miércoles, 16 de octubre de 2019

DESAFÍO CAPÍTULO TREINTA Y SIETE.


DESAFÍO
CAPÍTULO TREINTA Y  SIETE.


11 de agosto de 2016-
“Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
en secreto, entre la sombra y el alma”. Pablo Neruda.

Malvárez le echó un vistazo. Según el informe Molly Junko había muerto en la cama de su departamento. En la mesita de noche había un vaso medio lleno de agua y una bolsita de un polvo blanco. Se trataba de trióxido de diarsénico comúnmente conocido como ácido arsénico.

Malvárez inspiró profundamente antes de pulsar el botón del interfono. Mientras miraba la placa de entrada no entendía por qué estaba tan nervioso.
Ninguna voz respondió a su llamada, sin embargo la puerta se abrió. A su lado apareció el pálido rostro de Edyth que le dirigió al detective la misma mirada afectuosa que la de una madre a su hijo.

__Qué puntualidad _dijo.

__ ¿Ah sí? _ dijo Malvárez mirando su reloj. Eran exactamente las dos en punto. La había telefoneado antes para decirle que quería visitarla a esa hora...

__Adelante _ dijo ella abriendo del todo la puerta e invitándolo a pasar.

La última vez que él había estado allí fue para llevar a Elsa a comisaría. Entonces no había mirado con detenimiento el piso pero tuvo la impresión de que ahora estaba algo cambiado. Los muebles y las mesas de trabajo seguían como entonces pero, por alguna razón, todo parecía más deslucido.
Se sentó en el sitio que le indicó Edyth y miró alrededor. Ella esbozó una sonrisa amarga mientras servía el café en las dos tazas.

__Se ve más solitario ¿verdad? Ahora me doy cuenta de la cantidad de cosas que tenían mis hijos y Elsa aquí dentro.
El detective asintió en silencio.
Tenía entendido que era la misma Elsa la que había deseado dejar las clases. Cuando se enteró le pareció lógico. Cualquier mujer normal habría hecho lo mismo si se descubría su relación de infidelidad.
Edyth había dejado el hotel y desde hacía un par de días pernoctaba con Paula en ese piso que utilizaba como escuela de arte. Al parecer, no le  apetecía volver a su casa lo que para Malvárez era también comprensible.

__ ¿Puede ser que haya oído en las noticias que balearon a uno de mis abogados? _ Se interesó ella __. En realidad fue Paulita quien lo oyó, ella lo aprecia mucho.

__Sí al doctor Beggio pero como comprenderá es confidencial ni siquiera me han permitido interrogarlo, aún está en cuidados intensivos aunque entiendo que fuera de peligro.
__Me alegro y espero no sea nadie relacionado con lo nuestro.
_No lo creo el mismo Graziani que es bastante desconfiado sospecha de la exesposa.
__Esta mañana he pasado por casa _ dijo Edyth sentándose frente al detective luego de darle la taza.

__ ¿Por su casa?
__Para regar las plantas. Las pobres se están poniendo mustias.
__Lo siento. Aunque conservé la llave la verdad es que no he tenido el tiempo como para ir a regarlas.
Ella se apresuró a negar con la mano.
__Qué va… No se preocupe. Para empezar nunca  debí tener la desfachatez de pedirle que se ocupara de tal cosa. No le dé importancia por favor.
__Se me olvidó por completo. Y a partir de ahora lo tendré en mente.
__No de veras no hace falta. Yo misma iré a reglarlas todos los días.
__Muy bien. Lamento no haberle sido de ayuda. Bueno en ese caso será mejor que le devuelva las llaves.

Ella dudó un instante y lo miró fijamente a los ojos.
__ ¿Ya no tienen que investigar nada más en la casa?
__Bueno eso no lo sabemos todavía…
__Entonces quédeselas. Así si tienen que volver a entrar por algún motivo no hará falta que vengan a pedírmelas.
__De acuerdo muchas gracias. Se las guardaré bien _ dijo Malvárez dándose toquecitos  en la zona del corazón pues ahí estaba el bolsillo de su camisa en que había guardado las llaves.

__Por cierto encontré una regadera en mi casa. No me diga que fue usted…
Malvárez que en ese momento se estaba llevando la taza a los labios se llevó la otra mano a la nuca sintiéndose algo cohibido.
__Es que aquella lata con agujeros que empleaba usted bueno… No es que estuviera mal pero supuse que le resultaría más eficaz una regadera así que…  En fin espero que no le haya molestado.
__Claro que no. No sabía que existieran regaderas tan grandes. Probé a regar con ella y resulta muy práctica. Ojalá se me hubiera ocurrido usar algo así antes. Ha sido muy gentil de su parte.
__Me tranquiliza oír eso. Me preocupaba que le tuviera usted apego a esa lata vieja.
__No qué va… ¿cómo iba yo a sentir apego por ese artilugio? Supongo entonces que lo tiraría usted. ¿No?
__Pues sí... ¿Hice mal?
__No. Para nada. Lamento las molestias que le he ocasionado__repuso ella agachando la cabeza mientras se reía.

El teléfono que había encima de la estantería empezó a sonar, ella se disculpó y se puso de pie a atender, el rostro se le demudó. En el instante en que descolgó el auricular Edyth aún seguía sonriente pero a medida que la conversación avanzaba sus mejillas se iban tensando poco a poco. Cuando colgó su gesto era serio y abatido.

__Disculpe _dijo antes de volver a sentarse.

__ ¿Ocurre algo?
__Era una de mis alumnas. Dice que no podrá seguir con las clases debido a problemas domésticos. Llevaba años viniendo.
__Ya supongo que no debe de ser fácil compatibilizar ser un ama de casa y tomar clases de arte.
__Desde ayer no hago más que recibir llamadas de alumnas para comunicarme que cancelan las clases. Esta es la sexta.
__ ¿Cree que es por culpa de lo sucedido?
__Puede que también pero sobre todo creo que es porque Elsa se ha ido. Durante el último año fue ella quien impartía las clases. De modo que puede decirse que en la práctica los alumnos son más de ella que míos.
No creo que estén tan unidos a ella como para tomar esta decisión pero sí que notan que el ambiente se ha enrarecido, piensan que todo va a naufragar y abandonan el barco.

El inspector no entendía por qué no se alegraban de poder aprender ahora directamente de Edyth mientras pensaba que tan vez Molly sí lo entendería.
__Supongo que a partir de ahora se producirán más bajas. Estas cosas suelen producir reacciones en cadena. Como mal menor tal vez debería cerrar por descanso una temporada _dijo Edyth apoyando su mano en la barbilla. Un segundo después enderezó de nuevo la espalda para recuperar su habitual postura correcta__. Discúlpeme. Todo esto no tiene nada que ver con usted.

__Tal como están las cosas entiendo que esté preocupada. Pero hemos puesto todo nuestro empeño en resolver este asunto cuanto antes. ¿No le iría bien tomarse un respiro?
__Tiene razón. Debería cambiar un poco de aires. Hacer un viaje o algo así.
__Es una buena idea.
_Hace tiempo que no hago un viaje que se pueda calificar de tal pero en tiempos de soltera me iba incluso sola al extranjero.
__Y creo que estuvo estudiando en Inglaterra.
__ ¿Se lo contaron mis padres? Bueno, eso fue hace mucho _ dijo ella bajando la mirada por un instante__. Ah por cierto ¿podría pedirle que me ayudara con una cosa?

__Por supuesto _ respondió él dejando la taza sobre la mesa.

__Esa pared se ve muy vacía, ¿no cree?
Ella miraba la pared que tenía a su lado. Ciertamente no había ningún adorno en esa. Pero hasta poco debía de haber algo colgado allí porque se apreciaban las marcas.
__Antes había un tapiz. Pero como lo había pintado Elsa se lo di para que se lo llevara. Y Ahora se ha quedado desierta así que estaba pensando en poner algún adorno.
__ ¿Ha decidido qué quiere poner?
__Sí. Lo he traído hoy de casa.

Ella se puso de pie y fue a coger una bolsa de papel que había en un rincón. Abultaba bastante. Debía contener tela o algo similar.
__ ¿Qué es? _ preguntó Malvárez.

__Un tapiz que tenía en mi dormitorio. Allí ya no me va a hacer falta.
__Claro _ dijo el detective poniéndose de pie__. Bien vamos a colgarlo.

Ella asintió y se dispuso a sacar el tapiz de la bolsa. Sin embargo se detuvo a medio camino.
__Pero antes será mejor que me cuente por qué quería verme. A fin de cuentas. Es usted quien se ha tomado la molestia de venir hasta aquí.
__No importa. Podemos hablar de ello después, coloquemos antes el tapiz.
_Nada de eso. Usted ha venido hasta aquí por trabajo, démosle prioridad a eso.

El detective asintió dio media vuelta y sacó su libreta del bolsillo interior de la campera. Apretó los labios al mirarla a ella.

__Bien, en tal caso le haré unas preguntas. Me temo que no le van a resultar muy agradables, pero  le ruego que lo comprenda, es por el bien de la investigación.
__Adelante _ dijo Edyth.

__Hemos sabido el nombre de la mujer con que salía su marido antes de conocerla a usted. Se llamaba Molly Junko. ¿Había oído su nombre?
__Es la primera vez que oigo ese nombre _ dijo.

__ ¿Alguna vez le contó su esposo algo sobre una escritora de cuentos infantiles? Cualquier cosa, por nimia que fuera…
__ ¿De cuentos infantiles? _repitió la viuda frunciendo el ceño y ladeando la cabeza con gesto dubitativo.

__Sí, esta mujer escribía e ilustraba libros para niños. Pensé que tal vez su esposo hubiera mencionado en alguna ocasión que conocía a alguien que se dedicaba a eso.
Ella desvió la mirada hacia abajo y bebió un sorbo de café.
__Lo lamento. Pero no recuerdo que mi esposo me hablara nunca ni de cuentos ni de ninguna persona que se dedicara a ello. Si me lo hubiera mencionado en alguna ocasión supongo que lo recordaría. Ese es un mundillo con el que él no tenía ninguna relación.
__ Entiendo. Bueno, qué se le va a hacer.
_ ¿Es que esa mujer está relacionada con el caso?
__Todavía no lo sabemos. Lo estamos investigando.
__Vaya… __dijo Edyth bajando la mirada. Sus largas pestañas se movían temblorosamente cuando parpadeaba.

__ ¿Le importa si le pregunto algo más? Tal vez no debería preguntárselo a usted pero dado que los interesados ya no están entre nosotros…
__ ¿Los interesados?
__Sí. Es que la mujer en cuestión…  Molly también falleció.
__! Oh!
__Hemos encontrado no sin notables dificultades que su esposo mantenía una relación con esta mujer. ¿Por qué cree que lo haría? ¿Hizo lo mismo cuando empezó a salir con usted?
¿Ocultaba a las personas de su entorno que estaban saliendo?

Ella rodeó su taza con ambas manos y pareció reflexionar. Finalmente habló sin dejar de mirar la taza.
__No. Mi esposo no ocultaba nuestra relación. En mi caso cuando nos conocimos estaba presente su mejor amigo, el abogado que hoy dirige la empresa.
__Ah, es verdad.
__Ahora bien si él no hubiera estado allí tal vez mi esposo sí hubiera intentado mantener en secreto nuestra relación.
__ ¿Por qué?
__Porque su hubiéramos roto no habría tenido que explicárselo a nadie.
__ ¿Es que siempre tenía en mente la posible ruptura?
__Tal vez sería más acertado decir que siempre tenía en mente la posibilidad de que su compañera no pudiera tener hijos. Y en ese caso, tenía muy claro que rompería con ella inmediatamente. Para él el matrimonio ideal era aquel en que la novia llegaba a la boda ya embarazada, en mi caso para ser sincera no fue así,  como sí lo habría sido en caso de Elsa.
__O sea que tener hijos era su único objetivo. Pero en su caso no fue así porque usted no llegó embarazada a la boda.

Ella esbozó una elocuente sonrisa. En sus ojos había un brillo de complicidad.
__Porque yo me opuse, le dije que seguiríamos usando anticonceptivos hasta que estuviéramos oficialmente casados.
__Entiendo. Así pues, supongo que cuando salía con Molly no debían de usarlos ¿no? __dijo Malvárez consciente de que la pregunta era algo cruda pero aun así la formuló.

__Imagino que no. Y por eso la desecharía.
__ ¿Desechar?
__Así era mi esposo _dijo ella distendiendo ambas mejillas en una sonrisa como si estuviera hablando de algo divertido.

__Bueno pues eso era todo. Muchas gracias por su colaboración.
_ ¿Ya está?
__Sí, es suficiente. Le pido disculpas por lo incómodo de las preguntas.
__No se preocupe. Yo también conocí a otros hombres antes que a él.
__Claro, ya lo suponía.
Tras abandonar el piso, Malvárez comenzó a rumiar lo que le había preguntado y las respuestas mientras las palabras del físico se colaron en su mente: “estoy seguro de que no eres la clase de tipo que alteraría sus convicciones profesionales por sentir ese algo especial. No eres un tipo débil.”
__

El altavoz anunció que en breves instantes el tren se detendría en la estación de Almirante Brown. Jésica se quitó los auriculares del iPod y los guardó en su bolso al tiempo que se levantaba del asiento.
Salió al pasillo del vagón, sacó su libreta y comprobó la dirección de la casa natal de Molly Junko. Ya había avisado de su visita. Al recibir su llamada la madre se mostró algo confusa. Malvárez también la había llamado en relación con el suicidio de su hija. Seguramente se preguntaría a qué venía tanto interés repentino de parte de la policía.
Guillermo pese a los juramentos de Alberto de que Pedro estaba bien, acompañó a la chica a regañadientes.

__El profesor parece convencido de que el arsénico había sido colocado en el filtro depurador pero no ha querido revelar en qué consiste el truco de su colocación, no a Malvárez, ni a mí. Según mi compañero porque es improbable demostrar que tal truco se haya utilizado.  Y el profesor debe de temer que su hipótesis se tome como una calumnia _le contó la chica.

__ ¿En qué podría consistir el truco en cuestión? __preguntó Guillermo razonando con la chica.

__ Me ha dicho algo así como concebible desde el punto de vista teórico. Pero imposible en la práctica lo primero que dijo cuando se le ocurrió en qué podía consistir el truco.
__ ¿Y luego?
__Luego, cuando yo fui a informarle de los resultados de las indagaciones que él me había pedido que hiciera solo dijo: Imposible. Absolutamente imposible pero con expresión de asombro__. Si tomamos esas palabras textuales es claro que el truco en que había pensado debe de ser algo muy alejado de la realidad. Sin embargo, el físico sigue creyendo en la posibilidad de que se hayan servido de él para poner el veneno.

Aunque no me ha explicado en qué consiste el truco, sí me ha dado algunas instrucciones. En primer lugar, analizar una vez más a conciencia el filtro depurador y comprobar a ciencia cierta que no haya nada sospechoso en él. En cuanto a la localización de posibles restos de veneno, me ha aconsejado que lo llevara a Spring- 8. Y también me ha dicho que convendría averiguar el número de referencia del filtro.
__ ¿Y qué tienes a hoy?
__ Todavía no he recibido los resultados del Spring- 8 pero del resto de cosas ya  las he informado al profesor.
La policía científica ha comunicado que, a su parecer, no había nada extraño en el filtro. Se supone que hacía un año que lo habían cambiado y efectivamente su grado de deterioro era el correspondiente a ese periodo de tiempo. Tampoco aprecian signos de que haya sido manipulado o modificado. Su número de referencia también era el correcto.
Tras decirle todo esto el profesor solo me dijo gracias y cortó pese al esfuerzo que hice,  pedirle una pista era mucho pedir.
Pero lo que en verdad me preocupa es lo que él le contó a Malvárez. Al parecer le ha aconsejado que no se limite a investigar los hechos inmediatamente anteriores y posteriores al suceso sino que se remonte en el pasado y lo investigue a conciencia. Y ha mostrado especial interés en el suicidio de esta chica.
__ Pero, ¿por qué? ¿Acaso el profesor como nosotros no cree que la asesina es Edyth? Porque si la asesina es ella, debería bastar con investigar los hechos más recientes, anteriores y posteriores, a la muerte. Y aunque se descubriera que en el pasado tuvieron como de hecho hubo algún tipo de desavenencia, él no parece ser de los que se interesan por ese tipo de cosas.
_Luego seguimos, creo que llegamos.

La casa de la familia de la chica  se hallaba a diez minutos a pie de la estación, delante de un frondoso bosque. Era una lujosa residencia estilo occidental de dos plantas que a Jésica le pareció demasiado grande para una mujer mayor sola. Según le había contado la señora por teléfono su esposo había fallecido y su hijo mayor tras casarse se había mudado al interior.
Pulsó ella el botón del portero automático y la voz que le respondió le resultó familiar pues era la misma que le había atendido en su conversación telefónica. Tal vez porque también había avisado la hora de llegada su interlocutora no dio la impresión de estar desconcertada ni nerviosa.

 La madre de Mollly era una mujer delgada de unos sesenta y cinco años. Su rostro reflejó cierta inquietud al ver que Jésica no venía sola y al pensar que Guillermo era otro detective, su recelo disminuyó al saber que era abogado.

__Ha sido un largo viaje para ustedes _ dijo la mujer __. Deben de estar cansados, llevando la tetera con agua caliente del hervidor.

__No se preocupe, le pedimos disculpas _ dijo Guillermo__. Suponemos que debe de preguntarse por qué tanto interés a tanto tiempo del suicidio.

__Pues a decir verdad sí. Yo creía que el asunto estaba cerrado__. Tengan __les fue tendiendo tazas de té.

__En aquel momento dijo usted que podía imaginar cuál había sido la causa del suicidio. ¿Sigue siendo así?
__No había ningún indicio que nos indicara por qué lo había hecho. Las personas con que ella solía salir también manifestaron que no tenían idea. Pero yo ahora  me pregunto si no sería porque estaba demasiado sola.
__ ¿Sola?
__Le gustaba pintar y escribir cuentos infantiles y para ello decidió ir a vivir a la capital, se convertiría en ilustradora de sus cuentos, pero siempre fue una chica sobria y sencilla. Imagino que, viviendo sola en una gran ciudad un tipo de vida al que no estaba acostumbrada, y viendo que tampoco acababa de progresar en su carrera debió de pasarlo mal. Ya había cumplido treinta y cinco y supongo que se sentiría insegura de cara al futuro. Si hubiera tenido a alguien a quien consultar tal vez la cosa habría sido diferente.

Al parecer la madre no sabía que por entonces ella tenía novio.
__Tenemos entendido que su hija vino a visitarla poco antes del suicidio _ dijo Guillermo buscando confirmar lo que había leído en el informe.

__Así es. La noté algo desanimada pero nunca imaginé que fuera a suicidarse _ dijo ella parpadeando tal vez para contener las lágrimas.

__ ¿Quiere decir que la conversación que mantuvieron entonces fue normal y corriente como siempre?
__Sí. Le pregunté que cómo estaba ella y ella me dijo que bien.
Jésica visualizó la cara de su madre. Intentó imaginar qué actitud habría tenido si fuera ella la que, tras decidir suicidarse hubiera ido a verla por última vez. Por un lado, tuvo la impresión de que no habría podido mirarla a la cara, pero por otro pensó que al igual que Molly sí habría sido capaz de comportarse como si nada.

__ ¿Hay algún problema con el suicidio de mi hija?

Sin duda era eso lo que más le preocupaba. Pero en el estado actual de la investigación, Jésica no podía proporcionarle información detallada.
__En la jefatura hemos comentado que tal vez podría estar relacionado con un caso que investigamos actualmente. De todos modos todavía no contamos con ninguna prueba concluyente. Por eso, he venido a hablar con usted a modo de mera consulta.
__ ¿Si? Yaya… __dijo poco convencida.

__Nos preocupa lo del veneno.
__ ¿Veneno? ¿A qué se refiere?
__Bueno…  Molly falleció por envenenamiento. ¿Recuerda usted qué veneno ingirió?
La mujer se quedó perpleja y ellos pensaron que lo podría haber olvidado.

__Fue ácido arsénico __respondió  Jésica__. El otro día cuando el detective la telefoneó usted le dijo que su hija se había suicidado tomando somníferos pero en nuestros archivos aparece como muerte por envenenamiento con ácido arsénico ¿Usted no lo sabía?

__ ¿Hay algún problema? Quiero decir que yo le dijera sin querer que habían sido somníferos, ¿es algo que…? __intentó preguntar en tono titubeante.

__ ¿Es que lo dijo usted consciente de que no se trataba de somníferos?
__Lo siento _musitó__. No creí que el modo en que se había suicidado fuera tan importante. Total, como todo había acabado ya… Por eso di esa respuesta.

__ ¿No quería contarle que había tomado ácido arsénico por algún motivo?
__Lo lamento mucho… es que en aquel momento me fue imposible decírselo y… _dijo haciendo una inclinación que casi le llevó la frente a las rodillas.

__Por favor, levántese. ¿Hay algo más que usted sepa?
La mujer se incorporó lentamente y alzó su mirada hacia la detective.
__Es que ese arsénico lo teníamos en casa.

Guillermo se quedó de una pieza.
__Pero… el informe dice de procedencia desconocida.
__No pude decírselo… La policía me preguntó si sabía algo acerca del arsénico, quiero decir del ácido arsénico. Pero fui incapaz de decirles que se lo había llevado de casa así que les dije que no sabía nada. Y como luego ya no insistieron con el tema pues… lo lamento mucho.
__O sea que el veneno estaba en su propia casa.
__Estoy segura. Cuando mi marido aún vivía, un amigo se lo dio y le dijo que lo usaba para exterminar ratones. Lo guardábamos en el cobertizo.
__ ¿Y comprobó que ella se lo había llevado?
__En cuanto la policía me dijo de qué se trataba fui al cobertizo a mirar, y…  obviamente la bolsa en que lo guardábamos ya no estaba allí. En ese momento comprendí que esa era la razón por la que mi hija había vuelto a casa.__  Mi hija vino a casa y ni siquiera me di cuenta de su intención de suicidarse. Y para colmo se llevó el veneno de casa el que luego empleó para matarse. Por eso mentí. Lo lamento. No tengo palabras.

__ ¿Podría mostrarnos el cobertizo? __pidió la detective.

__Claro.
Estaba instalado en una esquina del jardín trasero. Era una sencilla y sólida construcción con muebles viejos en su interior con olor a moho y polvo.
__ ¿Dónde estaba el arsénico?

__Acá. __La mujer señaló una lata vacía encima de una estantería__. Creo que la bolsa de arsénico estaba dentro de la lata.

__ ¿Qué cantidad se llevó?
__Bueno… la lata estaba vacía, la bolsa había desaparecido entera así que imagino que sería algo como un buen puñado a manos llenas.
__Eso es mucho _dijo Jésica.

__Sí…  como para llenar un bol.
__Pero para suicidarse no necesitaba tanto. Y en los archivos no consta que en el lugar de los hechos se encontrara esa cantidad de veneno.
__Tal vez ella se deshizo de él.
_No lo creo, alguien que planea suicidarse no suele pensar en la cantidad del veneno restante _dijo Guillermo pensativo.

__Utiliza este sitio con frecuencia.
__No. Ahora apenas.
__ ¿Se puede cerrar con llave?
__Sí la tengo, pero…
__Desde hoy déjelo cerrado con llave por favor,  tal vez dentro de unos días le pidamos que nos permita examinarlo.
__ ¿Qué?
__Le rogamos colaboración. Intentaremos causarle las menores molestias posibles _ dijo la inspectora sin dejar de pensar que el origen del arsénico actual seguía sin esclarecerse, si su composición coincidiera con el que Molly se había llevado de casa, el caso podría dar un giro de ciento ochenta grados.

Como fuere no tenían muestras del arsénico que Molly empleara para efectuar el cotejo así que lo único que podían hacer era confiar en encontrar algo, aunque solo fueran ínfimas partículas en ese cobertizo.
_ ¿Su hija le envió por correo una carta de despedida? _ preguntó Guillermo.

__Sí lo hizo.
__ ¿Le importaría que la viéramos?

La mujer asintió.
Volvieron a entrar en la casa y fueron al dormitorio que conservaba como cuando la chica estaba viva y sacó del cajón del escritorio el primer sobre que estaba a la vista.
__Tenga_ dijo.

El contenido era el que Malvárez había comentado, nada decía de la causa pero sí transmitía que no tenía ningún apego por este mundo.
Jesica se dispuso a dejar la carta en el cajón cuando observó muchas otras.

__ ¿Y todo eso?
__Son cartas suyas. Como yo no utilizo computadoras y todo eso me escribía de vez en cuando.
_ ¿Puedo verlas?
__Adelante.

Mientras la mujer salió por café, Jésica y Guillermo se sentaron frente al escritorio a examinar las cartas. En la mayoría informaba de libros que estaba escribiendo o trabajos que iniciaría en breve. No había mención alguna a la existencia de su novio, nada que tuviera que ver con relaciones humanas.
Cuando conscientes de que no servían para nada, se habían resignado, Guillermo reparó en una postal que había en un cajón. El texto estaba escrito con birome azul. Cuando lo leyó se quedó sin habla. Rezaba lo siguiente.
“Hola ¿qué tal? Yo ahora estoy en Londres. He conocido a una chica argentina y está estudiando aquí. He quedado con ella para que me enseñe la ciudad mañana. Se llama Edyth”.

__
Fabián se lavó las manos y Alberto lo guió a través del corredor rodeado de cubículos, reprimía la risa por el nerviosismo de aquel, que caminaba aprisa y echaba vistazos no asombrados al recinto tan extraño sino ansioso mientras buscaba a Pedro.
Cuadro lo avistó al fin rodeado de máquinas con luces y sonidos raros se largó a llorar, y Alberto lo condujo hasta la silla junto a la cabecera. Pedro lo recibió con los brazos extendidos.

__Menos mal que no está tu padre, grandulón, y no me dejaría salir de acá por  años, no llores, ya pasó.
__No pasó nada _dijo Fabián mirándolo con severidad__. ¿Fue por el caso?

__No lo sé, creo que no. ¿Estás bien con Ana?
__No, porque creí que habías muerto y me lo ocultaban.
__Lo siento _ dijo Pedro mientras le besaba la coronilla.

__ Pero te aseguro que no quiero más aventuras. No me gustan tanto.
__Somos una familia ahora _lo consoló Pedro__. Sea cual sea la aventura que nos toque vivir, siempre estaremos juntos, unidos y nos protegeremos uno al otro.

__ ¿Viviremos juntos los tres cuando salgas?
__Se lo diré a Guille, yo creo que sería lo mejor. ¿Te gustaría?
_Es lo que siempre quise _ afirmó Fabián con la mirada brillante y la emoción embargó a Pedro que lo llenó de besos arrancándole una risa cristalina.

__ ¿Puedo decirte papá? _preguntó Fabián con timidez.

Pedro habría necesitado la risa reconfortante de Guillermo en esa instancia en que ese,  su hijo decidía llamarlo de un modo tan extraordinario, a él que la naturaleza se había empeñado en negarle un hijo biológico durante años de intentos con Camila.

__Fabi nada me haría más feliz que tú me llamaras papá.

Guillermo que había llegado poco antes y ellos aún no descubrían intervino cuando pudo articular.
__ ¡Pero cómo! __intervino y le imprimió un tono afectado y un gesto de mueca triste__. ¿No te haría más feliz casarte conmigo?

__No, papá, le hace más feliz que yo lo llame papi. ¿Cierto Pedro?
__Absolutamente.

Martha entró poco después y anunció que la visita había terminado. La despedida tomó algunos minutos en que Pedro le aseguró a Fabián  que pronto volverían a estar juntos, y Alberto fue quien lo acompañó de regreso a casa.

Cuando Guillermo regresó al cubículo se encontró con el cirujano que terminaba de revisar a Pedro. Hablaban animadamente mientras controlaba la bolsa del drenaje.

__Buen día doctor.
__Buenos días doctor Graziani. Le decía a Pedro que si todo marcha bien como hasta ahora, mañana lo transferiremos a una habitación del ala de internación normal y en cinco días a lo sumo una semana le daré el alta.

Pedro sonreía dichoso por el pronóstico del cirujano, mientras Guillermo pensaba en dónde encontrarían un sitio seguro donde resguardarse hasta apresar a quien hubiera hecho aquello.
El médico se despidió, y Guillermo enseguida buscó el contacto y el refugio del abrazo de Pedro.

__ ¿Estás contento con la   noticia del doctor? __Asintió en la curva de su cuello sin pronunciar palabra__. ¿Guille?

__Gracias por haber hecho tan feliz a Fabián, sé qué pensaste cuando te preguntó si podía llamarte papá. Lo sé todo amor mío. Transitaremos juntos el camino que nos hemos propuesto. No te dejaré solo ni un instante, y todo lo bueno y lo malo lo viviremos juntos. La carga la repartiremos entre los dos. Cuando todo haya pasado tendrás un hijo biológico que yo amaré como vos a Fabián, no de Camila, claro.
__Lo sé y por eso me atreveré a recorrer ese camino porque  tú estarás conmigo. __Se incorporó apenas para mirarlo__. Gota por gota van corriendo por nuestros cuerpos, agua dulce recorriendo cada espacio, somos seres perfectos, con la finalidad de pertenecernos, aditivos a nuestra epidermis, premura y voracidad son nuestros ósculos derramando miel, perversidad, sabor a sudores, pieles desnudas, incitando a sellar fantasías.
Encuentro mojando nuestros organismos, te sé de memoria todo mío, tu saliva y mis licores en el compás de tu candela, erizas el júbilo de mi silueta, la ambrosía de todas las noches seduciendo mis pasos, los te amo  guardados; el roce de tus dedos agitando mi corazón, vibrando mi ser.
Irresistible a tu esencia, donde ciñes tu piel como fiel tatuaje, súmeme en tu fuego, no tenemos cadenas, somos la locura descubriendo ansias en deseo, en lascivia, con aroma a nuestros sexos, poro a poro ansío amarte, estupor es hacernos el amor.
Me encanta seducirte con mi fiereza, tú mi varonil hombre encendiendo mis rincones, abraza mi piel, pierdo la compostura, me invitas a quedarme en tu pasión, alimentas mis instintos, enardecidas emociones que el amor nos trastoca.
Y solo tras un hilo invisible de arenas adormecidas yo te miro fácilmente sin perder la aguda mutación de los latidos. Desanudo los ojos que me miran sin quejas de frente en ese instante póstumo enrojecido al constante rito de la soledad. Y vienes con tus olas como anzuelos atrapando el fogoso instante del desvelo calmado y quieto, solo en tu mirada mis ojos amanecen. Voy de nuevo. Acudo a tus sombras que una vez fueron desiertos. Sereno en los números tuyos en donde todo cabe en donde todo es temblor entre mis brazos que abrazan gemidos que se yerguen como aguas circundadas de un día perpetuo.
Descanso en tu carne amada que se desborda  en la cuerda de ese milagro húmedo de fuego de toda locura atada a la mística entrega que entre los dedos se harta de júbilo.
Te amaré desde el rincón sin nombre, sin los acentos de mi boca, sin las silabas que muelen tus pezones. Te amaré desde cualquier parte que no exista despojado,  desnudo como un pájaro sin nido a la espera de otro cielo. Te amaré más allá de la esperanza  en la soledad nuestra que se detiene y que sigue, que nos hace vulnerables a un nuevo dolor tal vez por la fortuita ceremonia que sostiene el amanecer... Despierta mi sol abre los cielos, juega el clamor en pasos pequeños, gorjea el hito traduce sueños, mortal ataque adornas mi pecho. Ríe tu aroma en una sonrisa, tomas el mundo en tu melodía, risa que torna la miel en alma, duende bebé la frente alta. Sol que se posa en tus mejillas, rosado el dulce de tus caricias, juego en ti, te hago cosquillas, ven a mis brazos mi maravilla.
_Retozas al viento, esparces recreos, tu rostro describe bellos hoyuelos, te das un golpe cruzando el miedo, me miras, no lloras, sigues tu vuelo. Llega la noche mora en tus ojos,
límpida casa de tu sonrisa, oscura dulzura llama tu nombre, ya estás dormido bello gran hombre.
 Atrevido fui cuando comparé sus mejillas rosadas con el encanto de los celajes de algún atardecer y con el hechizo de rubor que ilumina su terso rostro. Qué tal atrevimiento por adorar sus ojos candorosos más el tierno peregrino que cuide con celo su huerto porque este pecador ama el esplendor de sus flores. Me atreví a compararlo con un frondoso manzano
porque apetecible se ha vuelto como el buen vino dulce y gustoso como el almíbar de cañas de azúcar y tan codiciado y pretendido como la buena fortuna.
¿Me pregunto si serán dulces a mi paladar sus besos… deleitarán toda la avidez de mis ansias desbocadas? es que colmarlas eternamente desea este peregrino.
Entonces que murmuren en cánticos los ríos y fontanas. Y así el peregrino aprenderá a reír y amar al surgir el alba cuando me ofrezca embelesado con alma corazón y vida.
El amor es ignorar las cicatrices propias, curar las de tu pareja y arriesgarse a que ese nuevo amor no producirá una nueva herida en ti, es confiar en que tu cuerpo y alma no quedarán marcados excepto por los momentos felices y los besos otorgados. Hoy más que nunca vida mía quisiera tenerte cerca, te relataría lo sentido minuto a minuto, mirándome en tus ojos mi sueño vivido en una noche sin luna, pero llena de ti, hoy más que nunca necesito de ti, no puedo quedarme descolgado de tus labios, en los que moría al sentirlos en los míos al soñarme besado como enamorado, y, es que solo, al despertar me sentí cuando el nuevo día me iba alejando de ti, para vivirlo solo y sin ti en la monotonía de un día cualquiera.
Esta noche, sé que llegarás a esta orilla de mi vida, donde traspasarás mis sueños y te dejarás amar, lo sé amor, lo sé, sé que haces que el día se empequeñezca al igual que yo y así en la noche la magia hará lo demás.
Esta noche vida mía, dejaré entreabierta las hojas de mi ventana para que en mi almohada dejes pedacitos de luna por si despierto y no encuentro tus labios en los silencios de mi boca, que quieren gritar un te amo, y dejaré que se deslicen por tu piel las caricias que llevo entre mis manos de tantos sueños soñados en ti.
Eres mitad sueño y mitad realidad, eres mi pecado y mi condena pero aun sabiéndolo, te amo.
__Fabián te ama _dijo Guillermo sofrenando el llanto de emoción__. Sabe que terminaste con mi soledad, y todos te amaron en el estudio. Es tan fácil amarte _ le susurró inclinado sobre su oído. Fuiste lo tercero que vi, aunque la tristeza y la soledad no sé si contarlas, debido a la intimidad que nos une. Me senté a la justa distancia como para sentir tu perfume o imaginarlo tal vez, pero no hay error en eso, de todas maneras su tarea fue cumplida. Un rato después empezó el verdadero reconocimiento, esperando que sí fueras, casi suplicándolo. Contemplaba tu lacio y achocolatado cabello, que angelicalmente caía invitando a seguirlo y soñar. Reconocí todo lo que me gusta en tu rostro, aunque lo veía apenas, solo cuando grácilmente mirabas a los lados o ponías parte de esa belleza que deseaba acariciar, tras tu delicada y perfecta oreja que decoraba al pequeño aro que quedaba en segundo plano.
Pude imaginar tus pies abrigados en esos zapatos y regresé a tu rostro, mientras inspiraba y cerraba los míos para permitir que tu aroma pintara mis párpados y así llevármelo a casa suplicando que no se desvaneciera. Sabía que el momento era ineludible y lo fue y pagó con creces estos días grises. Buscaste algo, miraste atrás y ahí estaba mi amor esperando disfrazado de indiferencia que nadie creería. Con pudor soltaste a la perfección esa mirada escondida y me sonreíste apenas y me encantó.

No sé si fue adrede o si solo me dejé llevar, pero allí estábamos en un tiempo diferente y de frente los dos. Estiraste tu mano y yo correspondí, pero fue demasiado rozar tu tibieza y esa voz que esperaba revolucionó mi interior y mis ojos no pudieron mantenerse firme ante los tuyos y miré al piso mientras me imaginaba colgado de tu cuello, caminando a la par, sorbiendo esa dulzura que tu mirada derrama como algo insignificante y normal sin ninguna pretensión. Nos cruzamos otra vez y ninguno se atrevió a mirar. Me aterré al sentirme descubierto.
¿Será que notó que muero de amor por él? ¿Será que no entendió que ese día salvó mi vida? ¿Será que no comprende aún que dejamos de ser tres en la mía?  Y ese nombre que no puede ser real. Tal vez me esté apresurando, tal vez no llegue a ser, tal vez…, tal vez… pero de algo sí estoy seguro, es que ese hombre ya sabe que yo estoy ahí, que lo voy a esperar y que de algún modo, ya nada va a ser igual.
Dedicado a este compañero de años que me mantiene aquí: El Amor…
 Flechas de amor.

Te hablo y me miras con la misma cara que esperaría de alguien a quien le estuviese pasando el parte del clima sin que me lo hubiese pedido. Mientras derrocho sentimientos y fuego y te lanzo llamas con perfume de amor adolescente decorado con arrugas y ojeras y pelo blanco que fue una vez una cabellera de león joven. Sigues ahí asintiendo y corroborando mis dichos como si tuvieras baja la batería, casi indiferente y yo redoblo el esfuerzo y te cuento que me muero por vos y me emociono y vierto mi corazón sobre tu mano, esperando una reacción que no llega y que desespera mis ansias. Pienso en mis adentros acerca de este hecho conmovedor y atemorizante de la expresión de amor en su máximo despliegue y el remanso que absorbe mi energía y la transforma en tibio mirar, mi desesperación en un simple asentir de tu cabeza como si no quedara otra cosa que decirme: sí, así, de ese modo.
Perplejo descanso un instante. Te contemplo otro rato y pienso en la roca que escucha indemne la súplica del viajero y ella sigue así, ¿acaso no es solo una roca? Me indigno y reacciono y te increpo por la respuesta que quite este maldito sentimiento no correspondido o que al menos me parta el corazón de una vez. “Soy no efusivo”, me respondes y no sé qué hacer. Desmoronas mi afán por palabras melosas y cargadas de dulce de caña, bañadas en chocolate, chispas de chocolate y crema dulce y miel. Cero reacciones a lo que yo moriría por escuchar de tus labios. Me entristece pensar en todas esas flechas con puntas de corazones que te atraviesan y se pierden por ahí. “Está bien”, respondo en medio del avasallante ataque cuerpo a cuerpo de la enorme frustración que me golpea sin poder adivinar desde qué flanco.
Expeles un soplido contenido y el chicle y algo de saliva y te ríes a carcajadas y te miro sin entender y espero una explicación y saltas sobre mí y me abrazas con fuerza y besas mi cuello con interminables besitos mojados y más risas. Con tus manos tomas mis mejillas y acercas esas bellezas a los marrones míos y pestañeas despacito porque sabes lo que siento ante ese movimiento seductor perfecto y a punto de besarme me cuentas derrochando la perfección que emana tu garganta y lengua y paladar: “Yo siento lo mismo por ti, me encanta verte desesperado mi amor.”


Pedro dejó caer los párpados lentamente, la sonrisa congelada y se volvió hacia su boca. Iniciaron un juego de caricias de labios, de roces prometedores, de mordidas provocadoras, de alientos que se enredaban, de lenguas que se buscaban hasta que Pedro impaciente lo sujetó por la nuca y lo devoró, lo besó con pasión, con la que solo Guillermo le despertaba…  soñando con poder entrar en él como su lengua entonces llegaba a la garganta. Guillermo respondió de inmediato consciente de lo precioso y único que tenían. Se apartaron jadeando.
Pedro abrió los ojos y vio tras la niebla de lágrimas de emoción a Guillermo que permanecía atrapado en la energía de lo que acababan de compartir. Y no soportó la separación, le colocó una mano al costado del cuello y lo acercó de nuevo a su boca para arrastrarle los labios por el rostro para apreciar la suavidad de su piel.

__Es a ti a quien más amo en el mundo, quiero que estés seguro de ello, te amo más que a mi vida…  a nadie como a ti, amor mío…  amor de mi vida.
__Y vos le das significado a cuanto me rodea…  hasta a mi hijo amor mío.

Martha carraspeó para delatar su presencia.
Traía el almuerzo un poco más temprano de lo habitual pues así lo había solicitado Guillermo que deseaba ir a la comisaría por lo que acababan de saber de Edyth y también por el caso de Pedro.
No quería que las enfermeras lo alimentaran, todo deseaba hacerlo él, le dio de comer en la boca y cuando terminó Pedro le manifestó su deseo de lavarse los dientes y Guillermo que solo pensaba en que estuviese confortable hizo de todo para que lo proveyesen de lo necesario.
Le llenó dos veces el vaso de agua y le sostuvo la escudilla bajo el mentón para que escupiera el enjuague, y también el espejo mientras él se pasaba el hilo dental y en esa rutina de higiene, Guillermo sintió tanta intimidad como en el acto de amor que habían compartido desde conocerse.

__ ¿Mejor?
__Mucho mejor. Gracias amor mío.
__De nada. ¿Quieres que te baje un poco la cabecera? Me gustaría que intentases descansar.
__Sí tengo sueño.
__Me quedaré a tu lado hasta que estés dormido y luego siempre con vos, me llevas en ti…  el alma en tus manos…  la vida en tus sueños…  te amo para siempre amor mío.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.

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