NO SOY YO.
CAPÍTULO VEINTISIETE.
"Y para los amantes su amor podrá ser un delito...
pero nunca un pecado". José Ángel Buesa.
pero nunca un pecado". José Ángel Buesa.
Soy
Soy el que sabe que no es menos vano
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,
del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.
_Estoy tentado a comerte de improviso la
boca y aun cuando de ella esté bebiendo separarme, para que aún entreabiertas queden
deseosas, sedientas las bocas y mojados los labios con la saliva de amor goteando por la comisura.
Tengo la tentación de que domines mi
concentración, entregado, sumiso a tu sed de pasión, dejar que destroces mis
vestiduras y tus uñas rasguen mi piel para que tus caricias y tus besos me
lleguen al alma y de ella allí te apoderes.
Tentación de jugar con tu fuego, a que
me quemo o me incendio, a que ardo al respirar tu aliento, mas de tu garganta
no ceso de beber, pues tu humedad es el
combustible que alimenta mis deseos, y dentro de ti me dejo consumir en tu
infierno.
Tengo la tentación de consumirte distraído, ausente y frío, sin que
tu piel se desnude, y sientas que con un beso, con una caricia te hago el amor
por dentro, o devorarte ardiente, mojado, delirante de placer, insaciables tus
labios se ahoguen en los míos y desesperado tu cuerpo se funda en una sola
humedad, al mío.
Liberar ante ti, con una mirada, con un
gesto, con tan solo un te amo, esta contenida tentación por amarte, por hacer
nacer y morir mis besos en aquellos
lugares ocultos de tu piel, desata la tentación de mis manos, por llenar de
caricias nuevas esos lugares húmedos y prohibidos de tu cuerpo. Que seas
destino de esta loca tentación por
adorarte y devorarte, por abrigarte y consolarte, tentación de provocar tu
enfado y el estallido de tu risa, de provocarte un instante de silencio y un
tiempo inagotable de gemidos… tentación contenida y loca tengo por amarte.
Te busco en los bolsillos vacíos de mi alma, perdido y solitario
busco la forma de enredarme contigo, tu imagen en mis sueños es tangible, eres tan real, estás sereno, me miras sin miedos, me das tus manos y te
acercas a mis labios que tiemblan como niño enamorado, me pides a gritos en el
silencio de la noche que nunca deje de amarte, que no cuente las horas ni los
días de soledad, que deje mis palabras escritas para que la noche se duerma, y
el desasosiego que te inunda encuentre la paz.
Te esperaré vida mía con el alma desnuda, viajaré entre pensamientos enamorados donde me enredo perdidamente en ti, me apetece dar un paseo por los caminos de tu piel, te aseguro amor mío que dibujaría mil mundos de libertad en tu piel para soñar, te acariciaré muy despacio y me enredaré entre tus brazos, me pasearé por tus ojos donde me alimento, te dejaré sensaciones donde sentirás que el tiempo se detiene en el punto exacto antes de tropezarte con mis ojos donde escrito llevo cuánto te amo. El amor duerme no desaparece, solo se esconde detrás de los sueños, se esconde por miedo a perderse en mis ojos, nuestro amor vida mía no necesita de permisos, ni perdones, ni penitencias, es nacido de noches de soledades, de amaneceres dormidos, de cielos azules sin soles que lo iluminen, de sueños sin destinatario, pero el destino sí se ha permitido sin pedir permiso escribir esta historia de amor soñado.
Mientras, en mi día a día, mi mente se duerme esparciendo sueños en el aire que se convierten en suspiros y palabras desnudas al viento, dejándose mecer por el vaivén de un sueño enamorado con la esperanza de que esta noche te acerques sigilosamente como amante enamorado para no despertar la noche, para hacerme entrega de las mieles que mi piel reclama, acomódate en mis brazos vida mía, mientras un beso robado iniciará nuestro sueño.
Te amo amor, te amo.
Te esperaré vida mía con el alma desnuda, viajaré entre pensamientos enamorados donde me enredo perdidamente en ti, me apetece dar un paseo por los caminos de tu piel, te aseguro amor mío que dibujaría mil mundos de libertad en tu piel para soñar, te acariciaré muy despacio y me enredaré entre tus brazos, me pasearé por tus ojos donde me alimento, te dejaré sensaciones donde sentirás que el tiempo se detiene en el punto exacto antes de tropezarte con mis ojos donde escrito llevo cuánto te amo. El amor duerme no desaparece, solo se esconde detrás de los sueños, se esconde por miedo a perderse en mis ojos, nuestro amor vida mía no necesita de permisos, ni perdones, ni penitencias, es nacido de noches de soledades, de amaneceres dormidos, de cielos azules sin soles que lo iluminen, de sueños sin destinatario, pero el destino sí se ha permitido sin pedir permiso escribir esta historia de amor soñado.
Mientras, en mi día a día, mi mente se duerme esparciendo sueños en el aire que se convierten en suspiros y palabras desnudas al viento, dejándose mecer por el vaivén de un sueño enamorado con la esperanza de que esta noche te acerques sigilosamente como amante enamorado para no despertar la noche, para hacerme entrega de las mieles que mi piel reclama, acomódate en mis brazos vida mía, mientras un beso robado iniciará nuestro sueño.
Te amo amor, te amo.
-Respiro la humedad de tu cuerpo, me
bebo el aire de tu aliento, me maravillo con el contorno de tu cuerpo que la luna
con su suave luz dibuja para mí en esta tibia penumbra, nos dejamos atrapar por
este aire de deseos que ese brillo desata en los sentidos, poco a poco voy
perdiendo la razón, solo sé que debo perderme en tu esencia.
Se calla mi consciente, en el océano de
tu amor me encuentro sumergido, al momento de cerrar los ojos millones de
estrellas parecen iluminar los sentidos y guían tus labios a los míos, guían
mis manos hacia tu cuerpo y nos confundimos en una sola silueta ante la luz
nocturna.
Se calla todo alrededor, la luna en la
ventana parece husmear nuestro momento, la tina casi por rebalsar de pasión, el agua que parece hervir por el fuego que se
despierta en los cuerpos, las olas de espuma y deseos esconden lo íntimo de los
cuerpos, solo nosotros sentimos lo que allí está ocurriendo.
Recorro los confines de tu boca…
insaciables nos bebemos de deseos, ahogamos las ansias, acallamos con gemidos
el sonido de la noche y el vaivén del agua que en nuestras orillas golpea agitada,
incita a que entre nosotros navegue el
amor y entre los cuerpos se desate la tormenta de pasión.
Se entrelazan tus piernas en mis
caderas, la humedad de la pasión que nos arrastra al delirio se confunde con la
espuma que suave se escurre por la desnuda piel, nos amarramos… mis brazos a tu
cintura, tus brazos en mis muslos, navegamos en esta tormenta de amor que
desatamos y con la luna de testigo, bebiéndonos el último gemido, sellamos ante
ella nuestro pacto de amor eterno.
_Hoy quiero amarte y ver más allá de tus
ojos, besar tu boca intensamente y así robarte hasta el aliento. Hoy quiero
amarte y sentir en mis labios cómo se va erizando tu piel cuando te recorro
bebiendo el néctar de tu cuerpo, por eso
amor, quiero amarte sin cordura, haciéndote
lentamente mío y seguir descendiendo hasta lo más profundo de tu ser y así
sentir cómo nos fundimos en una entrega enardecida de pasión, hoy quiero amarte
y así sentir los gemidos del placer, para que al fin podamos eternizar nuestros
deseos, por eso amor mío, hoy solo quiero amarte, una y otra vez. Llueve, y
miles de gotas se deslizan juguetonas sobre
los cristales de las ventanas mientras el sonido de la lluvia y
su aroma lo envuelven todo, yo
estoy aún en mi cama y en mis pensamientos solo tú deambulas, entrecierro los
ojos, te pienso, te respiro, te siento, te anhelo, y como por arte de magia
siento tu respiración, tu aroma, el candor de tu cuerpo y cómo mis labios
comienzan con mis besos a vestir tu desnudez, besos que discurren su camino
excitando, estremeciendo y erizando tu piel. Lentamente me hallo bebiéndote,
saciando mi deseo de ti, navego entre tus piernas en busca de tu fuente de
placer, mas de repente un rayo impacta y acto seguido se escucha la explosión
de un trueno que por años me atrajo a una realidad cruel, a amargos momentos de
soledad que hoy llenas en alma y cuerpo. Porque tú y yo no necesitamos otro
abrigo que no sean nuestras pieles amándose, fundiéndose, porque no somos otra
cosa que bocas hambrientas uniéndose, que se besan con desesperación de años de
espera, dos cuerpos amoldados que reaccionan sin control y se transforman en
uno, que se dan calor, fuego y pasión, dos amantes que van más allá del deseo.
--A veces te amo y otras veces te olvido. A veces te extraño y
otras veces te dejo ir. A veces te deseo y otras veces no quiero ni verte. A
veces te amo y otras veces dejo de amarte. A veces quiero estar contigo y otras
veces quiero irme de ti. A veces me caes bien y otras veces me caes muy mal. A
veces te deseo y otras veces me eres indiferente. A veces eres el amor de mi
vida y otras veces solo un recuerdo. A veces no me quiero ir de tu lado y otras
veces no quiero volver a verte. A veces no puedo vivir sin ti y otras veces soy
más feliz sin ti. A veces eres tan mío y yo tan tuyo y otras ni tú eres mío ni
yo soy tuyo. A veces no quisiera recordar que te amé. Y otras veces... ¡Ya no
sé qué quisiera, si amarte u olvidarte! A veces no quisiera dejarte ir nunca _
musitó Pedro clavando la mirada en las manos para no hallar los ojos.
__Lo entiendo y es normal todavía. Yo disiparé esas dudas amorcito
y seré tu sanador, solo yo.
Me saciaba del panal, la miel goteaba por mi barba y miles de estrellas en pura sepia recorrían mi ser con suavidad. No lo ibas a permitir y la orden fue dada, millares de obreras escribieron amor con sus aguijones en mi torso desnudo. El dolor era precioso y te miré, desafiante y confiado. La pantera, negra como una noche de miedo, abanicó dos veces hundiendo sus garras hasta tocar mi candor. No soporté más y caí rendido en tu regazo. Retrajiste tus garras y lo vi. Acariciaste mi cabeza como una leona con cachorros. Suspiré abatido, sin aliento. Te llenaste de rayas y el profundo gruñido, alzaste la cabeza acechando. Fui tu presa una y otra vez.
“He volado a las ruinas del
tiempo para recordar un amor perdido que aunque lejos, en mi cabeza es un
iceberg encallado porque lo bueno perdura en el pensamiento.
Su partida me dolió; no sacarlo de mi corazón y mente más, porque demostré ser inmaduro y débil ante el amor que no vuelve.
¡No me detengas! -me dijo.
Está bien, lo acepto porque sé que tu partida es irremediable, así que adiós, espérame al final del camino que tu amor será mi luz y mi guía -le dije entre sollozos, y me di media vuelta para contemplar mi camino que contemplaba nublado por las lágrimas.
Desde entonces, he tratado de rehacer mi vida, pero él sigue latente y me niego a adentrarme solo a la mar para seguir mi aventura
¿Será mi orfandad la que me apegó a vos, porque en vos sentía esa protección?
Mi mundo se acabó donde comenzaba el tuyo, había llegado tu hora de partir y yo egoísta sentía miedo a verme en el purgatorio.
Caminar lejos de vos en un mundo de desamor me hacía sentirme tan frágil, que pude ver un mundo de hienas donde los vivos parecen muertos y los muertos allí presentes; eran fantasmas amigos e inofensivos ante la crueldad humana.
Y pocos veían la realidad porque el sexto sentido estaba muerto a causa del desenfreno a que llegaron los adormecidos zombis.
Algo parecido al cordón umbilical nos ha unido en la distancia, y me siento como un niño huérfano y a la deriva; mi corazón gime y solo después de tanto sufrimiento llego al consuelo cuando me quedo dormido y nos reencontramos; mi mundo es diferente al tuyo y deseo encajar porque abrir los ojos me cuesta ante la verdad.
Él me abraza, y le escucho decir: como tú no me dejas partir en paz, me veo en la obligación de decirte, que nuestro encuentro está cerca: ¡hoy llevarás las últimas flores a mi tumba!”
Su partida me dolió; no sacarlo de mi corazón y mente más, porque demostré ser inmaduro y débil ante el amor que no vuelve.
¡No me detengas! -me dijo.
Está bien, lo acepto porque sé que tu partida es irremediable, así que adiós, espérame al final del camino que tu amor será mi luz y mi guía -le dije entre sollozos, y me di media vuelta para contemplar mi camino que contemplaba nublado por las lágrimas.
Desde entonces, he tratado de rehacer mi vida, pero él sigue latente y me niego a adentrarme solo a la mar para seguir mi aventura
¿Será mi orfandad la que me apegó a vos, porque en vos sentía esa protección?
Mi mundo se acabó donde comenzaba el tuyo, había llegado tu hora de partir y yo egoísta sentía miedo a verme en el purgatorio.
Caminar lejos de vos en un mundo de desamor me hacía sentirme tan frágil, que pude ver un mundo de hienas donde los vivos parecen muertos y los muertos allí presentes; eran fantasmas amigos e inofensivos ante la crueldad humana.
Y pocos veían la realidad porque el sexto sentido estaba muerto a causa del desenfreno a que llegaron los adormecidos zombis.
Algo parecido al cordón umbilical nos ha unido en la distancia, y me siento como un niño huérfano y a la deriva; mi corazón gime y solo después de tanto sufrimiento llego al consuelo cuando me quedo dormido y nos reencontramos; mi mundo es diferente al tuyo y deseo encajar porque abrir los ojos me cuesta ante la verdad.
Él me abraza, y le escucho decir: como tú no me dejas partir en paz, me veo en la obligación de decirte, que nuestro encuentro está cerca: ¡hoy llevarás las últimas flores a mi tumba!”
-- Eso soñé un día y lo escribí, y aunque no me lo creas,
apareciste en la puerta, Pedro, porque en verdad pienso que no soportaba un día
más sin vos--- .Que se apaguen los mundos, que hablen las lunas de los amores prohibidos,
que me traigan los mares tus besos, que la noche me traiga ya los sueños, porque
ya mi alma está desbordada de ansias de amarte vida mía, sabes que en cada
trazo de mis letras y a través de mi desvelo llego a vos, y me instalo ahí
donde desde lejos me miras y me acaricias con tu sonrisa, siento que cada
mirada dice mi nombre bajo esta oscuridad de la noche que agita mi piel, porque atrapado me siento en tus ojos, vos,
vida mía, sos la sombra que eleva mis sentidos, llevándome a ese oasis deseado
de tus labios.
Ahora amor mío me instalaré con el sosiego que me permita mi mente, y ahí estaré a la espera de tu llegada, porque sé que no me dejarás solo esta noche, lo sé, porque este sentimiento enamorado me dice que tu alma necesita alimentarse de mí.
Ahora amor mío me instalaré con el sosiego que me permita mi mente, y ahí estaré a la espera de tu llegada, porque sé que no me dejarás solo esta noche, lo sé, porque este sentimiento enamorado me dice que tu alma necesita alimentarse de mí.
--Como ya es costumbre en mí, ayer lo distinguí entre la multitud.
Confundido entre
la gente, lo seguí, camuflado en la inútil decoración urbana. Caminé tras de usted en esa distancia prudencial que me permitía saborear su perfume. Lo seguí entre escaparates
admirando su reflejo, subió a un autobús completo de soledades, sentado entre el paisaje
de la calle, y la tristeza de la multitud. Tierno, les sonrió a un bebé y a una triste anciana
cediéndole el asiento. Descendió, tres paradas después caminando calle abajo. Depositó su mano en otra mano, las lágrimas de unas monedas, y una sonrisa más triste que humana.
Sentado en la terraza de un café, observé la privacidad de su lectura y su silencio, mientras yo tomaba el café de su imagen en la lectura de su vida, en el silencio de su respirar.
Acarició a un perro que como yo, fue tras de usted a la mínima caricia, más despreciado que abandonado más humano que salvaje. Siguió, calle abajo hasta detenerse ante los cristales
de mi ventana. Miró hacia atrás, como buscando mi presencia, sonrió, pícaro, seguro hasta la esquina donde usted busca mi sombra. Y allí, en esa esquina donde usted se extingue,
dejó caer de sus labios un beso y una sonrisa. Mi sombra, aún se arrastra en el charco oscuro
de su beso.
la gente, lo seguí, camuflado en la inútil decoración urbana. Caminé tras de usted en esa distancia prudencial que me permitía saborear su perfume. Lo seguí entre escaparates
admirando su reflejo, subió a un autobús completo de soledades, sentado entre el paisaje
de la calle, y la tristeza de la multitud. Tierno, les sonrió a un bebé y a una triste anciana
cediéndole el asiento. Descendió, tres paradas después caminando calle abajo. Depositó su mano en otra mano, las lágrimas de unas monedas, y una sonrisa más triste que humana.
Sentado en la terraza de un café, observé la privacidad de su lectura y su silencio, mientras yo tomaba el café de su imagen en la lectura de su vida, en el silencio de su respirar.
Acarició a un perro que como yo, fue tras de usted a la mínima caricia, más despreciado que abandonado más humano que salvaje. Siguió, calle abajo hasta detenerse ante los cristales
de mi ventana. Miró hacia atrás, como buscando mi presencia, sonrió, pícaro, seguro hasta la esquina donde usted busca mi sombra. Y allí, en esa esquina donde usted se extingue,
dejó caer de sus labios un beso y una sonrisa. Mi sombra, aún se arrastra en el charco oscuro
de su beso.
--El tiempo se detuvo en tus labios, pensamientos vivos no
existieron en ese momento pues nos domina el corazón con un amor mudo. Los
labios solo unidos en ese beso volvieron a vivir, beso que nutre a nuestra boca
con ese candente manjar embebido de
nuestro amor. Las manos sabían desde siempre cómo caminar los senderos por los
cuerpos… cuerpos ya conocidos, caricias
de memoria sabidas dónde anidar y ser sembradas para erizar la piel.
Tus labios en mi boca… apasionado delirio que me excita… tu amor
que me posee y crea la ilusión que te dominó, pero tú, hombre de mi carne sabes que me tienes donde quieres pase el tiempo que pase.
Mi mano siente y reconoce la piel madura pero tersa, suave de tu
espalda, resbalo, como un torrente de caricias que en tu espalda halla el cauce
que lo hace descender hasta tu final oculto.
Dominas mi momento, en todos los instantes me atrapas en ti, bebedor de
tus gemidos, delirio y apetencia, grabas
tu nombre en mi piel con el fuego de pasión y te haces dueño y señor de mi
amor.
Eternos se hacen estos segundos y minutos en que te adueñas de mis
pensamientos y de mi concentración. En tu belleza absorto me pierdo, y
encandilada se encuentra mi alma por este amor que ha nublado la razón.
Inmutable tú, ajeno a mis locas ideas que por amarte dan vuelta incontrolables
en mi cabeza cual torbellino. Quiero con un beso imprevisto adueñarme en este
instante de tu atención y quizá sea la excusa perfecta para robarte tu momento.
Me sabes presente junto a ti, mas ignoras que sin palabras, mi
mirada y mis sentidos en silencio discurren escribiendo mi amor por tu piel. No
hace falta te denude para sentir el aroma y perfume de tu cuerpo y nutrirme,
envenenarme de amor al recorrerlo. Para ti imperceptibles, mis labios colmados
de ansias por besarte se humedecen, estallan mis callados besos por el aire
arrastrados hacia puntos estratégicos y notas de tu cuerpo solo conocidos por
mí, donde mi mirada enamorada se fija. Las palabras desaparecen, solo en mí desean hablar los sentimientos, y
así, sumido en tu momento, mientras la razón me es ajena sientas que en silencio y en secreto, le hago
el amor a tu alma.
__Quisiera tener el tiempo para oír todo de tus labios, la
historia real de la vida que me quitaron, porque lo que mi mente conoce son
solo mentiras, apenas tengo recuerdos de pocos años, y en ellos el nene es lo
único verdadero __ susurró Pedro.
__ No sabes cómo lo siento amor mío, lo siento, nunca debí dejarte
solo en ese aeropuerto, ni siquiera hoy logro entender qué sucedió, cómo te
sacaron de allí _ musitó Guillermo dejando un rastro húmedo de besos en los
párpados, en la nariz, en los labios, en el cuello __. Daría mi vida por…
__Shhh. No vuelvas a repetirlo, tu vida es la mía, tú eres mi vida, y esa vida es todo y lo
único que necesito, nos bastamos el uno al otro, si no obtengo todas las
respuestas quizá ni siquiera importe.
__En esta noche hermosa donde brilla una luna dorada con más intensidad
y las olas brillan al ir y venir, acariciando con su espuma nuestros pies, te
miro a los ojos, esos ojos de niño pícaro que me atraviesan aunque sos todo un
hombre, te tomo entre mis brazos, beso tus labios y siento cómo nuestros
corazones parecen estallar y cómo la pasión va en aumento como lo sentí cuando
nos amamos la primera vez, y no importa nada más que cuidarte de quien sea que
aún desee hacernos daño. Ven… que te espero en el mismo sueño que tengo todas las
noches desde que te conocí, ven y envuelve mi piel con la tuya, esa piel que me
estremece al contacto, que es mi agonía
donde quiero sucumbir, ven y déjame besar tus labios de fuego, los mismos que
me han seducido y transformado en prisionero de ellos, ven que hoy desperté con
un susurro entre mis labios del cual sos el protagonista, ven que quiero volver
a dormir porque solo en mis sueños puedo tenerte otra vez, me dije por años
precioso. Hoy quiero amarte de verdad, ver más allá de tus ojos, besarte
intensamente en la boca y así robarte hasta el aliento, quiero amarte y sentir
en mis labios cómo se va erizando tu piel cuando te recorro bebiendo el néctar
de tu cuerpo, por eso amor, quiero amarte sin cordura haciéndote lentamente mío
y seguir descendiendo hasta lo más profundo de tu ser y así sentir cómo nos
fundimos, en una entrega enardecida de pasión. Hoy quiero amarte y así sentir
los gemidos del placer, para que al fin podamos eternizar nuestros deseos, por
eso, hoy, solo quiero amarte una y otra vez. Soy yo y solo yo ese deseo oculto
que te acompaña cada noche, ese beso que aún se encuentra grabado a fuego en
tus labios, esos labios que llevaron frescura a tu piel ardiente, esa boca que
ha bebido todo el elixir que brota de tu cuerpo, esas manos y esos dedos que te
han recorrido, hurgado y que han descubierto cada sitio de tu cuerpo, al que le
has regalado la esencia y el aroma de tu desnudez, soy ese hombre que ha hecho
realidad tus deseos más ocultos, el que te ha amado y el que te ha hecho
suyo, cada uno de tus espasmos, temblores
y escalofríos, soy yo, ese mismo que te ha hecho el amor de mil maneras
distintas, ese amante que jamás podrás olvidar en piel y alma, ese soy yo
Pedro.
Cómo olvidarme de nuestras
noches de pasión, cuando mis labios besan los tuyos, para luego comenzar a
recorrerte mientras tú empiezas a excitarte y el fuego crece en tu cuerpo
vibrante, cómo olvidar tu voz confesando tus deseos morbosos y tus pupilas
rogándome que yo sea el dueño absoluto de tu cuerpo, cómo olvidar tus gemidos y
sollozos si fueron y son erótica melodía que acompaña mis desquiciados deseos,
pero cómo olvidar el gozo que sentí aquella noche, en que fuiste mi lúbrica
posesión, aunque fueron tus manos las que todo condujeron. Cómo olvidar tu mirada ansiosa y tu expresión sensual, y
ese instante que me di cuenta que yo tan solo fui tu hoguera de pasión y tu templo.
__Y fuiste la calma precioso y fuiste tormentas y en las dos
siempre te amé. En tus tormentas yo me sentía morir por su forma intempestiva
de hacerse presentes, con apariencia de volverse sinfín, inútilmente buscaba detenerle con amor. Quise detener con mis manos la fuerza de sus
huracanes que se ahondaban en tu pecho,
y fue en ese momento que yo percibí
que solo debía esperar, que tarde o temprano todo vuelve a la calma. Porque no se trata de quién gana o quién pierde, porque cuando no razonas, cuando no te detienes, puedes lastimar a quien tanto amas porque se tatúan las palabras que hieren. Y es que en tus tormentas me sentía vulnerable, porque muchas veces me hacían naufragar, pero me alejé de aquella osadía.
Quería que supieras que era tanto mi amor para soportar cualquier tempestad. Cuando se desataba tu esencia voraz, cuando no medías ninguna consecuencia, fueron tantas veces que pude atacar pero no se puede calmar un huracán cuando se desboca, mejor hay que comprender su naturaleza. Y es que yo te amé y te amo así como sos con tu lado apacible y frecuentes tormentas, adoré la pasión de tus lados más tiernos, tu forma de amarme explosiva y sincera. Y es que en vos habitan cielos y tormentas, desiertos hostiles y prados hermosos pero cuando me amas tampoco te detienes, ¡vos sos mi pasión, mi vida, mi todo!
que solo debía esperar, que tarde o temprano todo vuelve a la calma. Porque no se trata de quién gana o quién pierde, porque cuando no razonas, cuando no te detienes, puedes lastimar a quien tanto amas porque se tatúan las palabras que hieren. Y es que en tus tormentas me sentía vulnerable, porque muchas veces me hacían naufragar, pero me alejé de aquella osadía.
Quería que supieras que era tanto mi amor para soportar cualquier tempestad. Cuando se desataba tu esencia voraz, cuando no medías ninguna consecuencia, fueron tantas veces que pude atacar pero no se puede calmar un huracán cuando se desboca, mejor hay que comprender su naturaleza. Y es que yo te amé y te amo así como sos con tu lado apacible y frecuentes tormentas, adoré la pasión de tus lados más tiernos, tu forma de amarme explosiva y sincera. Y es que en vos habitan cielos y tormentas, desiertos hostiles y prados hermosos pero cuando me amas tampoco te detienes, ¡vos sos mi pasión, mi vida, mi todo!
-En tu aposento he estado, tú, mi secreto inconfesable, incauto te apoderaste
de mí con tus besos, con tus caricias, con tus manos, inquietaste mi ser, me
perdí en la locura de tu cuerpo, ese bálsamo tuyo que has dejado ya en los
poros de mi piel, estupefacto me quedé ante tu pasión y deseo, torturándome
ante tu esencia, tu presencia es inefable ya. Te extraño mi amante seductor, mi
amor etéreo, eres mi realidad, mas oculto este terrible secreto, eres mi
pecado, mi secreto absoluto, guardo silencio y callo este amor que me hace
ilusionarme y ya no me importa nada, y
es que te llevo en mi corazón, me seduces
y me cautivas con tu mirar, cuando me besas no me dejas respirar, me
tomas, me bebes, me enloqueces, me haces
el amor, tienes hambre de mí, y yo de ti. Te has hecho hábito en mi esencia y quiero una noche de placer, pero no puedo
quedarme en tus brazos, la noche se ha dicho que es para los amantes, pero no
es cierto, porque nosotros dos nos pertenecemos de día, en esta luz del gran
sol, me estrenas cada momento de luz y calor. Mi cuerpo grita y clama ámame,
disfruta de mí, de mi piel, devórame completamente, embriágame de tu espíritu,
de mi alma, ámame como una fiera, que quiero ser perpetuo en tu corazón, aunque
sea irreverente ante los demás, quítame mis temores, quiero ser pecado, aunque
me condenen, no me importa. Hagamos el amor en la alfombra, mezclándose nuestros
aromas, nuestras pieles y cuerpos siendo solo uno, entrelazando nuestros
cuerpos sensibles al tacto de tus manos y dedos, fundirme en tu sexo es tan sublime. Contigo
solo quiero entregarme, tu voz se me ha hecho costumbre, erizas mi piel, me
sometes a tus ganas de quererme y me haces tan feliz, mi pecado serás tú, solo
y eternamente el amor eres tú.
_Los sentimientos me traicionan. Mis emociones son un caos. ¿Sabes
por qué amor?
Porque el amor eres tú, cuando pienso en ti mi cama reclama tu ausencia, acariciar tu piel, besarte, tener tu cuerpo, abrigarme con él, es el dulce deseo de despertar en tus brazos, de amarte como nadie, de que regreses siempre a mí, que nunca te olvides de esas noches inolvidables cuando la pasión era un volcán en erupción, y cada vez pido que seas mío, que no tengas miedo de sentir, que me digas tus fantasías, que me dejes entrar a tus adentros, derecho tengo a ser feliz, cuando pienso en ti, se acelera mi respiración, se agita mi corazón y te amo más, y quiero hacerte el amor con gran intensidad buscando tus labios, el sabor a dulce miel, quiero hacerte mil veces el amor, con malicia, deseando ser tuyo, deseando
ser amado y deseado siempre por ti, eres mi realidad, no un sueño nada más, quiero mil amaneceres contigo despertar en tu regazo, desaparecer tus dudas, que estés en mis pensamientos, que tu alma y mi alma se desnuden en un solo acto, haciendo el amor perfecto, con nuestros defectos y virtudes. Quiero siempre tu aroma en mi piel, en mi cuarto, en mi cama, solo por el placer de tenerte tan cerca de mí. Porque el amor eres tú, tú que le das
alegría a mi existir... Siente mis manos deslizarse por todo tu paraíso, por tu cuerpo perfecto e imperfecto, tu cuerpo como un dios al que quiero encontrar tus secretos, te quiero hacer mío todo, porque sé que temblarás cuando sientas mi piel en tu piel, y así entre besos y caricias,
y movimientos perfectos gritaremos de placer. Porque el amor eres tú y solo tú.
Porque el amor eres tú, cuando pienso en ti mi cama reclama tu ausencia, acariciar tu piel, besarte, tener tu cuerpo, abrigarme con él, es el dulce deseo de despertar en tus brazos, de amarte como nadie, de que regreses siempre a mí, que nunca te olvides de esas noches inolvidables cuando la pasión era un volcán en erupción, y cada vez pido que seas mío, que no tengas miedo de sentir, que me digas tus fantasías, que me dejes entrar a tus adentros, derecho tengo a ser feliz, cuando pienso en ti, se acelera mi respiración, se agita mi corazón y te amo más, y quiero hacerte el amor con gran intensidad buscando tus labios, el sabor a dulce miel, quiero hacerte mil veces el amor, con malicia, deseando ser tuyo, deseando
ser amado y deseado siempre por ti, eres mi realidad, no un sueño nada más, quiero mil amaneceres contigo despertar en tu regazo, desaparecer tus dudas, que estés en mis pensamientos, que tu alma y mi alma se desnuden en un solo acto, haciendo el amor perfecto, con nuestros defectos y virtudes. Quiero siempre tu aroma en mi piel, en mi cuarto, en mi cama, solo por el placer de tenerte tan cerca de mí. Porque el amor eres tú, tú que le das
alegría a mi existir... Siente mis manos deslizarse por todo tu paraíso, por tu cuerpo perfecto e imperfecto, tu cuerpo como un dios al que quiero encontrar tus secretos, te quiero hacer mío todo, porque sé que temblarás cuando sientas mi piel en tu piel, y así entre besos y caricias,
y movimientos perfectos gritaremos de placer. Porque el amor eres tú y solo tú.
-Es música el sonido de tu voz que me arrulla, el toque de tus dedos
son las notas que me acarician, es tu piel mojada sobre mi cuerpo saciando mi
sed de tu amor y deseo. Quiero beber tu última gota, fundirme en tus labios
consumiendo el sabor de tu piel, mientras nuestras almas se funden en el fuego
de la pasión. Son tus besos mi delirio, dulce melodía en silencio recorriendo
mi cuerpo, en ese respirar de suaves notas de amor y desenfreno. Mis besos son
caricias en deseos de ardiente pasión, tocando tus cuerdas con mis dedos, los
espacios de tu ser, que hoy me entregas en esta sinfonía de amor. Exploro tu
cuerpo en cada centímetro de tu piel, descubriendo tus secretos, radiante
zafiro que en tu brillo me convertiste. Son tus brazos mi prisión en donde quiero
estar, sacudiendo mis temores de esta triste soledad. Tus gemidos son mis verbos,
y eróticas las letras que yo te escribo. Porque en mis pensamientos estás
presente y de tu amor jamás seré ausente. Entre las sábanas blancas, me perderé
entre tus brazos en esta noche de estrellas brillantes adiamantadas. Entraré a tu corazón
como si fuese una tormenta, con mis miedos, las angustias y esa sed de lucha que nunca me abandona. Caminaré sus latidos con mis ansias, las penumbras y los gritos de la noche que te nombran. ¡Es que no sé acceder tocando la puerta y pidiendo permiso!
Abordaré tus espacios emergentes en la ontológica relación entre lo líquido y lo aéreo, pisando la tierra hasta perder el piso y flotar bajo tus aguas. ¡Quiero ser tu oxígeno! La vena inflamada que te arrasa, desnudarte de certezas y envolverte con mi alma.
Revolveré el armario donde escondes tus temores, removeré la pintura con la que has cubierto la escafandra que dé a tus lados vulnerables. Me sentaré en salón de tu pecho a escuchar cómo se aceleran tus pulsaciones y abrazaré al músculo que palpita en la rítmica danza de tus abismos. Morderé la roja membrana que te cubre y sorbo a sorbo, seré tu sangre y tu poema.
¡Atravesaré tu corazón sin consideraciones ni mesura! como quien peca sabiendo que jamás habrá de redimirse. Tomaré tu carne y será mío y ya dentro de ti, seré
vida, muerte, pasión y dulce agonía. ¡Entraré!
como si fuese una tormenta, con mis miedos, las angustias y esa sed de lucha que nunca me abandona. Caminaré sus latidos con mis ansias, las penumbras y los gritos de la noche que te nombran. ¡Es que no sé acceder tocando la puerta y pidiendo permiso!
Abordaré tus espacios emergentes en la ontológica relación entre lo líquido y lo aéreo, pisando la tierra hasta perder el piso y flotar bajo tus aguas. ¡Quiero ser tu oxígeno! La vena inflamada que te arrasa, desnudarte de certezas y envolverte con mi alma.
Revolveré el armario donde escondes tus temores, removeré la pintura con la que has cubierto la escafandra que dé a tus lados vulnerables. Me sentaré en salón de tu pecho a escuchar cómo se aceleran tus pulsaciones y abrazaré al músculo que palpita en la rítmica danza de tus abismos. Morderé la roja membrana que te cubre y sorbo a sorbo, seré tu sangre y tu poema.
¡Atravesaré tu corazón sin consideraciones ni mesura! como quien peca sabiendo que jamás habrá de redimirse. Tomaré tu carne y será mío
_Pedro mi amor, cuánto te añoré, cuánto
me equivoqué, cuánto caminé sin ver, sin esperanza.
__Quiero saberlo todo de ti, no deseos
secretos entre nosotros, Guille, cuéntame.
__ Olores de humedad, pubertad en los cristales rotos por el viento que
trae deseos de placer en sus brisas, tiemblan las paredes vírgenes al encuentro
de besos afrodisíacos, que hacen
estremecer sus firmes cimientos. Ojos en la oscuridad, miradas desgarradoras de
un lado a otro, eres tú, viejo reloj, testigo en el camino de diversas
historias que anclan en los recuerdos, afuera se escuchan ecos de voces que
irrumpen como fantasmas en las calles donde el destino nos unió, donde el silencio es cómplice de nuestro
pecado, mientras tanto la antigua puerta rechina al moverse sin poder evitar el
control de sus irónicas risas nerviosas al escuchar suspiros en los espacios de
la noche, la lámpara en aquel rincón nos delataba al encender descontrolada por
el instinto de ver las sombras de nuestras siluetas. ! Recuerdas aquella cama!,
cómo olvidar a nuestra amiga inseparable, que lloraba pero de alegría, cuando
protagonizábamos batallas encarnizadas por locuras de aquel divino amor, ambos seduciéndonos, unidos como agua y arena en un mar de
pasiones provocando olas que ahogaban el dolor,
imponiendo la felicidad que existe en la libertad de dos almas que se
aman a pesar de su majestad el implacable tiempo.
Hoy no llueve, la lámpara roja parece agacharse para mirar, para
auscultar desde su altura, como un buscador ansioso, las razones de esta extraña
forma de mirarte, ahora a mi alrededor flotan las formas de cientos de páginas,
vuelan, pasan una tras otra recordándome momentos, segundos, horas, y todo
parece retornar y agolparse en una esquina del cuarto, desde donde me miran
parpadeando imágenes, fechas, ojos, rebotan –entre el ventilador y mi mente-
los sueños ya vividos, las pizarras llenas de signos que fui descifrando con
vos, carros, motos, que compartimos, avenidas que cruzamos, almuerzos, esa
increíble sazón de tus besos que mezclabas con tus cosas, un trozo de hielo que
se derretía entre tus labios, eternos, suaves, detallados con una frescura que
nunca imaginé conocer, saborear, cincelados con arte antiguo, de caballero
armado, como yo, vos rey esperando mi
ataque de rescate diario, repetido, rosa en mano; hoy no llueve, pero hay en el
aire un aviso de lluvia tímido, huidizo, tal vez eres tú, anunciándome que vendrán
otras lluvias conexas, fuertes,
comprensibles, que se cobijarán en los ojos, por cierto, que no es necesario
ahuyentar, ya que son buenas, limpian heridas, sanan, y que nos van a unir en
alguna parte del limbo, abrazados, temerosos del futuro, asustados, sin
encontrar palabras de aliento, regulando emociones, apretando corazones,
rompiendo espinas; si acaso no llueve, vas a inundarme de gratas sensaciones,
seguro, llegarás desde todas partes invadiendo todo, las olas del mar, hoy, cuando
el sonido de los grillos se aquiete, me remitirán cánticos, esas melodías que
suelo captar y que pienso que son tuyas, siempre, y estaré bien, sigues igual,
continúas enviándome gotas de tu amor, grande o pequeño, no importa, es tu
forma de amar, eres tú, delgado, inmenso, ataviado de tules muy bellos,
sembrado en la playa, bello, aletargado allí, sobre los años de mi ausencia,
esperando despertar; hoy no llueve, no importa, yo lluevo para vos, te remito
tempestades, millones de gotas que no dañan, te alivio el camino con frescura, te
dibujo en el cielo, entre agua y nubes, dos palabras que rompen, detienen y
arrasan -de un solo golpe- todo asomo de tristeza.
Esperando tu llegada se marchitó la flor mientras se evaporaba el
perfume de tu esencia. Noches de insomnio con volátiles pensamientos volaron a
través de los cristales y pasaron por los focos de mortecina luz que hacía del
raro ambiente una noche de perros. La ciudad dormía plácidamente mientras allá
en una humilde morada, un corazón sufría la derrota de los sentimientos en
corazón enamorado. Y la ciudad y los perros solo eran escuchados como la
tormenta en la distancia, mientras mi pensamiento y quizá mi espíritu, lograban salir del cuerpo
levitando, para escapar y salir en tu
búsqueda. Recorrí las calles desiertas hasta llegar a un lugar ávido de gente
que nocturna pulula como muertos vivientes en los antros marginales del bajo
mundo. Podía ver la maldad en los rostros amarillentos y consumidos por la
droga que como demonios; deambulaba en manadas de arriba abajo en busca de
posible presa en personas despistadas. ¿Y por qué llegué a aquel lugar que ya
me era familiar? Quizá porque la última vez estaba vestido de rojo y solía ser
mariposa nocturna que juega con candela en los focos que arden y consumen a quien busca
abrigarse en su calor. Yo fui nocturno por aquellos lugares, y aunque solo
buscaba un amor perdido, hacía de detective de mi corazón y cazador de
sentimientos ajenos.
Y allí estabas, mi amor, radiante y como siempre; buscando la fogosidad
de la noche, iluminado por un foco que te hacía ver pálido pero bello. Un chico
de mal talante y cara de demonio, lo besó de repente y puso en su mano un
arrugado billete; mi bella flor lo siguió y sin decirse nada, desaparecieron
tras una puerta. Así mi ilusión también se esfumó por aquel mundo vacío, porque
ya no había más que ilusiones muertas ante un color rojo que se perdió en la oscuridad
de un mundo banal que solo vive el momento y respira desaliento.
Muerte, no cruces mi sendero que no busco tu abrazo; él está muerto para mí, tú sabes cómo abrazarlo, y darle saludos de mi parte que yo te lo entrego a tus brazos porque los míos no abrazan cuerpos de corazón gélido, menos deseo perderme en su mundo de rosa con perfume que huele a formol y viste traje con etiqueta de medicina, casi legal.
Muerte, no cruces mi sendero que no busco tu abrazo; él está muerto para mí, tú sabes cómo abrazarlo, y darle saludos de mi parte que yo te lo entrego a tus brazos porque los míos no abrazan cuerpos de corazón gélido, menos deseo perderme en su mundo de rosa con perfume que huele a formol y viste traje con etiqueta de medicina, casi legal.
__Guille, ¿qué dices?
__Que te busqué en antros y bares, en la noche y sus esquinas, que
te vi en otros cuerpos y rostros, que caí en chicos de compañía en los que te
veía, perdí la cordura, Pedro, porque te amé y te amo más allá del
entendimiento, quiero pasar todo el tiempo con vos, estar para siempre a tu
lado, que seas solo mío, que me arranques este dolor de años de ausencia, que
Bruno logre superarlos y Malena, que
Fabián recupere la confianza, todo eso.
La pasión nos consume, ardemos en delirio, arrastran mis labios
besos por tu cuello, llegando a tu pecho mi aliento despierta el sentir de tus
pezones, por debajo de la piel el torrente de pasión esas cumbres invade y
perfecta dureza logra provocar... Las ansias incontenibles de mi lengua la
llevan a, suavemente acariciar, los gemidos de tu boca, melodía que excita los
sentidos, movimientos rítmicos de tu cuerpo y el mío nos llevan al delirio,
buscas con desesperación mi boca para ahogar tu grito, cuando sientes que
dentro de vos me hundo y ya somos lo mismo, que uno empieza donde termina el
otro y nada más importa.
Hoy te voy a escribir para que te acuerdes de mí antes que tu mirada
me mire y no sepa qué decir si el sabor de tus labios que tan grato consumí quiere
aplacar su pecado y bendecir con mi
boca. Con todo verbo dispuesto que consentí a tu mirar en esas caricias de
noche que me serví de tu piel y prometí a cada poro de lo que jamás
arrepentí si mi alma es quien bien sabe lo que viví con vos. Sí, por ello veo todo más bello desde que te
conocí culpándole a esa sonrisa que me animó a seguir si en un cielo de
estrellas solo reconocí ese brillo y qué más pedir, si tengo ya menos que
conseguir. Que me queda cerca el imperio que deseo invadir
con todo aquel buen cariño que un día malvendí, por eso que llevo cuidado en lo que debo añadir que solo puedo dar lo que aprendí. Y te diré lo que pienso, solo fui feliz los segundos que a mi lado te sentí, que mi corazón está en venta y solo te sabe pedir táchame de loco si quieres pero me enamoré de vos. Lo sé desde ese primer beso y ese beso yo no lo di,
mis ojos ya te besaban desde el instante que te vi paseando en las llamas de la hoguera que prendí que no importó la brasa si a por más quemar volví.
con todo aquel buen cariño que un día malvendí, por eso que llevo cuidado en lo que debo añadir que solo puedo dar lo que aprendí. Y te diré lo que pienso, solo fui feliz los segundos que a mi lado te sentí, que mi corazón está en venta y solo te sabe pedir táchame de loco si quieres pero me enamoré de vos. Lo sé desde ese primer beso y ese beso yo no lo di,
mis ojos ya te besaban desde el instante que te vi paseando en las llamas de la hoguera que prendí que no importó la brasa si a por más quemar volví.
__Ámame, amor así, esta
noche dejemos que el fuego de la pasión cubra nuestras pieles con el canto de
la luna llena envolviéndonos en un solo ser.
Entreguémonos en besos y caricias en esta noche de amor derrochando del
placer y la pasión, invitando a nuestros deseos a ser cómplices de nuestra
hermosa unión. Hagamos fiesta entrelazando
nuestras miradas y viéndonos en el espejo de nuestras pieles. Que me atrapen las redes de tus brazos, no
pueda salir del barco de tus deseos incontrolables. Hazme el amor con locura. Seremos como fieras
salvajes perdidas en medio de la oscuridad
de la noche buscando un lugar donde refugiarnos para amarnos sin
perjuicios, que nos haga llorar y gemir de satisfacción la
pasión, explotar como volcanes en erupción calcinando nuestras almas en esta hermosa noche juntos tú y yo mi amor.
Miro tu belleza pura, reflejada en un horizonte azul. Te conozco y
ya remueves mis esencias, con tan solo el placer de mirarte, allí apenas te
descubrí sentí las ansias locas, apresuradas de enamorarte. Tu cuerpo bebe mi
vida, tanto, que pierdo mi cordura por ti. Vivo el fuego fugaz de la miel de
tus ojos, y sonríes jugando en la arena hombre que sometes mi vida al fuego de
mi pasión que me condena. Tu boca de rosas, atrapa mis suspiros con tus besos. Y
allí me condenas a amarte, en el delirio y la quimera de hacerte mío y revivo
en ti mis largos otoños en la perfumada
primavera de tu vida. Beso el lunar de forma caprichosa tatuado en el
comienzo de tu espalda. Mi boca acaricia las vértebras de tu columna hasta el
delirio de tu cuello y busqué el rosedal ardiente de tu boca, para beberla
toda, sin consuelo. Mordiéndome con tu boca, escribe en mi piel tus verbos. Las
palomas de tus manos impúdicas abrevan los sabores de mi cuerpo y mi delirio provocas,
como las llamas que aman las brisas, y el fuego. Voy a desnudarte lentamente, y grabarte en mi
lujuria. Tu piel de pétalos cubre mi cuerpo entre el delirio de los fuegos del
amor mientras me entregas tus recónditos encantos. Eres mi sortilegio de amor,
donde reviven mis otoños grises. Siento extasiado, el tibio y el dulce contacto
de las huellas de tus besos en un
reguero de caricias lujuriosas en mi cuerpo y te amo con mis huesos. Ámame
amor, quiero descubrir tus cosas escondidas. Voy a hacerte conocer el éxtasis
del amor, estremecerte de pasión y vida y sentir el milagro hermoso y azul de
los abismos de lujurias consentidas. Déjame ser la pasión que te domina. Y sé tú, la lujuria que me provocas.
Es el beso cincelado sobre el lago de la boca, el que devora talando su silencio.
¡Ese beso!
Supurando en la sangre el desmayo de los huesos, mutilando la conciencia tras el temblor de las sombras. Es la comparsa de sonidos en el cadalso de la premura, voz grabando guitarras tras paranoias efervescentes. ¡El beso que no ha sido creado! Tormenta incendiando horas bajo la vid de los labios, verbo transitando abismos desesperados, ese que todavía no has entregado. El nuevo, el exclusivo, el desgarrado, el de las gotas que vuelan, el épico en la epopeya de los ojos enlazados. Necesito el manjar rojo del beso que se quema, atizando al ahogo del gemido cuando explota. ¡Ese es el beso que quiero! Derrámalo entre mi cuerpo… Lo beberé a sorbos lentos deleitándome despacio. ¡Quedémonos sin aliento! Succionemos todos los besos que hemos atesorado y si se trata de morir, agonicemos besándonos.
¡Ese beso!
Supurando en la sangre el desmayo de los huesos, mutilando la conciencia tras el temblor de las sombras. Es la comparsa de sonidos en el cadalso de la premura, voz grabando guitarras tras paranoias efervescentes. ¡El beso que no ha sido creado! Tormenta incendiando horas bajo la vid de los labios, verbo transitando abismos desesperados, ese que todavía no has entregado. El nuevo, el exclusivo, el desgarrado, el de las gotas que vuelan, el épico en la epopeya de los ojos enlazados. Necesito el manjar rojo del beso que se quema, atizando al ahogo del gemido cuando explota. ¡Ese es el beso que quiero! Derrámalo entre mi cuerpo… Lo beberé a sorbos lentos deleitándome despacio. ¡Quedémonos sin aliento! Succionemos todos los besos que hemos atesorado y si se trata de morir, agonicemos besándonos.
Canadá. Afueras de la ciudad de Vancouver.
__ Llevamos una hora dando vueltas, Gaby –se quejó Agustín desde
el asiento del copiloto del todoterreno que ella había alquilado. Le dio la
vuelta al mapa que llevaba en el regazo, leyó los carteles que veía en la calle y volvió a mirar el
mapa_. No tienes sentido de la orientación.
Gaby lo miró con cara de pocos amigos. Aún le costaba creer que
Agustín hubiera cambiado sus planes de trabajar y que se hubiera sumado a ese
viaje sin esperar a ser invitado. No
solo la estaba acompañando desde la convención, ahora mientras buscaban la casa
de veraneo del juez Moravia, sino que también había esperado con paciencia a
que ella terminase con sus compromisos en Seattle. Sin quejarse ni una sola
vez. Sabía que se suponía que debía estar en el yacimiento del estrecho de
la Reina
Carlota, haciendo lo que fuera que hacían los ingenieros geólogos, pero
cada vez que sacaba a colación el tema, él le daba largas y le decía que estaba
donde se suponía que tenía que estar.
“¿Qué hombre hacía eso? Uno que está coladito por ti, Soria.”
Se le aceleró el corazón y agradeció no pudiera ver el rubor de
las mejillas, se le humedecieron las palmas de las manos contra el volante.
¿Un monovolumen? Estaba como una cabra, no cabía duda. El problema
era que la idea no le parecía tan alocada como antes. Lo que quería decir que
la había arrastrado a su realidad alternativa y que ella también estaba como
una cabra.
__ ¿Hasta cuándo se supone que me vas a seguir?
__ Yo no te sigo, te protejo que es muy distinto, letrada, quizá
si no estuviera contigo ya estarías…
olvídalo.
__ ¿Por qué mejor no cuidas a Pedro?
__Porque sospecho que mi hermano tiene custodia, ya, vale Gaby, me
pegaré a ti hasta que todo se aclare, si fuese por mí ya te he dicho que para
siempre.
__Vamos a hacer un trato _ dijo, en un intento por no pensar en el
futuro y en lo que iba a hacer con Agustín Beggio. Maldición, si al menos no
fuera tan bonito. Si lo hacía se pondría a gritar __. Si encuentro la casa, en los próximos diez
minutos, me dejarás ir de compras en Robson Street antes de que volvamos a
casa.
__Por mí, vale. Me quedaré en el hotel.
__No nos alojamos en un hotel, cariño.
__No me lo recuerdes. Ya me mosquea el asunto. Mis planes de
conquistarte por completo se van al diablo una y otra vez.
¿Conquistarla por completo? Ay, Dios. Este hombre era un problema
gordo.
__De modo que me acompañarás de compras _ dijo ella, en un intento
de cambiar de tema.
__ Preferiría una muerte lenta y dolorosa a manos de una dominatriz
sádica. __Sus labios hechizantes esbozaron una sonrisa__. Mira, qué buena idea.
Gaby no pudo evitarlo: soltó una carcajada. Era la revolución
hormonal personificada. Y que Dios la pillara confesada, porque le encantaba.
__Vamos Agustín. __Enfiló una calle secundaria__. Ya hablaremos de
tus fantasías después. Ahora mismo estamos hablando de compras… más o menos una
hora de tortura masculina. Créeme, te encantará. Hay unas tiendecitas
preciosas, y puedes aprovechar para comprar regalos para los chicos y tus
padres, perfumes para ti.
__ ¿Alguna sugerencia para seducir letradas difíciles?
__ Eres imposible.
__Mátame ya entonces. No, espera. ¿Hay tiendas de lencería?
El estómago le dio un vuelco al escucharlo.
__Seguramente.
__ ¿Crees que podrás encontrar
un modelito negro, de encaje y minúsculo?
Paró el coche delante de una destartalada casa de madera en una
calle tranquila.
__Puede que no tengan tu talla, lindo.
__Qué graciosa.
__Y como he encontrado la dichosa casa, esa hora me pertenece.
Agustín la tomó del brazo antes de que pudiera bajar del coche y
la acercó a él.
__Llévame a esa tienda de lencería y haré que merezca la pena.
La pasión que vio en sus ojos la puso a cien. Cuando la besó se
olvidó de todo. De por qué estaban allí, de qué estaban buscando, de por qué
narices era tan mala idea tener una relación con él.
Cuando él se separó. En sus ojos había una mezcla de deseo y de
expresión traviesa.
__Olvídate del encaje negro. Creo que te quiero vestida de cuero
rojo.
Cuero rojo. Madre de Dios.
Tenía los nervios destrozados cuando por fin subieron los
escalones de entrada de la casa y llamaron al timbre. Se apartó el pelo de la
cara y se enderezó la chaqueta.
__Déjame hablar a mí. No queremos asustar a Moravia a las primeras
de cambio.
__Si usas ese tono tan frío y profesional conmigo con la lencería
de cuero roja y un látigo en la mano, te haré caso sin dudarlo.
Le dio un codazo y Agustín siseó. Sin embargo, sus carcajadas
resonaron por el porche y se colaron por los pies hasta llegar al pecho,
recordándole qué tenía Agustín Beggio que la afectaba tanto. Si no se andaba
con ojo, iba a ser su perdición.
__Dios, ¿a qué huele? __Agustín se tapó la nariz con una mano.
__No lo sé. __Gaby apoyó una mano en el cristal y miró a través de
la cristalera lateral de la puerta. Había periódicos amontonados en una mesa
antigua. Una manta de viaje de color verde estaba encima del respaldo de un
sofá. Un trozo de pizza descansaba sobre un plato de papel en el extremo de la
mesa. El polvo cubría las superficies de casi todos los muebles del salón. Una
maleta cerrada estaba junto a la pared más alejada__. No parece que haya nadie
en la casa.
__Ya huelo el motivo.
Un mal presentimiento abrumó a Gabriela. Bajó corriendo los
escalones de la entrada. Había un camino de piedras que rodeaba el lateral de
la casa.
__ ¿Adónde vas? __le preguntó Agustín, que la siguió.
Gaby pasó por debajo de un seto y abrió la portezuela lateral que
daba acceso al patio trasero.
__Olazábal fue encontrado en la piscina.
__ ¿Qué? Para el carro. De repente, esto me da muy mala espina.
Gaby rodeó la casa antes de que él pudiera detenerla. El hedor era
más intenso en la parte trasera. Un gato salió disparado de detrás de un árbol
y se perdió tras la casa. Puso los ojos como platos al ver el cuerpo, cuyos
pies sobresalían por debajo de unos rododendros cerca del pórtico trasero.
Tragó saliva, con fuerza.
__A mí también_ explicó ella.
__Mierda. __Agustín se plantó delante, bloqueándole la visión.
---
__No sé, Agustín, tantas muertes, tanta gente sufriendo y yo
gozando… me siento culpable.
__ ¿Y crees que la gente que nos quiere desearía que sufriéramos?
¿No crees que tu vida ha sido demasiado dura desde pequeña, hasta hace poco? ¿No
crees que sea hora de permitirte dejar de pensar en los demás un ratito y ser
feliz?
¿Me dejas hacerte un poquito feliz?
__Quizá tengas razón.
Y cuando Agustín le penetró la boca con la lengua olvidó todo, y
solo pudo sentir a ese hombre que la cobijaba, que le daba placer, que la
amaba, que la hacía sentir mujer.
_Ardo en deseos de tocarte,
acariciar tu piel, explorar tu cuerpo, besar cada poro de tu piel de
seda, cada milímetro, cada curva, quiero
besarte hasta fundirnos en un solo ser, sentir tus dulces y carnosos
labios de un color carmesí, deslizarme por tu cuello, sentirte estremecer con cada uno de mis
besos, comenzaré suavemente detrás de tu oreja,
besos y muerdos de pasión para deslizarme suavemente con besos hasta tu hombro buscando
el ángulo perfecto, ese que se forma
entre tu cuello y tu hombro, esa
curva es el ángulo ideal donde encajar mis besos para sentir cómo se eriza tu piel, tu respiración entrecortada y algún pequeño gemido te delatan... Esa
respiración entrecortada, en ocasiones,
acelerada y esas uñas que clavas en mi espalda haciendo surcos sangrantes de
pasión que me excitan porque me cuentan de tu excitación, mis dedos
deslizándose sobre tus redondos y firmes
senos, rodeando los pezones con mi lengua hacen que se pongan duros,
firmes, esos perfectos senos
alzándolos deseosos de mi boca, mis
labios humedecen los pezones erectos,
duros , me enloquece tirar de ellos,
que sientas mis dientes con suavidad, mis labios rozando las aureolas mientras mi mano explora por debajo de tu cadera buscando la goma de tu prenda íntima. Deslizando mis dedos dentro acariciando con suavidad tu cola, los placeres de la vida, tan rico, tan duro , tan firme
mientras la otra mano acaricia tu vientre con suavidad robándote los suspiros, gemidos y jadeos que afloran de tu garganta, mis dedos acarician el delicioso monte de Venus, deslizándose hasta rozar tus labios, deseosos de acariciar el botoncito del placer extremo, tu pequeño apéndice del deseo, deseoso de caerme entre tus pies, deseo besarlo, lamerlo, hacer círculos con la puntita de mi lengua, deslizarla entre los labios explorando todos los pliegues, quiero beber el néctar de tus orgasmos, sediento estoy de ti, de tu amor, de tu placer... Abrazar tu cuerpo, beso tu boca, que nuestras lenguas peleen en una lucha de pasión, caderas que bailan en un vaivén lento en el que mi masculinidad entra en tu cuerpo, nuestras caderas bailan marcando el ritmo, al compás de nuestros corazones, la música es nuestra respiración entrecortada, acelerada, en ocasiones, arrítmica, vaivenes largos, profundos mientras en los que nos perdemos con nuestros gemidos nuestra respiración entrecortada es la mejor música de amor que suena de fondo, cuanto más rápido, más seguidos, más acelerados nuestros cuerpos más fuertes y nuestras penetraciones lentas casi violentas más y más fuertes, más y más placenteras. Alzándote sobre mí que trotes, galopes como una amazona en plena carrera mientras yo con mis manos acaricio tus exuberantes senos y ese trasero de infarto que me quema, me derrite, me enloquece, las perfectas esferas que siempre soñé, darte fuerte más y más duro, deseo oírte gritar, gritos de deseo, de pasión, lujuria gritos de puro placer... Arriba, abajo, en cuatro, así besándote la espalda, acariciando tu cuerpo darte duro y fuerte para
que ese monte se pegue más y más fuerte a mis caderas escuchándote cómo me pides más, que no pare, fuerte hasta sentir ese calor en tus entrañas, terminar rendidos, sudados, muertos de cansancio pero muy muy felices, abrazados, besándonos sin querer separar nuestros cuerpos.
que sientas mis dientes con suavidad, mis labios rozando las aureolas mientras mi mano explora por debajo de tu cadera buscando la goma de tu prenda íntima. Deslizando mis dedos dentro acariciando con suavidad tu cola, los placeres de la vida, tan rico, tan duro , tan firme
mientras la otra mano acaricia tu vientre con suavidad robándote los suspiros, gemidos y jadeos que afloran de tu garganta, mis dedos acarician el delicioso monte de Venus, deslizándose hasta rozar tus labios, deseosos de acariciar el botoncito del placer extremo, tu pequeño apéndice del deseo, deseoso de caerme entre tus pies, deseo besarlo, lamerlo, hacer círculos con la puntita de mi lengua, deslizarla entre los labios explorando todos los pliegues, quiero beber el néctar de tus orgasmos, sediento estoy de ti, de tu amor, de tu placer... Abrazar tu cuerpo, beso tu boca, que nuestras lenguas peleen en una lucha de pasión, caderas que bailan en un vaivén lento en el que mi masculinidad entra en tu cuerpo, nuestras caderas bailan marcando el ritmo, al compás de nuestros corazones, la música es nuestra respiración entrecortada, acelerada, en ocasiones, arrítmica, vaivenes largos, profundos mientras en los que nos perdemos con nuestros gemidos nuestra respiración entrecortada es la mejor música de amor que suena de fondo, cuanto más rápido, más seguidos, más acelerados nuestros cuerpos más fuertes y nuestras penetraciones lentas casi violentas más y más fuertes, más y más placenteras. Alzándote sobre mí que trotes, galopes como una amazona en plena carrera mientras yo con mis manos acaricio tus exuberantes senos y ese trasero de infarto que me quema, me derrite, me enloquece, las perfectas esferas que siempre soñé, darte fuerte más y más duro, deseo oírte gritar, gritos de deseo, de pasión, lujuria gritos de puro placer... Arriba, abajo, en cuatro, así besándote la espalda, acariciando tu cuerpo darte duro y fuerte para
que ese monte se pegue más y más fuerte a mis caderas escuchándote cómo me pides más, que no pare, fuerte hasta sentir ese calor en tus entrañas, terminar rendidos, sudados, muertos de cansancio pero muy muy felices, abrazados, besándonos sin querer separar nuestros cuerpos.
Bs. As.
Mirna, la madre de Guillermo se colocó un mechón de pelo castaño
detrás del hombro y echo una carcajada, tras lo cual esbozó una enorme sonrisa.
La luz de las velas que adornaban la mesa se reflejaba en su cara.
__Así que Agustín se agarra de una piedra en lo alto de un
acantilado y Guille resbala.
Guillermo vio que Gastón fruncía el ceño desde el otro lado de la
mesa. El miedo que sentía por el hecho de tener que enfrentar a sus padres
había ido disminuyendo conforme avanzaba la velada. Estaban todos sentados
alrededor de la mesa del comedor, con los platos vacíos delante, mientras su
madre contaba bochornosas anécdotas de su juventud. En cualquier otra
situación, lo habría cortado de raíz, pero Gastón parecía muy interesado, y
después de la tarde con Karina, supuso que necesitaba unos minutos de
tranquilidad.
Aunque fueran a su costa.
Los chicos jugaban en un rincón con Fabián, lanzando miradas de
soslayo.
Vio venir a Malena. Tras sentarla en su regazo, Guillermo movió la
cabeza.
---Y hace un año pasó otra vez, Dumbo no cerró el sistema.
__ ¿Qué quieres decir? _preguntó Gastón con evidente curiosidad.
Mirna rellenó las tazas de café.
__Quiere decir que el tío Agustín no hizo un nudo de seguridad en
un nudo de ocho doble, de modo que el cabo de la cuerda pasó sin problemas por
el dispositivo de freno.
__Verás, querido, es que Guille, no es amante de deportes, menos
ha escalado al aire libre como tu hermano _continuó Mirna__. Solo había hecho
escalada en recintos cerrados, así que cuando esto sucedió…
__Me acojonó, y listo _terminó él con absoluta seriedad, y de
súbito el corazón le dio un brinco y sin permiso las lágrimas acudieron a sus
ojos cuando Bruno se colgó del cuello de Pedro, y tras besarlo en las mejillas
este lo hizo dar volteretas por el aire mientras su hijo reía a carcajadas, la ternura de padre e hijo lo
dejó sin defensas, cuánto habían perdido todos.
__ ¿Y qué hiciste? _preguntó Gastón __. Tenía la mirada clavada en
la suya y la preocupación en los ojos café le resultó palpable.
Guillermo sintió otro vuelco en el corazón.
__Había una grieta enorme a la altura de mis hombros _ contestó__,
así que metí el brazo, con el codo por delante y clavé la punta de las botas en
la roca para frenar la caída. Descubrí que podía apoyar casi todo el peso del
cuerpo en ese brazo, pero dolía horrores. Después, me dediqué a poner verde a
tu hermano.
__Así que ya sabes dónde aprendió mi niño todas esas palabrotas _añadió Mirna con una carcajada.
__Podrías haberte matado. __ Gastón lo miró con los ojos como
platos.
Cada vez que lo miraba con esa expresión tan dulce en los ojos,
quería abrazarlo y perderse en esa ternura. Dado que los padres de ambos y sus
hijos, estaban sentados a la mesa, tendría que reservarlo para después, cuando
estuvieran a solas. Cuando pudiera arrastrarlo hacia el dormitorio, cerrar la
puerta y enseñarle lo mucho que significaba para él tenerlo en su casa, en la casa
de los dos.
__Claro, díganle a Agustín _replicó en un intento por desterrar
esa fantasía de sus pensamientos, desde que había regresado nunca se saciaba de
él__. Estuvo a punto de darle un infarto hasta que conseguí llegar a la cima, aunque fue lo más
precioso del mundo.
__ ¿Tú sabes escalar como el tío? _preguntó Malena con cautela
dirigiendo la mirada a su papi.
__Casi tan bien, sí, aunque creo hace mucho que no lo hago, bueno ya sabes no recuerdo cuándo lo
hice por última vez _respondió Gastón emocionado.
Alberto Beggio apoyó un codo sobre la mesa.
__Si te lo cuenta tu hermano, el acantilado no era tan alto.
Guillermo solo se habría partido una pierna, tal vez dos por la caída, y sí que
Pedro sabe escalar, Malenita, de pequeños lo hacían juntos.
__Muchas gracias suegro _le dijo Guillermo.
Se escucharon unas risas alrededor de la mesa. El teléfono sonó y
Malena se levantó como un relámpago a contestar.
__Creo esa fue la última vez que fuiste de escalada con Agustín _terció
el padre de Guillermo al tiempo que acariciaba la espalda de Bruno ahora en sus
brazos, dormido contra su pecho.
__ ¿Qué quieres decir con eso de “con Agustín?” _Guillermo cruzó
los brazos por delante del cuerpo__. Fue la última vez que fui de escalada y
punto.
__Prefiero que tengas los dos pies en la tierra de todas maneras _dijo
Mirna besando a su hijo.
__ ¿Papá? __Malena entró de nuevo en el comedor con el teléfono
inalámbrico_. Es el tío.
__Hablando del rey de Roma _masculló Guillermo, intentando
disimular el pánico, al tiempo que soltaba la servilleta en la mesa y se ponía
de pie, seguido por la mirada de todos.
La conversación cesó a su espalda.
__Hola _ dijo Guillermo al aparato. _ ¿Dónde estás?
__Gaby y yo estamos en Canadá, en la ciudad de Vancouver.
Guillermo tensó la mandíbula, apretó los dientes, miró a Pedro y
después se dirigió a la cocina. Una vez
allí, enfiló el pasillo hacia su despacho y cerró la puerta.
__Mira que le dije que no fuera allí.
__Guille, no me hace caso a mí, ¿por qué piensas que te lo iba a
hacer a ti?
__Porque la conozco como a una hermana.
Mientras se sentaba en el sillón que estaba frente a su escritorio
exhalando en un suspiro el aire que estaba reteniendo, escuchó la voz de Gaby
de fondo y el siseo de su cuñado.
__Dile que deje de distraerte con malas artes para que puedas
explicarme por qué están allí.
Se escuchó un intercambio de palabras que no captó, antes de que
la voz de Agustín se escuchara de nuevo con más fuerza.
__Hemos encontrado Orestes Moravia. El forense dice que lleva
muerto unos tres días.
Guillermo cerró los ojos, apretó los párpados.
__! Me cago en la puta! ¿Qué es esto Agustín? Camila, Olazábal,
los pacientes de la clínica, Nancy y ahora Moravia, todos relacionados con
Pedro, todos muertos y él en la lista… marcado.
Levantó la cabeza de golpe al oír que se abría la puerta del
despacho, los ojos de Pedro estaban descansando su dolor en los suyos,
escocidos, no obstante entró y cerró la puerta.
__Pon el manos libres.
No. No quería que escuchara eso en ese momento. No cuando al fin
estaba perdiendo la expresión atormentada. Al ver que soltaba el aire pero no
ponía el manos libres, Gastón se acercó a él e hizo el además de arrebatarle el
teléfono.
A regañadientes, pulsó el botón.
__Agustín, voy a poner el manos libres, Pedro está aquí.
__ ¿Qué pasa? __ Se apoyó en el escritorio de Guillermo.
__Hemos encontrado a Orestes Moravia en Canadá, no lejos del
instituto de Investigaciones del que hablaba el artículo _repitió Agustín.
__ ¿Y?
_Y está muerto, lo siento hermano.
_Y está muerto, lo siento hermano.
Los ojos de Pedro se oscurecieron. Y se quedó blanco. Guillermo le
dio un apretón en el muslo.
__ ¿La policía tiene alguna idea de lo que le ha pasado?
__No _ contestó Agustín__. Parece que le dieron un golpe en la
cabeza con algo, pero todavía no han dicho cuál es la causa de muerte. Los
resultados de la autopsia no estarán hasta mañana.
Gastón enterró la cabeza entre las manos.
__ También parece que solo llevaba unos días en Vancouver. Todavía
no había deshecho la maleta y el pasaporte indica que pasó por aduanas y
migraciones hace poco. __Agustín hizo una pausa__. Guille, tenía un ejemplar de
un periódico de Seattle que llevaba una foto de la conferencia de prensa de
ustedes en primera plana.
__Mierda _masculló Guillermo.
__Pedro, ¿sabías que tuviera una casa acá? Digo, ¿recuerdas algo?
__No, en absoluto, creí que era juez en Argentina y que tenía
propiedades en Chile.
__También tenía documentos acerca de una empresa farmacéutica
canadiense. Gray no sé qué. Gaby está intentando engatusar a los detectives
para que compartan información con ella. Es como un perro con un hueso.
Guillermo se pellizcó el puente de la nariz y luchó contra la
frustración. Y contra el miedo.
__Quiero que salgan de Vancouver, ya Agustín, si Gaby se resiste,
duérmela.
__Deberíamos volver en el vuelo que sale esta noche. La policía
quiere hacernos unas cuantas preguntas más, pero quería avisarles.
__Gracias –dijo Guillermo__. Tengan mucho cuidado a la vuelta y
por nada pierdan ese vuelo.
__Lo tendremos. Te llamaré cuando sepamos más.
La llamada se cortó. Sin esperar respuesta, Guillermo se puso de
pie y abrazó con fuerza a Pedro. Sentía la tensión que lo invadía. Pedro le
enterró la cara en el pecho, sólido, fuerte, solo en él se sentía seguro, a
salvo, y le aferró los bíceps. Le ardió la piel por el contacto y se moría por
alejarlo de todas su preocupaciones.
__Guille, los estoy poniendo en riego, a ti, a los chicos, vendrán
por mí, me quieren a mí.
__No digas tonterías, nadie te sacará de acá, nos mantendremos
todos juntos. Te protegeré, a vos, a todos.
Pero no sabía si podía
hacerlo.
Apoyó la cabeza en su coronilla y cerró los ojos dejándose
envolver por su aroma. ¿Cómo podía explicarle todo ese asunto si ni siquiera
sabía qué estaba pasando en realidad? Si ni siquiera sabía quién estaba detrás
de todo. Si Pedro supiera lo que él sospechaba, posiblemente saldría corriendo.
Y eso no podía permitírselo. No hasta que no supiera lo que en verdad sentía
por él.
Su relación se estaba estrechando. Él sentía algo, algo que
Guillermo esperaba que fuese amor.
Tenía que contarle lo que sabía, y pronto, pero todavía no podía
arriesgarse. Además, antes quería encontrar algunas respuestas.
__Ya no quiero saber la verdad.
Su vos amortiguada se le clavó en el pecho.
__No voy a permitir que te hagan daño.
Pedro se apartó de sus brazos.
__Nunca me cayó bien. Moravia nunca fue amable con Bruno porque
sabía que no era su nieto, al fin lo entiendo. Pero aun sabiendo que ha tenido
algo que ver en todo esto, no le deseaba la muerte. __Se le quebró la voz__. No
lo desearía la muerte a nadie.
__Lo sé. _Le tomó la mano__. No es culpa tuya. __En el fondo de su
alma, le suplicó a Dios que tampoco fuera culpa suya.
__Tengo que irme.
Lo sujetó con más fuerza.
__Ni loco.
__No quiero que te pase algo por mi culpa, o peor, a Fabián o a
Malena, que les pase algo a los niños.
Guillermo sintió un nudo que como un puño le apretaba el pecho. No
sabía lo que le pasaría si volviera a perderlo.
__Si te alejas de mí ahora, te perseguiré y te traeré de vuelta.
Lo vio cerrar los ojos.
__Esto no va a salir bien en la vida Guille.
__Ni se te ocurra venirme con esas otra vez.
-No sé qué pensar de ti, no sé qué sentir por ti. Cuando estoy
contigo es como si te conociera de toda la vida, como si hubiera nacido para
estar a tu lado. Después, se impone la realidad y me doy cuenta de lo ridícula
que es la situación, hace pocos días, ni siquiera soportabas estar en la misma
habitación que yo.
Guillermo le tomó la otra mano, entrelazando sus dedos, y lo
obligó a mirarlo a la cara de nuevo.
__Eso no es verdad. Quería estar tan cerca de vos que me dolía,
pero no sabía cómo llegar hasta allí.
Cuando la expresión en los ojos de Pedro se suavizó, se acercó a
él.
__ Me conoces. Tu cuerpo me conoce. Tu corazón me conoce. Solo tu
cabeza se empeña en ser terca. Siempre ha sido así__añadió con un deje
juguetón__. No es una novedad.
El cuerpo de Pedro se estremeció bajo sus caricias. Le rozó la
sien con los labios, y el aliento le calentó la piel. Pedro no tenía ni idea de
lo que sería capaz de hacer por él.
__Todo esto va demasiado rápido. No sé cómo controlarlo. Estoy
asustado __susurró Pedro.
_Asustado, es bueno. Eso quiere decir que lo que sientes es real. Que
hay esperanza. __Guillermo le rodeó la cintura con los brazos, sintió los
pezones contra su torso y la curva de sus caderas contra las suyas.
__Nunca has podido controlarlo. Ni yo tampoco. Lo que está pasando
entre nosotros comenzó hace mucho tiempo. No puedes impedirlo, de la misma
manera que yo tampoco puedo hacerlo.
Después de que Pedro le clavara los dedos en los hombros, se
acercó a él y lo besó. El gemido que se escapó en la exhalación de sus labios
hizo que el estómago se le encogiera y le dio alas a su corazón. No quería
plantearle siquiera la posibilidad de dejarlo marchar hasta saber si lo quería
aunque fuera una mínima parte de lo que él lo amaba.
Y cuando eso sucediera, esperaba que nunca quisiera marcharse. Pasara
lo que pasase.
Las primeras luces del alba
se filtraron por la ventana abierta. Las cortinas, de un azul muy claro, se
agitaban por la brisa. Pedro se frotó los ojos soñolientos y los entreabrió
para mirar el reloj. Al ver los números, se sentó de golpe, parpadeó dos veces
y pasó por encima de Guillermo en busca de su bata, que había dejado tirada en
su lado de la cama la noche anterior.
Guillermo rodó sobre el colchón y lo atrapó con su musculoso
brazo.
__No te vayas _protestó.
Pedro se zafó de su brazo y se puso la bata de seda.
__Dijiste que me despertarías antes de que amaneciera.
Una sonrisa traviesa apareció en su cara.
__Pedro, sos mi esposo, y estabas demasiado tranquilo como para
despertarte. __Se apoyó en los codos__. Vuelve a la cama.
__Ni de coña, imbécil. __ Se ciñó la bata a la cintura.
Guillermo se incorporó de la cama y lo atrapó por las caderas
antes de que él pudiera escabullirse. Tras acariciarle el abdomen con la nariz,
le soltó el nudo de la bata con los dientes.
__Para ya. Tengo que volver a mi dormitorio antes de que se
despierte alguien.
__A nuestros padres les dará igual.
Se apartó de sus brazos. No sabía por qué había sugerido siquiera
que sus padres se quedaran en su casa. Se había comportado como un idiota en
pleno calentón al escabullirse hasta su dormitorio en mitad de la noche con la
casa llena.
__No quiero que piensen que soy un descarriado.
Con una carcajada, Guillermo lo siguió y apoyó una mano en la
puerta cuando él intentó abrirla.
__No eres un descarriado. Eres mi hombre, mi esposo y amante.
Sintió un cosquilleo en la piel y se volvió hacia él, atrapado
entre su cuerpo tan viril, y tan desnudo, por delante, y la dura madera de la
puerta por detrás. Se estremeció cuando Guillermo le rozó la oreja con los
labios. Unas sensaciones electrizantes lo recorrieron de los pies a la cabeza y
pulsaron en su ingle. Era inútil razonar cuando él tenía esa expresión en sus
ojos. Tragó saliva con fuerza para reprimir el deseo.
__Vale, pues no quiero que Malena sepa que he pasado aquí toda la
noche. Ya le caigo mal. Esto no mejorará la situación.
Guillermo le rodeó la cintura con un brazo y lo pegó contra la
puerta. Sintió su erección allí donde le tocaba el cuerpo y en respuesta todos
sus músculos se tensaron de emoción.
__Va a tener que acostumbrarse.
Cerró los ojos cuando Guillermo empezó a mordisquearle el cuello.
Ay, Dios. Se seguía así, no se iría nunca. Se moría por dejar que lo llevara de
vuelta a la cama y por repetir todo y cada una de las cosas tan eróticas,
increíbles y sensuales que habían hecho el día y la noche anterior.
Pero no podía. Porque había demasiado en juego a plena luz del día
con la casa tan llena de gente, y porque en verdad lo consumían los celos,
debía a cada rato desalojar imágenes de él con otros hombres, con las mismas
expresiones en el éxtasis, haciendo las mismas cosas, y le torturaban de día y
de noche, era la primera vez que conocía esa sensación.
Inspiró hondo, le colocó
las manos en el pecho y empujó. Él retrocedió un paso y Pedro aprovechó el
momento para abrir la puerta antes de que pudiera impedírselo.
__Hasta luego, Graziani.
Su irónica carcajada lo siguió por el pasillo.
La puerta situada en otro extremo del pasillo se abrió. Se le
llenó la frente de sudor. Estaba atrapado sin tener dónde esconderse.
Miró la puerta cerrada del dormitorio de Guillermo.
Ante todo perdón queridas, estuve diez días sin internet pero no sin escribir, subo cinco ficciones. Besos a todas.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA
REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Me habías asustado Eve, pero me alegra saber que estás bien...Por cierto parece que estuviste escribiendo mucho... Dame tiempo, igual sabés que siempre llego y leo todas tus hermosas historias...Qué decirte de No soy yo, bellísimo siempre el amor de Guillermo y Pedro, lo que la mente tal vez no vuelva a recordar la memoria del cuerpo no pudo ni podrá olvidar nunca...Son dos personas unidas por un único y verdadero amor...Besos Eve...
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Muy lindo Eve Monica MarzettiMarzetti....aunque yo que Pedro me quedaba en el cuarto con Guille . ... es todo un fuego
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