sábado, 19 de enero de 2019

“LA HERENCIA”. CAPÍTULO DIECISIETE.

“LA HERENCIA”.
CAPÍTULO DIECISIETE.

"La melancolía de una vida demasiado corta para tantas bibliotecas. Cuando crees que has aprendido plenamente cualquier cosa, la cosa lo mismo que un iceberg tiene un pedacito por fuera y te lo muestra, y el resto enorme está más allá de tu límite."
Rayuela, Julio Cortázar.
Beppo
El gato blanco y célibe se mira
en la lúcida luna del espejo
y no puede saber que esa blancura
y esos ojos de oro que no ha visto
nunca en la casa, son su propia imagen.
¿Quién le dirá que el otro que lo observa
es apenas un sueño del espejo?
Me digo que esos gatos armoniosos,
el de cristal y el de caliente sangre,
son simulacros que concede al tiempo
un arquetipo eterno. Así lo afirma,
sombra también, Plotino en las Ennéadas.
¿De qué Adán anterior al paraíso,
de qué divinidad indescifrable
somos los hombres un espejo roto?
*Jorge Luis Borges /


15 DE ABRIL DE 2018.
__Todo saldrá bien, amorcito, lo sé.
__Te creo, y te amo, feliz año nuevo amor, el más feliz porque somos… uno.

Estudio Graziani y Asociados.

__ Hola a todos _ saludó, Pedro  ingresando  en una exhalación.

_ Hola, Pedro __respondió Beto, mientras Gaby se echó a los brazos a depositar un beso en la mejilla.

__ ¿Guille?
__Está en reunión en el despacho, ¿y la facultad? _ continuó, Alberto.

__Bien, empezando, me gusta mucho, creo que no me equivoqué.
_ ¿Lo viste  a Fabián? _interrogó, Gaby entre preocupada y curiosa.

__No, y prefiero, quisiera que antes se reconcilie con el padre, ¿puedo interrumpirlo para saludar? __Miró a uno y al otro que al tiempo cruzaron una mirada cómplice__. ¿Sucede algo?

__No, nada _ dijo Gaby __. En realidad, puedes entrar, es un abogado amigo el que está con Guille, pasa que hacía años que no se veían.

__ ¿Años? ¿Es Arismendi? ¿Juan? __interrogó__. Ese no es amigo y a juzgar por las risas lo están pasando demasiado bien.

Gaby asintió evadiendo la mirada, y Pedro  al captar la expresión de la ya amiga  fue caminando lento hacia el despacho, deteniéndose cuando el eco de la voz   llegó a los oídos.

_Miré la profundidad sin vislumbrar el fondo que se sumía en la más espesa bruma de intangibilidad emocional. Comprendía el peligro, y la zozobra casi hizo mella en mi decisión vehemente. Estaba hecho, no había lugar ya para la duda o tal vez sí. Retrocedí un poco como para tomar carrera o adivinar los olores de lo dejado atrás, ya que no tenía sentido mirar. Ahí solo se encontraba el pasado con sus brazos estirados tratando de retenerme en la inutilidad de su pulso agotador.
Frente a mí estaba el futuro jadeante y atractivo, el causante de mis manos sudorosas y este ritmo cardíaco que salió galopando hace poco y no para. El amor siempre causa eso y sabía que esperaba por mí, el último tal vez, el mejor, el descanso esperado y necesitado para huesos astillados y ánimo en terapia. Quizás este si sería el indicado, el que esperé desde hace tanto. La equivocación no tenía guarida en mis pensamientos recónditos, solo certezas y el perfume de un muchacho diferente  a quien entregar todo el caudal de mi amor sin reservas ni reticencias. Sonaba el timbre de su voz a la distancia y de alguna manera eso tranquilizaba mis ansias que viajaban en una montaña rusa a la espera de un llano que apacigüe el tormento. Su voz, el pilar fundamental de este amor que se está gestando con intención de desborde.
La suerte estaba echada y tensioné los músculos buscando la potencia para enfrentar el salto que ya era inevitable. Las opciones eran dos: Adelante, algo parecido a la felicidad y el conjuro de besos y piernas entrecruzadas y aroma a piel embriagante y el sentimiento de saberse seguro, cuidado y acompañado de verdad hasta el final o, la inestable sensación de mirar al pasado detenido, inmóvil, paralizado hasta que todo acabe. Pensé en las pérdidas también y fue inevitable pensar en ellas, siempre se pierde algo, pero la vida es así y ya quedaba poco. El último pensamiento se lo dediqué al abismo, porque siempre está la tercera opción: La caída. Sacudí esa idea de mi mente ¿Acaso no soy yo el que siempre lo intenta a pesar de todo? La bocanada de aire final y la carrera. Es cierto que no estaba en mis planes, pero la vida siempre nos tiene preparada una sorpresa más y esta la voy a enfrentar en carne viva. Puedo ver sus brazos abiertos esperando por mí. La carrera ya está en marcha _concluyó, Guillermo.

__Guillote,  con todo lo que vivimos vos y yo, no  me lo creo, por bonito que lo pongas, no creo que sea amor _ respondió Juan peligrosamente cerca del amigo de años.

__ No puedo hacer nada al respecto, no te he mentido _ respondió, Guillermo.

__Guille, ¿y yo?  ¿Olvidaste que fui el primero, el todo que descubriste a mi lado? ¿Y las risas? ¿Y los viajes en camioneta con vos siempre protestando? ¿Y la aparición de Silvina y la noticia del embarazo?  ¿Me quieres decir que unos días en un bar te llevaron a sentir que te pierdes en el mapa de un pibe que además es de otro planeta, un mozo amor del gran doctor Graziani? Es apenas un mozo.
__ ¿Te vas o comportar igual que Fabián, Juan? No perdí la memoria, y siento un profundo amor por vos, lo sabes, un profundo respeto,  no voy a olvidar lo bien que lo pasamos, ni lo cobarde que fui, ni lo que sufriste porque no te elegí, pero… __ La mirada de Guillermo impactó en el rostro de Pedro, en los ojos almendrados que estaban llenos de lágrimas y detrás de dolor,  pero antes de poder procesar la presencia y el porqué, Pedro salió corriendo,  antes que las piernas respondieran órdenes para seguirlo, antes de callar a Juan, y detener el beso que llegó sin permiso y que  impactara como disparo que atravesó a su  amor.

__ ¿Pedro? _ balbuceó Gaby tratando de detenerlo.

__Déjame, es todo una mierda no  se puede, no debí aceptar esto,  somos de mundos opuestos _ la voz se entrecortó antes de perderse en sollozos al tiempo que  vieron cómo Pedro retrocedía, hasta perderlo de vista al cruzar la puerta.

__Guille, ¿qué le hiciste?
__ Es lo mejor, Guille, no es para vos _ dijo Juan que salió detrás.

__ Qué mierda sabes vos, escuchó todo, no entendiste nada, Juan, creí que éramos amigos, y al fin sos peor que mi hijo, lo heriste, me…

Guillermo dio un puñete a la pared tomándose la mano que acusó el impacto mientras Gaby corrió a él y Alberto miró furibundo Juan.
__ Guille,  Te llevo, lo vamos a alcanzar, no puede haber ido demasiado lejos __ofreció, Beto.

__Voy solo, déjame.
__ Vos como estás no vas solo a ninguna parte, te llevo en el coche, y te dejo solo con él cuando lo veas _  afirmó Beto, y Guillermo asintió con los ojos escocidos__. Vamos.

__No. No saldré a detenerlo ahora, no tengo derecho, quizá solo es para su bien esto, soy un egoísta  que daña a todo el que se acerca.
__ ¿Qué? __ interrogó Gabriela.

__ Que soy tóxico en la vida de Pedro, aunque lo ame, no le hago bien y quizá lo mejor sea dejarlo ir _ dijo Guillermo casi en un susurro al tiempo que se dejaba caer en un sillón tomándose la frente con la mano__. Él ya no es el chico alegre y desfachatado que me enamoró, el que conociste en el hotel, Beto, y es por mi culpa.  Lo he encerrado en una jaula, está esforzándose por darme todos los gustos renunciando a ser quién es y es un precio demasiado alto.

__ ¿Qué estás diciendo? __replicó, Beto sintiendo  la sangre en las mejillas__. Son ideas que  te prestó Juan.

__No, aunque dijo cosas ciertas. Todos sabíamos que somos muy distintos, todos saben que lo celo hasta del aire y él a mí, pero deduzco que no salió corriendo por eso, sino porque la gente de mi entorno no deja de discriminarlo, de ofenderlo, empezando por mi hijo que desde Nochevieja ni siquiera me saluda _ dijo, Guillermo abatido__.  No me importa que no esté recibido de abogado, o que  mañana deje la facultad y decida seguir siendo mozo si es lo que lo hace feliz, Beto vos sabes cómo te sentías cuando estabas acá para patear puertas, así se siente él, con el agravante de que se lo remarcan y que es mi pareja.

__Tonterías, nosotros lo vemos como el amor de tu vida.
__Ustedes, solo ustedes, pero lo cierto es que lo separé de su mundo, de su forma de vestir, de sus amigos y gustos, hasta escucha y come solo lo que yo elijo, le corté las alas, se  está perdiendo, y tal vez amarlo sea dejarlo ir.
__ ¡Y una mierda es dejarlo ir, Guille! _ gritó Gaby enfrentándolo__. Pedro elige hacer lo que te gusta por amor,  la abogacía le gusta, no está acá para patear puertas y vos también compartiste su mundo algunas veces, no creo en que lo manejes a antojo a punta de pistola.
Es verdad, dio un gran paso para estar con vos, el mismo al que me empujaste para que no perdiera a Beto, a mí, que pasé meses para saltar hacia mi amor, no me digas ahora que vas a dejarlo ir porque le haces daño, eso no es verdad, ni él ni vos podrían ser ahora felices separados.
__Guille, vamos a buscarlo antes de que se pierda, cree que estás engañándolo con Juan. Ya sabes cómo embromó Silvina, después Ana, deja de decir tonterías, todo lo que estás diciendo lo pueden hablar y negociar _ insistió, Beto__, si lo dejas o se va, no habrá vuelta atrás, y no queremos un jefe destrozado. Nunca te vimos como a su lado, pasaron un mes aun  con Fabián en contra felices en la costa, no me vengas ahora con esa estupidez de dejarlo ir que mañana  te vas a querer matar.

 Guillermo elevó la mirada y luego se incorporó lentamente.
__ ¿A dónde vas?
__A lavarme la cara, a llamarlo, no quiero parecer un nene culpable que corre tras él.
__Debe de estar en casa de los padres _ afirmó  Gaby aún enojada.

__No creo que sea tan previsible y no quiero ir al departamento y comprobar que está embalando sus cosas _balbuceó, Guillermo.

_ Guillermo, yo me voy, siento que te duela ese  muchacho, pero no creo haberme equivocado, no me arrepiento de lo que dije.
__ Vete al demonio, Juan, aunque seas mi amigo, no tenías derecho, ni a humillarlo, ni a juzgar lo que siento y menos a robarme un beso, ahora no quiero verte.
 __ Cuando se te caiga la venda de verdad, llámame, tengo ganas de seguir viéndote.
__Yo no. Adiós.


Ese último mes se levantó como siempre aniquilado pero sonriendo.
El café casi frío se atoró en el nudo que tenía en la garganta, allá en lo profundo donde otros no podrían notarlo.
Había batallado  días fríos como el hielo, días  donde tenía todo, menos las ganas ardientes de vivir.
Sus ojos nublados por lágrimas se perdían en libros y libros que no lo rescataban de una vida llena de muerte. Aniquilado,  miraba un pasado que no podía cambiar. Vivir sin Pedro era como haber perdido el alma, como tenerla amputada, y así era el dolor que sentía en el pecho, el peso que doblegaba los hombros, no había llamado, no había aparecido por el departamento, ya no sabía con qué excusa llamar a los padres, tampoco era factible ya dejarlo ir, simplemente era su aire y sin ese aire no podía respirar.
Dicen que hablaba solo, solo porque nadie lo escuchaba en realidad, invisible para los demás que corrían por la vida, esos que lo miraban sin mirar.
Había fantaseado con la idea de morir, de dejar el cuerpo sin alma  pero estaba encadenado a la vida como castigo tal vez de vidas pasadas, solo en aquella mesa... era un mar de lágrimas.
Hablando frente al espejo se preguntó: ¿cómo se vive después de la muerte?, respiró profundo y se respondió: no se vive, se sobrevive cada maldita hora, de cada desgastado día. Sin amor no se vive, y mi amor es él y solo él.
Su mente le jugaba una partida que no podía rechazar  pero tampoco ganar, en cuestión de minutos había pensado ya en morir más veces de lo que cualquiera pudiera contar.
Estaba perdido, aniquilado, pero no vacío, los recuerdos que no lo dejaban se clavaban en él como cuchillas, todo estaba listo, él volaría.
¿Cómo se vive?, no se vive,  mueres en silencio cada día, aun cuando sales a la calle y sonríes mueres cada día una y otra vez mientras respiras.
Su café no lograba cerrar la herida, en su mente se estaba dando por vencido, ya no quería batallas, ni amor, ni poesía, ya no quería esperar un día más.
Se vistió, se puso la máscara de la sonrisa, fue al doctor  y mintió,  le dijo que no dormía, regresó  al estudio con las pastillas, se sirvió una copa de whisky  y brindó a su salud y su olvido, dos nombres pronunciaron sus labios mientras el corazón se le detenía, se sacó la máscara de la sonrisa y una lágrima anunció la hora de su partida.
¿Tan fácil sería morir? ¿Sin siquiera dolor,  tan solo dormir y dejar de respirar?
De repente pensó que ya estaba muerto, que flotaba y observaba desde lo alto su cuerpo tendido inerte en el sillón, a Beto gritando, a Gaby llamando a alguien, a médicos manoseando, palpando su cuello, colocándole una máscara, la muerte, la calma, la agonía, el final del desamor, del dolor, pero algo no estaba bien, algo no era como lo había imaginado, porque de pronto abrió los ojos, y vio a su pecho subiendo y bajando, estaba respirando, sintió el latido del corazón, estaba vivo, no podía ser, pero estaba en su cama…  vivo.

__Guille, despierta, ¿qué se supone que querías hacer?
__ Pedro…
__ A Pedro lo dejaste ir según tu famosa fórmula, y después  te comiste un frasco de pastillas pero estás vivo y en tu cama, así que más te vale despertarte y buscarlo debajo de las piedras u olvídate que tienes amigos de verdad, arriba, vamos. Por si te sirve alguien me dijo que Matías estaba rondando  a tu novio, por lo tanto más vale que te apures, que ese se quedó con ganas con vos y puede que quiera ganártelo, según creo no es la primera vez.
__ ¿Qué dijiste? _ Guillermo se espabiló de súbito y se sentó, el techo la daba vueltas pero se incorporó ayudado por Alberto, en una hora luego de una ducha donde el agua terminó de barrer el aturdimiento, estaba vestido, y se deshizo de todos dispuesto a ir y encontrar a Pedro, ya no era la muerte una opción, esta lo había rechazado, tenía que dar con él __. Quiero conocerlo de nuevo, que me eche al piso, que me salve de nuevo, que sea ese chico alegre del hotel, mozo, empleado o  abogado, da lo mismo, solo recomenzar, solo volver a  la vida, solo con él.

Días después.

El día que lo conocí, intuí que esta relación iba a ser tan intensa como sorprendente. Nunca imaginé que lo sorprendente sería lo que me revelaría poco después de conocernos y menos aún que yo, esta persona tan lineal y reticente a las sorpresas, aunque estas estuvieran relacionadas a personalidades más que a situaciones, terminara fascinado con semejante revelación.

 Esta segunda vez lo conocí en una plaza en donde yo habitualmente finalizaba mi rutina deportiva amateur, correr por diversión digamos. Bajando las escaleras que me llevaban a la parada del micro que me devolviese a mi hogar, porque yo soy de los que van a cualquier lado caminando; etc. pero ni loco regreso de la misma forma. Tropecé con una caja de cartón aplastada y prácticamente caí sobre él que venía subiendo sin apuros los mismos escalones sobre los que yo me empeñaba en bajar sin rozar mis pies sobre ellos. Le pedí perdón y solo sonrió. Su aroma me resultó extrañamente agradable y familiar y  esto es tan así, que es lo que primero recuerdo de nuestro accidentado segundo encuentro. Olía a pulcritud y remembranza de tiempos buenos por vivir. “Valió la pena solo por tu exquisito perfume”, le dije a pesar de lo avergonzado que me sentía al verme expuesto ante la mirada risueña de los que contemplaron mi accidentado descenso. Él me contestó que opinaba lo mismo y el halo de misterio que supuso esa respuesta grabó en mí la segunda situación imborrable de ese momento, serían muchas más.
Le pregunté el nombre y me respondió: Pedro  en un tono sugestivo o cándido, depende cómo se mire u oiga. Yo repliqué  sin delicadeza  que si me podía decir el nombre del “perfume” que lo vestía tan exuberantemente y en ese momento él fue el que se sintió avergonzado, pero para aliviar el desconcierto generado, o para complicarlo más, le comenté que era muy bonito, pero que su aroma precedía a su belleza en lo que a encanto se refiere y extendí mi mano y me presenté  por segunda vez. Al contacto con su suave y fría mano, se acomodó la tercera sensación inolvidable en el ranking de los recuerdos especiales de ese día. No soy de los que pierden tiempo y le solicité que agendara mi número telefónico sin agregar palabras como: quieres, puedes, etc. Rebusques aprendidos en largas horas invertidas en reuniones de capacitación en  tribunales. Él obedeció y tras finalizar, le sugerí que si quería verme otra vez para salir o conocernos, me enviara un breve mensaje y yo me encargaría de lo demás.

Quince días después de ese encuentro, ya había perdido las esperanzas de que me llamara pero no el recuerdo de su aroma y de esos ojos que algo querían decirme ese día. Ese mismo día a la noche, recibí el escueto mensaje: “¿No volviste a tropezar?” Debo admitir que no soy tampoco de los que toman una chiste de esa clase con buen humor, pero con él hice una excepción, no es que hice, la excepción solo apareció por sí sola. Nos encontramos en esa misma escalinata a las ocho de la noche de un viernes cálido y más cálido fue el abrazo que nos dimos y que reforzó el tenue recuerdo de ese perfume suyo que aún llevaba encima sostenido por finos hilos de recuerdos que uno se empeña en no permitir escapar definitivamente. Teníamos muchísimas cosas en común y congeniamos al instante. Me sorprendió encontrar un muchacho fresco, sin dobleces y  tan divertido en ese envase de aparente fragilidad. Lo particular del embrujo de su aroma era que solo a muy corta distancia podía percibirlo, pero mi cerebro lo reproducía a la perfección en mi memoria, a pesar de la distancia. Durante gran parte de nuestro encuentro inventé cualquier excusa para acercarme a su cuello y regalarme un instante de gloria. Creo que él sabía muy bien lo que yo trataba de hacer y lo permitía y pasaba por alto mi tonta pretensión.
Unos meses después formalizamos nuestra relación pero no sin antes pasar por uno de esos momentos en que parece que todo va a volver atrás y que el futuro se torna tan oscuro que solo se puede mirar hacia el lado del pasado con cierta claridad. Dudas normales y humanas supongo.
Estábamos abrazados cuando yo le confesé que estaba perdidamente enamorado de él por segunda vez en esta existencia  y que poco a poco se había convertido en el motor de todos mis pensamientos creativos y de los otros también, por supuesto no se lo dije en esos exactos términos porque hubiesen sido muy confusos y poco románticos dada la situación emocional y física en que nos encontrábamos. De todos modos y a pesar de mi esfuerzo por sonar conmovedor, ese maldito toquecito varonil, empujaba mi sentir romántico hacia atrás. Pedro, como muchos, ni se inmutó y ensayó una respuesta acorde a mi intención.
Ese aroma que tanto me fascinaba se fue profundizando a medida que nuestras expresiones de amor transitaban por estrechos y jubilosos caminos. Muchas veces procuró frenar mi acercamiento intencional y ávido por lograr ese premio que de veras coronaba nuestra pasión, mucho antes que la forma tradicional lo hiciera. Notaba en sus ojos que entendía cabalmente mi apego a ese aroma maravilloso, pero de todos modos intentó vez tras vez detenerme y explicarme lo que yo a esa altura, ya sabía. Por mi parte, no estaba dispuesto a perder el embriagante embrujo de eso que se podría denominar como el pilar principal de lo que yo creía y creo, es el profundo y sincero amor que siento por él. Comprendía el alto precio que debía pagar pero no me importó. Varias veces meneé mi cabeza ante su intento de frenarme y él terminó rindiéndose. De todas formas una noche en que el rumbo de mis besos y expresiones de cariño buscaban saciar mi inagotable sed por el perfume que ya era el combustible que movía mis sentimientos más puros y también de los otros, se plantó con jurisdicción y me dijo que teníamos que hablar.

__ Necesito explicarte, advertirte – me dijo casi con la voz quebrada y los ojos llenos de preocupación.

__ Lo sé –contesté yo y repetí la expresión varias veces.

Creo que entendió que yo iría por todo aunque en ese movimiento hasta mi vida estuviese en juego. No abrazamos con una intensidad sobrepujante y luego el interminable beso. “Estoy listo”, le dije sin siquiera un ínfimo asomo de duda ni temor. Me recosté sobre su hombro, entregado y dócil, poniendo en el primer estante esta muestra de amor supremo, sabedor de que la recompensa sería difícil de describir, a menos que uno pasara por esta inigualable experiencia. La explosión de aroma me elevó a las nubes y me crecieron alas y atravesé el fuego sin percibir nada negativo en el acto. Las coloridas estrellas parecían explotar frente a mis ojos, mientras la imagen de su rostro curaba mis antiguas heridas.
Desperté del maravilloso viaje sin mucha conciencia de lo vivido, pero completo en el mundo de los sentidos, mis sentidos. Se acercó y seco mis lágrimas con una ternura infinita y me besó la frente con un beso nuevo y a la vez esperado. Pronuncié el “te amo” en la desazón de mis tiempos. La debilidad la manejo pero sin recelo, los orificios en mi cuello, bien los disimula su nombre tatuado más profundo que bajo la piel.

__Perdón amorcito, perdón por todo, nada de lo que viste es como creíste, ellos, ellas son solo mi pasado, reía con Juan de anécdotas de otra vida en la que no estabas, y lo que dijo son estupideces que en nada tienen que ver con lo que siento. Si quieres ser mozo, albañil o carpintero, ir a recitales de Rock vestir con colores vivos y bermudas o chupines, me importa la nada misma, te amo, y no hay mundos diferentes que puedan contra el amor que es lo único que importa.
__Guille…
__No, déjame terminar, o recomenzar mejor dicho, esto ya me lo dije una y mil veces cuando nos conocimos, intenté no amarte, pero es algo que no se elige y  yo solo puedo amarte a vos y sin vos de nada vale lo que tengo o la profesión que tenga, el dinero, ni siquiera mi hijo. Me volví loco cuando te imaginaba en brazos de Matías, no podría soportar que hicieras el amor con otro, solo ese es mi límite y yo no te he sido infiel. ¿De veras estabas saliendo con él? ¿A dónde estuviste viviendo?
__La noche que salí del estudio estaba  herido, enojado,  y fui a un bar, creo que tomé de más y estaba sí Matías, pero solo me llevó a casa de Diego, y luego no he vuelto a verlo, no pasó nada con él ni con nadie, paré en lo de Diego, pero le pedí que no lo dijera ni a mis padres, y no lo hizo, estaba también enojado, ya sabes que te quiere pero lo asaltan las dudas a veces. Perdón, apagué el celular, al encenderlo y ver cientos de llamadas y mensajes me sentí un chico tonto, pero… no quiero hacerte daño, no quiero que pierdas amigos  o a tu hijo por mi causa, por eso me alejé.
__Ellos no pueden decidir que te ame o no, soy un hombre grande y no tendré otra oportunidad, sos vos y nada más que vos, pero fui egoísta porque en verdad no tengo más experiencia que vos en esto del amor, me comporté como tu dueño más que  como tu pareja, par, a la par, y te moldeé a mi imagen y hacer,  no es lo correcto, no tienes que perder tu alegría ni tu forma de ser por mí, porque de ese Pedro que sos en el fondo me enamoré.
Hice mil locuras, dejé nuestros lugares porque no estabas en ellos, intenté envenenarme con pastillas y no morí, escribí cartas,  un libro, miré tus fotos,  nada funcionó que no fuera seguir aferrado a que te iba a reencontrar.

Guillermo aferró el rostro de Pedro entre sus manos y clavó la mirada más allá de las retinas.

__ Se requiere hoy día y siempre de entrada diría dos personas maduras y con fuerte autoestima personal, no importa la etiqueta sea novios, amantes, amigogovios,  esposos, o cualquier otra etiqueta, lo importante es lo anterior, esa persona individual que se ame a sí misma y como segundo paso si así lo desea pueda amar a otro ser, el problema es que la mayoría de la población es inmadura y entra a la relación desde visiones miopes de elección, en el hombre, que la mujer sea guapa y la mujer que el hombre sea solvente económicamente como las principales programaciones. Y entre dos pares, toda clase de juicios ajenos sumados a lo personal.
De tal forma que entrará la relación bajo esta inmadurez y estas programaciones además desde sus propias vulnerabilidades o heridas de niñez, como ausencia paterna, sumisión, machismo, baja autoestima y demás, y eso es lo que llevan a la relación.
En una forma superior deben ser maduros con buena autoestima y que elijan a la personas por sus valores y cualidades validadas sistémicamente,  que fijen acuerdos sobre todos los aspectos de la pareja, roles, trabajos ,hijos, hobbies etc., bajo la base común de respeto, confianza, igualdad, independencia, para qué interdependencia, cosmovisiones compartidas, comunicación profunda y concreta, responsabilidad, que sean prioritarios el uno para el otro, que se dediquen tiempo y atención, que  para ambos se satisfaga su sexualidad acordada y que los conflictos se resuelvan con toma de acuerdos compartidos siempre hacia el bienestar de la pareja y no de uno solo de los integrantes, empatía, saber escuchar al otro y todo esto no solamente dicho, sino lo más importante demostrado diariamente en conductas, vivir en pareja es un arte y como todo arte se debe desarrollar.
Estos serían los principales elementos a cubrir para vivir y convivir armoniosamente en pareja.
Te perdí y recién vi todo claro, cosas que antes jamás me planteé porque nunca amé a nadie. Dame un beso, que te contaré una historia, no estuviste en casa de Diego, lo sé.
“Se llena de rocío de una caricia fina,  se llena de luz y el alma espera hasta que en mi piel
amanezcas. El camino a tu boca  es sendero por tu piel, flor de papel,   linterna y oscuridad  y al amanecer ansias de amar.  Del camino eres dueño de mis pasiones estrella, agua fresca, infinita humedad voy del cielo a la tierra  y estás donde me faltas, camino a tu boca donde  siempre quiero estar. Bésame antes  de que amanezca, siénteme que soy de tu tormenta. Déjame amarte en mi soledad  que si me lleno de distancias  me matará mi realidad”.

Caminaba por la senda sin pensar, sin caminar, sin esperar nada salvo el paso del tiempo que se aceleraba año a año a medida que mi soledad reaccionaba más violentamente contra el sentir de este corazón que hoy caminaba casi sin vida por la senda. Cada tanto observaba las parejas y ese desconocido intercambio, supongo que de muchas cosas, pero todas ellas me eran esquivas por lo menos en dejarse compartir, caían invariablemente en el hoyo de mi destierro del reino del amor correspondido. Los miraba con anhelo y dulzura, trataba de imaginar que ellos eran conscientes del tesoro que poseían. Así trascurrí cincuenta vacíos años cielito, solo, como espectador objetivo de la felicidad de otros que yo me sentía incapaz de poseer o experimentar.
Te voy a contar una historia, algo que me llevó a vos.
 Hace pocos días en el departamento  agaché la cabeza y vi el trozo de papel que parecía flotar esperando  que mi mano que lo tome. Así lo hice y para mi sorpresa era una foto, una foto de un ángel que tomé en la playa. Pasé la mano por la misma para quitarle la suciedad y bajo el farol pude ver lo que ese pedazo de papel me ofrecía en forma de premio mayor. El hombre que posaba distraído en la imagen era algo que me devolvió por unos instantes la sensación de oír los latidos de mi endurecido corazón. No sabría decir si era belleza o sí, pero no en la forma tradicional. Yo lo miré a él y al ser subyacente, belleza de rasgo sensorial, los ojos, cuando pude concentrarme en la mirada, ahí  el hombre explotó y se despegó del papel, nada podía contenerlo. Pensé que estaba sufriendo un ataque al corazón pero solo era amor, me había enamorado de lo que unos ojos transmitían, de lo que imaginaba ese ser cargaba sobre sus lomos.
Este hombre había encontrado algo más que una sencilla foto. Aunque no lo sabía aún, había encontrado la fuerza motora que lo empujaría a rebasar los límites de toda índole, a vivir ahora de verdad con una meta autoimpuesta que no iba a cejar hasta alcanzarla, aunque en el esfuerzo perdiera la vida o algo peor. Esa noche en la soledad acostumbrada, a la luz de la lámpara para leer, pensó en él y se atrevió a soñar y lo hizo con los ojos abiertos y cerrados también. La delicada y casi imperceptible escritura de  hombre al dorso de la foto le daba la razón, era un ser particular. Esta rezaba: “Te envío esta foto para que sepas que este hombre una vez tuvo un corazón, ese que tú despedazaste” y una dirección extraña. Este solitario ser soñó el sueño perfecto y despertó siendo otra persona, había decidido encontrar al hombre que había perdido poco después de conocerlo, cuando había despedazado su corazón sin piedad.
Día a día observaba la foto e incluso se la mostré a mis amigos, si es que eso eran realmente. Quería su opinión, que la miraran y me dijeran si ellos veían también  al hombre que traspasaba la imagen y uno a uno dijeron tibiamente que era interesante, que no era feo, que era raro. Les rogué que miraran sus ojos con detenimiento y experimenté el cambio en ellos, el mismo que yo había sufrido, y hablaron de otro ser, de otro espíritu y me entendieron. Uno de mis amigos se ofreció para encontrar a qué lugar pertenecía la dirección en la foto pero lo detuve, le dije que no era necesario, que estaba bien ya. Nunca supieron que mi plan de búsqueda de mi ser perdido ya estaba en marcha y no se iba a detener.
El día que decidí escribirle no lo recuerdo bien pero la mañana que lo hice, jamás podría. Era un pedazo de adrenalina yendo y viniendo. No escribí mucho, no soy bueno para eso. Solo lo necesario Escribí: “Encontré una foto tuya en la calle en mi ciudad. Cuando vi tus ojos, tu mirada, supe que los dos nos habíamos equivocado en la vida, que yo soy para vos y vos para mí.” Le conté acerca de mi soledad y de que él me había dado esperanzas. Fui al correo ilusionado, tonto de amor y envié la carta. El muchacho que atiende buscó el código y me explicó que se trataba de una pequeña localidad en una provincia de Chile. Había pasado más de dos meses desde que encontré la foto y mi búsqueda por el dueño de mi atención marchaba rumbo al oeste arropada en un sobre lleno de ilusiones.
Los pedazos de corazón de este hombre a pura ilusión, se buscaban entre sí como queriendo reformular el órgano que agrupa el sentir pues el que latía funcionaba a la perfección. Noventa días de mirar la foto de noche y soñar despierto todo el día. Seguro estaba de estar leyendo aquella mirada en el idioma adecuado. Pensó en el desastre también, en la sequedad de la respuesta, en el revés siempre presente hasta ahora en su vida, pero todo a su tiempo, tiempo que se agotaba con cada nueva salida del sol. El timbre sonó dando comienzo a la arritmia de golpe en falso, de la desilusión en medio de la esperanza y al contrario. El solo acto de llegar a la puerta y atender la esperada voz del mensajero, se convirtió en un ritual  tremendo de pensamientos alineados con férrea lucha y el dolor de no ser correspondido. Por fin extendió su mano y fue depositado en su palma, como por un extraño ser sobrenatural, el tesoro que dirimiría la lucha entre la vida y la imagen opaca de esta.
No pude esperar encontrar la tijera o el cúter solo la rompí y eso que soy de los que a fuerza de soportar reveces me manejo con suavidad y cuidado. El perfume al abrir el sobre empataba con los ojos  del hombre que se había transformado en mi vida, y mi vida le cedió el asiento.
“Si esto no es un bosquejo delineado perfectamente por un burlador de planos que desconozco, si tu carta sí realmente pertenece a la otra mitad de mi corazón, si mi foto de alguna manera llegó a un destino cierto aunque figurara otro en el dorso, yo te espero amor, como siempre, te espero acompañado de mi triste soledad. A nadie más dejaré acceder, solo a vos.  Ilusión.”

Me senté tratando de recordar qué hacer para respirar, sabía… sabía que resultaría así. “Ilusión… Ilusión”, repetí hasta el cansancio. La respuesta la envié dos días después de recibir la de él y solo decía que me esperara el tiempo que  fuera, que estaba en camino.
Este hombre que trataba de despegar la soledad de su alma, que se ensañaba en mantenerlo sujeto a su apenada vida, partió de su hogar un viernes al amanecer rumbo al encuentro de Ilusión, a encontrar al hombre que le era esquivo desde hacía ya tanto, del hombre feliz y enamorado. Llevaba un bolso con alguna ropa y los bolsillos llenos de esperanza y seguridad.  Miles de  kilómetros lo separaban de su amor, de Ilusión, pero él solo veía el charco a saltar, la cordillera a sortear. Caminó y camino, día tras día, pero el esfuerzo valía la pena, era necesario. De día caminaba y cansado dormía, trabajaba para comer y seguir viviendo. Noche tras noche meditaba en la imagen que lo impulsaba a seguir con fuerzas renovadas cada día. Cada mes le enviaba una carta a su amado, a su Ilusión, contándole de su viaje, del paisaje, de cómo se guiaba por la luz que irradiaban sus ojos en aquella foto recogida en un simple sendero por un simple hombre.

“Número cinco.
Querida Ilusión:
Estoy por entrar a  Chile, ya he recorrido gran parte del viaje que espero me deposite en un lugar de descanso y refrigerio emocional. Vehementemente pienso en nosotros dos, repaso una y otra vez las conversaciones que  hemos tenido y eso me da fuerzas. El frío y el calor, el hambre y el cansancio no hicieron mella en la esperanza, todo lo contrario. Imaginarnos juntos es el combustible que me mantiene con la vista fija en la meta, fija en vos y en mí. No han sido fáciles estos meses pero bien lo valieron, mi vida, nuestra vida lo valen.
En camino…
El que busca la ilusión.”

Cinco meses llevaba el hombre caminando y haciendo las cosas afines a la humanidad: trabajar, comer, pensar, dormir etc. solo algo lo diferenciaba, era el espectacular empuje con que una simple foto lo había dotado, no por el cotidiano hecho de buscar el amor, sino por la particular epopeya de encontrar en este viaje a “su” amor y al hombre que una vez pensaba ser. Un solo pueblo lo separaba de algo que ahora y por primera vez lo atemorizaba, el miedo que proporciona la cercanía, la proximidad. El telón estaba por bajar y él enfrentaría el resultado de esta locura de amor aunque en eso se fuera su propia vida o ganas de vivir. Pensó en el mañana cercano, en verlo a los ojos, volver a sentir ese perfume que su carta ya no tenía pero que él se esforzaba por retener. Esa noche lo pensó durmiendo o se durmió pensando, daba igual.
Pregunté por la dirección muchas veces, el idioma lo había aprendido en tránsito, por necesidad y tiempo. Doblé una esquina cualquiera, un sendero más pero este no lo era, era tal vez mi último sendero. La policía y un gran grupo de personas reunidas me llamó la atención y un helado rayo de terror me atravesó por el cuerpo y el alma. Me acerqué cauteloso, casi temblando. Era su casa y estando ya a metros de la vivienda, emergen de la misma unos paramédicos que dirigían la camilla hacia la ambulancia. Pregunté qué sucedía y una mujer mayor me comentó que  el dueño de casa había fallecido, que era una tragedia. Pude ver cómo mi espíritu comenzaba a hacer las valijas y las piernas se hicieron de papel. “¿Quién era?”, inquirí desesperado. “Mi vecino, un muchacho  que había sufrido mucho”, me respondió y se fue con su cabeza gacha y la tristeza en sus ojos que imaginé igual a la mía. La multitud se disipó y me paré frente a la casa, quizás esto sería lo último que contemplarían mis ojos.
El hombre, el caminante del amor, la imagen del que alguna vez fue, parado frente a la casa de su última ilusión siente como esos pedazos de corazón que una vez se unieron para encontrar  al dueño de esos ojos y mirada que vio tirados en un sendero cualquiera, un día cualquiera, lentamente se comenzaban a separar y el dolor aparecido, lo confundió con la muerte misma. Hemorragias masivas y ni gota en su exterior. Pudo ver a su otro ser emprender el viaje final dejando parado frente a la casa de ilusión, solo un trozo de carne muerta en vida. Recordó el puente, el de esta mañana y ahora esa sería su meta final. Se acercó a la puerta e inspiró tratando de rememorar ese perfume que consumió el cansancio mientras viajaba y lo sintió de nuevo, en todo su esplendor. Entonces un tropiezo con un cartón, una voz:
“La ilusión es lo último que se debería perder” susurró la voz en su espalda, voz que correspondía con el perfume, con la mirada, con la ilusión. El hombre cansado sintió la mano rozando su hombro con una ternura inexplicable. Y no entendió lo que él le dijo: “No era yo”. No quiso darse vuelta para no romper la epifanía, la imagen que pensó, solo estaba en su mente. Otra vez escuchó: “No era yo, el pobre que murió no era yo” intempestivamente se dio vuelta y vio cómo la foto amada se había materializado. “Ilusión” solo pudo decir y se dieron el beso más suave y maravilloso que una pareja de enamorados pudo alguna ver retratar en medio de un paisaje común de cuidad común, con dos personas que no eran más que eso, almas comunes que sabían, se pertenecían una a otra y se besaban a un número de la casa de  los dos.
__Me encontraste mi amor, y esa es la prueba de que el amor es más fuerte que toda diferencia, no sé si necesite muchas cosas de antes, pero te prometo que a partir de hoy, si algo me molesta te lo diré, sí, no es necesario que me encierres por celos porque no puedo ver a nadie que no lleve tu rostro, es todo lo que te pido.
Espumas impregnadas de fragancias exhalan de la lumbre de tus besos, ensueños de ricas añoranzas que colmas con tus pétalos traviesos.  Cuando me atacas en vilo desde las cumbres de tu umbría, al fundirme en el delirio en el laberinto más frágil.
Esbelto, enhiesto y exquisito entre cadenas enervantes del deseo, me das lo que jadeante necesito al estallar el espumoso  deseo. Cuando las espinas se entrelazan al fragor extenuante de los tallos, sin treguas ni desmayo,  donde humillas tus vasallos... Y ante ti rindo las banderas y me entrego a la lumbre loca de tu  secreto, cuando el cielo grita
desbocado y loco por tus  montes y llanos cuando la noche ladrona arropa a los amantes que se convocan.  Al encuentro más tórrido y bello que tiene el sello del amor, temblando del sentir crujiente en el dulce vaivén de la corriente.  Esta noche mi pulso se acelera
con el roce fatal de tu mirada.  En un tierno placer, sin hacer nada me desnudas ¡qué larga que es la espera! La presión en los cuerpos va hacia fuera y de pronto me siento adormilado.
Sin aviso me siento yo inundado cuando aprietas con fuerza mi cadera.
En la noche responden los gemidos,  ya  tus manos descansan en mi pecho.
Se hacen uno los latidos en el lecho y caemos en dulce somnolencia.  Nuestros cuerpos reclaman los derechos en un trance fatal de pertenencia.  Cuando tus ojos me miran,
mi alma enloquece y mi mente  contempla momentos intensos, porque tu mirada
tiene una magia especial, tus ojos me han cautivado desde que los vi, por eso, aún siento en mis labios, el sabor de tus besos, y mis manos tienen grabado cada recoveco de tu cuerpo,
cómo olvidar esas  noches de amor intenso y de charlas hasta la madrugada, cómo olvidar el calor de tu pasión, que tan solo de recordarlo, el fuego comienza a recorrer mis venas,
sabes  que nací solo para amarte, pues antes de conocerte, ya te amaba, te extrañaba  y contigo soñaba, porque tú ya eras parte de mí, por eso  ser de mis sueños sabes bien, que hoy no podría vivir sin ti.
Vivo atrapado en un sueño,  un sueño totalmente inocente,  pero que me hace perder, el camino de la realidad, vivo atrapado en un sueño, que tiene grabado tu nombre y busco tus ojos, porque ellos son mi refugio,  por eso deseo perderme en tu mirada, quedarme a vivir allí y son tus labios los que me han hecho  prisionero del deseo de besarlos, mas solo sé que te necesito, porque eres ese manantial que me da la vida, por eso vivo totalmente atrapado  y enloquecido en mis sueños, en esa utopía que mi mente creó, en esa fábula que yo desarrollé, porque en ella, solo en ella puedo tenerte conmigo y sentir como tu candente piel,  puede y es capaz de cobijar mis múltiples deseos, por eso, muero cada día cuando amanece y tú no estás a mi lado, mas renazco de mis cenizas, como el ave fénix, cuando cada noche nuevamente tú me visitas en mis sueños.  Será que tus labios yo pueda besar, será que tus ojos me pueden mirar, será que tus manos encajan  exactamente en las mías, será que si nos decidimos  a estar juntos por fin frente a frente noche y día, entonces el cielo podamos tocar,  entonces el amor no pueda acabar y entonces estemos de pronto, viviendo en el paraíso  disfrutando de nuestro amor.
Qué tal que si realmente queremos, qué tal que si realmente  nos arriesgamos y dejamos a un lado los miedos y hacemos por fin realidad todo lo que siempre soñamos, todo lo que siempre deseamos, todo lo que siempre quisimos.
Quiero que sientas esta noche el pecado, el acero por tu piel atándote las manos,  me saciaré con tu cuerpo en cada bocado que vengo con hambre de actos paganos. Que sea la lujuria presa de la condena, el juguete del destino que se sacia bajo ese yugo de mi cadena susurrando el placer con el que penetras.
No me tengas miedo, arrodíllate a mi vera, abre tu mente, tu boca, ábreme tus piernas y disfruta de la cesión que te concediera un sinfín de las posturas más modernas. Siénteme en tus brazos, tu cuello, tu lengua, siente mis dedos sujetando firme tu cadera atizando con fuego la llama de esa fragua que su hoguera no se apaga aunque quiera. En cada suspiro será para mí la gloria si arde más de lo que un día hizo pues en solo tu mirada siento que quema
y en ese infierno deseo prender la epopeya. Porque estaré perdido metido en tu cabeza
ordenando a tu castidad quedarse fuera que hoy en esta iglesia a la pasión se reza con un delirio de gemidos que nunca viera. Siente mi voz, mi aliento sin más esperas, que mi boca está  sedienta a toda la entrega de la experiencia amor que adquieras aquí que verás como tu alma a la mía nada niega.  Y al acabar la dulce obra me llamarás artista  ansiando en despertar para pecar, para que una vez más este calor nos someta con el encanto de gozo al que hago promesa.
No existe nada prohibido entre tu cuerpo y el mío, no existen límites, todo está permitido.
Estoy perdido, en este  sueño loco de besos tiernos, cálidos sin condiciones, es un caudal imparable  de sensaciones. Que provoca a mi frágil alma gima y que mi rostro sonría, el frescor del viento deshoja mis deseos en alegoría. Y me invita a profundizar  en las auroras de mis ensueños, al amor sin palabras, al calor del ocaso en el eterno estío de mi pasión.
Al dulce romance de mis quimeras, la vida es tan corta,   me cubro con el manto del amor y persisto en mi aventura.
 En la soledad de mis noches, soy el silencio que no te olvida, soy el aire que te piensa, soy la carne que te siente, soy los labios que te esperan, y soy tu soñador, tu niño enamorado  que cuenta los tiempos de ausencia, el que nunca se cansa porque sé que está por llegar ese día soñado por los dos.
En la soledad de tus noches sueño con el abrazo de tus brazos, pero no tengo tu mirada para perderme en ella, tampoco tengo tu presencia en mis mañanas, pero encadenado tengo tu recuerdo atado a esa sombra de ti que me acompaña en esta soledad cruel que va minando mi alma, donde en sus oquedades resuenan tus palabras y anhelos, me falta la mirada profunda de tus ojos, ¿sabes amor que guardo tus palabras y a la vez nada tengo?, guardo tu sonrisa y la forma de tu boca en mi retina.
No te buscaba, y menos te esperaba, las caricias regaladas que salían de tu mirar me producían ternura y a la vez esa locura de sensación ya olvidada de rubor de  enamorado surgía de mis adentros, me hablabas y no encontraba el momento ni las palabras, ni el momento de hablar, tu mirada me cortaba la respiración, mis pulsos me ahogaban, faltándome el aire , y algo me quemaba en mi alma, en mi primavera de nuevo había colores, de nuevo un cielo azul cubría el jardín de mi vida. Contigo de nuevo la vida.
__Ardo por vos en deseos, deseos de tomar tus manos,  amorosamente cálidas en las mías,
deseos de acariciar tu rostro, delinear tus facciones ansiadas,  deseos de besar tus labios,  conocer al fin su paladar.  Deseos frustrados tal vez,  el destino niega sus favores,  las estrellas sin sentido corren por el firmamento inalcanzable, reescriben mi astrológico infortunio,  la condena de mi corazón. Gritos de rebeldía  surgen de mis entrañas  escupiendo al destino en la cara,  ignorando los astros y sus caprichos,  en mis manos está mi ventura, como marquen mis deseos. 
Tomaré tus manos,  acariciaré tu rostro,  besaré tus labios,  tal vez ni hoy ni mañana  pero llegaré a tu lado para amarte libremente  mientras vos me ames. Llegaste a mi cuerpo sigilosamente, primero con sutileza saludando una que otra vez de lejos, luego ya cuando te presentaste tu cercanía me inquietaba, me ponía de nervios, esa confianza tuya de tomarme la cintura y saludar con dos besos.
Tu olor al acercarte me provocaba, ya me había fijado en tu aspecto, en tus manos tan suaves y me atraía esa carita tuya de niño malo, tu risa pícara y descarada me apasionaba, el solo rozar tu piel me producía una descarga de electricidad.
Cuando quedamos en esa cita que me tomó por sorpresa, créeme por dentro ya me sentía tu presa, pero tenía miedo o quizás era la anticipación de saber la atracción que me causabas, me excitó tu voz al momento de pedirme que te acompañase.
Pasamos a mi despacho y no pensé que fuera a caer tan fácil, me tomaste por sorpresa, me abrazaste por la espalda y me besaste, esos besos fueron mi perdición, disfruté cada toque, cada beso, cada caricia y la rapidez y habilidad para tenerme como querías, bebí de tu semilla, me besaste hasta la sombra, me hiciste sentir cosas en lugares que yo mismo no sabía que podías excitar, esa manera tan tuya de poseer mis sentidos es lo que me tiene loco, no hay nada que no se nos ocurra,  que dejemos de hacer y juntos descubrir…
Ese primer encuentro no se me borra de la mente y me gusta hacerlo contigo cada vez que estamos solos, en los sitios menos pensados, nos saltamos todas las reglas de moral y de principios, pues nos hemos amado y aún a este tiempo no encontramos alivio a este delirio de poseernos cada vez que podemos.
__Estoy ahora mismo esperando que llegues por mí, pero me he asegurado que no haya nadie más en la oficina, porque es seguro que me tomarás en esta misma mesa de donde escribo y que si no lo haces tú, seré yo el que te posea, el que haga de ti mi presa.
Hablaré de todo lo que siento, hoy no callaré nada, solo dejaré todo estampado en tu piel,  la ardiente noche que viviré en ti.  Te invitaré a un juego donde dejaré  toda la sensualidad y lujuria que jamás  podrás olvidar y dejaré que tu pasión nos tome y nos envuelva a los dos.
Dejaremos todo listo para esta noche,  entraré en tu alcoba, besaré tus labios,   te susurraré que están listas las cuerdas  y las esposas para comenzar una noche  sin fin.  Amor será una entrega total sin miedo,   déjame enredar mi lengua con la tuya,  dejemos que nuestros cuerpos se eleven  en el deseo más lujurioso y bello del amor,   deslízate con tus labios hasta mis muslos haciéndome sentir  en tus brazos.
¡Oh! mi cuerpo tiembla al ver tus labios en mi sueño lujurioso en tu cuerpo, verte en mí sin miedo. No puedo callar mis deseos en este atardecer quisiera besar tus labios ardientes una vez más  antes que termine este sueño, decirte que mis  poros sudan al ver cómo te enredas en mí, te amo como eres, Guille.

__Enloquece los gritos del recuerdo en los vientos que soplan sin rumbo, tu boca enmudece prisionera en las cárceles de tu conciencia, intento abrazarte pero columnas de dudas me impiden llegar a tu verdad, lágrimas ocultas por tu inocencia me ahogan en las locuras de mi culpabilidad. Escucho el sonido de lamentos, que susurran como lenguaje en mis oídos, mis manos adormecidas se congelan en los inviernos de tu piel, cuerpos que yacen por la fuga de deseos, alimentando los fantasmas del vacío en nuestras almas. Perdimos la batalla ante la sequía de sentimientos, se apagó la llama del amor, el orgullo nos traicionó, olvidamos las sorpresas que hacen callar las rutinas, nos faltó el te amo, y ahora deambulamos sin destino en las penumbras de la oscura desolación, respirando el dolor que habita en las tierras que callan por el llanto de un silencio.
__Nos perdimos por tonterías y nos volvimos a  encontrar y esta vez, vengo a entregar el corazón, solo deseaba otra oportunidad, quiero regresar a nuestro hogar porque lo es, y seguir estudiando porque es lo que me gusta y deseo, y trabajar, intentaré que no me llegue el comentario ajeno, ni los celos  por esos hombres que ni siquiera conozco, al fin de cuentas pertenecen a un tiempo en que no creías en el amor, en que no entregabas el corazón, en que solo deseabas sexo a cambio de un rato de compañía.
Tengo ansias de tu cuerpo, donde desvisto las noches, cómplices de mis deseos. Madrugadas donde vuelas, en lo gris de tus dudosas ilusiones, tus alas se congelan en la brisa de tus indecisiones, amainando lentamente hacia el abismo. En el frágil destino de tus pasos,
yacen las cenizas de tus sueños, dejando en penumbras, nuestra fantasía de amar...
 Y ansío tus misterios en lo oculto de cada palabra, que susurra como lenguaje mudo en los espacios secretos de la nostalgia, donde caminamos entre recuerdos, de placeres olvidados. Y sigo con la ansiedad, de amarte con pasión, en busca de tu rostro  en los retratos del tiempo, donde aún respira aquella esperanza en mi silencio. Tus besos cargados de tanto placer me llenan cada instante de un mar de deseos que irrumpen en mi soledad con tal fuerza, que mi calma naufraga en los mares húmedos de tus labios con un frenesí a seducción, tus besos llenos de tanta pasión hacen que me pierda en tormentas sin destinos en mi camino que me encarcelan en el tiempo, provocando la ausencia de indecisiones y desprecios, limpia los dramas de mi mente, tus besos son antídotos que curan todos los enigmas y dudas de neuronas que se multiplican cuando sienten paz, y vuelan como ráfagas de vientos haciendo sentir el fuego en mi cuerpo, tus besos que destilan por mi piel un veneno deseado que me asfixia, y logran conectarme con la fragilidad del cristal que separa la vida de la muerte, tus besos conquistan mi cuerpo seguiré perteneciendo a ellos,  sin ellos entraré al mundo infalible de la resignación, tus besos acarician ese espectro de sentimientos que respiran intensamente en mi interior entregándome a las profundidades de sus misterios, prefiero esclavizarme eternamente de ellos con tal de tenerlos cerca de mi cuerpo.

__Vamos al departamento, dejaste todo, y así está, vamos a ese hogar precioso.
__ ¿Y Fabián? _interrogó, Pedro.

__Lo he visto apenas un par de veces por azar, apenas me saluda, vive con Ana, no quiere hablarme,  no es con vos, es conmigo, con mi elección, supo que no estabas a mi lado.
__Guille, trata de hablar, él te ama _dijo, Pedro mientras caminaban de la mano, del estudio al departamento.

__No pienso suplicar que comprenda, no soy ni enfermo ni es pecado lo que siento, Pedro. Le he dedicado años, hoy es un hombre, él hará su vida y se irá con quien lo haga, y yo  no pienso quedarme solo esperando a la muerte, no importa si quiere regresar o no, solo importaba que vos regresaras, que de alguna manera dejaras pistas para que volviera a encontrarte.
__Guille, no…
__He pensado en poner la herencia, los hoteles de algún modo a su nombre, no es lo mío, ni me gusta, soy abogado, solo siento propio el estudio, y solo para ello pienso citarlo.
__Me parece bien, si es lo que deseas, ¿lo aceptará?
__No lo sé, espero que sí, algún día tendrá hijos, tal vez sea bueno tener un negocio en marcha, dudo que con lo inestable que es se reciba antes de casarse, pero ya lo hablaré, más adelante, no es lo urgente, eso es nuestro amor, los meses perdidos por esa estúpida visita de Juan, que de veras es solo un amigo que alguna vez fue mi amante, que quiero porque fue bueno, me trató con profundo respeto, pero lo que dijo el día que huiste fue un insulto no por el contenido que sé no te molesta sino por la forma, usó el mismo sentido  que mi hijo, y no lo admitiré, de nadie.
Amarte es un sueño hecho realidad, es realmente sublime poder encontrar  a un hombre como vos de buen corazón... Te amo, sí, te amo y te sueño, te sueño incluso  despierto, todo el tiempo estás en mi pensamiento,  estás en mis proyectos,  en el alma que te ama con más fuerza, en mi mente siempre estoy hablando con vos,  en mi corazón que late por vos
y se acelera al sentirte,  nunca pensé que el amor  provocase estas alteraciones, nunca me apartaré de tu lado, de tu camino, este bello sentimiento me llena de alegría,  de ilusiones nuevas cada día,  pues con vos  encontré el amor que siempre soñé, dueño de mi corazón,
no bromeo cuando digo  que mi vida está en tus manos.
Cuéntame cuántos besos  caben en mi espalda, téjeme la piel con tus  caricias y borra las
cicatrices que dejaron  otras pieles. Despierta mis tímidos deseos, para convertirlos en un
texto sagrado, donde  cada noche rindas culto en el umbral de mi santuario.
Empapa mi alma con una mirada, te prometo que mis  ojos desnudarán mi interior para  que navegues en mis profundidades y me lleves más allá de los mares.
Trato de no escribir una letra más pero el impulso y la fluidez sobre cosas que ocurren en esta vida y en especial sobre sentimientos ocultos en las profundas y turbias aguas del océano de cada corazón de las personas es algo inevitable para mí. El corazón es muy difícil de entender, solo llegamos a conocerlo en el final de nuestras vidas,  en el ocaso y triste momento que es la muerte, porque es ahí donde recorremos todos los pasajes buenos y malos vividos en este mundo y nos preguntamos si dimos todo el amor necesario y a la persona precisa que nos llenó hasta la saciedad de cariño y respeto con sus tratos, con su delicadeza y por sobre todas las cosas con su buena voluntad y mucha sinceridad. Todos somos muñecos y maniquíes del diablo, nunca seremos perfectos, pero nunca tendremos miedo de enfrentar cualquier problema por muy grave que sea y salir adelante como salen los valientes, los que tienen derecho a vivir en este mundo corrupto pero a la vez hermoso y lleno de vida. Intenta amar y buscar la forma y el misterio que nos amen, ese misterio que uno nunca sabe expresarlo, ni transmitirlo en cualquier momento, sino en el momento preciso que existe amor, en el momento que sientes el latir de tu corazón como campanas de navidad, como campanas que te anuncian la llegada de un nuevo día para luchar, para continuar luchando por lo que quieras junto a las personas que desees y nunca arrepentirte por abrir tu corazón al mundo que siempre estará ahí esperando más de cada uno de nosotros. No temas por la muerte que es segura, témele al miedo que es un sentimiento aterrador e indeciso en la persona que lo siente,  amor es amor y miedo es miedo, eso está bien claro, como está bien claro que amar es querer y querer es poder, el destino es impredecible,  hoy estoy  con lo que me nace de mi entrañable y modesta alma,  pero mañana pudiera estar en el cielo evocando como un ángel que sean bendecidos todos los hombres de bien que habitan en la tierra. Mi vida  sos vos, y vos sos yo, y yo... ¿Quién soy? Es un misterio que abunda y recorre cada rincón, cada momento,  soy el aire que respiras, soy el agua que corre por las cauces de un río, soy los pasos firmes por las calles, soy el alba que baña las rosas cuando amanece, soy algo que siempre estará ahí y que nunca verás porque sentirás el temor de perderme si me ves o me tocas, porque siempre seré el ángel guardián de ese sentimiento sagrado que responde al nombre de Amor.


Dejemos las noches para los que se aman en la oscuridad, de techos estrellados, se llenen de besos dulces de amor. Que sus cuerpos, se quemen buscando sensaciones que en sus cuerpos ávidos de amor logran descubrir, su amor para la eternidad.
Que son de los amores que no se buscan en el firmamento su estrella, encontrándose en sus corazones que laten como los tambores. Motivos claros, la necesidad de buscarse en todos
los amaneceres después de amarse, entre juncos y matorrales.
Esta noche, las palabras, vertidas en mis oídos daban vida, latiendo con más ganas saltaba mi corazón, caricias para mis sentidos llegaban del cielo, tus besos me llegan, buscando en mis labios correspondencia de besos que quitan las penas danzantes entre tus labios…  unos dados, otros muchos robados y he descubierto lo que tu corazón siente por dentro dejando que tu alma invadiera de ternura y tus besos con descaro me abren el paraíso.

Esta noche, amándonos con pasión cara a cara con fuerza, en una batalla de amantes buscándose en la oscuridad y amar hasta que la luz nos abra los ojos.

__ Mil veces me paraba frente a un espejo, y me repetía: me he olvidado de Guille, sí, lo he olvidado, seguro.
Al instante volvía a mirarme. Sí, cuestión cerrada y superada, me decía, me quedaba quieto con la mirada fijada en la propia imagen. Y entonces gritaba: mentira, no lo he olvidado ni un ápice. Si no, ¿por qué repetir como loro que lo he olvidado? Hacía días, luego meses que no sabía nada de ti, poniendo distancia y tiempo y sin embargo la idea de que aún existieras en alguna parte, de que vivieras tu vida como si nada, se me hacía insoportable.
¿Qué diablos tienes que nunca podría arrancarte de mis pensamientos? Y entonces entendí que en verdad no podía desalojarte de mi alma y de mi piel, que habitabas mi esencia, pero pensé que tú si me dejarías en el olvido.
Guillermo lo miró emocionado.
__No amorcito, en un principio me alejé de vos, y no salí corriendo el primer día detrás porque sentí que te estaba arruinando la vida, que estabas dejado de ser para convertirte en el molde que yo deseaba, y no tenía derecho a ello, pero luego me di cuenta que  eras el aliento, el aire, y que no podía respirar en tu ausencia, y al no poder morir, decidí vivir, solo para encontrarte, solo para decirte que te amo más que a nada, y que quiero todo con vos, contra el mundo y el que sea… solo soy feliz con vos. Mi Pedro.

Los ojos de Pedro se colmaron de lágrimas incontenibles que cayeron por sus mejillas, que Guillermo secó con la mano.
__Nunca me diste la oportunidad de explicarte lo que sucedió ese día.
__No lo hice porque pensé no había nada que explicar, que eras el tipo de hombre que si no tiene detrás un montón esperando no puede vivir, y no estaba dispuesto a aceptar esa regla, y tampoco a  pedirte que fueras solo mío si yo no era nada, solo un mozo, un empleado.
__Durante el tiempo que estuve con vos… y después, nunca estuve con otro, y nunca habrá otro hombre después de vos, ¿me crees?
__Sí _musitó, Pedro.

__Cielito, es verdad que cuando te conocí, no te vi hasta días después, y me enamoré de las diferencias, y que tu mundo y el mío sean opuestos, que seas mozo o linyera, no hace a que el amor no pueda nacer,  si el amor no es capaz de amoldar piezas de mundos diferentes, entonces ¿qué? No quiero que dejes de ser quien sos, si deseas ver a tus amigos, yo veré a los míos  hasta el día en que unos y otros se unan o que sean los mismos. Si deseas ir a un recital, esperaré fuera y luego te pediré vengas a un concierto y esperarás fuera, hasta que un día quizá podamos entrar a ambos juntos, si deseas comida chatarra y yo pasta casera,  haremos o pediremos las dos, hasta que un día, quizá solo deseemos compartirla… ¿Crees que puede ser posible?
__Creo y quiero que lo sea porque de hecho, solo tú eres mi amor, no hubo nadie antes ni lo habrá, y quiero pensar que un día si los mundos se amoldan, también lo haga la gente, más que nadie, Fabián. Te amo, Guille, gracias por reencontrarme.
__Gracias a vos por dejar marcadas tus huellas… la única herencia que deseo, es la herencia de amor… que llegó el día que te conocí, la herencia que tienes en tus manos.
¿Comenzamos de  nuevo?


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.




9 comentarios:

  1. Melissa Sin palabras por que lo encierras todo. un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  2. Isabel Todo gira a traves del amor, aquí expresado de manera excelsa.

    ResponderEliminar
  3. Myriam Uf, penetra en la piel del lector, corroe las entrañas y mordisquea el alma, que hace añicos el karma...mis sinceras felicitaciones

    ResponderEliminar
  4. Doris Que belleza de sentimientos, que afloran en medio de nostalgia y amor⚘

    ResponderEliminar
  5. Precioso Eve, maravillosos el primer encuentro y este reencuentro...Tanto amor no puede der destruido por nada ni por nadie y el tiempo hará posible que todo se acomode y que ellos por fin puedan compartirlo todo, lo bueno y lo malo, porque eso mismo es la vida y cuando hay amor de verdad vale la pena intentarlo...

    ResponderEliminar
  6. Veronica Lorena Piccinino Muy lindo...estoy en Mendoza volviendo de los vacaciones. Linda provincia

    ResponderEliminar