miércoles, 6 de marzo de 2019

SUR. CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES.


SUR.
CAPÍTULO  CINCUENTA Y TRES.

"… por qué, sin buscarte te encuentro por todas partes, especialmente cuando cierro los ojos."
Julio Cortázar.

«La sabiduría que se encuentra en un hombre en forma puramente teórica sin llegar a ser práctica se parece a la rosa cuajada de pétalos, que regocija a otros con su color y aroma,
pero se marchita sin haber dado frutos.
No hay rosa sin espinas. —Pero sí algunas espinas sin rosas».
Arthur Schopenhauer - Parerga y paralipómena II.
“El amor, esa estrella de sombra infinita,
aunque muera cien veces,
cien veces resucita”. José Ángel Buesa.
 “La soledad es la gran talladora del espíritu”.
Federico García Lorca.


Analía se dirigió  a la puerta,  Antonio la alcanzó y la aprisionó contra la pared, deseando besarla y llevarla a su piso para resolver la tonta disputa entre sábanas.
__ ¿Qué? _ dijo desafiante ella__. ¿Te piensas que porque le pediste permiso para estar conmigo me olvido que me trataste como a una…? No me olvido que la única vez que te acostaste conmigo, poco bastó para que me tirases a la basura.

Salió  hecha una furia del café, y los abogados la vieron perderse entre la gente que caminaba por la Plaza del Ángel, mientras Gutiérrez se quedaba en el bar, paralizado.


ANOTACIONES DE PÉRGAMO.
EGIPTO, Alejandría  415, d.C.
La biblioteca era el centro neurálgico del saber. En ella se guardaban  los escritos y documentos más avanzados de la época. La amenaza de un ataque por parte de aquellos que los consideraban paganos, ponía en vilo la seguridad de los rollos que avalaban  los avances en las artes y las ciencias que se habían logrado desde los tiempos de Ptolomeo I.
Hipatía de Alejandría era la primera mujer directora del establecimiento. Desde su scriptorium tenía una visión completa del Templo de las Musas y el Serepis. Los jardines que lindaban la creación del Gran Alejandro competían con la belleza del  faro recortado en la distancia.
Cuando el sol se pusiera, luego de que Orestes se hubiera reunido con Teodosio, partirían hacia la Isla de Faros para reunirse con el grupo de sabios.
El grupo estaba a cargo de la seguridad de la biblioteca desde que había sido creada por orden de los ptolomeos. Hipatía se reunía todas las semanas con ellos a discutir qué debía incluirse en los pinakes. La Carta de Aristeas a Filócrates no iba a ser incluida por decisión del consejo. Los sabios, que habían participado de la escritura  de la primera Biblia, la consideraban una estafa al arzobispo Cirilo. Hipatía no compartía la decisión. Creía que todos los vellums debían quedar registrados en el catálogo y no grabar dicha información en el pinake era tan censurable como los caprichos del arzobispo cristiano.
La filósofa no podía dejar de pensar en Cirilo. A lo largo del día se había sorprendido imaginando su cuerpo duro y trabajado sobre ella. Había imaginado despojarse de esa imagen, pero, le resultaba imposible. Volvió sobre el pinake con el listado de libros que había logrado escabullir del Serepeo. Esa tarde se los entregaría a los sabios. El primer paso para la creación de la Biblioteca de Pérgamo, había sido dado.

MADRID.

__ ¿Estás bien Pedro? __interrogó Guillermo preocupado ante los frecuentes accesos de palidez y sudoración desde que conocía a Analía.

__Sí Guille. Es solo que tengo la certeza de que Dora tiene razón. Desde que asesinaron al padre de Analía, siento en el cuerpo lo que mi mente refleja, me voy a recuerdos de mi niñez en Polonia, a mi abuelo, al don, luego a la guerra, antes de la llegada al Sur _ susurró Pedro como concentrado en su interior, mirando hacia él__. Y es que presiento que al fin de esto hay respuestas para mí, algo que me pertenece, y por tanto a ti, y a Josecito.

__Es lo que dice Dora, sí _afirmó Guillermo dejando vagar la mirada en el cielo raso__ ¿Algo que haya llegado desde Hipatía a la editorial de Analía?

__Tal vez, sí. No estoy hablando de encontrar al o a los asesinos de estos hombres, no es que esto no sea importante, pero creo que lo que nos compete  por nuestra condición va más allá.
__Sí amorcito, pienso igual, pero no te asustes, estamos juntos en esto, ahora no estás solo como en la guerra o en las veces en que te dejé, estamos de la mano en lo que sea que fuere esto que está llegando, que creo se abre con esa caja que tiene Analía, y en cuanto al asesino que creo no es uno y al móvil, solo veo una conexión evidente entre el padre de Analía y su socio, además de que las muertes fueron casi simultáneas, una en Madrid, la otra en Buenos Aires.__ Pedro enarcó la ceja y le clavó la mirada__. Los dos aparecieron con los labios cosidos, los dos sabían algo que no deseaban que saliera a la luz, el mismo secreto, el tema es cuál.

__ Y por qué saldría ahora a la luz, porque es evidente que ellos se conocían desde hace mucho tiempo, y antes sus antepasados _continuó, Pedro.

__Es perentorio y espero que lo haga pronto,  que Analía  mire esos recuerdos personales, para que revisemos la caja, no creo que Maler le dejara ese mensaje diciéndole  poco menos que ahora irán a por ella y solo la hiciera venir acá para dejarle unos recuerdos de su romance __afirmó Guillermo revolviendo el cabello de Pedro.

__Tarde lo que tarde, y si me perdonas, no me gusta demasiado Gutiérrez, no sé, veo que está loco por ella, pero tiene algo raro, enigmático, que no me despierta confianza, no me gusta.
__Opino igual, tranquilo, por ahora  le seguiremos la corriente, pero atentos a Analía, si van a matar a alguien más es a ella, y me temo que hasta hace unas horas ella no sabía nada de nada, que el secreto se lo legó su ex en esa caja. __Mi bello niño sabio, cuánto  debes de haber sufrido en esos años solitarios, y yo perdido vaya a saber dónde, en qué plano.

__No me pongas en un pedestal que soy tan humano como tú. La palabra de tus labios endulza esta áspera vida mía y la suaviza y la pule con polvo de estrellas azules y naranjas, pero sigo siendo tan humano como tú.
No me ensalces demasiado porque sé que voy a caer y odio eso, quisiera ser lo que piensas para mí y más. La canción nueva y perfecta que hace cerrar tus ojos y cabalgar en el blanco corcel y elevarte por encima de las nubes de nieve azucarada y mirar con ojos de miel el paisaje que nunca pudiste contemplar, pero sigo siendo tan humano como tú.
No creas en la imagen que me precede pues por detrás también hay aflicción y miedos. La felicidad se escapa y no hay trampa que la pueda retener. Quisiera verme así para ti, un ser sin igual y de algún modo lo soy y empujo con fuerzas y me visto de poder y huyen ante mí las dudas y el dolor, y lo imposible claudica ante por mi empeño y te visto de sedas y te siento en un trono rodeado de hadas que te sirven y la sonrisa no se aparta de tu ser, pero recuerda también que sigo siendo tan humano como tú.
Me miras con ojos diáfanos y cansados y te preguntas si tal vez lo soy. Yo sé que soy pero no como quisiera en lo total del sentimiento puro, en la suavidad de toneladas de algodón, de la palabra que cura o en el viento que despeja tu cielo gris. Quisiera pero no puedo y odio no poder y no puedo porque sigo siendo tan humano como  tú.
No me pongas en un pedestal, te digo, mientras te entrego el próximo escalón. Es que por más que me pese, sigo siendo un humano, como tú.
__Te amo en todas tus imperfecciones, eternos pero humanos al fin, nuestra eternidad no nos hace perfectos, por ejemplo no conocemos hoy lo que esta signifique, ni siquiera si es realmente eterna nuestra vida, menos   lo que dimos a los chicos y a Dora o Cuca _dijo Guillermo.

Pedro dejó que Guillermo atrapara sus labios luego del roce e inmiscuyera su lengua en la boca sintiendo la dureza que despertó en los dos. Ya ninguno de los dos emitió palabras, la respiración agitada, los labios húmedos, la mirada vidriosa tenían su lenguaje, se abalanzaron sobre el otro arqueándose involuntariamente cuando los imprudentes dedos volaron a sitios secretos, y acompasados con el vaivén sin poder reprimir gemidos, mientras los dedos rítmicamente entraban y salían preparando un trayecto,  las contorsiones los liberaron de la ropa, y con las tetillas al descubierto, ruborizados por el encuentro y anhelando la culminación estaban listos para continuar y dejar la vida en el acto. Lo supieron y sonrieron abriéndose dichosos al otro.
Guillermo retozó su boca por la piel a lametones y mordiscos, recorrió cada poro, cada centímetro, lamió y succionó a antojo devorándolo a Pedro tanto como él necesitó sentirlo esta vez presente y a su lado para todo.

-Un lento otoño gris cubre la fugacidad del tiempo de mi vida. En un sendero de tiempo de otoños silenciosos, busco un nuevo horizonte en mi vida sin amor que acontece de prisa, y espera la dicha de reconocerte. Callado mi verbo, de tanto imaginarte, pensarte y conocerte.
Y en aquella tarde gris te conocí y te supe mío como en el alba de mis días porque solo verte es sentirme dueño de tu vida y tus primaveras florecidas. Con el otoño en mi corazón, de tu tibio aliento, bebí la vida. Dónde estabas amor, te esperé tanto sumido en el ayer mi cuerpo ardiente   para  poder temblar de gozo en tus brazos con mis caricias y tu amor naciente.
Mis verbos renacen de sus resabios de tristes otoños, por ti.  Voy a desterrar las ilusiones perdidas, y todas mis calladas noches y días  entre la tibieza de mis otoños y tu aroma a primaveras, cantando a la vida. Tu amor iluminó las soledades de mi mundo en penumbras.  Contigo, olvidé mis fantasmas de ausencias, desterrando el amor perdido para amarte hasta tu sombra, tu consuelo y tus caricias, urdirán mi olvido.  Y mis mustios otoños beberán la vida de tus primaveras. Retornaré a la vida, al conjuro del mar de tus ojos y el rosedal de tu boca y seré un roble descubriendo brotes en otoño  con la pasión que provocas. Cuando dejamos de buscarnos, nos encontramos. Ahora, déjame amarte, yo te enseñaré el amor.

Guillermo lo penetró, se detuvo disfrutando de la mirada y la contemplación, luego siguió  saboreando la espalda, los glúteos, el cuello, sintiéndolo ronronear debajo.

_Te morderé… y lo que es aún mejor, lo presientes. Sabes bien que sé dónde, y con qué énfasis, roerte. Cuando me miras afilándome los dientes, tiemblas.
Yo lo sé y me exhibo acerándolos. Tu nerviosismo me excita, no sabes qué postura tomar,
como si estuvieras presto a ser torturado, como si yo fuera verdugo. Tu inquietud te delata, te mata. Y aquí estoy, sobre mi presa. Empezaré por la nuca, la raíz de esos pelos es suculenta, cuando los muerdo te estremeces, es como tocar una tecla… ¡cómo funciona!; paso a la oreja, aún no la he tocado e intentas huir al oír mi profunda respiración, te cuesta asumir el papel de presa del amor, la muerdo con fruición, revuelcas las sábanas, las pobres, perecerán; desciendo al cuello, ya no hay dudas, eres mi caza total, con el cuello entre mis fauces estás acabado. Le enseño un solo colmillo y gritas, ¿habrase visto semejante victimismo?, lo hinco y explotas, la sangre corre a borbotones, se inunda la habitación, clavas con furor tus uñas en el victimario, nos ahogamos de placer, nos falta la respiración, me culpas por semejante salvajada, para acto seguido exonerarme, me incitas, profundizo en la carne, tu suave, melosa y sedosa carne de duende.
Crees que no iré a otra parte, pero te decepciono, nunca una decepción fue tan placentera.
Desciendo. Noto cómo intentas escabullirte (al menos, eso parece), pero fallas, sucumbes a mis deseos salvajes, royo tu  pecho, aquí no dejo absolutamente nada, nada de nada,… sé que mueres, sé que lo sabes, que nunca pasaré de otra forma por esta parte del menú.
Desgarro tu vientre, chupo vísceras, desgasto la cintura, desaparezco tu gracioso ombligo.
Más. Desciendo al paraíso, pongámonos serios, aquí hay trabajo, los dientes se desgastarán, soy consciente de ello, entre tanta labor atino a respirar a veces, sin embargo, las dentelladas son feroces, te proteges como puedes: elevando tu temperatura, moviéndome el entorno, tirándome de la melena, empujando (o quizás atrayendo) mi cabeza, esto no lo tengo claro, pero das a entender que te defiendes, lástima de ti, te tengo bien atrapado, mis brazos están anclados a tus caderas, mis brazos fuertes, tus caderas potentes.
Había mucho que morder y persistí hasta el final, hasta que desapareció todo, tu ser encendido y mis dientes. La última vez que vi tus piernas, bailaban al son de la sombra de las velas, al aire, las cachetadas de tus muslos habían enrojecido mis orejas, el pudor ya era historia antigua que, en ese instante, no podrías mantener ni en sueños, no con tanto candor derrochado y es que de eso se trataba, de gastarte, de morderte. Recuerdo que hubo un momento en que suplicaste:

-Por favor. __Atiné a escuchar un leve murmullo.

-¿Podrías ser más explícito…?
-…más…

Y Guillermo embistió firme, y más profundo, más rápido, estaban agonizando, el final no tardaría, y nada más importó cuando los músculos se tensaron, cuando derramaron todo el placer, cuando estallaron en ese infinito eterno, cuando la luna se cruzó con el sol,  cuando ambos se colaron a espiarlos, ellos nunca se dieron cuenta porque cada vez y siempre, seguían haciendo el amor.

__Pasarán los días... Y juntos seguiremos. Nuestro amor compartiremos eternamente
porque la vida nos unió y se selló nuestro destino. Desde el día que te conocí y me enamoré de ti cuando nos entregamos encontramos la dicha. Caminaremos tomados de la mano recorriendo este bello camino que lleva a la felicidad verdadera contigo mi amor. Pasarán los días entre besos y caricias, noches eternas de seducción, amaneceres derrochando pasión. Sigamos escribiendo esta historia. Hagamos eterna esta experiencia. Nuestras almas se encontraron y desde ese momento triunfaron. Hoy es nuestro momento cumplamos nuestro juramento de amarnos intensamente. Solo tú y yo eternamente. Jamás te pienso, porque nunca te olvido.
__ No te imaginas cuánto te amo,  desde el día que tú llegaste a mi vida lo cambiaste todo.
Llegaste a mi vida sin buscarte y tú me encontraste cuando más necesitado estaba. Eres ese amor perfecto sin ataduras, el que vivo con libertad, sin celos, sin problema alguno. A ti te debo todos mis sentimientos,  te dedico…  Mi ternura,  mis verbos, a ti mi dulce amor que lo has dado todo a cambio de que te ame,  no lo dudes cariño mío, estás en mi corazón, en mi mente, en mi alma, porque yo estoy completamente enamorado de tus locuras, de toda tu esencia, de toda tu grandeza, me has dado tu corazón en la mano y eso lo alabo, después que me sentía perdido sin tu cariño.
Tu presencia la has llenado con tu vida hacia mi persona, tú y solo tú has llenado el vacío de mi alma, nostalgia de un amor que ahora no quiero recordar, porque tú eres el amor de mi vida, porque tú lo eres todo para mí. Me he entregado en cuerpo y alma y aferrado cada encuentro clandestino, donde tú y yo solo somos torbellino, somos ese huracán que se lleva todo, nos amamos esa es la gran verdad. Somos fuego, somos llamas e infierno exquisito, ven cariño mío quiero darte mis besos que he guardado bajo mi almohada, enloquecerte con mis caricias, recorrer todo tu cuerpo, sin dejar un espacio en blanco. Quiero hacer vibrar cada parte de tu ser, déjame abrigarte con mi piel, déjame solamente amarte, quiero cerrar mis ojos y al despertar aquí estés en mis brazos. Bésame amor mío, bésame tanto que mis labios solo ansíen tus besos, mi boca solo saboree tu dulce miel, quiero grabarte en tu piel mis letras con mi nombre, para que nunca te marches, porque ya formas parte de mi existencia, porque simplemente tú siempre serás todo para mí.
Tú, eres mi refugio en los momentos de tormenta. Tú, eres mi paz, mi fortaleza, mi delirio, mi mayor riqueza. Tú,  eres ese mar donde desaparecen los sufrimientos, donde nacen nuevos sentimientos, los más puros y sinceros  que solo a ti he de dar. Tú, con toda tu ternura, le das sentido a mi vida,  te llevas mi cordura y dejas en mi alma toda la dulzura que en tu alma anida. Tú, solo quiero estar contigo  sentirte a cada suspiro, vivir en un mundo donde no hay olvido, salir ya de los sueños y tengamos mutuo abrigo.
__Creo en el amor, precioso porque lo vi cuando éramos enemigos. Porque es por tu cuerpo
que estoy vivo, porque es por tu cuerpo que aún respiro; porque las piedras  rudas del camino,  son suaves esponjas  cuando camino hacia tus besos; una vez morí en tus brazos, otra me tomaste en ellos cuando renací en el Sur, otra me hiciste eterno con tu sangre para que hoy caminemos a la par el peligro.
Creo en el amor,  porque después de trashumar por mil parajes, me detengo en tus brazos  lúdicos de amor; porque después de la fe perdida, me detengo sereno en tus oníricos sueños
 vuelvo a suspirar; creo en el amor, porque sonríe el universo infinito, cuando vos  sonríes.
Porque el mundo está lleno de colores, cuando pasas, porque las guerras  se silencian en tu mirada pasiva  y son tus palabras  misiles de ilusión. Porque los motines de las calles revueltas son tus himnos  de amor y de pasión  y agonizan las tristezas, fenece el desamor, se inclinan a tus pies las alegrías. Creo en el amor, porque me burlé de las envidias, de las palabras, saetas mordaces y  en el  lienzo en blanco de tu cuerpo al llegar y sin temor me refugié abrigado bajo tu piel. Creo en el amor porque existes vos, yo existo, y formamos un nosotros que será eterno.
Y quiero que cuando esto haya terminado y regresemos, al fin sigamos o retomemos el tema del casamiento, hoy es solo un papel, un pase por el registro civil, en años luz adelante quizá sea otra cosa, iremos renovando los votos no por tiempos caprichosos sino de acuerdo a la evolución, ¿te gusta?
__Me fascina amor, será una manera de darle sentido a esta eternidad y de en ella tener siempre un objetivo, renovar los votos en las formas que se vayan creando y se nos vayan concediendo, en los derechos que nos vayan ampliado con la lucha hacia delante.

La noche se apodera del espacio y me acuesto desnudo sobre el lecho; te imagino a mi lado, y es prefacio que aumenta los anhelos de mi pecho. La creciente lujuria me vulnera colándose por todos los rincones, el hambre me convierte en una fiera que exige satisfagan sus pasiones. Ansioso y sin pudor deslizo urgido, los dedos por mis montes y mis llanos, mi piel está sensible y encendida buscando la presencia de otras manos.
Te invoco con el brillo de mi fuego y vienes a mi encuentro, fiel amante, cuando gimo tu nombre como un ruego se dibuja el deseo en tu semblante. Con prisa te despojas de tus prendas (no dejas ni un instante de mirarme) jalando mi cabello como riendas, me acercas a tu cuerpo, sin dañarme. Te ofrezco generoso mi  deseo, sin dudarlo, certero lo introduces en tu boca; interpretas la danza más eterna y al borde del abismo me conduces…
Tu lengua va plasmando mil diseños, con labios que no cesan de besarme y logras consumar todos mis sueños, hallando mil maneras de tocarme. Provocas sin piedad mis areolas y tetinas, sin darme cuenta araño tu costado,  mi pelvis te contiene entre mis glúteos donde te hundes, me amas como nunca me has amado. Me disuelvo explotando en mil pedazos mientras gruñes sembrando tu semilla acabando rendido entre mis brazos con la frente pegada a mi mejilla.

__ ¿Puedes recordar cuando morías cada vez?, yo hace tanto que vivo que lo olvidé _dijo, Pedro.

__Algo, solo si me transporto a la última vez, antes de viajar al sur cuando Ana murió, me sumí en miles de preguntas, no te recordaba amor, y hoy eso me parece casi un sacrilegio.
__No lo es, eras solo un ser humano, ni te sabías amando a un par _continuó Pedro__. Cuéntame.

Guillermo cerró los ojos.
“¡Siento todo, como una agonía del silencio y hastío! Flota mi alma y llega al final de secos caminos grises y caminando en secos senderos bordeado de cruces presiento los cirios encendidos sobre mármoles fríos. En mi cuerpo divagan latidos, con ecos sin sentido entre el oscuro y cavernoso laberinto de mi pecho que resuenan como tambores sin ritmo, al acecho de augurios de vuelos mortales, alientos perdidos. En Infinita soledad, tristes, se mueren mis otoños,  vuelan secos entre brisas de añoradas primaveras y cuando gira la muerte la llave de las conciencias aleja de mi memoria  todos mis bellos ensueños. Y todavía pienso ¿son eternos el amor y la memoria? O serán como la lenta agonía de morir, cada mañana cuando llora la vida y a la muerte reza en madrugada,  perdón pide a la conciencia, y se pierde en la historia. Y así será, el alba de mi historia donde la esperanza yace, muerta.
__El amor es eterno por ello nos reencontramos, ahora la memoria no la conservo toda, creo que como mecanismo de defensa, de hacerlo, enloqueceríamos, ahora mismo, empiezo a recordar ciertas cosas porque presiento se acerca algo en que las necesitaré.
 __El amor estaba apenas te vi en el Sur. Fue inevitable no sentir  los latidos de tu corazón, cuando mi mirada se refleja en tu mirada, fue inevitable no sentir, la pasión de tus labios, cuando me besas, fue inevitable no sentir, ese aliento ardiente que suspiras y que tantos placeres me provoca, fue inevitable no sentir, esa sensación de deseo que  fluía de tu piel, envolviéndome en un mar de sensaciones,  fue inevitable no sentir  cómo se incineran mis labios en el fuego candente de tu piel,  tus suaves suspiros  y gemidos mientras tu cuerpo  se funde en mi cuerpo, las fantasías que recrea mi mente, con tu desnudez, por eso,  solo respira, cierra los ojos  y deja que bajo las sábanas de tu piel, sigamos amándonos con frenesí enamorados. 
-En la luz de tu mirada me encontré con la tímida promesa de una aurora, en un suave conticinio de ilusión, despertando el alba, venciendo las sombras.
-Te busqué con mi mirada enamorada y entre muchos, a tus ojos me aferré, prometiéndote el amor que me embargaba sin palabras, sin razones, sin por qué.
-En un beso furtivo te ofrecí mis anhelos, fue mi ofrenda sincera de adorada pasión y confiando en la promesa que leí en tu mirada me abracé a la esperanza de tu infinito amor.
-Mis labios saborearon el toque de los tuyos, fue un beso tierno y dulce aquel que nos unió, sentí tu corazón latiendo al mismo ritmo que el mío desbocado por ti, por tu pasión.
-Una hermosa melodía alimentó el romance,  nos envolvió en su manto de mágica ilusión,
y en un inmenso abrazo de armonías y notas nos cautivó en su hechizo y en él nos atrapó.
-Nuestras miradas se dijeron en silencio lo que los besos sellaron sin hablar. Encuentro de quienes no se buscaban y al encontrarse se juraron siempre amar. Es cierto. Las  personas sensibles no abundan.
La mayoría somos orgullosos, egoístas y somos conscientes de ello. Nos sentimos superiores a otros de bellos corazones  que alteran nuestras almas en intensas y  fuertes emociones, y sin tener que dar explicaciones. Que nos aman, nos enamoran y lo entregan todo sin reservas, en cambio nosotros solo pensamos en nosotros mismos. Somos incapaces de reconocer nuestra necesidad, nos vamos de copa con los amigos, que son pasatiempos adictivos, y los egocentrismos, que con palabrerío según los convencimos y nos engañamos a nosotros mismos.
Exigimos todo sin dar nada a cambio, pero la verdad, no nos alcanza la hermosura de alma que poseen, les pertenece, se siente y se extiende, y hacen que nuestra piel se queme de intenso placer. Son poesía pura que muchos de nosotros no sabemos interpretar, son como el verbo que inicia y no tiene fin, la rima perfecta, son frescos como la primavera, lo que muchos añoran… felicidad, perdonen nuestra falta de caballerosidad, torpes, toscos, medio incultos, por el contrario ustedes son fuertes y lo comprenden. Y no dejan de amarnos  porque son sublimes de pensamientos, de la nada nos ponen contentos, apaciguan nuestras mentes, y acallan los silencios, nunca dejan de soñar, son tan necesarios como el sol. Y libres como el viento, intentan volar, sonríen, buscan el cielo y el universo,  una razón, y solo  tienen la explicación.
Solo sé que hacen vibrar nuestras almas con ríos de besos eternos, de intensa pasión.
-- Un día fuiste tú, dejé de ser yo y fuimos nosotros.

Un día, sin darme cuenta, quedé prendado a tu sonrisa, quedé hechizado con tu mirada, quedé cautivado con tus palabras, me hice adicto a tu presencia en mis días y nada pude hacer para evitarlo y nada quise hacer por evitarlo.
Me vi necesitado de ti, buscándote en mis sueños, en mi despertar, en mis desvelos, en mis ratos de ocio, en mis momentos de pensamientos que vuelan lejos y a ti te encuentran y a ti te buscan y a ti esperan.
Y de ti nació la poesía, le diste forma a mis letras, le diste sentido a mi prosa, surgieron versos y rimas provenientes de ti, me diste musa presente y supe que eras tú quien siempre estuvo en mi pluma, es que en verdad siempre estuviste presente sin saberlo y entonces te hiciste presente pero ya no en abstracto sino palpitante, tocable, palpable, admirable, deseable, entrañable, querible, amante.

Te alojaste en mi corazón, te robaste mi tiempo, te adueñaste de mi alma, te apoderaste de mi corazón y lo llenaste de amor y de amor me llenaste y de amor te llené.
Y el tiempo ya nunca más importó, ya nunca más fue tiempo sino presencia, tu presencia o tu ausencia, así mido el tiempo desde entonces.
Un día fuimos nosotros y seguimos siendo y seguiremos siendo.
Un día fuiste tú y fui yo para ti y fuimos nosotros por siempre y para siempre.
Estoy escribiendo, porque la eternidad es infinita y quiero tener los hechos, pero nada de publicar, no al menos en esta época, mira el lío en que nos metimos.
__Lo sé amorcito y lo siento, pero también yo escribí parte de nuestra historia, la idea fue buena, lo malo fue hacerla pública, pero hemos aprendido la lección.
Espacios vacíos llenos de soledad conocí antes de hallarte, rostros en la lejanía que se ocultan bajo la mirada de espejos rotos que cuelgan en el tiempo, voces que me hablan desde el silencio de un grito, marcándome el destino de continuar respirando en el camino de la efímera realidad, sigo despierto pero mi mundo pertenece a los sueños, he intentado seguir adelante buscando un mañana anhelado,  pero siento que naufrago en el océano de mis recuerdos, completamente solo con mi dolor a cuestas por dejarte escapar en las brisas del viento, cada noche percibo tu sombra entre mis sábanas, alimentando el desequilibrio en mi locura por volver a sentir esos momentos inolvidables que habitan eternamente en mi memoria, la verdad, mi única verdad seguirás siendo tú, en mi alma tu nombre permanecerá por siempre tatuado con letras de amor. Así padecí cuando no estabas. En ese estado llegué al Sur.
¿Te amaré menos dentro de cien años?
__Calla y dame un beso que me haga estremecer y no me pueda detener a escalar la pasión
de la mano de tu amor. Dame un beso que mi invite a cerrar mis ojos en un vuelo a ciegas
donde tu boca  me brinde su humedad para saciar mi sed de perderme en tu piel. Dame un beso que sea ardiente para cruzar la fronteras de lo calmo del amor, para llegar a la locura pasional, que sea un lazo de tu latir con mi latir para florecer en alguna primavera con el beso de tu sol, que sea chiquitito y se agigante con el roce de los labios en un beso apasionado de nuestros corazones enamorados. Hagamos un cóctel de estos besos para embriagar nuestro ser con grandes porciones de amor y pasión.

Te aproximas a mí. Te inhalo y disfruto de tu esencia viril, que tanto me encanta, trato de escapar de esa mirada lujuriosa que me desnuda, mas no puedo. Estoy irremediablemente adicto a ti, cual si fueses un narcótico, que me sumerge en un mundo de deliciosas sensaciones. Sé que bastarán pocos minutos para caer en tu lazo apasionado. Sé que cuando me ciñas de la cintura y susurres palabras de amor en mi oído, no podré resistirme y me uniré contigo, como solo pueden unirse el mar y el cielo, hasta culminar en un vaivén explosivo de violentas olas.
¡Bésame! Bésame para saborearte totalmente, mientras gimes satisfecho.
Siente cómo nuestros cuerpos hierven, percibe lo mucho que desean fundirse, ser uno solo, con el placer del éxtasis en cada momento. ¡Ámame así, amor mío!
Derríteme en ti, lléname cada poro de la piel con la miel que emana de tu boca, aprópiate de cada espacio,  profana irreverentemente mi templo, hasta bendecir con tu elixir el sitio más íntimo de mi cuerpo. Déjame satisfecho, con la promesa de estar conmigo de nuevo,
pero si ya no regresas sabré vivir en la soledad de mis horas, sintiendo que estás en mí y que conservo dentro, tus húmedos recuerdos. Dulce veneno mío, eres mi perdición, quiero beberte y saborear tu desnudez, eres el elixir más embriagante, más seductor, son tus besos que me atormentan cada vez que en tus brazos estoy, tómame despacio por favor.

Desnúdame lentamente con tu mirada, pues quiero ser tu locura más amada. A veces me siento culpable por tener tu amor. Eres mi pecado favorito, pero cuando estás en mi presente todo desaparece y pierdo la razón,  tú simplemente me acoges en tus brazos, no sé cómo manejar toda esta pasión, mi cerebro dice detente, pero mi corazón solo te desea apasionadamente.
Nuestros encuentros son tan sublimes, que no quiero separarme ni un instante de ti, solo en tus brazos soy feliz.
Quisiera que el tiempo se pare, los minutos y segundos a tu lado me hacen tan vulnerable,
que solo tus huellas se hacen evidentes en mi piel,  tatúas cada parte de mi cuerpo, y ahí precisamente esta grabado tu nombre. Me transformarte en un amor imposible, solo un tiempo. Tu boca es un veneno irresistible, completamente mortal, del cual no puedo escapar ni un instante, me asesinas me atrapas, como esa droga que obstaculiza mis sentidos pero que es tan dulce porque es mi delirio, es la locura exquisita en la que pierdo completamente la razón.
Y te sueño por las noches, y te extraño cuando no estás a mi lado, necesito tus caricias, necesito tu esencia y tu aroma, te necesito a ti en todas formas, no puedo decirte que te amo y sin embargo, lo digo en secreto, y guardo silencio, y eso es lo que se vuelve excitante,  quiero solamente ser tuyo.
Me invade tu piel con tal dulzura a la orilla del río y la brisa que nos envuelve no hiela, es cálida y a medida que pasan los segundos aumenta nuestro calor con esas caricias, bellos instantes inolvidables en este paraíso terrenal de vida y placer.
Me encanta esa mirada tuya con esos ojos expresivos de amor y labios sedientos, lujuriosos, donde las palabras son mudas, tan bellos instantes y la armonía de nuestros cuerpos con estas expresiones donde el mundo es nuestro espacio.
Juntos en este lugar paradisíaco, es como una fantasía con nuestra existencia en ella, la luz de tus ojos es mi vida y por medio de ellos navego por las estrellas sin salir del terruño que nos limita en un sin fin.
Eres la mayor grandeza creada para amar en medio de este paraíso sin igual, encontrando cada uno esa fortaleza y escudo donde prima el amor expresado en un sentir de ensueños en estos bellos instantes, hermosos instantes.

__ Guillermo comenzaba a redactar parte de la entrevista efectuada a un famoso dramaturgo, quien se prestó a contestar infinidad de preguntas. Todas referidas a la presentación de su siguiente trabajo literario, aunque dudaba de un par de respuestas esquivas, después de observar que le cambiaba de tema, a la vez que los ojos se negaban a permitirle comprobar dicha veracidad de argumento , ya que intentaba defenderse de cualquier ataque encubierto , dado que guardaba varios secretos inconfesables. Pero ninguno debía ser publicado, estando implicados ciertos miembros de familias adineradas, a las que se pretendía cubrir de escándalos, nadie podía conocer esa información.
Temía que le censurasen parte del material recopilado, recordando tiempo atrás diversos registros, donde se llevaron muchos de los trabajos de investigación, así como cientos de grabaciones de conversaciones, con artistas, pintores, escultores. etc.… Ni siquiera pudo hacer copias de seguridad, ya que le había precintado cada una de las puertas de acceso. Obligándole a refugiarse al lado de un grupo de intelectuales, que trabajaba bajo seudónimos, de esta forma logró difundir cortas colaboraciones, queriendo mantenerse al servicio de la sociedad.
De momento iba sacando pequeños matices, además de encuadrar columnas cargadas de realidad, huyendo de ambigüedades de escasa importancia para el lector, prefiriendo darle aspectos con los que identificar al personaje, igualmente se centraría para expresar opiniones generales, sin entrar en juicios paralelos.
__Muy buen trabajo amor.
__ ¿Te gustó de veras?
__No. De mentira porque solo me gusta tu amor.
Rieron.
--Este loco amor que nos une, que para nosotros es único, irrepetible, singular, es tan solo uno más entre los miles, millones que se repiten y se han repetido a lo largo de la historia. Una copia burda de Romeo y Julieta, Cleopatra y Marco Antonio, Penélope y Ulises de Itaca, París y Elena de Troya, Hamlet y Ofelia, Don Juan y Doña Inés y tantos otros.  Dos desconocidos, tal vez no pasemos a la historia, ni nadie nos nombre y estemos destinados al anonimato y al olvido. Eso no es lo importante, lo realmente importante es que nos encontramos, entre miles, millones de personas y nos amamos. En la infinidad del desierto, dos granos de arena buscándose en el azar de las dunas. Acaso tú no me creas, pero yo ya te había elegido mucho antes que respiráramos el mismo aire, que mi piel reconociera tu piel, tú estabas rondando inconscientemente por los rincones oscuros de mi mente, anunciándote como si el viento de un tiempo pasado me hubiese despeinado, gritando tu nombre y un conjuro milenario se hubiese, otra vez, cumplido. Quizá no creas en casualidades pero yo estaba en ti, en el brillo de tus ojos, en la esperanza del ave sin nido, en el gemido de la noche y en la quietud de las estrellas, tú ya me habías elegido, no hizo falta que alguien me presentara, reconociste sin dudar la intermitencia de mi luz, rescatándome de la soledad y del frío.
¿No me crees?,  no importa, cierra los ojos sin pensar en nada y descubrámonos una vez más.

___

La mirada con la que Antonio Gutiérrez entró en el departamento dejó en claro a qué había ido. No era la primera vez que el empresario se aparecía en mitad de la noche cuando Rubén Maler  no estaba en el país para meterse en su cama. Pero aquel era un encuentro diferente. Maler estaba muerto.
Antonio tenía los ojos brillantes, lívidos. Ávido de sexo, tomó por la nuca a Luisa y, tras levantarla, la ubicó sobre la mesa del recibidor. Sin hablar, se apretó furiosamente contra el cuerpo conocido de la mujer de Maler y la penetró con violencia. Ella gimió.
Gutiérrez no hizo caso a la mueca de dolor. Estaba furioso. Se odiaba a sí mismo por abrir la boca, por no pelear por Analía, por haberla hecho sentir como una puta, por mentir.
Continuó con el embiste sin pronunciar palabra. Tiró de la melena rubia y la hizo gritar tal como sabía que a ella le gustaba. Fue un acto violento, una descarga meramente física, acabó y se desentendió del cuerpo aún joven de la amante de turno. Ella no dijo nada. Se acomodó el camisón, caminó unos pasos hacia la mesa junto al sofá de la entrada y sacó un cigarrillo. Lo encendió. Aspiró la primera pitada y luego se lo ofreció a Gutiérrez que lo tomó, le dio una pitada profunda y cerró los ojos. Ella se corrigió el rímel, apenas corrido, mirándose al espejo. Encendió otro cigarrillo.

__Analía no sabe nada _dijo él en un tono monocorde, sin despegar la vista del humo que despedía el cigarro que sostenía entre los dedos.

Ella no se inmutó.
__No tiene idea del porqué de las instrucciones para que ella estuviera en la lectura del testamento. Y ciertamente, yo también estoy desconcertado. Tu marido no pareciera haberle dejado nada más que unas chucherías de cuando era su novio.
__Y de la caja, ¿qué te dijo?
__No la abrió __mintió__. O solo se asomó y vio eso que te digo, baratijas. No quería ahondar en el asunto de Monalisa.

__! Maldita mentirosa! _ el grito de la esposa de Maler revelaba la rabia que cargaba__. Es una mentirosa. Lo primero que hizo cuando llegó al hotel fue abrirla y revisarla de arriba abajo, lo firmo... No hay mujer que resista el legado de un ex. Menos Analía Beltrán.

__Te digo que no la abrió__insistió  él __. De no haberla arrastrado yo, ni siquiera estaría acá.

__ ¿Y tú le creíste? Antonio reparó en los pechos duros de ella, en su vientre apenas pronunciado bajo el satén del camisón. Se recostó sobre el sillón y cerró los ojos.
__Seamos sinceros, Luisa. Tu marido pudo olvidarla. Le dejó una cajita con los recuerdos de su época juntos, y ella no tiene por qué mentirme. No debe de haberla abierto. La vi muy shockeada, piensa que además acaba de enterrar al padre.
__! Vete a la mierda! _ exclamó, ella sumamente  furiosa.

Sin decir más, abandonó el living para desaparecer tras el vano de la puerta. Sabía que Gutiérrez no necesitaba invitación para quedarse ni para irse.


No tardó en volver a su piso. Abandonó el departamento de Luisa sin despedirse. No había querido ser descortés, pero lo cierto era que Maler no estaba enamorado de ella cuando se casó y que nunca había olvidado a Analía. Tal como le sucedía a él, Analía se les había metido a los dos hasta los huesos. Lo que no lograba entender era por qué la había dejado. Días después de enterarse de la partida de Rubén, Gutiérrez lo ubicó en su móvil, lo notó frío, distante.

__ ¿Qué pasó, viejo? _ recordaba haberle preguntado en ese tono familiar con el que acostumbraban hablase__. La tengo a Analía hecha una piltrafa en la oficina, ¿qué haces en Madrid?

Rubén había esquivado sus preguntas hábilmente, no dijo mucho. Que ella era parte del pasado y que la vida le deparaba nuevos destinos. Gutiérrez no terminaba de descifrar la razón de su súbita partida. Meses después, cuando conoció a Luisa, compendió de qué se trataba.
Sucumbir por una mujer como Luisa, elegante, distinguida, inteligente y, por sobre todo, dueña de una belleza inigualable, era cuestión  de razón para dejar atrás a cualquier otra mujer. Ni siquiera Analía hacía sombra al turquesa de sus ojos y la piel bronceada en playas mediterráneas. Él mismo se había sentido atraído por Luisa, y de hecho, años después, cuando el matrimonio con Maler entró en el desgaste propio de la rutina, el romance entre Luisa y él resultó inevitable.
Una tarde en que estaba trabajando, ella lo había llamado con la excusa de organizar una fiesta sorpresa a Rubén Maler, Gutiérrez consciente de lo que le despertaba esa mujer, no dejó pasar la oportunidad de reunirse con ella.
Luisa lo recibió en su piso. Sin que nadie del servicio lo notara, terminaron encerrándose en uno de las toilettes.
Él había tratado de escucharla, de hablar sobre la comida que pensaba organizar cuando supo que aquello no podía seguir así. Sin dudarlo ni pensarlo, le había capturado la boca en un beso tan excitante que sintió que si no la llevaba a una cama en ese instante explotaría, y así comenzó el idilio, en la toilette, cosa que Luisa jamás iba a olvidar, mientras el personal de limpieza desarrollaba sus tareas, ajeno a las actividades amatorias de la dueña de casa.
Las imágenes de aquella primera tarde eran siempre un excelente entretenimiento durante noches solitarias.
Sin embargo, el recuerdo de la amante no era tan grato como antes. A veces se reprochaba seguir frecuentándola.
El rapidito de la víspera había sido una venganza, había estado castigando a Analía a través del cuerpo de Luisa. Ya no la deseaba, había tenido que imaginarse a Analía, pero la furia que lo empujaba había hecho el resto.
Se dejó caer en el sofá y observó el paisaje lindero. A su izquierda, la Plaza de Oriente y a su derecha, un tanto del verde de los Jardines de Sabatini. Resopló, no sabía si llamar a Analía o no. Se había ido furiosa del bar. ¿Por qué razón había logrado sacarla de su cabeza por tantos años y ahora, con tan solo reencontrarse no podía borrarla?

La cabeza le iba a mil, Luisa en su cama, Analía en su cama, Samanta en su cama. Esa era otra a la que iba a tener que enfrentar. No por teléfono, como aquella tarde, sino frente a frente. Suponía que para Analía haber pensado en ir a verla resultaba un desafío. La enemistad entre ellas era declarada. Cuando Samanta se había enterado de que Rubén Maler frecuentaba a Analía, puso el grito en el cielo. Recordó la discusión como si hubiera ocurrido cinco minutos atrás. Samanta se paseaba por la empresa como gata en celo. Estaba furiosa.

__! Pero es que es de locos, Rubén! ¡Dime que te la estás cogiendo y ya!

Pero Maler había tardado más de la cuenta en responder, y eso lo había delatado. Gutiérrez recordó haber detectado la tristeza al cruzarse con los ojos de ella, que había caído bajo los influjos del bróker, pensó. Ella también… Pero hábil como era, Samanta no dejó que él se diera cuenta. Siguió impávida, atacando a la presa, furiosa. Aunque la furia nacía de otro lado y Gutiérrez ya la había descubierto.

__!Sos un idiota! _gritó Samanta.

__!Basta! No sigas. Lo que hay entre Analía y yo no tiene importancia.
__!No sé por qué no te lo creo! __respondió la mujer furiosa.

La discusión entre Rubén Maler y Samanta había durado un rato largo, hasta que ella salió de la oficina de la financiera y pegó un portazo. Rubén le pidió a Gutiérrez que fuera tras ella. Por momentos, Antonio dudaba respecto a si Maler no le entregaba a las mujeres en bandeja.
__ ¿Estás seguro? _recordó haberle preguntado.

__Si, Antonio: Ve, por favor, no quiero que todo quede patas arriba por celos.
__Está enamorada de vos__ se escuchó decir Gutiérrez.

Maler lo miró desconcertado. Era hábil e inteligente para los negocios pero despistado para cosas tan evidentes y sencillas.
__Samanta solo se quiere a sí misma __había respondido Maler mientras daba la vuelta, salía de la sala de conferencias y se adentraba en su oficina.

Gutiérrez recordó haber caminado sobre sus pasos y tocar la puerta del escritorio de Samanta. Gerente Financiero, se leía bajo su nombre.
__ ¿Estás bien?
Ella estaba de espaldas. La vio darse vuelta. Había estado llorando.
__Sí. No te aflijas.

Antonio se sorprendió sonriendo. Samanta. Volvió a sonreír. Desde la muerte de Maler, ella estaba a cargo de la financiera.
Volvió a los jardines del palacio tras su ventana. Percibió la fragancia otoñal, Madrid era su lugar en el mundo, el único sitio donde se permitía ser quien era.
El piso se hallaba en la zona vieja de la ciudad. No muchos sabían que tenía un departamento en España. Cuando necesitaba alejarse de la vorágine de Buenos Aires o las cosas simplemente  no estaban bien, volaba allí a refugiarse. Y en ese sitio le hacía falta Analia Beltrán.
Tomó el teléfono y la llamó para hacer las paces.
__
Mis ojos ven ese amor tan sincero y leal que se tienen Guille y Pedro que los envidio,  sanamente _se dijo Analía __. Me siento feliz y disfruto con mis deseos de verlos tan enamorados. Son unos chicos empezando a vivir la vida. Poco conocimiento tienen de lo que es en realidad formar una familia. Pero el tiempo va marcando las pautas para adquirir conocimiento y ser buenos amantes y esposos cuando llegue el momento de unir sus vidas.
Quiero ver esos rostros iluminados siempre llenos de felicidad. Que no hagan falta los ingredientes especiales amor, respeto, comprensión, compromiso, cariño para mantener florecido el jardín en el edén de sus vidas. Mis ojos serán felices el día que los vea llegar
 al civil llenos de gozo y felicidad.  Puedan conocer nietos y disfrutar del cariño  de ellos ya que no habrá a quién consentir más. Todos han crecido en un abrir y cerrar de ojos, qué pronto  todos los que están a mi lado también volarán dejando un espacio vacío en casa, pero en mi
corazón siempre permanecerán por toda la eternidad.  Es imposible retenerlos a nuestro lado hay que  dejarlos que abran sus alas como gaviotas y despeguen al puerto que los está esperando  con los brazos abiertos para el comienzo de una nueva etapa en sus vidas.

Recostada en su cama queen size, en la habitación del Ritz, Analía no podía dormir. De hecho, desde que había muerto su padre, no pegaba un ojo. Las ideas iban y venían en su cabeza, sin parar, y no la dejaban pensar.
Después de haber revisado la caja, cada vez estaba más convencida  que en  todo aquello había  un mensaje que solo ella podía descifrar, pero ¿qué?
Observó uno de los objetos y sonrió. Inmediatamente su memoria la llevó al día en que, desconcertada, había salido de la reunión  del consejo directivo de la editorial tras los pasos de Rubén Maler.

__ ¿Dónde se supone que me lleva? _había preguntado luego de acomodarse en el automóvil del bróker.

Maler no había dado respuesta. Simplemente tomó Alicia Moreau de Justo una tarde de calor y de tránsito para recorrer la distancia que recorría su oficina del zoológico.
__ ¿Me está tomando el pelo? _recordó haber dicho ella cuando bajó del auto dando un portazo__.Yo vine a resolver el tema de la fusión, no a un recorrido turístico.

__ ¿Por qué no se calla y disfruta en silencio de este lugar? __había dicho él.

“El zoológico, allí apareció el cadáver de papá, pero no pudo entonces él haberlo sabido. Tengo que hallar algo para contarle a Guillermo, a Belén.”

__ ¿Silencio? _preguntó incrédula al escuchar el rugido de algún animal.

El hombre tenía razón. Repentinamente el sitio era un oasis entre la cacofonía del ambiente. Un páramo en una Buenos Aires caótica y atiborrada, cerró los ojos. Silencio. En el medio de una ciudad brutal, el silencio era un bien que cotizaba en alza.
__Este es el lugar al que vengo cuando quiero pensar _le confesó mientras caminaba con las manos en los bolsillos, relajado__. O  cuando tengo que tomar decisiones importantes. La editorial es importante para mí, no creas que es un negocio más.

Analía se había sorprendido. Hasta parecía un ser humano. ¿Por qué le hacía esas confidencias? Habían entrado por la entrada principal, una construcción similar al Arco de Tito, cuyo original se encuentra en la Vía Sacra de Roma, y que había sido construida por Lucio Correa Morales en 1902, según comentó él durante la que parecía una visita guiada más que una negociación financiera. Enseguida se toparon con el Lago Darwin, de un color casi plateado, producto del reflejo del sol de media tarde. Analía sentía que estaba de viaje. Sobre el lago se erigían las ruinas bizantinas de un propileo de siete columnas de origen triestino.
__En 1911 el director del zoo, Clemente Onelli, hizo traer estas ruinas y las colocó aquí mismo _ contó Maler señalando un islote en medio del lago__. Se dijo que eran originales, pero son una buena imitación del original en Italia. Dicen que Onelli se pasaba tardes enteras sentado frente al lago, con la mirada perdida en el propileo.

__Es un lugar que transporta  __se escuchó decir ella, Maler sonrió. Coincidía.

__Es un lugar que pocos porteños conocemos. Este sitio es histórico, Analía. __Ella notó que Maler acababa de pronunciar su nombre de pila por primera vez__. Ya nadie valora estas cosas.

Maler guardó silencio. Parecía estar redondeando una idea que lo acosaba, algo que daba vueltas en su cabeza y que no terminaba de resolver. Analía estaba ensimismada en sus pensamientos. En el silencio  compartido recorrieron el trayecto que existía entre el lago y la pagoda inspirada en los templos chinos. Construida en piedra, el recinto albergaba un panda rojo, originario del país cuya inspiración daba vida al templo.

__Muy zen _comentó ella.

__De hecho, siguiendo la tradición del primer director, los recintos de cada animal se inspiran en sus países y culturas de origen. Por ejemplo, este __dijo señalando la pagoda__. Está decorado con el tipo de esculturas y murales que suele haber en estos templos de cultura zen que alaban a Buda.

__ ¿Por qué estamos acá? __preguntó repentinamente ella.

Maler se detuvo y la miró. Le escrutó el rostro. Analía iba a ser más difícil de lo que él pensaba. Jamás hubiera imaginado que el movimiento que consideró poco certero por parte del padre resultara tan estratégico.
Analía estaba a la espera de una respuesta. El empresario se acomodó sobre un banco y prendió un cigarrillo. Analía aceptó el ofrecimiento del cigarro. Dejó que él se lo encendiera y aspiró. Estaba a punto de insistir con la pregunta cuando él habló:

__No voy a ceder el porcentaje que mi cliente controla sobre la editorial. Eso no es negociable. Sí puedes decirle a tu padre que tiene mi palabra de que mi cliente no atentará contra la editorial y que su opinión será escuchada. Sin resquemores.
Analía lo miró fijo. Pensó bien en lo que iba a decir.
__No sé cuál es el asunto entre mi padre y la financiera, o entre mi padre y vos. Pero la editorial no va a pagar deudas pasadas o una vendetta, ¿me explico? __Maler sonrió__. No sé si le robaste una mujer a mi padre o si alguno de los dos estafó al otro… No sé ni me interesa. Insisto, esos problemas son de ustedes. No mezclen a la empresa.

Analía recordó haberse levantado, apagar el cigarrillo en silencio y volver sobre sus pasos. Maler no se levantó, no la siguió. Ella abandonó el lugar atravesando la réplica del Arco de Tito y, frente a Plaza Italia, subió a un taxi.
--
Tenía la entrada al zoológico en su mano. El lugar donde alguien había asesinado a su padre. ¿Coincidencia o los recuerdos eran pistas?
Llegado al punto llamó a Guillermo y le pidió que se encontraran, temió seguir revisando la caja.

__Dinos, Analía _dijo Guillermo__, sí lo del zoológico Pedro vio en la historia que aparecía entre los fundadores de la editorial uno de los antiguos directores, que Maler  te llevara allí no es casual, sigue revisando, es probable que cada supuesto recuerdo lleve a un sitio.

__Qué suerte que viajaron conmigo,  qué tonta fui al ver la caja, casi le eché a la basura pensando que era una burla.

Analía miraba la entrada al zoo que tenía en la mano y no entendía por qué Rubén la había puesto en la caja de recuerdos. Repasó mentalmente los acontecimientos del día.
¿De qué se trata todo esto?
__De pistas Ani, sigue.

Revolvió otra vez la caja. Tomó una servilleta del café Marly en París, su preferido, habían pasado tardes enteras charlando en ese café, donde ella había descubierto el placer del café amargo.
Hay una frase en latín sobre la servilleta que desconozco __dijo y la pasó a Guillermo.

__In aggregatis evolutio máxima.

En el caso de la servilleta el desconcierto era absoluto.
__No recuerdo siquiera si él sabía latín ni si la charla de la víspera había sido relevante. Habíamos ido cientos de veces a ese café. Ambos amábamos París, y las horas que  allí disfrutábamos. Por Dios, qué quiso decirme con esta frase, por qué todo tan encriptado.
__Calma, Analía, están cerca quizá. Los asesinos, es lógico que ocultara disfrazadas las pistas, no te desesperes, buscaremos en internet.
Estaban por hacerlo cuando el timbre los interrumpió.

 Era el detective Pereyra que trabajaba en el asesinato de Rubén Maler. Comentó que necesitaba conversar con ella y ella presentó a sus abogados. Ella pidió que se identificara y anotó mentalmente quejarse en recepción.
¿Cómo era posible que en ese hotel dejasen llegar a las habitaciones a alguien? Lo dejó pasar, recordó haberlo visto en las noticias. La muerte del financista había sido impactante para la elite madrileña.
__ ¿Por qué cree que alguien querría matar a Rubén Maler? __preguntó el detective sin preámbulos.

__Lamento decepcionarlo, pero no tengo la menor idea, hacía diez años que yo no sabía nada de él.
--¿No había hablado últimamente con él?

Analía se incorporó y fue en busca de su celular. Presionó unas teclas y le alcanzó el teléfono al policía.

__Escuche este mensaje __dijo Analía. Las palabras emergieron por el altavoz__. Lo recibí el mismo día que murió.

__ ¿A quién cree que se refería con “Fueron por tu padre…?” ¿Quiénes “fueron”?
__No lo sé… ¿Usted tiene alguna pista?
__No por ahora. Hace unos días recibí la llamada de la detective Belén…
Ella cree que puede haber cierta conexión entre la muerte de su padre en Buenos Aires, y la de Maler en Madrid.
__ ¿Qué conexión encontró la oficial?
__Rubén tenía la boca cosida… igual que su padre.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENFGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

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