EQUIVOCADO.
CAPÍTULO TREINTA Y UNO.
Te quiero por las noches en las que faltas,
te quiero como para escuchar tu risa toda la noche y dormir en tu pecho, sin
sombras ni fantasmas, te quiero como para no soltarte jamás…
Mario Benedetti.
"Nunca me quisiste, era otra cosa, una
manera de soñar..."
Julio Cortázar.
Así pasé aquellos años soñándote, hasta
tu llamado, Guille, no renunciaré a este amor, ni siquiera por ella, si Camila
debe de ser internada así será, y espero que el padre y el hermano entiendan, no
es mi culpa que no sea estable.
__Lo sé, desde los tres años fue una nena
problemática, Pedro, y ya a los doce le hicieron el diagnóstico de bipolar.
__Guille lo dijo y bajó la mirada al piso.
__ ¿Cómo?
__Lo que oyes, no quise decírtelo antes, pero
estoy agotado de recibir cachetazos y no permitiré que nos echen la culpa de
todo, ella tuvo tentativas de suicidio en la adolescencia y no era por mí,
menos por vos, está enferma, es así, Orestes lo sabe, la trataba una psiquiatra
infantil, luego la dejó estudiar lo que no debía y tapó todo, Marcial intentó
no hacerlo pero al fin cuando internaron a la madre, el dolor lo cegó y
claudicó con Camila, pero ella está enferma, y no es nuestra responsabilidad.
---
Hablaba con un deje amistoso, despreocupado,
en general, a quienes llaman para felicitar se les nota el entusiasmo o la
vergüenza. Este hombre parecía tenaz y, al mismo tiempo, tranquilo.
__ ¿Cómo? __preguntó, Daniel. __ ¿Por qué es
tan especial para usted este asunto y cómo conoce a mis colaboradores?
Titubeó apenas un segundo.
__Porque _ respondió el hombre _yo la maté.
__Síguele la corriente __susurré a Daniel.
__Lo oí, Dr. Beggio, ¿ya tiene mi perfil… cómo le llaman
ustedes…Psicopatológico?
De pronto sentí calor, como si el verano del
trópico hubiese atravesado abruptamente las paredes del edificio. Mi mano
derecha se lanzó abruptamente hacia el escritorio en busca de papel y lápiz
para tomar nota.
El silencio se había impuesto a ambos lados
de la línea.
Aproveché esos instantes para recobrarme de
la confusión y garabatear en una hoja de papel las palabras: “Tengo un interés
especial en sus notas porque yo la maté.”
Guille y Daniel miraron lo que había escrito,
el último sin despegar la oreja del auricular, del que no salía sonido alguno.
Por un momento tuve la sensación de que el asesino ya no estaba allí. ¿Era
realmente el asesino? Mi intuición y la reacción visceral me dijo que sí, que
lo era, además al fin es lo que yo
esperaba de él, pero el silencio era tal, casi como si nunca hubiese estado. A
posteriori, me resulta extraño que, en esos instantes en que mil posibilidades
se arremolinaban en la mente de los tres, parecimos olvidados de los
fundamentos de las profesiones al no encontrar pregunta para hacer. Tardé
segundos en recurrir a las preguntas más simples, más obvias, y un rato más en
recobrar el escepticismo. Durante la prolongada pausa él aguardó pacientemente.
__ ¿Con quién hablo? _preguntó, Daniel al
fin.
El hombre soltó una risita.
__No esperará que conteste a esa pregunta,
¿verdad?
__ No, pero puede darme alguna idea de quién
es usted, del porqué hizo semejante cosa.
__Está bien _añadió__. Me parece bien y
justo. __Entonces titubeó por un instante, como si meditara la respuesta__. Soy
un hombre común y corriente, provengo de una familia típica. Sé desenvolverme
en cualquier ambiente, en cualquier lugar, me siento cómodo en todas partes. Me
adapto a mi entorno como un camaleón. Soy el tipo medio.
__Hijo de…__ los hombres medios __replicó,
Guille __no asesinan a jovencitas.
__ ¿Ah, no? __preguntó__: Qué raro suena eso
en boca del mejor penalista de Buenos Aires.
Entonces volvimos a quedarnos en silencio por
un momento.
__Dígame por qué lo hizo _le pedí.
__Pese a ser psiquiatra, tendrá que usar sus
técnicas, doctor, no es una pregunta fácil de responder.
__Guille, ¿crees que hacemos bien en ocultar
información a la policía? Digo, Miller está con ellos, y tú ni siquiera lo ves
_ interrogué con la duda cierta.
__Nosotros no la ocultamos, estamos
obteniendo datos que de no habernos llamado Daniel no tendríamos, en principio,
fue él el que nos pidió acompañarlo en esto, por lo que le sucedió a Laura
quizás en el caso del éxtasis, no quiere que lo engañen __respondió seguro__.
Llegado el caso creo que hasta él será franco con Malvárez, no dejará que de
ser cierto lo que contó, lo lleve a cabo, no me siento aún fuera de la fuerza,
soy abogado de las víctimas en teoría, deberemos estar con ellos, es la idea de
mantener a José allí.
__Bien, visto así, me parece bien. Llevaré
todas las notas, es un tipo más interesante de lo que imaginé, brillante en
principio, distante, objetivo, todo lo que fui diciendo y anotando, pero creo
que si cumple su plan, irá revelando mucho, muchísimo más, y por desgracia dos
cosas me parecen ciertas.
__ ¿Qué?
__Que los asesinatos seguirán, y que será
muy, pero muy difícil atraparlo.
_Te estoy oyendo, Pedro, y en verdad no sé
qué decirte.
__Al menos que sabes dónde está Camila.
Orestes, eres el padre y por años me hice cargo de cuidarla, pero de hecho
estamos separados y si no inicio el divorcio es por no enviarla al
psiquiátrico, pero no es un chiste su seguridad, y tienes los medios para
cuidarla _dijo, Pedro subiendo el tono de voz.
_ ¿Cuidarla de qué?
__De
ella misma por empezar, y del asesino que estamos investigando _respondió
incrédulo__, creo haberte dicho que no es un sexópata como el tipo del éxtasis
que drogaba y mataba para cubrirse y no creo ande por la casa rosada, aunque no
tengo exactamente el perfil, sabe que trabajamos junto al periódico y todo de
nosotros, es un psicópata y eso sí lo sé.
__Uno que mata nenas, casi un pedófilo,
Camila está grande como para salir sola.
__ Eso de que mata nenas no lo sabemos solo
porque mató a una, personalmente creo que
es un tipo calculador, frío, cultivado e inteligente que puede
sorprender, no amo a Camila pero es la mamá de mis niños, no quiero que ande
por un congreso sola, en esta casa ya
hemos dispuesto custodia y medidas de seguridad, cuídala Moravia, te lo
advierto. __Cortó resoplando y se estremeció
ante el abrazo que llegó desde atrás unido a los labios en el cuello.
__Tranquilo amorcito, es el padre, va a
cuidarla.
__No lo sé, Guille, ni siquiera parece juez
en realidad, viene negando lo tuyo, la
enfermedad de la hija y hoy el peligro, no creo que sepa de lo que le estoy
previniendo.
Camila
era un ser conflictivo, se dedicó a sembrar odios, rencores, envidias y
disfrutaba mirando la infelicidad de los demás, porque así sentía que sus
cadenas de dolor eran menores.
Nadie podía estar cerca de ella, manipulaba a
las personas, desconfiaba de todos, sus hijos poco la veían y mucho menos su
padre, volviéndose un ser complicado en sí mismo y destructivo para quienes
estaban en su camino.
En general tenía dones y virtudes muy buenos,
más su ceguera y corazón hueco, la transformaron en un ser muy solitario, la
vida en general de cada uno de nosotros, es una lucha constante, con altas y
bajas, pero en muchas ocasiones existen personas muy tóxicas.
Más que el simbolismo de ser un ánima sola
del purgatorio, su fuego quemante, así como sus cadenas, eran sus propios
demonios los que la hacían un ser sin amor y que tardará mucho en perdonarse
para poder encontrar su verdadera libertad y felicidad.
__”Miré la profundidad sin vislumbrar el
fondo que se sumía en la más espesa bruma de intangibilidad emocional.
Comprendía el peligro, y la zozobra casi hizo mella en mi decisión vehemente.
Estaba hecho, no había lugar ya para la duda o tal vez sí. Retrocedí un poco
como para tomar carrera o adivinar los olores de lo dejado atrás, ya que no
tenía sentido mirar. Ahí solo se encontraba el pasado con sus brazos estirados
tratando de retenerme en la inutilidad de su pulso agotador.
Frente a mí estaba el futuro jadeante y atractivo, el causante de mis manos sudorosas y este ritmo cardíaco que salió galopando hace poco y no para. El amor siempre causa eso y sabía que esperaba por mí, el último tal vez, el mejor, el descanso esperado y necesitado para huesos astillados y ánimo en terapia. Quizás este sí sería el indicado, el que esperé desde hace tanto. La equivocación no tenía guarida en mis pensamientos recónditos, solo certezas y el perfume de una persona a quien entregar todo el caudal de mi amor sin reservas ni reticencias. Sonaba el timbre de su voz a la distancia y de alguna manera eso tranquilizaba mis ansias que viajaban en una montaña rusa a la espera de un llano que apacigüe el tormento. Su voz, el pilar fundamental de este amor que se está gestando con intención de desborde.
La suerte estaba echada y tensioné los músculos buscando la potencia para enfrentar el salto que ya era inevitable. Las opciones eran dos: Adelante, algo parecido a la felicidad y el conjuro de besos y piernas entrecruzadas y aroma a piel embriagante y el sentimiento de saberse seguro, cuidado y acompañado de verdad hasta el final o, la inestable sensación de mirar al pasado detenido, inmóvil, paralizado hasta que todo acabe. Pensé en las pérdidas también y fue inevitable pensar en ellas, siempre se pierde algo, pero la vida es así y ya quedaba poco. El último pensamiento se lo dediqué al abismo, porque siempre está la tercera opción: La caída. Sacudí esa idea de mi mente ¿Acaso no soy yo el que siempre lo intenta a pesar de todo? La bocanada de aire final y la carrera. Es cierto que no estaba en mis planes, pero la vida siempre nos tiene preparada una sorpresa más y esta la voy a enfrentar en carne viva. Puedo ver sus brazos abiertos esperando por mí. La carrera ya está en marcha.
Frente a mí estaba el futuro jadeante y atractivo, el causante de mis manos sudorosas y este ritmo cardíaco que salió galopando hace poco y no para. El amor siempre causa eso y sabía que esperaba por mí, el último tal vez, el mejor, el descanso esperado y necesitado para huesos astillados y ánimo en terapia. Quizás este sí sería el indicado, el que esperé desde hace tanto. La equivocación no tenía guarida en mis pensamientos recónditos, solo certezas y el perfume de una persona a quien entregar todo el caudal de mi amor sin reservas ni reticencias. Sonaba el timbre de su voz a la distancia y de alguna manera eso tranquilizaba mis ansias que viajaban en una montaña rusa a la espera de un llano que apacigüe el tormento. Su voz, el pilar fundamental de este amor que se está gestando con intención de desborde.
La suerte estaba echada y tensioné los músculos buscando la potencia para enfrentar el salto que ya era inevitable. Las opciones eran dos: Adelante, algo parecido a la felicidad y el conjuro de besos y piernas entrecruzadas y aroma a piel embriagante y el sentimiento de saberse seguro, cuidado y acompañado de verdad hasta el final o, la inestable sensación de mirar al pasado detenido, inmóvil, paralizado hasta que todo acabe. Pensé en las pérdidas también y fue inevitable pensar en ellas, siempre se pierde algo, pero la vida es así y ya quedaba poco. El último pensamiento se lo dediqué al abismo, porque siempre está la tercera opción: La caída. Sacudí esa idea de mi mente ¿Acaso no soy yo el que siempre lo intenta a pesar de todo? La bocanada de aire final y la carrera. Es cierto que no estaba en mis planes, pero la vida siempre nos tiene preparada una sorpresa más y esta la voy a enfrentar en carne viva. Puedo ver sus brazos abiertos esperando por mí. La carrera ya está en marcha.
El salto lo tomé como debía, sin pensar en
nuevas oportunidades, esta era la definitiva, y la fuerza ascensional fue
estupenda. A mitad del recorrido sentí cómo el impulso perdía fuerzas y aunque
intenté ser positivo, vislumbré la derrota en el rechazo de mi hijo. Casi toqué
los dedos amorosos del que esperaba por
mí pero no, la suerte y el viento de la esperanza cambiaron de sentido
radicalmente y me lo hicieron saber sin piedad.
Mientras la profundidad nuevamente me sumía en la desesperanza, sentí el fondo del abismo golpear mi humanidad toda y perdí la sensibilidad. Rogué por el fin, por la total pérdida de mi energía vital pero estaba pensando y eso… eso era un mal augurio, por lo menos para mis pretensiones de dejar de sufrir. Abrí los ojos y reaccioné. El dolor era el mismo y de algún modo me alegré, ya éramos enemigos íntimos pero lo prefería a otra clase de sufrimiento. La opción tres había prevalecido y ahí estaba yo de nuevo, sumergido en la derrota y el malestar que incondicionalmente me persigue como perro de la calle. Sabía que solo me quedaba el tratar de salir del pozo, dejarme morir en este oscuro sitio, no combina muy bien con mi personalidad. Pensé en cómo se acumularon las pruebas durante todos estos años para mostrar su rostro fiero al final de mi camino pero bueno… si hay que fregarse, hay que fregarse. Con mi cerviz adolorida y sangrante, mis nervios sostenidos con los puños cerrados y la esperanza desvanecida en la mochila que acarreo hace tanto, emprendí la escalada de las paredes del abismo sin poder divisar dónde terminaban si es que terminaban.
Los primeros pasos fueron inseguros y tormentosos: el dolor y la inseguridad se apoderaron de mí y caí varias veces. Supe que era una cuestión de actitud, que si seguía dudando nunca podría salir y me armé de coraje, pensé en mi nombre, en mi apellido y me tragué el dolor y vomité el orgullo para que fuera mi guía en esta agotadora tarea de salir a flote. Elegí la pared del futuro, siempre me atrajeron los desafíos. Escupí mis manos y me aferré a una saliente, y luego otra y aunque mis muslos eran fuego llameante y los músculos de mis brazos y espalda trepidaban al borde del colapso, hice caso omiso a todo pensamiento negativo y dolor o sufrimiento y prensé los dientes y saboreé la sangre de mis encías que clamaban sin cesar y a su manera, que yo, este simple mortal todavía estaba vivo.
Casi en la desesperación crucé mi brazo por encima de la cabeza y apoyé la mano sobre una húmeda y horizontal superficie que me dio la bienvenida con ese asombroso y terapéutico perfume a hierba suave y reconfortante: Había logrado salir del abismo infernal. Recosté mi torso sobre el suave terciopelo aromático que supo a fin de la condena y lloré. Lloré pero con lágrimas diferentes, con las que suelen marcar la victoria sobre lo opresivo. El ahogo se había marchado y aunque pendía aún sobre lo intangible, no me importó nada, salvo ese tenue sabor a superación que tan bien hace después del cansancio que provoca el ver la oscuridad durante tanto tiempo. No miré hacia ningún lado, no hacía falta pero la sombra que se acercaba a mí, me infundió un espíritu de seguridad que casi había olvidado, no sabía quién era pero no hacía falta tampoco, Pedro había estado esperando por mí también, él había salido del abismo un tiempo atrás”.
Mientras la profundidad nuevamente me sumía en la desesperanza, sentí el fondo del abismo golpear mi humanidad toda y perdí la sensibilidad. Rogué por el fin, por la total pérdida de mi energía vital pero estaba pensando y eso… eso era un mal augurio, por lo menos para mis pretensiones de dejar de sufrir. Abrí los ojos y reaccioné. El dolor era el mismo y de algún modo me alegré, ya éramos enemigos íntimos pero lo prefería a otra clase de sufrimiento. La opción tres había prevalecido y ahí estaba yo de nuevo, sumergido en la derrota y el malestar que incondicionalmente me persigue como perro de la calle. Sabía que solo me quedaba el tratar de salir del pozo, dejarme morir en este oscuro sitio, no combina muy bien con mi personalidad. Pensé en cómo se acumularon las pruebas durante todos estos años para mostrar su rostro fiero al final de mi camino pero bueno… si hay que fregarse, hay que fregarse. Con mi cerviz adolorida y sangrante, mis nervios sostenidos con los puños cerrados y la esperanza desvanecida en la mochila que acarreo hace tanto, emprendí la escalada de las paredes del abismo sin poder divisar dónde terminaban si es que terminaban.
Los primeros pasos fueron inseguros y tormentosos: el dolor y la inseguridad se apoderaron de mí y caí varias veces. Supe que era una cuestión de actitud, que si seguía dudando nunca podría salir y me armé de coraje, pensé en mi nombre, en mi apellido y me tragué el dolor y vomité el orgullo para que fuera mi guía en esta agotadora tarea de salir a flote. Elegí la pared del futuro, siempre me atrajeron los desafíos. Escupí mis manos y me aferré a una saliente, y luego otra y aunque mis muslos eran fuego llameante y los músculos de mis brazos y espalda trepidaban al borde del colapso, hice caso omiso a todo pensamiento negativo y dolor o sufrimiento y prensé los dientes y saboreé la sangre de mis encías que clamaban sin cesar y a su manera, que yo, este simple mortal todavía estaba vivo.
Casi en la desesperación crucé mi brazo por encima de la cabeza y apoyé la mano sobre una húmeda y horizontal superficie que me dio la bienvenida con ese asombroso y terapéutico perfume a hierba suave y reconfortante: Había logrado salir del abismo infernal. Recosté mi torso sobre el suave terciopelo aromático que supo a fin de la condena y lloré. Lloré pero con lágrimas diferentes, con las que suelen marcar la victoria sobre lo opresivo. El ahogo se había marchado y aunque pendía aún sobre lo intangible, no me importó nada, salvo ese tenue sabor a superación que tan bien hace después del cansancio que provoca el ver la oscuridad durante tanto tiempo. No miré hacia ningún lado, no hacía falta pero la sombra que se acercaba a mí, me infundió un espíritu de seguridad que casi había olvidado, no sabía quién era pero no hacía falta tampoco, Pedro había estado esperando por mí también, él había salido del abismo un tiempo atrás”.
-Amanece, un ligero aroma a jazmines se
huele en la habitación, respiro hondo y busco entre las húmedas sábanas tu
candente cuerpo, rozo tus labios con los míos, comienzo a acariciar tu piel,
siento el latir de tu corazón, y despierto tus instintos, me besas, siento tu
aliento en mi cuello, muerdes el lóbulo de mi oreja, y el fuego de la pasión se
enciende otra vez. Quiero
que el viento me traiga la estridencia de tus risas y recordar esos días en que
tan solo eras mi amigo. Quiero que en sueños retornes y con tus labios
vehementes rememoremos con avideces ese, nuestro primer beso. Y por si acaso me extrañas, te prometo nuevos días
bajo el firmamento azul y blanco, donde he de gritar ¡eres mío!
Quiero
esta noche sentir todo el goce que tú
siempre me das, más, deseo ver mi
cuerpo palpitando con tus besos y caricias, mas quiero con mis labios
beber la fogosidad y el ardor que
reside en ti, deleitarme con tu mirada, besar tu ardiente boca, comer de tu
carne, respirar tus sollozos, penetrar en tu ser y que nos olvidemos de
todo, como si esta fuera nuestras última noche, pero lo que más deseo de ti, es
despertar cada mañana al amanecer y encontrarte siempre junto a mí.
Inocente soy, decían mis labios, cuando sus
manos se deslizaban por mis montañas y valles.
¡Ay de mí! Que no puedo escapar de él que me
derrite todo, al besar mi cuello me erizo. Tiemblo y solo suspiro en cada
abrazo, mis prendas caen sin vergüenza alguna. Y cual hechizo, queda mi
desnudez ante sus ojos y susurra, déjame amarte.
¡Ya no puedo más! Cierro mis ojos y la marea sube como espuma mi pasión y soy suyo, sus besos cubren mi ser. Inocente soy porque él me atrapó con su seducción, yo no quise pero el deseo está.
¡Ya no puedo más! Cierro mis ojos y la marea sube como espuma mi pasión y soy suyo, sus besos cubren mi ser. Inocente soy porque él me atrapó con su seducción, yo no quise pero el deseo está.
__ ¿No extrañas a Fabián? _interrogó a
Guillermo que devoraba sus labios y
apenas dejaba tiempo entre besos cuando disparaba su asedio a las mejillas o al
cuello.
__Como que es mi hijo, a veces, pero en este momento creo que es una ventaja que esté
enojado y ni siquiera desee verme, como bien dices, este caso es realmente
peligroso.
__Tendremos que comprar varios burner y envolver los celulares, esto no me gusta
nada, y decirles a Daniel y a su jefe.
__ ¿Envolver?
__En cuatro o más capas o en cubiertas de
aluminio para evitar el rastreo, o que pueda escuchar lo que hablamos. Varias
veces lo hice en Chile, desde que en el
gimnasio unos traficantes me reemplazaron mi celular por otro igual pero
preparado por ellos, usan un software muy complejo, y pueden oír todo, leer y
rastrearlo, desde que llegué no vi peligro hasta ahora, necesitaremos comprar
prepagos y la cubierta.
__Está bien amorcito, además están los chicos
en medio, son muy chiquitos. Pasa que estando con vos, me olvido hasta del
peligro.
__El estar a tu lado es penetrar en plenitud
del bosque, sentirme muy acariciado y ver el éxtasis mirando el cielo, notar y
sentir tu cuerpo a través de mis manos, solo con ver tus
ojos me lleno en alegría y placer. Deseo disfrutar de tus besos al contacto de mi boca y ver, disfrutar contigo los anhelos de sentirnos y sentir tus latidos del corazón y de tu cuerpo, hoy más que nunca deseo abrazar esos encantos que a través de la vida supimos darnos en el día
a día, luchar y despertar cada mañana. Disfrutar de la más íntima calma y sentirnos poseídos por el amor que recibimos uno del otro, notar el sudor de nuestros cuerpos, para devorarnos felizmente, eso ocurre cuando dos seres llenos de vida se necesitan plenamente, como los dos a través de la vida.
No deseo que esta noche desaparezcas de mi vida, tu mirar y tu cuerpo junto al mío, para hacer lujurias y nos demos noches al ver y sentir el compás de nuestro amor, este amor que poco a poco nace de los dos, ese sentir grato amoroso.
Mis labios siguen besándote, recorriendo lugares íntimos del cuerpo maravilloso que posees, no vemos ni la noche ni el día, solamente disfrutamos del momento para alcanzar caricias y encantos con mucha fe, pasión, y un amor total e inmenso, hoy deseo que esta luna celeste vea mi mirar a través del amor tan deseado.
ojos me lleno en alegría y placer. Deseo disfrutar de tus besos al contacto de mi boca y ver, disfrutar contigo los anhelos de sentirnos y sentir tus latidos del corazón y de tu cuerpo, hoy más que nunca deseo abrazar esos encantos que a través de la vida supimos darnos en el día
a día, luchar y despertar cada mañana. Disfrutar de la más íntima calma y sentirnos poseídos por el amor que recibimos uno del otro, notar el sudor de nuestros cuerpos, para devorarnos felizmente, eso ocurre cuando dos seres llenos de vida se necesitan plenamente, como los dos a través de la vida.
No deseo que esta noche desaparezcas de mi vida, tu mirar y tu cuerpo junto al mío, para hacer lujurias y nos demos noches al ver y sentir el compás de nuestro amor, este amor que poco a poco nace de los dos, ese sentir grato amoroso.
Mis labios siguen besándote, recorriendo lugares íntimos del cuerpo maravilloso que posees, no vemos ni la noche ni el día, solamente disfrutamos del momento para alcanzar caricias y encantos con mucha fe, pasión, y un amor total e inmenso, hoy deseo que esta luna celeste vea mi mirar a través del amor tan deseado.
__Olvido que desata en el tiempo su huella implacable de amores pasados, corre
su velo de llanto despacio; le agota los segundos a cada minuto, acorta la
agonía de saberte lejano…
Tras un sueño despierto caen las sombras,
afloran estelas de todos tus anhelos. Como el carmín que fluye en las venas, se
desgrana el amor fundido en deseos. Olvido de noches y madrugadas imperfectas,
silencio intangible en todas sus falacias; renace el alma implacable,
se expone desierta, la piel es tierra a ser descubierta por vos. Uno a uno se agitan los sentidos,
dos más dos se avivan tus sueños esparcidos por costas vacías, cae un deseo herido, henchido de gloria, en el magma del olvido. Se confunden las palabras, desbordan mis huellas, arrecian con todo cuanto cruza la tierra; renacen los verbos, confusos de letras, y se agolpan en dedos, sudando estrellas. Y en un olvido silente resurge el recuerdo, de por qué existo, de por qué estoy lleno de anhelos; el tiempo ha vertido sobre mi capa su velo, y renazco salvaje de mis propios cimientos. Vive, alma mía, aun en desasosiego, vive y sueña, pues ha llegado tu tiempo. Caen todas las sombras, mientras tu luz se asoma, hoy se desviste tu canto, desde la aurora.
se expone desierta, la piel es tierra a ser descubierta por vos. Uno a uno se agitan los sentidos,
dos más dos se avivan tus sueños esparcidos por costas vacías, cae un deseo herido, henchido de gloria, en el magma del olvido. Se confunden las palabras, desbordan mis huellas, arrecian con todo cuanto cruza la tierra; renacen los verbos, confusos de letras, y se agolpan en dedos, sudando estrellas. Y en un olvido silente resurge el recuerdo, de por qué existo, de por qué estoy lleno de anhelos; el tiempo ha vertido sobre mi capa su velo, y renazco salvaje de mis propios cimientos. Vive, alma mía, aun en desasosiego, vive y sueña, pues ha llegado tu tiempo. Caen todas las sombras, mientras tu luz se asoma, hoy se desviste tu canto, desde la aurora.
__Bésame, bésame tanto que tu aliento se
quede dentro de mí y tu vida y tus huesos y tu alma sean parte de mí. Que seas todo en mí, y solo
de mí… como la noche y la luna cómplices
del amor que sentimos y nos damos.
Como el amanecer que nos
recibe en el abrazo, en el beso de tu
boca. Mi boca… beso abrazado a tus labios, a
los míos, provocación de pasión y
de deseo, entre el día y la noche. Entre
el ser y tenernos hasta amanecer dejemos que la vida nos dé ese gusto de sabernos en la piel. De tu piel, de mi piel, entre la vida y la
muerte… Dejando volar el sentir de dos cuerpos que como mariposas etéreas vuelan entre el bien y el mal,
dejando pintado un cuadro de amor en cada beso que de tu boca me das.
Bésame tanto, tanto, hasta el amanecer. Y tu aliento sea mío, solo mío como lo eres tú. Te pregunté: ¿Eres mío? Y tu respuesta fue: Soy tuyo, muy tuyo. Eso me excitó tanto como con tus besos. Bésame tanto, para que no me olvides. Que ya me besen ya con tu ternura, esos labios que son muy preciosos de tu boca que ya me diga que te quiero, ya vibrar de sensaciones, pero que solo sean tus labios.
Bésame tanto, tanto, hasta el amanecer. Y tu aliento sea mío, solo mío como lo eres tú. Te pregunté: ¿Eres mío? Y tu respuesta fue: Soy tuyo, muy tuyo. Eso me excitó tanto como con tus besos. Bésame tanto, para que no me olvides. Que ya me besen ya con tu ternura, esos labios que son muy preciosos de tu boca que ya me diga que te quiero, ya vibrar de sensaciones, pero que solo sean tus labios.
Hoy también ya necesito de tu mirada, porque
ya cuando me miras me siento atrapado,
así como un amor muy encantado y también cuando de tu rostro que salga de tu
linda sonrisa, el dibujo de que tu alma es feliz y que soy yo el responsable.
Hoy también
necesito de tu cuerpo, sí, para
sentir tu hermosa piel, para así calmar esta sed, para ya sofocar este
calor de mi piel, para este fuego que ya
corre en mis venas se aplaque en tu mar profundo.
Así porque hoy necesito ya de tus manos,
sí, esas que me acarician toda mi alma,
que ya calman mi espíritu, que ya nunca me van a soltar.
Sí, ya
necesito siempre de ti y cada noche para
así darle qué hablar a la almohada, sí
preciso ya de ti todos los amaneceres,
para así alegrar los despertares.
Aquí te esperaré donde todos los
amaneceres, aquí donde el viento le
canta el sol, yo aquí te esperaré en todos los atardeceres aquí donde ya el mar
mece al sol, aquí ya nos amaremos en
silencio. No sé qué me sucede, pero no me importa el tiempo breve que llevamos
conociéndonos, ni el peligro, ni estar casado, solo sé que te amo, desde que
existe la humanidad, lo siento en nuestras lenguas entrelazadas, en el vaivén
de las caderas al amarnos, en cada mirada, en esta necesidad de tocarte, de
besarte, de estar contigo, y solo mis
hijos me importan, me emocionan como verme en tu mirada, Guille, no existe nada
más. Lamento sí separarte de Orestes, sé que es como tu padre.
__No me has separado vos, Pedro, él siempre
supo las verdades de todos, y eligió un sitio cómodo, yo lo quiero y deseo lo
mejor para Camila, pero sé que no sos vos lo mejor, porque no puedes amarla,
como no pude hacerlo yo, y eso es inevitable. Y hoy lo único en mi vida sos
vos, lo único que me importa es que nunca me deje ese alguien que me hace
enfrentarlo todo y no temer.
__ ¿Quién?
__Es alguien que me roba la paz y me roba la calma. Es alguien que amo con el
alma y ese alguien es todo en mi vida.
Amo, amarlo, sentirlo, besarlo. Él es todo para mí.
Es fuego en mis entrañas, luz en mis noches oscuras, abrazo en días de tristezas y paz en medio de la tormenta. Es alguien a quien amo... Es alguien que mi vida ha cautivado, es alguien que sabe todo de mí. Y yo sé todo de él.
Se enreda en mis muslos y me posee. Trepa por mis columna, besa mis botones, baja hasta mi vientre ardiente y bebe de mi fuente con furor. Soy suyo con pasión enardecida, ese alguien mi vida enloquece. Mis piernas se estremecen con sus besos, las ata a las suyas y las besa sin cordura, siempre lleno de pasión y de deseo. Nos amamos con loca pasión y desenfreno,
amanece en mi vida y me da vida con el aliento de su boca en mi boca. Amanecemos abrazados al amor y a la vida. Te amo. ¡Amor!
Es fuego en mis entrañas, luz en mis noches oscuras, abrazo en días de tristezas y paz en medio de la tormenta. Es alguien a quien amo... Es alguien que mi vida ha cautivado, es alguien que sabe todo de mí. Y yo sé todo de él.
Se enreda en mis muslos y me posee. Trepa por mis columna, besa mis botones, baja hasta mi vientre ardiente y bebe de mi fuente con furor. Soy suyo con pasión enardecida, ese alguien mi vida enloquece. Mis piernas se estremecen con sus besos, las ata a las suyas y las besa sin cordura, siempre lleno de pasión y de deseo. Nos amamos con loca pasión y desenfreno,
amanece en mi vida y me da vida con el aliento de su boca en mi boca. Amanecemos abrazados al amor y a la vida. Te amo. ¡Amor!
Llegas primero donde mis pasos me llevan, sin
que de mi lado te apartes, en mis pensamientos te paseas a diario, eres el
primer rayo de luz que despiertan mis ojos, las primeras palabras que se
escriben en mi mente, tan dentro de mí tú estás que el sentimiento me hace
presente en tus momentos, obligándote a percibir mi amor.
Te obligo a tenerme presente… te espero
paciente en tu taza de café para que me lleves dentro de tu boca, te detienes y
me ves allí maravillado observándote, espero me bebas para ser causa y remedio
de tu pereza… escuchar confieses que mi presencia te persigue que, me vuelvo
dueño de tus momentos, de tus pensamientos,
que mi nombre en cualquier instante tu boca inconsciente nombrará.
Me niego a dejarte respirar sin mí, quiero
ser aire tibio que abrigue tu pecho y a la vez aire fresco que tu garganta
refresque, estaré disfrazado de lo que tomen tus manos, estaré en aquello que
tan solo fugaz reciba el brillo de tu mirada… no me perderás un instante de
sentirme… persistente se mueve en tu mente y corazón mi nombre atado a mi amor.
En la sencillez de tus ocupaciones me
encontrarás, escondido en las melodías de amor de un pijama estaré esperándote, me imaginarás entregándote
esa fuente cuyo su aroma percibes y verás mi sonrisa enamorada iluminando ese
momento, se humedecerán tus rojos labios allí deseando ya te entregue mis
besos.
Persistente voy detrás de ti, deseando no ser
solo dueño de tus pensamientos, no ser solo causa de la imaginación de un
instante de amor, quiero ser ya parte de tus momentos, quiero hacerme sentidos
en tu piel, caricias y besos, ser ya cuerpo y alma presente delante de ti para
vivir cada momento de este amor por siempre a tu lado.
Cada noche que pasa, desde la cima cerca de
mi casa contemplo el cielo, así la luz de la luna y los astros iluminan mi
sendero, dejando volar mi mente a tu recuerdo y mi pasada derrota; dejando
volar mi mente hacia tu recuerdo, sin importar dónde tú estés o te encuentres.
Qué será, que donde yo esté allí estás
tú, regreso a mi hogar, me tumbo en mi
lecho, no puedo dormir, me levanto, me siento al lado de mi ventana observando
cómo se esconde la luna entre las nubes, es una noche tibia, cierro mis ojos,
allí estás tú de nuevo.
No sé qué será, pero siento tan real el roce de tu piel, de tus labios, el eco de
voz, tus caricias, tus besos apasionados, esas miradas penetrantes que se
perdían en la oscuridad, de esas noches fogosas en nuestra alcoba, en lo más
íntimo, que no hacía falta palabras para entendernos.
__Llegaste a mi vida en un buen tiempo, el
momento adecuado, donde yo soñaba con un amor de toda la vida... ¡nuestra vida!
El "amor" nos ilusiona, nos llena de esperanza y de sueños, de ganas por compartir, ternura, pasión, deseo. Dos vidas que se unen para andar en un "solo camino", unidos.
Conocernos y ¿entendernos? ¿Comprendernos? Al menos ese era "mi sueño", una compañía, alguien a mi lado con quien compartir y trascender, cosa que jamás encontré en mis amantes ocasionales, menos en las mujeres __afirmó Guillermo __. No me di cuenta el momento en que todo ese "amor" que decía sentir alguno de ellos y el que yo mentía se transformó en ira y dolor, en desesperación pues tras cada beso y cada caricia desahogaban o yo solo frustración.
Callé, esperé, toleré, quise pero nada parecía suficiente. Día tras día todo se transformaba en mi más grande temor, así como un día pensaba había hallado el amor.
¿Escapar? No lo pensaba, seguía adentrado en mi rutina con Ana y en los amantes fuera, sentía que solo era una mala racha, un momento de descontrol. Compensaba con arrepentimiento y lágrimas los engaños, las ofensas, los desplantes, los abusos... no, no me arrepentía, porque en cualquier momento y sin causa alguna descargaba nuevamente la furia, siempre con un nuevo pretexto.
Hoy logré despertar de esta pesadilla absurda en la que me permití naufragar y peor aún, sin tener a la mano un salvavidas que me mantuviera a flote, a salvo.
Hoy desperté, me vi como lo que realmente era, un verdugo sin sentimientos hacia Ana, destruyendo mi sentir y dejando marcas en mi piel, que parecían no borrarse, huellas de roces de manos y labios que no amé.
Hoy me liberé, recobré mi valentía, mi amor propio, mi libertad oprimida. Grité la verdad a todos, sobre todo a Fabián sin medir las consecuencias.
Hoy soy yo, el que entregó cuerpo y alma, que volcó toda su existencia en vos, sin saber que eso, precisamente esa entrega sin límite se adentró en tu ser y calmó tu propia frustración, queriendo dejar tu huella en mi alma.
Hoy desperté. Fundirnos en uno solo es mi único deseo. Me salvaste cielito, ese llamado por teléfono, la voz misma me salvó.
El "amor" nos ilusiona, nos llena de esperanza y de sueños, de ganas por compartir, ternura, pasión, deseo. Dos vidas que se unen para andar en un "solo camino", unidos.
Conocernos y ¿entendernos? ¿Comprendernos? Al menos ese era "mi sueño", una compañía, alguien a mi lado con quien compartir y trascender, cosa que jamás encontré en mis amantes ocasionales, menos en las mujeres __afirmó Guillermo __. No me di cuenta el momento en que todo ese "amor" que decía sentir alguno de ellos y el que yo mentía se transformó en ira y dolor, en desesperación pues tras cada beso y cada caricia desahogaban o yo solo frustración.
Callé, esperé, toleré, quise pero nada parecía suficiente. Día tras día todo se transformaba en mi más grande temor, así como un día pensaba había hallado el amor.
¿Escapar? No lo pensaba, seguía adentrado en mi rutina con Ana y en los amantes fuera, sentía que solo era una mala racha, un momento de descontrol. Compensaba con arrepentimiento y lágrimas los engaños, las ofensas, los desplantes, los abusos... no, no me arrepentía, porque en cualquier momento y sin causa alguna descargaba nuevamente la furia, siempre con un nuevo pretexto.
Hoy logré despertar de esta pesadilla absurda en la que me permití naufragar y peor aún, sin tener a la mano un salvavidas que me mantuviera a flote, a salvo.
Hoy desperté, me vi como lo que realmente era, un verdugo sin sentimientos hacia Ana, destruyendo mi sentir y dejando marcas en mi piel, que parecían no borrarse, huellas de roces de manos y labios que no amé.
Hoy me liberé, recobré mi valentía, mi amor propio, mi libertad oprimida. Grité la verdad a todos, sobre todo a Fabián sin medir las consecuencias.
Hoy soy yo, el que entregó cuerpo y alma, que volcó toda su existencia en vos, sin saber que eso, precisamente esa entrega sin límite se adentró en tu ser y calmó tu propia frustración, queriendo dejar tu huella en mi alma.
Hoy desperté. Fundirnos en uno solo es mi único deseo. Me salvaste cielito, ese llamado por teléfono, la voz misma me salvó.
__No. Tú me salvaste a mí, te amo, Guille.
Olvídate de las promesas, lo que vale son las
ganas, es la gran diferencia entre la verborrea fútil y conquistar el mundo,
los demonios de tu mente están si tú quieres que estén pues todo comienza y acaba, nada es para
siempre, solo los buenos recuerdos perduran.
Los perdedores quedaron muy atrás, nunca te contentes con migajas, jamás digas no puedo,
sé mejor cada día, valorízate eres lo máximo.
Adéntrate hacia ti mismo cambiando o modificando, reemplazando lo inservible llenándote de optimismo volando sin límite, en este preciso momento siente el cosquilleo del ahora observando hacia el horizonte, disfrutando este instante, maravillándote de estar vivo.
Atrévete a ser feliz.
Los perdedores quedaron muy atrás, nunca te contentes con migajas, jamás digas no puedo,
sé mejor cada día, valorízate eres lo máximo.
Adéntrate hacia ti mismo cambiando o modificando, reemplazando lo inservible llenándote de optimismo volando sin límite, en este preciso momento siente el cosquilleo del ahora observando hacia el horizonte, disfrutando este instante, maravillándote de estar vivo.
Atrévete a ser feliz.
Necesito esta noche sentir, todo el goce que
tú siempre me das, más deseo ver mi cuerpo
palpitando con tus besos y caricias, mas quiero con mis labios beber, la
fogosidad y el ardor que reside en ti,
deleitarme con tu mirada, besar tu ardiente boca, comer de tu carne, respirar
tus sollozos, penetrar en tu ser y que
nos olvidemos de todo, como si esta fuera nuestras última noche, pero lo que
más deseo de ti, es despertar cada mañana al amanecer y encontrarte siempre
junto a mí. Tengo la razón y el cuerpo lacerado de tanto deserte.
Se arremolina la brisa, besa las curvas de tu cuerpo desnudo sin consuelo cuando caminas hacia mí, mueves tus caderas con erotismo y sensualidad.
Se arremolina la brisa, besa las curvas de tu cuerpo desnudo sin consuelo cuando caminas hacia mí, mueves tus caderas con erotismo y sensualidad.
Ven a nuestro festín de los deseos, quiero
embriagar mis sentidos. Tu cuerpo bello me invita a recorrerlo todo, entre mis
pasiones y delirios con mi boca y mi lengua, desde tu cuello, hasta la pradera
de tu ombligo.
Mi boca insaciable bebe de tu garganta y de
tu boca de rosas. Mi lengua recorre tu pecho tibio hasta
el diamante tatuado en tu vientre entre tus espasmos de gozos cuando
acaricio la tibia fuente y en el bosque al costado en tus cimientes.
Como la abeja a las flores, bebo el néctar
dulce de tu boca. Entre el loco desenfreno de espasmos extasiados, y las
lujurias soberanas veo el gozo que entrecierra tus ojos, y en el límite de las
caricias profanas.
Y te poseo, ardiendo en las llamas de tu
pasión inmortal. En el abismo y placer de una noche desmayada pierdes tu pudor
naciente cuando busco con premura la
oscuridad tuya en la dulce pesadilla de tus glúteos.
La pasión y la lujuria extasiada, enturbian
el mar de tus ojos. Tu cuerpo aposentado en el mío, siento un montón de latidos en mi virilidad que se mueve
excitada, gozando cabalgando sobre las lujurias conscientes.
Perdido entre gozos y delirios, tu boca
ardiente acaricia todo mi cuerpo. Rota tu espera y las quimeras, tu cuerpo
fluye suavemente al nacer el amor entre mis piernas y brazos en la agonía del
éxtasis, estremecido de placer.
El sol ilumina tu figura, cuando te duermes
desnudo. Tu belleza aturde mis sentidos, con el recuerdo de tu total entrega al
amor, regreso a perderme en los tibios senderos de tu pecho.
Hazme el amor, con placer, nuevamente, hasta
que te ilumine un nuevo sol naciente.
En el oropel de mis noches y entre deseos
recónditos e ignorados, subyace la presencia de tu angelical rostro y tu
figura.
Tu tallado cuerpo me sabe a historia, a arte, a épica, a siglo de oro, a aulas vacías de viejas facultades. Tu torso a bálsamo, a mezcla de romero, tomillo, cantueso y manzanilla.
Tu tallado cuerpo me sabe a historia, a arte, a épica, a siglo de oro, a aulas vacías de viejas facultades. Tu torso a bálsamo, a mezcla de romero, tomillo, cantueso y manzanilla.
Tus ojos a llanto perdido entre miles de
lágrimas salobres, pero tu boca, tu boca me sabe a verbo, a lírica, a poesía, a
pergamino, a tinta derramada, a sueños dorados de frenesíes perdidos, a los
ambarinos crepúsculos de los que tanto me hablaste, sin pronunciar palabra, con
cada te quiero. Atrévete a ser feliz.
__Como el son de la lluvia en los cristales,
cada día a tu lado soy más libre, cuanto más fuerte me agarras la mano, es que brota de la tierra un olor suave. Un
olor parecido a tu sonrisa,
que entre mis labios arde, y es que mirarte es como derramarse el día, porque tú también reconoces el temblor de la piel abriéndose camino, vehemente sabor de tus labios latiendo en los míos.
Y es que en la madrugada de tus besos encuentro semillas de crepúsculo, aura encendida tras las olas infinitas de nuestros ojos, mas ya entre el jugar de tus dedos, por la inflamada ígnea resbalan tus yemas, entre vano y vano se escapan suspiros, pues ya el hueso de mi hombría está a punto de rehundir en el gozo tus latidos, y desde tu boca redonda se escapan salmos gemidos, arden las velas en tu pulcra colina, mientras resbala mi hombría por tu lechosa ciudad subterránea cobijo por donde desciende mi ingrávida amatoria, donde el amor carece de voluntad y ataduras. Donde te hago sentir que solo yo soy tu amado hombre, retorciéndome por el apetito de tu pulcro sexo nacemos juntos, mas ya nuestras agitadas bocas se miran con el anhelo del deseo encontrado, mientras nuestros cuerpos pegados seguirán el destino del deseo...
que entre mis labios arde, y es que mirarte es como derramarse el día, porque tú también reconoces el temblor de la piel abriéndose camino, vehemente sabor de tus labios latiendo en los míos.
Y es que en la madrugada de tus besos encuentro semillas de crepúsculo, aura encendida tras las olas infinitas de nuestros ojos, mas ya entre el jugar de tus dedos, por la inflamada ígnea resbalan tus yemas, entre vano y vano se escapan suspiros, pues ya el hueso de mi hombría está a punto de rehundir en el gozo tus latidos, y desde tu boca redonda se escapan salmos gemidos, arden las velas en tu pulcra colina, mientras resbala mi hombría por tu lechosa ciudad subterránea cobijo por donde desciende mi ingrávida amatoria, donde el amor carece de voluntad y ataduras. Donde te hago sentir que solo yo soy tu amado hombre, retorciéndome por el apetito de tu pulcro sexo nacemos juntos, mas ya nuestras agitadas bocas se miran con el anhelo del deseo encontrado, mientras nuestros cuerpos pegados seguirán el destino del deseo...
Cuando
el fragor de los titanes se esfumó en el horizonte y el trino de los
pájaros se ausentó hacia extraños lares, todo fue silencio.
Sobresalió el eco de continuos desencuentros, el imperio de la sinrazón y el hastío. Pero un día cuando pensaba en las angustias inquietantes, en el holocausto de la rutina, que habían invadido mi tiempo, renací de las cenizas. Tu ser munido de ternura infinita, de generosidad ilimitada, de hermandad universal expresó apostemos al amor.
Soplo vivificante, objetivos trazados y metas por realizar surgieron en este transitar cotidiano.
Apostemos al amor sepultando las diferencias, eludiendo las tristezas, construyendo nuestro sendero, poblado de optimismo.
Sobresalió el eco de continuos desencuentros, el imperio de la sinrazón y el hastío. Pero un día cuando pensaba en las angustias inquietantes, en el holocausto de la rutina, que habían invadido mi tiempo, renací de las cenizas. Tu ser munido de ternura infinita, de generosidad ilimitada, de hermandad universal expresó apostemos al amor.
Soplo vivificante, objetivos trazados y metas por realizar surgieron en este transitar cotidiano.
Apostemos al amor sepultando las diferencias, eludiendo las tristezas, construyendo nuestro sendero, poblado de optimismo.
Me tienes en tus manos para hacer de mí lo
que tú desees y quieras que yo sea para ti.
Te he entregado mi corazón y todo el amor que habita en mi ser. No tengo más que
ofrecerte amor mío. El destino nos puso en el camino para cosas maravillosas que aún nosotros mismos no podemos entender. Pero a través del tiempo se van mostrando las cosas, calma y paciencia es la que debemos tener para lograr los objetivos a realizar.
Te he entregado mi corazón y todo el amor que habita en mi ser. No tengo más que
ofrecerte amor mío. El destino nos puso en el camino para cosas maravillosas que aún nosotros mismos no podemos entender. Pero a través del tiempo se van mostrando las cosas, calma y paciencia es la que debemos tener para lograr los objetivos a realizar.
Sigamos en la misma dirección diseñando nuestro porvenir, sin
mirar atrás lo que ya el tiempo se llevó y en cenizas quedó. Te invito a gozar de las maravillas que el universo nos
ofrece en todo su esplendor, a disfrutar con alegría cada instante como si fuéramos
a morir mañana.
Dejemos todo al destino al creador,
para qué pensar y malgastar el tiempo pensando en un mañana que no se
sabe si llegará. Vivamos el hoy en armonía,
gocemos y disfrutemos del
amor que ha despertado nuestro corazón, dejemos la nostalgia a un lado y sonríe a la vida.
amor que ha despertado nuestro corazón, dejemos la nostalgia a un lado y sonríe a la vida.
Levanto la ceja y dejo atrás la mirada sumisa
y dócil, y siento cómo el mundo me observa, me juzga, murmura ante mi nueva
actitud, lleno de seguridad y certeza, hasta de arrogancia y soberbia, pero con
carácter. Este es el nuevo yo, y es gracias a ti mi amor.
Tus dulces palabras entraron por mis oídos y
se deslizaron hasta lo más profundo, no se desvanecieron, cayeron y se
enterraron como semillas que, con el cuidado de tus caricias, fueron germinando
hasta florecer en un ser nuevo, diferente, capaz, orgulloso. Todo eso, gracias
a ti amor mío.
Tus besos fueron abonando la grandeza que
estaba oculta en mi interior, y me dieron este nuevo talante, ahora tengo
trapío digno del indulto. Cada roce de tus labios me despojaba de mis ataduras,
de mis complejos; develando mi verdadera naturaleza vigorosa y llena de poder.
Tu capacidad de escucharme, logró que
recordara mi hambre de vivir, de amar y ser amado, logró darme el combustible
que me hacía falta; una vitalidad diferente, impregnada de valor, un impulso
energético para despegar del suelo y recordar que podía volar. Tú lo hiciste
posible.
Ahora que soy un hombre nuevo, lleno de
valor, de coraje, de belleza, que retomó las riendas de su vida, que decide por
sí mismo; marco mi distancia y decreto mi nuevo destino, todo en pro de mi
felicidad. Tú eres el culpable.
Ahora; vuela conmigo mi amor, alcancemos las
nubes y seamos felices; me urge estar siempre contigo. Así que te exijo,
libérate ya de tu esposa y tu hijo; yo ya tengo el valor para avisarle a la mía
y a los míos.
Tu cuerpo es como un lienzo en blanco, un
libro aún por escribir en el que yo desbordo mi inspiración, una hoja de papel
y en ella escribiré los más hermosos verbos, las mejores notas de amor
para crear los más bellos cánticos.
Eres un diamante sin tallar y con mi pincel,
dibujaré las más bellas formas del amor, en cada letra, formando los verbos
prohibidos, sacando las más bellas connotaciones de la palabra amor, amaré cada
instante junto a ti, cada suspiro de vida, componiendo las alegres melodías con
nuestra bella historia de amor. Sobre el lienzo de tu piel desnuda quedarán
plasmados los latidos de mi corazón y los suspiros que mi alma ofrece
sellando nuestro amor con besos y caricias, a tu corazón, llena nuestras vidas
de pasión y amor.
Sobre tu espalda quedarán plasmados mis
labios y mis manos deseosas de pasión, para que jamás olvides esta historia de
amor, yo de ti haré la obra de arte más bella y que perdure en el tiempo
eternamente para siempre amarte. Plasmaré mi amor, junto con tu nombre,
sobre tu piel, sellando con un beso nuestro amor para que nunca olvides
que alguien se te entregó por amor.
__Quedará el silencio, mi mortal amigo,
cuando las palabras, impuestas e impresas desaten la razón. Cuando el
egocéntrico egoísmo incline la balanza de la existencia en el conjunto
asimétrico de un solo género. Cuando los te quiero no se pronuncien como se
pronuncia
el deseo, cuando el amor, equitativo, comparta por igual la vida y la muerte.
el deseo, cuando el amor, equitativo, comparta por igual la vida y la muerte.
Solo el silencio quedará cuando los niños
sean ancianos, en el futuro y los ancianos sean niños atrapados en el pasado
del mañana. Quedará el silencio cuando las ciudades duerman el impuesto de la
indiferencia. Cuando los mendigos reclamen el derecho a la limosna del sentimiento.
Cuando el verde saturado de la esperanza agriete la dureza progresista del
cemento en el parque jurásico de la soledad. Cuando las flores se amotinen
quebrando el asfalto. Solo el silencio quedará mi mortal amigo, cuando los
espacios abiertos
estrangulen las ciudades, y las estrellas, exiliadas, recompongan el puzle del habita de mi ciudad. Quedará el silencio cuando el expandido infinito desvanezca la eternidad.
Cuando el tiempo congele la criogenia de la humanidad. Cuando no queden esperanzas ni dioses a los que arrastrase. Cuando el universo comprima el punto indefinido de la libertad en el plano de otra existencia más allá del reflejo de otro cosmos. Solo el silencio quedará
cuando el tiempo perezca en el vientre de la eternidad, lejos, muy lejos de la imaginación
de este mundo. Quedará el silencio cuando no queden palabras entre tú y yo. Perecerá la humanidad cuando la memoria se enamore del olvido.
estrangulen las ciudades, y las estrellas, exiliadas, recompongan el puzle del habita de mi ciudad. Quedará el silencio cuando el expandido infinito desvanezca la eternidad.
Cuando el tiempo congele la criogenia de la humanidad. Cuando no queden esperanzas ni dioses a los que arrastrase. Cuando el universo comprima el punto indefinido de la libertad en el plano de otra existencia más allá del reflejo de otro cosmos. Solo el silencio quedará
cuando el tiempo perezca en el vientre de la eternidad, lejos, muy lejos de la imaginación
de este mundo. Quedará el silencio cuando no queden palabras entre tú y yo. Perecerá la humanidad cuando la memoria se enamore del olvido.
Amarnos, fue nuestro pecado, múltiples
deseos, cómplices del silencio de una
vida que calla sus verdades. Caminos furtivos de misterios, destinos de
soledades. Amarnos, fue nuestra odisea, palabras humedecidas por placer que
arrebataban besos, entre los egos del alma. Distancias que añoran suspiros,
cercanías que olvidan pasiones. Amarnos, fue el preámbulo de tormentas,
provocando la ausencia de nuestro amor hereje en un mañana que no nos
pertenece, se nos hace esquivo en los pasos marcados del tiempo.
__Vuela conmigo. No puedo calmar estar ganas
de desearte y postrarse a mi cama, llenarte de caricias así como son mis ansias
por ti. Quiero desprender tu ropa como un loco salvaje, despertar tus instintos
ocultos e inquietar tus deseos perversos.
Deja que fluyan las emociones, quiero
escuchar tu furia por querer explotar sobre mi cuerpo hasta saciar tu sed.
Imagina como si fuese nuestra primera y última noche juntos, quiero que hoy
sea un momento inolvidable. Necesito de tu miel, sujétame hacia a ti, tócame
tan fuerte como tus anhelos y hazme tuyo
a la luz del sol.
Vuela conmigo no pienses en las horas, sé
como el tiempo, avanza sin detenerte,
solo entrégate con todas fuerzas. No despegues tu piel junto a la mía, solo
goza nuestro calor, deja que sude una y otra vez, siente y disfruta de esta
pasión.
Salieron en principio a comprar celulares,
los repartieron en la casa y en la brigada, en el estudio y se abandonaron a lo
que el asesino dispusiera, al juego macabro que los había atrapado.
__ ¿Dirías que es un asesino serial, Pedro?
_preguntó Daniel.
__No lo sé aún. La gente confunde serial con
múltiple. El asesino serial es más complejo con un perfil diferente. Tiene un
móvil, deja un sello, es condición que cometa dos asesinatos o más pero sigue
un patrón. Por tanto en él aún no podemos saberlo.
__ ¿Qué móvil puede tener contra una chica
casi una nena si ni siquiera la violó?
__Tampoco lo sabemos, no es simple como el
sexo seguro. Ni estoy seguro que el sello sea ese papel que nos hizo buscar.
Sonó el teléfono y un escalofrío nos
recorrió.
__Hola _ dijo el asesino__. Supongo que
temían que no volviera a llamar.
__No sabemos bien qué pensar _dijo, Daniel.
Se rio.
__He aprendido que la certeza es algo que
poca gente tiene en su mundo.
Se produjo un instante de vacilación.
__ ¿Han hablado con la policía? __preguntó.
__Sí. El bolsillo trasero derecho.
__ ¿Y bien? Vamos, doctor Graziani, usted
trabaja codo a codo con ellos ¿verdad? ¿Qué tenía la chica en ese bolsillo?
Guillermo resopló.
__ ¿Por qué no me dice usted qué me han
respondido? _retrucó Guillermo.
__Ah. Cautela _dijo. Volvimos a oír aquella
risa impersonal. Nos pareció horrible__.
Está bien __prosiguió __. No lo culpo por querer estar seguro. Lo que la
policía encontró en el bolsillo trasero derecho del pantalón de la chica, y
esto viene a ser como mi contraseña de identidad con ustedes, fue una hoja de
papel blanco plegada. Papel de notas, común como el que están usando ahora
mismo, corriente como el suyo, Daniel, o como sus notas Pedro. En ella había
dos palabras escritas: “Número uno”, ¿correcto? Reconozco que al inicio quise
confundirlos y seguir el número de mi colega que asesinaba por sexo, pero luego
retomé mi propio derrotero, y no, este camino se inicia acá, y es el número
uno.
__Eso es lo que han dicho __confirmó
Guillermo mientras echábamos miradas cómplices y cargadas de interrogantes.
__ ¿Están convencidos ahora de que yo la
maté?
__Sí.
__Bien. Podemos continuar.
__ ¿Qué es lo que quiere? __preguntó Pedro.
Él debió contener el aliento, porque momentos
después soltó bruscamente el aire. Otra vez parecía estar poniendo en orden sus
pensamientos o jugando con nuestra paciencia.
__Los necesito a ustedes, en verdad necesito
a los medios, y elegí al periódico porque llegó primero, y ya que está asociado
al afamado penalista y su perito mucho mejor.
__No le sigo _dijo Daniel.
__La gente tiene que entender.
__ ¿Entender qué?
__Por qué hubo un número uno. Por qué habrá
un número dos, por qué un número tres. Cuatro…
Podrán contarlos ustedes mismos.
Daniel tomó un trozo de papel y escribió como
si no pudiésemos escucharlo o entenderlo: “Habla de más asesinatos. Luego tomó
el lápiz y escribió: “Por qué” y lo subrayó tres veces.
__Dígame por qué __pidió Pedro.
Hizo otra pausa para meditar y, un momento
después, comenzó a hablar en tono bajo y sereno.
__A ver, como psiquiatra entenderá Pedro.
Hasta puede que le cause compasión.
Cuando
era niño, vivíamos en Estados Unidos, en una zona rural, de tonalidades verdes
y marrones. Todavía recuerdo los campos
en primavera, hectáreas de tierra parda llena de surcos abiertos por los arados
de los que tiraban los tractores... A veces, camino de regreso de la escuela,
me detenía a observar a los granjeros montados en sus máquinas, conduciéndolas
en interminables líneas rectas por los campos, volviendo de vez en cuando la
mirada atrás como si quisieran leer el futuro en las huellas que dejaban.
_ ¿Qué mierda dice? _susurró, Guillermo.
__Déjalo, veamos a dónde va _respondió
Pedro__. No logro encuadrarlo ni saber qué quiere, y lo necesitamos para
prevenir los asesinatos.
_Era una época repleta de sensaciones, la de
la siembra... Los árboles se cubrían de hojas, y el gris y el negro del
invierno se desvanecían bajo el verdor. Los días eran templados y yo
contemplaba a los agricultores esperando que terminaran. Recuerdo el estruendo
distante de las máquinas que cruzaban los campos durante todo el día.
“Vivíamos en una casita pequeña contigua a una granja, el bus escolar
me dejaba a más de un kilómetro y tenía que hacer el resto a pie.
En casa solo éramos mis padres y yo, solo
tres. Él era maestro y trabajaba en la escuela a la que yo asistía, pero
enseñaba a niños mayores que yo.
Solo había dos dormitorios en la casa, y
recuerdo que en las noches, oía correr el agua del baño e intentaba imaginar si
sería mi madre o mi padre quien se había levantado a orinar. Él me pegaba casi
siempre, a veces sin razón. Era un hombre pequeño, fuerte, musculoso, no tenía
aspecto de maestro sino más bien de peón de la granja. Por las noches se
sentaba a leer junto a la lámpara de la sala. Casi siempre leía grandes obras. Tòlstoy, Dostoievski, Dickens. De cuando en
cuando, se detenía y leía algo en voz alta.
Entonces se detenía y me hacía repetir las
palabras que había oído, para poner a prueba mi memoria. Cuando me castigaba lo hacía en la cocina. Tenía una
vara, una vieja palmeta que guardaba de la época en que estaba permitido que se
usara en el distrito escolar. Mi madre se mantenía a un lado, a menudo
removiendo la cena lentamente observando, sin abrir la boca. Él me obligaba a
confesar mi falta: regresar tarde, irme por ahí con amigos con los que él no me
dejaba juntar, alguna travesura, lo que fuese, lo que hacen los niños pequeños.
Siempre me avisaba cuántas veces me
golpearía. Llegué a conocer bien mi tolerancia a sus torturas, de modo que
podía calibrar si valía o no la pena exponerme a un castigo por tal travesura.
__Ya era calculador y manipulador _susurró,
Pedro.
Pero lo que escribió fue: “Niño humilde de
padre golpeador culto y madre sumisa, él
mismo con acceso a la cultura. Manipulador, calculador, inteligente.”
__Siempre me propinaba golpes con la misma
fuerza, ninguno dolía más que el otro. A medida que me los daba me hacía
contarlos en voz alta, era un hombre muy estricto. Aún hoy, emplea siempre un
tono de desaprobación al hablar. Mientras me pegaba, yo miraba por la ventana
de la cocina. Recuerdo que alcanzaba a ver un árbol y, entre sus ramas, el
cielo. El dolor me resultaba más llevadero en esas ocasiones en que dejaba que
mi imaginación se evadiese hacia el cielo, azul, gris, negro o del color que
fuese.
Los castigos se endurecieron el verano que
cumplí trece años. Aumentó el número de palmetazos contra mi espalda, y el tono
de mi padre se volvió más severo. Ese verano, crecí mucho, demasiado para él.
De pronto, era más alto y más corpulento y mi voz se volvió profunda como la de
él.
Una vez levantó la vara y nuestras miradas se
encontraron. Le dije: ¡basta!, él dejó la palmeta y asintió. Creo que esa fue
la primera vez que me tuvo miedo. Entonces miré a mi madre. Ella sonrió y dijo:
“Bien” con su voz débil.
Esa noche, en la cama, esperaba oír correr el
agua en el baño, pero no sucedió. Me sumí en un sueño inquieto saltado por una
pesadilla, desperté contorsionándome por ella apenas antes del amanecer. No la
he olvidado nunca, en ella mi padre me
castigaba con la vara y, con cada golpe crecía y se hacía más fuerte y duro. En
el sueño, me invadía un terror implacable que me impedía respirar, sentía que
los varazos me dejaban sin aire los pulmones y que me ahogaba mientras mi madre
observaba con expresión benigna.
Esa tarde me entretuve al volver de la
escuela en casa de un amigo y llegué tarde para la cena. Mi padre me gritó y me
insultó y protestó, pero no volvió a tomar la vara. Recuerdo que tuve la
sensación de pérdida, como si contara con recibir mi castigo que era para entonces una especie
de reflejo condicionado, y, curiosamente, lamenté el haberme librado de los
golpes.
En los días siguientes intenté algunas cosas
más, que normalmente habrían provocado la ira de él.
Ninguna tuvo éxito. Era como si en esos
momentos hubiera dejado atrás mi niñez. Las noches convertían la oscuridad en
pesadillas y me despertaba sudando, con las sábanas mojadas y frías arrebujadas
en torno a mí, a veces permanecía despierto. Cada sonido se me antojaba un
alarido estridente, por débil que fuese. Esa inquietud no me abandonó cuando
nos mudamos a la ciudad. A veces, por las noches tenía la sensación de que oía
crecer mi cuerpo e intentaba encerrarme en mí mismo, ahuyentar todas las
pesadillas.
Más tarde en el tiempo, me dejaban solo en el
puesto de escucha del perímetro en las horas más oscuras de la noche, porque el
teniente sabía que, de todos modos, yo apenas podía dormir y que mis oídos eran
sensibles al menor ruido. De modo que, en cierta manera, eso contribuía a que
los demás descansaran mejor porque sabían
que yo los alertaría a tiempo de la proximidad de zapadores enemigos o
de cualquier peligro.
Yo me tendía con las piernas extendidas, con
la espalda recostada en la pared de tierra de la trinchera y la cabeza echada
atrás escuchando.
__ ¿Trinchera?
__La mayor parte del tiempo miraba el cielo.
Recuerdo que me parecía extraño que fuese igual al de mi infancia en el campo a
kilómetros de distancia. De vez en cuando me revolvía en la trinchera tal como
lo habría hecho en mi cama, en casa, y escrutaba la oscuridad del perímetro.
Para algunos la jungla cobraba vida por la noche y se rebullía, amenazadora.
Pero para mí, era acogedora. Yo no tenía miedo, a diferencia de los demás. Por
alguna razón, a mí me agradaba estar allí y, mientras esperaba, acariciaba la
boca de mi fusil.
Esa fue una época tranquila para mí. Supongo
que en eso residía la paradoja esencial en el hecho de que lo que aterrorizaba
a los demás me produjese a mí una sensación placentera. Eso es lo que siento
ahora. Recuerdo que, más tarde, cuando sobrevino el verdadero horror, pensé que
me encontraba en medio de una representación teatral, de un ejercicio
dramático, que el horror que veían mis ojos no era real. Pero ya hablaré de eso
más tarde. Fue entonces cuando decidí que había que hacer algo.
¿Quieren saber por qué? Todo esto no es más
que puro teatro. Es una obra, quiero brindarle a toda la gente de esta ciudad
bien iluminada la oportunidad de saber lo que es el vacío de la noche. De
conocer la pesadilla.
Entonces se interrumpió.
Podíamos oír su respiración regular. Mientras
hablaba, su tono apenas había cambiado. Por un momento intentamos pensar en
algo que decir, una pregunta. Luego entendimos que era mejor escucharlo y nos
quedamos contemplando girar las bobinas de la grabadora.
__ ¿Por qué ha llamado? _ susurró Daniel.
__Ustedes _ dijo con su voz clara, serena,
cruel__son mi medio de expresión. Los artículos, publicados y la voz de los
doctores a los medios transmiten mi
mensaje. Bienvenidos _hizo una pausa __ a los parámetros de la pesadilla.
De nuevo se impuso el silencio, Pedro
continuaba trazando los rasgos, solo se oía la respiración del otro lado de la
línea. “Posible militar o paso por una guerra lo que explicaría la ejecución”.
Antes
de que pudieran abrir la boca, él prosiguió:
__Imaginen por un momento lo que sintió la
primera víctima: la intensidad de los sentimientos y las emociones que
experimentó en sus últimas horas. Ella y yo hablamos durante un buen rato. Creo
que incluso llegamos a estar horas juntos. En algunos momentos deseé que la noche no terminase
jamás.
“Al
principio, supongo que ella estaba asustada, pero conservó la calma de manera
notable. Me preguntó adónde la llevaba y se sobresaltó cuando le respondí que
iríamos a un lugar donde pudiésemos estar solos, creo que se temió que la
violaría con tanto degenerado suelto, de modo que le dije que no pensaba
tocarla, que lo único que quería era hablar un poco con ella. Eso pareció
tranquilizarla, así que calló.
¿Homosexual… Impotente?, agregó Pedro al
esbozo del perfil.
__Quería que le desatara las muñecas, pero le
dije que no podía, que era una cuestión de confianza, más tarde, tal vez. Ella
quiso saber si se trataba de un secuestro y le respondí que sí, en parte porque
en cierta forma era la verdad, en parte porque supuse que estaría más tranquila
al tener una idea concreta a la que aferrarse.
Recuerdo el viaje en coche a través de la
noche. Yo había cerrado las ventanillas pero el automóvil no tenía aire
acondicionado, y yo notaba que el calor de la noche, oscuro, se filtraba desde
el exterior. Las luces de la calle arrojaban sombras grotescas sobre el camino,
tenía que luchar contra el impulso de esquivarlas.
Cuando nos detuvimos, en un lugar solitario,
no lejos del agua para percibir el olor y que le sirviese de consuelo, me
preguntó por qué estaba haciendo eso, y le contesté que solo era el primer acto
de un espectáculo más prolongado. Le costaba entenderme: supongo que yo siempre
hablaba en términos abstractos y el pánico no le facilitaba su comprensión. Con
todo, insistía, hacía preguntas y me pedía que definiese mis condiciones.
¡Dios mío, qué hermosa estaba, recostada
contra el costado del coche, con el rostro inclinado hacia el sonido de mi voz,
tratando de oír, tratando de sentir el agua!
Entonces me invadió una profunda sensación de
paz y, con ella, vinieron las lágrimas.
Me pregunté si todas las víctimas serían tan
serenas, tan tranquilas. Rompí a llorar, y ella también, y entonces, le hablé
de la guerra y me contó el caso de su
hermano, que estuvo allí más o menos el mismo tiempo que yo. Charlamos sobre
los problemas de la adolescencia y nos reímos mucho al respecto, porque ella
comentó que, por buenos que sean tus padres, siempre te sermonean, y yo estuve
de acuerdo. Era una jovencita estupenda. Por un momento, contemplé la
posibilidad de abandonar.
Otra vez se quedó callada, como si estuviese
evocando de nuevo el recuerdo de aquella
noche.
Mientras él hablaba, nos habíamos puesto a
pensar en todos los sitios de la ciudad oscuros y cercanos al agua, adonde él
podría haber llevado a la chica. Había miles.
__ ¿Saben? __continuó__. Los mismos
sentimientos que me empujaban a suspender el plan fueron los que me revelaron
que era la víctima perfecta. Tuve que desechar la idea de dejarla con vida.
Recuerdo que caminé hasta la orilla y metí la mano en el agua. Estaba tibia,
como un baño de medianoche. Oía las olas que chapaleaban y rompían suavemente
en la costa. Las luces de la ciudad y las del cielo, las estrellas y la luna,
se reflejaban en la superficie.
Regresé, me senté frente a ella y la observé
en la penumbra. Creo que ella no me veía. Forcejeaba un poco, intentando
desatarse.
Esperé casi hasta el amanecer. En Vietnam esa
era siempre la hora en que todos estaban más asustados. La luz nos infundía
cierta seguridad, del todo injustificada supongo, pero siempre estábamos
ansiosos por que llegase la mañana. Todo el mundo se levantaba, preparaba las armas y registraba
el perímetro. Y nunca los pillaron desprevenidos.
Titubeó.
__En los últimos momentos nos desplazamos
hasta el campo de golf. Creo que esto la confundió un poco, porque no paraba de
preguntar qué hacíamos allí. Me pareció que otra vez tenía miedo de que la
violara así que la tranquilicé. Cuando llegamos a los arbustos, donde hallaron
el cadáver, le indiqué que se arrodillara de cara al este. Entonces le dije que
observara la salida del sol, que sería como una explosión de luz. Una vez la
tuve en posición le apunté con la .45 con el cañón inclinado hacia arriba para
preservar la expresión del rostro. Le dije: Mira, está saliendo el sol, y
cuando ella se inclinó hacia delante para ver mejor, disparé.
Ella no sintió dolor, de eso estoy seguro. Y
en sus últimos momentos no estaba asustada.
Tal vez, incluso, me habría perdonado, si lo
hubiera sabido. __Hubo otro instante de silencio__. Cuando leí el artículo,
acerca de la familia y de quién era ella, comprendí que había tenido suerte:
había hecho una elección perfecta.
__ ¿Cómo fue…? _comenzó Pedro a preguntar.
__Que la elegí, muy fácil _dijo__. Ella estaba
caminando y yo detuve el coche con el pretexto de pedirle indicaciones para
llegar a cierto lugar. Fue fácil obligarla a subir y atarla.
La mente quedó en blanco. Las palabras y las
imágenes que se habían agolpado en ella mientras el asesino hablaba se borraron
de golpe cuando el silencio se apoderó de la línea.
__Aún no entiendo… _dijo Daniel.
__A cualquiera le costaría. __Volvió a
reflexionar unos instantes__. Cuando yo estaba en el extranjero hubo una
ocasión en que sufrí suspensión súbita de la razón. Entonces participé en un
hecho de vandalismo. Aún no puedo describirlo. Pero durante años ese episodio
ha estado allí, pudriéndose en mi mente. Ninguna de las emociones comunes, la
culpa, ansiedad, dolor, y demás, me ayudaron a conjurar esas imágenes que me atormentaron como mis pesadillas de
niño, o más, porque estas eran reales y me dominaban aun en vigilia.
Y luego esa estación tan sensual, esa
primavera, vi en la televisión que todo se venía abajo allí. Las imágenes
mostraban más hombres y mujeres aterrorizadas que pataleaban y se aferraban a
los patines mecánicos de los helicópteros con la esperanza de que los
transportasen a lugar seguro. Vi que abandonaban el país. Entonces pensé en
todos los horrores. Vi en las pantallas los rostros desencajados por el miedo.
__Nadie lo sabe, pensé. Nadie comprende lo
que ocurre en realidad, para ellos es solo una noticia de la televisión, un
titular, una foto gris y granulosa.
Entonces decidí compartir mi horror con todas
las personas complacientes, con aquellos que me enviaron allí en vano.
Ese fue el propósito de esto. __Se rio__.
Suficiente. Me pondré en contacto con ustedes luego del número dos.
__! Espere…! __ gritó Pedro que entendió el
mensaje.
Pero… había cortado.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES
CINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Graciela Hermoso ¡¡¡¡¡
ResponderEliminarDIlma Hermoso.
ResponderEliminarMarta Bonitooo.
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarBeatriz Muy lindo. Ahora encontró la felicidad con ese amor!!
ResponderEliminarSusana Buenisimooo..
ResponderEliminarMartha S Me encantoó
ResponderEliminarKuki 👏👏👏💯💯
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarChikis Bellísimo el mejor
ResponderEliminarIsabel Maravilloso
ResponderEliminarSyl Gracias Eve.
ResponderEliminarIris Hermoso...
ResponderEliminarSuspiro, suspiro, suspiro!!!
Ma Isabel Creo que están en el alma, sentimientos, valores, vibración del amor en el espacio que no se vé solo se siente y es eterno.
ResponderEliminarMuy bello
Aurea Hermoso
ResponderEliminarKarolina Que hermosa
ResponderEliminarGeovanna bella 😢
ResponderEliminarHermoso.
Paola Bella gracias
ResponderEliminarMoises Ext@sis
ResponderEliminarMitzi¡Exelente!
ResponderEliminarPatri Maravilloso!!! Super original!
ResponderEliminarMirta Hermoso!!!
ResponderEliminarVilma Guauuuuuu
ResponderEliminarAntonia ¡Si este amor recorre mis venas!
ResponderEliminar¡Si tu amor me llena de vida!
Mari Bellísima
ResponderEliminarAlicia Bellísimo y Emotivos Sentimientos! Gracias
ResponderEliminarMuy interesante Eve...Una trama policial que me atrapa y un amor valiente que va a enfrentar a todos para ser vivido plenamente y en libertad...
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