lunes, 10 de septiembre de 2018

"ÉL". CAPÍTULO VEINTIUNO.



"ÉL".
 CAPÍTULO VEINTIUNO.
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Soneto II.
“Amor, cuántos caminos para llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía.
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.
Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser solo tú, solo yo juntos.
Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones
Tú y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.”
*Pablo Neruda /

“Siempre que hablo contigo…
acabo muriéndome un poco más.” Frida Kahlo.
Tú eres la amante perfecta para mí,
y llegaste bajo las mismas estrellas,
pero ¡suerte yerma!, en un tiempo equivocado. Mike.

Uruguay. Maldonado.

El amor, es simplemente abrir los ojos y sonreír porque esa persona, entre miles, existe con su brillo a kilómetros de ti. El amor, imperfecto o no, es Guille, es… él.

__No sé si desearás tener hijos conmigo, Pedro, pero me gustaría, esa nena negada a los dos quizás, obviamente no es el  momento…  alguna vez.

Pero cuando Guillermo me miró,  me había quedado dormido entre sus brazos, tranquilo, entero, cobijado por…  él.

“Tengo una vida que es mía. Tan mía como el mismo pensamiento, tan mía como mis sueños y mis locuras, como mis lágrimas y mis alegrías. Como las noches de luz y los días de penumbra, pero mía.
Esta vida tan hermosa y tan difícil a la vez, tan bella y tan peligrosa como jamás podría uno creer. Es mía, en cada paso, en cada caricia. Me pertenece en todas sus letras, sus puntos y sus tildes. Me la prestó el creador para vivirla, para disfrutarla... Para llorarla y para sufrirla.
Es mía esta vida... Para compartirla, para regalarla, para obsequiarla. Para aprovecharla con amor, o desperdiciarla en el desamor; para gozarla con medida o malgastarla en el vicio absurdo de no crear nada, de no dejar huella.
La vida está en mis manos, en manos de quien me la dio... Mi Creador.
Esta vida que me hace respirar, y que a ratos me llena de ira, de enojos y de molestias, y que, en segundos me hace cambiar como si fuera un loco bipolar y me pone a reír, a cantar y soñar con una casa en la cima del monte mayor. Esta existencia llena de cordura locamente alterada por la mente de quien la tiene. Que a veces es tan envidiada por algunos, y adorada por pocos. Que da tanto de que hablar y tan poco que silenciar... Esta vida mía, mía y solo mía y de quien quiera compartirla conmigo. ¿Quién quiere compartir mi vida conmigo, o quiénes? Es que el tiempo no se detiene y no me hago más joven, sino más viejo. Ya mis ojos no son los mismos, y mi pecho empieza a decaerse. Aunque tengo mucha vida por delante y hay muchos que se preocupan por todo lo que pasa conmigo para bien o para mal, ¡la vida sigue siendo mía! ¡Fue Dios quien me la dio!
Tengo un corazón que late fuerte, una palabra firme, una voz que se escucha claramente. Pies y manos sanas e ideales que saben hacer reír y que saben hacer llorar. Es mía la vida y quiero compartirla con todos, no cuestionarla.
Y sí, en la vida que Dios me confió suelo caer, ¿por qué la necedad de señalarla si se supone que todos somos iguales? ¿Qué es mejor: señalar o ayudar a levantarse?
Tengo una vida que está escribiendo una historia, que deja sus huellas en las arenas del destino incierto de la humanidad que se va deteriorando con el pasar de los siglos. Esta vida tan pequeñamente inmensa en el mapa del espacio sideral. Es mía y no la quiero solo conmigo... pero sino la quieres compartir mejor déjala en silencio, dando tumbos en el collar de los océanos que ahí nadie la tendrá en cuenta. Ni sabrán donde está... porque es mía y solo el Creador me la podrá quitar.”

Pedro se sentó envuelto en el albornoz, canturreando cualquier sonido, mientras Guillermo preparaba algo para comer.

__Pedrito, insisto que nunca te he oído cantar más que el DVD que me regaló mi hijito __comentó Guillermo con aire pensativo, llevamos meses juntos y sé que estás apenas comenzando a rehabilitar, pero puedes, ya puedes.

__Pero si canto continuamente, ma mie. Ahora mismo estaba cantando.
__Estabas canturreando, ¿qué dijiste en francés ahora?
__Nada, ya te lo diré pero en otro momento.
__Estabas haciendo ejercicios de precalentamiento, pero son unos sonidos guturales como el agua al bajar por una tubería, y ahora me entero que no solo cantas lo que le gusta a los jóvenes.

Guillermo sosteniendo la sartén donde mezclaba elementos para la salsa lo miró sonriendo con la mirada, Pedro aceptó el cumplido con un guiño.
__Canto mientras ando en bicicleta, corriendo en la playa.
__Cantas para vos, a veces gritas, pero eso no es lo que se dice cantar.
__Quiero que me ames, abandonarme a la magia de tus manos, de tus labios y olvidarlo todo.
__! Pedro!
__Lo que canto en la ducha es mi canción favorita, y yo, amor mío __dijo inclinándose ante él__, no grito nunca. Soy un tenor, palabra derivada de tenir, sostener, no gritar.

__Eso no me lo habías dicho ¿cuándo me dejarás que te oiga cantar?
__Tampoco tú me habías dicho que amas la ficción y sueñas con los escenarios, con el teatro. Y me gusta más otro tipo de canto _contestó colando las manos dentro del albornoz de Guillermo y acariciándole el cuerpo tibio y receptivo.

__Cielito, la salsa, quédate quieto ahora.

Pedro soltó la risa y se apartó.
__Guardaré cada una de mis notas, ávidas de liberar su tinta en trazos de melodías dedicados a ti, ya tomadas de mis dedos no danzarán esa caprichosa melodía que hablaba de un amor ausente.
Mis manos no volverán acariciar un trozo de papel en blanco, preparándolo para recibir un baño de notas cálidas y a la vez llenas de frescura que sean caricias para el alma enamorada.
Ya no habrá tinta que decore un frío papel, habrá cálidas escalas  imperceptibles a los ojos ajenos a tu cuerpo, serán bemoles, sostenidos y acordes escritos con las yemas de mis dedos que trazaré sobre tu piel, serán mis nuevos  arpegios  inéditos que te hablarán de mis deseos escondidos, de mi amor que a tu espera estuvo, esperando que tu cuerpo se entregue a mí para que de él borre un pasado escrito con dolor.
Con tan solo cerrar tus ojos sentirás mis melodías por tu cuerpo tatuarse, quedarán impresas al paso de mis suaves caricias, sabré que en silencio me vas leyendo cuando tu boca exclame gemidos de excitación y tu piel se erice tras cada trazo  que dibujen mis dedos en tu pentagrama, sucumbirán mis labios a la irresistible humedad que manará de tus poros deseosos de mis nuevos besos.
Me entregarás tu desnuda piel donde volcaré mis aún inimaginables conciertos que te hablarán de esta necesidad de ti que hoy desborda mi ser… volcaré en ti cada nuevo día el título de un nuevo preludio que en las noches de amor desarrollaré por frescas páginas de tu cuerpo, inagotables tocatas y fugas de este amor que hoy desborda mi alma, cada noche te entregaré y será nuestro gemido final de ese momento de delirio, el punto final a mis inéditos conciertos de amor por ti.
__Ya calla, o no vamos a comer, y  alguna vez tenemos que hacerlo, ven que ya está lista la pasta, luego sí me dejaré envolver por tus  sonidos _dijo Guillermo sonriendo.

La pasta, las ensaladas de finas hierbas estaban exquisitas, Guillermo cocinaba de maravillas y Pedro reconocía que era incapaz de preparar un plato comestible. Toda su creatividad la invertía en su música… y en amar a Guillermo.
Estaba convencido que debería decirle la verdad al menos a su madre, no sabía si contaría con su aprobación, y no era ciertamente el momento de hacerlo.

__No me has contestado _dijo Guillermo mientras posaba su mano en la de él en la mesa, o cuando luego lo observó incorporarse en busca de un cubierto, le encantaba observarlo, su cuerpo era tan expresivo como las manos, aunque no bailara como lo viera en el DVD, y tanto como lo era seguramente su voz.

__Lo que más me gustaba de mis amores previos es que durante todo el tiempo que durara la relación nunca me pedían que cantara _dijo Pedro fijando la vista en un interlocutor inexistente que estaba en la silla vacía.

__Sos muy malo _gimió Guillermo__. Lo dices como si hubiera terminado todo entre nosotros y fuéramos tan solo amigos.

Pedro depositó la humeante cafetera sobre la mesa y lo abrazó.
__También somos amigos _exclamó riendo__. Fingía ser un anciano muy famoso. Durante toda mi vida pública la gente me trató como a un autómata, ya sabes. Deposite una moneda y presenciará la actuación del osito amaestrado. Cantaré para ti, pero no acá, al aire libre.

__Parece como si me ocultaras algo, una parte especial de vos. Yo te enseño los guiones que escribo, te muestro mi alma desnuda. Necesito ver tu alma, Pedro.
__No seas dramático como tus personajes _dijo abrazándolo muy fuerte mientras Guillermo trataba de soltarse. __ No debo burlarme de ti. __ Lo estrechó unos minutos contra sí mientras reflexionaba__. Ya, vístete. Buscaremos un lugar donde pueda cantar para ti. Luego volveremos y tú cantarás para mí mientras te hago el amor. ¿Qué te parece el trato?

Guillermo se sonrojó, lo veía cada día mejor y más pícaro y confidente con él que sin embargo temía por los secretos que aún guardaba.
__Debería sentirme mal, Guille, muchos dirían que soy egoísta, pero no me siento así. Estar contigo me parece hoy lo más natural del mundo.
__Lo es, para los dos. Somos dos caras de una moneda,  el sol y la luna o dos soles. Vos, Pedro, sos la espléndida energía abrasadora del sol y yo tu pálido satélite, que te da las gracias por tu luz.

Pedro lo miró perplejo. Guille era el sol y él la insípida luna, pero no quería discutir, iba a cantar para él, iba a cantar en serio, él lo oiría por fin, y estaba muerto de miedo, porque sería la primera vez luego de lo sucedido.
Se vistieron livianos. Y salieron a caminar por la playa donde en alguna parte, Pedro había visto un escenario móvil armado, con tarima para orquesta, de artistas que de día entretenían a los presentes, pero que a cierta hora sabía que quedaba desierto. Así estarían libres de curiosos. Estaba loco y Guille había perdido el juicio, pero no podía negarle nada. Pasearon a la luz de la luna llena, y enredados ocultos tras el improvisado escenario esperaron que el sector quedara desierto. Guardaron silencio, escuchando cómo remitían los escasos sonidos de la zona y todo se disponía a descansar hasta la mañana siguiente. Los árboles que estaban más allá suspiraron cuando la brisa nocturna trató de jugar con ellos, y a lo lejos oyeron sonidos apagados de un pueblo cercano.

__ ¿Qué hueles? __interrogó Pedro.

__Tu olor, a limpio de tu persona.
__La limpieza.
__Eso, y a madera. Alguien ha encendido fuego con unas ramas del bosque no demasiado lejos.
__Y yo el tuyo.
Señoras y señores. Sus deseos serán cumplidos _dijo Pedro incorporándose de un salto, el primer recital lírico luego de la muerte, de Pedro Beggio.

Subió los peldaños de la tarima de la orquesta y se detuvo en el centro, bajo el resplandor de la luna, como si escuchara mentalmente a la orquesta. Luego empezó a cantar.
Nada había preparado a Guillermo para aquella experiencia. Pedro cantó en francés “Je Crois Entendre Encore”, la delicada aria de tenor de Les Pêcheurs des Perles, los pescadores de perlas, de Bizet. Guillermo no sabía suficiente francés para poder comprender todas las palabras, pero no necesitaba que nadie se las tradujera. Las notas brotaban como un dorado torrente en la noche plateada, y ya nada le importó, solo pudo pensar en ese hombre como su alma gemela.
Al concluir el aria, acometió otra, esta vez en italiano, “Una Furtiva Lágrima”, de la ópera cómica L Elisir D” Amome compuesta por Donizetti. Cuando Pedro alcanzó el clímax del aria con una colosal y extrema nota, Guillermo rompió a llorar. En aquellos momentos comprendió con mediana claridad, que ese hombre no sería nunca del todo suyo, que no era de Camila, ni siquiera de sus hijos. Pedro pertenecía al mundo, tenía que regresar, y comprendía que él estaba dispuesto a acompañarlo, a aguardar durante semanas  o años a que él le diera lo que pudiera darle. Pero Guillermo en su fuero interno sabía que necesitaría de él, no de Camila presente siempre a su lado. Que para conservar su cordura, su ancla a tierra, necesitaría saber con certeza, que él estaría siempre aguardándolo dispuesto a darle una y otra vez cuanto él le pidiera.
Pedro dejó de cantar y salía de la tarima con expresión de desconcierto, corrió a su lado.

__Es una ópera alegre, amor. La he cantado tan mal. No puedes ver mi sonrisa a la luz de la luna, pero sonreía.
Pedro se sentó en la hierba junto a él y lo abrazó, acariciándole el pelo, besándole las sienes, los párpados, lamiendo el llanto.
__Ya lo sé, lloraba porque es muy hermosa _mintió Guillermo. Casi tengo la sensación de que no sos real, Pedro, de que no sos de carne y hueso, y he tocado algo casi místico.

__No seas tonto, cantaré el ruido de siempre, ¿o quieres que te demuestre lo humano que soy? ¿Quién mejor que tú sabe que soy un hombre normal y corriente al que casi volaron de un balazo, con las necesidades de cualquier hombre?
Además de un talento que solo se da una vez cada muchos años, pensó Guillermo. Pero se abstuvo de expresarlo en voz alta. Para él sería simplemente, Pedro, el amigo, el amante, no el tenor.

__Yo estaré como pueda contigo siempre, y si mis profesores tienen razón y no paso de cantar y bailar como antes, siempre podremos poner un negocito acá, junto al mar.

Pedro se arrojó a los brazos continentes, Guillermo estrechó contra sí a su águila que aún desconocía la presencia de sus alas.
__Volverás a ser el mejor, cantes lo que cantes, Fabián tenía razón. Millones de personas pagarán lo que sea por oírte cantar.
__Mi amor, tengo mucho por practicar antes de regresar a los escenarios, sabes que he interrumpido un año los conciertos. __ Pedro retrocedió un poco y lo miró a los ojos __. Pero cuando consiga subir de nuevo, te necesitaré a mi lado. Tú llenas todos mis sentidos. Sin tu amor cantaría con técnica pero sin corazón. No dejes de amarme nunca, Guille.

__Te amaré hasta el día que me muera y más, mi hombre.
__El mío _respondió Pedro con una pasión que hizo que Guillermo se ufanara del poder que ejercía sobre él.

__ Toma, lo escribí para vos.
“Cuando dos cuerpos se unen para glorificar el alma de amor, llenándola de regocijo pleno de pasión y de una entrega total. Ellos son dos seres elegidos, dos  almas gemelas, que tenían que reencontrarse para estar juntos, en la juventud y en la vejez, en lo malo  y en lo bueno, en la tristeza y alegría,  en lo trivial y lo profundo, en la vida  y más allá de la muerte.
Dios los ha bendecido con la dulce espera del amor eterno, para conjugar el verbo amar, porque su amor traspasa  los horizontes del universo.
Cuando emerge cupido en los albores, cuando todas las noches son punzada, cuando todas las rosas son veleros  que transportan pasiones sonrojadas,   nuestras bocas se incendian y deliran
la precoz experiencia más tatuada. Porque queda en la piel  un primer beso, tan marcado en el rostro de los tiempos  como un pasaporte al sueño intenso. El que sueña la alforja del recuerdo. Y así  en cada estación de nuestras vidas se reinstalan siluetas del pasado que reviven el beso más novicio consumado en instantes sublimados  y devuelto en suspiro involuntario. A ese hoy que una lágrima ha tocado.
Mas  dos bocas, canteras de memoria aún delinean, degustan, tan intacta esa huella que deja el primer beso  que fue inicio de otras noches tantas,  fue la puerta que abrió Venus al tacto
y al sentir de la vértebra del alma. Alguien fue mi primero en lo primero, alguien fue quien plantó en mí sus colores, descolgados de un brillo sin fronteras  y no vuelve ese altero de ilusiones,   aunque pasen millones de amantes el  primero  fue amor de amar amores.”

--Te extraño amor, tanto que este vacío me está matando, y muero en este atroz silencio sin poderte escuchar.
¿Qué será? Presagio de despedida, epitafio del sobreviviente que murió en un ayer.
Qué dolor, sufrir de silencio, agonizar entre sonidos como condenado al devaneo de amor.
Extrañarte, no aquí entre mis brazos, sino en esta mi locura de exilio de instantes.
Necesito sentirte, sin sollozos, sin que se quiebre la oscuridad de este momento.
Amarte, en palabras entrecortadas y que expresen mi verdad. En serio que te extraño.
Te extraño, que no es otra cosa, que es que te amo, y necesito decírtelo, repetírtelo, que me escuches en tu silencio.
Tontería, locura de saber cuándo estás lejos de mí, tortura y flagelo del amor mío.
__ ¿Si pudieras volver atrás…  desearías que todo fuese diferente?
Pedro gritó que sí, en silencio, pero no. Si nada de lo pasado ocurría su vida seguiría siendo el canto, Camila, los chicos, cómoda, conocida, ordenada. O tal vez no, de todos modos podría haberse encontrado con Nancy y hasta estar cautivo.
__No tiene ningún sentido intentar cambiar el pasado __dijo__. No se puede. Y aun en el caso de que se pudiera, sería tonto. Mi vida habría continuado de otra manera de no haberte conocido, aun cuando todo sucedió hace tan poco tiempo. No sé cómo habría continuado.

Él se rio.
__ ¿Y tú harías las cosas diferentes?
__No.
Le ofreció la mano y Pedro entrelazó los dedos. Qué alto, sólido, cálido, pensó. Olía bien. Era apuesto, encantador, y era, muy masculino. Si alguna vez hubiera soñado con el ideal de pareja, con el amor y el romance perfecto, habría sido alguien diametralmente diferente en todos los sentidos.

__ ¿Qué estás pensando? _dijo Guillermo.

Iban por el camino que llevaba al bosque. Estaba bastante oscuro, nubes altas tapaban la luna y las estrellas. El aire era más fresco que en el día.
__En la pareja de mis sueños.
 Guillermo giró la cabeza hacia él y levantó la linterna para mirar el rostro. Sus ojos eran oscuros e insondables.
__ ¿Y? __le alentó a seguir.

__Una mujer corriente, inteligente, buena madre, lo que creía era Camila.
__Una mujer lo entiendo, no sabías que podrías amar a un par, pero lo encuentro bastante soso.
__Lo soso está subestimado.
__ ¿No soy el hombre de tus sueños, entonces?
__No, en absoluto.  No imaginé al alguien poderoso, fuerte, famoso, con riquezas y títulos, para nada. Tampoco yo podría ser el tuyo.
__En mi caso, lo entiendo, no soy hermoso como vos.
__ ¿No? Yo no soy hermoso.
 __ Sos perfecto, cielito.
__Y tú  no eres bonito, pero eres absolutamente hermoso.
__Qué atorrante, llevarás la galantería hasta el final. No soy joven.
__Eso es relativo, ante tus nietos por ejemplo serías un fósil, ante un octogenario, un jovencito, y ante mí, a mis casi cuarenta años no se notaría la diferencia de edad, y dado que no me considero viejo, ni lejos, eres joven.
__No soy… vivaz, ni… divertido, no bailo, tengo fobias…
Empezaba a agotar las excusas.
__Mira, Guille, tú eres un hombre que a muy temprana edad por los juicios de una sociedad estúpida quizá perdió su confianza en su belleza, encanto y atractivo sexual o amoroso. Sin embargo eres un hombre que sublimó la energía sexual que no pudo dirigir a amar, a forjar una profesión exitosa. Eres un hombre  de carácter y voluntad, muy inteligente, fuerte y culto, rebosante de compasión tras las corazas que usas, de amor por sus semejantes. Y eres un hombre con tanto amor sexual para dar que haría falta mucho más que un intelectual soso y aburrido para satisfacerte, ese tipo sería tu peor pesadilla, salvo que además tuviera profundidades ocultas y pasión, no sería un hombre para soñar con él.
Guillermo rio.

__Yo no soy el que elegiría a un hombre soso.
__Eso está mejor _dijo Pedro__. Tengo una marcada debilidad por mi guardaespaldas, pero es posible que él elija a un tipo aburrido y soso como Miller, un compañero de cama frío. Guillermo el hombre, no lo elegiría. Y en verdad, tengo pruebas de eso.

__!Pedro! _continuó él al mismo tiempo__. Ya hemos pasado juntos tu convalecencia, y como me pediste, tenemos dos caminos hoy. O regresar a Buenos Aires, y vos con ella, fingiendo de lejos ser solo yo tu guardaespaldas para evitar sospechas de lo que sucedió acá. Luego de aclarar las cosas yo desaparecer de tu vida, vos seguir con ella, arreglarnos con recuerdos con la esperanza de que se vayan desvaneciendo poco a poco, o alargar nuestra fuga un poco más e ir por algo más.

__Guille, ¿sabes que si no tuviese tres hijos pequeños me fugaría ya mismo al fin del mundo contigo, verdad?
__Lo sé. Igual pasar dos meses más juntos, hoy es uno de esos momentos decisivos que pueden cambiar para siempre el curso de una vida _añadió él.

__No, no lo es. O por lo menos no es así como yo lo veo, no es más importante que cualquier momento. Cada momento es decisivo, y cada momento nos pone frente o en dirección al resto de nuestra vida.
__Considéralo así si te parece _dijo Guillermo___, pero la decisión de este momento nos espera a los dos. ¿Cuál ha de ser? ¿Un intento desesperado de volver a nuestras vidas antes del atentado? ¿O un salto a la oscuridad casi literal y la oportunidad de algo nuevo y muy probablemente maravilloso? Perfecto.

__Nada en la vida es perfecto.
__Nada en la vida es indefinidamente perfecto, pero hay momentos perfectos, el de recién y tantos lo han sido. Hay momentos perfectos y la voluntad de elegir lo que producirá más momentos perfectos. Nuestro amor lo es, Pedro, no permitiré que lo pongas en duda.
Pedro exhaló un suspiro.
__Hay mucha gente involucrada, y muchas complicaciones para vivirlo fuera de acá, Guille.
__Siempre las hay, así es la vida. Ya deberías saberlo. Una posible complicación es que la cabaña que usamos para resguardarnos de la lluvia hace días esté cerrada con llave.

Pedro se quedó sin habla, aunque cuando tomaron por el sendero del bosque supo dónde irían. No tenía sentido negarse ese momento.
Reanudaron la marcha por un sendero no muy hollado  por entre los árboles hasta que dieron con la cabaña.
La puerta estaba abierta.
En el interior había un hogar con leña lista para encender el fuego, más leña apilada a un lado, una mesa pequeña con unos cuantos libros encima, una mecedora con una manta, y junto a una de las paredes, una estrecha cama.
Todo se veía más bonito que la vez anterior, Guillermo se arrodilló a encender el fuego, Pedro se sentó en la mecedora y comenzó a moverse lentamente. Sentía la placentera anticipación de lo que estaba por suceder, y a cada rato expulsaba intrusos pensamientos de lo imposible de aquello a largo plazo.
Qué absolutamente maravilloso tendría que ser un matrimonio con él, y no con una mujer equivocada.
Apoyó la cabeza en el respaldo.
Cuando Guillermo prendió el fuego, se levantó y se giró hacia Pedro, a la luz de la linterna sus ojos se veían soñadores, y sus rasgos hermosamente cincelados.  Poniendo un pie sobre uno de los arcos de le mecedora, detuvo el movimiento, entonces apoyó las manos en los brazos, se inclinó sobre Pedro y tomó su boca, un beso profundo.

__Muérdeme y bebe con tu salvaje pasión,  mis venas desangra sobre tus labios  ese oro rojo que anhelo y deseo que fallezca en tu boca, para que ingieras todos los días la sangre de mi amor sorbo a sorbo y gota a gota.
Muérdeme y bebe porque desatas mi excitación cuando ardientemente me besas porque en tus labios sucumbe mi desenfrenada pasión y dócilmente en tus brazos deseo perecer. Muérdeme y bebe con tu fresca lengua ese sabroso oro rojo que como buen vino tinto te ofrezco en copa y con tus dulces labios, sentirás el éxtasis como un baile de las olas del mar ardorosas en sus movimientos y colmadas de sentimientos.
Muérdeme y bebe con salvaje pasión, dejemos que nuestros cuerpos se deriven entre miradas y besos, para que se embriaguen dulcemente en un sentir de abrazos.
Muérdeme y bebe para empezar de nuevo  nuestros anhelos y deseos de amor hasta que nos desangremos juntos y moribundos quedemos los dos _musitó Pedro, y Guillermo lo hizo hasta que se separaron jadeantes.

__Guille _dijo Pedro, apartando un poquito la boca __quiero que sepas que eres hermoso.
No lo crees porque una vez un hombre fundamentalmente débil como Juan te dejó plantado, y porque siempre te relacionaste con otros que no te valoraron ni que tú amaste, y porque estabas solo pasado los cincuenta años, solo con tu profesión, y crees que es imposible que alguien te encuentre sexualmente atractivo y merecedor de ser amado por tu pasado que te pesa. Es incluso posible que creas que lo nuestro ocurre porque me siento amenazado y te he necesitado, pero que siendo casado con hijos pienso liberarme de esta relación una vez pasado el peligro. Y Estás equivocado en todo.
Quiero que sepas que eres increíblemente hermoso, porque eres el producto de quien has sido y llegado a ser a lo largo de cincuenta años de vivir. No serías tan hermoso para mí si fueras un pibe de veinte, ¿sabes? Y quiero que sepas que eres infinitamente atractivo sexualmente, al punto de enseñarme a amar a un hombre, de traerme a mi camino real, a la verdad de lo que soy.
Guillermo simplemente lo miró, Pedro tomó su mano y le puso la palma sobre su umbría erecta.

__Así de atractivo _dijo, Guillermo asintió__. Definitivamente atractivo.

Guillermo le tomó las manos y lo puso de pie.
__No sos el hombre de mis sueños. Nunca habría soñado con vos, Pedro, sos único. Me impresionas, me haces sentir humilde, bueno, mejor persona.

Pedro lo miró a los ojos para ver si había ironía o humor pero no vio ninguna de las dos cosas. Y entonces dejó de ver con claridad. Pestañeó para desempañar los ojos de lágrimas. Guillermo se le acercó a quitárselas de la cara con la lengua, después lo estrechó en los brazos y lo besó, profundo, profundo, mientras se repetía.
Que era hermoso, claro, se repetía mientras se besaban…  que era deseable, honrado.

__Cubriré de besos tu piel, no habrá ningún espacio, que no saboree mi boca,  eres mi pasión, mi locura eres… ¡Mi amor! Tenerte es tocar estrellas navegar en mares, explotar volcanes, vibrar con solo mirarte y fundirme contigo.
En cada abrazo cubriré de besos tu piel mi amor porque te necesito, para ser uno con la noche, para sentirme tuyo. ¿Cómo no besarte? Si eres mi todo, mi universo. ¡Mi sublime amor!

Y sucedió, llegó el momento,  dulce latir  de un esperado encuentro. Palpitó el corazón, latidos constantes fuertes punzadas, agitado aliento. Como volando, flotando en el aire se abrazaron dos almas y sus miradas. Tal vez fueran sueños, envolventes y bellos que la noche abrazaba  y el alba desplazaba. Sentir intenso, fluir pausado y lentos suspiros lanzados al viento. Notar estar vivos, los pies en suelo aunque solo fuera por unos momentos. De nuevo, en la mañana  los rayos de sol sin permiso, llamarían. Observarían desde la ventana que  fue un dulce sueño, pura magia que sucedió, pasó y  anclada quedó.
__
Se desvestían lentos, muy lentos, interrumpiéndose de a ratos para contemplarse, acariciarse y abrazarse. Cuando se hubieron quitado las camisas, las palmas se colaron a la piel del pecho por los senderos musculares y el ligero vello. Se recorrieron todo el cuerpo con las dos manos hasta dejarlas ahuecadas en las cumbres, rozando los pezones con los pulgares, frotándolos, luego alternativamente bajando la cabeza para lamerlos y succionarlos, primero uno, luego el otro, hasta oír el gemido, mientras el crudo deseo despertaba y descendía por el vientre hasta latir entre las piernas. No se sentían cohibidos. Se sentían hermosos, y deseables, pares.
De lo último no quedaron dudas cuando se quitaron los finos pantalones y bóxers con las calcetas.
Y eran hermosos.
Pedro le echó los brazos al cuello, apretando el cuerpo totalmente denudo al de él, y le buscó la boca con la suya. Guillermo le presionó entre los labios con la lengua y Pedro suspiró. Guillermo tenía razón, sí que había momentos perfectos, aun cuando los dos estaban palpitantes de deseo y necesidad.
Echó la cabeza atrás para sonreírle.

__Creo que será mejor que usemos esa cama porque el suelo será demasiado duro _dijo.

__Y la cama muy estrecha _contestó Pedro.

__Eso si pretendiéramos dormir, pero no creo que sea lo que hemos venido a hacer, ¿verdad? Para nuestros fines puede ser suficiente.
Diciendo esto, echó atrás las mantas y Pedro se acostó, tendiéndole los brazos.

__ven.

Guillermo bajó el cuerpo mientras Pedro se giraba y quedó encima de él, Guillermo abrió las piernas y las amoldó a las ya colocadas de su hombre. Él le besó en la boca arrastrando entre dientes el suculento labio inferior, le susurró palabras de amor al oído, chupando el lóbulo de la oreja. Pedro correspondía con besos, con los dedos que buscaban el pelo, se arqueó hacia él preparado, era la invitación, estaban más que preparados, y Guillermo lo penetró.
A Pedro seguía asombrándolo el tamaño de su pene y cómo lo cobijaba su interior mientras modificaba la posición para facilitarle la penetración hasta el fondo, y entonces contrajo las nalgas, apresándolo. Y era maravilloso. No podía haber sensación mejor, aunque tal vez sí. Guillermo retiró el miembro, volvió a embestir y repitió una y otra vez las retiradas y penetraciones que Pedro contemplaba fascinado, el perderse uno dentro del otro era su visión mágica hasta que captó el ritmo y adaptó el suyo, sintiendo intensamente el deleite carnal del apareamiento. No podía existir placer mayor que ese, tanto durante los primeros minutos de deliciosas embestidas mutuas controladas, como durante los últimos minutos de excitación y placer más intensos y vaivenes más urgentes cuando se acercaba el abismo.
Y entonces llegó el orgasmo para los dos exactamente en el mismo instante, y Pedro se abrió a la efusión derramada del amor de Guillermo, dando en igual medida, y fue el placer más maravilloso de todos, aunque trascendía todo pensamiento, y elaboración racional o las palabras.

Guillermo se dijo que era hermoso y deseable.
Pedro se dijo que fundamentalmente era un hombre amado por otro hombre, era simplemente al fin un hombre, y era perfecto.

No…,  pensó cuando comenzó a volver en sí lentamente, no retrocedería para cambiar absolutamente nada, ni un detalle de lo pasado ni aunque pudiera, ni siquiera el disparo. Cuando volviera a Buenos Aires  o totalmente en sí y recuperara la cordura, tendría que afrontar todo tipo de complejidades, complicaciones e imposibilidades, pero aún no había llegado ese momento. Todavía tenía ese momento presente por vivir.
Guillermo hizo una profunda y audible inspiración y expulsó el aire en un soplido.

__Pedro, mi amor _musitó.

Dos palabras que lo eran todo, que Pedro guardaría como un tesoro toda su vida.
“Mi amor.”
Dichas a él, Pedro Beggio. Era el amor de un hombre. Solo unas semanas antes eso habría estado fuera de los límites de la credibilidad. Pero ya no. Era hermoso, era deseable, y era… Sonrió.
Guillermo había levantado la cabeza y lo estaba mirando con los párpados entornados, apartándole un mechón de pelo del rostro con una de sus manos…
__Dime qué piensas _dijo.

__ ¿Y tú?
Yo… creo que simplemente soy un hombre que ama a otro gran hombre.
__Por mucho que cueste creerlo –dijo Guillermo con los ojos risueños___. Lo había notado.

Pedro se rio. Guillermo le besó un párpado, luego el otro, y volvió a besarlo en los labios.
__Lo que me asombra _dijo__, es que al parecer esa es una idea nueva para vos.

Pedro volvió a reírse.
__Nunca me creí especial, ni fui muy consciente de mi masculinidad, menos de mi deseo o pulsión dirigida a los hombres.
__Seguro que podrías haber tenido todo antes, que no he sido el único en verte.
__He tenido pretendientes.
__ ¿Por qué no aceptaste a ninguno de ellos y te casaste con Camila? Por el amor a ella, no lo creo.
__En parte la quería, y me era compañera cómoda, en otra por temor a llevarlo a la conciencia, en otra por no estar dispuesto a lo cómodo frente a la integridad. Deseaba ser una persona de bien además de un hombre. Sé que a la mayoría de las personas les cuesta entenderlo, no estaba enamorado de nadie, y aunque fuera un sacrificio, elegí mi carrera, y luego a mis hijos, y no indagué en mi pulsión.
__ ¿Lo lamentas?
__No. Lo haría otra vez, aunque haya sido un sacrificio.
__Me alegra que lo hicieras _dijo Guillermo, deslizándole suavemente los labios por el contorno de la mandíbula y el cuello__. Si no lo hubieras sacrificado, no  habría sido el primero, pretendo que el único hombre en tu vida, tal vez no te hubiera encontrado, o de no estar en la misma situación, del otro lado del camino… quizá no te habría reconocido.

__ ¿Reconocido?
__Como los latidos de mi corazón, te los presté para que regresaras, y me sos tan querido como los latidos de mi corazón.
A Pedro se le volvieron a llenar los ojos de lágrimas.
__Y tú eres el aliento de mi vida, es lo que te dije antes en francés. Pero no vuelvas a decir esas cosas.
__ ¿Y de qué ha ido esto? __preguntó Guillermo, arreglándoselas para cambiar de posición pegándose a la pared y adosándolo a él con los brazos.

__Buen sexo _dijo Pedro.

__Concedido. Pero no te he traído acá para cuidarte de esa loca y para tener una buena relación sexual, Pedro. Ni siquiera solo y principalmente para eso.

Pedro no le preguntó para qué lo había traído, pero él le contestó la pregunta tácita de todos modos.
__Te he cuidado y traído porque te quiero, te cuido porque me importas, porque te amo y creo que vos me amas. Aunque no somos libres. Porque…
Pedro le puso las yemas de los dedos sobre los labios. Él las besó y sonrió.

__No estoy libre, ni tú, más allá de ellas… tenemos hijos, los míos dependen de mí.
Y tenemos carreras diferentes.
__ ¿Y vos dependes de tu carrera? Tus nenes van a crecer, Fabián es un hombre. Tu identidad, tu felicidad, ¿dependen de continuar tu carrera? Si dependen de ello, tienes un verdadero argumento. Tienes tanto derecho a buscar tu felicidad como yo la mía. Por suerte puedo ser tu guardaespaldas acá o en donde se te ocurriera cantar. Me iré a vivir donde vayas, con o sin Fabián, Pedro. Viviré donde vos y tus hijos.
__No seas tonto.
__Seré todo lo tonto que haga falta para hacer que lo nuestro funcione, Pedro. Estuve media vida en un matrimonio fundamentalmente árido con Ana aun cuando le tenía cariño porque ha sido buena con mi hijo, y he podido estar a un dedo de casarme sin amor lo cual me habría producido infelicidad con cualquiera el resto de mi vida evadiendo la soledad. Ahora, de repente, deseo elegir la felicidad por fin. El amor.
__Guille, eres abogado, penalista, famoso. Sencillamente no puedes renunciar a todo lo que eres para vivir como mi guardaespaldas paseando por todos lados.
__No tendría que renunciar a nada a lo que ya no lo haya hecho. Pero ninguno de los dos tiene que sacrificar su vida por el otro. Los dos podemos vivir, Pedro, y amar, y ante todo soy una persona por derecho propio.
__ ¿Y Fabián?
__Entenderá y hará su vida, es un hombre. Y adoraría a cualquiera que me hiciera feliz
_ ¿Y Ana?
__Me divorciaré, no la amo. Ella puede decir, hacer lo que quiera. Ella no va a gobernar mi vida. Ni la tuya. Vos sos más fuerte que ella en mí.
__ ¿Lo que diga la sociedad?
__Se puede ir al diablo, por lo que a mí respecta.
__ ¿Me vas a dejar terminar una frase?
__Soy todo oídos.
__Yo no sé si podría dejar a Camila, y de hecho no a mis hijos, son demasiado pequeños. Todo lo que dices suena muy bien pero no es real ni práctico.
__Tienes razón, soportar a tantos críos como tienes, no me dejará un momento de paz en casa, pero puedo soportarlo.
__! Guille!
__! Pedro!

Guillermo le puso un dedo delante de la nariz deslizándolo por el puente y sonrió.
__Cierto que hay problemas _dijo Guillermo__. Somos de mundos diferentes, y parece que será difícil lograr que encajen. Pero no es imposible, me niego a creer eso. Puede que la idea de que el amor lo vence todo parezca totalmente idealista, pero yo creo en ella.
¿Cómo podría creer otra cosa? Si el amor no puede vencerlo todo, ¿qué puede? ¿El odio? ¿La guerra o la violencia?
__Guille, ¿y Fabián?
__Te querrá, te quiere muchísimo. Si te casas conmigo y vives con nosotros, te amará.
__Eres desesperante, ¿sabes?
__Pero ya no te queda ni pizca de convicción en la voz. Voy ganando.
A Pedro volvieron a llenársele los ojos de lágrimas.
__Guille, esto no es un partido, es imposible.
__Lo veremos al terminar todo esto _dijo él.

Mientras hablaban lo había ido estrechando más a él, si eso era posible. Y le estaba mordisqueando el lóbulo de la oreja, y el lado del cuello al tiempo que le acariciaba la cabeza, la nalga, y luego la espalda, hasta que se estremecieron.

__ ¿Nos vestimos y regresamos?
__Mmmm _musitó Guillermo al oído __. Dentro de varios momentos perfectos podría ser mejor__. Entonces cambió de nuevo de posición dejándolo a Pedro encima de él a horcajadas__. Ámame. Deja de lado las cosas prácticas y los imposibles y ámame, Pedro, mi amor.

Pedro se apoyó en los brazos, se elevó, lo miró un instante eterno, y se dejó caer, sintiendo al hombre que amaba entrar en él… y él lo amó.

Lo tomé entre mis manos, aferrándolo a mi cuerpo, lo invadí de caricias  susurrando a su oído mis antojos, recorrí sus formas con mis dedos y lo exploré todo con mis labios; lo hice mío, me concedió su edén, irrumpiendo en su reino me hice dueño de sus antojos y en un polvo de estrellas, explotamos un universo  de inolvidables sensaciones que se eternizaron en el recuerdo.
En el vacío de las horas que paso sin ti, me perdí. En la angustia incesante de la soledad inaudita sin pensarlo me escondí, y al intentar buscar mi paz me topé irremediablemente con la luz incandescente  de tu dulce mirada, sin remedio alguno me abismé en la profundidad  de tu hermosa sonrisa, fue entonces que concluí consumiéndome en ti.

“Siento aún tus besos dulces en mis labios, esperé tantos años sentirlos. Tus besos mágicos, me elevan a un cielo, solo mío. Me haces sentir algo indescriptible, algo sublime. Me siento todo tuyo, siento el alma, saliendo e invadiendo cuerpo y mente, envolviendo este amor nuestro. Este Amor que ha de desgranarse en pétalos de flores, en torrentes, cascadas de aguas cristalinas,  en mariposas  de colores. En bandadas de cisnes buscando su norte. En nubes, en arco iris, lluvia deslizante en delfines danzando, en palomas al vuelo en desiertos floridos, en glaciares eternos. Una y mil cosas podrían suceder al besarme, tan solo como vos, sabes besar, y todo puede terminar cuando sepas todo de mí, Pedro, y sé que decías la verdad aunque quise olvidarlo, olvidar todo.”

__Amor mío. Siento en mi cuerpo  un inmenso deseo de poderte poseer. Mi cuerpo arde en deseos, que me hacen estremecer. Mi pasión  está a flor de piel. Ven aquí amor.
Para hacerte mío toda esta noche, esta noche, callada y oscura, que solo las estrellas sean testigos, de este sublime amor, y deseo. Ven que estoy hambriento, sediento de ti. Ven, acércate a mí, quiero sentir tu cuerpo  arder de placer y pasión.
Quiero hacerte estremecer, quiero oír tus gemidos  lastimando mis oídos. Quiero ver tus pezones erguidos, como volcanes encendidos a punto de estallar. Quiero lamer tus rosados pezones y hacerlos florecer. Después, lamer el capullo de tu hermosa fuente del deseo, y sentir el torrente de amor en mi boca.
Quiero que sientas  mi hombría dentro de ti.
Qué delicia sentir tus caricias, tus besos  que saben a miel, a placer, a vino del que toman solo los dioses.
Hoy no quiero que amanezca, quiero que esta noche sea eterna. Para que sientas, y goces, de mí, de este amor.
Hoy al verte salir de la ducha, con una bata entreabierta  los olores de tu piel se esparcen en la habitación, mientras tomas una taza de café que explota miles de atmósferas que despiertan mi sed de ti, tu mirada de seducción y coqueta que me seduce y atrae con solo ver cómo el agua empieza a escurrir sobre tu piel, envidio la gota que resbala desde tu pecho hasta tu intimidad como mi lengua lo hace noche a noche que vivimos  esta intimidad, que exhaustos  los dos quedamos sobre una cama  húmeda de este amor de dos abrazados con los ojos cerrados pensando en el placer de sentir tu piel sobre la mía, amor mío.
__Te amo, Pedro, mi pasado fue oscuro, pero me redimo en vos, nunca lo dudes, mi amor.

Martínez.

“Y como un hada bella y encantada entraste tibia en mi vida  en esta hermosa noche estrellada, Camila, no pude negarme a que fueras mía.
Me amaste entre misterios y te fuiste hasta la próxima luna llena, no olvides el sabor de mi boca, me dijiste. Dejaste, tu perfume en mi almohada y te fuiste en fatal silencio en la dulce, triste y naciente madrugada. Dejaste, un grito de amor desesperado y sus sonidos en mi alma dentro de mi puro corazón enamorado.
Dejaste el aroma tibio y dulce del amor bella mujer, hija de los misterios de las ardientes noches, solo de los dos. Dejaste, en la voz de tus silencios,  dulces promesas de tu amor que en la madrugada  se llevaron los vientos. Dejaste, rizos de oro pegados en mi pecho con tus lágrimas de cristal de tu amor y tu pasión, y mi corazón deshecho.
Dejaste, hermosos recuerdos en mi vida y cuando la luna se apiade de la noche volverás a mí, mi bella muchacha consentida. Dejaste la pasión de tus besos en mi piel y la huella del rosedal de tu boca con el aroma de tu aliento que sabe a miel.
Bella mujer de mi amor de los misterios y como la tibia luna de mis noches ella te dirá de mi amor, y que yo te quiero. Cada momento, cada instante de amor, contigo se va. Mañana, mi amor de los misterios, otro momento  apasionado de tu amor me llegará. Y nunca amé a alguien inestable, de otro, madre, pero de hecho te amo, Camila, no era Gaby, eres tú el amor, quiero ser mucho más que tu guardaespaldas. Regresa amor. O moriré por ti.”
__Es verdad, hoy me he sumergido en las profundidades más áridas que nunca imaginé, Pedro, la traición, la infidelidad __murmuró Camila en brazos de Alberto.

He tocado suavemente el lecho, el fondo mismo de la perversidad de tu desinterés.
No he podido suspenderme ni por una fracción de segundo del recuerdo cálido del abrazo tierno y lejano, tan lejano como la distancia misma entre mi presencia y tu larga ausencia.
Debo reconocerte que no me debes nada.  Debo imputar la aflicción de un corazón deshecho a la inmadurez tozuda de pretender inmortalizar un inexistente sentimiento.
Me inmolé,  quizá lo sé.
Intimé tu alma enigmática infinidad de veces, y nada, tú no fuiste nunca el autor de mi proyecto de amor. Nunca lo sentiste o nunca lo supiste. No debería decirte que incumpliste.
En este medio de la nada voy reciclando momentos vividos y otros solamente deseados.
Voy a armar mi propia felicidad.
Aunque en ella incluya los desvaríos propios de la infelicidad y la locura que dominan mi existir.
Y mientras voy escribiendo nuestra historia pondré el título que el mutismo de tu boca me legó. Ya no. Ya no lo repitas, he terminado tu obra, hoy concluyó tu episodio.
Mi capítulo recién comienza, y no será contigo, aunque eres el padre de mis hijos.
__Hoy no fue distinto. No pasó un solo momento que me fueras indiferente. No asomó un instante que estuvieras lejana.
No es nuestro mejor pasar, pero no bajaré los brazos, ni detendré la marcha. Y si lo hago, será para tomar aire, ganar impulso y desplegar mis alas.
Recuerdo nuestro amanecer, la noche anterior y la mañana que se antepuso. Fuimos uno solo y de modo sublime. Me quedo con las horas siguientes, tu mirada chispeante y tu sonrisa cómplice.
Ahora que el sol se esconde y sin que lo notes, te aprecio y te disfruto al alcance de tu vista. La vida transcurre, el amor se eleva y la esperanza renace.
Al final de cuentas, tu compañía calma, tu calor repara y todo tu ser invita a soñar. Y eso, es lo mejor que tengo __susurró Beto besándole el cabello, cuando ella se había hundido en el sueño.


Maldonado.

__El ADN  de la mujer del psiquiátrico es negativo, Pedro. Nancy está viva _dijo Guillermo lanzando un sonoro suspiro.

__Lo imaginé.
__Si tan solo el hombre que devolvió al nene llamara, si pudiéramos rastrear esa llamada o yo reconocer esa voz.
__Guille, amor, no quise decirlo antes, pero expusieron a Camila, y aunque no entiendo cómo el padre lo aceptó, es claro que nadie se le acercó, loca, la conozca o no,  esa mujer me quiere a mí, y no puedo seguir escondido dejando allá a mis hijos. La quieras o no, luego de aquello que vivió, Camila ha sido buena madre, y la estoy dejando sola _dije abatido.

Guillermo se sentó, tomándose la cabeza entre las manos apoyando los codos en las rodillas, encogiendo los hombros.

__No está sola _musitó.

__Por gente, policía que la rodee, el padre, y viva en una fortaleza, está sola, y esa mujer por algún motivo me quiere a mí, y no creo que para matarme o pudo hacerlo la primera vez.
__Te balearon por si lo olvidaste.
__No. Fue una bala perdida, no intencional, sospecho que por algo, dinero, obsesión o locura me quiere vivo, y ya no queda otra opción que dejarme ver por ella, Guille.
___! No! _gritó, mientras temblaba como un chico__. No te expondré.

__Guille, por Dios, no me pasará nada, me estarán todos detrás, lejos de casa, es la única manera de atraparla, si ni siquiera reconociste a nadie de la promoción, déjame hacerlo, no tienen nada, Miller me cuidará, Orestes, tú __insistí.

__No Pedro, no, déjame pensar, hay algo que intuyo, que puede funcionar o no, pero dame ese tiempo que pediste, por favor, además, no estamos seguros de que sea ella, puede haber gente que salga de la cárcel, lo oíste.
Pedro… puede que esa mujer quiera vengarse de mí, quizá sepa que te amo, que…
__No pudo, cuando se llevó al nene yo ni siquiera te conocía.
__Pero yo trabajaba con tu suegro, ella sabe que soy gay, pudo saber  o creer que te iba a seducir, puede que…
__No lo entiendo. No entiendo.
__Me vas a odiar, y me voy a morir si me rechazas luego de saberlo todo, pero supongo que ya no puedo callarlo más. Ella y Camila me odian, a tal punto, que si regresáramos juntos, y de alguna forma le hiciera saber que soy tu amante, ella vendrá por mí, y Miller tendría tiempo si la distraigo de atraparla antes de que llegue a vos.
__ ¿Qué? ¿Te volviste loco, Graziani? ¿Resulta que dices que te matarías si dejara de amarte…  cosa imposible, o si algo me pasara y quieres ofrecerte tú en bandeja? ¿Has pensado en lo que sentiría yo si te pasara algo a ti?
¿Qué mierda ocultas de aquella época? ¿Por qué esa mujer te conoce tanto? ¿Por qué te odia?
¡Habla!

Guillermo ocultó el rostro entre las manos, el silencio se cortaba con una navaja, cuando luego de una larga respiración, habló en un hilo.

__No puedes entender aquello, vivías en un mundo mágico, cielito, pero el sitio oscuro donde entré a sacar a esas chicas tenía de todo… droga, escort, taxi Bois, prostitutas, y ese tipo, el que les causó el Estocolmo o amor, era un depravado, un asesino, pero un degenerado, se supo que yo era gay. Esa gente se da cuenta, porque allí, es uno y  todos con todos, ¿entiendes?
__No soy idiota, Guille, no tanto como crees.
__Sospecharon de mí, de algún modo, se corrió la voz que yo no era del palo, y entonces ocurrió lo peor de todo lo que vi, de todo lo que tuve que hacer…
__ ¿Mataste?
__! No! Me miró, con una mezcla de bronca, de dolor, de profunda tristeza __. Te dije que no soy un asesino.

Ellas eran amigas todavía, al menos en ese caos andaban juntas, y el tipo me pidió que pasara una noche con él, y con otra.
___ ¿Un trío sexual?
__Eso mismo.
__ ¿Te entregaste a él?
__Pedro, he tenido decenas de amantes, si quieres odiarme o sentir asco, él sería uno más, pero no. Yo no fui suyo, me pidió que para excitarse…, a veces estaba tan colocado que no podía si no era sobre estimulado, me pidió que lo penetrara mientras él lo hacía con una chica… y no podía arriesgarme, me dijo que se lo diera como prueba de que era  parte del grupo, no podía poner en peligro todo, y lo hice. Fingí inhalar y lo distraje, estaba lúcido, pero eso lo hice.
Calló.
__ ¿Y? ¿Qué mierda tiene eso que ver con Nancy?
__Ellas dos… Camila y Nancy entraron, colocadas, borrachas pero nos vieron, en la cama de tres, allí supieron que yo era gay. Jamás olvidaré sus miradas, gélidas, odio en hielo, el odio de las dos. Jamás perdonaron que poseyera al tipo que creían amar. Jamás a hoy.
Camila espetó…  que estaba embarazada de él, y empezó a insultarme, lo mismo que dice ahora gritando, la redujeron entre varios, Nancy solo se quedó congelada, como esa mirada… y supe que viviría para volverme a encontrar.
__No puede ser… no puede…
__Pedro, si entramos al país y le hago saber que te amo, vendrá por mí, y Miller podrá ponerte a salvo y atraparla, ese es el plan, es la única opción, no entregarte a vos, eso no lo aceptaré… Jamás.
¿Pedro? No huyas, golpéame, no me odies, cualquier cosa pero no te vayas ni dejes de amarme, cielito, fue uno más y solo esa vez, Camila con el embarazo, me salvó de que aquello continuara. Fue esa única vez.

Imaginé la escena, sentí que un puñal se clavaba, más allá, que me trituraba por dentro, que el dolor del pecho me destrozaría el corazón, que ya estaba destrozado, me duele Camila, me duele mi cuerpo, esa mujer, me duele… ÉL, que tenía la cara inundada en llanto.

Continuará.
Hechos y personajes son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es coincidencia.
Lenguaje adulto. Escenas explícitas

22 comentarios:

  1. Leticia Todos somos especiales , únicos e irrepetibles .
    El universo , se confabula para juntarnos, con alguien que nos hará estremecer y cambiará nuestra forma de mirarnos a nosotros mismos y a nuestro mundo .Divino, Eve.

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  2. Iris Preciosa ÉL.En verdad, siempre el primer amor deja huellas; y mas si ese amor perdura.

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  3. Antonieta Toda una metáfora de la vida, del amor, del estar juntos compartiendo todo!! Hermoso

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  4. Veronica Lorena Piccinino la calidad de tus relatos son excelentes Eve Monica Marzetti. La sutileza con que narras la relación amorosa, los dialogos y la trama son muy buenas. hacía mucho que no leía esta historia, este capitulo me gustó.

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  5. Sol Urvino Toda relacion turbia deja secuelas, como en el caso de Guille, y algunas vuelven para complicar el presente. UN BESO, EVE.

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  6. Por fin se supo el motivo de tanto odio Eve...Pero todo eso pertenece al pasado, cuando ellos aún no se conocían, de ningún modo puede ser un motivo para separarlos...Por suerte Camila se enamoró de Alberto y Pedro va a entender que Guillermo tiene razón, que el amor es más fuerte y que todo lo puede...

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