sábado, 15 de junio de 2019

“SINO”. CAPÍTULO SÉPTIMO.


“SINO”.

CAPÍTULO SÉPTIMO.

“Si algún día tú me ves triste,
no me digas nada, solo quiéreme”. Mario Benedetti.


“De razones vive el hombre, de sueños, sobrevive”.
Miguel de Unamuno.

“En asuntos de amor, los locos son los que tienen más experiencia.
De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman
cuerdamente, que es como no haber amado nunca”. Jacinto Benavente.

Aquí nos tocó vivir. Y a esta vida no le falta nada. Podemos a veces sufrir. Sentir que el alma se desgarra, pero cuando nos toca ser felices prendemos la luz del amor, esa, que jamás se apaga. Y de nosotros depende,  sé de qué color será nuestro cielo, podrá lucir un azul hermoso o un gris lúgubre, triste, con sabor a amargo infierno, o nos dedicamos a hacer por amor un amor fuerte y duradero. Aquí nos tocó vivir en este  mundo donde de todo se ve. Corazones que merecen estar juntos inmersos en la distancia, almas que habitando juntas la soledad las abraza.
En este mundo maravilloso donde todo es tan perfecto como lo vean nuestros sueños,
donde se puede construir un amor cálido y eterno, y está en nuestro… sino.
Uno puede fingir muchas cosas,
incluso la inteligencia,
lo que no se puede fingir es la
felicidad. Jorge Luis Borges.

__ ¿Has visto la última película de Pedro, Alberto? Es preciosa _ dijo Amalia a su esposo.

Él exhaló un suspiro y se sentó en la cama. A los cincuenta y tres años seguía siendo tan atractivo como cuando Amalia lo conoció a sus diecisiete, y tenía una figura tan perfecta como la de sus hijos.
__Entre nosotros, Amalia, te diré que no me interesa demasiado lo que hace.
__Es la nueva moda, cariño.
__Aun así, no la entiendo.
Ella lo miró sonriendo, era estupendo como productor, pero rara vez se abría a nuevas corrientes. Organizaba la financiación de las películas, pero no le atraían las nuevas tendencias cinematográficas.

__Tienes que darle una oportunidad a las películas de Pedro, amor mío. Uno de estos días te dará una sorpresa, y ganará un premio con una de sus películas raras.
Amalia estaba totalmente convencida pero a Alberto no le hacía ninguna gracia.
__Ojalá tengas razón. ¿Has sabido algo de Agustín?
__No ha llamado, desde ya no creo que yo pueda viajar contigo a verlo. Tengo que reunirme durante un mes con un nuevo guionista.

Pedro en esos días habló a su padre de sus películas tratando de explicarle los trabajos que estaba haciendo. Mientras le describía su última película de vanguardia, este lo miró con la misma cara con que miraba una jugada en el campo de juego de fútbol.
__ ¿Crees que algún día podrías ganarte la vida con eso?
Pedro miró a su padre estupefacto, semejante  objetivo no le había pasado jamás por la cabeza. Él pretendía  poner en práctica nuevas técnicas y extender al máximo el lenguaje cinematográfico. El dinero nunca le había importado, lo que él pretendía era mucho más importante. Padre e hijo se miraron perplejos, convencido cada uno de ellos de que el otro era un necio, pero simularon respetar sus respectivos puntos de vista.

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Isabel aún no salía de su asombro cuando llamó a Gaby para decirle que tenía algo muy importante que contarle.

__! Estás embarazada! –exclamó Gaby, con tono de envidia y se echó a reír.

__De verdad, espero que no, creo que sería imposible. Si lo estoy es que se equivocaron de hormonas o que estas funcionan mucho mejor de lo que los médicos saben. __Isabel había llegado a la edad crítica y los sofocos la tenían de malhumor. Para ella quedarse embarazada ya no era posible y para Gaby, no lo había sido nunca__. No, pero es casi igual de asombroso. Fui a cenar con una amiga la semana pasada. Marcos estaba  por allí y Solange en una fiestecita. Nos marchamos del lugar nada más llegar, ¿a que no sabes quién estaba allí?

__No lo sé… Alfredo Casero…  y te pidió una cita.
__Caliente, caliente… Guillermo. Estaba cenando con un muchacho, y sonreía…  reía. A él no lo reconocí, pero mi amiga sí. No te lo vas a poder creer, era Pedro Beggio, el hijo de la famosa directora de cine y del productor, ella fue actriz hace años, hasta ganó un Oscar.
__Sí,  los he oído nombrar, el hijo de Amalia Beggio. __Gaby sonaba como si le hubiera caído una bomba, y así era__. ¿Estás segura?

__No, pero se le parecía mucho. Mi amiga estaba segura de que era él. Es muy guapo y joven, y parecía absorto en la conversación con Guille. Y él parecía feliz con él.
__ ¿Cómo crees que lo habrá conocido?
Nunca lo había mencionado. Ni tampoco había mencionado nada de salir a cenar con hombres desde la muerte de Juan. Gaby no podía dejar de preguntarse si era la primera vez. Tenía que serlo.
__Bueno, Guille es el protagonista de la película que está rodando la mujer, debe de haberlo conocido por eso _ dijo Isabel recostándose de nuevo en las almohadas, fijando la mirada, pensativa, en el vacío__. Cielos, qué estupidez si empieza a salir por ahí con actores y modelos. Guille es tan vulnerable, y en cierto sentido tan ingenuo, ya sabes lo que le hizo aquel productor antes de conocer a Juan. Además él y Juan llevaban prácticamente una vida de casados. No sabe nada de mundo. Juan siempre decía que ninguno de los dos casi había salido con nadie antes de conocerse. Aunque trabaje allí no sabe nada de ese ambiente.
Lo mismo podía decirse de todos ellos que llevaban una vida ordenada y de hogar.
__Por supuesto que no _ dijo Gaby. __Estaba totalmente de acuerdo con Isabel, y se prometió en silencio que lo protegería, en nombre de Juan y por su propio bien.

Juan habría esperado que lo hicieran. Guille parecía la última persona del mundo para salir con un  jovencito bien malcriado del ambiente del cine, famoso, o con cualquiera, en aquel momento. Parecía imposible imaginarlo con cualquiera que no fuese Juan.
__ ¿Qué edad tiene? _Gaby parecía preocupada de verdad, temía que  Isabel le dijera que tenía veinte años, aunque por la edad de los padres presumía que sería mayor de esa edad.

La madre es una mujer hermosa y ganó un Oscar cuando era actriz.
__Parece andar cerca de los treinta o quizá los tenga, aunque aparenta menos, creo que pasaría por la edad de Solange cuando sonríe.
__Qué estupidez por su parte, si empieza a salir con chicos así es que no sabe qué está haciendo. ¿Parecían enamorados?
__No _ dijo Isabel objetivamente__, en absoluto. Actuaban como si fuesen amigo _ sonando algo más tranquila.

__Me pregunto cómo lo habrá conocido.
__ Puede que en la premiêre.
Las dos mujeres siguieron hablando casi una hora sobre los peligros, y las trampas a que se enfrentaría su amigo y se prometieron darle un buen sermón sobre el tema a la primera oportunidad.
__Me pregunto si Fabián sabrá que ha salido, incluso si lo conoce_ manifestó Isabel.

__Me dijo que en la premiêre lo había perdido de vista _ dijo Gaby__. Lo invitaré a cenar antes que se vuelva a su casa, el pobre estaba contento porque creo lo vio entusiasmado, pero no creo sepa el porqué. ¿Te vio?

__No _reconoció Isabel __. Me quedé tan estupefacta que, literalmente, huimos del lugar. No quería inmiscuirme. En cierto modo, supongo que es bueno que salga y conozca otros hombres. Lo que pasa es que no quiero que le hagan daño, con todo lo que sufrió, y un pibe como esos lo puede destrozar si se enamora y lo deja.
__Exactamente _asintió Gaby__. Todos nosotros conocemos a hombres serios y agradables de nuestro ambiente que podríamos presentarle cuando quiera. Yo no pensaba que estuviera dispuesto.

Había sido una enorme sorpresa para las dos.
Para Gaby fue un enorme alivio cuando él aceptó cenar con ellos a la semana siguiente. Sonaba normal y para sorpresa de todos, mencionó que había conocido a Pedro Beggio.
Beto disimuló no saber nada, luego del llamado había decidido apoyar a su amigo.
 __ ¿Quién es? Marcos parecía perplejo, y las dos mujeres estudiaban atentamente la cara de Guillermo para ver si el muchacho significaba algo para él.
__La madre ha ganado un Oscar – les explicó Gaby a Marcos y a su marido, con mirada desdeñosa__. Todo el mundo sabe quién es el hijo, aunque tienen varios, este es el mayor. La madre es muy linda _ añadió y luego se volvió hacia Guillermo__. ¿Cómo lo has conocido?

__ En el plató de filmación justamente _ dijo Guillermo de manera inocente, mientras las miradas de Isabel y Gaby se cruzaban. Era justo lo que ellas habían pensado__. Yo estoy terminando una película con la madre de directora, ella es una mujer muy interesante que vivió años en Inglaterra y ha interpretado a Shakespeare. Luego trabajó en Broadway, antes de hacer películas y radicarse acá. Y Pedro es el hijo mayor, estudia cinematografía, hace películas pero de otro estilo.

Isabel pareció preocupada al oírlo y los ojos de Gaby se entrecerraron con suspicacia.
__Sabes mucho de ellos _ dijo como quien no quiere la cosa, y Beto le lanzó una mirada de advertencia.

__ ¿Qué aspecto tiene? _ preguntó Beto, cada vez más interesado, preguntándose qué significaba exactamente para Guillermo y si se habrían acostado.

__Es joven y atractivo _ dijo Guillermo sin especial pasión__. Es de pelo castaño, alto, soltero.
__ ¿Qué significa joven? _ dijo Isabel elevando la ceja.

__Treinta y tres años __dijo mientras seguía comiendo__. Antes vivía en la mansión de los padres pero acaba de mudarse, y reinició la Universidad porque le gusta lo que dije, la verdad es que tiene pocos amigos, se siente algo solo.

Isabel y Gaby decidieron que era un ardid para pescarlo.
__ ¿Lo verás de nuevo? __Gaby no pudo evitar preguntárselo, aunque con aire de inocencia.
__No lo sé _respondió él  vagamente__, él tiene mucho que estudiar y además está cursando. Y yo estoy con trabajo, en el verano empezaré otra película. Creo que a Juan le habría gustado __dijo tranquilamente, sonriendo a sus amigos.

 No se imaginaba ni remotamente el torbellino  que había desatado en la cabeza de sus dos amigas. Lo ocultaban bien, por lo menos ante él.
__Guillermo _ dijo Isabel con cautela, sin saber bien por dónde empezar__. Tienes que tener cuidado. Hay por ahí muchos chicos muy manipuladores y taimados, más en ese ambiente. No has estado en al ancho y malvado mundo de las citas desde hace mucho tiempo.

Había adoptado el tono de hermana en su breve discurso y Guillermo sonrió.
__Y tampoco ahora estoy teniendo citas _ dijo, mirándola a los ojos, es solamente un amigo.

Eso puso fin a la conversación, y cuando se separaron luego de la cena, Marcos dijo a Isabel que se había pasado de la raya.
__Ya es mayorcito, tiene derecho a hacer lo que quiera, además no corre peligro su fortuna, por lo que entiendo ese chico tiene más dinero que él. Y si puede pescarlo a él o a una estrella de cine tanto mejor para él.
Marcos parecía admirado y divertido al mismo tiempo.
__No se da cuenta de qué está haciendo__ insistió Isabel__. Solo Dios sabe qué clase de  cazador  es ese chico, y ni siquiera mencionó si tenía hijos.

__ ¿Y eso en qué cambiaría las cosas?
_Si los tuviera quizá fuera algo más estable, por lo menos una persona medio decente.
__Gaby no tiene hijos y es una piba estupenda.
Lo que había dicho era una tontería. Montones de personas decentes no tenían hijos.
__El caso de Gaby es diferente y lo sabes, la pobrecita es infértil. Mira, es que estoy preocupada por él.
 -Y yo también. Pero si ha empezado a salir, es una señal estupenda y me siento mucho mejor. ¿Por qué no se ocupan de sus asuntos Gaby y vos y dejan al hombre en paz?
__Queríamos advertirlo, por su propio bien __insistió, y solo espero no lo lleve a la casa de veraneo.

__Es lo mejor que podría pasarle. Y puede que el muchacho sea buena persona.
Tenía que suponer lo mejor y no lo peor, a diferencia de Isabel y Gaby que ya odiaban a Pedro, en defensa de Juan.
__ ¿Un hijo de estrella de cine? ¿Qué probabilidades hay de que eso sea verdad? __preguntó Isabel persistiendo en su punto de vista.

__No lo sé, pero al menos se lo pasará bien _ afirmó Marcos.
Isabel se fue al cuarto de baño con aire irritado. La fraternidad masculina siempre se mantenía en que Guillermo lo pasara bien, ¿a quién le importaba la clase de tipo que fuera el tal Pedro Beggio? Estaba claro que a Marcos, no.

Beto estaba diciéndole casi lo mismo a Gaby.
__ ¿Y qué pasará si lo deja y le rompe el corazón?
__ ¿Utilizarlo para qué? _ dijo Beto ofuscado__. Mira,  puedo imaginar destinos muchos peores que ser utilizado por un muchacho como ese.

__Pues yo no, Guille es un hombre brillante, amable, guapo, decente, y honorable… yo pensaba en presentarle a un fiscal mínimo, a un juez.
__Se iba a aburrir de muerte y puede que ese chico Pedro sea así también. Por todos los santos, Guille estaba destrozado por la muerte de Juan. Déjalo que se divierta un poco.
__No con un hombre equivocado __dijo Gaby, con la mirada asesina.

__Déjalo en paz. Es probable que terminada la película ni siquiera vuelva a verlo, quizá sea verdad lo que dijo y solo son amigos.
__Tenemos que sacarlo de la ciudad y llevarlo de vacaciones.
__Puede que lo lleve con él.
__Por encima de mi cadáver, y de el de Isabel __explicó ella, con aire digno.

Beto se acostó moviendo la cabeza con aire compasivo.
__Que Dios le ayude. La brigada antivicio está decidida a protegerlo. Pobre diablo, por su bien, espero que no venga a la casa de vacaciones.
__Tienes que convencerlo para que venga __dijo Gaby, mirando con aire implorante a su marido__. Se lo debemos a Juan, tenemos que protegerlo de ese tipo.

Al igual que Isabel se había convertido en una fanática de la noche a la mañana, dispuesta  en salvaguardar a su amigo.
__ ¿Quieres que te consiga un muñeco de vudú para que puedas protegerlo? Puede que haya alguno por allí.
__Pues entonces  consíguelo, no sería mala idea.

Semanas después.


__Esta mañana, mi señor el sol, atrapado en la espiral de su mundo, con el consentimiento del tiempo el permiso del infinito, con la magna autorización de la eternidad, con la venia del padre universo ha causado otro día, quedando las estrellas, las nebulosas, la luna, en el reverso de la madre tierra. Cuál fue mi extrañeza mi señor no despertarme ante su presencia, no percibir antes de la apertura de mis ojos el magno rostro de su ser. Presentir, en mi inconsciencia dormida, cómo sus dedos cincelan mi rostro dormido, cómo sus huellas realizan el calco de mi cara, acariciando imperceptible mis escasos cabellos, de qué forma altruista, sentimental casi sin respirar, me regala la riqueza de sus caricias, y cómo una nube del  iris de sus ojos  me besa sutil, delicado, precioso,  esos besos de los cristales de sus miradas, rozando la calma  de mis labios, la quieta paz de mis mejillas, y sosteniendo la emoción de una lágrima en su alma me despierta, recitándome al oído  un te quiero, lo poco, mucho, o lo tanto que me necesita en la importancia de su vida, y con el mismo silencio, sereno que me despierta, se ausenta, jornalero  de fatigas en la jornada que comienza. Esta mañana, mi señor el sol, atrapado en el calendario, bajo este supuesto Dios que fomenta humanidades, que forja pecados en el beneficio del diablo, ha causado otra rotación de un nuevo día, sin usted. Hoy me he despertado sin poderlo besar acariciando su ausencia, venga pronto lo más tardar, mañana, un fuerte abrazo de parte de mi cama, mi almohada, insistente me pregunta por usted.
¿Estás bien en el hotel, cielito?
__No tanto como contigo, pero sí, es aceptable.
_ Mi hijo ha pasado unos días en esta villa con nosotros, pero la casa era un desastre, Gaby viajó unos días antes, y la verdad es que nos estafaron, las fotos eran de hace años, casi un siglo, y la pobre pasó días limpiando y comprando cosas, pero ahora yo la encuentro linda, el sitio tiene unas vistas mágicas, pero me temo que Fabián prefiere estar con sus amigos, y le dije que se fuera, a él le gusta el ruido, los boliches, los recitales, y de eso… acá no hay nada de nada. Pero yo me siento bien. Mi amigo Marcos está feliz, con tal de que nos devolvieran parte del dinero que pagamos, se quedaría en una carpa,  y hay una casera extravagante y el marido que se ocupa del jardín, te gustará.
Ya sueño con vos,  cielito.
__ ¿Qué?
__Anoche, tras ser vencidos por el sentimiento en carne viva, derrotados salvajemente
por el sexo. Mirándonos, dormimos abrazándonos el alma frente a los corazones. Otras, pegado a tu espalda o vos inquieto  pegado a la mía, otras, con tus piernas sobre mi cuerpo, y tu mano, inconsciente  torturando caricias sobre mi rostro.
En esas horas, inadvertidas de la noche, me soñé desnudo a tus pretensiones, entregado, complaciente, sumiso y rebelde, con las armas de tus manos y tus labios entregados solo para mi cuerpo. Crucificado en mi desnudez martilleados en el cabezal de la cama, besaste  mi boca, suave, lenta, palpable arrastrando humedades.
Pícaro, mordías mi barbilla bajando por mi cuello, pecaminoso, lascivo, tentador  y terrorista. Besabas mi pecho mordisqueando mis aureolas, provocando en mi cuerpo esa corriente alterna entre el dolor y el placer. Hundías tu lengua en el pozo de los deseos de mi ombligo, arqueando mi espalda en tu insistencia. Descendías sobre mi vientre sujetando con sus manos, el erecto monumento de mi ser, dictador, dominante dueño de mi ser,  amo del momento. Lo acariciabas, hasta su elevada cumbre, descendiendo tus dedos al tacto de su dureza, insuflado de orgullo erigido para tu boca, lo besabas, suave y terso gustativo para tu lengua. Adentrado  en tu boca resplandecía a tu saliva. Entraba y salía en el roce de tus dientes, succionabas el placer en tu garganta, comensal genital, degustaban tus labios su perversión más callada. Subvencionaba tu lengua el tuétano de mi ser, el calcio de mis huesos,  la esencia de mi alma, los genes de mi existencia, el líquido lechoso de la naturaleza, despertándome gritando mi alma, en un orgasmo en tus labios.
Te rogaría me desclavaras de la cama, para poderte encerrar en mis brazos.
¿Lo imaginaste?
__Sí amor, el deseo se cuela como  la brisa por mi puerta, fría y suave brisa que mi piel eriza.
Recuerdo tus besos, tu respiración en mi cuello que también erizaba mi piel pero con otras sensaciones. No sabes cuántas veces te has despertado en mis mañanas y hemos tomado el desayuno juntos, un café, un chocolate, un pan humeante. Mis suspiros vuelan al aire y se convierten en pensamientos y memorias, callados recuerdos que se elevan, que me elevan hasta el cielo. Por las tardes también me acompañas, no lo sabes tampoco pero me acompañas en mis conversaciones amenas y llenas de nostalgia. Sonríes sin darte cuenta que tu sonrisa me enamora, que me ata a ti sin remedio, sin compasión ni aviso. El atardecer nos sorprende, me sorprende tomando tu mano y acurrucado en tu corazón. Tu mirada infinita y deslumbrante, compitiendo con la belleza del ocaso, despertando en mí ternura. Al final del día, te metes en mi cama, sin saberlo siquiera, me besas y te beso, un beso como un aliento de vida, un beso que me recorre por completo y se mete en mi ser. Me abrazas y mi pecho henchido de alegría parece estallar y me acaricias con una ternura que me hace prisionero de tu amor pero que me libera de ataduras del mundo. En tus brazos muero cada noche, colmado de tu belleza, fundiendo mi alma en la tuya, tampoco lo sabes pero duermo cada noche contigo y soy tan afortunado de tenerte. Luego resucito al amanecer cargado de ti, feliz y lleno de amor, feliz y pleno de amor, feliz y contigo en mí y yo en ti por siempre.
__En la punta de mis dedos estuvo tu largo cabello, que me enredó de una manera  tan extraña y excitante, que hipotecó mi sonrisa,  el querer olvidarte. En la punta de mis dedos
estuvieron tus caderas, que hicieron, valgan la pena las noches que me diste, incluyendo todo aquello que nunca me pediste. En la punta de mis dedos, estuvo tu sensual boca, que a la mía volvió loca, cada vez que mordías, con oleadas casi asesinas mis partes no tan prohibidas. En la punta de mis dedos, estuvo tu suave vientre que fue tan obsecuente, con mis labios incisivos, buscando con locas ansias  la miel de tu fruto prohibido, estuvieron tus piernas esbeltas, que como furiosa revuelta me aprisionaron, y una vez que se saciaron, angelicalmente, me soltaron. En la punta de mis dedos, estuvo tu misteriosa mirada, que, sin pedirme nada, se apoderó de mi corazón, y como una plegaria pagana, me hizo perder la razón.
__Tú eres mi historia  de ayer, de hoy y de siempre, a ti que iluminaste mi vida  antes y ahora, podrán pasar  muchas cosas inesperadas, podrán querer desanimarnos  las circunstancias. Solo quiero que sepas que aunque sea muy adversa la situación,  mis sentimientos, mi amor, son y
serán tuyos. No hay nada ni nadie que cambie  lo que llevo grabado dentro de mi corazón. Tu amor quedó grabado en mi piel con los rasguños que quedaron marcados en mi espalda
cuando te hacía parte de mi vida de mi historia y de mi amor, Pedro.
En la rigidez efímera de mis días, cuando la soledad abrumaba mi tristeza, mi corazón navegaba en mi mar bravío  mutilando todo lo que el amor provoca. Y me sentí de piedra entre las olas, evitando los mensajes del alma, me volví ciego, sordo y ausente, ya mi vida no significaba nada. Me he dormido en las aguas frías en el silencio de mi madurez calmada,  he despertado así, como adormecido, en los brazos serenos de las aguas tibias. Estoy aquí, mirando un nuevo día, con un sol radiante frente a mis ojos, musitando mil cosas en devaneos,
no sé si es amor... pero lo quiero.

_ Yo te amo en el silencio que producen tus labios al cerrar tu boca, quedan unidos como pétalos de rosas. Son un ánfora llena de miel y me lleva a besarlos.
Déjame esconderme detrás de las cortinas de tus ojos, quiero saber qué hay en tus pupilas cuando el sueño llega, quiero estar ahí, con un ramo de rosas para entregárselo a tu alma, cuando abandone tu cuerpo dormido.
Quiero estar lejos de ti cuando despiertes, quiero que me desees,  que me ames,  que me extrañes, que me veas en los pájaros que vuelan en tu mente, que me busques en la brisa que se pierde entre las hojas, quiero estar en tus lágrimas, en tu pecho de hombre  bravío, en los pétalos de las rosas que se marchitan al morir la tarde, quiero que sueñes conmigo, y que al despertar me busques  en tus atrapa sueños.
Que tus manos de cera largas como un fantasma no me alcancen, que pase la tarde en la playa esperando ver si llegas en las olas para estar conmigo, que las noches sean tormentosas si en tus sueños no me encuentras... y no es venganza ni capricho, el que yo te lleve a ese tormento, es que un día cerraste tus labios. Y yo amé ese silencio.
Sí vida mía, puedo amarte así, con tus ausencias, con tus silencios, puedo amarte con todo y sin nada, puedo amarte en soledad porque siempre vivo acompañado de tu sonrisa, de tu mirar y sentir, la vivencia de aquel maravilloso día me acompaña, donde sin buscarlo ni pretenderlo buscábamos este amor.
Sé que algún día comprenderás por qué me enamoré de ti, cuando no esté contigo serás tú quien en las noches de luna me extrañes, sin remedio sentirás mi ausencia, hoy aun no sé por qué tuve que encontrarte si solo te tengo en mis sueños, cuando ya no tengas mis verbos, y no te sueñe caminando de mi mano, cuando ya no te puedas sentir abrazado, cuando mis besos lentos se hayan apagado, entonces amor mío, sabrás cuánto te he amado.
Por eso amor mío ámame esta noche. Hoy le hablaba al mar en su inmensidad, siempre, siempre de ti, mi alma te enviaba en su espuma blanca el mensaje, vuelve otra vez, vuelve a mí,  devuélveme los sueños para amar, ven,  regresa a mí vida mía que hay un lugar dentro de mí para ti, suéñame,  no dejes nunca de soñarme, piensa las veces que te volvías loco con solo posar tus ojos en mi sonrisa, mientras tu deseo de amar pedía a gritos mis locuras de enamorado.
Cómo puedo describirte mis sentimientos, si de mi alma solo salen palabras que nadie te ha escrito convertidas en versos, cómo puedo vida mía dejar de sentirte,  de verte en cualquier parte, cómo ahogar mis deseos y te quiero, cómo deshacerme de aquellos momentos donde hacías que mi piel se erizara si con solo sentir tus ojos paseándose por los míos, en silencio, siempre en silencio me regalabas tus te quiero para que el mundo solo el mundo fuera testigo de este amor inmenso y a la vez eterno.
Vuelvo a la orilla del mar para que moje con sus aguas mi cuerpo donde escritos están mis verbos, ellos se quedarán convirtiendo en espuma blanca mis sueños. Como cada noche vida mía te espero.
_Amado mío, entrégate sin miedo  al amor que ofrezco… hagamos de este instante finito una copla de pasión desenfrenada, compartiendo caricias y besos… dejemos en libertad nuestros rubores,  dejemos atrás nuestros complejos… Guardemos nuestros efluvios de amor,  secretos etéreos de amantes incógnitos flotando en la soledad de nuestra habitación, ven y seamos cómplices fervientes  de los dioses del amor y la pasión, que el mañana no existe, ven junto a mí y aférrate al amor que llama, ven a mí, que mi cuerpo con ansiedad te nombra y te reclama. Acércate a mi lecho amante mío, déjame sentir el temblar de tu cuerpo, ver el deseo ferviente en tu mirada  al mirar con deseo y embeleso  la firme dureza de mi espada… e imaginar la entrega del néctar de tu fuente al varón que te tiene por completo  entre sus brazos hechizado. Por eso te pediré perdón por querer invadir muy dentro de ti, por intentar sin sosiego beberme tu alma… por no saber conservar la quietud al amarte y mucho menos que con amor me pidas calma. Si te pienso sonrío, si pronuncio tu nombre, suspiro,  si en tus ojos me veo mi corazón se acelera, si en tus labios me pierdo me siento en el cielo, si te sujeto la mano me siento completo, si te tengo en mis brazos nada me falta, si acaricio tu piel de seda mi cuerpo se quema y si por un segundo  dudas si te amo  no te preocupes que empiezo nuevamente  y lo hago todo de nuevo. Háblale si quieres de idiomas a mis besos
y seguro que ellos, te contestan con exceso  con ese lenguaje de amor lleno de sucesos  si despiertan al alma el lado tan travieso. Pues de la jerga es la juerga de mis labios  dando el doble gusto del placer concedido  al dar la ocasión de estudiar entre alivios  un dialecto más a entender con el sentido. Es un estilo, un delirio por hallar concilio  del cálido momento que al pobre hace rico  rodando en ese trato, el comienzo del idilio  donde dedico gran parte de lo que explico.
__Tú amor mío, tú; cuando he caído en el eco de crueles desafíos, en los más dolorosos reflejos de un ayer; tú, tú me has sostenido en las nubes religiosas, en la divina tibieza de tus brazos. Tú amor mío, tú; has secado con el milagro de tus manos el llanto involuntario de un lejano padecer que pintaba mis mejillas frente a la compasión de tus ojos; tú has vuelto las llagas que sometían a mi corazón, las has vuelto rosas florecientes germinadas en tu amor.
Tú amor mío, tú; con el canto silencioso de tu voz, me has arrancado cada reproche que alguna vez hirió... el tono iracundo y agonizante de mi voz; aun cuando estaba perdido en el laberinto indescifrable de un ayer, tu voz me decía que todo ya pasó; y tus milagrosas manos se aferraron a las mías mostrándome la salida, aun cuando en ese laberinto, dejabas pedacitos de tu dulce corazón. Tú amor mío, tú; culpable e inocente del destino de un niño mal herido;
inocente de lo mucho que lloró, y culpable de robar su corazón, con lo sublime de tu amor.
Tú, tan solo tú; eres el grandioso pago, por lo mucho que pagué con mi dolor; tú eres el premio perfecto, por lo mucho que me debía Dios; te amo por lo mucho que lloré,  te amo más de lo que se puede amar, porque tú eres mi más bello milagro de amor.

__
El rodaje terminó cinco días antes de que emprendieran el primer tramo del viaje hacia la costa en coche, y la fiesta de despedida fue de lo mejor que Guillermo había visto en años. Se prolongó hasta altas horas de la madrugada, y al final, todos se marcharon con los besos, abrazos y promesas de rigor. Para él, fue un alivio. A pesar de la comprensión de Amalia, resultaba muy difícil trabajar con ella las últimas semanas, y él sabía que la tensión se reflejaba en la calidad de su trabajo, aunque, por suerte, las escenas más importantes ya estaban filmadas.
No sabía si ella lo había notado, y se preguntó con sinceridad si alguna vez ella volvería a ofrecerle otro papel. Le encantaba trabajar con ella, pero tenía la sensación de haberla traicionado. Tal vez fuera cierto. Quizá hubiera sido mejor apartarse del muchacho, pero no pudo elegir, era tan joven, tan bello, tan como él había esperado que sintió haber nacido para estar a su lado, y se enamoró, contra todo pronóstico propio y ajeno, y ya dejó de parecerle demasiado joven para él, ingenuo, sencillo, como dejó de extrañar a sus antiguos ex y amigos, ese ambiente homosexual de fiestas y exceso, orgías en las que solía participar de vez en cuando, y que sus otros amigos siempre ignoraron.
Ahora solo esperaba terminar de conocerlo en esas vacaciones y que sus mejores amigos aceptaran lo que podría ser un felices para siempre si lograban vencer sus fantasmas.
Antes de dejar a Pedro en un hotel por el tiempo que le llevara conocer la casa y reencontrarse con Fabián que vivía en el interior, como sucedía en su propia casa, pasó una noche con él, acurrucados, sin hacer el amor, tan solo imaginando, y aprendiendo al otro en caricias y besos, cada vez más apremiantes.
_ Se torna gris a lo lejos en la bruma las dudas, llega la noche apoderándose del cielo azul, cierra sus ojos el día, exhausto se derrumba sin caer en el pasto, pues las brisas del viento lo hacen flotar y el crepúsculo lo abriga con sábanas que lo cuidan de la frialdad de las penumbras. A lo lejos en el horizonte se divisa el límite de lo inalcanzable por mis manos,
solo en los sueños logro acariciar esa franja enrojecida en la distancia, tiempo que se escapa en los recuerdos imprescindibles de mi memoria. En el firmamento las estrellas se desvisten deseosas por romances, invitándome a las aventuras ardientes bajo los misterios develados por la luna, la cual se siente poseída por la inigualable fuerza y vitalidad entre los brazos del sol ambos dueños en su propio templo. Logro ver una luz que atraviesa de un lado a otro entre las nubes que tratan de confundir mi mirada. ¿Será una visión imaginaria impulsada por los nervios que habitan prisioneros en mi subconsciente hechizado por el deseo de sentir el placer que vivo en mis sueños?
Se escuchan susurros en la oscuridad de la eternidad que acoge en sus aposentos los rumores del silencio,  huésped a la espera de milagros que cumplan las expectativas que aún respiran en las sombras de la incertidumbre. Noches que gritan sus pecados y agonizan velozmente por el empuje de la aurora que llora sus cristalinas e incontrolables pesares por interrumpir apasionadas historias que vivirán por siempre en un espacio pequeño, pero imborrable en mi mente. Luces que nunca se apagarán mientras me cobije el amor.
_Llega la hora de encender las luces de la pasión, la ternura y la dulce hora de versar para ti, por el contrario, llegó la hora de que el sol apague sus luces y nos deje las sombras para soñarnos entre misterios porque solo tú eres quien comprende mi pasión, mis desvelos y amores soñados. No quiero vida mía que te alejes, ni que pintes soles oscuros
en mi cielo, no quiero que te sientas solo, unamos nuestro horizonte soñado,  el tuyo y el mío en  el camino de mis sueños, como sabes amor, dejo cada noche la puerta de mi alma abierta para recibirte, yo te cogeré en mis manos cuando lleguen tus ojos a posarse en los míos, mientras, en el crepúsculo de la noche que adormece mil lunas para mí,  paciente te esperaré.
Quiero ser tu compañero de viaje, ese que nos dará la oportunidad de vivir nuestro sueño de amor, no importan los tiempos ni las cárceles del destino, yo te esperaré vida mía. Cuando tus sentidos se duerman, y entregado al sueño tu cuerpo se quede huérfano de espíritu, ahí estaré yo vida mía y me  pondré a tu lado, te besaré dormido y acariciaré tu piel, sin dudarlo besaré tu boca con toda la ternura que mi alma me permita, esta noche vida mía serán mis dedos los que viajen por tu espalda, te dejaré la piel llena de sensaciones y en cada poro te dejaré impregnado mi perfume para cuando abras tus ojos a un nuevo día me sientas más que nunca, me meteré en tus sueños, y jugaré entre tus dedos, te besaré y me enredaré en ti como un duende travieso que solo quiere verte reír y feliz, me meteré en tu alma y dejaré escritos mis versos, caminaré despacio al tiempo que dejo ese beso eterno para ti mi amor.
Esta noche amor mío cuando me sueñes, abrázame fuerte porque estaré contigo, no me sueltes cuando tus ojos se abran a la vida, esta noche sabrás lo que es soñar de verdad, porque cuando te mires en mis ojos verás la verdad de tu enamorado, verás que es amor y no olvido, sabrás esta noche como siento por ti, y mi regalo será mi sonrisa, pues como me dices en mis sueños, un día sin sonrisas es un día perdido. Hoy amor soñamos cuerpo a cuerpo, abrázame fuerte vida mía. ¿Cuánto debo esperar acá?
__Solo hasta que me instale amorcito, te llamaré y te vendré a buscar. Pero quiero que vayas pensando que al regresar, tendremos que tomar decisiones importantes _dijo Guillermo entendiendo el temor de Pedro.
__Mi padre… lo sé. Háblame de Juan.


Y había relatado sus años con Juan.

“Fuimos extraordinariamente felices, las clases se iniciaron y nadie en la casa sospechaba. Yo cambié de habitación antes que regresaran los demás,  y todo salió a pedir de boca. Juan y yo cerrábamos por la noche las puertas de nuestras respectivas habitaciones separadas por un baño en común, y nadie tenía idea de quién pasaba la noche en la cama de quién porque nos movíamos de puntillas. Hablábamos en voz baja y procurábamos amortiguar los gemidos de placer. Solo las noches en que los demás se iban a casas de sus amigas o a esquiar o  a la costa durante el fin de semana, nos permitíamos un poco más de libertad, nos cuidábamos de que nadie lo supiera, por una vez ni siquiera le dije a mi madre. Me limité a comentar cuando me comunicaba que las clases iban bien, sin darle noticias sobre mi idilio, ella si lo sospechaba no preguntaba, pero sé que a juzgar por la expresión de felicidad que veía cuando viajaba en mi miraba lo sabía. Pero sufría a la par, en esa época para ella el mundo homosexual estaba plagado de promiscuidad, desdicha e infidelidades, y no deseaba que su hijo se viera condenado a semejante vida, pero le constaba que no había otra alternativa y lo aceptaba.
Cuando la invité al estreno de mi primera película no le sorprendió verme en compañía de Juan ya que este vivía en la misma casa y estudiaba en la misma universidad. No obstante cuando al término de la velada nos fuimos a cenar en compañía de amigos, socios, y de las hermanas de Juan, ella creyó ver algo especial en la mirada que intercambiamos y me lo susurró, le pareció que Juan había madurado en pocos meses aunque no estuvo segura sospechó algo, pero como era habitual entonces no se lo comunicó a nadie, y según me contara más adelante se llevó una sorpresa cuando papá le hizo la pregunta aquella misma noche mientras se desnudaban para acostarse. Hablaban animadamente de la película, de la reacción del público y de las críticas cuando él de repente la miró con ceño fruncido y le preguntó si creía que Juan era marica. Mamá simuló sorprenderse aunque en su fuero interno ya supiera la verdad, pues claro que no, le dijo.
 -¿Por qué lo preguntas?
-No lo sé. Lo he visto distinto. ¿No has notado nada raro en toda la noche?
__No __mintió ella.
__No sé… Me produce una sensación extraña. __Mamá se estremeció de angustia temiendo que sintiera lo mismo de su hijo. No estaba segura como te pasa a vos, que él sobreviviera a mi verdad, aunque algún día debería saberlo, entretanto prefería ocultársela__. Tendré que advertirle a Guillermo… Creerá que estoy chiflado, pero, si no me equivoco, puede que algún día me lo agradezca. A todos les extraña que haya renunciado al equipo de fútbol.

__No todo varón tiene que jugar al fútbol, quizá le interesen otras cosas y no por ello sea marica.
__Nunca se lo vio en compañía de chicas.
A Guillermo tampoco, pensó mamá, pero para mi suerte como te pasa a vos, él pensaba que yo era tímido y reservado. Aunque no me viera con muchachas no pensaba que me relacionara con hombres.
__Creo que eres injusto, esto parece una caza de brujas.
__Lo que no quiero, es que Guillermo viva, sin advertirle, con un cochino marica.
__Es lo bastante mayor como para darse cuenta por sí mismo, en caso de que hubiera algo así.
__Tal vez no. Está tan entusiasmado con su carrera, que, a veces, ni se entera de lo que ocurre alrededor.
Mamá aquella noche me vio diferente y sospechaba que mantenía relaciones con Juan, mas sentía la necesidad de protegerme, yo no tenía apariencia de ser gay, y por desgracia a Juan ya se le empezaba a notar.
Poco después hice un viaje con mi padre aunque no me apeteciera demasiado y ello le dio la oportunidad de hablarme de Juan, a quien también había extendido la invitación.

__ ¿No será maricón, verdad, Gui?
Traté de aparentar indiferencia. Aborrecía aquella palabra y tuve que hacer un gran esfuerzo para lanzarme en defensa de Juan.
__Por el amor de Dios, padre, ¿cómo puede decir eso? Hace años que lo conoce.
__Te pareces a tu madre cuando hablas así _ dijo sonriendo, para ponerse serio detrás.
__No sé. Lo veo distinto a Juan y habla constantemente de ropa y temas de decoración.
Eso es ridículo. El gusto le viene de la madre, no tiene por qué ser marica por ello.
__No, pero se persiguiera a los hombres, lo sería. Tú vigila, y, si vieras algo raro, échalo de la casa. No le debes nada.

Por primera vez en la vida, yo tuve ganas  de propinarle un puñetazo a mi padre, pero conseguí mantener la calma hasta que abandoné la casa de mis padres. Hice el camino de regreso conduciendo a cien kilómetros por hora y rebosante de una furia asesina dirigida contra mi padre. Al llegar a casa, entré dando un portazo y me escurrí a mi habitación, me encerré con llave. Fue una de las pocas veces en que mis compañeros me vieron furioso. Al cabo de unos momentos Juan, entró, cerró su dormitorio también con llave, y cruzó rápidamente el cuarto de baño.

_ ¿Qué ocurre amor mío?
Le miré con ojos llameantes y no tuve más remedio que reconocer que mi amante empezaba a parecer un marica. A pesar de su musculoso cuerpo, su rostro adquiría delicadeza femenina, empezaba a delinearse los ojos, a veces a usar brillo en los labios, se peinaba de manera un poco rara  y vestía de modo excesivamente atildado, pero yo lo amaba, apreciaba su talento, su simpatía, su generosidad,  su cuerpo y su alma, me gustaba todo de él, y de haber sido una chica, nos hubiéramos comprometido en matrimonio y a nadie le hubiera extrañado. Pero no lo era, y por eso todo el mundo lo llamaba maricón. Juan se sentó en silencio y esperó a que me desahogara.

__Nada. No quiero hablar de ello.
Juan miró al techo y me volvió a indagar.
__Tu comportamiento es un poco tonto. ¿Por qué no me cuentas lo que ha pasado? __ De repente, él temió ser el causante de la situación__. ¿Te he disgustado en algo?

Al verle tan preocupado y afligido, le acaricié la mejilla.
__No, no tiene nada que ver con vos. __Pero lo tenía, y yo no sabía cómo explicárselo__. No es nada. Me enfadé con mi padre.

__ ¿Dijo algo sobre nosotros? __preguntó. En la fiesta de la noche aquella pudo ver la extraña mirada de papá__. ¿Sospecha?

__Tal vez, anda un poco a tientas.
__ ¿Qué le has dicho? __Preguntó con inquietud.

¿Y si hablaba con sus padres? Teníamos mucho por ocultar. ¿Y si nos expulsaban? Sería tremendo. Traté de tranquilizarlo, sabía lo nervioso que se ponía.
__Cálmate, No sabe nada. Solo fue una hipótesis.
__ ¿Quieres que me vaya? __preguntó con los ojos llenos de lágrimas.

__! No! __contesté casi gritando__. A menos que yo también lo haga. Pero no tenemos por qué hacerlo.

__ ¿Crees que tu padre le dirá algo al mío?
__No te pongas nervioso. Solo hizo unos comentarios y me sacó de quicio. Eso es todo. No pasa nada.
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Y luego, vino la charla con Mirna.
__ ¿Te dijo algo tu padre de Juan?
__No, ¿por? ¿Es que te dijo algo a ti?
Miré a mamá a los ojos, sabía que esta lo había adivinado todo sin necesidad de que yo lo contara. Y temía el peligro que caía sobre mí, y en cierto modo sus temores eran fundados.
__Ten cuidado.
__Lo tengo, madre.
__ ¿Estás enamorado de él?
Era la primera vez que lo preguntaba, no lo hizo en la otra relación.
__Sí – le respondí.

__Entonces, ten cuidado por el bien de los dos. ¿Saben los padres de Juan?
-No. Y le conté lo solo que me había sentido durante el fin de semana.
Mamá me dijo que un día se descubriría todo y alguien tendría que sufrir, quizá muchas personas. Juan y su familia no le preocupaban demasiado, aunque les tenía aprecio, en cambio le aterraba mi padre, pero yo pensé que podría pasar el temporal si me iba preparando poco a poco no solo para enfrentar a mi padre sino a todo el mundo, no me pasaría la vida escondiéndome. Pero en cambio mamá no sabía cómo encajaría a mi padre el golpe y temía que una parte de su vida quedara destruida para siempre, ella no podía hacer nada, yo le prometí ser discreto.

Pasamos las Navidades cada uno en su casa, pero sintiendo que nada teníamos que ver ni qué decir a nuestras familias, esperando el momento de regresar a la casa que en esa época de vacaciones era como nuestra solamente y nosotros nos sentíamos un matrimonio.
 Fuimos los primeros en marcharnos, teníamos el departamento para nosotros solos, y no había necesidad de ocultarse y cerrar las puertas de los dormitorios. El hecho de tener que reprimirse constantemente suponía un esfuerzo considerable, sobre todo para Juan, cuyo aspecto afeminado se iba acentuando a ojos vistas. Ahora podía llenar la casa de flores y pasar largas horas en la cama conmigo todas las tardes. Ambos salíamos libres a dar paseos, hablábamos de todo como cualquier pareja, al regresar preparábamos la comida, él cocinaba muy bien y me enseñó, bebíamos vino frente a la chimenea.
Era casi como ser adultos y un matrimonio. Vivíamos tan confiados que ni siquiera nos molestábamos en poner llave a la puerta principal y no oímos entrar a mi padre al día siguiente  de Navidad.
Él quería convencerme de que lo acompañara al sur a ver a Miguel jugar al fútbol, y sin embargo todas las ideas se borraron de golpe de su cabeza cuando entró en la casa tras no recibir respuesta a su llamada y encontrarnos a ambos tendidos frente a la chimenea, completamente vestidos, pero Juan tenía la cabeza apoyada en mis rodillas, y yo inclinado sobre él le susurraba ternezas. Mi padre se detuvo en seco, y emitió un aullido casi animal mientras nos levantábamos de golpe y lo mirábamos aterrados. Yo estaba pálido. Papá se adelantó hacia Juan y le propinó una trompada que le hizo sangrar la nariz.
Luego se volvió hacia mí pero yo le agarré el brazo y esquivé el golpe antes que su puño se estrellara en mi rostro. No pude suprimir las lágrimas al verlo a él llorando de rabia y soltando insultos contra ambos.
--¡Cochino, hijo de perra! ¡Maldito asqueroso!       

Las palabras iban dirigidas a Juan, pero también a mí. No quería dar crédito a lo que acababa de ver. Quería que ambos le dijéramos que no era cierto, pero lo era, no le cabía la menor duda. Yo me sentí físicamente enfermo mientras rehuía el puñete de mi padre. Juan se echó a llorar. En aquel ambiente de pesadilla, yo trataba de conservar la calma. Me sentía obligado a darle una explicación a mi padre. Tal vez entonces este lo entendería. Tenía que decirle que siempre había sido distinto de Miguel, de todos ellos. Tenía que decirle lo que sentía. No me percaté de que las lágrimas me resbalaban por las mejillas y no sentí el impacto del golpe cuando mi padre consiguió liberarse de la presa y propinarme un puñetazo en pleno rostro.
__Papá, por favor, no. Quiero hablar contigo. Yo…
__No quiero oír una palabra, Guillermo. __ Él temblaba y, por un instante, yo temí que fuera a darle un infarto__. ¡No quiero volver a verte! ¡Maricones de mierda! ¡Basura! _gritó, mirándonos a los dos. Después añadió dirigiéndose a mí__: Ya  no eres mi hijo. No quiero volver a verte en mi casa nunca más. Yo no voy a pagar ni un céntimo más para tu manutención. A partir de ahora estás fuera de mi vida, ¿entendido? ¡Y procura alejarte de toda la familia! __Mi padre gritó y lloró mientras avanzaba de nuevo con actitud amenazante hacia Juan. Todos sus sueños se habían roto de golpe. Su hijo era homosexual. No podía soportarlo, era peor que perder a su esposa poco después… Para él, la homosexualidad era peor que la muerte. Era una pérdida de la que nunca se resarciría. Sin embargo, la estaba provocando él mismo sin que lo advirtiera__. Todo ha terminado, ¿lo has comprendido?

Yo asentí aturdido y él se dirigió tambaleante hacia la puerta por la que había entrado hacía apenas unos minutos y estuvo a punto de rodar por las escaleras al salir.
Había sido un golpe terrible. Entró en el primer bar que encontró y se tomó una botella de whisky. Mirna llamó preocupada. No quería molestar, pero la ausencia de su esposo le parecía rara. Esperaban invitados, pero él no había aparecido por casa.
Yo estaba turbado, Juan se pasó mucho tiempo llorando, sentado en el sofá, aterrado por las palabras, por el resultado de la escena, nos dolían los golpes, asustado por la posibilidad de que sus padres se enteraran de todo. Yo intenté calmarle, y le obligué a ponerse bolsas de hielo en la mejilla y en la nariz hinchadas.  La angustia que experimentaba era indescriptible. Aún me temblaba la voz cuando me puse al teléfono. Al principio, ni siquiera pude hablar.

__ Guille, cariño, ¿qué sucede?
Sintiendo un estremecimiento de pánico Mirna comprendió qué sucedía.
__Yo… es que… __yo pronuncié unas palabras ininteligibles y me eché a llorar. Juan se incorporó asombrado. Estaba sereno y reposado y, de repente, me había venido abajo__. Mamá, yo no puedo…

__Oh, Dios mío… __Debía de haber ocurrido algo espantoso. A lo mejor, papá había sufrido un accidente y había avisado a casa. El terror le atenazó la garganta__. Cálmate y dime qué ha ocurrido.

__Vino papá y…__. Él… yo…

Mirna imaginó lo peor, que nos había sorprendido en la cama. Se sintió morir. Por tolerante que fuera conmigo, a ella tampoco le hubiera hecho gracia la escena. Yo no estaba en condiciones de tranquilizarla. Solo pude articular una palabra antes de desplomarme sobre el teléfono.

__Sí… __Tardé unos instantes en poder seguir hablando__. Dijo que no quería volver a verme… Que no soy su hijo… Que me alejara de todos…

__Dios mío. Tranquilízate, cariño. Sabes que todo eso no es cierto y que, al final, recapacitará.
Se pasó más de una hora hablando conmigo por teléfono. Los invitados se habían marchado tras tomarse unas copas. Ella se ofreció a ir a hablar con nosotros pero yo quería estar a solas con Juan, de lo cual ella se alegró. Prefería estar en casa cuando papá regresara.

Este volvió en un estado lamentable, había entrado en varios bares y estaba borracho como una cuba, caminaba haciendo eses, pero recordaba perfectamente habernos visto  y lo que sabía. Miró a Mirna con odio y desesperación, la sentía en contra suya.

__Tú lo sabías, ¿verdad?
Ella no quería mentirle, así que él la consideró cómplice de una conspiración del silencio.
__Sospechaba lo de Juan.
__Que se vaya a la mierda ese hijo de puta… __ Papá se volvió a mirarla, y ella le vio la camisa manchada de sangre. Se cayó y se hizo un corte en la mano al salir de un bar, pero no dejaba que su esposa se acercara__. Me refiero a nuestro hijo… ¿O acaso ahora le tengo que llamar nuestra hija? __Apestaba a alcohol y Mirna se echó hacia atrás mientras la agarraba por el brazo__. Eso es lo que es, ¿no? ¿Lo sabías tú?

__Es un hombre por Dios, y haga lo que haga sigue siendo nuestro hijo. Es un ser humano honrado, brillante, un buen chico… Él no tiene la culpa de sentir y ser así.
__ ¿Y entonces quién la tiene? ¿Yo?
Eso era lo que le preocupaba de verdad. Mi padre se había torturado mientras iba de bar en bar, y no le gustó ninguna de las respuestas que acudieron a su mente. Había permitido que mi madre influyera demasiado en mí. Y él no me había dedicado el tiempo suficiente. Le infundía demasiado respeto. No me había querido lo suficiente. Siempre había preferido a Miguel. Los reproches eran demasiados, pero todos conducían a lo mismo: su hijo era homosexual, un maricón. ¿Desde cuándo? ¿Cómo había ocurrido? ¿Cómo era posible que semejante desgracia se hubiera abatido sobre él? Era una afrenta personal a su virilidad, su hijo era maricón, mariquita. Esas palabras le ardieron en la mente como si fueran de fuego. Miró a mamá con los ojos llenos de lágrimas.

__No te reproches más _dijo ella, rodeándole con sus brazos y acompañándole al dormitorio donde ambos se sentaron el uno junto al otro.

__Yo no tengo la culpa _ dijo él gimiendo como un chiquillo asustado, ella le compadeció. Eran las mismas que en silencio se había hecho ella al enterarse de la situación, pero quizá fuera más duro para él. Su esposo no era tan fuerte ni estaba tan seguro de sí mismo y de lo que había dado a sus hijos.

__Nadie tiene la culpa, ni tú, ni yo, ni él, ni siquiera Juan. Ellos son así. Lo tenemos que aceptar.
Al oír esas palabras, mi padre se levantó tambaleándose y le aferró el brazo hasta hacerle daño.
__Estás muy equivocada. Yo nunca lo aceptaré. ¡Nunca! ¿Me has comprendido? Ya se lo he dicho a él. Ya no lo considero hijo mío.
__Pero lo es… “
__
_ ¿Pedro? Amorcito, ¿estás llorando?   __Ver a Pedro con el rostro empapado y temblando, le clavó una daga en el pecho, y lo llevó a su regazo, lo trató de calmar en el abrazo __. No cielito, en tu caso no tiene por qué ser así, ya ves, tu mamá lo tomó bien, es otra época, ellos en ese medio están acostumbrados, tranquilo.

__No, Guille, será lo mismo, no conoces a mi padre… será igual, lo sé. Me va a odiar y perderé a todos, quizá no a mamá, pero él hará lo mismo, nuestras historias son paralelas, es nuestro… sino.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.







1 comentario:

  1. Me emocionó Eve...Parece imposible que un padre o una madre puedan reaccionar así...Creo, y espero, que cada vez suceda menos y que la identidad de género sea aceptada y respetada como todos merecemos...Que así sea, y gracias a vos por tratar el tema con tanto amor...

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