¿Y SI FUERA POSIBLE?
CAPÍTULO SETENTA Y DOS.
¿Y SI FUERA POSIBLE?
CAPÍTULO SETENTA Y DOS.
Pilar, domingo 07 de agosto de 2016.
«Canto a mí mismo»
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago… e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.
Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que me muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es mi misión y no lo olvidaré;
que nadie lo olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago… e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.
Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que me muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es mi misión y no lo olvidaré;
que nadie lo olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada.
*Walt Whitman.
__Tú eres una obra de arte completa, yo
todavía no. Para que puedas terminarla tendrás que escribir muchas cosas
bellas.
___Hoy es el día más feliz de mi vida, creo
ya no hay secretos que me aten, y pronto no habrá impedimento para que te pida
que seas mi esposo.
__ ¿Y si fuera posible?
__Es absolutamente posible, Pedro Beggio.
Nos abrazamos y nos besamos. El espejo
reflejaba un jardín en la piel de mi hombre y otro hombre dispuesto a darse
entero por amor.
Pergamino, lunes 08 de agosto de 2016.
__ ¿Es precioso verdad? _ preguntó Camila
contemplando a su bebé adormilado mientras lo amamantaba, acompañada por
Guillermo que le acariciaba la cabecita apenas cubierta por una pelusa.
__Un ángel.
__Se parece a ti, a Natasha un poco _dijo
Camila sonriendo.
__Los labios son tuyos, el pelo negro
nuestro.
__Ojala la tía tenga una nena, digo, Pedro y
tú tienen varones, sería lindo que Nati traiga la nena _ dijo Camila en
susurro__. ¿Y Pedro?
__Ensayando para el concierto con Michael que
no se despega, desde que lo aceptaron en la escuela de artes está exaltado y
asustado por la responsabilidad, pero es tan talentoso como el padre, le irá
muy bien.
__Sí, Dana está feliz… por los dos. ¿Y tú
cómo te sientes luego de hablar con Sarah?
__Como puedo todavía, intentando analizar lo
sucedido, al fin y al cabo, visité la tumba de mi madre biológica pero es una
desconocida, mi amor y respeto siguen siendo de Sarah __admitió Guillermo__.
Creo que por lo único que me alegra que no sea mi madre es por no sentir la
culpa de amar a Pedro.
__Y es lógico, siempre será ella tu mamá y Natasha tu
hermana, ojalá yo tuviera dos mamás y no
a nadie _ dijo Camila con tristeza.
__No digas eso, nos tienes a nosotros, al
nene, y tu padre a su modo te quiere.
__Muy a su modo, Guillermo, a papá solo le
importa su carrera y prestigio, pero no me quejo ahora que tengo a Gian, me
alcanza con él.
__Camila…
__Lo sé, supongo que quieres casarte con
Pedro lo antes posible, inicia el divorcio,
yo te firmaré todo cuando quieras Guille, siempre te lo dije, solo te
pido poder vivir acá con el nene _ pidió
ella mirándolo con dulzura __ todos ustedes son mi familia.
__Claro que sí, puedes quedarte el tiempo que
desees, aunque eres joven y muy bella y mereces amar y que te amen, esta es tu
casa hasta entonces.
__ Además el nene es un bebé y necesita a su
papá, y me agrada que crezca acá y no encerrado en un piso por lujoso que sea _
afirmó Camila.
__ Yo lo prefiero también.
“Con inusual pereza siento mi mente se
despierta, me quito la noche de encima aunque afuera aún las estrellas
acarician el cielo, busco ideas nuevas en mi cabeza que hayan amanecido más
frescas… el café quita la somnolencia y entre su aroma respiro el aire viciado
de tu ausencia… y me pregunto a qué huele tu piel una mañana de primavera.
Voy dejando atrás escalones y como siempre en
mi cabeza empiezas a caminar, el bullicio de la ciudad no logra evitar, que en
mi mente de mil maneras te lleve presente, de repente logras que de mí me
ausente… pues viajo a un real instante imaginario donde camino de tu mano,
despilfarrando sonrisa al día, arrancando carcajadas tuyas y mías poniéndole
sonido de amor a este comienzo del día.
Y voy detrás de mis pasos sintiendo que en un
sueño de amor contigo aún voy navegando, mi andar de antemano programado por
una angosta acera me lleva transitando, detengo mi andar abruptamente y cedo el
paso a una pareja que me lleva años... llevarte tan presente me hace ver todo
diferente, un buen día regalo a esa pareja que, podríamos ser tú y yo en
algunos años.
De regreso a casa mis pasos se aceleran como
queriendo llegar pronto para encontrarte al subir las escaleras, sabiendo que
te siento conmigo, aunque estés ausente, así te vivo día y noche amor de mis
tiempos presentes, me haces verte en la rutina diaria, te vuelves amor hecho
compañía que de tanto esperarte y sentirte llegas a entibiarme la piel y con tu
esencia me abrigas el alma”.
__Buenos
días _dijo Pedro sonriendo a los tres__, ¿cómo está el bebé más bello de Buenos
Aires?
__
Hambriento, aunque ya medio dormido, ¿y
Michael? _ preguntó Guillermo luego de besar suavemente los labios de su
novio.
__Lo
dejé con la madre y los primos, quiero
que se distraiga un rato, está obsesionado con el piano y muerto de miedo por
ir a la escuela _ dijo Pedro que descargó una caja en el piso.
__
¿Y eso?
__Algunos
lienzos incompletos, los llevaré al estudio para ir terminándolos, el mes que
viene retomaré la pintura, tal vez pueda arreglar una muestra antes de fin de
año en Buenos Aires.
__Sería
muy bueno, porque me encantaría que viajáramos en el verano, tal vez a Europa,
tienes que arreglar la muestra anual allá, ¿verdad? _preguntó, Guillermo.
__Eso
debería sí.
__Yo
creo que al menos allá deberías seguir con mi hermana, eso si el nene ya nació
y ella regresa a Londres _ dijo Guillermo.
__O
nena. Y algo me dice que aunque no te guste, ella estará casada para entonces,
y delegará el trabajo.
__
¿Casada… con quién? __Guillermo lo miró
asombrado.
__Con
el padre de la criatura, ve asumiéndolo Graziani, ese hombre se hará cargo de
su hijo, y la ama a tu hermana aunque ni siquiera lo sepa,
todavía. A propósito de tu hermana, la vi en la galería de la ciudad, está
dando una mano al amigo de tu madre, y me dijo que vendrán, las invité a cenar,
no les molesta ¿verdad?
__No,
claro que no.
__Sarah
al fin quiere conocer a su nieto. ¿De
qué hablaban tan despacito? __preguntó, Pedro.
__Ven conmigo que te cuento _ le dijo Guillermo en
un tono pícaro y Camila sonrió.
Se
puso de pie y lo arrastró con él sin ver que por el rostro de Camila rodaban
lágrimas.
“En
cada rostro te veo, te imagino, en cada
pensamiento te vas. Y en cada llamada no contestas. Y en cada nube te busco
queriendo encontrar tus ojos. Y en cada lucero te envío mis besos. Y todas las
tardes tomo para olvidarte. Y todas las noches escribo canciones que no escucho
poemas que no leo y mañanas que no te saludo. Y por la tarde te olvido con el
viento. Y cuando me muero por ti te llevo conmigo como recuerdo y te sepulta el
tiempo ido conmigo. El que te viví y te amé, como dios del universo, como
trueno o como estruendo. Pero me fui siendo tu arcoíris en un cielo apócrifo y
una vida adulterada y un sueño robado.
Ahora
duermo entre los muertos para que me confundan y mi piel se rompa y mis huesos
se fracturen en tus labios y en mi boca y, sepamos a piel... Y a llanto y a
olvido, ¡olvidándonos los dos! Sé feliz Guille, gracias por darme a nuestro
hijo, se feliz mi amor”.
__
Al
llegar a la suite Guillermo lo arrastró
consigo y en pocos minutos le quitó el pudor y la ropa y Pedro quedó desnudo
delante de él. Guillermo tomó distancia para admirarlo, y luego fijó la vista
en un punto detrás de él. Pedro, intrigado giró la cabeza y ahogó un gemido al
descubrir su trasero reflejado en uno de los tantos espejos. Volvió la vista
hacia Guillermo y advirtió la erección que le pulsaba bajo el pantalón, la
única prenda que llevaba bajo la bata, su torso estaba desnudo y le
sobrecogió el cúmulo de sensaciones que
ese hombre le despertaba, la boca se le llenó de saliva, las mejillas se le
colorearon y una punzada latió entre sus piernas. Si Guillermo le ponía las
manos encima, Pedro se olvidaría aun de su nombre y Guillermo le adivinó la
intención y se movió deprisa. Recogió la ropa y la arrojó fuera de su alcance.
Le sonrió con malicia, tenía los ojos negros de deseo, y los músculos se le
tensaron mientras se quitaba la ropa y las prendas, quedando desnudo frente a
él. Blandían sus penes largos y oscuros con vanidad midiendo su hombría, Pedro
que lo extrañó la noche pasada en la ciudad
no conseguía apartar la mirada de ese espectáculo adorado durante ese
tiempo. Guillermo se acunó los testículos y se aferró el miembro, lo masajeó descubriendo
el glande y cubriéndolo de nuevo. Se pasó la lengua por el labio antes de
afirmar.
__
¿Lo quieres, Pedro? Te mueres por tenerlo dentro, en cualquier parte, en tu
boca, en tu pecho, en tus entrañas. ¿No es así?
__Sí,
pero antes quiero que me expliques qué hacía tu amante merodeando por la
estancia, lo vi salir al llegar _ dijo Pedro enfurruñado.
__Yo
no tengo amantes _afirmó Guillermo.
__Bueno,
Juan.
__
¿Qué sé yo? No lo vi, creo que vino a conocer al nene.
__Guille,
por favor.
Pedro
caminó hacia atrás hasta que sus talones chocaron con el borde y cayó en la
cama, se dio vuelta dispuesto a escabullirse hacia el otro extremo de ella,
pero Guillermo lo tomó de los talones,
lo sujetó por los tobillos y lo arrastró hasta el borde, Pedro se aferraba a
las sábanas que se deslizaban junto con él.
__Sujétame.
No quiero que me toques hasta que no me digas qué hacía ese tipo acá, no quise
armar lío delante del nene y Camila.
Quedó
con el torso sobre la cama y las piernas en el aire, sostenidas por Guillermo,
que guardaba un silencio inquietante, mientras le clavaba los dedos en la parte
más canosa de la pantorrilla.
_Pedro,
ni siquiera lo vi, hablaba con Camila del divorcio, y con vos quisiera planear
nuestra boda, quiero que todo salga perfecto.
__Todo
saldrá perfecto si no hay gente indeseable _ le confortó él.
__Me
ocuparé de él.
__
¿Irás a verlo? _se descorazonó.
__Su
familia y la mía comparten negocios importantes, intentaré que siga tratando
esos temas con mi… con Sarah, ¿está bien?
Pedro
le deslizó la mano entre las piernas y le aferró la erección en un puño firme
El
cuerpo de Guillermo se tensó, y sus manos se cerraron en el sexo de Pedro y en
sus pezones. La destemplanza de él le causó un instante de dolor. Sus
respiraciones se agitaron y sus pieles se erizaron.
__No
creo que nada de esos afrodisíacos que tomamos en la comida sirva para hacer
crecer esto como para que haga doler.
__
¿Te hago doler, amorcito?
__Un
poco, pero es un dolor que me gusta, porque realza el placer que viene después.
Enamorado del amanecer y el sol te vi, en la tibia mañana. Tu sombra de caoba
se pasea impúdica en el horizonte del mar y cielos dibujando tu figura desnuda,
cuando caminas entre mis lujurias y deseos. Siento tu esencia y el aroma de tu
piel, que embriagan mis sentidos.
La belleza de tu cuerpo invita a recorrerlo todo, apasionado y lujurioso con mi boca y mi lengua, desde tu cuello hasta tu vientre tan hermoso. Cuando me miras y sonríes, siento la locura de pasiones soberanas. Tus manos se aquietan en mi cintura, me besas y en mi boca me murmuras el pedido de saciarte el tibio recorrido de tu sexo, entre viriles premuras. Y me entregas tu virtud, ardiendo en las llamas de una pasión inmortal. En el abismo y placer de una noche desmayada, pierdes tu pudor naciente buscando con mi premura la fuente tuya, en la dulce pesadilla de tu pelvis. El mar de tus ojos inunda de luz la apasionada turbiedad de los míos, solo vives para el festín del placer y los sedientos besos de mi boca eres hijo del mar y de la brisa con tu hermosura atada a tu quimera erótica. Bebo toda la miel de tu boca, como la abeja a las flores. Entre el loco desenfreno de los espasmos extasiados de lujurias soberanas
con en el gozo que entrecierra tus ojos en el límite de las caricias profanas.
La belleza de tu cuerpo invita a recorrerlo todo, apasionado y lujurioso con mi boca y mi lengua, desde tu cuello hasta tu vientre tan hermoso. Cuando me miras y sonríes, siento la locura de pasiones soberanas. Tus manos se aquietan en mi cintura, me besas y en mi boca me murmuras el pedido de saciarte el tibio recorrido de tu sexo, entre viriles premuras. Y me entregas tu virtud, ardiendo en las llamas de una pasión inmortal. En el abismo y placer de una noche desmayada, pierdes tu pudor naciente buscando con mi premura la fuente tuya, en la dulce pesadilla de tu pelvis. El mar de tus ojos inunda de luz la apasionada turbiedad de los míos, solo vives para el festín del placer y los sedientos besos de mi boca eres hijo del mar y de la brisa con tu hermosura atada a tu quimera erótica. Bebo toda la miel de tu boca, como la abeja a las flores. Entre el loco desenfreno de los espasmos extasiados de lujurias soberanas
con en el gozo que entrecierra tus ojos en el límite de las caricias profanas.
El
sol ilumina tu figura de dios cuando te duermas, hermoso. Tu belleza aturde mis
sentidos, y el recuerdo de tu sensual entrega al amor y tú, me sabes perdido
entre los barrancos de tu pecho.
Yo hago el amor, con ganas te penetro besando todos
los rincones, mis manos acarician tu piel que está henchida de pasión,
conscientes nos entregamos inventando placeres gritando a viva voz en cada
invasión íntima de los pliegues empapados. Es la lujuria esa lascivia perversa
que aniquila los espasmos sedientos de llegar a la cima en torbellinos
bárbaros, somos dos amantes, amigos en la cama, caníbales a tiempo completo,
hambrientos de devorarnos con ansias, saboreando los manjares prohibidos, nada
queda para mañana, hoy es el día
especial para dar rienda suelta a la carnicería detonante que explosiona las
entrañas, cariño mío ámame y viólame otra vez.
_Mi
muy íntimo amigo amante y señor mío: Quisiera presentarle a modo de confianza,
mis credenciales sin recomendación alguna del estrato de clases sociales, el simple documento de mis ojos, mis escritos y mi alma. Yo soy, todas las circunstancias que hasta a mí han llegado
llegando hasta usted. No habita en mí ese egoísmo llevado a su extremo político, mi interés (aunque no sea su banco) es muy elevado, a su persona la atesoro, pero no la acaudalo.
En mi afán por usted engrosa su riqueza emocional, en mi interés a largo plazo en mi sentir y su física, corpórea, ya que usted es libre en mi bolsa de valores de mi corazón. No acaudalo más de lo necesario pero necesariamente preciso de la hacienda de su ser, y todo, de cuanto dispongo hasta mi alma es suyo, salvo la parte proporcional que nos desangra la hacienda pública.
mis credenciales sin recomendación alguna del estrato de clases sociales, el simple documento de mis ojos, mis escritos y mi alma. Yo soy, todas las circunstancias que hasta a mí han llegado
llegando hasta usted. No habita en mí ese egoísmo llevado a su extremo político, mi interés (aunque no sea su banco) es muy elevado, a su persona la atesoro, pero no la acaudalo.
En mi afán por usted engrosa su riqueza emocional, en mi interés a largo plazo en mi sentir y su física, corpórea, ya que usted es libre en mi bolsa de valores de mi corazón. No acaudalo más de lo necesario pero necesariamente preciso de la hacienda de su ser, y todo, de cuanto dispongo hasta mi alma es suyo, salvo la parte proporcional que nos desangra la hacienda pública.
No
hay avaricia santoral en mí pero puede tacharme de avaro, en mi clara intención
de acapararlo. Doy limosna, por desprecio a Dios por ser un acto de crueldad a
la humanidad, abro puertas, concedo el paso y hasta cedo mi asiento, cuando la
fatiga del tiempo no te sustenta. No asisto donde no se me llama, aparto mi
sombra de los iluminados, y no molesto a
quienes insinúan que les molesto. Soy
natural del vientre de mi madre y ciudadano del mundo.
Ya ve señor mío, soy simple dentro de mis complejidades, traslúcido, como ese cielo que esconde a Dios en la excusa del vacío. No impongo mentiras como una verdad absoluta,
solo argumento mis razones porque la verdad, siempre es herida por mentiras ofendidas. Nada envidio, ni soy mitómano de narcisistas voces y celuloide.
No valoro a los hombres por lo que tienen sino por lo que me ofrecen, así, que cuanto más
me ofrezca usted, más elevado es mi interés egoísta de amarlo. Me gusta el orden, como a usted el desorden, así que desordenaré lo que usted me mande. No sigo moda alguna ya que solo me complemento en usted, soy más bien campechano de un jersey y tejanos, de los que regalan flores sin culpas y motivos aparentes, así soy, en mí no tan compleja apariencia, mis complejidades, secretos, manías y misterios, le invito a mi alcoba, a que usted lo descubra.
Ya ve señor mío, soy simple dentro de mis complejidades, traslúcido, como ese cielo que esconde a Dios en la excusa del vacío. No impongo mentiras como una verdad absoluta,
solo argumento mis razones porque la verdad, siempre es herida por mentiras ofendidas. Nada envidio, ni soy mitómano de narcisistas voces y celuloide.
No valoro a los hombres por lo que tienen sino por lo que me ofrecen, así, que cuanto más
me ofrezca usted, más elevado es mi interés egoísta de amarlo. Me gusta el orden, como a usted el desorden, así que desordenaré lo que usted me mande. No sigo moda alguna ya que solo me complemento en usted, soy más bien campechano de un jersey y tejanos, de los que regalan flores sin culpas y motivos aparentes, así soy, en mí no tan compleja apariencia, mis complejidades, secretos, manías y misterios, le invito a mi alcoba, a que usted lo descubra.
Hoy,
airaré la funda de mi almohada, para que todos los te quiero que pronuncié en
su ausencia, vuelen como mariposas sobre
su cara.
__Perdóname
cariño ¿te he dicho que te quiero? Como el sol al despertar lo expresa con su
luz, asignándoselo a los hombres, a las estrellas y a su amante luna plena, como
ella lo expresa a los enamorados. Excúsame mi cielo ¿te he dicho que te quiero?
Como Dios disculpa
las ofensas, como el diablo ansía tus males, tu alma, tus pecados y tus deseos, como los ángeles desean protegerte, de tu vida, de tu carne y tus huesos, sin que sean de mármol cuarzo, o piedra caliza, como los demonios ansiarán tu muerte. Discúlpame mi amor si me
justifico al decírtelo innecesariamente, ¿pero te he dicho que te quiero? Excúsame, si no te lo pronuncio, disculpa mi olvido si al pronunciarlo no lo abrigo en los secretos lóbulos de tus orejas, si en secreto no te lo grito en los laberintos de tus oídos, si de puntillas, como un enigma como un misterio, a veces furtivo por desvelar, se lo digo a la desnudez de los secretos de tu almohada. Excúsame cariño mío. Perdóname si se me olvida como el universo lo hace infinito, como se le olvida al silencio, como la soledad se lo calla, como el tiempo se lo guarda, como la libertad lo encadena y para ti lo libera, como las nubes lo escupen en gotitas de agua, como los océanos los hace profundos, como el mundo lo imita en tu naturaleza, ¿te he dicho que te quiero? Cuando siempre caigo a propósito, más por sentimientos que por deseo, en esa piedra reiterativa de mi camino, y moriría eterno, sino te lo preguntase, mi cielo.
las ofensas, como el diablo ansía tus males, tu alma, tus pecados y tus deseos, como los ángeles desean protegerte, de tu vida, de tu carne y tus huesos, sin que sean de mármol cuarzo, o piedra caliza, como los demonios ansiarán tu muerte. Discúlpame mi amor si me
justifico al decírtelo innecesariamente, ¿pero te he dicho que te quiero? Excúsame, si no te lo pronuncio, disculpa mi olvido si al pronunciarlo no lo abrigo en los secretos lóbulos de tus orejas, si en secreto no te lo grito en los laberintos de tus oídos, si de puntillas, como un enigma como un misterio, a veces furtivo por desvelar, se lo digo a la desnudez de los secretos de tu almohada. Excúsame cariño mío. Perdóname si se me olvida como el universo lo hace infinito, como se le olvida al silencio, como la soledad se lo calla, como el tiempo se lo guarda, como la libertad lo encadena y para ti lo libera, como las nubes lo escupen en gotitas de agua, como los océanos los hace profundos, como el mundo lo imita en tu naturaleza, ¿te he dicho que te quiero? Cuando siempre caigo a propósito, más por sentimientos que por deseo, en esa piedra reiterativa de mi camino, y moriría eterno, sino te lo preguntase, mi cielo.
Paso
a paso voy recorriendo tu cuerpo, nos
vamos desvistiendo sin prisas muy lentamente, con mis manos, con mis dedos,
acaricio cada punto de tu piel, erizándolo, temblando por mi desnudez, tú te
existas tanto que pierdes el control, la razón.
Quiero
morder tus labios, tu boca salada y fuerte, bocas sedientas de pasión y deseo,
quiero empezar en tus brazos fuertes como un roble, en donde radica la fuerza de un hombre.
quiero empezar en tus brazos fuertes como un roble, en donde radica la fuerza de un hombre.
Seguir
por tu pecho acariciarlo, besarlo suavemente, ir recorriendo poco a poco con
suaves y cálidos besos llegando a tu boca, donde se destila miel, buscando el
éxtasis que provoca la desnudez de nuestros sexos, de nuestros cuerpos
sedientos por pasión y lujuria, deseo incontrolable bajo estas sábanas.
Te
deseo desnudo, siento que tocas todo, mi presente mi pasado mi futuro, el calor
que como fragancia emana de mi cuerpo ardiente, somos dos cuerpos deseosos por
devorarse mutuamente.
Llegamos
a la locura, llegamos a enloquecer por este deseo infernal por apaciguar la sed
sexual.
Gimiendo,
mordiendo y quizás hasta llorar de placer, sin temores sin ataduras solo
amándonos, solo entregarnos a esta locura, a esta pasión, sin miedo a nada solo
viviendo el placer, perdiendo la noción del tiempo.
Seres
amándose a la perfección de sus cuerpos, entrelazando sus almas, sus pasiones,
entregando su corazón simplemente.
__Qué
difícil es decir amor y no pensar en vos, qué difícil es hablar de amor, cuando
el único deseo que tengo, es tenerte a mi lado, qué difícil es amar en
silencio, cuando lo único que quieres es gritar el nombre del ser amado, qué
difícil es sentir esta opresión en el pecho y esta angustia en la soledad de la
noche, qué difícil es amanecer y ver que aún no estás a mi lado, qué difícil es
soñar con unos labios, que no conozco pero deseo tanto besarlos, qué difícil es
imaginar el aroma de tu piel, qué difícil es no sentir en mis oídos, los
gemidos de placer, qué difícil es vivir imaginando a mis labios sedientos
recorriéndote, qué difícil se me hace, contar los segundos, los minutos y los
días que aún faltan, para poder hacer realidad, al fin, nuestros deseos y
nuestro amor, qué difícil creía que se me haría todo con vos, pero lo imposible
se hizo posible, por eso gracias a tu amor.
Guillermo
lo colocó de espaldas y se apoyó en un codo para tomar distancia y estudiarlo.
Quería un momento para apreciar a su hombre, la belleza de sus ojos de miel, la
suculencia de sus labios, la delicadeza de su cuello esbelto y blanco. Se
inclinó y atrapó un pezón con los dientes y sonrió sin soltarlo ante la
reacción de Pedro, que emitió un gemido.
__Podría
succionarlos todo el día solo para seguir oyendo gemidos como el que acabas de
emitir.
__Guille…
__suplicó__. Más. Chúpame el otro __le pidió, y le puso el otro pezón en la
boca__. Guille, por favor, tómame.
--Iremos
lentamente precioso, quiero disfrutar del cuerpo que amo.
Guillermo
le deslizó la mano por el vientre, donde la piel se volvía casi translúcida y
las venas celestes se trasparentaban, y la detuvo sobre el ombligo. Desplegó
los dedos y se quedó quieto, observando el contraste de colores. Santo cielo,
se maravilló.
__
¿Por qué me amas, Pedro? “Dios sabe que no lo merezco”, habría admitido pero
sus labios permanecieron sellados.
Le
daría placer, lo volvería loco de placer para que nunca lo dejase, para
distraerlo, para que no advirtiera de cuántos lo codiciaban desde que era
famoso, varios mejores que él.
Le
hundió la lengua en el ombligo, mientras sus dedos le acariciaban el punto que,
él le había enseñado, escondía el secreto del placer. Los orgasmos se sucedían,
y Guillermo no le daba respiro. Pedro se contorsionaba, se sujetaba a sus
cabellos y le pegaba a su sexo, y gritaba su nombre, gritaba tanto, y Guillermo
deseaba que todos lo escucharan porque no era prohibido, porque era posible.
Lo
penetró cuando lo tuvo exhausto, y pocas veces su erección se deslizó en una
cavidad tan caliente, viscosa y apretada. Mi hombre, se recordó, y la emoción
lo obligó a permanecer quieto, con los ojos cerrados.
__Pedro
__le susurró, pegado a su oído__, abre los ojos y mira el techo.
__Oh,
un espejo. Todo el dosel es un espejo.
__Sí.
__Tantos
espejos… ¿Por qué, Guille?
__Para
verte, sea cual sea la posición en la que te haga mío. Siempre quiero verte. Ni
uno de tus alivios se me ha de escapar. Me lo juré una noche, mientras te
tomaba y no podía ver tu rostro.
__Muévete,
Guille. Muévete dentro de mí y alcanza mis entrañas.
Pedro
mantuvo la vista fija en el reflejo que los sobrevolaba, tenía algo de
fantástico, de sobrenatural, y lo fascinaba. Nunca creyó que lo excitaría así
la imagen en de ellos a haciendo el amor, o como fuese que Guillermo llamase a
ese acoplamiento en el que, gracias a la unión de sus cuerpos, sus almas vivían
un momento de magia, porque eran lo mismo…
un alma, la suya de él y viceversa, los corazones latiendo al unísono y
eso solo lo mostraban al otro, un instante sublime, casi divino. La luz les
permitía apreciar la imagen en detalle. Pedro se extasiaba de las ondulaciones
del músculo de Guillermo, que había dejado atrás el comportamiento delicado
para impulsarse dentro de él con la fiereza del primer coito. Sus glúteos, la
manera en que se apretaban y se relajaban, era lo que más le enardecía. Se los
cubrió con las manos y empujó, cambió el ángulo de la pelvis para que le
erección de Guillermo le alcanzase las entrañas. Guillermo lo sintió
estremecerse, percibió que sus músculos lo succionaban, lo apretaban, lo
tragaban y apuró las embestidas. Acabaron juntos, los clamores roncos de él
ahogaban los gemidos y jadeos.
__Pedro
_ repetía, con voz estremecida__. Nunca me dejes amorcito. Sea lo que sea que
suceda entre nosotros, nunca vayas a abandonarme.
Pedro
lo abrazaba, lo apretaba contra él, desesperado por calmarlo, por infundirle
paz.
__Nunca,
amor mío. Nunca te dejaré. Lo juro.
__Cualquier
desafío que la vida vuelva a lanzarnos, lo conquistaremos, te lo prometo.
__Lucharemos
juntos. Siempre.
__Vos
sos lo único, Pedro. Lo primero, lo último, alfa y omega, lo único, nunca lo
olvides, nada está por encima de vos, nada ni nadie.
__Lo
sé, lo sé.
Cayeron
en un silencio de respiraciones trémulas que fueron apaciguándose. Estaban
saciados, extenuados, felices. Pedro soportaba el peso de Guillermo y le pasaba
las yemas de los dedos por donde encontraba su piel, y así se adormilaron un
rato en un solo ser.
__Eres
el dueño de mis años, el dueño exclusivo de mis sueños, eres amor el causante
provocador de mis sentimientos, porque las mañanas me saben a ti cuando
desnudas mis silencios, contigo he vivido ese instante mágico, haciendo de él
los más maravillosos momentos, los recuerdos me encienden esa loca pasión por
ti, porque desde que te conocí supe que eras para mí el provocador de mis sueños,
supiste deshojar mis sentimientos, pétalo a pétalo hasta dejar mi alma al
desnudo.
Quiero hacer de esta noche una noche maravillosa, los dos nos encontramos en el lugar perfecto, en nuestro refugio donde solos podemos dar rienda suelta a nuestro sentir, a nuestro deseo de amor, ve caer las hojas del deseo, abrázame muy fuerte amor, no quiero irme de este sueño, esta será una de las noches más bellas, sabes que eres para mi corazón, la arritmia perfecta para seguir amándote.
Eres la inspiración de mis versos, por eso amor mío, desnuda mi piel, serás su dueño y tendrás por siempre la exclusividad de mis sentimientos.
Quiero hacer de esta noche una noche maravillosa, los dos nos encontramos en el lugar perfecto, en nuestro refugio donde solos podemos dar rienda suelta a nuestro sentir, a nuestro deseo de amor, ve caer las hojas del deseo, abrázame muy fuerte amor, no quiero irme de este sueño, esta será una de las noches más bellas, sabes que eres para mi corazón, la arritmia perfecta para seguir amándote.
Eres la inspiración de mis versos, por eso amor mío, desnuda mi piel, serás su dueño y tendrás por siempre la exclusividad de mis sentimientos.
Te amo amor. Hoy vida mía te voy hablar de mis sueños, nuestros sueños, sueños inalcanzables algunos, no todos, son sueños que arrugan el alma, sueños que nublan los sentidos, sueños que se deslizan por una lágrima negra, nuestros sueños vida mía se van rompiendo en vida, así amor mío lo siente mi alma, mi vida al despertar, es un puro sueño donde estaba vacía de caminos para seguir perdiéndose en la oscuridad de las noches sin luna, convirtiéndose en un leve suspiro en el aire, en mis sueño, vivía en un callejón sin salida, donde mis versos mudos se quedaban sin tu presencia, sin tus manos que iban dejando mis letras desnudas de ti .
A veces, cuando te sueño, vivo los placeres que podrían darme tus besos, dándole vida a los míos que adormecidos están, sueños del alma que lo inundan todo, soñándote mío, donde te encuentro perdido en el vértice de mis ojos, con amor te miro, donde las lágrimas crean la orilla verde de mi pena y ahí sin remedio te beso.
--Esta
noche déjame arrancarte esas prendas que cubren tu exquisito cuerpo. Cuerpo que
me invita al deseo de pecar y quitarme la vergüenza que me invade.
Quiero un encuentro que encienda tus venas, que se alboroten y duren inflamadas hasta llegar a la explosión y que a mi cuerpo invada.
Dejaré que seas lo más sucio que quieras, hoy no quiero un dulce, quiero un animal salvaje y dejes tatuadas tus garras en mi piel.
Que hoy muera el músico entre mis piernas y quites esa vergüenza y sentir esas tus ganas intensas y me abraces con todas tus fuerzas entre tus derroches y me hagas tu presa.
Ven, muere dentro de mí, derrite tu carne en mi fuego, embárrame en tu cuerpo y roséame tus fluidos en mis llamas.
Tus gemidos me demuestran que ya eres mío, que eres mi macho y yo el tuyo.
Lléname de ti y no de sonetos, si no de besos ardientes que quemen mi piel deseosa de ti.
De frente o de espalda ven y lléname de ti o dime si quieres que coma de ti.
Acaríciame profundamente de uno a uno con tus dedos, y aumenta más mis deseos hasta derretirme en ellos y que tú saborees por completo esos jugos que te bañen tu ardiente cuerpo.
Acaricia mi boca mientras besas mis labios y abre paso a nuevas caricias que vamos a descubrir y entremos a otro mundo y olvidemos la razón. Y seamos tú mi macho yo tu hombre.
Tú mi hombre, yo el tuyo que siempre estará deseoso de tu venosa piel con la delicada fragancia de tu aroma, eres rosa roja y rosa blanca hechizo de fantasías, promesa desnuda que me hiela que libre, vuelas y cabalgas. Cuando ando y viajo a tu encuentro mis piernas en tus pisadas son lugares caminados que me llevan a bosques muy extensos y continuos que por mucho que anduviera no hay suficiente tiempo en esta vida para recorrerlos y olvidarlos… paso a paso, respirando beso a beso voy curioso componiendo pentagrama de etéreas baratijas con callados y musicales acertijos que te van enamorando cuando pienso en ti.
Quiero un encuentro que encienda tus venas, que se alboroten y duren inflamadas hasta llegar a la explosión y que a mi cuerpo invada.
Dejaré que seas lo más sucio que quieras, hoy no quiero un dulce, quiero un animal salvaje y dejes tatuadas tus garras en mi piel.
Que hoy muera el músico entre mis piernas y quites esa vergüenza y sentir esas tus ganas intensas y me abraces con todas tus fuerzas entre tus derroches y me hagas tu presa.
Ven, muere dentro de mí, derrite tu carne en mi fuego, embárrame en tu cuerpo y roséame tus fluidos en mis llamas.
Tus gemidos me demuestran que ya eres mío, que eres mi macho y yo el tuyo.
Lléname de ti y no de sonetos, si no de besos ardientes que quemen mi piel deseosa de ti.
De frente o de espalda ven y lléname de ti o dime si quieres que coma de ti.
Acaríciame profundamente de uno a uno con tus dedos, y aumenta más mis deseos hasta derretirme en ellos y que tú saborees por completo esos jugos que te bañen tu ardiente cuerpo.
Acaricia mi boca mientras besas mis labios y abre paso a nuevas caricias que vamos a descubrir y entremos a otro mundo y olvidemos la razón. Y seamos tú mi macho yo tu hombre.
Tú mi hombre, yo el tuyo que siempre estará deseoso de tu venosa piel con la delicada fragancia de tu aroma, eres rosa roja y rosa blanca hechizo de fantasías, promesa desnuda que me hiela que libre, vuelas y cabalgas. Cuando ando y viajo a tu encuentro mis piernas en tus pisadas son lugares caminados que me llevan a bosques muy extensos y continuos que por mucho que anduviera no hay suficiente tiempo en esta vida para recorrerlos y olvidarlos… paso a paso, respirando beso a beso voy curioso componiendo pentagrama de etéreas baratijas con callados y musicales acertijos que te van enamorando cuando pienso en ti.
Tu
delicioso ombligo es el centro de la vida,
el señalado lugar donde nació el universo santuario de estirpe placer de
mi cansancio, agujero abierto y negro
que da a luz otros espacios donde con bondades yo te preño la excursión
infinita de tus verbos, allí nace cada día la rosa destinataria de tus vientos
que me alejará de ti o me llevará
contigo, allí se prende la flor entre dos amores que crepitan sobre el fuego
girando anillos de deseos prosa tan
despierta y recluida atrapada en el efecto de los sueños que acontece risueña y
placentera y que solo mal dormida es bien vencida.
Tus
brazos son largos y verdes prados que
empiezan desde la cumbre de tus hombros hasta llegar a la profunda llanura de
tus manos guardando celosamente entre tus dedos
con el puño medio cerrado a este
hombrecito que te describe y te recorre,
ilusionista de veredas que está por ti enamorado… Tu pecho tiene dos
cumbres son cordilleras de Venus,
endurecidos cántaros de amor,
esas curvas peligrosas donde se vuelve loca mi expresión, esos virajes de novicio milagroso que
provoca mi obsesión, encantadora y saturada osadía que es tu
aplomo de esperanza que engrandece las
envidias asomadas a tu honesto mirador y al mirarte, tendido en tu balcón contemplo la gran inmensidad de los territorios que tu ser cosechó, son las
tierras escogidas de tu alma cercanas a un fin del mundo sin corazón y entonces de repente me siento
protegido cosido a la silueta de tu
cuerpo, profundamente me ves profundamente te siento, tus ojos encienden de colores el atardecer
de un horizonte de pulcros espejos y
fraternos reflejos en un arco iris que
destaca a lo lejos abanico multiplicado
por marchitos dolores que declara al aire libre nuestro Dios, es sentirme
eterno contigo en ese instante y saber
que soy ese hombre el único heredero de tu amor.
Los surcos de tu pelo son caudalosos ríos y vertiginosos acantilados, son interminables trechos y recovecos, son cuando imagino que te acaricio los
largos paseos de mis manos tu cabello
cortando el viento, son poéticos caminos
y senderos enamoradamente libres y
embriagadoramente perfumados que explican la grandeza del trayecto, tus ojos
son mares tranquilos y sosegados de agua transparente y cristalina, tu mirada
es la madre azulada de un océano
embravecido y bien querido donde bañas a
este hombre solitario y tanta agua no
puede apagar esta calma que ola a ola a mi orilla vas mojando admirando el divertido rostro de tu juego sintiendo que soy más tuyo que nunca,
sintiendo que a mi corazón tú perteneces
en la complicidad entregada más presente donde yo de amor por ti me
quemo calcinado contigo hasta el extremo
en la hoguera más armoniosa, en la
excitación mas lujuriosa de nuestro
compartido fuego y que pese al calor de las llamas nunca jamás será el Infierno
sino que con nuestra ansia demostramos que puede incendiarse de amor la eternidad más empinada del cielo.
Tus
labios son bellas ciudades, tu boca y
tus mejillas son países, son carreteras
que me conducen a través de las sendas que suspiras a visitar tu monumento más
famoso que es la eternidad de tu sonrisa y mientras te contemplo y aprecio
parece caer una lluvia
recreada en tu torso desbordado, hinchado de tus noches y sentires y entre esos pétalos de azul fervoroso que han sido por ti bien descubiertos se escuchan los aires de una manceba que sopla en silencio, yo te quiero y a la vez que intrépido me lo dices, exhausto, sonrojado y bendecido, cristal anochecido de perla y ventolina, el amor como la fruta va madurando dedicando en la comisura de mis labios una lágrima, dos besos y un te amo.
recreada en tu torso desbordado, hinchado de tus noches y sentires y entre esos pétalos de azul fervoroso que han sido por ti bien descubiertos se escuchan los aires de una manceba que sopla en silencio, yo te quiero y a la vez que intrépido me lo dices, exhausto, sonrojado y bendecido, cristal anochecido de perla y ventolina, el amor como la fruta va madurando dedicando en la comisura de mis labios una lágrima, dos besos y un te amo.
Tu
corazón y tu alma son lo más hondo, auténtico y profundo descubriendo lo que es la vida, dando vueltas a tu mundo, tu alma es la verdad y la respuesta
toda, la vida es tu abnegado
corazón, qué más quisiera yo que poseer
alcanzando al caracol de tu escalera y
subir uno a uno sus sibilinos peldaños descubriendo tus misterios el desenlace.
Mi
espíritu galano y ameno está en mi enamorado
de los espejos donde yo encontré
mi alma, bautízame de amor y vida desde
tu atmósfera lejana en intemporales
segundos de distancia con el rocío de la lluvia de tus pezones, con tu manantial de agua santa con el aura de tus ojos que domina la
mirada, con el poder de tu silencio y
tu palabra de carne clara la mítica más
divina entre las hadas, elévame sobre el valle de los sueños y conviérteme en
tu magia.
Imagino
amándote golpeando mis te quiero con mi
boca en tus oídos con cabeza y sin sombrero soñando morir de amor en tus brazos abrazados, nudo entrelazado de dulce dulzura, estrecha singladura amargor de la
fortuna, es amor cuando se juega es la
suerte que te enferma, es la suerte que
te cura, es pasión emocionada, emoción emborrachada, es amar como es debido, es clamor enamorado de un amor correspondido.
Y
todas estas palabras han sido palabras de amor escritas por la tinta de mi
sustento expuestas en el papel de mi latir en un mes caprichoso como este tan
cuidadoso y criticado tan entristecido y disfrutado… un Cupido disfrazado de
Romeo que lleva en sus alforjas cinco caballeros cinco casanovas que enamoran
sin remedio para los que aman y desean ser amados cuya historia no debe ser
jamás olvidada sino más bien grabada a
sangre y fuego en la piel siempre
relativa e irreverente de las horas y días que forman el tiempo.
Fue un
día recordado que no recuerdo aurora del pensamiento que ha llegado en este
otoño que espera a su invierno, solo medito sin perdón en ese día esperado
donde mis ojos serán rojo sueño y blanco amor cuando tu rayo de luz se encuentre a mi lado, soy el sosiego y el
descanso de tu coraza tersa y
limpia el protector fecundo de tu alteza
transfigurado por ti, quiero ser yo,
soy en la palabra la brisa de tu sonrisa y en tus manos, el mirlo que te
cantó. Y cuando te escriba y cuando te lea eternamente serás mi alma llena de
amor.
Pilar.
Veía
en sus ojos aquel sentimiento tan conocido y detestado de sentirte vacío. A
poco distancia y furtivos esperaban el rencor, la desidia, el desconsuelo, la
incredulidad y la apatía por la vida que debería haber tenido y que por esas
razones de la vida no se le había dado. Leía como en un libro bien escrito el
pedido de auxilio revocado con gruesas capas de frialdad y forzado
convencimiento de que lo mejor era seguir así. Seguir así… Eso significaba
haber pellizcado desde lejos el amor, la felicidad de tener un compañero, la
tranquilidad de no sentirte sola en el mundo. Imaginaba sus lágrimas detenidas
en público al paladear la dicha de los protagonistas de cualquier telenovela,
cuando sellaban su futuro con un beso interminable y sobrecogedor. Lágrimas que
soltaba descuidadamente en la soledad del baño o cubierta por las alas
protectoras de las sábanas otra vez prolijas e inevitablemente decoradas con su
solo aroma.
Selló su destino a una hora temprana, ¿para qué seguir esperando lo que no sería? Mejor así, sola en la inmensa soledad de la vida que para esta mujer no había preparado alivio, ni alegría duradera, ni una ínfima gota de esperanza, pero aceptó su destino así y así terminaría. La vida se alimenta de ironías y se divierte al cambiarnos, como en un juego sádico, los cierres de historias aun cuando ya lo habíamos aceptado. De pronto la humedad en los ojos, y la boca. El lento entibiar de la sangre que creías muerta, la dilatación de las pupilas a niveles no esperados y ese aroma a flor que nuestra piel yerma se negaba a volver a soltar. El amor… Apareció el amor en tu vida y todo cambió. Y hasta el recuerdo del yermo y angustiante tiempo de soledad en blanco y negro, se olvidó.
Veía en sus ojos aquel sentimiento tan conocido y volví a mirar y entendí que al que estaba viendo reflejado en sus ojos era a mí, que también una vez había como ella, resignado mi deseo de vivir.
Selló su destino a una hora temprana, ¿para qué seguir esperando lo que no sería? Mejor así, sola en la inmensa soledad de la vida que para esta mujer no había preparado alivio, ni alegría duradera, ni una ínfima gota de esperanza, pero aceptó su destino así y así terminaría. La vida se alimenta de ironías y se divierte al cambiarnos, como en un juego sádico, los cierres de historias aun cuando ya lo habíamos aceptado. De pronto la humedad en los ojos, y la boca. El lento entibiar de la sangre que creías muerta, la dilatación de las pupilas a niveles no esperados y ese aroma a flor que nuestra piel yerma se negaba a volver a soltar. El amor… Apareció el amor en tu vida y todo cambió. Y hasta el recuerdo del yermo y angustiante tiempo de soledad en blanco y negro, se olvidó.
Veía en sus ojos aquel sentimiento tan conocido y volví a mirar y entendí que al que estaba viendo reflejado en sus ojos era a mí, que también una vez había como ella, resignado mi deseo de vivir.
Esa
misma tarde, Sarah temblaba al colocarse un jersey, unos tejanos y salir de la
casa para tomar un taxi. Tenía previsto quedarse en casa, tomárselo con calma,
pensar en el atentado, en lo sucedido con Guillermo, en el embarazo de su hija,
en su futuro laboral, pero cuando más lo pensaba más se daba cuenta de que
quería agradecerle a Alejo que le salvara la vida.
Las
imágenes del atentado paseaban por sus retinas, no sabía exactamente cuándo le
habían disparado, pero recordaba de que le había protegido del francotirador
hasta llevarla a la puerta de calle y sacarla del edificio una y otra vez.
Cuando bajó del taxi en las puertas del hospital aún lucía pálida, llevaba muy
poco maquillaje, cosa rara en ella, aunque estaba guapa de todos modos.
Alejo
ocupaba una suite de la zona VIP del hospital, y para más seguridad había
policías vigilando la puerta de su habitación. Alejo no había recibido amenazas
pero el jefe de policía quería hacer por él cuanto estuviese en sus manos, y en
esa mañana había ido a visitarlo en persona, él le había dado las gracias por
salvarle la vida cuando recibió el disparo en la pierna.
Cuando
Sarah llamó con los nudillos, Alejo estaba descansando a solas. Uno de los
agentes en la puerta la había reconocido enseguida, la admiraba, pero no se
atrevió a pedirle un autógrafo, pues sabía que había sido una de las víctimas
del atentado.
__Hola
_ dijo ella con cautela, asomándose a la puerta.
Alejo
estaba viendo la televisión aunque parecía medio dormido. Poco antes le habían
puesto una inyección para el dolor, pero estaba lo bastante despierto como para
reconocerla y sonrió en cuanto la vio.
__ ¿Puedo
pasar o llego en mal momento?
__No,
es un momento perfecto. Gracias por la comida decente que me envió __dijo él,
esforzándose por incorporarse.
__Fue
idea de mi hija __añadió con sinceridad__. Por favor quédese como está, no
estaré mucho rato. ¿Cómo se encuentra?
__No
demasiado mal. Hace dos meses me lesioné la columna y fue peor que lo de la
pierna. Solo estoy un poco atontado por los sedantes. ¿Y usted como está,
Sarah? Ante todo, le agradezco que se haya ofrecido para ayudarme con las galerías
hasta que regrese.
__Es
lo mío, no me cuesta, a decir verdad estoy físicamente bien pero un poco
temblorosa. Fue un día aterrador y el trabajo ayuda. He venido por eso y a
darle las gracias por ayudarme a salir. Fue un acto de valor por su parte y
siento que recibiera un disparo _ dijo ella en un tono de admiración.
Él
sonrió. Llevaba días oyendo frases parecidas, y todas las enfermeras de la
planta se peleaban por cuidarlo. Estaba en buenas manos.
__No
pasa nada. Me pondré bien _ dijo él tratando de hablar en un tono alegre.
Entonces cambió de tema__. El día en que fue a verme no supe que era su
cumpleaños hasta que lo vi en las noticias. Ese día no me encontraba nada bien
por cierto. También era mi cumpleaños y estaba hecho polvo por una hernia de
disco.
__Su
espalda tenía mal aspecto, sí. Me dio mucha pena. ¿Cómo está ahora?
__De
eso ya estoy recuperado, y ante lo grave del después lo habría olvidado, había
ido a suspender la muestra de Pedro Beggio, ¿verdad?
__Sí,
y eso lo dejamos arreglado, iba a mostrarme catálogos de otros artistas, pero
ya hablaremos de eso.
__Ahora
voy a llevar muletas durante un tiempo. ¡Desde que cumplí cincuenta, estoy
fatal! __Se echó a reír__. Todo me sale mal.
Alejo había oído de la edad de Sarah y de su
divorcio, y aunque sabía que era mayor que él, no solo no le importaba sino que
no lo aparentaba. En su opinión tenía un aspecto fantástico y le resultaba
difícil creer que tuviera hijos de las
edades de Guillermo y Natasha, estaba estupenda pese al estrés y a lo poco
maquillada que estaba.
__No
me hable de cumpleaños. Siempre he mantenido el mío en secreto, y este año
salió en todos los medios. Casi me dio un infarto al oírlo. __Sarah suspiró__.
Aunque luego de lo que pasamos ya no me parece importante. Tenemos suerte de
estar vivos. Hoy ni siquiera me importa ser abuela ni la edad que tengo.
A ambos
el atentado les había hecho reflexionar sobre la realidad, muchos otros no
habían sobrevivido.
__La
comprendo muy bien, porque a mí me sucede lo mismo. Si he sobrevivido al
disparo de un francotirador, creo que de ahora en adelante no me preocuparé por
nada. La noche de mi cumpleaños pensé que mi vida estaba acabada.
__Eso
me ocurrió a mí _ dijo Sarah, sonriente.
__Sarah,
disculpe las fotos que le mostré antes de…
__No
se preocupe, fue mejor así, era algo que tenía que saber, por empezar _se
sinceró__ Pedro ya no es mi esposo, casarnos fue un error aunque es un artista
que le sugeriría representar si acude a usted. Además Guillermo no es mi hijo
biológico, solo adoptivo, pero es una larga historia.
Alejo
estaba cansado y ojeroso. Tenía una vía en cada brazo y un aparato que le
permitía administrarse por él mismo los analgésicos. Ya no estaba en estado
crítico, pero no estaba recuperado. Al fin y al cabo, había estado a punto de
morir.
__No
quiero que se agote _ añadió ella__. Solo quería darle las gracias y ponerme a
su disposición en el trabajo hasta que regrese.
__Te
lo agradezco mucho, Sarah _dijo él tuteándola por primera vez.
Al levantarse, ella se fijó en lo largas que
eran las piernas de él, era un hombre apuesto, alto y musculoso.
__Te
agradezco mucho por la comida. Me mandarán a casa en poco tiempo, ¿y si cenáramos juntos por
allí?
__Me
ofrecería a cocinar para ti __dijo ella aproximándose a la cama__, pero aunque
sea capaz de poner una mesa fantástica, soy pésima cocinera, mi hijo es el chef
de la familia.
__Pues
yo cocino bastante bien, si es que puedo permanecer de pie cuando salga de aquí.
Ya te llamaré, creo que lo más sensato será cenar fuera. Gracias por venir a
verme.
__Gracias
a ti por salvarme _dijo ella seria y con lágrimas en los ojos__. Creí que
íbamos a morir.
Alejo
tomó su mano y la sostuvo con una expresión igual de seria.
__Cuando
te vi en el vestíbulo, pensé que, si de mí dependía, no iba a dejar que pasara
eso, ni a ti ni a las demás. Ahora estás bien __la tranquilizó.
Ella
asintió con la cabeza y se enjugó las lágrimas. Aún estaba muy afectada por los
acontecimientos y la gente que había
muerto, para ellos no eran solo nombres, sino gente que conocían y apreciaban.
__Perdona.
Aún estoy conmocionada _dijo ella con la voz temblorosa.
__Y
yo __dijo Alejo, y volvió a sonreír. La actitud de él inspiraba en Sarah una
gran tranquilidad__. Cuídate _ añadió, inquieto.
__Tú
también. ¿Quieres que mañana te envíe más comida?
Había
ramos de flores por todas partes, o docenas de ellas habían sido enviadas a
otras salas y habitaciones.
__Me
encantaría.
Al
parecer conservaba el apetito.
__Gracias
por venir, Sarah __añadió con una sonrisa__. Tómalo con calma. No vuelvas al
trabajo demasiado pronto.
__ ¿Estás
de broma? __Ella se echó a reír__. Mañana iré a tu galería y empezaré a ver
esos catálogos, quiero organizar una muestra, pero descansa tú también _ dijo
ella, y caminó hacia la puerta con una sonrisa.
Le
estaba agradecida y sentía un vínculo especial. Le debía la vida. Y de pronto
sentía que tenía un nuevo amigo. Era un tipo tranquilo y se sentía cómoda con
él. Con ella no se mostraba seductor ni romántico. Solo simpático y cálido, y
resultaba agradable hablar con él.
__Cuídate,
Alejo__ dijo, despidiéndose con un gesto al abandonar la habitación.
Cuando
Sarah se marchó, Alejo se quedó pensando en ella. Parecía una mujer amable, diferente de lo que
esperaba. Por lo que contaban de ella, y por la imagen que mostraban los
medios, había supuesto que sería remilgada y estirada, y no lo era en absoluto.
Era divertida e ingeniosa, y nada pretenciosa a pesar de la fama. Y era más
guapa y mucho más práctica de lo que él esperaba.
Sarah
siempre había oído decir que Alejo Carpentier era un mujeriego y casanova, y él
tampoco había respondido a su reputación. Parecía un osito de peluche con mucho
sentido del humor y más agallas que nadie que ella conociese. Y mientras antes de regresar a Pilar y volver
a dormirse decidía ir a Pergamino a conocer a su nieto, ambos pensaban en lo
agradable que resultaba tener un nuevo amigo, por inesperado que fuese. Los
acontecimientos habían cerrado un vínculo inesperado entre ellos. Los dos
habían sobrevivido a lo inimaginable.
Y se
preguntó si al salir de alta cumpliría su promesa de llamarla e invitarla a
cenar. Debía de tener muchas otras ocupaciones y un montón de mujeres haciendo
cola en espera de su atención. Sin embargo, ella confiaba en que la telefonease,
porque le caía bien.
Sería divertido cenar con él. De todos modos,
aunque al fin no la llamase, seguiría estándole agradecida. Como muchas otras
personas, si estaba viva, se lo debía a él.
De
pronto cada segundo le parecía muy valioso y el mundo nunca le había parecido
más hermoso. Lo apreciaba todo mucho más, veía la vida con ojos nuevos. Haber
sobrevivido le había insuflado nueva vida. Se sentía como si tuviese veinte
años dijera lo que dijera su documento. Los números parecían ahora
irrelevantes. ¡Estaba viva!
Pergamino.
__
Sarah, te presento a tu nieto, Giancarlo Graziani, aunque le decimos Gian _dijo
Camila con una sonrisa que le iluminó la mirada, le importaba que Sarah
quisiera al niño, que este tuviese una abuela__. ¿Lo quieres cargar?
__Es
precioso, tan parecido a Guillermo a su edad, ¿verdad? _expresó ella embargada
de emoción y mirando de soslayo a su hijo que estaba de pie muy cerca de la
escena junto a Pedro con Michael en medio.
__Eso
quiere decir para ser justos que yo deberé tener una niña parecida a ti _ dijo
Natasha feliz como nunca, abrazada a su hermano.
__Ojalá
así sea hijita.
__ ¿Te
sientes bien madre luego de lo sucedido?
__Un
poco asustada aún pero es normal supongo. He ido a visitar a Alejo al hospital,
el pobre está lleno de tubos aún, pero al menos está vivo. __ ¿Ha venido Orestes
a conocer a su nieto? __preguntó Sarah a Camila.
__No
todavía, y lo lamento, pero mi padre es así.
__Ya
vendrá, quizás esté enfadado con Guillermo que le dejó la carrera política en medio de la campaña.
__Nunca
me interesó, Sarah__ se apresuró este a aclarar.
__Está
bien, hijo, lo sé y lo entiendo, es hora que hagas lo que desees.
__ ¿Te
sientes bien Mamá? __le preguntó Natasha con intención y Sarah sin dejar de
contemplar al nieto que era la imagen de Guillermo, también de Julio, les
respondió serena.
__Pedro,
Guillermo, hija, Camila, quiero que sepan que he vivido muy equivocada mucho
tiempo, dando prioridad al trabajo, a las normas y apariencias, pero que haber
estado al borde de la muerte me ha modificado mis sistemas de valores y
estructuras. He pensado mucho en todos,
y no tiene sentido que conserve un enojo por un matrimonio que siempre fue
imposible, Pedro. __Lo miró__. Ni que
pretenda hacer diferencias entre Natasha que es hija de mi sangre y tú,
Guillermo, porque los amo por igual, por ello vine a conocer a mi nieto, por
eso y porque he asumido mi edad, tengo sesenta años y dos nietos que llenarán
mis días. Si desean vivir acá lo
entenderé, si quieren ir a Pilar es de ustedes también.
Me
quedaré cerca organizando muestras acá para acompañarte hija, y luego veremos
cómo reorganizaremos el trabajo, pero no quiero perderlos.
En
cuandto a ti, Pedro, fue lindo mientras duró, me hiciste feliz y además pude
apreciar tu extraordinario talento. Le he hablado a Alejo de ti, creo que en él
podrías tener un excelente representante, y adelante con esos lienzos que sé
muestran tu amor diferente por mi hijo, creo que pueden ser no solo un éxito sino
modificar las creencias de muchos y derrumbar prejuicios como los que tanto me ataban
a mí.
__Gracias,
Sarah, el quince daré el concierto, me gustaría que estuvieras en el palco _ la
invitó Pedro. Luego regresaré a la pintura, y sí, había pensado en hacer la
muestra en el país antes de fin de año, y acudir a Alejo, te agradezco que le
hablaras de mí. También fue bueno para mí el tiempo que compartimos y te
agradeceré siempre haber valorado mi obra _ continuó__. En tu mirada hallé lo
que nunca antes conocí, valoración, admiración y respeto, y a eso quizá se
debió el éxito de la primera muestra.
__Bueno
_dijo Natasha elevando el tono de voz__. ¿Qué les parece si dejamos de
lagrimear y pasamos al comedor? Mamá está muy delgada, yo embarazada, Camila
amamantando, por lo tanto las mujeres tenemos necesidad de alimentarnos.
__Sí
hija, claro. ¿Puedo pedirles algo a los dos? __Miró a los hermanos.
__ ¿Qué?
__balbuceó Guillermo mirando a quien quería desde siempre como a su madre.
__Un
abrazo.
__Claro,
no hace falta pedirlo… madre.
IDEA
ORIGINAL. ALBERTO MIGRÉ. 1973.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PESONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO.
ESCENAS
EXPLÍCITAS.
Mercedes Bello y romantico
ResponderEliminarLoy. Idilico.
ResponderEliminarDora Buenísimo
ResponderEliminarMaria Eva Hermoso💯
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarMaria Cristina Excelente
ResponderEliminarLily Rz Bellísimo
ResponderEliminarRita Hermoso
ResponderEliminar
ResponderEliminarMonica Hermoso , tan hermoso como verdadero
Hermoso Eve...Sabés cuánto me gusta esta bella historia de un amor que, por momentos, parecía imposible pero que superó todos los obstáculos...
ResponderEliminar