los invitados indeseados del recuerdo. Y yo en mi mundo erupcionado por el misterio de amarte y hundirme de placer en un mar de lava que me quema transformándome en un volcán sin descanso.
__ Y tú te has convertido en mi vicio, drogado estoy de amor, adicto sin salida a las tentaciones más exquisitas de tu sensualidad a la hora de amarnos. Me emancipas como tu esclavo, me dejo llevar por tus instintos de conquistador, donde me siento como rey en su trono, esperando cada noche la llegada de su par. Este amor que se apodera de mí a cada instante del tiempo estará por siempre encendido como una hoguera en las entrañas de mi loco corazón. Voy a amarte con toda mi alma  hasta que mi cuerpo se extinga. Y después de ello, viajaré en millones de partículas con tal de acariciarte las mejillas. ¡Para que jamás olvides  que nadie va quererte  como yo te quiero! Me excitas, me provocas,  me enloqueces  y contra la pared mereces que desgarre tu ropa , que mis labios tomen tu boca mientras oprimo tu cuerpo y ambos nos volvemos obscenos, mis manos se meten debajo de tu ropa, te tomo por una nalga, mis labios se deslizan hasta tus pezones descubiertos,  voy al acecho  lamiendo tus  erectos botones por las sensaciones, por las caricias que te hacen vibrar, que te han llegado a levitar, me aferras  contra tu cuerpo, me susurras al oído  que nada es prohibido ni imposible.
No habrá un detente  eso pervierte mi mente, mis labios bajan por tu vientre  hasta llegar a  ese bóxer que oculta tu sexo  pero mis manos lo empiezan a deslizar  por tus muslos,  empieza a bajar mi boca, mis labios empiezan a besarte,   mi lengua a lamerte  y tu cuerpo empieza a temblar cuando con mis manos profano tu ser.
Empiezas  a enloquecer,   me tomas por la cabeza y  ahora soy  tu presa,   me lanzas contra la pared pues quieres saciar mi sed,   me dices,   no te vayas a mover,   tú me vas a complacer.
 Me besas  con lujuria infernal,  me acaricias de forma ancestral,  tu lengua empieza a jugar por mi cuello,  empieza a bajar,  arrancas mi camisa pues tienes mucha prisa por enloquecer mi cuerpo,  lo vas dejando al descubierto  llenándolo de ardientes caricias llenas de pasión, llenas de malicia.
Bajas por mi pecho hasta mi vientre, resiguiendo mi cartografía  no encuentras en ella  la señal de detente,   dejas al descubierto mi virilidad,   me doy cuenta tienes mucha habilidad,  con tu lengua empiezas un recorrido  lleno del placer prohibido  que estremece mi ser  cuando me llenas de placer  sin perderte la mirada, mi voz esta agitada,   gimo como un animal,  el placer que me das es fatal…  mi cuerpo empieza a temblar…   por mis poros empiezo a sudar…   arde un volcán en mi interior…   quiero hacerte el amor  como un loco degenerado,  a mi cintura te has aferrado entre tus muslos me tienes apretado, deslizándote con tus movimientos,  profano tus simientes,  se acelera nuestra respiración  y empezamos la acción,   aceleras cada moviente.  Me gusta tenerte dentro, los haces cada vez más excitante, lleno de pasión, delirante: gemidos,  besos,   caricias  nos llevarán al orgasmo…   ven conmigo, solo hazlo.
__Te amo, Pedro, soy  hoy amante y padre, y sé que pronto también esposo, tu esposo.

_Con mis labios temblorosos recorro lento tus contornos, cual si fueras  mi copa de vino, y suavemente, a cada sorbo,  saboreo de tu zumo sagrado, al paladar es  joven sabor añejo de uva virgen, tu mosto tinto. Te desnudas muy lentamente incitando a mis ojos tu lujuria,  entre labios mi lengua recorre tu umbría exacerbando deseos y ansias de catar de tu cuerpo, el vino,
tu libido. ¡Y al tomar las copas de tu vino tu pasión enciende mi cuerpo!
Me voy acercando a ti, tu linda silueta me hace suspirar, para mí eres lo más hermoso.
Para mis ojos eres perfecto,  no te falta nada, todo lo tienes bien acomodado.
Tus lindas caderas,  eres mi todo, eres mi mayor deseo,  mi mundo entero.
Necesito desnudarte todo, me estoy quemando por quitarte tu ropa.
Luces muy bien, miro tu pecho y se me hace eterno el momento para comenzar a seducirte.
Es imposible no desearte, acariciándote completamente hasta tu sombra.
En mi boca está tu nombre, no puedo más…  veo tus torneadas piernas e imagino a qué saben.
Llego a tu piel…  la beso locamente, suavemente toco tu pelo, acaricio tu espalda delicadamente.
Busco el calor de tus labios, quiero llenarlos de mí,  hacer gemir todo tu ser.
Sentir tu respiración en mi piel, alimentar mi alma con tu aroma,  que se quede en mí.
Mira cómo me haces perder los sentidos sin piedad, así…  hazme pedazos.
Siento tu pulso en mi cuerpo,  se viste de dulzura apasionada, me gusta cómo tocas mi cuerpo.
No sé cómo explicar no tengo palabras, soy un idiota,  solo quiero complacerte todos tus caprichos, darte todo lo mejor, pero soy un tonto, perdóname por ser el número uno en todo.
Todo el día y la noche en mí eres mi necesidad,  ¿lo comprendes? O te lo repito. Te amo.
Yo no sabía después de aquel día si eras para mi vida, una realidad o simplemente, un sueño, tal vez, una bella ilusión  que ante mis ojos me había puesto la vida, no sé, si eres en mi vida menos realidad o más fantasía, ilusión o sueño, solo sé vida mía que al verte, te reconocí como mi verdad, como mi amor, ese amor que tanto había esperado, luego, la realidad, puso ante mí el renacer de un nuevo día pero, tú ya no estabas, entonces al abrir mis ojos la realidad me hizo ver que solo en sueños me amabas, que solo en sueños podías besarme y regalarme tus besos que entremezclándose con los míos volvíamos a sentir ese amor de pasión, que solo en sueños tú recogías el perfume de mi piel para guardarlo entre tus dedos, y entonces impregnar tu alma con el aroma de mi amor.
Y como cada tarde ha llegado la hora que marcan mis ansias, donde nacen los sueños, donde la ilusión se ha vestido de noche, donde manda el silencio, donde yo te busco en todos ellos, donde tú apareces dejándome flores y te quedas dormido a mi lado, porque tú,  amor, te sabes mi dueño y mi paz, donde ahí solo ahí los dos disfrutamos del momento jugando con los besos dándonos un cuerpo a cuerpo, entregándonos al más bello sentir en esta noche clara de invierno. Mas logramos en el devenir de los meses pasar del sueño a la realidad, de lo imposible al y si fuera posible, y hoy eres mi verdad.  Amado, amor, amante, qué bello nombre, para tan bella forma de relacionarnos, amante, no en el sentido común del término, que como muchas etiquetas sociales está equivocado, amante en el sentido profundo e integral del término, amante…  el ser que ama profunda e intensamente, el que ama en función a su valoración, respeto e igualdad, amante en el sentido de que se entrega totalmente, su alma, su cuerpo, su deseo, ternura y pasión, no en función a un documento, si en relación a un sentimiento, pensamiento y dimensión energética de entrega holística al otro ser, amante sabiendo que el que ama tiene la capacidad de sentirlo, y experimentarlo, más allá de la reciprocidad del otro, amante como una cosmovisión de vida, amante del universo, de la vida, del amor, de lo sublime, de lo verdaderamente importante, de lo trascendental del ser, del universo y del cultivarse, explicado así me declaro un genuino amante.
Cierra tus ojos, calla no digas nada, solo déjame amarte, con toda la intensidad de mi alma, tengo sed de tus besos, de tu cuerpo, de tu piel, de todo lo que posees.
Memorizar tu cara, tu sonrisa, tus ojos color café, tu rostro, tu boca, tus labios en fin todo tu ser inmortalizado el momento exacto en el que te puedo tener.
Y con cada palabra crear un retrato que hable de ti, de tus sentimientos de tu sentir, y así amarte sin fin, como lo que quiero escribir de ti, porque son escritos que nacen sin pensar, que salen del alma y de mi corazón palabras que solo afloran. Como lo que llevo pintado y lo que seguiré plasmando en el lienzo, como las notas que me inspiras.
Y lo más bello es lo que siento cuando beso tu rostro, acaricio tu cabello con mis manos y voy más abajo y te deseo tanto, cuando de repente llegan tus labios a mi cuello.
Huelo tu fragancia, tu aroma y tu esencia  se penetran en mi piel, me excita, la percibo, la saboreo, la acaricio y la tomo, para que nunca te puedas escapar.
Y veo que tiembla, que late más tu corazón, y que las palabras que susurro a tu oído son palabras sin pensar, son palabras vanas, sentimientos, emociones, y locura que ya no serán secretos.
Y aquí precisamente te siento entre mis brazos, entre mi cuerpo, entre mi piel, y entrelazamos nuestros cuerpos, se han vuelto uno, y somos el uno para el otro.
Oleadas de pasión y deseo, juntos haciendo el amor, nuestras manos se deslizan suavemente en cada parte de nuestro ser, pasión ardiente  quema nuestros cuerpos, como volcanes en erupción.
Subimos juntos al firmamento, a ese universo de nuestros excitantes cuerpos, y te abrazo y me abrazas, y ahí quedamos paralizados en ese acto tan perfecto que es la pasión de nuestros cuerpos, fugaces como las estrellas.
Calmados estamos de tanto amarnos agotados por esa hazaña tan voraz, sueños quedan de otra vez realizar este acto tan sublime de los dos simplemente porque nos amamos con loca pasión y deseo.
Tengo algo preparado, una sorpresa, pero  no acá, te llamaré y debes confiar en mí, era mi regalo para cuando fueses papá. Ya te llamo, y ven a mí, déjate mimar.
__! Pedro!
Pero ¿y ahora qué, cuál será su juego, será que estoy dispuesto a todo?
Me apresuro a salir  de la cama, me doy una ducha, me cambio de ropa y salgo, justo a tiempo para ser puntual, una de mis reglas es nunca llegar tarde, pero ahora lo estoy dudando, ya frente a la ansiedad, lo dudo, recibo un mensaje: ven,  no lo pienses tanto, solo déjate llevar.
Subo un escalón, ya en el piso  de su suite, con paso decidido voy hacia la habitación, la puerta está entreabierta, abro y todo está en oscuras, solo la luz que entra por la habitación continua, cierro y sigo el camino que me lleva a una sala amplia, una mesita, dos vasos, una botella de whisky, hielo y una fuente de chocolate, fresas en una bandeja.
Al frente unos sillones blancos, una camilla de masajes, en la habitación contigua una cama con dosel, huele exquisito, esencia de algo que no defino. Siento una mirada penetrante y allí parado con una bata negra está ese hombre que se ve como siempre, muy apetecible, es como una barra de chocolate, que al verlo es inevitable morderse los labios y saborearse.
Su mirada se encuentra con la mía y voy a su encuentro, lo beso, un beso apasionado, muy carnal, caliente, sus manos no me tocan, pero deja que las mías lo repasen todo, que lo recorran completo, pero cuando llego a su miembro, me detiene y me dice, ahora no, deja que te haga placentero este encuentro.
Me alcanza una bata de seda y me dice, te ves exquisito, pero desvístete y ponte esto. Obedezco y regreso junto a él, me coloca en la camilla y me pide que me acueste sobre la espalda, comienza a rociar aceite en todo mi cuerpo y con movimientos seguros repasa cada parte de mí, masajea mi piel de arriba a abajo, mis piernas, torso,  laderas, rincones, cumbres  y baja por mi abdomen, sigue y da pequeños toques en mi ingle, algo que me estremece, continua por el área púbica, llega a los montes, masajea, moldea  y me hace retorcer de placer, se dedica a mi erección creciente, es un artista, a punto me lleva de estallar, pero se detiene, me deja allí, alto, en la cornisa.
A continuación me gira y sigue por la espalda, esta vez se dedica a dar masaje a la parte de mis hombros, yo quiero que se dirija a darme placer, pero me habla al oído y dice, esto no se trata solo de sexo, disfruta ser mi rey ,  el amo de mis acciones, soy tu siervo, quiero que seas complacido y que disfrutes siendo mío, que disfrutes, conozcas y experimentes tus sentidos, tus límites, que tu cuerpo responda a todos los placeres que puedo ofrecerte.
Lo dijo tan bajo, tan sutil que fue convincente, que quiero probar lo que me ofrece, no me importan ya los miedos, las dudas o si será un cuento de hadas, quiero que mientras dure este sea nuestro cuento, nuestra historia, erótica o no, será maravillosa, lo intuyo, solo me dejaré llevar.
Sigue con el masaje que me hace no pensar, no esperar, solo disfruto, me deja un momento y acerca la mesa, me hace poner sobre mi espalda de nuevo, ata un pañuelo de seda en los ojos, ata mis muñecas a los lados y mis pies tan abiertos que me hace erizarme, me siento tan expuesto, pero no estoy tenso, lo que vaya a hacer seguro me gustará, es demasiado cuidadoso conmigo.
Escucho una música suave, relajante, siento una suave caricia de arriba  abajo, pasa por mis pies, piernas, por la cara interna de las mismas, sigue el camino hasta mis pezones, es delicado, suave, sutil, una caricia de un ángel que me hace estremecer... Escucho que se sirve algo en un vaso, puedo oler el whisky, se escucha cómo el hielo cae en el vaso y el tintineo que hace, a continuación algo frío pasa por mis labios, le da un beso y con él, del contenido de su boca, qué delicia, baja y besa mi cuello, quiero tocarlo, pero no puedo, cae algo frío en mis pezones, se derrite por donde pasa, sigue besando y tocando con el hielo toda mi piel, se siente arder, se detiene en mi umbría, pasa el hielo, se siente extraño, lo deja caer y luego comienza a jugar con mi erección, muerde, succiona, me hace padecer, quiero tocarlo pero no puedo, quiero verlo, sé que él ve mi desesperación, gimo, grito y me dice que calle, que ardo de pacer y de repente se detiene y se va, que calor, siento cómo comienza a caer por mi cuerpo un líquido tibio, un olor, delicia…  huele a chocolate, lo que parecen  ser las fresas caen también, un camino desde mi boca hasta mis piernas, comienza a lamer, a morder y me da en la boca lo que está lamiendo, chocolate, qué rico, las fresas, mmm…, sigue besándome y comiendo de mi cuerpo, ya no puedo más, esa acción y sentirme inmóvil me está llevando al placer extremo, sigue comiendo, mordiendo,  lamiendo y baja hasta mi entrepierna y lo está disfrutando, yo también, es delicioso saberse un manjar al que deleita descaradamente, esto me lleva cada vez más y más alto, cuando para, se aleja y lo escucho volver de nuevo con algo, esta vez lo que cae en mí es más caliente, quema y él inmediatamente lame en donde arde, sigue así, es un dolor placentero, me hace estremecer pero es excitante, sus besos son tiernos y se detiene en cada gota que siento, ya no puedo más y se lo digo, pero me dice… :  “Espera, quiero que sientas tanto placer que no te quede duda de lo que te amo”.
Introduce un objeto extraño en mí, pero sigue jugando, dándome placer, es un dilatador, con gel, qué agonía, introduce sus dedos a la vez, sigue con la boca y su lengua, mordiendo y succionando, qué delirio, ya no puedo más, con la otra mano me desata las manos, yo lo tomo del cabello contorsionándome cuando se acerca a besarme, quiero que no pare, estoy que jadeo, cuando siento que nada más puede ser tan delicioso, tan placentero, siento que se detiene y al instante me penetra, se mueve lento y me quita la venda, me dice con un grito, mírame y  estalla con y  para mí, los estallidos, luces y sensaciones me llevaron a sentir lo que nunca sentí, unos segundos después, aún los espasmos no se detenían y  al mismo tiempo  prendido con la mirada, Pedro, con un grito desesperado también explotó. Qué maravilloso esto de sentir este exquisito placer.
Dormimos enredados, exhaustos, extasiados, felices y plenos. Y solo el sol atrevido en el campo elevándose entrando a raudales se derramó en las siluetas y en los ojos.

__Entre un dejo de nostalgia y un arranque de inspiración y locura, le he arrebatado a la vida momentos maravillosos así como dolorosos, que se vuelven cristales diáfanos en la memoria confundiéndose entre alfileres punzantes y valiosos diamantes. He ido aprendiendo en el camino con la sonrisa puesta en los labios y aflorando en los ojos perlas de hielo y fuego del corazón, la cabeza fría y corriendo por las venas la sangre ardiente de la razón, el alma firme y fuerte aunque a veces flaquee y calle, soy feliz cada  vez que se presenta el momento indicado alimentando mis sonrisas y fantasías, y he tocado la infelicidad por algunos instantes inconquistables que gracias a Dios pronto vuelan lejos de mí.
Y así pasa la vida... Llevándose sueños añejos y regalándome ilusiones modernas, arcoíris de tonos grises y nubes rosas pintadas de azul, almacenando líneas nuevas en la piel y experiencias eternas en la conciencia, por eso entre más pasa el tiempo más agradezco a la existencia por dejarme recorrer como he querido cada rincón de sus caminos, equivocándome, cayendo, levantando, amando, odiando, perdonando y volviendo a amar. Se va  un pasado que me llevo en el alma, escondido en el recuerdo y presente en la memoria, con la seguridad de que mañana...
Mañana volverá a nacer el sol. Y en ese mañana, no sé si estará mi madre, pero sí dos hijos y un amor, un destino… Pedro, un amor  prohibido, pero que nosotros… hicimos posible.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.
IDEA ORIGINAL. ALBERTO MIGRÉ. 1973.

15 comentarios:

  1. Tamaira Felicitaciones por tu bello YSFP de amor .

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  2. Gladis Gracias por tan hermoso mensaje. Feliz Navidad!

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  3. Ara Un momento se plasma en un infinito cuando se entrega de vdd bella esencia

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  4. Maravilloso Eve, me hiciste llorar de emoción...El milagro de la vida y el amor, todo junto en esta hermosa familia ensamblada donde el dolor ha dejado paso a la felicidad...Una belleza Eve, gracias por tanto...

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