EL OTRO.
CAPÍTULO CUARENTA Y
SIETE.
“Te quiero sin
mirar atrás
Mario Benedetti.
Mario Benedetti.
Te quiero mansamente, entre las sombras de las falsas
ilusiones.
Te quiero como para leerte cada noche, como mi libro favorito quiero leerte, línea tras línea, letra por letra, espacio por espacio.
Te quiero para tomarte de la mano bajo el firmamento y mostrarte los te amo escondidos entre las estrellas.
Te quiero sobre las hojas de otoño, hablando de nada pero a la vez de todo y en un arranque de locura beber tus lágrimas mientras desfallezco en tus labios.
Te quiero para buscarte entre las frases no dichas, entre los pensamientos enterrados, entre las maneras complicadas quiero encontrarte y después no dejarte.
Te quiero como para llevarte a mis lugares favoritos y contarte que es ahí donde me siento a buscarte en la niebla de miradas que no son tuyas pero aun así te busco.
Te quiero para volvernos locos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa por las calles, eso sí, tomados de la mano, mejor dicho del corazón.
Te quiero como para sanarte, y sanarme, y sanemos juntos, para remplazar las heridas por sonrisas y las lágrimas por miradas en donde podremos decir más que en las palabras.
Te quiero por las noches en las que faltas, te quiero como para escuchar tu risa toda la noche y dormir en tu pecho, sin sombras ni fantasmas, te quiero como para no soltarte jamás.
Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás”.
Te quiero como para leerte cada noche, como mi libro favorito quiero leerte, línea tras línea, letra por letra, espacio por espacio.
Te quiero para tomarte de la mano bajo el firmamento y mostrarte los te amo escondidos entre las estrellas.
Te quiero sobre las hojas de otoño, hablando de nada pero a la vez de todo y en un arranque de locura beber tus lágrimas mientras desfallezco en tus labios.
Te quiero para buscarte entre las frases no dichas, entre los pensamientos enterrados, entre las maneras complicadas quiero encontrarte y después no dejarte.
Te quiero como para llevarte a mis lugares favoritos y contarte que es ahí donde me siento a buscarte en la niebla de miradas que no son tuyas pero aun así te busco.
Te quiero para volvernos locos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa por las calles, eso sí, tomados de la mano, mejor dicho del corazón.
Te quiero como para sanarte, y sanarme, y sanemos juntos, para remplazar las heridas por sonrisas y las lágrimas por miradas en donde podremos decir más que en las palabras.
Te quiero por las noches en las que faltas, te quiero como para escuchar tu risa toda la noche y dormir en tu pecho, sin sombras ni fantasmas, te quiero como para no soltarte jamás.
Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás”.
“Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé qué te diera por un beso” .G. A. Bécquer.
por un beso... yo no sé qué te diera por un beso” .G. A. Bécquer.
EL OTRO.
CAPÍTULO CUARENTA Y
SIETE.
Bariloche, 25 de junio de 2016.
___Ojalá yo tuviera una madre
como usted __dijo Pedro sinceramente y volvió a sonreírle enormemente
aliviado__. Ya soy muy feliz con Guille, y estoy seguro que Matías encontrará
su camino, más ahora que la tiene a usted. Y luego de besarla en la mejilla, se
fue.
Para él también habían sido
horas interminables y solo deseaba estar con Guillermo e ir al refugio a ver a
Santiago, a Azul, y a Melina al hospital, sin embargo, no podía olvidar las
palabras de Matías… “Hay algo que tienes que saber”.
__ ¿Cómo te ha ido el día
amorcito? _preguntó Guillermo sirviendo un whisky__ por todos los santos que
trabajo días enteros en un juicio y no me agoto como con los dramas de estos
chicos del refugio y de Melina.
__Yo no me quejo Guille, Matías
ha recuperado la conciencia. Se va a poner bien. Tendrá que pasar un tiempo en
el hospital, pero saldrá adelante, en un par de meses estará caminando. __La
voz le temblaba. Había sido una experiencia emotiva para todos, menos para
Guillermo que había escapado rumbo al refugio.
__Eso si no sigue tomando y se mata de otra manera.
__Creo que no lo hará.
__Y vivieron felices y comieron
perdices __agregó Guillermo, y le sonrió con gesto paternal__. Lo ves cielito.
Si no te concentras demasiado en esas cosas, se arreglan, es mucho más sencillo
decir que Dios se ocupe y seguir con tus asuntos.
__Lo que es negar el trabajo de
los médicos y de todo un equipo, amor –dijo algo molesto__. Desde luego Dios
debe de tener el control pero ellos hacen su parte. Y creo que algo como esto y
la presencia de su madre lo ha hecho razonar, sumado a que ese hombre que
idolatra no apareció y en cambio y pese a todo nosotros y mi familia estamos.
Me pidió perdón.
__Permíteme el beneficio de la
duda con el otro _ afirmó Guillermo enarcando la ceja.
__Dice que hay algo que debo
saber.
__ ¿Qué?
__No lo sé, apenas abrió los
ojos y los médicos nos echaron.
__Supongo que la madre quedó en
un buen hotel con servicio de habitaciones, o terminará internada.
__No es tan mayor como
pensábamos, apenas tiene cincuenta y cuatro años, era una nena cuando se
embarazó, tiene un aspecto increíble pese al cansancio y a la sencillez con que
viste.
__Bueno, al menos no tendremos
que preocuparnos por si se cae y se rompe la cadera __bromeó Guillermo
abrazando a Pedro desde atrás enterrando la cabeza en el cuello para
embriagarse con el aroma de Armani Gentleman.
__No seas malo, y dime si en el
refugio están todos bien, si sabes algo de Juan y José.
__Negativo, de ellos digo, creo
que seguramente regresaron a Buenos Aires, y en el refugio todo en orden aunque
los chicos quieren verte.
__Me siento sucio, con ese
aroma impregnado, necesito un baño y regresaré al hospital, quiero hablar con
Matías.
Con todo el amor del mundo
Guillermo lo envolvió en sus brazos, y él mismo lo desvistió, pese a que ya se
había duchado, volvió a entrar al jacuzzi y lo bañó con delicadeza a Pedro, le
masajeó el cuero cabelludo, vagó con sus
manos por cada resquicio de piel, y sintió cómo él se relajaba y al tiempo se excitaba al contacto piel con
piel.
--Si el mundo supiera vida mía que todos los caminos me
llevan a ti comprenderían así mi sufrir, si el mundo supiera que en las
madrugadas te busco entre mis sábanas frías sabría así que mi amor por ti es de
ese amor que duele, amor de factor positivo en mis venas que altera mis pulsos
con solo soñarte. Adoro los despertares donde te pienso y sueño que voy a
verte, donde no sé, si será hoy o mañana, hoy te he visto en las montañas
acariciadas por el sol al abrir mis ventanas, solo sé vida mía que ese día será
el día perfecto donde habrá caricias nuevas para los dos, y el placer de poder
mirarnos a los ojos será inmenso, podré morirme en el suspiro de tus besos
lentos, mientras yo te llenaré el alma con mil versos de amor donde te repetiré
que fue un placer encontrarte, y haremos que desaparezcan las sombras de
nuestras vidas alimentadas de una soledad ingrata.
---Acércame tus labios esta noche amor. Amanecer junto a ti, sintiendo el calor de tu cuerpo, los latidos de tu corazón, respirando tu aliento y el aroma de tu piel, acariciando tu desnudez besando tus ojos, y tus carnosos labios, más, cuando comienzas a despertarte
y lentamente entreabres tus ojos, te diría al oído, todo lo que siento por vos, para luego comenzar a escribir con mis besos en tu ardiente piel, porque eso amor mío es la mejor manera de comenzar un nuevo día de vida, despertando así, abrazado a ti. Vienes a mí, como yo voy a tus sueños, mas te tomo en mis brazos y mis labios comienzan a arder sedientos de deseo y pasión cuando se unen a los tuyos, en ese beso desenfrenado, que incinera mi respiración y ahoga tus gemidos, en la hoguera de nuestra excitación, lentamente, se encienden mis instintos y hacen arder en llamas nuestros cuerpos, porque hoy seré el huésped lujurioso de tu ser, generando un fuego similar al del propio infierno.
---Acércame tus labios esta noche amor. Amanecer junto a ti, sintiendo el calor de tu cuerpo, los latidos de tu corazón, respirando tu aliento y el aroma de tu piel, acariciando tu desnudez besando tus ojos, y tus carnosos labios, más, cuando comienzas a despertarte
y lentamente entreabres tus ojos, te diría al oído, todo lo que siento por vos, para luego comenzar a escribir con mis besos en tu ardiente piel, porque eso amor mío es la mejor manera de comenzar un nuevo día de vida, despertando así, abrazado a ti. Vienes a mí, como yo voy a tus sueños, mas te tomo en mis brazos y mis labios comienzan a arder sedientos de deseo y pasión cuando se unen a los tuyos, en ese beso desenfrenado, que incinera mi respiración y ahoga tus gemidos, en la hoguera de nuestra excitación, lentamente, se encienden mis instintos y hacen arder en llamas nuestros cuerpos, porque hoy seré el huésped lujurioso de tu ser, generando un fuego similar al del propio infierno.
--Cuando se agotaron las palabras y las intrépidas manos
no dejaron sitio por conquistar, Pedro aferró el miembro de Guillermo
masajeándolo de abajo arriba, y este gimió, de pronto sin abandonar ni la
mirada oscura de deseo ni el beso donde las lenguas juntas ahogaban en su recorrido y danza, Guillermo lo acorraló con
su cuerpo contra la pared de agua de la ducha y lo penetró con ahínco y
devoción, no dejando sin allanar senderos del hombro con los labios, chupando,
lamiendo, mordisqueando y succionando piel fundida en sudor tórrido, para
sentirse impelido hacia las entrañas fundidas de Pedro e iniciar el vaivén al que este se acopló, en
una danza frenética y erótica que satisfizo a los dos y los catapultó en poco
tiempo a un orgasmo desbastador que los hizo caer al suelo en un enredo de piel
y humedades, perdiendo la razón y la cordura, disueltos en el éter como el humo
de una vela que se apaga.
--El silbido del viento, el rugir del agua, la calma de
las olas que vienen y van me hacen cantar, reír y bailar de felicidad,
llevándome más rápido a tu lado sin darme cuenta, refugiándome en tu pecho con
el calor de tus besos, saciándome entre tus brazos de tu amor y vehemencia;
cada palpitar de mi corazón es melodía que sale de tu alma, juntándose con la
mía, es así como te siento tan real.
Luego después del amor, despierto a la realidad
encontrándome en el mismo lugar de mi lecho, donde tu esencia se ha quedado
aquí permanente, es por eso que te sueño siempre, viviendo de los recuerdos que
se han quedado marcados en cada recoveco de mi alcoba, de mi piel tórrida y mi
cama, que hasta el aire que respiro huele a ti.
__No siempre el amor es fácil Guille aunque sé que para
ti debe de ser sencillo y lo entiendo.
¿Me acompañas ahora?
---
Pedro a la hora de comer se pasó a ver a Matías. La madre acababa de bajar a
la cafetería a comer unos bocadillos y ellos estuvieron charlando unos momentos
sobre lo maravillosa que ahora era. Pedro dijo que le encantaba y Matías le dio
toda la razón. Estaba tumbado tranquilamente en la cama, por la mañana al fin
saldría de la Unidad de Terapia Intensiva.
--Hacía días que caminaba errante sin comer ni mirar, tú me habías quitado el deseo, la voluntad te la regalé en la despedida. Sórdido deambular por los lugares en que desperdigábamos nuestro amor sin miedo a la sequía y derramando convencimiento de eternidad. Un amor sucio, vehemente e inmarcesible. El derroche era parte activa en nuestras muestras de cariño. Camino solo y sufriente una y otra vez por donde fuimos luz y completábamos sin sutilezas los espacios en los que otros tenían acceso emocional restringido. A mi paso dejo jirones ensangrentados de piel muerta aun antes de ser quitada. Piel morada y pútrida que una vez fue receptora de tu encendida pasión. Los cortes ya no duelen, sin corazón no hay dolor. A la vista de todos muestro sin tapujos las heridas provocadas, los huecos que van dejando en mi cuerpo cuando quito de este las huellas de tus besos en mi piel. Quisiera volar siempre lejos, como lo hago en estos momentos con mis pensamientos; transportarme al otro lado del océano con tu dulce voz que me guía, con la ilusión de estrecharte entre mis brazos, para no sentir el frío anubarrado de la noche, que solo la luna es cómplice de esta utopía, que la siento muy real.
En mis ensueños
puedo escucharte, sentirte, inquietando mis emociones y dándole sentido a mi
mejor amiga que es la soledad; contigo las horas se me hacían eternas, del cual
ahora no quisiera despertar, quédate en mis sueños un ratito más, que es lo
único que me queda de ti, aunque la realidad es que tú ya no estás.
__No empieces con lo mismo, por Dios _dijo Pedro a punto
de marcharse.
__No lo haré, entendí que Guillermo te ama, y que lo amas
a él, que perdí la batalla y por mi culpa _dijo sumisamente__. Gracias por
haberte quedado a ratos mientras he estado inconsciente y hablarme de lo bueno,
lo sentí, y además mi madre dice que estuviste aquí con ella todo el día. Has
sido muy amable, Pedro, luego de todo lo que te hice, gracias y perdón.
__No quería dejarla sola. Todo esto impone __dijo
mirándolo, y entonces decidió lanzarse. Estaba lo bastante recuperado como para
que le hiciera la pregunta que lo había atormentado desde que ocurrió todo__.
Bueno… ¿qué pasó con el accidente? Manejas muy bien y no habías estado
bebiendo, ¿verdad? __Estaba sentado muy cerca y Matías le tomó la mano sin
pensar.
__No bebí… no sé, creo que perdí el control, no manejo
todos los días en altura, había nevado, neumáticos viejos, los frenos… algo.
_ ¿Era eso lo que querías? ¿Lo provocaste tú o solo
dejaste que pasara? __Su voz era casi un susurro y Matías lo miró por un largo
momento.
__Para serte sincero, no estoy seguro… Yo también me he
hecho esas preguntas. Estaba confuso… Iba pensando en ti, en todo lo que hice…
el domingo era nuestro aniversario y sabes lo que eso significa… creo que
durante una fracción de segundo dejé que pasara. El coche resbaló y dejé que
pasara. Y cuando traté de detenerlo no pude, y todo había pasado. Y cuando
desperté estaba aquí. __Era exactamente lo que Pedro sospechaba aunque no se lo
había dicho ni siquiera a Orestes, Matías
parecía tan horrorizado como él_. Es difícil admitirlo. No volvería a hacerlo,
pero en esa fracción de segundo, lo dejé en manos del destino. Por suerte mi
sino me volvió a la vida.
__Has corrido un riesgo muy grande, Matías, hay demasiado
para ti más allá de mí, mi tío te adora como un padre, tu mamá viajó desde
Boston y te necesita__ dijo Pedro con tristeza, le dolía pensar que Matías
pudiera sufrir tanto. Era una forma terrible de aprender la lección__. Te has
enfrentado a penas, terrores y errores y has sobrevivido para contarlo, creo
que se impone una buena terapia.
__Sí, eso creo también, pero de nada servirá si no
obtengo tu perdón, te hice sufrir, te maltraté, manipulé, te violé, te mentí, y
cosas peores, Pedro. Y ya no soporto seguir de este modo. Era como si me
estuviera ahogando y no pudiera salir a superficie. Parece una locura esto
_dijo mirando las escayolas y yesos, y los monitores__. Pero la verdad es que
me siento mejor. __Y se notaba.
__Me alegra oírlo _dijo Pedro sinceramente__. Mi tío
quiere pedir un avión sanitario a Buenos Aires apenas lo autoricen, y creo
piensa controlarte hasta que te vea brincar por el parque _dijo con alegría.
Matías rio imaginándolo.
__No sé si pueda dar muchos brincos__. Tendré que ir en
silla de ruedas por un tiempo, luego pasar a las muletas. Mi madre ha prometido
quedarse y cuidarme durante la convalecencia, los doctores creen que en seis a
ocho semanas podré volver a caminar. __Pedro, gracias por preocuparte tanto. De
Orestes lo espero siempre, sé que me ama, pero de ti y de Camila, no lo
merezco. ¿Cómo supiste lo que había pasado?__dijo impresionado al darse cuenta
que él había logrado decir el papel que él había tenido en el accidente.
__Es solo que te conozco, Matías. Intuición, mi
profesión…
__Tanto como para saber que despeñé el coche en el
precipicio.
__Lo supe. No sabría decirte por qué, pero en cuando
llamaron, lo supe, creo que lo sentí.
__Eres brillante.
__Me preocupas mucho __dijo él muy serio, y él asintió,
también se preocupaba por Pedro, pero le dio miedo decirlo.
__Pedro, si no te digo esto ahora tal vez no sea capaz, y
si no lo hago no podré perdonarme, tal vez entre tú y Guillermo puedan evitar
el desastre.
__ ¿De qué hablas?
__Les tendí otra trampa, el que pensaran que habría una
amenaza directa los impulsó a viajar, y
esa era la idea.
__ ¿Qué quieres decir?
__Con John… Yo estaba desesperado, ya no sabía qué hacer,
y él es poderoso, no podría haberte hecho daño físico, y… la idea era alejarlos
de Buenos Aires y hundir el estudio de Guillermo.
__ ¿Qué dices?
Matías avergonzado hizo un resumen de la trama en la que habían embarcado a
Marcos.
Cuando la madre volvió con su bocadillo, Pedro se
despidió, y ella estaba cantando sus alabanzas hacia él cuando este pensaba en
cómo decírselo a Guillermo.
__Es novio de Graziani, ¿verdad? ¿No es un poco mayor
para él? __preguntó con interés. Aún no conocía a Guillermo pero había oído
hablar muchas cosas de él.
__Al parecer él no lo ve así, tampoco lo vi yo en su
momento, madre.
__ ¿Cómo es Moravia que tanto te quiere ?_preguntó ella,
Matías aún estaba con una dieta blanda y al ver a su madre comiendo bocadillos
le dio hambre. Era la primera vez en mucho tiempo que recordaba haber sentido
hambre. Quizá lo que había dicho fuera cierto y al fin había logrado exorcizar
sus demonios. Había ido hasta el borde y lo había saltado, y aunque no fue
gracias a él, había aterrizado sano y salvo. Quizá de una extraña forma el
accidente había sido una bendición.
--Orestes, es poderoso, arrogante, encantador, elegante,
guapo formal _dijo al fin en respuesta a la pregunta de su madre.
---
El golpe que dio Guillermo casi rompió la mesa del
escritorio de la cabaña cuando Pedro le refirió los hechos y apenas llamó a
Marcos supo que podrían perderlo todo.
__ ¿Qué haremos Guille?
__Salvar el estudio, Pedro, por el momento pediremos
licencia sin goce de sueldo en el juzgado, y si es necesario renunciaremos,
después de todo nunca pensamos en quedarnos allí demasiado tiempo, y tomaremos
el mando de esos juicios _dijo Guillermo ya sentado en una computadora
revisando lo que Alberto le había enviado de lo que llevaban hecho__. Esto nos
hundirá a menos que… logremos encontrar en Barry Lab algo que los aniquile a
ellos primero, olvida lo de esta droga, los testigos que tiene Marcos se
desmoronan antes de ir a tribunales, vamos a estudiar los productos de la
empresa, y tendríamos que apurar el regreso a Buenos Aires, y ver si Orestes
puede ayudarnos.
Tranquilo precioso, es una trampa, y como tal nos
habilita para cometerlas para salvar el prestigio y el dinero del estudio.
Luego recuérdame que asesine a Marcos, no puede ser tan ingenuo.
---Despierto, gotas de rocío presentes en la aurora de la
mañana, y tú ausente y yo esperando tu encuentro. Príncipe mágico en ilusiones,
rey apadrinado por la niebla, te pierdes cerca de mí, solo abrazo tu espíritu aventurero. Noches
misteriosas, y tú, oculto en las sombras,
y yo, con mi alma abierta a tus locuras, obsesionado a encontrarte sin descanso. La muchedumbre agitaba sus pasos, te buscaba como un loco, en cada rostro, imaginando tu mirada perfecta. Y tú cerrando mis ojos, cegando mis instintos, y yo, abandonado en el olvido de tus deseos. Llega la tempestad a mi ecuánime consuelo, aflorando lo gris en el azul del cielo, corrían días de un otoño salvaje, volaban las hojas secas como polvo en el viento sin rumbo, y yo entre ellas, y tú, ahuyentándote de mis tristes lamentos, presagio de fatales desencuentros. Brisas inducidas al azar por el destino, donde alejan el revoloteo de mariposas, y tú, entre ellas y yo, desilusionado en mi fantasía de soñarte, imaginando como un tonto que podría conquistarte. Te marchas de mí, como llegaste, en despertares inapropiados que nos despojan de los sueños, y me condenan a nunca encontrarte. Adiós, Pedro.
y yo, con mi alma abierta a tus locuras, obsesionado a encontrarte sin descanso. La muchedumbre agitaba sus pasos, te buscaba como un loco, en cada rostro, imaginando tu mirada perfecta. Y tú cerrando mis ojos, cegando mis instintos, y yo, abandonado en el olvido de tus deseos. Llega la tempestad a mi ecuánime consuelo, aflorando lo gris en el azul del cielo, corrían días de un otoño salvaje, volaban las hojas secas como polvo en el viento sin rumbo, y yo entre ellas, y tú, ahuyentándote de mis tristes lamentos, presagio de fatales desencuentros. Brisas inducidas al azar por el destino, donde alejan el revoloteo de mariposas, y tú, entre ellas y yo, desilusionado en mi fantasía de soñarte, imaginando como un tonto que podría conquistarte. Te marchas de mí, como llegaste, en despertares inapropiados que nos despojan de los sueños, y me condenan a nunca encontrarte. Adiós, Pedro.
__Ya hicimos todo por él, Orestes se encargará del
traslado a Buenos Aires, conjuntamente con el de Melina, tendremos que regresar
si hay algo que hacer aún para salvar el estudio, Pedro, pero ahora solo quiero
disfrutar de vos, el otro, ya espero no haga más daño, y quisiera que la madre
se lo lleve a miles de kilómetros.
Libaré miel de tus labios, fuente de placer perenne;
ignoro si saldré indemne al obviar consejos sabios. Buscando el dulce resabio
me aventuro como un necio, pagando con gusto el precio, puede que pierda la
vida en esta misión suicida, a causa de tu desprecio.
Por el placer de gustar del néctar maravilloso de ese
fruto tan carnoso, vale la pena arriesgar. No tiene caso pensar demasiado en
consecuencias, no andaré con apariencias, aunque vaya a mi deceso, acudiré por
tu beso para aliviar mis dolencias. Por beber ansiosamente de cada flor que tú
tienes, hay tal dolor en mis sienes por resistirme en mi mente. Mas ahora estoy
consciente que moriría si lo hago, pero hoy ya no divago y a ti voy, raudo y
sediento, hasta quedar sin aliento extasiado en tal halago. Bésame, bésame ya, que no aguanto; bésame que anhelo
tanto esa tu fruta deseada. De noche y de madrugada estará esta ave sedienta,
en esa fuente que revienta, sorbiendo divina esencia, hasta perder la
conciencia; de amor, morirá contenta.
--Desearía que el tiempo me situase a su lado, que fuese
de usted la diestra y la siniestra de sus costados, el paso que antecede en su
camino, o ser la fusión de su sombra, frente al ocaso de la existencia. Quiero,
que este instante me empuje al espacio
tiempo de su persona, que lento, sabio y sutil nos acompañe, hasta presenciar
cómo sus cabellos negros como la noche, adquieren los grises matices de la paciente sabiduría, la luna llena el
color de la verdad desnuda, la sinceridad sin atajos brillante, luminiscente
como si hablase con Dios.
Como si lo vistiera de ángel cansado extenuado, derrotado, de blanco amanecer de nubes blancas en los ojos del cielo, de ese color que despierta y petrifica las piedras, de espuma de mar de la rabia del tiempo, de ese blanco que los años pinta el viento, y peinar, peinar con el universo, sus cabellos de nieve. Y mientras el tiempo y los años discurren, regáleme, su ya blanca sonrisa.
Como si lo vistiera de ángel cansado extenuado, derrotado, de blanco amanecer de nubes blancas en los ojos del cielo, de ese color que despierta y petrifica las piedras, de espuma de mar de la rabia del tiempo, de ese blanco que los años pinta el viento, y peinar, peinar con el universo, sus cabellos de nieve. Y mientras el tiempo y los años discurren, regáleme, su ya blanca sonrisa.
Tengo un bastón cobrizo con mango de plata para su dorada
compañía.
__Faltan siglos para ello. Cada beso que obsequias a lo
largo y ancho de tu vida, a lo alto y profundo de tu existencia, tienen breves
razones, de ser para nacer en tu boca y morir en otra, siendo embriones del
pensamiento a la razón de tu sentir.
Hay besos, que nunca mueren… como tatuajes en el rostro, hasta la muerte de
quien los recibe de la madre donante, son esos besos emocionados limpios,
cristalinos, con ese peso anatómico virgen del sentimiento, blancos, como la
paz traslucida como la verdad de su naturaleza.
Besar por besar, son los abortos de tu lengua, como los
besos de clérigos, de beatos y santas,
de santones y beatas sobre frías estatuas, el besa manos inclinado de reyes, por la gracia de Dios y papados, por la gracia de reyes y dictadores. Como esa dama besará sin pasión, en la triste emoción de la muerte, hasta Dios besa y escupe mirando al mundo al otro lado de su humanidad, hasta el diablo en su descaro, mira el mundo sin besarlo y le escupe.
de santones y beatas sobre frías estatuas, el besa manos inclinado de reyes, por la gracia de Dios y papados, por la gracia de reyes y dictadores. Como esa dama besará sin pasión, en la triste emoción de la muerte, hasta Dios besa y escupe mirando al mundo al otro lado de su humanidad, hasta el diablo en su descaro, mira el mundo sin besarlo y le escupe.
Hay besos, a
traición, en los depósitos de las mejillas, hasta en esos amores rotos
transformándose en besos de Judas. Otros besos, son un atentado a la piel, al
cuerpo, con esas perversas intenciones, del sexo, sobre rostros, de la imagen
enamorada y el pecho que se ansía.
Otros, solo conllevan la intención a la espera autorizada
para desvestir, desvistiéndolo, y los besos, surgen a granel como el granizo
del cielo, como diluvios universales en cada cuerpo, y los labios, son fuentes
interminables siendo besos en otros labios y erecciones. Y esos labios besan
hasta la extenuación, en el grito del beso más largo, adquiriendo otro matiz
donde los besos son frágiles flotantes,
como las nubes, es estar en la gloria
después del infierno. Es, lo más cercano, a ser diosa o dios.
Hay besos en la frente por respeto o admiración o por
ser, tu santa madre, los hay que acompaña caricias sobre el cuello, y esos
campos serenos de los hombros, otros, se conjuran, con el complot de los
abrazos, con esa fuerza, que no es de este mundo, gritando, en la mudez de la
emoción - cuánto te quiero -
Los hay que pasan desapercibidos porque nunca fueron
besos, solo el roce, en la hipócrita mejilla como si esos besos nunca hubiesen
existido, ya que cada boca, posee su propio cementerio de caducidad. Habrá
besos forajidos en búsqueda y captura de la boca precisa, que no te enamorarán
sin que otros labios, imprecisos conquisten las almenas de tu alma.
No, no beses por besar cual cruel político, besa niños,
cual papa, eclesiástico, besa infancias ajenas, cual monarca de lejos te saluda
sin ofrecerte la mano. No, no beses por besar en el entramado sentimental de
tus labios, que lo que hoy son besos mañana será, silencio, y olvido.
--En esta noche de multitudes con usted y mis deseos, mis
sueños y yo, quiero en la privacidad
más absoluta que no se ruboriza, oralmente, hablar con sus labios. Ascender a la cúspide de su boca, y sin preámbulos que distraiga, lo que de usted ansío, orar con sus montes y fuentes desde el púlpito de su pelvis. En mi salado placer por besarlo, incitaré sus gemidos, tentaré la agitación de su ingle, arqueando su espalda doblegada y complaciente. Apaciguaré sus labios en caricias jugando con mis dedos, y de nuevo, salada y excitada mi lengua lo rozará, haciendo el cariño de sus orgasmos. Adentraré, lingüístico más abajo del verbo del pretérito perfecto de sus cavidades, donde nace el mar del flujo de la vida.
Ardua, compleja, laboriosa será mi oratoria, insinuante, lasciva, impúdica, provocadora y premeditada, y bocajarro, me derramaré dentro de su ser. Invocaré sus perversiones y placeres, alentando los espíritus de su sexualidad, subyacente en su sensualidad. Y de rodillas, ante el delicado saliente oraré, la más pagana de las oraciones, el rezo placenteramente más largo y pervertido, donde el diablo se refugia entre sus ingles, y Dios se esconde entre sus piernas con la excusa de la creación. Y cuando perdida su fortaleza, sus guerras y su batalla, su cuerpo y su alma griten, desde lo más hondo de su pecho, grite los orgasmos que la distancia, calla.
más absoluta que no se ruboriza, oralmente, hablar con sus labios. Ascender a la cúspide de su boca, y sin preámbulos que distraiga, lo que de usted ansío, orar con sus montes y fuentes desde el púlpito de su pelvis. En mi salado placer por besarlo, incitaré sus gemidos, tentaré la agitación de su ingle, arqueando su espalda doblegada y complaciente. Apaciguaré sus labios en caricias jugando con mis dedos, y de nuevo, salada y excitada mi lengua lo rozará, haciendo el cariño de sus orgasmos. Adentraré, lingüístico más abajo del verbo del pretérito perfecto de sus cavidades, donde nace el mar del flujo de la vida.
Ardua, compleja, laboriosa será mi oratoria, insinuante, lasciva, impúdica, provocadora y premeditada, y bocajarro, me derramaré dentro de su ser. Invocaré sus perversiones y placeres, alentando los espíritus de su sexualidad, subyacente en su sensualidad. Y de rodillas, ante el delicado saliente oraré, la más pagana de las oraciones, el rezo placenteramente más largo y pervertido, donde el diablo se refugia entre sus ingles, y Dios se esconde entre sus piernas con la excusa de la creación. Y cuando perdida su fortaleza, sus guerras y su batalla, su cuerpo y su alma griten, desde lo más hondo de su pecho, grite los orgasmos que la distancia, calla.
Le rogaría, dejase la puerta de su casa abierta, para
concluir con usted lo que en mis sueños dejemos.
__Desde que te vi, le prometí a mi alma que pronto te
besaré. Con mis resabios de recuerdos tú me dejas, cuando me miras y te
sonrojas y llegas tú, como una mariposa rosa llena de candor, labios de rosas
rojas. No te amo en la necesidad de retenerte, porque nunca te tuve. Quiero mío
el milagro cierto que me lleve indefenso
a tu amor y ternura en el crepúsculo de tu aliento fresco y dulce, cuando
te bese con premura. Yo no quiero robarte un beso, lo quiero apasionado, tibio
y tuyo. Y lo sientas entre nuestras bocas, donde mi otoño morirá en tu
primavera entre el temblor de las caricias en nuestros cuerpos, ya rotas mis
quimeras.
Eres como un sol naciente, que ilumina el ocaso de mi
vida. Vas a rendirte a mi amor entre la dulce obsesión de mi ternura palpitante
cuando abrace tu cintura, con mi boca en tu cuello, suavemente. Te besaré y te
amaré, entre tus gemidos acunados por la brisa. Me miraré en el cielo de tus
ojos, los corazones juntos latiendo en rebeldía en la dulce sensación del amor
correspondido y saber que tú, ya serás mío. Muero por desatar el nudo del deseo y oro. Y sentir casi la
lluvia de tu fuente en mis manos tibias,
que buscan amarte en la alegría inesperada de mi alma, cuando cubren tu rostro
transparente. Voy a desnudarte en una penumbra tibia, dulcemente apasionado.
Verte y sentirte será un sueño, un dulce desatino que deslumbrará mi vida, aquella de los otoños perdidos, yo renaciendo
entre mis cenizas, vida mía. Poseerte será como naufragar en un mar calmo, como
tus ojos. Un canto a la pasión pura y desatada, entre senderos de amores y
deseos y bebiendo tu mirar tembloroso de gozo, de tus pupilas de mar y de
cielo. Y así será, amor mío, en alguna tardecita dulce y diferente. Me haz de
dar tus besos, caricias y pasión, y yo te amaré así, serenamente y extasiarnos
en el delirio del amor correspondido, contigo, para siempre. Amor, cuando te di el primer beso, ya supe
que me robabas el alma.
La primera vez que hicimos el amor fue en invierno, la
llovizna apenas comenzaba, se esforzaba para enseñarnos a besar lento y suave.
Nos explicaba cómo se acarician dos cuerpos, pero no lo entendíamos, hicimos lo
que pudimos, no mucho más que lo esencial y torpemente o quizá yo tenía mucha
vergüenza. Recuerdo hasta tu fragancia, no me era extraña y eso que la olía por
primera vez, la mente se me distraía al escuchar cualquier ruido de nuestros
suspiros y había que mirarnos los rostros para reconocerlos, en los gestos se
mezclaba el placer y el miedo. Hiciste algo que no recuerdo y se apagó mi
fuego, pasó lo mismo contigo, éramos
territorio desconocido el uno para el otro, no sabíamos con qué nos
encontraríamos.
De aquel momento ya pasó un año de amor aprendiendo del miedo, la noche y la llovizna que van al río que es un orgasmo, sabemos lo sabroso que es ir lento, también sabemos el placer de entrar el uno dentro del otro. Hoy sabemos construir un amor con nuestros cuerpos con caricias que brotan del corazón, también lo más importante que el amor exige mucho tiempo y siempre estamos aprendiendo. Cuando me pierdo en ti cierro los ojos al sentir que me pierdo en ti, en lo profundo de tus deseos de amor, deseos que ocultan la intimidad de tu pureza,
dios de pasión que convexo te ofrendas a Eros cuando por las noches la soledad te besa.
De aquel momento ya pasó un año de amor aprendiendo del miedo, la noche y la llovizna que van al río que es un orgasmo, sabemos lo sabroso que es ir lento, también sabemos el placer de entrar el uno dentro del otro. Hoy sabemos construir un amor con nuestros cuerpos con caricias que brotan del corazón, también lo más importante que el amor exige mucho tiempo y siempre estamos aprendiendo. Cuando me pierdo en ti cierro los ojos al sentir que me pierdo en ti, en lo profundo de tus deseos de amor, deseos que ocultan la intimidad de tu pureza,
dios de pasión que convexo te ofrendas a Eros cuando por las noches la soledad te besa.
Acecho con vehemencia tu rostro, contemplando el rubor
que te delata al sentir la vergüenza que
provoca el desnudarte con la pasión que
arrebata… noto la ansiedad que nace de tu piel al sentir cómo mis manos te
conducen por la senda del placer,
sendero que sin prisas
he de recorrer cubriéndote de besos que surgirán de mi boca y que en tu cuerpo ardiente han de florecer. Siento la intensidad de tu respirar jadeante cuando mi lengua irreverente arrastra mis deseos hacia el vórtice de la locura, cuando devoto beso la ofrenda exquisita de tu más bello e íntimo secreto… lugar donde se pierde la calma y por ende no existe la cordura. Perdernos en la sublimidad del amor cuando nuestras almas se elevan al fundirse nuestros cuerpos en uno solo, cuando sin más con un beso sentimos que la vida se torna eternidad cuando con tu amor provocas sensaciones… cuando mi vida sin saber dejas a la suerte, cuando tú mi vida, con exquisito placer al entregarte pasional en cuerpo y alma, sin que cuenta te des, me causas la muerte.
he de recorrer cubriéndote de besos que surgirán de mi boca y que en tu cuerpo ardiente han de florecer. Siento la intensidad de tu respirar jadeante cuando mi lengua irreverente arrastra mis deseos hacia el vórtice de la locura, cuando devoto beso la ofrenda exquisita de tu más bello e íntimo secreto… lugar donde se pierde la calma y por ende no existe la cordura. Perdernos en la sublimidad del amor cuando nuestras almas se elevan al fundirse nuestros cuerpos en uno solo, cuando sin más con un beso sentimos que la vida se torna eternidad cuando con tu amor provocas sensaciones… cuando mi vida sin saber dejas a la suerte, cuando tú mi vida, con exquisito placer al entregarte pasional en cuerpo y alma, sin que cuenta te des, me causas la muerte.
La madre de Matías quedó impresionada al día siguiente
cuando trasladaron a Matías a una habitación y recibió unos enormes ramos de
flores que pensó si no serían de Pedro, mas eran de Orestes Moravia. Era el
tipo de ramo que habría enviado un hombre acostumbrado a que las mujeres se
rindieran a sus pies.
__ ¿Crees que desea casarse conmigo para que deje en paz
a Pedro? _dijo sonriendo Matías.
__Espero que no _dijo ella sonriendo, luego de las horas
que pasaran charlando, como Pedro deseó
que su hijo encontrara un hombre joven y sano como aquel que lo hiciera feliz,
y sabía que no debía decir nada a ninguno de los dos que parecían ahora ser
amigos y estar bien así.
De pronto y sin esperarlo desde esa tarde quien comenzó a
visitar cada día a Matías fue Diego, le llevaba libros para que estuviera
entretenido y le contaba historias divertidas, y por las noches para reemplazar
a su madre, se decía pasaban horas juntos hablando de temas en común. De sus
padres, de la relación que hubieran querido tener con ellos de pequeños. El
trabajo de uno y otro, el matrimonio, y poco a poco fueron absorbiendo los
secretos de uno y otro y entraron en terreno desconocido. Ninguno de los dos se
daba cuenta que cada vez Pedro les era más lejano, y de alguien haberles
preguntado, hubieran insistido en que compartían una linda amistad. Pero la
madre de Matías sí lo venía. No era lo que ellos decían. Lo que estaba
surgiendo entre ellos era algo mucho más poderoso, tanto si lo sabían como si
no. Y ella se alegraba por ellos.
Guillermo se
trasladó antes a un hotel, abandonaron la cabaña para estar más cerca de todo y
acelerar el viaje de regreso a Buenos Aires.
Pedro insistió en quedarse terminando de recoger las cosas y les sorprendió lo mucho que añoraban estar
juntos.
__Sabes que te extraño, como se extrañan las noches sin luna y sin estrellas, como se extrañan
las mañanas sin tenerte conmigo, pero
sobre todas las cosas, extraño tu mirada, tu sonrisa, tu voz y el sabor de tus
labios… te extraño, y me encuentro
incompleto sin ti, mas qué puedo decir, que por las noches, debo conformarme con tenerte solamente en mis sueños, te extraño, cómo te
extraño mas aquí estoy, esperándote y amándote en silencio.
Cuando lo vio llegar, se abalanzó a sus brazos que lo
recibieron abiertos, y se cerraron en la cintura al tiempo que los labios
literalmente devoraban los gruesos, incitándolo a abrir la boca para dar
entrada a la lengua y hurgar el ósculo chocando el paladar, los dientes y cada
rincón donde el pulso latiera fundiendo los alientos.
Pedro cayó entre mis piernas, guardó su silencio en sus
arrebatos entre sus muslos abiertos, creé una lúdica armonía, y elevó sus pechos hacia mis manos como el peligro derrotado en mi boca. Él
explotó en colores perfumados con alas flotando en su piel bajando de golpe sus caricias entre un
instante y la espera. Movió cada tortura de su cuerpo y tembló mis brazos en su
deseo, rompimos las aceras y la calles, solo quedó tierra y horizonte. Cruzó mi
mar, doblegando el viento y la tempestad, creando nieve con su trueno de pelo
negro dejando cicatrices en mi espalda.
Pedro y solo él pudieron crear dos soles en mí.
__Tu furia tiene
bellas caderas donde exploro todos tus
ritos y pactos. Eres una música tierna en la sangre. Retozas envolvente tirano, mi arma está sitiada por tu osadía, cierras y
abres cada batalla y sigues
en cada lujuria, un placer que se
rinde ante ti.
Gritas un beso dentro de mi garganta, te mueves en los
segundos, atravieso tu carne, separo los
abrazos, llega la voz del cielo y te
tomo como un rezo tranquilo, y te guardo
dentro y para siempre en mi alma. Voy a confesar un deseo que delira en mi boca, un influjo de brisa que trae la suave creencia de un roce. Voy a
darte en las manos la avaricia silenciosa de mis labios,
cuando la lengua abrigue todos los abismos al sentir la cercanía de tus faros. Voy a elevar mi cuerpo dentro de la luz que emana de tu sombra, dulce libertad del espíritu cuando rasgas mis caminos, sus astros, montes, vellos y fuente. Voy a cultivar tu aroma en el rebelde perfume de la alborada naturaleza eterna de tu ser fascinante, mitad de mi alma. Voy a recrear en el tiempo un recuerdo que perdure el instante en que el beso se hizo inmortal, un soplo de dios, para siempre.
cuando la lengua abrigue todos los abismos al sentir la cercanía de tus faros. Voy a elevar mi cuerpo dentro de la luz que emana de tu sombra, dulce libertad del espíritu cuando rasgas mis caminos, sus astros, montes, vellos y fuente. Voy a cultivar tu aroma en el rebelde perfume de la alborada naturaleza eterna de tu ser fascinante, mitad de mi alma. Voy a recrear en el tiempo un recuerdo que perdure el instante en que el beso se hizo inmortal, un soplo de dios, para siempre.
Déjame amor mío que esta noche te dé besos de luna, y
caricias de papel, déjame que te invente sueños de plata, y por si algún día volvieras
llené los bolsillos de mi alma de primaveras nuevas, mientras las ausencias me
llenan todo de esta absurda soledad, y en esta larga espera dejaré las luces
prendidas del desván de mis sueños por si vuelves vida mía a llenar mi jardín
de flores recién cortadas, porque sin pedirme nada a cambio, llenaste mi almohada de tu fragancia, ella me
envuelve en cada amanecida envolviéndome en tus brazos camino de la locura,
donde amarte es mi único propósito, y no me importa perder la razón en el
intento, ámame amor mío, ayúdame a
quemar este deseo de escapar de esta oscuridad de tinieblas sin la luz de tus
ojos.
Que se apaguen los días, que hablen las lunas de los amores prohibidos, que me traigan los mares tus besos, que la noche me traiga ya los sueños, porque ya mi alma desbordada está de ansias de amarte mi vida, sabes que en cada trazo de mis letras y a través de mi desvelo llego a ti, y me instalo ahí donde desde lejos me miras y me acaricias con tu sonrisa, siento, que cada mirada dice mi nombre bajo esta oscuridad de la noche que agita mi piel porque atrapado me siento en tus ojos, tú, vida mía, eres la sombra de todo lo bello, que eleva mis sentidos, llevándome a ese cielo deseado.
Ahora amor, me instalaré con el sosiego que me permita mi mente, y ahí estaré a la espera de tu llegada, porque sé que no me dejarás solo esta noche, lo sé, porque este sentimiento enamorado me dice que tu alma necesita alimentarse de mis verbos.
Que se apaguen los días, que hablen las lunas de los amores prohibidos, que me traigan los mares tus besos, que la noche me traiga ya los sueños, porque ya mi alma desbordada está de ansias de amarte mi vida, sabes que en cada trazo de mis letras y a través de mi desvelo llego a ti, y me instalo ahí donde desde lejos me miras y me acaricias con tu sonrisa, siento, que cada mirada dice mi nombre bajo esta oscuridad de la noche que agita mi piel porque atrapado me siento en tus ojos, tú, vida mía, eres la sombra de todo lo bello, que eleva mis sentidos, llevándome a ese cielo deseado.
Ahora amor, me instalaré con el sosiego que me permita mi mente, y ahí estaré a la espera de tu llegada, porque sé que no me dejarás solo esta noche, lo sé, porque este sentimiento enamorado me dice que tu alma necesita alimentarse de mis verbos.
__
Lo amé hasta el delirio, y hasta que me pude dar cuenta que alguien más lo acompañaba, pronto mi estrella brillante se opacaría y el horizonte contemplaría con ojos cargados de tristeza __confesó Matías a Diego hablando de Pedro.
Lo entendí y por ello lo perdono, no sin antes lanzar un fuerte suspiro al saber que ya no hay reversa, porque su adiós fue irremediable.
Sus padres se peleaban por casi todo, y el causal, los celos.
Sin darse cuenta, él, ya tenía una herencia de sus padres que le pronosticaba el porvenir, y lo enriquecía en sufrimientos.
La dominancia y creencia que ser posesivo es ganar terreno, es adentrarse al corral del círculo vicioso donde la soga nos llega al cuello costando respirar.
Era sordo, y escuchaba según su conveniencia, y para colmo; creía escuchar la voz de otra persona encarnada en mí.
Bizco: sí; veía la vívida imagen de otro más hermoso que él, y hasta por eso discutíamos sin que hubiera poder humano que lo hiciera entrar en razón.
Con un cerebro excepcional para pensar cosas que aseguraba, así eran porque siempre tenía la razón y no se le podía contradecir porque creía ser adivino y con la visión de una mente prodigiosa y sobrenatural.
Labios sensuales y de voz exquisita, pero cuando brotaban palabras de reproche, su voz transformaba y parecía gutural con una recua de belcebús en coros.
Esbelta figura, cuerpo de adonis; pero cuando se enojaba parecía una áspid enroscado y a punto de estilar veneno.
Ojos encendidos, y más cuando se le subía la temperatura porque parecían llamear cual dragón a punto de botar fuego como si fuera bestia apocalíptica.
Cabellera hermosa y rubia que enojada; lo asemejaba a león en guardia cuando invaden su territorio.
Hoy después del tiempo, sé que convive con el causal de nuestro olvido, y al parecer le juró fidelidad eterna porque se convirtió en su principal aliado.
Ese que lo acompañaba y el causal principal de nuestra separación; se llama celos.
Diego supo que Pedro no era así, que Matías hablaba de sí mismo, pero se propuso
solo oírlo y no decir nada, no quería interferir con la decisión de inicio de
terapia.
__
__Piel con piel fundiéndose poros, estremeciéndoles
todos. Piel con piel dulce sabor a locura, entrega total y sin dudas. Piel con
piel caricias suaves, dormidas pasión encendida... éxtasis, placer. Presión,
fusión en los labios apretando fuerte las manos sintiendo calor y fuego embrujo de un hechicero. Piel con piel
lujuria prohibida, ardientes deseos fogata prendida en tan bello infierno quemándonos
juntos avivando las llamas... bailando la danza infernal sin temores ni
treguas, a querer parar. Piel con piel fusión y caricias... estremecer sin
prisas, enloquecer. Volver en silencio a oscuras, en secreto a tan deseado
infierno. Pasión, fusión... cerramos telón.
__Caes como un suave néctar, tus bríos salvajes desandan
mi piel como un feliz tormento que subyuga,
en el alma y fuera de ella. Sigue no
pares tu búsqueda, mi caballero muestra
respeto y se yergue adornando tu pecho con leve sonrisa y con tenue lluvia. Sigue…
busca mi boca, encuentra cada
deseo oculto… abre, toma, traiciona mi
lengua y sus impropios, sé descuidado mi
rey, moléstate, grita, transfórmate, tus arrebatos son la sintonía de mis
cuerdas la cimitarra que rompe mis cadenas.
No pares, continúa llenando el murmullo silencioso de mis locuras. No
pares, solo deja a mis manos abrir tu
tierra, la de arenas suaves, la que martilla mi garganta, la que desprende los más cálidos jugos. Sí, ellas mis manos
son mis ojos, y toman un derecho
de mi corazón, acariciarte desde adentro
hacia la piel. Sí, continúa, no te detengas, nadie puebla este universo,
las estrellas son sombras distanciadas, lujurias hambrientas, detestables
miradas impotentes, porque yo soy tu luna y tu sol. Sigue, se acercan las
lágrimas, está llegando el porvenir con
sus claves y metáforas, llegan los vientos de reposo, respiramos hondo te miro, placentero tomo el llanto y deposito el más tierno beso en tus labios. Descansa primavera. Hoy en mis ojos despertó
la mañana, su verdor, en el blanco azul frondoso de sus nubes, donde se oye la
música de las hojas, en el sufrido castigo del sol.
La tierra abrió sus ojos, hechos de cristalinos ríos sus canciones de frutos y verduras, su olor,
suave santidad, una emoción, un diluvio majestuoso calmando mis nervios y sus
conexiones.
Qué bella sonrisa, los surcos y sus pasos, donde el veloz
corcel prueba una carrera de vientos,
sobre las alas de las palmas y los cocoteros. Diviso a lo lejos un Torreón de
elevadas curvas, donde los pájaros anidan un broche de ramas, sobre un amor
entre ríos y cause, sobre una familia. Hoy, fui testigo de un milagro, cuando
en el amor de una noche, nació, una mañana.
Esta noche beso tus labios, palpo tu esencia, mientras sigo entrando en ti, como se entra en un libro abierto y en él escribí toda mi pasión, cuando nos amamos a la luz de la luna hasta
que renació el sol del amanecer, con nuestros cuerpos extasiados de placer.
__Nuestros encuentros
siempre saben a deseo, te miro y me veo reflejado en el espejo de tus
ojos y sin darnos cuenta, como por arte de magia, los labios parecen
atraerse, y cuando apenas se rozan, siento que miles de sensaciones recorrer mi
cuerpo, la tibieza de tu piel va cubriéndome lentamente, mientras mis manos
transitan tu geografía y van dibujando tu figura minuciosamente, el fuego se ha
ido lentamente apoderando de nuestros cuerpos, el tiempo parece detenerse y el
silencio solo se ve interrumpido por los
clamores de la pasión, que parecen elevarse,
con sabor a gloria, más, era
inevitable la embriaguez, que desbordaba a los cuerpos, matizados por el fuego
abrasador y la excitación de los deseos.
Mientras Pedro charlaba de los traslados con Orestes,
Guillermo estuvo leyendo en una tumbona junto a la piscina climatizada
esperándolo, relajándose, planeando cómo revertir los desastrosos informes del
caso que Alberto enviaba desde Buenos Aires. Y le encantaba la tranquilidad que
reinaba en el lugar durante la semana. No había nadie, y mientras estaba allí
tumbado, con aire pensativo su mente se desvió hacia los padres de Pedro a los
que pronto debería conocer. Estaba seguro que no aprobarían esa relación. Solo esperaba que al viejo no le
preocupara demasiado. Pero ahora incluso tenía que reconocer que el hombre
tenía motivos para estar preocupado. Lo había conversado con Orestes, también
con Camila puesto que Pedro era muy reservado. En aquel momento Guillermo aun
salvando la hipoteca sobre la propiedad del estudio logrando algún vericueto
para ganar ese juicio a Barry la, no sería alguien solvente, y si el padre de
Pedro, un poderoso y millonario magnate de Chile había averiguado, seguramente
ya lo sabría.
Por primera vez en
su vida le preocupaba lo que alguien pudiera pensar de él.
A pesar de sus aprietos económicos actuales había sido
muy escrupuloso con Pedro. Era un joven tan decente que resultaba difícil
aprovecharse de él en ningún sentido, estaba realmente enamorado, pero eso sus
padres no lo sabían. A lo largo de los años eso había significado desde la
nada a cosas diferentes para él, pero
con Pedro y a su edad era el todo, era estar a gusto, en paz, tranquilo, era la
pasión y el deseo, él era volver al hogar, ya había muchos hombres problemáticos
por allí, y no deseaba más de eso.
_ ¡Hola! _bramó cuando el teléfono sonó __. ¿Qué pasa
Juan?
__El tiempo ha pasado y vuelves a mi memoria, cuánto te
sigo anhelando, fuimos esa historia que jamás se olvida, quisiera volver a tus
brazos como aquel día que solo eras fuego en mi vida, intenciones perversas
cuando te apoderabas de mis besos, de mi cuerpo, de mi piel y sentimientos.
Impúdico eras al seducirme con tus manos, despojándome
suavemente mis ropas, besando con tus finos labios mi espalda y mi cuello,
hasta lograr vibrar todos mis sentidos, muriendo en tus brazos, mirabas hasta
mi sombra, caminabas en mi cintura, me vestía de traje y de nada quedando como
un dios ante tu osadía de amarme.
Desnudo me bebías, me dejaba tocar por vos, mis pezones
erectos con sabor a vos, te abría mis piernas, me tomabas con fuerza, me
internaba en tus ramas, mis caderas tiritaban, mis montañas te cautivan,
hambriento ya de mi piel te enajenabas, éramos dos fieras en celo, éramos
pólvora que explota al sentir tu boca dentro de mis piernas dándome placer.
Tus labios mordían mi cuerpo, y los míos…
__Vete al demonio. __Cortó.
Sin duda era mucho más sencillo estar con un hombre
tímido, bueno, sencillo y divertido, amable y no pedía mucho, y todo eso era lo
que le gustaba de Pedro. Era maravillosamente autosuficiente, y si las cosas se
ponían mal en el plano económico para él, sabía que podría contar con Pedro, pero no
estaba con él por dinero. Solo lo asustaba en parte que fuera lo
suficientemente joven como para desear tener hijos, y a él aunque dijera lo
contrario la idea le aterraba. Pedro no lo presionaba, eso también le gustaba,
estar a su lado no implicaba ningún tipo de presión, lo acompañaba y disfrutaba
de todo.
Guillermo se estaba tomando una taza de café cuando el teléfono sonó, rogó que no fuese Juan
insistiendo, y sí Pedro que estaba llegando, sin embargo la voz que oyó era desconocido, era un tal Fabián de apellido
que olvidó al instante que le pedía hablar con él.
__ ¿Es usted abogado? __preguntó pensando tendría
relación con la catástrofe del estudio.
__Lo soy, pero no
le llamo por ello, hay ciertas cosas que me gustaría discutir con usted.
_Guillermo imaginó lo peor, el desastre habría llegado a los medios y el que
llamaba sería un periodista, y al momento se arrepintió de haber atendido el
teléfono y haber dicho quién era, mas era demasiado tarde para decir que era un
empleado o mayordomo.
__ ¿Qué clase de asunto? _preguntó él fríamente.
Últimamente no confiaba en nadie, todo el mundo menos Pedro parecía querer algo
de él.
__Es un asunto personal. He recibido una carta de una
vieja amiga suya. __Aquello parecía demasiado misterioso. Seguramente era una
trampa, o alguna intriga, pero al menos el hombre era amable.
__ ¿De quién?
__Silvina. Estoy seguro que recuerda el nombre.
__Pues no… ¿Es usted su abogado? __También podía ser que
le debiera dinero o un cliente. Recibía muchas llamadas como aquellas. Cuca
evitaba que llegaran a él, pero allí tendría que rechazarlas personalmente.
__Soy su hijo. __El hombre del teléfono no parecía
dispuesto a decir mucho más por ese medio, y Guillermo estaba un tanto
intrigado. ¿Sería atractivo? Tuvo intención de decirle que se vieran en un café
pero el rostro de Pedro se lo impidió,
él ya no tenía citas, lo estaba esperando, aún no lo había llamado, no
tenía intención de salir.
__No estoy en Buenos Aires. ¿Dónde está usted?
__Lo sé, viajé y estoy en Bariloche, le sorprendería lo
cerca, en verdad no conocía y viene unos días a esquiar, acabo de llegar.
Al menos se alojaba en un buen hotel, eso no significaba
nada, pero era algo.
__No estoy lejos, ¿por qué no se pasa por mi hotel?
__Gracias doctor Graziani _dijo él muy educado__. No le
robaré mucho tiempo. __Solo quería verle. Una vez. Y enseñarle la carta de mi
madre. Quería que conociera su historia.
Mientras esperaba
la llegada del tal Fabián llegó Pedro, sonriente y liviano luego de la
charla con Matías, de devolver la cabaña ayudado por su prima y Nancy que se
instalaron en el mismo hotel, estaban todos allí, aun la madre de Matías
que charlaba distraídamente con Orestes,
cosa que despertó su interés.
__Te extrañé. ¿Qué sucede?
__Nada.
__No mientas que leo tu mirada __dijo Pedro __. Doctor
Graziani, ante su mirada no existen argumentos
para distraer lo que me invade dentro porque todo el amor que oscila por
mi pecho, se me sale por los poros, por el brillo de mis ojos. El escalofrío
que corre por mi espalda, la forma en que titubeo y en la que tiemblo.
Ante su mirada
estoy desprotegido, expuesto, y debilitado en el delirio de sentir su rostro
tan cerca del mío que enmudece el universo repentinamente... Y a ti te ocurre
lo mismo al grado de escuchar la melodía de mis latidos.
Ante su mirada me he rendido y lo haría en esta vida o en muchas otras. Sus
ojos se vuelven un peligro pero también pueden frenar mis olas cuando las
estrellas se vuelven mis testigos. ¡Y su mirada me derrite, seductora! Ante su mirada que es letal para
derrocar mi erguida fiereza aunque haga inútiles esfuerzos porque ya en mis
sueños no amanezca su mirada me atrapa sin reparo y es que es tan tierno su sensual descaro, que
mi porte de rey, ante sus bellos ojos me convierten en esclavo.
Sí, ante su bella mirada no soy yo y en el
laberinto de sus profundidades yo me pierdo. ¿De qué me serviría ser inmune a
su mirada? Si tiene un sin fin de armas letales en la extensión de su hermoso
cuerpo. Y si no fuera suficiente su mirada ni toda su silueta que es perfecta,
cuando me repite lo mucho que me ama, es capaz de a mi universo darle vuelta. Entonces
sí, ya no tengo nada... Porque todo le corresponde solo a ella.
__Y yo con vos aprendo a cada instante a disfrutar del
amor, como al besar su boca carnosa
sentir la suavidad de su piel, sincronizar cada latido enamorarse sin querer. Olvidar angustias del pasado, en el amor volver a creer, sentir que la vida cambia cuando se tiene un querer. Darle paso a los sueños porque se van a cumplir, la vida tomó otro rumbo, el corazón volvió a vivir. No desperdicies el tiempo comienza a disfrutar esas hermosas sensaciones que solo el amor puede dar. Abre los ojos a la vida sin temor a fracasar que es no intentarlo, al amor hay que apostar.
sentir la suavidad de su piel, sincronizar cada latido enamorarse sin querer. Olvidar angustias del pasado, en el amor volver a creer, sentir que la vida cambia cuando se tiene un querer. Darle paso a los sueños porque se van a cumplir, la vida tomó otro rumbo, el corazón volvió a vivir. No desperdicies el tiempo comienza a disfrutar esas hermosas sensaciones que solo el amor puede dar. Abre los ojos a la vida sin temor a fracasar que es no intentarlo, al amor hay que apostar.
__Podrás haber sufrido mucho al extremo de renunciar a
enamorarte nuevamente para no sufrir por amar. Disfruta de esos labios carnosos,
de la suavidad de su piel, escucha a tu corazón sabio hoy hablará por
ti, él te dirá que está vivo, que se volvió
a enamorar, que se entregará por entero
porque es su manera de amar. Que confíes en sus sentimientos, que disfrutes de
verdad, que ha vuelto a la vida porque
su esencia es amar.
_Bajo el embrujo de tus labios, vida mía, y en la tersa nostalgia de tus besos, pernoctaron los míos, lime rentes, y en tus
brazos y caricias fui tu fuente. Bésame en el desierto de tu boca, bésame en el pudor de tu misterio, ámame en las aguas de lo etéreo.
Porque, amor de
mis labios solos, el beso es el embrujo de las almas, crepúsculo y aurora de mis mieles, hoguera de mi piel y sus derroches. Bésame,
con tu beso enamorado, con tus labios
acaecidos en el flujo, e influjo, de la ansiedad de mi boca. Porque, un beso es el misterio de los soles, ósculo de ríos sollozantes, destino de amores y amantes.
Bésame, amor mío,
como se besan las aguas de los mares,
como se besan los mirtos y las aves,
como me has besado tú, en el
altar del río.
___
__ ¿Doctor?
Una hora después un muchacho que aparentaba veintitantos años estaba frente a ellos en el bar del hotel,
había llegado en un coche alquilado, era alto, de piel blanca y cabello negro,
atractivo, esbelto e iba vestido de sport elegante, había algo en él que a
Guillermo le resultaba familiar, al principio no supo decirse qué. No creía
haberlo visto nunca. Al acercarse, el muchacho les sonrió y les estrechó la
mano, apenas se asombró cuando Guillermo presentó a Pedro como su prometido.
__Gracias por recibirme. Siento mucho molestarle. Quería
resolver este asunto cuanto antes. Hace mucho que deseaba escribirle.
__ ¿Qué le trae por acá? __preguntó Guillermo no sabiendo
si tutearlo, era demasiado joven para usar el usted__. ¿Quieres un vaso de
vino?
__Prefiero agua, o un café _ dijo este, y Guillermo pidió
café para los tres. Pedro estudiaba al muchacho y aunque no lo dijo le pareció
que tenía un notable parecido con Guillermo.
__Aún no estoy seguro, volviendo a su pregunta. Tenía un
estudio en Nueva York. En verdad la sociedad se deshizo y fue vendido_ dijo
titubeando__. Y entonces pensé en venir y ver cómo funcionaba acá.
__Sos muy joven y
por el traslado supongo soltero _ dijo Guillermo mientras el mozo dejaba el
pedido.
__Estoy divorciado. Me pasó todo junto, me casé siendo
muy chico, me divorcié, mi ex era abogada, se vendió el bufete y murió mi
madre, todo en cuestión de meses. Es uno de esos raros momentos en que no
tienes compromisos y puedes hacer lo que quieres. Aunque no sé si eso me gusta
o me aterra. __Sonrió al decirlo. No parecía una persona a quien pudieran
asustarle muchas cosas. Se lo veía cómodo y firme.
__Bueno, ¿y qué dice esa carta? ¿Me ha dejado alguien una
fortuna? _lo dijo con una risa, y él correspondió sonriendo.
__Me temo que no. __Le pasó la carta de aquella mujer a
quien él no recordaba y no dijo nada más.
Era una carta larga y, mientras leía, Guillermo levantó
la vista varias veces, y cuando las manos temblaron, Pedro lo vio, y le posó
las suyas en el muslo, fijando la mirada en el rostro.
Cuando terminó, se quedó mirando al joven sin saber muy
bien qué decir, qué quería de él y Pedro
a él interrogando con la mirada. Le devolvió
la carta con expresión grave, obviamente había recordado a Silvina. Si era un
plan para extorsionarlo, no pensaba ceder.
__ ¿Qué quieres de mí? _dijo bruscamente y la pregunta
hizo que el joven se sintiera muy triste. Hubiera esperado una acogida más
cordial.
__Nada. Quería verle. Una vez. Conocerlo. Y esperaba que
usted quisiese verme a mí. Reconozco que es algo violento luego de veinticinco años.
También lo fue para mí, porque mi madre nunca me lo dijo. Encontré la carta
luego de su muerte, como ella quería. Mi padre adoptivo murió hace años. No sé
si él llegó a saberlo.
__Espero que no _ dijo Guillermo solemnemente. Aún estaba
bajo los efectos del shock sin percibir que Pedro estaba leyendo la carta. Le
alivió que le hubiera dicho que no quería nada de él. Silvina no había
significado más que un error en su confusa sexualidad de joven y ese hijo era
un desconocido, aunque parecía una persona honrada, agradable.
__No creo que le hubiese importado. Era una persona muy
agradable. Siempre fue muy bueno conmigo. Me dejó casi todo su dinero. No tenía
más hijos. Y si lo sabía, no parecía guardarnos ningún rencor ni a mi madre ni
a mí. Era un hombre muy bueno.
__Una suerte _ dijo Guillermo, mirándolo con atención, y
entonces se dio cuenta de lo que le resultaba tan familiar, se parecía a él, y
con razón. La carta decía que Silvina había tenido una aventura con Guillermo Graziani
hacía veinticinco años, breve, equívoca
porque a poco tiempo ella supo que él era gay, y aunque para entonces supo que
estaba embarazada, despechada y herida decidió no decírselo, no se conocían lo
bastante como lo probaba lo primero como para imponerle algo así, como ella
decía. Era muy raro que una mujer pensara de esa forma cuando iba a tener un
hijo y, a pesar de todo, decidió
tenerlo. Se casó con otro hombre, se mudó muy lejos, tuvo al bebé y nunca le
dijo a su hijo que el hombre a quien tenía por padre no lo era. Su padre, era…
Guillermo Graziani.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQIUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Norma Precioso
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarRaul EXCELENTE! !!
ResponderEliminar2
Chikis Hermosisimooo
ResponderEliminar1
Lily Rz Hermoso
ResponderEliminarMarta Bellooo..
ResponderEliminarAdriana Sin palabras GRACIAS.
ResponderEliminarElena Bello
ResponderEliminarMartha Bello
ResponderEliminarPatricia Hermoso!! No podía haber otro final más bello, más perfecto!!
ResponderEliminarEncarna Gomez Hermoso
ResponderEliminarMagdalena Hermoso
ResponderEliminarGenial Eve...El amor de ellos, la aparente relación de Matías y Diego, los esfuerzos que tendrán que hacer para salvar el estudio, y esta increíble sorpresa de la llegada de Fabián, el hijo cuya existencia desconocía pero que sin dudas va a modificar para bien su existencia...
ResponderEliminarSol Urvino Estos giros realmente van a hacer mover la noria de sus destinos. UN BESO, EVE.
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