SEÑALES DE AMOR
CAPÍTULO FINAL.
“Y ahí voy de nuevo, como quien no se cansa
de subir y justo a metros de llegar se cae, y cae, y cae otra vez. Ya no sé
cómo parar a este corazón desesperado. Carente de toda lógica transito el árido
paisaje rastreando la molécula que me lleve a vos. Sediento de besos soñados, de manos apretadas, de susurros cargados de
miel, de miradas que sinteticen hormonas tranquilizadoras, o no, para estas
mariposas que crecen y se multiplican dentro de mí con la fuerza abrumadora de una
ola rompiendo una y otra vez, esperando el milagro de pasar al suelo fértil de
un amor de antología.
No es que no entienda, no es que me guste sufrir, es la ilusión que como estandarte al que no se puede evitar seguir, comanda mi vida produciendo toda suerte de reacciones que por lo general terminan sucumbiendo ante el fiero rostro de su contraparte: la desilusión. Tampoco es una queja, es el placer por el viaje mismo aunque nunca llegue al sitio deseado. La búsqueda del amor es mi droga y no me quiero curar.
A Pedro le presté atención (cómo no hacerlo con esos ojos), y caí. Supe casi al instante que me esperaba y que él era la llanura fértil. Qué paradoja, avanzar por su corazón sabiendo que era imposible. Terquedad a nivel estelar y este corazón que se viste con atuendo real y comanda y empuja. Se lo estoy explicando a él, que ya lo sé, que lo quiero aunque no lo pueda tener. El arte de enamorar pero desde el sentimiento sincero, desde la desdicha de saber que no se puede, y aun así seguir en modo conquista. Y mi razón que se cansa de advertir, silenciada ante este impetuoso corazón que grita y no quiere oír ni deja hacerlo.
Tomo fuerzas y te grito: “¡Líbrate de mí! Huye sin pensar, no te vayas a enamorar”. Rogando por los rincones de mi atribulada sensibilidad que te plantes y digas: “¡No!, no te voy a escuchar”. Quizá vos también necesitas esto para aguantar, quizá vos también crees en los milagros de amor. Yo ya sé que me voy a lastimar, pero ¿qué puedo hacer? Quiero que sepas que saber de vos, de cualquier modo ha hecho mi vida mucho mejor. Y convertir lo imposible en posible, me llevó a conocer la utopía de la felicidad”.
No es que no entienda, no es que me guste sufrir, es la ilusión que como estandarte al que no se puede evitar seguir, comanda mi vida produciendo toda suerte de reacciones que por lo general terminan sucumbiendo ante el fiero rostro de su contraparte: la desilusión. Tampoco es una queja, es el placer por el viaje mismo aunque nunca llegue al sitio deseado. La búsqueda del amor es mi droga y no me quiero curar.
A Pedro le presté atención (cómo no hacerlo con esos ojos), y caí. Supe casi al instante que me esperaba y que él era la llanura fértil. Qué paradoja, avanzar por su corazón sabiendo que era imposible. Terquedad a nivel estelar y este corazón que se viste con atuendo real y comanda y empuja. Se lo estoy explicando a él, que ya lo sé, que lo quiero aunque no lo pueda tener. El arte de enamorar pero desde el sentimiento sincero, desde la desdicha de saber que no se puede, y aun así seguir en modo conquista. Y mi razón que se cansa de advertir, silenciada ante este impetuoso corazón que grita y no quiere oír ni deja hacerlo.
Tomo fuerzas y te grito: “¡Líbrate de mí! Huye sin pensar, no te vayas a enamorar”. Rogando por los rincones de mi atribulada sensibilidad que te plantes y digas: “¡No!, no te voy a escuchar”. Quizá vos también necesitas esto para aguantar, quizá vos también crees en los milagros de amor. Yo ya sé que me voy a lastimar, pero ¿qué puedo hacer? Quiero que sepas que saber de vos, de cualquier modo ha hecho mi vida mucho mejor. Y convertir lo imposible en posible, me llevó a conocer la utopía de la felicidad”.
¿Estás mejor ya?
__Sí, disculpa, no pensé que podría llegar a
pasar _susurró Pedro con la cabeza apoyada en el pecho de Guillermo.
__Está bien, sabemos que sí puede suceder, y
te prometí acompañarte… siempre, pero soy el padrino de Gaby, y sé que la
quieres _ Guillermo le tomó la barbilla para encadenar la mirada__. No puedo dejarla sin más, me gustaría ir solo un
ratito a la fiesta, para bailar el vals con ella, no irá su papá, no tiene a
nadie, ¿sí?
__Sí, está bien.
__Solo un rato, bailamos el vals y si te
sientes mal, me avisas y regresamos, ¿puede ser?
“A veces su sabor amargo parece que envenena
los sentidos, pero de ella el alma parece necesitar beber para sentir que es
tan fuerte el amor, que quiere a veces ilusionarse con los engaños del destino.
Otras veces es dulce, tanto que embriaga la
razón y es el corazón que toma el control, hace ver un día lejano en que juntos
caminamos de la mano, logra hacer que tu aroma me persiga, que entre mis dedos
quede la sensación del juego entre tus cabellos.
Cada día que nace, cada noche que llega… en
solitario me sirvo un poco de esta bebida, a veces parece necesito apenas un
sorbo para que siga latiendo este amor… otras veces un buen trago es necesario
para que se embriaguen juntos mente y corazón.
¿Será que tú igual bebes lo mismo que yo? ¿Será
que nos volveremos adictos a la ilusión y aunque el destino nos diga que es un
engaño seguiremos de ella bebiendo tan solo para que, por las venas no solo
corra sangre, sino también las ansias de vivir este amor?
Corazón y alma de este licor se acostumbraron
a beber… parecen pedir que no se acabe nunca pues es lo que mantiene con
sentido esta vida gris y te vuelves quizás inalcanzable aún, pero sé que,
siempre para mí está el brillo y calor de tu amor… como el sol de mis
amaneceres y como confidente luna de mis noches, embriagado con la ilusión de
amarte en piel y alma”.
Mientras Guille bailaba con Gaby, intenté no dar explicaciones de la ausencia a
la cena, pero no fue fácil escapar de mi hermano.
__ ¿Qué pasó?
__Lo de siempre, no pude evitarlo _ confesé
bajando la mirada__. Disculpa, no quise
estar ausente, anda ve a rescatar a tu mujer que yo iré por mi esposo.
__ Pedro, es gente amiga, conocida, no creí
que podría hacerte mal.
__No fue la gente quizá sino la que falta, o
todo lo que vino sucediendo en el último tiempo, ya pasó, de verdad.
“Hora del estreno y del gran espectáculo de
la noche... sentado en frente de la barra del bar estaba a la espera del show,
fumando un cigarrillo tras otro se hacían cenizas en el cenicero y copas de
unos cuantos cubos libres, mi trago favorito aceleraban mi corazón antes de
verte en el escenario.
Era ya la madrugada y como impacto de la
misma, se apagaron las luces, pero en la tarima con una luz tenue, se observaba
una hermosa figura en donde caían todas esas miradas morbosas, ávidas de
placeres prohibidos y no sé qué cosas más.
Tus movimientos excitantes y cadenciosos
hacían que se encendieran y fluyeran ávidas de más emociones entre los
noctámbulos del lugar, unos gritando, otros lanzando unos sucios papeles verdes
que caían a tus pies, eran los aplausos de víboras ávidas de placeres mundanos,
mientras en el bar mis ojos se satisfacían al saber que todos te deseaban, pero
¿quién es el único hombre que lo posee? soy yo, el solitario de la noche.”
Bailamos con Gaby, todos con todos, brindamos
con y por ellos, aceptamos los buenos augurios, y de pronto me quedé absorto mirando a mi esposo,
sus ojos, con la luz de la luna que lo circundaba bañándolo como en un halo
blanco, y me convertí en un lío de latidos, palpitaciones, pinchazos, aleteos,
cosquillas, calor, y sudor, las benditas señales de amor que nos alertaron de
este amor desde el día en que nos unió
el destino. Y soy consciente que esos ojos
ejercen un poder mágico sobre mí, me subyugan, me serenan y me excitan
al mismo tiempo, me absorben, me reflejan, y pareciera que en ellos se concentrara
todo el poder que él ejerce sobre mí, sobre mi voluntad. Y pese a la leyenda y
a las señales me sigo preguntando si es normal albergar un sentimiento tan
inconmensurable por otro ser humano porque excepto quizás hoy mi hermano, no he
conocido a nadie que ame como yo amo a Guille, y mientras no puedo apartar la
mirada de él mientras se despide de los amigos, de ese hombre que sé es mi
destino, que lo ha sido desde el día mismo de mi nacimiento o quizá desde
eones, me recuerdo que amarlo como lo amo no depende de mí, que este amor
simplemente me habita, en cuerpo, alma y corazón y no hay y nunca hubo nada que
yo pudiera hacer para evitarlo o para extirparlo, como no puedo extirpar el
corazón sin morir, como no puedo arrancarme los pulmones y seguir respirando,
porque él es mi aire, mi vida y su sentido. Y es un sentimiento extraño, porque
así como me colma de una dicha indescriptible, también tiene el poder de sumirme en la amargura más profunda y hasta
mortal, porque poseer un don o un amor conlleva el temor a la pérdida y van de
la mano.
El amor es hermoso y espantoso, es bueno y malvado,
caricias y golpes, alegría y tristeza, confianza y generosidad, pero también
egoísta, dulzura y amargura, y si pienso
en lo que dijo San Pablo en la Carta a los Corintios, que el amor era paciente
y servicial, también es impaciente y exigente, el amor no es envidioso pero a
veces sí es celoso y egoísta, lo disculpaba todo, lo creía, esperaba y
soportaba todo, sí, pero a veces se vuelve inflexible, suspicaz y desconfiado.
Lo único que acordaba por completo con
el apóstol es que el amor no pasa jamás, que es eterno y resiste, porque yo
moriré amando a Guille y si hay más vidas, o lo que sea el otro lado lo seguiré
amando después de la muerte”.
__ ¿Vamos amorcito? ¿Estás bien?
__Sí __ me abracé a Guille y oculté el rostro
en su cuello que olía al perfume que me seduce y embriaga__. Te vi tan hermoso
bajo la luz de la luna, y pensé en nuestro amor tan grande, tan infinito, tan
poderoso, y tuve mucho miedo.
__Te entiendo, precioso. A este amor es a lo
único que le temo, porque es lo único más poderoso que yo, es lo único que en
verdad puede destruirme.
__Nunca te faltará, hice lo imposible por no
amarte y por negarlo y fracasé, ahora sé que cualquiera sea nuestro destino este
amor nunca morirá en mí, lo que siento por ti es eterno. Nunca _remarcó, y que
lo expresara con tanta vehemencia a Guillermo lo llenó de gozo.
Guillermo le tomó el rostro entre las manos y
le arrastró los pulgares por las mejillas.
__ ¿Recuerdas cuando te dije que no era sin
vos, que no era sino por vos?
__Sí, me acuerdo.
__Cada vez que te alejabas me lo confirmaba,
no hay nada sin vos, Pedro, no soy nada sin vos, solo una piel sin alma. __Se
inclinó y le pasó los labios entreabiertos por la boca__. Vamos al hotel que
está por amanecer, y muero por estar a solas.
Pedro posó los labios en los finos, los
devoró en resbaladizas caricias, los absorbió, los convenció de que se
entregaran, Guillermo los abrió, atrapó a los gruesos, pero al fin se perdieron
en la boca, asaltaron los oscuros sitios en líneas de fuego, se lamieron los
paladares, chocaron los dientes, se colaron a la garganta, danzaron lenguas
alegres, sin temores, como recorriendo en el beso los corazones,
llegando a ellos por las arterias para habitar la sangre, adentrarse en
ella, como por los poros de la piel que gozaba estremeciéndose en cada
centímetro antes las atrevidas aventuras de los dedos, sin temores.
Las manos chocaron en el vuelo sin destino de
un viaje improvisado, por mapas reinventados, tomándose tiempo, demorándose en
sitios bellos, navegando fantasías, naufragando en mareas, y ganas, permitiendo
adentrarse en esencias, habitando cavernas, ósculos, venas a plenitud, sin
reparo, y el amor saborearon sin palabras, en música sí de suspiros, de
gemidos, exclamaciones y gritos, uniendo los cuerpos, adentrándose uno en el
otro, reconociendo el recorrido, tomando ritmo en el cabalgar, por fuera y por
dentro, encendiendo desde el alma el fuego
de pasiones devastadoras, deponiendo egos, razones, uno ansiando, el
otro cobijando, y en la fusión llegó la mezcla de seres, la esencia en una, en
lo mismo que anhelos, alientos, sudores, jadeos y saliva, todo fue uno, deseo,
anhelos, fluidos, sentir, llegando a ser un solo pensamiento emocionado, los
sentimientos profundos e intensos, mientras en los corazones tatuaron las
huellas de los suspiros ajenos, embriagándose en el éxtasis, uniéndose en él,
en un latido, en un ser, amantes de esencias, de almas unidas en una, en la
misma sangre, clonada, en la misma entrega, disfrutando el todo, el placer, el
estallido, el polvo de estrellas, como alguna vez hicieran los amantes secretos
que se buscaban para satisfacer sus deseos, para en lo secreto desnudar fantasías.
Eran uno del otro, el guardián de la noche,
del sueño, el propietario del soñar, entrando en la oscura habitación ajena de
a ratos, alternando el rol de desnudar cuerpos de piel en caricias, siendo
amante y amado, sin tener que huir de nadie, hoy, hacia ningún lado,
adormilándose en el dulce recuerdo de la pasión de la noche de amor compartida,
del amante calentando deseos, llevando a vibrar a la piel desesperada de
anhelos, el que ardía en interiores con el fuego del deseo, el que antes
desnudara el alma con palabras, el cuerpo con besos, la piel con las manos dejando al descubierto
todos los deseos”.
__Soy tu amante, el que estremece tu pecho
con sus caricias, el que entra en ti, te
brinda una noche de pasión y deseo. Y entre gemidos y gritos de placer, te hace
el amor.
__ Y yo, cielito supe
que serías mío, aun allí, en el alba de mis días. En la negativa de tu
condición y deseo. Tengo un regalo para ti. No es valioso como tus zafiros pero quizá lo
sea en otro sentido.
__ ¿Qué es?
Guillermo extrajo de la mesa de noche, el
disco de plata que había ocultado solo un rato antes y se lo colocó a Pedro
pasándole la cadena de oro por la cabeza.
__Lo último que tiene que ver con nuestros
amigos de la leyenda.
__Le grabaste nuestros nombres.
__No. Es muy antiguo y está algo borroso, no
es eso… dice “amor eterno”. Porque así creo es y será nuestro amor.
Y sí que te amo y me dueles. Así ha sido
desde conocerte, así será pero nunca habrá excusa que nos separe.
__ ¿Cómo sería que el amor duele?
__Me es inevitable que en este plano de la
existencia vos no me duelas, como en
la guerra duele la sangre de los inocentes, como terrenal y umbilical la
existencia duele, como los partos hieren rozando la muerte, como pago a la vida
de una evolución consecuente.
Hasta el aliento, me duele la recta curva de tu distancia, la altura donde te halle
en el cielo, donde te escondes no sé de qué infierno exento del mío. Me mata y me duele mi nada sin tu todo, tu todo sin vos, vos sin mi vacío, el vacío sin tu presencia, tu presencia sin tu espacio, tu espacio sin mi cosmos, mi cosmos sin tu universo.
Hasta Dios y su indiferencia me duele sin vos, hasta las lágrimas me duelen cuando te miro haciendo frágil mi sentir, como el cristal de mis retinas cuando te miro, como la emoción de mis besos duelen ahogándose en tu lengua, esperando el salvavidas de tus labios.
Tu desnudez me asombra y me duele en la intemperie de mis ojos, porque Dios te empuja o la muerte estira de vos, el tiempo te consume y la eternidad te espera. Hasta abrazarte me duele como la madre apacigua en su pecho el nonato llanto ingenuo del dolor de toda tu vida, temiendo que la emoción de tus sentimientos quiebre tu frágil cuerpo. Como el corazón me duele a cada latido en el sobresalto de tu presencia.
Me duelen tus orgasmos porque mueren un poco en mí, me asesinan tus placeres porque agonizo en tu piel, muero en tu cuerpo enterrado en el cementerio de tu alma, con el dolor
de mis orgasmos. Me duelen en vos todos los te quiero que te digo y los que callo, también. Todo sentimiento duele, porque si el amor no duele no hay sentimientos.
Hasta el aliento, me duele la recta curva de tu distancia, la altura donde te halle
en el cielo, donde te escondes no sé de qué infierno exento del mío. Me mata y me duele mi nada sin tu todo, tu todo sin vos, vos sin mi vacío, el vacío sin tu presencia, tu presencia sin tu espacio, tu espacio sin mi cosmos, mi cosmos sin tu universo.
Hasta Dios y su indiferencia me duele sin vos, hasta las lágrimas me duelen cuando te miro haciendo frágil mi sentir, como el cristal de mis retinas cuando te miro, como la emoción de mis besos duelen ahogándose en tu lengua, esperando el salvavidas de tus labios.
Tu desnudez me asombra y me duele en la intemperie de mis ojos, porque Dios te empuja o la muerte estira de vos, el tiempo te consume y la eternidad te espera. Hasta abrazarte me duele como la madre apacigua en su pecho el nonato llanto ingenuo del dolor de toda tu vida, temiendo que la emoción de tus sentimientos quiebre tu frágil cuerpo. Como el corazón me duele a cada latido en el sobresalto de tu presencia.
Me duelen tus orgasmos porque mueren un poco en mí, me asesinan tus placeres porque agonizo en tu piel, muero en tu cuerpo enterrado en el cementerio de tu alma, con el dolor
de mis orgasmos. Me duelen en vos todos los te quiero que te digo y los que callo, también. Todo sentimiento duele, porque si el amor no duele no hay sentimientos.
__ Almacenas dulces milagros, el amor está
dado en nuestros corazones, ha surgido un sentimiento, amor lo han llamado
eternamente, dos almas entrelazadas, nadie puede detenerlas, no nos culpemos, ha
nacido esta sensación por querer estar abrazados, sentir cada latido de este
corazón que vibra al saberse vivo.
Entre arcoíris me voy transportando, bellos
colores por amarte, un quédate en mis labios quemando mi piel; el tiempo
contigo es infinito, tú eres mi destino, causante de mi existir, tú significas
lo más hermoso, lo más grandioso, mi vida sin ti no la quiero, eres alma de mi
alma, siempre añorando tus brazos, tus besos, tu locura; me enamoré de tus
ojos, de tu boca perfecta, eres el
culpable de mis largas noches de insomnio.
Cuánto cariño te tengo, cuánto deseo por
besarte, tenerte en mis brazos, me he enamorado perdidamente de tu presencia,
es el influjo de tu miel mezclada con esencia, tu sonrisa sutil que llevo en mi
alma, es la atracción, el encanto, la fascinación de pertenecer a tu vida; no
quiero prometerte nada, simplemente quererte, escalemos el cielo juntos.
Hoy por hoy mi vida es diferente, tú eres mi
sueño hecho realidad, porque dime tú ¿de qué color es el amor? ¿De qué color es
el sentimiento? Solo quiero darte mis emociones, mi sentir, todo el amor que
reservo para ti.
¿Podrás olvidar todos los hombres que pasaron por mi vida?
¿Podrás olvidar todos los hombres que pasaron por mi vida?
__No, como sé que tú no olvidas lo que yo ni siquiera
recuerdo _respondió Pedro__. Guillermo bajó las pestañas y asintió con
resignación__. Pero estoy seguro de que miles de imágenes maravillosas y bellas
con las que iremos llenando nuestras vidas irán opacando las que pueden
torturarme todavía.
__Daría mi vida por vos, Pedro, haría
cualquier cosa por vos _dijo Guillermo embargado de emoción.
__Y yo amor mío, no podría seguir viviendo
sin ti.
__Quiero
al regresar del viaje comprar la casa más bella que exista y colmarte de
regalos, de cosas bellas.
__Guille, yo no quiero nada de eso, solo a
ti__ dijo enfurruñado__. No empieces, me basta con vivir en el Loft, y seguir
con mi trabajo.
Guillermo le acarició el rostro.
__Pero algún día tendremos nuestros hijos, y
no entraremos todos en el Loft, eso sin contar
con que se cuele mi hijo, o mi nieto.
__Tienes razón. –Pedro bostezó.
__Duerme, precioso… duerme.
En algún momento de la noche, tal vez a causa
del calor, Pedro se había apartado hacia la orilla de la cama, le daba la
espalda para cuando Guillermo abrió lentamente los ojos, giró el cuello y
observó por la puerta ventana, estaba amaneciendo. Con sigilo se deslizó fuera
de la cama, y entreabrió para sentir la brisa,
se recostó con cuidado para no hundir el colchón con brusquedad. Se puso
de costado y admiró la espalda de su esposo, deseó pasar la mano por la
depresión de la cintura, y subir por la curvatura del glúteo y volver a
descender por la pierna. Se imaginó paseándole la lengua por cada centímetro
del cuerpo, deseaba hacerle el amor a cada momento, darle placer, y enseñarle a
aceptarlo sin tapujos, probar cada una y todas las formas y posiciones. Recreó
en su mente los gemidos y clamores de la noche anterior, los pedidos de él, y
la erección terminó casi paralela a su vientre. Lo deseaba siempre, a cada
instante, solo quería estar dentro de él, no salir, ser uno. Se movió con
cuidado, se detuvo antes de rozarle la espalda con el torso. Aún flotaba en la
cama el olor del sexo que habían compartido en la noche, y el perfume
fascinante y propio de su piel, ese que lo embrujaba desde que tenía memoria,
conjunción de tierra húmeda, flores, madera. Incapaz de resistirlo por más
tiempo le apartó el mechón rebelde del rostro y le olfateó detrás de la oreja
donde la esencia se concentraba. Le rozó con la punta de la lengua, mientras su
mano vagaba por la geografía que había contemplado minutos atrás.
Pedro se giró hacia él y se quedó acostado de
espaldas. Guillermo le observó desde esa nueva perspectiva, la tonalidad de sus
pezones relajados, el escaso vello del pecho, el ombligo, el diamante tatuado
en el abdomen, le acarició los rizos oscuros
del pubis y sonrió al comprobar la respuesta instintiva en el resto del cuerpo,
el erizamiento del vello, los labios que se entreabrieron, la respiración cambió
el ritmo, los pezones se endurecieron, las cabeza se echó ligeramente hacia
atrás, las piernas se abrieron.
Se movió con delicadeza, le apartó las
rodillas y se zambulló entre ellas hacia los sitios secretos entre las piernas.
Sus dedos vagaron con suavidad hacia arriba y abajo por su pene, acunó los
testículos, percibiendo cómo segundo a segundo el sexo respondía. Pegó el torso a sus muslos,
separó los montes y fuente, hundió la cara para lamerlos. Su lengua se volvió
ávida en tanto el placer de paladear el sabor le impregnaba la boca y los
gemidos que emitía Pedro medio dormido le colmaban los oídos. Había deseado
saborearlo en libertad durante tanto tiempo, lo había imaginado así tantas
veces, que mientras se saciaba sin freno, una percepción de irrealidad lo
envolvía. Lo escuchó clamar su nombre con voz adormilada, sintió su mano en la
cabeza, y sonrió, embargado por una dicha pura. Estiró el brazo izquierdo y se
apoderó de un pezón, luego del otro, duros como piedras, y Pedro se convulsionó
hacia atrás.
__Guille…
__Siguió chupando el glande con voracidad,
succionando su sexo alentado por los gemidos y jadeos de Pedro, por el frenesí con que sus manos se
le asían al cuero cabelludo, por el vaivén de su pelvis. Insertó el dedo mayor
desde atrás dentro de su túnel, luego de acariciar el ano y adorar sus glúteos,
lo acompañó con otro dedo, mientras los movía adentro y afuera, la otra mano alternaba
en su erección y sus pezones, y bastaron tres fricciones para que Pedro
explotase en su boca, deglutió y siguió succionando, siguió devorándolo y
penetrándolo con sus dedos, en tanto las olas de goce lo devastaban, la hoguera
de pasión lo consumía, haciéndolo contorsionarse sobre el colchón y soltar
gritos de los que era inconsciente, como también lo era de la fuerza que
empleaba para aferrarse a sus cabellos cortos.
Pedro terminó por aplacarse y terminó laxo,
blando, relajado, con un brazo echado sobre la cara. Guillermo, de rodillas
entre sus piernas caídas, lo contemplaba extasiado. El sueño por el que había
luchado contra él mismo desde sentir y descubrir las señales de amor, al fin
era su realidad. Quitó los dedos del interior de su esposo y los lamió con
apetito. Le depositó un reguero de besos húmedos desde el nacimiento del vello
púbico hasta el ombligo donde le provocó un respingo y un jadeo al hundírselo
con la punta de la lengua, para proseguir hasta los pezones y finalmente la
boca.
__Buen día, amor mío _ susurró, y Pedro
estiró los labios en una sonrisa bajo los de Guillermo, que estaban mojados y
resbaladizos__. Sos tan sabroso como la miel que tanto me gusta o mi mermelada preferida.
__Te encanta.
__Vos me encantas, y nunca me voy a saciar de
vos. Quiero tener mucho sexo con vos, no podré dejarte en paz, te desearé a
cada rato. Esto es así de sencillo. Hoy deseo tener mucho sexo contigo porque vos
me provocas todo lo que me excita con ese tremendo cuerpo y esa cara tan bonita.
Me pones todo salvaje como potro desbocado que solo quiero amarte y comerte a bocados. Que me gusta escuchar tus
suspiros cuando gimes y siento en tu vientre fuertes espasmos cuando
te acerco mi boca. Yo así soy el hombre más feliz del mundo con esta pasión que
me toca, que me hace tan feliz que experimento cómo sale lo más salvaje de mí.
Más, noto cómo se me acelera el ritmo de
mi corazón cuando me haces tan hombre, cuando entre suspiros pronuncias mi nombre, cuando me pides más y cuando afirmo mi idea de no querer parar. Sí, feliz es la palabra a lo que yo llamo satisfecho y quiero quedarme sin fuerzas jadeando sobre tu
pecho, exhausto casi deshecho, orgulloso de sentirme un hombre hecho y derecho.
Por tu culpa, por tu forma de posar, por tu vestir provocativo que provoca que
mi boca muerda la cremallera y lo deslice todo despacito hasta tus bellas piernas.
Mas cuando levanto mi vista y veo tu excitado semblante y tus ojos encerrados
pero desafiantes, cuando te muerdes tus labios y te empiezas a poner travieso es
cuando yo de nuevo quiero perder la cabeza. Mas otra vez me pongo feliz y te
susurro tu nombre y lucho para meterme
dentro de ti buscando gozar, queriendo gemir, queriéndome entregar para que vos
goces de mí y te sientas orgulloso de lo que has hecho, abrazándote a mí te quedes dormido en mi pecho.
__ ¿Me creerías si te dijese mi amor que
siempre esperé tu llegada? ¿Que sentí una tempestad en mi alma el día que mis
ojos tropezaron con los tuyos después de tanta ausencia?, no me creerías si te
dijese que la confundí con la melodía de amor más bella al mirarme en tus ojos
de nuevo, me dejé llevar y bailando me encontré sobre tus pies, podía desafiar
al tiempo en ese momento, podía navegar entre nubes para así dejarme caer en
tus labios sin dueño, podría dibujarte mis besos en un cielo sin luz, porque
así te amo, con locura.
El recuerdo de aquel momento que todo lo cambió para los dos, hace que te busque entre el silencio y la tristeza, entre la soledad de este amor que duele tanto, no quiero darle razones al dolor para que vuele sobre mí, porque mis brazos te esperan para que puedas volar libre, tengo mis besos con sabor a mí y lágrimas negras que derraman poesía, los restos de mi sentir los encontrarás cuando recorras mi piel, que guardados están tras las puertas de mi alma.
Adoro los despertares donde el primer pensamiento es para ti, pienso que voy a verte, no sé dónde ni en qué lugar, dónde no sé, si podré soñarte, no sé si te veré en la orilla del mar o entre la espesa niebla de esta noche negra, solo sé vida mía que ese día será el día perfecto, donde habrá caricias nuevas, y el placer de poder mirarme en tus ojos será inmenso, podré morirme en el suspiro de tus besos lentos, mientras yo te llenaré el alma con mil verbos de amor, y haremos que desaparezcan las sombras de nuestras vidas, alimentadas de una soledad ingrata. El recuerdo de aquel momento lo cambió todo en nuestras vidas. Te amo amor, eternamente te amo.
El recuerdo de aquel momento que todo lo cambió para los dos, hace que te busque entre el silencio y la tristeza, entre la soledad de este amor que duele tanto, no quiero darle razones al dolor para que vuele sobre mí, porque mis brazos te esperan para que puedas volar libre, tengo mis besos con sabor a mí y lágrimas negras que derraman poesía, los restos de mi sentir los encontrarás cuando recorras mi piel, que guardados están tras las puertas de mi alma.
Adoro los despertares donde el primer pensamiento es para ti, pienso que voy a verte, no sé dónde ni en qué lugar, dónde no sé, si podré soñarte, no sé si te veré en la orilla del mar o entre la espesa niebla de esta noche negra, solo sé vida mía que ese día será el día perfecto, donde habrá caricias nuevas, y el placer de poder mirarme en tus ojos será inmenso, podré morirme en el suspiro de tus besos lentos, mientras yo te llenaré el alma con mil verbos de amor, y haremos que desaparezcan las sombras de nuestras vidas, alimentadas de una soledad ingrata. El recuerdo de aquel momento lo cambió todo en nuestras vidas. Te amo amor, eternamente te amo.
__La intensa lluvia dejó un saldo luctuoso,
terreno yermo donde hubo abundancia. Devastadores aludes se encargaron de lo
poco dejado en pie. Vientos huracanados desarraigaron la majestuosidad y como
si faltase algo, el granizo irrumpió furioso y silenció la poca vida existente.
Sentado en la inmensidad aterradora, solo puedo recordar lo que había sido
decoración. Apenas me atrevo al ejercicio de pensar en lo ahora extinto. Manía
de no mirar adelante. Empezar de nuevo,
empezar de cero. Seguir viviendo. Como si fuera posible. Elevé mis ojos a Dios,
quizá rogando que llevara este despojo también.
En la tenacidad de esta alma que no se quiere
rendir, siento un suave calor y volteo a ver. El sol, El magnífico sol que
viene a ayudar. Pronóstico de un tiempo mejor o tal vez, solo apareciste vos.
Es tanto lo que te amo, que nadie podrá
cambiar mi sentimiento por ti, sueño que te tengo enredado en mis brazos, que
mi piel arde al sentir tu calor, es tanto lo que te amo vida mía, que los
vacíos del mundo se asombran de tanto sentir.
Qué te parece amor, si te quedas esta noche a mi lado, aquí, detrás de mi espalda, y me abrazas mientras yo desnudo tu pensamiento, mientras deshojamos las ganas, sin decir nada, no hace falta amor si yo soy tu capricho y tú el mío, quiero vida mía que seas lo primero que vean mis ojos al despertar, quiero descubrir el porqué te amo tanto, quiero poner luz en tu vida y yo mirarte aunque sea de lejos, mientras sea yo tu sueño, me sentiré amado aunque tenga que respirar sin ti, no debería ser así pero no está en mis manos, me sienta bien soñar contigo vida mía, me sienta bien.
Te amo. “Dulce pecado.”
Qué te parece amor, si te quedas esta noche a mi lado, aquí, detrás de mi espalda, y me abrazas mientras yo desnudo tu pensamiento, mientras deshojamos las ganas, sin decir nada, no hace falta amor si yo soy tu capricho y tú el mío, quiero vida mía que seas lo primero que vean mis ojos al despertar, quiero descubrir el porqué te amo tanto, quiero poner luz en tu vida y yo mirarte aunque sea de lejos, mientras sea yo tu sueño, me sentiré amado aunque tenga que respirar sin ti, no debería ser así pero no está en mis manos, me sienta bien soñar contigo vida mía, me sienta bien.
Te amo. “Dulce pecado.”
__Es algo natural, que el ser humano, tiene
la particularidad, de desear algo ameno. Los deseos suelen estar ocultos en
nuestra mente, pero algunas veces, les suele dar vida nuestro subconsciente. Y
nuestro subconsciente, nos hace delirar,
hasta poder conseguir lo que tanto nos hace suspirar. Esos suspiros
profundos que suelen tener una dedicatoria especial, aunque no se puedan
contener. Porque contener los deseos, es negarnos a nosotros mismos, que no
sentimos nada, convirtiéndonos en protagonistas de nuestro egoísmo. Un egoísmo
que nos hace ser protagonistas de una vida, sin pena ni gloria, viviendo de
ilusiones perdidas. De las ilusiones perdidas, no se saca nada, solo nos queda
el lamento de no darle vida a nuestros intentos. Intentar no fingir nada no sirve
de nada porque los impulsos nos hacen de
sentir una vida agitada. Tener una vida agitada, sería como sentir la
adrenalina de conseguir lo prohibido guardando el deseo en nuestra retina. Así
siempre en nuestra retina mantendremos el recuerdo que no nos haga olvidar lo
que deseamos en realidad. Eso se convierte una realidad, en la que te has
convertido, un dulce pecado, mi dulce pecado prohibido. Un dulce pecado que
deseo, sea una bonita realidad que altera todos mis suspiros por poseerte en
realidad.
Para poder poseerte yo deseo aclararte que te
puedo hacer suspirar, solo con mis palabras sin tocarte. Unas palabras que te llenen
ese vacío interior que siente tu corazón tan falto de amor. Cuando estamos faltos
de amor y pasión, al llegar a
encontrarnos, nos convertimos en un dulce pecado que nos puede convertir en un deseo
aunque no nos hayamos tocado. Y sin tocarnos, yo sé con solo mirarte, que me
necesitas igual que yo te necesito.
Porque la necesidad, se puede convertir en deseo, un deseo que se convierte en
un deseado dulce pecado. Un deseo que comienza, con unas dulces palabras, que
seducen la mente, acompañado de unas tiernas miradas. Unas miradas tan tiernas que
se convierten en confidentes capaces de
hablar por sí solas sin que nos escuche la gente. Y la gente siempre desea saber
todo, pero lo que sentimos solo tú yo lo sabemos. Sabemos que este encuentro se
va a convertir en un deseo prohibido y
en dulce pecado convertido. Te convertiste en mi dulce pecado prohibido.
__Mi primer y gran amor, siempre fuiste y
serás tú, eres mi tierno candor, te
confieso sin tapujos, mi aromada y bella flor, dueño de mi corazón. Eres mi encanto, amor divino, quiera el
destino, amarnos tanto, mi amor sublime, tú mi consuelo. Mi dulce amado, mi
pensamiento, has revivido mis esperanzas, amor por ti, es mi sentimiento, cariño
bello y mi añoranza, jamás pensé mi gran portento, me entregues vida toda
confianza. En este día, decirte quiero, a ti mi anhelo, mi dulce encanto, mis
ojos manan copioso llanto,
al ver feliz a quien tanto amo, corresponderle a mi cariño, en tu regazo claro de armiño.
al ver feliz a quien tanto amo, corresponderle a mi cariño, en tu regazo claro de armiño.
Fue una batalla feroz mi permanencia en tu
boca muerte de gemidos ahogándose en tu garganta. El hilo de tus labios bordó
hogueras, estallidos, volcanes en el éxtasis consumiendo a la eternidad. En el
planeta de tu cuerpo extendí la explosión de mis sentidos, asfixia sin conciencia, lleno de alas volé sobre tu
pensamiento, desnudé a los recuerdos, los deshice de forma, mis dedos
penetraron la laguna de tu mente en la amnesia absoluta que te dejó
sin memoria e impregnados de bengalas incineramos a la noche rompiendo al silencio en minúsculos suspiros. Nos atamos a la niebla de los talles sudorosos, deambulamos la locura apretándonos los ojos y en océanos tan profundos de tu mirada sedienta, vertí gotas de flamas que solo ardían por ti. Me enredaste a tu cintura me hice cosmos y giré,
me envolviste en la seductora elíptica de tu espalda tocándome cada fibra con el filamento de tu voz, universo rojo de sangre y éter, fulminante entrega que nos halló desmayados supurando pergaminos en la esfera de la piel.
sin memoria e impregnados de bengalas incineramos a la noche rompiendo al silencio en minúsculos suspiros. Nos atamos a la niebla de los talles sudorosos, deambulamos la locura apretándonos los ojos y en océanos tan profundos de tu mirada sedienta, vertí gotas de flamas que solo ardían por ti. Me enredaste a tu cintura me hice cosmos y giré,
me envolviste en la seductora elíptica de tu espalda tocándome cada fibra con el filamento de tu voz, universo rojo de sangre y éter, fulminante entrega que nos halló desmayados supurando pergaminos en la esfera de la piel.
__Recuerdo cuando me diste placer por primera
vez, y me dijiste que alguna vez me lamerías por todas partes, que usarías
decenas de posiciones.
__Yo también lo recuerdo. ¿Te asusté en
aquella ocasión? Siempre temía asustarte, hacerte vivir cosas para las que no
estabas preparado.
__No me asustaste, a veces no entendía bien
qué es lo que estabas diciéndome, pero nunca me asustabas. Confiaba en ti
ciegamente, confío en ti _ declaró, y se quedaron quietos, mirándose a lo
profundo de los ojos.
__Lo sé _ dijo Guillermo antes de inclinarse
para besarlo, abriéndose paso entre sus dientes sin paciencia, con la misma
codicia que había desplegado entre sus piernas. Pedro se entregó a su
desenfreno sin oponer resistencia. Le ofreció el cuello, que Guillermo mordió
sin piedad.
__ ¿Cómo te sientes?
__ ¿Y lo preguntas? En la gloria.
Guillermo carcajeó y le cubrió el rostro de
besos.
__Me haces tan feliz.
__Y tú a mí, Guille. Ya siento de nuevo esa
necesidad dentro de mí, ese vacío… ese
que solo desaparece cuando estás en mí, hazme el amor.
Te necesito.
Guillermo se le quedó mirándolo, con la
excitación latiendo en su pene, los testículos tensos y pesados. Apretó los
labios en torno a uno de los pezones de Pedro, que ahogó un gemido y le acunó
la cabeza con una mano, mientras con la otra le acariciaba la espalda con
fricciones impacientes. Bajo sus dedos percibía el trepidar de la piel.
__Chúpame, amor. Más fuerte. ¡Tómame! Quiero
sentirte dentro de mí. No aguanto más.
Pedro se volvió, lo circundó en los muslos
con sus piernas, llevó los brazos a las nalgas donde le clavó las uñas al solo
efecto de empujarlo y movió la pelvis hasta sentir que la dureza de Guillermo
se le clavaba entre los glúteos.
__Pedro _exclamó entre excitado y emocionado.
__Amor, te necesito.
Guillermo se irguió sobre él, mientras le
acariciaba la longitud de su miembro erecto, lo miraba con fijeza, Pedro le
devolvía la mirada con ojos tormentosos, el marrón se había vuelto negro, mas
ansiaba ver la unión de las carnes. En silencio, Guillermo sin perder el
contacto visual se inclinó entre las piernas de Pedro, se sujetó el pene para
pasearlo por la hendidura, hasta orientarlo, no sin provocarlo paseándolo hacia
arriba y abajo, presionándolo contra el orificio, cruzando una mano para
estimular el deseo donde lo volvía loco, la otra para torturar uno y otro
pezón, y Pedro se lo confirmaba arqueándose, gimiendo como si padeciese una
tortura, estrujando las sábanas con los puños mas persistiendo en desear ver el
momento de fusión de los cuerpos. Guillermo se recostó con todo su cuerpo sobre
él aunque cuidando de no aplastarlo, y también fascinado por cómo la carne de
Pedro una vez traspasado el punto estrecho lo absorbía, lo engullía, lo
estrangulaba, comenzó a penetrarlo lentamente.
__Guille _ susurró, Pedro con la nuca ahora
curvada hacia atrás de modo que él solo le veía la columna del cuello surcada
de venas azuladas y pequeñas, lo mordió con dulzura.
__Yo también te necesitaba _le confesó__.
Tenía tanta necesidad de vos, de enterrarme de nuevo en tu cuerpo. No hay mejor
lugar que vos, Pedro. Dime lo que sientes, porque yo no quisiera salir nunca de
vos.
__Es el momento más feliz de mi vida, y no
salgas, nunca olvidaré lo que es verte desaparecer en mí, es mágico ser uno
solo.
Guillermo siguió deslizándose dentro de él
con suavidad saboreando el momento y la
visión de perderse en ese estrecho sitio resbaladizo que lo cobijaba, lo
contenía y estrujaba, y cuando la excitación lo consumía y la eyaculación lo
amenazaba, se detenía y se retiraba unos milímetros, sin salir del todo. Cerraba
los ojos y se concentraba. Volvía a internarse con la misma gentileza de
instantes atrás. Poco a poco, fue introduciéndose dentro de Pedro, su carne
apretada fue abriéndose, aunque paradojalmente también apretándolo,
atrapándolo, succionándolo, devorándolo. Era un martirio moverse con lentitud
en un túnel estrecho y caliente como ese, más Pedro se volvía exigente, y al
clavarle los talones en los muslos y sujetarle el trasero con manos agresivas,
desbarataba su resolución de ser suave y de darle tiempo para que se amoldase a
la intrusión. La excitación y la premura de Pedro lo convencieron de que no
había padecer sino solo placer y una necesidad intolerable alojada en las
entrañas.
__Guille, bésame.
Lo hizo, lo penetró con la lengua al mismo
tiempo que se internaba en él para volver a deslizarse con un impulso limpio y
certero. Pedro sollozó en su boca, por puro placer y le clavó las uñas en los
glúteos mientras un escozor lo cubría de los pies a la cabeza de modo que Guillermo lo sintió en su propio cuerpo. Le
sujetó la cadera hasta colocarla de modo que su miembro lo penetrase por
completo, hasta tocarle y abrirle las entrañas más allá de todo límite. Esa
idea, la de que su Pedro lo recibiese por completo, lo chupase, lo
estrangulase, le hizo perder el control. Comenzó a moverse con impulsos largos
y violentos. Salía por completo y volvía a enterrarse hasta el fondo por el
placer de ver esa unión de sus carnes, el sonido de su carne chocando con la de Pedro, que producía un
sonido húmedo y resbaloso, el olor a sexo que se intensificaba con el sudor que
fundía las pieles, el desenfreno con que las manos de Pedro le vagaban por el
cuerpo como si en ningún sitio hallasen paz, sus jadeos, gemidos entrecortados
y roncos, cada aspecto de la experiencia sumaba a la excitación que lo conducía
a comportarse como había jurado no hacerlo. Las embestidas se volvieron más
cortas y más bruscas. Se apartó de la boca para observarlo. Sus pezones, su
pecho se agitaban al ritmo desenfrenado de los golpes con los que se impulsaba
dentro de él, lo hechizaba para lanzarlo luego a un renovado frenesí. Le atrapó
el pabellón de la oreja entre los dientes, el labio inferior, lo fue marcando y
demarcando, Pedro se arqueó, profirió un clamor.
__Apriétame con tus glúteos, Pedro, ténsalos
como si quisieras extraer hasta la última gota de mi semilla _ exclamó cuando
él lo complació. En un acto mecánico lanzó la cabeza atrás y quedó paralizado
en un grito mudo__. Pedro… __ Jadeó un momento después, con la voz tirante__.
Más, dame más, amor mío. _Siempre había sido igual con él, desde que lo había
iniciado en las artes amatorias, y ahora Pedro volvía a donarle el corazón y lo
arrastraba en un huracán de lujuria que se mezclaba con el amor más puro. La
sensación era extraordinaria y abrumadora, única y poderosa. Desconocida y
preciosa.
El alivio de Pedro no tardó en llegar. Su
cuerpo se tensó y un grito se estranguló en su garganta cuando el goce lo
obligó a arquear la nuca. No medía la saña con que clavaba las uñas en las
nalgas de Guillermo, ni el exceso que empleaba en hundir sus talones en sus
piernas. Se había adherido a su torso con una actitud salvaje, como si nunca lo
tuviese suficientemente dentro de él, como si la necesidad de fundirse a él, de
volverse uno, no bastase.
__Pedro _exclamó, Guillermo, y emitió un
clamor largo y angustioso cuando el primer chorro de semen se derramó en Pedro
y siguió impulsándose dentro de él sin medir la fuerza involucrada, solo
contaba el placer indescriptible que lo tenía prisionero como una hoja lo es
del viento.
A pesar de las respiraciones irregulares y la
sangre que aún le pulsaba en los oídos, Pedro escuchaba los gemidos roncos y
potentes de Guillermo y percibía la rapidez con que sus glúteos se flexionaban
bajo sus manos en una danza implacable para penetrarlo cada vez más
profundamente. Con un último impulso y sonido ronco, Guillermo permaneció
quieto sobre él. Su pecho entrechocando la espalda de Pedro, su aliento
golpeando la piel, secando el sudor, mientras los rostros buscaban el beso como
apartarse por aire fresco. Cuando Guillermo se dio cuenta de que estaba
abrumándolo se retiró de él a desgano y se apartó hacia el costado.
Giró el cuello y se quedó mirándolo en tanto esperaban
que se normalizase la respiración. Pedro seguía con los ojos cerrados, las
mejillas arreboladas, el cabello mojado.
¿Era posible amar tanto a otro ser humano?
¿Cómo podía explicarle sin lastimarlo, ni
recordarle los amoríos pasados que había sido la mejor unión de su vida? ¿Cómo
explicarle sin ofenderlo que los otros palidecían en comparación? ¿Que el
placer lo había dejado sin aliento y que había sido tan intenso que nunca
acababa de vaciarse dentro de él?
Prefirió callar y rodó de lado para pegarse a
su cuerpo. Pedro elevó los párpados y se volvió para mirarlo. Le sonrió con
timidez, los ojos llenos de esperanza.
__Guille.
__Sí, lo sé, amor mío, lo sé. __Estiró la
mano y le apartó unos mechones que se adherían a la frente__. No hay palabras
para describirlo, ¿verdad? __Pedro agitó la cabeza para negar y a Guillermo el
gesto lo colmó de ternura__. Ven aquí, a mis brazos.
__No creí que hacer el amor fuese tan… sublime.
__No, amor mío, no. Esto que acabamos de
vivir juntos es único.
__ ¿Es la primera vez que sientes de este
modo?
__Sí, contigo, y hoy más _respondió, Guillermo.
__Me alegra que haya sido conmigo.
Pedro
emitió un grito cuando Guillermo se colocó sorpresivamente encima de él y
mientras se sostenía con un codo, con la mano del otro brazo le rodeó la mandíbula.
__Porque hice el amor con vos sentí de este
modo. Porque eras vos el que estaba debajo de mí. Porque mi ser estaba dentro
de vos. Nadie me haría experimentar lo que acabo de vivir otro que vos, vos sos
el secreto, nadie, excepto vos.
__Me haces feliz diciéndomelo. Me siento
especial.
__Vos no sos especial, Pedro, sos único. Así
como solo vos puedes procurarme semejante goce, te aseguro que vos solo lo
experimentarías conmigo. Solo conmigo.
Pedro liberó las manos y le rodeó el cuello,
donde la sangre le pulsaba con la misma intensidad con que lo miraba.
__Te creo, Guille, no necesito juramentos, y
además nunca yaceré con otro que no seas tú, y cumpliré mis votos hasta la
muerte y más allá.
Los ojos de Guillermo se tornaron brillantes
y Pedro advirtió que la nuez de Adán le subía y bajaba mientras que el brazo le
temblaba.
__Tenía tanto miedo de no convencerte, de que
te casaras con ella o con otro _ dijo al cabo__. Estaba desesperado. Hubo
momentos en que creí enloque…
__Shhh… __Le acunó el rostro y le besó los
labios con delicadeza__. Perdón amor mío __. ¿Crees que podría soportar sobre mi
cuerpo las manos de otro?
__No sé de qué sería capaz si te viese con
otro, Pedro _ admitió, más bien con resignación.
__Serías capaz de todo, amor mío, lo sé. Pero
jamás me verás con otro, no de un modo que te lastimara, solo puedo amarte a
ti, Guille.
Te amo. Me amas, incondicional, tan fuerte
que lo deseamos gritar. En este amor no hay otra alternativa, nos inspira la
seguridad mutua de nuestra lucha por este amor, como nunca habíamos luchado,
con todo el corazón.
Nos amamos, como algo inimaginable, con el
deseo de triunfar, de habitar con nuestro amor el mundo, de procrear. Te amo,
Guillermo.
Volvieron a hacer el amor, y ya no se
separaron.
__ ¿Podríamos quedarnos un rato más así? No
quiero salir de vos.
__No salgas, yo no quiero que salgas. _Ajustó
el abrazo en torno a su cuello hacia atrás y le depositó besos pequeños,
comenzó en la frente, en las sienes, le acarició el entrecejo con los labios
pasar alisar la eterna arruga, y le
dibujó con la lengua el diseño de las cejas, le besó los párpados, mientras
pensaba que debajo se ocultaban los ojos
más bellos y penetrantes que conocía, ojos que lo devoraban con su fuego y que
lo hacían sentir hombre. Le besó el puente de la raíz, las paletas, los
pómulos, y el filo de la mandíbula. Se detuvo sobre la boca, y a escasos
milímetros le sonrió y aunque Guillermo permanecía con los ojos cerrados se dio
cuenta.
__ ¿Por qué sonríes?
__Porque me siento dichoso.
__ ¿Por qué?
__Porque tú me amas.
Es el regalo más grande que Dios me ha
dado. Tú y nuestro amor son mis tesoros
más preciados.
Guillermo le cubrió las mejillas arreboladas
con ambas manos y se quedó mirándolo. Pedro notó las lágrimas que le anegaban
los ojos y la tensión que le afinaba los labios.
Lágrimas que se suspendían en delicado
equilibrio en el borde de los párpados y desbordaron por las mejillas.
__Dios me quitó a Eloísa, pero me trajo a mi
amor, al amor de mi vida.
__ ¿Por qué me amas si no soy nada ni nadie?
_Su pregunta emergió como un soplo cargado de angustia.
__Tú afirmas que no eres nadie, yo afirmo que
lo eres todo.
__ ¿Por qué me amas pese a mi pasado?__ Pedro
si dio cuenta de que lo inquiría con sincero desconcierto.
__Yo siempre me sentí muy amado por mis padres,
por mis pocos amigos, por Beto, pero cuando te conocí fuiste especial, desde
entonces aun antes de darme cuenta, había una diferencia con todos, eras
distinto, eras mi favorito. No me daba lo mismo que llegara Beto que verte
llegar a ti. Una alegría que me hacía reír sin motivo se apoderaba de mí,
y corría o me acercaba porque te
necesitaba, esa es la palabra, necesitaba una mirada, un roce, una sonrisa, un
abrazo, que me tomaras entre tus brazos como si tú fueses una parte de mí que
me faltaba y con la que, al volver a unirme, me sentía entero, completo. Un día
me dije que esto que sentíamos no era normal y concluí que compartíamos el
alma. __ Las lágrimas de Guillermo caían en silencio y Pedro las barría con la
punta de los dedos__. Luego tú en una nota me dijiste que si no quería decirte dónde
estaba, me buscarías siempre, hasta encontrarme, hasta el último suspiro,
porque tú y yo éramos la misma persona, y no vivimos si no estamos unidos. Nos
necesitamos para vivir. Yo te necesito mi vida, de ahora en adelante, mi vida
solo tendrá sentido en tanto la use para encontrar a mi otra mitad, esa que sos
vos, amor mío. __Sobrevino una pausa en que los ojos compartieron el
intercambio más sincero, profundo, poderoso e intenso de sus vidas__. Te amo
porque eres una parte de mí, Guille, y yo soy una parte de ti y nos
completamos. Te amo porque no hay sol sin ti. Porque me siento vivo contigo,
muerto lejos de ti... Porque daría mi vida por ti y tú por mí. Te amo porque tú
me amas sin importarte nada más, y lo mismo yo. Pero nuestro amor, no tiene
explicación, porque no es de este mundo y por eso es mágico, y perfecto, único
y sobrecogedor. Por eso me da miedo y me da felicidad. No nació aquí, en la
tierra, sino en el cielo, el don más grande que Dios nos concedió, y no sé por
qué nos bendijo con él, tenemos por ello que vivirlo y agradecerlo.
Guillermo temblaba entre sus brazos, e
intentaba en vano, contener el llanto que rugía en el pecho. Lo encerró en un
abrazo brutal y rompió a llorar. Pedro soportó la inclemencia de sus brazos que
le comprimían las costillas, y le acarició la nuca y la espalda, la angustia
deformó las palabras.
__Eres tan amado, Guille, tu hijo, tu nuera,
tu nieto, Ana, tus amigos, pero nadie te ama como yo.
__Lo sé, ahora lo sé _ balbuceó con voz
congestionada__. Es solo que a veces no entiendo por qué, y temo despertar o que te despiertes y me dejes.
__Los únicos miedos que te acosan, Guille,
son por causa mía. Tengo miedo de que un día despiertes, te des cuenta de eso y
me dejes para volver a ser libre.
Guillermo agitó la cabeza para negar,
mientras reía entre lágrimas.
__ ¿Eso crees?
__Sí. Los miedos nos atan, y tú detestas que
te quiten la libertad, siempre volaste de una relación a otra, sin compromiso,
es lo más importante para ti.
__No, Pedro, vos y solo vos has sido, sos y
serás lo más importante para mí, lo único, el todo… todo se reduce a vos.
__ Y mi mundo se reduce a ti, que eres
inmenso y te crees nada, porque eres orgulloso mas no vanidoso, y más te amo,
el único amor de mi vida, tu alma está llena de amor.
__Solo por vos.
__No, por todos, aunque lo niegues, por casi
todos.
__Me das paz, Pedro, amor mío. __Volvió a
estrechar el abrazo y… apoyó la mejilla en su hombro__. Te tengo en mis brazos,
estoy dentro de vos... y eso me hace invencible.
__Nunca te dejaré, eres mi vida Guillermo Graziani,
y aunque me dé pánico, sí… contigo quisiera ser padre, cuando desees, quiero
ser padre, solo contigo.
Toda mi extensión huele a usted a sus besos
nocturnos, y los que me reclama durante el sol.
Toda mi piel huele a sus caricias, de esas que luchan en mi cuerpo, que se introducen por dentro. Todo mi ser huele a sus sentimientos, a lamentos y tormentos, a sus latidos y sus momentos. Todo mi espíritu huele a su alma, lo que desea y me alcanza, lo lejos y cercano y todo cuanto siento. Toda mi alma respira su rostro, la sonrisa que me enamora la extrañeza que me preocupa. Todo su rostro respira mi memoria, las neblinas que disipa, el fuego que
me quema, el agua de sus labios que me apaga y me conquista. Toda mi piel le respira y solo ansío el aire de tu vida.
Toda mi piel huele a sus caricias, de esas que luchan en mi cuerpo, que se introducen por dentro. Todo mi ser huele a sus sentimientos, a lamentos y tormentos, a sus latidos y sus momentos. Todo mi espíritu huele a su alma, lo que desea y me alcanza, lo lejos y cercano y todo cuanto siento. Toda mi alma respira su rostro, la sonrisa que me enamora la extrañeza que me preocupa. Todo su rostro respira mi memoria, las neblinas que disipa, el fuego que
me quema, el agua de sus labios que me apaga y me conquista. Toda mi piel le respira y solo ansío el aire de tu vida.
Ya hace tiempo que mi geografía sufrió sus
accidentes, que toda su dermatología son mis continentes.
Deliciosos amaneceres son aquellos que nos
entregamos mi bello señor del tiempo, momentos infinitos cuando nos disfrutamos
segundo a segundo en nuestro nido del amor.
Tu piel y mi fuego haciéndonos un solo
cuerpo, con dos corazones incendiando las madrugadas sin fin, derrochando
pasión que sale de cada poro y no más.
Sintiendo al oído tus más sensuales
perversiones me haces tuyo, te hago mío, nos hacemos vida.
El sol al salir tiene envidia de nuestro
calor y la luna celosa esconde su rostro y se sonroja al ver par de amantes
danzando al ritmo del amor.
Envolverme en tu intimidad bajo las sábanas,
empaparte de caricias, bucear en tu mar, habitarte en tormentas explorando tus
senderos desata mis más bajos instintos,
la avidez de tus dedos sobre el libro abierto de mis piernas, sin ningún
recato, de nuestra pasión nada es prohibido.
Leerte a sorbos, quitarnos el sueño todas las
noches, arrebatarnos suspiros, deslizar mis labios a tu boca, el olor a mar que
me guía hacia ese oleaje tan salvaje, cuando desnudo me bebes y calmas tu sed y
hambre, cerramos los ojos y gozamos, como si nos embriagáramos con el más fino
licor que corre por las venas.
Que mi cuerpo pierda la compostura, que se
atrofien mis sentidos, ceñirme a ti, piel con piel, atrapa mi geometría, eróticos
encuentros llenos de fantasías, la necesidad de necesitarte día con día,
ansiarte en el frío de las madrugadas, acógeme entre tus brazos.
Saborearte y disfrutar toda tu esencia, el
sudor de tu agua salada, nuestros encuentros auténticos, que tus huellas sean
evidentes en mi piel, hazme estallar, olvida, aprópiate de mí, quiero ser tu
rehén; tu esclavo, tu amante, tu amigo seductor. Te amo, Pedro.
__
“La mujer es embellecida por el beso que tú
pones sobre su boca”.
Anatoli France.
Anatoli France.
_Y
llegaste un día, como el sol de todas las madrugadas. En una mañana divina, con
tu risa cristalina, bella como una rosa en flor un vestido blanco pintado en tu
cuerpo, como todos los colores del amor. Al fin, las esmeraldas de tus ojos se
dignaron a mirarme. La brisa se enamora de tus muslos, cuando te vuela tu
vestido sin malicia y tú sonríes, ya mis
ojos no pueden detenerse, y se embelesan sin pudicia. Un tibio y bello rubor te
pinta y enamora tus mejillas.
Recuerdo el día en que te alejaste en este mismo puerto como gaviota viajera siguiendo tu destino en busca de otro amor y encontrarte en tus quimeras.
Recuerdo el día en que te alejaste en este mismo puerto como gaviota viajera siguiendo tu destino en busca de otro amor y encontrarte en tus quimeras.
Y
dejaste sin consuelo atrás a mi amor, y te llevaste el tuyo. Así me cambiaste
tú la vida y yo, extrañando siempre tu primavera en flor cuando tu olvido como mar embravecido, no
pudo vencer a mi gran amor. Pero volviste, y despertaste la pasión que en mí
dormita.
Mi bella mujer etérea sutil como pluma que vuela en una brisa estremecida, quédate ahora conmigo, mi alma volando sobre olas de pasión encendida. Tu aliento es un beso, una caricia olvidada en dulces carencias. Cada gesto, cada aroma, van gastando dulcemente la noche de tu cuerpo, el amor florece en los cuerpos como la tierra y la flor y la flor es el cielo.
Mi bella mujer etérea sutil como pluma que vuela en una brisa estremecida, quédate ahora conmigo, mi alma volando sobre olas de pasión encendida. Tu aliento es un beso, una caricia olvidada en dulces carencias. Cada gesto, cada aroma, van gastando dulcemente la noche de tu cuerpo, el amor florece en los cuerpos como la tierra y la flor y la flor es el cielo.
Y
renace la pasión dormida, entre caricias profanas.
¡Qué tibieza esconden tus manos! que trazan un sedero dulce en mi pecho, movilizan mis sueños templados en la espera, entre senderos de silencios.
¡Qué tibieza esconden tus manos! que trazan un sedero dulce en mi pecho, movilizan mis sueños templados en la espera, entre senderos de silencios.
Mi
amor vive extasiado, en la ternura y el aroma de tus besos. Desbocadas mis
simientes, dulcemente profanan tus zonas dulces y tibias donde tú y yo,
entregamos el cuerpo y alma al goce extasiados, vida mía. La noche nos cubre, como una campana de
cristal ardiente. Somos solo una mujer y un hombre amándose, unidos en dulces
quimeras vamos entretejiendo los amores de una noche lenta donde tú me quieras.
La pasión y las esperas son como el viento que siempre apaga aquellos fuegos pequeños y
enciende con fuerza celestial, los grandes fuegos.
Déjame
robar en un beso la humedad de tu cava selecta, llevarme en el alma los
secretos de tu amor, internarme en el palpitar de ese corazón que arde y en cada
latido dice mi nombre silente para ti.
Saciaré
me sed con tus cálidos labios de vino rosado, será mi deleite degustar sorbo a
sorbo tus delicados besos y en un súbito arranque de indómita ansiedad me
embriagaré con tus pensamientos fundidos en mis recuerdos. Después de besar mi
boca ahora tuya ¡siempre tuya!
no sabrás más lo que es un beso de amor en otros labios; pues al dejar tu esencia impregnada en mi piel nos perteneceremos cada día hasta ver el sol caer.
no sabrás más lo que es un beso de amor en otros labios; pues al dejar tu esencia impregnada en mi piel nos perteneceremos cada día hasta ver el sol caer.
Te amo vida mía __susurró Alberto a Gaby__. Mujer que avasallas mis pensamientos, te incrustas en ellos como alambrada que enrollas tejiendo alma y sentimientos, en noche que llega con alborada soñada, me entrego en tu sonrisa y mirada, como niño anhelando su esquivo juguete, te hice confidente de mis cuitas en idilio, de aquellas ninfas que fueron musas, del poema que amo y desamo sus amores, en ellas te nombré cuanto amé y perdí, en batallas de guerrero de mieles furtivas, mas en el fondo de mi alma solitaria, es a ti a quien amo y deseo en sublime idilio.
Qué
difícil, niña amada decirte que te amo. Pero en diálogos tuyos y míos, son… te amo, te amo, te amo mi bello amor, tú lo
sabes cuando mis labios tocan tu piel, cuando ellos besan tus manos y pies, aquellos
pies que beso como tus mejillas, que se sonrojan al sentir mis labios en ellas,
me dices, a qué juegas con tus besos, con
mirada de hermoso brillo, mirada que afirma mi sentimiento, te contesto sin
pronunciar vocablo, solo con mis ojos y sonrisa sincera, pronuncio, juego a
amarte bello amor… tus hermosas primaveras llegan a mis otoños en ocaso, otoños
que surten esperanza en amar, mi piel añora la tuya, solo sueño despierto, buscando
en aquella ínsula, la princesa amada, la que roba la razón de este noble
caballero, que siendo veterano en estas lides, contigo siente mariposas, como
tímido adolescente, que balbucea te amo, te amo sin prejuicios, de aquella
sociedad que nos mirara, en despertar, con campanas tañendo amor, esas
tormentas de sufrimiento, llenémoslas con gotas de hermoso idilio.
__ Te
amo. Me amas, incondicional, tan fuerte que lo deseamos gritar. En este amor no
hay otra alternativa, nos inspira la seguridad mutua de nuestra lucha por este
amor, como nunca habíamos luchado, con todo el corazón.
Nos
amamos, como algo inimaginable, con el deseo de triunfar, de habitar con
nuestro amor el mundo, de procrear. Te amo, Alberto Marini. Te amo desde que
tropezamos y despertaste en mí… las… “señales de amor”.
FIN.
GRACIAS
A LAS LECTORAS GUILLEDRAS DE ESTA HISTORIA DE AMOR.
HECHOS
Y PERSONAJES, ALGUNOS DE POL- KA SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
FICCIÓN
SIN FINES DE LUCRO.
Volvieron
a hacer el amor, y ya no se separaron.
__ ¿Podríamos
quedarnos un rato más a ‘si? No quiero salir de vos.
__No
salgas, yo no quiero que salgas. _Ajustó el abrazo en torno a su cuello hacia
atrás y le depositó besos pequeños, comenzó en la frente, en las sienes, le acarició
el entrecejo con los labios pasar alisar la eterna arrugas, y le dibujó con la lengua el diseño de las
cejas, le besó los párpados, mientras pensaba que debajo se ocultaban los ojos más bellos y
penetrantes que conocía, ojos que lo devoraban con su fuego y que lo hacían
sentir hombre. Le besó el puente de la raíz, las paletas, los pómulos, y el
filo de la mandíbula. Se detuvo sobre la boca, y a escasos milímetros le sonrió
y aunque Guillermo permanecía con los ojos cerrados se dio cuenta
__ ¿Por
qué sonríes?
__Porque
me siento dichoso.
__ ¿Por
qué?
__Porque
tú me afmas.
Es
el regalo más grande que Dios me ha dado.
Tú y nuestro amor son mis tesoros más preciados.
Guillermo
le cubrió9 las mejillas arreboladas con ambas manos y se quedó mirándolo. Pedro
notó las lágrimas que le anegaban los ojos y la tensión que le afinaba los
labios.
Lágrimas
que se suspendían en delicado equilibrio en el borde de los párpados y
desbordaron por las mejillas.
__Dios
me quitó a Eloísa, pero me trajo a mi amor, al amor de mi vida.
__ ¿Por
qué me amas si no soy nada ni nadie? _Su pregunta emergió como un soplo cargado
de angustia
__Tú
afirmas que no eres nadie, yo afirmo que lo eres todo.
__ ¿Por
qué me amas pese a mi pasado? Pedro si dio cuenta de que lo inquiría con
sincero desconcierto.
__Yo
siempre me sentí muy amado por mis padres, por mis pocos amigos, por Veo, pero
cuando te conocí fuiste especial, desde entonces aún antes de darme cuenta
había una diferencia con todos, eras distinto, eras mi favorito. No me daba lo
mismo que llegara Beto que verte llegar a ti. Una alegría que me hacía reñir
sin motivo se apoderaba de mí, y corría
o me acercaba porque te necesitaba, esa es la palabra, necesitaba una mirada,
un roce, una sonrisa, un abrazo, que me tomaras entre tus brazos como si tu
fueses una parte de mí que me faltaba y con la que, al volver a unirme, me
sentía entero, completo. Un día me dije que esto que sentíamos no era normal y
concluí que compartíamos el alma. __ Las lágrimas de Guillermo cañean en
silencio y Pedro las barría con la punta de los dedos__. Lugo tú en una nota me
dijiste que si no quería decirte dónde estaba, me buscarías siempre, hasta
encontrarme, hasta el último suspiro, porque tú y yo éramos la misma persona, y
no vivimos si no estamos unidos. Nos necesitamos para vivir. Yo te necesito mi
vida, De ahora en adelante, mi vida solo tendrá sentido en tanto la use para
encontrar a mi otra mitad, esa que sus vos, amor mío. __Sobrevino una pausa en
que los ojos compartieron el intercambio más sincero, profundo, poderoso e
intenso de sus vidas__. Te amo porque eres una parte de mí, Guille, y yo soy
una parte de ti y nos completamos- Te amo porque no hay sol sin ti. Porque me
siento vivo contigo, muerto lejos de ti... Porque daría mi vida por ti y tú por
mí. Te amo porque tú me amas sin importarte nada más, y lo mismo yo. Pero
nuestro amor, no tiene explicación´`ON, PORQUE NO ES DE ESTE MUNDO. Y POR ESO
ES MÁGICO, Y PERFECTO, ÚNICO Y SOBRECOGEDOR. Por eso me da miedo y me da
felicidad. No nació aquí, en la tierra, sino en el cielo, el don más grande que
Dios nos concedió, y no sé el porqué nos bendijo con él, tenemos por ello que
vivirlo y agradecerlo.
Guillermo temblaba entre sus brazos, e
intentaba en vano, contener el llanto que rugía en el pecho. Lo encerró en un
abrazo brutal y rompió a llorar. Pedro soportó la inclemencia de sus brazos que
le comprimían las costillas, y le acarició la nuca y la espalda, la angustia
deformó las palabras.
__Eres
tan amado, Guille, tu hijo, tu nuera, tu nieto, Ana, tus amigos, pero nadie te
ama como yo.
__Lo
sé, ahora lo sé _- balbuceó con voz congestionada__. Es solo que a veces no
entiendo por qué, y temo despertar o que
te despiertes y me dejes.
__Los
únicos miedos que te acosan, Guille, son por causa mía. Tengo miedo de que un
día despiertes, te des cuenta de eso y me dejes para volver a ser libre.
Guillermo
agitó la cabeza para negar, mientras reía entre lágrimas
__
¿Eso crees?
__Sí.
Los miedos nos atan, y tú detestas que te quiten la libertad, siempre volaste
de una relación a otra, sin compromiso, es lo más importante para ti.
__No,
Pedro, Vos y solo vos has sido, sus y serás lo más importante para mí, lo
único, el todo… todo se reduce a vos.
__ Y
mi mundo se reduce a ti, que eres inmenso y te crees nada, porque eres
orgulloso mas no vanidoso, y más te amo, el único amor de mi vida, tu alma está
llena de amor.
__Solo
por vos.
__No,
por todos, aunque lo niegues, por casi todos.
__Me
das paz, Pedro, amor mío. __Volvió a estrechar el abrazo y… apoyó la mejilla en
su hombro__. Te tengo en mis brazos, estoy dentro de vos... y eso me hace
invencible.
__Nunca
te dejaré, eres mi vida Guillermo Graziani, y aunque me dé pánico, sí… contigo
quisiera ser padre, cuando desees, quiero ser padre, solo contigo.
FIN.
Maria Hermoso!
ResponderEliminarMagdalena Hermoso felicitaciones
ResponderEliminarSara Precioso!!!
ResponderEliminarInes Muy lindo!!!
ResponderEliminarR Sonia Que tierno, me EN-CAN-TA ☺️,
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ResponderEliminarMirta Bellísimooo!!
Ilia Muy hermoso
ResponderEliminarAntonia Bello
ResponderEliminarMaravilloso Eve...Tan fuerte y mágico es el amor de Guillermo y Pedro que no terminará nunca...Gracias por esta bella historia...
ResponderEliminarSol Urvino BELLO FINAL, EVE, y ambos tienen razon, el pasado no importa cuando hay tanto amor de verdad, UN BESO
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Hermoso final... Gracias Eve Monica Marzetti
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