"SEÑALES DE AMOR".
CAPÍTULO VEINTITRES.
"Lo que mucha gente llama amar consiste
en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, las he visto.
Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los
huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio".
Julio Cortázar, "Rayuela."
__ Domingo, 05 de noviembre de 2016.
El sumiller se acercó con el vino tinto que
había pedido Guille y los dos quedamos en silencio mientras le servía un poco
para que lo probara. Satisfecho con el vino, Guille hizo un gesto para que
sirviera. En cuanto este se hubo ido, levanté la copa y tomé un trago
fortificante.
Podía sentir los ojos de Guille quemándome.
__Quizás esta es la parte de amigos _repuso
con suavidad__. Quiero pasar tiempo con mi amigo.
Mientras fuera amable…
__Así es como las cosas se complican.
__No, si no lo permitimos.
Tuvo que ver la duda en mi rostro, porque a
continuación sus dedos estaban en mi barbilla, levantando suavemente mi rostro
hacia el suyo.
__Solo inténtalo esta noche.
Podía sentir su tacto como un escalofrío en
mi piel. Lo había tenido en mi interior. Me había dado un buen número de
orgasmos. Conocía su olor, sabor, y tacto. Pensaba que había tenido bastante.
Que terminaría. Pero al mirarlo me di cuenta de que distaba mucho de haber
terminado. La atracción, la necesidad, lo que demonios fuera solo acababa
de prender fuego, y ninguno de nosotros estaba preparado para llamar a los
bomberos todavía para aplacar las… señales de amor.
__Vale.
“Siempre puedes editar una mala página.
Pero no una página en blanco.” Jordi Picoult.
Pero no una página en blanco.” Jordi Picoult.
Tener éxito será siempre la suma de pequeños
esfuerzos,
pero repetidos con perseverancia, y todos los días. Mike.
pero repetidos con perseverancia, y todos los días. Mike.
“En la vida es importante tener un amigo que
sea a la vez, espejo
y sombra. El espejo nunca te miente y la sombra nunca te deja”.
A. Guerra.
y sombra. El espejo nunca te miente y la sombra nunca te deja”.
A. Guerra.
“Como el hueso en el fruto, siento que están
atrapadas mis ilusiones y esperanzas.
Avanzo por los caminos buscando entre penumbras, ese rayo de esperanza que me conduzca a sentir ilusionantes y mágicas vivencias.
Mas, casi no me dejan avanzar las piedras con las que me voy tropezando en el camino.
Las aparto, miro debajo de ellas, las apilo en sucesión, y solo veo en ellas abandono y soledad como la del viento que levanta su quejido ululándole a la nada.
Se hace cada vez más pausado y cansino mi caminar, el agotamiento hace que no recuerde la meta que debo alcanzar.
Me siento, más exacto, me dejo caer y cruzo las piernas apoyando las manos en las rodillas.
Mi mirar errático deambula por el entorno sin detenerse en parte alguna. El olor que trae el aire es difícil de identificar, a tierra seca, a polvo que se introduce por los ojos y me obliga a cerrarlos fuerte quedándome en total oscuridad.
Mi mano roza tanteando en rededor una piedra lisa, de forma redonda como la rodilla de un niño, la acaricio y pienso qué elementos la moldearon hasta llegar adquirir su forma actual.
Abro un poco los ojos y por las rendijas alcanzo a ver cómo se va acercando una luz tamizada por velos de sombras que van refrescando el ambiente.
¡Cuánto daría por poder bañarme y dejar atrás el insomnio!
Soy esclavo de mi tiempo, me levanto y sacudiéndome el polvo, bebo un poco de agua y dándome la orden: ¡A terminar el camino!”
Avanzo por los caminos buscando entre penumbras, ese rayo de esperanza que me conduzca a sentir ilusionantes y mágicas vivencias.
Mas, casi no me dejan avanzar las piedras con las que me voy tropezando en el camino.
Las aparto, miro debajo de ellas, las apilo en sucesión, y solo veo en ellas abandono y soledad como la del viento que levanta su quejido ululándole a la nada.
Se hace cada vez más pausado y cansino mi caminar, el agotamiento hace que no recuerde la meta que debo alcanzar.
Me siento, más exacto, me dejo caer y cruzo las piernas apoyando las manos en las rodillas.
Mi mirar errático deambula por el entorno sin detenerse en parte alguna. El olor que trae el aire es difícil de identificar, a tierra seca, a polvo que se introduce por los ojos y me obliga a cerrarlos fuerte quedándome en total oscuridad.
Mi mano roza tanteando en rededor una piedra lisa, de forma redonda como la rodilla de un niño, la acaricio y pienso qué elementos la moldearon hasta llegar adquirir su forma actual.
Abro un poco los ojos y por las rendijas alcanzo a ver cómo se va acercando una luz tamizada por velos de sombras que van refrescando el ambiente.
¡Cuánto daría por poder bañarme y dejar atrás el insomnio!
Soy esclavo de mi tiempo, me levanto y sacudiéndome el polvo, bebo un poco de agua y dándome la orden: ¡A terminar el camino!”
__! Pedro!
A partir de ese momento fuimos dos amigos
pasando un rato juntos. Hablamos de todo lo habitual. Música, películas, libros. Aficiones, amigos.
Nos hicimos reír uno al otro. Lo pasamos bien, pero eran todas nimiedades.
Guille tenía cuidado de no preguntarme nada que no iba a responderle. Hasta que
tropecé con una pregunta, porque estaba relacionada con el pasado, pero él hizo
una broma y cambió de tema. Era un hombre listo.
__Una vez pagué alto precio por vivir en paz,
y aprendí la lección, por eso ahora huí al loft.
__Cuéntame. __reí.
__ Los términos de nuestra
convivencia se podían expresar más o menos así: Inexistentes y de tolerancia
cero. Por un lado estaba yo, pronunciado como si fuera ego y por el otro lado
la comitiva de lacras conformado por mi esposa y mi hijo que por mucho que me pese,
también era mío, y mi suegrita. A todos ya les había colocado el prefijo “ex”
aunque no legalmente. Bueno, en definitiva se trataba de vivir en la misma casa
por cuestiones económicas y acatar un grupo de leyes y estatutos que
permitieran la inexistente convivencia sin tener que pasar a mayores, que sería
algo así como tomar las armas. Armas que por cierto ya había pensado en tomar
pero cuando pregunté el precio de las balas, la cara de mi suegra se apareció
de repente cerca de mis intestinos y comprendí que no valía ese dinero, ni
menos. Preferí seguir con el rencor silencioso y la lucha cuerpo a cuerpo
expresada en pequeñas dosis de apatía, desidia, y sarcasmo silente.
Teníamos perfectamente delineados los horarios de los lugares que indefectiblemente debíamos compartir como la cocina, el baño y el Led del living, que aunque teníamos cada uno un televisor en nuestras habitaciones, ese era el centro de nuestras ambiciones ya que sentados en el sofá de cuero bordó, ganábamos la visión de todos los movimientos internos del enemigo. Aunque las reglas y estipulaciones de horarios estaban pulidas al máximo, siempre ocurrían “accidentes” que se aprovechaban para humillar al otro bando y que dejaban en el beneficiario de tal acción ese saborcito rico de haber visto a alguien del otro lado, con la cola entre las piernas, y el incontenible deseo de abalanzarme sobre el cuello del que me ponía al tanto de mi error en el caso contrario. Ese fue el caso el día en que el reloj pulsera atrasó un poco y en lo mejor de mi ducha matutina, mi suegra, la vieja, me golpeó la puerta advirtiéndome que mi tiempo del baño había expirado y tuve que salir enjabonado y envuelto en un toallón, ante la vista de todos, que miraban cómo chorreaba agua y odio mientras pasaba congelado ante sus ojos. Pero todo se paga y no pasó mucho tiempo hasta el día en que mientras mi suegra y las brujas de sus amigas, que apasionadas despellejando a otras brujas amigas en común, no se dieron cuenta de que el tiempo de ellas frente al led ya no era, hasta que yo aparecí en escena, tomé el control remoto, cambié a un partido de la segunda división de un país africano y me planté esperando que levantaran sus extensos traseros de mi sofá y se marcharan. Cuando entendieron su error solo se marcharon en silencio aunque casi pude escuchar los improperios y palabras degradantes hacia mi persona que profirieron sin sutilezas visuales.
Poco después los esperé y cuando todos se encontraban en la casa les pedí que se sentaran en el sofá y escucharan la decisión que había tomado. Cuando metí la mano en el morral para sacar algo, entendí la cara de mi esposa imaginando la bala que iba en dirección a su frente, cara que cesó cuando retiré el papel que certificaba acerca de mi reciente jubilación. “Paso a comunicarles que como me jubilé y ya no necesito ni quiero verlos más, tomé la decisión de encerrarme en mi habitación por al menos un año, bloquear la puerta y no salir”. Utilizaría solo el baño pequeño de mi habitación que aunque no muy cómodo, evitaba tener que salir y soportar esos despreciables rostros. “Solo una cosa les pido como condición para liberarlos de mi presencia: El sofá y el led” Me sorprendió la rapidez con que todos asintieron a mi pedido y yo que pensaba que me querían un poco, en fin. Una vez que entré lo necesario para vivir más de un año con soltura, en lo que se refiere a vituallas y bebidas, un albañil taponó la puerta con bloques, me dejó un poco de mezcla, de cemento y una cuchara de mi lado y revoqué los bloques desde adentro. El ni siquiera escucharlos me produjo una sensación de paz indescriptible en palabras.
Teníamos perfectamente delineados los horarios de los lugares que indefectiblemente debíamos compartir como la cocina, el baño y el Led del living, que aunque teníamos cada uno un televisor en nuestras habitaciones, ese era el centro de nuestras ambiciones ya que sentados en el sofá de cuero bordó, ganábamos la visión de todos los movimientos internos del enemigo. Aunque las reglas y estipulaciones de horarios estaban pulidas al máximo, siempre ocurrían “accidentes” que se aprovechaban para humillar al otro bando y que dejaban en el beneficiario de tal acción ese saborcito rico de haber visto a alguien del otro lado, con la cola entre las piernas, y el incontenible deseo de abalanzarme sobre el cuello del que me ponía al tanto de mi error en el caso contrario. Ese fue el caso el día en que el reloj pulsera atrasó un poco y en lo mejor de mi ducha matutina, mi suegra, la vieja, me golpeó la puerta advirtiéndome que mi tiempo del baño había expirado y tuve que salir enjabonado y envuelto en un toallón, ante la vista de todos, que miraban cómo chorreaba agua y odio mientras pasaba congelado ante sus ojos. Pero todo se paga y no pasó mucho tiempo hasta el día en que mientras mi suegra y las brujas de sus amigas, que apasionadas despellejando a otras brujas amigas en común, no se dieron cuenta de que el tiempo de ellas frente al led ya no era, hasta que yo aparecí en escena, tomé el control remoto, cambié a un partido de la segunda división de un país africano y me planté esperando que levantaran sus extensos traseros de mi sofá y se marcharan. Cuando entendieron su error solo se marcharon en silencio aunque casi pude escuchar los improperios y palabras degradantes hacia mi persona que profirieron sin sutilezas visuales.
Poco después los esperé y cuando todos se encontraban en la casa les pedí que se sentaran en el sofá y escucharan la decisión que había tomado. Cuando metí la mano en el morral para sacar algo, entendí la cara de mi esposa imaginando la bala que iba en dirección a su frente, cara que cesó cuando retiré el papel que certificaba acerca de mi reciente jubilación. “Paso a comunicarles que como me jubilé y ya no necesito ni quiero verlos más, tomé la decisión de encerrarme en mi habitación por al menos un año, bloquear la puerta y no salir”. Utilizaría solo el baño pequeño de mi habitación que aunque no muy cómodo, evitaba tener que salir y soportar esos despreciables rostros. “Solo una cosa les pido como condición para liberarlos de mi presencia: El sofá y el led” Me sorprendió la rapidez con que todos asintieron a mi pedido y yo que pensaba que me querían un poco, en fin. Una vez que entré lo necesario para vivir más de un año con soltura, en lo que se refiere a vituallas y bebidas, un albañil taponó la puerta con bloques, me dejó un poco de mezcla, de cemento y una cuchara de mi lado y revoqué los bloques desde adentro. El ni siquiera escucharlos me produjo una sensación de paz indescriptible en palabras.
__ Mientes, no estás jubilado.
__No, pero ellos no lo sabían, y había tomado
unos días.
Un mes
después de mi auto exilio, se cortó el suministro eléctrico y supe de inmediato
que no volvería. Tenía pilas, así que la radio pasó a ser mi compañera y los
libros mi fuente de estímulo, casi agradecí que me hubiesen liberado de ese
aparato hipnotizador. Tres meses después del encierro, se me terminaron las
pilas y comencé a golpear las paredes para que entendieran que necesitaba algo.
El silencio era profundo y no respondían, solo me acompañaba el sonido de mi
respiración y el de la gota de agua que escapaba de la canilla del lavabo del
baño. Tras golpear fervientemente la pared por casi seis días comencé a sentir
el ruidito de algo que hacía vibrar la pared, y en unos minutos el revoque de
mi lado cayó y vi la luz externa por el agujero que alguien había hecho desde
el exterior. Sentí como que empujaban algo por el conducto y puse el dedo en el
agujero y lo toqué, era un rollito de papel como si fuese un mensaje.
Aprovechando la tenue luz que pasaba a través del orificio, abrí el rollito
pero en ese momento taponaron el agujero y ya no tenía luz para saber qué
decía. Adiviné que el ruido que escuchaba era de la cuchara de albañil
remendando desde afuera el revoque roto para hacer el agujero por el que me
pasaron el mensaje que no pude leer. Unos días después dejé de escuchar el
goteo de la canilla del baño.
Tuve que capitular, pero al menos estaba más
descansado, y entonces pensé lo de la mudanza, la casa ya me era conocida por
el tema de la leyenda. Mi suegra y las amigas no regresaron nunca más, Fabián y
Ana la ven en su casa.
¿Te
gustaría ya que nada aceptas ir a una estancia de unos clientes a cabalgar?
_propuso él y lo miré asombrado.
__Pensé que odiabas el campo, los
caballos, la playa _dije sin apartar la
mirada.
__Y los odio, pero como no quieres salir del país ni viajar a la
playa puede que el campo te guste, puedo
mostrarte unos caballos muy buenos.
__Puede que acepte, me encanta cabalgar.
__Pedro ¿quieres casarte conmigo?
Me
eché a reír.
__Eres de lo que no existe, estás casado y yo
comprometido, ¿deseas ir preso por bígamo acaso, Graziani?
__Bueno, en Las Vegas, así tal vez te sientas
mejor.
__Solo sexo dijimos, y tampoco es que sea
virgen, ya te dije que no he sido nada santo, no logro perdonarme las locuras
que hice.
__ ¿Por qué sos tan duro con vos mismo?
__Porque destruyo a todos los que quiero.
__Alberto no parece destruido, se te refieres
a Eloísa solo vos parece creer que murió por tu culpa, Pedro la gente se muere.
__Quisiera saber si opinarías lo mismo si tu
madre cayera en tus brazos agonizando porque te descubrió besando a Juan, y
luego está Emanuel, ahora Camila, las
locuras que hice, los sitios que frecuenté, el acoso del político fue la
consecuencia de andar la noche en bares, trepado a las mesas borracho, en
recitales de madrugada, quisiera haber sido más sosegado entonces, y hoy sería
más sano.
__Si yo no hice esas cosas es porque soy un
bicho raro que detesta el gentío, pero tengo lo mío, como que mi hijo está por
ser padre y ni siquiera sabe que yo soy gay porque jamás dije la verdad a
nadie, Ana es adicta supongo que porque no pude amarla, amantes que deseché, no
somos diferentes, Pedro. Y aunque te negaras a verme, Gaby y Alberto no se
separarán, estamos ligados por ellos, suponiendo que no creas en la leyenda.
_Guille, cielo, pensaba que eras tú.
Elevé la mirada a la mujer que estaba de pie
al lado de nuestra mesa, y que se estaba inclinando para besar a Guille en la
mejilla, dándole la oportunidad de atisbar sus pechos bien formados. Su vestido
era rojo, incitador y tan hosco como su voz. Me lanzó una sonrisa brillante al
examinarme.
__Aileen, ¿cómo estás?
Ella sonrió y le frotó la mejilla a Guillermo
cariñosamente.
__Mejor, por verte. ¿Fabián bien?
__Muy bien, a meses de ser padre.
Oh, Dios. Traté de no removerme en la silla
con incomodidad cuando una rigidez inexplicable se alojó en mi garganta. Era
una ex novia. Un momento incómodo.
__
¿Cómo está Roberto?
“¿Quién demonios era Roberto?” “Por favor,
que sea su marido.”
__Oh. __Ella desdeñó la pregunta con una
mueca__. Nos hemos separado. Estoy aquí en una cita encantadora.
“Bueno, vuelve a tu cita, señora, para que
podamos seguir con la nuestra. Mierda. No es una cita. No es una cita.”
Guillermo sonrió para señalarme a mí con la
cabeza.
__Aileen, él es Pedro Beggio, un amigo.
__Hola.
__ Mejor que Juan lejos, felicitaciones
Guillermo.
“¿Qué?”
Sonreí con educación, sin pensar realmente
seguro de cómo conversar con quien obviamente era una ex. Al mirar a la alta
amazona rubia, me convencí más que nunca de que era lo opuesto al tipo usual de
Guillermo.
Sus ojos valorando al escrutarme. Después de
un segundo, su sonrisa se ensanchó al volver a mirar a Guillermo.
__Por fin un chico que no se parece ni a
Silvina ni a Juan. __Volvió a tocarle el hombro afectuosamente__. Me alegro por
ti.
__Aileen… __Guillermo se echó atrás,
apretando la mandíbula.
¿Silvina? Mis cejas estaban levantadas en
pregunta. Al tal Juan lo conozco, a ella no. ¿Quién era Silvina?
__Veo que todavía te duele. __Aileen chascó
la lengua y yo di un paso atrás __.Supongo que con el matrimonio nos pasa a
todos. Hace falta tiempo.
Ella esperó para ver si alguien decía algo y
entonces, como si de repente se hubiera dado cuenta de que estaba interfiriendo
en nuestra cena, se rio un poco avergonzada.
__En todo caso, es mejor que vuelva con
Rodolfo. Cuídate, Guillermo, flamante abuelo ya. Me he alegrado de verte, saludos a los tuyos. Y
un placer conocerte, Pedro.
__Lo mismo digo __murmuré, tratando de
ocultar el hecho de que sentía que me habían clavado la mesa en las tripas.
“¿Matrimonio? Tomé aire y sentí que me habían
clavado una inyección de adrenalina en el corazón mientras Aileen se alejaba
pavoneándose, sin tener ni idea de la
tensión que había causado entre Guille y yo.
Sentí los labios entumecidos.
__ ¿Esposa?
__Exesposa
__Otra.
__Es la madre
biológica de Fabián, Silvina, esta es una amiga de ella, conocida.
En la vida,
uno de los peores comportamientos que podemos tener es el de aquellas
cosas que anhelamos y que no nos atrevemos a hacer. ¿Qué quieres saber?
“¿Por qué me sentía traicionado? Era
estúpido. ¿O no? Había dicho que éramos amigos. Y Gaby… Gaby era mi amiga, y no
me había dicho que Guille tenía una ex mujer. ¿Importaba?”
“Tú no le has contado nada, Pedro.”
No. No lo había hecho. Pero yo no me había
casado.
__Pedro… __dijo Guille con un suspiro, y
levanté los ojos para ver su expresión como el granito__. Te habría hablado de
Silvina finalmente.
Hice un gesto de desdén.
__No es asunto mío.
__Entonces, ¿por qué pareces tan afectado?
__Porque me ha sorprendido. Me metí en esto
contigo porque eras un hombre de citas en serie. No de los de esposas en serie, menos siendo
gay, y menos de una.
__El ser humano conoce el mal y a veces lo
usa y lo justifica como necesario. Pero debe darse cuenta que todo mal conlleva
una pena propia que duele. Creo que el mal emana de una pulsión que empuja a dañarse
a sí mismo. Una persona buena evita esto con conciencia y conociéndose a sí
mismo. Hay personas que hablan alegres, pero sumidas en una profunda tristeza.
Pero para un buen observador estas conductas es imposible esconderlas.
Me llevé una mano al pecho. ¿Qué demonios era
ese dolor allí?
Él se pasó una mano por el pelo y luego
volvió a suspirar profundamente. Lo siguiente que supe era que había metido una
pierna en la pata de mi silla y estaba atrayéndome hacia sí, hasta que nuestros
hombros casi estaban tocándose. ¿Era un donjuán o un depredador de hombres?
¿Las dos cosas?
Levanté una mirada hacia él inquisitivamente,
pero me perdí por un momento en sus preciosos ojos.
__Me casé cuando tenía la edad de mi hijo.
__Empezó en voz baja, delicada, estudiándome con la mirada al explicarse
__. Se llamaba Silvina, no sabía que era
gay ni tenía relación alguna con
hombres, jamás lo imaginé entonces. Era estudiante, ella también. Solo
estuvimos juntos pocos meses antes que le propusiera matrimonio y solo estuvimos
casados dos años. Pasó de todo, lo único importante es Fabián. Los primeros
meses fueron geniales. Los tres siguientes complicados. El último año un
infierno, pero estaba el nene. Luchamos
mucho. Y aunque no lo creas, sobretodo de mi incapacidad de abrirme. __Dio
vueltas a su copa de vino, bajando la mirada ahora__. Y cuando pienso en ello,
eso era verdad. Gracias a Dios. __Sus ojos volvieron a mí__. La idea de que le
pasara a ella toda mi mierda personal.
__Como munición en sus manos _murmuré, comprendiendo
completamente.
__ Exactamente. Creo que uno trabaja con
tesón para hacer funcionar un matrimonio. No quería rendirme, menos estando
Fabián en medio. Pero un día yo conocí a Juan y lo que yo mismo soy, y no mucho
antes de que mi padre muriera, me llamó y me pidió que fuera a ver una
propiedad que estábamos tratando de vender. __Apretó la mandíbula__. Yo nunca
me imaginé teniendo una relación amorosa con un hombre, y… no encontré las
goteras, pero encontré a Silvina en la cama con un amigo mío de la escuela. Mi
padre lo sabía. Llevaban meses engañándome. Luego me dejé seducir por Juan, y
la rematé casándome con Ana, los hice mierda a los dos, como antes había
logrado Silvina con Fabián y conmigo.
Cerré los ojos, sintiendo que el dolor por
Guille hacía eco en mi pecho ¿Cómo alguien podía hacerle eso a él? ¿A él y la
madre de su hijo? Cuando volví a abrirlos, me miraba con expresión suave y me
estiré hacia su brazo, apretándolo de manera consoladora. Para mi sorpresa su
boca se curvó en una sonrisa.
__Ya no me duele, Pedro, ninguno de los dos.
Años de retrospectiva acabaron con eso. Lo que tenía con ella era superficial,
pero era la mamá de Fabián que era un bebé entonces. Y las hormonas de un hombre joven buscando su
identidad llevándolo por mal camino.
__ ¿Lo crees de verdad?
__Lo sé.
Nos divorciamos, se fue sin nada, y pasé
meses o años borrando recuerdos de ella y haciendo que Ana ocupara su sitio
junto a mi hijo. Yo para él quería borrar traiciones, crear algo hermoso en
lugar de toda fealdad, y me terminé alejando también de Juan y de la verdad.
Sus palabras se hundieron dentro de mí tan
profundamente que no podía respirar.
¿Quién era ese tipo? ¿Era real?
Y durante los tres meses siguientes era mío.
Me levanté abruptamente.
__Vámonos a casa. O donde desees.
__En este momento eché a Miguel del estudio,
y está mi vieja casa donde todo comenzó sin venderse, y tengo un departamento
oculto para todos.
Guille no discutió. Sus ojos brillaron con comprensión y pidió la
cuenta. Antes de darme cuenta ya estábamos en un taxi.
“A veces empiezas el día cargado de dolores,
obligaciones o gran tristeza y alguien
con pequeños gestos, un abrazo, una sonrisa, te cambia la vida.
Ser una buena persona no es ningún sinónimo
de estupidez o incapacidad. Ser bueno es una hermosa virtud, que algunos
mediocres no entienden.
Escribo, y sé que solo una delgada línea me
separa la realidad de la ficción. Es apasionante y conmueve porque penetra
profundo en mis sentimientos.
Creo que la suerte, no es más que la
consecuencia de una feliz casualidad o
cuando decidimos, con perseverancia, ir hacia donde nos proponemos. Si
estás buscando alguna persona que será capaz de cambiarte la vida, pues,
entonces, mírate con detenimiento en el espejo de tu conciencia”.
__Así te quiero… Hoy me apetece conducir
caricias por los kilómetros de tu piel, tirarme de cabeza en el caoba de tus
ojos y en ellos poder nadar. Ahogarme, ahogarme hasta adentrarme en tu interior
para saber lo que piensas y es por eso que hoy… me apetece llamarte amor y pasar
mis dedos por tu desnuda espalda.
Mirar todas tus sonrisas, vestirte sin ropa, soñarte en mis pesadillas y que me rescates desde el otro lado de la cama. Hoy me apetece besarte, que te falte el aire con mis besos, buscarte entre las sábanas y decirte que te echo de menos.
Hoy me gustaría esconderte en mis abrazos de esos en los que la ropa más que nada… estorba.
Así te quiero hoy, Pedro. Y ya ves por qué te digo que no te cases, además de que te quiero para mí, no te cases, Pedro. O en todo caso, solo conmigo. Si Camila regresara, déjala pero sin ataduras al fin, no la amas, jamás lo hiciste, como yo nunca amé a nadie, y recién lo sé hoy.
Mirar todas tus sonrisas, vestirte sin ropa, soñarte en mis pesadillas y que me rescates desde el otro lado de la cama. Hoy me apetece besarte, que te falte el aire con mis besos, buscarte entre las sábanas y decirte que te echo de menos.
Hoy me gustaría esconderte en mis abrazos de esos en los que la ropa más que nada… estorba.
Así te quiero hoy, Pedro. Y ya ves por qué te digo que no te cases, además de que te quiero para mí, no te cases, Pedro. O en todo caso, solo conmigo. Si Camila regresara, déjala pero sin ataduras al fin, no la amas, jamás lo hiciste, como yo nunca amé a nadie, y recién lo sé hoy.
Regresarán los oscuros cuervos a los valles
de la soledad, la agonía, y nuevamente con las oscuras noches de tinieblas se
escuchará el aleteo y el trinar de sus mágicas melodías en las oscuras noches.
Aquellos cuervos que aleteaban cerca de nuestra habitación con aquella belleza inusual y el negro brillante de sus alas el cual contemplábamos en esas noches llenas de oscuridad, aquellos cuervos aprendieron nuestros nombres, pero tal vez ellos jamás volverán.
Llegarán las paradas de cuervos a los valles y los tapizarán con sus ojos rojos que guían nuestros pasos y nuevamente nuestras noches serán las más hermosas que vivimos junto a la luna llena.
Pero aquellos amaneceres cubiertos por el rocío, aquella brisa nos hacía estremecer, es como caer lágrimas de mis ojos, las cuales jamás volverán.
Algún día el amor llegará a tu puerta y te hablará de la magia del amor que te hará vibrar de emoción, y tú corazón despertará de aquel sueño tan profundo y sé que despertará la magia del amor como cuenta la leyenda.
Pero me quedaré mudo, cautivado y de rodillas le pediré a Dios ante su altar, que si el amor tocó tu puerta que te cuide y te proteja como yo lo hacía cuando estabas junto a mí, hoy me acompañan los cuervos en las largas noches de soledad, son mi luz en mi triste oscuridad. No te alejes, Pedro.
Aquellos cuervos que aleteaban cerca de nuestra habitación con aquella belleza inusual y el negro brillante de sus alas el cual contemplábamos en esas noches llenas de oscuridad, aquellos cuervos aprendieron nuestros nombres, pero tal vez ellos jamás volverán.
Llegarán las paradas de cuervos a los valles y los tapizarán con sus ojos rojos que guían nuestros pasos y nuevamente nuestras noches serán las más hermosas que vivimos junto a la luna llena.
Pero aquellos amaneceres cubiertos por el rocío, aquella brisa nos hacía estremecer, es como caer lágrimas de mis ojos, las cuales jamás volverán.
Algún día el amor llegará a tu puerta y te hablará de la magia del amor que te hará vibrar de emoción, y tú corazón despertará de aquel sueño tan profundo y sé que despertará la magia del amor como cuenta la leyenda.
Pero me quedaré mudo, cautivado y de rodillas le pediré a Dios ante su altar, que si el amor tocó tu puerta que te cuide y te proteja como yo lo hacía cuando estabas junto a mí, hoy me acompañan los cuervos en las largas noches de soledad, son mi luz en mi triste oscuridad. No te alejes, Pedro.
__ Maravilloso se ve el resplandor del río
que recorre su caudal de agua errante y cristalina, tienes la esencia de un
bálsamo que irradia una belleza sin igual, que penetra mi corazón y jamás deseo
escapar de tu presencia, eres angelical,
tu silueta ilumina mi alma enamorada.
Pero cuando tú me observas es como una cascada multicolores, me estremeces y me haces vibrar de pasión, eres el hombre más hermoso que ha llegado a mi corazón, mi sangre corre como un caudal desbocado que no encuentra el consuelo, tu imagen la llevo tatuada en mi alma que aleja a las tinieblas con solo imaginarte a ti, tú eres la luz que hace que mis ojos vean más allá de la distancia, donde tú estás mi gran amor. Y temo, sabes que temo.
Pero cuando tú me observas es como una cascada multicolores, me estremeces y me haces vibrar de pasión, eres el hombre más hermoso que ha llegado a mi corazón, mi sangre corre como un caudal desbocado que no encuentra el consuelo, tu imagen la llevo tatuada en mi alma que aleja a las tinieblas con solo imaginarte a ti, tú eres la luz que hace que mis ojos vean más allá de la distancia, donde tú estás mi gran amor. Y temo, sabes que temo.
No tenía ni idea de dónde vivía a veces
Guillermo, ni para qué estaba en el loft, y me sorprendió cuando bajamos del
taxi en la Universidad, en la pasarela que conducía a un moderno edificio que
se alzaba sobre un café y un pequeño supermercado, que albergaba apartamentos de lujo. Subimos al séptimo piso y Guille me
dejó entrar a su dúplex.
__Lo compré con ahorros propios, para Fabián,
en una época en que yo tenía la cátedra de derecho penal, me quedaba a pasos,
él no lo sabe. Es para él.
__Es hermoso, como mínimo asombroso _dije
__.Pero decididamente daba la impresión de que allí vivía un hombre. Suelo de
madera noble en todas partes, sofá rinconero de ante color chocolate, una
chimenea de cristal negro instalada en la pared, una enorme pantalla de
televisión instalada en una esquina, una biblioteca de pared, un bar con equipo
de música y banquetas. Una pared divisoria separaba la sala de la cocina y su
isla. La cocina en sí era claramente de alta gama, pero estaba terminada en
acero frío y daba la impresión de no haber sido usada nunca. En la parte de
atrás había unas escaleras de lo que supuse sería el nivel de los dormitorios.
Era todo de cristal lo que hacía el piso tan
espectacular. Ventanales de suelo a techo en tres lados ofrecían vistas de la
ciudad, con puertas cristaleras que comunicaban la sala con una enorme terraza
privada.
Descubriría después que, en el piso de arriba,
del otro lado del edificio, el dormitorio principal tenía ventanas de suelo a
techo y otra terraza, lo cual proporcionaba una vista de trescientos sesenta grados de la ciudad.
La vista nocturna era espectacular. Sentí un
dolor que me desgarraba el pecho al encontrarme en medio de la sala de Guille.
Mirando el mundo dolorido y preguntándome con qué frecuencia Guille habría
hecho lo mismo y con quién… o quiénes.
__ ¿Te gusta?
__Mucho.
__Es obvio que te pedí el loft porque está a
pasos de casa y del estudio, esto ya ni siquiera lo uso.
No has dicho ni una palabra. ¿Estás bien?
Me volví hacia él, sabiendo que en él
encontraría una cura al temporal.
__Hazme el amor, Guille.
Guillermo sonrió despacio, desconcertado,
causando otro tirón de atracción en mis entrañas otra oleada de calor general,
ante esa sonrisa.
__ ¿Qué?
__Que me hagas el amor y olvides toda esa
mierda de Silvina, Juan, Ana, los otros.
Lo que hizo ella, lo que hizo él, todos los que querían algo de ti.
Su expresión cambió de inmediato tornándose
dura, insondable al dar un paso hacia mí.
__ ¿Estás diciendo que no quieres nada de mí?
__Quiero esto. Quiero nuestro acuerdo.
Quiero… __Respiré hondo sintiendo que se me escapaba el control, porque lo
quería todo __, que tengamos sexo
__ ¿Para olvidar, qué, Pedro?
¿No lo veía? ¿De verdad era tan buena mi
máscara?
__Todo, la nada.
Se quedó entonces en silencio, con los ojos
escrutadores.
__Hazme el amor. Tú y yo entre besos
incandescentes nos amamos una y mil veces, devorándonos nos encendemos por
dentro en un éxtasis de pasión y fuego insaciable, nos poseemos.
Entre las llamas va aumentando el fuego, desnudos en nuestro lecho nos entregamos al placer y al deseo, tú como lobo en celo, despiertas la fiera salvaje que nace de mis entrañas.
Mis labios te devoran y a la cima de tu abismo me dejo llevar por beberte hasta el dulce néctar de tu aliento que gota a gota quiero saborear.
Hazme el amor, para sentirme con loca furia entre jadeos con este deseo intermitente mientras nos devoramos, deslizándote por mis colinas y montes entre fuentes de agua y sal que hasta entre mis piernas fluye agua cristalina donde te detienes a saciar tu sed de amarme.
Urges con tus dedos en mis delirios despertando mis ansias como un volcán, lujuria y pasión desbordante entre gemidos y gritos detonantes que se escuchan.
Me volteas con tu salvajismo, apoderándote de mi cuerpo que con furia loca me haces el amor, ofreciéndome momentos inolvidables. Momentos insaciables e intermitentes vivimos tú y yo este amor, como lobo en celo me posees y yo correspondiéndote en tus brazos soy feliz.
Entre las llamas va aumentando el fuego, desnudos en nuestro lecho nos entregamos al placer y al deseo, tú como lobo en celo, despiertas la fiera salvaje que nace de mis entrañas.
Mis labios te devoran y a la cima de tu abismo me dejo llevar por beberte hasta el dulce néctar de tu aliento que gota a gota quiero saborear.
Hazme el amor, para sentirme con loca furia entre jadeos con este deseo intermitente mientras nos devoramos, deslizándote por mis colinas y montes entre fuentes de agua y sal que hasta entre mis piernas fluye agua cristalina donde te detienes a saciar tu sed de amarme.
Urges con tus dedos en mis delirios despertando mis ansias como un volcán, lujuria y pasión desbordante entre gemidos y gritos detonantes que se escuchan.
Me volteas con tu salvajismo, apoderándote de mi cuerpo que con furia loca me haces el amor, ofreciéndome momentos inolvidables. Momentos insaciables e intermitentes vivimos tú y yo este amor, como lobo en celo me posees y yo correspondiéndote en tus brazos soy feliz.
__Mi felicidad está en tus ojos y en tu mirada llena de luz,
en el candor de tus labios, y en tus besos apasionados, en la sensualidad de tu
voz, y en tus manos, que son las que me marcan el camino, y en tu ardiente
piel, que deseo saborear a cada instante, y en tus pezones que me invitan
como dos gotas de agua a beber de ellos,
y en la humedad de tu cuerpo, único néctar capaz de sacia mi sed, y en tus
suspiros y gemidos, cual música celestial para mis oídos, y en tu fruto
secreto, único capaz de alimentarme y
nutrirme por el resto de mi vida, pero principalmente en tu cuerpo, que me
llama, me incita, me provoca, llevándonos a amarnos desenfrenadamente y a
fundirnos de placer el uno en el otro, porque mi felicidad tiene grabado a
fuego tu nombre.
Quiero recorrer tu cuerpo, y con la pasión de
mis labios, garabatear caminos invisibles que me conduzcan a descubrir tus
recónditos lugares, quiero sentir cómo se va erizado tu piel
al contacto con mis labios, más, quiero continuar recorriéndote, mientras tu cuerpo se sacude, se excita y los suspiros y gemidos de pasión, anuncian mi llegada al jardín de los deseos, quiero volver a hacerte mío una y otra vez, y que volemos juntos a la inmensidad del placer, mientras miles de besos esperan por brotar.
al contacto con mis labios, más, quiero continuar recorriéndote, mientras tu cuerpo se sacude, se excita y los suspiros y gemidos de pasión, anuncian mi llegada al jardín de los deseos, quiero volver a hacerte mío una y otra vez, y que volemos juntos a la inmensidad del placer, mientras miles de besos esperan por brotar.
__Me pierdo en tus ojos y deseo navegar en ellos, siento tus labios quemando los míos, y cómo
mi lengua se abre paso en tu boca, buscando saciarme con la delicia que me
ofreces y cómo se va estremeciendo tu cuerpo cuando mis manos recorren tu piel, siento tus
suspiros profundos, cuando mis labios beben de tu pecho el rocío que lo puebla,
mientras mis manos comienzan a dibujar
en tu cuerpo desnudo y aspiro el aroma de tu piel, como queriendo grabarlo en mis
sentidos, porque tú eres mi deseo, mi
placer y mi locura, pero también eres mi
fantasía, mi deseo y mi paraíso eterno.
Y quiero olvidar las culpas, los prejuicios. Cosas
del amor…
__Pedro, desde que llegas al mundo ya eres estigmatizado y
luchas por sobrevivir en una sociedad inquisidora que por el solo hecho de ser
distinto por siglos te ha relegado a segundos planos.
A pesar de ser par de grandes nombres que han
trazado la historia, y hombres
insensatos que hemos lastimado,
mancillado y quebrado, otros siempre han tenido una gran fuerza que
sobrellevando el dolor en sus lágrimas, la mirada nos delata una decisión tenaz
de seguir.
Soy de más allá de las estrellas donde la
inmensidad aguarda mientras mi caminar se acerca para entremezclarme con ellas,
parpadeo en un instante levantando el polvo del suelo y entonces miro allá a lo
lejos queriendo encontrar mi suerte, retumban con fuerza en mis oídos como mil
tambores tocando la sinfonía de las sombras despertando a mi alma silencio que
alguien me habla y debo escuchar lo que me dice y mejor detengo mi andar para
poder escuchar sus palabras, no miento
si yo repito todo lo que me habla mi conciencia, es mejor escuchar a la sapiencia sin dejar
nada en el olvido, soy de más allá de
las estrellas pero sigo caminando en mi mundo sintiendo el retumbar de mis
huesos mientras mi conciencia me habla.
__No puedo creer que despertaras en mí un
sentimiento del cual hice más de un intento para deslindarme.
Antes de que sucediera todo esto solo éramos amigos, nuestras conversaciones eran muy cortas.
Ahora son más extensas y llenas de una pasión difícil de destruir, difícil de huir.
¿Te confieso algo? Me gustas bastante, me enloquece escuchar tu voz y mirar tus fotos, día a día te pienso y te deseo.
Sueño con conocerte, con poder estar a tu lado, unir nuestras almas y cuerpos como siempre lo hemos soñado.
Te pido con el corazón que en nuestro encuentro olvidemos todas esas pláticas, olvidemos todo. Faltémonos al respeto no para bien, sino para mal.
Bésame, que en nuestros labios haya una fuerte llama de pasión.
Y en el punto más silencioso de la noche me quites el ropaje y descubras lo que siempre me has pedido.
Tal vez seamos dos extraños, pero eso no impide que nos conozcamos.
Vamos, tengamos un encuentro divino a la luz de las velas, al calor de las copas y que la cama esté cubierta con pétalos de rosas.
Rosas que a través de su frescura y de su aroma nos conduzcan a un mundo nuevo; un mundo desconocido, un mundo que sea gobernado solamente por el amor.
__ Vamos amor mío no temas, es momento de conocernos. Es momento de entregar el corazón, sin importar lo que digan los demás.
Es momento de hacer el amor y de cumplir mis fantasías, hasta llenarme de vos.
Prometo guardar el secreto, así como también, ocultar este amor que siento por vos hasta que me lo pidas.
Ya es momento de amarnos sin descansar, de amarnos sin control.
Antes de que sucediera todo esto solo éramos amigos, nuestras conversaciones eran muy cortas.
Ahora son más extensas y llenas de una pasión difícil de destruir, difícil de huir.
¿Te confieso algo? Me gustas bastante, me enloquece escuchar tu voz y mirar tus fotos, día a día te pienso y te deseo.
Sueño con conocerte, con poder estar a tu lado, unir nuestras almas y cuerpos como siempre lo hemos soñado.
Te pido con el corazón que en nuestro encuentro olvidemos todas esas pláticas, olvidemos todo. Faltémonos al respeto no para bien, sino para mal.
Bésame, que en nuestros labios haya una fuerte llama de pasión.
Y en el punto más silencioso de la noche me quites el ropaje y descubras lo que siempre me has pedido.
Tal vez seamos dos extraños, pero eso no impide que nos conozcamos.
Vamos, tengamos un encuentro divino a la luz de las velas, al calor de las copas y que la cama esté cubierta con pétalos de rosas.
Rosas que a través de su frescura y de su aroma nos conduzcan a un mundo nuevo; un mundo desconocido, un mundo que sea gobernado solamente por el amor.
__ Vamos amor mío no temas, es momento de conocernos. Es momento de entregar el corazón, sin importar lo que digan los demás.
Es momento de hacer el amor y de cumplir mis fantasías, hasta llenarme de vos.
Prometo guardar el secreto, así como también, ocultar este amor que siento por vos hasta que me lo pidas.
Ya es momento de amarnos sin descansar, de amarnos sin control.
__Y yo no puedo evitarlo, sueño con una cálida tarde de verano, acostados en la arena
de la playa, se pierden mis dedos en el mapa de tu espalda. Exhaustos por llegar a tus
montes, embriagados por acariciarlos, el corazón late acompasado a nuestra respiración. Sabiendo que descansa
en tus labios, tus brazos son mi oasis donde se hace realidad, nuestros deseos
el mar moja nuestros cuerpos, mis labios dejan caricias en tu piel. Yo sigo
besándote.
El sabor de tu piel será lo más exquisito que
probaré, cada minuto y degustado como el mejor manjar. Quiero esta noche probar
tu cuerpo, deleitarme con cada centímetro de tu piel y recorrerlo con la
lengua. Saborearlo una y otra vez, hoy me encuentro sediento de ti, de tus
caricias sobre de mí, para perderme por ti. Inquietas mis ganas y deseos de
querer estar en tu cama, sobre tu cuerpo, sintiendo tu calor entre mis brazos.
Espérame como mejor prefieras que quiero llegar a cumplir cada uno de tus sueños y anhelos añorados. Deseo que vueles conmigo, que dejes que fluyan tus sentidos junto con los míos para volverse uno mismo.
Que la pasión sea reflejada, que la lujuria esté presente, que el erotismo y la excitación serán hoy los aliados. Nuestros cuerpos hoy se reencuentren cuantas veces ellos quieran, pero sobre todo que el ingrediente seas tú.
Espérame como mejor prefieras que quiero llegar a cumplir cada uno de tus sueños y anhelos añorados. Deseo que vueles conmigo, que dejes que fluyan tus sentidos junto con los míos para volverse uno mismo.
Que la pasión sea reflejada, que la lujuria esté presente, que el erotismo y la excitación serán hoy los aliados. Nuestros cuerpos hoy se reencuentren cuantas veces ellos quieran, pero sobre todo que el ingrediente seas tú.
Cuando
no te veo, la noche me abriga con tu
recuerdo anhelando encontrarte en mis sueños con el sentir de nostalgia vestido
añorando el calor de tu vientre y tus besos. Las sábanas recuerdan tu pueril aroma de rosas excitantes,
perfumes, colores tatuados en la soledad de mi cama, ardientes deseos de viajar tu cuerpo con besos. Y en mi
inusitado letargo sueño contigo, te
concibo eternamente mío con mis sentires latentes, en tu cuerpo navegando
conjugados con excitante, sublime armonía.
Y mi alcoba con todo el placer se viste
galopando entre muros, cantares melodiosos y el amor entre la realidad y la
ficción florece, existes y no existes en
mis ardientes brazos. Delirios de encontrarme con tu pelvis, de naufragar dentro de tu cuerpo de olas, de encerrarme en tu pecho por siempre
embriagado del vino de tus labios.
__
Y mis labios, le besaron por doquier y yo
bajaba su cierre, poquito a poco y su ropa fue cayendo en torno a él y ya nada importó que sea de
otra u otro. Su carne, me hechizó me volvió loco, cada beso de mis labios y sus
labios, abrazados dos cuerpos eran uno solo, era su aliento excitador y perfumado. Sí, su dueño, se sintió ser desafiado y no ha
rogado o llorado como todos, le ruego que se aleje de su lado. Esas noches soñadas a
mi modo donde adoro el rencor del agraviado saciando mi sed como un gran lobo.
Guille
me arrastró a sus brazos, con una mano firme en mi nuca cuando su boca buscó la
mía. Era un beso desesperado. No sabía si se trataba de su desesperación o de la
mía. Solo sabía que nunca había besado tan profundamente, con tanta avidez.
Abrí los labios tras saborearlo consciente de que lo invitaba a ingresar, a que
no era cuestión de delicadeza. Era cuestión de que nunca terminábamos de
saciarnos uno del otro, era cuestión de
hundirnos uno dentro del otro.
Guille interrumpió el beso y su pecho subió y
bajó con fuerza al tratar de recuperar el aliento. Levanté la cabeza hacia él, envuelto ya en una niebla sexual, cuando él
tomó mi cara entre sus manos, y me plantó un beso delicado en la boca, con su
lengua entrando, y saliendo de la mía, incitándome. Cuando se apartó, sus manos
bajaron susurrando por mis brazos y me dio la vuelta lentamente con sus manos en
mis caderas. Me quedé de pie dándole la espalda, con mi respiración
entrecortada mientras sus dedos buscaban alternativamente los botones de la
camisa, la cremallera de los pantalones. Su tacto era tan ardiente que podía
sentir el calor a través de la tela, cómo me quemaba su aliento en la nuca, y
me envolvía por entero su aroma. El único sonido en la sala era el de nuestras
respiraciones excitadas y el agudo rumor de cremalleras, que fuimos bajando con exasperante lentitud,
él rozándome la piel con los dedos en su descenso. En cuanto terminó con la
cremallera, volvió a deslizar sus manos por mis brazos para hacer caer la
camisa descubriendo los hombros, uno y el otro, ya solo debía de tirar hacia
abajo dejando todo a mis pies.
__Sal __susurró con voz quebrada en mi oído.
Con el
pulso acelerado, levanté los talones y salí del círculo que había formado mi
ropa y el movimiento me hizo darme cuenta de lo embarazosamente excitado que ya estaba.
Guille recogió la ropa del suelo y la tendió
sobre el sofá. Cuando volvió sentí sus manos en la piel suave de mis nalgas.
Temblé cuando Guille continuó acariciándome,
con sus dedos sondeando mi estrecho orificio, deslizándose dentro desde atrás
para preparar el sendero. Gemí y me arqueé hacia él al tiempo que él sacaba los
dedos y volvía a introducirlos al ritmo que succionaba el lóbulo de mi oreja.
__Guille.
Solo
se retiró para tomarme de las caderas y presionarme otra vez contra él, con su
erección clavándose en mis nalgas.
__Es lo único que hace falta para que me
vuelvas loco __ dijo con suavidad, rozándome la oreja con los labios__: Que vos
digas mi nombre.
Mi pecho se cerró y no supe cómo responder.
No quería hablar. Solo quería sentir.
Como si él lo percibiera, me dio vuelta y dio
un paso atrás examinándome con la mirada en mi nueva ropa interior, que era lo
único que llevaba.
__Qué lindo sos hombre de mi leyenda que
llegaste de la nada, como una brisa que trajo el viento, me quitaste el calor
pero tu perfume quedó impregnado en el aire, sos parte de lo que respiro, sos
el arte escrito, sos la perfección cuando escucho tu dulce voz, me haces delirar, me haces soñar que estás a mi lado y puedo besarte, sentir
tu sonrisa hermosa, ver todo lo que vos iluminas con tu hermosa piel. Con ese pelo
suave como la seda, hoy quiero tocar tu piel, sentir cómo te enciendes como un fuego que me quema, que me seduce me
atrapas. Que me quieres hacer el amor, que me quiere poseer, ven hazlo mi amor,
que quiero sentir toda tu miel, tu dulzura, que quiero por esta noche beber, embriagarme
de tu piel, quedar cansado sin energía y entregarte toda mi semilla que está a punto de germinar, para plantar en tu suave
y delicado tesoro, que para mí es lo que me llevará al cielo, en un canto a la vida en un canto a tu amor. Que solo son capaces de leer
los eternos enamorados, esos que se aman y se entregan a una pasión que desborda
la intimidad y quema las sábanas con la pasión que solo vos me entregas hombre dulce, bello, amado y deseado.
__ Te abrazas candente en tu deseo a esa llama que flamea encendida cuando en esa lujuria sin medida imaginas que
a ti yo te poseo.
Fluyen mis manos en tu mente esas que sientes
conocidas porque son las caricias que imaginas
germinando en tu piel intensamente. En el brillo de tus ojos se revelan pasiones
en lugares que florecen pues delicado y
furioso tú te meces en medio de gemidos que vuelan.
Y en su vuelo tu silueta es dulce danza en un festín oculto y voluptuoso en tu tiempo que se muestra así fogoso de ese
viaje que en el clímax tú alcanzas.
Noche a noche recibes mi presencia en ese
hechizo que abraza a tu carne
alimentando en ti esa cadencia de ese cosmos orgásmico que arde. Como
verbos escritos en tus poros, poetisas tus zonas de placer cuando es tuyo ese
dulce tesoro de ese grito que acaba de nacer. En esa hoguera que no se detiene
pronuncias desesperado mi nombre porque es tuya mi esencia de hombre que atada
a esa candela te tiene. Y tus instantes se llenan de espasmos por esta
sensación tan intensa cuando en esta madrugada indefenso viajaste al universo
de tu orgasmo.
El viento me susurraba sus secretos, mientras mis lágrimas calientes bañaban mi rostro por completo. Una horrible
sensación en mi pecho impedía que pasara
el aire hacia los pulmones. Mis entrañas
anunciaban con estallidos de fuego, una verdad inconfundible.
Había perdido una vez más, después de darlo todo, esperarlo todo y sentirlo todo, que consumamos este fuego, que quema el alma y la piel, que me tiene desesperado sin poder encontrar dónde saciar mi sed, de sentir tus besos, estas ganas de besarte en la intimidad, de ser tuyo solo tuyo, hacer del amor un deseo interminable de caricias, que queman los sentidos, eres mi pasión, mi fuego, eres todo en mí, y aparece ese temor a perderte. Cuando estás hablando conmigo tu voz me lleva al infinito, es tan suave que creo que estoy en un jardín de hermosas rosas.
Que toco suavemente tus entrañas y te estremeces al contacto de mis manos, que tienen alas al recorrer tu cuerpo lentamente, como si fuera la última vez, que te tengo en mis brazos, eres mi vicio, mi adición, eres tú quien me enseñó a amar, con tus frases dulces
y tiernas, con esos locos deseos de amarme, en todo momento, en todo los lugares.
Sin importar que seamos los eternos amantes, que se aman con locura sin fin, que volamos donde vive el arco iris, donde están los sueños de todos los amantes del mundo, donde tenemos un cuento por escribir, una novela por narrar.
Somos los eternos amantes que se escaparon de un cuento, para sentir el amor en plenitud. Besarnos con pasión, sentir tu saliva, sentir tu calor que me quema, me atrapa, eres mi dulce adonis que me lleva al país donde viven solo los enamorados, es ese que inventamos los dos para amarlos eternamente mi amor.
Había perdido una vez más, después de darlo todo, esperarlo todo y sentirlo todo, que consumamos este fuego, que quema el alma y la piel, que me tiene desesperado sin poder encontrar dónde saciar mi sed, de sentir tus besos, estas ganas de besarte en la intimidad, de ser tuyo solo tuyo, hacer del amor un deseo interminable de caricias, que queman los sentidos, eres mi pasión, mi fuego, eres todo en mí, y aparece ese temor a perderte. Cuando estás hablando conmigo tu voz me lleva al infinito, es tan suave que creo que estoy en un jardín de hermosas rosas.
Que toco suavemente tus entrañas y te estremeces al contacto de mis manos, que tienen alas al recorrer tu cuerpo lentamente, como si fuera la última vez, que te tengo en mis brazos, eres mi vicio, mi adición, eres tú quien me enseñó a amar, con tus frases dulces
y tiernas, con esos locos deseos de amarme, en todo momento, en todo los lugares.
Sin importar que seamos los eternos amantes, que se aman con locura sin fin, que volamos donde vive el arco iris, donde están los sueños de todos los amantes del mundo, donde tenemos un cuento por escribir, una novela por narrar.
Somos los eternos amantes que se escaparon de un cuento, para sentir el amor en plenitud. Besarnos con pasión, sentir tu saliva, sentir tu calor que me quema, me atrapa, eres mi dulce adonis que me lleva al país donde viven solo los enamorados, es ese que inventamos los dos para amarlos eternamente mi amor.
Me acostumbré a que mis sentidos, aun
dormido, te busquen en la noche más oscura y fría.
Me acostumbré al atípico ritmo de mi corazón, cuando aun distante de ti, percibo que algo te perturba, sin saber yo qué hacer.
Me acostumbré al atípico ritmo de mi corazón, cuando aun distante de ti, percibo que algo te perturba, sin saber yo qué hacer.
Me acostumbré a creer sentir tus manos
acariciando mi alma y todo mi ser, sin que toquen mi piel. Me acostumbré a la
ilusión de beber tus besos que alimentan mi boca sin que tus labios abracen los
míos.
Te has acostumbrado a que mi distante voz sea
quien erice tu piel y no el suave paso de mis manos. Te has acostumbrado a que
una manta sea quien te abrigue por las noches y no el cálido amor que se esfuma
de mis brazos. Te vas acostumbrando a la forma de amar que otra piel te
provoca, mientras la mías lejos de tu piel de amor se deshidratan.
Te has acostumbrado a estar ya sin mí, te has conformado a que mis caricias sean olvido, mis besos solo verbos y mi forma de hacerte el amor una utopía.
Te has acostumbrado a estar ya sin mí, te has conformado a que mis caricias sean olvido, mis besos solo verbos y mi forma de hacerte el amor una utopía.
__Eso no es así, jamás me acostumbraría hoy a
otra mirada, a otra piel, a ser uno con nadie más, ya no, Pedro, solo con vos.
Y estás magnífico, pero te prefiero desnudo.
__Sus ojos viajaron hasta mis zapatos __. Los zapatos te los puedes dejar.
Cuando quise ocuparme de sus deseos, él
estaba de nuevo ocupándose de mis espacios y sus manos me detuvieron, negó con
la cabeza, y bajé los brazos.
__Espera.
Se apartó de mí y me quedé solo con el bóxer
y los zapatos, y observé que Guille se desnudaba lenta y tortuosamente. Me
sonrió sin nada más que los pantalones del traje, con el pecho y los pies
desnudos, con las pupilas dilatadas ardiendo con intención. No me importaba cuál era la intención. Solo
quería tenerlo otra vez dentro de mí.
Pero
Guille no había terminado. Con su brazo en torno a mi cintura me atrajo hacia
su cuerpo, la piel desnuda de mi vientre tocando el suyo, mis piernas desnudas contra su
pantalón, el pecho en el suyo. Observé que sus ojos centellaban mientras sentí
un tirón en el pelo que usó para echarme la cabeza atrás y dejar expuesta mi
garganta con sus labios ansiosos amenazándola. Contuve la respiración, con la
piel recalentada, las piernas temblando, mis manos sujetando sus hombros
esperando. Sentí su boca haciéndome cosquillas en mi piel, y otra vez, apenas
un roce que hizo que se me escapara un ruido de frustración.
Noté la respiración jadeante de Guillermo en
el cuello y luego su boca estaba presionado allí, con su lengua jugando con mi piel,
dejando un provocativo reguero de besos cálidos, bajando, bajando, hasta que
llegó a la curva de los pezones. Sentí una bocanada de calor, y mis botones
duros suplicando por su boca. Sus labios se cerraron en torno a mí y yo avancé
mis caderas hacia las suyas, con su mástil clavándose en mí y la necesidad
dando paso al desenfreno en el roce.
-Estoy besándote despacio… Tan lento, mis
labios beben de los tuyos, mis manos recorren tus caderas palpando cada parte
de tu cuerpo. Mi suspiro forma parte del recuerdo de una posibilidad que es
real. Enciende mis ansias, alojaré mi morbo en mis labios, te exploraré con un
beso al infinito, beberé tu esencia llegaré a sentir tu éxtasis.
Tu piel es la seda de mis deseos. Tu boca es
el néctar que alcanza mi libido. Nuestro idilio se forja con la pureza de la
noche. Siento la temperatura de nuestro amor. Hierven mis sentidos, mi soledad
parece evaporarse al momento de poseerte.
Me alojaré en tu túnel secreto, te daré los mil besos hasta conseguir el significado del placer y
pereceré en tu amor. Palparé tus pezones y tu sexo, los moldearé a mi antojo, los
acariciaré con mis labios, viajaré al sur de tu vientre mi mente vuela en tu
suavidad.
Eres mi ilusión y yo tu realidad; pasión es
tu nombre, pasión de amarte de sentir cada parte de ti. En este acto de amor
sincero y puro que me confirma tu querer te diré una y mil veces: te amo aunque
mañana lo niegue y repita que es solo sexo.
__ Hoy vida mía quería que formaras parte de
mi vida, hoy, rodeado de gente amada y
extraña te buscaba, cerraba mis ojos
ante el más bello paisaje que nunca mis ojos habían visto, todos gozaban y
celebraban el hermoso espectáculo que la naturaleza nos brindaba, pero yo,
quería verte en esa belleza, quería hacerte partícipe de mi éxtasis que solo al
abrir mis ojos tenía ante mí, pero tú no estabas.
Entonces me puse a soñar, te contaré amor como te he visto caminar sin prisas por mi sueño, no había caminos trazados, me mirabas te recreabas en mis ojos, te reías a carcajadas, la vida estaba llena de gente triste, vacía, sin manos de amores donde cogerse, carecían de la bocas donde dejar la huella de un beso enamorado, personas desafortunadas que envidiaban nuestro amor, pero tú vida mía estás conmigo aquí en mis sueños, aunque tu mundo sea otro y abraces otra almohada que no es la mía, yo enamorado y soñador escucho los ecos de tu risa para no sentirme solo en mis noches en vela.
Seguirás siendo mi dulce amor de un instante, serás la magia que juega entre mis verbos, serás es arañazo que siento en mi alma cuando tardas en llegar por las noches, luego ya estás aquí creo escucharte, pero no eres tú, es ese espejismo que me invento en tu silencio, el mismo que te reclama a gritos a través de la distancia que nos separa, pero al mismo tiempo, nos ata con hilos de plata para siempre, pues los dos sentimos el mismo deseo de amarnos en nuestras noches de insomnio cuando los párpados pesan como losas, esperando que llegue la vida.
Tal vez amor estés ansioso por besarme esta noche, yo ya te he besado.
Entonces me puse a soñar, te contaré amor como te he visto caminar sin prisas por mi sueño, no había caminos trazados, me mirabas te recreabas en mis ojos, te reías a carcajadas, la vida estaba llena de gente triste, vacía, sin manos de amores donde cogerse, carecían de la bocas donde dejar la huella de un beso enamorado, personas desafortunadas que envidiaban nuestro amor, pero tú vida mía estás conmigo aquí en mis sueños, aunque tu mundo sea otro y abraces otra almohada que no es la mía, yo enamorado y soñador escucho los ecos de tu risa para no sentirme solo en mis noches en vela.
Seguirás siendo mi dulce amor de un instante, serás la magia que juega entre mis verbos, serás es arañazo que siento en mi alma cuando tardas en llegar por las noches, luego ya estás aquí creo escucharte, pero no eres tú, es ese espejismo que me invento en tu silencio, el mismo que te reclama a gritos a través de la distancia que nos separa, pero al mismo tiempo, nos ata con hilos de plata para siempre, pues los dos sentimos el mismo deseo de amarnos en nuestras noches de insomnio cuando los párpados pesan como losas, esperando que llegue la vida.
Tal vez amor estés ansioso por besarme esta noche, yo ya te he besado.
Guille, por favor _rogué, arqueando la
espalda.
Mi mano rozó su pecho y bajó por su piel
caliente y firme para sujetarlo a través de sus pantalones.
Su respiración se entrecortó e inclinó las
caderas hacia mí al frotarse contra mi mano.
__ Pedro _murmuró, cerrando fugazmente los
ojos antes de abrirlos de golpe con fuego en ellos__. No puedo esperar.
Asentí, con un apretón de anticipación en el
vientre y con una destreza en la que no quiero pensar, y sus manos grandes se
tomaron un momento para sostenerme el pecho. Sentí cómo crecía su deseo.
Por entonces sentí que su control lento y
tortuoso se interrumpió bruscamente. Tiró de mí al tiempo que me hacía
retroceder hacia la puerta donde había un aparador apoyado contra la pared, y
entonces me dio la vuelta, y me empujó sin muchas contemplaciones contra el
mueble, poniéndome de espaldas a él. Mi respiración estaba saliendo en ráfagas
frenéticas al aferrarme al aparador. Las manos de Guille cumplían las promesas,
me rodearon para apretarme los pezones,
obligando a mi cuerpo a juntarse con el suyo mientras su lengua
atormentaba mi oreja.
__ Voy a dar por hecho que te gusta así. Va a
ser duro, Pedro, duro y fuerte. ¿Estás preparado?
Asentí, con el corazón chisporroteando un
poco.
Ya tenía el bóxer bajado. Agité las piernas y
salí de él apartándolo de una patada. El calor de él en la espalda, el sonido
de la cremallera de sus pantalones bajándose… Noté un relámpago de pura lujuria
a través de mi sexo y mis uñas se clavaron en el armario con anticipación.
Separó los dedos de la mano en mi abdomen, tirando de mí hacia atrás y hacia
arriba de manera que quedé doblado hacia delante, con los antebrazos planos en
el aparador. Deslizó un dedo en mi interior.
__Pedro… __ murmuró con aire de
suficiencia__. No va a doler.
Gemí para que no parara y rio entre dientes
en respuesta un instante antes de clavar su umbría en mis entrañas en una
estocada precisa y profunda. Grité ante la profunda invasión arqueando la
espalda, pero él no me concedió ninguna contemplación. Ningún aplazamiento. Se
echó atrás cinco centímetros para volver a hundirse a fondo, echó a andar dentro de mí en mágico vaivén al que
me acompasé con el mueble sólido bajo mi pecho cuando me relajé en torno a él
para dejarlo avanzar.
El apartamento se llenó de ruido de la
respiración pesada, de nuestros gruñidos y gemidos, del abofeteo húmedo de la
carne cuando él me hacía olvidarme de todo. Poseyendo, conquistando, tomando lo
que necesitaba y se lo di. Sus dedos se clavaron en mis caderas mientras me
martilleaba desde atrás, gimiendo mientras yo me echaba hacia él, en un ritmo
perfecto pero duro. Mi jadeo se hizo más alto estimulándolo, y él levantó las
manos para pellizcarme los pezones mientras sus caderas seguían martilleándome.
Ese fue el desencadenante del estallido.
__Guille __grité. Un orgasmo que superó a
todos los demás explotó en mí. Con mi sexo apretándose y el habitáculo en torno a su deseo exprimiendo su
esencia mientras derramaba mi ser en sus manos mientras él continuaba
cabalgándome hacia su propio vuelo sideral.
Se derramó en un gemido profundo., con la
boca en mi hombro, las manos sujetándome las caderas más fuerte a las suyas al levantarse
hacia mí, temblando al eyacular su ser en mí, en uno, en un ser.
Mis miembros ya no funcionaban, lo único que
me sostenía era él.
Al cabo de un rato, salió de mi interior con
cuidado, pero aun así me estremecí. No había sido suave conmigo. Como si lo
percibiera, me sostuvo con más fuerza.
__ ¿Estás bien?
No. Estaba alucinado.
__Ha sido fabuloso, Pedro, deseo borrar toda
huella de otros que conocieras, grabar a
fuego lento mis besos, mi sexo, tus secretos.
Respiré, cayendo contra él. Su risa era baja,
casi un susurro.
__Dímelo a mí, lo estás haciendo, no recuerdo
a nadie más en mí.
Me
encontré dándome vuelta hacia él y levantado suavemente en el aparador. Con
Guille levantando mis piernas en torno a sus caderas, y mis manos apoyadas en
su pecho mientras me sostenía la mirada. Sentí que algo cambiaba en su expresión al mirarme, algo que
hizo que mi respiración se entrecortara. Él captó el sonido con su boca al
bajar la cabeza para besarme lenta y lánguidamente. Con ternura.
En ocasiones no hacen falta palabras para
saber que se ha producido un cambio en ti. Puedes compartir una mirada con un
amigo que cimienta una comprensión más profunda entre los dos y crea un vínculo
más fuerte. Un contacto con una hermana o padre que era solo un pariente, una
persona a la que amas, se convierte también en uno de tus mejores amigos.
Algo ocurrió allí con Guille cuando me miró.
Cuando nos besamos.
No era solo sexo.
Necesitaba salir de allí.
Se echó atrás, con el labio levantado en la
comisura al apartarme un mechón de
cabello rebelde de la cara.
__Todavía no he terminado con vos.
Y entonces me besó otra vez.
Me quedé allí, envuelto en torno a él,
besándonos. Y estuvimos besándonos como adolescentes durante al menos diez
minutos hasta el dolor, como luego sabría que estaba mi hermano con Gaby, las
parejas segunda y tercera de la leyenda, en perfecta sincronía, sin siquiera
haberlo planeado. Mi cuerpo combatía con mis emociones. No quería renunciar a
lo que había entre nosotros. Era adictivo, seductor. Pero no quería nada más de
lo que podíamos regalarnos mutuamente en el plano físico. Debería irme.
No podía irme.
Comprendí entonces lo que quería decir la
gente que se refería a alguien como una droga.
Eso significaba que tendría que definir la
noche- Sexo.
Decisión tomada, me eché atrás y me lamí los
labios hinchados antes de bajar del aparador y sacarme los zapatos.
__Tengo que pedirte una disculpa _le recordé.
Poniéndome de rodillas.
Guille bajó la cabeza con los ojos pesados.
__ ¿Por qué? __murmuró cuando su hombría
semidura se endurecía otra vez.
__Por llamarte arrogante y más.
Rio, una risa gruesa que se atragantó en un
gemido cuando yo lo envolví con mi boca, sin dejar de lamer las gotitas
residuales de su esencia, de acariciar la parte inferior con la lengua mientras
avanzaba hacia mi interior.
__ Te quiero a morir a morirte, a morirme, a
morirnos juntos enredados en el infierno de nuestras piernas desgarrándonos con
caricias nuestras venas. Y es que eres un puerto de fuego hambriento de locura
y placer, mi barco desciende recto a las olas de tu pecho erecto de placer donde
naufrago en tu pelvis profunda manantial de lujuria y placer.
Y es que cómo no morirme contigo si cada vez que te elevas me muero contigo en tu pecho de arena y de sal, en tu herida abierta en el culmen del mástil que sabe a las olas del mar.
Por eso me muero contigo, me hundo contigo envolviendo mis deseos con tus ganas para conquistar tu interior, para matizar tu boca con mis dulces mieles, para naufragar en ti
para hundir mi mástil y anclarlo en ti, en tu centro explorando las arenas de tu puerto profundo, y tu boca con mis labios furtivos, con mis manos ascendiendo por tu cuerpo por el infierno de tus piernas donde soy peregrino y me quemo por dentro. Por eso te quiero a morir porque te mueres conmigo y porque me aferro a tu sexo como náufrago sediento.
Por eso te quise a morirme por tu sexo salvaje donde me embriagas con tus brebajes porque hago de tu cintura un trofeo en el que cabalgo en tus viajes, porque me siembro en tus muslos como un animal salvaje entre jadeos y deseos entre convulsión y comunión donde nuestras ganas se unen en perfecta conjunción entre sudores y sexo, entre gemidos y alaridos exhaustos entre nuestras ganas, entre sábanas mojadas donde la noche nos baña
de suspiros y sensaciones agradecidos, complacidos con la mano entre los sexos porque esta noche nuestras almas se han tocado el sexo con alevosía en el centro justo ahí, muy adentro.
Y es que cómo no morirme contigo si cada vez que te elevas me muero contigo en tu pecho de arena y de sal, en tu herida abierta en el culmen del mástil que sabe a las olas del mar.
Por eso me muero contigo, me hundo contigo envolviendo mis deseos con tus ganas para conquistar tu interior, para matizar tu boca con mis dulces mieles, para naufragar en ti
para hundir mi mástil y anclarlo en ti, en tu centro explorando las arenas de tu puerto profundo, y tu boca con mis labios furtivos, con mis manos ascendiendo por tu cuerpo por el infierno de tus piernas donde soy peregrino y me quemo por dentro. Por eso te quiero a morir porque te mueres conmigo y porque me aferro a tu sexo como náufrago sediento.
Por eso te quise a morirme por tu sexo salvaje donde me embriagas con tus brebajes porque hago de tu cintura un trofeo en el que cabalgo en tus viajes, porque me siembro en tus muslos como un animal salvaje entre jadeos y deseos entre convulsión y comunión donde nuestras ganas se unen en perfecta conjunción entre sudores y sexo, entre gemidos y alaridos exhaustos entre nuestras ganas, entre sábanas mojadas donde la noche nos baña
de suspiros y sensaciones agradecidos, complacidos con la mano entre los sexos porque esta noche nuestras almas se han tocado el sexo con alevosía en el centro justo ahí, muy adentro.
Pecado o no,
quiero ser para ti. Me haces perder el control cuando me besas entero
crece en mí el deseo de poseerte,
dominarte, anclarte a mis deseos.
Regalarte mi cuerpo, mi fantasía, que has conquistado con besos.
Eres mi lujuria en exceso, que has provocado con tus dedos. Amo tu boca, desfallezco en tu fuego, eres la ilusión que arde en mi corazón. Tu piel y la mía conjugan el verbo Amor.
Soy solo tuyo.
Regalarte mi cuerpo, mi fantasía, que has conquistado con besos.
Eres mi lujuria en exceso, que has provocado con tus dedos. Amo tu boca, desfallezco en tu fuego, eres la ilusión que arde en mi corazón. Tu piel y la mía conjugan el verbo Amor.
Soy solo tuyo.
Aunque con un mando a distancia Guille había
corrido las cortinas que cubrían las ventanas que ocupaban la mayor parte de la
pared del dormitorio, el sol de la mañana iluminó con fuerza la habitación. Me
desperté.
Volví la cabeza en su almohada y vi en el
reloj que eran las siete. Sabía que Guille no estaba detrás de mí porque
normalmente su calor me despertaba, además era el grifo de la ducha del cuarto de baño en suite lo
que oía.
Recordé la noche anterior. El restaurante.
Descubrir la existencia de la madre de Fabián. Dolor por él. Venir aquí. El
sexo salvaje contra el aparador. Yo bajando hacia él. Él devolviéndome el
favor. Una visita desnudo por su dúplex que terminó en el dormitorio. Todavía
sintiéndome extraño, lo había tenido
boca arriba en la cama y me había dado el banquete de abrirme camino a
besos y lametones por su cuerpo asombroso antes de esta vez, penetrar yo en su
interior. El plan era cabalgarlo y
llevarlo hasta donde habíamos estado unas horas antes.
Guille tenía más planes. Al volver al mundo de los vivos, nos había hecho
girar y se había clavado en mí una y otra vez, mirándome a los ojos, como
deseando sí dejar su huella permanente en cuerpo y alma. Yo quise cerrarle los
suyos como la última vez, pero no pude.
Ahora los cerré con un gemido suave.
La situación se estaba complicando, y tal vez
era cobarde, pero simplemente no podía afrontar a Guille a la luz del día, después
de la intensidad de la noche anterior. Salí de la enorme cama estilo japonés y
me escabullí en silencio de la suite, bajando al trote a buscar mi ropa. Me apresuré
a ponerme todo, tomé el morral. Salí,
con el corazón latiendo con fuerza contra mi pecho al notar culpablemente el
aire fresco. Como no estaba de humor
para emprender el camino de la vergüenza, pillé un taxi y no me relajé hasta
que llegué a casa.
Estaba metiendo la llave en la puerta cuando
recibí el mensaje de texto, el corazón me dio un brinco.
“Qué diantres ha sido eso. No vuelvas a hacerlo, ya hablaremos.”
Solté aire pesadamente agotado por la
perspectiva.
__! Pedro! _me sorprendió, Fabián que estaba
cruzando la calle, me quedé sin aliento, no tenía paz con los Graziani.
__ ¿Pasa algo con Valeria? _interrogué evadiendo la mirada.
__No. Con mi papá, no lo he visto en horas y
no puedo localizarlo, pensé que quizá lo habías visto.
__No. Estoy llegando de… el club, no he visto
ni siquiera a mi hermano. Seguramente
estará dormido en el loft o en el estudio, no te preocupes.
__Raro, es tarde, no. Al estudio no llegó,
pero bueno, Gaby tampoco, creo que tampoco sabrás nada de Alberto.
Sonreí por mi hermano y mi amiga, cuando al
fin el hijo resignado cruzó.
Le envié un mensaje a Guille.
“Llama a Fabián, te está buscando, mandón.”
No respondió.
El sol estaba brillando, quería sentirme
feliz. Me había duchado para quitarme el
sudor y los recuerdos de la noche anterior. Me había puesto los vaqueros y una
remera, y me había acurrucado en el sofá, dispuesto a saber de Beto. Si hubiera
tratado de sentarme en mi portátil a escribir, solo habría perdido mi mente en
mis pensamientos muy confundidos y enredados, en la oficina me quedaría
dormido. Así que estaba entumeciendo la mente con musicales y películas viejas.
Acababa de prepararme un sándwich cuando oí
que se abría la puerta de la casa. Mi corazón se detuvo un segundo hasta que
los oí reír. Ellos. Respiré aliviado.
__! Hermano!
__Hola. __Gaby sonrió al entrar con aire
despreocupado pero se ruborizó hasta las orejas, y pude adivinar el porqué
cuando Beto me guiñó__. Hemos ido al oftalmólogo y a la óptica.
__ ¿Cómo ha ido?
__Aparentemente necesito anteojos para leer y
para ver la televisión. __Arrugó la nariz__. No me quedan bien las gafas.
Lo dudaba. Gaby podría llevar una bolsa de
basura y seguiría teniendo buen aspecto.
__Te quedan hermosas mi amor _dijo Alberto
embelesado mientras llegaba con dos tazas de café humeante.
__ ¿Cuándo has de recogerlas?
__La semana que viene. __Sonrió de
repente__. ¿Y? ¿Cómo fue la cena?
__Todo lo sabes. Guille me engañó. Solo
estábamos los dos.
__Típico de Guille. ¿Pero lo pasaron bien?
__Aparte de encontrarnos con una mujer que
obviamente era una ex de él que me pareció muy agradable aunque un poco negada
cuando inadvertidamente me habló de la exmujer de tu socio, sí. __Me recogí de
hombros con tranquilidad__. Lo pasamos bien.
Gaby ahogó una exclamación, atrayendo las
miradas hacia ella. La ansiedad nubló sus ojos pálidos cuando se levantó y
caminó con cautela para sentarse a mi lado.
__ ¿Qué sucede?
__Tendría que habértelo contado, pero Guille
quería decírtelo él mismo. Y es personal para él. Ojalá pudiera explicarlo,
pero la verdad es que es asunto suyo, y
por otra parte no, porque Fabi, me pidió que la busque, quiere verla.
__Está bien. Me habló de Silvina, de Juan. De
los engaños.
__ ¿Te lo contó todo?
_ ¿Se suponía que no tenía que hacerlo? Me
contó, sí.
Ella
se sentó un momento, pareciendo congelada y luego algo en sus ojos se suavizó y sonrió cuando
Beto la rodeó sentándose en el borde del sillón.
__Te
lo contó.
Dios, se estaba metiendo ideas románticas
otra vez.
__Para.
__ ¿Qué?
Sus ojos se abrieron con fingida inocencia.
Puse cara de enfado.
Antes de que pudiera responder, la puerta se
abrió y se cerró. Pisadas pesadas en el pasillo hacia el living.
__Mierda _murmuré, sin hacer caso a la mirada
inquisitiva de Gaby.
La puerta de la sala se abrió y allí estaba
él, de traje, apoyado en al vano de la puerta con expresión inescrutable.
__Hola, Guille. __Gaby saludó débilmente,
sintiendo el peso repentino en el aire.
__Buenas tardes, Gaby. __La saludó con la
cabeza, palmeó a mi hermano y entonces me clavó al sofá con su mirada
penetrante letal__. Al dormitorio. Ahora. __ Dio media vuelta y salió para que
yo lo siguiera.
Me quedé boquiabierto.
__ ¿Qué le has hecho? _susurró Gaby con
preocupación.
Le lancé una mirada.
__Me he escapado de su casa esta mañana.
__ ¿Por qué?
Ya sentía una culpa inexplicable, mi culpa se
transformó rápidamente en rabia.
__Porque eso es lo que hacen los amigovios
_solté, saltando del sofá__. Y tiene que
dejar de darme órdenes.
Entré pisando fuerte, sí, pisando fuerte, en
mi dormitorio y cerré la puerta detrás de mí, con mi pecho hinchándose de
indignación.
__Tienes que dejar de darme órdenes. __Lo señalé
con el dedo.
La expresión inescrutable que él tenía a los
pies de mi cama se transformó enseguida en otra de desagrado. Eso por decirlo
suavemente. Estaba enfurruñado, por no decir, furioso.
__Tienes que dejar de actuar como si
estuvieras loco.
Respiré profundamente.
__ ¿Qué demonios he hecho?
Parecía no dar crédito y levantó las manos
con incredulidad.
__Te escapaste de mi dúplex como si yo fuera
algún borracho con el que te avergüenzas de haberte acostado.
No podía estar más equivocado. Crucé los brazos
como medida de protección al negar con la cabeza y me negué a sostener su mirada.
__Quieres convencerme de lo contrario y
decirme exactamente por qué he salido de
la ducha esta mañana y he descubierto que te habías ido.
__Tenía cosas que hacer.
Habló con calma intimidante.
__ ¿Tenías cosas que hacer?
__Sí.
__ ¿Sabes?, hasta este momento nunca habías
actuado de acuerdo con tu edad. Pensaba que eras más maduro, Pedro. Supongo que
me equivocaba.
__No saques esa mierda, Graziani _repuse con irritación__.
No soy yo el que se enoja porque mi amante no se queda para hacer cucharita y
carantoñas durante las mañanas.
Al ver el destello de algo en sus ojos, sentí
que me mareaba. La expresión había desaparecido tan deprisa como había
aparecido y sus rasgos se endurecieron en mí.
__Bien, Lo hecho, hecho está. Olvídate de
eso. Te necesito el fin de semana que viene. __Su voz parecía desprendida,
vacía, y toda esa distancia estaba dirigida a mí, no me gustó__. Quiero que
vayamos a un sitio.
Asentí, entumecido.
_Vale.
__Muy bien. Luego te mandaré un mensaje.
Caminó hacia mí y esperé con tensión su
siguiente movimiento. Ni siquiera me miró, solo pasó a mi lado para dirigirse a
la puerta.
No me dio un beso de despedida.
Me sentía mareado. ¿Quién estaba complicando
las cosas ahora?
__
__La doctora
tomó un trago de agua y luego inclinó la cabeza hacia mí cuando dejé de
hablar.
__ ¿Se te ha ocurrido que podrías estar albergando
sentimientos más profundos por Guillermo?
Suspiré profundamente.
__Por supuesto. No soy estúpido.
__ ¿Y aun así estas decidido a mantener ese
acuerdo con él pese a que él lo sabe y quiere ir más allá?
Vale… él está casado, y quizá soy un poco
estúpido.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Graciela MARAVILLOSO Eve Monica Marzetti. TUS FICCIONES QUE CADA DIA ME ATRAPAN MAS PORQUE TODAS SON DIVINAS UN BESO GRANDE.
ResponderEliminarElena Eve querida será un placer y un lujo leerte!!siempre te voy a agradecer por haberlo hecho. Para mi lo importante es leerte , si es mas largo aun mejor!!!
ResponderEliminarFanny Hermosa
ResponderEliminarGladis hermoso
ResponderEliminarVictoria Hermoso .Gracias
ResponderEliminarPatricia Muy bello!!!
ResponderEliminarMaría Jesús Linda llena de amor y sentimiento hacia la perdona amada .
ResponderEliminarCarmen Wow!! Perfecto !!! Hermoso!!
ResponderEliminarGloria Hermoso ese corazon que por fin puede volar con libertad
ResponderEliminarSin pensar en el pasado
Olivia Hermoso , un placer leerte
ResponderEliminarJose Muy bello
ResponderEliminarNorma Ferzola Eve que suerte, hermoso cap. que hermosa es S, y sabes estoy contenta por Alicia V. que en la madrugada habrá leído y releído este cap. y por fin debio dormir tranquila.Pienso que ella es capaz de seguir despierta hasta ver la piblicación aún cuando vos habias dichho que no publicabas ese dia.Ali se merece un premio!!! besos Eve.Gracias por esta foto.
ResponderEliminarSylvia Ohh bellísimo
ResponderEliminarJacqueline Waaooo
ResponderEliminarSol Urvino Si juegan con fuego, es porque ambos son capaces de soportar las peores consecuencias, GRACIAS, EVE.
ResponderEliminarMe encantó Eve...Parecen dos chicos jugando al amor y, sin embargo, son dos adultos profundamente enamorados con miedo de bajar sus defensas...Pero, a pesar de ellos, así será...
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