sábado, 29 de diciembre de 2018

SINO. CAPÍTULO PRIMERO.


SINO.
“No hay sacrificio en la vida
que se pague con
la plenitud que se merece.
Julio Chávez.
Caminando por la vereda del sol”.
CAPÍTULO PRIMERO.

«No solo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado,
es convertirlos en esclavos de una terrible organización social».
Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo natal.


“En una tarde  cualquiera de primavera, en un perdido rincón de Buenos Aires, entre arreboles y orilleros, camino a la vera del río.
Siento tus caricias  en la brisa que roza mi cuerpo y aunque tú no estás,  es como si estuvieras,
porque siento tu aroma  en los jazmines que florecen, veo tus ojos  en las miradas que me cruzo  y siento en la brisa que me roza, el sabor de tus labios impregnados en mi boca,
mas,  siento que estás a mi lado  aunque aún no puedo tenerte, por eso corazón, no sé cuántas vidas me faltan, pero en cada una, espero encontrarme contigo.
Amaneceré al abrigo de tu piel, sentiré que este amor  prohibido sobrevivió al tiempo, a la distancia, a los prejuicios, a las normas, a las dudas y temores. Que estos amores ya no existen, solo el tuyo y el mío, como vino añejo que se enriquece con los años. Seré borrador donde posen las palabras de amor encerradas en tu boca. Me escribirás con la tinta de tus besos mil “te amo” en mi pecho. Tu boca esconderá palabras de deseo en esos rincones de mi cuerpo que conoces. Tus manos llenas de caricias, mi piel reconocerá y el paso suave de tus uñas despertará esa pasión dormida que solo por ti despertará.
Llevo años o tal vez siglos esperándote, callado, quieto, diferente, solo entre la gente, mas sabiendo que existes, que eres mi sino.
Cuando la oscuridad de la noche asoma su rostro el crepúsculo se aleja arrastrando consigo las mentiras indeseadas de los profanos que intentan sucumbir a las letras, nos quedamos perplejos por tanto encanto que experimentamos en ver ese fenómeno hermoso de la naturaleza que es el cambio de atardecer a oscuridad, y así me siento afortunado,
cuando me introduzco en ese mundo fantástico donde me identifico con mis ideas y pensamientos,  donde trato de colocar cada palabra e imagen  en el lugar preciso que me brinde la conexión de escribir las más sencillas pero hermosas ideas donde rozamos la locura con la razón y buscamos la mezcla perfecta para expresar lo que aflora de nuestras almas,
sigo aquí prisionero de mi propio veneno deseado en mi urna de cristal, miro afuera y no creo pertenecer a esa forma superficial de vivir, continúo enclaustrado entre mis duendes y musas,
que me impulsan a seguir plasmando mis fantasías y vivencias algunas alegres, otras nostálgicas pero que me dan la fuerza interna para seguir soñando con un futuro que algún día nos pertenecerá por completo a los que sentimos la necesidad de cambios generales en la conducta del ser humano, mientras tanto seguiré en mi burbuja de sueños desde donde trataré siempre de llevarlos a lo más hermoso de esa espiritualidad de rasgos comunes y puros con la fe, la esperanza y la positividad que intento avivar en sus mentes y corazones,
donde el alma se sentirá libre, y así continuaré  luchando por un planeta que todos soñamos y queremos vivirlo algún día,  donde exista:  paz,  amor…  Un mundo que no condene lo diferente, lo que no sigue al rebaño, lo que es inevitable y llega sin pedir permiso. He nacido diferente, y aunque oculto,  aunque nadie lo sabe, siento que se lee en mis pupilas, como mi nombre, el cual tampoco elegí… Pedro Daniel Beggio”.

“Quizá justo ahora te estés ahogando en angustias, penas o miedos; no te asustes, las casualidades no existen, la suerte tampoco; si estás leyendo esto justo ahora, es porque algo dentro  de ti clama ayuda; quizá no lo entiendas, o quizá te resistas a entender; pero todo pasa por algo y para algo; no temas, aunque tú no lo desees, aunque tú no lo esperes, tengo la grata noticia, que sea lo que sea que te esté ocurriendo… Todo pasará; no existe un eterno momento, no existe una lágrima que te ahogue, una pérdida que no puedas llenar; quizás alguien o algo dejó una huella inmensa en ti, pero aunque no lo creas, esa huella, ese vacío, pronto se ha de llenar; no te angusties en creer que no ocurrirá, no le temas a la oscuridad; recuerda que gracias a la oscuridad de la noche, podemos ver las más hermosas estrellas, y no solo podemos ver sus parpadeos, sino que podemos ver su brillo con claridad; piensa en el cielo que te alberga, ¿tú qué piensas? ¿Crees que siempre fue así de bello? La belleza de la vida y de la existencia misma, empezó a nacer en base al caos; y tú, no eres ajeno a la realidad de la existencia; no puede existir un cielo hermoso, sin antes no haber presenciado un cielo nublado; temer es natural, lo que es innatural es encerrarte en tus miedos; te cuento una historia:
"Un hombre no dejaba de llorar, cada día, cada noche; lloraba porque se sentía solo, todas las noches rezaba para que la muerte se lo llevara, muchas veces pensó en quitarse la vida, pero algo se lo impedía; una mañana decidió salir a caminar, y se encontró con una anciana sentada en un parque, estaba dándole de comer a las aves; el hombre la miraba, como en la soledad de la anciana, aun solitaria, ella de la vida disfrutaba; el hombre se acercó para hablarle, y ella con una sonrisa en sus envejecidos labios le dijo: mientras más sola me encuentre, más aves me acompañan; a veces no tengo qué darles de comer, y es cuando me acompañan hasta mi casa. Es increíble saber  que hace unos años atrás  no podía comprender que nunca estuve solo; solo tenía que saber  quién me acompañaba de verdad, y quién solo me servía de sombra.
La soledad no es la peor pesadilla, la peor pesadilla es una falsa compañía. Tienes permiso de llorar, llora, grita, clama; no es de cobardes llorar, es de valientes buscar, con el llanto a la alegría; recuerda que el cielo y la tierra  fueron producto del caos, y mira ahora la belleza de las noches y los días; no ansíes en morir, recuerda que muerto ya estás, si sepultas tu alegría; la vida nos esculpe como estatuas, para que mañana seamos el ejemplo de las rocas; no sufras sin consuelo, recuerda que apenas eres un  hombre y aunque tengas cabellos blancos, aún anhelas trepar el árbol donde reposan los frutos de tus sueños.
Recuerda que nada ni nadie tiene derecho a pisotear tus sueños, los únicos que pueden hacerlo, son aquellos a los que tú les has dado permiso; y sabes… No debes darle a nadie lo que no se merecen.
Una pareja lloraba abrazada, mientras era observada por otra desde la distancia
¿Vez esa pareja?  Están llorando; algo malo les ha sucedido: creo que debiéramos hacer algo por ellos, quizá necesiten de nuestra ayuda -decía uno de la pareja A contemplando a los de la pareja B.
No tenemos por qué ir a meternos e irrumpir en vidas que no son nuestras -le contestó su interlocutor.
Parece que lloraran abrazados de emoción y no como creí ver al principio: tristeza -volvió la voz de uno del grupo A.
A mí me da igual, y sigamos aquí con nuestra vida, que igual lo uno o lo otro; ni nos va ni nos viene -se escuchó quejarse al segundo.
¿Y si fuéramos nosotros? Piensa que un día podríamos encontrarnos en tal situación.  ¿Y si ellos vinieran a darnos un apoyo moral si estuviéramos pasando por un mal momento?
Es una suposición, lo que importa es lo que estamos viviendo en el momento, y ese es hoy, así que deja de quejarte o pensar por otros mientras pierdes valiosos momentos de tu vida contemplando a los demás -volvió la voz de su interlocutor.
No lo sé; a veces creo que la vida es como contemplarse en un espejo, como mirarse en el agua tal y como le sucediera al patito feo, comprendiendo la triste realidad de la vida, y no como él creía que era; aquello era como una evaluación para preguntarse  quién era en realidad: recuerda que las emociones juegan un papel importante en la vida de cada quien.
Así es, emociónate de lo que vez a tu lado, lo que tienes, no mires más allá de tu propio espejo, contempla lo que tienes aquí y no allá, porque el presente es aquí ahora, no allá ni después: estamos aquí un momento, ahora sentimos que estamos abrazados y podemos llorar de alegría por ser lo que somos, y que todo es cuestión de segundos: ¿vez que todo ahora ha cambiado y pasamos de la emoción a la tristeza? Esa es nuestra vida,  sentimientos y emociones aquí presentes mientras soñamos que estamos despiertos, y despiertos queremos que todo sea un sueño para no despertar nunca más.
Así pasaban los minutos, y ambos entre confusiones,  intrigas y emociones; trataban de su otro yo, siendo uno solo, y dormidos porque despiertos a la realidad eran zombis.
Parece mentira que lleve años mirando a la nada, con imágenes de ausencias que acuden sin permiso, con el peso de la culpa de no haber podido salvar a mi entrañable amigo, al que siempre estuvo, gracias por lo que me diste Juan, lo intenté, sabes que lo hice, que Guillermo Graziani  no pudo ser el mismo desde aquella noche, aunque brille en la pantalla, y sin embargo, más allá de tu ausencia, espero algo, a alguien, creo que por algún motivo, tu muerte fue tan absurda, y yo… he sobrevivido”.

Amalia aún no había terminado de rodar la última película cuando Pedro se mudó a un departamento en Belgrano con tres amigos y empezó las clases de cinematografía en la universidad.

__No te enojes con él, la abogacía no era lo suyo _dijo a su esposo, el afamado productor de cine.

__Tantas cosas que espero de él no son… lo suyo como dices _respondió el esposo__. Pero no quiero discutir contigo, ya sabes lo que pienso.

A la semana siguiente, Pedro se trasladó a los estudios para verla, y esperó pacientemente hasta que hicieron una pausa. El ritmo era enloquecedor y al tiempo fascinante. Siempre le encantaba ver trabajar a su madre. Por fin, al cabo de una hora en que hubo de repetir tres veces la toma de una impresionante escena, Amalia le mandó a todos a almorzar y fue entonces cuando vio a su hijo, y se le iluminó la mirada. Se hallaba tan enfrascada en su trabajo que no se percató de la presencia de su hijo.

__ ¿Cómo va todo, tesoro? __preguntó acercándose a besar a Pedro con el rostro radiante de felicidad__ ¿Qué tal  el departamento y los estudios? __Parecía que llevara muchos años sin verle, de repente, les echó de menos a todos, especialmente a Pedro. Estaba acostumbrada a tenerle al lado y a charlar constantemente con él. Sin embargo, el trabajo aún no le había permitido percibir el impacto de su ausencia__. ¿Te gusta el sitio?

__Es hermoso, madre _contestó Pedro muy entusiasmado__. Y los muchachos son muy simpáticos. Menos mal que no hay nadie que se parezca a mi hermano, porque entonces viviría en el caos.

Amalia sonrió, recordando la habitación de su segundo hijo. Pasaban los años y nada había cambiado. Uno era el orden y la estructura, la belleza y la pulcritud, el otro la desfachatez, el desorden,  las mujeres y  las fiestas.

__ ¿Has vuelto por casa desde que te mudaste?
__Solo un par de veces para recoger mis cosas. Vi a papá y me dijo que estabas bien, tapada de trabajo como siempre.
__Es cierto, cada película me parece un imposible, ya me conoces.
__Parece que será estupendo _dijo, Pedro, haciendo un gesto con la cabeza en dirección al plató. Al igual que su padre, tenía muy buen ojo para calibrar el éxito de las películas. Amalia estaba demasiado atareada con los detalles y no podía ver el conjunto__. Menuda escena.

__Llevamos semanas trabajando en ella _explicó la madre con orgullo.

En aquel momento se acercó el protagonista de la película. Era tan perfeccionista como Amalia Beggio, que estaba encantada de trabajar con él. Era la segunda película que hacían juntos. Guillermo Graziani, uno de los astros ascendentes de la pantalla, se sentó a su lado sin percatarse en su entusiasmo de la presencia de Pedro.

__ ¿Qué te parece?
__Creo que lo conseguimos al fin _respondió la directora.

__Yo también. __Guillermo se alegró de que ella opinara lo mismo__. Ayer estaba un poco preocupado. Pensaba que nunca conseguiría interpretar bien esa escena, ya sabes lo obsesivo que soy, no terminaba de gustarme y anoche estuve levantado hasta entrada la madrugada, trabajando en ella.

__Se nota. Gracias, Guillermo __dijo Amalia, muy complacida__. Esta entrega es la que de verdad permite obtener buenos resultados, no lo habría conseguido con otro actor.

Sin embargo, pocos actores estaban dispuestos a trabajar con semejante entusiasmo.
Guillermo se levantó, y miró a Pedro, llevaba dibujada una sonrisa en los labios, y sin poder remediarlo, se sumergió en el abismo de esos ojos de color miel.
Pedro se quedó prendido en los vericuetos de esa mirada penetrante color café, hipnotizado por la sensualidad de los labios finos y la potencia de los rasgos que le parecieron esculpidos por un ángel. Se pasó la lengua sin darse cuenta por el suculento labio inferior y Guillermo sintió que se derretía en la visión. No existía nada más fuera de ellos dos, el plató estaba fuera, el tiempo paralizado, el mundo   girando alocado o detenido en esa mirada.
__Tú debes de ser… Pedro, el hijo de Amalia _dijo Guillermo sin apartar la mirada.

Pedro tuvo que obligarse a apartar la vista del fondo de esos ojos y se fijó entonces que  llevaba anteojos. La montura oscura contrataba con el color blanco de la piel, con la ternura y firmeza de esos ojos que atraían a tantos. Pedro supo en un instante que no solo nunca había conocido a alguien tan atractivo, sino que tampoco se había encontrado con un ser tan elegante, y presintió estar frente a un temperamento impredecible, un enigma indescifrable, una voz melodiosa, una estampa perfecta,  se perdió en las profundidades cálidas de esos ojos, añorando conocer en  ellos todos sus misterios, respiró hondo, y sin darse cuenta, escapó de sus labios un suspiro.
Cuando los sonidos regresaron desde la voz insistente de su madre, los dos se echaron a reír porque todo el mundo solía adivinar la identidad de ellos a la primera mirada.

__ ¿Cómo lo sabe?
__Bueno, verás _ contestó Guillermo, mirándole atentamente__; el cabello, la nariz, los ojos, la boca… Mira muchacho, si  te peinaras y vistieras como ella, parecerían hermanas gemelas.

__No estoy segura de que eso me gustara _terció Amalia, soltando una carcajada__. Aun más, afirmo desde ya, que no. Mejor déjalo así que es precioso.

__Precioso _balbuceó Guillermo en eco sin darse cuenta__. Bueno, dejémoslo así entonces __dijo con firmeza.

__Puedes hablar como te gusta _dijo Amalia dirigiéndose a Guillermo.

__ ¿Cómo?
__ De vos, en lunfardo, verás hijo, a Guillermo le gusta fuera de escena hablar de vos, y con formas que no usamos habitualmente, hazlo si quieres, pero solo con él, que sea un secreto entre los tres, que no llegue a tu padre.
__Me ha gustado mucho su última escena, señor Graziani.
Pedro le hablaba en tono muy respetuoso y Guillermo se sentía halagado.
__Si tu madre  lo permite, me gustaría que no me trates de usted ni de señor, pero gracias por el cumplido de la escena.__ Amalia los presentó y Guillermo estrechó la mano de Pedro, reteniéndola más de lo necesario, en un contacto que quemaba al tiempo que transmitía corrientes eléctricas que recorrían  los cuerpos__. Tu madre es una directora muy exigente, pero es tan estupenda y perfecta que merece la pena derramar sangre, sudor y lágrimas, te exige y le das todo en pos del resultado.

__Vaya, menudo cumplido viniendo de ti – exclamó, Amalia, consultando el reloj mientras los tres se echaban a reír__. Disponemos si no seguimos parados acá, aproximadamente de una hora, caballeros. ¿Puedo invitarles a almorzar en el restaurante del estudio?

__Dios bendito, más torturas _exclamó, Guillermo, haciendo una mueca que Pedro resiguió en cada línea del rostro__. ¿No podríamos hacer algo mejor? Tengo el coche  estacionado ahí fuera. __Sin embargo, los tres sabían que no había gran cosa en la zona, fuera de los estudios de grabación, y, además, disponían de poco tiempo__. Bueno, me rindo. Indigestión a la vista.

__No es para tanto,  te aseguro, que no pienso en matar a mi protagonista, no al menos hasta terminar de grabar _dijo, Amalia, tratando de defender su propuesta.

Guillermo y Pedro protestaron enérgicamente, pero la acompañaron por el laberinto entre asistentes, cámaras y estudios hacia el restó.
__ ¿Qué estudias? __le preguntó a Pedro, Guillermo.

__Acabo de empezar cinematografía en la UBA, aunque no pienso seguir los pasos de mis padres, exactamente.
__Allí estuve yo. ¿Ya has podido comprobar si te gusta o no?
__Me parece que será estupendo _contestó, Pedro, muy contento.

Guillermo lo miró con simpatía, curiosidad y algo indefinido que no pudo descifrar. Era todavía muy joven, pero, mientras charlaba con él durante el almuerzo, Guillermo se dio cuenta que era muy inteligente y sensible.
Charlaron durante en buen rato mientras almorzaban, hasta que Amalia les anunció que tenían que regresar al plató.
 Pedro hubiera deseado quedarse un poco más para captar mejor la atmósfera del lugar, y sobre todo conocer algo de ese hombre fascinante, pero conocía demasiado el ritmo de trabajo de su madre.
Guillermo lo invitó a su camerino, mientras se maquillaba, y el peluquero lo torturaba. En la siguiente escena, sería un prisionero de guerra.

__Con lo cual puedes imaginar que me van a pintar golpes por todos lados, y quizá te resultara interesante ver cómo  crean el personaje.
__ Nada habría deseado más que poder pasar el día con… ustedes, pero tengo que volver a las clases, pero regresaré otro día, no lo dudes.
__Qué lástima, me ha encantado hablar contigo… con vos _dijo, Guillermo, mirándolo con intensidad casi palpable __. Lamento que te vayas, pero entiendo.

Pedro le gustaba tal vez demasiado, pero no quiso darlo a entender, persiguió a sus miradas y gestos tratando de que no delataran su interés por respeto a Amalia  y a la que intuía la edad de Pedro. No quería ser un corruptor de menores, y los vírgenes no eran lo suyo, es más, siempre salía con hombres mayores  que él. Sin embargo, para su gran asombro, Pedro le manifestó su deseo de volver  a verlo pronto.

__Me gustaría si no molesto asistir al rodaje de otra escena _lo sorprendió__. Este fin de semana tengo una tarde libre. __Pedro miró esperanzado a Guillermo como un chiquillo que esperara la llegada de Papá Noel, y Guillermo no supo discernir muy bien si lo que le interesaba era la película o alguna otra cosa. En todo caso, el atractivo e identidad del joven llevaban a andarse con pies de plomo__. A lo mejor podré volver entonces.

Pedro le miró a los ojos y Guillermo ya no supo ni si era un chico o un hombre, o en todo caso supo que era su hombre, su destino, que no podría poner excusas para alejarlo, que no quería que estas existiesen.

__Eso depende de tu madre. Ella es la que manda aquí. Es mi jefe, también.
Se echaron a reír, los pocitos que se formaron en las mejillas y en el mentón del rostro perfecto de Pedro  llevaron a Guillermo a desear zambullirse en ellos.
__Le preguntaré qué le parece _dijo Pedro__. No creo que me niegue aprender sobre el terreno, creo que acá puedo encontrar tanto o más que en la teoría.

Guillermo temió por un instante que ella lo acusara de intento de seducción, sus aficiones no eran un secreto para nadie__. Espero verte el viernes__. Añadió Pedro  mirándolo con ansia.
Guillermo apartó el rostro. No podía sentir lo que experimentaba, no quería hacer nada incorrecto. Deseó convencerse no haber visto lo que vio en esa mirada,  o que solo era cosa de un chico, pero no estaba bien. Y, además, era el hijo de Amalia Beggio. Dios, qué complicada era a veces la vida para algunas personas.
Cuando Pedro se despidió, lo siguió con la mirada hasta perderlo, se fumó un cigarrillo de hierba para calmarse, pero no lo consiguió, en su lugar, advirtió que deseaba al muchacho con más vehemencia.
Hasta ese día pocas veces se había permitido pensar en los hijos de su jefa, solo la oía hablar de ellos como un observador objetivo, y solo recordaba ese nombre musical a sus oídos, Pedro…  que a menudo reverberaba como eco en noches de insomnio, el mayor, el serio, el estricto, el preferido, tan diferente del hermano, que solo va de mujer en mujer al fútbol, a las fiestas, a los excesos pese a estar en la facultad y ser el mimado del papá.
 Pedro, ¿acaso tenía alguna novia? ¿Habría Amalia hablado de ello alguna vez? Quizá fuera lo mejor, y terminaría de pensarlo, de pasear su imagen por las retinas, sus apetencias no encajarían con sus anhelos, sus sendas no serían una.
A través del cristal estira el reloj, calienta la bestia,  resbala la distancia a través de la ventana. No se despierta del todo la almohada y  las cobijas se vuelven más humanas.
Despacio el tiempo pasa y se acomoda la voluntad, mientras afuera se humedecen las calzadas. La luz adormilada y gris recuerda la infancia cuando el golpetear de las gotas  arropaba  y uno se quedaba dormido entre las caricias de la madre y  el olor a lavanda
entre las sábanas. La calidez del frío medita, mira techos, puertas, ventanas, y el universo se confina a la ligera lluvia que desliza su vaho hecho de lo mismo que nos embarga.
A través del cristal de la ventana, la lluvia suda su melancolía,  su pereza alegre,  su palabra húmeda y callada. Todas las cosas están aquí, encerradas en el cuarto de cuarto,  en las paredes, en el alma. Y las gotas se asoman a través del cristal…  resbalan lentas, brillantes, claras,  como tus ojos, Pedro.

Al regresar al plató, las ansias y la soledad que sentía Guillermo, quedaron claramente reflejadas en la película para asombro de sus compañeros de elenco. Filmaron la escena en una sola toma, lo cual fue para entonces una victoria inaudita. Amalia le felicitó, pero Guillermo se mostró más bien frío con ella, y Amalia no comprendió por qué. Conocía a Guillermo Graziani lo suficiente, como para saber  que no tenía nada que temer de él. Era un hombre reservado, honrado y, con independencia de lo que hiciera en su tiempo libre, por cierto casi nulo, ella sabía que jamás se aprovecharía de su hijo. Estaba segura de eso y por ello no se inquietó al presentarlos.

__Señor Guillermo, permiso _ dijo Emilio, su asistente cuando ya se disponía a abandonar el camerino a última hora__. Ha llegado este paquete para usted, como el chico que lo trajo insistió que lo recibiera en mano, me ha parecido dárselo hoy mismo. __El hombre le entregó un paquete finamente envuelto en papel de seda celeste,  y Guillermo le obsequió una sonrisa__. Buenas noches, hasta mañana señor.

__Hasta  mañana, que descanse que ha sido un día duro.

Con prisas y ansiedad que aleteaba en el estómago como un millón de mariposas, escarbó en busca de una tarjeta,  de un remitente pero no lo halló, no al menos hasta que no desarmó el moño y abrió el papel, allí estaba, el libro de Carl Jung que tanto había buscado en toda librería que encontraba, y en la contratapa, una fina tarjeta con una letra de caligrafía tan bella como el dueño, le decía lo que tanto esperaba.

“Espero que te guste, sé que eres amante del arte, de los libros de pintura y teatro,  que tú mismo pintas y esculpes, y creo que buscabas este libro, también yo lo estoy leyendo. Iré al paltó el viernes.
P.B.”.

“¿Cómo lo supiste? ¿Acaso tu madre te ha contado de mí? Pero ni siquiera ella sabe tanto de mis aficiones. ¿Quién sos Pedro Beggio?”

A Amalia no le sorprendió ni le preocupó cuando vio a Pedro reaparecer el viernes por el plató, por la tarde paseaba por los estudios deteniéndose en las escenografías antes de llegar a saludarla. Cuando era niño, su hijo acudía a menudo a verla trabajar, nada tenía que preocuparla, era más que lógico que ahora estando en esa carrera, fuera lo más frecuentemente que el cursado le permitiera. Más tarde, de adolescente, ya no tuvo tiempo para hacerlo, pero era bien sabido que le gustaba todo lo relacionado con el cine y el teatro. Amalia se alegró al verle y Guillermo también, aunque al principio procuró disimularlo. Las manos le temblaban y se las hubo de tomar para detener el movimiento, al hacerlo notó que estaban heladas y sudorosas. ¿Qué le estaba sucediendo? No era un adolescente con las hormonas alborotadas para que la presencia de un muchacho bonito le provocara que el corazón le retumbara hasta en los oídos y se le entrecortara la respiración.

__Hola, Guillermo __ dijo, Pedro con tono vacilante, y enseguida se preguntó si no hubiera sido más correcto llamarlo señor  Graziani.

Guillermo rondaba los cuarenta años, pero sabía por los medios que desde los veintitantos ya era un actor muy respetado, además aunque menos conocido, también era artista plástico y pintor, y llevaba clases de teatro para una elite. Pedro que apenas pisaba los veinticinco  se sentía a su lado, un crío.

__Hola _contestó, Guillermo con fingida indiferencia mientras pasaba por su lado para dirigirse a su camerino, y rogó para que sus caminos no volvieran a cruzarse.

Sin embargo, más tarde, Amalia le ofreció un vaso de vino en el transcurso de una pausa y, al ver que Pedro le miraba extasiado, Guillermo no pudo resistir la tentación de sonreírle.
_Baila el dolor en tu mirada corazón, tu sonrisa apagada, obligada, sale cual flor de otoño arrancada de entre las demás flores. Llevas pétalos en tus cabellos enredados, el sol, te tostó la piel y las miserias te la curtieron. Sos precioso, Pedro, qué rostro tan bonito tienes, qué ojos tan dulces, pero  llorosos, tristes, profundos.  Llevan tristeza tus ojos, se palpa el dolor y el miedo.
Me alegro de volver a verte. ¿Qué tal las clases?__Quizá sería más fácil tratarlo como a un chiquillo, un admirador de tantos, un alumno. Pero nada de ello le parecía fácil cuando contemplaba aquellos ojos irresistibles tal vez justamente por la tortura y el cúmulo de emociones que ocultaba en ellos y que se le antojaba  que solo a él le revelaba.
Eran como los de su madre, y sin embargo, los de ella eran francos, los de Pedro  más tristes, hondos y sabios, era como si el muchacho escondiera algún terrible secreto y Guillermo de pronto comprendió instintivamente cuál era ese secreto. A su edad él también lo guardaba, escondido en un pudor manifiesto de su intimidad que pregonaba ante todos. Y uno se sentía muy solo hasta que alguien le tendía una mano, tremendamente solo como él se había sentido desde niño, hasta que conoció y pudo abrirse a Juan Arismendi, hacía tanto de ello que casi lo había olvidado antes de ver la mirada de Pedro. Hasta aquel momento no era más que un ser extraño en un infierno de soledad, asustado de los propios deseos y de lo que pensarían los demás si los conocieran__. ¿Qué te pareció la toma de hoy?

Era inútil tratarle como a un chico. Era un hombre. Ambos lo sabían, Guillermo dejó de evadir la mirada y la clavó en los ojos de Pedro.
__Estupenda.
__ ¿Quieres ver las primeras copias conmigo? __A Guillermo le encantaba verlas siempre que podía, porque, de ese modo, le resultaba más fácil corregir sus errores, que buscaba en cada palabra, en cada gesto. Eran importantes para su trabajo, y Pedro se sintió halagado de que el actor le invitara a compartir aquel mundo aparte y tan especial. Le miró con expresión reverente, y Guillermo se echó a reír__. Pero si pones esa cara, no te dejo verlas. Tienes que comprender que buena parte de  lo que se ve no es más que basura. Una basura un poco molesta, pero así es como se aprende.
__Me encantará verlas contigo.

Fueron a verlas hacia el atardecer y, cuando se sentaron en la sala a oscuras, Guillermo notó que una pierna de Pedro le rozaba la rodilla sin querer y sintió un irresistible estremecimiento, un cimbronazo que alarmó todos los sentidos, al tiempo ya saturados de inhalar su perfume, de absorber el calor que emanaba su cuerpo, el aura de su sonrisa, y sin embargo, apartó tímidamente la pierna y se obligó a concentrarse en la pantalla. Después, cuando se encendieron las luces, Guillermo comentó con Pedro las copias y, qué curioso resultó que opinaban casi lo mismo acerca de las mismas escenas.
Pedro poseía mucha sensibilidad cinematográfica y sabía captar instintivamente el estilo y las técnicas. Guillermo estaba asombrado, y se moría de ganas de seguir hablando con él.
Amalia tenía que marcharse temprano aquel día. Para ella las veinte horas era temprano. Les miró complacida mientras charlaban.

__ ¿Te has traído el coche, tesoro? __le pregunto a su hijo.

Parecía cansada. La semana había sido agotadora y, al día siguiente tenían que rodar una escena al amanecer  y, habría que levantarse antes de las cinco de la mañana.

__Sí, mamá, ¿necesitas que te lleve  casa?
__No hijo, tengo el coche. Los dejo que sigan hablando. Esta ancianita se va a casa antes que se derrumbe de cansancio. Buenas noches, caballeros.

Besó a Pedro en la mejilla, saludó a Guillermo agitando una mano y salió apresuradamente. Alberto se fue antes a casa para cenar con sus hijos. Cuando, al cabo de un rato, Guillermo consultó el reloj, se quedó de piedra. Eran casi las nueve y ya no quedaba nadie en el plató. No había comido desde la hora del desayuno y sabía que  Pedro tampoco ¿Qué tenía de malo que fueran a tomarse un bocado?

__ ¿Te gustaría ir a comer algo por allí? Debes estar muerto de hambre __le propuso.

__Me encantaría, siempre y cuando tú no tengas nada que hacer.

Era tan joven y humilde que Guillermo se conmovió y le rodeó con un brazo mientras se dirigían al aparcamiento. No había nadie a la vista y, por consiguiente, no habría posibilidad de que eso diera lugar a malas interpretaciones, aunque no pasó desapercibido para él, el temblor de Pedro al roce de su mano en el hombro, como tampoco el arrebol en las mejillas.
__Puedes creerme, hablar con vos es uno de los mayores placeres que he tenido desde hace meses.
__Es muy amable de tu parte _contestó, Pedro sonriendo __Lo tienes todo, ¿verdad Guille?

__Eso depende de qué buscara en este mundo.
__ ¿Y qué es o era?
__Qué busco en este mundo, nada, en realidad, las cosas  suceden solas como el día que  vos y yo nos unimos ni tan siquiera hoy sé explicarme cómo fue, solo sé que me encanta sentir tu mirada, esos ojos  desprenden sinceridad, el roce  de tus dedos despiertan todos  mis sentidos, escuchar  tu voz  me eleva al cielo. Me haces sonreír de felicidad  con tu detalle inesperado  o un mensaje diciendo mucho con poco,  me encanta abrazarte por detrás pegado a tu espalda, acercándome a tu oído para susurrarte,  decirte que sos mucho en  mi vida,  comencé a vivir ese día que vos y yo nos unimos  en la mirada.
__Guille, yo…
__Vos no eras lo que buscaba, solo puedo decir que cuando  te vi por primera vez algo atravesó mi cuerpo y mi alma, nunca creí en el flechazo pero surgió, es lo que sentí  desde que te vi, inexplicablemente una electricidad  que erizó  mi piel y aun al día de hoy se eriza mi piel  cuando te veo caminar a mi lado. No, nunca lo busqué porque el amor  es libre y llega sin avisar  y lo más hermoso es que está  en vos, en tu mirada, en todo  lo que me haces sentir, hombre inteligente que llega  y me enamora siempre cada día  con una sonrisa, una mirada, sin siquiera  un te amo, sos el hombre de mi  vida, siempre estaré a tu lado.
¿Es eso lo que está sucediendo, Pedro?

En ese momento, llegaron al aparcamiento, donde aguardaba el Porsche plateado de Guillermo, el  Sonic  azul de Pedro.

__Menudo automóvil tienes _exclamó asombrado, Guillermo.

__Es viejo, me lo regalaron mis padres para la graduación de mi carrera anterior.
__Es un regalo fantástico. A tu edad yo me compré un cacharro que ya ni siquiera recuerdo de qué año era, pero mis padres no eran los tuyos, ni yo vivía en una mansión.
__Yo no vivo en ella ahora, Guillermo, y no dependo económicamente de ellos.
__Pero sos su hijo. Yo vine de la provincia a los veintidós años y mi vida fue cambiando desde entonces, sobre todo, en los últimos tres años.
No quiero mentirte, mi carrera se disparó gracias al idilio con un productor importante, sin embargo, los éxitos que alcancé después se los debo a mi propia capacidad. Eso nadie lo niega.
__ ¿Un productor? _balbuceó,  Pedro.

__Un personaje importante de una productora _disimuló cohibido, Guillermo.

Guillermo Graziani  era un gran actor y quienes trabajaban con él solían decir que era honrado y correcto, y que no se metía con nadie, muy cuidadoso de su intimidad. Entre película y película en sus años iniciales observaba a veces una vida irregular en conducta, fumaba algo de marihuana, y corrían algunos rumores sobre sus aficiones sexuales y fiestas que organizaba en su casa, sobre una pareja que había muerto cuando era muy joven que nadie llegó a conocer, pero no se aprovechaba de nadie ni perjudicaba a nadie. Trabajaba con ahínco y al fin y al cabo seguramente de algún  modo tenía que desahogarse, era un hombre apuesto y joven.

Se llevó a Pedro hasta un restaurante de Puerto Madero conduciendo con cuidado de modo que Pedro pudiera seguirle en su automóvil. Por alguna extraña razón, se preocupaba por él deseaba protegerlo de todo, de todos, no quería dañarlo, no deseaba que nadie lo hiciera sufrir. No quería que sufriera ningún daño, ni físico ni moral. Hacía tiempo que nadie le gustaba tanto. Era tan joven y hermoso que le dolía mirarlo. Y no pudo quitarle los ojos de encima como memorizando cada gesto y movimiento, cada rasgo y recoveco de memoria y para la eternidad, sin saber que Pedro estaba haciendo lo mismo, encandilado por su belleza madura, masculina y su fortaleza, su talento inigualable.

__ ¿Cómo sos, Pedro?
__No lo sé, o no lo sabía hasta hace días. Sin embargo…
¿Sin embargo?
--Hoy amanecí más hermoso que nunca, lleno de vitalidad; nada me podrá detener, porque soy hermoso, inteligente, capaz, fuerte, valiente, más valiente que siempre, atrevido y sobre todo, real y auténtico; soy un hombre  pleno y libre, y es gracias a ti.
Levanto la ceja y dejo atrás la mirada sumisa y dócil, y siento cómo el mundo me observa, me juzga, murmura ante mi nueva actitud, lleno de seguridad y certeza, hasta de arrogancia y soberbia, pero con carácter. Este es el nuevo yo, y es gracias a ti.
Tus dulces palabras entraron por mis oídos y se deslizaron hasta lo más profundo, no se desvanecieron, cayeron y se enterraron como semillas que, con el cuidado de tus caricias, fueron germinando hasta florecer en un ser nuevo, diferente, capaz, orgulloso. Todo eso, gracias a ti.
Tus besos en sueños fueron abonando la grandeza que estaba oculta en mi interior, y me dieron este nuevo talante, ahora tengo trapío digno del indulto. Cada roce de tus labios me despojaba de mis ataduras, de mis complejos; develando mi verdadera naturaleza vigorosa y llena de poder. Y solo gracias a ti.
Tu capacidad de escucharme, logró que recordara mi hambre de vivir, de amar y ser amado, logró darme el combustible que me hacía falta; una vitalidad diferente, impregnado de valor, un impulso energético para despegar del suelo y recordar que podía volar. Tú lo hiciste posible.
Ahora que soy un nuevo ser, lleno  de valor, de coraje, de belleza, que retomó las riendas de su vida, que decide por sí mismo; marco mi distancia y decreto mi nuevo destino, todo en pro de mi felicidad. Tú eres el culpable.
Ahora; vuela conmigo, alcancemos las nubes y seamos felices; me urge estar siempre contigo. Así que te exijo, libérate ya de tus amantes; yo ya tengo el valor para enfrentar  a los míos, a mi familia me refiero.

Al salir, Pedro no supo cómo agradecerle el honor de aquella invitación, se había atrevido a demasiado quizá,  mas no estaba arrepentido y Guillermo le miró, tenía ganas de invitarlo a su casa, pero no se atrevía a hacerlo. Él no era uno más, no era como el resto. Aun no estaba seguro de lo que Pedro sabía con respecto a sí mismo. Si el muchacho advirtiera lo que le ocurría, tal vez sería distinto, pero, ni siquiera lo sospechaba intuía… Con solo mirarle, Guillermo  lo supo con toda certeza, pero ¿lo sabría, Pedro?
En un momento dado, Guillermo supo que tenía que tomar el toro por las astas, sus emociones desbordadas y sentimientos alocados ante ese irreverente muchacho sin reparos se lo decían. Se hizo el propósito de averiguarlo poco más adelante. Tal vez estuviera en un error aunque rara vez se equivocaba. Quizá podrían ser amigos. En cualquier caso, no podía gustarle todavía. Era demasiado pronto.

__Sé que te parecerá una tontería, pero he dicho cosas de las que debería hacerme cargo, ¿te gustaría venir a tomar unas copas a mi casa?
Los ojos de Pedro se iluminaron de golpe.
-Me encantaría si puedes.

Quizá lo supiera. Guillermo se estaba volviendo loco, pero no había forma de adivinarlo. Si Pedro era gay, ¿cómo era posible que sus padres no lo sospecharan?
O tal vez sí, al fin en ese mundillo todo se sabía o todo se tapaba.

__Vivo en provincia. ¿Quieres seguirme o dejar el coche aquí? Puedo acompañarte después.
__ ¿No te causaré muchas molestias?
__En absoluto. Nunca me acuesto temprano, a menudo no lo hago siquiera. Puede que esta noche ni siquiera lo haga. Mañana empezamos a rodar a la madrugada como oíste a tu madre y, en esos casos, yo trabajo mejor sin irme a dormir, dormir poco es peor que ni siquiera hacerlo.
__ ¿Estará seguro mi automóvil? __preguntó, Pedro.

Miraron alrededor y pensaron que sí. El restaurante estaba abierto en la parte de bar toda la noche, la gente entraba y salía sin parar y nadie se atrevería a tocar un vehículo en esa zona.
Pedro se sentó en el Porsche al lado de Guillermo y tuvo inmediatamente la sensación de encontrarse en otro mundo, los asientos estaban tapizados en suave cuero negro y el salpicadero parecía un panel de mandos de un avión. Guillermo puso en marcha el vehículo, encendió la radio y en el acto se oyeron notas de Caetano Veloso, que hicieron que las miradas se encontraran. El trayecto de una hora hasta el domicilio del actor fue casi una experiencia sensual. Guillermo deseaba fumarse un porro, pero no se atrevía a hacerlo delante de Pedro, y además temía perder el control de sus actos, y no quería con él solo sexo, intuía que con Pedro podría sentir algo que jamás había soñado siquiera.

Se dedicaron a charlar sobre el fondo de la música y cuando llegaron a destino, Pedro ya estaba del todo relajado.
Guillermo, introdujo la llave en la cerradura, y una vez dentro, Pedro se vio rodeado por una atmósfera mágica. Había un ventanal que daba al río, una iluminación matizada, un salón a dos niveles llenos de sofás y mesillas ratonas, suaves cojines, enormes plantas de interiores, y luces indirectas que hacían resaltar algunos objetos artísticos, tanto pinturas como esculturas que adivinó eran obras del mismo Guillermo. El bar era muy bonito, y había una pared recubierta por estanterías de maderas de libros y un equipo de música que parecía con sus notas llenarlo todo con su música culta que Pedro no tardó en reconocer. Pedro se sentó en un taburete junto al bar y paseó la mirada por la estancia, mientras Guillermo dejaba el morral y se quitaba el saco, para llenar dos vasos de vino que acababa de descorchar.
__Bueno, ¿te gusta? __preguntó, Guillermo, sentándose a su lado y sonriendo.

Se veía obligado reconocer que sentía orgullo por el encanto que desprendía su casa. Para ser un pobre muchacho de padres inmigrantes había recorrido un largo trecho y se sentía inmensamente feliz.

__Todo es precioso.
__Sí, ¿verdad?
__Mucho más cálido que la casa de mis padres, sin dudas.

Guillermo estaba completamente de acuerdo con él. Podían contemplar la ribera, el río, un jardín bordeando la casa que él mismo cuidaba. Cuando apuraron el vino, Guillermo le sugirió a Pedro dar un paseo. A él le encantaba hacerlo y solo eran las once de la noche. La luna llena los alumbraba cuando se quitaron los zapatos y salieron a pasear por el trozo de playa que tenía la suerte de tener en ese sector. Pedro se sentía como flotando en una nube, más feliz que nunca. Cada vez que miraba a aquel hombre, experimentaba una sensación desconocida. Al cabo de un rato, se sumió en el silencio y, cuando ya regresaban a la casa, Guillermo se detuvo y se sentó en un banco, cerca del río. Las palabras se le escaparon sin poderlo remediar.

__ ¿Estás confundido y asustado, verdad, Pedro?

Sabía que Amalia lejos estaba de imaginar aquella familiaridad, pero Pedro no pareció ofenderse y sacudió la cabeza,  aliviado de poder confesarle a aquel hombre lo que sentía, lo que jamás se había atrevido a poner en palabras. Deseaba ser sincero con él porque, a lo mejor, entonces podría comprender lo que ocurría. Se sentía muy viejo y muy joven a la vez.
__Sí, lo estoy.
__Yo también sentía lo mismo, antes de venir aquí. __Guillermo exhaló un profundo suspiro__. En mi ciudad chica lo pasé muy mal.

__Debe de ser un sitio muy distinto __dijo, Pedro sonriendo.

De golpe se miraron y sin saber por qué se echaron a reír.
Luego Guillermo miró a Pedro a los ojos y se puso muy serio.

__Quiero ser sincero con vos. Soy marica, gay, homosexual, Pedro. __De repente se asustó de sus palabras. ¿Y si Pedro se enfadaba? ¿Y si se levantaba de un salto y salía corriendo horrorizado? Era la primera vez en muchos años que temía ser rechazado. Hubiera sido un retroceso tremendo. Como volver a su pueblo y enamorarse del  capitán del equipo de fútbol del colegio y no poder decirle nada. Solo verle en la ducha, y desear desesperadamente tocarle la cara, el brazo, la pierna, cualquier sitio… Tocarle allí. Se volvió hacia Pedro con expresión aterrada__. ¿Sabes lo que significa?

__Sí, claro.
__No es que solo sea homosexual. Supongo que ya comprendes lo que quiero decir. ¿Conoces esa soledad especial que puede llegar a sentir un hombre?__Guillermo vació su alma en los ojos de aquel muchacho y Pedro asintió sin quitarle la vista de encima__. Creo que la conoces, Pedro… Creo que sientes lo mismo que yo, ¿no es cierto?

__Desde que era muy chico, me he sentido solo toda la vida creo.
Las lágrimas empezaron a rodarle lentamente por las mejillas. De repente, no pudo soportar por más tiempo la mirada de aquellos ojos, y cubriéndose el rostro entre las manos empezó a sollozar. Mil años de soledad estallaron de golpe en su alma, mientras Guillermo le estrechaba en sus brazos para calmarle. Después le levantó la barbilla, para internarse en los ojos.
__Me estoy enamorando de vos, y por primera vez no sé qué hacer.__ Jamás se había sentido más libre, mientras Pedro sintió que una llamarada le arrasaba el cuerpo.

La llama del amor era una utopía lejana,  fueron dos fuegos encendidos de incandescente y flamante calor, que hicieron de  cada  ser un ente pecador que se liberaba de la abstinencia.
Tu lengua en mi boca era la chispa que avivaba el fuego mientras tu cuerpo pegado al mío, se sentía como frotando al sol.
Sin que me vieras te contemplaba, pero qué importaban las contemplaciones de la lascivia si sabías que estabas como adherido a mi cuerpo y entrelazados éramos dos en uno que volábamos al placer y el delirio.
¿A dónde lleva la pasión que no encumbre al infinito? Al infierno ardiente del deseo donde las convulsiones hacen que los cuerpos estallen en lujuria sudor y gemidos que asemejan agonía celestial.
Nadie mide las consecuencias ni toma la temperatura a unos cuerpos que no les importa morir en los ardores del placer llamado pecado hecho carne.
Si este fuera el infierno, en el ardería mil veces y en sus hogueras renacería para volver a pecar porque de impúber mi cuerpo es la llama.
Tan alto se llega al nivel de lujuria, que los cuerpos impúberes pierden pudor pasando a segundo plano la desnudez cuando la mente divaga atrapada en un mundo de delirios.
Puede extinguirse el mundo o acabarse la tierra bajo nuestros pies, pero el placer de la cima llamada clímax; es tan posesivo que el cuerpo atrapa y hasta la muerte puede llegar y nada importa si en ella perecemos.
O cumbres borrascosas que en la pasión incitan a los frugales del placer y delicias tentativas; regálame una vez más el poder aunque sea el último, para poder contemplarme desnudo ante el mundo  de Eros antes de morir, y como mi más grande deseo placentero sobre la tierra, posar esa fuente que con su elixir atrae y hace de nuestros cuerpos la redención de lo divino.
Si en este muero, nada más importa porque sé que he conocido los placeres animalescos que despiertan al mundo y liberan la bestia que solo apaciguará la muerte.
Morirse en el placer debe ser la gloria porque si hay cielo este poseo y paso a las llamas del infierno para después apagarme entrelazado a las rejas de tus brazos que entrelazan mi piel.
Y que la muerte venga en torrentes de placer para gritar a los cuatro vientos estallando en gemidos.
__Comprendo ciertas cosas acerca de mí mismo que jamás había comprendido, cosas que nunca quise saber o en las que temí pensar, pero mientras miré dentro de tus ojos la primera vez, las comprendí por entero, Guille.
__ ¿Eres virgen verdad?
__Sí _contestó, Pedro, con voz ronca. ÉL  también empezaba a enamorarse de aquel hombre.

---Esta noche te secuestraré en mis pensamientos... Cerraré los ojos y te traeré a mi mente para tocar una melodía en tu nombre. Gozaré pensando que te tengo a mi lado y me trasportaré en suspiros hacía vos. Iré para robarte los besos que no me has dado,  las caricias que no he sentido en mi piel... Las palabras que calla tu corazón pero que a gritos quieres decir sin pudor... Las miradas ausentes que no pueden ver mis ojos.
Celebrar nuestro encuentro casual, anunciar con nuestra melodía preferida que pronto abrigará mi alma de tu calor, llenará mi vida de tus verbos de amor... El silencio de la noche fría y oscura encadena mi corazón a tus pensamientos y vuelo en fantasías e ilusiones a tus sueños que me esperan con ansias para hacer travesuras con nuestros sentires.
 Quiero ser tu locura en todo momento y transites con pasión y deseo por todos mis costados hasta enloquecer  vos también de todas mis caricias y caprichos que te pediré hacer mientras recorres por mi piel... Terminarás por dejar mi pozo seco por tu ansiedad de beber mis aguas una otra vez,  te hundirás más con deseos en mi fuente para seguir explotando tu esencia en mi piel... Tu lujuria y placer me llevarán al clímax total al sentir tu energía penetrar por mis poros. Tengo un pasado, Pedro, uno que pensé que me encadenaría de por vida, pero acabas de romper las cadenas, liberaste mi alma de grilletes y quiero contártelo todo.
__No sé cómo expresar mis sentimientos, Guille, pero sé que a su debido tiempo aprenderé a hacerlo, y que no me rechazarás, que siempre me permitirás estar a tu lado. ¿Tienes a alguien hoy en tu vida?
__No.
¿Y vos te has acostado alguna vez con alguna chica__Pedro negó con la cabeza. Por eso lo había sabido, jamás le apeteció acostarse con una mujer. No sentía nada por ellas.

__Yo tampoco. __Guillermo lanzó un suspiro, se tendió en la arena, y tomó la mano de Pedro besándole la palma una y otra vez. —Aunque sí hubo alguien… importante, conviví años con alguien, quiero conocerte, que me puedas contar todo y yo no guardarme nada__.  Un día un Rey decidió ir en su barco por aguas tranquilas a un viaje de relajación y placer, para eso llevó con él a los ministros de su corte.
Se embarcó y en cuanto zarpó de aquel puerto y ya en mar abierto un súbito empezó a gritar y entró en ataques de pánico porque jamás había visto el mar.
Sentado en la bodega del barco aquel empezó a gritar y gritar, se negaba a comer y a dormir, todos trataban de calmarlo diciéndole que el viaje no era peligroso que navegarían por aguas calmas,  pero este hombre no entendía.
El Rey no sabía qué hacer, el viaje de placer y relajación por aguas tranquilas se convirtió en un tormentoso viaje para todos.
Pasaron dos días sin que nadie pudiera dormir por los gritos de aquel hombre
Cuando el Rey estaba a punto de dar la orden de regresar al puerto de donde habían zarpado un ministro de su corte,  un hombre sabio le pidió al Rey le permitiera calmar al hombre aterrorizado.
Sin dudarlo el rey le dijo que no solo le permitía calmarlo, sino que si lo calmaba se haría acreedor a una cuantiosa recompensa.
Entonces sin esperar más el ministro aquel dio la orden que tiraran aquel hombre al mar, un grupo de hombres lo sujetaron y aunque se resistía por fin lo tiraron al mar.
Aquel hombre empezó a debatirse, se hundió y tragó agua salada, volvió a la superficie y gritó muy fuerte, y así una y otra vez se volvió a hundir y salir  hasta que el ministro decidió dar la orden de subirlo a cubierta del barco.
A partir de aquel momento el hombre aquel ya no gritó más y entonces el viaje se convirtió en un viaje tranquilo y placentero porque ya no volvió a gritar más el hombre aquel, incluso el mismo hombre le llegó a comentar a otro hombre de la tripulación que nunca había visto tan hermoso el cielo y el mar unidos allá en el horizonte.
El viaje antes tormentoso se convirtió en un viaje de armonía y felicidad.
Poco antes de regresar al puerto el Rey fue a buscar al ministro que había logrado calmar al hombre entrado en pánico y le preguntó cómo había tenido esa idea para calmar aquel hombre.
El ministro dijo: por causa de mi matrimonio, yo vivía aterrorizado con la idea de perder a mi mujer, mis celos eran tan grandes que no paraba de gritar y no dejaba dormir a mi esposa y mis hijos.
Un día ella no aguanto más y me abandonó y entonces pude sentir lo terrible que era la vida sin ella, regresó solo después de prometerle que jamás la volvería atormentar con mis celos.
De la misma forma este hombre jamás había probado el agua salada y nunca se había dado cuenta de la angustia de un hombre a punto de ahogarse.
Tras conocer eso  entendió perfectamente lo maravilloso que es sentir bajo sus pies las tablas del barco.
Sabía actitud dijo el rey.
Muchas personas  no pueden valorar lo que tienen hasta que experimentan la pérdida de aquello tan valioso que tenían en las manos. Y yo alguna vez tuve todo, pero lo perdí, y entonces he vivido como autómata, hasta el día en que me perdí en tu alma, hasta que tu mirada tropezó con la mía, y supe que aquello había sido necesario, aunque doloroso, para que hoy valorara lo que puedo conseguir, para que sepa defenderlo.
Así  todo es más fácil, Pedro, otros hicieron la opción por nosotros hace mucho tiempo. Siempre lo pensé. Y sé que nosotros no tenemos que ver en nada con esa opción. Ya estaba allí, tal vez cuando nacimos, y estoy seguro que ya lo sabía cuando era un chiquillo, pero temía reconocerlo.
__A mí me sucedía lo mismo, siempre fui diferente y temía que alguien lo averiguara _dijo, Pedro armándose de valor. Mi hermano es muy machote y mi padre quería que fuera como él. Pero yo no podía…, no podía.

__Siempre estaré junto a vos... Quién sabe si es cierto todo lo que se dice o es cierto eso
que no se dice  pero se intuye  por esa manera de mirarte, de tocar tu mano, ese  roce furtivo en el que  las miradas se cruzan  uniéndose como dos llamas imposibles de distinguir  cual es cual... Estoy totalmente seguro que alguien en algún momento  te dirá que nadie te amará como yo te amo, bellas y reconfortantes palabras o quizá te han dicho: uniré los pedazos de tu corazón roto, palabras reconfortantes  cargadas de amor o tal vez  yo te haré olvidar, porque los recuerdos no son malos,  los buenos recuerdos siempre te harán sonreír  y los malos poco a poco desaparecerán  y si no,  te ayudarán a no  cometer los mismos errores.
Yo tan solo te diré  estoy aquí a tu lado  para todo eso que vos desees, refugiado en mí,  amándote como siempre he hecho, entregándote cada día  mi corazón, entregándome  en cuerpo y alma por este amor, yo sé que solo te pertenezco a vos, que erizo tu piel  y las líneas que te provocan  orgasmos en el alma  son para ti como siempre lo han sido... Aquí estaré amor, siempre a tu lado, aun cuando  no notes mi presencia  yo estaré junto a vos sin hacer ruido para no molestarte.

Las  lágrimas  volvieron a asomarse a los ojos de Pedro, mientras Guillermo apretaba su mano con fuerza.

__No llores, siento que te he estado esperando durante toda la vida, y pase lo que pase, no tengo intención de perderte.
Sos mi destino… mi sino.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.

21 comentarios:

  1. Mery Felicidades !!! Hermosa. 🎶 Que felicidad transmite

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  2. Delia Hermoso, descripción de sentimientos que tienes tan claros como el agua, sin dañar a nadie!

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  3. Veronica Lorena Piccinino Un comienzo hermoso a pura sensibilidad.. .Gracias Eve Monica Marzetti... no se como te brota tantas historias juntas y Bellas

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    1. Veronica Lorena Piccinino Si....guillermo es como es julio.... eso me pareció

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  4. Bellísimo Eve...Y no puedo dejar de hacer un paralelo con la realidad...Me parece un comienzo maravilloso, lleno de confesiones, de seducción y de un amor mágico de almas gemelas...Me encantó Eve este regalo de fin de año...No te preocupes si a veces me atraso, sabés que siempre vuelvo y me pongo al día...Te deseo lo mejor para el año que comienza y te mando un beso enorme, con cariño y admiración...

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    1. Hace meses que tengo la idea, no el tiempo para armarla, pero al fin la di y la formaré en el camino, es tan linda, ellos tan queribñes que me quedé emocionada, pegada pensando en cómo armarla, busqué el ámbito de ellos o símil, porque ya de indio, cura, más impòsibles, pero creo que puede ser divina, termino Enigma y seguimos con estrenos, quise dala hoy para que pudieran leer, yo enyesada el 31 acá, pero es lo que me gusta, lo mejor mi cielo, mi amor, fantasmita y a mi viejita que anda por acá NORMA FERZOLA, MI AMOR ETERNO A TODAS, A LAS DOS, YA SABEN LO QUE SON EN MI VIDA, BESOS MIL, AHORA SÍ VOY AL ORDEN O SE ME CAEN DEL MAPA. BESOS MIL.

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    2. ME FUI A BUSCAR FOTO NUEVA COMO VERÁS, MORTAL, BESO.

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  5. Hermoso comienzo Eve me gusto mucho ,que tengas un 2019 lleno de hermosas ideas para seguir escribiendo las mas lindas novelas, se que esto es lo que mas te gusta besos y abrazos Eve tqm !!!!

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    1. Hace meses que tengo la idea, no el tiempo para armarla, pero al fin la di y la formaré en el camino, es tan linda, ellos tan queribñes que me quedé emocionada, pegada pensando en cómo armarla, busqué el ámbito de ellos o símil, porque ya de indio, cura, más impòsibles, pero creo que puede ser divina, termino Enigma y seguimos con estrenos, quise dala hoy para que pudieran leer, yo enyesada el 31 acá, pero es lo que me gusta DESE EL ALMA SU, NO LO DUDES, DUERMO DÍA POR MEDIO PARA HACERLO PERO MUERO SIN ESTO, ES PRECIOSA, MUY DE JULIO ESTE GUILLE, BESOS Y FELIZ AÑO CIELO, GRACIAS POR ESTAR.

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  6. Sol Urvino Una forma muy bella de cerrar este año y comenzar 2019 con esperanza. UN BESO, EVE.

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    1. gRACIAS MI BELLA, ES PRECIOSA, LA ESTOY ARMANDO PERO LA IDEA LLEVABA MESES, ESPERABA TERMINAR ALGUNA Y TERMINÉ ATRAPADOS, BESOS MILLÓN, MEJOR 19 CIELO

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