martes, 9 de julio de 2019

PROHIBIDO. CAPÍTULO CUARENTA Y TRES.


 PROHIBIDO.
CAPÍTULO CUARENTA Y  TRES.



Domingo, 27 de enero.
“Una de las únicas ventajas de una gran tristeza, es que nada
parece  más doloroso que la misma, es una desesperación
que no carece de cierta dulzura”. Giacomo Casanova.
 “Yo no sé si pueda volver a encontrarte, amor,
si Dios no me quiere en tu eternidad”. Indio Solari.

_Gracias por agasajarme con cosas tan bellas, sabes que nunca las tuve, que nunca las acepté pero me encantan.
__Vos no las aprecias como lo haría otra persona, sé que lo superficial no te importa _lo provocó.

__Otro no lo apreciaría como yo porque  para otro… vos no significas lo que para mí.
__ ¿Y qué significo para vos, Pedro?
__Vos sos todo para mí, lo único en mi vida, Guille.

 No regresaron al hotel hasta el anochecer porque pasaron el día recorriendo los sitios de interés, dieron la vuelta entera al dedo que hacía entre el río y el mar, Punta, yendo por las playas Brava y Mansa, y también se adentraron a la ciudad, y mientras cenaban en medio de la dicha de esa magia, sonó el celular de  Guillermo, porque Pedro lo había dejado apagado en el hotel. Era Fabián que quería saludar a Pedro en su cumpleaños, y detrás estaba Felipe, su primer cumpleaños…

Lunes 28 de enero.

Guillermo estaba desesperado por ver a Pedro luego de pasar la mañana en el estudio pese a la feria judicial, reviendo papeles de derecho canónico para enfrentar lo de Felipe,  cuando lo vio salir de la facultad con Fabián por detrás. Se trataba de la reacción de un adolescente pero no podía evitarlo. Se incorporó en la butaca con los brazos apoyados en el volante, Pedro salió rodeado de compañeros, un enjambre de muchachos y chicas que reclamaban su mirada y sus risas. Él había esperado encontrarlo amargado y triste luego de la pelea del domingo. ¡Qué iluso!
 Se precipitó al recuerdo de esa mañana  cuando despertó solo en la cama,  terminó de calzarse malhumorado y lo divisó al levantar la vista en el balcón con la mirada perdida en los árboles, y el cabello húmedo de quien ya se duchó, y entonces lo presintió y volviéndose le dijo:

__La casa que soñamos es un sueño, los regalos que me hiciste lo son, tú eres un sueño, lo de anoche y lo  de la madrugada  son un sueño.
Guillermo lo alcanzó y lo abrazó por detrás.
-Es la pura realidad, Pedro. Sos mi hombre, mi amor. ¿Te sientes mío?
Pedro se dio vuelta y hundió la cara en la remera de él con el aroma a su piel y al perfume que pactaran usar, no quería llorar, ni siquiera de felicidad.
__Todo tuyo, mi amor, Él me perdone pero he llegado a amarte más que a Dios. ¿Y tú? ¿Eres mío y de nadie más? __Pedro pensaba en Juan, y en los hombres y mujeres que lo desearían e intentarían conquistarlo. Por un momento tuvo miedo de él, de su pasado, de su inconstancia. Guillermo apoyó el índice bajo el mentón de Pedro y le imprimió una ligera presión para elevar la mirada.

__ ¿Vos qué piensas?
__No sé. Conozco apenas de tu pasado, fueron muchos años sin mí, llevando una vida tan diferente.
__Anoche te pregunté si confiabas en mí, si estaba todo bien y me dijiste que sí. Y lo del caos que era mi vida antes de entrar a esa iglesia donde estabas lo sabes, y cómo intenté y lo ordené también. Pedro se abrazó a su torso y volvió a inspirar su perfume.

__! Sí, sos mío! Lo sé,  lo sé.
__¿Por qué dudaste?
__Porque ayer te vi con Juan y me sentí tan mal, me vivieron imágenes tuyas haciendo el amor con otro, y no lo soporto, me duele el cuerpo y el alma, me volví loco de celos.
__Y yo con ese  idiota que estaba con él y no perdía la oportunidad de tocarte, me volví loco de celos pero no dudé de vos.
__Solo hablaba con él, tienes razón, será mejor que vaya a  rendir ese examen, y luego te ayude con lo del nene, creo que debería pedir a Marcos que acelere lo de lo tutela legal. ¿Y mi prenda?
__Tu prenda quedará pendiente unos días, mejor será ocuparnos de lo de Felipe ahora, ve precioso, y no dudes que de mi vida anterior, no quedó más que mi hijo, lo prometo.
--
Pedro los despidió a todos y saludó con una sonrisa que hubiera ganado la buena voluntad de un león hambriento, y no debería asombrarlo esa característica, la de prestar atención a los inferiores, a los marginados, a los solitarios, justamente a quienes él no habría dirigido una mirada, pero él había sido sacerdote, se había entregado a esa gente por años. Pedro deseaba que nadie fuera infeliz, que nadie fuese tratado como un mueble como Juan con Federico el día previo. “! Pedro!", suspiró. Su Pedro, su amor, su vida, su tesoro, su redención.

Hola papá  __saludó Fabián antes de desaparecer tras una chica, mientras Pedro se pegó a la ventanilla. Se miraron intensamente a través del vidrio, y a él le pareció que la sonrisa que él le dirigía era especial, a nadie había sonreído de ese modo, los ojos se le agrandaron, la piel se le iluminó, los labios le temblaron de emoción y su respiración acelerada lo delataba. Abrió la puerta, y Pedro subió, saltó a sus brazos, y él hundió la cara en su cuello, y sintió paz, regocijo, excitación, deseo, celos, enojo, amor.  Lo besó con la intención de marcarlo como de su propiedad frente al grupo de estudiantes y profesores que aún charlaban en los alrededores, y por las dudas Pedro se lo devolvió con una mansa entrega.
Guillermo levantó la vista, y con la mirada alejó a los curiosos, mientras Pedro volvió con dificultad el rostro y saludó a algunos por el nombre.

__Con que  sabes el nombre de todos _dijo, Guillermo con acento burlón.

__Vale, que así se llaman.
__Y vos no quieres que nadie sea tratado como un mueble, ¿verdad?
__Así es.
__ ¿Cómo te fue en el examen?
__Muy bien, ya casi estoy dentro.
_Tengo un novio muy inteligente __dijo con sincero orgullo__. ¿Me extrañaste?

__ Mucho, Guille. ¿Y vos?
__No imaginas cuánto. Me dan deseos de empezar la carrera de nuevo. ¿Terminamos de hacer las paces? __Pedro asintió y Guillermo volvió a pegarlo contra su cuerpo__. Vamos a casa. __Le suplicó al oído__ y hagamos el amor.  __ ¿Qué le pasa a mi hijo que saludó y desapareció?

 Gusta de esa chica pero ha discutido con ella por algo, habíamos quedado en hablarlo, pero al fin no quiso, mejor déjalo, no le digas nada, espera  que él te cuente.
__ ¿Está de novio?
__Algo así, pero  al parecer pelearon y ella le dijo algo feo, es lo que me contó antes de nuestro viaje.

La intención de Guillermo se precipitó cuando encontraron la cocina atestada de gente. No solo estaban Felipe y Fabián, sino toda la gente del estudio, Amalia y Alberto que deseaban festejar el cumpleaños con su hijo luego de muchos años. Guillermo insultaba por lo bajo mientras se ponía ropa cómoda y se lavaba las manos antes de ir a la mesa. Había soñado con una velada cómoda junto con Pedro.
Después de comer pasaron al living, donde Pedro volvía a enfrascarse en una charla con Fabián que pasmaba a Guillermo que se vio envuelto por Marcos y Beto que le hablaban de lo de Felipe.

__Vamos gente _ dijo Marcos al fin __, creo que Guille nos está echando, y no hace falta que nos diga el porqué.

__Guillermo vio sonrojarse a Pedro, le enterneció la sonrisa cohibida que les dirigió a sus padres. A veces cuando  se sonreía de esa forma, poniéndose colorado y mirando de costado, como ocultando una picardía, Guillermo se estremecía de amor. Quería que todos se fueran de una vez, lo quería solo para él, quería compensarlo por el mal trago del fin de semana. En la mañana había tenido tiempo para recrear la situación y tuvo que admitir que él en su cinismo y su personalidad podía lidiar con tipos complejos y a veces retorcidos como Juan pero Pedro no, con su bondad innata y su pureza de corazón, percibió el sustrato perverso de su ex y fue incapaz de ocultar su repulsión. Se reprochaba no haberlo protegido de la malicia de Juan que desde que él estaba aún en la iglesia no se había privado de molestarlos. Acompañaron a los invitados hasta el ascensor, Fabián iría con Felipe al cine, y  antes de que se le escabullera de nuevo Guillermo lo apartó.

__ ¿Hijo, cómo estás?
__Bien.
__No me mientas, Fabián, estoy grande ya. ¿Qué pasa con esa chica que quieres?
__No papá, te vas a enojar.
__Si no me cuentas me voy a enojar. ¿Por qué se pelearon?
__Es caprichosa, infantil, inmadura, no importa.
__Si estás enamorado de ella no lo creo.
__Bueno, lo es, ahora lo entiendo, al fin yo le dije que me sentía menos que ella porque no trabajo y no tengo nada para ofrecerle por ahora, ella es rica, pero ella me lanzó que lo único que afectaría a sus padres es que,  bueno, que vos estés de novio con un cura.
__ ¿Qué?
__Te dije, por favor no le cuentes a Pedro, me pidió perdón, por eso no lo hablé con él,  ella vino arrepentida, me dijo que me ama como soy, y le creo, papá.
__Y más te vale que acepte a Pedro, porque no pisará nuestra casa de lo contrario,  somos una pareja gay, y él tiene la dispensa, por Dios en qué siglo vive.
__Pa, vos no sos practicante, entiende que algunos son fanáticos, ella no lo es, pero sus padres sí, pero ya lo arreglaré, tranquilo.

Guillermo sofrenó la furia de lo que charló con Fabián cuando se acercó a Pedro y mutó el disgusto en una sonrisa.
__Todavía muero de ganas de hacerte el amor. ¿Y vos?
__También.
__Hace un momento tuve una fantasía. Cuando te vi recostado sobre los almohadones en el rincón de música, mientras conversabas con Gaby, te deseé muchísimo, y nos imaginé haciendo el amor ahí mismo, sobre los almohadones.
__ ¿Qué música había mientras me deseabas muchísimo? _le preguntó, al tiempo que deslizaba las manos hacia la camisa de Guillermo, colándolas debajo y se resbalaba por sus senderos hacia los abdominales.

__Isabel había puesto una sinfonía de Mahler __dijo, y le apretó los glúteos hasta provocarle dolor y hacerle soltar un lamento, sin embargo, Pedro no le pidió que se detuviera, soportaba el rudo  masaje clavando los dedos de él en los brazos de Guillermo__. Pero, cuando en muy pocos minutos te haga el amor, no querré que haya música, porque no podría escuchar cuando gimes, que me vuelve loco, o cuando dices mi nombre sin darte cuenta, o cuando me pides más.
__Guille…
__ ¿Estás excitado? __Pedro asintió sin despegar la frente de la de Guillermo__. Vamos. Pero antes quiero leerte algo que había olvidado, y hallé entre las cosas que trajo mi madre y explica un sueño.

__ ¿Qué?
_ “Hola mi nombre es " Pedro", tengo catorce años y hace unas semanas me mudé a esta casa.
Escribo esto en un viejo cuaderno empastado que encontré anoche en el sótano mientras exploraba la casa. Me agrada el sótano, es como mi pequeño rincón, donde puedo estar solo, con mis cosas, escribiendo...  nadie de mi familia baja aquí, pues le da miedo las cosas raras que tengo en el lugar; además de que cuando yo no estoy se escuchan lamentos y ruidos "aterradores" según ellos, como si alguien se quejara de mi ausencia.
Hoy por la mañana encontré una puerta oculta detrás de unos trozos de madera que por cierto me tomó tiempo abrir. Detrás de la puerta había un cuarto  bastante grande con el piso de azulejo y un pasillo que lleva directo a un espejo enorme cubierto con una sábana. Aún no entiendo el porqué  alguien guardaría en ese sitio un espejo tan hermoso y antiguo. Me paré frente al espejo y cerré los ojos, sentí un aire frío, agitado, comenzaron a escucharse risas y pasos que se acercaban a mí, por un momento hubo mucho silencio y sentí una respiración cerca del cuello, de pronto una mano tocó suavemente mi hombro, abrí los ojos mientras en el espejo se dibujaba una figura casi humana de no ser por los cuernos de chivo y las alas de murciélago que aparecieron después, posándose detrás de un chico hermoso con la piel morada, el cabello rojo quemaba, ojos azul grisáceo y una sonrisa inusualmente deforme, yo también le sonreí y una voz como salida de los nueve  círculos del cielo retumbó en mis oídos diciendo: “te estaba esperando, mi niño, no creí que tus ojos fuesen tan oscuros como los sentía sobre mí..."
En cuanto terminó, el cuarto se tornó de un negro espeso y profundo impidiéndome ver; una inmensa oscuridad estaba ante mí y el único brillo eran aquellos ojos azules que me veían fijamente mientras una figura infernal se acercaba a mí. Me tomó del brazo, me vio a los ojos, acarició mi rostro y acercó el suyo, nuestros labios se tocaron, estaban calientes y su lengua fría, lentamente fue bajando sus manos a mi cintura y luego más bajo, comencé a temblar, no podía entender lo que sucedía pero no pude resistirme a esa sensación tan excitante de sus labios. Para cuando me di cuenta tenía mis manos bajo su  ropa, estábamos acostados en el suelo y mi lengua se encontraba en su sexo, jamás había probado algo tan delicioso como la humedad que fluía de su intimidad, estaba gimiendo como demasiado y su respiración era muy rápida, comencé a subir mi lengua por su ombligo hasta llegar a sus pezones, blandos, la leche que emanaba de ellos era la más exquisita... entonces él se puso sobre mí, detuvo mis manos y metió sus dedos en mi  ano  mientras me decía al oído: "se supone que yo soy el demonio de la lujuria..."
Todo pasó tan rápido y lento a la vez... que aún puedo sentir su piel rozando la mía; jamás me había sentido así, no entiendo cómo es que un ángel tan bello me pudo convertir en su pequeño demonio... aunque si me preguntas te diré que ha sido como sentir las llamas del infierno quemándome mientras  teníamos sexo... simplemente, la mejor sensación del mundo…  Con mi nuevo novio, un monstruo”.
__ ¿Y eso? __interrogó Guillermo.

__Mi historia, Guille, la que quizá me impulsó a la iglesia, yo era gay, lo supe de niño, lo viví en mi casa, lo había reprimido, y lo recordé en duermevela, en sueños, no sé, pero entendí que ni siquiera mis padres fueron responsables de mi error.
__Amorcito.

Guillermo lo arrinconó contra la pared, en el pasillo, junto a la puerta, y lo besó, enceguecido como un preludio de lo que compartirían después, completamente desnudos sobre la alfombra con diseños sicodélicos y rodeados de almohadones, una noche de sexo donde sus pieles no parecían terminar de fundirse del todo ni lo suficiente para demostrarse lo que se inspiraban, esa necesidad irracional de estar uno dentro del otro, de poseer al otro de una forma completa, no solo la carne, sino el alma también. Fue una noche de nuevas experiencias donde Guillermo apeló a todo su cuerpo _ su pene, sus manos, sus dedos, su lengua, su aliento__ para conducirlo a niveles de placer desconocidos y para provocarle tres orgasmos consecutivos, mientras veneraba  sus glúteos, o le obligaba a abrir las piernas para amarlo en su boca y saborear su erección, su elixir. Luego, Pedro lo hizo con él y lo llevó a temblar. Y, por último cuando le hizo el amor sobre la alfombra, y Pedro apartaba el rostro en busca de aire, él caía sobre sus labios y lo penetraba con la lengua con la misma crueldad con que se impulsaba dentro de su túnel íntimo, y lo ahogaba. Quedaron exhaustos, sudorosos, agitados, enredados, Guillermo sobre y dentro de Pedro, su pecho golpeando en la espalda gracias a las respiraciones violentas, y el vapor de las fragancias que exudaban los cuerpos, mezclados con el olor a sexo.
Guillermo se incorporó, apoyándose en el antebrazo y apartó el mechón de pelo rebelde de la frente de Pedro que permanecía con los ojos cerrados. Le gustaba la sensación de sus piernas entrelazadas, de sus pieles en contacto. Le besó los párpados con una suavidad que no había empleado antes.

__Te amo Pedro. Te amo como jamás imaginé que podía amar a un ser humano.
Pedro no se atrevió a abrir los ojos por temor a que las lágrimas escaparan. Como ciego, levantó las manos y le acarició la frente, le tocó el pelo, las mejillas, le dibujó el contorno de la nariz, el de los labios.
__Guille… mi amor _dijo con voz quebrada.

__No sabes cuánto lamenté que se arruinara la noche de tu cumpleaños. Fui mi culpa por no mandar al demonio a Juan. Le permití que se robara nuestro momento.
__Yo también tuve la culpa, me pasé por ponerme muy celoso.
__Eso está bien, me halaga __Guillermo sonrió con vanidad__. Me encanta que mi hombre me cele. __ Tras una pausa continuó__: Yo tenía grandes esperanzas puestas en esa noche y estaba a punto de cobrarme mi prenda.

__Sí, ibas a hacerme una pregunta y no podía decir que no.
__Pienso cobrarme la prenda ahora. Pedro, mírame. __Pedro levantó los párpados lentamente, con renuencia a salir de esa posición tan cómoda__. ¿Quieres casarte conmigo sin tanta espera ni casa, ni preparativos ni gran fiesta? ¿Quieres ser mi esposo para siempre?

Pedro apartó la cara con un movimiento rápido y pegó la mejilla sobre el almohadón. Una emoción  intensa le surcó el pecho.
__Yo no creía en el matrimonio, lo sabes, para mí era una institución perimida…
__Sé que tuviste malas experiencias con las mujeres.
__No se trata de lo que pasó con ellas, simplemente no creía con la institución, pensaba que todas las parejas terminan igual, aburridos con dos hijos, en un shopping, un sábado, que a la larga acababa con todo lo bueno que una persona tiene, sobre todo con la libertad.
__Mis viejos se han amado cuarenta años y son muy felices.
__Son una excepción como lo seremos nosotros, cuando reescriba mi libro  diré que no todas las parejas terminan igual, y siento que lo nuestro crecerá con el tiempo, que no caerá bajo la rutina, yo pensaba que no estaba hecho para el matrimonio, que tenía mi carrera y mi libertad, hoy sé que no me la quitarás por estar a mi lado, en este tiempo de convivencia jamás me sentí invadido ni privado de libertad, al contrario me haces libre del desamor, de las relaciones inadecuadas, del error.
__Te traje tantos problemas, cómo dices que no te invadí, Guille.
__Sé que hubo problemas, pero con vos llegó la felicidad más grande y plena que haya experimentado en mi vida, soy un hombre nuevo y mejor gracias a vos, mi amor.
__Sí quiero casarme, aunque no me presiones, tengo cosas que resolver en mi vida antes de dar un paso tan importante.
__No te presiono, aquí estoy siempre para vos. ¿Me harás esperar mucho?
__No mi amor, seguro que no, solo quiero hablar con ese abogado y ver cómo dejar de ser cura, quiero ser totalmente libre para ti. Pero si no se puede, nos casaremos cuando desees, lo prometo.

_Hoy beberé  de la fuente de tus deseos, y como el vino más sabroso, lo haré gota a gota, pero no hasta la última gota, porque no deseo saciar  completamente mi sed,  así podré volver una  y otra vez a saborearte, embriagándome lentamente, hasta perder la razón, porque nada más bello  que la conjunción, vino y seducción, por eso quisiera amanecer  bebiendo de tu  fuente  sagrada, que no es otra  que tu candente piel… Besando tus secretos me bebo en silencio tu nombre. Pronuncio en secreto  los besos que galopando viajan por tu cuerpo, a escondidas erizarán tus poros haciendo que tus sentidos sucumban a mis deseos.
Con la sensualidad vistiendo tu piel no hará falta que te quites la ropa  para despertar por ti mis locos deseos. Siénteme como una tibia brisa acariciando y remolineando en esos puntos erógenos de tu cuerpo.
__Eres mi delirio y la mecha que  enciende mi pasión, en tu cuerpo encuentro la fuente constante de emociones que me hacen estremecer.  Cada vez que escucho tu voz mi alma vibra, mi corazón late y mi deseo se desborda me pierdo locamente en la fragancia de tu
cuerpo. Cada vez que suspiras  con mis besos, mis deseos más salvajes salen
a flote, cada vez que mis manos recorren tu cuerpo siento  que mi mente se pierde sin control. Cuando siento tu respiración agitada mi cuerpo vibra sin control, cuando acaricio tu entre pierna tu muslo salta excitado por el roce de mis dedos. Brotan mis instintos de animal
por tener su presa, oírte cómo poco a poco empiezas a entregarte a mis caricias y deseos me vuelve loco,  escucharte y sentir tu pasión desmedida, devorando mi alma por completo. Finalmente cuando siento tu cuerpo excitado de placer sé que estás listo para recibir mis mieles en ti.  Eso amor... Es subir al cielo y tocar las estrellas una a una en el firmamento, es como morir y vivir al mismo tiempo. Eres el hombre de mis deseos y te deseo  con toda mi pasión,  amor. Cómo no soñarte, si mis labios te llaman, mis manos te extrañan,
mi cuerpo arde por ti, y mi corazón grita, ven a mí. Cómo no pensarte, si no sé vivir sin vos,
necesito de tus ojos para ver mi camino, de tus labios para saciar mi sed y de tu amor, para no morir, cómo no desearte  si tú eres todo para mí, y formas parte de mi vida  constituyéndonos en un solo ser. Mi amor, mi eterno cielo...  Mi estrella que alumbra  mi camino, mi sendero.
Quien besa el umbral en mis noches, quien me acompaña en mis desvelos. Besa la cuna el alba, y alza el cantar del jilguero. Besa la brisa del mar,  el sol que duerme en ese inmenso cielo. Párpados cansados  descansa mi cuerpo soñándote en silencio. A lo lejos una melodía que suena, al compás de un beso, acariciando la luz de la luna en las frías noches de invierno.
Mézclate en el rosado de mis labios y cubre mi cuerpo entre tu pecho, suena el latido de mi alma nombrándote a cada momento. No te apagues luz de luna, y haz brillar sus ojos intensos,
que el  café de sus ojos, realce la fuerza y el brío en su cuerpo. Hazle vivir eternamente en mi pecho, y en mis ojos  al cerrarlos en cada sueño. Vals de cuerpos desnudos sueña la mariposa,  que posando sus alas agite y desaparezca sus malos pensamientos. Hazle vivir en armonía, amando y deseándole,  lo quiero,  aunque ya no esté conmigo, por siempre vivirá en mi recuerdo. Alma de mi alma, deseos de ensueño. Descansa y sueña
la mariposa del silencio. Siempre tuyo mi alma, tu voz... Mi amor, mi anhelo.
__ Amor  mío, entrégate sin miedo  al amor que ofrezco… hagamos de este instante finito una copla de pasión desenfrenada, compartiendo caricias y besos… dejemos en libertad nuestros rubores,  dejemos atrás nuestros complejos… Guardemos nuestros efluvios de amor,
secretos etéreos de amantes incógnitos flotando en la soledad de nuestra habitación… ven y seamos cómplices fervientes  de los dioses del amor y la pasión. Ven, que el mañana no existe
ven junto a mí y aférrate al amor que llama no dejes que la cruel soledad te invada… ven a mí, que mi cuerpo con ansiedad te nombra y te reclama… Acércate a mi lecho amante mío,
déjame sentir el temblar de tu cuerpo, ver el deseo ferviente en tu mirada  al mirar con deseo y embeleso  la firme dureza de mi espada e imaginar la entrega del néctar de tu fuente  al varón que te tiene por completo  entre sus brazos hechizado. Por eso te pediré perdón amante mío, por querer invadir muy dentro de vos, por intentar sin sosiego beberme tu alma… por no saber conservar la quietud al amarte y mucho menos que con amor me pidas calma…
__Si te pienso sonrío, si pronuncio tu nombre suspiro, si en tus ojos me veo mi corazón se acelera, si en tus labios me pierdo me siento en el cielo, si te sujeto la mano me siento completo, si te tengo en mis brazos nada me falta si acaricio tu piel de seda mi cuerpo se quema y si por un segundo dudas si te amo  no te preocupes que empiezo nuevamente
y lo hago todo de nuevo.

Puse en tus manos el blanco lienzo de mi alma, te entregué  un corazón que aunque fracturado por el dolor y lacerado por los vestigios de un recuerdo amargo; latía intensamente aferrándose a la vida; pues sabía que tu amor lo sanaría con el intenso calor que tus caricias me brindaban, mis ojos se bañaron de luz al ver el destellar de tu mirada cruzando el horizonte del otoño dorado que cubría nuestros años, y mi boca floreció al primer beso húmedo, cálido y limpio que tus labios como brisa matutina posó en los míos.
Me dejé llevar por el consejo del tiempo que me abrazaba como niño asustado  al pensar en ti, continué  el camino dándote la mano confiando en el futuro que nos esperaba hasta el final del invierno de nuestra existencia, fue entonces que desplegué mis alas, grandes, fuertes, imparables con la seguridad de que nuestro amor sería eterno, que no habría medida para el sentimiento de ambos, me invitaste a volver a volar tratando de alcanzar el  cielo donde se encontraban nuestros sueños, pero algo en el vuelo nos detuvo… Quizá el temor de separarnos en pleno vuelo, o la duda de encontrarnos con el pasado, tal vez la necesidad de sentirnos juntos nos fue debilitando acortando nuestras alas briosas e impetuosas.
Nuestro vuelo cambio de rumbo y dirección, se fue a pique como ave herida en cielo gris anunciando tormenta, entonces vi caer mis ilusiones como ráfaga de viento que arrebata las hojas de los sauces llevándose lejos la seguridad de nuestra historia. ¿Qué es lo que me hizo dudar? ¿Qué es lo que detuvo tu vuelo a mi lado? Yo solo necesitaba sentirme volar  libre contigo, respirando tu aroma cerca de mí para seguir ese impulso de vida que me daba presencia, yo solo quería tener la certeza de emprender el vuelo sabiendo que llegado el atardecer regresaría buscando tu pecho ardiente para reposar y dejarme atar por tus brazos protectores y amorosos tomando uno del otro la fuerza que ambos necesitábamos para continuar por el sendero de la vida y seguir la lucha por alcanzar nuestros sueños en el infinito universo. Y casi me maté y casi moriste, y el dolor nos enseñó.
¡No me dejes volar solo! No permitas que nuestro vuelo se disipe como nube de agua en primavera, no sueltes mi mano ni bajes la mirada cuando más necesito de ti, solo abrázame en el profundo suspiro de la vehemencia y olvida los absurdos pensamientos que nublan tu razón. ¡Ven, quédate esta eternidad conmigo! Después… Después Dios dirá qué nos depara este vuelo al infinito.
Te paseas por mis silencios, te vueles melodía y letra de una música romántica y me llevas a encontrarte en rincones impensados de mi espacio, te interpones en mi diario caminar volviéndome adicto a tu compañía, aunque ausente, pareces  dar cada paso tomado  de mi mano y en las noches te adueñas de la solitaria penumbra, haciendo que mis sentidos se estremezcan por desear tocar tu piel.
Me obligas a marchar por solitarios minutos hasta que detienes el tiempo, cuando tu voz acaba con mis silencios, me llevas a consumir la melodías de tu respiración que llenan mis sentidos, dibujas besos en el aire distante que llegan, sin tocarme, a besarme el alma, me llevas a pasear mi amor por tu piel… inevitable me pierdo entre tus curvas encontrando puntos estratégicos de tu cuerpo donde dejar mis distantes besos.
Te vuelves así  culpable del desorden en mis sentidos, culpable de mi falta de concentración, culpable del repentino acelerar de mi pulso al ver que suena el llamado con tu nombre… sí,  te declaro culpable de estas ansias locas por ahogarme en tus besos… te declaro culpable por el súbito temblor en mis manos por las desesperadas caricias que quieren invadir tu cuerpo.
Siento que me llevas oculto entre tus silencios, guardas en la comisura de tus labios mis besos que en sonido hacen vibrar tus sentidos, me sabes culpable de esa repentina humedad que siente tu piel cuando viajan a ti mis deseos a velocidad de un sonido, mas serás  culpable que insaciable en ti beso a beso me beba cada gota de pasión que derrame tu piel… serás sí, pero hoy ya eres culpable de la necesidad de amarte que a gritos pide mi alma.
_El color de tus deliciosos labios son una clara y bonita invitación para brindarte todos mis apasionados besos, mis textos, mis pensamientos y sentimientos, porque suspiro a cada instante al momento que viene el recuerdo de la sonrisa de tu bello rostro, como si fuera una delicada caricia de una flor.
Puesto solo yo tengo el acceso, el privilegio, y la exclusividad a tu elixir sagrado y divino de tus dulces besos, además es para mí el oxígeno para poder respirar, la medicina para mi cuerpo, la sangre que fluye en mi corazón, la luz que me ilumina y complementa el amor puro y bello incondicional, porque eres un maravilloso ser, y perfecto  para mí.
Desplegaré todo mi talento, y lo pongo a tu servicio,  mi tiempo y espacio, mis acordes y melodías, mi amor y cariño en tu honor, lo cierto es que estoy enamorado de tu magnífica persona, además juntos seguiremos siendo muy felices hoy, y mañana aunque el frío silencio nos alcance.

Martes, 29 de enero.

__Solo llamaba para hacerles recordar de la entrevista, Pedro __dijo el abogado__. Respecto de tu pregunta nunca estuve en la iglesia por los motivos correctos, y tardé mucho en darme cuenta. Creí que tenía vocación, pero no era así.

Nunca le había confiado nada de eso a un cliente suyo, pero Pedro era un muchacho dotado de empatía, abierto de corazón y de mente y le agradaba hablar con él. Además los admiraba a los dos, también a Guillermo por lo que estaban haciendo por Felipe.
__Eso puede ser un error grave, yo acabo de entenderlo __contestó con absoluta sinceridad__ y entiendo que al colgar los hábitos, diste un golpe de timón muy importante en tu vida, y debió de ser una decisión difícil.

__Lo fue. Pero como les conté pasé años en Roma y allí me di cuenta que la iglesia es una estratósfera superior, es un sitio sumamente político, lleno de intrigas, una especie de lucha de poder. Yo mismo entendí la iglesia como una arena política. De todos modos, estar en Roma fue una experiencia muy interesante, la verdad, con todos los cardenales pululando por allí.
Y trabajar en el Vaticano fue como un sueño, muy embriagador. Pero yo no había ingresado en el sacerdocio para eso. Ahora soy más útil haciendo lo que hago que cuando era cura. En el fondo no era más que un abogado con alzacuellos y no tenía vocación para servir en una parroquia, sobre todo después de venir de Roma, y tampoco era cuestión de que me enamorara de alguna mujer. En cuanto lo comprendí, sentí que era momento de dejarlo. No estaba ayudando a nadie. Además  lo que de verdad quería ser era abogado, no cura. __Se veía que estaba completamente satisfecho con la decisión que había tomado y transmitía la sensación de haber acertado.

__No niego que me decepciona no oír que abandonó porque se enamoró de una monja o algún amor prohibido  que al fin acabó triunfando.
__Como  parecido a lo que te sucedió a vos, me temo que no aunque también soy un romántico y me gustan esas historias _admitió él _. De lo único que me enamoré fue de estudiar derecho canónico cuando estaba en el Vaticano. Era fascinante, pero nunca vi ninguna monja que me acelerase el corazón. Nunca terminé de reintegrarme a la vida secular. Puede que fuese demasiado mayor cuando dejé la iglesia o que esperase más de la cuenta. Hiciste bien muchacho. Me concedieron la dispensa total de los votos religiosos hace apenas cinco años, tengo cincuenta. Algo así como una baja con honores. __Pedro se sorprendió y el corazón le dio un vuelco__. Pero la mayor parte del tiempo, todavía me siento como un sacerdote, con la típica culpa católica. Es posible que lo de ser  jesuita sea para siempre. En mí tuvo calado. Era muy joven cuando ingresé. La gente hoy en día no entra a la iglesia tan joven y es mejor así, de esa forma saben lo que hacen cuando toman la decisión. Yo iba con un montón de elevados ideales que en realidad nunca tuvieron sentido. Pero tardé mucho en comprenderlo. Han pasado años desde que me ordené, e imagino que tardaré el doble en salir del todo, si es que salgo algún día. En definitiva hoy en día me complace ser un agitador que asusta a mis colegas y persigue a curas como el padre Ernesto. __No disimuló su desprecio al dirigirse a él__. Esto es lo que de verdad quería hacer al principio. Entonces era una especie de cruzado. Quería ser un buen sacerdote en lugar de uno malo. Ahora simplemente me alegro de llevar a los malos a la cárcel y de aprovechar para obtener indemnizaciones para las víctimas. No es un empeño del todo noble, pues hay dinero de por medio, pero mientras el dinero no sea para mí y por ello no cobro  mi trabajo… funciona.

En el fondo era un purista, Pedro volvió a pensar que provenía de una familia acaudalada que le permitía llevar gratis casos como los de Felipe, Guillermo ya oía en altavoz.
__Supongo que los dos somos cruzados de los derechos humanos __comentó Pedro pensativo__. Para mí tiene mucho sentido.

__Antes o después todos encontramos el camino que va con nosotros. Algunos antes que otros. A mí me parece que ustedes han sacado lo mejor de una situación dramática y lo han aplicado a un fin bueno. Eso es un arte _dijo él.

Era lo que le infundía respeto de esa pareja gay, y un chico se había beneficiado de ello.
__Dijiste que obtuviste dispensa total de votos, ¿verdad? Porque a mí me dijeron lo opuesto, que siempre sería cura, y en verdad es algo que a veces me pesa.
__Se puede, solo tienes que llegar al Vaticano y al Papa, con motivos contundentes que los tienes, no es corto, ya te dije, tardé años, por ello la mayoría se conforma con lo que le da la Archidiócesis, pero si quieres, luego de solucionar lo del nene, puedo ayudarte a intentarlo, supongo que si algún día me enamoro, será importante no ser cura.
__Me encantaría, aunque mientras lleve esa vida que me niegan oficialmente, y otra cosa, muchos nos preguntan si adoptaremos oficialmente a Felipe, al comienzo no nos lo hemos planteado seriamente ya que tiene familia, pero quizá deberíamos hablar de ello uno de estos días.
__Sería fabuloso para él creo, por lo que me contaron de su familia. Pueden pensarlo con calma para estar seguros.
__Eso haremos. Es un buen consejo.
__Bueno, nos vemos el viernes en la archidiócesis. Quedamos en el bar de la esquina. Allí les daré detalles y les hablaré del elenco de personajes. Nunca está mal contar con la visión de alguien que estuvo dentro.
__Genial, gracias otra vez… por todo __respondió Pedro sinceramente.

---
Cuando fueron a ver qué estaba haciendo Felipe, cuál no sería la sorpresa de los dos cuando les dijo que se sentía mal.

__ ¿Cómo de mal? __le preguntó Guillermo y le acercó el dorso de la mano a la frente para saber si tenía fiebre, pero no__. Seguramente comiste algo anoche con mi hijo que te hizo mal.

Los nervios de las entrevistas deben  de tener que ver.
Pedro no obstante advirtió que estaba pálido, y justo antes de acostarse esa noche vomitó,  corroboraron la teoría de Guillermo, gastroenteritis. Se sentaron a su lado un rato, y cuando al fin se quedó dormido, se fueron a su cama.
Al cabo de los que parecieron apenas minutos, alguien zarandeó a Pedro para despertarlo. Este abrió los ojos sobresaltado.  Alzó la vista  sin saber por un instante dónde se encontraba y vio a Felipe de pie al lado de la cama, llorando. Era la primera vez que él lo veía llorar, Guillermo se rebulló al inicio, pero luego se sentó en la cama.

__ ¿Qué te pasa? _preguntaron a coro, al tiempo que se levantaban de un salto.

__Me duele la panza. Me duele mucho… mucho.
Pedro le dijo que se tumbara en la cama, Guillermo iba a llamar a un médico. Entonces Felipe volvió a vomitar y se dobló de dolor. Cuando les indicó dónde le dolía, y vieron que señalaba el cuadrante inferior derecho del abdomen, supieron qué era.
Se vistieron inmediatamente y le hablaron con delicadeza.

__Iremos a urgencias.
__Me siento  fatal para vestirme solo, perdón _ dijo el chico.
Lo ayudaron a ponerse una bata encima del pijama, le colocaron zapatillas y cinco minutos después estaban en la acera, haciendo señas a un taxi, pidiendo que los llevara al hospital más cercano.
Al cabo de cinco minutos estaban en urgencias. Felipe describió los síntomas a la enfermera, mientras Pedro se ocupaba del papeleo en el mostrador de admisiones. Llenó todos los impresos que le pidieron y entonces se dio cuenta de que no tenía obra social para Felipe. Volvió corriendo al despacho de las enfermeras para consultarlo con él. Allí se lo encontró sentado en una silla de ruedas, el rostro de Guillermo sofrenando la angustia en la impasibilidad, el chico con la cara verde, y una palangana debajo de la barbilla por si volvía a vomitar.

__Felipe, ¿tienes obra social? __le preguntó con delicadeza. Él negó con la cabeza y Pedro regresó corriendo al mostrador de admisiones para decirles que el muchacho no tenía seguro médico. La encargada de admisiones no puso cara de felicidad precisamente __. Pueden cobrármelo a mí directamente _añadió Pedro enseguida, e incluyó su dirección en el impreso. Había vacilado un momento antes de rellenar la parte en que le pedían el nombre de un pariente cercano y pensó en poner sus datos y los de Guillermo, pero al final había puesto el de sus padres. Pedro se había inscripto como la persona que lo había llevado al hospital.

__No nos permiten hacer eso, no podemos cobrárselo a usted ni puede firmar el acuerdo para que sea operado _ dijo la administrativa al contemplar el ingreso__. Sería mejor si el chico tuviese una tarjeta de seguro. __Anotó sin embargo en el formulario__. ¿Es su padre? _inquirió con recelo.

__No _respondió, Pedro sin afán de mentir, y se preguntó si habría metido la pata.

__ ¿Qué sucede? _dijo Guillermo que llegó.

__ ¿Es usted el padre del chico? _le saltó a este.

__No.
__Pues entonces no pueden firmar el impreso de admisión, ni pueden firmar el consentimiento de la cirugía, lo siento, al ser el chico menor de edad tiene que firmar todo un familiar, sus padres, un tutor legal, de lo contrario habrá que llamar a un juez.
__Son las cuatro de la madrugada, no tenemos tiempo ni de llamar a los padres que viven en el Litoral _ dijo Pedro casi llorando.

__Yo conseguiré la firma del juez para el consentimiento _ mintió Guillermo, pensando en el sello y la firma falsa que tan bien le salía a Marcos.

_Perfecto, por el resto, podrán atenderlo si es una urgencia, pero deberán notificar a los padres _ contestó la mujer sin ceder un ápice.

A esas alturas, Guillermo masculló una maldición, y Felipe había pasado con el médico, que estaba examinándolo, mientras Marcos estaba ya en camino, se haría pasar por el juez. Pedro entró para estar con él, el chico lo miró con cara de tener mucho miedo, y él le aferró la mano libre del suero.

__Tranquilo campeón, no es nada, ya verás cómo en dos horas estás despierto y bien _dijo y salió con el médico al pasillo.

__Tiene el apéndice inflamado _le explicó__. Hay que extirpárselo esta misma noche, era lo que habían imaginado.

__Me parece bien. Pero tenemos una demora. No soy su tutor legal ni mi pareja aún, tiene a sus padres en el litoral, ellos son los tutores, pero vive con nosotros. Tenemos la tutoría en trámite,  ¿puedo firmar con mi esposo el consentimiento?
El médico negó con la cabeza.
__No, pero haré una excepción si consiguen a un juez y notifican al tutor legal mientras lo operamos, si esperamos podría darse una peritonitis. Puedo llevármelo ahora mismo a quirófano.
__No habrá problema, mi pareja es abogado, tendremos todo firmado por el juez cuando termine, y llamaré a los padres ni bien entre a quirófano.
__Perfecto.

El chico estaba vomitando de nuevo, mientras la enfermera le sujetaba la palangana. Estaba hecha una pena, con los ojos más grandes que nunca y la cara muy blanca de repente. Estaban impacientes por llevárselo a quirófano y le habían puesto una vía en el brazo. Un minuto después entró el enfermero y le explicó a Felipe lo que iban a hacerle. El chico se echó a llorar. Pedro le dio un beso en la frente antes de que lo sacaran por la puerta en la cama. Unos instantes más tarde lo entraban en el ascensor y se lo llevaban a otra planta. Pedro buscó a Guillermo y vio a Marcos adormilado sellando los papeles y firmando.

__ ¿Siempre pasa esto? _susurró al oído de Guillermo.

__Cuando me meten preso o en emergencias como estas sí, Marcos es el mejor.

Entonces llegó Fabián que se puso a llorar, y se quedó en la sala mientras llamaron a los papás que respondieron con voz somnolienta. La madre se asustó al oír llantos del otro lado de la línea. Pedro le explicó la situación mientras vio a Guillermo revisar otros papeles.
__Se pondrá bien _ dijo Pedro, menos preocupado, pero no pueden firmar los papeles y hemos tenido que recurrir a un juez _ mintió__. No parecía importarles gran cosa y eso molestó a la pareja.

__Pásame _ le dijo Guillermo.

__ ¿Les molestaría si les enviara los papeles de la tutoría? , en verdad esto nos puso en aprietos.
Pedro reflexionaba que desde el punto legal el chico y ellos estaban en un limbo, por lo que al haber enfermado, tenía sentido que ellos fuesen sus tutores legales. Sus padres no querían hacerse responsables, vivían demasiado lejos para dar firma, ellos sí lo deseaban.

__Yo no quiero, nosotros no podemos seguir siendo sus tutores legales, no lo veremos nunca, estamos lejos, no tenemos los medios _ dijo la madre__, y vive con ustedes _ concluyó con toda lógica.

__Perfecto, nos ocuparemos _ dijo Guillermo. Cortó.

Felipe volvió de la sala de reanimación a las ocho de la mañana. Lo entraron en una habitación semiprivada que tenía una cama vacía. Estaba grogui. Siguió durmiendo hasta las doce cosa que aprovecharon Guillermo y Pedro para volver a casa, darse una ducha y cambiarse de ropa mientras Fabián se quedó con su ya casi hermano. Cuando regresaron, se sentaron junto a la cama, y el chico durmió toda la tarde, solo a las cuatro de la tarde, bajaron a la cafetería, y ya algo repuestos volvieron con él.

__Sus palabras tienen todo el sentido del mundo, miles de veces tendremos que firmar, Guille, y desde el vamos nosotros sí queremos ser sus tutores legales. Pero la última palabra la tiene Felipe, deseo preguntarle.

Pasaron toda la noche en el hospital con él. Dos días después de la operación  lo llevaron a la casa y lo mimaron como correspondía. Vieron tele  juntos, en el sofá, y en un momento dado Pedro le preguntó qué le parecía si ellos se convertían en sus tutores legales, le explicaron lo sucedido en el hospital. Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro del chico.
__ ¿Harían eso por mí? __les preguntó con lágrimas en los ojos.

__Si tú quieres, sí, por supuesto. Podríamos consultarlo con tu abogado.
Y eso hicieron. Y él contestó que era un procedimiento muy sencillo con las partes de acuerdo, sobre todo teniendo en cuenta la edad del chico cuya opinión ya contaba, tenía voz y voto. Y dado que Felipe los quería a ellos como tutores, que ellos lo deseaban también, y que sus padres habían pedido renunciar a la tutela, la vista con un juez sería un mero trámite, que conseguiría a inicio de febrero. Ellos eran personas responsables, le estaban dando techo y educación, y ningún juzgado pondría objeción. Además,  más tarde también sería necesario en la causa.

__Puedo ocuparme del papeleo, Guillermo _se ofreció.

Guillermo le pidió entonces que iniciara el procedimiento, que contactara a Marcos para que le diera los datos, este abogado solicitaría una vista lo antes posible, debido a las circunstancias en que se hallaba Felipe,  además con la investigación en curso, el abogado estaba seguro de que las autoridades competentes procederían a hacer el cambio de tutela sin demora.
Solo al hablarlo en familia todos estaban felices. Ellos sabían que era la mejor decisión a tomar, y Felipe, por su parte, estaba radiante de saber que ellos lo querían de verdad en su vida a largo plazo y estaban dispuestos a asumir la responsabilidad de cuidar de él. Todo lo demás pasó a un segundo plano.
Mientras el chico se recuperaba de la operación, hicieron planes. Hablaron de lo que harían en cuanto pudiera salir de casa. Ellos le cocinaron los platos que más le gustaban y vieron juntos las películas favoritas del muchacho. La noticia de que serían los tutores legales reforzó el vínculo que se había creado entre cuatro. La apendicitis resultó ser un regalo del cielo para todos. Estaban impacientes por que llegara el día de la vista con el juez para confirmar el cambio.

El abogado fue a visitarlo al departamento durante la convalecencia. Le llevó revistas de deportes y un videojuego, para entonces ya se encontraba mejor y se alegró de verlo. Le pareció muy amable de su parte que fuera a verlo, y le gustó el juego.
El hombre les contó que había iniciado los trámites para el cambio de tutela y había solicitado la vista con el juez. Además, había conseguido que pospusiesen la cita con la archidiócesis al lunes para que ellos pudieran cuidar de Felipe.

__Es un tío majo _ dijo Felipe, tumbado en el sofá después de la visita.

__Sí que lo es __dijo Pedro, y convino Guillermo. Ellos estaban ya pensando en la reunión de la archidiócesis que tendría lugar el lunes.

__Deberían casarse _les soltó de súbito.

__ Yo opino lo mismo _dijo Guillermo.
__Ya es como si fuésemos esposos.
__Eso no es suficiente _ respondió el chico sabiamente.

__Sí que lo es, y teniendo en cuenta que seremos tus tutores, es más que suficiente, pero para tu tranquilidad… estamos pensando en casarnos.
__! Bien! __ gritó Felipe y el tirón en la herida lo hizo empalidecer.

Lunes, 04 de febrero.

__Me llega el aroma de tu piel como suave viento, deteniendo el tiempo del momento aquel... Y se esparcen los recuerdos, en las paredes blancas de mi memoria franca, pues se derrocha el sentimiento. Ligero y sutil, llegas. Penetras mi alma, robando mi calma, sonríes y luego te quedas. Luz de luna  tu mirada. Me estrello en tus pupilas  y se ilumina mi vida, se alegran mis mañanas. Cada beso apasionado, un sorbo de existencia. Imposible la abstinencia  teniéndote a mi lado. Y como viento, acaricias. Revuelves mis cabellos, te cuelas travieso entre mis dedos, me bañas de fresca brisa. Eres viento nocturno, que viaja  sobre la faz de mi cuerpo. Viento que se vuelve   aliento, y te conviertes en ese anhelado beso. Te amo Guille, y sé que todo saldrá bien.
__Hay pequeños caminos para andar, algunos pequeños, otros son inmensos en su trayecto como  mares hay para navegar con grandes goletas, y pequeños veleros que se deslizan al son del viento y las olas.
Como en el amor hay diferentes sentimientos, gozo y pasión al amar y desilusión y tristeza al marchar. Fantasía,  realidad,  todo llena la vida, si no se viviera sería pura cobardía, puedes decidir esconderte, pero matarás la esencia de tu vida.
Pertenecemos a nuestra tierra,  en ella nacimos, pero no olvides el lugar donde hallaste la miel de tu felicidad, él  es enjambre de amor, si amas tu raíz amas tu verdad.
Qué importa dónde lo  encontraste, o dónde te encontró, el amor no ciega el sentimiento, ni aparta inconvenientes, es todo vencer, ni ley humana que pueda separar lo que el alma decide que es amar.
Qué importa quién eres y quién es él, no hay árboles ni paisajes que señalen el jardín  donde nuestros cuerpos se pintan de brillos y azul.
Recuerda esto, el amor no condiciona a  quien ama si en ello pone la verdad en su corazón, condiciona quien no conoce la palabra amar.  Y en el sinsentido de la vida, en lo absurdo de nacer para morir solo cuando la felicidad penetra el corazón deseas que esa existencia sinsentido de pronto…  sea eterna.

Era la mañana de la reunión con los prelados, y dejaron a Felipe con su hermano en la cama, con el portátil y una pila de videojuegos. Ellos decidieron tomar un taxi que los llevó al bar del encuentro con el abogado. Llegaron diez minutos tarde y se deshicieron en disculpas.

__Teníamos que dejar todo organizado para Felipe.
__No pasa nada.

El abogado iba impecablemente vestido, con pantalón caqui, una americana de color azul marino y una camisa azul con el cuello abierto, elegante sport cosa que sorprendió a la pareja. Les advirtió que tanto el prelado como los otros cargos que estuvieran con él adoptarían una actitud dura con ellos para tratar de acobardarlos y que desistieran, y que incluso era posible que acusaran a Felipe de  mentir. Al margen de lo que pensasen, inicialmente saldrían en defensa del padre Ernesto y negarían todo lo que había dicho el chico. Él conocía su juego.
__La teoría del monseñor Cavar siempre ha sido que la mejor defensa es un buen ataque. Que no los impresione.  No es tonto, sabe que llevamos las de ganar y por eso intentará asustarlos para que cedan, si puede. No le conviene la mala prensa y publicidad que generará el caso, y si la archidiócesis sabe en qué andaba ese cura, le espera una buena dosis de mala prensa por haberlo encubierto y haberlo trasladado a otra parroquia. Todo pinta bastante mal para ellos, y hasta podría usarlo para lo tuyo, Pedro, este hombre estuvo conmigo en el Vaticano y puede llegar allá fácilmente. __Además, en última instancia, desde su punto de vista, Felipe sería un testigo inmejorable, pues era un chico directo y franco__. Lo tengo todo planeado __añadió para tranquilizarlos mientras pagaba los cafés.

Entonces salieron, y doblaron la esquina para acudir a la reunión.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.

8 comentarios: