SINO
CAPÍTULO ONCE.
“El mar
por Jorge Luis Borges.
Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía”.
¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía”.
Beto no quería reconocerlo abiertamente, pero
le gustaba Pedro, mucho más de lo que había esperado. Y le gustaba la forma en
que trataba a su amigo, la forma en que le hablaba, con amabilidad y respeto,
humor y cortesía. Había algo increíblemente decente y sensible en él y Alberto
se sentía incómodo como Marcos por la forma en que su mujer se había
comportado.
__ ¿Qué les pasa a los dos? _ exclamó, Isabel
de nuevo__. Solo porque es bonito y viste bien, los dos se han enamorado del
pibe de repente. Es mucho menor que
Guillermo y él se está poniendo en ridículo. ¿Cuánto tiempo creen que durará?
Aparecerá algún actorcito joven y apuesto y él dejará plantado a Guillermo y,
si él se enamora, se le partirá el corazón.
__Puede que ya esté enamorado, y puede que
Pedro ya lo esté de él. ¿Por qué no los dejamos en paz? ¿Qué hay de malo,
incluso si no dura mucho, y si él lo pasa bien por el tiempo que dure? ¿Acaso
olvidan cómo terminó lo de Juan? Puede ser una estupenda historia para contarle
a los nietos un día, lo de la relación que tuvo con el hijo de una famosa
actriz un verano. Cosas peores pasan, mucho peores __dijo Marcos, mirando a su
esposa__. No es un hombre casado, por
todos los santos. No le debe ninguna explicación a nadie y mucho menos a
nosotros. ¿Qué derechos tenemos a impedirle que haga lo que quiera?
__ ¿Es que todos los hombres piensan solo con
una parte de su anatomía? __ preguntó Isabel en una clara indirecta a su
marido__. Sí, ya lo entiendo, es guapo. Lo admito. Pero ninguno de nosotros
sabe quién demonios es y apuesto a que Guillermo tampoco lo sabe o se lo habría
presentado a Fabián. Lo único que quiero es que no haga nada estúpido ni que
acabe herido con un nene tonto del ambiente de Hollywood que se aproveche de
él.
__ ¿Y cómo? __dijo Marcos insistiendo__. ¿Qué
va a sacar el pibe de Guillermo? Probablemente gana o es heredero de más dinero que el que
tenemos todos nosotros juntos. Acostarse con Guille no va a llevarlo a ningún
sitio. Los padres pueden darle lugares en películas que Guille debe de pelear
si quisiera ser actor, que ni siquiera es. Por favor, ni puede eliminar sus
multas de aparcamiento. Si no fuera porque algo siente por Guille, ahora
estaría en un hotel cinco estrellas en la costa Azul, y no durmiendo en una
cama estrecha que lo más probable es que se desplome en mitad de la noche, con
un baño minúsculo donde no puedes tirar la cadena, con una criada que le echará
el humo a la cara y cuatro personas que le hacen la vida imposible, bajo el
pretexto de defender a un hombre que, en cualquier caso, quiere estar con él y
que quizá debería hacerlo. A ver, díganme, ¿qué creen que gana este muchacho,
exactamente, con todo esto?
Lo que decía tenía sentido, aunque ninguna de
las dos mujeres estaba dispuesta a admitirlo, pero tenía razón y Beto asintió
con la cabeza.
__ ¿Y si se casa con él? __ preguntó Gaby.
__ ¿Y si nos preocupamos de eso cuando llegue
el momento? __intervino Alberto ahora más preocupado por lo que percibía pasaba
entre Isabel y Marcos.
De repente este soltó una carcajada.
__Me acuerdo de la primera vez que cenamos
con vos, Gabriela. Apenas hablabas, estabas colorada como un tomate, llegaste
una hora tarde, con un vestido de satén negro, tan ajustado que no podías
respirar, y te escondías tras los anteojos. También todos desconfiábamos de
vos. Pero lo superamos, nos acostumbramos a vos… Todo el mundo te dio una
oportunidad.
Se hizo el silencio en la sala, Marcos miraba
a Gaby, hasta que finalmente, apartó la mirada, meneando la cabeza con un gesto
negativo. Pero él se había apuntado un tanto y ella lo sabía. Cuando Alberto se
enamoró de ella, era una chica tímida, nerviosa, asustada y famélica y podrían
haberla acusado de peores cosas que a Pedro. Lo que complicaba todo ahora, y
mucho, era lo que todos habían querido a Juan. Pero al fin él estaba muerto. Y
Pedro era luego de mucho tiempo el hombre con el que Guillermo parecía querer
estar. Había confiado en ellos, en cierto sentido, al traerlo allí, y estaban
traicionando su confianza siendo poco amables con él. Gaby entendía el punto de
vista de Marcos, aunque aún no estaba dispuesta a admitirlo abiertamente.
Isabel, mientras ponía los platos en el
fregadero, no admitía nada. Seguía estando tan furiosa con Marcos que no podía
escuchar nada de lo que se dijera, para ella, Pedro era solo otra cara bonita y
él le iba detrás. El hecho de que Alberto estuviera de acuerdo con él no le
importaba en lo más mínimo. Estaba tan furiosa con todo el mundo que Pedro solo
era un pretexto para liberar la angustia que sentía.
Los hombres salieron al jardín y Gaby se
quedó en la cocina, ayudando a Isabel. Después de un largo silencio, la miró
con expresión inquisitiva.
__ ¿Qué opinas? _le preguntó con un gesto provocador.
__Es demasiado pronto para saber cómo es en
realidad __respondió la otra con tozudez.
Gaby se mostró de acuerdo, aunque en lo más
profundo de su corazón, ya no estaba tan convencida. Marcos había presentado
sólidos argumentos.
__ ¿Qué te pasa a ti? Hace ya un tiempo que
pareces estar disgustada. ¿Te encuentras bien, Isabel?
Se produjo una larga pausa mientras esta la
miraba, empezaba a asentir y luego lo negaba con la cabeza. Se dejó caer en una
silla, junto a la mesa de la cocina y las lágrimas empezaron a rodarle por las
mejillas. Levantó la mirada hacia su amiga ya incapaz de ocultarle su dolor.
Desconsolada.
__ ¿Qué ha pasado? Pobrecita…
Gaby le rodeó los hombros con el brazo e
Isabel se secó los ojos con el delantal.
__ ¿Estás enferma? __ Isabel negó con la
cabeza y continuó sin decir nada. Lo único que podía hacer era sonarse con el
papel de cocina que Gaby le acercaba__. No se tratará de Marcos y tú, ¿verdad?
__Para Gaby aquella era una pregunta retórica, tras tantos años de soportar aventuras
sin importancia de Marcos creía a su amiga inmune, pero en cuanto vio la
expresión de la cara de Isabel comprendió que había acertado. Ella la miró
fijamente durante largos momentos, y finalmente asintió__. ¡No es posible!
¿Cómo puede ser?
__No iba a venir, al fin negocié probar solo por dos semanas, él
piensa que nos divertiremos, yo no creo que nada se solucione __ respondió__.
No sé cómo puede ser. Llevo un mes haciéndome la misma pregunta y a él.
__ ¿Qué ha sucedido esta vez que sea diferente
a tantas? __Gaby estaba estupefacta y su amiga parecía destrozada.
__Tiene un lío con una de sus clientes _ dijo
y volvió a sonarse.
En cierto modo era un alivio contárselo a
Gaby. No se lo había dicho a nadie desde que él se lo confesó. Era un secreto horrible y solitario.
__ ¿Estás segura de que no son imaginaciones
tuyas o una más?
__Pues es verdad. Esta vez él me lo ha dicho.
Desde hacía unos tres meses yo sabía que algo andaba mal, pero no sabía qué y
hace un mes, él me lo confesó. Un día el bebé de Solange tenía mucha fiebre, lo
llamé porque yo no tenía el coche, no
llegaría a la clínica a tiempo y ella estaba asustada, me dijo que tenía un juicio, y me atreví a llamar a
tribunales pero me dijeron que no lo
habían visto en meses, el juicio no existía Gaby, ninguna de las audiencias que
me inventó en todos esos días y semanas existieron, yo pensaba que estaba en
tribunales y no era así.
__ ¿Está acaso enamorado de ella?
__Dice que no está seguro, que ha dejado de
verla y quizá lo ha hecho porque ella lo ha estado llamando a casa todas las
noches. Creo que está muy disgustado. Dice que es una buena persona. Era una de
sus clientes, el marido la dejó justo luego de que tuviera a su hijo, y que le
dio lástima. Y debe de ser hermosa, es una modelo.
__ ¿Qué edad tiene?
__Es la peor pesadilla de cualquier mujer,
treinta años __dijo Isabel con el corazón destrozado__. Soy lo bastante vieja
como para ser su madre, y además me siento como si tuviese cien años.
Probablemente, él estaría mejor con ella. __Miró a Gaby con mirada
acongojada__. Pero lo peor es que creo que nunca más podré confiar en él, y ni
siquiera estoy segura de poder seguir casada con él.
__No puedes hacer eso _ dijo Gaby, con aire
horrorizado__. No puedes divorciarte. Si ha dejado de verla, entonces es que ha
acabado. La olvidará _ dijo Gaby, con tono esperanzado, pero sintiendo mucha
lástima por la amiga.
__Puede que él la olvide, pero yo a esta no,
Gaby _ dijo Isabel__. Cada vez que lo mire sabré que me ha traicionado y la
verdad es que lo odio por haberlo hecho. Ha estado viviendo con las dos.
__Entiendo _ dijo Gaby__. Pero es algo que a
veces pasa, incluso podría haberme pasado a mí, o a ti. Si ha puesto fin con
esa chica, no puedes divorciarte. Arruinarías tu vida, y la suya también. Ustedes
se quieren.
__Al parecer, no tanto como yo pensaba. Por
lo menos, en su caso, no.
__ ¿Y él, qué dice?
__Que lo siente. Que no volverá a pasar nunca
más. Que lo lamentó en el momento mismo de hacerlo, pero el caso es que siguió
haciéndolo por meses y quizá hubiera continuado más tiempo, o puede que me
dejara por ella _dijo Isabel llorando con más fuerzas.
__No puede ser tan estúpido.
Pero el caso era que sí iba tras cada mujer,
que tenía trato con muchas, y todo era posible. Y veía en los ojos de la amiga
lo que le había hecho, y le sorprendió que hubiera ido de vacaciones.
__Cuando lo descubrí, no quería hacerlo, pero
él me rogó que viniera. Ahora dice que solo puede quedarse dos semanas, y si se
va, a cada minuto, pensaré que está con ella.
__Quizá tendrías que creerlo cuando dice que
se ha acabado.
__ ¿Por qué tendría que creerlo? Me ha
mentido. ¿Cómo puedes esperar que confíe en él? __Tenía razón y Gaby no sabía
qué responder, pero le rompía el corazón pensar que iban a poner fin a su
matrimonio__. Es que no creo que pueda seguir casada con él. Me ha roto mi
autoestima, nunca volverá a ser lo mismo para mí. Probablemente no tendría que
haber venido. Le dije que iba a llamar a un abogado desconocido antes del
viaje, pero, me pidió que, al menos esperara hasta que acabara el viaje. Pero
no creo que esto cambie nada__. ¿Tú seguirías casada con Alberto si te
engañara? __preguntó mirándola directamente a los ojos con una expresión
amarga.
__No sé qué haría __contestó Gaby
sinceramente__. Estoy segura de que querría matarlo. __Beto hablaba mucho de
mujeres pero Gaby estaba segura de que no hacía nada. En realidad, estaba
segura de ello. Era solo que le gustaba el aire que eso le daba y los celos de
ella__. No, creo que pensaría muy bien antes de hacer nada, y quizá, tratara de
volver a confiar en él. Mira, Isabel, a
veces la gente hace estas cosas, pero hay que pensarlo muy bien antes de hacer
algo que luego podrías lamentar.
__Eso es lo que él tendría que haber hecho,
antes de acostarse con esa mujer _dijo Isabel furiosa.
Le parecía cruel que Sonia fuese tan joven,
la hacía sentir vieja y poco atractiva. Marcos la había herido de la forma más
dolorosa posible y no sabía cómo iba a superarlo ni si su matrimonio iba a
sobrevivir.
__ ¿Se lo has contado a alguien más?
__Solo a ti __ respondió Isabel__. Me sentía
tan avergonzada… No sé por qué tendría que sentirme así yo, pero lo estoy. Me
hace sentir como si fuese menos persona, como si no fuera lo suficientemente
buena para él.
__Isabel, sabes que eso no es verdad. Él hizo algo estúpido, y estoy segura de que se
siente avergonzado _ dijo Gaby esforzándose por ser justa con los dos__. Creo
que has sido valiente viniendo.
__No quería dejarte colgada, ni a Guillermo _
dijo ella tristemente, sé lo difícil que sería para él estar acá. Vine más por
ustedes que por Marcos.
__Bueno, puede que estar acá, les haga bien a
los dos.
__Yo creo que no lo perdonaré nunca.
__Todavía no, seguro. Pero, tal vez, con el
tiempo _ dijo Gaby, sensatamente.
Rodeó con el brazo a su amiga y se abrazaron.
__
En el coche, Pedro le preguntaba a Guillermo
sobre los amigos.
__
¿Estás seguro de que a tus amigos no les importa mi intromisión? Me siento como
un intruso que entra sin llamar. Están acostumbrados a estar todos juntos, y después
de tantos años, y de repente, aparezco yo, en carne y hueso. No es fácil de
adaptarse.
Había notado su incomodidad durante el
almuerzo más que Guillermo en realidad. Él se decía simplemente que se sentían cohibidos por ser él quién era
y eso fue lo que le dijo. Pedro sonrió. Sabía, igual que Isabel y Gaby, que
Guillermo podía ser ingenuo, un rasgo suyo que le encantaba. Se las arreglaba
para ver el lado bueno y simplificar las cosas.
__Me parece que es más difícil para ellos de
lo que crees. Verte con otra persona es un cambio enorme para todos.
__También lo es para mí __ dijo, poniéndose
serio por un momento y pensando en Juan. Pero no quería dejarse llevar de nuevo
por la tristeza. Por muy desconsolado que estuviera, y lo había estado, eso no
lo devolvería a la vida__. Pero todos tenemos que adaptarnos. __Lo miró
comprensivo_. No quiero que te resulte difícil a ti. ¿Han sido groseros con
vos? _inquirió preocupado, preguntándose si habría pasado algo por alto.
__Claro que no. Solo he notado cierta reserva
y resistencia. Ya lo esperaba. No pasa nada. Es solo que no quiero ponerte en
una situación violenta con tus amigos.
__Son como mi familia, Pedro. Hemos
compartido muchas cosas, durante muchos años. De verdad, me gustaría que se
conocieran y que te apreciaran como yo.
Sabía que no podrían resistirse o eso
pensaba. Pedro no estaba tan seguro.
__Creo que tienes que darles tiempo, Guille _
dijo con sensatez, mientras se acercaban al centro y él buscaba sitio para
estacionar_. Quizá les cueste un poco más de lo que piensas.
Si es que le daban una oportunidad. Era muy
consciente de que quizá nunca le abrieran su corazón o sus puertas. No estaba
tan seguro como Guillermo de que llegaran a adaptarse y lo acogieran con los
brazos abiertos.
__No conoces a mis amigos. Confía en mí,
cielito. Esta noche, antes que acabe la cena se habrán enamorado de vos. ¿Cómo
podrían no hacerlo? _dijo, sonriéndole.
__No soy Juan y claramente ellos lo amaban a
él _respondió, Pedro con dulzura_. A sus ojos ese es el primer punto en mi
contra. Y soy famoso… soy hijo de padres muy famosos… vienen de Hollywood…
Aunque tú lo eres más que yo, el peso de mis padres es enorme.
Estoy seguro de que me encuentran raro. En
especial si leen la prensa sensacionalista. Es un bocado muy grande para
empezar. Créeme ya me ha pasado antes. Son cosas que hacen que la gente te odie antes de conocerte, si es que llegar
a hacerlo. Soy culpable hasta que se prueba lo contrario y no al revés.
__No en mi casa donde me he hecho en el mismo
mundo que vos, no entre mis amigos _dijo Guillermo tajante.
Pedro sonrió comprensivo, y se inclinó para
darle un beso en la mejilla. No iba a obligarle a reconocer la evidencia pero
había notado la resistencia de sus amigas durante el almuerzo y era un fenómeno
que no le era desconocido.
A veces
dolía y era frustrante, pero era algo por lo que había pasado una y otra
vez… Y ellos tenían treinta años de
historia común. Era un vínculo difícil de romper. Iba a ocuparse de sus propios
asuntos tranquilamente, era demasiado listo para intentar imponerse por fuerza,
esperaría que, con el tiempo, lo dejaran entrar en el círculo. Sobre todo,
estaba decidido a no forzar las cosas. Además, era demasiado pronto para saber
qué iba a pasar con Guillermo.
Por fin entraron en un espacio para aparcar y
él se volvió hacia Pedro en el diminuto coche y, rodeándole con el brazo le dio
un ligero beso.
__ ¿Atacamos las tiendas, precioso?
__Me parece muy bien _respondió, sonriéndole
cariñosamente.
Se alegraba de haber ido a verlo, aun si sus
amigos estaban visiblemente lejos de estar encantados.
__ ¿Crees que nos reconocerá todo el mundo?
__Es probable. ¿Podrás soportarlo? __le
preguntó, Guillermo algo preocupado.
A
veces, podía ser agobiante, especialmente si no se estaba acostumbrado. Y
celebridad era una palabra de la que ellos sabían y mucho. También eso les
unía, estar juntos los hacía sentir bien y eso era real.
__Supongo que será mejor que nos vayamos
acostumbrando, o yo al menos que no soy actor, si voy a pasar tiempo contigo _
contestó, Pedro. Siempre se sentía afortunado de estar con él, no por su fama
sino por ser quien era, un ser humano, no una estrella __. Vamos allí.
Salieron del coche, y no habían andado diez
pasos antes de que alguien los parara para pedirles autógrafos. Ellos
sonrieron, se detuvieron y firmaron. Dos minutos después, se detuvieron de
nuevo, cuando unos jóvenes les pidieron posar
para unas fotografías. Lo resolvieron con elegancia y siguieron andando
rápidamente, haciendo todo lo posible porque aquello no los afectara demasiado.
Y a pesar de todo se las arreglaron para disfrutar de las tiendas, y luego se
sentaron en la terraza de un bar para tomar un vaso de vino. Como de costumbre
lo pasaron estupendamente, hablando y riendo y, simplemente estando juntos.
Nunca se les acababan los temas de conversación y siempre disfrutaban de la
mutua compañía.
Charlaron de muchos temas. El trabajo de los
dos, la película de Guillermo, sus infancias, los ideales, los padres, y al fin
Guillermo le confesó que nunca pensó en llegar tan lejos, lo que le significaba
hoy elegir papeles valiosos para él.
__A veces tienes que hacer algo divertido que
te guste. No todas las películas pueden hacerte ganar premios __dijo con
naturalidad y luego le habló a Pedro de los actores de la que estaba a punto de
comenzar, una intriga policíaca y su con- protagonista era aún más famoso que
él.
__Acabo de recordar, que tengo algo que
decirte __ dijo, Pedro__. Por cierto, tengo unos amigos de mis padres que están
cerca de acá. Viajan en un yate muy lujoso, propiedad de uno de los actores.
Guillermo había oído hablar del actor y del
yate, era clásico, a motor, con un interior extraordinario, elegante, con
mármol y antigüedades.
__No quería invitar a tus amigos hasta no
comentarlo contigo _le dijo, Pedro.
__Suena fantástico__ respondió, Guillermo
sinceramente__. Siempre he querido verlo. Leí un artículo y en las fotos
parecía soberbio.
__Lo es. Yo lo vi el año pasado y pensé en
alquilarlo, pero me pareció un poco extravagante solo para mí y un puñado de
gente.
Guillermo se sintió impresionado de que él
solo hubiese llegado a pensar en sus amigos.
__Creo que a los demás les entusiasmará verlo
_ dijo calurosamente y entonces Pedro le contó quiénes eran los amigos que lo
habían alquilado__. Las señoras del grupo van a desmayarse cuando se lo digas _
comentó con una mirada divertida __. Son todos amigos y muy agradables _ dijo,
Pedro con una sonrisa_. A lo mejor a tus amigos les guste conocerlos.
__No podrían resistirse a una oportunidad así
_ dijo Guillermo con una sonrisa de oreja a oreja.
La vida de Pedro por la fama de sus padres
era absolutamente diferente a la de todos… Pedro era parte de un mundo extraño
para todos. Conocía a gente y mencionaba unos nombres que la mayoría solo había
leído en revistas, personas con las que habían soñado.
__Los llamaré al barco cuando volvamos _ dijo
Pedro sonriendo __. Creo que les
encantará pasar por la villa.
Guillermo había trabajado con ellos en las
últimas películas, y Pedro se dio cuenta una vez más de lo importante que era
su carrera y de lo lejos que había llegado, él tenía dinero y contactos, y los
dos se admiraban por ser modestos y auténticos.
Cuando volvieron a la casa, se lo llevó a
navegar. Tenía más espíritu deportivo de lo que había pensado, y no se quejó
cuando al dar un giro brusco se cayó al agua. Cuando Guillermo tiró de él para
devolverlo al barco, se estaba riendo, y él se quedó sin respiro ante lo que
insinuaba la ropa mojada adherida a la piel, estaba un poco más que
impresionado por su espectacular figura. Era difícil no estarlo.
__ ¿Qué? __preguntó, Pedro__. ¿Por qué me
miras así?
__Porque sos lo más hermoso que he visto en
toda la vida, y porque sos lo que más me importa en años. ¿De qué color son los
te amo? __interrogó, Guillermo.
__ ¿De qué color son los te quiero, me
preguntas en la ingenuidad de tu ignorancia, o en la certeza de saber la
respuesta? Es blanco, como los llantos y las lágrimas, como los senos que
amamantan al recién nacido, como los niños en su fantasía impoluta.
Tiene el color de los sentimientos cuando sabe a humanidad, del color de Dios, aunque no exista, a Lucifer, a pecado a fruta prohibida, tiene la peculiaridad del color de tu masculinidad, a tus formas, a tus ojos, al café de tus miradas.
A la adolescencia desconocida creyendo tener todas las respuestas, posee el verde de la madurez, el abanico del arco iris de la primavera, el color de las flores al trigo, a la lluvia, a tierra recién llorada por las nubes, tiene la transparencia del agua, del rocío de tus llantos.
Es del color de los otoños de las hojas, de los árboles, de las raíces y la esperanza.
Tiene el color de los sentimientos cuando sabe a humanidad, del color de Dios, aunque no exista, a Lucifer, a pecado a fruta prohibida, tiene la peculiaridad del color de tu masculinidad, a tus formas, a tus ojos, al café de tus miradas.
A la adolescencia desconocida creyendo tener todas las respuestas, posee el verde de la madurez, el abanico del arco iris de la primavera, el color de las flores al trigo, a la lluvia, a tierra recién llorada por las nubes, tiene la transparencia del agua, del rocío de tus llantos.
Es del color de los otoños de las hojas, de los árboles, de las raíces y la esperanza.
¿De qué color, son los te quiero, me
preguntas poniéndolo en mi boca?
Tiene el color de tu piel a tus surcos, el color envolvente de las caricias, a la saliva de los besos, a la humedad total de tus labios. Le adjudicaría, el color del vello púbico, de tus
montes, al rosado del glande, a la herrería de tus testículos. Posee ese color, exaltante
de tus orgasmos, donde te apaciguas en mi pecho, con ese color de los sentimientos, hasta darle forma y color a un te quiero. Tiene el color del futuro del mañana, de ahora, del instante del presente, del color del tiempo, y ese color oscuro, negro profundo de quererte
hasta la muerte.
Tiene el color de tu piel a tus surcos, el color envolvente de las caricias, a la saliva de los besos, a la humedad total de tus labios. Le adjudicaría, el color del vello púbico, de tus
montes, al rosado del glande, a la herrería de tus testículos. Posee ese color, exaltante
de tus orgasmos, donde te apaciguas en mi pecho, con ese color de los sentimientos, hasta darle forma y color a un te quiero. Tiene el color del futuro del mañana, de ahora, del instante del presente, del color del tiempo, y ese color oscuro, negro profundo de quererte
hasta la muerte.
_Sea bien descubierto bien hallado, bienvenido
a su casa del habitáculo de mi ser, bien remunerado en mis atenciones… caricias y flores, y besos, besos impacientes
queriendo morir en su cuerpo y su cara. Bien aparecido en mis extremos, bien
oído, en la banda sonora de mis silencios, bien abrazado, hasta la saciedad de
mis adentros.
Bien contemplarlo, en la incredulidad de mis ojos, en la fábula de mi corazón, en el ateísmo de mi alma. Me es urgente el sentimiento en la prontitud del sexo, me urge amarlo despiadadamente, poseerlo a bocajarro sin protocolos a quemarropa, sin edictos sin llamadas perdidas, sin mensajes sin avisos, con la rabia abrupta vengativa de mi soledad.
Bien contemplarlo, en la incredulidad de mis ojos, en la fábula de mi corazón, en el ateísmo de mi alma. Me es urgente el sentimiento en la prontitud del sexo, me urge amarlo despiadadamente, poseerlo a bocajarro sin protocolos a quemarropa, sin edictos sin llamadas perdidas, sin mensajes sin avisos, con la rabia abrupta vengativa de mi soledad.
Amarlo, así, vestido con los botones heridos de su camisa, exponiendo el simple horizonte, de su escote, y los servicios mínimos, su ropa baja, sus piernas cruzadas en las mías mirándome a la cara sujetado a mis muslos, asentando sus nalgas en la presión de mis manos. Percibir el húmedo flujo de sus ausencias, el movimiento de su erección recorriendo la distancia al encuentro de mi pelvis.
Sentir en su mirada el placer del encuentro, el gemido de hallarme el jadeo de encontrarme.
Concluir su desnudez, desplazarlo a la cama, hablar con su boca dialogar con su lengua, besando sus labios íntimos y callados, excitar el momento prolongar el instante, subyugar el pene de todos mis anhelos, para que gima mis sentimientos, jadee el amor que siento, para que grite salvaje en un orgasmo mi nombre.
Disculpe mi sexo exprés, me urgía más el sentimiento que mi orgasmo, en
usted. Imposible no sucumbir al hechizo hermoso de
tus claros ojos. Cómo no rendirme ante una caricia de tus suaves manos. Cómo no
querer sentir el néctar de tu aliento fogoso.
Cómo negarme a libar el dulce néctar de tus
rojos labios. Cómo no sucumbir al fragor del deseo íntimo de tus pasiones en
acoso. Cómo no sucumbir al danzar de tus encantos. Es mejor guardar silencio,
porque el ritual del amor está… tan solo a un paso.
_Le pido con todas mis fuerzas al universo
que los verbos que compongo cada noche para ti, te lleguen y te haga entrega de
mis besos y te abrace, que haga que sientas el calor de mi cuerpo cuando siento
ese deseo de ti, sí mi amor, así es,
siempre esperé esta locura de amor contigo, y ahora que estás conmigo en mis
sueños, el amor se convirtió en lo más bello soñado, con mis edenes y tus risas
se convierte todo en magia, y es cuando el universo se viste de gala y celebra,
que comencé a vivir mil primaveras de tu mano.
Te amo vida mía, en silencio y libertad.
Que lo nuestro se quede entre tú y yo mientras el mundo se rompe, que lo nuestro sea lo más bello de cada amanecer tuyo y mío, solamente tú y yo sabemos de nuestra historia, porque tú y yo la hemos escrito al amparo de una luna cómplice de los amores prohibidos, y no permitas vida mía que nadie ni nada te impida tocar la gloria cuando sueñes mis besos, que nadie ni nada te cambie el rumbo cuando sueñes perderte en mis ojos, vivamos este viaje de la mano de los sueños y que venga el mundo a decirnos que nuestro amor no tiene remedio, porque lo que hemos construido es un sueño de amor del bueno.
Te amo.
Te amo vida mía, en silencio y libertad.
Que lo nuestro se quede entre tú y yo mientras el mundo se rompe, que lo nuestro sea lo más bello de cada amanecer tuyo y mío, solamente tú y yo sabemos de nuestra historia, porque tú y yo la hemos escrito al amparo de una luna cómplice de los amores prohibidos, y no permitas vida mía que nadie ni nada te impida tocar la gloria cuando sueñes mis besos, que nadie ni nada te cambie el rumbo cuando sueñes perderte en mis ojos, vivamos este viaje de la mano de los sueños y que venga el mundo a decirnos que nuestro amor no tiene remedio, porque lo que hemos construido es un sueño de amor del bueno.
Te amo.
Mis encuentros no son solo para besarte la
frente, sino los labios, tu boca, tu piel completamente fina, tersa, que me
enloquece, que me fascina, quiero besar tus sueños, ahí te encuentro, ¡te
imagino mío! Apelo a tu cuerpo, consumando nuestros deseos, desbordando la
pasión y dejarnos sin aliento.
! Sigues siendo mi fantasía! Un anochecer con
caricias extremas, un océano húmedo y jadeante, un aroma excitante y sugerente,
un suspiro y enemigos conocidos; es la fiesta de la piel, tú mi mejor pecado,
el agua del desierto, el mar seco, el fuego del incierto, el sol del cielo, el
cobijo con ternura, hoy me has dado tantos ósculos sin pedirme permiso, me los
has robado, y yo tanto que los necesito.
Le he devuelto cada roce de mis labios, que a
mí me han parecido la gloria, es ese magnetismo de su mirada, sus ojos, ¡la
bravura del mar! la espesura de la niebla en cada madrugada, tú mi cómplice, mi
amante, quiero tu boca que es tuya y mía, la que sabe gritar de rebeldía; la
que tiene sabor a miel, o amargo como un café.
¿Dime a quién añoras? Si cada beso es mi
deseo, mi pasión, mi júbilo, mi gran seducción en esta noche de luna, ¿en quién
piensas? ¿A quién quisieras en tu soledad? ¡Contéstame si soy yo! si estoy en
tus pensamientos, en la brisa del viento que llega cuando soplo y cae en
cualquier parte de tu cuerpo, ¡es como mimarte! ¡Que seas mi realidad!
--¿Recuerdas aquel íntimo secreto que tanto
le costó, a tus labios, liberar?
Hoy, con el paso del tiempo, puede ver la luz para que él mismo contemple los beneficios que ha causado.
Yo sí lo recuerdo, y aún tengo grabada esa imagen en la que tú, en baja voz, temiendo que alguien te escuchara, me revelaste lo que viviste.
Era -dijiste- una tarde grisácea y melancólica (como casi todas las que nacen del otoñal vientre) y tu ánimo oscilaba entre la monótona rutina y los vagos pensamientos.
Tu mirada se perdía entre los rincones de tu cuarto, pero en ninguno se detenía, solamente viajaba, sin más rumbo que el de pasar el tiempo.
Pero ese silencio que te rodeaba, dejó de ser un pasivo compañero, se vistió de reflexiones e irrumpió en tu pecho tomando posesión de tu corazón y de tu alma.
En ese instante, tan fugaz como un relámpago, tan rápido y misterioso como el viento, sentiste una extraña, pero maravillosa sensación. Se quebró ese sentimiento de soledad que te embargaba, los anodinos rincones de la habitación desaparecieron y creíste estar en medio de un paisaje en el que las únicas fronteras eran un cielo limpio y un mar sin orillas.
Y ese silencio que, hasta ese momento, te ahogaba, se transformó en dulce compañero de tu alma y apasionado amante de tu corazón.
Tus ojos seguían viajando, pero no estaban solos, en ellos latía un mensaje, un pensamiento, que nacía de ese nuevo estado en el que te encontrabas.
De repente, sin saber cómo ni por qué, esa tarde de otoño se transformó (así me lo describiste) en un hermoso santuario.
Y empezaron a nacer pensamientos vestidos de amor, recuerdos que te llevaban a seres queridos, deseos que albergaban felicidad, pero, sobre todo, sentiste que en tu pecho no podía caber más paz.
Fruto de ese nuevo estado, tus labios empezaron a temblar, luego a musitar palabras sueltas, más tarde a hilvanar pequeñas frases y, finalmente, te viste hablando, pero ¿con quién?
Más tarde, fuiste consciente de que, en ese monólogo, estuviste hablando con Dios; mejor dicho, fue tal el bienestar que experimentó tu pecho, que alma y corazón tomaron prestados tus labios y te robaron la voz para hablar, a solas, con Él.
No hubo nada extraño en lo sucedido, fue, “simplemente”, que descubriste que cuando los silencios, el externo y el interior, se alían, invitan a dar vida a lo que alma y corazón ocultan.
Y todas aquellas personas que tus labios mencionaron, todos aquellos buenos deseos que dejaste escapar, convulsionaron las almas de aquellos seres queridos que tu corazón recordó.
No son suposiciones ni etéreas ilusiones, no; desde aquel día que te sucedió, puedo asegurar que mi corazón pasó de llama a hoguera en el amor que siento por ti, y que mi alma siente, cada día, más deseos de amar.
Era necesario que tu secreto viera la luz, para que contemple todos los beneficios que ha causado.
Hoy, con el paso del tiempo, puede ver la luz para que él mismo contemple los beneficios que ha causado.
Yo sí lo recuerdo, y aún tengo grabada esa imagen en la que tú, en baja voz, temiendo que alguien te escuchara, me revelaste lo que viviste.
Era -dijiste- una tarde grisácea y melancólica (como casi todas las que nacen del otoñal vientre) y tu ánimo oscilaba entre la monótona rutina y los vagos pensamientos.
Tu mirada se perdía entre los rincones de tu cuarto, pero en ninguno se detenía, solamente viajaba, sin más rumbo que el de pasar el tiempo.
Pero ese silencio que te rodeaba, dejó de ser un pasivo compañero, se vistió de reflexiones e irrumpió en tu pecho tomando posesión de tu corazón y de tu alma.
En ese instante, tan fugaz como un relámpago, tan rápido y misterioso como el viento, sentiste una extraña, pero maravillosa sensación. Se quebró ese sentimiento de soledad que te embargaba, los anodinos rincones de la habitación desaparecieron y creíste estar en medio de un paisaje en el que las únicas fronteras eran un cielo limpio y un mar sin orillas.
Y ese silencio que, hasta ese momento, te ahogaba, se transformó en dulce compañero de tu alma y apasionado amante de tu corazón.
Tus ojos seguían viajando, pero no estaban solos, en ellos latía un mensaje, un pensamiento, que nacía de ese nuevo estado en el que te encontrabas.
De repente, sin saber cómo ni por qué, esa tarde de otoño se transformó (así me lo describiste) en un hermoso santuario.
Y empezaron a nacer pensamientos vestidos de amor, recuerdos que te llevaban a seres queridos, deseos que albergaban felicidad, pero, sobre todo, sentiste que en tu pecho no podía caber más paz.
Fruto de ese nuevo estado, tus labios empezaron a temblar, luego a musitar palabras sueltas, más tarde a hilvanar pequeñas frases y, finalmente, te viste hablando, pero ¿con quién?
Más tarde, fuiste consciente de que, en ese monólogo, estuviste hablando con Dios; mejor dicho, fue tal el bienestar que experimentó tu pecho, que alma y corazón tomaron prestados tus labios y te robaron la voz para hablar, a solas, con Él.
No hubo nada extraño en lo sucedido, fue, “simplemente”, que descubriste que cuando los silencios, el externo y el interior, se alían, invitan a dar vida a lo que alma y corazón ocultan.
Y todas aquellas personas que tus labios mencionaron, todos aquellos buenos deseos que dejaste escapar, convulsionaron las almas de aquellos seres queridos que tu corazón recordó.
No son suposiciones ni etéreas ilusiones, no; desde aquel día que te sucedió, puedo asegurar que mi corazón pasó de llama a hoguera en el amor que siento por ti, y que mi alma siente, cada día, más deseos de amar.
Era necesario que tu secreto viera la luz, para que contemple todos los beneficios que ha causado.
Sonrío porque tú eres mi mundo, desnudo mi
sonrisa, y desnudo también mi alma dejándola desprotegida, me sacudo la piel de
soledades y la lleno de tus realidades, mientras espero por esa brisa
acariciadora que entre espacios y silencios me traen tus recuerdos, entre pasión
se desliza mi sentir a la espera de tu llegada y dejo que vuelen las mariposas
que habitan en mi estómago, así que, en las puertas de la noche me encontrarás
amor mío, ahí enamorado y ansioso estaré protegido y arrullado por los lunares
de la luna, ella, me acompaña siempre a
la espera de ese momento mágico donde nuestras almas se abrazan, una suave
brisa me acaricia, siento la negrura de la noche, tengo frío, necesito de tus
brazos para acurrucarme amor mío.
Cierra los ojos amor, estoy a un poema de besarte, a un poema de desnudar tu alma y leer ese sentimiento grabado con esmero para que no se desvanezca tu soñar, soy tu sueño vida mía, soy tu amor prohibido, pero no sufras amor, porque estás a las puertas donde la vida se abre, donde la vida generosamente nos hará entrega de esa primavera para vivirla, estás justo en el lugar donde dejaré caer mis besos de pasión y deseo, así, mientras esta eternidad se convertirá en la nada, y dejaremos de soñar para vivir.
Cierra los ojos amor, estoy a un poema de besarte, a un poema de desnudar tu alma y leer ese sentimiento grabado con esmero para que no se desvanezca tu soñar, soy tu sueño vida mía, soy tu amor prohibido, pero no sufras amor, porque estás a las puertas donde la vida se abre, donde la vida generosamente nos hará entrega de esa primavera para vivirla, estás justo en el lugar donde dejaré caer mis besos de pasión y deseo, así, mientras esta eternidad se convertirá en la nada, y dejaremos de soñar para vivir.
__
Pasaron el resto de la tarde en el barco y
para cuando regresaron a la casa y casi no dijeron ni hola, Gaby e
Isabel estaban preparando la cena.
__ ¿Prefieres salir a cenar por ahí? _le
propuso Guillermo.
Pedro tenía el pelo mojado, iba envuelto en
una enorme toalla de playa y llevaba las sandalias en la mano. Entraron en la
casa descalzos.
__No. Me encantaría quedarme aquí. Podemos
salir otro día. Voy a llamar al barco. Quizá podríamos cenar en el yate mañana
o pasado si les apetece a todos. Dicen que la comida es deliciosa. Tienen un
chef estupendo.
__No creo que les importara aunque tuvieran
que comer comida para perros, solo por estar en el yate y verlos a todos _ dijo susurrando mientras buscaban algo para
picar en la despensa y se decidían por un puñado de nueces.
Tomaron sendos vasos de jugo.
__Volveré a ayudar en un momento __les
prometió Pedro al grupo cuando las mujeres regresaron a la cocina.
Gaby insistió, algo forzadamente, en que no
era necesario. En ese momento. Guillermo se dio cuenta de que Pedro tenía
razón. Nunca había visto a Gaby y a Isabel comportarse de aquella mañana. Había
algo frío y hostil en las dos lo cual le apenaba por Pedro.
Subieron juntos al piso de arriba. Y Pedro
entró a la habitación para vestirse. Se sentó en la cama y esta se desplomó al
momento. Se echó a reír. Era una escena perfecta. Un minuto después llamó a la
puerta de Guillermo, quien, apareció envuelto en una toalla. Estaba a punto de
entrar a la ducha.
__Me parece que me han puesto una trampa en
la cama _le susurró y él le sonrió.
__No, pasó lo mismo con mi hijo la semana
pasada. Haré que lo arreglen ya. Lo siento, Pedro __dijo sintiendo auténticos
remordimientos. Quería que lo pasara bien y temía que no fuera así. __Quédate.
Se dio vuelta, y como a ciegas lo buscó para
abrazarlo. Pedro se aferró a él y solo en esa instancia se percató de cuánto
había esperado que lo reconfortase. Seguía maravillándolo experimentar esa
familiaridad al contacto con alguien a quien conocía tan poco pero que había
puesto su mundo patas arriba dejando en ruinas las defensas que le había
llevado años construir.
__Gracias, gracias _ susurró, Guillermo.
__ ¿De qué?
__Por estar acá, a pesar de ellos.
__Guillermo le sujetó el rostro y lo miró directo a los ojos, los de él
brillaban en la penumbra de la sala con codicia y deseo__. Sos tan perfecto que
no pareces real. __Le buscó los labios y usó los de él para acariciárselos,
siempre le asombraba lo suaves y suculentos que eran, su aliento fresco, y
después cuando se los arrastró por las mejillas, fue sembrándole un camino de
escozores y erizamientos que le involucraron hasta la piel de los pezones. A
Pedro le sorprendió su propia excitación y profundizó el beso que se tornó desesperado, impaciente, en el baile de
las lenguas entrelazadas en una intimidad que los asombró.
Lo interrumpieron cuando decidieron darse un
baño, necesitaban la acción relajante y al mismo tiempo revitalizadora del
agua. Guillermo fue a llamar por el
interno para que arreglaran la cama de Pedro, mientras este sentía que el
chorro de agua caliente que masajeaba la nuca mientras él intentaba limpiar la
mente de los cuestionamientos, las dudas y los problemas, a veces, meditaba en
la ducha y solía caer en una profunda abstracción, como en ese momento.
Una sensación grata comenzó a recorrerlo y a
distenderle los músculos. Una sonrisa inconsciente despuntó en los labios y no
se sobresaltó al descubrir una figura tras la mampara. Era Guillermo. Estaba
desnudo. Su energía lo rodeaba igual que el vapor. Adivinaba el deseo y la
vacilación que lo impelían a ponerse en movimiento y al mismo tiempo a quedarse
donde estaba. Lo sentía como si la contienda tuviese lugar dentro de él. La
conexión resultaba inexplicable, y como la juzgó ilógica, carente de asidero
racional titubeó, y lo que había sentido y experimentado junto a ese hombre en
pocos días le pareció una locura.
Apoyó la mano abierta sobre el vidrio de la
mampara y lo enterneció comprobar cuánto había esperado él el gesto, de pronto
recordó las palabras que había oído minutos antes cuando él hablaba por el interno,
al parecer con Alberto.
” Yo sé que él es mi sino, es el hombre que yo busqué y al fin lo encontré,
me enloquece y me embelesa su flamante belleza, una belleza interior que
siempre es flamante y verdadera.
Él es la persona que yo soñé siempre, a su lado me siento seguro y protegido del silencio y de la soledad, solo con él en mi sentir me siento seguro y muy feliz, una felicidad que mi corazón necesita. Nada más verlo me ilumina mi mente, y mi pensamiento queda liberado, su sonrisa me conmueve el alma, tanto tiempo a veces perdido y lo tenía tan cerca que casi lo toco con las manos, ahora deseo que esté en mi vida para siempre. Siento su presencia en cada instante del día, mi piel se transforma en un mar inmenso de fuego, imposible de apagarlo, mi sangre se altera a su contacto y solo deseo amarlo, necesito abrazarlo y
tenerlo atrapado en mí.
Yo soñé que un buen día llegaría a mí, ese día llegó, es quien tiene sumergido a mi pensar, mi instinto de amarlo está presente en mi deseo, que el goce sea constante y no volveré a regresar al túnel sin él, sé que día a día su amor está dulcemente creciendo y me siento en la necesidad de amarlo”.
Él es la persona que yo soñé siempre, a su lado me siento seguro y protegido del silencio y de la soledad, solo con él en mi sentir me siento seguro y muy feliz, una felicidad que mi corazón necesita. Nada más verlo me ilumina mi mente, y mi pensamiento queda liberado, su sonrisa me conmueve el alma, tanto tiempo a veces perdido y lo tenía tan cerca que casi lo toco con las manos, ahora deseo que esté en mi vida para siempre. Siento su presencia en cada instante del día, mi piel se transforma en un mar inmenso de fuego, imposible de apagarlo, mi sangre se altera a su contacto y solo deseo amarlo, necesito abrazarlo y
tenerlo atrapado en mí.
Yo soñé que un buen día llegaría a mí, ese día llegó, es quien tiene sumergido a mi pensar, mi instinto de amarlo está presente en mi deseo, que el goce sea constante y no volveré a regresar al túnel sin él, sé que día a día su amor está dulcemente creciendo y me siento en la necesidad de amarlo”.
Lo
vio lanzarse hacia delante e imitarlo, su mano fuerte, grande en el mismo
espacio que la de él, del otro lado del vidrio. Aun en el vapor se perfilaba la
belleza de su cuerpo. Ansiaba verlo desnudo y también rechazaba la idea. El
hombre que comenzaba a renacer en Pedro lo deseaba, el hombre herido y triste
se aferraba a las cadenas y estaba atento a los demonios que lo estudiaban para
saltarle encima en cuanto propiciase un acercamiento.
__Te
necesito _lo escuchó decir. Y su voz vibró en el aire cargado de humedad y le
provocó pulsaciones, erizamientos, cosquillas en el estómago.
__Guille,
no estoy…
__Solo
quiero estar con vos, amorcito _declaró a modo de promesa y contrajo los dedos
sobre el vidrio como en el acto de aferrarle a mano__. Nada sucederá que vos no
desees. Pero te necesito en este momento. Pasé la noche sin dormir apostado
en el reflejo de tus ojos, desnudo velé en tu veta verde deseando abrieras la
cortina de tus ojos y tus manos
se alargaran hasta alcanzar los
racimos de mis uvas que ardían
como buen vino, y que gustoso
hubieras degustado. Entre el querer que nos tuviéramos tantas noches que pasamos juntos, comulgando en pensamientos de almas, deseando bebernos el amor testarudo entre cerrojos que abríamos solo para vernos desnudos el alma y el
cuerpo.
¡Tan bella tu alma y tan bello tu cuerpo!
Increíblemente bello y tan mío eras en mis noches, aquellas de mi desnudez nunca antes nadie me
dijo; desde aquí te veo en el espejo y te deseo... te deseo tanto como te miro,
te abraza mi piel y quitas el frío de mis pupilas dilatadas al ver tu
hermosura, descanso en tu cuello los besos de mi boca y tus manos sienten la
lozanía de los pétalos de rosas encendidas de mis pechos, perfume de esencias
aromáticas son tus cabellos que alegra mis días cuando descansas en mi pecho
como paloma herida, buscando mis besos para curen las artimañas del pasado, y
te abraces a mi cuerpo entre los celos de tus deseos, afortunados los dos solo de tenerme para ti y yo para los
dos, pasiones y deseos nos atrapaban cuando nos quedábamos sin dormir, era rico
desvelo, tú conmigo yo contigo, en la ventana verde la noche nos desvelaba para
amarnos y para tenernos abrazados hasta un rojo amanecer... desnudos, en un
noviembre y para toda la vida... Bendito diciembre que te trajo a mi vida la
noche aquella de mi duelo y abrazado sigo a vos, en un rojo amanecer donde nos
juntó la vida para amarnos. La noche aquella de tu visitación se juntó el alma
y la piel. ¡Eres hermoso, amor!
Pedro evocó lo que él le había confesado y
que a él le había afectado íntimamente. “Me hiciste sentir vivo, me hiciste
sentir hombre, y eso me devolvió las ganas de vivir”. Le aterró pensar que con
su rechazo perdiese la alegría apenas recuperada. Deslizó la mampara y, con la
mirada fija en sus ojos, lo invitó a entrar. Él lo hizo con una sonrisa que justificó la
lucha desatada en su interior.
Se quedaron frente a frente. De un modo
maquinal, se había cubierto con los brazos, Guillermo en cambio, se exponía en
una actitud relajada. Transcurrían los segundos. Y ellos mantenían sus posiciones
solo que la mirada de él vagaba por el cuerpo de Pedro con la misma intensidad
y la misma abstracción en la que caía cuando le estudiaba las facciones. La de
Pedro permanecía en el sitio seguro que constituía su familiar y amado rostro,
temía desviarla y descubrir su desnudez.
Como todo en él, lo que habría debido
resultar perturbador, se develaba de otra manera, una inesperada y, por sobre
todo, grata. Empezó a distenderse, tanto que aflojó la mano y el antebrazo que
lo cubría, y si bien no los apartó por completo, ya no los tensaba.
__Te recibo con absorta mirada, rodeo tu
cuerpo con mis ansias estrecho tu cintura, trémulo te beso, se hace oscuridad
en mis ojos, te percibo, libo tus verdades con mis codicias, te estrecho… hago de tu cuerpo un templo, lo adoro… se
distraen las prendas en anárquico momento, hablan los sentidos, te pienso con
mis codicias, las distancias forman
parte de la historia, se pierden los límites entre tus apetencias y las mías… solo suspiros gritan la pasión de este
instante único, nos dejamos llevar, no
existe tiempo, somos todo, somos uno…
Algún día será así, lo sé __dijo, Guillermo__. ¿Me permites estudiarte los
tatuajes?
Amor... cuatro letras que vienen
concomitantes con la existencia del ser, consonantes amalgamadas en el mar de
las vivencias. El amor es la suma total y absoluta de emociones, sensaciones,
sentimientos, valores y los anti valores también; pues para determinar qué
amamos realmente, debemos sentir y experimentar todo lo que el alma tiene y
causa.
El amor es ecuación inexacta de una suma de
momentos, que le restan días al calendario, multiplicando los fragmentos de
felicidad, en eternos rayos de luz; es la norma que desordena las leyes de la
física, es la verdad en la lógica irracional.
El amor es simbiosis y antagonismo, es regla
y desacato, es orden y caos, es la fusión del blanco con negro; catarsis de los
sueños y realidad de los anhelos; es aquel palpitar cabalgante que acelera
nuestras pupilas cuando llega quien lo motiva e inspira.
El amor es atracción inexplicable de defectos
y manías, que siendo en otros insoportables, son las razones que dulcemente sin
atar, te lían; es poder vivir sin volvernos en centro de un universo, es
espacio, es tiempo; es lealtad en libertad...
El amor es silencio de las palabras cuando hablan las miradas; es continuar un camino sembrado con recuerdos a pesar de solos continuar... El amor lo siento en mí, lo siento en ti.
El amor es silencio de las palabras cuando hablan las miradas; es continuar un camino sembrado con recuerdos a pesar de solos continuar... El amor lo siento en mí, lo siento en ti.
Guillermo repitió la pregunta con un respeto
que lo emocionó. Consintió sin palabras, con una leve inclinación de cabeza, y
sufrió un temblor que él percibió bajo la caricia de sus dedos.
__ ¿Quién lo haya hecho?_ expresó__ era muy
talentoso.
__Talentosa __lo corrigió y le avergonzó la
calidad insegura de su voz, no quería que pensase que le tenía miedo o que lo
rechazaba.
__ ¿San Miguel Arcángel? __Volvió a
asentir__. Me gustaría ver la parte de atrás. ¿Me lo permites?
El pedido lo paralizó. Darle la espalda lo
colocaría en una posición de vulnerabilidad insoportable. Solo imaginar la
escena le causaba un aumento en el ritmo cardíaco y sequedad en la garganta,
esa que él conocía bien, antecesora de la cerrazón en el plexo solar.
__No quiero que mi mirada deje de hacerte
sentir hombre__ barbotó en la que parecía una respuesta sin sentido.
__No uses la negación para expresar algo que
anhelas _ le sugirió él con una sonrisa__. Repite la frase en modo positivo.
__Quiero que mi mirada siempre te haga sentir
hombre.
__ ¿Sí? ¿Lo deseas, amor mío?
__Lo deseo, Guille, Y deseo también ser el
único cuya mirada te haga sentir hombre.
__Lo sos. ¿Confías en mí?
__Sabes que sí, pero…
__Pero __repitió Guillermo, y le cubrió los
hombros con las manos y lo atrajo hacia él__. Mi amado Pedro tiene miedo.
Asintió contra la piel del pecho y se atrevió a rodearle la cintura y
amoldarse a su anatomía que no se atrevía a estudiar. Por miedo, se reprochó estaba
perdiéndose de apreciar ese contacto de
sus cuerpos desnudos. Guillermo descansó el mentón en el hueco del cuello y el
hombro y aspiró su aroma y ajustó el abrazo. Pedro suspiró al volver a
experimentar la sensación de seguridad que tanto le agradaba.
__Esto era lo que necesitaba __lo escuchó
susurrar__, que estuviéramos de este modo, cerca y en paz. Ven, movámonos bajo
el chorro para que no tomes frío.
Se desplazaron juntos, Pedro atrás, hasta que
el agua caliente le golpeó la espalda. Se giró para que el chorro también lo
cubriese a Guillermo. Los minutos transcurrían, y el mutismo placentero se
prolongaba.
Pedro ganaba compostura y serenidad. No
quería demorarse en reflexionar acerca de lo que estaba sucediendo, solo quería
permitirse ese rato, sobre todo quería permitirse esa normalidad con un hombre
que le fascinaba y que exclamaba a los cuatro vientos que lo amaba locamente.
__Cuando era jovencito, para ganar algo de
dinero, fui maestro de una escuela
primaria, de primer grado _explicó Guillermo sin aflojar el abrazo__. Creo que
fui feliz por el hecho de que cada mañana estaba con mis pequeños alumnos. La
sabiduría de ellos, que los adultos llamamos inocencia, curaba mis heridas. El
desafío se presentó cuando esos pequeños de solo cinco a seis años debieron enfrentar
el proceso de aprendizaje más complejo que afronta el ser humano, el de la
lectoescritura. Amor, si supieras la angustia y ansiedad que me dominaba hasta
que todos mis alumnos aprendían a leer y escribir, te compadecerías de mí. Cada
uno lo hacía a su tiempo, y soy testigo de que se trataba de un proceso casi
mágico, porque resulta difícil comprender cómo cada criatura pequeña es capaz
de dominar un código tan complicado como ese, el lenguaje escrito. Recuerdo que
los hacía leer en voz alta todos los días, un párrafo muy corto, y contenía el
aliento mientras lo hacían, y era tan fácil ver que su atención se concentraba
en descifrar las sílabas de cada palabra y no su sentido. Día a día, los hacía
leer sabiendo que si al final de la lectura les hubiese preguntado por el
significado, de qué se trataba el párrafo no habrían tenido idea de qué decir.
Hasta que un buen día se producía el milagro,
y la mirada con que recorrían los renglones se tornaba más segura, más rápida,
y las palabras surgían completas y me
daba cuenta de que comprendían lo que estaban leyendo. __Lo apartó con
delicadeza para verlo mientras seguía hablando_. Amor mío, al principio, cuando
hagamos el amor, será así, igual que el proceso de lectoescritura. Estarás
nervioso, y atento a cada movimiento, como el niño que está atento a las
sílabas y no al sentido que conforman las palabras. Nada fluirá, más bien te
sentirás trabado e incómodo, como el pequeño alumno frente a un párrafo de
pocos renglones que para él representa una montaña. Con paciencia, irás
practicando, los dos lo haremos, los dos juntos _ subrayó__, y verás que un día
lo que parecía imposible se convertirá en una realidad simple, espontánea,
placentera.
__Y seremos felices.
__Ya lo soy, Pedro. Inmensamente. ¿Y vos?
__Sí, Guille. Lo soy.
¿Pero lo eres como lo fuiste con él, con
Juan? ¿Me terminarás de contar?
__Lo haré, claro, te contaré todo. Pero si
quieres que sea sincero, hoy soy muchísimo más feliz que con Juan aunque mis
amigos opinen lo contrario, con vos he entendido que el amor de mi vida sos
vos, él solo fue un ser muy querido.
__ ¿De verdad?
__Lo prometo. ¿Quieres verme desnudo? Ya
hemos dormido juntos. Ahora sé que tus ojos no se apartaron de los míos ni
siquiera por un instante. A mí me encantó conocer tu cuerpo, y quiero
aprenderlo de memoria, en cada rincón y recoveco. Y es más hermoso de lo que
imaginaba, de lo que llevaba visto.
__Te oculté las partes más interesantes
__manifestó Pedro con una sonrisa tímida y ojos esquivos.
Guillermo soltó una carcajada y le besó la
coronilla.
__ ¿Quieres mostrármelas?
Asintió, y al percibir que Guillermo abría
los brazos para liberarlo, casi claudicó al arrebato de suplicarle que no lo soltase, que el
demonio caería en picada y lo destrozaría. La fuerza para dar un paso hacia
atrás y luego otro se la dio la necesidad de hacerlo feliz.
Era tan poderoso el sentimiento que poco a
poco doblegó al terror. Dejó caer los brazos al costado. Fue alzando la vista y
en tanto lo hacía admiraba las piernas velludas y surcadas por músculos que
hablaban de la contextura de Guillermo. No se atrevió a demorar la mirada en el
pene, y siguió el ascenso por el vientre, por los brazos fuertes, por fin los
hombros anchos completaban la armonía del cuerpo de Guillermo.
__Eres tan hermoso, tan perfecto _ expresó,
Pedro, y la sonrisa de blancos dientes desvelados y sus ojos brillantes, lo
impulsó a Pedro a lanzarse a sus brazos, y robarle un beso sobre los labios aún
estirados. Quería provocarle esa sonrisa tantas veces como fuese posible.
__Nunca imaginé que me sentiría tan halagado
por resultarle hermoso al que yo considero el hombre más dulce y bello del
mundo. Cuando llegaste vos… __dijo y luego guardó silencio y se quedó mirando a
Pedro del modo en que a él tanto le gustaba__. Ya sabes lo que opino de vos _ explicó__.
Vos sos demasiado, demasiado perfecto… demasiado hermoso… demasiado bueno… y
mío, aun sin serlo… todavía del todo… mío.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES
COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Mitzi ¡Muy hermoso me encantó!
ResponderEliminar
ResponderEliminarRosa Divinamente hermoso 💕💕💕💕💕💕💕💕💕💕🥇
1
Sara Hermosa
ResponderEliminarHermoso Eve...Tanta ternura y comprensión son el reflejo del verdadero amor...
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Lindo capítulo. Aunque los amigos de Guillermo no respeten su deseo ... hermoso final Eve Monica Marzetti
ResponderEliminar