viernes, 21 de junio de 2019

LA CÁTEDRA. CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO.


LA CÁTEDRA.
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO.
MARIO BENEDETTI.
TE ESPERO

Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé, sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor,
pero no lo dices, sé que soy un idiota al esperarte,
pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tú allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
quizá  por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
y la luna oculta ese sol tan radiante,
me siento solo, lo sé;
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy solo,
Y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto,
mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tú, y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás...
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí,
porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo...?



Un día tropezando nos perdimos,
nunca hubo un "adiós," solo silencio y ausencia marcó el final de nuestro "amor."

__Pedro  aceptó una última misión y el nene está interno porque no quiso volver con el tío. A Pedro esa noche lo salvó el destino, no estaba en el suyo morir, y un chico en condición de calle lo sacó del intento. Willy, como usted se llama, y tiene trece años como Agustín, Pedro intenta conseguir su tutela. Creo que lo impactó encontrarlo para Nochebuena porque está en la misma condición que Agustín cuando su padre lo rescató, estaba en la calle, y lo llevó a su departamento, por ratos primero, y al fin conoció a Agustín, se hicieron amigos, se quedó allí.

 Nueva York. Tres meses antes.   Enero de 2017.
El derrotero de Pedro lo llevó al este de Afganistán, a Jalalabad, y las condiciones allí eran más severas de lo que recordaba, había funcionado sin médicos sin fronteras, los suministros eran limitados y el ambiente estresante aun para los trabajadores humanitarios, era una zona de guerra desde hacía más de tres décadas, las mujeres sufrían abusos brutales, y moría uno de cada diez niños. Ya cuando el coche se acercaba al campamento,  Pedro oyó los disparos.
En la ciudad había más de cuarenta asentamientos de casuchas de adobe y chabolas de barro, donde la gente moría por falta de alimentos. Los peores  parados eran los niños, muchos eran desalojados de sus pueblos por los combates en sus provincias para acabar muriendo por falta de comida y atención médica deficiente en campamentos de refugiados. Pedro sabía que a veces era cuestión de ayudar a los lugareños a sobrevivir a las adversidades que enfrentaban, no de darles lecciones sobre cómo vivir la vida de un modo nuevo o intentar cambiar el mundo. Estaba acostumbrado a convivir con mujeres con lesiones gravísimas, niños con miembros amputados o a punto de morir por enfermedades espantosas o dolencias leves para las que no disponían de medicamentos. Su labor consistía en apoyarlos de cualquier manera  que estuviera a su alcance.
 Cuando bajó de la camioneta sintió lo invadía el alivio. Estar allí en que importaban nada más que la vida y la capacidad más elemental de supervivencia, hacía que todo lo demás fuera menor, se esfumara. Se sentía necesitado, útil, al menos allí aportaba su grano de arena para poder mejorar en algo el modo de vida de esas personas.
Por el campamento merodeaban niños vestidos con harapos, descalzos o con sandalias de plástico a pesar del frío. Las mujeres llevaban burkas y la cabeza cubierta.
En los largos vuelos había pensado varias veces en Agustín y Willy, pero ante todo lo que tenía que hacer allí casi se olvidó de ellos. El país se hallaba en guerra civil casi permanente.
Había un puesto médico en el borde del campamento, al que trasladaban a civiles heridos, muchos no lograban sobrevivir, todo era lo más básico y rudimentario. Recordó sus años en el Congo  en medio de la guerra de guerrillas en grupos de manos que curan, y en la franja de Gaza y tantos sitios que llevaban a reflexionar. Una vez al mes había suministros por helicóptero, médicos sin fronteras acudía para asistir a los pacientes más graves, el resto del tiempo los trabajadores humanitarios hacían lo humanamente posible. Vestía pesadas prendas militares, botas y parka, la mayoría de suministros y equipamientos eran excedentes militares.
A su llegada se presentó a un inglés fornido que había servido en el ejército británico, y recibió las primeras instrucciones, cuando conoció en la tienda al personal se fijó en las nacionalidades distintas, en la comida tan mala como escasa pero estaba tan agotado del viaje que al llegar a la tienda donde le asignaron un catre, de los seis, se quedó dormido y despertó al amanecer.
Durante  misiones anteriores los insurgentes  no los habían molestado,  cuando llevaba una semana subiendo con los cooperantes a las montañas en mulas, por caminos estrechos serpenteantes que bordeaban un despeñadero, para ver si alguien necesitaba ayuda o  que lo bajasen. A su regreso ayudó a asistir a un niño de seis años con quemaduras graves y a su madre de diecinueve.
 Pedro trabajaba sin descanso desde el amanecer hasta la medianoche, pero no tuvo la sensación de peligro en ningún momento. Se trasladó a Asadabad, y dado que en el campamento no disponían de acceso a internet, el jefe de misión le pidió enviase unos e- mails usando la sede local de la Cruz Roja, y allí se sentó al fin frente a un ordenador, tenía tres mensajes de Marcial rogándole que regresara, uno de Agustín, otro de Willy y el último del director del colegio, este y su hermano le relataban lo mismo.
Willy iniciaba el mensaje con una disculpa, decía que quería a su hermano, que la gente del colegio era buena, pero que no soportaba las normas ni estaba entusiasmado con los demás chicos, uno de los cuales había intentado robarle el ordenador, por las noches el ruido era tanto que no dormía. Decía que era como vivir en un zoo, y que le escribía para contarle que se había marchado. No sabía adónde ir, pero le aseguraba que estaría bien y le deseaba lo mismo y que volviese pronto. En definitiva, había hecho lo que su tía le predijo, escapar a la calle y colgar los estudios. Pedro pensó que desde allí nada podría hacer. Le respondió diciéndole que estaba entero, que se cuidara y que le rogaba retomar las clases, sabía que podría arreglárselas en la calle aunque estaba decepcionado.

__Cuídate, Pedro _le dijo Marcial al que llamó __, haznos el favor de no dejar que te disparen o te maten.

__Lo intentaré, tienes más probabilidades de recibirlo en la ciudad que yo aquí.
Cuando regresó a la tienda con los mensajes para Roberto, jefe de misión, hablaron de sus vidas.
__Deberías salir de acá, tener una vida, hijos.
_Pues en realidad lo estoy pensando, quiero adoptar a un niño, pero no será fácil puesto que no estoy en pareja _se sinceró.

Cada uno tenía sus motivos para estar allí, su jefe había abandonado la carrera de Medicina y su esposa no mostraba interés en verlo más que un par de veces al año, y Pedro por ahora sin su amor allí se sentía útil.
__Eres valiente __le dijo Roberto.

__No siempre _respondió recordando de lo que lo salvó Willy.

Los días trascurrían de prisa y tranquilos hasta que a pocas semanas de la llegada del sustituto, andando en caballo pasaron por una zona de cuevas y su compañero recibió un disparo por milicianos rebeldes. Pedro se agarró con fuerza a las crines del caballo rezando para que no echase a correr y se lanzara barranco abajo. Un italiano fue a coger la brida para echarle una mano, y el jefe de la partida ante la balacera les hacía señas de regresar, Pedro miró  inmediatamente a su amigo que cayó de bruces con un disparo en la nuca y el cerebro estallándole.
Hasta que llegaron los sustitutos luego del ataque, se reforzaron guardias y medidas de seguridad, el ambiente había cambiado y Pedro entendió que no debían minimizarse los riesgos que corrían.
Cuando el jefe lo hizo llamar para asignarlo al Congo hasta completar la misión e ir a casa, quiso evitarlo.
__Yo estoy dispuesto a quedarme _ respondió__. Simplemente no subiremos más a las montañas__. Los insurgentes y milicianos rara vez bajaban de las cuevas.

__Ya lo sé, siempre estás dispuesto, pero terminarás el periodo en el Congo y regresarás a casa __replicó con firmeza.

La muerte del compañero empañó el ambiente del campamento y muchos regresaron a sus países de residencia, al fin Pedro pensó en que Willy andaba solo por las calles y dejó de resistirse al cambio, además se sumaba el rumor de un incremento de violencia en la zona.
Llegado fines de febrero comenzó a pensar en su vida en la ciudad, por lo general detestaba regresar a un departamento vacío y a la vida inexistente que llevaba allí, también se resistía a un trabajo de oficina, tenía que encontrar a Willy. Experimentó la sensación de pánico de no verlo nunca más, como si fuera a arrastrarlo una ola, y se angustió pensando qué pasaría si no volvía a verlo. Costara  lo que costase, lo encontraría. No lograba comunicarse ni por Skype ni por e-mails.

Cuando aterrizó en New York, estaba espabilado, fue a la sede a dejar el reporte de misión, informando que deseaba terminar con ellas, y para cuando dejó los bártulos en el departamento salió para la caseta, mas el ayuntamiento la había cerrado con candado, y no tenía idea de dónde estaría Willy.
Al día siguiente visitó a su hermano, habló con el director del colegio, con la tía, lo buscó en albergues y donde solían pulular adolescentes sin hogar, en centros de día y para finales de semana, se estaba dando por vencido. Solo le quedaba esperar que él se presentase por propia voluntad.
Diez días después desde la sede le comunicaron  que debía ir a Washington D.C. a disertar sobre la situación de las mujeres en Afganistán, no estaba con ánimo, acababa de perder a otra persona que amaba y de pronto pasó una semana preparando el informe, y en la estación cuando estaba subiendo al tren vio pasar a un grupo de chicos corriendo hacia el túnel abandonado de un ramal donde distinguió a otros chicos acampando, sitio peligroso si cruzaban las vías, y de pronto en medio de ellos, vio una silueta conocida que llevaba la vieja parka que él le había regalado la noche en que se conocieron.
Saltó del andén y cayó para echarse a correr llamándolo. Willy se volvió y al verlo pareció que se tratase de una aparición, todo en esa mirada le hizo entender que jamás volvería, se quedó petrificado hasta que echó a andar hacia él lentamente, y cuando estuvieron frente a frente cerca de las vías mostraba la mirada perdida.

__Llevo dos semanas buscándote por todas partes _ dijo mirándolo intensamente cuando las miradas se encontraron __. ¿Dónde estabas?

__Aquí _ respondió él sin más, y señaló el andén donde se apiñaban los demás, un nido de chavales sin casa que viajan juntos.

__ ¿Por qué huiste del colegio?
__No me gustaba.
A Pedro le dieron ganas de decirle que era un idiota si pensaba que podría pasar el resto de su vida entre casetas y andenes sin siquiera haber acabado la escuela, pero se mordió la lengua.
__Cometiste una estupidez __fue lo que dijo enojado__. ¿Por qué no respondiste mis mensajes?

__Porque pensé que estarías muy enfadado _dijo.
__Y lo estoy, pero me sigues importando. __Oyó el último aviso de salida del tren, al menos sabía dónde estaba__. Tengo que irme, pero vuelvo esta noche. Ven  si quieres al apartamento y hablamos.

__No pienso volver allí __respondió obcecado.

Pedro no supo a qué se refería, lo miró y lo rodeó en sus brazos y Willy lo abrazó.
__Ven a verme, no te obligaré a nada __lo tranquilizó.

El chico asintió mientras Pedro regresaba a toda carrera por las vías. Una vez  en el andén, se dio la vuelta para decirle adiós con la mano y él repitió el gesto.

Pedro regresó esa noche, y  satisfecho por los resultados, se dio un baño y se durmió.
Cuando al día siguiente se preguntaba si Willy acudiría a la cita, el teléfono le sobresaltó, pensando en Marcial atendió con desgana, más el corazón le dio un vuelco, y las lágrimas acudieron a los ojos, era Guillermo.

--Me enredo en tu mirada tratando de surcar el laberinto de tu pensamiento, atravieso el universo de tu alma tocando cada estrella de tu pasado y presente, navego en las aguas de tu corazón buscando las playas de tu amor, soy explorador de tus secretos, descubridor de tus fantasías, conquistador de tus anhelos, sos mi más hermosa aventura, mi dulce historia, mi destino perfecto. Buenas noches mi amor.
__Era tarde y en mi trágica manía de amarte he bajado a mi alma y ahí estabas tú,
amándome en silencio, buscando mi sonrisa para en ella perderte, mientras  yo me pierdo en tus ojos. Te espero en cada noche, cuando las estrellas se derriten y, la luna nos busca como lo hacía en nuestras noches de encuentro, para regalarnos sus lágrimas de amor.
Mientras la ciudad se duerme en su más profundo sueño, mis pensamientos quieren volar y volar, agitan sus alas en esta noche de lluvia, sin estrellas, un suspiro lleno de nostalgia se convierte en mi más fiel compañero mientras que en un claro de luna atisbamos la esperanza de que de un momento a otro contaremos con tu presencia, me cuesta respirar, mientras, una lágrima dulcemente se desliza para recordarme que estoy vivo, que siento este amor soñado,  que puedo sentirme amado, porque tú también me sueñas en el más profundo silencio, susurrándole mi nombre a la luna para que no se duerma en su melancolía.

_ ¿Qué fue de mi vida?
__Y tú me preguntas,  qué fue de mi vida;  y yo con la mirada vacía, buscando mi alma en tus pupilas; esperando,  esperando encontrarla en ellas, esperando encontrar en ti,  un poquito... un poquito de lo que me quitaste de vida; porque desde el día en que te fuiste,  contigo también se fue mi alma, contigo también te llevaste a la pobre vida mía. Y tú me preguntas,  qué fue de mi vida;  y yo con el silencio raspando en mi garganta, gritos de agonía;  te reprocho en gritos silenciosos: ¡Devuélveme la voz que te imploraba! ¡Amor mío, amor mío!
Amor mío no me dejes, amor mío no te vayas; pero tú no me oías,  aun cuando la voz de mi alma, a tus pies se moría.  Y tú me preguntas, qué fue de mi vida;  mi vida se fue contigo, desde aquel verdugo día en que me dijiste... que ya no me querías.  Y tú me preguntas,
qué fue de mi vida.
¿Recibiste mi regalo para el día de los enamorados?
__Sí, Pedro te mentí, entre José y yo nunca pasó nada.
__Yo los vi, Guille, Fabián me lo confirmó.
__Lo que viste era un montaje y mi hijo apeló a los celos para reunirnos, puede que él me desee pero yo solo puedo amarte a vos, a ti precioso. ¿Regresarás? __ Te invito a una cita de amantes donde esté ausente la cordura. Siluetas revueltas bailando en las sombras. Besos que anidan en la cima de tus  cumbres, te invito a mi locura, donde tocarás el cielo con tus manos sensuales. Perderás el miedo de amar libremente sin temor a los fantasmas que habitan en tu mente. Te invito a lo prohibido donde jugarás en el límite del abismo,  acariciando los sueños deseados por tus instintos de encontrarme para amarnos sin control. Sueños que mantienen en tu memoria, el recuerdo de aquella noche inolvidable, donde retumbaban las paredes indecentes en nuestra cueva de amor.  Sexo interminable de una pasión infinita que perdurará en el tiempo, como placeres hambrientos,  acechando pacientemente las ansias incontrolables de poseernos una próxima vez. Te invito a entrar en el mundo de los sueños, donde sentirás el pecado de tu piel entre mis manos sin tocarte. Seré tu fantasía, quizá  mientras sueñes tendrás la esperanza de encontrarme en algún lugar sorpresivamente, donde hablarán nuestras miradas sin conocernos.  Te invito a soñar cada noche y viviré por siempre en tu realidad.
¿Quieres que viaje yo a buscarte? ¿Estás aún con ese chiquillo?
__ ¿Lo sabes?
__El gerente de tu empresa me contó, amorcito por favor, dime que dejarás esas misiones,  que regresarás a nuestros lugares, el estudio te extraña, en la cátedra nadie te reemplaza, en tu empresa.
__Guille, me queda una misión, y sí, prometí a Agustín regresar luego, pero no puedo irme de un día al otro sin más. Me ofrecieron trabajo de oficina, pero no, no me quedaré.
__ ¿Irás al Ártico?
__Sí, es menos peligrosa que de donde he llegado, te lo aseguro.
__ ¿No hay otro en tu vida, no olvidaste lo nuestro?
__ ¿Cómo se olvida el amor de la vida? Guille, tú y los tuyos, son parte de mi carne y de mi alma, yo soy en ustedes, sin ustedes, solo respiro y supervivo. ¿Cómo se olvida?, dime si lo sabes,  si no existe un suspiro en mi pecho que no lleve el latido de tu nombre; si aun en la risa que acaricia a mi rostro, ahí estás escondido, refugiado en lo imposible de tus besos, cobijado en mi boca, que en el más puro silencio te suspira.
¿Cómo…  dime? ¿Cómo se olvida?  si no existe un solo segundo en que no abrace al espejismo de tu imagen; y en la belleza de la nada,  ahí te he construido la más bella casita, donde con el más puro amor tú haz de besarme, donde por mil eternidades... conmigo haz de quedarte; donde el ruido de viles realidades, no espantarán a estos oídos que te oyen, aun cuando esté atrapado, entre la realidad... y en esta sublime fantasía; ahí estaré para oírte, en el cálido amanecer de un eterno día; porque aunque en mi triste realidad no te tenga, por siempre seré yo... ¡el eterno guardián de tus sueños! el guardián de esta eterna fantasía.
¿Cómo  se olvida? ¿Cómo puedo olvidar lo que tuve, cómo puedo tener... lo que nunca se olvida; cómo puedo olvidar a quien ha hecho un nido en mis sueños, a quien nunca he tocado, a quien nunca me ha besado; cómo olvidar a quien en silencio yo amo?,
¿cómo olvidar  a quien nunca me ha amado; cómo olvidarte si nunca habité en tu presente, futuro o pasado?
 ¿Cómo podrás soñarme si en tu indiferente realidad... nunca yo he estado?
¿Cómo puedo olvidarte? ¿Dime cómo? ¿Cómo se olvida; si mucho antes de vivir, yo... ya te había soñado?  Hoy poco antes de morir, tú aun sin saber que eternamente te amé, ¡en mil vidas, en mil pasados! es muy triste verte de lejos, aun cuando mi alma camine a tu lado; es muy triste saber,  que no me puedas ver, más allá de un soñado ayer, donde no me hayas olvidado; ¿cómo se olvida? ¿Cómo te acuerdas de vivir, cuando de ti... la vida se ha olvidado? Antes de acercarme a ti en la cátedra así viví, y luego del desesperado amor que nos unió, es impensable, solo me siento menos solo en las misiones.

A solas, sin intervención de otras vidas, imbuido en un denso y desgarrador silencio que agazapado espera el preciso momento para hincar sus fauces sangrientas y ávidas de tragedia, allí donde no se le ve pero deja hondas heridas, me va devorando, engullendo, diluyendo mi silueta, allí entre signos oscuros desaparece mi ser vencido por el silencio.
¿Dónde me encuentro?
Quizás en un mundo imaginario que espero efímero, donde el reino de la imaginación divaga insomne provocando espantosas escenas exentas de belleza, donde las heridas supuran pus y recalan en círculos concéntricos de color morado de sangre sin circular, maloliente y fría, donde unos seres fantasmagóricos y sin posibles puntos de sutura, muestran sus heridas yaciendo sobre el suelo, casi sin aliento, pues se les acaba la vida.
La angustia me cierra la garganta, me la aprieta sin medida, casi no puedo respirar y las paredes secas me producen fatiga.
Quiero pedir socorro, pues se me escapa la vida, pero ni siquiera me veo a mí mismo, soy solo silencio, la escena es clandestina, nadie vela mi terror, ni tengo armas para defenderme y cortar esta agonía.
A solas...  a solas siento de pronto un fuerte viento, nadie me hace compañía.
Entre los espacios de tiempo de su rolar, surge el galope de un caballo sin jinete, montura, ni bridas.
Entre brumas despunta incipiente el claro oscuro del amanecer y los tímidos y primeros rayos del día dan paso a un gran campo donde en ordenadas filas, florecen miles de tulipanes amarillos que deslumbran con su belleza  y horrorizado  presiento cómo va con su desbocado galope, el equino a pisotear su hermosura.
Deseo gritar para pedir ayuda, pero se enquista la sonoridad de la voz en mi garganta.
¿Qué me aguarda?
A solas...  nadie me responde, vuelve a invadir la oscuridad la estancia, la percibo sombría, no late acompasado mi corazón, lentamente deja de latir, me encuentro a solas.
Regresaré Guille, si tú lo quieres y en verdad me esperas, antes del aniversario de nuestro encuentro estaremos allí, Agustín lo desea, y tal vez lleve a Willy, se  llama como tú, ¿sabes?
__ ¿No quieres que viaje y te espere allí?
__No. Te asustarías de ver cómo vivo, te extrañarían todos allí, dile a Guillermito que pensaré cada día en él, y que alguna vez iremos a ver los delfines como le prometí. Te amo.
__ ¿Qué dijiste?
__Lo oíste, Graziani.
__Me gusta oírlo.
__Que te amo, que sos  todo en mi vida, de verdad. Cometimos muchos errores, y si viajé es porque ya quería terminar con  separaciones por lo mismo, dudas, celos, orgullo,  no quiero ya eso para nosotros, sé que esta separación nos sanará mi amor, pero nunca dudes de lo que siento… nunca. Siento tu espalda sobre mis manos, siento, cómo poco a poco se llenan de ti, mientras se deslizan en su estructura perfecta... Y se me llenan de tu historia las manos, de caminos recorridos en tu piel, palmo a palmo sobre tus poros... Y eres suave, un contexto especial, que inunda de ternura, de belleza, amor y locura. Esta sensación de amor es posible, es tan real que se respira, y entre cada respiro, me dice que eres mío. Y los labios se llenan de besos tuyos, del sudor de tu cuello, de tu cuerpo, de tus pies, tus manos y tus sueños. Te llenas de mí, me llena tu esencia, te beso y me besas, me acaricias y aprietas, me tienes contigo, jamás me sueltas. Y mis besos te cuentan entre suspiros, te viven, te sueñan, te aman y te desean, te abrazan, en el brillo de cada estrella, te amo Guille. Confía en mí __suplicó__. No he muerto mi vida__. Solo muere alguien, cuando tu olvido lo mata.
Son tan tristes los pasos de los muertos, aquellos que cabalgan a las sombras para huir del eco del silencio. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando imploran a la noche de rodillas que pronto llegue, que llegue pronto la luz de un lejano día. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando no beben del llanto de quien tanto les decía que aun más allá de la muerte  por siempre lo querrían. Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando pernoctan en una tumba sin flores; solo el viento, ¡tan solo el viento! se detiene a leer su empolvado nombre; pero ¿dónde están aquellos  sin nadie que le llore a su nicho?
Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando velan tus sueños por las noches, y al ver que no puedes, entonces  todas las noches  mueren de pena al decirte te amo, y tú... no puedes oírlo.
Son tan tristes los pasos de los muertos, cuando no oyes sus gritos, siente mi aliento, siente mi pecho; aunque la noche fatigue a mi regazo, aún mi alma camina contigo; quizá ya no oigas mis pasos, pero tú  aún caminas conmigo; no, no estoy muerto, puede incluso  morir mil veces mi cuerpo pero mi alma no se muere; solo tú la estás matando cada noche  cuando te veo, cuando te hablo y tú,  y tú me matas olvidándote de mi nombre.
__Recuerdo cada encuentro amorcito, cada noche y día con vos, el compromiso en la playa, los cumpleaños, todo.
Se cae torpemente la copa de vino, el rojo líquido mancha hojas blancas recién acariciadas por mi pluma, donde en lentos trazos suaves letras fui tatuando, se ven difusas ahora en el texto, las letras ya ebrias su forma han perdido… no me desespero por volver a crearlas, pues todo esto nació de un sorpresivo beso mojado tuyo que mi boca ahogó y enmudeció mis ideas.
Tomaron mi rostro esas tibias manos tuyas como queriendo evitar que mis labios huyan, mas a tu boca roja se entregan sorprendidos atrapados en ese beso que me arrebató  de un espacio de fantasías y me llevó  por un momento a un tiempo de pasión, que vos y yo a escondidas de tantas letras sabemos llenar, para que este amor en mi corazón libere inspiración que mi mente puede descifrar.
El movimiento instintivo de mi mano que viajó  hacia tu cintura volteó en ese apresurado viaje aquella copa… no importó esa torpe caída, pues mis sentidos estaban en mi tacto que por debajo de tu camisa  acariciaba tu piel fresca… estaban en mi boca adormecida donde tu lengua una hipnótica danza realizaba, bebiéndote mis besos con un delicado sabor a vino, embriagante sensación que entre  bocas compartimos.
Derramé sobre la mesa, derramé sobre hojas blancas y ahora aquí, ahogados en pasión… mientras la pluma duerme, mientras las letras lejos de nacer están, hay derrames de besos sobre la piel, derrames de caricias en cuerpos desnudos devoran el deseo de amor en cada movimiento, el momento tan secreto, tan nuestro, finaliza y al abrazar nuestros cuerpos en un imprevisto movimiento tu íntima fuente estalla, y el licor producto de la pasión, sobre las sábanas se derrama. Recordatorio será que la noche nos atrapó ya ebrios de este adictivo amor.
Escribo cada encuentro en tu ausencia, hasta cada pelea, cielito, ¿seguimos prometidos?
__ Yo no me he quitado la alianza, ¿y tú?
__Jamás amor mío, jamás.



Cuando se despidieron sonó el timbre del portero, Pedro fue a responder el telefonillo, era Willy. Le abrió y el ascensor lo subió en un minuto mientras él lo esperaba con la puerta abierta. La vuelta a las calles lo había cambiado, se lo veía menos aniñado, mayor. El muchacho vaciló y él le hizo una seña para que se sentara en el sofá en el que había dormido tiempo atrás.

__Estaba por ir a rescatar a mi hermano del internado, ¿has comido? __ Él asintió, y Pedro no insistió aunque se preguntaba si sería verdad__. ¿Bueno qué tal te ha ido? __mirándolo a los ojos para sondear la verdad en la mirada. La vida en la calle no era un camino de rosas. Vio que llevaba la mochila del colegio, dedujo llevaba el portátil dentro. Ya no tenía dónde dejar sus pocos objetos de más valor.

__Estoy bien _respondió con voz queda __. Leí lo del cooperante que murió de un tiro en tu misión. Me alegro que no fueses tú _añadió con sinceridad.

__Estaba con él. Era muy bueno __. Precisamente por eso nos mandaron antes a casa, llevo dos semanas buscándote.

__Estoy bien _ repitió él __. No me sentía cómodo, no me gustaban  los chicos.

__Pues ojalá no te hubieses ido.  ¿Qué piensas hacer con los estudios?
__No sé. Hasta los profesores pasaban de si hacíamos los deberes o no, me parecía absurdo perder el tiempo en eso.
__Es lo que parece, pero es importante que termines octavo.
__Quiero volver _ dijo en un hilo de voz, mirándolo a los ojos.

__ ¿A vivir conmigo? __Pedro lo miró asombrado. Él pensaba que también había echado la idea en saco roto. Pero había ido a su casa.

Willy respondió moviendo la cabeza afirmativamente.
__Pensé que no volverías nunca y por eso daba igual lo que hiciera.
__No da igual en absoluto, para nada _ recalcó él __. Te dije que volvería.

__No te creía. La gente siempre dice que va a volver y luego es mentira. __Además, tenía mucho miedo de que te mataran. Por eso giré la espalda a todo y regresé a la calle.

__ ¿Y qué piensas hacer si vienes aquí otra vez? ¿No pensarás echarte en el sofá a ver tele, verdad?
__No lo sé.
__Yo sí lo sé, si te quedas, al igual que mi hermano, tendrás que ir al colegio y nada de dejar los estudios, tendrás que soportar hasta el final. Dentro de unos días debo ir al Ártico, y cuando regrese pretendo que hayan terminado octavo, e intentar que tu tía me dé tu tutela legal, regresar a Buenos Aires. Puedes volver aquí mientras yo esté, pero solo si estamos de acuerdo en que luego regresarás con Agustín hasta mi regreso y te comprometes.
__Lo odio, el internado, y el colegio. Pero iré si me obligas.
__Eres tú quien tiene que obligarse a ir a clase. Yo no puedo ir detrás de ti como un policía y no me da la gana hacerlo. Si te obligo a ir, volverías a escapar. Vamos a formar un equipo en esto, lo que no quiero es que cuando yo no esté tú andes por las calles, es lo que me ha pasado esta vez, y desde los sitios a los que voy, no puedo hacer nada. Necesito que pueda contar contigo para que hagas lo que dices que harás, así como yo cumplo con mi palabra de regresar a casa. ¿Qué me dices?
__Que voy a aborrecer ir a clases y vivir allí _ repuso con semblante serio, y entonces sonrió__. Pero lo haré, por ti, porque eres bueno, no quiero causarte problemas. ¿Ya puedo volver a casa?

La cara de gratitud que puso arrancó a Pedro una sonrisa mientras los ojos se le llenaron de lágrimas. Ellos eran lo único que Willy tenía en el mundo.
__Sí, puedes volver, pero no puedes seguir durmiendo en el suelo o en el sofá, cambiaremos todos los muebles y pintaremos, quiero que con Agustín me ayuden a darle un aspecto decente a esto.
__No pasa nada _ dijo de pronto__. En casa de mi tía dormía en el suelo, o en la bañera cuando el idiota del novio se instalaba _ añadió hablando de ellos por primera vez.

__No es eso lo que tengo in mente. __Le hizo un gesto para que lo acompañara a la habitación que había permanecido llena de trastos sin desembalar desde que llegara__: Tengo un trabajo para ti. Sueldo mínimo. Vamos a vaciar este cuarto, a desembalar todo, y a montar una habitación con dos camas para ustedes. ¿Cómo lo ves?

Los ojos de Willy se iluminaron sin dar crédito.

__Nunca en mi vida he tenido una habitación _ susurró asombrado__. Ni siquiera cuando vivía con mi madre. ¿Cuándo podremos hacerlo? __Sus ojos expresaban prisa y emoción.

__Bueno… veamos _respondió Pedro fingiendo pensarlo. Ya he leído el periódico, me he duchado, tendremos que ir por la compra y por mi hermano. ¿Por qué no nos ponemos ahora mismo?

Él profirió un grito, y lo abrazó.


ÁRTICO. 2017.

Setiembre 2017.

__! Hagámoslo! _gritó, llena de energía.

__Quédate detrás de mí _le ordenó él.

A partir de ese momento,  el tiempo pareció detenerse. Salieron a cubierta y descendieron por una compuerta que los llevaría al primer bote inflable a motor que abandonó el barco, aunque otro lo siguió casi al instante. Sabían que la guardia marítima los seguía de cerca, por eso había que operar rápido.
La adrenalina aumentaba a medida que se acercaban a la plataforma petrolera. Aun así, Pedro se dio vuelta y volvió a hablar a Juliana.
__Si no te atreves, no lo hagas _ le dijo__. Es mejor que te resguardes aquí en lugar de hacer algo peligroso estando nerviosa, podrías salir herida.

-Deja de preocuparte por mí _ afirmó ella__. Yo también cuidaré de ti.

El bote dio un salto que los separó de golpe. Pedro miró adelante y se dio cuenta de que el objetivo ya estaba muy cerca, así y todo  lo que ocupaba su mente era alcanzar su meta.
Su alma se llenó de espíritu de protesta. Su mente se invadió de situaciones que podían ocurrir si nadie escuchaba los gritos de la tierra, y por ese breve instante en el que la fuerza de la naturaleza llenó sus sentidos, el dolor pareció apagarse. No pensaba en nada más que en sus ideas y las que defendían todos sus compañeros. Solo pensaba en que, por una sola vez, iban a tener éxito. Jamás perdían la esperanza de ser escuchados, de lo contrario, nada tendría sentido. Habían conseguido mucho, pero llevaba tiempo y energía.
Se detuvieron junto a la plataforma. El encarado de impulsar la soga hacia donde debía estar sujeta apuntó y realizó un tiro excelente. Entonces fue el turno de Pedro y un compañero, de desempeñar su rol. Los dos unieron la soga a su arnés y, tras asegurarse de que estuviera afianzada al enganche, se arrojaron contra la dura pared que iban a escalar. Mientras tanto, dos compañeros, del otro bote hacían lo mismo en la otra punta de la plataforma, perfectamente coordinados.
Se oyeron voces, pero Pedro las ignoró, toda su capacidad estaba concentrada en brindar fuerzas a sus músculos para seguir subiendo. Dejaba todo en cada movimiento, y era tanto el esfuerzo que incluso se hacía difícil respirar. Pero así se sentía vivo, nada dolía, el corazón no parecía roto.
Antes del viaje había discutido con Guillermo, Miller lo había vuelo a llamar, insistía en que se alejara  y ya no estaba tan seguro de que las cosas no fueran como antes.
Se oyeron órdenes y exclamaciones Avanzó otro poco. Y de pronto, el chorro de agua helada, lo lanzaban los ocupantes de la plataforma, buscando deshacerse de los activistas.
Es tu mundo el que estoy defendiendo, pensaba con impotencia mientras la fuerza del agua competía contra su cuerpo, pero ese dolor lo alimentaba porque era mucho más tolerable que el dolor de haber perdido quizás al amor de su vida, lo que más amaba en el mundo.
Oyó la orden de descenso pero era imposible definir si llegaba desde los hombres de la plataforma o era una orden de un compañero.
Como fuere, no tenía ganas de seguir perdiendo, no iba a hacer caso.
Siguió oyendo órdenes en inglés pero en ese momento en que su cuerpo se llevaba todas sus energías le costaba interpretar otro idioma que no fuese el castellano.
“Esta es una manifestación pacífica”, sí, eso era lo que habían dicho y lo seguían repitiendo.
Miró hacia abajo pero el casco le dificultaba la visión. Se lo arrancó y acabó arrojándolo al agua. Volvió a mirar abajo y así pudo advertir que ya no estaban solos. Los miembros de la guardia marítima los habían encerrado y mostraban sus armas como amenazas, al tiempo que gritaban órdenes en ruso.
Miró a Juliana. Estaba aterrada, tenía las manos en puños y el rostro pálido de los que, si bien escucharon muchas veces lo que debían hacer en situaciones extremas, en ese momento se olvidaban de los conocimientos.

__! Déjenla en paz! _gritó en castellano. Nadie entendió.

De pronto su compañero de escalada se dejó caer. Se hundió en el agua y salió a flote en un segundo. Buscando la mano que un colega le ofrecía desde el bote. Un militar redirigió su arma hacia ellos.
En ese momento, Pedro sintió tanta rabia que podría haberles arrebatado el fusil y haberlos apuntado también. Jamás había sentido nada como eso. Antes sabía esperar cuando no era el momento, en algunos reclamos nacionales, hasta se había dejado arrestar, en cambio ahora había perdido la capacidad.
No iba a ceder. No podía tolerar que otra cosa le saliera mal. Entonces siguió escalando. En rebelión contra la marina rusa, contra la injusta que siempre era la vida y contra sí mismo.
Se cosecha lo que se siembra. Qué frase tan estúpida.
__! Pedro! __oyó que gritaba Juliana, sin colocar las letras exactas en español.

Se le ocurrió mirar de nuevo, y descubrió que todas las armas lo apuntaban a él.
Mejor. Cuantas más trabas le imponían, mayor era su deseo de vencerlas. No iba a darles el gusto.
__! Van a tener que matarme! _exclamó, otra vez en castellano, idioma que solo el compañero español entendía.

__! Bájate ya! __le gritó__. ¡Te van a dar un tiro!

__! Que me lo den!  _respondió para él, desafiando el poder del universo. No estaba actuando como siempre lo había hecho, no era él mismo.

Algunas palabras acudían a su mente en forma desordenada y sin sentido para lo que en ese instante estaba sucediendo: “Esto no puede seguir así”, “nunca va a ser el momento mientras yo siga siendo un despojo del Guillermo que alguna vez fui o que podría llegar a ser”. “Nos separan las dudas, los celos, la desconfianza, así nunca podremos ser felices”.
“¿Por qué? ¿Por qué mierda ese tipo insiste en que es tu amante? ¿Tan difícil es ser feliz? ¿Qué había hecho mal para merecer perder siempre algo?”

Pagó cara su distracción. El chorro de agua que todavía lanzaban los ocupantes de la plataforma lo lastimó, sin el casco, era más débil, y  cegado acabó cayendo.
Todo moriría allí. Como él, como sus sueños. Y a nadie le importaría.
Salió a flote y tomó la mano del español que le ofrecía desde el bote. Una vez que consiguió establecerse en la embarcación, entendió que hablaban de que iban a arrestarlo. Estaba aturdido, su amor desesperado por Guillermo lo debilitaba, le hacía perder el control. ¿A manos de quién estaba?
Un compañero lo defendía con argumentos que no le interesaban, solo le importó asegurarse de que Juliana estuviera bien.

__ ¿Estás bien? __le preguntó. Ella no respondía, lo miraba aterrada de lo que pudiera sucederle__. ¡¿Estás bien?! _repitió, sacudiéndola.

La chica terminó asintiendo con la cabeza.
Una compañera rusa también lo defendía, pero él no entendía ni la mitad de lo que decía a la guardia en su idioma. Solo interpretó que otro compañero de mayor jerarquía continuaba esgrimiendo en inglés que estaban haciendo una demostración pacífica, que no había delito alguno de qué acusarlos y que el problema con el voluntario _es decir él__, era que no sabía ruso, y que por eso no había entendido la orden. Una mentira entre tantas verdades no hacía mal a nadie.

Pero a Pedro no le importaba si lo detenían o lo mataban. Si había perdido la otra batalla  no podría soportarlo siendo que antes lo había resistido, como debía ser. Antes solía comprender que la paciencia y la lucha pacífica pero enérgica eran el camino adecuado, que las cosas tardaban en llegar, pero que lo hacían tarde o temprano.
Ahora dudaba de todo lo que alguna vez había creído y se sentía tan vacío que pensó que jamás hallaría de nuevo su rumbo. La adrenalina lo había capturado por un momento, pero había durado tan poco. Tenía que encontrar su eje o acabaría destrozado y, para colmo, arrastraría a los demás consigo.
__Está bien  -susurró al oído de su compañero, más tranquilo __. Deja que me arresten, cometí un error y pagaré por eso.

 __Back to the ship _ exclamó el hombre desoyendo su pedido.

Emprendieron la carrera de regreso hasta el barco. La guardia no los siguió.
Una vez a bordo, no tuvo tiempo de pensar. Alcanzó a quitarse el equipamiento, pero el encargado lo enfrentó antes de que pudiera mudarse de ropa.

__Conmigo, ahora _ pidió en inglés, y él no tuvo más remedio que seguirlo.

Se encerraron en un cuarto donde realizaban planificaciones.
El hombre dio varias vueltas antes de detenerse para hablarle. Se notaba nervioso.
__ ¿Qué estabas haciendo? __ interrogó, preocupado.

__No lo sé _ respondió, Pedro, honesto. Él tampoco tenía idea de qué lo había llevado a comportarse como un novato.

__Eras uno de los mejores, ¿qué te está pasando? _ siguió reclamando el hombre__. Tenemos un protocolo cuando las cosas se ponen difíciles, protegemos al grupo. Pusiste a todos en peligro, en especial a ti mismo.

__Lo sé _susurró Pedro, cabizbajo.

__Cuidamos la vida, ¿por qué me pareció que querías que te mataran?
__No quería eso.
__ ¿Y qué querías?
__No quería perder.
Se produjo un instante de silencio que envolvió el cuarto en un manto de tensión e incertidumbre. El hombre dio una vuelta más y luego volvió a él para hacerle una sugerencia.
__No estás concentrado _ dijo__. Algo te mantiene ausente, y me parece que en este momento no te hace bien estar aquí. Te necesitan en la conferencia de Lima, me parece que  lo mejor será que vuelvas a la ciudad y te prepares para asistir allí. El área política, por ahora, te sentará mejor.

__Era mi última misión, iré.

Pedro no puso objeciones, se limitó a asentir y se retiró. En el pasillo lo esperaban Juliana y la rusa, pero en cuanto una de ellas intentó acercársele, él alzó una mano en gesto preventivo y siguió caminando.
Se encerró en su camarote con la única esperanza de que allí sus pensamientos volvieran a concentrarse en lo importante, el mundo, Agustín, Willy y regresar a Bs. As.
¿Desde cuándo se había vuelto tan egoísta como para actuar solo por móviles personales?
Debía reconocer que su compañero estaba en lo cierto y que no luchaba por el planeta ni por los ideales, ni por el grupo como cuando era un adolescente, como solía hacer antes, sino para que el dolor de su corazón pareciera aplacarse. Por eso el activismo ya no lo llenaba y todavía se sentía vacío, solo él podría aclararlo todo, solo a él pertenecía ese hueco.
No podía necesitar tanto a alguien como para no desear vivir sin respirar su aire, jamás lo había hecho y sin embargo era  insensato pensar que podría vivir sin Guillermo. No tenía idea de cómo vencer la horrible sensación de pérdida que lo aquejaba a cada instante o cada vez que un ex lo reclamaba como propio, ni sabía poner fin a su dolor si no era con la droga de la adrenalina.
Probó con los recuerdos que siempre lo habían rescatado de todo.  Probó visualizando a Guillermo. Probó cerrando los párpados e imaginando que volvía a besarlo sin testigos, pero nada daba resultado.
Abrió los ojos y se quedó mirando el suelo hasta que de pronto, impulsado por la angustia de saber que nada podía llenarlo, tomó una hoja de papel y decidió escribir una carta que tal vez nunca enviaría:


 “Mi amado Guillermo: Me encantaría poder decirte cómo me enamoré de ti, pero la verdad es que no lo sé, no me di cuenta en qué momento entraste tan hondo de mi corazón. Apareciste en mi vida de pronto, como un flash, que me deslumbró y me cegó.
Con tus palabras claras, explícitas y sinceras, lograste que bajara la guardia que tenía permanentemente, para evitar que me volvieran a dañar. Quitaste mi negación al amor, mostrándome que sí existe la fidelidad y la lealtad, que la paciencia puede obrar milagros y yo soy uno de ellos. Quitaste las cadenas que ataban mi locura y la dejaste libre, me alentaste a soñar y a cumplir mis sueños. Mis locuras salieron e hicieron de las suyas y hasta te sorprendiste. Cada palabra que me has dedicado se ha ido tatuada en mi alma, borrando las tristezas y alejando la soledad. Esa soledad que me acompañaba desde siempre y que creí que se quedaría conmigo hasta la muerte. Lograste hacer que mi corazón se derrita y que vuelva a llorar, parece algo ilógico, pero gracias, por ayudarme a sacar todo el dolor que tenía acumulado, con esas lágrimas que parecían no parar.
Hiciste que mi voz entonara la canción del amor, que no se quiebre al intentar hablar, que grite fuerte, para no permitir el silencio de la conformidad. Logré sacar mi risa de verdad, contigo no puedo dejar de sonreír, porque al estar, alegras mi día y mi vida. Y tu voz es para mí, ese canto de ángel que cada noche escuché. Tu imagen es la apariencia de la inteligencia, la inspiración y la verdad. Ahora puedo decir, que te quiero, que nunca antes había amado así, que si alguna vez creí estar enamorado, estaba equivocado, porque en ti, he conocido cómo se debe amar. He aprendido que cuando amas a una persona de verdad, la aceptas tal y como es, sin intentar cambiarle nada, pero también he aprendido, que una persona puede cambiar, al sentirse amada. No sé cómo me enamoré de ti, pero ahora estoy seguro, que ya no quiero estar sin ti, que muero por poder besarte, que deseo poder abrazarte, que anhelo poder amarte y cada día junto a ti despertarme. Entregándote mi corazón y mi vida.

Hoy, como tantas otras veces, recuerdo la imagen que para siempre me prometí recordar. Estabas en la cama en nuestra primera vez, conociendo lo que se siente alcanzar el cielo sin moverse de la tierra, solo con caricias y besos, y en ese instante, te miré. Tus mejillas sonrojadas, tu mandíbula en tensión, tus labios entreabiertos y húmedos, la respiración… tus ojos se internaron en mí, y jamás pude ni podré olvidarlos.
Una vez me preguntaste cómo hacía para vivir con tanta información triste en mi cabeza, y entonces sonreí. No me atreví a confesarte que desde conocerte y seguirte de lejos fuiste tú el que me sostuvo cuando me caía, fue tu mano la que tomé cuando me hundía, porque tú podías volar, y me llevabas a lo más alto, rescatándome de todo mal. Tu recuerdo me sostuvo en las horas tristes de estos meses, porque eran recuerdos hermosos y superaban cualquier sombra para mí. Tu sonrisa al frente de la cátedra podía conquistar el mundo, sin saber que yo te contemplaba todos los días desde lejos. Eras un sueño, tan grandioso para mí, que no me atrevía a acercarme a tu indiferencia.
Otras veces asaltas mi mente empapado por la lluvia, quizá eso me lleve a que me guste, tanto hacerte el amor bajo la lluvia, en la ducha, en una piscina, aunque nunca como esa primera vez mirando las estrellas en la hierba. Muchas veces peleé por ti, estuve dispuesto a derrumbar a cualquiera que quisiera hacerte daño, y cada vez que me abrazabas me hacías en regalo, porque confiabas en lo que yo podía hacer por ti.
Guille, no tienes idea de cuánto me costó por años amarte en silencio sin poder tocarte, sin que tus palabras fueran dirigidas a mí, sin que tus ojos me mirasen aunque fabulaba que lo hacían a escondidas.
No sé por qué me atrapaste. Me gusta estar atrapado en vos, y necesito que vos estés atrapado en mí, solo en mí.
Mi pasión por la vida llegó a ser casi tan grande como la que siento por ti, por eso abracé el activismo, además deseaba demostrarle a mi padre que podía hacer lo que yo deseaba, que él no me ataría.
Al conocerte, acariciarte y besarte fue mi sueño hecho realidad y lo sigue siendo. Eres distinto a todos, me miras de otra manera, yo te siento de otra manera y compartir la intimidad contigo, pase lo que pase, marcó mi vida para siempre.
Luego empezaron los celos, las dudas, las peleas, la desconfianza, me pediste tiempo e intenté respetarlo sin romper tu corazón ni que se rompiera el mío en el intento.
No sé para qué escribo esto si  tal vez jamás vas a leerlo, pero me hace sentir mejor, más cerca de ti, y voy a narrarte un montón de anécdotas, pero quiero que sepas, que todas las palabras pueden  resumirse en dos y solo dos.
Te amo.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.




12 comentarios:

  1. Estela Guauu,qué hermoso,cada letra escrita por su mano y pluma, describe lo que es una persona que necesita de la otra,y que hizo recordarla a mi a esa persona.

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  2. Daniela Que hermoso! Felicitaciones 🌷🌹🌹🌷🌹🌹🌹🌷🌹🌷🌹🌹

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  3. Una belleza Eve...Qué cosa extraña puede hacer que dos personas que se aman y se necesitan mutuamente permitan que dudas y celos los separen...Me imagino que eso va a cambiar y los dos van a entender que no hay que dejar pasar ningún momento de felicidad, que la vida es hoy y que al amor hay que celebrarlo cuando se tiene la dicha de haberlo encontrado...

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