LA CÁTEDRA.
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO.
MARIO BENEDETTI.
TE ESPERO
Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé, sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor,
pero no lo dices, sé que soy un idiota al esperarte,
pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tú allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
quizá por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
y la luna oculta ese sol tan radiante,
me siento solo, lo sé;
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy solo,
Y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto,
mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tú, y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás...
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí,
porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo...?
Un día tropezando nos perdimos,
nunca hubo un "adiós," solo silencio y ausencia marcó el final de nuestro "amor."
nunca hubo un "adiós," solo silencio y ausencia marcó el final de nuestro "amor."
__Pedro
aceptó una última misión y el nene está interno porque no quiso volver
con el tío. A Pedro esa noche lo salvó el destino, no estaba en el suyo morir,
y un chico en condición de calle lo sacó del intento. Willy, como usted se
llama, y tiene trece años como Agustín, Pedro intenta conseguir su tutela. Creo
que lo impactó encontrarlo para Nochebuena porque está en la misma condición
que Agustín cuando su padre lo rescató, estaba en la calle, y lo llevó a su
departamento, por ratos primero, y al fin conoció a Agustín, se hicieron
amigos, se quedó allí.
Nueva
York. Tres meses antes. Enero de 2017.
El derrotero de Pedro lo llevó al este de
Afganistán, a Jalalabad, y las condiciones allí eran más severas de lo que
recordaba, había funcionado sin médicos sin fronteras, los suministros eran
limitados y el ambiente estresante aun para los trabajadores humanitarios, era
una zona de guerra desde hacía más de tres décadas, las mujeres sufrían abusos
brutales, y moría uno de cada diez niños. Ya cuando el coche se acercaba al
campamento, Pedro oyó los disparos.
En la ciudad había más de cuarenta
asentamientos de casuchas de adobe y chabolas de barro, donde la gente moría
por falta de alimentos. Los peores
parados eran los niños, muchos eran desalojados de sus pueblos por los
combates en sus provincias para acabar muriendo por falta de comida y atención
médica deficiente en campamentos de refugiados. Pedro sabía que a veces era
cuestión de ayudar a los lugareños a sobrevivir a las adversidades que
enfrentaban, no de darles lecciones sobre cómo vivir la vida de un modo nuevo o
intentar cambiar el mundo. Estaba acostumbrado a convivir con mujeres con
lesiones gravísimas, niños con miembros amputados o a punto de morir por
enfermedades espantosas o dolencias leves para las que no disponían de
medicamentos. Su labor consistía en apoyarlos de cualquier manera que estuviera a su alcance.
Cuando
bajó de la camioneta sintió lo invadía el alivio. Estar allí en que importaban
nada más que la vida y la capacidad más elemental de supervivencia, hacía que
todo lo demás fuera menor, se esfumara. Se sentía necesitado, útil, al menos
allí aportaba su grano de arena para poder mejorar en algo el modo de vida de
esas personas.
Por el campamento merodeaban niños vestidos
con harapos, descalzos o con sandalias de plástico a pesar del frío. Las mujeres
llevaban burkas y la cabeza cubierta.
En los largos vuelos había pensado varias
veces en Agustín y Willy, pero ante todo lo que tenía que hacer allí casi se
olvidó de ellos. El país se hallaba en guerra civil casi permanente.
Había un puesto médico en el borde del
campamento, al que trasladaban a civiles heridos, muchos no lograban
sobrevivir, todo era lo más básico y rudimentario. Recordó sus años en el
Congo en medio de la guerra de
guerrillas en grupos de manos que curan, y en la franja de Gaza y tantos sitios
que llevaban a reflexionar. Una vez al mes había suministros por helicóptero,
médicos sin fronteras acudía para asistir a los pacientes más graves, el resto
del tiempo los trabajadores humanitarios hacían lo humanamente posible. Vestía
pesadas prendas militares, botas y parka, la mayoría de suministros y
equipamientos eran excedentes militares.
A su llegada se presentó a un inglés fornido
que había servido en el ejército británico, y recibió las primeras
instrucciones, cuando conoció en la tienda al personal se fijó en las
nacionalidades distintas, en la comida tan mala como escasa pero estaba tan
agotado del viaje que al llegar a la tienda donde le asignaron un catre, de los
seis, se quedó dormido y despertó al amanecer.
Durante
misiones anteriores los insurgentes
no los habían molestado, cuando
llevaba una semana subiendo con los cooperantes a las montañas en mulas, por
caminos estrechos serpenteantes que bordeaban un despeñadero, para ver si
alguien necesitaba ayuda o que lo
bajasen. A su regreso ayudó a asistir a un niño de seis años con quemaduras
graves y a su madre de diecinueve.
Pedro
trabajaba sin descanso desde el amanecer hasta la medianoche, pero no tuvo la
sensación de peligro en ningún momento. Se trasladó a Asadabad, y dado que en
el campamento no disponían de acceso a internet, el jefe de misión le pidió
enviase unos e- mails usando la sede local de la Cruz Roja, y allí se sentó al
fin frente a un ordenador, tenía tres mensajes de Marcial rogándole que
regresara, uno de Agustín, otro de Willy y el último del director del colegio,
este y su hermano le relataban lo mismo.
Willy iniciaba el mensaje con una disculpa,
decía que quería a su hermano, que la gente del colegio era buena, pero que no
soportaba las normas ni estaba entusiasmado con los demás chicos, uno de los
cuales había intentado robarle el ordenador, por las noches el ruido era tanto
que no dormía. Decía que era como vivir en un zoo, y que le escribía para
contarle que se había marchado. No sabía adónde ir, pero le aseguraba que
estaría bien y le deseaba lo mismo y que volviese pronto. En definitiva, había
hecho lo que su tía le predijo, escapar a la calle y colgar los estudios. Pedro
pensó que desde allí nada podría hacer. Le respondió diciéndole que estaba
entero, que se cuidara y que le rogaba retomar las clases, sabía que podría
arreglárselas en la calle aunque estaba decepcionado.
__Cuídate, Pedro _le dijo Marcial al que
llamó __, haznos el favor de no dejar que te disparen o te maten.
__Lo intentaré, tienes más probabilidades de
recibirlo en la ciudad que yo aquí.
Cuando regresó a la tienda con los mensajes
para Roberto, jefe de misión, hablaron de sus vidas.
__Deberías salir de acá, tener una vida,
hijos.
_Pues en realidad lo estoy pensando, quiero
adoptar a un niño, pero no será fácil puesto que no estoy en pareja _se
sinceró.
Cada uno tenía sus motivos para estar allí,
su jefe había abandonado la carrera de Medicina y su esposa no mostraba interés
en verlo más que un par de veces al año, y Pedro por ahora sin su amor allí se
sentía útil.
__Eres valiente __le dijo Roberto.
__No siempre _respondió recordando de lo que
lo salvó Willy.
Los días trascurrían de prisa y tranquilos
hasta que a pocas semanas de la llegada del sustituto, andando en caballo
pasaron por una zona de cuevas y su compañero recibió un disparo por milicianos
rebeldes. Pedro se agarró con fuerza a las crines del caballo rezando para que
no echase a correr y se lanzara barranco abajo. Un italiano fue a coger la
brida para echarle una mano, y el jefe de la partida ante la balacera les hacía
señas de regresar, Pedro miró
inmediatamente a su amigo que cayó de bruces con un disparo en la nuca y
el cerebro estallándole.
Hasta que llegaron los sustitutos luego del
ataque, se reforzaron guardias y medidas de seguridad, el ambiente había
cambiado y Pedro entendió que no debían minimizarse los riesgos que corrían.
Cuando el jefe lo hizo llamar para asignarlo
al Congo hasta completar la misión e ir a casa, quiso evitarlo.
__Yo estoy dispuesto a quedarme _ respondió__.
Simplemente no subiremos más a las montañas__. Los insurgentes y milicianos
rara vez bajaban de las cuevas.
__Ya lo sé, siempre estás dispuesto, pero
terminarás el periodo en el Congo y regresarás a casa __replicó con firmeza.
La muerte del compañero empañó el ambiente
del campamento y muchos regresaron a sus países de residencia, al fin Pedro
pensó en que Willy andaba solo por las calles y dejó de resistirse al cambio,
además se sumaba el rumor de un incremento de violencia en la zona.
Llegado fines de febrero comenzó a pensar en
su vida en la ciudad, por lo general detestaba regresar a un departamento vacío
y a la vida inexistente que llevaba allí, también se resistía a un trabajo de
oficina, tenía que encontrar a Willy. Experimentó la sensación de pánico de no
verlo nunca más, como si fuera a arrastrarlo una ola, y se angustió pensando
qué pasaría si no volvía a verlo. Costara
lo que costase, lo encontraría. No lograba comunicarse ni por Skype ni
por e-mails.
Cuando aterrizó en New York, estaba
espabilado, fue a la sede a dejar el reporte de misión, informando que deseaba
terminar con ellas, y para cuando dejó los bártulos en el departamento salió
para la caseta, mas el ayuntamiento la había cerrado con candado, y no tenía
idea de dónde estaría Willy.
Al día siguiente visitó a su hermano, habló
con el director del colegio, con la tía, lo buscó en albergues y donde solían
pulular adolescentes sin hogar, en centros de día y para finales de semana, se
estaba dando por vencido. Solo le quedaba esperar que él se presentase por
propia voluntad.
Diez días después desde la sede le
comunicaron que debía ir a Washington
D.C. a disertar sobre la situación de las mujeres en Afganistán, no estaba con
ánimo, acababa de perder a otra persona que amaba y de pronto pasó una semana
preparando el informe, y en la estación cuando estaba subiendo al tren vio
pasar a un grupo de chicos corriendo hacia el túnel abandonado de un ramal
donde distinguió a otros chicos acampando, sitio peligroso si cruzaban las
vías, y de pronto en medio de ellos, vio una silueta conocida que llevaba la
vieja parka que él le había regalado la noche en que se conocieron.
Saltó del andén y cayó para echarse a correr
llamándolo. Willy se volvió y al verlo pareció que se tratase de una aparición,
todo en esa mirada le hizo entender que jamás volvería, se quedó petrificado
hasta que echó a andar hacia él lentamente, y cuando estuvieron frente a frente
cerca de las vías mostraba la mirada perdida.
__Llevo dos semanas buscándote por todas partes
_ dijo mirándolo intensamente cuando las miradas se encontraron __. ¿Dónde
estabas?
__Aquí _ respondió él sin más, y señaló el
andén donde se apiñaban los demás, un nido de chavales sin casa que viajan
juntos.
__ ¿Por qué huiste del colegio?
__No me gustaba.
A Pedro le dieron ganas de decirle que era un
idiota si pensaba que podría pasar el resto de su vida entre casetas y andenes
sin siquiera haber acabado la escuela, pero se mordió la lengua.
__Cometiste una estupidez __fue lo que dijo
enojado__. ¿Por qué no respondiste mis mensajes?
__Porque pensé que estarías muy enfadado
_dijo.
__Y lo estoy, pero me sigues importando.
__Oyó el último aviso de salida del tren, al menos sabía dónde estaba__. Tengo
que irme, pero vuelvo esta noche. Ven si
quieres al apartamento y hablamos.
__No pienso volver allí __respondió obcecado.
Pedro no supo a qué se refería, lo miró y lo
rodeó en sus brazos y Willy lo abrazó.
__Ven a verme, no te obligaré a nada __lo
tranquilizó.
El chico asintió mientras Pedro regresaba a
toda carrera por las vías. Una vez en el
andén, se dio la vuelta para decirle adiós con la mano y él repitió el gesto.
Pedro regresó esa noche, y satisfecho por los resultados, se dio un baño
y se durmió.
Cuando al día siguiente se preguntaba si Willy
acudiría a la cita, el teléfono le sobresaltó, pensando en Marcial atendió con
desgana, más el corazón le dio un vuelco, y las lágrimas acudieron a los ojos,
era Guillermo.
--Me enredo en tu mirada tratando de surcar
el laberinto de tu pensamiento, atravieso el universo de tu alma tocando cada
estrella de tu pasado y presente, navego en las aguas de tu corazón buscando
las playas de tu amor, soy explorador de tus secretos, descubridor de tus
fantasías, conquistador de tus anhelos, sos mi más hermosa aventura, mi dulce
historia, mi destino perfecto. Buenas noches mi amor.
__Era tarde y en mi trágica manía de amarte he bajado a mi alma y ahí estabas tú,
amándome en silencio, buscando mi sonrisa para en ella perderte, mientras yo me pierdo en tus ojos. Te espero en cada noche, cuando las estrellas se derriten y, la luna nos busca como lo hacía en nuestras noches de encuentro, para regalarnos sus lágrimas de amor.
Mientras la ciudad se duerme en su más profundo sueño, mis pensamientos quieren volar y volar, agitan sus alas en esta noche de lluvia, sin estrellas, un suspiro lleno de nostalgia se convierte en mi más fiel compañero mientras que en un claro de luna atisbamos la esperanza de que de un momento a otro contaremos con tu presencia, me cuesta respirar, mientras, una lágrima dulcemente se desliza para recordarme que estoy vivo, que siento este amor soñado, que puedo sentirme amado, porque tú también me sueñas en el más profundo silencio, susurrándole mi nombre a la luna para que no se duerma en su melancolía.
__Era tarde y en mi trágica manía de amarte he bajado a mi alma y ahí estabas tú,
amándome en silencio, buscando mi sonrisa para en ella perderte, mientras yo me pierdo en tus ojos. Te espero en cada noche, cuando las estrellas se derriten y, la luna nos busca como lo hacía en nuestras noches de encuentro, para regalarnos sus lágrimas de amor.
Mientras la ciudad se duerme en su más profundo sueño, mis pensamientos quieren volar y volar, agitan sus alas en esta noche de lluvia, sin estrellas, un suspiro lleno de nostalgia se convierte en mi más fiel compañero mientras que en un claro de luna atisbamos la esperanza de que de un momento a otro contaremos con tu presencia, me cuesta respirar, mientras, una lágrima dulcemente se desliza para recordarme que estoy vivo, que siento este amor soñado, que puedo sentirme amado, porque tú también me sueñas en el más profundo silencio, susurrándole mi nombre a la luna para que no se duerma en su melancolía.
_ ¿Qué fue de mi vida?
__Y tú me preguntas, qué fue de mi vida; y yo con la mirada vacía, buscando mi alma en tus pupilas; esperando, esperando encontrarla en ellas, esperando encontrar en ti, un poquito... un poquito de lo que me quitaste de vida; porque desde el día en que te fuiste, contigo también se fue mi alma, contigo también te llevaste a la pobre vida mía. Y tú me preguntas, qué fue de mi vida; y yo con el silencio raspando en mi garganta, gritos de agonía; te reprocho en gritos silenciosos: ¡Devuélveme la voz que te imploraba! ¡Amor mío, amor mío!
Amor mío no me dejes, amor mío no te vayas; pero tú no me oías, aun cuando la voz de mi alma, a tus pies se moría. Y tú me preguntas, qué fue de mi vida; mi vida se fue contigo, desde aquel verdugo día en que me dijiste... que ya no me querías. Y tú me preguntas,
qué fue de mi vida.
__Y tú me preguntas, qué fue de mi vida; y yo con la mirada vacía, buscando mi alma en tus pupilas; esperando, esperando encontrarla en ellas, esperando encontrar en ti, un poquito... un poquito de lo que me quitaste de vida; porque desde el día en que te fuiste, contigo también se fue mi alma, contigo también te llevaste a la pobre vida mía. Y tú me preguntas, qué fue de mi vida; y yo con el silencio raspando en mi garganta, gritos de agonía; te reprocho en gritos silenciosos: ¡Devuélveme la voz que te imploraba! ¡Amor mío, amor mío!
Amor mío no me dejes, amor mío no te vayas; pero tú no me oías, aun cuando la voz de mi alma, a tus pies se moría. Y tú me preguntas, qué fue de mi vida; mi vida se fue contigo, desde aquel verdugo día en que me dijiste... que ya no me querías. Y tú me preguntas,
qué fue de mi vida.
¿Recibiste mi regalo para el día de los
enamorados?
__Sí, Pedro te mentí, entre José y yo nunca
pasó nada.
__Yo los vi, Guille, Fabián me lo confirmó.
__Lo que viste era un montaje y mi hijo apeló
a los celos para reunirnos, puede que él me desee pero yo solo puedo amarte a
vos, a ti precioso. ¿Regresarás? __ Te invito a una cita de amantes donde esté
ausente la cordura. Siluetas revueltas bailando en las sombras. Besos que
anidan en la cima de tus cumbres, te
invito a mi locura, donde tocarás el cielo con tus manos sensuales. Perderás el
miedo de amar libremente sin temor a los fantasmas que habitan en tu mente. Te
invito a lo prohibido donde jugarás en el límite del abismo, acariciando los sueños deseados por tus
instintos de encontrarme para amarnos sin control. Sueños que mantienen en tu
memoria, el recuerdo de aquella noche inolvidable, donde retumbaban las paredes
indecentes en nuestra cueva de amor. Sexo
interminable de una pasión infinita que perdurará en el tiempo, como placeres
hambrientos, acechando pacientemente las
ansias incontrolables de poseernos una próxima vez. Te invito a entrar en el
mundo de los sueños, donde sentirás el pecado de tu piel entre mis manos sin
tocarte. Seré tu fantasía, quizá
mientras sueñes tendrás la esperanza de encontrarme en algún lugar
sorpresivamente, donde hablarán nuestras miradas sin conocernos. Te invito a soñar cada noche y viviré por
siempre en tu realidad.
¿Quieres que viaje yo a buscarte? ¿Estás aún
con ese chiquillo?
__ ¿Lo sabes?
__El gerente de tu empresa me contó, amorcito
por favor, dime que dejarás esas misiones,
que regresarás a nuestros lugares, el estudio te extraña, en la cátedra
nadie te reemplaza, en tu empresa.
__Guille, me queda una misión, y sí, prometí
a Agustín regresar luego, pero no puedo irme de un día al otro sin más. Me
ofrecieron trabajo de oficina, pero no, no me quedaré.
__ ¿Irás al Ártico?
__Sí, es menos peligrosa que de donde he llegado,
te lo aseguro.
__ ¿No hay otro en tu vida, no olvidaste lo
nuestro?
__ ¿Cómo se olvida el amor de la vida?
Guille, tú y los tuyos, son parte de mi carne y de mi alma, yo soy en ustedes,
sin ustedes, solo respiro y supervivo. ¿Cómo se olvida?, dime si lo sabes, si no existe un suspiro en mi pecho que no
lleve el latido de tu nombre; si aun en la risa que acaricia a mi rostro, ahí
estás escondido, refugiado en lo imposible de tus besos, cobijado en mi boca,
que en el más puro silencio te suspira.
¿Cómo… dime? ¿Cómo se olvida? si no existe un solo segundo en que no abrace al espejismo de tu imagen; y en la belleza de la nada, ahí te he construido la más bella casita, donde con el más puro amor tú haz de besarme, donde por mil eternidades... conmigo haz de quedarte; donde el ruido de viles realidades, no espantarán a estos oídos que te oyen, aun cuando esté atrapado, entre la realidad... y en esta sublime fantasía; ahí estaré para oírte, en el cálido amanecer de un eterno día; porque aunque en mi triste realidad no te tenga, por siempre seré yo... ¡el eterno guardián de tus sueños! el guardián de esta eterna fantasía.
¿Cómo se olvida? ¿Cómo puedo olvidar lo que tuve, cómo puedo tener... lo que nunca se olvida; cómo puedo olvidar a quien ha hecho un nido en mis sueños, a quien nunca he tocado, a quien nunca me ha besado; cómo olvidar a quien en silencio yo amo?,
¿cómo olvidar a quien nunca me ha amado; cómo olvidarte si nunca habité en tu presente, futuro o pasado?
¿Cómo… dime? ¿Cómo se olvida? si no existe un solo segundo en que no abrace al espejismo de tu imagen; y en la belleza de la nada, ahí te he construido la más bella casita, donde con el más puro amor tú haz de besarme, donde por mil eternidades... conmigo haz de quedarte; donde el ruido de viles realidades, no espantarán a estos oídos que te oyen, aun cuando esté atrapado, entre la realidad... y en esta sublime fantasía; ahí estaré para oírte, en el cálido amanecer de un eterno día; porque aunque en mi triste realidad no te tenga, por siempre seré yo... ¡el eterno guardián de tus sueños! el guardián de esta eterna fantasía.
¿Cómo se olvida? ¿Cómo puedo olvidar lo que tuve, cómo puedo tener... lo que nunca se olvida; cómo puedo olvidar a quien ha hecho un nido en mis sueños, a quien nunca he tocado, a quien nunca me ha besado; cómo olvidar a quien en silencio yo amo?,
¿cómo olvidar a quien nunca me ha amado; cómo olvidarte si nunca habité en tu presente, futuro o pasado?
¿Cómo
podrás soñarme si en tu indiferente realidad... nunca yo he estado?
¿Cómo puedo olvidarte? ¿Dime cómo? ¿Cómo se olvida; si mucho antes de vivir, yo... ya te había soñado? Hoy poco antes de morir, tú aun sin saber que eternamente te amé, ¡en mil vidas, en mil pasados! es muy triste verte de lejos, aun cuando mi alma camine a tu lado; es muy triste saber, que no me puedas ver, más allá de un soñado ayer, donde no me hayas olvidado; ¿cómo se olvida? ¿Cómo te acuerdas de vivir, cuando de ti... la vida se ha olvidado? Antes de acercarme a ti en la cátedra así viví, y luego del desesperado amor que nos unió, es impensable, solo me siento menos solo en las misiones.
¿Cómo puedo olvidarte? ¿Dime cómo? ¿Cómo se olvida; si mucho antes de vivir, yo... ya te había soñado? Hoy poco antes de morir, tú aun sin saber que eternamente te amé, ¡en mil vidas, en mil pasados! es muy triste verte de lejos, aun cuando mi alma camine a tu lado; es muy triste saber, que no me puedas ver, más allá de un soñado ayer, donde no me hayas olvidado; ¿cómo se olvida? ¿Cómo te acuerdas de vivir, cuando de ti... la vida se ha olvidado? Antes de acercarme a ti en la cátedra así viví, y luego del desesperado amor que nos unió, es impensable, solo me siento menos solo en las misiones.
A solas, sin intervención de otras vidas,
imbuido en un denso y desgarrador silencio que agazapado espera el preciso
momento para hincar sus fauces sangrientas y ávidas de tragedia, allí donde no
se le ve pero deja hondas heridas, me va devorando, engullendo, diluyendo mi
silueta, allí entre signos oscuros desaparece mi ser vencido por el silencio.
¿Dónde me encuentro?
Quizás en un mundo imaginario que espero efímero, donde el reino de la imaginación divaga insomne provocando espantosas escenas exentas de belleza, donde las heridas supuran pus y recalan en círculos concéntricos de color morado de sangre sin circular, maloliente y fría, donde unos seres fantasmagóricos y sin posibles puntos de sutura, muestran sus heridas yaciendo sobre el suelo, casi sin aliento, pues se les acaba la vida.
La angustia me cierra la garganta, me la aprieta sin medida, casi no puedo respirar y las paredes secas me producen fatiga.
Quiero pedir socorro, pues se me escapa la vida, pero ni siquiera me veo a mí mismo, soy solo silencio, la escena es clandestina, nadie vela mi terror, ni tengo armas para defenderme y cortar esta agonía.
A solas... a solas siento de pronto un fuerte viento, nadie me hace compañía.
Entre los espacios de tiempo de su rolar, surge el galope de un caballo sin jinete, montura, ni bridas.
Entre brumas despunta incipiente el claro oscuro del amanecer y los tímidos y primeros rayos del día dan paso a un gran campo donde en ordenadas filas, florecen miles de tulipanes amarillos que deslumbran con su belleza y horrorizado presiento cómo va con su desbocado galope, el equino a pisotear su hermosura.
Deseo gritar para pedir ayuda, pero se enquista la sonoridad de la voz en mi garganta.
¿Qué me aguarda?
A solas... nadie me responde, vuelve a invadir la oscuridad la estancia, la percibo sombría, no late acompasado mi corazón, lentamente deja de latir, me encuentro a solas.
¿Dónde me encuentro?
Quizás en un mundo imaginario que espero efímero, donde el reino de la imaginación divaga insomne provocando espantosas escenas exentas de belleza, donde las heridas supuran pus y recalan en círculos concéntricos de color morado de sangre sin circular, maloliente y fría, donde unos seres fantasmagóricos y sin posibles puntos de sutura, muestran sus heridas yaciendo sobre el suelo, casi sin aliento, pues se les acaba la vida.
La angustia me cierra la garganta, me la aprieta sin medida, casi no puedo respirar y las paredes secas me producen fatiga.
Quiero pedir socorro, pues se me escapa la vida, pero ni siquiera me veo a mí mismo, soy solo silencio, la escena es clandestina, nadie vela mi terror, ni tengo armas para defenderme y cortar esta agonía.
A solas... a solas siento de pronto un fuerte viento, nadie me hace compañía.
Entre los espacios de tiempo de su rolar, surge el galope de un caballo sin jinete, montura, ni bridas.
Entre brumas despunta incipiente el claro oscuro del amanecer y los tímidos y primeros rayos del día dan paso a un gran campo donde en ordenadas filas, florecen miles de tulipanes amarillos que deslumbran con su belleza y horrorizado presiento cómo va con su desbocado galope, el equino a pisotear su hermosura.
Deseo gritar para pedir ayuda, pero se enquista la sonoridad de la voz en mi garganta.
¿Qué me aguarda?
A solas... nadie me responde, vuelve a invadir la oscuridad la estancia, la percibo sombría, no late acompasado mi corazón, lentamente deja de latir, me encuentro a solas.
Regresaré Guille, si tú lo quieres y en
verdad me esperas, antes del aniversario de nuestro encuentro estaremos allí,
Agustín lo desea, y tal vez lleve a Willy, se
llama como tú, ¿sabes?
__ ¿No quieres que viaje y te espere allí?
__No. Te asustarías de ver cómo vivo, te
extrañarían todos allí, dile a Guillermito que pensaré cada día en él, y que
alguna vez iremos a ver los delfines como le prometí. Te amo.
__ ¿Qué dijiste?
__Lo oíste, Graziani.
__Me gusta oírlo.
__Que te amo, que sos todo en mi vida, de verdad. Cometimos muchos
errores, y si viajé es porque ya quería terminar con separaciones por lo mismo, dudas, celos,
orgullo, no quiero ya eso para nosotros,
sé que esta separación nos sanará mi amor, pero nunca dudes de lo que siento…
nunca. Siento tu espalda sobre mis manos, siento,
cómo poco a poco se llenan de ti, mientras se deslizan en su estructura
perfecta... Y se me llenan de tu historia las manos, de caminos recorridos en
tu piel, palmo a palmo sobre tus poros... Y eres suave, un contexto especial,
que inunda de ternura, de belleza, amor y locura. Esta sensación de amor es
posible, es tan real que se respira, y entre cada respiro, me dice que eres
mío. Y los labios se llenan de besos tuyos, del sudor de tu cuello, de tu
cuerpo, de tus pies, tus manos y tus sueños. Te llenas de mí, me llena tu
esencia, te beso y me besas, me acaricias y aprietas, me tienes contigo, jamás
me sueltas. Y mis besos te cuentan entre suspiros, te viven, te sueñan, te aman
y te desean, te abrazan, en el brillo de cada estrella, te amo Guille. Confía
en mí __suplicó__. No he muerto mi vida__. Solo muere alguien, cuando tu olvido
lo mata.
Son tan tristes los pasos de los muertos, aquellos que cabalgan a las sombras para huir del eco del silencio. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando imploran a la noche de rodillas que pronto llegue, que llegue pronto la luz de un lejano día. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando no beben del llanto de quien tanto les decía que aun más allá de la muerte por siempre lo querrían. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando pernoctan en una tumba sin flores; solo el viento, ¡tan solo el viento! se detiene a leer su empolvado nombre; pero ¿dónde están aquellos sin nadie que le llore a su nicho?
Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando velan tus sueños por las noches, y al ver que no puedes, entonces todas las noches mueren de pena al decirte te amo, y tú... no puedes oírlo.
Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando no oyes sus gritos, siente mi aliento, siente mi pecho; aunque la noche fatigue a mi regazo, aún mi alma camina contigo; quizá ya no oigas mis pasos, pero tú aún caminas conmigo; no, no estoy muerto, puede incluso morir mil veces mi cuerpo pero mi alma no se muere; solo tú la estás matando cada noche cuando te veo, cuando te hablo y tú, y tú me matas olvidándote de mi nombre.
__Recuerdo cada encuentro amorcito, cada noche y día con vos, el compromiso en la playa, los cumpleaños, todo.
Son tan tristes los pasos de los muertos, aquellos que cabalgan a las sombras para huir del eco del silencio. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando imploran a la noche de rodillas que pronto llegue, que llegue pronto la luz de un lejano día. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando no beben del llanto de quien tanto les decía que aun más allá de la muerte por siempre lo querrían. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando pernoctan en una tumba sin flores; solo el viento, ¡tan solo el viento! se detiene a leer su empolvado nombre; pero ¿dónde están aquellos sin nadie que le llore a su nicho?
Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando velan tus sueños por las noches, y al ver que no puedes, entonces todas las noches mueren de pena al decirte te amo, y tú... no puedes oírlo.
Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando no oyes sus gritos, siente mi aliento, siente mi pecho; aunque la noche fatigue a mi regazo, aún mi alma camina contigo; quizá ya no oigas mis pasos, pero tú aún caminas conmigo; no, no estoy muerto, puede incluso morir mil veces mi cuerpo pero mi alma no se muere; solo tú la estás matando cada noche cuando te veo, cuando te hablo y tú, y tú me matas olvidándote de mi nombre.
__Recuerdo cada encuentro amorcito, cada noche y día con vos, el compromiso en la playa, los cumpleaños, todo.
Se cae torpemente la copa de vino, el rojo
líquido mancha hojas blancas recién acariciadas por mi pluma, donde en lentos
trazos suaves letras fui tatuando, se ven difusas ahora en el texto, las letras
ya ebrias su forma han perdido… no me desespero por volver a crearlas, pues
todo esto nació de un sorpresivo beso mojado tuyo que mi boca ahogó y enmudeció
mis ideas.
Tomaron mi rostro esas tibias manos tuyas
como queriendo evitar que mis labios huyan, mas a tu boca roja se entregan
sorprendidos atrapados en ese beso que me arrebató de un espacio de fantasías y me llevó por un momento a un tiempo de pasión, que vos
y yo a escondidas de tantas letras sabemos llenar, para que este amor en mi
corazón libere inspiración que mi mente puede descifrar.
El movimiento instintivo de mi mano que
viajó hacia tu cintura volteó en ese apresurado
viaje aquella copa… no importó esa torpe caída, pues mis sentidos estaban en mi
tacto que por debajo de tu camisa
acariciaba tu piel fresca… estaban en mi boca adormecida donde tu lengua
una hipnótica danza realizaba, bebiéndote mis besos con un delicado sabor a
vino, embriagante sensación que entre
bocas compartimos.
Derramé sobre la mesa, derramé sobre hojas
blancas y ahora aquí, ahogados en pasión… mientras la pluma duerme, mientras
las letras lejos de nacer están, hay derrames de besos sobre la piel, derrames
de caricias en cuerpos desnudos devoran el deseo de amor en cada movimiento, el
momento tan secreto, tan nuestro, finaliza y al abrazar nuestros cuerpos en un
imprevisto movimiento tu íntima fuente estalla, y el licor producto de la pasión,
sobre las sábanas se derrama. Recordatorio será que la noche nos atrapó ya
ebrios de este adictivo amor.
Escribo cada encuentro en tu ausencia, hasta
cada pelea, cielito, ¿seguimos prometidos?
__ Yo no me he quitado la alianza, ¿y tú?
__Jamás amor mío, jamás.
Cuando se despidieron sonó el timbre del
portero, Pedro fue a responder el telefonillo, era Willy. Le abrió y el
ascensor lo subió en un minuto mientras él lo esperaba con la puerta abierta.
La vuelta a las calles lo había cambiado, se lo veía menos aniñado, mayor. El
muchacho vaciló y él le hizo una seña para que se sentara en el sofá en el que
había dormido tiempo atrás.
__Estaba por ir a rescatar a mi hermano del
internado, ¿has comido? __ Él asintió, y Pedro no insistió aunque se preguntaba
si sería verdad__. ¿Bueno qué tal te ha ido? __mirándolo a los ojos para
sondear la verdad en la mirada. La vida en la calle no era un camino de rosas.
Vio que llevaba la mochila del colegio, dedujo llevaba el portátil dentro. Ya
no tenía dónde dejar sus pocos objetos de más valor.
__Estoy bien _respondió con voz queda __. Leí
lo del cooperante que murió de un tiro en tu misión. Me alegro que no fueses tú
_añadió con sinceridad.
__Estaba con él. Era muy bueno __.
Precisamente por eso nos mandaron antes a casa, llevo dos semanas buscándote.
__Estoy bien _ repitió él __. No me sentía
cómodo, no me gustaban los chicos.
__Pues ojalá no te hubieses ido. ¿Qué piensas hacer con los estudios?
__No sé. Hasta los profesores pasaban de si
hacíamos los deberes o no, me parecía absurdo perder el tiempo en eso.
__Es lo que parece, pero es importante que
termines octavo.
__Quiero volver _ dijo en un hilo de voz,
mirándolo a los ojos.
__ ¿A vivir conmigo? __Pedro lo miró
asombrado. Él pensaba que también había echado la idea en saco roto. Pero había
ido a su casa.
Willy respondió moviendo la cabeza
afirmativamente.
__Pensé que no volverías nunca y por eso daba
igual lo que hiciera.
__No da igual en absoluto, para nada _
recalcó él __. Te dije que volvería.
__No te creía. La gente siempre dice que va a
volver y luego es mentira. __Además, tenía mucho miedo de que te mataran. Por
eso giré la espalda a todo y regresé a la calle.
__ ¿Y qué piensas hacer si vienes aquí otra
vez? ¿No pensarás echarte en el sofá a ver tele, verdad?
__No lo sé.
__Yo sí lo sé, si te quedas, al igual que mi
hermano, tendrás que ir al colegio y nada de dejar los estudios, tendrás que
soportar hasta el final. Dentro de unos días debo ir al Ártico, y cuando
regrese pretendo que hayan terminado octavo, e intentar que tu tía me dé tu
tutela legal, regresar a Buenos Aires. Puedes volver aquí mientras yo esté,
pero solo si estamos de acuerdo en que luego regresarás con Agustín hasta mi
regreso y te comprometes.
__Lo odio, el internado, y el colegio. Pero
iré si me obligas.
__Eres tú quien tiene que obligarse a ir a
clase. Yo no puedo ir detrás de ti como un policía y no me da la gana hacerlo.
Si te obligo a ir, volverías a escapar. Vamos a formar un equipo en esto, lo
que no quiero es que cuando yo no esté tú andes por las calles, es lo que me ha
pasado esta vez, y desde los sitios a los que voy, no puedo hacer nada.
Necesito que pueda contar contigo para que hagas lo que dices que harás, así
como yo cumplo con mi palabra de regresar a casa. ¿Qué me dices?
__Que voy a aborrecer ir a clases y vivir
allí _ repuso con semblante serio, y entonces sonrió__. Pero lo haré, por ti,
porque eres bueno, no quiero causarte problemas. ¿Ya puedo volver a casa?
La cara de gratitud que puso arrancó a Pedro
una sonrisa mientras los ojos se le llenaron de lágrimas. Ellos eran lo único
que Willy tenía en el mundo.
__Sí, puedes volver, pero no puedes seguir
durmiendo en el suelo o en el sofá, cambiaremos todos los muebles y pintaremos,
quiero que con Agustín me ayuden a darle un aspecto decente a esto.
__No pasa nada _ dijo de pronto__. En casa de
mi tía dormía en el suelo, o en la bañera cuando el idiota del novio se
instalaba _ añadió hablando de ellos por primera vez.
__No es eso lo que tengo in mente. __Le hizo
un gesto para que lo acompañara a la habitación que había permanecido llena de
trastos sin desembalar desde que llegara__: Tengo un trabajo para ti. Sueldo
mínimo. Vamos a vaciar este cuarto, a desembalar todo, y a montar una
habitación con dos camas para ustedes. ¿Cómo lo ves?
Los ojos de Willy se iluminaron sin dar
crédito.
__Nunca en mi vida he tenido una habitación _
susurró asombrado__. Ni siquiera cuando vivía con mi madre. ¿Cuándo podremos
hacerlo? __Sus ojos expresaban prisa y emoción.
__Bueno… veamos _respondió Pedro fingiendo
pensarlo. Ya he leído el periódico, me he duchado, tendremos que ir por la
compra y por mi hermano. ¿Por qué no nos ponemos ahora mismo?
Él profirió un grito, y lo abrazó.
ÁRTICO. 2017.
Setiembre 2017.
__! Hagámoslo! _gritó, llena de energía.
__Quédate detrás de mí _le ordenó él.
A partir de ese momento, el tiempo pareció detenerse. Salieron a
cubierta y descendieron por una compuerta que los llevaría al primer bote inflable
a motor que abandonó el barco, aunque otro lo siguió casi al instante. Sabían
que la guardia marítima los seguía de cerca, por eso había que operar rápido.
La adrenalina aumentaba a medida que se
acercaban a la plataforma petrolera. Aun así, Pedro se dio vuelta y volvió a
hablar a Juliana.
__Si no te atreves, no lo hagas _ le dijo__.
Es mejor que te resguardes aquí en lugar de hacer algo peligroso estando
nerviosa, podrías salir herida.
-Deja de preocuparte por mí _ afirmó ella__.
Yo también cuidaré de ti.
El bote dio un salto que los separó de golpe.
Pedro miró adelante y se dio cuenta de que el objetivo ya estaba muy cerca, así
y todo lo que ocupaba su mente era
alcanzar su meta.
Su alma se llenó de espíritu de protesta. Su
mente se invadió de situaciones que podían ocurrir si nadie escuchaba los
gritos de la tierra, y por ese breve instante en el que la fuerza de la
naturaleza llenó sus sentidos, el dolor pareció apagarse. No pensaba en nada
más que en sus ideas y las que defendían todos sus compañeros. Solo pensaba en
que, por una sola vez, iban a tener éxito. Jamás perdían la esperanza de ser
escuchados, de lo contrario, nada tendría sentido. Habían conseguido mucho,
pero llevaba tiempo y energía.
Se detuvieron junto a la plataforma. El
encarado de impulsar la soga hacia donde debía estar sujeta apuntó y realizó un
tiro excelente. Entonces fue el turno de Pedro y un compañero, de desempeñar su
rol. Los dos unieron la soga a su arnés y, tras asegurarse de que estuviera
afianzada al enganche, se arrojaron contra la dura pared que iban a escalar.
Mientras tanto, dos compañeros, del otro bote hacían lo mismo en la otra punta
de la plataforma, perfectamente coordinados.
Se oyeron voces, pero Pedro las ignoró, toda
su capacidad estaba concentrada en brindar fuerzas a sus músculos para seguir
subiendo. Dejaba todo en cada movimiento, y era tanto el esfuerzo que incluso
se hacía difícil respirar. Pero así se sentía vivo, nada dolía, el corazón no
parecía roto.
Antes del viaje había discutido con
Guillermo, Miller lo había vuelo a llamar, insistía en que se alejara y ya no estaba tan seguro de que las cosas no
fueran como antes.
Se oyeron órdenes y exclamaciones Avanzó otro
poco. Y de pronto, el chorro de agua helada, lo lanzaban los ocupantes de la
plataforma, buscando deshacerse de los activistas.
Es tu mundo el que estoy defendiendo, pensaba
con impotencia mientras la fuerza del agua competía contra su cuerpo, pero ese
dolor lo alimentaba porque era mucho más tolerable que el dolor de haber
perdido quizás al amor de su vida, lo que más amaba en el mundo.
Oyó la orden de descenso pero era imposible
definir si llegaba desde los hombres de la plataforma o era una orden de un
compañero.
Como fuere, no tenía ganas de seguir
perdiendo, no iba a hacer caso.
Siguió oyendo órdenes en inglés pero en ese
momento en que su cuerpo se llevaba todas sus energías le costaba interpretar
otro idioma que no fuese el castellano.
“Esta es una manifestación pacífica”, sí, eso
era lo que habían dicho y lo seguían repitiendo.
Miró hacia abajo pero el casco le dificultaba
la visión. Se lo arrancó y acabó arrojándolo al agua. Volvió a mirar abajo y
así pudo advertir que ya no estaban solos. Los miembros de la guardia marítima
los habían encerrado y mostraban sus armas como amenazas, al tiempo que
gritaban órdenes en ruso.
Miró a Juliana. Estaba aterrada, tenía las
manos en puños y el rostro pálido de los que, si bien escucharon muchas veces
lo que debían hacer en situaciones extremas, en ese momento se olvidaban de los
conocimientos.
__! Déjenla en paz! _gritó en castellano.
Nadie entendió.
De pronto su compañero de escalada se dejó
caer. Se hundió en el agua y salió a flote en un segundo. Buscando la mano que
un colega le ofrecía desde el bote. Un militar redirigió su arma hacia ellos.
En ese momento, Pedro sintió tanta rabia que
podría haberles arrebatado el fusil y haberlos apuntado también. Jamás había
sentido nada como eso. Antes sabía esperar cuando no era el momento, en algunos
reclamos nacionales, hasta se había dejado arrestar, en cambio ahora había
perdido la capacidad.
No iba a ceder. No podía tolerar que otra
cosa le saliera mal. Entonces siguió escalando. En rebelión contra la marina
rusa, contra la injusta que siempre era la vida y contra sí mismo.
Se cosecha lo que se siembra. Qué frase tan
estúpida.
__! Pedro! __oyó que gritaba Juliana, sin
colocar las letras exactas en español.
Se le ocurrió mirar de nuevo, y descubrió que
todas las armas lo apuntaban a él.
Mejor. Cuantas más trabas le imponían, mayor
era su deseo de vencerlas. No iba a darles el gusto.
__! Van a tener que matarme! _exclamó, otra
vez en castellano, idioma que solo el compañero español entendía.
__! Bájate ya! __le gritó__. ¡Te van a dar un
tiro!
__! Que me lo den! _respondió para él, desafiando el poder del
universo. No estaba actuando como siempre lo había hecho, no era él mismo.
Algunas palabras acudían a su mente en forma
desordenada y sin sentido para lo que en ese instante estaba sucediendo: “Esto
no puede seguir así”, “nunca va a ser el momento mientras yo siga siendo un
despojo del Guillermo que alguna vez fui o que podría llegar a ser”. “Nos
separan las dudas, los celos, la desconfianza, así nunca podremos ser felices”.
“¿Por qué? ¿Por qué mierda ese tipo insiste
en que es tu amante? ¿Tan difícil es ser feliz? ¿Qué había hecho mal para
merecer perder siempre algo?”
Pagó cara su distracción. El chorro de agua
que todavía lanzaban los ocupantes de la plataforma lo lastimó, sin el casco,
era más débil, y cegado acabó cayendo.
Todo moriría allí. Como él, como sus sueños.
Y a nadie le importaría.
Salió a flote y tomó la mano del español que
le ofrecía desde el bote. Una vez que consiguió establecerse en la embarcación,
entendió que hablaban de que iban a arrestarlo. Estaba aturdido, su amor
desesperado por Guillermo lo debilitaba, le hacía perder el control. ¿A manos de
quién estaba?
Un compañero lo defendía con argumentos que
no le interesaban, solo le importó asegurarse de que Juliana estuviera bien.
__ ¿Estás bien? __le preguntó. Ella no
respondía, lo miraba aterrada de lo que pudiera sucederle__. ¡¿Estás bien?! _repitió,
sacudiéndola.
La chica terminó asintiendo con la cabeza.
Una compañera rusa también lo defendía, pero
él no entendía ni la mitad de lo que decía a la guardia en su idioma. Solo
interpretó que otro compañero de mayor jerarquía continuaba esgrimiendo en inglés
que estaban haciendo una demostración pacífica, que no había delito alguno de
qué acusarlos y que el problema con el voluntario _es decir él__, era que no
sabía ruso, y que por eso no había entendido la orden. Una mentira entre tantas
verdades no hacía mal a nadie.
Pero a Pedro no le importaba si lo detenían o
lo mataban. Si había perdido la otra batalla
no podría soportarlo siendo que antes lo había resistido, como debía
ser. Antes solía comprender que la paciencia y la lucha pacífica pero enérgica eran
el camino adecuado, que las cosas tardaban en llegar, pero que lo hacían tarde
o temprano.
Ahora dudaba de todo lo que alguna vez había
creído y se sentía tan vacío que pensó que jamás hallaría de nuevo su rumbo. La
adrenalina lo había capturado por un momento, pero había durado tan poco. Tenía
que encontrar su eje o acabaría destrozado y, para colmo, arrastraría a los
demás consigo.
__Está bien
-susurró al oído de su compañero, más tranquilo __. Deja que me
arresten, cometí un error y pagaré por eso.
__Back
to the ship _ exclamó el hombre desoyendo su pedido.
Emprendieron la carrera de regreso hasta el
barco. La guardia no los siguió.
Una vez a bordo, no tuvo tiempo de pensar.
Alcanzó a quitarse el equipamiento, pero el encargado lo enfrentó antes de que
pudiera mudarse de ropa.
__Conmigo, ahora _ pidió en inglés, y él no
tuvo más remedio que seguirlo.
Se encerraron en un cuarto donde realizaban planificaciones.
El hombre dio varias vueltas antes de
detenerse para hablarle. Se notaba nervioso.
__ ¿Qué estabas haciendo? __ interrogó,
preocupado.
__No lo sé _ respondió, Pedro, honesto. Él
tampoco tenía idea de qué lo había llevado a comportarse como un novato.
__Eras uno de los mejores, ¿qué te está
pasando? _ siguió reclamando el hombre__. Tenemos un protocolo cuando las cosas
se ponen difíciles, protegemos al grupo. Pusiste a todos en peligro, en
especial a ti mismo.
__Lo sé _susurró Pedro, cabizbajo.
__Cuidamos la vida, ¿por qué me pareció que
querías que te mataran?
__No quería eso.
__ ¿Y qué querías?
__No quería perder.
Se produjo un instante de silencio que
envolvió el cuarto en un manto de tensión e incertidumbre. El hombre dio una
vuelta más y luego volvió a él para hacerle una sugerencia.
__No estás concentrado _ dijo__. Algo te
mantiene ausente, y me parece que en este momento no te hace bien estar aquí.
Te necesitan en la conferencia de Lima, me parece que lo mejor será que vuelvas a la ciudad y te
prepares para asistir allí. El área política, por ahora, te sentará mejor.
__Era mi última misión, iré.
Pedro no puso objeciones, se limitó a asentir
y se retiró. En el pasillo lo esperaban Juliana y la rusa, pero en cuanto una
de ellas intentó acercársele, él alzó una mano en gesto preventivo y siguió
caminando.
Se encerró en su camarote con la única
esperanza de que allí sus pensamientos volvieran a concentrarse en lo
importante, el mundo, Agustín, Willy y regresar a Bs. As.
¿Desde cuándo se había vuelto tan egoísta
como para actuar solo por móviles personales?
Debía reconocer que su compañero estaba en lo
cierto y que no luchaba por el planeta ni por los ideales, ni por el grupo como
cuando era un adolescente, como solía hacer antes, sino para que el dolor de su
corazón pareciera aplacarse. Por eso el activismo ya no lo llenaba y todavía se
sentía vacío, solo él podría aclararlo todo, solo a él pertenecía ese hueco.
No podía necesitar tanto a alguien como para
no desear vivir sin respirar su aire, jamás lo había hecho y sin embargo era insensato pensar que podría vivir sin
Guillermo. No tenía idea de cómo vencer la horrible sensación de pérdida que lo
aquejaba a cada instante o cada vez que un ex lo reclamaba como propio, ni
sabía poner fin a su dolor si no era con la droga de la adrenalina.
Probó con los recuerdos que siempre lo habían
rescatado de todo. Probó visualizando a Guillermo.
Probó cerrando los párpados e imaginando que volvía a besarlo sin testigos,
pero nada daba resultado.
Abrió los ojos y se quedó mirando el suelo
hasta que de pronto, impulsado por la angustia de saber que nada podía
llenarlo, tomó una hoja de papel y decidió escribir una carta que tal vez nunca
enviaría:
“Mi
amado Guillermo: Me encantaría poder decirte cómo me enamoré de ti, pero la
verdad es que no lo sé, no me di cuenta en qué momento entraste tan hondo de mi
corazón. Apareciste en mi vida de pronto, como un flash, que me deslumbró y me
cegó.
Con tus palabras claras, explícitas y
sinceras, lograste que bajara la guardia que tenía permanentemente, para evitar
que me volvieran a dañar. Quitaste mi negación al amor, mostrándome que sí
existe la fidelidad y la lealtad, que la paciencia puede obrar milagros y yo
soy uno de ellos. Quitaste las cadenas que ataban mi locura y la dejaste libre,
me alentaste a soñar y a cumplir mis sueños. Mis locuras salieron e hicieron de
las suyas y hasta te sorprendiste. Cada palabra que me has dedicado se ha ido tatuada
en mi alma, borrando las tristezas y alejando la soledad. Esa soledad que me
acompañaba desde siempre y que creí que se quedaría conmigo hasta la muerte.
Lograste hacer que mi corazón se derrita y que vuelva a llorar, parece algo
ilógico, pero gracias, por ayudarme a sacar todo el dolor que tenía acumulado,
con esas lágrimas que parecían no parar.
Hiciste que mi voz entonara la canción del
amor, que no se quiebre al intentar hablar, que grite fuerte, para no permitir
el silencio de la conformidad. Logré sacar mi risa de verdad, contigo no puedo
dejar de sonreír, porque al estar, alegras mi día y mi vida. Y tu voz es para mí,
ese canto de ángel que cada noche escuché. Tu imagen es la apariencia de la
inteligencia, la inspiración y la verdad. Ahora puedo decir, que te quiero, que
nunca antes había amado así, que si alguna vez creí estar enamorado, estaba
equivocado, porque en ti, he conocido cómo se debe amar. He aprendido que
cuando amas a una persona de verdad, la aceptas tal y como es, sin intentar
cambiarle nada, pero también he aprendido, que una persona puede cambiar, al
sentirse amada. No sé cómo me enamoré de ti, pero ahora estoy seguro, que ya no
quiero estar sin ti, que muero por poder besarte, que deseo poder abrazarte,
que anhelo poder amarte y cada día junto a ti despertarme. Entregándote mi
corazón y mi vida.
Hoy, como tantas otras veces, recuerdo la
imagen que para siempre me prometí recordar. Estabas en la cama en nuestra primera
vez, conociendo lo que se siente alcanzar el cielo sin moverse de la tierra,
solo con caricias y besos, y en ese instante, te miré. Tus mejillas sonrojadas,
tu mandíbula en tensión, tus labios entreabiertos y húmedos, la respiración…
tus ojos se internaron en mí, y jamás pude ni podré olvidarlos.
Una vez me preguntaste cómo hacía para vivir
con tanta información triste en mi cabeza, y entonces sonreí. No me atreví a
confesarte que desde conocerte y seguirte de lejos fuiste tú el que me sostuvo
cuando me caía, fue tu mano la que tomé cuando me hundía, porque tú podías
volar, y me llevabas a lo más alto, rescatándome de todo mal. Tu recuerdo me
sostuvo en las horas tristes de estos meses, porque eran recuerdos hermosos y
superaban cualquier sombra para mí. Tu sonrisa al frente de la cátedra podía
conquistar el mundo, sin saber que yo te contemplaba todos los días desde
lejos. Eras un sueño, tan grandioso para mí, que no me atrevía a acercarme a tu
indiferencia.
Otras veces asaltas mi mente empapado por la
lluvia, quizá eso me lleve a que me guste, tanto hacerte el amor bajo la
lluvia, en la ducha, en una piscina, aunque nunca como esa primera vez mirando
las estrellas en la hierba. Muchas veces peleé por ti, estuve dispuesto a
derrumbar a cualquiera que quisiera hacerte daño, y cada vez que me abrazabas
me hacías en regalo, porque confiabas en lo que yo podía hacer por ti.
Guille, no tienes idea de cuánto me costó por
años amarte en silencio sin poder tocarte, sin que tus palabras fueran
dirigidas a mí, sin que tus ojos me mirasen aunque fabulaba que lo hacían a
escondidas.
No sé por qué me atrapaste. Me gusta estar
atrapado en vos, y necesito que vos estés atrapado en mí, solo en mí.
Mi pasión por la vida llegó a ser casi tan
grande como la que siento por ti, por eso abracé el activismo, además deseaba
demostrarle a mi padre que podía hacer lo que yo deseaba, que él no me ataría.
Al conocerte, acariciarte y besarte fue mi
sueño hecho realidad y lo sigue siendo. Eres distinto a todos, me miras de otra
manera, yo te siento de otra manera y compartir la intimidad contigo, pase lo
que pase, marcó mi vida para siempre.
Luego empezaron los celos, las dudas, las
peleas, la desconfianza, me pediste tiempo e intenté respetarlo sin romper tu
corazón ni que se rompiera el mío en el intento.
No sé para qué escribo esto si tal vez jamás vas a leerlo, pero me hace
sentir mejor, más cerca de ti, y voy a narrarte un montón de anécdotas, pero
quiero que sepas, que todas las palabras pueden resumirse en dos y solo dos.
Te amo.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES
COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Lily Bellísimo!
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarGraciela Precioso !!
ResponderEliminarNorma Espléndido
ResponderEliminarMarta Bellisimo..
ResponderEliminarMima Que.hermoso y que bello
ResponderEliminarFlor Bellísimo
ResponderEliminarMayda Bello
ResponderEliminarEstela Guauu,qué hermoso,cada letra escrita por su mano y pluma, describe lo que es una persona que necesita de la otra,y que hizo recordarla a mi a esa persona.
ResponderEliminarLericia Bellísima
ResponderEliminarDaniela Que hermoso! Felicitaciones 🌷🌹🌹🌷🌹🌹🌹🌷🌹🌷🌹🌹
ResponderEliminarUna belleza Eve...Qué cosa extraña puede hacer que dos personas que se aman y se necesitan mutuamente permitan que dudas y celos los separen...Me imagino que eso va a cambiar y los dos van a entender que no hay que dejar pasar ningún momento de felicidad, que la vida es hoy y que al amor hay que celebrarlo cuando se tiene la dicha de haberlo encontrado...
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