ÉL
CAPÍTULO VEINTINUEVE.
Bs. As. 03 de agosto de 2017.
“No olvides nunca que el primer beso no se da con la
boca,
sino con los ojos”. O. K. Bernhardt.
sino con los ojos”. O. K. Bernhardt.
"Dicen que el hombre no es hombre, mientras no oye
su nombre, de labios de una mujer". Antonio Machado.
su nombre, de labios de una mujer". Antonio Machado.
__Era el aniversario… de la
muerte de los chicos. Siempre voy y enciendo velas por ellos y los míos… por mi
padre. De repente apareció ella como una visión.
__ ¿Está enamorada de usted, de
ese hombre muerto, de… quién? _preguntó.
__Responde Camila __la
sorprendió la voz de Pedro seguida de la presencia de su esposo con Guillermo,
llevaban una hora oyendo la confesión, era tiempo de darle explicaciones a… él.
__Responde Camila _ exigió, Pedro__ ¿A quién ama esa
mujer y qué significa ella en tu vida?
__Pedro… mi amor. __Camila corrió y se abalanzó a los
brazos de su esposo colgándose de su cuello rompiendo a llorar copiosamente__.
Al fin estás aquí, alguien que pueda ayudarme, entenderme.
Pedro estaba pálido y aristocrático, bello vestido de traje
negro, espléndido aunque con una tristeza profunda en la mirada y ella seguía
descalza y en bata, escudriñando su expresión con el rostro anegado. Él
permaneció un buen rato estrechándola sin decir nada hasta que al fin se
apartó.
__Te hice una pregunta Camila.
__No lo sé, no sé a quién ama Nancy, lo juro—balbuceó __.
¿Estás bien? ¿No te hicieron nada?
__Estoy bien. Lo
sé todo, Camila no hace falta que sigas fingiendo o evadiendo, ahora es
necesario que cuentes todo __ dijo con una frialdad que la estremeció.
__ ¿De qué hablas?
__De lo que acabas de confesar al fiscal, de tu pasado de
mierda con ese tipo y esa mujer… todo.
__ ¿Quién…? __ La mirada de odio que Camila destinó a
Guillermo le hizo despuntar una sonrisa. __Tenías que decirle todo ¿verdad basura?
__ ¿Quién si no yo, Camila? Pedro te preguntó algo, yo más que lo que sienten vos y esa enferma
quisiera saber cómo es que entró acá, ¿qué hablaste con ella sin denunciarla
que expuso a los chicos? __interrogó imperturbable, Guillermo.
Buenas noches Olazábal.
__Buenas noches Graziani, la señora estaba refiriéndome
los hechos.
__Escuchamos todo, encantado… Pedro Beggio. __Pedro extendió la mano al
fiscal dejando sola a Camila que bajó la mirada, y caminó con pasos inseguros hacia el living.
__Cuando se sienta en condiciones quisiera hablar con
usted _dijo Olazábal.
__Camila estuve meses lejos de mi casa, casi muerto sin
ver a mis hijos dejando abandonada mi carrera porque esa loca era una
amenaza, ¿me puedes decir en qué mierda
estabas pensando cuando la dejaste salir de acá sin llamar a la guardia, a la
policía? __la increpó Pedro.
__No lo sé, simplemente no lo sé, no sé cómo entró… tal vez ya los guardias estaban
neutralizados, me sorprendió en el jardín,
al principio pensé que deliraba, es que solo ella y yo entendemos lo que
significan estos días, este aniversario.
Pedro, yo quise contarte todo esto antes de casarnos y me dijiste que no te
importaba mi pasado.
__Porque no pensé que fuese tan sórdido mujer, por Dios.
¿Y si nada de lo que pensamos en enero fuera así? ¿Si esa mujer está enamorada
de ti?, ¿y si nunca quiso secuestrarme,
si esa bala estaba destinada a mí para llevarse al nene y tenerte a ti?
¿Qué mierda dijo?
__ No sé, algo
como que deberíamos volver a estar
juntas, que solo nosotras podríamos entender lo que sucedió y el dolor de las
pérdidas, que podríamos… vivir juntas. Pero antes dijo que yo no merecía tener
tres hijos y un hogar contigo, y se enfureció, me dijo que por qué yo sí y ella
no. Pedro ella me culpa de haber perdido a su hijo hace años, de quitarle al
amor de su vida y tal vez tenga razón. Y
luego habló de que tenemos un enemigo en común por Guillermo que nos
robó al hombre que amábamos, y no creí que fuese ella la autora ni de lo de
enero ni de nada ahora, no sé, la vi
destruida, triste.
__Por Dios mujer, meses tras ella y la dejaste escapar,
no avisaste a nadie no llamaste a nadie, expusiste a los chicos.
¿Por qué no la entregaste cuando se vieron en la iglesia?
__Porque fuimos por el aniversario de la muerte de
nuestros hijos, porque nada en ella me hizo pensar en que fuese una
amenaza, porque hace meses me expusieron
en el shopping para atraerla y no hizo nada y simplemente pensé que no era
culpable.
__Pero lo es, es una manipuladora, una psicópata.
__Camila _intercedió Matías __ me decía que tuvo la
impresión de que esa mujer la amenazaba ¿qué le dijo exactamente?
__Me dijo que podría arrebatarme algo que amara mucho
para que yo fuese por ello y me quedara con ella, pero simplemente creo que no
fueron más que palabras, lo prometo,
Pedro, por momentos no sé si hablaba de ti o de mí, me dijo que me arrebataría
a los niños para obligarme a regresar con ella para terminar con la gente que
nos hacía daño, con nuestro enemigo….
__Es decir conmigo _ dijo Guillermo negando con la
cabeza.
__No le creí, porque al momento me pidió perdón, me dijo
que el tío la esperaba y me pidió fuéramos juntas al concierto como cuando te
conoció.
__ ¿Entonces?
_Y estaba aturdida, me tomó por sorpresa, quería poner a
salvo a los chicos, le dije que fuera
ella primero que tenía que cambiarme y que la vería allí, porque pensé que iría
y que caería en la trampa. Había discutido con Alberto, sabía que él no estaba, quise alejarla de la casa y para
cuando reaccioné ella había asentido en
encontrarnos allá, y ya no estaba, y no sé qué mierda hice.
__ ¿De veras no lo sabes? _ gritó, Pedro __. Le
entregaste a los chicos, eso hiciste, la
tuviste a tu lado y no llamaste a nadie, no la entregaste cuando la viste en la
iglesia, la protegiste. ¿Es tu amante,
Camila?
__! No!
__Hijita __terció Orestes que estaba detrás desde que
Pedro había llegado esperando para hablar. __ Hablaste conmigo por teléfono ¿lo
recuerdas?
__Sí.
__ ¿Por qué no me contaste nada? Te pregunté si todo
estaba bien.
__No lo sé papi,
no sé qué fue antes, después…
__Camila, ¿cree usted que ella hablaba en serio cuando
dijo esas cosas? __preguntó Matías.
__No lo sé y no
puedo asegurarlo, como no sé si pretendía atraer a Pedro o a mí. Con lo que las
dos pasamos, con lo que esta fecha significa para ambas no me la imagino
causando daño a nadie, tanto menos a un niño,
quizá por eso no la entregué ni dije nada, pero tampoco sé hasta qué
punto puede estar enojada. Por eso creo no
me atrevía a decirte papá a ti ni al fiscal lo sucedido.
__Hija, Alberto
salvó a Guillermo de morir a manos del
tío, ella lo envió al concierto,
sospechamos que él devolvió en enero a Jonathan ¿qué más?
Matías Olazábal acababa de escuchar la música que
esperaba y ahora ya estaba casi seguro de que tenían a la mujer. Lo único que
había que hacer era encontrarla. Se alegraba de que Camila hubiera confiado en
él. Con un poco de suerte encontraría a
los niños, pondría a esa mujer entre
rejas o en el psiquiátrico y ella podría seguir su vida. Matías se compadecía
del sufrimiento de Camila Moravia, pero mucho menos del de la tal Nancy y nada
del de ese hombre que agradecía la gente de Graziani hubiese dejado muerto ya que había violado,
embarazado, esclavizado y maltratado a dos mujeres a una al menos haciéndole
perder a su hijo, a la otra en lugar de consolarla la había acusado de ser
responsable de la pérdida de su hija y la había abandonado en una clínica
psiquiátrica, dejándola soportar a ella sola el peso del remordimiento y la
pena por la muerte de dos niños. Aunque no lo diría, el tal Charles estaba bien
muerto, y Nancy totalmente loca, solo Camila le parecía redimible y al fin
había sido una suerte que el chofer la hubiera acusado de tener una amiga.
Ya eran las siete de la mañana y aún no tenía ninguna
información de los chicos, pero con la información que Camila acababa de
facilitarle, tal vez con ayuda de Graziani a quien conocía de sus épocas de
penalista llegaría muy lejos. Necesitaba encontrar a Nancy, y en su fuero
interno esperaba descubrir algo. Estaba claro que esa mujer como menos era una
insensata y la había amenazado a Camila. Cabía
la posibilidad de que se hubiera llevado a los chicos como venganza al
que ella había perdido, y de cuya muerte culpaba a Camila, o de que la amara, y
los usara como medio para atraerla a su lado. Le parecía que era menos probable
que quisiera a Pedro Beggio. Pero Matías se había prometido no decir nada por
ahora, era lo mejor que podría hacer por ella y Camila se lo agradecería.
Matías hubiera deseado prometerle que hallaría a los
chicos, era lo menos que se merecía, le
había dado la impresión de que ese matrimonio con Pedro Beggio no era más que
un arreglo. Camila solo tenía a sus hijos y ellos habían desaparecido. Adoraba
a sus hijos, estaba claro que jamás volvería a acercarse a Nancy con buen
criterio, pero no tenía más que a su padre que podría ayudarla. Parecía
increíble que tres niños hubieran desaparecido a medianoche sin dejar huella.
Lo habían sacado de sus camas con sus pijamas… y se los habían llevado.
__ ¿Cómo ha podido ocurrir, Camila? __insistió Pedro
abatido__. ¿Cómo es posible que entrara si no fuiste tú quien la dejó pasar?
¿Dónde estaba la guardia, la alarma los perros, los criados, la nana?
Era como si esperara que Camila defendiera la integridad
de sus hijos y de su casa y ella le hubiera fallado. Sus ojos estaban llenos de
reproches y dolor y su mirada la atravesó como una espada de hielo. No podía
darle ninguna excusa ni explicación. Ni siquiera se las podía dar a sí misma.
No podía comprender lo que había
ocurrido.
__No lo sé… yo tampoco lo entiendo… oí un ruido mientras
hablaba por teléfono con mi papá, pero no pensé que tuviera importancia… no se
me ocurrió que hubiera alguien en la casa aparte de guardias y servidumbre
quiero decir… ni siquiera sabía con seguridad que la nana había salido menos de
Federico y su novia.
Esta le había devuelto el vestido sucio manchado de
carmín y oliendo a humo de cigarrillo y a whisky barato pero el vestido le daba
igual, solo le importaban sus hijos.
__Antes de todo eso, ¿por qué no denunciaste que rondaba
antes?
__No lo sé… yo… __Las palabras se quebraron y la
oscuridad se cernió antes de caer en brazos del fiscal que estaba a su lado en
tanto Orestes corrió junto a ellos.
__Basta por ahora, ya hablaremos de todo, Camila está en shock Pedro, tiene
que verla el médico, el psiquiatra, por favor, son sus hijos, no puedes pensar
que proteja a nadie de haber pensado que ellos estaban en riesgo.
__Pero lo hizo, mierda lo hizo.
Pedro se dejó caer en el sillón, con la mano en la
frente, las lágrimas surcando las mejillas en tanto Orestes cargaba a Camila y
el fiscal le destinaba una mirada compasiva antes de saludar y salir de la
estancia prometiendo regresar más tarde.
__Graziani, ¿cree que ella reclamará de algún modo el
cuerpo del tío? _preguntó Matías antes de marcharse.
__No lo creo, si en verdad la conozco, y creo que sí, no
va a arriesgarse, no le importó enviarlo a una muerte casi segura.
__Gracias buenas noches.
Tras la salida del
fiscal Guillermo se cerró sobre el cuerpo de Pedro como deseando incorporarlo
fundirlo al suyo, darle su fuerza.
__Tranquilo cielito, la encontraremos, sea lo que fuere
que quiere llamará _lo tranquilizó o intentó, pero el tiempo y el espacio
adquirían para Pedro otra cadencia, como si todo lo viviera desde debajo del
agua y le llegara amortiguado, como una secuencia de imágenes de una película
que pasaba en cámara lenta, cerraba los ojos y se imaginaba corriendo,
corriendo, y a sus hijos estirando los bracitos hacia él que no podía
alcanzarlos.
__Los entregó, Guille, no sé quién es Camila, entregó a
mis hijos. No quiero estar acá, quiero irme contigo, pero no puedo _balbuceó.
__Dormiré con vos, no me importa que todos sepan lo que
nos une, luego de oír a Camila no me importa.
_ Cuando todo termine me divorciaré_ balbuceó acurrucándose en el pecho__. Mi mirada se
pierde en la inmensidad de la noche, mis labios añoran la humedad y el
sabor de tus besos, te busco en los confines de mi mente, entre las sábanas de
mi cama, en cada recoveco de mi cuerpo, y en el tacto de mis manos, pero
no estás, aunque las manos aún sienten que tu piel se encuentra ahí, siento un gran vacío en mi interior, te pienso y
te extraño, mientras la oscuridad de la noche comienza a cubrirlo todo y yo
aquí estoy aferrado a esos momentos vividos, esperándote, anhelando tu
llegada, y si bien tan solo hace unas horas que nos separamos, para a mí, me
parece un siglo, cómo te deseo amor y debo confesarte algo, tú te has
transformado en mi adicción me completas me devuelves mi esencia me haces
sentir… vivo, hombre.
__Estoy con vos amor mío, no te dejaré solo jamás.
Atravesaremos este caos juntos, de ahora en más todo lo haremos juntos, no te
desarmes mi amor, daré la vida por
rescatarlos.
__Tu vida es la mía ahora, no vuelvas a decirlo, solo
necesito entender qué mierda quiere esa mujer, si a Camila, a mí, dinero, qué
¿por qué se llevó a los chicos? __La mirada anegada cargada de la tormenta
interna que lo dominaba desgarró el alma de Guillermo.
__Tal vez llame, seguramente lo haga, y creo ahora que
usará a los chicos para atraer a uno de ustedes, recién cuando se comunique
sabremos si te quiere a vos o a Camila, está muy loca, Pedro, siempre lo
estuvo, y me temo que por doloroso que
esto sea para Camila, tampoco entiendo que no la haya denunciado, que no le
llamara la atención que apareciera en el parque si no fue ella quien la dejó
entrar a la casa, no me cierra.
__Tampoco a mí, no la creo, a esa hora los guardias
estaban despiertos, la alarma debería haber sonado, además Orestes la llamó
minutos antes del secuestro, solo pudo entrar con permiso de alguien por la
puerta principal.
Tras recuperar el
conocimiento y la prolongada conversación con el fiscal y con el psicólogo
Camila vagó por la casa como un fantasma. En un primer momento, se dirigió a la
habitación pero no pudo resistir el silencio. Las paredes parecían cercarla y
casi no podía respirar. Sin darse cuenta sus pies la condujeron de nuevo al
dormitorio de los gemelos. Era el único lugar donde quería estar, la única
estancia donde podía sentir su presencia. Era algo imposible de creer… y de
comprender. ¿Quién podía haberlo hecho y por qué?
¿De verdad era su culpa y podría haber sido Nancy? ¿Y si
lo habían hecho otros por dinero? Ya se habían instalado en la casa unas líneas
telefónicas adicionales y había agentes de la policía por todas partes.
Esperaban una llamada, o un pedido de rescate y ya estaban estudiando los
periódicos de la mañana en busca de algún mensaje encubierto de los
secuestradores. Se estaban utilizando los métodos habituales, pero Camila se
sentía completamente inútil en aquellos momentos, pues no podía hacer nada como
no fuera rezar para que sus hijos estuvieran vivos. Se arrodilló junto a la
cama e inclinó la cabeza, recordando que horas antes ella misma los había acostado
con los pijamas rojos con el cuello azul que la nana les había confeccionado y
ahora ella se preguntaba si sus niños tendrían frío o estarían asustados… si
serían amables con ellos y si les habrían dado de comer. Mientras permanecía arrodillada allí
sintió que no podría soportar su ausencia. Oyó un ruido a sus espaldas y al
volverse vio a la nana todavía muy pálida pero ya vestida con su uniforme
almidonado, mirándola con simpatía por primera vez en muchos años. Necesitaba
decir algo, pero… como a Camila, le faltaban las palabras.
__Yo… __Le temblaron los labios y apartó la mirada sin
poder resistir la contemplación del angustiado rostro de la joven madre en el
que parecía reflejarse la angustia que ella misma sentía__. Lo siento… hubiera
tenido que… hubiera tenido que oír… __La niñera estalló en sollozos mientras
pronunciaba las palabras que tanto la atormentaban__. Hubiera tenido que
impedirlo.
__Usted no podía saber nada… y ellos eran varios.
__Perfectamente equipados para el trabajo. Con cuerdas, drogas, armas, no tiene que reprocharse nada __ añadió Camila
levantándose muy despacio para rodear a la niñera con sus brazos.
A pesar de su dolor abrazó a la mujer como si fuera una
chiquilla que necesitara consuelo. La niñera se avergonzó recordando lo dura que siempre había sido con ella.
Ahora comprendía que no era débil, insensata ni superficial como parecía sino
que poseía una silenciosa fuerza capaz
no solo de sostenerla a ella, sino también a cuantos la rodeaban.
Ambas mujeres permanecieron abrazadas largo rato en
silencio. Después Camila volvió a bajar. Desde la escalera oyó unos gritos
confusos y comprendió que eran periodistas que estaban intentando superar el
vallado de seguridad y la barrera policial, tal vez supieran que Pedro había
regresado e intentaran colarse en la casa.
Pedro estaba destrozado. Sus hijos habían desaparecido y
con ellos toda esperanza de felicidad.
Camila le miró, temiendo que no pudiera resistir el dolor y se sintió culpable
de lo ocurrido. Y sin embargo. Ella no tenía la culpa… no la tenía en absoluto…
¿o tal vez sí?
Todo era tan confuso como la primera vez, como años atrás
incluso. No sabía quién tenía la culpa ni por qué. ¿Por qué nunca podía salvar
a sus hijos? ¿Era culpable de la muerte
del de Nancy? Y ahora, ¿tenía ella la culpa de lo que había sucedido… la tenía
su marido… la tenía otra persona? Se pasó las manos por el desgreñado cabello y
Pedro pensó para sus adentros que tenía apariencia de loca.
__Hija tendrías que vestirte _le dijo Orestes, dejándose
caer pesadamente en un sillón__, hay policías por todas partes y fuera se
amontonan los periodistas, me temo Pedro que ya saben que regresaste y pronto
estarán allí tus fans también. Durante unos cuantos días tendremos que salir
por atrás por el jardín. La policía dice que no ha habido ninguna petición de
rescate. Ya he llamado al banco y tiene preparados billetes marcados por si
recibimos un llamado o una nota.
__Tal vez esté confundida y dolida por la muerte del
tío y por ello demore el llamado _dijo
Pedro en un hilo de voz.
__Es posible _respondió
el juez.
__Ordené a Miller custodien el cuerpo, lo dudo, pero por
las dudas envíe sicarios a rescatarlo, debemos estar atentos.
De pronto, Camila se alegró de que Pedro estuviera en
casa aunque presintió que su matrimonio había llegado a su fin. Él se
encargaría de resolverlo todo. Obligaría a los secuestradores a devolverles a
sus hijos. Lo miró, pensando más que nunca en cuánto lo había defraudado, cosa
que él jamás había hecho con ella, lo cierto es que no hallaba ni siquiera
ternura en esa mirada, y lo entendía. Pedro la había rescatado hacía años y
jamás la había decepcionado. Jamás. Ni una sola vez en todos los años que
llevaban juntos, y ahora acababa de oír hasta que ella se acostó con Alberto.
__Lo siento muchísimo, Pedro… no sé qué decir…
Él asintió con la cabeza sin decirle que ella no tenía la
culpa, y entonces Camila comprendió que la culpaba a ella de lo ocurrido. Pedro
se levantó muy despacio y se acercó a la ventana para contemplar el parque
donde solía jugar con los chicos, donde todo había comenzado en enero, Camila
vio que estaba llorando, pero no se atrevió a consolarlo ni a decirle nada. Si
le echaba la culpa por no haber vigilado suficientemente a los niños o por
haber dejado llegar a Nancy, ¿qué hubiera podido decirle para consolarlo? Lo
miró con impotencia y empezó a sentir una conocida punzada en la cabeza, y por
un instante estuvo a punto de desmayarse. Pedro se volvió a mirarla e
inmediatamente reconoció los signos. Tenía un aspecto horrible pero no le extrañaba,
él también se encontraba muy mal.
__Estás pálida, Camila. No debiste levantarte, ¿tienes
migraña?
__No __mintió. No quería que nadie viera lo débil,
asustada, vulnerable y destrozada que
estaba. Tenía que ser fuerte por sus hijos y por todos. Trató de conservar el
equilibrio mientras luchaba contra una oleada de náuseas__. Estoy bien ¿sabes
algo de Alberto, Guillermo?
__Regresará de un momento a otro, luego prepararemos su
defensa para la vista en el juzgado, no dejaremos que lo declaren culpable _ dijo
sin mirarla __, me salvó la vida y si no disparaba él iba a hacerlo yo.
__Está bien, supongo que pensé cuando ella dijo que iba al concierto que era mejor dejarla
ir y que cayera en la trampa, lo que no logro entender es por qué no te dije nada cuando llamaste papá, supongo que pensé que con tanto dolor
ella era inocente, que no haría nada más no sé… Me voy a vestir.
Hubiera tenido que irse a la cama pero sabía que no
hubiera podido dormir. Y además, no hubiera podido soportar las pesadillas.
__He tocado varios contactos _dijo Orestes.
__El fiscal ha sido muy amable _respondió Camila mientras
se alejaba__. Cuando regrese Alberto que me busque, quiero disculparme con él.
Olazábal le había prometido guardar su secreto, pero ya
no lo era y estaba dispuesta a sacrificar su vida y su matrimonio con Pedro a
cambio de recuperar a sus hijos.
Pedro la miró largo rato y, por un instante, se sintió
culpable.
__No quiero reprocharte nada, Camila… sé que amas a los
chicos, sé que no tienes la culpa. Pero no comprendo lo de esa mujer, cómo ha
podido ocurrir.
Había perdido a los amores de su vida, pero ella estaba
en las mismas condiciones y no habría podido ayudarle.
__Yo tampoco lo entiendo _ dijo Camila en voz baja__. No
puedo estar segura de que sea Nancy responsable, sé que todos piensan
diferente, pero estamos muy tristes por… lo de antes yo no podría estar planeando
algo como un secuestro.
Fuimos tanto,
Pedro, y al final no fuimos
nada... A veces sí y a veces no, vivir sin ti y vivir sin mí, vivir una vida
sin amor, de ti, de mí, de los dos. Pude ser tuya y tú mío como una bella
poesía. Tan de mí y tan de ti, como un verso. Tan dentro y tan todo, como la
misma vida. Tan cerca y tan lejos, como las estrellas y el cielo. Tan de mí y
tan de ti, como rima el poema de cuando te amé, y todo lo que de ti olvidé la
noche de tu ausencia, de ti de mí, de los dos. Todo lo que pudo ser y no fue,
cuánto de todo y de nada, por ser necios y estúpidos, y olvidar que nos
amábamos, nos teníamos el uno al otro, nos gustaba estar juntos, prometimos no
dejarnos ni olvidarnos. Fuimos tanto y al final no fuimos nada, tanto de ti y
tanto de mí, y nada de lo que dijimos fuimos, tú amándote a ti mismo, y yo
yéndome de ti... y nada de lo que pensamos hicimos, todo fue nada y todo se
volvió nada, y hasta tu manera de amarme, siempre mío de mí, yo de ti y tú de
mí, mi manera de olvidarte, se fue por el caño... y te sigo amando y no sé cómo
decirte... yo nada soy sin ti, tú eres mi vida entera, mi razón de ser y de
vivir. Pero entenderé si deseas dejarme.
“Se paró frente a mí con una mirada que me aterró, era la
confirmación ‘in situ’ de lo que percibía estaba ocurriendo en nuestra
relación. En la relación de ella conmigo. Me dijo que estaba partida a la
mitad, que una mitad quería seguir conmigo, que me amaba con locura, pero que
la otra mitad solo quería huir, buscar nuevos horizontes. Me hizo el gesto como
que estaba cortada exactamente a la mitad de arriba abajo, y eso fue lo único
que escuché. Me besó en la mejilla y dijo que se iría pronto del que sería nuestro hogar hasta que
fuésemos viejitos.
Me quedé con eso de que estaba partida a la mitad y realmente no podía salir de ese pensamiento traumático y ver a través de su gesto. Mientras, no hacía más que pensar y pensar, algo sobresalientemente extraño comenzó a sucederme. Todo a mi alrededor entró en una clase de separación, que solo proyectaba en mí angustia y deseo de experimentar este fenómeno. Si miraba el color rojo, mi preferido, ya no era así, era mitad rojo y mitad rosa. La música la percibía perfectamente separada en dos: por un lado la voz y por el otro el acompañamiento, como si se tratase de dos versiones de un mismo tema. Así todo. Me asustó comprobar que interpretaba el movimiento de la sangre por mis arterias y como contraparte sentía el fluir de la misma por mis venas, como si se tratase de sistemas separados que nada tienen que ver entre sí. Todo frente a mí se dividía en dos, salvo mi amor por Guille que me estrujaba el corazón, no permitiendo que la parte izquierda se separase de la otra.
Ya no me sorprendía, pasados unos días, este enigma de la división en dos, pero se me ocurrió escribir mis sentimientos arruinados, pues sabía que esto no terminaría bien, y grande fue el susto al ver que no podía escribir como antes. Por más que me esforzara, mi escritura se había convertido en algo sumamente extraño, poderosamente confusa y me aterré al entender lo que sucedía. Expresaba mis pensamientos con un ritmo y secuencia particular. Escribía las palabras divididas en dos y unía la primera mitad con la primera mitad de la palabra siguiente, y la segunda mitad con la segunda mitad de la palabra siguiente, y así, formando una maraña de palabras que solo reflejaban un orden definido y que acentuaba la divisibilidad de las mismas, de todo, y lo mismo sucedió al intentar componer. Cuando quise revertir la situación no pude. Entré en pánico y pedí una cita con un profesional de la salud mental, estaba seguro que estaba enloqueciendo. Ya en su consultorio y luego de explicarle lo de los chicos y lo de la potencial ruptura, los síntomas que estaban haciendo mi vida imposible, le mostré el texto que había escrito y esperé pacientemente su diagnóstico. Segundos más tarde, mirándome sin que notara en él demasiada preocupación, me sorprendió al asegurarme que lo mío era un típico caso de "Divilexia", una disfunción temporal de una parte del cerebro que, inducida por un hecho traumático, había encontrado la solución a los problemas cotidianos y comunes del día dividiendo todo en dos, y que lo de la escritura codificada de ese modo solo era un síntoma más. Le pregunté si me iba a recuperar y solo se limitó a contestar que dependía pura y exclusivamente de mí.
Semanas de llanto y ánimo convulsionado y abstinencia de la imagen real de la que había sido mi vida, comenzaron a tornar de a poco lo doble en solo una figura. Era como que todo se unía paulatinamente. Cada tanto sacaba el papel donde había escrito el texto codificado, que por cierto podía leer con facilidad pero era como que mi comprensión se había dividido de la pura habilidad para leer lo escrito. No entendía lo que leía, ese era el caso. Casi seis meses después de haber comenzado mi terapia restauradora, recordaría sacar el papel y mostrárselo nuevamente a mi terapeuta y explicarle que aunque ya no se dividían las cosas frente a mí, eso seguía igual, que la divilexia no cedía. Cuidadosamente desarrugó el papel y lo leyó. Me miró fijo y con tono paternal conformó esta explicación que para la altura de mi estado sentimental, fue tan traumática como la mismísima separación con mi mujer. “No existe tal cosa llamada divilexia, esto que escribió aquí es perfectamente legible, solo usted veía la codificación, supongo que en un esfuerzo último de su cerebro por opacar, silenciar el verdadero problema. Lo que realmente le sucedía, lo que no quería reconocer y enfrentar”, acto seguido estiró su mano, me entregó el papel y me pidió que lo leyera. Como si se tratara de un papel mágico en el que las letras tenían la potestad de conformarse a su voluntad, poco a poco entre movimientos ondulantes y precisos de las mismas el mensaje recobró la forma que siempre tuvo, para todos menos para mí y leí: “TRsa Le GOLep INIlaic ED Tsu PALAsarb, Un FRoi DOLOosor Feu GANAodn Msi ILUSIseno PERDsadi, INVOodnac Un NUEov ESPÍutir En Mí. Uno NUEov e IMPREDelbice, CAUSocit PEor NECEoiras, AUNeuq No Me ATREaiv a RECONolreco. Yo No Te AMaba Msá AMro, y Eos ESTaba DESTRUodney Mi VIad. Haec TIEopm Qeu HAaíb PERodid Mi AMro Pro Vso y Eos Me ESTaba MATodna, HAats SIEerpm AMro.”
En la puerta de mi terapeuta mascaba mentalmente este acertijo de las cosas divididas y me reí liberado, las culpas habían desaparecido, me sentía nuevo y fortalecido. Choqué con esta otra persona y sus carpetas desparramadas captaron toda mi atención. Cuando levanté la vista, ahí estaban esos ojos que esperaba ver hasta el día en que los míos se cierren para siempre. Guille.”
Me quedé con eso de que estaba partida a la mitad y realmente no podía salir de ese pensamiento traumático y ver a través de su gesto. Mientras, no hacía más que pensar y pensar, algo sobresalientemente extraño comenzó a sucederme. Todo a mi alrededor entró en una clase de separación, que solo proyectaba en mí angustia y deseo de experimentar este fenómeno. Si miraba el color rojo, mi preferido, ya no era así, era mitad rojo y mitad rosa. La música la percibía perfectamente separada en dos: por un lado la voz y por el otro el acompañamiento, como si se tratase de dos versiones de un mismo tema. Así todo. Me asustó comprobar que interpretaba el movimiento de la sangre por mis arterias y como contraparte sentía el fluir de la misma por mis venas, como si se tratase de sistemas separados que nada tienen que ver entre sí. Todo frente a mí se dividía en dos, salvo mi amor por Guille que me estrujaba el corazón, no permitiendo que la parte izquierda se separase de la otra.
Ya no me sorprendía, pasados unos días, este enigma de la división en dos, pero se me ocurrió escribir mis sentimientos arruinados, pues sabía que esto no terminaría bien, y grande fue el susto al ver que no podía escribir como antes. Por más que me esforzara, mi escritura se había convertido en algo sumamente extraño, poderosamente confusa y me aterré al entender lo que sucedía. Expresaba mis pensamientos con un ritmo y secuencia particular. Escribía las palabras divididas en dos y unía la primera mitad con la primera mitad de la palabra siguiente, y la segunda mitad con la segunda mitad de la palabra siguiente, y así, formando una maraña de palabras que solo reflejaban un orden definido y que acentuaba la divisibilidad de las mismas, de todo, y lo mismo sucedió al intentar componer. Cuando quise revertir la situación no pude. Entré en pánico y pedí una cita con un profesional de la salud mental, estaba seguro que estaba enloqueciendo. Ya en su consultorio y luego de explicarle lo de los chicos y lo de la potencial ruptura, los síntomas que estaban haciendo mi vida imposible, le mostré el texto que había escrito y esperé pacientemente su diagnóstico. Segundos más tarde, mirándome sin que notara en él demasiada preocupación, me sorprendió al asegurarme que lo mío era un típico caso de "Divilexia", una disfunción temporal de una parte del cerebro que, inducida por un hecho traumático, había encontrado la solución a los problemas cotidianos y comunes del día dividiendo todo en dos, y que lo de la escritura codificada de ese modo solo era un síntoma más. Le pregunté si me iba a recuperar y solo se limitó a contestar que dependía pura y exclusivamente de mí.
Semanas de llanto y ánimo convulsionado y abstinencia de la imagen real de la que había sido mi vida, comenzaron a tornar de a poco lo doble en solo una figura. Era como que todo se unía paulatinamente. Cada tanto sacaba el papel donde había escrito el texto codificado, que por cierto podía leer con facilidad pero era como que mi comprensión se había dividido de la pura habilidad para leer lo escrito. No entendía lo que leía, ese era el caso. Casi seis meses después de haber comenzado mi terapia restauradora, recordaría sacar el papel y mostrárselo nuevamente a mi terapeuta y explicarle que aunque ya no se dividían las cosas frente a mí, eso seguía igual, que la divilexia no cedía. Cuidadosamente desarrugó el papel y lo leyó. Me miró fijo y con tono paternal conformó esta explicación que para la altura de mi estado sentimental, fue tan traumática como la mismísima separación con mi mujer. “No existe tal cosa llamada divilexia, esto que escribió aquí es perfectamente legible, solo usted veía la codificación, supongo que en un esfuerzo último de su cerebro por opacar, silenciar el verdadero problema. Lo que realmente le sucedía, lo que no quería reconocer y enfrentar”, acto seguido estiró su mano, me entregó el papel y me pidió que lo leyera. Como si se tratara de un papel mágico en el que las letras tenían la potestad de conformarse a su voluntad, poco a poco entre movimientos ondulantes y precisos de las mismas el mensaje recobró la forma que siempre tuvo, para todos menos para mí y leí: “TRsa Le GOLep INIlaic ED Tsu PALAsarb, Un FRoi DOLOosor Feu GANAodn Msi ILUSIseno PERDsadi, INVOodnac Un NUEov ESPÍutir En Mí. Uno NUEov e IMPREDelbice, CAUSocit PEor NECEoiras, AUNeuq No Me ATREaiv a RECONolreco. Yo No Te AMaba Msá AMro, y Eos ESTaba DESTRUodney Mi VIad. Haec TIEopm Qeu HAaíb PERodid Mi AMro Pro Vso y Eos Me ESTaba MATodna, HAats SIEerpm AMro.”
En la puerta de mi terapeuta mascaba mentalmente este acertijo de las cosas divididas y me reí liberado, las culpas habían desaparecido, me sentía nuevo y fortalecido. Choqué con esta otra persona y sus carpetas desparramadas captaron toda mi atención. Cuando levanté la vista, ahí estaban esos ojos que esperaba ver hasta el día en que los míos se cierren para siempre. Guille.”
__ ¡Te he amado toda la vida! ¡Amor! Somos almas
viejas... venimos de otra vida amándonos, pensándonos, y teniéndonos solo por
amor. Siempre hay tanto de ti y tanto de mí.
La masa era maleable y la supuse adecuada para tal fin. Seguí el diseño pensado con décadas de antelación. La textura era la deseada y las primeras formas encajaron muy bien. Mi pericia estaba a prueba, mi deseo refrenado, no podía haber fallo justo ahora tras tantos años de preparación.
La silueta esbelta y sutil, los brazos fuertes los hombros anchos. Las piernas torneadas en el más puro lenguaje de lo sensual. Especial cuidado en los pies, estiré los dedos con la maestría de un orfebre. Volví al torso y modelé las colinas que ganaban el exterior con sus cúspides al cielo, mi cielo. Descendí un poco, lo plano no era para mí, una suave y dulce duna sería el valle de mi retozo. Lo mejor para el final, tallé sus grandes ojos y los pinté con miel y azafrán. La fresa fue modelo que transferí a su boca e imaginé su sabor. Rizado el río oscuro que fluyó hasta su cadera. Colgando masas y fuentes que serían mi delirio. Estaba listo y me emocioné. Con el sigilo de un felino y la pasión de un cazador, me acerqué y lo contemplé por un rato o siglos, qué más da. Soplé en su nariz el poderoso aliento del corazón y despertó. Solo lo miré. Era la obra de mis manos, el resultado de mi anhelo emocional. No pude hablar, fue más, mucho más que la ilusión. Dijiste mi nombre con la fuerza del viento y yo me derretí. Era tu turno de hacer de mí lo que quisieras... y danzamos. Bailamos enlazados al ribete del misterio.
Nos fue envolviendo la mágica sensación del desvelo cuando briznas encendidas iluminaban nuestras manos. Despertaron los poros y nos hallaron sedientos ansiosos por rozar el profundo vahído del delirio, verbos olvidando la llovizna del silencio. Sin pensamiento alguno penetramos la eternidad vestidos de colapso, temblorosos como pájaros emigrando de la prisa. No había nada que recordar… La mente se adormeció claudicando ante el fervor de los labios adherida entre susurro de tan inquietas penumbras. La entrega del hechizo nos arrancó de este mundo haciéndonos levitar en otros universos y asidos por la espalda recorrimos el brocado que desmayaba a la noche, escribiendo con la boca el soneto del vapor que nos
ataba.
_Hoy y como siempre mi amor, no es nada nuevo pasarme por
tu vida para decirte que hoy al igual que ayer mis besos desean acariciar tus
labios, tampoco es nada nuevo confesar que mis suspiros solo son tuyos, que
llevan tu nombre, que cada vez la distancia de nuestros cuerpos se estrecha, te
siento más cerca aunque la distancia sea eterna, y me duela el alma toda al no tenerte,
aprendí a ser feliz aunque solo pueda amarte en mis sueños, donde besas mis
silencios. No te rindas me dice el corazón, el amor, al fin y al cabo es sueño,
es ilusión, es pasión, es, todo eso que nos hace soñar, sufrir, vivir, es, puro
sentimiento que navega en la sangre de un alma enamorada.
Lleno cada rincón de mi alma de sueños contigo, para renacer en un nuevo día, despierto en mis madrugadas cuando el sol atrevido y descarado acaricia mi piel, despierto, y te busco, otra madrugada más, donde los sueños juegan con mi alma, me espera otro día donde la sangre se rompe por dentro, donde margullo en cada uno de mis sueños, donde recojo cada beso, que dejé en tus labios, y lleno mis maletas de ellos, juego con las sonrisas que le regalé a tus ojos, y cierro de nuevo mis ojos para sentir, ese suspiro que sale de tu boca cuando me sueñas, en este momento vida mía, necesitaría tus ojos para perderme en ti, antes de que llegue la noche negra, y me robe los sueños que llevan tu nombre.
Alma mía, déjame pensar que en mis sueños te encuentro, que te encuentro bailando en la comisura de mis labios, déjame que sueñe que estás, en la orilla de mis deseos esperando mis besos, besos que se besan como siempre han querido, besos de pasión y dulzura, que solo tú eres su dueño.
Lleno cada rincón de mi alma de sueños contigo, para renacer en un nuevo día, despierto en mis madrugadas cuando el sol atrevido y descarado acaricia mi piel, despierto, y te busco, otra madrugada más, donde los sueños juegan con mi alma, me espera otro día donde la sangre se rompe por dentro, donde margullo en cada uno de mis sueños, donde recojo cada beso, que dejé en tus labios, y lleno mis maletas de ellos, juego con las sonrisas que le regalé a tus ojos, y cierro de nuevo mis ojos para sentir, ese suspiro que sale de tu boca cuando me sueñas, en este momento vida mía, necesitaría tus ojos para perderme en ti, antes de que llegue la noche negra, y me robe los sueños que llevan tu nombre.
Alma mía, déjame pensar que en mis sueños te encuentro, que te encuentro bailando en la comisura de mis labios, déjame que sueñe que estás, en la orilla de mis deseos esperando mis besos, besos que se besan como siempre han querido, besos de pasión y dulzura, que solo tú eres su dueño.
_Si solo amor me reclamas no te impongo condiciones siempre
evité las traiciones. Soy justo con quien me ama. Te amo tanto es verdad. Se acelera
mi corazón, mi más bella tentación
por siempre serás. Si amarte me causa desvelo no existe un remedio mejor que hacerte siempre el amor si el sexo en vos es el consuelo. No me hagas más un reclamo, comprende que vos me gustas y solo entiende que me asusta la forma en que yo te amo. Solo pido que te cuides y evites cualquier fracaso, que encuentres aquí en mis brazos la razón por la que vives. Voy en busca de mi destino. Voy caminando y no paro, vos siempre serás el faro que va a alumbrar mi camino, estoy acá cielito, duerme mi amor, que velo por tu sueño duerme soy tu roca tu pilar tu apoyo, para siempre mi amor.
por siempre serás. Si amarte me causa desvelo no existe un remedio mejor que hacerte siempre el amor si el sexo en vos es el consuelo. No me hagas más un reclamo, comprende que vos me gustas y solo entiende que me asusta la forma en que yo te amo. Solo pido que te cuides y evites cualquier fracaso, que encuentres aquí en mis brazos la razón por la que vives. Voy en busca de mi destino. Voy caminando y no paro, vos siempre serás el faro que va a alumbrar mi camino, estoy acá cielito, duerme mi amor, que velo por tu sueño duerme soy tu roca tu pilar tu apoyo, para siempre mi amor.
__Algunas nubes blancas enamoradas de la brisa, juegan en
el cielo. El azulado picaflor bebe las últimas savias de la flor, en un estío
de rojos y en el espejo de ese paisaje tu imagen de aroma y flor, entibió mis
ojos. La suave brisa fresca esculpe el tenue ropaje en tu cuerpo.
Rizos de negro acarician el óvalo de tu rostro, y los luceros de tus ojos y sonríes, como el picaflor a su flor, rendido a tu belleza y su bello antojo. Voy a morir por ese beso que me das y no me importa la vida.
Mi soledad estalla en mi mundo interior sin amor en el aroma de tu boca cuando tu beso se prolonga hasta vivir de mi aliento, en esta pasión loca. Mis manos amantes recogen extasiadas el aroma de tu piel.
Cuando recorren el paisaje del barranco de tu pecho y ascienden a los botones de pétalos y rosas mientras vivo el oasis de tu cuerpo como el de una bella mariposa aleteando atrapada en tu ombligo.
Rizos de negro acarician el óvalo de tu rostro, y los luceros de tus ojos y sonríes, como el picaflor a su flor, rendido a tu belleza y su bello antojo. Voy a morir por ese beso que me das y no me importa la vida.
Mi soledad estalla en mi mundo interior sin amor en el aroma de tu boca cuando tu beso se prolonga hasta vivir de mi aliento, en esta pasión loca. Mis manos amantes recogen extasiadas el aroma de tu piel.
Cuando recorren el paisaje del barranco de tu pecho y ascienden a los botones de pétalos y rosas mientras vivo el oasis de tu cuerpo como el de una bella mariposa aleteando atrapada en tu ombligo.
Quiero ser mar y olas y besar, impúdico, tu cuerpo. Te desnudaré entre las olas, en el infinito
placer de amores soberanos para amarte sin límites, beber mi sed de tu boca,
lujuria de placer descarriado. Tu risa, invade el silencio, que se esconde en
un arrullo en flor. Murmullos sorprendidos se escapan de tu boca, en murmullos
y candor mi corazón estalla en la música íntima, instante supremo de ver tu
amor. Déjame intentar mis quimeras, en el desierto donde habitan mis sueños entre
tu piel, labios, cuerpos, volando tus manos sin pensar en el tiempo.
Nuestro amor ha de abolir las fronteras de los tiempos. Sentiremos
el éxtasis íntimo y la comunión de ser dos amores conjugados, dos hombres
arrebatados por la vida, en alborozo enamorados. Amor, llévame en tus brazos a
tu cielo, sin salir de nuestro lecho. Quiero tu amor de todos los momentos, olvidando
mis esperas, vida mía y lenta, dulcemente hacerte mío calmando todas mis ansias
desmedidas. Déjame reposar en tu tibio regazo, amor de todos mis instantes. Te
enseñaré mis verbos con palabras tibias, hasta arrancarte tus lágrimas y pasiones
descarriadas, que te llevas mi alma. Tú, eres mi secreto inconfesable. Mi
pasión pura, irresistible. Y mi amor inolvidable.
05 de agosto de 2017.
__ Amanece y aún siento
la humedad de tus besos recorriendo mi
cuerpo, amanece y aún permanece tu aroma, en la oscuridad de mi cuarto, amanece
y las sábanas todavía guardan el
abrasador fuego de tu ardiente piel, amanece y mis labios, mis manos y todo mi
ser, aún recuerdan el deseo y la pasión de esa noche mágica e inolvidable, te
amo, Guille.
¿Alguna novedad? Me quedé dormido.
__Nada amorcito y tienes que dormir, esta desquiciada
puede pasar tiempo jugando a las escondidas.
__Tengo miedo.
__Lo sé, pero ¿a qué temes si sabes que te sostendré y te
acompañaré en todo el camino que haya que recorrer?
__Lo sé _respondió con acento afectado y respiración
entrecortada__. Temo que pase lo peor, no volver a verlos y terminar
destrozado.__ ¿Crees que Camila sabe dónde encontrarla?
__No. Con todo lo que sé de ellas, Camila no ocultaría
esa información, Pedro quizás algo hizo que protegiera a Nancy, pero a un día
sin saber de sus hijos no creo que guarde nada.
__Guille… No me contaste todo lo sucedido antes, ¿por
qué? __La mirada se clavó en la de Guillermo.
__No pensaba contarte nada Pedro, todo debiste saberlo por Camila, me dio pudor
yo estaba entre ellos, aunque no fui de nadie, no amé a nadie, de eso tienes
que estar seguro.
__Lo sé, lo estoy. ¿Y ellas? ¿Crees que entre ellas quede
algo que justifique que esa mujer me quiera muerto y a Camila y a los chicos con ella?
Guillermo guardó silencio pensativo.
__En verdad, desde enero no barajé esa posibilidad pero
la mente de Nancy es imprevisible, y tal vez vea una posible familia que cree
le arrebatamos, con tus hijos y Camila, o con tus hijos y vos, no puedo
dilucidar eso.
__Pero yo no la conozco.
__Pero ella te conoce a vos. Sin una llamada, un aviso,
un mensaje no podremos saberlo. Hay gente de Olazábal y nuestra siguiendo a su
expareja, al hijo, custodiando el cadáver del tío, más no podemos hacer para
ubicarla si no llama.
__Es allí donde Camila carga con la culpa de todo,
mierda, la tuvo a su lado dos veces. Sé que ama a los chicos, que nunca imaginó
el desenlace, pero ella es responsable de lo sucedido __ afirmó Pedro y el
llanto regresó, junto a un dolor profundo que laceraba el pecho, que supo se
quedaría allí por el resto de su vida,
si ellos no regresaban a su lado.
¿Y Alberto?
__Está en casa de Gaby, preferí que se quede fuera de esto no quiero
que se complique su causa, necesito sacarlo libre de todo, Pedro, él ya estuvo
preso no permitiré que regresé allí.
__Entiendo, amor lo hizo por ti, fue muy leal y valiente.
__
Camila se puso un vestido gris y medias grises, se
cepilló el pelo, se lavó la cara, se calzó unos zapatos negros y rezó para que
pudiera sostenerse en pie. Cuando más tarde se dirigió a la cocina para
encargar a la cocinera la preparación de comida para los policías y agentes de
inteligencia que estaban en la casa, descubrió que el mayordomo ya se había
encargado de todo. Había bocadillos pasteles, fruta y tazas humeantes de café.
Y en el comedor vio que habían instalado una mesa de buffet, pero apenas nadie
lo había tocado pues los hombres estaban muy ocupados y ni siquiera tenían
tiempo para comer.
No reconocía a ninguno de los hombres de la víspera pues
habían cambiado el turno, mas seguían registrando la casa en busca de huellas o
esperando de un momento a otro un llamado de rescate o intercambio.
Al pasar por delante de la biblioteca vio que Pedro
estaba conversando con dos hombres de la fiscalía, los agentes le dirigieron
una extraña mirada al verla.
¿Qué habrían dicho? ¿Qué podían decir? Ella no tenía la
culpa de que se hubieran llevado a sus hijos. ¿Le echaban la culpa por lo de
Nancy?
Cuando regresó al salón, experimentó un sobresalto al oír
un barullo tremendo en el exterior. La puerta principal se entreabrió unos
centímetros, se oyeron unos gritos y, de repente, se vio rodeada por media
docena de vociferantes desconocidos mientras los flashes le estallaban en la
cara y una falange de agentes de la policía se levantaba como escudo para
empujar de nuevo a los invasores hacia el exterior.
Solo se les escapó un joven rubio que miró a Camila como
si la conociera y antes de que pudiera esta comprender lo que estaba sucediendo
comenzó a bombardearla con preguntas.
__ ¿Cómo se encuentra señora Moravia? ¿Regresó su esposo?
¿Hay alguna noticia o pedido de rescate? ¿Qué siente en estos momentos? ¿Tiene
miedo? ¿Cree que los niños pueden estar muertos?
Las luces que estallaban en la distancia la cegaban e
intensificaban el dolor de cabeza. Mientras pugnaba por alejarse, una poderosa
voz tronó a su lado y unas manos fuertes la asieron por los hombros. Era Matías
Olazábal.
__! Saquen a este hombre de aquí!
El joven desapareció y la puerta se cerró, y las voces se
convirtieron en un lejano rumor mientras Matías la sostenía por el brazo y la acompañaba a un sillón del living. En el
momento de entrar en la casa, algunos reporteros habían conseguido
introducirse, burlando la vigilancia policial.
__Maldita escoria, la próxima vez entraré por la cocina _
espetó y de súbito miró a Camila con visible preocupación, a pesar de que él
apenas se tenía en pie del cansancio. Mientras le ofrecía un vaso de agua que
le había pedido a uno de sus hombres por señas, ella lo miró sin poder reprimir
las lágrimas.
La cólera de Pedro, el miedo que sentía y el agotamiento
le habían provocado una jaqueca espantosa. El periodista había hecho preguntas
de muy mal gusto. ¿Y si los niños hubieran muerto? ¿Y si los hubieran matado?
Se moría de miedo y sufría por el dolor de Pedro. Lanzó un suspiro y miró al
fiscal, avergonzándose por haber perdido la compostura.
__Perdone.
__ ¿Por qué? ¿Por ser humana? Esos hijos de… me atacan los nervios. __Matías la miró a los ojos y bajó la voz. Acababa de
entrevistarse con la expareja de Nancy__ ¿Hay algún sitio donde podamos hablar
tranquilos?
__En la biblioteca está mi
esposo con dos oficiales. Ya sé _añadió tras reflexionar un instante.
Después encabezó la marcha hacia una pequeña sala de
música llena de partituras, viejos libros e instrumentos en la que Pedro solía
ensayar. Había entre ellos un escritorio, sillones, un canapé en el que Matías
acomodó a Camila, sentándose él en uno de los sillones. Solo la conocía desde
la víspera, pero estaba dispuesto a creer en sus palabras y a jugarse la
reputación por ella. Jamás había visto a otro ser humano semejante, le parecía
un personaje sacado de un libro de sueños, y poseía una fuerza interior y unos
ideales que él jamás había observado en las personas de carne y hueso que él
conocía. Y, sin embargo era al mismo tiempo una joven extraordinariamente
atractiva.
Matías no había conseguido sacar nada en claro acerca de
los dos hombres de su vida. El que había muerto no había sido más que un
delincuente y Pedro Beggio no parecía serle muy útil. Solo lo conocía por la
prensa y siempre le había parecido un muchacho frío y orgulloso como todo
artista famoso.
__ ¿Ocurre algo? __preguntó Camila temiendo que hubiera
sucedido alguna desgracia todavía peor__. ¿Se ha sabido alguna cosa?
Sus grandes ojos miraron a los claros, repentinamente
asustados pero el fiscal negó con la cabeza y se apresuró a tranquilizarla.
__Nada sobre los chicos. __Tenía la sensación de haber
compartido con ella los secretos de toda una vida y deseaba protegerla por
todos los medios a su alcance. Había sufrido muchas penalidades, había confiado
en él y no deseaba defraudarla. Pero tampoco quería poner en riesgo la vida de
los niños y estaba preocupado__. Me he pasado tres horas hablando con el que
fuera expareja de Nancy el padre del hijo que no ve.
__ ¿Le ha dicho usted lo que yo le he contado de ella?
__Sabe casi todo, la ve, de hecho la vio luego de que la
visitara en el parque. Le dijo lo mismo que usted cree, que lamenta haber reaccionado de aquella
manera después de lo que ocurrió, pero también dijo, que cuando la vio el otro
día con los chicos no recuerda muy bien lo que dijo, que está medicada y suele
sucederle, aunque probablemente no debieron de ser cosas muy agradables, si
bien insiste en afirmar que no tenía la menor intención de hacer ningún daño, ni
usted ni a sus hijos.
__ ¿Y usted le cree?
Camila miró al agente a los ojos. Necesitaba saber la
verdad. Estaba dispuesta a creerle y a confiar en él. Le parecía un hombre
esencialmente honrado e intuía que no la traicionaría. Todavía recordaba cómo
la había consolado y abrazado la víspera mientras ella lloraba por lo de años
atrás.
__Y ahí está el
problema. __Olazabal sacudió la cabeza y se inclinó en el asiento__. No le creo
ni siquiera cuando dice haberla visto en un bar y no saber dónde para. Pero
tampoco creo a esa mujer capaz de causar daño a sus hijos, Camila. Por lo que
sé es una joven malcriada, torturada por el pasado, hoy quizá dispuesta a hacer
cualquier cosa con tal de conseguir lo que quiere… utilizando amenazas… coacciones… y cosas peores. Le creo capaz de
llevarse a los chicos para atraerla a
usted o a su esposo e incluso es posible que eso no le parezca incorrecto. No
estoy seguro. Ni siquiera sé muy bien lo que pienso porque no la conozco. Pero
no me acabo de creer lo que dice su ex, no me ha convencido cuando ha tratado de
justificar sus amenazas con la excusa de que está medicada.
__Tenía mirada de loca, iba desgreñada y en verdad el aliento apestaba
a alcohol. Su aspecto era en verdad el de un individuo disoluto al que no le
han salido muy bien las cosas y que precisamente por eso está dispuesto a
cometer cualquier tipo de disparate, pero de eso me he dado cuenta razonando,
no cuando la encontré de sorpresa __concedió Camila__. Pero no la creo capaz de
dañar a mis hijos, eso no.
Matías no entendía a aquella gente. El solo entendía y se
preocupaba por Camila y solo Dios sabía por qué deseaba ayudarla.
__Me preocupa esa mujer y quiero que usted lo sepa. Lo
cual significa que vamos a someter a vigilancia a su entorno y quizá
registremos la casa de ese hombre. Y quise contarle esto porque tal vez sea
usted la que desee decírselo a su esposo antes de que se entere por Graziani o
por su padre.
Camila agradeció la advertencia y la posibilidad de poder
decírselo a Pedro ella misma. Matías era tan honrado como ella suponía. Trató
de sonreír pero le dolía tanto la cabeza que no pudo.
__ ¿Se encuentra mal? _preguntó Matías al ver su mueca de
dolor.
__No estoy bien,
le agradezco pero mi matrimonio no creo tenga retorno.
Las palabras ya no significaban nada, pero eran lo que se
esperaba de ella.
__Será mejor que descanse un poco. De lo contrario se
vendrá abajo en el momento en que más la necesitemos.
Ella asintió con la cabeza pero no creía poder volver a
dormir nunca más… no hasta que no le devolvieran a sus hijos. ¿O acaso tendría
que vivir sin ellos?
“No Dios mío no me los quites también a ellos, no me
obligues a vivir sin ellos”.
No podría tocarlos ni sostenerlos en sus brazos ni saber dónde estaban… si estaban a salvo si les cuidaban bien… si
fuera ella la llamaría, le diría… no era
, no podía ser tan cruel. De pronto ansió aspirar el perfume de la piel y del
cabello de cada uno… oír sus risas y peleas… sentir sus bracitos alrededor de
su cuello y ver la dulce mirada de sus ojos lo mismo que estaría sintiendo
Pedro. ¿Cómo podrían sobrevivir hasta que los encontraran? Estuvo a punto de desmayarse ante la sola
idea. De pronto sintió en el brazo la mano que pareció sacarla de sus terrores.
__Aguante Camila…: los vamos a encontrar.
Ella asintió en silencio y se levantó sabiendo que no
tendría más remedio que decirle a Pedro unas cosas muy graves.
Estaba inquieta pero no preocupada, no sabía cuánto le
había contado Guillermo, cuánto había oído la víspera, ella al fin le
confesaría todo, desde su propio secuestro. Se lo diría, así de sencillo. No se
podía ocultar nada que pudiera perjudicar a sus hijos.
__ ¿Qué le dirá a mi esposo?
__Le voy a decir que por el momento Nancy es un posible
sospechoso. No estoy seguro de que pueda haberles hecho algo pero le digo ya de
entrada que por lo poco que sé ella no me gusta. No me gustan las amenazas que le lanzó en el
encuentro, ella la envidia Camila, tal vez la odia, no me gusta la idea de que
esté enojada porque usted tiene hijos y ella no los tiene. Creo que, a su
insensata manera la sigue queriendo, dice que desea que vuelva con ella y considera
que el solo hecho de que ella lo quiera es razón para que usted corra a su lado
dejándolo todo.
Matías se guardó de decirle que pensaba que su matrimonio
con Pedro era una farsa y una impostura, sabía que Guillermo era gay, y había
visto lo que intuía sucedía entre ellos, desde antes se sabía en todos lados
que él lo pasaba de viaje que no vivía en ninguna parte y que ella se quedaba
encerrada con los chicos como una monja, por lo que consideraba que había más que
motivos para que ella abandonara a su marido, también pensaba que ella no amaba
a Pedro Beggio y tal vez se había casado con él como buscando un refugio a ese
pasado atroz, porque no tenía a nadie en la vida, estaba atemorizada y se
sentía muy débil tras el secuestro, la pérdida de dos amores, el paso por esa
clínica psiquiátrica, y que todas esas circunstancias la habían llevado a
aferrarse a dos pilares, su padre y un marido, y a un refugio. Su casa.
¿Era esa chica al
parecer lesbiana capaz de secuestrar a los hijos de la mujer que había amado?
Esa era la incógnita y Olazábal no conocía la respuesta… todavía. Solo estaba
seguro de una cosa, el motivo del secuestro no había sido el dinero.
Quienquiera que fuese el secuestrador había contratado a unos hombres para que
secuestraran a los niños y los escondieran. ¿Pero qué harían con ellos una vez
en su poder?
Matías se levantó para salir con Camila de la estancia.
Ella le dio las gracias una vez más por haberla avisado de lo que iba a decir a
Pedro si no lo hiciera ella.
__ ¿La cree usted capaz de haber hecho algo así? Me
refiero a Nancy.
Le parecía imposible. Siempre había sido atolondrada y
rebelde pero no hasta aquel extremo… no podía creer que se hubiera llevado a los
chicos. ¿Tanto la odiaba? Le costaba imaginarlo.
__No lo sé _contestó Matías__. Ojalá supiera la respuesta.
Camila asintió con la cabeza y regresó al caos del salón
donde se encontraron con Pedro y Guillermo que hablaban con los dos oficiales,
y al verlo Matías corroboró su opinión. Aquel hombre no parecía sentir el menor
afecto por Camila más bien se preocupaba por su propio dolor ante la pérdida de
sus hijos y Graziani en lugar de pedir ayuda, exigía que los encontraran
demasiado pegado a… él, y preocupado por Pedro Beggio.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.
Graciela Hermoso
ResponderEliminarHector PRECIOSO !!!!
ResponderEliminarRosana Sublime.👏👏👏
ResponderEliminarIsabel Magnífico
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarAy Eve, no me digas que después de todo lo mal que se portó Camila, aún con uno de sus hijos, Matías la va a condiderar una víctima y dice que Pedro es egoísta y no se preocupa por ella...Es verdad, ahora ama a Guillermo pero durante años vos dijiste que sólo se ocupó de sus hijos y de Camila, incluso la rescató de las drogas y de su pasado en el psiquiátrico...Se nota que Matías la va a justificar porque se está enamorando de ella, pero es tan culpable como Nancy...Igual ya no importa, en cuanto recupere a sus hijos Pedro y Guillermo vivirán su amor como se lo merecen...
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