“NO
SOY YO”.
CAPÍTULO
VEINTIUNO.
“No
sientas vergüenza. Si yo pudiera soñar, soñaría contigo”.
Stephenie Meyer.
Stephenie Meyer.
“El
amor puede aún esperar todavía
cuando la razón desespera”. George Lyttelton.
cuando la razón desespera”. George Lyttelton.
__Has dicho… has dicho que se apellidaba Mc
keen.
Él no aflojó el abrazo.
__Camila realmente era Moravia, yo conozco a
Orestes, son Moravia, ese apellido que usó no es real. Pero sí, usó para
patentar la droga Tom Mc keen.
Su familia es la dueña de Mc Keen Publishing
desde hace años.
Gastón dejó caer los hombros al tiempo que
sentía el amargor de la bilis en la garganta.
__ Me dijo… me dijo… que no era conveniente
que trabajara fuera, pero al fin me permitió realizar colaboraciones
independientes. Sabía que a la larga terminaría trabajando para Mc Keen
Publishing.
__Sí, y no quiero que vayas a trabajar,
mañana ni pasado, no por ahora.
La verdad lo liberaría. No podía dejar que
todo eso lo derrumbara. No iba a hacerlo. Había llegado muy bien. Lo único que
podía hacer, era seguir buscando las respuestas que sabía que se encontraban en
algún lugar.
Y lidiar con las consecuencias… cuando se
presentaran.
__ ¿Estás seguro de haber revisado todas las
cosas de Camila?
__Sí, al menos las que estaban en casa sí,
pero mira lo que había en esa clínica. Cómo saber en cuántos lugares tenía…
cosas.
Guillermo tenía una losa en el pecho,
su angustia crecía a cada instante, quedaba de su parte más, mucho más
por decir, pero al menos por ahora, solo podría hablarlo con Agustín, no se
sentía capaz de volver a poner a prueba la confianza de… Pedro.
__La película empeora por momentos. __Agustín
estaba junto al bar del despacho de Guillermo. Se pasó una mano por el pelo.
__Ya te digo.__ Guillermo se sirvió un vaso
de soda mientras miraba hacia el otro extremo de la estancia, donde se
encontraban Gastón y Gaby, sentados en el suelo, cerca de los ventanales
charlando en voz baja. Gastón había puesto buena cara cuando aparecieron Gaby y
su hermano pero él se había percatado de que le temblaba la mano cada vez que
tomaba la copa de vino o que picoteaba de la comida china que había llevado__. Se
niega a pasar la noche en mi casa, es muy cabezota, pero no quiero que pase la
noche solo, menos que se escape a esa
casa de la playa.
__ ¿De verdad crees que alguien puede
intentar hacerle daño?
__Agustín, hasta hace días él estaba muerto
para muchos, me incluyo, pero hoy su casa y su rostro están en todos lados por
culpa de la conferencia de prensa de hoy. Lleva semanas husmeando en esa
clínica privada que ya ves lo que es. Alguien lo vio y le cerraron el paso a
sus archivos. Saben que está buscando respuestas. __ Lo miró de nuevo__. Ya ha
sufrido bastante y no quiero preocuparlo, pero no se lo he contado todo, ni
quiero que justo ahora vuelva a perderme la confianza.
__ ¿Por qué será que eso me ha puesto los
pelos de punta?
Guillermo se volvió para que Pedro y Gaby no
escucharan.
__ Tom Mc Keen se puso furioso cuando retiraron el tabofren,
hasta entonces su empresa era la niña mimada de las autoridades, las pérdidas
fueron millonarias. Había invertido mucho dinero en los ensayos clínicos.
Apareció por aquí y estuvo a punto de arrancarme la cabeza, pero no es lo peor,
estaba vestido de hombre, con el cabello corto, pero…
__ ¿Camila? ¿Crees que era ella?
__ Estoy seguro y se lo dije, lo negó a
muerte, igualmente como pensé que Pedro estaba seguro conmigo y los chicos lo
dejé correr, pero ella supo que habíamos decidido apoyar la decisión de la FDA.
Me dijo que encontraría la manera de que lo aprobaran con mi ayuda o sin ella.
Me lo o la quité de encima, Agustín __dijo, inclinándose hacia delante__. Pedro
desapareció una semana después. Y es lo
lógico de pensar simular una muerte en vuelo, allí no queda nada, no hay
cuerpo, si se intenta simular un accidente de coche, se busca ADN, placas dentales,
¿cómo lo hizo?, no sé.
__! Mierda!
__He pensado en contactar algunos políticos,
ver si están las cintas de las cámaras del aeropuerto, sé que ha pasado
demasiado tiempo, pero necesito saber qué hicieron, pero no le digas a nadie.
Todavía hay más. Hace unos años me llegó el rumor de que en Canadá se estaban
realizando ensayos con un fármaco muy similar. Allí no hay una agencia
vigilando cada paso como la FDA o acá la ANMAT, muchos investigadores trabajan
en centros privados con dinero de los peces gordos, los mismos que manejan el
mundo, y allí es más fácil obtener el visto
bueno del gobierno, y cuando una empresa obtiene los datos, es muy
sencillo filtrarlos bajo cuerda a Estados Unidos, siempre y cuando se conozca
gente adecuada, mismo a otros países. Y si una empresa puede demostrar que un
fármaco es seguro y fiable la FDA lo
someterá a consideración, o a veces enmascaran los daños, haciendo los ensayos
con el principio activo puro cuando lo dañino son los adyuvantes protegidos
luego bajo secreto de comercialización.
__ ¿Y crees que acá o en Chile lo estaban
probando por su cuenta?
Guillermo se sentía tan culpable que se le
revolvió el estómago.
__No lo sé. Pero eso es lo que creo. Moravia
estaba metido en cosas raras, no sería extraño que usara el cerebro de Camila
para sus fines en este rubro y creo que ella estaba utilizando la clínica
privada como laboratorio de ensayos y, después enviaba los datos quizá a la
empresa canadiense, y uno de los conejillos más cercanos que tenía era Pedro.
Necesitamos encontrar a Nancy, la enfermera que aparece en la historia clínica
de Pedro, era amiga de ella.
__En la historia clínica de Gastón _lo
corrigió, Agustín.
__Sí, claro, a Pedro lo mató para más
seguridad, le hizo olvidar su identidad y usó la falsa. __ A lo mejor, Nancy
sabe quién más colaboraba en esto.
__ ¿Habrán acabado de cuchichear? __Gaby dejó
su copa en la barra y le quitó el corcho a una botella de Merlot medio vacía.
Guillermo miró de reojo y comprobó que Gastón
había salido.
__Solo estábamos alardeando de nuestras
conquistas sexuales. __Agustín le guiñó un ojo a Gaby__. He superado a Guille.
Gaby se llenó la copa y lo miró de soslayo.
__Dos chicos hablando de sus conquistas. Qué
sorpresa. Guille, ¿tu empresa no venderá por casualidad algún medicamento para
tratar la disfunción eréctil?
__No, lo siento, pero si quieres puedo
ponerte en contacto con alguien que sí lo vende.
Gaby miró al amigo con una sonrisa malévola.
__Es que hay un tipo que lleva un tiempo
intentando que salga con él, pero no sé si será capaz de aguantar cuando llegue
el momento.
__Me parto con ustedes dos _replicó,
Agustín__. Preciosa, cuando quieras hacer una prueba, solo tienes que
decírmelo.
Gaby se echó a reír y el sonido deshizo el
nudo que Guillermo sentía en el pecho, aunque fuera un alivio momentáneo.
__Estoy seguro de que eso no sucederá jamás.
Pero me alegro de volver a verlos hablando.
__Guille es incapaz de mantenerse enojado
conmigo _ aseguró Agustín__. Hoy soy el único amigo que tiene.
__Sí, lo que vos digas. __Guillermo se
dirigió a Gaby__: ¿Podrías quedarte esta noche con Pedro y Bruno en su casa?
__ ¿Quieres decir con Gastón? __ Gaby miró a
Agustín.
__Ya, terminen con lo de los nombres, a mí me
sale Pedro, ustedes ya saben de quién hablo y sí, no quiero que esté solo en
esa casa aislada, menos en la de la playa que le presta un tipo de la empresa,
ya Agustín te contará, y menos que vaya a trabajar por ahora.
__Tengo que pensar en Betsy. La he dejado con
una amiga. Pero supongo, que sí, que Pedro y Bruno pueden venirse a mi casa.
Pedro volvió del cuarto de baño y todos
guardaron silencio.
__Rápido _ dijo al llegar junto a ellos,
esbozando una sonrisa que no llegó a los ojos__. Cambien de tema. Ha vuelto al
despacho.
Agustín le pasó un brazo por los hombros de
manera tan cálida y relajada que Guillermo deseó poder hacer lo mismo.
__De momento hemos agotado el tema de sexo y
las drogas. Lo siguiente es el rock. Elige un grupo.
Pedro esbozó una sonrisa que le provocó una
opresión en el pecho. Lo había echado de menos durante cinco años. Esa sonrisa
y muchas otras cosas.
__ ¿No quieres? __Agustín enarcó una ceja__.
Vale, entonces vamos a hablar de con quién vas a dormir. Puedes elegir, con
Gaby, con Guille o conmigo.
__Están hablando en serio, ¿verdad?
__Me temo que sí. __Agustín suspiró__.
Acabamos de tomar por asalto y robar en una clínica y la prensa te ha sacado fotos, ¿recuerdas? El
consenso es que no puedes quedarte solo.
__Siempre he estado solo creo. Soy adulto.
Puedo cuidarme por mí mismo.
__Gastón, o Pedro _ dijo, Gaby__, has tenido
un día agotador. Danos el gusto, por favor.
__Tengo que pensar en Bruno.
__Bruno y Malena están con nuestros padres
__le recordó Agustín__. Seguro que están nadando en la piscina del hotel o
asaltando el minibar. Hazme caso, está perfectamente, déjalo que pase tiempo
con los abuelos.
Gastón se mordió el labio inferior. La
tensión de su cuerpo era evidente y cuando levantó la mano para frotarse la
cabeza, Guillermo sintió un enorme deseo de enterrar los dedos en ese cabello
castaño y masajearle el cuero cabelludo como hacía cada vez que terminaban de
hacer el amor o para aliviar el estrés que él había ocasionado en los últimos
días. Si él se lo permitiera, estaría dispuesto a hacer cualquier cosa con tal
de aliviar la tensión que lo abrumaba.
__Hoy
me tomaré el resto del día para no pensar en vos, Pedro, te alejaré de mis
pensamientos tan rápido como mueren mis besos al viento, evitaré mirar tu
rostro prendido entre mis manos.
Negaré tu nombre a las rojas rosas que me recuerden el color de tus labios, evitaré acariciar los pétalos de una flor y sus hojas aterciopeladas, todo lo que me haga pensar en la suavidad de tu piel.
Negaré tu nombre a las rojas rosas que me recuerden el color de tus labios, evitaré acariciar los pétalos de una flor y sus hojas aterciopeladas, todo lo que me haga pensar en la suavidad de tu piel.
Hoy
me negaré a las letras, evitaré crear palabras con sentido que hablen de este
amor que me desgarra por dentro y que obliga a traerte a mí a cada momento.
No te pasearás libremente por mi mente, no te adueñarás de mis sentidos, le prohibiré a mi piel erizarse al recordar tus suspiros, al recordar tu voz diciendo te amo o que, en un momento íntimo y secreto, por mí nuevamente, se te escape un gemido.
No te pasearás libremente por mi mente, no te adueñarás de mis sentidos, le prohibiré a mi piel erizarse al recordar tus suspiros, al recordar tu voz diciendo te amo o que, en un momento íntimo y secreto, por mí nuevamente, se te escape un gemido.
Hoy
aceleraré los segundos, los minutos y las horas, le pondré alas al tiempo,
fundiré el día con la noche, negaré a mis ojos sentir la luz de tu mirada en el
día y en la noche creer ver dibujado tu rostro entre las estrellas. Evitaré que
encuentres el momento de invadirme por completo, no te daré espacio ni en mi
alma ni en mi cuerpo… verás que no abrazaré mi pecho pensando que en la
distancia me aferro a tu alma, a tu amor.
Hoy
me tomaré el día, sí… como tantos otros para llenarme de estas mentiras… como
negar que eres el primer y último pensamiento del día y que aun en el inconsciente
sueño algo de vos y me recuerda que te pertenezco. Burdo engaño es creer que quiero escapar de vos, si este amor en mi
pecho desata un infierno de tan solo mirar tu rostro y desear besarte.
Hoy
me tomé un instante del día para tan solo imaginar qué vacíos e infelices serían
mis días, si no tuviera la dicha de tu amor llenando mi vida…
Cómo carecerían de sentido mis sueños y palabras si no hablara en ellos de lo mucho que te pienso, del deseo incontrolable que siente por tu piel mi cuerpo y de la necesidad que abraza mi alma de amarte aún mas allá... de esta vida.
Cómo carecerían de sentido mis sueños y palabras si no hablara en ellos de lo mucho que te pienso, del deseo incontrolable que siente por tu piel mi cuerpo y de la necesidad que abraza mi alma de amarte aún mas allá... de esta vida.
Pedro
suspiró.
__Vale,
ustedes ganan _ dijo por fin__. Estoy demasiado cansado como para discutir.
__Miró a Gaby__. Pero sé que tú tienes a la nena. __Después miró a Agustín__. Y
si las cosas están tan mal como creemos, tampoco es conveniente que Gaby se
quede sola. En la conferencia de prensa ha quedado en claro que es mi abogada.
Que fue ella quien me reconoció.
__Gastón…
__protestó Gaby.
__Gaby,
por favor, hazme caso. Me sentiré mejor si tú tampoco estás sola. No quiero ser
el culpable de que alguien acabe herido. Y no vamos a colarnos todos en tu
casa.
__No
voy a…
__No
discutas con ese hombre _ se apresuró a decir Agustín__. Siempre ha sido muy
listo.
Gaby
frunció el ceño y cruzó los brazos por delante del pecho. Sin embargo,
Guillermo supo por su mirada que no pensaba discutir. Estaba tan asustada por
lo que sucedía como todos los demás.
__Eso
no significa que haya cambiado de opinión sobre lo que tú ya sabes, Beggio.
__Todavía
_ añadió Agustín con una sonrisa.
Guillermo
sintió deseos de echarse a reír, pero la situación no estaba para chistes.
Cuando miró de nuevo a Pedro, él ya lo estaba mirando, antes había ya
comprendido lo que significaba la conversación. El estómago le dio un vuelco.
__Supongo
que eso nos deja a nosotros dos _ dijo él__. ¿Tu casa o la mía, Graziani?
__
Guillermo
arrojó las llaves sobre la consola de la entrada y colgó el morral, cerró la
puerta principal una vez que Pedro entró. Sin mediar palabra él se internó en
el living y se detuvo al llegar a la chimenea, sobre cuya repisa descansaban
unas cuantas fotografías, muchas eran de Fabián, pero junto a él, allí estaban
las otras: el día de su boda, un día en que parecía ser la llegada de Malena a
casa, la pareja paseando por el jardín, los dos navegando supuso que en el
Delta.
__Siempre
te arrastro al río _ dijo, Guillermo__. ¿Qué piensas al verlas? ¿Recuerdas o
sientes algo? __le preguntó mientras comenzaron a sudarle las palmas de las
manos. El estómago se le revolvió como si estuviera sufriendo el centrifugado
de una lavadora.
__No.
La
culpa lo abrumó mientras lo observaba mirar una foto tras otra y le atenazó el
corazón. La culpa por haberlo dejado solo en el aeropuerto, por no buscarlo
cuando debió haberlo hecho, por no hacer más preguntas. La culpa por lo que le
estaba sucediendo. La culpa porque alguien o varios le hubieran hecho daño a
propósito hace cinco años y de que él fuera posiblemente el responsable al
menos en parte.
Se
pasó una mano por el pelo, consciente de que las cosas no cambiarían por más
que se regodeara en la culpa. Lo único importante era hoy, mantenerlo a salvo
ahora.
__
¿Estás cansado?
Se
volvió para mirarlo. La luz de la luna se colaba por el ventanal, iluminando
sus rasgos. Sus penetrantes ojos color miel que le leían el alma, los pómulos
con los hoyuelos, el pelo alborotado en el que moría por enterrar los dedos.
__Agotado.
¿Qué dijo Daniela al fiscal?
__Lo
mismo que a vos. La mentira que Camila le ha puesto en la cabeza, pero te
aseguro que los fetos eran cuatro.
__Te
creo.
La
voz era suave y áspera a la vez debido al cansancio. Ansiaba oírle decir su
nombre con ese deje somnoliento como tantas veces antes lo había hecho. Ansiaba
llevarlo en brazos a la cama. Ansiaba rodearlo con sus brazos, perderse en su
cuerpo y en sus senderos y olvidarse del resto del mundo.
Pero
sabía que no podía. Todavía no se fiaba del todo de él. Se había comportado
como un imbécil con él cuando descubrió quién era, y a esas alturas los dos
sabían que era el responsable de lo que le había pasado. Su falta de confianza
estaba justificada, de modo que no podía presionarlo. Por más que quisiera tocarlo,
por más que lo necesitara, era mucho más importante que su Pedro quisiera lo
mismo. Aunque solo fuera una fracción de lo que él sentía.
__Vamos
_ dijo, al tiempo que le hacía un gesto para que lo siguiera__. Te enseñaré la
habitación de invitados.
Pedro
tomó el bolso que habían recogido de su casa y lo siguió rumbo a la escalera.
Oyó sus pasos detrás de él y olió su suave perfume. La simple idea de que fuera
a pasar la noche en una habitación al otro lado de un pasillo que la suya le
provocó una erección. Tan cerca. Tan vivo.
Una
ducha fría, helada. Eso era lo que necesitaba con urgencia. Tal vez dos. O
diez.
Abrió
la puerta de la habitación de invitados y cuando Pedro pasó a su lado, el
simple roce sedoso de su pelo en el hombro lo estremeció. El roce le provocó
una descarga eléctrica que fue directa a su entrepierna y una infinita
añoranza.
__Olores
de humedad, pubertad en los cristales rotos por el viento que trae deseos de
placer en sus brisas. Tiemblan las paredes vírgenes al encuentro de besos afrodisíacos, que hacen estremecer sus firmes cimientos. Ojos
en la oscuridad, miradas desgarradoras de un lado a otro, sos
vos viejo reloj testigo en el camino de
diversas historias que anclan en los recuerdos. Afuera se escuchan ecos de
voces que irrumpen como fantasmas en las calles donde el destino nos unió, donde el silencio es cómplice de nuestro
pecado. Mientras tanto la antigua puerta rechina al moverse sin poder evitar el
control de sus irónicas risas nerviosas al escuchar suspiros en los espacios de
la noche. La lámpara en aquel rincón nos delataba al encender descontrolada por
el instinto de ver las sombras de nuestras siluetas.
¿Recuerdas
aquella cama?, cómo olvidar a nuestra amiga inseparable, que lloraba pero de
alegría, cuando protagonizábamos batallas encarnizadas por locuras de aquel
divino amor.
Ambos
seduciéndonos, unidos como agua y arena
en un mar de pasiones provocando olas que ahogaban el dolor. Imponiendo la
felicidad que existe en la libertad de dos almas que se aman a pesar de su majestad
el implacable tiempo.
__Guille…
__Perdón,
hablé en voz alta.
__El
amor nunca deja de ser un beso de miel tildado de canela. Una caricia en un
vacío inexistente. Un susurro en una noche helada. El canto libre de un gorrión
o un arco iris de mil vivencias y sensaciones. El amor es una palabra sincera,
es el verbo cargado de lirismo y romance de un juglar enamorado. Es esencial
que se respire en el ambiente y pasión que se siente en el alma.
El amor es inclinación, es intensa atracción, es convivencia, es esmero, es agrado.
El amor es un sentimiento de afecto, de compromiso y amistad incondicional y no por ello deja de ser, un beso de miel tildado de canela.
El amor es inclinación, es intensa atracción, es convivencia, es esmero, es agrado.
El amor es un sentimiento de afecto, de compromiso y amistad incondicional y no por ello deja de ser, un beso de miel tildado de canela.
__Hoy sos mi
amor como ayer y como hace un año, y diez. Mi hombre amado, como leche mecida, como arrullo sagrado, camino
hacia el mar de las nubes de mi mente. Si el miedo se va voy
y duermo en tu cuerpo, despertaré cada día en el sueño de tu boca. Si él
se va... seremos eternos, hinchados de amor, llevo tanto entre mis dedos apenas con un
roce, mas... te haré mío de aquí a la noche mientras beso las fronteras de tu
cielo con los labios sujetos a tu espalda. Y aguantaré mi castigo con tal de
que mis dedos naveguen entre tus piernas,
Hasta que maúlle tu boca y mis labios te besen la boca, ya después que decidan los dientes en las sábanas ya arrugadas de amores.
Hasta que maúlle tu boca y mis labios te besen la boca, ya después que decidan los dientes en las sábanas ya arrugadas de amores.
Te
soñé tantas veces... Fue como un desnudo a quemarropa, como un desembargo al
alma, como un tiro de deseo. Te soñé tantas veces que hoy ya duermo en tu boca.
Se fue el que nunca te vio, se marchó quien jamás supo hacerte hombre. Mas hoy
entre el descanso de mi piel duermes sobre mí con los ojos cerrados, hoy por tu
piel resbalan mis dedos, mi boca, mis gemidos de hombre, hoy para vos es como si fuese tu primera vez, pues hoy
te sientes hombre por primera vez entre
mi boca, sos hombre amado y deseado.
__Despierto;
Guille, no quiero negarlo, abro los ojos
y eres tú mi primer pensamiento, ya te
dije todas las palabras de amor que habitan en mi mente. Tu nombre vive en mi
corazón, mi amor. Quisiera gritarte… ven
despiértame con tus besos e inunda mi cuerpo de ellos.
Quiero sentir tus caricias suaves en mi piel,
detener el tiempo sin pensarlo. Que mi corazón despierte con el ritmo de tus
latidos, que tus brazos me abriguen de ti. Quiero entregarme todo de una manera muy especial, despertar y
encontrarte, gozar totalmente de ti.
Eres
mi necesidad, intento buscar de todo, para despertar esa gran pasión que llevas
dentro. Decirte bellas palabras al oído, proponerte besos, caricias locas. Esta
vez dices que estaría mejor en el sofá que en la cama, jalas las cortinas de la
sala. Nos convertimos en amantes, nos damos por completo, te elevo al cielo. Siento
cómo tus fuerzas se van, tu piel debilitada se funde, va tomando color rosita
suave. En ese escenario todas tus partes quedaron cubiertas de mi lujuria amor.
Luego nos pasamos a la cama para con ternura y pasión bese tus labios y otra
vez hacerte mío.
Quiero
que tu miel se evapore en mi boca y sentir cómo el perfume de tu esencia va
quedando en mí, pero tengo miedo, y siento que en la amnesia encerré mi amor,
que debo aprender a amar. Torre de marfil donde encerré mi corazón bajo mil
llaves, solo quiero protegerlo del amor, no quiero que me hieran, no deseo
sufrir más derrotas que hagan pedazos mi
corazón. El amor es dolor, un corazón dañado
puede ser cruel con las personas que
pretenden ser amables con él, todo por no querer sentir para no sufrir. No podemos esconder lo
que sentimos, no podemos dejar de amar y
prohibir que nos amen, si lo hacemos algo dentro de nosotros se muere, no nos dejará sentir el verdadero amor de quien en verdad nos quiere y encima le podemos hacer daño y yo sin querer ya te hice sufrir
demasiado, Guille.
__Ama
y serás amado, respeta y serás respetado. No vivas con rencor, eso mata todas
las ilusiones, olvida a las personas que
solo pretenden hacerte daño, aprende a luchar contra las
adversidades sin destruir lo que está a
tu alrededor, construye un mundo a tu
alrededor y vive feliz.
¿Recuerdas
la leyenda de las almas gemelas? ¿La nuestra?
Pedro
negó con la cabeza.
__La
venganza de Zeus o el origen de las almas gemelas. La mitología griega nos
cuenta que en el mundo y sus
inicios, los dioses crearon al hombre
vigoroso y sin vicios. Seres de cuatro brazos, tronco redondeado como vara,
además con cuatro piernas, una cabeza y
dos caras.
Algunos
con ambos sexos, femenino y masculino; otros eran andróginos, en ellos un sexo
mismo. Con el paso de los años los alcanzó la malicia y decidieron hacer suyo el Olimpo y sus
delicias. El padre Zeus enfadado descargó toda su ira en un rayo contra el
hombre que por el medio partía. Desde ese entonces se dice que el ser humano incompleto busca de él la otra mitad de su alma, el
complemento. Almas gemelas separadas que
se buscan incansables
almas sin piel, sin sexo al encontrarse, insaciables. Pueden ocupar la materia de un hombre o una mujer y al encontrarse no importa ¡si solo uno, vuelven a ser! Hasta el fin de nuestros días sos mi otra parte, hasta la eternidad, lo recuerdes o no y hoy ya que te sé vivo, no me puedo ni imaginar una día sin vos mucho menos una vida en la que vos no estés, cada día junto a vos siempre fue y es diferente pues los días a tu lado son realmente increíbles, inmensos, llenos de cosas por hacer pues a tu lado veo cómo todo a nuestro alrededor cambia completamente, el mundo junto a vos es diferente pues a tu lado el mundo es un lugar mucho mejor, mucho más bello, más habitable.
almas sin piel, sin sexo al encontrarse, insaciables. Pueden ocupar la materia de un hombre o una mujer y al encontrarse no importa ¡si solo uno, vuelven a ser! Hasta el fin de nuestros días sos mi otra parte, hasta la eternidad, lo recuerdes o no y hoy ya que te sé vivo, no me puedo ni imaginar una día sin vos mucho menos una vida en la que vos no estés, cada día junto a vos siempre fue y es diferente pues los días a tu lado son realmente increíbles, inmensos, llenos de cosas por hacer pues a tu lado veo cómo todo a nuestro alrededor cambia completamente, el mundo junto a vos es diferente pues a tu lado el mundo es un lugar mucho mejor, mucho más bello, más habitable.
En
este mundo hay de todo tipo de amores,
de todo tipo de cariños, esta es nuestra vida, la que vos y yo escogemos, este es nuestro mundo, este es nuestro amor. Siempre que te
pienso, aunque no estés aquí ahora, aunque
entre nosotros haya distancia, aunque
pase el tiempo y no te vea sé que te amo y mi amor va siempre en aumento. Siempre estás en mi
mente y siempre sonriendo pues tu
recuerdo es lo más fuerte que me acompaña cada día dándome fuerzas, siempre te
abrazas fuertemente de mi alma. Siempre te soñaré, siempre te amaré, siempre te
querré hasta el fin de nuestros días.
Ante
ese inclemente sol solo quiero saciar mi sed, solo quiero probar tus labios y
acariciarte desde tus cabellos hasta tu último lunar, contigo bebo agua fresca cuando
te beso y quisiera que entendieras con mayor belleza mi pasión y sufrimiento
diarios…
Secuéstrame
y llévame hasta tu misterioso paraíso, abrázame en sus bosques húmedos
y nunca me sueltes por nada de este mundo. La soledad es mi peor enfermedad terminal.
Solo vos puedes curarla con tus caricias y besos, a cambio destruiré tu tristeza con terapias llenas de sonrisas. Acompáñame en esta guerra llamada vida y nunca sentirás remordimientos. Mi corazón será solo tuyo mi precioso amanecer. Si solo decides ser libre con gusto te beso y serás ese fuego ardiente difícil de extinguir, deseo que seas mi novio y así los días soleados serán nuestro nuevo motivo para soñar.
y nunca me sueltes por nada de este mundo. La soledad es mi peor enfermedad terminal.
Solo vos puedes curarla con tus caricias y besos, a cambio destruiré tu tristeza con terapias llenas de sonrisas. Acompáñame en esta guerra llamada vida y nunca sentirás remordimientos. Mi corazón será solo tuyo mi precioso amanecer. Si solo decides ser libre con gusto te beso y serás ese fuego ardiente difícil de extinguir, deseo que seas mi novio y así los días soleados serán nuestro nuevo motivo para soñar.
Esta
noche si me lo pides dejaré de ser un
caballero, y me convertiré en un lobo hambriento. Te devoraré en partes o ya de
una vez. Todo entero como cordero. Me quitaré el traje y seré un salvaje en la
cama, no tendré respeto alguno por vos. Soltaré todas las fantasías habidas y
por haber, haremos locuras que hasta la luna buscará cobijo tras de las nubes
para no ver.
Te
haré vibrar con múltiples orgasmos de placer, haré un concierto en vivo con tus
gemidos hasta hacerte llorar de emoción y placer, estiraré de tus cabellos. Sentirás
dolor y placer en tu sexo y te haré mío hasta desfallecer, hoy no habrá el caballero
amable que sueles conocer. Seré un bestia en celo, te vestiré con caricias
ardientes me adueñaré de tus sueños y verás el deseo reflejado en tus ojos,
desde ya empezaré aullar a tus ojos. En vez de la luna, y cantaré
serenatas de aullidos tiernos y dulces
en tu honor. Mientras me deleito, saboreando tu cuerpo no habrá vórtice, curva,
centímetro de tu piel que mis labios, lengua no han de conocer, hoy
incendiaremos la noche. Y al alba solo quedarán cenizas de pasión. Y dulce
placer. Esta noche escribo tu nombre hasta gastar la tinta de mi bolígrafo,
esta madrugada te nombro tantas veces como veces te pienso, anoto en la agenda
de mi corazón otra caricia, otro beso, otro te amo, esta luna es mía, tuya,
nuestra, estas estrellas nos pertenecen.
Exprimo el alma y enjugo en mi boca el néctar del sabor de tus labios, esta noche me abarca el amor por completo, le canto al cielo a escondidas las sílabas de tu nombre empapadas con mi pasión.
Siento todo, todo eso que solo tú me haces sentir, me lleno de ti por entero al pensarte, esta noche eres tú, como todas las noches de mi vida.
Estas horas te las dedico, a tus ojos marrones mis tesoros, a ese calor de tus manos cuando me rozan, esta noche pinto en los cristales con el vaho de mi voz cuánto te adoro, dejaré pasar a mis sueños todo eso que me traiga algo tuyo y qué más da lo demás, si en mis sueños te tengo... y que se pare el mundo si quiere, me iré lleno de vos.
Exprimo el alma y enjugo en mi boca el néctar del sabor de tus labios, esta noche me abarca el amor por completo, le canto al cielo a escondidas las sílabas de tu nombre empapadas con mi pasión.
Siento todo, todo eso que solo tú me haces sentir, me lleno de ti por entero al pensarte, esta noche eres tú, como todas las noches de mi vida.
Estas horas te las dedico, a tus ojos marrones mis tesoros, a ese calor de tus manos cuando me rozan, esta noche pinto en los cristales con el vaho de mi voz cuánto te adoro, dejaré pasar a mis sueños todo eso que me traiga algo tuyo y qué más da lo demás, si en mis sueños te tengo... y que se pare el mundo si quiere, me iré lleno de vos.
__Guille, basta, te deseo pero no te recuerdo,
me confundo. Esta noche despiertas cada
uno de mis deseos con besos, con caricias, con esas palabras de amor, con las
manos traviesas jugando bajo el edredón
acariciando mi cuerpo, allí puede revivir el hombre que fui, el tigre en celo
del que quizás un día te enamoraste si recorres cada centímetro de mi ser con
tus labios, ambos diseñaremos un momento perfecto con nuestros cuerpos
entrelazados al amor,
serán tus manos calientes las dueñas de mi cuerpo, yo escalaré las colinas de tu cuerpo con mis labios, recorreré tus pezones endurecidos, por los senderos del placer descenderé hasta tu monte de vello para beber del manantial de la pasión que nace de tu fuente de deseo.
__Hagamos que esta noche sea una noche mágica, una velada única en la que deseo descubrir cada uno de tus secretos los cuales guardas en secreto en el valle del deseo y la pasión.
serán tus manos calientes las dueñas de mi cuerpo, yo escalaré las colinas de tu cuerpo con mis labios, recorreré tus pezones endurecidos, por los senderos del placer descenderé hasta tu monte de vello para beber del manantial de la pasión que nace de tu fuente de deseo.
__Hagamos que esta noche sea una noche mágica, una velada única en la que deseo descubrir cada uno de tus secretos los cuales guardas en secreto en el valle del deseo y la pasión.
__
¿Y después?
__Está
bien. Descansa.
__Qué
bonita _ dijo, Pedro tratando de ocultar el rubor mientras daba una vuelta
completa para examinar las paredes de color celeste, la colcha blanca que
cubría la cama de matrimonio, los muebles decapados que había elegido un
decorador de interiores.
Sin
embargo, bonito no era la palabra que Guillermo tenía en mente. Pedro estaba
fabuloso con los jeans y la camiseta ajustada. Los pantalones se le ceñían a
las caderas y a los muslos. Y cuando se dio media vuelta, la tentación que
suponía su pecho fue un desafío para la fuerza de voluntad de Guillermo. Ese
mismo día había tocado esos senderos y cumbres y en ese momento ansiaba
saborearlos a placer.
__ ¿Guille?
Cuando
me mira no hay luz que no se asome ni sombra
que resista al candor de sus miradas. Primavera el otoño de sus ojos, sol que
alumbra mis mañanas, vuelan al viento sus cabellos entre grises dibujado por el tiempo. Son sus años tan perfectos que encajan en mí como broche aprisionado que se hunde sin
salida. Sus pestañas en un beso parpadean y se aquietan mientras pasa el torrente de deseos que se forjan en su mente. Y me mira y me
enloquece y el mundo desvanece ante mis
ojos y mis sueños son solo él y es por
él que despierto ilusionado.
__El
frío cala y estremece y siento la necesidad de que temples mi cuerpo entre tus
brazos. Provócame esas ganas de fluir y elevarme. Transportándome a la última dimensión, donde todo es unidad.
Y los cuerpos estallan de felicidad.
Fundidos en amor. Descubriremos el misterio que emana de una realidad. Sobrepasando cualquier adversidad, viviremos una
eternidad. Eres puro amor, mi eterno enamorado, siempre ansío estar a tu lado.
Sigilosamente
como serpiente que va reptando hacia su presa yo voy zapeando el destino hasta
dar con el tuyo para amarte, siento el
retumbar de tus pisadas azotar mis oídos como un lamento cuajado de flores,
cariño y sentimiento que espera ansioso el latir de tus besos, mi camino es el mismo que el tuyo, no sé a qué
distancia y en qué lugar tú cruzarás tu mirada con la mía y yo sentiré el amor
de tu corazón latiendo, tengo ganas
¿sabes?, de estrecharte, de cogerte en mis brazos alzándote en un lecho de besos hacia el cielo y luego,
al caer otra vez... amarte estábamos allí mirándonos los dos ya juntos, pero
frente a frente los dos dispuestos a amarnos sin importar el lugar y el
ambiente.
Guillermo
alzó los ojos y se percató de que Pedro lo miraba con intensidad.
__Lo
siento, estoy molido.
__Sí,
ha sido un día agotador.
Tras
dejar el bolso sobre la cama, Guillermo se dirigió hacia la puerta adyacente y
encendió la luz. Intentó con todas las fuerzas no estar pendiente de cada uno
de sus movimientos y de los sonidos que hacía.
__El
baño está aquí.
__ ¿He
vivido aquí antes?
La
pregunta, formulada en voz baja, lo instó a Guillermo a volverse. ¿Qué se
sentiría cuando no se recordaba quién se era ni lo que se era? ¿Qué se sentía
al verse obligado a depender de los demás para rellenar lagunas? Por primera
vez desde que Pedro volvió a su vida, comprendió lo duro que debía de ser para
él.
Controló
el impulso de alargar un brazo para tocarlo y en cambio, se metió las manos en
los bolsillos delanteros de los pantalones.
__No.
Compré esta casa hace cuatro años.
__Ah.
Lo
vio acariciar la manta a cuadros azules doblada a los pies de la cama.
Guillermo deseó que lo acariciara a él de la misma forma, y no pudo evitar
recordar el deseo electrizante que le habían provocado sus manos esa misma
mañana.
__ ¿Dónde
vivíamos antes?
__En
un barrio menos caro de la provincia. Después de que… ya no estuvieras… me
resultó imposible seguir viviendo allí solo.
Una
verdad a medias, en realidad era incapaz de
pisar una sola de las habitaciones de la casa sin recordar su presencia,
sin evocarlo en ellas sonriéndole, haciendo el amor con él. Estar en esa casa
sin él estuvo a punto de matarlo.
__Ah
__ volvió a exclamar, Pedro. Tras inspirar hondo, bajó la mano y clavó la
mirada en los pies.
Hablar
del pasado no lo ayudaba a sentirse cómodo. Y no quería que se sintiera
incómodo. Entró en el cuarto de baño y sacó del armario unas toallas que dejó
sobre la encimera del lavabo. Cuando volvió al dormitorio, lo vio rebuscando en
su bolso.
Tenía
el cansancio dibujado, daba la impresión de que iba a quedarse dormido de pie.
__Creo
que lo mejor es que me vaya para que descanses un poco.
__ ¿Guille?
__
¿Sí? __Se detuvo al llegar a la puerta, que había quedado abierta, y miró hacia
atrás.
__Lo
siento.
__ ¿El
qué?
__Esto…
todos los inconvenientes que te estoy causando.
__No
me estás causando inconveniente alguno.
Pedro
negó con la cabeza.
__Sí
que lo hago. Y lo siento mucho. No debería haber venido a Buenos Aires. No me detuve
pensar en cómo afectaría todo esto a los demás Te he arrastrado a esta
pesadilla. Y los chicos están confundidos y lo están pasando mal por mi culpa.
Para colmo he puesto en peligro a Gaby y a su hijita.
__Vos
no has hecho nada malo _le aseguró en voz baja.
__Sí
que lo he hecho. Me dije que tenía que descubrir la verdad. Pero ahora… __Levantó
los brazos y los bajó, derrotado, tras lo cual se dejó caer en el borde de la
cama__. Ahora no estoy seguro de querer descubrirla. Tal vez sería mejor que
hiciera las maletas y me marchara.
Guillermo
sintió que se le retorcían las entrañas. El pánico lo abrumó. Si lo dejaba en
esos momentos, no sobreviviría. Perderlo dos veces lo destrozó. Una tercera vez
lo mataría.
Se
arrodilló frente a él, consciente de que si lo tocaba ya no podría contenerse.
Pero necesitaba ese vínculo, necesitaba demostrarle lo mucho que significaba
para él. Le aferró una mano entre las suyas y le besó los nudillos buscando la
mirada, aunque sabía que le temblaban.
__No
puedes marcharte ahora.
Sus
ojos lo miraban con una expresión angustiada, llenos de remordimiento. La
tristeza que vio en ellos le provocó a Guillermo una dolorosísima opresión en
el pecho. Ansiaba estrecharlo entre sus brazos y pegarlo a su cuerpo. Aliviar
el sufrimiento que ambos padecían.
__No
puedes decirme que esto es lo que quieres _replicó, Pedro en voz baja.
__No,
no quiero todo este lío. Pero, por retorcido que parezca, te hemos recuperado
gracias a este lío. Y no cambiaría eso por nada del mundo. Lo que quiero es
verte sonreír de nuevo, descubrir el modo de que las cosas sean fáciles para
todos. Alejarte de mí y de los niños no va a solucionar nada, ahora ya sabes
demasiado y eso solo empeorará las cosas.
Pedro
cerró los ojos con fuerza.
__Lo
sé.
Escuchar
que se le quebraba la voz lo desarmó por completo. Se imaginó invitándolo a
acostarse en la cama, quitándole la ropa, hundiéndose en él y desterrando todas
sus preocupaciones. Lo deseaba tanto que apenas podía respirar.
Pedro
se zafó de su contacto con delicadeza y se llevó la mano libre al pelo.
__Es
que estoy cansado y no puedo pensar con claridad. Necesito descansar.
__Pedro,
entre vos y yo hemos unido estrellas y luceros, flores y mares en nuestros cielos.
El amor mismo está cautivo. Somos aves que cantan al viento. Como cometas que destilan
los sueños así vamos por la vida cosechando amores. Llenando el alma con nuestros
placeres. Llevamos en cada nube nuestros besos. Somos manantial que vibra de
placer que convierte los peces en suspiros. Somos olas que acarician los
cuerpos cual brisa que embelesa los sentidos. Entre vos y yo hay esperanza
llena de pasión, son melodías que se pierden en el corazón. Es oración, hay hechizo
que transforma mi oración. Secreto que se grita con el eco enamorado, voz que ruge
como huracán en el océano. Fuerza que aniquile lo tímido del encuentro. Secreto
que enciende nuestro amor perfecto. Entre tú y yo hay sueños que nacen del
alma. Somos la razón de nuestro amor de esperanza.
Ardo
en deseos de tocarte, acariciar tu piel,
explorar tu cuerpo, besar cada poro de tu piel de seda, cada milímetro, cada
curva, quiero besarte hasta fundirnos en un solo ser, sentir tus dulces y
carnosos labios de un color
carmesí, deslizarme por tu cuello, sentirte estremecer con cada uno de mis
besos, comenzaré suavemente detrás de tu oreja,
besos y muerdos de pasión para deslizarme suavemente con besos hasta tu hombro buscando
el ángulo perfecto, ese que se forma entre
tu cuello y tu hombro, esa curva es el ángulo ideal donde encajar mis besos
para sentir cómo se eriza tu piel, tu respiración entrecortada y algún pequeño gemido te delata. Esa respiración
entrecortada, en ocasiones acelerada y
esas uñas que clavas en mi espalda haciendo surcos sangrantes de pasión que me
excitan porque me cuenta de tu excitación, mis dedos deslizándose sobre tus firmes pezones, rodeando los
pezones con mi lengua que hace que se pongan duros, firmes, esos perfectos botones erguidos alzándolos
deseosos de mi boca, mis labios humedecen los pezones erectos, duros, me enloquece tirar de ellos, que sientas mis dientes con suavidad, mis labios rozando las aureolas mientras mi mano explora por debajo de tu cadera buscando la goma de tu prenda íntima.
deseosos de mi boca, mis labios humedecen los pezones erectos, duros, me enloquece tirar de ellos, que sientas mis dientes con suavidad, mis labios rozando las aureolas mientras mi mano explora por debajo de tu cadera buscando la goma de tu prenda íntima.
__Guille…
__Así
es como lo hemos hecho millones de veces, reaprende, siente, imagina…
Deslizando mis dedos dentro acariciando con suavidad tu cola, los placeres de
la vida, tan rico, tan duro , tan firme
mientras la otra mano acaricia tu vientre con suavidad robándote los suspiros, gemidos y jadeos que afloran de tu garganta, mis dedos
acarician el delicioso vello, deslizándose
hasta rozar tu sexo, deseosos de acariciar el botoncito del placer extremo, tu pequeño apéndice del
deseo en el glande, deseoso de caerme
entre tus pies, deseo besarlos, lamerlos,
hacer círculos con la puntita de mi lengua, deslizarla escalando por las piernas hasta tu entrada explorando
todos los pliegues hasta la fuente, quiero beber el néctar de tus
orgasmos, sediento estoy de vos, de tu
amor, de tu placer... Abrazar tu cuerpo, beso tu boca, que nuestras lenguas
peleen en una lucha de pasión, caderas
que bailan en un vaivén lento en el que mi masculinidad entra en tu cuerpo, nuestras caderas bailan marcando el ritmo, al compás de nuestros corazones, la música es
nuestra respiración entrecortada, acelerada,
en ocasiones, arrítmica, vaivenes largos, profundos mientras en los que nos
perdemos con nuestros gemidos nuestra
respiración entrecortada es la mejor música
de amor que suena de fondo, cuanto más rápido, más seguidos, más
acelerados nuestros cuerpos más
fuertes y nuestras penetraciones lentas
casi violentas más y más fuertes, más y más placenteras. Alzándote sobre mí que
trotes, galopes como una amazona en
plena carrera mientras yo con mis manos
acaricio tu pecho, envarado entre tus montes de infarto que me queman, me
derriten, me enloquecen, las perfectas esferas que siempre soñé, darte fuerte
más y más duro, deseo oírte gritar, gritos
de deseo, de pasión, lujuria gritos de puro placer... Arriba, abajo, en cuatro,
así besándote la espalda, acariciando tu
cuerpo darte duro y fuerte para, que esa cola se pegue más y más fuerte a mis caderas escuchándote cómo me pides más, que no pare, fuerte hasta sentir
ese calor en tus entrañas, terminar
rendidos, sudados, muertos de cansancio pero
muy muy felices, abrazados, besándonos sin querer separar nuestros cuerpos.
Imagínalo
_ susurró__. Guillermo no quería romper el vínculo, pero Pedro lo había hecho.
Estaba asustado, imponiendo barreras entre ellos. Alejándolo otra vez ¿Por qué
no podía interpretar sus emociones? ¿Por qué no podía descifrar sus
pensamientos? Antes siempre era capaz de hacerlo- Aunque no quería admitir que
había cambiado, era algo evidente… y lógico. Había muchas cosas en Pedro
distintas a las que recordaba.
Se
puso de pie a regañadientes.
__Supongo
que te veré por la mañana.
__Gracias.
Lo
vio sonreír al ver que no se movía. No fue una sonrisa seductora y provocadora,
sino un gesto tenso que le indicó que iba siendo hora de que se marchara.
Salió
de la habitación y cerró la puerta tras de sí, tras lo cual se aferró al pomo
para guardar el equilibrio. Allí, solo en el pasillo, cerró los ojos y apoyó la
frente en la puerta. Todo lo que deseaba se encontraba en esa habitación y no
sabía cómo conseguirlo. Cada vez que daba un paso hacia él, metía la pata. Cada
uno de esos pasos parecía alejarlo en vez de atraerlo.
¿Se
estaría engañando al pensar que podría recuperarlo algún día?
Ojalá
no fuera así. Porque sabía a ciencia cierta que no sobreviviría si volvía a
perderlo.
¡Qué
loco!, se dijo observando por la ventana. Quién diría que llegaría a
extrañarlos. Es que no todos los días uno se topa con semejante espectáculo sin
pedirlo ni merecerlo. Son esos regalos que la vida cada tanto te presenta de
forma inapropiada pero con un profundo sentimiento, si es que tienes la
suficiente sensibilidad como para pasar por alto las formas y el desalineo
general de los protagonistas.
Mi trabajo en la calle me ha enfrentado a todo tipo de situaciones, y cuando digo: “a todo”, no exagero. A poco de vivir en esta casa, mis retinas los confrontaron por primera vez, pero no era el momento de percibirlos en todo su esplendor todavía. La enamorada parejita parecía flotar en el espeso y contaminado aire citadino, con su peculiar forma de hacer frente a la confusión emocional de los mortales comunes que solo nos preocupamos por tener más.
La cita se repetía como todos los días en la ajetreada esquina de mi casa. El singular dueto lo conformaba una delgadísima dama en sus treinta y su contraparte de similar antigüedad e impronta. Ella es rubia, cabello hasta los hombros, nariz prominente y movimientos eléctricos y escurridizos. Él, atuendo de trabajador argentino, metro sesenta y algo, morocho pero no tanto y mirada franca y gentil. Solo los veía a una prudencial distancia y poco a poco me fui interesando en el extraño ritual de apareamiento sensorial que todas las tardes y por escasos minutos ofrecían sin tapujos a la multitud que parecía ignorarlos flagrantemente. Me sobresaltó y creo que ese día realmente les presté atención, cuando él desplegó su extraordinaria y exuberante sombrilla alimonada, un día que no lo ameritaba. Comprendí en ese instante que el gesto de cubrirse con la misma sin que fuera necesario, era también parte fundamental del encuentro de amor entre estos dos seres singulares y hermosos. Pensé en lo furtivo, en la trampa, en el mantenerse ocultos tal vez de sus dueños pero no, no era eso posible expresando su amor incondicional y fugaz en una esquina tan transitada de la ciudad.
Mientras más atención les dispensaba, los vericuetos de esta extraña relación amorosa comenzaron a surgir como cuentas de colores que libres de la gravedad necesaria y que tira hacia abajo, ganaban el cielo a la vista de mis incrédulos ojos que no tardaron en querer eso mismo, esa clase de sensación. Cuando percibí sus voces a la distancia ese día, jamás imaginé que el epicentro de este cúmulo de pasiones se desarrollaría tras de mí, a pocos centímetros y que pareciera no importarles que yo, este privilegiado mortal, robara las melodiosas expresiones de amor y más, que se proferirían como todos los días, antes de que súbita y lamentablemente terminaran, con su habitual despedida rebosada en pequeños y sentidísimos besos previos a su separación solo física. Tampoco me interesa demasiado su después, ya que lo realmente espectacular sucede frente a mis narices cada vez. Tras de mí, los “te quiero”,” te extrañaba”,” te amo”, se repiten infinitamente entrelazados con caricias y besos que no saben de maldad ni engaño ni de ninguna de esas nimiedades que nos prohíben disfrutar de lo que ellos conquistaron a puro amor adolescente aunque ya no lo son.
El hombre con casco naranja, a cuenta de no sé qué, cierra la sombrilla y ella se marcha raudamente pero no, no es suficiente todavía y corre a él y lo besa con ternura por última vez, y él sonríe personificando a la felicidad y se eleva y gana prestigio ante mis ojos y lo envidio con todo el corazón. Cada tanto ella se da vueltas y lo mira seguramente tratando de alargar el recuerdo de la imagen de su amado que se agiganta a pesar de estar ellos más lejos cada vez.
¿Son locos? ¿Fallados?, ¿gente que está mal? En realidad no me importa ya, solo espero volver a verlos y cobrar fuerzas para yo también encontrar esa forma de querer que me haga olvidar lo demás. Pero… la rutina desinfla mis ansias y vuelvo a la humanidad y no existo otra vez. Me pregunto si realmente los veo, si realmente no solo son producto de mi ansiedad y qué va. Vivo a través de ellos lo que no me animo a experimentar. Quizás un día pueda, o quizá nunca pueda pintar, pero ver a la distancia perfecta esta obra de arte emocional, me convence de que hay algo mejor, algo que pocos se atreven a buscar, algo que esta extraña parejita ni se molesta en ocultar. Historia real que sucede todos los días a metros de la indiferencia.
Mi trabajo en la calle me ha enfrentado a todo tipo de situaciones, y cuando digo: “a todo”, no exagero. A poco de vivir en esta casa, mis retinas los confrontaron por primera vez, pero no era el momento de percibirlos en todo su esplendor todavía. La enamorada parejita parecía flotar en el espeso y contaminado aire citadino, con su peculiar forma de hacer frente a la confusión emocional de los mortales comunes que solo nos preocupamos por tener más.
La cita se repetía como todos los días en la ajetreada esquina de mi casa. El singular dueto lo conformaba una delgadísima dama en sus treinta y su contraparte de similar antigüedad e impronta. Ella es rubia, cabello hasta los hombros, nariz prominente y movimientos eléctricos y escurridizos. Él, atuendo de trabajador argentino, metro sesenta y algo, morocho pero no tanto y mirada franca y gentil. Solo los veía a una prudencial distancia y poco a poco me fui interesando en el extraño ritual de apareamiento sensorial que todas las tardes y por escasos minutos ofrecían sin tapujos a la multitud que parecía ignorarlos flagrantemente. Me sobresaltó y creo que ese día realmente les presté atención, cuando él desplegó su extraordinaria y exuberante sombrilla alimonada, un día que no lo ameritaba. Comprendí en ese instante que el gesto de cubrirse con la misma sin que fuera necesario, era también parte fundamental del encuentro de amor entre estos dos seres singulares y hermosos. Pensé en lo furtivo, en la trampa, en el mantenerse ocultos tal vez de sus dueños pero no, no era eso posible expresando su amor incondicional y fugaz en una esquina tan transitada de la ciudad.
Mientras más atención les dispensaba, los vericuetos de esta extraña relación amorosa comenzaron a surgir como cuentas de colores que libres de la gravedad necesaria y que tira hacia abajo, ganaban el cielo a la vista de mis incrédulos ojos que no tardaron en querer eso mismo, esa clase de sensación. Cuando percibí sus voces a la distancia ese día, jamás imaginé que el epicentro de este cúmulo de pasiones se desarrollaría tras de mí, a pocos centímetros y que pareciera no importarles que yo, este privilegiado mortal, robara las melodiosas expresiones de amor y más, que se proferirían como todos los días, antes de que súbita y lamentablemente terminaran, con su habitual despedida rebosada en pequeños y sentidísimos besos previos a su separación solo física. Tampoco me interesa demasiado su después, ya que lo realmente espectacular sucede frente a mis narices cada vez. Tras de mí, los “te quiero”,” te extrañaba”,” te amo”, se repiten infinitamente entrelazados con caricias y besos que no saben de maldad ni engaño ni de ninguna de esas nimiedades que nos prohíben disfrutar de lo que ellos conquistaron a puro amor adolescente aunque ya no lo son.
El hombre con casco naranja, a cuenta de no sé qué, cierra la sombrilla y ella se marcha raudamente pero no, no es suficiente todavía y corre a él y lo besa con ternura por última vez, y él sonríe personificando a la felicidad y se eleva y gana prestigio ante mis ojos y lo envidio con todo el corazón. Cada tanto ella se da vueltas y lo mira seguramente tratando de alargar el recuerdo de la imagen de su amado que se agiganta a pesar de estar ellos más lejos cada vez.
¿Son locos? ¿Fallados?, ¿gente que está mal? En realidad no me importa ya, solo espero volver a verlos y cobrar fuerzas para yo también encontrar esa forma de querer que me haga olvidar lo demás. Pero… la rutina desinfla mis ansias y vuelvo a la humanidad y no existo otra vez. Me pregunto si realmente los veo, si realmente no solo son producto de mi ansiedad y qué va. Vivo a través de ellos lo que no me animo a experimentar. Quizás un día pueda, o quizá nunca pueda pintar, pero ver a la distancia perfecta esta obra de arte emocional, me convence de que hay algo mejor, algo que pocos se atreven a buscar, algo que esta extraña parejita ni se molesta en ocultar. Historia real que sucede todos los días a metros de la indiferencia.
Eso
necesito, Pedro, eso…
__
Las
gotas de agua se deslizaban por los contornos de Pedro, las gotas de agua se
acumulaban en torno a sus pies. Cerró los ojos y aspiró el olor limpio y fresco
del jabón, el mismo olor que acompañaba a Guillermo, el olor que había
percibido la noche anterior cuando lo estrechó contra su fuerte cuerpo.
Se
volvió para dejar que el agua le cayera
en la cara. Se encontraba en el baño de la habitación de invitados, y después
de la noche que había pasado en vela tras las palabras de amor, estaba más
agotado que el día anterior. ¿Habría dormido sintiendo tanto Guillermo
últimamente en la cama que él había usado esa noche? Porque estaba seguro que
sí, miles de veces había sentido físicamente su roce, y la almohada olía a él.
Parecía percibir su olor hasta en las
sábanas.
Se le
contrajeron los músculos del abdomen y más mientras se enjabonaba, imaginando
que eran sus manos las que lo acariciaban, que eran sus labios los que bebían
de su piel. Sintió un dolor palpitante entre los muslos. Un deseo arrollador.
Guillermo
le había dicho que lo deseaba, que se moría por tocarlo. Pero eso fue antes de
que descubrieran su historial médico en la clínica privada, antes de que él se
percatara del fondo de todo este asunto. Desde entonces lo trataba con
delicadeza y mimo, pero se mantenía distante. Como si le asustara la
posibilidad de acercarse demasiado a él. ¿O no? ¿Fueron reales las cosas que
creía había dicho en la noche?
Se pasó
las manos por el pecho acrecentando el deseo. Por algún motivo que se le
escapaba, no quería que Guillermo se distanciara. Lo que quería era que lo
acariciara como había hecho antes, como había prometido en esas palabras. Que
su boca lo devorara. Quería sentirlo muy adentro. Y que se quedara allí.
El
deseo aumentó hasta un punto insoportable mientras lo imaginaba en la ducha con
él, mientras se imaginaba que recorría ese musculoso cuerpo con las manos. Con
la lengua.
Estaba
del otro lado del pasillo, lo único que tenía que hacer era ir a su dormitorio
y pedirle que lo acariciara, que cumpliera cada una de sus palabras.
Tembloroso,
apoyó las manos sobre la pared y se obligó y esforzó por respirar. Técnicamente era su
marido, ¿no? No sería pedirle demasiado.
El
sentido común se impuso y acabó atenuando el fuego que lo consumía, no quería
solo desearlo, quería volver a amarlo. Sí, era su marido, pero no lo conocía.
No de verdad, no en lo importante. Solo sabía que se sentía muy bien y atraído
por ese hombre que era casi un desconocido, con el que compartía dos hijos y un
vínculo que no recordaba, que no comprendía. Solo sabía que lo deseaba con una
pasión que jamás había experimentado, eso lo sentía en el cuerpo.
¿Se
solucionarían todos sus problemas si se acostaba con él cada noche? ¿Lo
ayudaría a recordar una vida que de algún modo le parecía ajena? ¿Lo ayudaría a
comprender qué había pasado? ¿Lo ayudaría a él a verlo como Gastón?
Esa
era la pregunta más importante, más allá de las pruebas, de la familia, él se
sentía Gastón Guerrico, no recordaba a Pedro Beggio.
Y no
se le había escapado que Guillermo aún no lo había llamado así, que evitaba
pronunciar su nombre, e intuía que él ya no era Pedro, que había cambiado, y si
iba a amar a Graziani, él debería amarlo como era hoy, es decir a Gastón, pero
sabía que cuando lo miraba, él veía a Pedro, al que él había conocido, no al
hombre en el que se había convertido, y no sabía si podía amar a este. ¿Eso
cambiaría si convivían?
Probablemente
no. Pero… ¡Sería genial! Y así se libraría del deseo que sentía en ese momento
y cada vez que lo veía.
Alguien
llamó a la puerta de repente, sobresaltado cerró el grifo y se pasó la mano
temblorosa por el pelo a fin de escurrir un poco el agua.
__Un
momento.
__El
café está hecho _anunció Guillermo desde el otro lado de la puerta__. Y el
desayuno está casi listo.
Estaba
al otro lado de la puerta, en su dormitorio. Solo tenía que quitar el pestillo
y podría estar a su lado. ¿Le habría leído el pensamiento?
Salió
de la ducha entre temblores y tras coger una gruesa toalla blanca del toallero
se envolvió con ella. Tenía la piel y
tan sensible que el roce le provocó hormigueos. Sabía que era deseo. Respiró
hondo y se obligó a relajarse.
__Vale…
bajo ahora mismo.
__ ¿Necesitas
algo?
“Sí.
A ti. Ahora mismo, respondió para sus adentros.
Se
tragó las palabras antes de que pudiera pronunciarlas en voz alta sin darse
cuenta.
__No.
Estoy bien.
__No
tardes mucho.
Cuando
sus pasos se alejaron, Pedro se sentó en la tapa del inodoro. Un hombre
inteligente reconocería que estaba colado por él y saldría pitando de esa casa.
Pero, claro, él no iba a hacerlo. Iba a quedarse y a sufrir hasta que
controlara por completo esos arrebatos enloquecedores.
O
hasta que se lanzara sobre él. En cualquier caso, él saldría perdiendo.
Desterró
esos pensamientos de su cabeza y se vistió con unos vaqueros y una camiseta de
manga corta. Se puso un poco de corrector para disimular las sombras de
cansancio bajo los ojos. Al mirarse al espejo, no pudo evitar fruncir el ceño.
Tenía el pelo empapado y alborotado, pero no quería perder el tiempo secándolo.
Un café y una buena dosis de realidad eran más que importantes que tener la
cabeza seca.
Al
llegar a la cocina, vio que Guillermo estaba preparando tostadas de espaldas a
él. El deseo lo abrasó de nuevo corriendo por sus venas mientras lo observaba.
Estaba descalzo y llevaba unos vaqueros holgados y desgastados, y la camisa
abierta, pero que moldeaba de manera maravillosa los anchos hombros. Su pelo
seguía un poco húmedo luego de la ducha y él se moría de ganas de enterrar los
dedos en él tal como lo había hecho el día anterior.
¡Por
Dios! Como no se controlara, acabaría metido en un problema muy gordo.
Carraspeó
mientras entraba en la estancia.
__Huele
bien. No sabía que sabías cocinar.
Guillermo
se volvió al escucharlo y en cuanto se miraron, la pasión hizo que saltaran
chispas entre ellos. Una pasión que, a juzgar por la mirada de Guillermo, él
también sentía.
Lo
vio apartar los ojos con rapidez. Pero no antes de que el deseo provocara de
nuevo el hormigueo en zonas precisas del cuerpo.
__Cocino
y te gustaba mucho mi pasta _ dijo__. Allí está el café.
Pedro
se sirvió una humeante taza y rezó para que el café saciara de alguna manera el
ansia que sentía. Pero algo le dijo que solo podría saciarla de una manera
concreta.
Se
volvió, se apoyó en la encimera, observó a Guillermo por encima del borde de la
taza y envidió a la cuchara de la cual lamía mermelada. ¡Dios, estaba
buenísimo!
__ ¿Qué?
__preguntó Guillermo y comprendió que lo había dicho en voz alta.
__El
café, está buenísimo _balbuceó__. No era la primera vez que se asombraba por
haber sido capaz de conquistar a un hombre como Guillermo. Lo supo. Esos
hombros anchos, ese perfil cincelado, esa cintura, ese trasero firme… esa
espalda… era incapaz de apartar los ojos de él. El día anterior sintió ese
cuerpo pegado al suyo. Saboreó esa boca con sus labios. Si no los hubieran
interrumpido… si en la noche no hubiera estado casi dormido, si… Habría
descubierto y explorado cada centímetro de él.
Su sangre
se convirtió en lava y el deseo se agolpó en su sexo.
Estaba
perdiendo el control, a punto de asaltarlo. Necesitaba recordar cuál era su
prioridad. Encontrar respuestas. No echar
un sexo salvaje y erótico con el hombre que tenía enfrente.
Carraspeño
y bebió un sorbo de café.
__Está
buenísimo.
Guillermo
apagó el fuego, y se volvió, se acercó a él. Pedro alzó la vista, sorprendido y
confuso cuando le quitó la taza de las manos. Sus ojos lo miraban con un brillo
oscuro. Con un brillo peligroso y… ¡Sí, sensual!
Guillermo
le colocó la mano en la nuca, tiró de él, y unió los labios en un beso voraz
que arrasó con la cordura.
_Atardeceres
felices de recuerdos vividos junto a
ti amor, deseo sentirte a mi lado, crear
esos momentos, vivir unidos juntos por nuestro amor, por cariño y que creemos nuestra
propia historia de vida, que un día miremos al horizonte, sentados en un banco al atardecer y digamos
qué feliz he sido a tu lado, el recuerdo de nuestros primeros días, el recuerdo de nuestra primera vez, el recuerdo de aquellos días en los que abrazados juntos sin ninguna prisa
veíamos pasar el tiempo sin darle
importancia, de eso, me encargaré yo, te contaré cada minuto. Nuestra historia
no será una historia más, será una
muestra de vida, una historia que moverá
montañas y océanos para estar juntos,
unidos de por vida sin importarnos lo que
los demás puedan llegar a pensar pues
tú y yo sabemos la realidad _susurró, Guillermo en los labios.
A Pedro las piernas amenazaron con fallarle
mientras se aferraba a su camisa como si en ello le fuera la vida, separando
los labios para acoger su lengua y poder acariciarla y devolverle el beso con
todas sus ganas. Sabía a menta y a chocolate. Olía como el jabón que había
usado en su cuerpo. Y sentirlo era el paraíso. Subió las manos para acariciarle
el pelo… y, enterró los dedos en él. El beso se tornó voraz y enfebrecido.
Guillermo lo aferró por la cintura y lo pegó a él, avivando el deseo, y ambos
supieron… cuánto.
¡Sí,
sí, por fin!, exclamó Pedro en silencio.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
¡FELIZ
DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD!
Gracias por el regreso de... Pedro Beggio. Aniversario. 12 de febrero.
Gracias por el regreso de... Pedro Beggio. Aniversario. 12 de febrero.
Victoria Bellísimo Gracias
ResponderEliminarGladis Gracias por compartir tan bella obra.
ResponderEliminarPatricia Precioso!!!
ResponderEliminarCarmen Bella
ResponderEliminarEsperanza Hermoso
ResponderEliminarIlich uuuuffffffffff, haz hecho rebrotar en tórrido caudal mis sentimientos mas profundos
ResponderEliminarMiryam Maravillosoooo
ResponderEliminarRaquel Magicas letras llenas de un profundo sentimiento .Gracias por compartir.
ResponderEliminarSusana Me encanto , Bellisimo !! gracias por compartir .
ResponderEliminarGloria Muy bello, gracias
ResponderEliminarSusana Raquel V Hermoso!!! cuanto sentimiento en cada letra, gracias
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ResponderEliminarDelia Bellísimo
Eva Aplausos 👏
ResponderEliminarKuki Un bálsamo para el espíritu !!! 👏👏👏👏 Genial !!!
ResponderEliminarPatricia Esparza ¡Bello! Una vez más..
ResponderEliminarValencia Hermosa
ResponderEliminarMitzi ¡Muy hermoso!
ResponderEliminarVilma Excelente
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Bellísimo Eve Monica Marzetti... lo dejaste en la mejor parte. Tanta te sino entre ellos que terminaron enloquecidos de amor... espero que lo digas desde do de lo dejaste...me encanta cuando se aman...gracias
ResponderEliminarGenial Eve...Tanto deseo, tanta seducción no pueden ser sino el revivir del amor olvidado por Pedro pero que ya, aunque todavía tenga dudas, ha vuelto a nacer en este nuevo hombre...Se llame Pedro o Gastón no puede seguir negando que lo que siente por Guillermo es algo más que atracción, es amor por su marido el amor que le hicieron olvidar pero que sin dudas renace en el cuerpo y el alma de ambos...
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