sábado, 15 de junio de 2019

NO SOY YO. CAPÍTULO VEINTISIETE


NO SOY YO.
CAPÍTULO VEINTISIETE.
"Y para los amantes su amor podrá ser un delito...
pero nunca un pecado". José Ángel Buesa.

Soy


Soy el que sabe que no es menos vano
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,
del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.


_Estoy tentado a comerte de improviso la boca y aun cuando de ella esté bebiendo separarme, para que aún entreabiertas queden deseosas, sedientas las bocas y mojados los labios con la saliva de amor  goteando por la comisura.
Tengo la tentación de que domines mi concentración, entregado, sumiso a tu sed de pasión, dejar que destroces mis vestiduras y tus uñas rasguen mi piel para que tus caricias y tus besos me lleguen al alma y de ella allí te apoderes.
Tentación de jugar con tu fuego, a que me quemo o me incendio, a que ardo al respirar tu aliento, mas de tu garganta no ceso de beber,  pues tu humedad es el combustible que alimenta mis deseos, y dentro de ti me dejo consumir en tu infierno.
Tengo la tentación de  consumirte distraído, ausente y frío, sin que tu piel se desnude, y sientas que con un beso, con una caricia te hago el amor por dentro, o devorarte ardiente, mojado, delirante de placer, insaciables tus labios se ahoguen en los míos y desesperado tu cuerpo se funda en una sola humedad, al mío.
Liberar ante ti, con una mirada, con un gesto, con tan solo un te amo, esta contenida tentación por amarte, por hacer nacer y morir mis besos  en aquellos lugares ocultos de tu piel, desata la tentación de mis manos, por llenar de caricias nuevas esos lugares húmedos y prohibidos de tu cuerpo. Que seas destino de esta loca tentación  por adorarte y devorarte, por abrigarte y consolarte, tentación de provocar tu enfado y el estallido de tu risa, de provocarte un instante de silencio y un tiempo inagotable de gemidos… tentación contenida y loca tengo por amarte.
Te busco en los bolsillos vacíos de mi alma, perdido y solitario busco la forma de enredarme contigo, tu imagen en mis sueños es tangible,  eres tan real, estás sereno,  me miras sin miedos, me das tus manos y te acercas a mis labios que tiemblan como niño enamorado, me pides a gritos en el silencio de la noche que nunca deje de amarte, que no cuente las horas ni los días de soledad, que deje mis palabras escritas para que la noche se duerma, y el desasosiego que te inunda encuentre la paz.
Te esperaré vida mía con el alma desnuda, viajaré entre pensamientos enamorados donde me enredo perdidamente en ti, me apetece dar un paseo por los caminos de tu piel, te aseguro amor mío que dibujaría mil mundos de libertad en tu piel para soñar, te acariciaré muy despacio y me enredaré entre tus brazos, me pasearé por tus ojos donde me alimento, te dejaré sensaciones donde sentirás que el tiempo se detiene en el punto exacto antes de tropezarte con mis ojos donde escrito llevo cuánto te amo. El amor duerme no desaparece, solo se esconde detrás de los sueños, se esconde por miedo a perderse en mis ojos, nuestro amor vida mía no necesita de permisos, ni perdones, ni penitencias, es nacido de noches de soledades, de amaneceres dormidos, de cielos azules sin soles que lo iluminen, de sueños sin destinatario, pero el destino sí se ha permitido sin pedir permiso escribir esta historia de amor soñado.
Mientras, en mi día a día, mi mente se duerme esparciendo sueños en el aire  que se convierten en suspiros y palabras desnudas al viento, dejándose mecer por el vaivén de un sueño enamorado con la esperanza de que esta noche te acerques sigilosamente como amante enamorado para no despertar la noche, para hacerme entrega de las mieles que mi piel reclama, acomódate en mis brazos vida mía, mientras un beso robado iniciará nuestro sueño.
Te amo amor, te amo.
-Respiro la humedad de tu cuerpo, me bebo el aire de tu aliento, me maravillo con el contorno de tu cuerpo que la luna con su suave luz dibuja para mí en esta tibia penumbra, nos dejamos atrapar por este aire de deseos que ese brillo desata en los sentidos, poco a poco voy perdiendo la razón, solo sé que debo perderme en tu esencia.
Se calla mi consciente, en el océano de tu amor me encuentro sumergido, al momento de cerrar los ojos millones de estrellas parecen iluminar los sentidos y guían tus labios a los míos, guían mis manos hacia tu cuerpo y nos confundimos en una sola silueta ante la luz nocturna.
Se calla todo alrededor, la luna en la ventana parece husmear nuestro momento, la tina casi por rebalsar de pasión,  el agua que parece hervir por el fuego que se despierta en los cuerpos, las olas de espuma y deseos esconden lo íntimo de los cuerpos, solo nosotros sentimos lo que allí está ocurriendo.
Recorro los confines de tu boca… insaciables nos bebemos de deseos, ahogamos las ansias, acallamos con gemidos el sonido de la noche y el vaivén del agua que en nuestras orillas golpea agitada,  incita a que entre nosotros navegue el amor y entre los cuerpos se desate la tormenta de pasión.
Se entrelazan tus piernas en mis caderas, la humedad de la pasión que nos arrastra al delirio se confunde con la espuma que suave se escurre por la desnuda piel, nos amarramos… mis brazos a tu cintura, tus brazos en mis muslos, navegamos en esta tormenta de amor que desatamos y con la luna de testigo, bebiéndonos el último gemido, sellamos ante ella nuestro pacto de amor eterno.
_Hoy quiero amarte y ver más allá de tus ojos, besar tu boca intensamente y así robarte hasta el aliento. Hoy quiero amarte y sentir en mis labios cómo se va erizando tu piel cuando te recorro bebiendo el néctar  de tu cuerpo, por eso amor, quiero amarte  sin cordura, haciéndote lentamente mío y seguir descendiendo hasta lo más profundo de tu ser y así sentir cómo nos fundimos en una entrega enardecida de pasión, hoy quiero amarte y así sentir los gemidos del placer, para que al fin podamos eternizar nuestros deseos, por eso amor mío, hoy solo quiero amarte, una y otra vez. Llueve, y miles de gotas se deslizan juguetonas sobre  los cristales de las ventanas mientras el sonido de la  lluvia y  su aroma lo envuelven  todo, yo estoy aún en mi cama y en mis pensamientos solo tú deambulas, entrecierro los ojos, te pienso, te respiro, te siento, te anhelo, y como por arte de magia siento tu respiración, tu aroma, el candor de tu cuerpo y cómo mis labios comienzan con mis besos a vestir tu desnudez, besos que discurren su camino excitando, estremeciendo y erizando tu piel. Lentamente me hallo bebiéndote, saciando mi deseo de ti, navego entre tus piernas en busca de tu fuente de placer, mas de repente un rayo impacta y acto seguido se escucha la explosión de un trueno que por años me atrajo a una realidad cruel, a amargos momentos de soledad que hoy llenas en alma y cuerpo. Porque tú y yo no necesitamos otro abrigo que no sean nuestras pieles amándose, fundiéndose, porque no somos otra cosa que bocas hambrientas uniéndose, que se besan con desesperación de años de espera, dos cuerpos amoldados que reaccionan sin control y se transforman en uno, que se dan calor, fuego y pasión, dos amantes que van más allá del deseo.
--A veces te amo y otras veces te olvido. A veces te extraño y otras veces te dejo ir. A veces te deseo y otras veces no quiero ni verte. A veces te amo y otras veces dejo de amarte. A veces quiero estar contigo y otras veces quiero irme de ti. A veces me caes bien y otras veces me caes muy mal. A veces te deseo y otras veces me eres indiferente. A veces eres el amor de mi vida y otras veces solo un recuerdo. A veces no me quiero ir de tu lado y otras veces no quiero volver a verte. A veces no puedo vivir sin ti y otras veces soy más feliz sin ti. A veces eres tan mío y yo tan tuyo y otras ni tú eres mío ni yo soy tuyo. A veces no quisiera recordar que te amé. Y otras veces... ¡Ya no sé qué quisiera, si amarte u olvidarte! A veces no quisiera dejarte ir nunca _ musitó Pedro clavando la mirada en las manos para no hallar los ojos.
__Lo entiendo y es normal todavía. Yo disiparé esas dudas amorcito y seré tu sanador, solo yo.

Me saciaba del panal, la miel goteaba por mi barba y miles de estrellas en pura sepia recorrían mi ser con suavidad. No lo ibas a permitir y la orden fue dada, millares de obreras escribieron amor con sus aguijones en mi torso desnudo. El dolor era precioso y te miré, desafiante y confiado. La pantera, negra como una noche de miedo, abanicó dos veces hundiendo sus garras hasta tocar mi candor. No soporté más y caí rendido en tu regazo. Retrajiste tus garras y lo vi. Acariciaste mi cabeza como una leona con cachorros. Suspiré abatido, sin aliento. Te llenaste de rayas y el profundo gruñido, alzaste la cabeza acechando. Fui tu presa una y otra vez.
 “He volado a las ruinas del tiempo para recordar un amor perdido que aunque lejos, en mi cabeza es un iceberg encallado porque lo bueno perdura en el pensamiento.
Su partida  me dolió; no sacarlo de mi corazón y mente más, porque demostré ser inmaduro y débil ante el amor que no vuelve.
¡No me detengas! -me dijo.
Está bien, lo acepto porque sé que tu partida es irremediable, así que adiós, espérame al final del camino que tu amor será mi luz y mi guía -le dije entre sollozos, y me di media vuelta para contemplar mi camino que contemplaba nublado por las lágrimas.
Desde entonces, he tratado de rehacer mi vida, pero él sigue latente y me niego a adentrarme solo a la mar para seguir mi aventura
¿Será mi orfandad la que me apegó a vos, porque en vos sentía esa protección?
Mi mundo se acabó donde comenzaba el tuyo, había llegado tu hora de partir y yo egoísta sentía miedo a verme en el purgatorio.
Caminar lejos de vos en un mundo de desamor me hacía sentirme tan frágil, que pude ver un mundo de hienas donde los vivos parecen muertos y los muertos allí presentes; eran fantasmas amigos e inofensivos ante la crueldad humana.
Y pocos veían la realidad porque el sexto sentido estaba muerto a causa del desenfreno a que llegaron los adormecidos zombis.
Algo parecido al cordón umbilical nos ha unido en la distancia, y me siento como un niño huérfano y a la deriva; mi corazón gime y solo después de tanto sufrimiento llego al consuelo cuando me quedo dormido y nos reencontramos; mi mundo es diferente al tuyo y deseo encajar porque abrir los ojos me cuesta ante la verdad.
Él me abraza, y le escucho decir: como tú no me dejas partir en paz, me veo en la obligación de decirte, que nuestro encuentro está cerca: ¡hoy llevarás las últimas flores a mi tumba!”
-- Eso soñé un día y lo escribí, y aunque no me lo creas, apareciste en la puerta, Pedro, porque en verdad pienso que no soportaba un día más sin vos--- .Que se apaguen los mundos, que hablen las lunas de los amores prohibidos, que me traigan los mares tus besos, que la noche me traiga ya los sueños, porque ya mi alma está desbordada de ansias de amarte vida mía, sabes que en cada trazo de mis letras y a través de mi desvelo llego a vos, y me instalo ahí donde desde lejos me miras y me acaricias con tu sonrisa, siento que cada mirada dice mi nombre bajo esta oscuridad de la noche que agita mi piel,  porque atrapado me siento en tus ojos, vos, vida mía, sos la sombra que eleva mis sentidos, llevándome a ese oasis deseado de tus labios.
Ahora amor mío me instalaré con el sosiego que me permita mi mente, y ahí estaré a la espera de tu llegada, porque sé que no me dejarás solo esta noche, lo sé, porque este sentimiento enamorado me dice que tu alma necesita alimentarse de mí.
--Como ya es costumbre en mí, ayer lo distinguí entre la multitud. Confundido entre
la gente, lo seguí, camuflado en la inútil decoración urbana. Caminé tras de usted en esa distancia prudencial  que me permitía saborear su perfume. Lo seguí entre escaparates
admirando su reflejo, subió a un autobús completo de soledades, sentado entre el paisaje
de la calle, y la tristeza de la multitud. Tierno, les  sonrió a un bebé y a una triste anciana
cediéndole el asiento. Descendió, tres paradas después caminando calle abajo. Depositó su mano en otra mano, las lágrimas de unas monedas, y una sonrisa más triste que humana.
Sentado en la terraza de un café, observé la privacidad de su lectura y su silencio, mientras yo tomaba el café de su imagen en la lectura de su vida, en el silencio de su respirar.
Acarició a un perro que como yo, fue tras de usted a la mínima caricia, más despreciado que abandonado más humano que salvaje. Siguió, calle abajo hasta detenerse  ante los cristales
de mi ventana. Miró hacia atrás, como buscando mi presencia, sonrió, pícaro, seguro hasta la esquina  donde usted  busca mi sombra. Y allí, en esa esquina donde usted se extingue,
dejó caer de sus labios un beso y una sonrisa. Mi sombra, aún se arrastra en el charco oscuro
de su beso.
--El tiempo se detuvo en tus labios, pensamientos vivos no existieron en ese momento pues nos domina el corazón con un amor mudo. Los labios solo unidos en ese beso volvieron a vivir, beso que nutre a nuestra boca con ese  candente manjar embebido de nuestro amor. Las manos sabían desde siempre cómo caminar los senderos por los cuerpos… cuerpos ya conocidos,  caricias de memoria sabidas dónde anidar y ser sembradas para erizar la piel.
Tus labios en mi boca… apasionado delirio que me excita… tu amor que me posee y crea la ilusión que te dominó, pero tú,  hombre de mi carne sabes que me  tienes donde quieres pase el tiempo que pase.
Mi mano siente y reconoce la piel madura pero tersa, suave de tu espalda, resbalo, como un torrente de caricias que en tu espalda halla el cauce que lo hace descender hasta tu final oculto.  Dominas mi momento, en todos los instantes me atrapas en ti, bebedor de tus gemidos, delirio  y apetencia, grabas tu nombre en mi piel con el fuego de pasión y te haces dueño y señor de mi amor.
Eternos se hacen estos segundos y minutos en que te adueñas de mis pensamientos y de mi concentración. En tu belleza absorto me pierdo, y encandilada se encuentra mi alma por este amor que ha nublado la razón. Inmutable tú, ajeno a mis locas ideas que por amarte dan vuelta incontrolables en mi cabeza cual torbellino. Quiero con un beso imprevisto adueñarme en este instante de tu atención y quizá sea la excusa perfecta para robarte tu momento.
Me sabes presente junto a ti, mas ignoras que sin palabras, mi mirada y mis sentidos en silencio discurren escribiendo mi amor por tu piel. No hace falta te denude para sentir el aroma y perfume de tu cuerpo y nutrirme, envenenarme de amor al recorrerlo. Para ti imperceptibles, mis labios colmados de ansias por besarte se humedecen, estallan mis callados besos por el aire arrastrados hacia puntos estratégicos y notas de tu cuerpo solo conocidos por mí, donde mi mirada enamorada se fija. Las palabras desaparecen,  solo en mí desean hablar los sentimientos, y así, sumido en tu momento, mientras la razón me es ajena  sientas que en silencio y en secreto, le hago el amor a tu alma.
__Quisiera tener el tiempo para oír todo de tus labios, la historia real de la vida que me quitaron, porque lo que mi mente conoce son solo mentiras, apenas tengo recuerdos de pocos años, y en ellos el nene es lo único verdadero __  susurró Pedro.

__ No sabes cómo lo siento amor mío, lo siento, nunca debí dejarte solo en ese aeropuerto, ni siquiera hoy logro entender qué sucedió, cómo te sacaron de allí _ musitó Guillermo dejando un rastro húmedo de besos en los párpados, en la nariz, en los labios, en el cuello __. Daría mi vida por…

__Shhh. No vuelvas a repetirlo, tu vida es la mía,  tú eres mi vida, y esa vida es todo y lo único que necesito, nos bastamos el uno al otro, si no obtengo todas las respuestas quizá ni siquiera importe.
__En esta noche hermosa donde brilla una luna dorada con más intensidad y las olas brillan al ir y venir, acariciando con su espuma nuestros pies, te miro a los ojos, esos ojos de niño pícaro que me atraviesan aunque sos todo un hombre, te tomo entre mis brazos, beso tus labios y siento cómo nuestros corazones parecen estallar y cómo la pasión va en aumento como lo sentí cuando nos amamos la primera vez, y no importa nada más que cuidarte de quien sea que aún desee hacernos daño. Ven… que te espero en el mismo sueño que tengo todas las noches desde que te conocí, ven y envuelve mi piel con la tuya, esa piel que me estremece al contacto,  que es mi agonía donde quiero sucumbir, ven y déjame besar tus labios de fuego, los mismos que me han seducido y transformado en prisionero de ellos, ven que hoy desperté con un susurro entre mis labios del cual sos el protagonista, ven que quiero volver a dormir porque solo en mis sueños puedo tenerte otra vez, me dije por años precioso. Hoy quiero amarte de verdad, ver más allá de tus ojos, besarte intensamente en la boca y así robarte hasta el aliento, quiero amarte y sentir en mis labios cómo se va erizando tu piel cuando te recorro bebiendo el néctar de tu cuerpo, por eso amor, quiero amarte sin cordura haciéndote lentamente mío y seguir descendiendo hasta lo más profundo de tu ser y así sentir cómo nos fundimos, en una entrega enardecida de pasión. Hoy quiero amarte y así sentir los gemidos del placer, para que al fin podamos eternizar nuestros deseos, por eso, hoy, solo quiero amarte una y otra vez. Soy yo y solo yo ese deseo oculto que te acompaña cada noche, ese beso que aún se encuentra grabado a fuego en tus labios, esos labios que llevaron frescura a tu piel ardiente, esa boca que ha bebido todo el elixir que brota de tu cuerpo, esas manos y esos dedos que te han recorrido, hurgado y que han descubierto cada sitio de tu cuerpo, al que le has regalado la esencia y el aroma de tu desnudez, soy ese hombre que ha hecho realidad tus deseos más ocultos, el que te ha amado y el que te ha hecho suyo,  cada uno de tus espasmos, temblores y escalofríos, soy yo, ese mismo que te ha hecho el amor de mil maneras distintas, ese amante que jamás podrás olvidar en piel y alma, ese soy yo Pedro.
 Cómo olvidarme de nuestras noches de pasión, cuando mis labios besan los tuyos, para luego comenzar a recorrerte mientras tú empiezas a excitarte y el fuego crece en tu cuerpo vibrante, cómo olvidar tu voz confesando tus deseos morbosos y tus pupilas rogándome que yo sea el dueño absoluto de tu cuerpo, cómo olvidar tus gemidos y sollozos si fueron y son erótica melodía que acompaña mis desquiciados deseos, pero cómo olvidar el gozo que sentí aquella noche, en que fuiste mi lúbrica posesión, aunque fueron tus manos las que todo condujeron. Cómo olvidar  tu mirada ansiosa y tu expresión sensual, y ese instante que me di cuenta que yo tan solo fui  tu hoguera de pasión y tu templo.
__Y fuiste la calma precioso y fuiste tormentas y en las dos siempre te amé. En tus tormentas yo me sentía morir por su forma intempestiva de hacerse presentes, con apariencia de volverse sinfín,  inútilmente buscaba detenerle  con amor.  Quise detener con mis manos la fuerza de sus huracanes que se ahondaban en tu  pecho, y fue  en ese momento que yo percibí
que solo debía esperar,  que tarde o temprano todo vuelve a la calma. Porque no se trata de quién gana o quién pierde, porque cuando no razonas, cuando no te detienes, puedes lastimar a quien tanto amas porque se tatúan las palabras que hieren. Y es que en tus tormentas me sentía vulnerable, porque muchas veces me hacían naufragar, pero me alejé de aquella osadía.
Quería que supieras que era tanto mi amor para soportar cualquier tempestad. Cuando se desataba tu esencia voraz, cuando no medías ninguna consecuencia, fueron tantas veces que pude atacar pero no se puede calmar un huracán cuando se desboca, mejor hay que comprender su naturaleza. Y es que yo  te  amé  y te amo así como  sos con tu lado apacible y frecuentes tormentas, adoré la pasión de tus lados más tiernos, tu forma de amarme explosiva y sincera. Y es que en vos habitan cielos y tormentas, desiertos hostiles y prados hermosos pero cuando me amas tampoco te detienes, ¡vos sos mi pasión, mi vida, mi todo!
-En tu aposento he estado, tú,  mi secreto inconfesable, incauto te apoderaste de mí con tus besos, con tus caricias, con tus manos, inquietaste mi ser, me perdí en la locura de tu cuerpo, ese bálsamo tuyo que has dejado ya en los poros de mi piel, estupefacto me quedé ante tu pasión y deseo, torturándome ante tu esencia, tu presencia es inefable ya. Te extraño mi amante seductor, mi amor etéreo, eres mi realidad, mas oculto este terrible secreto, eres mi pecado, mi secreto absoluto, guardo silencio y callo este amor que me hace ilusionarme y  ya no me importa nada, y es que te llevo en mi corazón, me seduces  y me cautivas con tu mirar, cuando me besas no me dejas respirar, me tomas, me bebes,  me enloqueces, me haces el amor, tienes hambre de mí, y yo de ti. Te has hecho hábito en mi esencia  y quiero una noche de placer, pero no puedo quedarme en tus brazos, la noche se ha dicho que es para los amantes, pero no es cierto, porque nosotros dos nos pertenecemos de día, en esta luz del gran sol, me estrenas cada momento de luz y calor. Mi cuerpo grita y clama ámame, disfruta de mí, de mi piel, devórame completamente, embriágame de tu espíritu, de mi alma, ámame como una fiera, que quiero ser perpetuo en tu corazón, aunque sea irreverente ante los demás, quítame mis temores, quiero ser pecado, aunque me condenen, no me importa. Hagamos el amor en la alfombra, mezclándose nuestros aromas, nuestras pieles y cuerpos siendo solo uno, entrelazando nuestros cuerpos sensibles al tacto de tus manos y dedos,  fundirme en tu sexo es tan sublime. Contigo solo quiero entregarme, tu voz se me ha hecho costumbre, erizas mi piel, me sometes a tus ganas de quererme y me haces tan feliz, mi pecado serás tú, solo y  eternamente el amor eres tú.
_Los sentimientos me traicionan. Mis emociones son un caos. ¿Sabes por qué amor?
Porque el amor eres tú, cuando pienso en ti mi cama reclama tu ausencia, acariciar tu piel, besarte, tener tu cuerpo, abrigarme con él, es el dulce deseo de despertar en tus brazos, de amarte como nadie, de que regreses siempre a mí, que nunca te olvides de esas noches inolvidables cuando la pasión era un volcán en erupción, y cada vez pido que seas mío, que no tengas miedo de sentir, que me digas tus fantasías, que me dejes entrar a tus adentros,  derecho tengo a ser feliz,  cuando pienso en ti, se acelera mi respiración, se agita mi corazón y te amo más, y quiero hacerte el amor con gran intensidad buscando tus labios, el sabor a dulce miel, quiero hacerte mil veces el amor, con malicia, deseando ser tuyo, deseando
ser amado y deseado siempre por ti, eres mi realidad, no un sueño nada más, quiero mil amaneceres contigo despertar  en tu regazo,  desaparecer tus dudas, que estés en mis pensamientos, que tu alma y mi alma se desnuden en un solo acto, haciendo el amor perfecto, con nuestros defectos y  virtudes. Quiero siempre tu aroma en mi piel, en mi cuarto, en mi cama,  solo por el placer de tenerte tan cerca de mí. Porque el amor eres tú, tú que le das
alegría a mi existir... Siente mis manos deslizarse por todo tu paraíso, por tu cuerpo  perfecto e imperfecto, tu cuerpo como un dios al que quiero  encontrar tus secretos, te quiero hacer mío todo, porque sé que temblarás cuando sientas mi piel en tu piel, y así entre besos y caricias,
y movimientos perfectos gritaremos de placer. Porque el amor eres tú y solo tú.
-Es música el sonido de tu voz que me arrulla, el toque de tus dedos son las notas que me acarician, es tu piel mojada sobre mi cuerpo saciando mi sed de tu amor y deseo. Quiero beber tu última gota, fundirme en tus labios consumiendo el sabor de tu piel, mientras nuestras almas se funden en el fuego de la pasión. Son tus besos mi delirio, dulce melodía en silencio recorriendo mi cuerpo, en ese respirar de suaves notas de amor y desenfreno. Mis besos son caricias en deseos de ardiente pasión, tocando tus cuerdas con mis dedos, los espacios de tu ser, que hoy me entregas en esta sinfonía de amor. Exploro tu cuerpo en cada centímetro de tu piel, descubriendo tus secretos, radiante zafiro que en tu brillo me convertiste. Son tus brazos mi prisión en donde quiero estar, sacudiendo mis temores de esta triste soledad. Tus gemidos son mis verbos, y eróticas las letras que yo te escribo. Porque en mis pensamientos estás presente y de tu amor jamás seré ausente. Entre las sábanas blancas, me perderé entre tus brazos en esta noche de estrellas brillantes adiamantadas. Entraré a tu corazón
como si fuese una tormenta, con mis miedos, las angustias  y esa sed de lucha que nunca me abandona. Caminaré sus latidos con mis ansias, las penumbras y los gritos de la noche que te nombran. ¡Es que no sé acceder tocando la puerta y pidiendo permiso!
Abordaré tus espacios emergentes  en la ontológica relación entre lo líquido y lo aéreo, pisando la tierra hasta perder el piso y flotar bajo tus aguas. ¡Quiero ser tu oxígeno! La vena inflamada que te arrasa, desnudarte de certezas y envolverte con mi alma.
Revolveré el armario donde escondes tus temores, removeré la pintura con la que has cubierto la escafandra que dé a tus lados vulnerables. Me sentaré en salón de tu pecho a escuchar cómo se aceleran tus pulsaciones y abrazaré al músculo que palpita en la rítmica danza de tus abismos. Morderé la roja membrana que te cubre y sorbo a sorbo, seré tu sangre y tu poema.
¡Atravesaré tu corazón sin consideraciones ni mesura!  como quien peca  sabiendo que jamás habrá de redimirse. Tomaré tu carne y será mío y ya dentro de ti, seré vida, muerte, pasión y dulce agonía.  ¡Entraré!
_Pedro mi amor, cuánto te añoré, cuánto me equivoqué, cuánto caminé sin ver, sin esperanza.
__Quiero saberlo todo de ti, no deseos secretos entre nosotros, Guille, cuéntame.
__ Olores de humedad, pubertad en los cristales rotos por el viento que trae deseos de placer en sus brisas, tiemblan las paredes vírgenes al encuentro de besos afrodisíacos,  que hacen estremecer sus firmes cimientos. Ojos en la oscuridad, miradas desgarradoras de un lado a otro, eres tú, viejo reloj, testigo en el camino de diversas historias que anclan en los recuerdos, afuera se escuchan ecos de voces que irrumpen como fantasmas en las calles donde el destino nos unió,  donde el silencio es cómplice de nuestro pecado, mientras tanto la antigua puerta rechina al moverse sin poder evitar el control de sus irónicas risas nerviosas al escuchar suspiros en los espacios de la noche, la lámpara en aquel rincón nos delataba al encender descontrolada por el instinto de ver las sombras de nuestras siluetas. ! Recuerdas aquella cama!, cómo olvidar a nuestra amiga inseparable, que lloraba pero de alegría, cuando protagonizábamos batallas encarnizadas por locuras de aquel divino amor,  ambos seduciéndonos,  unidos como agua y arena en un mar de pasiones provocando olas que ahogaban el dolor,  imponiendo la felicidad que existe en la libertad de dos almas que se aman a pesar de su majestad el implacable tiempo.
Hoy no llueve, la lámpara roja parece agacharse para mirar, para auscultar desde su altura, como un buscador ansioso, las razones de esta extraña forma de mirarte, ahora a mi alrededor flotan las formas de cientos de páginas, vuelan, pasan una tras otra recordándome momentos, segundos, horas, y todo parece retornar y agolparse en una esquina del cuarto, desde donde me miran parpadeando imágenes, fechas, ojos, rebotan –entre el ventilador y mi mente- los sueños ya vividos, las pizarras llenas de signos que fui descifrando con vos, carros, motos, que compartimos, avenidas que cruzamos, almuerzos, esa increíble sazón de tus besos que mezclabas con tus cosas, un trozo de hielo que se derretía entre tus labios, eternos, suaves, detallados con una frescura que nunca imaginé conocer, saborear, cincelados con arte antiguo, de caballero armado, como yo,  vos rey esperando mi ataque de rescate diario, repetido, rosa en mano; hoy no llueve, pero hay en el aire un aviso de lluvia tímido, huidizo, tal vez eres tú, anunciándome que vendrán otras lluvias conexas,  fuertes, comprensibles, que se cobijarán en los ojos, por cierto, que no es necesario ahuyentar, ya que son buenas, limpian heridas, sanan, y que nos van a unir en alguna parte del limbo, abrazados, temerosos del futuro, asustados, sin encontrar palabras de aliento, regulando emociones, apretando corazones, rompiendo espinas; si acaso no llueve, vas a inundarme de gratas sensaciones, seguro, llegarás desde todas partes invadiendo todo, las olas del mar, hoy, cuando el sonido de los grillos se aquiete, me remitirán cánticos, esas melodías que suelo captar y que pienso que son tuyas, siempre, y estaré bien, sigues igual, continúas enviándome gotas de tu amor, grande o pequeño, no importa, es tu forma de amar, eres tú, delgado, inmenso, ataviado de tules muy bellos, sembrado en la playa, bello, aletargado allí, sobre los años de mi ausencia, esperando despertar; hoy no llueve, no importa, yo lluevo para vos, te remito tempestades, millones de gotas que no dañan, te alivio el camino con frescura, te dibujo en el cielo, entre agua y nubes, dos palabras que rompen, detienen y arrasan -de un solo golpe- todo asomo de tristeza.
Esperando tu llegada se marchitó la flor mientras se evaporaba el perfume de tu esencia. Noches de insomnio con volátiles pensamientos volaron a través de los cristales y pasaron por los focos de mortecina luz que hacía del raro ambiente una noche de perros. La ciudad dormía plácidamente mientras allá en una humilde morada, un corazón sufría la derrota de los sentimientos en corazón enamorado. Y la ciudad y los perros solo eran escuchados como la tormenta en la distancia, mientras mi pensamiento y quizá  mi espíritu, lograban salir del cuerpo levitando,  para escapar y salir en tu búsqueda. Recorrí las calles desiertas hasta llegar a un lugar ávido de gente que nocturna pulula como muertos vivientes en los antros marginales del bajo mundo. Podía ver la maldad en los rostros amarillentos y consumidos por la droga que como demonios; deambulaba en manadas de arriba abajo en busca de posible presa en personas despistadas. ¿Y por qué llegué a aquel lugar que ya me era familiar? Quizá porque la última vez estaba vestido de rojo y solía ser mariposa nocturna que juega con candela en  los focos que arden y consumen a quien busca abrigarse en su calor. Yo fui nocturno por aquellos lugares, y aunque solo buscaba un amor perdido, hacía de detective de mi corazón y cazador de sentimientos ajenos.
Y allí estabas, mi amor,  radiante y como siempre; buscando la fogosidad de la noche, iluminado por un foco que te hacía ver pálido pero bello. Un chico de mal talante y cara de demonio, lo besó de repente y puso en su mano un arrugado billete; mi bella flor lo siguió y sin decirse nada, desaparecieron tras una puerta. Así mi ilusión también se esfumó por aquel mundo vacío, porque ya no había más que ilusiones muertas ante un color rojo que se perdió en la oscuridad de un mundo banal que solo vive el momento y respira desaliento.
Muerte, no cruces mi sendero que no busco tu abrazo; él está muerto para mí, tú sabes cómo abrazarlo, y  darle saludos de mi parte que yo te lo entrego a tus brazos porque los míos no abrazan cuerpos de corazón gélido, menos deseo perderme en su mundo de rosa con perfume que huele a formol y viste traje con etiqueta de medicina, casi legal.
__Guille, ¿qué dices?
__Que te busqué en antros y bares, en la noche y sus esquinas, que te vi en otros cuerpos y rostros, que caí en chicos de compañía en los que te veía, perdí la cordura, Pedro, porque te amé y te amo más allá del entendimiento, quiero pasar todo el tiempo con vos, estar para siempre a tu lado, que seas solo mío, que me arranques este dolor de años de ausencia, que Bruno logre superarlos y  Malena, que Fabián recupere la confianza, todo eso.
La pasión nos consume, ardemos en delirio, arrastran mis labios besos por tu cuello, llegando a tu pecho mi aliento despierta el sentir de tus pezones, por debajo de la piel el torrente de pasión esas cumbres invade y perfecta dureza logra provocar... Las ansias incontenibles de mi lengua la llevan a, suavemente acariciar, los gemidos de tu boca, melodía que excita los sentidos, movimientos rítmicos de tu cuerpo y el mío nos llevan al delirio, buscas con desesperación mi boca para ahogar tu grito, cuando sientes que dentro de vos me hundo y ya somos lo mismo, que uno empieza donde termina el otro y nada más importa.
Hoy te voy a escribir para que te acuerdes de mí antes que tu mirada me mire y no sepa qué decir si el sabor de tus labios que tan grato consumí quiere aplacar su pecado y  bendecir con mi boca. Con todo verbo dispuesto que consentí a tu mirar en esas caricias de noche que me serví  de tu piel  y prometí a cada poro de lo que jamás arrepentí si mi alma es quien bien sabe lo que viví con vos. Sí,  por ello veo todo más bello desde que te conocí culpándole a esa sonrisa que me animó a seguir si en un cielo de estrellas solo reconocí  ese brillo  y qué más pedir, si tengo ya menos que conseguir. Que me queda cerca el imperio que deseo invadir
con todo aquel buen cariño que un día malvendí,  por eso que llevo cuidado en lo que debo añadir que solo  puedo dar lo que aprendí. Y te diré lo que pienso,  solo fui feliz los segundos que a mi lado te sentí, que mi corazón está en venta y solo te sabe pedir táchame de loco si quieres pero me enamoré de vos. Lo sé desde ese primer beso y ese beso yo no lo di,
mis ojos ya te besaban desde el instante que te vi paseando en las llamas de la hoguera que prendí que no importó la brasa si a por más quemar volví.
__Ámame, amor así,  esta noche dejemos que el fuego de la pasión cubra nuestras pieles con el canto de la luna llena envolviéndonos en un solo ser.  Entreguémonos en besos y caricias en esta noche de amor derrochando del placer y la pasión, invitando a nuestros deseos a ser cómplices de nuestra hermosa unión. Hagamos fiesta entrelazando  nuestras miradas y viéndonos en el espejo de nuestras pieles.  Que me atrapen las redes de tus brazos, no pueda salir del barco de tus deseos incontrolables.  Hazme el amor con locura. Seremos como fieras salvajes perdidas en medio de la oscuridad  de la noche buscando un lugar donde refugiarnos para amarnos sin perjuicios,  que nos  haga llorar y gemir de satisfacción la pasión, explotar como volcanes en erupción calcinando nuestras  almas en esta hermosa noche juntos  tú y yo mi amor.
Miro tu belleza pura, reflejada en un horizonte azul. Te conozco y ya remueves mis esencias, con tan solo el placer de mirarte, allí apenas te descubrí sentí las ansias locas, apresuradas de enamorarte. Tu cuerpo bebe mi vida, tanto, que pierdo mi cordura por ti. Vivo el fuego fugaz de la miel de tus ojos, y sonríes jugando en la arena hombre que sometes mi vida al fuego de mi pasión que me condena. Tu boca de rosas, atrapa mis suspiros con tus besos. Y allí me condenas a amarte, en el delirio y la quimera de hacerte mío y revivo en ti  mis largos otoños en la perfumada primavera de tu vida.  Beso  el lunar de forma caprichosa tatuado en el comienzo de tu espalda. Mi boca acaricia las vértebras de tu columna hasta el delirio de tu cuello y busqué el rosedal ardiente de tu boca, para beberla toda, sin consuelo. Mordiéndome con tu boca, escribe en mi piel tus verbos. Las palomas de tus manos impúdicas abrevan los sabores de mi cuerpo y mi delirio provocas, como las llamas que aman las brisas, y el fuego.  Voy a desnudarte lentamente, y grabarte en mi lujuria. Tu piel de pétalos cubre mi cuerpo entre el delirio de los fuegos del amor mientras me entregas tus recónditos encantos. Eres mi sortilegio de amor, donde reviven mis otoños grises. Siento extasiado, el tibio y el dulce contacto de las huellas de tus besos  en un reguero de caricias lujuriosas en mi cuerpo y te amo con mis huesos. Ámame amor, quiero descubrir tus cosas escondidas. Voy a hacerte conocer el éxtasis del amor, estremecerte de pasión y vida y sentir el milagro hermoso y azul de los abismos de lujurias consentidas. Déjame ser la pasión que te domina.  Y sé tú, la lujuria que me provocas.

Es el beso cincelado sobre el lago de la boca, el  que devora talando su silencio.
¡Ese beso!
Supurando en la sangre el desmayo de los huesos, mutilando la conciencia tras el temblor de las sombras. Es la comparsa de sonidos en el cadalso de la premura, voz grabando guitarras tras paranoias efervescentes.  ¡El beso que no ha sido creado! Tormenta  incendiando horas bajo la vid de los labios, verbo transitando abismos desesperados, ese que todavía no has entregado. El nuevo, el exclusivo, el desgarrado, el de las gotas que vuelan, el épico en la epopeya de los ojos enlazados. Necesito el manjar rojo  del beso que se quema, atizando al ahogo del gemido cuando explota. ¡Ese es el beso que quiero! Derrámalo entre mi cuerpo… Lo beberé a sorbos lentos deleitándome despacio. ¡Quedémonos sin aliento! Succionemos todos los besos que hemos atesorado y si se trata de morir, agonicemos besándonos.

Canadá. Afueras de la ciudad de Vancouver.

__ Llevamos una hora dando vueltas, Gaby –se quejó Agustín desde el asiento del copiloto del todoterreno que ella había alquilado. Le dio la vuelta al mapa que llevaba en el regazo, leyó los carteles  que veía en la calle y volvió a mirar el mapa_. No tienes sentido de la orientación.

Gaby lo miró con cara de pocos amigos. Aún le costaba creer que Agustín hubiera cambiado sus planes de trabajar y que se hubiera sumado a ese viaje sin esperar  a ser invitado. No solo la estaba acompañando desde la convención, ahora mientras buscaban la casa de veraneo del juez Moravia, sino que también había esperado con paciencia a que ella terminase con sus compromisos en Seattle. Sin quejarse ni una sola vez. Sabía que se suponía que debía estar en el yacimiento del estrecho de la  Reina  Carlota, haciendo lo que fuera que hacían los ingenieros geólogos, pero cada vez que sacaba a colación el tema, él le daba largas y le decía que estaba donde se suponía que tenía que estar.
“¿Qué hombre hacía eso? Uno que está coladito por ti, Soria.”
Se le aceleró el corazón y agradeció no pudiera ver el rubor de las mejillas, se le humedecieron las palmas de las manos contra el volante.
¿Un monovolumen? Estaba como una cabra, no cabía duda. El problema era que la idea no le parecía tan alocada como antes. Lo que quería decir que la había arrastrado a su realidad alternativa y que ella también estaba como una cabra.

__ ¿Hasta cuándo se supone que me vas a seguir?
__ Yo no te sigo, te protejo que es muy distinto, letrada, quizá si no estuviera contigo ya estarías…  olvídalo.
__ ¿Por qué mejor no cuidas a Pedro?
__Porque sospecho que mi hermano tiene custodia, ya, vale Gaby, me pegaré a ti hasta que todo se aclare, si fuese por mí ya te he dicho que para siempre.
__Vamos a hacer un trato _ dijo, en un intento por no pensar en el futuro y en lo que iba a hacer con Agustín Beggio. Maldición, si al menos no fuera tan bonito. Si lo hacía se pondría a gritar __.  Si encuentro la casa, en los próximos diez minutos, me dejarás ir de compras en Robson Street antes de que volvamos a casa.

__Por mí, vale. Me quedaré en el hotel.
__No nos alojamos en un hotel, cariño.
__No me lo recuerdes. Ya me mosquea el asunto. Mis planes de conquistarte por completo se van al diablo una y otra vez.
¿Conquistarla por completo? Ay, Dios. Este hombre era un problema gordo.
__De modo que me acompañarás de compras _ dijo ella, en un intento de cambiar de tema.

__ Preferiría una muerte lenta y dolorosa a manos de una dominatriz sádica. __Sus labios hechizantes esbozaron una sonrisa__. Mira, qué buena idea.

Gaby no pudo evitarlo: soltó una carcajada. Era la revolución hormonal personificada. Y que Dios la pillara confesada, porque le encantaba.
__Vamos Agustín. __Enfiló una calle secundaria__. Ya hablaremos de tus fantasías después. Ahora mismo estamos hablando de compras… más o menos una hora de tortura masculina. Créeme, te encantará. Hay unas tiendecitas preciosas, y puedes aprovechar para comprar regalos para los chicos y tus padres, perfumes para ti.
__ ¿Alguna sugerencia para seducir letradas difíciles?
__ Eres imposible.
__Mátame ya entonces. No, espera. ¿Hay tiendas de lencería?
El estómago le dio un vuelco al escucharlo.
__Seguramente.
__ ¿Crees que podrás encontrar  un modelito negro, de encaje y minúsculo?
Paró el coche delante de una destartalada casa de madera en una calle tranquila.
__Puede que no tengan tu talla, lindo.
__Qué graciosa.
__Y como he encontrado la dichosa casa, esa hora me pertenece.
Agustín la tomó del brazo antes de que pudiera bajar del coche y la acercó a él.
__Llévame a esa tienda de lencería y haré que merezca la pena.

La pasión que vio en sus ojos la puso a cien. Cuando la besó se olvidó de todo. De por qué estaban allí, de qué estaban buscando, de por qué narices era tan mala idea tener una relación con él.
Cuando él se separó. En sus ojos había una mezcla de deseo y de expresión traviesa.

__Olvídate del encaje negro. Creo que te quiero vestida de cuero rojo.
Cuero rojo. Madre de Dios.
Tenía los nervios destrozados cuando por fin subieron los escalones de entrada de la casa y llamaron al timbre. Se apartó el pelo de la cara y se enderezó la chaqueta.
__Déjame hablar a mí. No queremos asustar a Moravia a las primeras de cambio.
__Si usas ese tono tan frío y profesional conmigo con la lencería de cuero roja y un látigo en la mano, te haré caso sin dudarlo.
Le dio un codazo y Agustín siseó. Sin embargo, sus carcajadas resonaron por el porche y se colaron por los pies hasta llegar al pecho, recordándole qué tenía Agustín Beggio que la afectaba tanto. Si no se andaba con ojo, iba a ser su perdición.

__Dios, ¿a qué huele? __Agustín se tapó la nariz con una mano.

__No lo sé. __Gaby apoyó una mano en el cristal y miró a través de la cristalera lateral de la puerta. Había periódicos amontonados en una mesa antigua. Una manta de viaje de color verde estaba encima del respaldo de un sofá. Un trozo de pizza descansaba sobre un plato de papel en el extremo de la mesa. El polvo cubría las superficies de casi todos los muebles del salón. Una maleta cerrada estaba junto a la pared más alejada__. No parece que haya nadie en la casa.

__Ya huelo el motivo.
Un mal presentimiento abrumó a Gabriela. Bajó corriendo los escalones de la entrada. Había un camino de piedras que rodeaba el lateral de la casa.
__ ¿Adónde vas? __le preguntó Agustín, que la siguió.
Gaby pasó por debajo de un seto y abrió la portezuela lateral que daba acceso al patio trasero.
__Olazábal fue encontrado en la piscina.
__ ¿Qué? Para el carro. De repente, esto me da muy mala espina.
Gaby rodeó la casa antes de que él pudiera detenerla. El hedor era más intenso en la parte trasera. Un gato salió disparado de detrás de un árbol y se perdió tras la casa. Puso los ojos como platos al ver el cuerpo, cuyos pies sobresalían por debajo de unos rododendros cerca del pórtico trasero. Tragó saliva, con fuerza.
__A mí también_ explicó ella.
__Mierda. __Agustín se plantó delante, bloqueándole la visión.

---
__No sé, Agustín, tantas muertes, tanta gente sufriendo y yo gozando… me siento culpable.
__ ¿Y crees que la gente que nos quiere desearía que sufriéramos? ¿No crees que tu vida ha sido demasiado dura desde pequeña, hasta hace poco? ¿No crees que sea hora de permitirte dejar de pensar en los demás un ratito y ser feliz?
¿Me dejas hacerte un poquito feliz?
__Quizá tengas razón.
Y cuando Agustín le penetró la boca con la lengua olvidó todo, y solo pudo sentir a ese hombre que la cobijaba, que le daba placer, que la amaba, que la hacía sentir mujer.
_Ardo en deseos de tocarte,  acariciar tu piel, explorar tu cuerpo, besar cada poro de tu piel de seda, cada milímetro, cada curva,  quiero besarte hasta fundirnos en un solo ser, sentir tus dulces y carnosos labios  de un color carmesí,  deslizarme por tu cuello,  sentirte estremecer con cada uno de mis besos, comenzaré suavemente detrás de tu oreja,  besos y muerdos de pasión para deslizarme  suavemente con besos hasta tu hombro buscando el ángulo perfecto, ese que se forma  entre tu cuello y tu hombro,  esa curva es el ángulo ideal donde encajar mis besos para  sentir cómo se eriza tu piel,  tu respiración entrecortada  y algún pequeño gemido te delatan... Esa respiración entrecortada,  en ocasiones, acelerada y esas uñas que clavas en mi espalda haciendo surcos sangrantes de pasión que me excitan porque me cuentan de tu excitación, mis dedos deslizándose  sobre tus redondos y firmes senos, rodeando los pezones con mi lengua hacen que se pongan duros, firmes,  esos perfectos senos alzándolos  deseosos de mi boca, mis labios  humedecen los pezones erectos, duros , me enloquece tirar de ellos,
que sientas mis dientes con suavidad,  mis labios rozando las aureolas  mientras mi mano explora  por debajo de tu cadera  buscando la goma de tu prenda íntima. Deslizando mis dedos dentro acariciando con suavidad  tu  cola, los placeres de la vida, tan rico, tan duro , tan firme
mientras la otra mano acaricia tu vientre con suavidad robándote  los suspiros, gemidos y jadeos que  afloran de tu garganta, mis dedos acarician  el delicioso monte de Venus, deslizándose hasta rozar tus labios, deseosos de acariciar el botoncito  del placer extremo, tu pequeño apéndice del deseo, deseoso de caerme entre tus pies,  deseo besarlo, lamerlo, hacer círculos con la puntita de mi lengua, deslizarla  entre los labios explorando todos los pliegues, quiero beber el néctar de tus orgasmos,  sediento estoy de ti, de tu amor, de tu placer... Abrazar tu cuerpo, beso tu boca, que nuestras lenguas peleen  en una lucha de pasión, caderas que bailan en un vaivén lento en el que mi masculinidad entra  en tu cuerpo, nuestras caderas  bailan marcando el ritmo,  al compás de nuestros corazones, la música es nuestra respiración  entrecortada, acelerada, en ocasiones, arrítmica,  vaivenes largos, profundos  mientras en los que nos perdemos con nuestros gemidos  nuestra respiración entrecortada  es la mejor música de amor que suena de fondo, cuanto más rápido, más seguidos, más acelerados  nuestros cuerpos más fuertes  y nuestras penetraciones lentas casi violentas más y más fuertes, más y más placenteras. Alzándote sobre mí que trotes,  galopes como una amazona en plena carrera  mientras yo con mis manos acaricio tus exuberantes senos y ese trasero de infarto  que me quema, me derrite, me enloquece, las perfectas esferas que siempre soñé, darte fuerte más y más duro, deseo oírte gritar,  gritos de deseo, de pasión, lujuria gritos de puro placer... Arriba, abajo, en cuatro, así besándote la espalda, acariciando tu cuerpo darte duro y fuerte para
que ese monte se pegue más y más fuerte  a mis caderas escuchándote cómo  me pides más, que no pare, fuerte hasta sentir ese calor en tus entrañas,  terminar rendidos, sudados, muertos de cansancio  pero muy muy felices, abrazados, besándonos sin querer separar nuestros cuerpos.

Bs. As.

Mirna, la madre de Guillermo se colocó un mechón de pelo castaño detrás del hombro y echo una carcajada, tras lo cual esbozó una enorme sonrisa. La luz de las velas que adornaban la mesa se reflejaba en su cara.

__Así que Agustín se agarra de una piedra en lo alto de un acantilado y Guille resbala.
Guillermo vio que Gastón fruncía el ceño desde el otro lado de la mesa. El miedo que sentía por el hecho de tener que enfrentar a sus padres había ido disminuyendo conforme avanzaba la velada. Estaban todos sentados alrededor de la mesa del comedor, con los platos vacíos delante, mientras su madre contaba bochornosas anécdotas de su juventud. En cualquier otra situación, lo habría cortado de raíz, pero Gastón parecía muy interesado, y después de la tarde con Karina, supuso que necesitaba unos minutos de tranquilidad.
Aunque fueran a su costa.
Los chicos jugaban en un rincón con Fabián, lanzando miradas de soslayo.
Vio venir a Malena. Tras sentarla en su regazo, Guillermo movió la cabeza.
---Y hace un año pasó otra vez, Dumbo no cerró el sistema.
__ ¿Qué quieres decir? _preguntó Gastón con evidente curiosidad.

Mirna rellenó las tazas de café.
__Quiere decir que el tío Agustín no hizo un nudo de seguridad en un nudo de ocho doble, de modo que el cabo de la cuerda pasó sin problemas por el dispositivo de freno.
__Verás, querido, es que Guille, no es amante de deportes, menos ha escalado al aire libre como tu hermano _continuó Mirna__. Solo había hecho escalada en recintos cerrados, así que cuando esto sucedió…

__Me acojonó, y listo _terminó él con absoluta seriedad, y de súbito el corazón le dio un brinco y sin permiso las lágrimas acudieron a sus ojos cuando Bruno se colgó del cuello de Pedro, y tras besarlo en las mejillas este lo hizo dar volteretas por el aire mientras su hijo reía  a carcajadas, la ternura de padre e hijo lo dejó sin defensas, cuánto habían perdido todos.

__ ¿Y qué hiciste? _preguntó Gastón __. Tenía la mirada clavada en la suya y la preocupación en los ojos café le resultó palpable.

Guillermo sintió otro vuelco en el corazón.
__Había una grieta enorme a la altura de mis hombros _ contestó__, así que metí el brazo, con el codo por delante y clavé la punta de las botas en la roca para frenar la caída. Descubrí que podía apoyar casi todo el peso del cuerpo en ese brazo, pero dolía horrores. Después, me dediqué a poner verde a tu hermano.

__Así que ya sabes dónde aprendió mi niño todas esas palabrotas _añadió  Mirna con una carcajada.

__Podrías haberte matado. __ Gastón lo miró con los ojos como platos.

Cada vez que lo miraba con esa expresión tan dulce en los ojos, quería abrazarlo y perderse en esa ternura. Dado que los padres de ambos y sus hijos, estaban sentados a la mesa, tendría que reservarlo para después, cuando estuvieran a solas. Cuando pudiera arrastrarlo hacia el dormitorio, cerrar la puerta y enseñarle lo mucho que significaba para él tenerlo en su casa, en la casa de los dos.
__Claro, díganle a Agustín _replicó en un intento por desterrar esa fantasía de sus pensamientos, desde que había regresado nunca se saciaba de él__. Estuvo a punto de darle un infarto hasta que  conseguí llegar a la cima, aunque fue lo más precioso del mundo.

__ ¿Tú sabes escalar como el tío? _preguntó Malena con cautela dirigiendo la mirada a su papi.

__Casi tan bien, sí, aunque creo hace mucho que no lo  hago, bueno ya sabes no recuerdo cuándo lo hice por última vez _respondió Gastón emocionado.

Alberto Beggio apoyó un codo sobre la mesa.
__Si te lo cuenta tu hermano, el acantilado no era tan alto. Guillermo solo se habría partido una pierna, tal vez dos por la caída, y sí que Pedro sabe escalar, Malenita, de pequeños lo hacían juntos.
__Muchas gracias suegro _le dijo Guillermo.

Se escucharon unas risas alrededor de la mesa. El teléfono sonó y Malena se levantó como un relámpago a contestar.
__Creo esa fue la última vez que fuiste de escalada con Agustín _terció el padre de Guillermo al tiempo que acariciaba la espalda de Bruno ahora en sus brazos, dormido contra su pecho.

__ ¿Qué quieres decir con eso de “con Agustín?” _Guillermo cruzó los brazos por delante del cuerpo__. Fue la última vez que fui de escalada y punto.

__Prefiero que tengas los dos pies en la tierra de todas maneras _dijo Mirna besando a su hijo.
__ ¿Papá? __Malena entró de nuevo en el comedor con el teléfono inalámbrico_. Es el tío.

__Hablando del rey de Roma _masculló Guillermo, intentando disimular el pánico, al tiempo que soltaba la servilleta en la mesa y se ponía de pie, seguido por la mirada de todos.
La conversación cesó a su espalda.
__Hola _ dijo Guillermo al aparato. _ ¿Dónde estás?

__Gaby y yo estamos en Canadá, en la ciudad de Vancouver.
Guillermo tensó la mandíbula, apretó los dientes, miró a Pedro y después se dirigió  a la cocina. Una vez allí, enfiló el pasillo hacia su despacho y cerró la puerta.
__Mira que le dije que no fuera allí.
__Guille, no me hace caso a mí, ¿por qué piensas que te lo iba a hacer a ti?
__Porque la conozco como a una hermana.
Mientras se sentaba en el sillón que estaba frente a su escritorio exhalando en un suspiro el aire que estaba reteniendo, escuchó la voz de Gaby de fondo y el siseo de su cuñado.
__Dile que deje de distraerte con malas artes para que puedas explicarme por qué están allí.
Se escuchó un intercambio de palabras que no captó, antes de que la voz de Agustín se escuchara de nuevo con más fuerza.
__Hemos encontrado Orestes Moravia. El forense dice que lleva muerto unos tres días.
Guillermo cerró los ojos, apretó los párpados.
__! Me cago en la puta! ¿Qué es esto Agustín? Camila, Olazábal, los pacientes de la clínica, Nancy y ahora Moravia, todos relacionados con Pedro, todos muertos y él en la lista…  marcado.
Levantó la cabeza de golpe al oír que se abría la puerta del despacho, los ojos de Pedro estaban descansando su dolor en los suyos, escocidos, no obstante entró y cerró la puerta.
__Pon el manos libres.
No. No quería que escuchara eso en ese momento. No cuando al fin estaba perdiendo la expresión atormentada. Al ver que soltaba el aire pero no ponía el manos libres, Gastón se acercó a él e hizo el además de arrebatarle el teléfono.
A regañadientes, pulsó el botón.

__Agustín, voy a poner el manos libres, Pedro está aquí.
__ ¿Qué pasa? __ Se apoyó en el escritorio de Guillermo.

__Hemos encontrado a Orestes Moravia en Canadá, no lejos del instituto de Investigaciones del que hablaba el artículo _repitió Agustín.

__ ¿Y?
_Y está muerto, lo siento hermano.
Los ojos de Pedro se oscurecieron. Y se quedó blanco. Guillermo le dio un apretón en el muslo.
__ ¿La policía tiene alguna idea de lo que le ha pasado?
__No _ contestó Agustín__. Parece que le dieron un golpe en la cabeza con algo, pero todavía no han dicho cuál es la causa de muerte. Los resultados de la autopsia no estarán hasta mañana.

Gastón enterró la cabeza entre las manos.
__ También parece que solo llevaba unos días en Vancouver. Todavía no había deshecho la maleta y el pasaporte indica que pasó por aduanas y migraciones hace poco. __Agustín hizo una pausa__. Guille, tenía un ejemplar de un periódico de Seattle que llevaba una foto de la conferencia de prensa de ustedes en primera plana.

__Mierda _masculló Guillermo.

__Pedro, ¿sabías que tuviera una casa acá? Digo, ¿recuerdas algo?
__No, en absoluto, creí que era juez en Argentina y que tenía propiedades en Chile.
__También tenía documentos acerca de una empresa farmacéutica canadiense. Gray no sé qué. Gaby está intentando engatusar a los detectives para que compartan información con ella. Es como un perro con un hueso.
Guillermo se pellizcó el puente de la nariz y luchó contra la frustración. Y contra el miedo.
__Quiero que salgan de Vancouver, ya Agustín, si Gaby se resiste, duérmela.
__Deberíamos volver en el vuelo que sale esta noche. La policía quiere hacernos unas cuantas preguntas más, pero quería avisarles.
__Gracias –dijo Guillermo__. Tengan mucho cuidado a la vuelta y por nada pierdan ese vuelo.

__Lo tendremos. Te llamaré cuando sepamos más.

La llamada se cortó. Sin esperar respuesta, Guillermo se puso de pie y abrazó con fuerza a Pedro. Sentía la tensión que lo invadía. Pedro le enterró la cara en el pecho, sólido, fuerte, solo en él se sentía seguro, a salvo, y le aferró los bíceps. Le ardió la piel por el contacto y se moría por alejarlo de todas su preocupaciones.
__Guille, los estoy poniendo en riego, a ti, a los chicos, vendrán por mí, me quieren a mí.
__No digas tonterías, nadie te sacará de acá, nos mantendremos todos juntos. Te protegeré, a vos, a todos.
Pero  no sabía si podía hacerlo.
Apoyó la cabeza en su coronilla y cerró los ojos dejándose envolver por su aroma. ¿Cómo podía explicarle todo ese asunto si ni siquiera sabía qué estaba pasando en realidad? Si ni siquiera sabía quién estaba detrás de todo. Si Pedro supiera lo que él sospechaba, posiblemente saldría corriendo. Y eso no podía permitírselo. No hasta que no supiera lo que en verdad sentía por él.
Su relación se estaba estrechando. Él sentía algo, algo que Guillermo esperaba que fuese amor.
Tenía que contarle lo que sabía, y pronto, pero todavía no podía arriesgarse. Además, antes quería encontrar algunas respuestas.

__Ya no quiero saber la verdad.
Su vos amortiguada se le clavó en el pecho.
__No voy a permitir que te hagan daño.
Pedro se apartó de sus brazos.
__Nunca me cayó bien. Moravia nunca fue amable con Bruno porque sabía que no era su nieto, al fin lo entiendo. Pero aun sabiendo que ha tenido algo que ver en todo esto, no le deseaba la muerte. __Se le quebró la voz__. No lo desearía la muerte a nadie.

__Lo sé. _Le tomó la mano__. No es culpa tuya. __En el fondo de su alma, le suplicó a Dios que tampoco fuera culpa suya.

__Tengo que irme.
Lo sujetó con más fuerza.
__Ni loco.
__No quiero que te pase algo por mi culpa, o peor, a Fabián o a Malena, que les pase algo a los niños.
Guillermo sintió un nudo que como un puño le apretaba el pecho. No sabía lo que le pasaría si volviera a perderlo.

__Si te alejas de mí ahora, te perseguiré y te traeré de vuelta.
Lo vio cerrar los ojos.
__Esto no va a salir bien en la vida Guille.
__Ni se te ocurra venirme con esas otra vez.
-No sé qué pensar de ti, no sé qué sentir por ti. Cuando estoy contigo es como si te conociera de toda la vida, como si hubiera nacido para estar a tu lado. Después, se impone la realidad y me doy cuenta de lo ridícula que es la situación, hace pocos días, ni siquiera soportabas estar en la misma habitación que yo.

Guillermo le tomó la otra mano, entrelazando sus dedos, y lo obligó a mirarlo a  la cara de nuevo.
__Eso no es verdad. Quería estar tan cerca de vos que me dolía, pero no sabía cómo llegar hasta allí.
Cuando la expresión en los ojos de Pedro se suavizó, se acercó a él.

__ Me conoces. Tu cuerpo me conoce. Tu corazón me conoce. Solo tu cabeza se empeña en ser terca. Siempre ha sido así__añadió con un deje juguetón__. No es una novedad.

El cuerpo de Pedro se estremeció bajo sus caricias. Le rozó la sien con los labios, y el aliento le calentó la piel. Pedro no tenía ni idea de lo que sería capaz de hacer por él.
__Todo esto va demasiado rápido. No sé cómo controlarlo. Estoy asustado __susurró Pedro.

_Asustado, es bueno. Eso quiere decir que lo que sientes es real. Que hay esperanza. __Guillermo le rodeó la cintura con los brazos, sintió los pezones contra su torso y la curva de sus caderas contra las suyas.

__Nunca has podido controlarlo. Ni yo tampoco. Lo que está pasando entre nosotros comenzó hace mucho tiempo. No puedes impedirlo, de la misma manera que yo tampoco puedo hacerlo.

Después de que Pedro le clavara los dedos en los hombros, se acercó a él y lo besó. El gemido que se escapó en la exhalación de sus labios hizo que el estómago se le encogiera y le dio alas a su corazón. No quería plantearle siquiera la posibilidad de dejarlo marchar hasta saber si lo quería aunque fuera una mínima parte de lo que él lo amaba.
Y cuando eso sucediera, esperaba que nunca quisiera marcharse. Pasara lo que pasase.
Las primeras luces del  alba se filtraron por la ventana abierta. Las cortinas, de un azul muy claro, se agitaban por la brisa. Pedro se frotó los ojos soñolientos y los entreabrió para mirar el reloj. Al ver los números, se sentó de golpe, parpadeó dos veces y pasó por encima de Guillermo en busca de su bata, que había dejado tirada en su lado de la cama la noche anterior.
Guillermo rodó sobre el colchón y lo atrapó con su musculoso brazo.

__No te vayas _protestó.

Pedro se zafó de su brazo y se puso la bata de seda.
__Dijiste que me despertarías antes de que amaneciera.
Una sonrisa traviesa apareció en su cara.
__Pedro, sos mi esposo, y estabas demasiado tranquilo como para despertarte. __Se apoyó en los codos__. Vuelve a la cama.

__Ni de coña, imbécil. __ Se ciñó la bata a la cintura.

Guillermo se incorporó de la cama y lo atrapó por las caderas antes de que él pudiera escabullirse. Tras acariciarle el abdomen con la nariz, le soltó el nudo de la bata con los dientes.
__Para ya. Tengo que volver a mi dormitorio antes de que se despierte alguien.
__A nuestros padres les dará igual.
Se apartó de sus brazos. No sabía por qué había sugerido siquiera que sus padres se quedaran en su casa. Se había comportado como un idiota en pleno calentón al escabullirse hasta su dormitorio en mitad de la noche con la casa llena.
__No quiero que piensen que soy un descarriado.
Con una carcajada, Guillermo lo siguió y apoyó una mano en la puerta cuando él intentó abrirla.
__No eres un descarriado. Eres mi hombre, mi esposo y amante.
Sintió un cosquilleo en la piel y se volvió hacia él, atrapado entre su cuerpo tan viril, y tan desnudo, por delante, y la dura madera de la puerta por detrás. Se estremeció cuando Guillermo le rozó la oreja con los labios. Unas sensaciones electrizantes lo recorrieron de los pies a la cabeza y pulsaron en su ingle. Era inútil razonar cuando él tenía esa expresión en sus ojos. Tragó saliva con fuerza para reprimir el deseo.

__Vale, pues no quiero que Malena sepa que he pasado aquí toda la noche. Ya le caigo mal. Esto no mejorará la situación.
Guillermo le rodeó la cintura con un brazo y lo pegó contra la puerta. Sintió su erección allí donde le tocaba el cuerpo y en respuesta todos sus músculos se tensaron de emoción.
__Va a tener que acostumbrarse.
Cerró los ojos cuando Guillermo empezó a mordisquearle el cuello. Ay, Dios. Se seguía así, no se iría nunca. Se moría por dejar que lo llevara de vuelta a la cama y por repetir todo y cada una de las cosas tan eróticas, increíbles y sensuales que habían hecho el día y la noche anterior.
Pero no podía. Porque había demasiado en juego a plena luz del día con la casa tan llena de gente, y porque en verdad lo consumían los celos, debía a cada rato desalojar imágenes de él con otros hombres, con las mismas expresiones en el éxtasis, haciendo las mismas cosas, y le torturaban de día y de noche, era la primera vez que conocía esa sensación.
Inspiró  hondo, le colocó las manos en el pecho y empujó. Él retrocedió un paso y Pedro aprovechó el momento para abrir la puerta antes de que pudiera impedírselo.

__Hasta luego, Graziani.
Su irónica carcajada lo siguió por el pasillo.
La puerta situada en otro extremo del pasillo se abrió. Se le llenó la frente de sudor. Estaba atrapado sin tener dónde esconderse.
Miró la puerta cerrada del dormitorio de Guillermo.


 Ante todo perdón queridas, estuve diez días sin internet pero no sin escribir, subo cinco ficciones. Besos a todas.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.



2 comentarios:

  1. Me habías asustado Eve, pero me alegra saber que estás bien...Por cierto parece que estuviste escribiendo mucho... Dame tiempo, igual sabés que siempre llego y leo todas tus hermosas historias...Qué decirte de No soy yo, bellísimo siempre el amor de Guillermo y Pedro, lo que la mente tal vez no vuelva a recordar la memoria del cuerpo no pudo ni podrá olvidar nunca...Son dos personas unidas por un único y verdadero amor...Besos Eve...

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  2. Veronica Lorena Piccinino Muy lindo Eve Monica MarzettiMarzetti....aunque yo que Pedro me quedaba en el cuarto con Guille . ... es todo un fuego

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