jueves, 27 de junio de 2019

“EL OTRO”. CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO


“EL OTRO”.
CAPÍTULO CUARENTA Y  OCHO
 “Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche y dormir
en tu pecho, sin sombras ni fantasmas, te quiero como para no
soltarte jamás”.  Mario Benedetti.
“Le bastaba tocarme para transformar mi llanto en suspiros y mi enojo
en deseo. ¡Qué complaciente es el amor, que todo lo perdona!”
Isabel Allende.



Bariloche, 25 de junio de 2016.

__Una suerte _ dijo Guillermo, mirándolo con atención, y entonces se dio cuenta de lo que le resultaba tan familiar, se parecía a él, y con razón. La carta decía que Silvina había tenido una aventura con Guillermo Graziani hacía veinticinco años, breve,  equívoca porque a poco tiempo ella supo que él era gay, y aunque para entonces supo que estaba embarazada, despechada y herida decidió no decírselo, no se conocían lo bastante como lo probaba lo primero como para imponerle algo así, como ella decía. Era muy raro que una mujer pensara de esa forma cuando iba a tener un hijo  y, a pesar de todo, decidió tenerlo. Se casó con otro hombre, se mudó muy lejos, tuvo al bebé y nunca le dijo a su hijo que el hombre a quien tenía por padre no lo era. Su padre, era… Guillermo Graziani.
Pero al morir dejó una carta, y allí estaban los dos, sentados, examinándose el uno al otro, y un hombre que pensaba no tendría hijos, de pronto lo estaba enfrentando. Un hombre a quien no cautivaban los niños, aunque ese hijo era un hombre que parecía respetable e inteligente, tenía dinero y profesión, se parecía muchísimo a él.

__ ¿Qué aspecto tenía tu madre? ¿Tienes alguna fotografía? _ Sentía curiosidad por  saber si la recordaba.

__De hecho, he traído una por si acaso, aunque supongo deseará un ADN. Esta foto creo que es más o menos de aquella época. __La sacó con cuidado de una cartera del morral,  se la dio, y mientras la examinaba, algo se movió en la memoria de Guillermo. Definitivamente, la cara le resultaba familiar. No le había dejado una impronta especial, pero definitivamente, la recordaba un poco y creía saber qué papel interpretó en su vida. Había estado poco tiempo en el escenario de su vida, él era muy libertino entonces, ella bebía de más, desde entonces habían pasado mujeres y hombres por su vida. Ella apenas tenía veinte años cuando concibió a Fabián y poco después supo que Guillermo prefería a los hombres.
__Es muy extraño _ dijo, devolviéndole la fotografía  volviendo a mirar a su hijo, era alto como él o más y vivaz, de una belleza masculina clásica y creyó recordar que su madre era alta__. No sé qué decir.

__No pasa nada _ dijo Fabián con gesto afable__. Lo comprendo,  yo solo quería conocerlo, verle una vez. He tenido una buena vida. Tuve un padre maravilloso que amó a mi madre. Fui hijo único. No tengo nada que reprocharle. Nunca supo nada. Y fue mi madre quien decidió  y lo mantuvo en secreto, aunque tampoco tengo nada que reprocharle a ella. No me arrepiento de nada.

__ ¿Tienes hijos con esa chica? _preguntó Guillermo emocionado. Era un shock descubrir que tenía un hijo ya adulto, pero aún no estaba preparado para los nietos.

__No, no los tengo. Siempre hemos trabajado. En realidad nunca he pensado aún al menos en tener hijos, por embarazoso que me resulte admitirlo.
__No te preocupes que es genético _ dijo con una sonrisa traviesa__. Yo tampoco he querido tener hijos. Hacen mucho ruido, no duermes, se ensucian y huelen.  O algo así. __Fabián se rio. Disfrutaba de su compañía, y comprendía por qué su madre se había enamorado de él y decidió tener a su hijo. Era inteligente, encantador, divertido, un caballero de la vieja escuela con un gran carisma, y muy apuesto. Resultaba difícil pensar que era mayor que Silvina, aparentaba menos edad o su madre más, había estado tiempo enferma y aquel hombre sin dudas aparentaba  menos años de los que tenía __. ¿Te quedarás un tiempo por aquí? Y no me refiero a este lugar sino a Buenos Aires _ le preguntó con interés. Le gustaba, y, a su pesar, sentía que había algo que los unía, aunque no supiera muy bien qué. Necesitaba tiempo para decidirlo.

__Creo que sí. __Aún no estaba seguro de lo que quería hacer. Pero ahora que había dado aquel paso se sentía liberado. Había sido un peso para él desde que descubrió la carta. Pero ahora que lo había encontrado, se sentía libre de continuar con su vida, tanto si mantenían contacto como si no__. Me gustaría saber si hay alguien más, quiero decir, hermanos, abuelos, si debo conocer a alguien más.

__No sé si ella te contó, pero yo soy gay, y no he tenido hijos, de hecho recién hace poco tiempo comenzaba a plantearme la posibilidad. Me casé una vez… con un hombre, me divorcié, y ahora estoy en pareja con otro, Pedro, con él es todo diferente, Pedro es el amor de mi vida, quisiera que lo conozcas __ se sinceró.

__ No lo sabía, pero no te juzgo, no es tabú para mí tu sexualidad, y sí que me gustaría conocer a tu pareja.
__Abuelos no hay, ya murieron, solo tengo a Pedro y grandes amigos que son mis socios en el estudio jurídico de Buenos Aires, y a una tía, Cuca, ella será lo más parecido a una abuela que conocerás.
__Me encantará seguramente.
__ A lo mejor quisieras cenar con nosotros una de estas noches, quisiera volver a verte __ofreció__. En realidad piénsalo, si decides radicarte en Argentina, hace poco me nombraron juez, a Pedro fiscal, y ya mis socios casi han perdido el estudio, quizá necesite refuerzos, me gustaría que los conozcas. Si te caen bien, podrías tener trabajo desde ya y ayudarnos a salir del lío en que estamos.

__Estaría encantado, de todo, de cenar con ustedes, y de conocer el estudio, a tus socios__ dijo él, poniéndose de pie y dando por finalizada la entrevista. No estaba tratando de alargarlo. Había hecho lo que había ido a hacer al menos ese día, conocerlo. Y ahora volvía a su vida. Se volvió hacia él con una expresión seria__. Quería que supiera que no tengo intención de hablar con nadie de esto si le preocupa o no lo desea, menos si es juez. Esto queda entre nosotros.

__Gracias _ dijo él, y se sintió conmovido. Realmente era un muchacho agradable, no le pedía nada, no quería nada de él. Solo ver cómo era. Y le gustó lo que vio.  Y a él también__. Supongo que es una tontería, pero seguro que fuiste un niño encantador. Y tu madre debía de ser una mujer muy honesta. __Sobre todo por no haberle buscado problemas y haber cargado con la responsabilidad ella sola. Se preguntó si en aquel entonces sintió algo por ella. Era difícil saberlo. Pero le gustaba su hijo, el hijo de los dos, le gustaba mucho__. Siento que se haya muerto _ dijo, y lo decía en serio. Era extraño sentir que, mientras él hacía su vida, sin saberlo, en algún lugar había estado viviendo un hijo suyo.

__Gracias, yo también lo siento. Era joven y la quería mucho. Me deshice de todo lo que tenía en Estados Unidos, no creo que regrese. __ Cuando se iba, Guillermo le dio un beso en la mejilla, y él le sonrió. Era la misma sonrisa que Guillermo veía en el espejo todos los días, y que sus amigos conocían tan bien. Le producía una sensación muy extraña mirarlo.  Él mismo veía el parecido, y seguro  que su madre lo veía también. Debía resultarle muy raro. ¿Lo supo alguna vez el marido? Por el bien del hombre esperaba que no__. Si te aburres pese a todo lo que hay para hacer acá, con Pedro estamos ayudando a la gente de un refugio, de hecho llevaremos familias a Buenos Aires, y también a una muchacha huérfana,  te invito a conocerlos cuando desees.

__Me encantaría, gracias.
Guillermo estuvo tranquilo el resto del día. Tenía mucho que pensar. Cuando Pedro llegó de la recorrida por el refugio y  de  ver a Matías con su prima, aún estaba pensativo, y él le preguntó si estaba bien no más besarlo.

__ Cuéntame ¿cómo fue la teleconferencia con tus padres? ¿Ha sido desagradable? _se interesó Guillermo.

__Solo habló mi padre, y él es como es. No es el padre que hubiera elegido si me hubieran preguntado, pero es lo que tengo __ dijo con expresión filosófica, y se sirvió un vaso de vino.

 Había sido un largo día para los dos, y Guillermo no dijo nada de Fabián hasta que estaban cenando, pidieron pasta y pollo a la habitación. Y entonces Guillermo levantó la vista con una extraña expresión.
__Tengo un hijo _ dijo con un tono enigmático acariciando el dorso de la mano de Pedro por sobre la mesa cosa que a este siempre le erizaba el vello. Pedro lo miró. __ Quien sea que fuere la madre, seguramente te está mintiendo. ¿Cuándo te  acostaste con una mujer?__. Pedro se sintió confundido e irritado, porque pensó que se trataba de algo reciente y de un truco de alguna mujer.

__No es de ninguna mujer actual cielito, tranquilo __. Guillermo parecía aturdido. Había estado pensando en Fabián toda la tarde. Conocerlo lo había impresionado profundamente.

__ ¿Alguna mujer va a tener un hijo tuyo? __Pedro parecía asustado.

__Según parece, lo tuvo. Hace veinticinco años. __Y le habló de Fabián y Pedro se dio cuenta de lo conmovido que estaba.

__ Qué historia tan sorprendente amor __dijo él algo impresionado__. Me alegro por ti, por él, ¿cómo pudo ella mantener un secreto semejante todos estos años? ¿Cómo es? __estaba intrigado.

__Agradable, me gusta. Y se parece mucho a mí, creo. Es más guapo, claro _ dijo galantemente__. De verdad, me ha gustado mucho. Es muy… __buscó la palabra__... digno, honrado, sensato… algo así. En eso me recuerda a ti. Es una persona honesta y recta. No quería nada de mí y me ha dicho que no iba a hablar con nadie de esto. Solo quería conocerme, verme una vez. Eso ha dicho.

__No. ¿Por qué no lo invitas otro día? __ Se notaba que era lo que Guillermo quería.

__Creo que es lo que haré, además para que lo conozcas, es abogado, me gustaría que trabaje en el estudio.
__Me parecería genial, como también que antes de conocerlo yo, tengan más charlas a solas _ofreció, Pedro__. Por ejemplo, ve a visitarlo a su hotel.

Es lo que Guillermo hizo, al día siguiente, fue a almorzar con Fabián en el hotel de él. Se lo contaron todo el uno al otro, y les sorprendió lo parecidos que eran en muchas cosas, los gustos que compartían, hasta la pasta, el helado, los libros que les  gustaban o no. Al final de la comida, Guillermo tuvo la extraña idea.

__ ¿Te gustaría trasladarte a vivir con nosotros al regresar a Buenos Aires? __propuso y lo decía muy en serio__. Pedro y yo compraremos una casa más grande, y si quieres podrías vivir en ella mientras sigas soltero, quisiera pasar más tiempo contigo.  __De pronto lo veía como un regalo caído del cielo y no quería que se fuera. Quería tenerle cerca, conocerlo a fondo, al menos un tiempo, y a Fabián también lo gustó la idea.

__No quiero molestar, me ofreces casa, trabajo, y de verdad puedo contribuir pero… __repuso él con cautela, aunque se notaba que la idea le  gustaba.

__No molestarás. __Guillermo  lamentaba no haber comprado ya una casa enorme para que se instalara cómodamente allí, pero tenía por ahora una  habitación de invitados, y le habló de ella a Fabián y supo que a Pedro no le molestaría.

Fabián prometió trasladarse con ellos a Buenos Aires y a la casa cuando él dispusiera, estaba entusiasmado con él, y tenía muchas ganas de seguir conociéndolo y a ese novio que tanto amaba.
Pedro pensó que indudablemente era el destino. En los meses que llevaba con Guillermo, nunca lo había visto así, parecía notablemente tranquilo, en paz.
Cuando Guillermo regresó exultante solo deseaba amar a Pedro, y le desilusionó no hallarlo en la suite, pero a poco de andar supo que estaría en la piscina, su cielito lindo amaba el agua, o allí o en el gimnasio, pensó, y lo hallaría.
Los papeles del caso de Barry Lab. durmieron esos días sobre la mesa de noche, era demasiado embarullado para despertar entusiasmo.

En el ático,  por encima del gimnasio, con techo de vidrio y grandes ventanales empañados, se hallaba la piscina climatizada rectangular, de grandes dimensiones, rodeada de listones de teca. Había alrededor  tumbonas, sillas largas y sillones de rota con almohadones, Pedro avanzó descalzo, sobre el piso de madera e inspiró el aire pesado de humedad  y el aroma a cloro. Guillermo se había quitado la bata y lo observaba, desnudo desde lejos. Pedro también llevaba una bata blanca con el escudo del hotel de la que se desembarazó, con movimientos deliberados,  primero  desveló los hombros, y él después vio los omóplatos y cómo se le afinaba la espalda hasta que la tela le lamió el trasero respingado y la cadera, Guillermo tuvo una erección de solo contemplarlo. La bata cayó al descuido sobre los listones de teca, y Pedro giró la cabeza y lo miró seductor sobre el hombro.

“Me di cuenta que a mi alrededor había un clima especial, una especie de nube transparente que lo cubría todo, como protegiéndolo de todos los posibles fenómenos adversos.
Era un poder mágico que me daba total confianza en mí mismo. Era un " don especial ", que me permitía creer que todo lo que emprendiera iba a dar resultados positivos y el fracaso no tendría cabida.
Me iba a enfrentar al misterio, a lo desconocido sin vacilaciones ni dudas. La tensión tantas veces sentida, remitiría por completo, estaba seguro. Asombrado de mi propia seguridad, empecé a pensar de dónde me vendría tal convencimiento para lograr mis metas.
¿Influyó mi férrea exigencia y las constantes repeticiones para lograr que todos los hilos estuvieran bien atados?
¿Había una influencia mágica que protegía mi sombra y separándola de mí, le permitía dar paseos nocturnos por un mundo paralelo, para sustraída en sus cavilaciones poder escoger el camino de la verdad?
Tal vez no encontrara una respuesta satisfactoria, o en el fondo no quisiera encontrarla.
Me basta creer en el " poder mágico." Este hará que las palabras estén bien dichas y la obra bien hecha, entrando en la satisfacción de que por: " Arte de magia “, nunca mejor dicho, avance de forma positiva en la obtención de un nuevo logro con la sorprendente vibración emocional y sin posibles conflictos.
Entrelazadas las cuerdas con nudos marineros fijos y seguros, comienzan a sucederse los acontecimientos de forma vital, se multiplicarán los contactos y las actividades y mi testimonio dará fe sin confundirse del objetivo logrado.
¿Que cómo lo obtuve?
La respuesta suspendida, no quiero enzarzarme en ninguna discusión, donde entre la lógica y la razón”.
__Atrápame si puedes __gritó Pedro __. Se lanzó de cabeza al agua caliente de la piscina. Guillermo lo siguió. La persecución duró más de lo que él había planeado. Pedro se movía como pez con velocidad y agilidad y pataleaba cuando Guillermo intentaba agarrarle los tobillos. Exhausto, nadó hasta el borde de la piscina, y Guillermo lo cubrió con su cuerpo, todavía risueño y jadeando, Pedro descansaba la mejilla sobre los brazos y espiraba por la boca.

__Sos bueno escurriéndote __ pronunció él, con intención.

__Estoy entrenado desde pequeño, sí.
Fueron aquietándose. El agua alborotaba los lamía como caricia y los mecía y el torso de Guillermo friccionaba la espalda de Pedro. La mano de Guillermo vagó por las piernas de Pedro y terminó internándose en la hendidura entre sus nalgas. Él levantó la cabeza y emitió un jadeo, más escandalizado que excitado, le daba pudor.

__No _ dijo Guillermo, y su voz era áspera, gruesa, severa, transmitió la urgencia que gobernaba su instinto__. No te des vuelta ni  huyas. Quiero tomarte así, en esta posición, aquí y acepta mis caricias, quiero poseerte por entero, alma, y cuerpo por todas partes, no te avergüence que mis caricias te alcancen por todos lados, sos mi amor, quiero tu entrega por entero, y te daré siempre la mía, y siempre iremos por más.

Pedro metió los dedos por entre los resquicios del entablado de teca para resistir la puntada en sus ingles, sus pezones endurecidos también dolían y los apretó contra la pared de cerámica. Solo pensarlo atrás lo excitaba y evocó ciertas posturas amatorias. Guillermo se alejó y le hizo frío hasta que regresó. Guillermo le pasó el mentón por los hombros con la barba de un día pinchuda y puntiaguda, mientras sus manos trabajaban en sus pezones y en su sexo, para arrancarle a Pedro esos gritos que a él le fascinaban.

__Por favor, cómo me excitas, con vos no quiero usar condón, iba a buscar y me arrepentí.
__No lo uses, por favor, amor mío.
Pedro volvió el rostro hacia él y le ofreció la boca.
__Por favor _ le rogó__. Bésame, bésame e imita con la lengua la penetración y el ritmo, es la mayor intimidad que puedes regalarnos.

Guillermo sintió que su cuerpo se diluía en el agua caliente. Lo tomó de la parte delgada de la cadera y lo guió hacia su pene, y al mismo tiempo que invadía sus entrañas, le llenaba la boca con su lengua. Pedro se aferró a la tabla de teca con una  mano, y con la otra, en un acto reflejó hacia atrás apretó la nalga de Guillermo en un intento por llevarlo y retenerlo más adentro de él. El vaivén era mágico, la danza de lenguas única, las manos de Guillermo no dejaron hendidura, resquicio, hueco, hendija sin conquistar en el lienzo del cuerpo y el orgasmo que los sorprendió fue demoledor.
Guillermo que no hacía pie, se hubiera desplazado hasta el fondo si Pedro no lo hubiera aferrado dentro de él y contra su espalda. Guillermo lo manipuló como a un muñeco de trapo y lo colocó de frente. Pedro descanso la cabeza sobre el borde, con los labios entreabiertos, los párpados caídos, los pezones aún erectos.

“Sos lo más lindo que he visto en mi vida”, pensó, Guillermo, si bien no lo expresó en voz alta porque no quería ser reiterativo, no obstante, ese pensamiento se deslizaba cada vez que lo tenía relajado después del orgasmo.
Cuando recuperaron la razón, y las constantes vitales salieron de la piscina, Guillermo secó a Pedro antes de colocarle la bata y ubicarlo sobre los almohadones de una tumbona, donde se colocó al rato de secarse él mismo. Pedro se acurrucó en su pecho.

__Era imposible que yo imaginara la grandeza del sexo antes de ti, Guille, con Matías era algo mecánico, por obligación, no lo disfrutaba__ dijo todavía lánguido__. Mi mente pacata no estaba preparada para esto.

__Hay algo que quiero negociar con vos __manifestó Guillermo, Pedro se inquietó.

__Soy muy malo para los negocios, siempre término perdiendo _respondió, demasiado rápido.

__Es esto siempre saldrás ganando. Nunca quiero usar condón con vos, Pedro. __Él se irguió y lo miró al rostro__. Con vos quiero hablar de todo y sentirlo todo plenamente. Con el otro y otros siempre me cuidé, pero estoy sano, no con vos mi amor.

__ ¿Y con el condón no sientes plenamente? __inquirió Pedro con ingenuidad.

__No. Es como usar guantes. Se pierde mucha sensibilidad.
__Pero…
 --Siempre he sido extremadamente cuidadoso, jamás he tenido sexo sin protección y me he hecho análisis anuales. ¿Vos te cuidabas? Sí, lo sé, es una pregunta estúpida.
---No. Digo, sí, con Matías lo hacía y por suerte, no he tenido a nadie más antes de ti.
__ ¿Entonces, estás de acuerdo? __Pedro afirmó con la cabeza__. Gracias, mi amor. __El consentimiento de él le provocó la alegría esperada. ¿Estás bien?

Pedro le tomó el rostro entre las manos.
__Mi amor, me hace feliz que conmigo desees sentir plenamente. Pienso que soy importante para ti.
__Lo sos, Pedro. ¿Acaso no lo sabes?
__Quiero que sepas que nunca Matías me inspiró la misma confianza, que hice análisis antes de viajar, y que fueron normales, negativos.
Guillermo le besó en la coronilla, como lo notaba tenso le hizo lánguidas caricias.
__Todavía no sé qué hizo que te fijaras en mí aquella noche.
__Quizá esa figura perfecta. __ Deslizó las manos  bajo la bata y le acarició la cola__. O esa carita preciosa. Dios… todo en vos me excita con solo imaginarlo.

Le apartó la bata exponiendo el dorso, y el pezón se endureció apenas lo rozó con la punta de la lengua. Pedro cerró las manos en la nuca y Guillermo gimió, buscó la posición adecuada y saboreó la boca a gusto.
__ ¿Cómo puedes preguntarme por qué me fijé en vos? __Pedro se contorsionó cuando el aliento de él le golpeó y humedeció el pezón__. No creo que haya nacido el hombre que no se fijara en vos__. Y ahora mismo quiero llegar a la cama y que hagamos el amor. ¿Y vos?

__Mientras el sonido del silencio invade mi cuarto, y retumba en mis venas, todos mis pensamientos están contigo, y mientras el mutismo es mi compañía, en mis oídos aun retumba  el sonido de tu voz diciéndome te amo mi vida, te amo, y esas sublimes palabras son las  que dan claridad a mi existencia y en ese bullicioso silencio, la brisa que penetra por mi ventana, parece acarrear el eco de tus besos, haciendo divagar aún más mi mente, mas, cómo quiero romper este silencio, gritando a los cuatro vientos…  te amo.

Cuál será eso a lo que se llama un acto de amor… quizá  lo sea esa excusa dolorosa pero que se hace con el alma, se piense fue lo mejor por aquella persona y se diga fue hecho por amor.
Quizá  lo sea, dejar a un lado los sueños, dejar en la distancia nuestra tierra… quizás atesorar tan solo en el recuerdo momentos con amigos y familia… hacer eso por el ser que se ama sea un acto de amor.
Quizá  lo más simple que se haga por él  le valga la definición de un acto de amor, saber quizá que su perfume preferido se está acabando, recordar el tono y marca que decora su piel  y de regreso a casa pasar por la tienda a comprarle  sin que él  lo haya pedido. Y aun con el cansancio a cuestas sorprenderlo con ese simple gesto de saber que de él se está pendiente.
Será quizá descubrir que esa persona amada, entre nuestros brazos ya no se siente feliz… y sea un acto de amor abrir nuestros brazos para que despliegue sus alas y de nuestro lado se eche a volar, aunque esa acción ilógica nos desgarre el alma, nos comamos el orgullo y ahoguemos el egoísmo…  todo por amor a aquella persona que nos conquistó el alma y en ese momento nos destroza el corazón.
Pero cuál es el acto de amor, cuando el amor es mutuo, cuando las almas ya se sienten unidas más allá del tiempo y distancia, cuando la percepción nos dice que algo le ocurre… y la angustia nos invade, cuando con tan solo escuchar su voz nos transforma el universo completo, nos llena de ilusión, logramos sentir las caricias que nos erizan  la piel y  el sabor de su boca nos queda, como si por una eternidad la hubiésemos besado.
Aquí será saber que un imposible se vuelve más real… será saber que por más fuerte que sea el amor el destino es obstinado y se obsesiona en mantener alejados  dos cuerpos unidos en un solo amor…  será comprender que la lucha es desigual, que si uno de los dos está mal, el futuro se verá difuso, el acto de amor será sin dejar de amar, resignar el tiempo y entender lo que es amar sin egoísmo, sin reproches… lograr entender que no habrá un nosotros, si no estás tú, si no estoy yo… la prioridad absoluta es el amor, primero tú, luego yo, para que algún día, haya un nosotros.
Siento que en cualquier momento nos haremos entrega de este sentimiento, me invade este pensamiento en el silencio de mi estancia, mis adentros presienten que va alcanzar la pasión que de ti sueño, como una sentencia escrita haremos entrega de nuestros cuerpos sintiendo el placer y el amor que llevamos dentro amor mío, desnudos del dolor y los miedos viviremos nuestro sueño, no dejaremos que nada se interponga, es nuestro tiempo, nuestro tiempo eterno.
Mientras…  caminaré  por las calles a tu encuentro, soñador  y romántico  enamorado, en espera de ese momento,  te escribiré  versos, versos del alma para que moren en tu vida y en tu ser, para que cuando en soledad te encuentres puedas llenarte de mí, y te sientas amado al recoger mis besos lentos en los perfiles de tu boca.
Y a fondo perdido te amaré más y más.
No sientas algún temor amor mío, yo llenaré  tus vacíos, tus silencios, seré el infinito  océano de amor donde tejidos están los besos más dulces que están por caer en tus labios, mientras,  refúgiate en la calidez de mis verbos escritos para ti en esta noche cálida, donde nacen sueños de abrazos, deseos y suspiros, suspendidos en las anclas del universo.
Yo,  vida mía, estaré a la espera de tu llegada, tejeré mientras tanto mis besos lentos, besos navegantes  de mi barca de olvido, tejeré sueños inalcanzables en las mieles de tu boca, por eso te digo vida mía, no temas, tú, serás siempre mi sueño de amor porque escrito estás en las memorias de mi piel.
Y ahora que ya estás aquí, y todo es silencio porque la vida duerme, y mis labios posados están ya en los tuyos, suéñame mi amor, y que sean tan solo tus ojos los que me miren, al calor de mis labios que te besan.

Ya en la cama desnudos se miraron y después de ese silencio en el que expresaron tanto a través de los ojos, intercambiando posturas y roles volvieron a amarse en la cama, contra la pared, y bajo la ducha, y cuando acabaron, de nuevo Guillermo dentro de Pedro, agitados y  abrazados, Pedro le dijo al oído.

__! Qué difícil será dejarte al regresar al trabajo!
__No… __se lamentó Guillermo__. Quisiera guardarte en mi casa para siempre, en mi cama para que nadie más te viese, ni te admirase, ni te tocase. Solo para mí _ dijo, y apretó el abrazo.

__Soy solo para ti, nunca dudes de eso.
__Nunca. Aprendí a traducir el idioma de tus ojos para así descifrar el epígrafe escrito en los pergaminos que anidan en tu alma. Aprendí a escuchar la cascada de tu risa, cantándome  las melodías de tu corazón. Aprendí de tus gestos el lenguaje del amor que con pinceladas de pasiones en mí  describías. Aprendí de tus encantos enamorados los aromas mágicos, que guarda tu ego, aprendí a leer la caligrafía de tus manos que dibujaban en mí  tus deseos.
Aprendí  a descifrar cada uno de mis sueños porque en ellos  no sé cuántas veces
 a tus pasiones amorosas sucumbí. Yo me siento enamorado de ti desde el mismo instante que te vi, fue como si un reflejo de luz  te iluminase para decirme que tú  eras lo que siempre esperé y por fin llegó. Te amo y desde ese momento estoy perdidamente enamorado de ti. Lo supe desde que en  tus ojos me vi reflejado. Me encanta el brillo que veo  en tus ojos cada vez que te miro,  cuando me miras me atrapas con esos gestos  que haces tan atractivos para llamar mi atención, con los que me hipnotizas y  la sonrisa que tienes es tan bella, tan alegre, que hace perderme en el paraíso. Me gusta tu forma de pensar,  tu forma de ser,
tu risa alegre,  me encanta como suena  cada letra de tu nombre al ser pronunciada, todo absolutamente todo de ti me encanta,  me atrapa y solo quiero estar junto a ti, besarte, abrazarte, alzarte al cielo  y nunca más soltarte.
Mi cigarro se acaba pero mis ganas de hacerte mío no se terminan, eres delicia, cada noche hasta la madrugada, imploras desearme, estar entre tus sábanas, me besas despacio,
me erizas la piel, y caigo una y otra vez en tus brazos  derritiéndome  de este
fuego que me consume. Amor, quisiera ser tu cigarrillo para estar entre tus manos
y  consumiéndonos entre tus labios que me desnudes  el alma.
Con tu desnudez, deseas abrir mis piernas y entrar en mi paraíso, mojarte las ganas,
tomarme de la cintura, sentir el vaivén de mis caderas, elixir somos anhelando
besos, caricias y cuerpo. Róbame las ganas de saborearte, de sentir tus labios en los míos.
 Me entregaré a tu boca y sentirás placer, deseo fugaz, y fuego.
El cigarrillo se termina solo, la colilla se tira, pero nuestras ganas aún no terminan, somos lujuria, veneno en la sangre, un cigarro, un café, unas irresistibles ganas de ti. Desliza tus manos y hazme el amor, quiero sentir tu sexo aunque me condene al infierno, quiero saciarme
de ti gota a gota, embriagarme de ti, perder mis sentidos, la razón. Tu jugosa boca saciando mi sed alborota mis sentidos, muérdeme. Acaríciame, ámame, desfalléceme, que se oigan nuestros gemidos, nuestros gritos, nuestros placeres infinitos, solo quiero morir en tus brazos muriendo por ti...
__ Estoy  perdiendo la quietud y  usted es el responsable.
¿Cómo se atreve a seducirme  sin tocarme? Con tan solo pronunciar mi nombre me excita,
tras de esa mirada usted esconde algo, debe de entender si mis deseos ya no puedo contener,
y no pueda conservar su integridad escudándose bajo ese escapulario. He puesto freno a mis impulsos por respeto a su intelecto religioso pero no puedo pasar por desapercibido que también hay fuego en esos ojos que aunque a veces guardan sobriedad a  veces me invitan a que lo posea como un loco. ¿Dígame qué es lo que le hace falta para quedar a merced de mis instintos? Los dos nos hemos frenado tantas veces, que creo que llegó el momento de darle rienda suelta a la pasión  y que nuestros cuerpos obtengan  los orgasmos que merecen.
Somos libres y nuestra piel clama nuestro nombre, y nuestras feromonas hacen el amor en el espacio, erguidos sus pezones  despiertan y aumentan mi apetito.
¡Es la evidencia que al fuego corresponden! Tome mi mano y déjese llevar que nuestros cuerpos braman por sí solos, que a nuestra mirada nada le podemos ocultar, olvidémonos de las penitencias,  el pecado o el decoro que si usted no puede, yo le haré olvidar cuando mi lengua encuentre su tesoro. He perdido esa paz  que la conciencia me enjaulaba, limitándome a expandir  mi agua en campos secos, pero hoy quiero sembrar besos en su piel, hasta que le inunde de miel  y  que mis uñas como   arados  le dejen huellas de mis manos  en su cuerpo. Cuando respire entre sus pezones, cuando los empiece a saborear como frutos frescos, y sienta que de mi pasión  ya lo he contagiado, no se atemorice pensando que es pecado.
Antes bien disfrute con devoción que a este hombre hambriento de placer usted ha alimentado.
He perdido la razón. He perdido la cordura. Pero donde ya no pude contenerme cuando aferrado a su cintura miré en sus ojos más que solo pasión. Vi destellos de amor y  escuché esos te amo entre nuestros gemidos de locura. Perdí la paz pero gané una eternidad entre sus besos, perdí la mesura pero gané estrellas fugaces  derretidas de su cuerpo, perdí por un momento la razón pero gané su corazón porque al terminar,  su rostro descansó sobre mi pecho.
__Me enardece tu piel, tu aroma,  me embrutece sentir tus besos. Hazme el amor, así sin prisas lentamente, llena mi cuerpo con tus caricias, haz que tus manos recorran suavemente  mi piel, yo por  consiguiente, te llevaré al paraíso, tómame, que tus brazos sean los lazos que me lleven a tu cama, a tus sábanas, quiero ser tuyo. Inicia en mi cabello, besa mi
frente, y desliza tus labios  hasta mis labios, enrédame entre tus piernas, quiero el
goce de tu infierno, quiero que goces de mi paraíso. Así mi cielo, así, ámame sin ningún reparo. Sublime es nuestra entrega quizá sea  pecado, pero quiero pecar contigo, amar tu mirada, sentir tu fuego tan intensamente. Embriágame con tu boca. Erízame la piel, provócame
mil orgasmos, toma mis caderas, siente el vaivén de ellas, eres ya mi esencia, la fuerza de tu alma  hipnotiza mi sensualidad. Hazme sentir una noche soñada… Gemidos y gritos en la penumbra, en este cuarto tuyo  en que solo existe la lujuria, la pasión, el deseo de dos seres que se entregan a los placeres. Hazme el amor hoy que quiero saciar mi sed, mi anhelo eres tú, quiero oír tu corazón agitado, tengo ganas de amarte así, tan intensamente, tan fríamente, tan salvajemente, quiero hacerte pedazos el alma, no tengas miedo, déjame estrechar tu cuerpo, y sentir la calidez de tu mirada, deseándome en tus brazos.
Lo nuestro es una locura, es dejar mi aroma, impregnado en los poros de tu piel,
cierra los ojos y solo gocemos de esto que sentimos, de estas emociones y sentimientos
que solo nos pertenecen a los amantes eternos, te amo, Guille.

__Quiero conocer a Fabián.
__Sí amor, mañana se trasladará para acá y lo verás. __Tras  intimar con su piel privatizando emociones regalándonos el tiempo, en la envoltura de los días intercambiando placeres y sentimientos. Desearía  que mi morada fuese su casa, y su palacio fuese mi refugio. Que todo lo mío, sea suyo hasta mi aliento, lo que callo y no digo,  lo que hablo y guardo en los ecos de mi silencio, la sorpresa de cada gesto cuando lo  miro, el pasado de donde vengo,  el continuo presente con usted, y ese futuro lejano rodeando sus lados.
Que sus misterios,  enigmas y secretos sean siempre suyos, y yo, el hombre paciente desvelándolos en mi mudez en el silencio de su compañía. Que compartiera con mi presencia, el arrebato de sus locuras,  las travesuras del niño  que lo imita queriendo ser hombre, el adolescente que se entrega,  la madurez calmada queriendo ser niño. Deme, sin miramientos la espontaneidad de su sexo, la dureza de sus  cumbres,  las vivas rocas de sus aureolas, los besos de su boca,  sus piernas abiertas, la perversión de sus labios,  los orgasmos que me reclama, el misterio a voces de la intención de su escote, la locura insinuante de su pelo, domado  en sus manos con los látigos de sus dedos, jugando al arte de la presunción en su trama. Lo  invito  a inventar puestos,  a cercar continentes, abreviar distancias y tiempo, haciendo  el mundo más pequeño cerca de usted. Construir una mina al tesoro de su casa, y un paso elevadizo a mi tejado. Fusionar mi mundo a su universo, contrayendo la materia energía de los besos sobre el esqueleto del cosmos, diluir  el hidrógeno carburante de nuestro sentir, en millones de estrellas de emociones contenidas, dando movimiento continuo dilatando sentimientos, que nos une en la distancia que nos distancia y nos ata.
Para ese nuevo universo de los dos, lo propongo candidato  a Dios y yo, su diablo.

Se miraron en la gramática del silencio,  en la monosílaba de su primera persona, los párpados, lubricaban sus imágenes, respiraban la paz de sus universos fusionando la cosmología de sus almas. Todo a su alrededor era tiempo quieto manso, dócil, no había principio,  el final  distaba años luz de sus miradas. Huyeron los espectros del pasado, se hizo consistente el presente, el futuro carecía de valor entre los enriquecidos diamantes de sus ojos haciendo el instante. No existía el mundo en el quieto momento de la multitud de sus silencios, el día y la noche divagaban imprecisos, soledad adquirió su compañía mientras la tristeza impalpable y discreta les sonreía. Uno  le acarició  la mejilla,  él  calcó su rostro,  acercó sus labios  a su boca en esa lentitud que Dios forja los mundos, como el universo fragua la materia, como ese caminar sosegado del tiempo, hasta ese instante del efecto causa, del beso, se abrazaron en su causa y desnudos, durmieron el efecto.
__Tú te avalanchas sobre los misterios de mi silencio, yo invado tus dudas liberándote de tus miedos. Amainamos en las brisas del viento como gaviotas indomables, retando los inevitables embates del tiempo. Entregándonos a los brazos placenteros del amor, como prisioneros enjuiciados por la causa más divina que es ser culpables de amar. Fuimos fuego de amantes en la hoguera encendida por ambos en la quimera de nuestra inocencia. Somos tormentas de placeres en la verdad que gime sus secretos en la fragilidad de interminables noches. Seremos la historia contada por muchos, que derramarán  lágrimas involuntarias por la nostalgia de recuerdos. Que anidan en las profundidades del alma, alimentando los impulsos deseados del corazón. Y en el ocaso de nuestras vidas nos seguiremos amando sin límites, burlándonos de frente a la muerte, como expresión genuina de un amor que continuará respirando, aun cuando nuestros ojos se cierren en un sueño eterno.
_Cuando te conocí, presentí el amor, de ayer y para siempre.  Naciste en mi vida como una flor que el sol acaricia en tardes florecidas,  lo supe desde siempre, de ahora, mañana y del alba de todos mis días.  Solo ver tu cuerpo cadencioso, y se ilumina mi alma. Y tuyo seré, entre la arrogancia de sutiles profecías de una noche profana  entre mi jardín de los sueños, sombras y desvelos, horizontes y alboradas. Eres como la tibia brisa, en la vigilia de mis ensueños. Quiero morar en tu regazo,  sentir tu calor y tu piel ardiente y tú, alucinado mientras bebo de la fuente del amor de tu boca, entre caricias enamoradas. Tu continente, es un abecedario de curvas y amores descarriados. Allí mi verbo te acuna con palabras inventadas sobre tu espalda mientras mi boca busca, como el picaflor a su flor, besarte esa boca tuya. Siento tu aliento ardiente, de tu boca de rosas rojas. Latidos fundiéndose con mi boca en audaz vértigo de tus besos y los míos aboliendo las fronteras de tu cuerpo, en un banquete voraz de los sentidos. Tu desnudez asalta mis pupilas, como ángel de un mundo alucinado. Amarte y seas mío es dulce y lenta agonía de morir de amor cada mañana,  con tus caricias paganas incendias a mi cuerpo, que engalanas y profanas.
Siento tu aliento en mi cuello, perdido el mío en tu cabello. Déjame sembrar el oasis de tu cuerpo, penetrando tu sendero,  respirando entre tus  secretos descubrir el cielo apetecido. Sorber de tu garganta, es como beber lágrimas de cielo.
Nuestros cuerpos extasiados reposan de pasión, en las lujurias de poseerte me juras tu amor eterno, y extasiado en el cielo de tus ojos, miro sin verte. Amor, déjame morar en tu morada, hasta el fin de mis días. Hazme conocer nuestro destino en el firmamento azul sin salir de tu lecho entre los luceros de tus ojos, tu espalda, y todos los te quiero. Te buscaré en mil estrellas para amarte mil años. Y en mil vidas.
__Atrás quedó mi orgullo, los problemas no resueltos, las confusiones del pasado, el dormir sobresaltado, la frialdad del alma herida y el desamor incrustado, también quedaron atrás
los despertares solitarios, el aullido de la conciencia, la vagancia latente, el saltar al vacío,
la mirada perdida.  Configuré mi nueva vida, le di otra dimensión, cerré las viejas páginas, rescaté los valores perdidos  revolucioné mis ideales  y aquí de nuevo el mismo rostro  con muchas arrugas, mente lúcida renovada, sabiduría flexible creyendo en el amor. Ese soy yo de Pedro y me gusta como soy.

__

--Nunca sabes cuándo te va a sorprender el destino, ni qué caminos tendrás que transitar.
Unos días amaneces con las ventanas cerradas y vives en la oscuridad y otros te invade la claridad y todo es limpio y transparente como el cristal.
Así, que de puertas para dentro, me pongo a reflexionar, y surgen las preguntas. ¿Por qué permito que me invada la tristeza?
Sí, reflexionando, es verdad que hay motivos que rodean a los míos ajenos a sus comportamientos, que los tienen inmersos en un sin vivir y un continuo luchar.
Pero siempre existen los peros, hay que ir echando llaves a lo pasado, clausurando lo que no podamos solucionar y concentrarnos en arreglar lo que esté en nuestras manos sin desesperar. Porque los días pasan, se van, y los que vienen debemos pensar que estarán llenos de la alegría de aquellos otros que aún recordamos llenos de felicidad.
Es sano filosofar, tener ilusión y magia para poder escoger bien el velero en el que hagamos nuestra gran travesía, pues a nadie le gusta naufragar.
Y vivir, creer en la magia, poder soñar para aliviar penas traspasando los límites de la cruda realidad, es lo más óptimo que nos puede pasar.
Magia, es reunir un conjunto de circunstancias y por medio de fantasías creadas, obtener grandes cosas que nos den felicidad.
¿Por qué no crearlas?
__ Me alegro de verdad de oírte decir eso, Matías, al fin, claro que existe la magia y que puedes recomenzar, solo tienes que sacar lo mejor de tus relaciones previas y olvidar lo malo, acá estaré para ayudarte, o simplemente acompañarte, si me dejas _ dijo Diego mirándolo con intensidad.__  Descíframe lo prohibido,   te seguiré así, perdiendo el sentido.  Alarga la sinrazón  actúa incorrectamente, no des  más vueltas a la mente. Prosigue y sigue, 
no mires jamás el camino,  no veas si es un correcto desatino. Aísla tus penas y dolor, amarra fuerte al corazón, guíate por esa intuición. Camina  de frente a tus deseos, olvida,   haz a un lado lo correcto, avanza ligero, como en vuelo recto. Sé, un ave rapaz con coraje, emprende ya  ese inquietante viaje. Ten carácter, brío y constancia,  lo que anhelas si quieres alcanzas.
No hilvanes armonía  buscando así un capricho que Dios conoce tus mejores tretas.
Empleas así, tu astucia  artimañas, galantería astuta.  Toma vuelo en alocada historia,
pasión soñada, en pluma dibujada, desplaza esos verbos pintados, susúrrales al cuello suave... recitados. Y cuando llegues a destino  estaré esperando, tus versos al oído
poemas y rimas, susurros prohibidos.
__Hice mucho daño, cometí mil errores, no merezco ser feliz, Diego _dijo con los ojos brillantes.

__Todos merecemos otra oportunidad, no digas eso, Pedro no  estaría aquí, aun Guillermo si no te hubiesen perdonado. Te equivocaste como cualquiera, te arrepentiste, aguanta si quieres esa silla, las tablas y muletas y así como tus piernas que tu alma aprenda a caminar de nuevo, por senderos diferentes, podrás, eres más fuerte de lo que crees. Acá estaremos tu madre y yo para apuntalarte física y emocionalmente, también Orestes que te quiere como a un hijo.
__ ¿Hablaban de mí? _  dijo Pedro asomándose en la habitación__.  Hablé con tu médico y pronto podrás ir a casa, claro  es en silla.

__Pedro, iré por algo decente que comer ya que llegaste, Valeria,  ha ido a descansar un poco, este hijo está grande y demasiado sano ya. __Diego rio e hizo un guiño a Pedro.

Pedro se sentó junto a la cama, no quiso contarle de Fabián.
__Matías, por lo que me contaste podemos perder el estudio, no lo digo para echártelo en cara, es solo para que sepas que en poco regresaremos a Buenos Aires.
__Lo imaginé _ dijo evadiendo la mirada__. Perdón, si quieres puedo hablar con…

__No hagas nada, nos arreglaremos, de alguna manera revertiremos en juicio las cosas. Quiero que sepas que no me encontrarás en tribunales cuando regreses, pediremos excedencia, quizá renunciaremos para dedicarnos a lo otro, pero seguiré con el divorcio, lo entiendes ¿verdad?
__Claro, y ¿con la demanda penal?
__Eso dímelo tú.
__No lo hagas, no tengo derecho a pedirte que levantes los cargos, tampoco a que confíes en mí, pero te firmaré el común acuerdo, y cuando tengas la sentencia, si quieres, te pido que me permitas quedar limpio _suplicó.

__Lo haré.
__ ¿Guillermo no vendrá ni una vez?
__No lo creo.
__Entiendo, transmítele mis disculpas, sé que podrán revertir aquello. Pedro, escapa de mí. Márchate lejos de mí, no demores en hacerlo, antes que mis palabras te hagan daño al hablarte. Tu mundo se  tornó gris bajo las tormentas de mis engaños. Aléjate amor,
corre contrario a mi camino, entenderás algún día que no deseaba perderte, pero será mejor que escapes en las brisas libres del viento.  La luz se apaga en mi compañía, no querrás sentir el dolor cuando se ama, te resguarda un ángel, él fue quien me alumbró y salvó y esa verdad debo decírtela para indicarte la salida. Busca tu felicidad en otros brazos, no mereces que hiera tu alma y destruya tu corazón. Abandóname amor, aún tienes tiempo, en verdad no soy quien creías, yo no vengo desde del cielo. Créeme por favor,  márchate, si desearas quedarte a mi lado, sentirías las angustias y te darías cuenta lo extremadamente bueno  que soy para mentir, haciéndote sufrir a ti, que eres lo que más quiero. Corre ahora, sabes que no te merezco, sé que  no me amas y no adoras mi forma loca de amarte, entiende,  nunca seré libre de los fantasmas que habitan en mi memoria. Soy difícil de entender, mi alma apasionada solo respira en libertad, donde acaricia los rostros del pecado, en aventuras tentadoras por una pasión que no tiene explicación, ni límites. Te abro las puertas de mi cárcel, prefiero perderte, antes que vivas en los brazos del engaño, y quedes atrapado  por siempre, en mis indescifrables locuras.
__Abandona esas pasiones oscuras, esas locuras, Matías, que haberte salvado en este accidente te redima, permítete ser feliz, creo que Diego te ama, se quedará contigo todo el tiempo _ dijo Pedro sinceramente. Lo  conozco desde niño, y te aseguro  que es un gran hombre, sálvate,  puedes __. La dulzura y el amor llegan con el cultivo del mismo, y nada más grato que ver a nuestros semejantes haciendo el bien. El orgullo de los padres son las obras de los hijos, más cuando siguen nuestro ejemplo y van por el buen camino,  ese sentimiento llamado amor, salta a la vista de quien amado, contempla la vida y todo lo ve reflejado en sus semejantes como prosperidad en sentimientos que hacen dignas a las personas.
Se ve hermoso un hijo cuidando seres indefensos, haciendo el bien en su inocencia, y muchas veces dialogando con los animales, con palabras que nos han escuchado, y de las cuales se sirven como ejemplo de su aprendizaje, tu madre te ama, sé que deseas tener hijos, no te prives. Quien brinda amor, cada día aprende más de la vida y se siente reconfortado  cuando ve sus frutos reflejados en sus obras: los hijos.
¿Quién no siente orgullo al ver a un semejante de su sangre siendo correcto y sabiendo que este será  la próxima generación?
Los valores no deben acabar nunca, y por más ocupados que nos mantengamos; estos deben aplicarse a las nuevas generaciones para no tener que alimentarnos más adelante con lo que serán las nuevas modas,  costumbres y principios de un mal ejemplarizante.
Una cosecha bien lograda, es el fruto de la bienaventuranza de quien persevera y jamás se cansa aconsejando a sus hijos con mezcla de amor cariño y comprensión, te faltó de tu padre, pero no de tu mamá.
Me sentía  feliz visitando  a mis abuelos, porque ellos significaban tanto para mí, que hoy en el recuerdo son tesoros invaluables los cuales venero en mi memoria porque fueron mi espejo por la vida.
Y mientras los principios no se acaben, el mundo seguirá sediento de amor, porque esa riqueza debe primar en todos para que el mundo siga en equilibrio y los principios sean la moral de los jóvenes que tanto la necesitan.
Todo empieza por casa, y todo en familia debe ser calor de hogar para que la fortaleza rija en la ética y moral de todo ser humano,  para que la tierra siga siendo nuestro paraíso y no un mundo corrompido donde la generación se puede convertir en des generación.
Todos somos responsables de nuestros hijos, y no hay disculpa que valga cuando tarde nos damos cuenta que estos andan en malos pasos: la ética moral y principios son etiqueta de casa.
__ ¿Tendrás hijos con él? __interrogó Matías.

__Tal vez,  tal vez. Ya no volveré por acá, te pido que hagas todo lo que te indique el médico, en un par de meses espero verte caminando en Buenos Aires, y quién dice, quizás en un tiempo seamos colegas y amigos _ afirmó Pedro que se inclinó y depositó un suave beso en la frente mientras Matías le tomó la mano.__ Ya no puedo prometerte un amor entero. Te ofrezco mi grata compañía, mi hombro de hierro y mi amistad cuando la necesites. Prometo valorarte siempre y guardar el recuerdo de lo que fuimos juntos. Te cruzaste en mi camino para bien, a pesar de todo y siempre tendrás mi mano cálida.
Mientras huías de mi cariño, alguien se quedó a mi lado para juntar mis lágrimas en su redoma, y mis trozos cubren con suma calidez. Él sabe escuchar con paciencia el crujir de mi alma, en cada una de mis palabras dolientes y su mirada traspasa mis murallas, facilitando su tarea de captar aquello que guardo en mi interior. Comencé a admirarlo, y a esperarlo como la tierra seca espera por su lluvia. Aprendí a sentir de nuevo, esta vez sin límites ni obstáculos, los cuales solías ponerme a cada rato por tus miedos.
Se hace fuerte cada día, irradiando de su luz inmensa, y ahora suelo necesitarlo mucho más que al propio sol. Ese alguien no teme lanzarse al vacío, a pesar de sus pérdidas y roturas, y también puede amar desesperadamente, tal como yo lo ansío. Suele acariciar mi alma lastimada, curando los moretones provocados por tu ausencia, esperando pacientemente el resurgir de mis brotes. Aunque me encontró como una rama seca, olvidada y pisoteada en algún lugar.
A él le debo gran parte de mí, y a ti te doy las gracias por haberme mirado, cuando aún yo no me reconocía frente al espejo como hombre y persona. Sé que merezco mucho más de lo poco que me dabas, para llenar tus ratos de soledad inmensa, aunque estoy seguro  de que a tu forma me quisiste y que jamás nos vamos a olvidar.
Te guardaré en mis verbos porque mi alma está ocupada por un amor valiente, ese que espero y ahora merezco vivir, a la medida de mi amor y mi alma inmensa.

__Pedro… gracias. __ Sentado en la orilla silenciosa donde sangra la indiferencia, arropado en el olvido abrasivo  se desgasta la existencia mía sin protección en mi trinchera, sin munición en mi alegría.

Ha enmudecido mi risa, desencajado mis  palabras se pronuncia la agonía, se envalentona el final. Ya no opongo resistencia y aprendo a morir, entrecierro mis ojos acelerando el fin.
De pronto un vendaval de vida, una funda de luz, una lluvia de motivos, un universo de amor
me arranca de las garras de ese vacío mortal  y  me regresa a la batalla, mi quehacer habitual
sin laterales traidores, sin acometida desleal.
Golpeo de nuevo lo injusto y me agiganto ante el mal. Me resisto a quebrarme, lo grito para mí. ¡Madre conspiraste para volverme a parir! Con la complicidad de Dios me dieron motivos que invitan a vivir, estaré bien Pedro, lo prometo.


Allá donde florecen los atardeceres y la pasión se convierte en la bruma, que nos empapa de deseo. Allá donde las auroras boreales inundan tu sexo, entre sábanas de lino y el firmamento por testigo, se hace eco de nuestro enfervorizado delirio. Allá donde somos pasto  de las llamas de nuestros instintos. Allá donde nuestros destinos se cruzaron, para hacer realidad las flores de olvidados sentimientos. Allá donde huele a madre selva, jazmín y azahar entremezclado con el aroma de tu aliento. Es donde quiero encontrarte siempre, para darle vida a esa pérdida mirada que tanto me cautiva. Adiós amor.

__
La madre de Matías tuvo que reconocer que tal como dijera su hijo, Moravia era un hombre imponente, a primera vista egocéntrico, arrogante, pero a poco de andar divertido y encantador. No era de extrañar que su hijo lo adorara. Era mucho más que eso. Por juvenil que fuese su rostro pese al pelo cano, por jóvenes que fueran las mujeres que lo rodeaban, él sabía que el juego se estaba acabando, y estaba aterrado, cosa que ni siquiera confesaba a Camila. Aterrado de enfermar, de perder su buen aspecto, de hacerse viejo, de morir. Su negativa inicial a aceptar  el accidente de Matías era una prueba muy clara. También lo veía en sus ojos transparentes. Y detrás de su sonrisa había un hombre triste. Por muy encantador que fuera, ella sentía pena por él. Era un hombre que temía hacerle frente a sus demonios pese a ser el  hombre más poderoso del país en el poder judicial. El resto era una fachada, pero sabía que aunque hubiera intentado explicárselo, Matías no lo hubiera entendido.
Para Matías había sido como ese padre atento que siempre había querido tener, y cuando los vio en el hotel, pensó en lo bellos que eran padre e hija, y que Camila y Nancy eran una pareja perfecta.
Pero, sobre todo, le resultaban fascinantes las complejidades de Orestes. A primera vista no pareció que ella le hubiese impresionado especialmente. No era el tipo de mujer que le atraía, si es que salía con ellas luego de la enfermedad y muerte de su esposa. Ella era lo bastante mayor para ser madre de esas chicas. Lo que le había gustado de ella, según le dijo a Pedro más tarde, era su afabilidad, su estilo, su elegancia, su falta de pretensiones. Llevaba puestos pantalones grises, un jersey gris, y un collar de perlas. No había pretensión en ella. Y el hecho de que no se esforzara por parecer más joven hacía que lo pareciera. Tenía clase.

__Es una pena que no tenga dinero _dijo Orestes a Camila con voz apenada__. Por supuesto con el estudio debería tenerlo. Pero claro __ y rio__, de los abogados acá solo Pedro es millonario y no lo aprovecha. En realidad a mi sobrino el dinero le da lo mismo. De la misma forma en que veo que la juventud se malgasta entre los jóvenes, es un desperdicio que la gente demasiado filantrópica tenga dinero. El dinero está para gastarlo y disfrutar de él. En cambio, Pedro no le hace caso al suyo. Necesitaría lecciones para aprender a usarlo, lecciones que yo podría darle con seguridad.

__Ya papi, deja a Pedro tranquilo, usará el dinero que necesite para armar su hogar con Guille, así como yo solo el necesario para el mío, a propósito, qué ganas de regresar, tenemos tanto por organizar, y el casamiento encima.

Al día siguiente Orestes volvió a ver a la misteriosa madre de Matías en la piscina. Estaba sentada  leyendo. Se había tomado la tarde libre, no iría a ver a Matías hasta la noche. De súbito se recostó en la tumbona, llevaba un bikini negro de una simplicidad exquisita que le quedaba impecable. Tenía un cuerpo notable. Nancy y Camila la envidiaban y esperaban tener el mismo aspecto cuando llegasen a su edad. Cuando se lo dijeron ella respondió que solo era suerte y genes, que ella no hacía nada para mantenerse. Pero se sintió  agradecida por los halagos de las jóvenes.
Orestes la invitó a subir al departamento que ocupaba la familia en el hotel a tomar una copa de champagne más tarde, y ella fue, solo para poder decir que lo había visitado. Le sorprendió lo hermoso y comedido que era todo, en absoluto ostentoso, todo estaba decorado con antigüedades, casi adivinó que la familia en Buenos Aires vivía en sitios similares.

__Tienes unos amigos adorables _le dijo a Matías aquella noche cuando fue a visitarlo. Y también le dijo cuánto le gustaba el procurador__. Ahora entiendo por qué lo quieres tanto. __A ella en realidad también le encantaba.

__ ¿Te ha tirado los tejos Orestes, madre?
__Por supuesto que no, para su gusto creo que me sobran treinta años. Es demasiado listo, las mujeres de mi edad lo calaríamos enseguida. En realidad sería bueno para él, pero yo no tengo energía para estar con un hombre como Moravia _dijo sonriéndole a su hijo__. No tengo energía para ningún hombre, ni ganas, para mí todo ha acabado. Me contento con poder vivir a mi aire y verte.
Había prometido que lo cuidaría durante la convalecencia y él estaba deseando poder pasar aquel tiempo con ella. No estaban juntos desde hacía años, y disfrutaba mucho de su compañía.

__Quizá deberías darle una oportunidad, mamá, eres demasiado joven para estar sola _ replicó al fin Matías __. Lo digo de verdad, y si piensas en darme un padre, y puedo elegir, desde ya que Orestes se lleva las palmas.

__! Hijo!

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

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