lunes, 22 de julio de 2019

ÉL CAPÍTULO VEINTINUEVE.


ÉL
CAPÍTULO VEINTINUEVE.


Bs. As. 03 de agosto de 2017.
“No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca,
sino con los ojos”. O. K. Bernhardt.
"Dicen que el hombre no es hombre, mientras no oye
su nombre, de labios de una mujer". Antonio Machado.

__Era el aniversario… de la muerte de los chicos. Siempre voy y enciendo velas por ellos y los míos… por mi padre. De repente apareció ella como una visión.
__ ¿Está enamorada de usted, de ese hombre muerto, de… quién? _preguntó.

__Responde Camila __la sorprendió la voz de Pedro seguida de la presencia de su esposo con Guillermo, llevaban una hora oyendo la confesión, era tiempo de darle explicaciones a… él.

__Responde Camila _ exigió, Pedro__ ¿A quién ama esa mujer y qué significa ella en tu vida?     

__Pedro… mi amor. __Camila corrió y se abalanzó a los brazos de su esposo colgándose de su cuello rompiendo a llorar copiosamente__. Al fin estás aquí, alguien que pueda ayudarme, entenderme.

Pedro estaba pálido y aristocrático, bello vestido de traje negro, espléndido aunque con una tristeza profunda en la mirada y ella seguía descalza y en bata, escudriñando su expresión con el rostro anegado. Él permaneció un buen rato estrechándola sin decir nada hasta que al fin se apartó.
__Te hice una pregunta Camila.
__No lo sé, no sé a quién ama Nancy, lo juro—balbuceó __. ¿Estás bien? ¿No te hicieron nada?

__Estoy bien.  Lo sé todo, Camila no hace falta que sigas fingiendo o evadiendo, ahora es necesario que cuentes todo __ dijo con una frialdad que la estremeció.

__ ¿De qué hablas?
__De lo que acabas de confesar al fiscal, de tu pasado de mierda con ese tipo y esa mujer… todo.
__ ¿Quién…? __ La mirada de odio que Camila destinó a Guillermo le hizo despuntar una sonrisa. __Tenías que decirle todo ¿verdad basura?

__ ¿Quién si no yo, Camila?  Pedro te preguntó algo,  yo más que lo que sienten vos y esa enferma quisiera saber cómo es que entró acá, ¿qué hablaste con ella sin denunciarla que expuso a los chicos? __interrogó imperturbable, Guillermo.

Buenas noches Olazábal.
__Buenas noches Graziani, la señora estaba refiriéndome los hechos.
__Escuchamos todo, encantado…  Pedro Beggio. __Pedro extendió la mano al fiscal dejando sola a Camila que bajó la mirada, y caminó  con pasos inseguros hacia el living.

__Cuando se sienta en condiciones quisiera hablar con usted _dijo Olazábal.

__Camila estuve meses lejos de mi casa, casi muerto sin ver a mis hijos dejando abandonada mi carrera porque esa loca era una amenaza,  ¿me puedes decir en qué mierda estabas pensando cuando la dejaste salir de acá sin llamar a la guardia, a la policía? __la increpó Pedro.

__No lo sé, simplemente no lo sé,  no sé cómo entró…  tal vez ya los guardias estaban neutralizados, me sorprendió en el jardín,  al principio pensé que deliraba, es que solo ella y yo entendemos lo que significan estos días,  este aniversario. Pedro, yo quise contarte todo esto antes de casarnos y me dijiste que no te importaba mi pasado.
__Porque no pensé que fuese tan sórdido mujer, por Dios. ¿Y si nada de lo que pensamos en enero fuera así? ¿Si esa mujer está enamorada de ti?, ¿y si nunca quiso secuestrarme,  si esa bala estaba destinada a mí para llevarse al nene y tenerte a ti? ¿Qué mierda dijo?
__ No sé,  algo como que  deberíamos volver a estar juntas, que solo nosotras podríamos entender lo que sucedió y el dolor de las pérdidas, que podríamos… vivir juntas. Pero antes dijo que yo no merecía tener tres hijos y un hogar contigo, y se enfureció, me dijo que por qué yo sí y ella no. Pedro ella me culpa de haber perdido a su hijo hace años, de quitarle al amor de su vida y tal vez tenga razón. Y  luego habló de que tenemos un enemigo en común por Guillermo que nos robó al hombre que amábamos, y no creí que fuese ella la autora ni de lo de enero ni de nada ahora,  no sé, la vi destruida,  triste.
__Por Dios mujer, meses tras ella y la dejaste escapar, no avisaste a nadie no llamaste a nadie, expusiste a los chicos.
¿Por qué no la entregaste cuando se vieron en la iglesia?
__Porque fuimos por el aniversario de la muerte de nuestros hijos, porque nada en ella me hizo pensar en que fuese una amenaza,  porque hace meses me expusieron en el shopping para atraerla y no hizo nada y simplemente pensé que no era culpable.
__Pero lo es, es una manipuladora, una psicópata.
__Camila _intercedió Matías __ me decía que tuvo la impresión de que esa mujer la amenazaba ¿qué le dijo exactamente?

__Me dijo que podría arrebatarme algo que amara mucho para que yo fuese por ello y me quedara con ella, pero simplemente creo que no fueron más que palabras,  lo prometo, Pedro, por momentos no sé si hablaba de ti o de mí, me dijo que me arrebataría a los niños para obligarme a regresar con ella para terminar con la gente que nos hacía daño, con nuestro enemigo….
__Es decir conmigo _ dijo Guillermo negando con la cabeza.

__No le creí, porque al momento me pidió perdón, me dijo que el tío la esperaba y me pidió fuéramos juntas al concierto como cuando te conoció.
__ ¿Entonces?
_Y estaba aturdida, me tomó por sorpresa, quería poner a salvo a los chicos,  le dije que fuera ella primero que tenía que cambiarme y que la vería allí, porque pensé que iría y que caería en la trampa. Había discutido con Alberto,  sabía que él no  estaba, quise alejarla de la casa y para cuando  reaccioné ella había asentido en encontrarnos allá, y ya no estaba, y no sé qué mierda hice.
__ ¿De veras no lo sabes? _ gritó, Pedro __. Le entregaste a los chicos, eso hiciste,  la tuviste a tu lado y no llamaste a nadie, no la entregaste cuando la viste en la iglesia,  la protegiste. ¿Es tu amante, Camila?

__! No!
__Hijita __terció Orestes que estaba detrás desde que Pedro había llegado esperando para hablar. __ Hablaste conmigo por teléfono ¿lo recuerdas?

__Sí.
__ ¿Por qué no me contaste nada? Te pregunté si todo estaba bien.
__No lo sé papi,  no sé qué fue antes, después…
__Camila, ¿cree usted que ella hablaba en serio cuando dijo esas cosas? __preguntó Matías.

__No lo sé  y no puedo asegurarlo, como no sé si pretendía atraer a Pedro o a mí. Con lo que las dos pasamos, con lo que esta fecha significa para ambas no me la imagino causando daño a nadie, tanto menos a un niño,  quizá por eso no la entregué ni dije nada, pero tampoco sé hasta qué punto puede estar enojada. Por eso  creo no me atrevía a decirte papá a ti ni al fiscal lo sucedido.
__Hija,  Alberto salvó a Guillermo de morir  a manos del tío,  ella lo envió al concierto, sospechamos que él devolvió en enero a Jonathan ¿qué más?

Matías Olazábal acababa de escuchar la música que esperaba y ahora ya estaba casi seguro de que tenían a la mujer. Lo único que había que hacer era encontrarla. Se alegraba de que Camila hubiera confiado en él. Con un poco de suerte encontraría  a los niños,  pondría a esa mujer entre rejas o en el psiquiátrico y ella podría seguir su vida. Matías se compadecía del sufrimiento de Camila Moravia, pero mucho menos del de la tal Nancy y nada del de ese hombre que agradecía la gente de Graziani  hubiese dejado muerto ya que había violado, embarazado, esclavizado y maltratado a dos mujeres a una al menos haciéndole perder a su hijo, a la otra en lugar de consolarla la había acusado de ser responsable de la pérdida de su hija y la había abandonado en una clínica psiquiátrica, dejándola soportar a ella sola el peso del remordimiento y la pena por la muerte de dos niños. Aunque no lo diría, el tal Charles estaba bien muerto, y Nancy totalmente loca, solo Camila le parecía redimible y al fin había sido una suerte que el chofer la hubiera acusado de tener una amiga.
Ya eran las siete de la mañana y aún no tenía ninguna información de los chicos, pero con la información que Camila acababa de facilitarle, tal vez con ayuda de Graziani a quien conocía de sus épocas de penalista llegaría muy lejos. Necesitaba encontrar a Nancy, y en su fuero interno esperaba descubrir algo. Estaba claro que esa mujer como menos era una insensata y la había amenazado a Camila. Cabía  la posibilidad de que se hubiera llevado a los chicos como venganza al que ella había perdido, y de cuya muerte culpaba a Camila, o de que la amara, y los usara como medio para atraerla a su lado. Le parecía que era menos probable que quisiera a Pedro Beggio. Pero Matías se había prometido no decir nada por ahora, era lo mejor que podría hacer por ella y Camila se lo agradecería.

Matías hubiera deseado prometerle que hallaría a los chicos,  era lo menos que se merecía, le había dado la impresión de que ese matrimonio con Pedro Beggio no era más que un arreglo. Camila solo tenía a sus hijos y ellos habían desaparecido. Adoraba a sus hijos, estaba claro que jamás volvería a acercarse a Nancy con buen criterio, pero no tenía más que a su padre que podría ayudarla. Parecía increíble que tres niños hubieran desaparecido a medianoche sin dejar huella. Lo habían sacado de sus camas con sus pijamas… y se los habían llevado.

__ ¿Cómo ha podido ocurrir, Camila? __insistió Pedro abatido__. ¿Cómo es posible que entrara si no fuiste tú quien la dejó pasar? ¿Dónde estaba la guardia, la alarma los perros, los criados, la nana?

Era como si esperara que Camila defendiera la integridad de sus hijos y de su casa y ella le hubiera fallado. Sus ojos estaban llenos de reproches y dolor y su mirada la atravesó como una espada de hielo. No podía darle ninguna excusa ni explicación. Ni siquiera se las podía dar a sí misma. No podía comprender   lo que había ocurrido.

__No lo sé… yo tampoco lo entiendo… oí un ruido mientras hablaba por teléfono con mi papá, pero no pensé que tuviera importancia… no se me ocurrió que hubiera alguien en la casa aparte de guardias y servidumbre quiero decir… ni siquiera sabía con seguridad que la nana había salido menos de Federico y su novia.
Esta le había devuelto el vestido sucio manchado de carmín y oliendo a humo de cigarrillo y a whisky barato pero el vestido le daba igual, solo le importaban sus hijos.

__Antes de todo eso, ¿por qué no denunciaste que rondaba antes?
__No lo sé… yo… __Las palabras se quebraron y la oscuridad se cernió antes de caer en brazos del fiscal que estaba a su lado en tanto Orestes corrió junto a ellos.

__Basta por ahora, ya hablaremos  de todo, Camila está en shock Pedro, tiene que verla el médico, el psiquiatra, por favor, son sus hijos, no puedes pensar que proteja a nadie de haber pensado que ellos estaban en riesgo.
__Pero lo hizo, mierda lo hizo.

Pedro se dejó caer en el sillón, con la mano en la frente, las lágrimas surcando las mejillas en tanto Orestes cargaba a Camila y el fiscal le destinaba una mirada compasiva antes de saludar y salir de la estancia prometiendo regresar más tarde.
__Graziani, ¿cree que ella reclamará de algún modo el cuerpo del tío? _preguntó Matías antes de marcharse.

__No lo creo, si en verdad la conozco, y creo que sí, no va a arriesgarse, no le importó enviarlo a una muerte casi segura.
__Gracias buenas noches.
 Tras la salida del fiscal Guillermo se cerró sobre el cuerpo de Pedro como deseando incorporarlo fundirlo al suyo, darle su fuerza.

__Tranquilo cielito, la encontraremos, sea lo que fuere que quiere llamará _lo tranquilizó o intentó, pero el tiempo y el espacio adquirían para Pedro otra cadencia, como si todo lo viviera desde debajo del agua y le llegara amortiguado, como una secuencia de imágenes de una película que pasaba en cámara lenta, cerraba los ojos y se imaginaba corriendo, corriendo, y a sus hijos estirando los bracitos hacia él que no podía alcanzarlos.

__Los entregó, Guille, no sé quién es Camila, entregó a mis hijos. No quiero estar acá, quiero irme contigo, pero no puedo _balbuceó.

__Dormiré con vos, no me importa que todos sepan lo que nos une, luego de oír a Camila no me  importa.

_ Cuando todo termine me divorciaré_ balbuceó  acurrucándose en el pecho__. Mi mirada se pierde en la inmensidad de la noche, mis labios añoran la humedad y el sabor de tus besos, te busco en los confines de mi mente, entre las sábanas de mi cama,  en cada recoveco de mi cuerpo, y en el tacto de mis manos, pero no estás, aunque las manos aún sienten  que tu piel se encuentra ahí,  siento un  gran vacío  en mi interior, te pienso y te extraño, mientras la oscuridad de la noche comienza a cubrirlo todo y yo aquí estoy aferrado a  esos momentos vividos, esperándote, anhelando tu llegada, y si bien tan solo hace unas horas que nos separamos, para a mí, me parece un siglo, cómo te deseo amor y debo confesarte algo, tú te has transformado  en mi adicción me completas me devuelves mi esencia me haces sentir… vivo, hombre.
__Estoy con vos amor mío, no te dejaré solo jamás. Atravesaremos este caos juntos, de ahora en más todo lo haremos juntos, no te desarmes mi amor,  daré la vida por rescatarlos.
__Tu vida es la mía ahora, no vuelvas a decirlo, solo necesito entender qué mierda quiere esa mujer, si a Camila, a mí, dinero, qué ¿por qué se llevó a los chicos? __La mirada anegada cargada de la tormenta interna que lo dominaba desgarró el alma de Guillermo.

__Tal vez llame, seguramente lo haga, y creo ahora que usará a los chicos para atraer a uno de ustedes, recién cuando se comunique sabremos si te quiere a vos o a Camila, está muy loca, Pedro, siempre lo estuvo, y me temo que por  doloroso que esto sea para Camila, tampoco entiendo que no la haya denunciado, que no le llamara la atención que apareciera en el parque si no fue ella quien la dejó entrar a la casa, no me cierra.
__Tampoco a mí, no la creo, a esa hora los guardias estaban despiertos, la alarma debería haber sonado, además Orestes la llamó minutos antes del secuestro, solo pudo entrar con permiso de alguien por la puerta principal.

 Tras recuperar el conocimiento y la prolongada conversación con el fiscal y con el psicólogo Camila vagó por la casa como un fantasma. En un primer momento, se dirigió a la habitación pero no pudo resistir el silencio. Las paredes parecían cercarla y casi no podía respirar. Sin darse cuenta sus pies la condujeron de nuevo al dormitorio de los gemelos. Era el único lugar donde quería estar, la única estancia donde podía sentir su presencia. Era algo imposible de creer… y de comprender. ¿Quién podía haberlo hecho y por qué?
¿De verdad era su culpa y podría haber sido Nancy? ¿Y si lo habían hecho otros por dinero? Ya se habían instalado en la casa unas líneas telefónicas adicionales y había agentes de la policía por todas partes. Esperaban una llamada, o un pedido de rescate y ya estaban estudiando los periódicos de la mañana en busca de algún mensaje encubierto de los secuestradores. Se estaban utilizando los métodos habituales, pero Camila se sentía completamente inútil en aquellos momentos, pues no podía hacer nada como no fuera rezar para que sus hijos estuvieran vivos. Se arrodilló junto a la cama e inclinó la cabeza, recordando que horas antes ella misma los había acostado con los pijamas rojos con el cuello azul que la nana les había confeccionado y ahora ella se preguntaba si sus niños tendrían frío o estarían asustados… si serían amables con ellos y si les habrían dado de  comer. Mientras permanecía arrodillada allí sintió que no podría soportar su ausencia. Oyó un ruido a sus espaldas y al volverse vio a la nana todavía muy pálida pero ya vestida con su uniforme almidonado, mirándola con simpatía por primera vez en muchos años. Necesitaba decir algo, pero… como a Camila, le faltaban las palabras.

__Yo… __Le temblaron los labios y apartó la mirada sin poder resistir la contemplación del angustiado rostro de la joven madre en el que parecía reflejarse la angustia que ella misma sentía__. Lo siento… hubiera tenido que… hubiera tenido que oír… __La niñera estalló en sollozos mientras pronunciaba las palabras que tanto la atormentaban__. Hubiera tenido que impedirlo.

__Usted no podía saber nada… y ellos eran varios. __Perfectamente equipados para el trabajo. Con cuerdas, drogas, armas,  no tiene que reprocharse nada __ añadió Camila levantándose muy despacio para rodear a la niñera con sus brazos.

A pesar de su dolor abrazó a la mujer como si fuera una chiquilla que necesitara consuelo. La niñera se avergonzó recordando  lo dura que siempre había sido con ella. Ahora comprendía que no era débil, insensata ni superficial como parecía sino que poseía una silenciosa fuerza capaz  no solo de sostenerla a ella, sino también a cuantos la rodeaban.
Ambas mujeres permanecieron abrazadas largo rato en silencio. Después Camila volvió a bajar. Desde la escalera oyó unos gritos confusos y comprendió que eran periodistas que estaban intentando superar el vallado de seguridad y la barrera policial, tal vez supieran que Pedro había regresado e intentaran colarse en la casa.

Pedro estaba destrozado. Sus hijos habían desaparecido y con ellos  toda esperanza de felicidad. Camila le miró, temiendo que no pudiera resistir el dolor y se sintió culpable de lo ocurrido. Y sin embargo. Ella no tenía la culpa… no la tenía en absoluto… ¿o tal vez sí?
Todo era tan confuso como la primera vez, como años atrás incluso. No sabía quién tenía la culpa ni por qué. ¿Por qué nunca podía salvar a sus hijos? ¿Era culpable de la  muerte del de Nancy? Y ahora, ¿tenía ella la culpa de lo que había sucedido… la tenía su marido… la tenía otra persona? Se pasó las manos por el desgreñado cabello y Pedro pensó para sus adentros que tenía apariencia de loca.

__Hija tendrías que vestirte _le dijo Orestes, dejándose caer pesadamente en un sillón__, hay policías por todas partes y fuera se amontonan los periodistas, me temo Pedro que ya saben que regresaste y pronto estarán allí tus fans también. Durante unos cuantos días tendremos que salir por atrás por el jardín. La policía dice que no ha habido ninguna petición de rescate. Ya he llamado al banco y tiene preparados billetes marcados por si recibimos un llamado o una nota.
__Tal vez esté confundida y dolida por la muerte del tío  y por ello demore el llamado _dijo Pedro en un hilo de voz.

__Es posible _respondió el juez.            

__Ordené a Miller custodien el cuerpo, lo dudo, pero por las dudas envíe sicarios a rescatarlo, debemos estar atentos.

De pronto, Camila se alegró de que Pedro estuviera en casa aunque presintió que su matrimonio había llegado a su fin. Él se encargaría de resolverlo todo. Obligaría a los secuestradores a devolverles a sus hijos. Lo miró, pensando más que nunca en cuánto lo había defraudado, cosa que él jamás había hecho con ella, lo cierto es que no hallaba ni siquiera ternura en esa mirada, y lo entendía. Pedro la había rescatado hacía años y jamás la había decepcionado. Jamás. Ni una sola vez en todos los años que llevaban juntos, y ahora acababa de oír hasta que ella se acostó con Alberto.

__Lo siento muchísimo, Pedro… no sé qué decir…

Él asintió con la cabeza sin decirle que ella no tenía la culpa, y entonces Camila comprendió que la culpaba a ella de lo ocurrido. Pedro se levantó muy despacio y se acercó a la ventana para contemplar el parque donde solía jugar con los chicos, donde todo había comenzado en enero, Camila vio que estaba llorando, pero no se atrevió a consolarlo ni a decirle nada. Si le echaba la culpa por no haber vigilado suficientemente a los niños o por haber dejado llegar a Nancy, ¿qué hubiera podido decirle para consolarlo? Lo miró con impotencia y empezó a sentir una conocida punzada en la cabeza, y por un instante estuvo a punto de desmayarse. Pedro se volvió a mirarla e inmediatamente reconoció los signos. Tenía un aspecto horrible pero no le extrañaba, él también se encontraba muy mal.

__Estás pálida, Camila. No debiste levantarte, ¿tienes migraña?
__No __mintió. No quería que nadie viera lo débil, asustada,  vulnerable y destrozada que estaba. Tenía que ser fuerte por sus hijos y por todos. Trató de conservar el equilibrio mientras luchaba contra una oleada de náuseas__. Estoy bien ¿sabes algo de Alberto, Guillermo?

__Regresará de un momento a otro, luego prepararemos su defensa para la vista en el juzgado, no dejaremos que lo declaren culpable _ dijo sin mirarla __, me salvó la vida y si no disparaba él iba a hacerlo yo.

__Está bien, supongo que pensé cuando ella  dijo que iba al concierto que era mejor dejarla ir y que cayera en la trampa, lo que no logro entender es por qué no  te dije nada cuando llamaste  papá, supongo que pensé que con tanto dolor ella era inocente, que no haría nada más no sé… Me voy a vestir.
Hubiera tenido que irse a la cama pero sabía que no hubiera podido dormir. Y además, no hubiera podido soportar las pesadillas.

__He tocado varios contactos _dijo Orestes.

__El fiscal ha sido muy amable _respondió Camila mientras se alejaba__. Cuando regrese Alberto que me busque, quiero disculparme con él.

Olazábal le había prometido guardar su secreto, pero ya no lo era y estaba dispuesta a sacrificar su vida y su matrimonio con Pedro a cambio de recuperar a sus hijos.
Pedro la miró largo rato y, por un instante, se sintió culpable.
__No quiero reprocharte nada, Camila… sé que amas a los chicos, sé que no tienes la culpa. Pero no comprendo lo de esa mujer, cómo ha podido ocurrir.
Había perdido a los amores de su vida, pero ella estaba en las mismas condiciones y no habría podido ayudarle.
__Yo tampoco lo entiendo _ dijo Camila en voz baja__. No puedo estar segura de que sea Nancy responsable, sé que todos piensan diferente, pero estamos muy tristes por… lo de antes yo no podría estar planeando algo como un secuestro.

Fuimos tanto,  Pedro,  y al final no fuimos nada... A veces sí y a veces no, vivir sin ti y vivir sin mí, vivir una vida sin amor, de ti, de mí, de los dos. Pude ser tuya y tú mío como una bella poesía. Tan de mí y tan de ti, como un verso. Tan dentro y tan todo, como la misma vida. Tan cerca y tan lejos, como las estrellas y el cielo. Tan de mí y tan de ti, como rima el poema de cuando te amé, y todo lo que de ti olvidé la noche de tu ausencia, de ti de mí, de los dos. Todo lo que pudo ser y no fue, cuánto de todo y de nada, por ser necios y estúpidos, y olvidar que nos amábamos, nos teníamos el uno al otro, nos gustaba estar juntos, prometimos no dejarnos ni olvidarnos. Fuimos tanto y al final no fuimos nada, tanto de ti y tanto de mí, y nada de lo que dijimos fuimos, tú amándote a ti mismo, y yo yéndome de ti... y nada de lo que pensamos hicimos, todo fue nada y todo se volvió nada, y hasta tu manera de amarme, siempre mío de mí, yo de ti y tú de mí, mi manera de olvidarte, se fue por el caño... y te sigo amando y no sé cómo decirte... yo nada soy sin ti, tú eres mi vida entera, mi razón de ser y de vivir. Pero entenderé si deseas dejarme.


“Se paró frente a mí con una mirada que me aterró, era la confirmación ‘in situ’ de lo que percibía estaba ocurriendo en nuestra relación. En la relación de ella conmigo. Me dijo que estaba partida a la mitad, que una mitad quería seguir conmigo, que me amaba con locura, pero que la otra mitad solo quería huir, buscar nuevos horizontes. Me hizo el gesto como que estaba cortada exactamente a la mitad de arriba abajo, y eso fue lo único que escuché. Me besó en la mejilla y  dijo que se iría pronto  del que sería nuestro hogar hasta que fuésemos viejitos.
Me quedé con eso de que estaba partida a la mitad y realmente no podía salir de ese pensamiento traumático y ver a través de su gesto. Mientras, no hacía más que pensar y pensar, algo sobresalientemente extraño comenzó a sucederme. Todo a mi alrededor entró en una clase de separación, que solo proyectaba en mí angustia y deseo de experimentar este fenómeno. Si miraba el color rojo, mi preferido, ya no era así, era mitad rojo y mitad rosa. La música la percibía perfectamente separada en dos: por un lado la voz y por el otro el acompañamiento, como si se tratase de dos versiones de un mismo tema. Así todo. Me asustó comprobar que interpretaba el movimiento de la sangre por mis arterias y como contraparte sentía el fluir de la misma por mis venas, como si se tratase de sistemas separados que nada tienen que ver entre sí. Todo frente a mí se dividía en dos, salvo mi amor por Guille  que me estrujaba el corazón, no permitiendo que la parte izquierda se separase de la otra.
Ya no me sorprendía, pasados unos días, este enigma de la división en dos, pero se me ocurrió escribir mis sentimientos arruinados, pues sabía que esto no terminaría bien, y grande fue el susto al ver que no podía escribir como antes. Por más que me esforzara, mi escritura se había convertido en algo sumamente extraño, poderosamente confusa y me aterré al entender lo que sucedía. Expresaba mis pensamientos con un ritmo y secuencia particular. Escribía las palabras divididas en dos y unía la primera  mitad con la primera mitad de la palabra siguiente, y la segunda mitad con la segunda mitad de la palabra siguiente, y así, formando una maraña de palabras que solo reflejaban un orden definido y que acentuaba la divisibilidad de las mismas, de todo, y lo mismo sucedió al intentar componer. Cuando quise revertir la situación no pude. Entré en pánico y pedí una cita con un profesional de la salud mental, estaba seguro que estaba enloqueciendo. Ya en su consultorio y luego de explicarle lo de los chicos y  lo de la potencial  ruptura,  los síntomas que estaban haciendo mi vida imposible, le mostré el texto que había escrito y esperé pacientemente su diagnóstico. Segundos más tarde, mirándome sin que notara en él demasiada preocupación, me sorprendió al asegurarme que lo mío era un típico caso de "Divilexia", una disfunción temporal de una parte del cerebro que, inducida por un hecho traumático, había encontrado la solución a los problemas cotidianos y comunes del día dividiendo todo en dos, y que lo de la escritura codificada de ese modo solo era un síntoma más. Le pregunté si me iba a recuperar y solo se limitó a contestar que dependía pura y exclusivamente de mí.
Semanas de llanto y ánimo convulsionado y abstinencia de la imagen real de la que había sido mi  vida, comenzaron a tornar de a poco lo doble en solo una figura. Era como que todo se unía paulatinamente. Cada tanto sacaba el papel donde había escrito el texto codificado, que por cierto podía leer con facilidad pero era como que mi comprensión se había dividido de la pura habilidad para leer lo escrito. No entendía lo que leía, ese era el caso. Casi seis meses después de haber comenzado mi terapia restauradora, recordaría sacar el papel y mostrárselo nuevamente a mi terapeuta y explicarle que aunque ya no se dividían las cosas frente a mí, eso seguía igual, que la divilexia no cedía. Cuidadosamente desarrugó el papel y lo leyó. Me miró fijo y con tono paternal conformó esta explicación que para la altura de mi estado sentimental, fue tan traumática como la mismísima separación con mi mujer. “No existe tal cosa llamada divilexia, esto que escribió aquí es perfectamente legible, solo usted veía la codificación, supongo que en un esfuerzo último de su cerebro por opacar, silenciar el verdadero problema. Lo que realmente le sucedía, lo que no quería reconocer y enfrentar”, acto seguido estiró su mano, me entregó el papel y me pidió que lo leyera. Como si se tratara de un papel mágico en el que las letras tenían la potestad de conformarse a su voluntad, poco a poco entre movimientos ondulantes y precisos de las mismas el mensaje recobró la forma que siempre tuvo, para todos menos para mí y leí: “TRsa Le GOLep INIlaic ED Tsu PALAsarb, Un FRoi DOLOosor Feu GANAodn Msi ILUSIseno PERDsadi, INVOodnac Un NUEov ESPÍutir En Mí. Uno NUEov e IMPREDelbice, CAUSocit PEor NECEoiras, AUNeuq No Me ATREaiv a RECONolreco. Yo No Te AMaba Msá AMro, y Eos ESTaba DESTRUodney Mi VIad. Haec TIEopm Qeu HAaíb PERodid Mi AMro Pro Vso y Eos Me ESTaba MATodna, HAats SIEerpm AMro.”
En la puerta de mi terapeuta mascaba mentalmente este acertijo de las cosas divididas y me reí liberado, las culpas habían desaparecido, me sentía nuevo y fortalecido. Choqué con esta otra  persona y sus carpetas desparramadas captaron toda mi atención. Cuando levanté la vista, ahí estaban esos ojos que esperaba ver hasta el día en que los míos se cierren para siempre. Guille.”

__ ¡Te he amado toda la vida! ¡Amor! Somos almas viejas... venimos de otra vida amándonos, pensándonos, y teniéndonos solo por amor. Siempre hay tanto de ti y tanto de mí.

La masa era maleable y la supuse adecuada para tal fin. Seguí el diseño pensado con décadas de antelación. La textura era la deseada y las primeras formas encajaron muy bien. Mi pericia estaba a prueba, mi deseo refrenado, no podía haber fallo justo ahora tras tantos años de preparación.
La silueta esbelta y sutil, los brazos fuertes los hombros anchos. Las piernas torneadas en el más puro lenguaje de lo sensual. Especial cuidado en los pies, estiré los dedos con la maestría de un orfebre. Volví al torso y modelé las colinas que ganaban el exterior con sus cúspides al cielo, mi cielo. Descendí un poco, lo plano no era para mí, una suave y dulce duna sería el valle de mi retozo. Lo mejor para el final, tallé sus grandes ojos y los pinté con miel y azafrán. La fresa fue modelo que transferí a su boca e imaginé su sabor. Rizado el río  oscuro que fluyó hasta su cadera. Colgando masas y fuentes que serían mi delirio.  Estaba listo y me emocioné. Con el sigilo de un felino y la pasión de un cazador, me acerqué y lo contemplé por un rato o siglos, qué más da. Soplé en su nariz el poderoso aliento del corazón y despertó. Solo lo miré. Era la obra de mis manos, el resultado de mi anhelo emocional. No pude hablar, fue más, mucho más que la ilusión. Dijiste mi nombre con la fuerza del viento y yo me derretí. Era tu turno de hacer de mí lo que quisieras... y danzamos. Bailamos enlazados al ribete del misterio.
Nos fue envolviendo la mágica sensación del desvelo cuando briznas encendidas iluminaban nuestras manos. Despertaron los poros y nos hallaron sedientos ansiosos por rozar el profundo vahído del delirio, verbos olvidando la llovizna del silencio. Sin pensamiento alguno penetramos la eternidad vestidos de colapso, temblorosos como pájaros emigrando de la prisa. No había nada que recordar… La mente se adormeció claudicando ante el fervor de los labios adherida entre susurro de tan inquietas penumbras. La entrega del hechizo nos arrancó de este mundo haciéndonos levitar en otros universos y asidos por la espalda recorrimos el brocado que desmayaba a la noche, escribiendo con la boca el soneto del vapor que nos
ataba.
_Hoy y como siempre mi amor, no es nada nuevo pasarme por tu vida para decirte que hoy al igual que ayer mis besos desean acariciar tus labios, tampoco es nada nuevo confesar que mis suspiros solo son tuyos, que llevan tu nombre, que cada vez la distancia de nuestros cuerpos se estrecha, te siento más cerca aunque la distancia sea eterna, y me duela el alma toda al no tenerte, aprendí a ser feliz aunque solo pueda amarte en mis sueños, donde besas mis silencios. No te rindas me dice el corazón, el amor, al fin y al cabo es sueño, es ilusión, es pasión, es, todo eso que nos hace soñar, sufrir, vivir, es, puro sentimiento que navega en la sangre de un alma enamorada.
Lleno cada rincón de mi alma de sueños contigo, para renacer en un nuevo día, despierto en mis madrugadas cuando el sol atrevido y descarado acaricia mi piel, despierto, y te busco, otra madrugada más, donde los sueños juegan con mi alma, me espera otro día donde la sangre se rompe por dentro, donde margullo en cada uno de mis sueños, donde recojo cada beso, que dejé en tus labios, y lleno mis maletas de ellos, juego con las sonrisas que le regalé a tus ojos, y cierro de nuevo mis ojos para sentir, ese suspiro que sale de tu boca cuando me sueñas, en este momento vida mía, necesitaría tus ojos para perderme en ti, antes de que llegue la noche negra, y me robe los sueños que llevan tu nombre.
Alma mía, déjame pensar que en mis sueños te encuentro, que te encuentro bailando en la comisura de mis labios, déjame que sueñe que estás, en la orilla de mis deseos esperando mis besos, besos que se besan como siempre han querido, besos de pasión y dulzura, que solo tú eres su dueño.
_Si solo amor me reclamas no te impongo condiciones siempre evité las traiciones. Soy justo con quien me ama. Te amo tanto es verdad. Se acelera mi corazón, mi más bella tentación
por siempre serás. Si amarte me causa desvelo no existe un remedio mejor que hacerte siempre el amor si el sexo en vos es el consuelo. No me hagas más un reclamo, comprende que vos me gustas y solo entiende que me asusta la forma en que yo te amo. Solo pido que te cuides y  evites cualquier fracaso,  que encuentres aquí en mis brazos la razón por la que vives. Voy en busca de mi destino. Voy caminando y no paro, vos siempre serás el faro que va a alumbrar mi camino, estoy acá cielito, duerme mi amor, que velo por tu sueño duerme soy tu roca tu pilar tu apoyo, para siempre mi amor.
__Algunas nubes blancas enamoradas de la brisa, juegan en el cielo. El azulado picaflor bebe las últimas savias de la flor, en un estío de rojos y en el espejo de ese paisaje tu imagen de aroma y flor, entibió mis ojos. La suave brisa fresca esculpe el tenue ropaje en tu cuerpo.
Rizos de   negro acarician el óvalo de tu rostro, y los luceros de tus ojos y sonríes, como el picaflor a su flor, rendido a tu belleza y su bello antojo. Voy a morir por ese beso que me das y no me importa la vida.
Mi soledad estalla en mi mundo interior sin amor en el aroma de tu boca cuando tu beso se prolonga hasta vivir de mi aliento, en esta pasión loca. Mis manos amantes recogen extasiadas el aroma de tu piel.
Cuando recorren el paisaje del barranco de tu pecho y ascienden a los botones de pétalos y rosas mientras vivo el oasis de tu cuerpo como el de una bella mariposa aleteando atrapada en tu ombligo.
Quiero ser mar y olas y besar, impúdico, tu cuerpo.  Te desnudaré entre las olas, en el infinito placer de amores soberanos para amarte sin límites, beber mi sed de tu boca, lujuria de placer descarriado. Tu risa, invade el silencio, que se esconde en un arrullo en flor. Murmullos sorprendidos se escapan de tu boca, en murmullos y candor mi corazón estalla en la música íntima, instante supremo de ver tu amor. Déjame intentar mis quimeras, en el desierto donde habitan mis sueños entre tu piel, labios, cuerpos, volando tus manos sin pensar en el tiempo.
Nuestro amor ha de abolir las fronteras de los tiempos. Sentiremos el éxtasis íntimo y la comunión de ser dos amores conjugados, dos hombres arrebatados por la vida, en alborozo enamorados. Amor, llévame en tus brazos a tu cielo, sin salir de nuestro lecho. Quiero tu amor de todos los momentos, olvidando mis esperas, vida mía y lenta, dulcemente hacerte mío calmando todas mis ansias desmedidas. Déjame reposar en tu tibio regazo, amor de todos mis instantes. Te enseñaré mis verbos con palabras tibias, hasta arrancarte tus lágrimas y pasiones descarriadas, que te llevas mi alma. Tú, eres mi secreto inconfesable. Mi pasión pura, irresistible. Y mi amor inolvidable.

05 de agosto de 2017.

__ Amanece  y aún siento la humedad de tus besos  recorriendo mi cuerpo, amanece y aún permanece tu aroma, en la oscuridad de mi cuarto, amanece y las sábanas todavía guardan  el abrasador fuego de tu ardiente piel, amanece y mis labios, mis manos y todo mi ser, aún recuerdan el deseo y la pasión de esa noche mágica e inolvidable, te amo, Guille.
¿Alguna novedad? Me quedé dormido.
__Nada amorcito y tienes que dormir, esta desquiciada puede pasar tiempo jugando a las escondidas.
__Tengo miedo.
__Lo sé, pero ¿a qué temes si sabes que te sostendré y te acompañaré en todo el camino que haya que recorrer?
__Lo sé _respondió con acento afectado y respiración entrecortada__. Temo que pase lo peor, no volver a verlos y terminar destrozado.__ ¿Crees que Camila sabe dónde encontrarla?

__No. Con todo lo que sé de ellas, Camila no ocultaría esa información, Pedro quizás algo hizo que protegiera a Nancy, pero a un día sin saber de sus hijos no creo que guarde nada.
__Guille… No me contaste todo lo sucedido antes, ¿por qué? __La mirada se clavó en la de Guillermo.

__No pensaba contarte nada Pedro,  todo debiste saberlo por Camila, me dio pudor yo estaba entre ellos, aunque no fui de nadie, no amé a nadie, de eso tienes que estar seguro.
__Lo sé, lo estoy. ¿Y ellas? ¿Crees que entre ellas quede algo que justifique que esa mujer me quiera muerto  y a Camila y a los chicos con ella?
Guillermo guardó silencio pensativo.

__En verdad, desde enero no barajé esa posibilidad pero la mente de Nancy es imprevisible, y tal vez vea una posible familia que cree le arrebatamos, con tus hijos y Camila, o con tus hijos y vos, no puedo dilucidar eso.
__Pero yo no la conozco.
__Pero ella te conoce a vos. Sin una llamada, un aviso, un mensaje no podremos saberlo. Hay gente de Olazábal y nuestra siguiendo a su expareja, al hijo, custodiando el cadáver del tío, más no podemos hacer para ubicarla si no llama.
__Es allí donde Camila carga con la culpa de todo, mierda, la tuvo a su lado dos veces. Sé que ama a los chicos, que nunca imaginó el desenlace, pero ella es responsable de lo sucedido __ afirmó Pedro y el llanto regresó, junto a un dolor profundo que laceraba el pecho, que supo se quedaría allí  por el resto de su vida, si ellos no regresaban a su lado.

¿Y Alberto?
__Está en casa de Gaby,  preferí que se quede fuera de esto no quiero que se complique su causa, necesito sacarlo libre de todo, Pedro, él ya estuvo preso no permitiré que regresé allí.
__Entiendo, amor lo hizo por ti, fue muy leal y valiente.

__
Camila se puso un vestido gris y medias grises, se cepilló el pelo, se lavó la cara, se calzó unos zapatos negros y rezó para que pudiera sostenerse en pie. Cuando más tarde se dirigió a la cocina para encargar a la cocinera la preparación de comida para los policías y agentes de inteligencia que estaban en la casa, descubrió que el mayordomo ya se había encargado de todo. Había bocadillos pasteles, fruta y tazas humeantes de café. Y en el comedor vio que habían instalado una mesa de buffet, pero apenas nadie lo había tocado pues los hombres estaban muy ocupados y ni siquiera tenían tiempo para comer.
No reconocía a ninguno de los hombres de la víspera pues habían cambiado el turno, mas seguían registrando la casa en busca de huellas o esperando de un momento a otro un llamado de rescate o intercambio.
Al pasar por delante de la biblioteca vio que Pedro estaba conversando con dos hombres de la fiscalía, los agentes le dirigieron una extraña mirada al verla.
¿Qué habrían dicho? ¿Qué podían decir? Ella no tenía la culpa de que se hubieran llevado a sus hijos. ¿Le echaban la culpa por lo de Nancy?
Cuando regresó al salón, experimentó un sobresalto al oír un barullo tremendo en el exterior. La puerta principal se entreabrió unos centímetros, se oyeron unos gritos y, de repente, se vio rodeada por media docena de vociferantes desconocidos mientras los flashes le estallaban en la cara y una falange de agentes de la policía se levantaba como escudo para empujar de nuevo a los invasores hacia el exterior.
Solo se les escapó un joven rubio que miró a Camila como si la conociera y antes de que pudiera esta comprender lo que estaba sucediendo comenzó a bombardearla con preguntas.

__ ¿Cómo se encuentra señora Moravia? ¿Regresó su esposo? ¿Hay alguna noticia o pedido de rescate? ¿Qué siente en estos momentos? ¿Tiene miedo? ¿Cree que los niños pueden estar muertos?

Las luces que estallaban en la distancia la cegaban e intensificaban el dolor de cabeza. Mientras pugnaba por alejarse, una poderosa voz tronó a su lado y unas manos fuertes la asieron por los hombros. Era Matías Olazábal.

__! Saquen a este hombre de aquí!
El joven desapareció y la puerta se cerró, y las voces se convirtieron en un lejano rumor mientras Matías la sostenía por el brazo  y la acompañaba a un sillón del living. En el momento de entrar en la casa, algunos reporteros habían conseguido introducirse, burlando la vigilancia policial.

__Maldita escoria, la próxima vez entraré por la cocina _ espetó y de súbito miró a Camila con visible preocupación, a pesar de que él apenas se tenía en pie del cansancio. Mientras le ofrecía un vaso de agua que le había pedido a uno de sus hombres por señas, ella lo miró sin poder reprimir las lágrimas.

La cólera de Pedro, el miedo que sentía y el agotamiento le habían provocado una jaqueca espantosa. El periodista había hecho preguntas de muy mal gusto. ¿Y si los niños hubieran muerto? ¿Y si los hubieran matado? Se moría de miedo y sufría por el dolor de Pedro. Lanzó un suspiro y miró al fiscal, avergonzándose por haber perdido la compostura.

__Perdone.
__ ¿Por qué? ¿Por ser humana? Esos hijos de…  me atacan los nervios. __Matías  la miró a los ojos y bajó la voz. Acababa de entrevistarse con la expareja de Nancy__ ¿Hay algún sitio donde podamos hablar tranquilos?

__En la biblioteca está mi esposo con dos oficiales. Ya sé _añadió tras reflexionar un instante.      

Después encabezó la marcha hacia una pequeña sala de música llena de partituras, viejos libros e instrumentos en la que Pedro solía ensayar. Había entre ellos un escritorio, sillones, un canapé en el que Matías acomodó a Camila, sentándose él en uno de los sillones. Solo la conocía desde la víspera, pero estaba dispuesto a creer en sus palabras y a jugarse la reputación por ella. Jamás había visto a otro ser humano semejante, le parecía un personaje sacado de un libro de sueños, y poseía una fuerza interior y unos ideales que él jamás había observado en las personas de carne y hueso que él conocía. Y, sin embargo era al mismo tiempo una joven extraordinariamente atractiva.
Matías no había conseguido sacar nada en claro acerca de los dos hombres de su vida. El que había muerto no había sido más que un delincuente y Pedro Beggio no parecía serle muy útil. Solo lo conocía por la prensa y siempre le había parecido un muchacho frío y orgulloso como todo artista famoso.

__ ¿Ocurre algo? __preguntó Camila temiendo que hubiera sucedido alguna desgracia todavía peor__. ¿Se ha sabido alguna cosa?

Sus grandes ojos miraron a los claros, repentinamente asustados pero el fiscal negó con la cabeza y  se apresuró a tranquilizarla.

__Nada sobre los chicos. __Tenía la sensación de haber compartido con ella los secretos de toda una vida y deseaba protegerla por todos los medios a su alcance. Había sufrido muchas penalidades, había confiado en él y no deseaba defraudarla. Pero tampoco quería poner en riesgo la vida de los niños y estaba preocupado__. Me he pasado tres horas hablando con el que fuera expareja de Nancy el padre del hijo que no ve.

__ ¿Le ha dicho usted lo que yo le he contado de ella?
__Sabe casi todo, la ve, de hecho la vio luego de que la visitara en el parque. Le dijo lo mismo que usted cree,  que lamenta haber reaccionado de aquella manera después de lo que ocurrió, pero también dijo, que cuando la vio el otro día con los chicos no recuerda muy bien lo que dijo, que está medicada y suele sucederle, aunque probablemente no debieron de ser cosas muy agradables, si bien insiste en afirmar que no tenía la menor intención de hacer ningún daño, ni usted ni a sus hijos.
__ ¿Y usted le cree?

Camila miró al agente a los ojos. Necesitaba saber la verdad. Estaba dispuesta a creerle y a confiar en él. Le parecía un hombre esencialmente honrado e intuía que no la traicionaría. Todavía recordaba cómo la había consolado y abrazado la víspera mientras ella lloraba por lo de años atrás.
__Y  ahí está el problema. __Olazabal sacudió la cabeza y se inclinó en el asiento__. No le creo ni siquiera cuando dice haberla visto en un bar y no saber dónde para. Pero tampoco creo a esa mujer capaz de causar daño a sus hijos, Camila. Por lo que sé es una joven malcriada, torturada por el pasado, hoy quizá dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de conseguir lo que quiere… utilizando amenazas…  coacciones… y cosas peores. Le creo capaz de llevarse a los chicos  para atraerla a usted o a su esposo e incluso es posible que eso no le parezca incorrecto. No estoy seguro. Ni siquiera sé muy bien lo que pienso porque no la conozco. Pero no me acabo de creer lo que dice su ex,  no me ha convencido cuando ha tratado de justificar sus amenazas con la excusa de que está medicada.

__Tenía mirada de loca,  iba desgreñada y en verdad el aliento apestaba a alcohol. Su aspecto era en verdad el de un individuo disoluto al que no le han salido muy bien las cosas y que precisamente por eso está dispuesto a cometer cualquier tipo de disparate, pero de eso me he dado cuenta razonando, no cuando la encontré de sorpresa __concedió Camila__. Pero no la creo capaz de dañar a mis hijos, eso no.

Matías no entendía a aquella gente. El solo entendía y se preocupaba por Camila y solo Dios sabía por qué deseaba ayudarla.
__Me preocupa esa mujer y quiero que usted lo sepa. Lo cual significa que vamos a someter a vigilancia a su entorno y quizá registremos la casa de ese hombre. Y quise contarle esto porque tal vez sea usted la que desee decírselo a su esposo antes de que se entere por Graziani o por su padre.

Camila agradeció la advertencia y la posibilidad de poder decírselo a Pedro ella misma. Matías era tan honrado como ella suponía. Trató de sonreír pero le dolía tanto la cabeza que no pudo.
__ ¿Se encuentra mal? _preguntó Matías al ver su mueca de dolor.

__No estoy bien,  le agradezco pero mi matrimonio no creo tenga retorno.
Las palabras ya no significaban nada, pero eran lo que se esperaba de ella.
__Será mejor que descanse un poco. De lo contrario se vendrá abajo en el momento en que más la necesitemos.

Ella asintió con la cabeza pero no creía poder volver a dormir nunca más… no hasta que no le devolvieran a sus hijos. ¿O acaso tendría que vivir sin ellos?
“No Dios mío no me los quites también a ellos, no me obligues a vivir sin ellos”.
No podría tocarlos ni sostenerlos  en sus brazos ni saber dónde estaban…  si estaban a salvo si les cuidaban bien… si fuera ella la llamaría, le diría…  no era , no podía ser tan cruel. De pronto ansió aspirar el perfume de la piel y del cabello de cada uno… oír sus risas y peleas… sentir sus bracitos alrededor de su cuello y ver la dulce mirada de sus ojos lo mismo que estaría sintiendo Pedro. ¿Cómo podrían sobrevivir hasta que los encontraran?  Estuvo a punto de desmayarse ante la sola idea. De pronto sintió en el brazo la mano que pareció sacarla de sus terrores.

__Aguante Camila…: los vamos a encontrar.

Ella asintió en silencio y se levantó sabiendo que no tendría más remedio que decirle a Pedro unas cosas muy graves.
Estaba inquieta pero no preocupada, no sabía cuánto le había contado Guillermo, cuánto había oído la víspera, ella al fin le confesaría todo, desde su propio secuestro. Se lo diría, así de sencillo. No se podía ocultar nada que pudiera perjudicar a sus hijos.

__ ¿Qué le dirá a mi esposo?
__Le voy a decir que por el momento Nancy es un posible sospechoso. No estoy seguro de que pueda haberles hecho algo pero le digo ya de entrada que por lo poco que sé ella no me gusta. No  me gustan las amenazas que le lanzó en el encuentro, ella la envidia Camila, tal vez la odia, no me gusta la idea de que esté enojada porque usted tiene hijos y ella no los tiene. Creo que, a su insensata manera la sigue queriendo, dice que desea que vuelva con ella y considera que el solo hecho de que ella lo quiera es razón para que usted corra a su lado dejándolo todo.
Matías se guardó de decirle que pensaba que su matrimonio con Pedro era una farsa y una impostura, sabía que Guillermo era gay, y había visto lo que intuía sucedía entre ellos, desde antes se sabía en todos lados que él lo pasaba de viaje que no vivía en ninguna parte y que ella se quedaba encerrada con los chicos como una monja, por lo que consideraba que había más que motivos para que ella abandonara a su marido, también pensaba que ella no amaba a Pedro Beggio y tal vez se había casado con él como buscando un refugio a ese pasado atroz, porque no tenía a nadie en la vida, estaba atemorizada y se sentía muy débil tras el secuestro, la pérdida de dos amores, el paso por esa clínica psiquiátrica, y que todas esas circunstancias la habían llevado a aferrarse a dos pilares, su padre y un marido, y a un refugio. Su casa.

 ¿Era esa chica al parecer lesbiana capaz de secuestrar a los hijos de la mujer que había amado? Esa era la incógnita y Olazábal no conocía la respuesta… todavía. Solo estaba seguro de una cosa, el motivo del secuestro no había sido el dinero. Quienquiera que fuese el secuestrador había contratado a unos hombres para que secuestraran a los niños y los escondieran. ¿Pero qué harían con ellos una vez en su poder?

Matías se levantó para salir con Camila de la estancia. Ella le dio las gracias una vez más por haberla avisado de lo que iba a decir a Pedro si no lo hiciera ella.

__ ¿La cree usted capaz de haber hecho algo así? Me refiero a Nancy.
Le parecía imposible. Siempre había sido atolondrada y rebelde pero no hasta aquel extremo… no podía creer que se hubiera llevado a los chicos. ¿Tanto la odiaba? Le costaba imaginarlo.
__No lo sé _contestó Matías__. Ojalá supiera la respuesta.

Camila asintió con la cabeza y regresó al caos del salón donde se encontraron con Pedro y Guillermo que hablaban con los dos oficiales, y al verlo Matías corroboró su opinión. Aquel hombre no parecía sentir el menor afecto por Camila más bien se preocupaba por su propio dolor ante la pérdida de sus hijos y Graziani en lugar de pedir ayuda, exigía que los encontraran demasiado pegado a… él, y preocupado por Pedro Beggio.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.

6 comentarios:

  1. Ay Eve, no me digas que después de todo lo mal que se portó Camila, aún con uno de sus hijos, Matías la va a condiderar una víctima y dice que Pedro es egoísta y no se preocupa por ella...Es verdad, ahora ama a Guillermo pero durante años vos dijiste que sólo se ocupó de sus hijos y de Camila, incluso la rescató de las drogas y de su pasado en el psiquiátrico...Se nota que Matías la va a justificar porque se está enamorando de ella, pero es tan culpable como Nancy...Igual ya no importa, en cuanto recupere a sus hijos Pedro y Guillermo vivirán su amor como se lo merecen...

    ResponderEliminar