03 de diciembre de 2016.
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
solo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
solo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
solo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
solo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti.
03 de diciembre de 2016.
No sé ni qué pensé, ni qué sentí, fue una
situación nueva, distinta y diferente, donde la locura, el delirio y la
felicidad me invadieron por un lapsus de tiempo que no sabría ni medir y aunque
me pareciese infinito hoy me gustaría estar enredado entre tu cuerpo, como
hasta hace unas horas. Sentirte húmedo y extraer de ti el sabor a jalea
que destilan los poros de tu vientre y de tu piel, hilvanando con la yema de
mis dedos toda la geografía que un corazón como el tuyo, puede almacenar en el
subconsciente de mis sentimientos. Fue una noche única, mágica con el embrujo y
el sabor de la ciudad. Fue la única noche en la que soñé contigo. Te amo
Guille, pero no prometo no volver a escapar.
__Puedo soportarlo, Pedro, todo menos lo de
ayer, lo prometo.
__No puedes negarme que de no haberme
conocido en esa mudanza seguirías junto a Ana y a tu familia, Guillermo.
__No. Seguramente de no haber llegado a
descubrir eso a los que los poetas cantaban
odas y que yo consideraba ridículo, habría continuado en ese pacto cómodo con
ella _respondió Guillermo__. Yo no creía en el amor, y me resultaba útil una
farsa para no dar explicaciones sobre mi intimidad, pero no es lo que hoy deseo. ¿Crees que Camila
entendió que la dejabas?
__No lo sé, desapareció negándolo pero no ha
regresado ni siquiera a la empresa, tampoco he llamado. Con lo de Gaby es lo
que menos importa.
__Pedro, en tres meses nacerá mi nieto,
entonces pediré el divorcio y le contaré todo a mi hijo, no quiero jugar con
vos, no necesito lo de antes que era esa fachada con Ana y el vacío de alguna
hora de sexo ocasional, ya viste qué me une hoy a mis amantes de turno… nada.
__No me los recuerdes, no es necesario,
Guille.
¿Me llevarías a la clínica mañana? Gaby no desea que vaya
nadie, pero sé que no la dejarás sola, ¿verdad?
__Ni loco, claro.
Nada lo había preparado a Guillermo para el
desbarajuste emocional y de sentimientos de cada reencuentro con Pedro, mezcla
de júbilo, deseo, temor, ternura, desazón. ¿Amor? Cómo a él le había sucedido,
enamorarse conociéndolo tan poco. ¿Lo amaba o era un desafío, una obsesión
acorde con su naturaleza? Pedro constituía un gran misterio, sobre todo porque
parecía tan simple. Su Pedro, si suyo, no podía negarlo, así lo sentía mientras
lo miraba de reojo sirviendo un whisky en su escritorio.
__Qué linda letra tienes _dijo inocentemente
Pedro al verla en uno de los expedientes.
__Vos sos lindo, Pedro. Muy lindo.
Se movió hacia él y le apoyó la boca sobre
los labios entreabiertos. El contacto los aturdió a los dos. Ambos lo habían
ansiado e imaginado, anhelado durante una noche de separación, no obstante
superaba las expectativas. Guillermo le
sujetó la nuca para apoderarse de él con el imperio de quien se sabe dueño y
señor. Pedro lo esperaba entregado, con los ojos cerrados. Lo besó como nunca
había besado a nadie no porque la técnica variase sino porque él no era el
mismo, algo sublime y poderoso lo hacía experimentar una felicidad al tiempo
que un devastador deseo, eso era nuevo en él, de hecho, nadie le había
explicado ni preparado para una mezcla tan desconcertante. Y al percibir los
dedos de Pedro hundiéndose entre sus cabellos, se le calentaron los ojos bajo
los párpados.
Pedro estaba permitiéndole todo. La felicidad
lo volvía fuerte y mantenía el pánico y la culpa a raya. Sin apartarse, a
ciegas, Guillermo lo fue tumbando sobre
el sofá y Pedro quedó atrapado bajo su peso. Guillermo lo sujetó por la cintura con un brazo y lo pegó a su
cuerpo, mientras su lengua, insaciable, lo hurgaba, hasta ahogarlo, y la de
Pedro, valiente le salía al encuentro, enredándola, incitándola, haciéndolo
gemir, amando hacerlo gemir. Sus manos imprudentes resbalaron dentro del saco
delineando sus costados del torso y él se despegó y soltó un bufido, como si
Pedro le hubiese rozado una herida. Descansó la frente en el cuello y Pedro le
estudió el perfil agitado, de ojo cerrado y palpitante y fosas nasales
dilatadas, de labios húmedos rojos y entreabiertos.
__ ¿Te gustan mis besos? _interrogó
Guillermo.
__Mucho _respondió y al oírlo la alegría le bailó en la garganta
mientras volvía a caer sobre él.
__Me gustaría mirarte a los ojos, admirar tu sonrisa, robarme tus pensamientos, fundirme en tu alma, compartir los sueños y hacerlos realidad. Ser
mar donde puedas navegar bebiendo de mi ser el manantial de tus deseos. Ser el
cielo de tus vicios, veas las estrellas
tan enamoradas de los luceros, con los besos de miel que yo te dé te lleve un
instante al infierno de la pasión.
Innumerables amaneceres a tu lado envuelto en tus brazos amándote hasta
perderme de pasión en tu cuerpo. Disfrutar de las mañanas con las melodías de
tus caricias, besos y sonrisas hechizando mi piel con tus bellos labios. Tatuar
el olor de tu perfume en mi piel para oler a vos siempre, asomarme al balcón de
tus miradas sonriendo a tu rostro.
Encender la chispa de tus encantos con el
fuego de mi pasión, no dejar que se apagué, deliremos de amor siempre. Amanecer
junto a vos, sintiendo el calor de tu cuerpo, los latidos de tu corazón,
respirando tu aliento y el aroma de tu piel, acariciando tu desnudez, besando tus ojos, y tus carnosos labios,
cuando comienzas a despertarte y lentamente entreabres tus ojos, te diría al
oído, todo lo que siento por vos, para luego comenzar a escribir con mis besos
en tu ardiente piel, porque eso amor mío
es la mejor manera de comenzar un nuevo día de vida, despertando así, abrazado a vos, todo eso me gustaría.
Nuestros encuentros siempre saben a deseo, te miro y me veo reflejado en el espejo de
tus ojos y sin darnos cuenta, como por arte de magia, los labios parecen
atraerse, y cuando apenas se rozan, siento que miles de sensaciones recorren mi
cuerpo, la tibieza de tu piel va cubriéndome lentamente, mientras mis manos
transitan tu geografía y van dibujando tu figura minuciosamente, mas el fuego
se ha ido lentamente apoderando de nuestros cuerpos, el tiempo parece detenerse
y el silencio solo se ve interrumpido
por los clamores de la pasión, que parece elevarse con sabor a gloria, era inevitable la
embriaguez, que desbordaba a los cuerpos, matizados por el fuego abrasador y la
excitación de los deseos. Qué te parece si esta noche te pido que la
pases conmigo y pegado por tu lado
despierto al descaro más prohibido si
bailando por tu ombligo hallo dulce placer por castigo, déjame que lo libere y muestre el camino
como es debido. Y sigo recorriendo tu piel con todo al saber de ese delito mientras te recito en tu oído ese cálido
poema con mimo que te hace darme todo y
con ese pecado siempre repito si cada
vez que miro tu boca a beber con esta me animo. Y le pido al aliento que haga
de abrigo con cada suspiro para
entregarnos mucho más que unos simples servicios, por eso con mi corazón conspiro y llegar al
alma aspiro pues no conoce aún lo que
son capaces de dar mis vicios. Por eso digo a tus labios que se diviertan entre
los míos, sí cada segundo que rezo
estoy más cerca de eso divino que lo que
vende la iglesia con tanto ahínco desde críos,
si en cada beso veo que domino el
universo en mis dedos. Pediré ser el tacto, la visión, el olfato, el gusto, el
sonido, el culpable del cálido gemido,
el gozo grato del sentido cuando siento
en esa mirada detenido el mismo tiempo,
sé que podría hacer por tu piel un traje con mis besos. Dime amor qué te
parece si todo lo que das bien te pido y
te devuelvo el doble de lo que diste con más cumplidos para que el destino no tenga él qué hacer al
ser atraído en el cálido manto donde
abrazados quedamos dormidos.
__Necesito tiempo, que me tengas paciencia,
Guille.
La paciencia no contaba entre las
características de Guillermo en quien una veta irritable lo vuelve poco compasivo con las penas y necesidades
ajenas, algunos lo tildan de desapiadado, de insensible, pero estaría dispuesto
a acallar el clamor de su naturaleza perdido en la mirada dulce de esos ojos.
__Toda la paciencia que necesitas, mi amor.
Ese “mi amor” surgió de un modo tan
espontáneo que los impresionó y emocionó a los dos por igual.
_Cierro los ojos al sentir que me pierdo en
ti, en lo profundo de tus deseos de amor… deseos que ocultan la intimidad de tu
pureza, dios de pasión que convexo te
ofrendas a Eros cuando por las noches la soledad te besa. Acecho con vehemencia
tu rostro, contemplando el rubor que te delata
al sentir la vergüenza que provoca
el desnudarte con la pasión que arrebata… noto la ansiedad que nace de tu piel al sentir
cómo mis manos te conducen por la senda
del placer, sendero que sin prisas he de
recorrer cubriéndote de besos que
surgirán de mi boca que en tu cuerpo
ardiente han de florecer.
Siento la intensidad de tu respirar jadeante
cuando mi lengua irreverente arrastra mis deseos hacia el vórtice de la locura,
cuando devoto beso la ofrenda exquisita de tu más bello e íntimo secreto lugar
donde se pierde la calma y por ende no
existe la cordura. Perdernos en la sublimidad del amor cuando nuestras almas se
elevan al fundirse nuestros cuerpos en uno solo… cuando sin más con un beso
sentimos que la vida se torna eternidad… cuando con tu amor provocas
sensaciones cuando mi vida sin saber dejas a la suerte, cuando tú mi vida, con
exquisito placer al entregarte pasional
en cuerpo y alma, sin que cuenta te des, me causas la muerte.
__Me declaro reluctante a renunciar a tu
amor, a dejar que tus abrazos no transmitan su calor, a no mirarte ya más, a
nunca escuchar tu risa, a jamás sentir en mí, lo dulce de tus caricias. No me
imagino vivir sin el sabor de tu boca sabiendo que solo vos, mi hambre siempre
alborotas. Me declaro en rebeldía, yo no cederé al destino que decide
separarnos, hoy por distintos caminos. No dejaré que te vayas, que vueles lejos
de mí como pájaro que huye creyendo será feliz al arribar a otro nido, al
contemplar otro azul, dejándome sin colores porque mi luz sos vos. ¡Mírame amor
mío! ¿No ves que muero de amor?
Salvemos esta distancia que nos separa a los dos. Deja que hablen mis manos y te acaricie mi boca, entonces demostraré esta pasión que provocas.
Salvemos esta distancia que nos separa a los dos. Deja que hablen mis manos y te acaricie mi boca, entonces demostraré esta pasión que provocas.
Te diré te amo las veces que sea necesario
aunque exista una distancia o el silencio nos invada, aunque evadas las
respuestas o tus labios permanezcan sellados, porque no sé si el día de mañana
tendré la oportunidad de volver a pronunciar Te amo. Te diré con mis palabras o
mi mirada, en un abrazo inesperado, con un oído presto a tus lamentos o cuando
tu ser esté angustiado, cuando llegue esa rutina a la que estemos expuestos,
ahí también te diré que te amo en la ternura de un beso. Te diré te amo a veces
con ese necesario silencio que las tormentas ameritan, a veces guardando un
poco la distancia, donde inmerso en la fragancia de tu piel tan exquisita, te diré te amo. En
medio de esa melodía, que nos haga revivir nuestra primera caricia. Cuando en
apariencia lo hayas olvidado, cuando no te sientas bonito y sientas que tu
cuerpo ha cambiado, te haré el amor como nunca. Yo seré el hambre y tú la
fruta y disfrutaré de ti cada bocado, con una gula insaciable para
poder demostrarte
que soy tu eterno enamorado. Te diré te amo aunque no quieras escucharlo, aunque me busques los lados chuecos y aunque a veces los reclamos tiñan de negro la noche.
que soy tu eterno enamorado. Te diré te amo aunque no quieras escucharlo, aunque me busques los lados chuecos y aunque a veces los reclamos tiñan de negro la noche.
Yo, yo te repetiré, te amo. Porque sé que
después de la marea llega la paz a los océanos, porque sé que en tu interior
solo mis muestras de amor endulzarán el momento amargo. Porque tu haz hecho lo
mismo, en los momentos en que yo me encuentro perdido, errado, cuando siento que soy nada cuando me encuentro
agotado, cuando estoy inconforme con mi
vida, pero tus labios me dicen te amo,
me inyectas la adrenalina que me regresa la vida sin que tú lo hayas
planeado. Cuando sientas que el amor se ha terminado, cuando contemples un
roble y yo sea un nogal mutilado por el
pasar de los años, te recordaré porque no puedo ser comparado, porque no solo
he sido sombra para los días más soleados, porque para mí eres hermoso y
guardas la esencia pura de un valor no calculado. te repetiré te amo en una
llamada que no esperas para decir que te extraño para darte las gracias por los
hermosos momentos que de tu vida me has brindado, que yo no soy nada sin ti
pero al estar a mi lado me haces el hombre más feliz. Te diré te amo perdona mi
insistencia cuando te tomo en mis brazos y anhelo escuchar de tus labios, que
tú también sientes lo mismo, no quiero nada forzado, solo que la vida es breve,
y si he de morir mañana prefiero que sea en tus brazos, pero no, sin antes
repetir amor mío, yo te amo. Porque hoy
me puedes escuchar. Porque hoy lo puedes comprobar en el calor de mis brazos,
porque hoy puedes ver en mi mirada el compromiso tatuado de que te amaría hasta
el final hasta mi último respiro que exhale cuando te mire repitiéndote, te
amo. Porque no puedo permitirme irme con algo tan bello pendiente, porque se
tiene que decir te amo cuando el corazón nos late, cuando la sangre nos hierve,
cuando podemos dejar un hermoso recuerdo
porque así, el amor no muere, porque no puedo quedarme con ese miedo de no
escucharte decir que nuestro amor fue tan real, tan eterno, que tú siempre me amarás hasta que volvamos a vernos.
_Amarnos es lo que te pido en el borde, al límite de la duda sin miedo, sin reparos. Seremos momentos en el espacio
fugaces que se escapan en la melancolía del tiempo. Besos nacidos en nuestros
labios inquietos yacen húmedos como lluvia en el pasto. Se nos cierran las
puertas del deseo dejándonos sin techo, alejándonos del misterio de amar.
Fuimos el agua que cae como cascada sobre un mar de pasiones, ahogando el
placer de sentirnos vivos. Como veleros sin rumbo nos encontramos a merced de
vientos sin sentidos y olas sin destino. Abrazos de despedidas perdiéndose en
lo oculto del olvido, lejanía sin regreso.
Caímos como dos luceros en la noche,
prisioneros desterrados del reino celestial, expulsados del cielo entrando al
mundo ilógico y cruel. Fuimos la tristeza personificada en angustias propiciada
por la impureza de nuestros pensamientos. Seremos la derrota inconclusa de la
razón ante la incomprensión de una verdad deseada que se nos ofrece ajena en
nuestro destino. Seremos eso, solo sueños en el recuerdo de una soledad que nos
cobija, cuidándonos de garras ensangrentadas refugiadas en el engaño.
_No, Pedro, eso no lo permitiré jamás.
Tengo tantos besos huérfanos que mueren
ancianos en la intención de mi boca, caricias nerviosas que se pierden en
ninguna parte sin su destino, y he comprendido que vivir no consiste en estar
sino ser en usted. Tengo mi desnudez guardada en mil noches de deseos en el
cuero de su piel desnuda, mis labios, obscenos en su pecho, un ahogo en su
ombligo, un diálogo intencionado con sus labios, y mil y un orgasmos en el
sudor de su cuerpo,
en el temblor de su carne, en el calcio de sus huesos y uno, salvaje y exclusivo para su alma.
Tengo el susurro de la calma, el placer del silencio, y mil intenciones más en su pícara mirada. Hace tiempo que sé de usted más que de mí mismo, que me busco y lo encuentro, que me pierdo y usted me encuentra, que si me extravío, me halla hallándome perdido
en usted. Saldré al mar muerto de mi calle, entre naufragios a la deriva del desespero
de mi urbano océano. Esperaré en la playa de mi puerta, el salvamento de sus labios.
en el temblor de su carne, en el calcio de sus huesos y uno, salvaje y exclusivo para su alma.
Tengo el susurro de la calma, el placer del silencio, y mil intenciones más en su pícara mirada. Hace tiempo que sé de usted más que de mí mismo, que me busco y lo encuentro, que me pierdo y usted me encuentra, que si me extravío, me halla hallándome perdido
en usted. Saldré al mar muerto de mi calle, entre naufragios a la deriva del desespero
de mi urbano océano. Esperaré en la playa de mi puerta, el salvamento de sus labios.
Cielito, yo no quiero una aventura con vos,
te quiero a mi lado para siempre, sos solo mío, y sé que mi hijo no es tonto y
entenderá que nunca hubo amor en casa, que apenas con Ana nos soportábamos,
pero nada más. Yo ocultaba sus borracheras y ella callada ante mis amoríos de
unas horas, pereza, rutina, costumbre, pero en verdad estaba muerto, porque
vivo la rutina me agobia, mi vida requiere que cada día sea diferente al
siguiente, antes solo hallaba eso en mi profesión, y solo mi espíritu errático
podría quedarse quieto y en paz junto al alma gemela que sos vos.
__Llegaste tarde, estaba desesperándome por
verte _dijo Guillermo.
__Y yo deseaba llegar antes, pero me entretuve en la empresa. No me
llamaste.
El reproche apenas susurrado lo conmovió.
Había pensado en él, lo había añorado. Lo apretó en sus brazos y aspiró su
aroma.
__Cuánto deseaba olerte, amo te perfume, no
venía la hora de que llegaras, estaba volviéndome loco.
Se contemplaron en silencio en tanto sus
bocas se fusionaron en un beso, apoyó la espalda contra la pared mientras se
deslizaron hasta el suelo donde continuaron besándose con pasión.
Pedro se arqueó cuando las manos de Guillermo
le pasearon bajo la camisa y comenzó a gemir sin consideración al sitio en que
se hallaban, cuando le rozaron los
pezones con los pulgares de modo insistente. Para acallarlo, Guillermo se apoderó de su boca en tanto se
incorporaba con Pedro enroscado a su cuerpo. Despejó la mesa del escritorio,
los papeles terminaron en el sillón, para depositar a Pedro.
__No puedo esperar hasta la noche –le
confesó, enternecido por la expresión turbada de Pedro_. No hagas mucho ruido,
que Marcos debe de estar fuera.
__No sé si podré. __Se mordió el labio y fijó
la vista en el cielo raso, mientras sentía que él lo despojaba de los zapatos y
del pantalón arrastrando el bóxer.
Guillermo le contempló largamente las piernas
hasta desviar la atención a su pelvis, mientras el sexo se reveló centímetro a
centímetro y emergía como una fuente perlada, luego de las carreteras del
vientre. Lo enloqueció esa visión accidentada, de montes y salientes, y refregó
la cara en él, lo lamió, y lo olió y le pasó la lengua por el ombligo
descendiendo por el diamante.
__Pedro _exclamó casi con desesperación, y
este se agitó al percibir el resuello caliente en su sexo__. Pedro __susurró
con las manos ajustadas a las crestas ilíacas y la frente en su pubis, pensando
en Marcos, en Cuca, trabajando a pocos metros apenas separados de la escena por
una puerta que cerró tras una patada. Él era frío, sensato, calculador,
moderado, mantenía sus emociones bajo control, jamás lo había perdido con nadie
allí en su estudio de esa manera.
Mas no perdería el tiempo lamentándose, ya
había asumido que con Pedro todo era diferente, había algo en él que lo
despojaba de su voluntad, que le atraía como si de un imán se tratase, que lo
dejaba sin su forma de ser, él ejercía
una extraña influencia sobre él, algo sobrenatural, algo que escapaba a su
comprensión. Se desajustó el cinto y se liberó el pene. Pedro lo seguía con la mirada anhelante desde esa posición de
vulnerabilidad. Había atestiguado la lucha de Guillermo porque desde hacía
tiempo era casi como poder leerse el pensamiento uno al otro. Guillermo le
sonrió, le habló sobre los labios.
__Me hice análisis, porque deseo corroborar
lo que es casi seguro, siempre he tomado recaudos, pero no quiero depender de
un condón para amarte.
Pedro le hizo una señal y dibujó con los
labios, un te creo. Cerró los brazos en torno a la nuca de Guillermo y lo pegó
contra su cuerpo, deseaba sentir la piel con piel. Sus bocas se buscaron con
desesperación, sus lenguas se entrelazaron y sus alientos se fundieron, las
manos de Guillermo se escurrieron bajo el suéter, bajo la camiseta de algodón y
le acariciaron los pezones, Pedro apretó los ojos. Chispazos verdes explotaron
en su interior mientras el placer le surcaba como una corriente fría y veloz.
Sus miembros se debilitaban, Guillermo lo sujetó por las nalgas para atraerlo
hacia el filo de la mesa antes de voltearlo y llevarlo a apoyarse en talones y
rodillas, mientras él se introdujo entre su piernas, apoyando las puntas de los
pies en el suelo podría moverse de manera adecuada, luego de introducirse en
él, poco a poco, hasta desaparecer completamente dentro, y llevar sus manos a
aferrar sus muslos.
La mano se hundía en la carne de Pedro que
adoraba observar el sitio donde sus cuerpos se unían, anhelaba tocarlo, aun a
través de la camisa y como pudo ascendió desde las muñecas a los brazos,
alcanzó su rostro cuando Guillermo se inclinó para besarlo, delineó el filo de
la mandíbula, los labios, descendió por el cuello, y en una contorsión inesperada
le pellizcó la tetilla al tiempo que Guillermo se impulsaba muy dentro de él.
La espalda de aquel se arqueó con violencia como si hubiese recibido un golpe o
una descarga eléctrica y la sacudida remedó una convulsión, incluso había
echado los ojos atrás y Pedro los vio blancos. Al cabo se echó sobre él.
Respiraba como si hubiese corrido kilómetros. Sentía el latido de su miembro
dentro de él. Le acarició la cabeza.
__Guille, amor, ¿estás bien?
Guillermo levantó la mirada, y Pedro apreció
la alteración de su semblante. Sin pronunciar palabra empezó a moverse hacia
adentro y afuera, siempre con la vista fija en él. Le gustaba salir por
completo para volver a penetrarlo con una embestida sorda y profunda, le
fascinaba la reacción de Pedro, que se mordía el puño o el labio en un intento
por apagar los sollozos del éxtasis. Los gritos del placer que quedaban
encerrados en el pecho se transmutaban en la fuerza con que le clavaba los
dedos en el cuero cabelludo, en el cuello, en los hombros. Guillermo atinó a
taparle la boca cuando el orgasmo aniquiló la voluntad de Pedro de permanecer
callado. Amó verlo convulsionarse sobre la mesa. Aceleró el vaivén y pronto lo
siguió. Sus fosas nasales, que se dilataban para inspirar grandes bocanadas de
aire y sus labios convertidos en una línea blanquecina daban cuenta de su
esfuerzo por no prorrumpir en gritos. El semen fluía desde su interior en una
corriente sin fin. El orgasmo parecía no tener fin, los ahogaba. Tenía la
impresión de que había una música de fondo, pero supo le zumbaba en los oídos
su torrente sanguíneo bramando de pasión. Más reprimía los gritos, más se
ensordecía. Se desplomó sobre Pedro, respiraba por la boca con un sonido
anginoso, ninguna inspiración bastaba en su intento de llenar los pulmones y
las caricias de Pedro en su cabeza lo ayudaban, pero igualmente necesitaron
minutos para recobrarse.
__No creo que alguna vez pueda salir de acá
–dijo pedro__. Siento que llevo un cartel que anuncia que acabas de hacerme el amor.
__Qué lindo cartel. Me gustaría que lo
llevaras de verdad así ningún estúpido vuelve a acercarse a vos. __Levantó la
cabeza para dedicarle una mirada cargada de dureza__. Reclamo cada milímetro de
tu piel y de tu ser como propio. No quiero
verte cerca de Emanuel nunca más.
__Se casó, no lo menciones cuando aún estás
dentro de mí, soy yo quien no quiere ver a tus múltiples examantes.
__Está bien. ¿Quieres que pida algo para que
comamos acá?
__Sí, por favor. No podría enfrentarme a
nadie. No aún.
__ ¿Qué te gustaría comer?
__Cualquier cosa.
Sentí su aroma... Y desperté con la pasión en
alto y unas ganas incontrolables por
besar sus labios, me aproximé mientras
dormía y estudié el asalto para ese
renacer del placer que hablan los sabios.
Y recité en sus oídos los versos que había soñado, me sonrío y poco tardó en rodearme entre sus
brazos para que desayunara con placer
todo lo esperado que me daba en la piel
en cada uno de los abrazos. Manifesté
mis intenciones, Guille enseñó su descaro
más mientras sonreía me mostraba sus encantos esperando a la delicia que en mi horno le
preparo anhelando ser servida entre unos
cálidos mantos. Por eso le dejo al deseo que acaricie un buen rato y que la piel no tenga miedo a entregar su
pecado en ese delirio de amor que
firmamos sin contrato, un concilio de
pasión que los dos nos hemos dado.
Desperté con sed de beber de su boca todos
los besos, de vibrar, gemir y estallar
cada partícula del cuerpo, deslizarme
por sus piernas sin detener en mis excesos,
mientras beso por su cuello deteniéndonos el tiempo.
Enredado en las caderas, con los mimos por tu
pecho y el susurro de tu lengua
murmurando más adentro la lujuria se
presenta y nos saciamos de su provecho
mas no llevé nada y entregué de todo en el encuentro. Mas pienso que
desperté para darle vida a mi sueño en
ese reflejo de tus ojos donde veo el intenso fuego desatando todo el placer para con él hacerme
dueño del agradable momento en el que el
alba da sosiego.
__Me queda tiempo mucho tiempo si en la
muerte no pienso, si no fraguo o forjo
destino alguno, cuando te pienso, pensando que ya te tengo, si no fuerzo meta alguna si con tu compañía todas están por venir. Dispongo de tiempo mucho tiempo, de un breve infinito y una insignificante eternidad, un universo estrecho con nosotros dentro, y mucho, mucho tiempo un cielo abierto, de llorosas nubes, de lo que me resta llorar contigo.
destino alguno, cuando te pienso, pensando que ya te tengo, si no fuerzo meta alguna si con tu compañía todas están por venir. Dispongo de tiempo mucho tiempo, de un breve infinito y una insignificante eternidad, un universo estrecho con nosotros dentro, y mucho, mucho tiempo un cielo abierto, de llorosas nubes, de lo que me resta llorar contigo.
Dispongo de días, muchos días uno tras otro,
seguido, continuado, en sucesión de tu autoestima, en continuación a tu persona
en continua ascensión, erguida, continuada, precisa enamorándonos
monótonos, nuevos, desprecintados y
rutinarios, hasta la saciedad obsesiva de mirándonos recordarnos. Me queda tiempo mucho tiempo,
desperdiciado, regalándonos sentimientos, obsequiándonos felicidad
desperdigándonos en emociones, y un - te quiero - que no se pierda en la
memoria del recuerdo, un te amo a la evocación y un perpetuo deseo,
que ahora sueña que ahora duerme. Me queda tiempo y cementerios en el cáncer del tiempo, una lápida abierta, con mi cuerpo y el epitafio de nuestra identidad, tu nombre y el mío, me quedan constelaciones, las cenizas de la luna en mis ojos y un panteón de estrellas y tú, en el centro. Aun me quedan soles muchos soles, para descubrir tu luz, las alas de tu alma, las risas de tu espíritu, sobre ese horizonte cercano al futuro, cercano, en los días lejanos,
que hace los instantes de tu mañana y el mío. Me queda tiempo mucho tiempo y tus misterios, la adivinanza de tu sonrisa los enigmas de tus surcos, la profundidad de tus miradas y tu silencio, la cábala de tu sexo la matemática de tus montes, que me eleva en los orgasmos de tu ecuación. Me queda tiempo, mucho tiempo, soles y universos de un breve infinito, y una insignificante eternidad, constelaciones y estrellas los esporádicos cometas de mis besos, en el deseo de tu pensamiento. Aun me queda tu vida y mucho tiempo y todos tus restos, tus vivos, tus amigos y todos, todos tus muertos, tus cenizas y mis huesos, un diablo que me maldice y un dios muerto, que queda tiempo y tú siempre vivo, presente. De ti me queda, morir a cada instante, cada día, cada mañana, cada aurora, en el rocío de tus ojos, muriendo en tu vida renaciendo en la muerte. Aun me queda tiempo mucho tiempo, para quererte, lo mucho que no te he querido, sin conocerte.
que ahora sueña que ahora duerme. Me queda tiempo y cementerios en el cáncer del tiempo, una lápida abierta, con mi cuerpo y el epitafio de nuestra identidad, tu nombre y el mío, me quedan constelaciones, las cenizas de la luna en mis ojos y un panteón de estrellas y tú, en el centro. Aun me quedan soles muchos soles, para descubrir tu luz, las alas de tu alma, las risas de tu espíritu, sobre ese horizonte cercano al futuro, cercano, en los días lejanos,
que hace los instantes de tu mañana y el mío. Me queda tiempo mucho tiempo y tus misterios, la adivinanza de tu sonrisa los enigmas de tus surcos, la profundidad de tus miradas y tu silencio, la cábala de tu sexo la matemática de tus montes, que me eleva en los orgasmos de tu ecuación. Me queda tiempo, mucho tiempo, soles y universos de un breve infinito, y una insignificante eternidad, constelaciones y estrellas los esporádicos cometas de mis besos, en el deseo de tu pensamiento. Aun me queda tu vida y mucho tiempo y todos tus restos, tus vivos, tus amigos y todos, todos tus muertos, tus cenizas y mis huesos, un diablo que me maldice y un dios muerto, que queda tiempo y tú siempre vivo, presente. De ti me queda, morir a cada instante, cada día, cada mañana, cada aurora, en el rocío de tus ojos, muriendo en tu vida renaciendo en la muerte. Aun me queda tiempo mucho tiempo, para quererte, lo mucho que no te he querido, sin conocerte.
En esta noche de multitudes con usted y mis
deseos mis sueños y yo, quiero en la privacidad
más absoluta que no se ruboriza, oralmente, hablar con sus labios. Ascender a la cúspide de su boca, y sin preámbulos que distraiga, lo que de usted ansió, orar con su fuente
desde el púlpito de su pelvis. En mi salado placer por besarlo, incitaré sus gemidos, tentaré la agitación de su ingle, arqueando su espalda doblegada y complaciente. Apaciguaré sus latidos en caricias jugando con mis dedos, y de nuevo, salada y excitada mi lengua lo rozará, haciendo el cariño de sus orgasmos. Adentraré, lingüístico más abajo del verbo
del pretérito perfecto de sus cavidades, donde nace el mar del flujo de la vida. Ardua, compleja, laboriosa será mi oratoria, insinuante, lasciva, impúdica provocadora y premeditada, y bocajarro, me derramaré en sus entrañas fundidas. Invocaré sus perversiones
y placeres, alentando los espíritus de su sexualidad, subyacente en su sensualidad.
más absoluta que no se ruboriza, oralmente, hablar con sus labios. Ascender a la cúspide de su boca, y sin preámbulos que distraiga, lo que de usted ansió, orar con su fuente
desde el púlpito de su pelvis. En mi salado placer por besarlo, incitaré sus gemidos, tentaré la agitación de su ingle, arqueando su espalda doblegada y complaciente. Apaciguaré sus latidos en caricias jugando con mis dedos, y de nuevo, salada y excitada mi lengua lo rozará, haciendo el cariño de sus orgasmos. Adentraré, lingüístico más abajo del verbo
del pretérito perfecto de sus cavidades, donde nace el mar del flujo de la vida. Ardua, compleja, laboriosa será mi oratoria, insinuante, lasciva, impúdica provocadora y premeditada, y bocajarro, me derramaré en sus entrañas fundidas. Invocaré sus perversiones
y placeres, alentando los espíritus de su sexualidad, subyacente en su sensualidad.
Y de rodillas, ante el delicado saliente
oraré, la más pagana de las oraciones, el rezo placenteramente más largo y
pervertido, donde el diablo se refugia entre sus ingles, y dios se esconde
entre sus piernas con la excusa de la creación. Y cuando perdida su fortaleza,
sus guerras y sus batallas su cuerpo y su alma, grite, desde lo más hondo de su pecho, grite, los orgasmos que la distancia, calla. Le rogaría, dejase la puerta de su casa abierta, para concluir con usted lo que en mis sueños dejemos, a medias.
sus guerras y sus batallas su cuerpo y su alma, grite, desde lo más hondo de su pecho, grite, los orgasmos que la distancia, calla. Le rogaría, dejase la puerta de su casa abierta, para concluir con usted lo que en mis sueños dejemos, a medias.
Hoy, he maldecido toda creación que me lleva
a usted, al infinito que lo olvida en mi brevedad, al tiempo, la eternidad la
muerte, mis huesos, las cenizas que hace el barro que lo forja en usted. He
maldecido el maldecir lo que maldice el silencio. Ese ruido suyo constante en
mi pensamiento. Es cuanto, lo que lo pienso que pienso, luego existo teniendo
su razón de ser que si vivo y respiro me maldigo de no ser en usted.
Créame, he maldecido el llanto de mis cristales, mi ventana, la puerta, la calle
la maldita esquina, donde se extingue su sombra tras el ocaso de mis días, el asfalto de su avenida, los cerrojos de su puerta, los cristales de su ventana sin la lucidez de su transparencia. Me he maldecido al verlo y amordazarme, callar la consecuencia de su presencia, escucharlo y ser ausente en la grabadora de mi mente, admirarlo y cegarme el sol acalorando mi sombra. He maldecido el sigilo de seguirlo y no detenerlo, ser camuflaje ante sus ojos inadvertido en sus risas, camaleónico en sus miradas invisibles a su enamorado instinto. He maldecido la luna nueva que es anciana que no es vieja, eternamente doncella bajo el cielo de su casa, la farola mortecina que lo baña con su luz. Créame, he maldecido
mis pecados y errores, el universo y la muerte, las estrellas, hasta la saciedad, al dios que me maldice y maldice mi corazón, por no rogarle mi humilde perdón. Maldígame si le complace
o martiríceme en su silencio, que los errores en el amor no son experiencias son, rotundos errores.
Créame, he maldecido el llanto de mis cristales, mi ventana, la puerta, la calle
la maldita esquina, donde se extingue su sombra tras el ocaso de mis días, el asfalto de su avenida, los cerrojos de su puerta, los cristales de su ventana sin la lucidez de su transparencia. Me he maldecido al verlo y amordazarme, callar la consecuencia de su presencia, escucharlo y ser ausente en la grabadora de mi mente, admirarlo y cegarme el sol acalorando mi sombra. He maldecido el sigilo de seguirlo y no detenerlo, ser camuflaje ante sus ojos inadvertido en sus risas, camaleónico en sus miradas invisibles a su enamorado instinto. He maldecido la luna nueva que es anciana que no es vieja, eternamente doncella bajo el cielo de su casa, la farola mortecina que lo baña con su luz. Créame, he maldecido
mis pecados y errores, el universo y la muerte, las estrellas, hasta la saciedad, al dios que me maldice y maldice mi corazón, por no rogarle mi humilde perdón. Maldígame si le complace
o martiríceme en su silencio, que los errores en el amor no son experiencias son, rotundos errores.
Templé el chocolate y lo vertí sobre tu
hermosa silueta. No necesitabas nada más, eras perfecto pero igual lo quise
hacer. Esparcí delicadamente el viscoso y oscuro placer. Toqué tus piernas con
deseo irrefrenable y juvenil. Te gustó y seguí. Tu espalda se oscureció de a
poco y tus muslos terminados brillaban sensuales y perversos. La lava ardiente
regó tu valle mientras mordías tus labios esperando más. De las colinas
descendió el mar y lo cubrió todo con aroma a plenitud. “Chocolate”, te llamé y
no entendiste, te besé con una furia incontenible. Para vos quizá solo fue una noche de amor más.
__Desde que te vi, le prometí a mi alma que
pronto te besaré. Con mis resabios de recuerdos tú me dejas, cuando me miras y
te sonrojas y llegas tú, como una mariposa rosa llena de candor, labios de rosas
rojas. No te amo en la necesidad de retenerte, porque nunca te tuve. Quiero mío
el milagro cierto que me lleve indefenso, a tu amor y ternura en el crepúsculo
de tu aliento fresco y dulce, cuando te bese con premura. Yo no quiero robarte
un beso, lo quiero apasionado, tibio y tuyo. Y lo sientas entre nuestras bocas,
donde mi otoño morirá en tu primavera entre el temblor de las caricias en
nuestros cuerpos, ya rotas mis quimeras. Eres como un sol naciente, que ilumina
el ocaso de mi vida. Vas a rendirte a mi amor entre la dulce obsesión de mi
ternura palpitante cuando abrace tu cintura, con mi boca en tu cuello,
suavemente. Te besaré y te amaré, entre tus gemidos acunados por la brisa. Me
miraré en el cielo de tus ojos, los corazones juntos latiendo en rebeldía en la
dulce sensación del amor correspondido y saber que tú, ya serás mío. Muero por
sentir casi la lluvia de tus rizos en mis manos tibias, que buscan amarte en la
alegría inesperada de mi alma, cuando cubren tu rostro transparente. Voy a
desnudarte en una penumbra tibia, dulcemente apasionado. Verte y sentirte será
un sueño, un dulce desatino que deslumbrará mi vida aquella de los otoños
perdidos, yo renaciendo entre mis cenizas, vida mía. Poseerte será como
naufragar en un mar calmo, como tus ojos. Un canto a la pasión pura y desatada,
entre senderos de amores y deseos y bebiendo tu mirar tembloroso de gozo, de
tus pupilas de mar y de cielo. Y así será, amor mío, en alguna tardecita dulce
y diferente. Me haz de dar tus besos, caricias y pasión, y yo te amaré así,
serenamente y extasiarnos en el delirio del amor correspondido, contigo, para
siempre. Amor, cuando te di el primer
beso, ya supe que me robabas el alma.
__Viajero
de mundos fantásticos, hechicero de encantos eternos, que en la línea que separa
la distancia y el tiempo, tú has detenido una vida, mi vida... en un eterno
momento; y hechizado me tienes a los pies de tus sueños, dulce hechizo que me
tiene enredado en tu pelo, ahí, ahí tan cerquita del cielo; hechicero me
embrujaste con tu negro cabello, sin ningún antídoto mágico que me brinde
consuelo, que me libere del más dulce hechizo, del hechizo inmortal de tus
besos; y encantado en un sueño perpetuo, no sé si será obra de tu dulce
hechizo,
o será... o será que con el alma te quiero.
o será... o será que con el alma te quiero.
_ ¿Quién
es el hechicero? _dijo Fabián que entró sin pedir permiso.
__!
Hijo! ¿Qué haces acá?
__Viene
a ver por qué ya ni te asomas por casa, papá.
__
Hijo, lo sabes, hasta Valeria lo sabe, yo no amo a Ana, estoy separado, y
cuando nazca el nene voy a divorciarme.
__
¿Estás viviendo con otra mina? ¿Es eso papá? Pedro te cubre, ¿verdad?
__No.
Yo…
__Pedro,
déjame con mi hijo, creo que es grande, inteligente y es hora de que sepa la
verdad.
__No
hace falta que lo eches para decirme que tienes una vida paralela, hace rato
que se nota… demasiado. ¿Quién es?
__No
hay otra mujer, Fabián.
__Basta,
viejo, está por nacer mi hijo, tu nieto,
no puedes engañarme con cuentitos _afirmó el hijo__. Sé que no amaste nunca a
Ana, pero antes éramos algo, una familia al menos unida por cariño, ahora vives
en otra parte que desconozco.
__Antes
soportaba, aguantaba, ¿sabes las cosas que le aguanté a Ana?
__Lo
sé, y ella a vos supongo.
¿Qué
puede ser peor que una amante? ¿Acaso tienes más hijos?
__Qué
dices, por supuesto que no, sos mi único hijo.
No
hay otra mujer, estoy enamorado, pero de un hombre, soy gay Fabián, y no es algo que pensara siquiera decirte
alguna vez, porque hace a mi intimidad sexual.
__
¿Qué? Pero, Pedro y Beto lo saben, ¿porque lo saben no? ¿Por eso te mudaste?
__Hijo,
no tengo por qué dar explicaciones, pero ya que deseas saber, por años no deseé
ni pensé en divorciarme de Ana porque llevaba mi sexualidad a escondidas, con
relaciones de un rato, a lo sumo de una noche, y supongo que era bueno regresar a casa, vos
eras chico, me gustaba compartir tiempo con ustedes, pero ahora como dijiste
sos un hombre, y ya no soporto a tu madre, ya no tengo qué decirle, y me
enamoré. Yo no creía en el amor, pero me enamoré.
__
¿Por qué mientes así? ¿Por qué inventar algo tan… tan sucio para explicar el
porqué te fuiste de casa?
__No
es sucio, lo sucio y falso es seguir con Ana, amo a Pedro.
La
mirada de Fabián se escoció en lágrimas y la mirada paseó desde el rostro
anhelante de su Padre al de Pedro que le
sostuvo la mirada.
__
¿Ustedes son…?
__Nosotros
nos amamos, y queremos algún día casarnos, Fabián sos grande, un hombre, debes
de conocer a decenas de gente como nosotros, y matrimonios gais, ¿verdad?
__
¿Y Camila y esa fantochada de que ibas a casarte? _le espetó a Pedro.
__No
la amo, Fabián, suspendí la boda, y hoy ella sabe la verdad.
__
¿Quién más lo sabe? ¿Todos menos yo? ¿Ana? No, ella no.
__Sí,
Ana también _reconoció Guillermo al tiempo que Fabián se echaba a llorar y
retrocedía.
__
¿Cuándo pensabas decírmelo? Pasaron más de veinte años mintiéndome, los dos
mintiendo.
__Hijo,
piensa, es algo que pasa, uno no controla el amor, no elige, es un caos, es
azar, no pude amar a tu madre, y a ninguna mujer, pero a vos sí te amé y quise
intentarlo, al menos mientras fuiste un nene un tiempo funcionó, para vos
funcionó.
__Vete
a la mierda, papá, ¿y por qué ahora lo
dices?
_Porque
no quiero seguir mintiendo, ni a vos, ni a mi nieto, y porque algún día, quiero
casarme, ser feliz, con quien amo.
__
¿Cuántos fueron?
__No
Fabián, de eso no voy a hablar con vos, eso no.
Hijo,
piénsalo, háblalo con tus amigos, por favor, no cambia nada para con vos,
entiende.
Fabián
se enjugó las lágrimas con la remera, y a pasos lentos sin dejar de mirarlos,
abandonó el despacho.
Cuando subieron al automóvil para regresar a
la casa, Pedro no puso en marcha el motor y se quedó mirándolo. Deseaba pedirle
tantas cosas que no se atrevía a pronunciar.
__
__Llamas
mi atención, en mis pensamientos, entre mis manos sin sentirte abrigada te
tengo, dominas mi imaginación obligándome a verte donde no estás y al alcance
de mis sentidos, pero siéndome ajena vistiendo el alma de otra mujer… es esto
necesidad de ti, te vuelves mi luna y yo tu adorador que, con desesperación en
las noches te busco en el espacio del cielo.
Como
melodía que el alma relaja, mis turbulentos momentos de silencio tu voz los
aplaca, entras en mis sentidos calmando los torrentes que la angustia y las
ansias aceleran, así como distante la luna domina y regula las mareas, así
dominas mi razón y corazón, regulas entre ellos la disputa diaria de los
sentidos, logrando en un ese instante que dices presente, escuchar de ellos una
sola voz diciendo amor eres mi adoración.
Encuentro
en las líneas de tu rostro, el paisaje perfecto donde despertar cada mañana,
descubro en tu mirada, ese tu amor que me viste y nutre cada día de ternura,
así como en el mar, en las noches el brillo de la luna marca su calmo oleaje,
es así como tan solo buscarte en un recuerdo o tan solo traer tu nombre, me
viste todo de amor.
Así
te encuentro inalcanzable como la luna, pero presente, allí donde vuelco la mirada te encuentro,
apenas visible en el día y dominando por completo la noche, te siento, te vivo
y te veo, como la luna que allí colgada está en la soledad de la noche, así
inalcanzable pareces estar, mas así distante me ilumina y me nutre, me consume
y le da sentido a mis horas, esta fuerza invisible, poderosa, que es la fuerza
de nuestro amor.
__Hacía
tanto tiempo que no abría mis libretas de versos y poemas donde la adolescencia
hablaba, donde la inocencia quería salir a navegar por los mundos de la
adultez, mi conciencia de niña romántica y soñadora, hacía de mi la primera
actriz del reparto de cualquier escena de amor que se venía a mi mente, siempre
imaginarias claro, y hoy en el otoño de mi vida sigo sintiéndome ese personaje
tierno y romántico cuando te sueño, y me sueño en tus brazos vida mía.
En mi despertar de hoy, algo maravilloso no quería desprenderse de mí, habíamos pasado la noche juntos, tenía tu imagen delante de mis ojos, te beso de nuevo, aún tenía el sabor de tus labios en los míos, antes de que un sorbo de café invadiera mis sentidos, un buenos días amor susurrado me hizo sentir viva de nuevo, ahí estabas tú, mezclado en los aromas de café y tostadas, te regalé mi sonrisa la recogiste, y de nuevo la vida, de nuevo la aplastante verdad, de nuevo yo y mi fiel compañera la soledad me hacía compañía.
Apuro las horas, devoro los tiempos sé que nada acontecerá, la espera se hace eterna, mientras no se apura la vida me prepararé para de nuevo perderme en el paisaje de tus ojos, donde mis versos recobran vida, donde mis suspiros vuelan como polvo para anidar en ese rincón de los sueños y volver a vivir.
En mi despertar de hoy, algo maravilloso no quería desprenderse de mí, habíamos pasado la noche juntos, tenía tu imagen delante de mis ojos, te beso de nuevo, aún tenía el sabor de tus labios en los míos, antes de que un sorbo de café invadiera mis sentidos, un buenos días amor susurrado me hizo sentir viva de nuevo, ahí estabas tú, mezclado en los aromas de café y tostadas, te regalé mi sonrisa la recogiste, y de nuevo la vida, de nuevo la aplastante verdad, de nuevo yo y mi fiel compañera la soledad me hacía compañía.
Apuro las horas, devoro los tiempos sé que nada acontecerá, la espera se hace eterna, mientras no se apura la vida me prepararé para de nuevo perderme en el paisaje de tus ojos, donde mis versos recobran vida, donde mis suspiros vuelan como polvo para anidar en ese rincón de los sueños y volver a vivir.
Esta
noche beso tus labios, palpo tu
esencia, mientras sigo entrando en
ti, como se entra en un libro
abierto y en él escribí toda mi
pasión, cuando nos amamos a la luz de la
luna hasta que renació el sol del amanecer, con nuestros cuerpos extasiados de
placer.
Gaby
se quedó dormida en los brazos continentes de Alberto, y olvidó la cita del día
siguiente, al menos por unas horas.
04
de diciembre.
Estás
a mi merced, dulcemente entregada como un lienzo en blanco donde plasmar mis
fantasías, donde pintar con mis besos un collage al óleo de tus pulpas.
Me
recreo en tu desnudez pagana, tus cabellos desbocados, tus ojos encendidos, tus
pechos galopantes cual jóvenes gacelas tu vientre jugoso y palpitante. Y mojo
el pincel en tu acuarela
perfilando tu cuello torneado, tus labios de guayaba, los racimos maduros que se abren al roce de mi aliento mientras mis dedos hacen brotar las fuentes cristalinas.
perfilando tu cuello torneado, tus labios de guayaba, los racimos maduros que se abren al roce de mi aliento mientras mis dedos hacen brotar las fuentes cristalinas.
Tu
piel palpita ansiosa y los muslos me ofrecen tus secretos profundos mientras
tus manos buscan el pincel tembloroso y acarician su recia empuñadura
pidiéndome que empiece perfilarte, pero en la paleta aún faltan mil matices y
la tela aún huele a tela nueva,
deslizo mis dedos por tu monte sagrado, y desciendo al geiser ardiente que hierve a los acordes de mi mano.
deslizo mis dedos por tu monte sagrado, y desciendo al geiser ardiente que hierve a los acordes de mi mano.
Entonces,
tus claveles reventones se abren en la cima de las blancas colinas, tu aliento
huele a licor de fuego y tu piel se encrespa al roce de mi lengua. Es el
momento, mi pincel se baña en tu paleta mientras mis labios, mis manos y mis
dientes dibujan, pintan, moldean y desgarran a una nueva mujer un nuevo cuerpo que tiembla, se encrespa,
gime y se derrama prendida al caballete de mis piernas hasta quedar en el
lienzo eternizada.
__Todo
irá bien mi amor, todo estará bien _dijo
Alberto estrechándola a su cuerpo.
Gaby
no quiso montar un número con la cita en el hospital, había decidido que solo
Alberto la acompañara a su cita con el neurólogo, mas Pedro y Guillermo se colaron.
Yo estaba un poco sorprendido de que la
consulta fuese un domingo, pero Guille había intervenido y había usado su
encanto __más bien había gruñido y tirado de algunos hilos, porque conocía a
alguien en el consejo directivo del hospital, clientes, dijo__para conseguir
que el neurólogo viera a Gaby lo antes posible.
Mientras ella se preparaba, Isabel y Marcos se
quedaron, estábamos los cinco sentados mirado el reloj, Alberto no paraba de
pasearse de un lado al otro o de ir a ver si ella necesitaba algo. Guille
preparó un poco más de café.
Dos
horas después Alberto tenía los ojos cerrados tan fuerte en expresión de
preocupación que Solange se dio cuenta y le apretó la mano. Guille lanzó a su
ahijada una sonrisa de gratitud y yo le besé el pelo con el corazón dolorido,
era tan encantadora como las que nos preocupaba a todos.
Se
abrió la puerta. Al fin fue con sus padres.
Todos
nos levantamos de un salto. Bueno, Marcos no, se levantó atontado y casi se
cayó.
Aída entró en la sala primero pero no logramos
calibrar su expresión. Miré detrás de ella para ver a Osvaldo con un brazo en
torno al hombro de Gaby, ella eligió entrar con sus padres, y juré por Dios que
tenía que contener las lágrimas.
__ ¿Qué
ha pasado? __Alberto avanzó hacia ella y su padre soltó temblorosamente a su
hija.
Ella
se hundió en el costado de Alberto y sonrió temblorosamente.
__Vamos
a sentarnos. Me explicaré.
__Prepararé
un poco de té. __Isabel asintió con la cabeza y salió con Aída de la sala en la
que estábamos sentados todos al borde del asiento.
Gaby
suspiró profundamente.
__La
buena noticia es que mi tumor es en realidad un pequeño quiste con dos tumores
dentro. Está en la superficie del lado superior derecho de mi cerebro, así que
pueden biopsia lo y extirparlo todo. El doctor cree que lo más probable es que
los tumores sean benignos. Cree que llevan mucho tiempo allí y que lentamente
se han hecho más grandes y que hay que extirparlos por razones obvias. Los
estudios que muestran todo el cuerpo son normales, no hay propagación como si
fuese maligno. Tengo programada la cirugía para dentro de dos semanas, antes si
se produce un lugar, y harán una biopsia de los tumores. __Gaby sonrió, con los
labios temblando un poco__. Estoy un poco asustada por la cirugía, pero el
doctor estaba muy seguro y ha dicho que el riesgo en esta clase de cirugía es
de alrededor de un dos por ciento y que la probabilidad de que el tumor sea
canceroso es realmente pequeña.
Todos
soltamos el aire al mismo tiempo y el alivio
nos arrolló como una enorme ola
que casi nos tiró de las sillas.
Guille
corrió hacia ella antes de que nadie más pudiera llegar excepto Alberto que la sostenía sentada en sus rodillas, y la abrazó
hasta que ella le dijo que no podía respirar, y en tanto todos se daban ánimos
diciendo que Gaby estaría bien, sobre todo a Solange y a Cuca. Guille
finalmente dejó a Gaby en brazos de mi hermano con un sonoro beso en la frente,
y antes de que pudiese recuperar el aliento la pobre tenía a Alberto besándola
en la boca delante de todos, el rubor que la hacía adorable la convertía en más
bella. Un beso de verdad. Valiente.
__Bueno, ya era hora _dijo Osvaldo con un suspiro y
Aída sonrió.
Gaby
se rio en la boca de Alberto al oírlo. Obviamente se estaba dando cuenta de que
había tenido razón desde el principio. Ella y Alberto habían sido cualquier cosa
menos sutiles durante los últimos meses.
__ ¿Cuál
es la gracia? __preguntó Isabel
volviendo a entrar en la sala.
Aproveché
la oportunidad para atraer a Gaby a mis brazos.
__Las
peores veinticuatro horas en mucho tiempo, amiga.
Se
echó atrás para mirarme.
__Siento
haberlos hecho pasar por esto, y más a ti.
Suspiré
profundamente y a continuación miré el té y el café que Isabel había traído a
la sala. Le lancé una mirada de disculpa que decía:
__Creo
que no es lo bastante fuerte.
__ ¿Tienen
algo más fuerte en esta casa? _replicó Isabel.
__La
verdad es que no. __Miré Gaby__. Pero aquí al lado hay un pub y todavía no
hemos ido. A lo mejor es un buen momento. Creo que cabe la posibilidad de que
haya algo más fuerte.
__A
mí me parece bien.
__Y
a mí _dijo Guille.
__Tenemos
a Solange y a Cuca _se quejó Isabel.
__Les
dejan tomar una gaseosa y a la nena
entrar si va acompañada de un adulto.
Isabel
no parecía demasiado convencida.
Sonreí
de manera tranquilizadora.
__Es
solo una copa de celebración.
Al
fin todos estuvieron de acuerdo y salimos. Alberto le había pasado a Gaby un
brazo por la cintura, y ella se había pegado a él con aspecto asombrosamente
feliz para ser alguien que tenía que someterse a cirugía mayor en pocas semanas.
Aunque claro, durante cuarenta y ocho horas
casi habíamos estado convencidos de que tenía cáncer solo para descubrir
que probablemente no lo tenía y por supuesto tenía a Alberto justo donde lo
deseaba.
Eso nos dejó a Guille y a mí en último lugar,
y tuve el primer anticipo de lo que había querido decir antes. Sus dedos
rozaron la parte de mi espalda para sacarme de casa, era como si además de necesitar
vernos, besarnos no pudiéramos dejar de tocarnos, la energía y el poder que
emanaba su cuerpo era mi droga, pero lo hizo de forma tan deliberada que no
tenía gracia.
Él
sabía lo sensible que era yo en esa parte.
Traté
de contener el temblor al volverme para cerrar la portezuela de la verja, pero Guille
se interpuso en mi camino y colisioné con él.
__lo
siento._ Se rio, moviéndose lentamente de manera que mis pezones erectos
rozaron su pecho.
Sentí
que se sensibilizaban y dolían y me estremecí por el calor que pulsaba entre
mis piernas, esa era la energía y el efecto que su cercanía me causaba.
__ Por
supuesto.
Guille
rio con delicadeza cuando yo me agaché para
cerrar la puerta y entonces sentí que su sombra caía sobre mí. Levanté la mirada
por la derecha y vi su mano apoyada en la puerta junto a mi cabeza. Me retorcí
para mirarlo solo para descubrir que se había ovillado en torno ahí.
__ ¿Te
ayudo?
Entrecerré
los ojos hasta convertirlos en ranuras.
__Atrás
antes de que convierta tus mayores dones en un llavero.
__Pedro,
tienes que saber que cuando dices esas cosas haces que te quiera más todavía,
que luego de que operen a Gaby tendremos ese viaje y al regreso compraremos un
departamento, ya quiero tener algo privado y nuestro.
__Deja
de correr que pareces un villano acosador ahora mismo.
__No
me importa lo que parezca sino que funcione.
__No
está funcionando.
__Unos
días más y lo hará. __Me plantó un beso rápido en la mejilla junto a la
comisura izquierda, y me tenté de ladear la cabeza para que aterrizara en mis
labios, aunque no lo hice y se alejó abruptamente antes de que pudiera matarlo.
__Vamos
chicos _nos llamó Gaby desde más adelante, ya en la acera. Los demás ya debían
de estar dentro __. ¿Por qué demoran tanto?
__Pedro
me estaba suplicando sexo, pero le he dicho que era un momento inapropiado _respondió
Guille en voz alta, causando que los transeúntes se rieran.
Furioso
con él por infinidad de razones, me apresuré a unirme al resto desde la entrada
de la casa.
__No
te preocupes, amor _respondí con voz igual de alta, tengo un juguete que lo
hace mejor. __Dicho esto, entré en el pub donde debería callar adelante del
grupo.
Y aunque
era una actitud inmadura _ y sí altamente inapropiada considerando la razón por
la que íbamos a tomar una copa__, no pude evitar sentir satisfacción de haber
dicho la última palabra por una vez.
__ ¿Podemos
unirnos al grupo? __La voz llegó desde atrás y al volvernos, descubrimos a
Fabián y a Valeria, seguramente nos vieron salir desde la casa, pero al sonreír
supimos que estaba todo bien. Y luego lo corroboraron yendo a dar un beso a
cada uno, me quedé sin palabras por el
nudo de emoción cuando observé el abrazo padre- hijo.
06 de diciembre de 2016.
La contemplé en la distancia; ella se asemejaba la madreselva: imitaba sus movimientos y sus cabellos danzaban al vaivén de la brisa, mientras unos cachorros lobatos cruzaban por su lado.
Las hojas que caían de los árboles, parecieran querer entapizarle el piso para que no fueran a sufrir sus pies.
La alborada era perfecta a propuesta de amor y la conquista de un corazón bizantino.
Pero ella, era sirena encantada y al más leve movimiento se podría asustar y lanzarse al agua porque esquiva y seductora tenía la agilidad y belleza de un lince.
Tan extasiado estaba con su belleza corpórea, que allí escondido me consolé con solo verla en la distancia mientras mi corazón se aceleraba, y solo me atreví a decirme para mis adentros mientras extasiado observaba su silueta.
Los ruidos de la calle no perturban el silencio omnipresente del que descansa en su morada, como las sombras de la montaña no asustan a sus huéspedes que por naturaleza conocen la madreselva.
Mujer de beatitud suprema; así estás tan bella con extrañas radiaciones en sus ojos de vidente, que al más leve movimiento me delatarías y no volvería a verte en mi vida porque la magia se esfumaría, y el encanto tiene su precio difícil de ganar un simple admirador; se requiere de avidez, tiempo y astucia e ingenio para llegar a ti.
Por ahora me doy por bien servido; porque ni los pájaros ni las brisas del valle aletean perturbando el panorama, temiendo perturbar la hermosura contemplada.
Lejanos y oscuros atavismos de mis pensamientos rebeldes; haz de mí la resistencia y el coraje a la tentación de poseer lo inalcanzable, porque lo mágico suele esfumarse al más leve y brusco movimiento extraño.
Osiris de pasión que sin ser Medea; llenas espacios de amor conjugado en las vicisitudes de un profeta enunciado, dame por caridad un poco de la mágica luna para poseer tu cabellera a la que con el más grande amor haré brillar para visión y arco iris desplegado ante los presentes que hoy te honran contemplando el verdadero amor.
Urge que me unjas con tu amor para saciar la sed de mi corazón de eterno enamorado, haciendo de mi cuerpo tu voluntad para profética estadía en tu reino. Te amo Gaby, cuando todo haya pasado, fijaremos fecha para casarnos.
__
Amanece
y mi cuerpo aún guarda los vestigios de la noche vivida, mis labios aún
adormecidos,
recuerdan el sabor de los tuyos, aún me parece sentir tu respiración y en mis oídos aún retumba la música de tus gemidos, las sábanas continúan húmedas, por la loca noche de pasión, y el aroma de tu piel permanece grabado en la almohada, mas esa noche mágica, esa noche de locura, de placeres y de pasión desenfrenada, desapareció, porque cuando amaneció, tú ya no estabas, te desvaneciste como la tenue luz de la luna, que ingresaba por la ventana, miro a mi alrededor, te llamo y no escucho nada, tan solo el mudo silencio,
tan solo pido que me despejes esta duda que me carcome, porque no sé si este encuentro ha sido verdad o solo fantasía o tan solo me limito a ser prisionero del éxtasis de una noche inolvidable. Cierras los ojos, muerdes tus labios, intentando ahogar los gemidos, mientras mis traviesas manos comienzan a reconocer tu cuerpo, los suspiros y los latidos aumentan, el corazón parece estallar, la respiración se agita, cuando mis labios se deslizan temblorosos, sobre tu candente piel, bebiendo el néctar de cada parte de tu cuerpo, ya no hay límites,
todo fluye, tu piel es mi piel, tu sudor se confunde con el mío, nuestros cuerpos entrelazados en una sola y silenciosa forma, lo mejor acaba de comenzar, y estamos en el límite de la excitación, lo que viene después. Siente mi piel con tus manos, provocaré mil latidos, te
erizaré la piel con la miel de mis labios, vuélveme loco con tus morbosas y ardientes caricias.
Aprisióname a tu cuerpo, déjame seducirte un poco, calma mi sed con tu boca, encarcélame en tu locura. Ábreme tu alma, déjame sin aliento, quiero ser tu bello tormento, quiero que me estremezcas por completo, hasta perder la razón, hasta que desnudes tu cuerpo completo. Sedúceme sin piedad, quémame el alma con tu deidad. Tómame mi piel, desliza tus manos suavemente en todo mi ser, te pertenezco en cuerpo alma, aniquila todo esto. Soy tu pecado, tú mi seducción, déjame exhausto, hasta enloquecerte, hasta dejarme sin razón, tortúrame, entre tu infierno y tu paraíso, no tengas compasión y hazme el amor. No tienes escapatoria,
porque eternamente mío serás, no te dejaré escapar ni un segundo, solo sedúceme, solo tómame, disfrútame, acaríciame, hazme tu dueño, solo disfruta toda mi esencia, que yo disfruto de la tuya.
Una nueva mañana se asoma por la ventana. Despierto y tú estás en mi cama, qué rico
Es despertar en tus brazos, qué deleite besar tus labios, exquisita miel tiene tu boca que me apasiona y me lleva al paraíso divino de la seducción.
Yo tomando un café después que hubo caricias, fuego, llamas de pasión y deseo por entregarte mi cuerpo, mi piel, mis caricias y mis besos, es la pasión por estar contigo entregándolo todo.
Tus ojos me desvisten el alma, tu boca me eriza la piel, es entrelazar todo, es abrigarnos
con nuestros cuerpos el frío que provoca nuestra desnudez, y tú me cobijas aunque no hace frío, hierve la sangre al sentirnos deseados, entregándonos todo.
recuerdan el sabor de los tuyos, aún me parece sentir tu respiración y en mis oídos aún retumba la música de tus gemidos, las sábanas continúan húmedas, por la loca noche de pasión, y el aroma de tu piel permanece grabado en la almohada, mas esa noche mágica, esa noche de locura, de placeres y de pasión desenfrenada, desapareció, porque cuando amaneció, tú ya no estabas, te desvaneciste como la tenue luz de la luna, que ingresaba por la ventana, miro a mi alrededor, te llamo y no escucho nada, tan solo el mudo silencio,
tan solo pido que me despejes esta duda que me carcome, porque no sé si este encuentro ha sido verdad o solo fantasía o tan solo me limito a ser prisionero del éxtasis de una noche inolvidable. Cierras los ojos, muerdes tus labios, intentando ahogar los gemidos, mientras mis traviesas manos comienzan a reconocer tu cuerpo, los suspiros y los latidos aumentan, el corazón parece estallar, la respiración se agita, cuando mis labios se deslizan temblorosos, sobre tu candente piel, bebiendo el néctar de cada parte de tu cuerpo, ya no hay límites,
todo fluye, tu piel es mi piel, tu sudor se confunde con el mío, nuestros cuerpos entrelazados en una sola y silenciosa forma, lo mejor acaba de comenzar, y estamos en el límite de la excitación, lo que viene después. Siente mi piel con tus manos, provocaré mil latidos, te
erizaré la piel con la miel de mis labios, vuélveme loco con tus morbosas y ardientes caricias.
Aprisióname a tu cuerpo, déjame seducirte un poco, calma mi sed con tu boca, encarcélame en tu locura. Ábreme tu alma, déjame sin aliento, quiero ser tu bello tormento, quiero que me estremezcas por completo, hasta perder la razón, hasta que desnudes tu cuerpo completo. Sedúceme sin piedad, quémame el alma con tu deidad. Tómame mi piel, desliza tus manos suavemente en todo mi ser, te pertenezco en cuerpo alma, aniquila todo esto. Soy tu pecado, tú mi seducción, déjame exhausto, hasta enloquecerte, hasta dejarme sin razón, tortúrame, entre tu infierno y tu paraíso, no tengas compasión y hazme el amor. No tienes escapatoria,
porque eternamente mío serás, no te dejaré escapar ni un segundo, solo sedúceme, solo tómame, disfrútame, acaríciame, hazme tu dueño, solo disfruta toda mi esencia, que yo disfruto de la tuya.
Una nueva mañana se asoma por la ventana. Despierto y tú estás en mi cama, qué rico
Es despertar en tus brazos, qué deleite besar tus labios, exquisita miel tiene tu boca que me apasiona y me lleva al paraíso divino de la seducción.
Yo tomando un café después que hubo caricias, fuego, llamas de pasión y deseo por entregarte mi cuerpo, mi piel, mis caricias y mis besos, es la pasión por estar contigo entregándolo todo.
Tus ojos me desvisten el alma, tu boca me eriza la piel, es entrelazar todo, es abrigarnos
con nuestros cuerpos el frío que provoca nuestra desnudez, y tú me cobijas aunque no hace frío, hierve la sangre al sentirnos deseados, entregándonos todo.
Bajo
las sábanas estamos tú y yo haciendo el amor, eres un volcán en erupción, eres
fuego intenso, caricias, deseo y pasión, cada amanecer a tu lado es tan sublime
que me
fascina tu aroma, tu esencia, somos locura, somos dos seres que se aman sin cordura.
fascina tu aroma, tu esencia, somos locura, somos dos seres que se aman sin cordura.
Quedamos
agotados, me levanto y voy al jardín tomando un café y despertando a la vida
que me hace sucumbir, recordando lo que acaba de pasar que es lo más hermoso, y
te amo, y me das todo, gracias amor por existir en mi vida, soy feliz a tu
lado.
Reconozco
soy un cobarde. No me reuní con Emanuel y Diego a su regreso de la luna de miel
como había prometido. Le envié un mensaje de texto a Ema explicando la
situación de Gaby que no quería dejarla sola en ese momento y no los celos de
Guille. Si Emanuel pensó que era raro que no pudiera tomarme dos horas
libres para verlos, no lo dijo. Si pensaba que era raro que le mandara un
mensaje un lugar de llamarlo tampoco lo dijo.
Lo
cierto es que apenas vi a Gaby en los días siguientes, porque Alberto
prácticamente se había mudado a su casa y los dos solo salían a comer algo y
hacer pausas en el cuarto de baño.
No quería ver a Emanuel y Diego, esa era la
verdad.
Porque
no hacía tanto tiempo que le había soltado a uno la perorata para que no huyera
del otro por miedo a lo que el futuro podía depararles, y yo no estaba de humor
para un sermón por romper a cada rato
con Guille. Mi historia con él era diferente. Lo era de verdad. Vale.
Solo
estaba asustado. No, aterrorizado. Y
tenía todo el derecho a estarlo. Bastaba con ver la forma que él había
reaccionado a la situación de Gaby para saber que Guille estaba listo para una
vida dura y neurótica conmigo. Además, mi vida había sido mucho más calmada sin
su presencia. Yo rara vez me preocupaba por nada, mis emociones eran muy
estables. Tenía si no paz, al menos tranquilidad. Estar con Guillermo era
tumultuoso, y la verdad es que si pensaba en ello, era, agotador, y él pasaba
unos días con su familia, Fabián lo había llamado una noche en que el niño
parecía desear nacer. Si quitaba el sexo asombroso, lo único que quedaba era un
puñado de emociones. Preocupación de que se hartara de mí y dejara de gustarle.
Celos. Nunca había sido un novio celoso antes de conocerlo, pero ahora afilaba
las uñas cada vez que veía a alguien coqueteando con él. Miedo por él. Como si
no tuviera suficiente con preocuparme por mí mismo, ahora me importaba si él
era feliz y estaba sano. Y me importaba mucho. Me gustaba el Pedro pre-
Guillermo. Tenía agallas y era frío e independiente. El post_ Guillermo era
vulnerable y estúpidamente sentimental.
No
ayudaba que él se mantuviera fiel a su palabra. Aparecía por casa a la menor
oportunidad y aunque le decía que no, seguía viniendo como la noche que acababa
de pasar… lo ineludible.
__
__Estaba
lavando las tazas, y el tramposo taimado me vino por detrás y me abrazó por la
cintura, me besó justo ahí _ me señalé el cuello, enfadado, me lamió, me
olfateó y mordisqueó, y me embriagó en el halo de su aroma__. ¿No podía hacer
que lo internaran o algo?
La
doctora resopló.
Me eché atrás, negando con la cabeza.
__Doctora
_ la amonesté__. ¿De qué lado está?
__Del
de Guillermo.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Lily Precioso!
ResponderEliminarChikis Hermosisimooo
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Marta Bellooo...
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarNorma Precioso
ResponderEliminarRaul EXCELENTE! !!
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Martha Bello
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ResponderEliminarKausay Hermoso
ResponderEliminarMarife Perfecto
Susana BELLOOOOOOOOOOOOOO!!!
ResponderEliminarAdrianaSin palabras GRACIAS.
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Bokicvia Hermoso
ResponderEliminarAna Muy lindo 👏👏💯
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Mitzi Muy hermoso.
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Magdalena Hermoso felicitaciones
ResponderEliminarVirginia Espectacular😍
ResponderEliminarHermoso Eve...Un conjunto de emociones estremecedoras, la seducción, la maravillosa atracción que los une, en definitiva la bella locura del amor cuando es de verdad...
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