“NO SOY YO”.
CAPÍTULO VEINTICINCO.
«El
ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona». Aristóteles.
“Si no tardas mucho te espero toda la vida.”
Oscar Wilde.
Oscar Wilde.
“Siempre
he sabido que las grandes sorpresas nos esperan allí donde hayamos aprendido
por fin a no sorprendernos de nada, entendiendo por esto a no escandalizarnos
frente a las rupturas del orden. Los únicos que creen verdaderamente en los
fantasmas son los fantasmas mismos”.
*Julio
Cortázar. “Del sentimiento de lo fantástico”, en La vuelta al día en ochenta
mundos.
“El
hombre nunca es sincero cuando interpreta su propio personaje.
Dale una máscara y te dirá la verdad”. Oscar Wilde.
Dale una máscara y te dirá la verdad”. Oscar Wilde.
__Lo siento. Dios, lo siento precioso. No
llores. __Lo instó a tumbarse de espaldas y le apartó el pelo de la cara__. Por
favor, no llores.
Pedro se cubrió la cara con el brazo.
__Lo siento _ repitió al tiempo que le besaba
las mejillas, las comisuras de los labios, ansiando poder resarcirlo de alguna
manera__. Lo siento muchísimo. Lo…
Pedro le cubrió los labios con un dedo.
__No lo repitas. No estoy llorando porque
esté molesto.
Se quedó quieto.
__ ¿No?
Él negó con la cabeza antes de bajar muy
despacio otra mano y mirarlo.
__No.
__ ¿Y por qué lloras?
Lo vio secarse las lágrimas con una mano.
__Porque has dicho mi nombre. Hasta ahora no
me había dado cuenta de lo mucho que necesitaba oírlo.
Creía que ya estaba enamorado, pero se
equivocaba. Su ternura lo abrumó como nada había conseguido abrumarlo hasta
entonces. ¿Cómo era posible que pudiera amarlo más de lo que ya lo amaba? Algo
de lo que había demostrado ese día le provocaba una emoción que jamás había
sentido con Pedro. No quería pensar en lo absurdo que era ese pensamiento. Solo
quería volver a estar con él, sentirlo, y conocerlo de nuevo.
__ ¿Entiendes que no somos los mismos,
ni siquiera tú con memoria? _ susurró Pedro embargado de emoción. __ ¿Entiendes
que los dos debemos volver a elegirnos… volver a amar?
__Gastón, ya que es tan importante, ven aquí.
Guillermo lo estrechó en sus brazos y lo
acunó en su regazo, lo arrastró hasta el dormitorio, se sentó en su cama,
siguió acunándolo. Le acarició el cuello con la nariz e inspiró su aroma, dejó
vagar sin destino sus labios, se deleitó con su mera compañía.
__No quería que las cosas fueran así para
estas primeras veces.
Gastón apoyó su cabeza contra su cuello
sintiendo en las entrañas un regreso a casa y se aferró a los anchos hombros.
__Vale, yo no me quejo _dijo.
Gastón sonrió y Guillermo lo besó, con deleite y suavidad,
sin premura ni permiso, deseando transmitirle lo que sentía en su corazón.
Lo oyó suspirar antes de que le devolviera el
beso y enterrara los dedos en su pelo
húmedo para acercarlo más todavía.
_Duerme,
por favor. O me acerco a una cima en
nuestras pieles desnudas, entre pechos calentamos un témpano, cordura no pido.
Con mi brazo en almohada y tu abrazo a mi torso usas copa en mi mano para
tu pezón hermoso. Los mogotes que en glúteo acosan mi bragadura al refugio
cual túnel sobre tus piernas y mi
cordura. No despiertes mi ente salvaje. Duerme, por favor. Del acercar, la
inmensidad, ¿por qué tiemblas sin frío? El vibrar te delata, sí al descanso, no
al brío. Las caderas maquinan petulantes vaivenes y la cúspide del pecho me
horada auscultando el latido que es el mío. Tus crines sensuales cosquillean
mis afeites y la presión de los cuerpos profana los deleites. No me atraigas
más con ese olor. Duerme, por favor.
Cuando
se apartaron apenas los labios tropezaron las miradas, Guillermo cerró los ojos
cayendo en cuenta de otra cosa en la que había metido la pata.
__Perdón,
no te cuidé, no sé si duele, no traje protección ni geles, nada, solo mi deseo
y amor _susurró.
__
¿Qué pasa con ellos?
__Que
siguen en el bolsillo de mis pantalones. Luego de lo de esta mañana tomé unos
cuantos pero los olvidé.
__
¿Optimista? __ sonriendo.
Guillermo
abrió los ojos y vio la expresión risueña en la mirada. No parecía enfurruñado
ni alterado, en todo caso parecía… que le hacía gracia.
__Yo
no… no pensaba que…
Gastón
volvió a colocarle el dedo en los labios.
__Confío
en ti, y te aseguro que con todo lo que me han estudiado, estoy sano al menos
en esa parte de mi cuerpo, y no dolió, fue solo placer. No vuelvas a
disculparte. Puede que hayas empezado tú, pero he sido yo quien lo ha acabado.
No te he dado la menor oportunidad de negarte, menos de buscar un condón o nada
más. No estoy preocupado.
No
lo había hecho, cierto. Esbozó una sonrisa, y sintió un agradable calorcillo al
recordarlo.
Se
hizo un momento de silencio con pensamientos diferentes, Guillermo detestaba
que estuvieran manteniendo esa conversación. De que tuvieran que sacar el tema,
siquiera, y Pedro en cambio pensaba en los años que perdieron los dos del
crecimiento de los mellizos, de lo lindo que sería concebir juntos más hijos.
__
Cielito, siempre he tenido cuidado. Quiero que lo sepas. De haber creído que
había una posibilidad, por pequeña que
fuera, de que seguías vivo, jamás habría estado con otro hombre, con nadie.
Vio
que sus ojos se oscurecían.
__Te
creo, pero prefiero no pensar en eso todavía.
No
quería que lo creyera. Quería que lo sintiera, aunque fuere la furia de los
celos como antaño. Que supiera que el único hombre al que había amado y deseado era él, siempre
él. Le apartó un rizo rebelde de la cara para mirarlo.
__Jamás
haría nada para hacerte daño.
__Eso
también lo sé, desde algún lugar… lo sé _ dijo
con dulzura.
Guillermo
se inclinó y lo besó, y el corazón le dio un vuelco cuando Gastón le devolvió
apasionadamente el beso.
__
Puedo hacerlo mejor _ le dijo contra los labios al tiempo que le pasaba una
mano por la columna __. Sos el placer
convertido en mi hombre de siempre precioso, eres el sueño de los dioses, que
te hicieron para ser amado, eres el deseo y el pecado, vives en mis
sentimientos y anidas en mis anhelos,
habitas en mis sueños y resides en mis deseos, por eso mi pecado es
desearte con todos mis sentidos, con
esas ansias que siento, de día y de noche, que solo pretenden hacerte mío, besar tus labios,
acariciarte y saciarme con tu cuerpo,
para impregnar con tu sabor y con tu
aroma mi piel, por eso si mi pecado es amarte, no quiero ser perdonado, porque
tú lo eres todo y aún mucho más...
Renazco cada amanecer, después de
haberte amado y verte ahí entre mis brazos, casi no respiro, por miedo de
alterar tu descanso y el tiempo parece detenerse, veo tus labios y ansío
humedecer los míos en ellos, siento la tibieza
de tu piel, lentamente mis dedos
descifran tu cuerpo y guían a mis manos
a lugares que te hacen estremecer, tu respiración se agita y nuestros labios ya se unieron en un ardiente beso, entreabres los ojos, me
regalas una sonrisa y tu mirada ya es mía, ya no hay límites todo fluye, me
envuelves con tus piernas, tu respiración
se transforma en deliciosos suspiros y con la satisfacción dibujada en
tus ojos, terminas diciéndome: Te amo amor mío.
__
¿Ahora mismo puedes amarme? ¿Te ves en condiciones tan pronto?
__Pedro
o Gastón o como desees llamarte, estoy en condiciones desde que volviste a la
vida y a mi vida.
Cuando
él soltó una carcajada, el alivio lo inundó. Lo dejó sobre el mullido cobertor
rojo, lo instó a ponerse de espaldas y
volvió a besarlo antes de apartarse lo justo para mirarlo.
__
¿De verdad pensaste que podrías liberarte de mí tan fácilmente y engañarme?
__
¿Ha sido demasiado evidente?
__Casi
me convences, pero luego recordé que tus ojos eran incapaces de mentir. Y
sigues sin poder hacerlo. __Le besó los párpados, bajó hasta su boca y trazó
los labios con la lengua hasta que los separó para evadir el temor y las dudas
en la oscuridad del ósculo, en la danza
de lenguas, en el sabor que embriagaba, en la agonía de la garganta y el
respirar el mismo aire.
__Tendré
que recordarlo _murmuró Gastón cuando los dos estuvieron sin aliento.
__Dime
qué quieres _ susurró Guillermo mientras le acariciaba un costado y le rozaba el contorno de los
pezones con los nudillos.
__No
quiero pensar. Solo quiero sentir, reaprenderte con sensaciones, solo quiero sentir que me tocas como antes.
Quiero olvidarme de todo salvo de ti.
__Pues
creo que puedo darte una mano con eso,
encantado mi amor.
__Bien,
porque ahora mismo solo te necesito a ti, Guillermo.
__Y
esas son las únicas palabras que yo necesitaba escuchar amorcito.
Me
vuelvo tu abrigo en este universo nuestro que
es el nocturno lecho, tu piel desnuda que incita a la mía, la lleva a
revelarse contra la realidad, vas sintiendo mi calor en la suavidad de tu
espalda, tu respiración en compás con la mía, se van acelerando juntas, al tiempo que entre tus piernas la humedad de
tu intimidad responde a mi excitación,
que entre tus glúteos sientes el
despertar.
Tibieza
de los cuerpos que se vuelve humedad de pasión, llevas mi mano por un camino de
lentas cacicas a viajar, primero por tus
cúspides, allí mientras mis labios adornan de besos tu cuello, tus
pezones con firmeza reciben el tacto de mis dedos, tu aliento que exhala
gemidos de deseos, parecen arrastrar las manos en un lento paso por tu vientre,
llevas mis caricias al destino final, de aquella humedad entre tus piernas, en
la cima de tu hombría, en los montes que amoldo.
Prisionero
me sabes de tu delirio, tu meneo sensual provoca mi máxima excitación que entre
tus glúteos se mantiene cautiva, mientras mis dedos incitan a tu primer orgasmo
a decir presente entre espasmos y rigidez de tu cuerpo, un gemido que huye de
tu boca al tiempo que tu mano le pide a
mis mojados dedos o a mi boca detener por un momento aquel frenético movimiento
en tu secreto más resguardado.
Ahogamos
por un momento la pasión entre nuestro aliento que consumen las bocas, mientras
entre tus glúteos mi mojada excitación es aun mayor por tu meneo, que me indica
la quieres sentir más dentro de vos, una
suave caricia, en su paso hacia tu ardiente y mojada estrecha morada, mi humedad le deja mi ser en esencia a ese pequeño punto que
entre tus glúteos se esconde, exclamas un súbito gemido de placer cuando mi
dureza habita dentro de vos y a cada embestida más allá.
Tu
cuerpo se contorsiona de espalda bajo mi pecho, un corto y suave ascenso y
descenso de tu cintura, me lleva a lo más profundo de vos, sientes que me
posees al provocarme tanto placer, mi
respiración se acelera, los latidos aumentan en mi pecho… tus movimientos me
consumen en tu fuego, los jugos de la pasión se confunden en ese punto exacto
de tu cuerpo, tu ritmo se incrementa, el frenesí me lleva a estallar dentro de
vos, se confunden en un solo ritmo los orgasmos finales de esta irreal noche
amor.
__
¿Es real que existes?
Sí
existes, en las brisas del viento que acaricia y abanica el polvo de la tierra
prohibida, en el hermoso e inmenso cielo
donde revolotean las aves,
alegrándonos con sus cantos que susurran recuerdos, en el azul divino de
los mares, donde tus aguas se pierden en la bruma, allá en el infinito donde
anida tu mirada, habitas en todas
partes, y por más que intento no alcanzo tu vuelo, me resulta imposible conquistar tus
latitudes, te prometo que si me permites tocarte con mis palabras, abrazarás mis intimidades en la profundidad
de tu alma, en esa mezcla inevitable de fantasía y realidad que me atrae sin
dudar al riesgo del azar, en la sonrisa pura de mis sentimientos que libero en
mis sueños anhelados, esos que me ilusionan y me queman por dentro, sí existes,
estás ahí, en cada suspiro, en cada beso, en cada toque, en cada roce, en cada
deseo, en cada instante que exista amor,
y te encontraré en los vitrales abstractos que se ocultan en el tiempo.
Lo prometo, Guille.
__Te
creo y te acaricio. Siente y reaprende mi tacto. Paso mis dedos por todo tu cuerpo,
acariciando todas las heridas de tu tersa piel.
Besando, resanando las cicatrices de tu memoria de un pasado lejano que feneció hace largo rato. Ahogando tus lamentos he inhalando tu esencia a perfume de madera. Me gusta escuchar la vida misma en los latidos de tu corazón, tengo una necesidad inmensa de terminar con tu soledad. La gente en la vida, todo tiene su tiempo, nada en esta vida es para siempre, las marcas que tienes sangrantes nunca se borrarán, seguirán latentes en tus pensamientos y con el tiempo serán más atenuadas, mas no tan dolientes. Deja que descansen tus pensamientos sobre mi cuerpo, y algún día nuestras almas se entrelazarán con el tiempo. Debes estar listo de dejar ir la vida que tenías antes, ¡sé libre!
Besando, resanando las cicatrices de tu memoria de un pasado lejano que feneció hace largo rato. Ahogando tus lamentos he inhalando tu esencia a perfume de madera. Me gusta escuchar la vida misma en los latidos de tu corazón, tengo una necesidad inmensa de terminar con tu soledad. La gente en la vida, todo tiene su tiempo, nada en esta vida es para siempre, las marcas que tienes sangrantes nunca se borrarán, seguirán latentes en tus pensamientos y con el tiempo serán más atenuadas, mas no tan dolientes. Deja que descansen tus pensamientos sobre mi cuerpo, y algún día nuestras almas se entrelazarán con el tiempo. Debes estar listo de dejar ir la vida que tenías antes, ¡sé libre!
En
honor a la verdad, ya no puedo callar por más tiempo este sentimiento tan profundo
que tengo hacia vos. Acepta lo que tienes enfrente que te brinda un sinfín de
oportunidades, vence tus miedos eres fuerte, noble, valiente, expulsa todas tus
dudas y cuanta cosa que te aqueje, entiendo que puedas estar confundido pero
dentro de vos sabrás la respuesta. Y si ya estás listo... "pero solo si ya
estás listo “abre tus ojos y ábrete al amor, que aquí estaré esperándote
y curaré tus heridas de amor, hasta que no quede nada en tus pensamientos y tu alma esté curada. Déjame acariciar tus cabellos, quiero hacerme piojito, relájate, besaré tu rostro y borraré tus lágrimas de dolor hasta que se conviertan en franca felicidad, y volcaré toda la ternura que tengo para vos, borrando cualquier rezago de dolor que quede en tu corazón, olvídate de los desagravios, mi alma está llena de felicidad, vos sos el motivo, quiero ser luz que ilumine tus mañanas, brisa marina que acaricie tu cuerpo y alma amándote hasta la eternidad, quiero ver la luz nuevamente en tus ojos sombríos, quiero sentir cómo recorren mis labios tu piel, y sentir cómo se estremece tu cuerpo recorriendo palmo a palmo todo tu ser y hacerte el amor despacito, con ternura, con tacto, y susurrarte bellos poemas y pronunciar mil te amo. Y hacerte cada noche mío, como la noche y el día, como el amanecer y atardecer, como la luna a las estrellas, con la fuerza de las olas rompiendo en la costa, como el rocío al alba.
Y cerrarás tus ojos y cada noche entre besos, caricias y pasión pronunciarás mi nombre en sueños abrazándote tan fuerte hasta borrar los fantasmas de tus dudas y miedos.
y curaré tus heridas de amor, hasta que no quede nada en tus pensamientos y tu alma esté curada. Déjame acariciar tus cabellos, quiero hacerme piojito, relájate, besaré tu rostro y borraré tus lágrimas de dolor hasta que se conviertan en franca felicidad, y volcaré toda la ternura que tengo para vos, borrando cualquier rezago de dolor que quede en tu corazón, olvídate de los desagravios, mi alma está llena de felicidad, vos sos el motivo, quiero ser luz que ilumine tus mañanas, brisa marina que acaricie tu cuerpo y alma amándote hasta la eternidad, quiero ver la luz nuevamente en tus ojos sombríos, quiero sentir cómo recorren mis labios tu piel, y sentir cómo se estremece tu cuerpo recorriendo palmo a palmo todo tu ser y hacerte el amor despacito, con ternura, con tacto, y susurrarte bellos poemas y pronunciar mil te amo. Y hacerte cada noche mío, como la noche y el día, como el amanecer y atardecer, como la luna a las estrellas, con la fuerza de las olas rompiendo en la costa, como el rocío al alba.
Y cerrarás tus ojos y cada noche entre besos, caricias y pasión pronunciarás mi nombre en sueños abrazándote tan fuerte hasta borrar los fantasmas de tus dudas y miedos.
Y besaré toda tu piel como cada mañana,
llenándote de placer renaciendo tu alma. Y seré el aire que respiras todos los
días, amándote toda una eternidad, sin principio ni final.
__ Y
sigo andando en los senderos sin ver y sin sentirlos, quizá busco lo que nunca tuve, sin saberlo ya no sé
qué soy, qué seré, o si voy a serlo. ¿Será una canción desesperada muda a mis
oídos? Todos estos años fueron falsos. Ella fue una farsa. ¡Fuera máscara inaudita! Quiero que me veas,
y verte. Voy a liberarme de mi amor sin suerte porque sé que yo nací para
quererte
y mírame, para que te bese al mirarte, sin tenerte. Ven a mí, amor de mis amores, acércate a mi lado, te contaré la triste historia de mi vida que ha terminado… yo era un hombre gris, entre los fuegos del diablo que con tu amor apagarás, y con un beso de tus labios.
y mírame, para que te bese al mirarte, sin tenerte. Ven a mí, amor de mis amores, acércate a mi lado, te contaré la triste historia de mi vida que ha terminado… yo era un hombre gris, entre los fuegos del diablo que con tu amor apagarás, y con un beso de tus labios.
Deja
que la fresca brisa nos cobije bajo el infinito cielo, deja que mi canción se escuche con todos los
sentidos, deja que, suavemente hagamos este amor consentido, deja que busque una estrella y le diga que
te amo y quiero. Estás aquí amor, y yo con mis ganas de arriesgarme
con el tibio y dulce sabor de ti, y enamorarme.
con el tibio y dulce sabor de ti, y enamorarme.
__Ella
ya no existe, y tarde o temprano sabremos la verdad, lo prometo. Amar es un
arte
que nadie me enseñó, me perdí en devaneos que confundí con amor en todos los años de tu ausencia, pero pasó. Quiero con amor enseñarte que todo en nuestros cuerpos es del placer su conductor, quiero en tu alma escribirte un poema de pasión, exento de dolor para recitar en tu cuerpo mi composición y disfrutemos del amor el sabor, tú escoges darle a mi vida luz u oscuridad, indícame el sendero que he de tomar
que nadie me enseñó, me perdí en devaneos que confundí con amor en todos los años de tu ausencia, pero pasó. Quiero con amor enseñarte que todo en nuestros cuerpos es del placer su conductor, quiero en tu alma escribirte un poema de pasión, exento de dolor para recitar en tu cuerpo mi composición y disfrutemos del amor el sabor, tú escoges darle a mi vida luz u oscuridad, indícame el sendero que he de tomar
__Necesito...
Que vengas, y me mires a los ojos. Que tu perfume me envuelva, y cumplas mis
antojos, que tu mano roce la mía sin piedad y
despierte deseos que se durmieron
un día. Necesito que abraces mis más preciados anhelos, que tu respiración me nutra
de pasión sin recelo. Que tu
cabello caiga sin gravedad en mi pecho y
mi lujuria impaciente se mantenga
al acecho. Necesito que tu locura invada
mi equilibrada cordura, que chispas candentes
llenen los espacios, que nuestros cuerpos dejaron a merced de los abrazos. Necesito palabras, susurros, sonrisas, que tu alma
llene la mía sin prisa. Que
mantengas firme tu presencia en mi vida sin tiempo ni lugar
llenando mis días. Necesito tus besos.
__
Hay besos que pronuncian por sí solos la
sentencia de amor condenatoria, hay
besos que se dan con la mirada, hay
besos que se dan con la memoria. Hay
besos silenciosos, besos nobles, hay
besos enigmáticos, sinceros, hay besos
que se dan solo las almas, hay besos
por prohibidos, verdaderos. Hay besos
que calcinan y que hieren, hay besos que
arrebatan los sentidos, hay besos
misteriosos que han dejado mil sueños
errantes y perdidos.
Hay
besos problemáticos que encierran una
clave que nadie ha descifrado, hay besos
que engendran la tragedia, cuántas rosas
en broche han deshojado. Hay besos
perfumados, besos tibios que palpitan en
íntimos anhelos, hay besos que en los
labios dejan huellas como un campo de
sol entre dos hielos. Hay besos que
parecen azucenas por sublimes, ingenuos
y por puros, hay besos traicioneros y
cobardes, hay besos maldecidos y
perjuros. Judas besa a Jesús y deja
impresa en su rostro de Dios, la
felonía, mientras la Magdalena con sus
besos
fortifica piadosa su agonía. Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores, en las bodas humanas se parecen a la brisa que juega con las flores.
fortifica piadosa su agonía. Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores, en las bodas humanas se parecen a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, vos
los conoces bien, son besos
míos inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te
acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
nos llenamos… se llenaron de
lágrimas tus ojos.
¿Te
acuerdas que una tarde en loco exceso te
vi celoso imaginando agravios, te
suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios. Yo te enseñé a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos inventados solo para tus labios, para tu
boca.
Con
un inusitado frenesí, atemperado y de sutil rudeza, templaba su cuerpo sobre el
de él, jaloneaba sus cabellos igual que
crin de arisca yegua. Hincaba sus dientes de depredador en su fino y largo cuello, sus muslos prisioneros de férreas
tenazas. En medio de aquel inmisericorde y placentero encuentro… sudorosos, lustrosos los cuerpos con destellos
de lujuria y placer, abrazados en franca
lid, ansiosos por el desenlace a la vez presurosos por descontarle al tiempo.
Sus manos igual que bandada de pájaros, raudas
se deslizaban por las colinas de su pecho escalando los rosáceos nevados de sus pezones, hurgando
su entrepierna, acariciaba sus redondeadas nalgas. Infinita las veces una y
otra vez jadeante, extasiado.
Enfebrecido,
se perdía en cada recóndito lugar de aquel delicioso cuerpo, se perdía en el
fondo de sus brillantes ojos, rasgaba sin herir cada hendidura de su espalda,
alimentaba con su cálido aliento su alma, torneadas sus piernas indicaban el
oriente y el occidente, displicentes convidaban al goce de aquel oasis,
sediento cual náufrago de rodillas
hincado ante delicioso espejismo zambulle en su paladar en aquella húmeda boca el culmen de la fuente, a lo lejos se escuchan
como dulces quejidos, susurrados por el viento.
__Exhausto,
eufórico y rodilla al piso, vencido con gusto rendido ante el altar de tu ser
converso en fiel predicador atestiguo de cierto que no hay mejor religión que
hacerte el amor.
__Insomnio
que causan el placer y la pasión bajo caricias que envuelven al alma, cuando con besos provocas mi cuerpo haciéndome tuyo, entregándote todo y en dulce
silencio me haces perder la calma. Pinceladas de caricias en tu cuerpo abrigarás esta noche junto a palabras de amor que de tu hombre escucharás embelesado, bello hombre de mi
vida que sabe sentir y
vivir la pasión sin culpa y sin pecado… guarda para ti la ilusión de amar cuando todo ya por amor lo has dado. Déjame sentir cómo germinas el placer que nace de tu vientre y pelvis origen de pasión hirviente, oasis de locura y seducción… dame el olvido hiriente de ser mortal, devuélveme los sueños que te has llevado en cada noche de amor, en cada beso robado.
vivir la pasión sin culpa y sin pecado… guarda para ti la ilusión de amar cuando todo ya por amor lo has dado. Déjame sentir cómo germinas el placer que nace de tu vientre y pelvis origen de pasión hirviente, oasis de locura y seducción… dame el olvido hiriente de ser mortal, devuélveme los sueños que te has llevado en cada noche de amor, en cada beso robado.
__Se
enmudecen mis adentros, huérfanos de verbos y palabras para componer melodías
para tu alma, las emociones se me quedan desterradas, me llueven las lágrimas
de cristal rotas y negras tintadas del color de los lirios azul violeta, solo
preciso de tus susurros amor, no me importan y me sobran todas las voces del
mundo si nuestro sentir enamorado está
muerto y los besos que bailaban en mis labios ya no sienten la música de mi
sonrisa.
Al llegar la noche eres mi gran anhelo, eres mi sueño prohibido, eres, el aire que abriéndose paso en la niebla espesa como la tundra rompe los silencios que inundan mi vivir a la espera de tu llegada, y mi alma no se cansa, nunca se cansa de repetir y tirar al aire, ese quejido entrecortado vuelve amor mío, vuelve, no dejes que me pierda en esta oscuridad fría.
Seguiré escribiendo para ti, seguiré plasmando palabras sin rumbo, seguiré clamando al cielo que me devuelva tus ojos, tus risas en la noche que lo hacían todo luz, donde el fuego de mis adentros abrasan mi piel.
Miro mi reloj de pulsera que porto en mi mano, y el tiempo se hace largo, el día se me hace inmenso y la noche me llena de esperanza, a la espera de tu llegada.
Al llegar la noche eres mi gran anhelo, eres mi sueño prohibido, eres, el aire que abriéndose paso en la niebla espesa como la tundra rompe los silencios que inundan mi vivir a la espera de tu llegada, y mi alma no se cansa, nunca se cansa de repetir y tirar al aire, ese quejido entrecortado vuelve amor mío, vuelve, no dejes que me pierda en esta oscuridad fría.
Seguiré escribiendo para ti, seguiré plasmando palabras sin rumbo, seguiré clamando al cielo que me devuelva tus ojos, tus risas en la noche que lo hacían todo luz, donde el fuego de mis adentros abrasan mi piel.
Miro mi reloj de pulsera que porto en mi mano, y el tiempo se hace largo, el día se me hace inmenso y la noche me llena de esperanza, a la espera de tu llegada.
__ En tu piel escribí la historia más hermosa de amor, en ella describí nuestro pasado en forma de caricias a tu piel, eras mi pergamino donde plasmar mis sentimientos, mis ganas de amarte cada día más. Soy el hombre que te convirtió en su par, saboreando tu cuerpo te seduje, tocando mi piel me llenaste de placer y pasión siendo un muchacho tímido, a la vez hombre seductor y hoy uno maduro precioso como el sol. Aquel día que te conocí, fue lo más hermoso
que me pudo suceder, me entregaste tu mundo sin igual, lleno de fantasías, mis manos acariciaron tu piel, desbordábamos pasión, mieles eran nuestros besos, albricias por
festividad de dos cuerpos al encontrarse, al unirse y entrelazarse, éramos fuego y quizá
volcanes en erupción. La entrega fue mutua, me encantó tu desnudez, nos estorbaron las ropas, y la noche llegó, el deseo fue tan sublime, fue tan excitante que provocó besarnos con tanto frenesí. Nuestras bocas, nuestros labios jamás se apartaron, rozaron cada parte de nuestra piel, un te quiero salió de nosotros dos, sin pretendernos me dijiste no te apartes de mí, ámame suavemente, quiero sentirte tan dentro de mí, y me perteneciste, ahora sos el dueño de mi ser. Eres ahora esta sed que me consume diariamente, eres la cobija cuando mi cuerpo te necesita, eres mi droga perfecta, mi veneno. Entre mis venas, el aroma que no se olvida. Ahora eres el amor de mi vida.
Cosas
del destino que sin querer enlazó nuestras almas, posiblemente que sin saberlo,
sin darnos cuenta ninguno de los dos latíamos al mismo paso con aquella
sensación de que ya nunca más estaríamos solos, ya nunca más estaríamos vacíos
de sensaciones, que nacía en nosotros algo genuino pero nada inocente,
deseábamos los dos lo mismo, los dos, sentíamos nuestros pulsos acelerándose de
una forma inusual, yo sentía cómo tus ojos se perdían en mi sonrisa amplia pero
nerviosa, te escuchaba hablar pero mis sensaciones arrastraban a mi pensamiento
a esa locura del movimiento de tus labios que se querían posar en los míos,
disimuladamente, cerré mis ojos para imaginarlo y juro vida mía que me encantó,
el roce de tu mano en la mía me hizo volver a la realidad, y el aroma del café
se quedó por siempre en mi memoria.
Seguramente estaba sucediendo eso que se dice, amor a primera vista, no lo sé, solo sé que ya no puedo dejar de amarte, el amor, inesperadamente y sin previo aviso traza caminos misteriosos enlazando sueños y deseos, dándote esa sensación de que ya no caminarás solo, que alguien te deseará en sus sueños, que cerrará también sus ojos para imaginarse perdido en ti, perpetuando ese momento.
Así vida mía es como nacen los sueños, así me perdí en tus ojos sin querer conocer el camino de regreso, ahí es donde te sueño y te amo, donde emprendí este viaje de amor sin billete de vuelta por que ahí contigo es donde quiero vivir mi sueño de amor.
__Creo
que esto es sentirse amado _ dijo Pedro adormilado.
__Algún
día sabrás, sintiendo el sabor del viento entre tus labios; y tú con la
inocencia de un mañana en tus anhelos, te dirás susurrando al eclipse que opaca
tu tarde; qué será... que será sentirse amado; y el silencio que estremece a
los cielos, cabalgando al lomo de un ave; aleteando para no enfrentarse a la
inclemencia del viento, aun sin voluntad en el regazo que sostiene su vida, va
llegando a los pies de quien se ha preguntado; qué será... qué será sentirse amado; y unas paradojas
confundirán tus inexplorados recuerdos, mirando cómo aquella ave se cobija bajo
tu sombra; el vislumbre de una respuesta tienta a tu entendimiento a recoger
las cenizas de un ayer que no pasó, a respirar las exequias de quien en mil
vidas...
siempre... siempre, siempre, siempre te amó; pobre insensato que no aprendió su lección de los más difíciles teoremas que habitan en tu desordenado corazón; pero hubo algo que a la fuerza aprendió, aprendió a vivir bajo la sombra de un negado y soñado beso, un beso... un beso que tu alma le negó por años. Y así te ofrezco la respuesta a tu acertijo, a tus pies como aquella ave, ahí, ahí estoy yo; cobijándome en tu indiferencia, consolándome bajo las faldas de tu sombra; y vos sin poder entender, te canto, pero el sonido no llega a tu pecho; entonces grito clamando a tus oídos y a tus ojos: ¡Mírame! ¡Óyeme amor mío! escucha mis ahogados latidos, cómo se desvanecen en el eco fugaz del silencio; quizá puedas oír mis secretos susurros, que flotarán en la eternidad buscando ser oídos; entonces al filo de un final te dirán, te amo, te amo, por siempre te he de amar; y aunque tú no sepas amarme, yo sí aprendí a amarte a cabalidad; y lo que bien se aprende no se olvida, aunque hubiese querido aprender la fórmula mágica que me haga dejarte de amar. Ahora ya sabes... qué es sentirse amado, ahora te pido que me enseñes, enséñame a olvidar.
__No quieras saberlo, no quieras aprender el olvido, no ahora Guille.
siempre... siempre, siempre, siempre te amó; pobre insensato que no aprendió su lección de los más difíciles teoremas que habitan en tu desordenado corazón; pero hubo algo que a la fuerza aprendió, aprendió a vivir bajo la sombra de un negado y soñado beso, un beso... un beso que tu alma le negó por años. Y así te ofrezco la respuesta a tu acertijo, a tus pies como aquella ave, ahí, ahí estoy yo; cobijándome en tu indiferencia, consolándome bajo las faldas de tu sombra; y vos sin poder entender, te canto, pero el sonido no llega a tu pecho; entonces grito clamando a tus oídos y a tus ojos: ¡Mírame! ¡Óyeme amor mío! escucha mis ahogados latidos, cómo se desvanecen en el eco fugaz del silencio; quizá puedas oír mis secretos susurros, que flotarán en la eternidad buscando ser oídos; entonces al filo de un final te dirán, te amo, te amo, por siempre te he de amar; y aunque tú no sepas amarme, yo sí aprendí a amarte a cabalidad; y lo que bien se aprende no se olvida, aunque hubiese querido aprender la fórmula mágica que me haga dejarte de amar. Ahora ya sabes... qué es sentirse amado, ahora te pido que me enseñes, enséñame a olvidar.
__No quieras saberlo, no quieras aprender el olvido, no ahora Guille.
Te
amo _susurró Pedro cuando el sueño se lo llevaba, y soñó con un príncipe de
mirada penetrante que lo invitaba a bailar, mientras dos pequeños idénticos revoloteaban
alrededor.
___
Gastón
movió los dedos y estiró los pies. No recordaba la última vez que se había
sentido tan relajado, tan saciado, y tan tranquilo. Sentía todos los músculos
del cuerpo extenuados y fortalecidos al mismo tiempo.
Miró
a Guillermo y esbozó una sonrisa. Tenía la cabeza apoyada en su pecho, con el
brazo por encima de sus caderas como aprisionándolo para que no huyera de
nuevo, y sus piernas estaban entrelazadas. Ni dormido quería soltarlo, así se
aferraba ahora a él. Le enterró los dedos en el pelo negro y sintió los sedosos
mechones contra la piel. Jamás se había sentido tan deseado, tan querido, como
en las últimas horas, al menos del escaso tiempo de vida presente en sus
recuerdos.
Habían
hecho el amor dos veces más antes que rendido, Guillermo lo pegara por fin a su
cuerpo, sedosa piel húmeda, fragancia fresca, desatando olor afrodisíaco antes
de dejarse vencer por el sueño.
El viento trae aroma que enamora, por los poros se transpira el deseo de fluir recorriendo lo
dulce del néctar de los dioses. Olor a
entrega, sudor recorre el paraíso
ansiado. Gota a gota se denota un gesto de plenitud, se devela el velo de lo exuberante y fértil del fruto anhelado. Los secretos se
olfatean en la intimidad que fluye de
los adentros. Arden las ganas de transitar senderos sublimes. Manos sedientas
provocan volar y explorar todos los sentidos. Corazón danza a un ritmo acelerado y extasiado, quimera
resuena. Se bebe la ambrosía de la
pasión, surge el deseo de la exaltación.
Hundido el silencio, gritos callados; labios divinos; sándalo suave. Fuego
ardiente desnuda el alma, aroma que
persigue un sendero eterno. Pétalos de
rosas acarician y seducen el pensamiento.
Soplo de los dioses, elevación con lo divino, fusión de cuerpos en una sola alma, gozo consumado.
La
lluvia golpeaba los cristales y las olas rompían con fuerza contra la orilla,
pero, en el refugio de su casita prestada, se sentía cálido y protegido. Y, de
momento, feliz.
Los
niños seguían con sus padres, el teléfono estaba desconectado y la pesadilla
que era su vida había quedado relegada al fondo de su mente. Ya pensaría sobre
eso más tarde. En ese preciso momento, solo quería disfrutar del momento, por
si no duraba.
__Para
_ dijo Guillermo sin moverse.
Dejó
de acariciarle el pelo.
__ ¿No
te gusta lo que hago?
__No,
eso me encanta, sigue haciéndolo. Pero deja de pensar.
Su
sonrisa se ensanchó.
__ ¿Cómo
sabes que estoy pensando?
__Pedro,
casi puedo oír los engranajes de tu dura mollera, de verdad escucho tus
pensamientos, siempre ha sido así.
__De
lo primero nada _ repudió en voz
cantarina__. Y no es tan dura.
Una
carcajada brotó de la garganta de Guillermo. Una que resonó en su pecho cuando
él le acarició con la nariz.
__Si
dices que ha sido un error, voy a tener que hacerte el amor hasta que dejes de
pensar.
__No
voy a decírtelo.
__No,
pero lo estabas pensando.
__Claro
que lo estaba pensando. Soy un hombre muy listo.
Con
una sonrisa, Guillermo le subió una mano
por el muslo, caminando la piel con las yemas de los dedos y tocó un punto de
presión en su cadera. Pedro se echó a reír e intentó zafarse de sus dedos.
__Es
inútil, tengo grabada tu geografía y conozco de memoria cada sitio que dispara
tu cosquilla, no puedes huir, cielito, deja de intentarlo. Estabas avisado.
__Trazó un sendero de besos por su pecho hasta llegar al cuello. Sus cálidos
roces, sus manos le acariciaron los pezones. El deseo volvió a correrle por las
venas, el anhelo a reclamar sus ansias y apetencias.
__Eres
insaciable, lo sabes, ¿verdad? _ le susurró mientras los labios insistentes de
Guillermo le recorrían la oreja.
__Pero
en el buen sentido.
No
pudo contener la carcajada. No sabía que pudiera sentirse tan relajado con él.
No había esperado la ternura que le inundaba el pecho cada vez que él lo
besaba.
Le
colocó de costado, le pasó la mano por un hombro y bajó por su brazo hasta que
sus dedos se entrelazaron. Guillermo se llevó su mano a los labios y le besó
los dedos uno a uno. La emoción provocada por ese gesto tan dulce, tan tierno,
se convirtió en un escalofrío.
Dejó
que sus dedos acariciaran la cicatriz que Guillermo tenía en el mentón.
__ ¿Cómo
te hiciste esto?
__Agustín.
__ ¿Cómo?
__Nos
peleamos.
__ ¿Por
qué?
__No
sé muy bien cómo decirlo, pero cuando te creí muerto yo era un poco… __Dejó la
frase en el aire como si estuviera avergonzado__. En fin, salía con varios
tipos.
__Como
él salía con muchas chicas supongo.
Guillermo
se echó a reír.
__
Sí, hasta que llegó Gaby. Seguramente por eso nos hicimos tan amigos. La cosa
es que no le gustó nada. Él y yo jugábamos al…
__Tenis
_ terminó por él__. Y Agustín te vio mirar a alguno y se enojó tanto que se
terminó el partido.
__ ¿Cómo
lo sabes? _preguntó Guillermo esperanzado.
__Mi
hermano me contó la historia. Pero no me habló de la cicatriz, me dijo que te
pegó un puñetazo al verte de la mano con otro cuando salió del club.
Guillermo
esbozó una sonrisa torcida.
__Lo
hizo, estaba muy enojado.
__ ¿En
serio?
____De
hecho no habrías dicho algo muy diferente a lo que después de la conferencia de prensa de ayer.
__ ¿Cuántos
puntos te pusieron?
__Tres.
Sabía que Agustín tenía razón. Tenía todos los motivos para estar enojado
conmigo, no iba a ahogar tu recuerdo aturdiéndome con otros o en alcohol, pero
estaba desesperado, aterrorizado de tener que seguir viviendo sin vos, de hecho
por momentos pensé en irme, en terminar con todo, pero estaban los chicos,
Fabián y Malena __ en hilo de voz.
__ ¿En
serio?
El
corazón de Pedro le dio un vuelco al escucharlo. Se imaginaba la escena y el
sentimiento. Ojalá pudiera recordarlo.
__Sí.
Además, solo deseaba que todo fuera mentira, por meses pensé que solo era una
pesadilla, que habría algún llamado, que sonaría el teléfono o el timbre y que
alguien o vos mismo me dirías que todo había sido una broma de mal gusto, que
estabas regresando de Chile con tus padres, que entrarías por la puerta, y me
curarías la herida besándola, me mimarías, pero
fueron ellos, tus papás quienes me enseñaron que siempre sucedía eso
cuando alguien moría, que por años quizá se esperaba el regreso.
Embargados
de emoción miraron sus manos entrelazadas. Pedro rozó con la punta de los dedos
la alianza de platino con filigrana de oro que llevaba Guillermo.
__ ¿Por
qué la llevas?
__Porque
estoy casado, y me la regalaste vos.
__La
llevabas cuando nos conocimos. Entonces no sabías que seguía vivo.
__Siempre
la llevo. __Guillermo deslizó los dedos por los suyos.
__ ¿La
has llevado todo este tiempo?
__Sí.
¿Te sorprende?
Movió
la cabeza mientras intentaba reprimir unas emociones que no podía definir.
__ ¿Por
qué? Han pasado cinco años.
_Porque
me casé, una vez, para lo bueno y para lo malo. Para siempre. Encontré al
hombre con quien quería pasar la vida. No tengo intención de casarme con nadie
más y nunca se me cruzó esa idea.
__ ¿Preferirías
quedarte solo? ¿Y si hubieras conocido a alguien?
__He
conocido a montones de hombres y mujeres. Nadie se te acercaba siquiera, puse
un listón muy alto como para que me inquietaran.
__Guillermo.
__Las emociones lo embargaron. Se le llenaron los ojos de lágrimas. Bajo esa
tierna mirada, su corazón amenazaba con salirse del pecho__. Ahora entiendo por
qué Fabián y Malena no deseaban que me vieras y parecían odiarme cuando me
vieron la primera vez, aun ahora.
__No
te odian, solo temen que vuelvas a desaparecer.
Guillermo
le dio un apretón en los dos y le miró
la mano izquierda.
__Me
he dado cuenta de que te has quitado la tuya.
Pedro
siguió su mirada.
__No
era mi esposa. En cuanto supe la verdad no soportaba llevarla, la eché al río.
Guillermo
se llevó la mano a los labios y besó sus dedos desnudos.
__Ojalá
supiera qué le pasó a tu alianza, no a esa, a la nuestra. Tengo que buscarte
otra.
Vio
la determinación en sus ojos y el estómago le dio un vuelco en respuesta. En su
cabeza sonó una alarma. No estaba preparado para eso. Ni siquiera estaba seguro
de que alguna vez lo estuviera. Intentó sentarse.
__Guille…
Él
se inclinó sobre Pedro y le dejó un reguero de besos en los labios con la sonrisa más traviesa del
mundo.
__No
lo hagas.
__
¿El qué?
__Pensar.
No quiero que te preocupes del día de mañana ni del siguiente. No quiero que
disecciones todo lo que digo. Solo quiero que sientas. Las palabras no
importan, tampoco los recuerdos de tu mente, solo sigue la memoria del cuerpo,
ella sigue indemne.
Guillermo
descendió por su cuello, mordisqueándole la piel. Pedro se dejó caer contra la
almohada y cerró los ojos. Sus manos volaron y le acariciaron el cuerpo en cada
recoveco, recorrieron todas sus carreteras y curvas, y él se quedó sin aliento.
El deseo volvió a apoderarse de cada átomo cuando sus habilidosos dedos se concentraron en su sexo. La pasión creció en
su interior con cada frote, con cada roce, pellizco y caricia.
No
podía negar la atracción que sentía por él, en lo más profundo de su alma.
Trascendía lo físico, trascendía la atracción ciega. Era algo mucho más intenso
y profundo, era muchísimo más real de lo que había esperado o de lo que había
vivido jamás.
Y le
aterraba más de lo que quería admitir. La idea de que pudiera ser amor, cuando
había transcurrido tan poco tiempo desde que volvió a su vida, le humedecía las
manos y le desbocaba el corazón. Era imposible que fuera eso lo que estaba
sintiendo y sin embargo aunque no lo recordara y para él recién lo conociera
sentía que lo conocía desde siempre, que había nacido para él, para ese
momento, para encontrarlo, que era su sino.
Guillermo
se colocó entre sus piernas y lo besó mientras lo penetraba, y el corazón le
dio otro vuelco mientras lo abrazaba con fuerza, mientras abría sus labios, su
cuerpo, su alma y su mente a ese hombre.
__ ¿Estás
pensando…? _le susurró él al oído.
__No,
desde luego que ahora no.
Sus
lentas y rítmicas embestidas le arrancaban un suspiro. Alzó las caderas para salir
a su encuentro, para llevarlo más dentro de sí, le acarició la piel allí donde
retorciéndose llegó con sus manos deleitándose en la suavidad de su piel,
deseaba memorizar cada músculo, cada recoveco de su cuerpo, cada sensación,
cada aroma y sabor, no olvidarlo ya nunca más.
Le
sintió sonreír junto a su oreja.
__Bien.
Quiero que tengas la mente en blanco cuando te diga que te amo.
Se
tensó de los pies a la cabeza.
__Guille…
__Te
amo cielito _repitió él en voz baja al tiempo que salía de su cuerpo despacio
para reacomodarse y volver a penetrarlo más allá hasta que la intrusión
profunda le arrancó un jadeo__. No puedo fingir que no es verdad. Lo que quiero
de vos está en lo más profundo de tu ser. Está ahí te llames Pedro o Gastón.
Está ahí me recuerdes o no.
__Es
una locura __susurró.
Guillermo
esbozó una sonrisa torcida antes de besarlo de nuevo. Antes de salir y
penetrarlo de nuevo con determinación dejándose caer con todo el peso del cuerpo,
antes de iniciar un vaivén que los dejó sin respiro.
__No.
Una locura sería negar la realidad. No espero que me correspondas al menos de
momento con el mismo sentimiento. Solo quería que supieras que está ahí. Que
siempre estuvo y sigue ahí, en los dos.
Le acarició los mechones que le rozaban la
nuca, Pedro lo estrechó más a su piel. Lo besó con frenesí mientras hacían el
amor, volando en una burbuja sin tiempo, detenidos en un instante eterno
robado, sin espacio. Tenía las palabras
en la punta de la lengua, pero el miedo hizo que se las tragara. El miedo por
lo que sucedería a plena luz del día. El miedo por lo que él sentiría cuando lo
conociera mejor. Si se permitía enamorarse de él por completo y él se
despertaba un día y se daba cuenta de que él era distinto al hombre que
recordaba, no estaba seguro de que su corazón sobreviviera al golpe.
Y no
podía entregarse por entero a ese ser hasta estar convencido de que era él,
Gastón Guerrico, lo que Guillermo quería de verdad.
Esa
noche, sin embargo, podía fingir que el mañana no existía. Tal vez no pudiera darle las palabras, pero sí
podía demostrarle lo que sentía.
Le
tomó la cara ente las manos, lo besó con pasión y lo instó a colocarse de espaldas.
__Déjame
amarte, Guillermo.
__ Y
lo siento (vaya que lo siento), pero hoy tu ausencia se expandió en mí como una ola de frío inesperada, y sé que tal
vez a estas alturas no debería sucederme esto, cuando extrañarte es el oxígeno
que respiro día a día y necesitarte es la última lágrima que nunca termino de
llorar, sé que tal vez no debería pasar, pero (me) pasa, y aunque no quiera
arruinar(nos) nada, me rompo (una vez más) y como mis ojos son bien tercos
lloro por mis dedos o puede que ellos sean menos tercos que sabios y te eviten
verme tan mal.
No
me gusta flaquear, pero nunca he podido dominar tremendo sentimiento, sigo
siendo un niño en plena etapa de entrenamiento queriendo nunca dejar de
experimentar, no quisiera hacer(nos) esto, pero no lo puedo evitar, no puedo
jugar a ser invencible, no quiero dejar de sentir aunque por ello tenga que
pagar un precio elevado, no quiero hacer(nos) daño, pero siendo honesto tampoco
me interesa dejar de ser vulnerable y romper(nos) de vez en cuando la coraza si
la necesidad se vuelve insoportable, no me gusta esto, lo juro, pero acepto con
gusto toda esta hiperemia que me abraza el alma y me hace añicos el corazón,
soporto todo este dolor interminable pagando el doble si la adversidad insiste,
si es lo que la vida exige (de mí) a cambio por amar(te).
Siempre
supe que por amarte me enfrentaría al desafío más difícil de mi vida, supe
desde el minuto cero que me rompería, que lucharía sin piedad contra nuestros enemigos,
que las heridas serían profundas, que tal vez no habría cura, que perder me
mataría y aun así bien decidido, dije que sí.
Lamento
comunicarle que me encuentro gravemente enfermo
de usted, cielito lindo. No sé, si será algo pasajero o para el resto de
mi existencia. Mi cuadro clínico es abstracto subyaciendo su persona, en él.
Siento, malestar general por la soledad, fatiga continuada de su ausencia,
dolor muscular de mis labios por la falta de sus besos, pesadez en las manos
como huecas, sin caricias, un lento palpitar de un corazón que padece de usted, cansancio de respirar por la vida, mirada ausente,
triste casi lagrimosa, su pensamiento persistente enfermando mi memoria, y una
continua somnolencia audaz e insistente, acompañada de una fiebre
que me arde por dentro.
Créame, no es pasajero es congénito, desde el nacimiento de conocerlo, se manifiesta en su ausencia y adquiere su cenit cuando lo contemplo tras los cristales de mi ventana, casi pereciendo cuando llueve, cáncer de mi pensamiento quisiera quererlo más pero no puedo, si no lo he besado para sanarme. Le rogaría a su persona, apadrine mi corazón o simplemente, pase usted por mi puerta.
que me arde por dentro.
Créame, no es pasajero es congénito, desde el nacimiento de conocerlo, se manifiesta en su ausencia y adquiere su cenit cuando lo contemplo tras los cristales de mi ventana, casi pereciendo cuando llueve, cáncer de mi pensamiento quisiera quererlo más pero no puedo, si no lo he besado para sanarme. Le rogaría a su persona, apadrine mi corazón o simplemente, pase usted por mi puerta.
__Eso
deseo, déjame amarte, reaprenderte, Guille.
__No
busques en las horas del día el lugar
yacente para quererme, regálame tu
sorpresa en la sorpresa de cada jornada, en cualquier minuto de tu esfera en
cualquier costado de los segundos del péndulo de tu oscilante sentir. No
indagues en el cosmos un lugar preciso, para enamorarme, mi busques en la
incubadora de las estrellas, el exacto sol del embrión del universo de tu alma
de la mía enamorada.
No
aletees, en el aire del tiempo un lugar en el espacio, una noche precisa, una
hora concreta, una primavera muerta, una flor exacta, una margarita afirmativa.
No esperes, no, que el diablo
te lo proponga, que dios solicite otra reencarnación en un nirvana que espera, una promesa, la vida la muerte la resurrección eterna. No esperes a mañana lo que puedas decir hoy. No, no esperes en la puerta de tu casa el cadáver de tus amores muertos, levántate de tu cementerio desentierra los nuevos, que al que madruga el amor le ayuda, que al que buen corazón se arrima, buenos sentimientos le cobija. No esperes no, ven, desnúdame y luego dime que me quieres.
te lo proponga, que dios solicite otra reencarnación en un nirvana que espera, una promesa, la vida la muerte la resurrección eterna. No esperes a mañana lo que puedas decir hoy. No, no esperes en la puerta de tu casa el cadáver de tus amores muertos, levántate de tu cementerio desentierra los nuevos, que al que madruga el amor le ayuda, que al que buen corazón se arrima, buenos sentimientos le cobija. No esperes no, ven, desnúdame y luego dime que me quieres.
El
roce de tus labios me inspiró temor, tal vez porque traería consigo el enamorarme,
o quizá porque aún después de haber besado a otras mujeres y hombres nunca me había ocurrido algo semejante.
Tus labios eran suaves cual seda; tus ojos, hermosos cual luna llena; tus manos tan delicadas como la copa de donde bebes el vino; tu boca, tan ardiente como el mismo Popocatépetl.
No supe qué hacer en el instante que te besaba, tenía tanto miedo que abrí los ojos por un momento y vos aún los conservabas cerrados, pareciera que a través de los labios descubrieras mi verdadera esencia y yo la tuya.
Me alejé un poco de vos e inmediatamente sentí un frío que me helaba el alma, como si vos fueras una fuente de calor inagotable de la cual no estaría dispuesto a separarme, estaba loco por vos y lo habías logrado solo con un beso.
No dije una sola palabra el resto de la noche, me sentía patético y me veía tal cual, solo podía mirarte al rostro y regalarte una sonrisa que me delataba a millas de distancia.
Tus labios eran suaves cual seda; tus ojos, hermosos cual luna llena; tus manos tan delicadas como la copa de donde bebes el vino; tu boca, tan ardiente como el mismo Popocatépetl.
No supe qué hacer en el instante que te besaba, tenía tanto miedo que abrí los ojos por un momento y vos aún los conservabas cerrados, pareciera que a través de los labios descubrieras mi verdadera esencia y yo la tuya.
Me alejé un poco de vos e inmediatamente sentí un frío que me helaba el alma, como si vos fueras una fuente de calor inagotable de la cual no estaría dispuesto a separarme, estaba loco por vos y lo habías logrado solo con un beso.
No dije una sola palabra el resto de la noche, me sentía patético y me veía tal cual, solo podía mirarte al rostro y regalarte una sonrisa que me delataba a millas de distancia.
Había un culpable en todo lo que me estaba ocurriendo, creo que has oído de él, el mismo García Márquez lo evocó en muchas de sus obras y en una de ellas hasta lo clasificó como demonio; yo estoy de acuerdo con eso, solo que este es especial porque no se alimenta de sangre ni de la carne, este lo hace por medio de los besos, del acto sexual, de los detalles mínimos de una persona a otra, del deseo inminente y puro a estar al lado de alguien; así es este demonio… es el Amor.
Así pues, estoy en un enigma, Bécquer emanaba en su rima XXIII que se podría dar cualquier cosa existente en este mundo por algún gesto de la persona amada, pero para un beso no había nada que lo equivaliera, así que yo no sé qué tuve que haber hecho para que me regalaras uno de ellos.
No sé si sea bueno o malo dejarme llevar por este demonio, sin embargo deseo que se apodere de ambos para que vivas conmigo esta gran experiencia de enamorarnos; por el momento mi esencia y mi cuerpo te esperan hasta el próximo beso.
___
__No
quiero que vayas sola. __ Agustín estaba con Gaby en el dormitorio de esta,
observándola mientras hacía la maleta__. ¿Me has oído? _le preguntó al ver que
ella no replicaba.
Ella
le dio unas palmaditas en la mejilla al
pasar a su lado de camino al cuarto de baño.
__Cuidado,
comienzas a parecerte bastante a tu dominante cuñado, y lo soporté ya a él por
años como jefe.
Agustín
pasó por alto el insulto. Lo siguió y se detuvo en el vano de la puerta
mientras ella iba de un lado a otro, recogiendo cosas.
__ ¿Tengo
que recordarte que seguramente asesinaron a Matías Olazábal y que no sabes con
qué te encontrarías en lo de Moravia? Eso sin tener en cuenta que hay una lista
negra de pacientes de la clínica privada
donde está mi hermano marcado y la
mayoría muertos, y una enfermera que desapareció detrás y… , ya basta, Gabriela
Soria, he hablado con Guillermo hace un rato y él también opina que no deberías
ir, al menos hasta que uno de nosotros pueda acompañarte.
Gaby
guardó varios cosméticos en un neceser y después cogió el champú favorito de la
ducha.
_Por
favor… ¿crees que voy a hacerles caso a dos hombres? Si espero a que me
acompañen habrán desaparecido todas las pruebas si es que hay alguna, como lo hizo Nancy.
Agustín,
voy por motivos laborales. Además nadie se enterará de mi viaje. De hecho, allí
estaré mucho más segura que aquí. Betsy se quedará con Malena en lo de Guille.
Todo irá bien. Además, todavía no sé si merece la pena ir a esa estancia de los
Moravia. Esperaré a ver qué encuentra mi detective privado.
“Todavía”,
repitió Agustín para sus adentros. Lo había escuchado claramente. Gaby era una
mujer independiente. Demasiado testaruda. Dos de los motivos por los que jamás
se había sentido atraído por las mujeres de éxito.
Llevaba
esquivándolo desde la noche que pasaron juntos y la noche anterior él había
estado trabajando hasta muy tarde, de modo que no había tenido tiempo para
pasarse a verla hasta esa misma mañana, al parecer tarde para prevenir ese
viaje. Supuestamente debía tomar un vuelo esa misma mañana para enderezar un
proyecto, pero una vez al tanto de los planes de Gaby, no podía marcharse hasta
asegurarse de que estaría a salvo.
__Iría
contigo si pudiera, pero no puedo, nena, entiende es un mal momento.
__No
te preocupes __le dijo ella al tiempo que tomaba la laca de la cesta de mimbre
del lavabo.
Gaby
evitaba su mirada. No hacía falta ser un brillante científico para comprender
qué estaba pasando.
__Gaby,
sé lo que pretendes. No es necesario que te vayas ni a Canadá ni a Valparaíso
ni al campo por lo que pasó entre nosotros.
__No
sé de qué estás hablando. __Después de guardar un cepillo de pelo en el
neceser, le cerró la cremallera__. Ya te he dicho que tengo una convención en
Atlanta, no me cuesta nada tomar un vuelo a Toronto, y luego ya que estoy de
regreso ir a Santiago y a Valparaíso.
Sí
que lo sabía, pensó Agustín. Lo sabía perfectamente. Él vio cómo la asaltaban
los remordimientos justo después de que hicieran el amor. Y no por lo que
pudiera pasar entre ellos, sino porque
pensaba que había traicionado a su cliente, a la memoria de Antonio Manero, o
lo peor, porque añoraba a Alberto Marini, no sabía qué de los tres motivos
sería peor.
__Guille
y Pedro no van a molestarse contigo por esto. Te está permitido tener vida
privada. No has hecho nada malo, de última échame la culpa.
Gaby
cerró los ojos y tomó una bocanada de aire. Un tropel de emociones pasó por su
cara, pero cuando abrió los ojos de nuevo, no había ni rastros de ellas. Cogió
el neceser y pasó a su lado de camino al dormitorio.
__Hablaré
con Pedro del tema y de sus documentos, de los ADN de los chicos cuando
regrese.
Agustín
la tomó del brazo.
__Espera
y mírame.
Ella
se volvió para mirarle con sus ojos oscuros. Unos ojos de expresión
atormentada. Unos ojos que le provocaron un nudo en el pecho.
__No
tires por la borda lo que está pasando entre nosotros solo porque te preocupa
la opinión de los demás _le dijo.
__Fue
una mala idea. Jamás debió ocurrir y lo sabes. En cuanto a mi viaje, no es
asunto tuyo. Estaré bien. Y ahora, por favor, ¿me sueltas del brazo para que
pueda acabar de hacer el equipaje?
__Tú
me preocupas. Y Betsy. Quiero mantenerlas a salvo sea que me ames a mí o a
otro. Prométeme que no irás a Canadá.
Agustín
tenía la impresión de que le había apuñalado en el corazón. Cuando la soltó,
intentó comprender qué narices estaba pasando.
¿Cuándo
habían aparecido esos sentimientos tan fuertes hacia ella? Jamás se preocupaba
por otra persona que no formara parte de su familia. ¿Desde cuándo era Gaby,
una mujer a la que apenas conocía, tan importante como su propia familia, si no
más?
El
nudo en el pecho… se convirtió en una terrible opresión.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIENCIA.
LENGUAJE
ADULTO.
ESCENAS
EXPLÍCITAS.
Dilma Como siempre hermoso ! Gracias 💕💕💕
ResponderEliminarNorma Magnífico delicado simplemente hermoso
ResponderEliminarA. Fernandez HERMOSO!!!!!
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarAnita Hermoso!!!
ResponderEliminar1
Jaqueline Divino !!!!
ResponderEliminar1
Norma T Sencillamente muy sentimental y realmente hermoso
ResponderEliminarNidia Bellísimo!!!
ResponderEliminarBlanca Bellísimo
ResponderEliminarFlor Bellísimo
ResponderEliminarKuki Pulsan anhelos ...
ResponderEliminarNora Romántico lleno de amor estupendo
ResponderEliminarPatricia Muy hermoso
ResponderEliminarFlavia Me encanta
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Bellísimo Eve Monica Marzetti... esta historia es muy dulce.. .espero que Malena lo acepte como su padre
ResponderEliminarGenial Eve, el amor y la seducción en su máxima expresión...Es maravilloso que el cuerpo tenga memoria de las sensaciones y emociones vividas, aún cuando la mente no pueda recordar...Bellísimo este volver a enamorarse de Guillermo y Pedro o Gastón, el nombre es lo que menos importa cuando el que manda es el corazón...
ResponderEliminarMORÍA POR DARLA, LA AMO, ES MUY LINDA, SIN INDESEABLES EN ESTA ETAPA, GRACIAS Y MI AMOR.
EliminarSol Urvino Ideal para esta tarde de otoño, Eve, UN BESO
ResponderEliminar1