¿Y SI FUERA POSIBLE?
CAPÍTULO SETENTA.
Ciudad Autónoma, viernes 05 de
agosto 2016.
"Y para los amantes su
amor desesperado
podrá ser un delito...
pero nunca un pecado". José Ángel Buesa.
podrá ser un delito...
pero nunca un pecado". José Ángel Buesa.
Natasha no sabe nada, y Sarah
siempre te aceptó y te amó.
Lo que acompaña a esta carta es
tu verdadera partida de nacimiento, y lo que pude recolectar de tu verdadera
madre para que la conocieras un poco.
Tenía leucemia, y se supo
cuando en el parto no podían detener la hemorragia e hicieron análisis, murió
poco tiempo después, te digo esto para que no sientas culpa alguna, ella estaba
muy enferma.
Espero me perdones, y seas
feliz. Ella antes de morir me pidió que te cuidara siempre, y que te hiciera
feliz. Vive, y sé feliz hijo.
Julio”.
Guillermo se cubrió la boca para
atajar el grito desolado que le paralizó el respiro. Salió de la bóveda y del
banco antes de que Pedro reaccionara, para correr sin rumbo hasta la costanera
sin hacer caso de las miradas curiosas ni del viento que se clavaba en el
rostro como aguijones. Alcanzó un grupo de árboles y presionó la frente en un
tronco hasta sentir dolor. Lejos de todo y en un remanso donde sentía el mundo
lejano soltó el alarido que había tragado antes al que le siguió un llanto
desgarrador como no recordaba haber emitido ni cuando murió Julio. Acabó de
rodillas frente al árbol.
“El sueño magnífico, la alegría en expresión
suprema, el corazón que arrastraba las nubes, las desarmaba y se filtraban
hasta desaparecer. La esperanza fulguraba por las vena colmando de alegría a un
ser sombrío por definición lavando el tormento de la infancia y vestigios de
viejas amarguras fueron solo un recuerdo apenas quizás agrisando las paredes
internas de este ser tan extraordinariamente sombrío, hasta casi hacerlas
desaparecer.
Vi lo gris volverse oscuro y la sangre negra retroceder implacable golpeando con dolor y tapando las arterias y ahogando la felicidad. Contemplé el exacto momento en que las imágenes de risa y esplendor se marchitaban como mi flor y me desesperó no poder frenar el avance. Manotazos que traspasaban las figuras mientras mi pobre corazón se resquebrajaba y el dolor produjo vómitos y convulsiones pero solo podía mirar, fui obligado a ver mi muerte, apretando mis muelas hasta que se partieron y mis encías sangraban y no podía tapar mis ojos, ¡Dios!, No quería ver pero me arrancaron los párpados y con aguja afirmaron los globos de mis ojos y no hubo fuerzas para torcer mi triste destino. Fui liberado en la angustia del tiempo y seguí mirando ya sin ataduras, por el solo hecho de ver lo que quedaba y retorcerme buscando lo que fue. Había llegado la hora de empezar a pagar los pecados cometidos”.
Vi lo gris volverse oscuro y la sangre negra retroceder implacable golpeando con dolor y tapando las arterias y ahogando la felicidad. Contemplé el exacto momento en que las imágenes de risa y esplendor se marchitaban como mi flor y me desesperó no poder frenar el avance. Manotazos que traspasaban las figuras mientras mi pobre corazón se resquebrajaba y el dolor produjo vómitos y convulsiones pero solo podía mirar, fui obligado a ver mi muerte, apretando mis muelas hasta que se partieron y mis encías sangraban y no podía tapar mis ojos, ¡Dios!, No quería ver pero me arrancaron los párpados y con aguja afirmaron los globos de mis ojos y no hubo fuerzas para torcer mi triste destino. Fui liberado en la angustia del tiempo y seguí mirando ya sin ataduras, por el solo hecho de ver lo que quedaba y retorcerme buscando lo que fue. Había llegado la hora de empezar a pagar los pecados cometidos”.
Lo recogieron unas manos
fuertes y decididas, y él se dejó sostener. Pedro lo obligó a volverse y lo
contuvo contra su pecho mientras lo cubría de una lluvia de besos delicados. No
le hablaba, y Guillermo se dio cuenta que también lloraba.
__No puede ser, Pedrito, no
puede ser. Perdí todo en lo que creí
cincuenta años para siempre _ dijo entre lágrimas y sollozos.
__No quiero pensar en eso,
Guille, no me resigno. Esta noticia es un duro revés, no lo niego, pero quiero
que tomes tiempo para pensar, no puedes rendirte, yo no te dejaré bajar los
brazos.
__No me dejes mi amor… vuelve siempre a mí, por favor.
__Siempre, lo prometo, acá estoy… hoy, mañana y siempre.
__Pedro, Sarah y yo éramos uno
la sombra del otro, antes de…
__No te detengas, lo sé, antes
de que me casara con ella.
__Alguna vez llegué a creer que
era mi alma gemela encarnada en una madre, y resulta ser que… __la voz se estranguló.
__Resulta que te ama, y que te
amó siempre, que esto no cambia nada, que tuviste dos mamás _ lo consoló Pedro__, y quien te llevó en su
vientre también te amó, es solo que murió, mi amor, tranquilo, respira por favor,
inspira por la nariz, exhala lentamente por la boca, eres muy amado, Guille.
__ ¿Por qué mi padre hizo esto?
Creo que lo odio, me dejó sin saber la verdad, se murió sin siquiera mostrarme
una tumba, dejó que Sarah me diera su amor a mí y que Natasha con razón se
resintiera, porque en verdad Sarah siempre me quiso y me dio todo a mí, lo
odio, por cobarde, porque de no haber
muerto esa madre no me habría conocido ni dado su nombre si ella se lo hubiera
dicho, sé que no se habría jugado ni por ella ni por mí… , al menos hasta se lo
plantea en la carta.
Pedro le apartó de sí y le encerró
el rostro entre sus manos. Lo miró fijamente. Guillermo notó que le temblaba el
mentón y que tenía las mejillas húmedas y las pestañas aglutinadas. Le sonrió
con labios inseguros, y él, que habría deseado morir, le respondió de la misma
manera solo para hacerlo feliz, para tranquilizarlo. Tanto lo amaba.
__Mi amor, Sarah no es tu madre
biológica y te ama, para ti nada cambiará, pero para mí es un gran alivio, no
fui el esposo de tu madre, no me enamoré del hijo de ella, no llevas su sangre,
es más liviana lo que siempre sería mi carga de haberlos traicionado por mi
error.
__Lo sé amor, se lo que
significa esto, es solo que no sé qué mierda hacer, tengo un puñado de fotos de
una jovencita, es una nena, y no la conozco, me llevó en la panza, me parió y
no sé ni cómo era su voz, ni dónde está su familia… su tumba, nada, y no sé si
llegue a sentir algo, a reconstruir algo, a encontrar algo de ella en mí, y
todo el amor del que soy capaz se lo di a Sarah y ella hoy me odia porque te
amo, pasé media vida intentando ser
igual a mi padre cuando él no tuvo el coraje de decir esto, no fue el hombre
amante y fiel que pensé, ni la imagen que adoré.
Guillermo elevó la mirada
anegada y encontró la de Pedro.
__Amor mío estuve a punto de
renunciar a vos por no traicionar a
Sarah, casi te obligaste a ver lo nuestro como imposible, y de habernos perdido
por esta mentira hoy yo no sería nada, no tendría a nadie, si yo hubiese
conocido esto sin tu presencia habría perdido el deseo por la vida, jamás
volvería a ser feliz, me sentiría vacío, seco, la nada __balbuceó Guillermo no
pudiendo evitar que el llanto regresara.
__Pero existo, y esta verdad en
cierto modo nos libera, mi vida te necesito __suplicó Pedro con lágrimas
rodando__. Si tú no estás, el silencio me aturde como el más fuerte de los
ruidos. Quiero morir aun antes que la misma vida me mate, sin empezar a vivir
perdido en el triste silencio gris de mi verbo, que muere antes de nacer. Pero
llegas tú como el tibio sol del amanecer, y recorres mi piel. Y el silencio se
hace verbo, murmullos y grito, en una urgencia de ternura al sentir mis
urgencias de amarte y poseerte, entre los silencios y lujurias. La luna murmura
en tu espalda desnuda, nuestros no prohibidos amores. Te amaré, como los azules
abismos a la brisa perfumada de los vientos esperando nuestros amores no
prohibidos, en noches de lujurias y desvelos. No quiero un amor
desesperado, no lo quiero prohibido.
Quiero vivir en tu morada, beber tu boca, acariciar tu cuerpo con ilusión y olvidar mis otoños grises entre tus dulces primaveras, con toda pasión.
Quiero vivir en tu morada, beber tu boca, acariciar tu cuerpo con ilusión y olvidar mis otoños grises entre tus dulces primaveras, con toda pasión.
Poseerte es como el asombro de
beber el universo por mis pupilas. Siento que penetro una constelación de
estrellas que fluye como fuego, anudo
luciérnagas que iluminan tu piel bebiéndome mis sueños. Tu continente es un
cristal ardiente que enturbia mis cimientes.
Y allí dulcemente, tus manos me desnudan y te desnudo en penumbras cuando me aprisionas con tus piernas, siento tu tibio aliento y premura. Hoy, aunque estés conmigo más te extraño, y comencé a amarte. Porque te quedas, ardiente y quieto entre mis brazos, y bebo de tu boca una caricia loca que perturba, apasiona en amor y entrega que provocas.
Y allí dulcemente, tus manos me desnudan y te desnudo en penumbras cuando me aprisionas con tus piernas, siento tu tibio aliento y premura. Hoy, aunque estés conmigo más te extraño, y comencé a amarte. Porque te quedas, ardiente y quieto entre mis brazos, y bebo de tu boca una caricia loca que perturba, apasiona en amor y entrega que provocas.
Tu sed de amar es como una
tempestad y lluvia en tu alma. Tu cuerpo
desnudo y de brisa se vuelve fuego, tus manos, lava ardiente transformada en
ángel y demonio, entregas cuerpo y alma
para siempre. Mi boca se pierde entre el
tibio aroma de los pétalos de tus pezones. Y allí veo el paraíso de
tus contornos lujuriosos, en la pradera
de tu vientre en gozo infinito, placer hecho gemido ardiente, entrego mis
simientes cuando estallo dentro de ti. Solo somos dos amores apasionados en
uno, por el amor. Mi pasión late en tu pelvis…
tibia como en un paraíso perdido sin olvido en el vértigo fogoso del éxtasis extremo,
entre los amores pervertidos. En la
vigilia tibia del alba caminas desnudo.
El sol sonroja tus curvas de dios, te ilumina tu sonrisa, tus ojos brillantes y oscuros reviven el deseo de amarte sediento, como beber un
oasis en el desierto. Me enamoré del aroma dulce de tu ombligo. No te vayas,
quédate siempre conmigo. Y olvídate de nuestro amor prohibido e imposible. Mi
vida, esta verdad nos hace libres.
__No quiero volver a casa, no
quiero dar explicaciones ni que el nene o Michael perciban lo que siento. Sí sé
que esto me hace sentir íntegro por haberme atrevido a amarte, por haber
gritado nuestra verdad, por no haber engañado a Camila, y me pone frente al
camino de que mi niño crezca sabiendo quién soy, no más mentiras, Pedro, nunca.
__ ¿Quieres que yo le adelante
algo a Natasha?
__No. Yo estoy en deuda con
ella, yo le quité a su madre sin
derecho, yo le diré todo, no quiero que
esto la perjudique, está pasando momentos difíciles.
__Guille, no digas eso, Sarah
está muy unida a ella, yo no creo que le hayas quitado nada.
__Pedro, ella fue… esa mujer
que hoy percibes fría y distante fue la madre de mi hermana, la amorosa de la
que te enamoraste de algún modo fue la mía, no tengo nada que reclamarle, al
contrario, no entiendo por qué me amó así, por qué siguió amando a mi padre al
punto de que cuando él murió hasta conocerte no miró a nadie, él no la
merecía, no merecía tanto.
__No digas eso.
__Vamos a un hotel, solo necesito de tu amor, Pedro, vos me
sanas, vos sos mágico, solo vos, no puedo con nada más hoy, no puedo.
__Está bien y soy sí tu
refugio, tu roca, tu muelle, tu roca, lo que de mí necesites, siempre, para
siempre _ dijo Pedro ayudándolo a incorporarse__. Iremos a un hotel y llamaré a
Dana para que no se alarmen, luego solo atenderé mi celular de ser ella, deja
todo en mis manos, permítete el dolor, ordena lo que sientes, lo que piensas,
pero mi vida, esa mamá que te dio la vida te amó y no pudo seguir a tu lado, y
Sarah que no creía poder engendrar se dio por entero a ti, y luego llegó Natasha,
y te ama aunque hoy esté enojada. Para ella también será liberador esto.
__No Pedro, yo soy el que
ignoraba todo, ¿por qué ella está rabiosa si sabe que no es mi madre? Ahora sí
que no entiendo que nos odie y desprecie a mi hijo, no entiendo y no me gusta.
Tengo tanto por preguntarle, hay tanto que deseo saber, pero no sé cuándo sea
el momento. Con todo lo que ha sucedido en estos días creo que nadie está en
condiciones de poder ahondar en este tema… nadie.
Todo eso reflexionó durante las
horas negras que siguieron a la lectura de la carta, y supo que en esas
condiciones ni las sonrisas y monadas de su hijo, ni nada de la estancia
servirían para rescatarlo de ese estado de estupor. Hasta que llegaron a la
suite del hotel y se cerró la puerta, y Pedro, que se había mantenido como un
silencioso bálsamo para su herida sangrante, como un ángel custodio se hizo
cargo de él, y se lo permitió como lo hubiese hecho un niño adormilado y sin
fuerza.
Lo desvistió sin pronunciar
palabra y sin mirarlo a los ojos luego de llamar a la estancia y de guardar el
sobre en la caja de seguridad de la suite. Fue quitándole las prendas con sus
gentiles manos de pianista hasta dejarlo desnudo al borde de la cama. Se apartó
un poco para desvestirse y Guillermo fue siguiéndolo con la mirada. Su energía
le resultaba un ascendente poderoso de cuya órbita no podía escapar, ni
siquiera sintiéndose como se sentía. Él se despojaba de las prendas de espaldas
y Guillermo lo estudiaba, primero con curiosidad, luego con un interés que, en
contra de todo pronóstico, fue convirtiéndose en deseo.
Lo sorprendió, era como descubrir
un latido débil e irregular en un cuerpo que habría creído muerto. La seriedad
y el mutismo con los que Pedro actuaba lo seducían.
__Ven _ fue todo lo que él dijo mientras le tendía la mano, y la
aferraba segundos después para conducirlo hacia el baño. Lo condujo hasta
ubicarlo dentro del agua caliente aromatizada con sales que resultó un bálsamo.
¿Cuándo las había pedido?
¿Cuándo había llenado la bañera y planeado ese momento? Lo estaba sanando, lo
sabía, lo sentía, el prodigio de su amor que siempre lo asombraba. ¿Por qué se
asombraba si Pedro le había demostrado desde el primer momento y aun antes de
encontrar las miradas que era mágico? Que esa conexión potente y profunda
nacida en aquellos puñetes del encuentro no podía explicarse de esta vida sino
de la familiaridad de quienes han compartido muchas, todas. La herida lacerante
que se había abierto esa mañana comenzaba a sanar, a latir con menos saña, y él
respiraba con más soltura. De todos modos, se consideraba aún indigno del
bienestar que su amado Pedro estaba proporcionándole, y entendía solo el porqué
Julio le pedía que cuidara de su hermana. Lo inundó un profundo amor, como
quizá no sentía desde que eran niños, claro que la cuidaría, de ese Charles, en
ese embarazo, a su sobrino, la amaría más que si fuese su hermana de padre y
madre.
Pedro le lavó el pelo primero,
le masajeó el cuero cabelludo hasta sentirlo relajar las sienes, y todo sin
emitir sonido. Sus modos suaves lo tranquilizaban, a él le costaba negarse al bienestar que le
brindaba. Pedro susurró las primeras palabras en horas, eran música como la de
sus dedos al piano y, al hacerlo, como sucedía a menudo entre ellos, le reveló
que le leía su mente, que su conexión poseía raíces profundas y misteriosas.
__Déjate llevar, amor. Nada
tiene de malo que te abras a este momento de paz, permítelo, lo necesitas.
Olvídate de todo excepto de mí. De nuestro amor.
El ascendente de su voz también
resultaba poderoso, y las cosquillas que se habían insinuado minutos antes se
intensificaron cuando las ondas sensuales de su acento rompieron el mutismo y
lo atravesaron. Se le erizó la piel cuando él, ubicado detrás, le mordió la
columna del cuello mientras le masajeaba el pecho. Los pezones cobraron vida y
se endurecieron. Pedro le arrancó una seguidilla de jadeos y lamentos cuando se
los apretó delicadamente.
Sí, había creído que no volvería a ser feliz,
solo que ahora Pedro Beggio constituía la parte medular de su vida, de su ser.
Hicieron el amor, y fue como
celebrar la vida que él había deseado perder horas antes, y la celebración la
motivó que la necesitaban para buscar esa familia y es amor posible que
merecían.
Hoy me han disparado una mirada,
balas de un negro intenso de tan cerca que apenas pude esquivar el impacto, fue
sobre los parajes de mi mejilla, donde su rocío cayó sobre un dibujo de labios.
Acercó sus manos a mi cuello, sus ciegos dedos buscan cada rastro de deseo
sobre la espalda, crean un horizonte, y
sobre su luz final crean una alborada. Acerca su boca al café de la mañana, su
caliente aroma que guarda toda una herejía llega sobre el hechizo de mis
muslos, abriendo mis oscuridades, mis quejidos mansos. Escucha amor la palabra
profunda, la que sonríe en el placer, la que abraza lo impropio, la que
arrastra mis laberintos, y la respiración agitada de mi ingravidez.
¿Qué devoras amor?, los surcos
hasta las orillas de mis montes. ¿Qué abres de mí? el ardiente fuego y su trayecto. Bajas coronando en tu lengua el
nublado de mi umbría, bebe de su tibia
mañana del rojo calor de mi glande y de las leves lágrimas de desahogo inicial,
sobrevolando mis bosques. Inclino levemente mi cintura, buscando que las montañas y salientes duerman en mí, con
su sádica forma, con su duro bregar, mi cielo está pidiendo una tormenta, yo
soy tu sacrificio, dispara en cada
locura, sobre esta plácida imaginación.
Toca sutiles letras la mañana de tus ojos en un
pentagrama que arrojo para
homenajear el día en que el amor tuvo
alas, tuvo ángel, ilusión, trayéndote a mi canción a mi corazón
hambriento de sentir cada portento que
de tu boca me expresas trasmutado en la realeza de este candor tan
hermoso… es tu beso límpido y dadivoso, vehemencia que mi alma cristaliza, en hermosa
contemplación de vernos exclamar qué
viva la tempestad de este amor venturoso
y posible.
__Habitas en el límite de mi
cordura, en leyendas que susurran duendes imaginarios, donde tocan en las
puertas del silencio, almas que respiran
deseos. Eres mi lágrima forzada, seré tu consuelo deseado, te encuentro en mis palabras, estaré en el
lenguaje de tus ideas. Seré el río dulce que acaricia tus temores, alimentando las verdades que te ofrezco en mi
camino. Seremos la lluvia que limpia el destino de dos almas, aves en su vuelo
que inspiran las pasiones de amores incumplidos. Seremos el grito de lamentos que callados compartimos, el crepúsculo de noches donde nacen los suspiros, sueños que esperan por la realidad de latidos, que empujan los impulsos de corazones mal
heridos. Seremos luna y sol, amantes que provocan recuerdos y olvidos, tú serás
la brisa que aviva mis sentidos, yo seré tu placer que arranca tus gemidos, en una historia
inolvidable contada en las noches por
cupido.
-Secretamente mis notas se
fueron apoderando de tus sentidos, una a una provocaban esa aceleración en tu
pecho que un día arrastró de tu boca las palabras que sacudieron mi ficticio
mundo… me estoy enamorando tus palabras que dictaban así la sentencia de amarte
por siempre y en tus manos dejaré mi
alma.
Y así… paso a paso, día a día te fuiste adueñando de
mis notas, no existe inspiración más hermosa que pensar en besar tus labios y
llenar de caricias tu piel, hacer infinitos mis besos que se rieguen
copiosamente por tu cuerpo, ser causante de tus suspiros y gemidos en noches
que inconscientemente a tu cama me llevaste a amarte.
En mi mente constantemente te
haces presente, cada momento lo comencé a vestir con tu presencia, lograste que
sienta tu caricias, que mis labios se sintieran impregnados por el paso de los
tuyos, que tus palabras como suave melodía calmaran mis ansias y le enseñaste a
mi corazón cómo latir por un verdadero amor.
Tú… únicamente tú eres la causa
de mis verbos, por ti se visten de romanticismo para decirte que te amo y te
amaré hasta el fin de nuestro tiempo, se visten de nostalgia para que sientas
te extraño y necesito cada uno de tus momentos… y también por ti, se visten de
erotismo, pues solo en ti quiero vivir el deseo, la pasión y desatar en tu piel
mi delirio al amarte… ya ves solamente tú eres desde aquel día destinatario y dueño absoluto de mi amor.
Sábado, 06 de agosto de 2016.
A Pedro lo despertó el llanto reprimido de
Guillermo, que se agitaba sobre la almohada y se aferraba a las mantas con los
puños. Intentó despertarlo sin éxito, y fue el grito cargado de terror que el
propio Guillermo profirió lo que lo arrancó de las garras de la pesadilla.
Incorporado en la cama, lanzaba vistazos hacia uno y otro lado en el intento de
determinar dónde estaba.
Pedro encendió el velador y lo
abrazó. Él aún desorientado no le prestaba atención. Estaba sudado y respiraba
con exhalaciones rápidas.
__Quiero que me cuentes tu
sueño __ le pidió, pues acababa de
regresar a la realidad.
__Perdóname por haberte
despertado.
__Nunca me pidas perdón por
algo que no controlas ni por nada __replicó y como Guillermo se empecinaba en
callar, repitió el pedido.
__Quiero saber. Cuéntame.
__Es siempre la misma
pesadilla. El avión que cae, el teléfono, la voz que da la noticia de que mi
padre ha muerto, y Sarah que me habla, pero justo cuando va a hacerlo,
despierto y no puedo saber qué dice __ explicó__. Solo hoy pude oírla.
__ ¿Y qué dice?
__Que… lo perdió por mi culpa…
que ni siquiera soy hijo de ella __dijo entre lágrimas y guardó silencio.
__Supiste toda la verdad y eso
te ha sugestionado seguramente, no creo que ella haya dicho semejante cosa.
__Más allá de todo Pedro
Beggio, sin mi pintor y pianista, nada
tendría sentido, ni mi hijo, ni ella, ni la vida misma.
__ ¿Significo tanto para ti?
__ ¿Necesitas más pruebas?
--No, pero ya sabes, soy
vanidoso, y me encanta que me digas que soy todo para ti como tú lo eres todo
para mí.
__Lo sos todo, Pedro. __Se pegó
a su cuerpo y le besó los labios__. Todo, amor mío-. Cuando me enteré de todo
creí que nunca volvería a sentirme vivo, pocas horas más tarde mi señor, mi
destino, me hacía resucitar. No sé cómo lo ha logrado, me refiero a todo lo que
ha logrado conmigo desde el momento o desde antes de conocernos, no sé qué
poder ostenta, pero creo es mágico.
Desearía ser de usted el Adán de su paraíso perdido, el árbol de su ciencia las
ramas de su sabiduría, las hojas de su lectura, la manzana tentadora con su
bien y su mal para lo bueno y lo malo. Ser la serpiente que le reta y le
tienta, la víbora de sus perversiones, el demonio que lo engaña, el satanás de
su alma el lucifer que le reclama, quiero ser, el ángel caído en su cama. Sea
usted, de mi hombre primero mi homo erecto,
en el orgullo
de su masculinidad, homo habilis que acomoda mi evolución, homo sapiens que origina la humanidad. Sea mi eslabón perdido lascivo de mi alcoba.
Sea, en la esencia que lo define, la tierra del barro de mi sangre que forja, la vida y la existencia, amamantado en su pecho a un soplo de sus labios. Mi dios sobre todas
las cosas que honro y venero, el no asesinar en el nombre de dios ni de nadie mis verdades y razonamientos sin falsos testimonios.
Sea usted, el dios que presente no perdona mis pecados, el diablo que siempre me tienta, en cada esquina de mi cuarto, de mi cama, en cada rincón de mi alma, el Jesús desnudo sobre la cruz expiando los errores de su dios, el crucifijo en mi pecho, su cruz sobre mi espalda.
Sea todo y sea nada mucho o poco, mis miserias y mis abundancias, azar y casualidad piedra y camino el tiempo y mi destino. Sea usted, y solo usted ángel y espada, mi dios y mis demonios
de mi edén perdido. Lo quiero tanto que no es que llore, es que se me ha metido usted
en los ojos.
de su masculinidad, homo habilis que acomoda mi evolución, homo sapiens que origina la humanidad. Sea mi eslabón perdido lascivo de mi alcoba.
Sea, en la esencia que lo define, la tierra del barro de mi sangre que forja, la vida y la existencia, amamantado en su pecho a un soplo de sus labios. Mi dios sobre todas
las cosas que honro y venero, el no asesinar en el nombre de dios ni de nadie mis verdades y razonamientos sin falsos testimonios.
Sea usted, el dios que presente no perdona mis pecados, el diablo que siempre me tienta, en cada esquina de mi cuarto, de mi cama, en cada rincón de mi alma, el Jesús desnudo sobre la cruz expiando los errores de su dios, el crucifijo en mi pecho, su cruz sobre mi espalda.
Sea todo y sea nada mucho o poco, mis miserias y mis abundancias, azar y casualidad piedra y camino el tiempo y mi destino. Sea usted, y solo usted ángel y espada, mi dios y mis demonios
de mi edén perdido. Lo quiero tanto que no es que llore, es que se me ha metido usted
en los ojos.
-Recuerdo perfectamente un
viaje inolvidable, dos almas gemelas, juntas, formando un solo corazón latente
tanto de amor natural humano como de puro sentimiento celestial, los besos eran
protagonistas del cielo primaveral.
En ese paseo ideal cuando se
ama incondicionalmente te das cuenta de cómo siente la psique el roce en cada
noche, noche de luna llena como acompañante eterna rutilando nuestra alcoba
parisina con armonía y sin tiempo limitado.
En París, nuestros cuerpos
vivían un romance que sería imitado por Romeo y Julieta en los días de hoy, con
final siempre feliz y con sonrisas de dos enamorados, apasionados con miradas
de reojo cómplices de clara poesía. En la ciudad de la luz nuestras miradas,
provocaban sinceridad en el etéreo donde rubricaban nuestro amor con límpidos
sentimientos típicos de dos almas compatibles, dos entes que han nacido para
caminar y hacer camino.
La música une pieles que sientan la existencia,
con corazones que sepan admitir las adversidades, obstáculos que no impidan el
relacionamiento, la vida sin amor es como existir en tinieblas sempiternas. El
cielo existe delante de nuestros ojos, retinas que observan la senda, cada día
es una prosa, poesía o de libre literatura, arte, música o pintura, con líneas
que surgen desde el interior del alma, amar y ser amado en París o en un campo
rústico lleno de vida... lo importante es sentir la complicidad. Amar entre dos
seres que procuran la estabilidad emocional, se consigue solo sintiendo el
itinerario con las manos unidas y formando
un solo corazón agradeciendo al omnipotente por todo. Esta es mi clara
historia de un maravilloso viaje de ensueño. Sueño de un paseo que tuve anoche
junto a mi esposo del alma.
Haz un bosquejo de mi figura
para luego trazarme con la tinta de tus labios. Para que el modelo
sea adecuado utiliza tus divinas manos y los trazos serán perfectos. Tú
haz de mí
lo que tú quieras para ti que complacido y encantado estaré porque me rediseñes
a tu antojo, fluiré en tus brazos mi divino querubín. Esas tus manos mágicas harán maravillas y no querrás nunca acabar, haciendo eterno el momento. Y lo que más me enamora
es que me tratas con tanta delicadeza, como sutil haces que cada vez me enamore más de ti. Sublime, acabado… esperabas mi llegada para hacer tu mejor arte.
lo que tú quieras para ti que complacido y encantado estaré porque me rediseñes
a tu antojo, fluiré en tus brazos mi divino querubín. Esas tus manos mágicas harán maravillas y no querrás nunca acabar, haciendo eterno el momento. Y lo que más me enamora
es que me tratas con tanta delicadeza, como sutil haces que cada vez me enamore más de ti. Sublime, acabado… esperabas mi llegada para hacer tu mejor arte.
--Ya quisiera ahogar estas
angustias… hundir esta nostalgia y estas ansias que estremecen mi cuerpo, en la
profundidad de tu boca… que los labios al fundirse cierren toda posibilidad de
que todo esto tome un respiro y entre deseos y alguna lágrima de emoción por
tenerte, todo esto que ahora siente mi pecho en un profundo beso entregar en
tus labios.
Ya quisiera volcar en tus
labios cada beso que los míos para ti ensayan en secreto, saben de memoria ya
cada línea de tus labios y aun con
seguridad puedo decir que cada entre en ellos mis besos sabrán recorrerlos sin
temor a perderse en el vacío del aire… te he recorrido tanto sin ver cada trazo
de ti, tan solo mi alma supo leerte.
Ya quisiera negarme a respirar
este turbio aire que sin ti contamina mi ser, pues alimenta de vacío mi existencia…
tan solo tú aquí llenarás este espacio que respiro de ese aroma que sin
respirarlo, ya siento es lo que vitalizará mis días… contigo aquí ya no querré
otro aire que viaje por mi boca, sino es tu aliento que beberé y será el oxígeno
que llene mi vida.
Ya quisiera dar comienzo a mis
locuras de amarte… encontrar en ese punto exacto de tus labios donde parece
decirme aquí nacen los besos y de ese pequeño espacio, en esa estrecha brecha
entre tus labios dar comienzo a la pasión que recorrerá cada parte de la piel
despertándola de este sueño de soledad y haciendo de amor estremecer el alma.
Ya quisiera de una vez en ti
estallar en infinitas maneras de amar… será un descubrir de emociones cuando
mis ojos reciban la luz de tu belleza… cuando mis manos, mi piel descubra la
suavidad de la tuya… será un nuevo descubrir cuando beba de tu piel el sudor de
pasión y en tu boca, en ese cóctel de aliento y néctar de amor, ahogue este
deseo de ti que me consume por dentro.
Eres la persona que más amo
Guille, y la que más admiro y respeto en el mundo, no sabes cómo aprecio que
hayas compartido todo esto conmigo, gracias amor de mi vida. Sé lo difícil que
es compartir cosas así con alguien.
__Vos no sos alguien, Pedro. Ya
te lo dije… sos todo para mí
Le sonrió con una amplitud
inverosímil teniendo en cuenta los reveses que habían vivido en las últimas
horas.
-Te has metido en mi alma, hoy
vives dentro de mi corazón y si me dejas agonizo cuando no estás junto a mí, el
frío de la noche me acompaña en mis largas noches de desvelo, castigando a mi
corazón destrozado, hoy extraño tanto las largas noches, cuando disfrutamos de
la lluvia de estrellas que nos acompañaban en las largas noches de pasión, no
sabes cuánta falta me hace sentir el dulce sabor de tus labios, porque ahora que ya no
escucho los murmullos de un te amo aquí en nuestra habitación, me hace falta tu
mirada la cual florecía mi existencia en
mis noches de agonía y me encantaba ver cómo el aire soplaba tus bellos hilos
de plata.
Tú fuiste el motor que bombeaba mi sangre por mis venas, me enamoré de ti amado mío y pensé que tú serías el amor de mi vida, y eternamente te llevaré dentro de mi corazón.
Tú fuiste el motor que bombeaba mi sangre por mis venas, me enamoré de ti amado mío y pensé que tú serías el amor de mi vida, y eternamente te llevaré dentro de mi corazón.
__Fui y lo soy, y lo seré… es
para siempre amor mío.
Se le borraría la sonrisa
cuando le contara que una foto del momento compartido bajo el árbol se había filtrado
a la prensa. No le diría nada hasta el día siguiente. No quería que dejase de
sonreír como estaba haciéndolo mientras le contaba la cara y el grito que había
puesto y dado Michael al recibir el sobre de admisión en la escuela de artes.
Siguió sonriendo mientras cruzaban el
lobby y le contaba de cómo se habían divertido todos los niños unidos
los ahijados, los hijos de Beto armando un pijama party en la sala de música de
la estancia, con colchonetas y bolsas de dormir. Los más grandes prometieron
pasar la noche en vela mas al rato estaban todos dormidos, exhaustos de las
corridas del día. Tan entusiasmado hablaba de los niños que ni siquiera se
había dado cuenta de que Guillermo que
lo sujetaba por la mano lo apuraba, ansioso por llegar a la habitación y
quitarle la ropa. El rato que habían pasado caminando lo había deseado con la
misma visceralidad de horas antes al despertar, cuando luego de la ducha al
verlo cruzar la puerta del vestidor, le robó el respiro. Nunca, en sus casi
cincuenta años de vida había visto una criatura de belleza tan sublime,
traviesa, elegante, delicada al tiempo que estrepitosa.
Las puertas del ascensor se cerraron
y quedaron aislados. Pedro siguió contándole de los nuevos juegos que
aprendieron los chicos en casa de Alberto, mas Guillermo lo acorraló contra la
pared del habitáculo y lo acalló con un beso que enseguida ardió como paja al
sol cuando Pedro lo sujetó por la nuca y lo invadió con su lengua que lo tomó
por sorpresa. Emitió un gruñido satisfecho dentro de su boca, coló las manos
bajo la camisa y le cubrió el trasero para aproximarlo a su erección.
__Estoy loco por vos, cielito.
¿Lo sientes?
__Sí, te siento y te necesito
dentro de mí. __Pedro sonrió contra los labios de Guillermo__. Y tú, ¿me
sientes a mí? _ quiso saber, y le condujo la mano hasta el cuello justo sobre
la carótida para que percibiese el ritmo desenfrenado de su corazón__. Late
como un loco por ti, solo por ti, Guille.
Guillermo le encerró el rostro
entre las manos y le devoró los labios, literalmente los gruesos labios desaparecieron
dentro de su boca, los engulló, los saboreó los succionó con renovada
desmesura. Desde hacía unos segundos las puertas permanecían abiertas en su
piso, bajaron al sonido de una
campanilla que anunciaba que el ascensor reemprendería su marcha, y corriendo
llegaron a la suite sin dejar el beso.
__La llave _susurró
Guillermo__, dentro del bolsillo del saco __lo urgió frente a la puerta de la
suite__. Bolsillo derecho.
Siempre atrapado en el beso,
Pedro se ocupó de abrir, también de cerrar y encender la luz.
__Nunca entramos como personas
normales.
__De esta manera es más
divertido __alegó Guillermo y lo depositó sobre la alfombra de la entrada__.
Quítate el saco, amor _le ordenó
mientras él se deshacía del suyo. Los arrojó sobre un sillón, hizo otro
tanto con los morrales y ahí mismo, en el vestíbulo de la suite, lo obligó a
darse vuelta y acorraló a Pedro contra la pared. Lo oía reír de sus intentos
por quitarle la ropa con prisas y se apiadó ayudándolo con los botones de la
camisa.
Soltó una exclamación cuando le
obligó a elevar los brazos y le bajó los pantalones para desnudarlo, y otra oyó
de Guillermo exclamativa al verlo solo con el bóxer. Pedro intentó darse vuelta.
Guillermo lo obligó a quedarse de cara a la pared. La risa y la diversión
acabaron cuando comenzó a recorrerlo con las manos que lo tocaban y lo
penetraban por todas partes, un momento le apretaban los pezones o los hacían rodar,
un segundo después le acariciaban el ano de ese modo tan experto que le
arrancaba risa, gemidos y espasmos.
__ ¿Qué tienes pensado?
__Penetrarte aquí, contra la
pared.
__Mantenme muy junto a ti y
deja que tu piel me queme, porque tengo tantas ganas
de volver a sentir tus caricias envolviendo mi ser, por eso cierro mis ojos y puedo percibir cómo el fuego de tus ardientes labios me transportan del cielo al infierno, y muy lentamente me vas llenando de un inmenso placer, mas, abrázame fuerte y ámame hasta el amanecer. Abrázame te lo pido. Porque tú eres mi inspiración, mi amor y mi vida, y la vida es hermosa porque tú formas parte de ella.
de volver a sentir tus caricias envolviendo mi ser, por eso cierro mis ojos y puedo percibir cómo el fuego de tus ardientes labios me transportan del cielo al infierno, y muy lentamente me vas llenando de un inmenso placer, mas, abrázame fuerte y ámame hasta el amanecer. Abrázame te lo pido. Porque tú eres mi inspiración, mi amor y mi vida, y la vida es hermosa porque tú formas parte de ella.
__Déjame
quererte, quiero navegar, naufragar
sobre tus estepas, acariciaré el sol de la noche finita para
izar contigo la bandera del nosotros, colmar
de besos las estelas del vacío.
Déjame volar, vestirme con la sombra de tu cuerpo, esa que dejas caer como al descuido transpirando emociones que describes acunando notas en mi torso.
¡Déjame, caer! envolver la punta de tu boca, penetrar el ojal de tu mejilla, borrar las dudas que suspenden el crucigrama incompleto de las horas. ¡Déjame, creer! Sin que existan letras pequeñas en los ojos tampoco verdades fugitivas o jueces que caminen la oscuridad elaborando paradigmas que perturben la tentación perfecta que provocas.
Déjame, rozar el aliento de las almas ilegales, humedad sedienta de suspiros tan errantes, silueta alucinante de mares cristalinos, encausados en senderos de hojalata.
Déjame volar, vestirme con la sombra de tu cuerpo, esa que dejas caer como al descuido transpirando emociones que describes acunando notas en mi torso.
¡Déjame, caer! envolver la punta de tu boca, penetrar el ojal de tu mejilla, borrar las dudas que suspenden el crucigrama incompleto de las horas. ¡Déjame, creer! Sin que existan letras pequeñas en los ojos tampoco verdades fugitivas o jueces que caminen la oscuridad elaborando paradigmas que perturben la tentación perfecta que provocas.
Déjame, rozar el aliento de las almas ilegales, humedad sedienta de suspiros tan errantes, silueta alucinante de mares cristalinos, encausados en senderos de hojalata.
Déjame
pretender que pudimos y lo hicimos, que
entendimos al revés que giramos
sin devolvernos, que amando nos vimos que sin aguardar nos
encontramos sin luces rojas…
Solo bebiéndonos el lienzo en la piel extendida sorbo a sorbo como
estrellas observando desde lejos el
espejo cautivo de nuestros ojos
brillantes.
Pedro
sintió el palpitar ante la promesa, la sensación que Guillermo le provocaba,
resultaba novedosa como la primera vez en el campo de Pilar.
__Guille
_se quejó, impaciente, porque la presión se había vuelto un latido doloroso en
la pelvis, una pesadez incómoda y le acentuaba la sensación de vacío en las
entrañas, lo necesitaba dentro de él__. Por favor __suplicó, la frente contra
la pared.
Él actuó
sin palabras y Pedro fue adivinando sus acciones por los sonidos. Supo que se había abierto el cinto por el
tintineo de la hebilla, luego que bajaba el cierre y, por último, lo oyó emitir
un quejido, como si algo le provocase dolor, entonces supo que acababa de liberar la
erección.
La
espera punzaba con un erotismo nuevo sin remordimiento alguno que quizá no
habían alcanzado en otros encuentros, más visceral, más animal, menos paciente,
menos comedido. El aroma a sexo aumentaba y le inundaba las fosas nasales.
Jadeó y trató de enterrar los dedos en la pared cuando Guillermo lo hurgó entre
los pliegues de sus glúteos para comprobar que se derretía de la necesidad de
él.
__Soy
tuyo libremente y sin pesar, por favor _volvió a suplicar.
__A
veces es tan intenso lo que me causas, tan inverosímil es estar todo el día
deseando hacerte el amor y ser uno que temo abrumarte.
__Yo
también te deseo todo el tiempo, Guille, no me abrumas, solo pido que siempre
te despierte ese deseo.
Guillermo
respondió impulsándose dentro de él con el mismo espíritu exigente e impaciente
conque sus dedos lo habían recorrido.
En
un acto instintivo, Pedro se puso en puntas de pie, solo un instante, luego se
apoyó sobre los talones, y se dejó invadir por completo y al deslizarse sobre
él, fue aceptando cada centímetro de su carne dentro de sus entrañas, era la
escena de una lujuria incontenible.
__Pedro
__lo oyó pronunciar con acento desfallecido y percibió sus labios en el hombro.
Se
sentía atrapado contra la pared, las manos a apoyadas a los costados de la
cabeza, la mejilla pegada al muro, a merced de él, que lo mantenía inmóvil
sujetándolo por la pelvis y por el pecho, mientras le atenazaba
alternativamente los pezones entre el dedo índice y el mayor, percibía las
ondulaciones de su pelvis mientras entraba y salía buscando el mejor ángulo y
momento para empalarlo. Escuchaba sus propios gemidos irrefrenables, los que él
le arrancaba al sobarle con destreza el glande o acariciar su hombría erecta.
Oía su respiración afanosa y el golpe de sus carnes cuando él se impulsaba
dentro, no tardó en experimentar un alivio devastador, y eso marcó un punto de inflexión
para Guillermo, pues, a partir de ese momento, las ondulaciones de sus caderas
se tornaron en agresivas embestidas hasta adquirir la velocidad que acompañaba
con roncos jadeos, y al tiempo que buscaba aliviarse lo incitaba a Pedro a
volver a ascender la ola, a volver a gozar.
Alcanzaron
juntos el placer, el de Pedro potenciado por los gritos de Guillermo, por la intemperancia
de sus manos, que agregaron un poco de dolor al segundo orgasmo. Lo sintió
agitarse con movimientos espasmódicos en tanto los últimos vestigios de semen
abandonaban su cuerpo y se alojaban dentro del de Pedro.
Quedó
sin fuerzas, y si no resbalaba hasta convertirse en un ovillo sobre la alfombra
se debía a que él lo mantenía en pie al empujarlo contra el muro.
Lo
invadió una sensación desencantada cuando Guillermo salió de su túnel.
Le
envolvió de nuevo en sus brazos. Cruzó la estancia con la misma premura que
antes había recorrido el pasillo hacia la suite y lo depositó en la cama.
Se
amaron cuatro veces a lo largo del día y noche. Se quedaban dormidos, el
primero que despertaba incitaba al otro a abrir los ojos o ni siquiera, y a
continuar con la extraordinaria experiencia de goce físico y unión de almas.
Habían ensayado posiciones, lugares, se habían estudiado mutuamente, se habían
contado secretos y habían compartido sueños a la luz renovada de la verdad.
__No
sabía que podía ser tan perfecto __manifestó Pedro, agitado y satisfecho, con
Guillermo aún dentro de él, tendido sobre su espalda__. Cuando era un donjuán
nunca gocé así con alguna mujer.
__Dudo
que muchos experimenten esto que tenemos, amor _ dijo Guillermo y le besó la
boca aplastada contra el colchón __. Esto es único.
Como
siempre le ocurría en instancias como esa, habría querido preguntarle sobre su
vida sexual con Juan y otros, pero sobre todo con Juan por el cariño y el
tiempo, la edad que los había unido. La
curiosidad y los celos lo perturbaban, como un niño caprichoso quería saber,
que le dijese que a él lo amaba más, que con él gozaba más… como no lo había hecho con su primer amor ni
con nadie. Sabía que se rebajaba con pensamientos de esa índole, y sin embargo
no conseguía cancelarlos.
Lo
sintió apartarse. Guillermo se acomodó a
su lado, exhausto. Lo cubrió con las mantas. Se miraron en la penumbra de la
habitación.
Poco
a poco, los párpados de Guillermo descendieron y cayó en un sueño profundo.
Pedro, demasiado energizado para dormir, se quedó observándolo. Le resultaba
tan incomprensible lo que ese hombre le inspiraba que se preguntaba si era
normal, pero de algo estaba seguro, saberlo hijo de otra mujer, había dado
vuelo a su alma, deseaba estar a su lado en ese amor posible todo el tiempo
plausible.
A la
mañana siguiente ordenaron el desayuno en la habitación, y mientras esperaban,
los dos envueltos en las batas blancas y cómodamente apoltronados frente a la
ventana que daba al jardín, entonces Guillermo llamó a Camila para preguntar
por Gian, el bebé dijo su mamá que había dormido toda la noche.
__ ¿Más
tranquilo? __indagó Pedro cuando dejó el celular sobre la mesa.
__Sí,
más tranquilo.
Llamaron
a la puerta, y Pedro se levantó para abrir.
__Mira
quién es _le pidió y una muchacha de uniforme del hotel ingresó arrastrando una
mesa rodante y la ubicó donde Pedro le indicó. Recibió una propina y se
despidió con actitud sigilosa.
__Estoy
famélico. No es de extrañar después de la maratón a la que me sometió anoche mi
futuro esposo.
__Creo
recordar que fuiste tú quien me despertó para seguir haciéndolo.
__Yo
te desperté una vez, vos las restantes.
__ ¿De
veras?
__Sí,
de veras, y me hiciste feliz cada vez _ dijo, mientras levantaba las campanas
que cubrían los platos__. Nada de platos pesados.
Pedro
dispuso frutas en un plato, tostadas y masas y los acercó mientras Guillermo
servía el café.
Pedro
le preparaba las tostadas con mermelada casera de frambuesa que era su
preferida, se lo había confesado alguna vez, y él atesoraba la información.
Guillermo
lo sorprendió llevándolo a sus rodillas.
__Guille
_ se quejó Pedro, con el cuchillo cargado de mermelada en una mano y el pan
tostado en la otra.
__Dámela
_le pidió, y Pedro le acercó una cuchara llena a la boca para que comiese la confitura llena de frambuesa.
Adoraba
verlo gozar mientras saboreaba algo dulce, lo había espiado meses en los
desayunos, y al recordar aquellos meses en que se impusieron distancia por
Sarah, le parecía una vida pasada, y sin embargo parecía haber transcurrido
para todos un siglo en pocos meses.
__Amo
verte cuando comes mermelada, pones una cara de embeleso entrañable.
__Tengo
debilidad por lo dulce __admitió, y después de dirigirle una sonrisa ladina lo
mordió en el cuello, se lo chupó, lo succionó y después lo obligó a untarse de
mermelada los pezones y se ocupó de limpiárselos de manera meticulosa y
exhaustiva. Cuando hubo terminado, Pedro había perdido la memoria, y le
permitió que lo acomodase y volviera a penetrarlo.
Desayunaron
más tarde en un silencio cómodo y cómplice, intercambiando miradas cargadas de
promesas. Compartieron un baño de inmersión en el jacuzzi, y luego de lavarse
mutuamente, se quedó relajado la espalda de Pedro descansando en el torso de
Guillermo.
Pedro
lo notaba conmovido, se le evidenciaba en los ojos brillantes que habían
adquirido la transparencia de un licor.
__Gracias _ susurró Guillermo al fin__. Gracias por
amarme.
Pedro
lo besó en los labios antes de susurrarle en la boca.
__Siempre,
locamente, eternamente, fielmente.
__Felizmente.
__Muy.
Guillermo
le atrapó los labios con una exigencia que Pedro había creído satisfecha
después del interludio durante el desayuno. Lo obligó a inclinarse contra el
borde del jacuzzi y volvió a tomarlo y mientras
lo hacía, Pedro se dijo que desde amor en el lienzo le había cedido el
mando, y le gustaba, en ese momento era importante para él. Guillermo pensaba
lo mismo luego, si era normal aquella necesidad de pieles y almas de fundirse,
Pedro de sentirlo dentro, el otro de habitarlo o al revés, la de enterrarse en
las entrañas fundidas.
¿Qué
les importaba la normalidad si eran felices? Era la normalidad de ellos, la de
dos hombres que habían visto un amor imposible, luego se habían preguntado ¿y si fuera posible? y
hacía horas lo vieron así, totalmente lícito, y sin reparos.
Pedro
extendió los brazos hacia atrás y le aferró los glúteos y aunque tentado por
cometer la misma osadía de acariciarlo donde Guillermo a él se detuvo.
Solo
bastaron sus dedos esbeltos hundidos en la carne de sus glúteos para que
Guillermo soltase un gemido tan brutal que asustó a Pedro. Lo empujó contra la
pared del jacuzzi y eyaculó violentamente en una parálisis en la que se
ahogaron hasta los respiros afanosos. Pasado un momento, sintió que aflojaba
las manos y que iba despegando los dedos uno por uno de su cadera donde quedó un
sutil dolor.
Todavía
dentro de Pedro y en un mutismo que cargaba la escena de un erotismo
irresistible, le hizo rodar los pezones entre pulgar e índice. Lo surcó un
ramalazo de placer. Guillermo continuó con parsimonia la dulce tortura, en sus
pezones pero también entre sus piernas, donde masajeó y frotó al mismo ritmo.
Le
observaba la espalda, que se arqueaba y se sacudía con movimientos espasmódicos
en tanto la presión causada por la inminencia del placer crecía dentro de
Pedro. Su sonrisa presuntuosa fue desvaneciéndose en tanto la carne de
Pedro trepidaba junto a su piel. Sintió
que volvía a desearlo, a crecer y se sorprendió, después de todo, ya no era un
muchacho de veinte años solo que Pedro desde que se había presentado en su vida
sin permiso, lo había abismado a sentimientos y a experiencias que rozaban lo
sobrenatural, lo inverosímil, como por ejemplo lo que sucedía en ese instante
en que volvía a endurecerse cuando pocos minutos atrás había tenido un alivio
descomunal. Gozaron juntos, Guillermo
echado sobre Pedro, que soportaba el peso de los dos recostado sobre el borde
del Jacuzzi.
Al
terminar, lo rodeó con los brazos y lo incorporó con delicados movimientos. Se
deslizó por la bañera y volvió a acomodarse con Pedro pegado al torso.
Permanecieron inmóviles mientras restablecían el ritmo cardíaco.
Lo sintió
relajarse contra la bañera aunque notó que sus brazos ceñidos en torno no se
distendían.
__ ¿En
qué piensas, amor?
__En
cuánto necesitaba de estos días a solas para hacer frente a Sarah, a Camila, a
Natasha, a la verdad de lo que me quede por saber de mi madre, y en cuánto
deseo casarme con vos, formar esa familia que parecía imposible cuando
escapamos a París a escondidas. Le pediré el divorcio a Camila, no quiero más
farsa, ella sé que seguirá viviendo en la estancia, al menos por ahora, aunque por su bien espero
un día vuelva a amar.
__Y
yo estaré a tu lado en cada paso, amor, y veré de dar mi concierto, y de
retomar la pintura, tal vez ese hombre de la galería que salvó a Sarah me
contacte con alguien que me represente.
__Hay
algo que necesito pedirte, que quiero superar, lo necesito.
__Lo
que quieras amor.
Lo
liberó del abrazo y le indicó que se volviese. Se contemplaron sin hablar. A
Pedro le resultaba fácil atisbar la tormenta en sus ojos.
__Cuando
me enseñaste a amarme en el loft, con amor en el lienzo, hay algo que no
superé, que parte de que antes de saberme gay, no amé a nadie como te sucedió a
vos, es que la primera vez, seguro de que lo era mientras yo lo negaba por
pensar en Julio, Juan me forzó.
__ ¿Qué?
__Por
eso fue tan importante para mí la delicadeza con que me amaste en esos meses,
cuando me acariciabas como si fuese el lienzo a tus dedos, o el teclado, y hay
una nota que no he podido volver a hacer
sonar, y no quiero negarte nada de mí, porque vos me has dado todo. Pedro
quiero… que me acaricies el ano.
__Sí
_respondió mecánicamente.
__ ¿Te
dará asco?
__ ¿Qué
dices? Por supuesto que no, tu cuerpo es mío, enteramente mío y hoy solo mío.
__Sí,
solo tuyo __susurró él serio.
Guillermo
se puso de rodillas frente a Pedro. Este le introdujo la mano entre las
piernas, que Guillermo apartó ligeramente. Mantenían las miradas fijas el uno
en el otro, y lo vio estremecerse mientras con el antebrazo le rozaba los testículos,
el pene en su paso hacia el punto que él
temía. Cada milímetro ganado hacia el objetivo lo volvía más tenso y le
agravaba la expresión.
__Guille,
amor de mi vida, ahora tu cuerpo es mío, solo mío. __Él se limitó a asentir con
los labios sumidos entre los dientes__. No quiero que ninguna parte de tu
cuerpo quede negada atrapada en el pasado.
Guillermo
ratificó su declaración con un brusco asentimiento de cabeza. Pedro vio cómo se
le tensaban los músculos de cuello y cómo se le agitaba la nuez de Adán al
tragar compulsivamente.
__Porque
todo lo que eres es mío, en cuerpo y alma. Incluso esta parte a la que tanto
temes pero a la que yo amo como amo todo
lo que es tuyo. __A continuación le deslizó el filo de la mano entre los glúteos
y se lo pasó una y otra vez por el centro.
Guillermo
intentó alejarse, Pedro lo sujetó con firmeza por el brazo y lo obligo a
mirarlo.
__No
te dejaré volver al sitio donde sufriste, a ninguno de ellos, nunca más. Quiero
que me tomes como anclaje como yo a ti, que te quedes aquí conmigo, y que seas
feliz. __Guillermo lo contemplaba con ojos cargados de desesperación que se
movían rápidamente__. Tú eres mío, Guille__. Mío. Y esto es nuestro. De nadie
más, ya nunca habrá nadie más-
__Sí
_repetía para convencerse.
__Haya
sucedido lo que fuere en el pasado, hoy somos solo nosotros, quiero que te permitas
gozar con estas caricias _dijo, y usó los dedos del modo en que Guillermo los
había empleado en él__. No tengas miedo, amor. Confía en mí __ dijo, empleando
las mismas palabras que en aquella época en el loft.
Lo
vio crecer delante de él, y la situación le resultó fascinante, y mientras con
una mano seguía tocándole el sitio al que Guillermo tanto temía con la otra lo
masturbó. El orgasmo lo sacudió poco después y Pedro no apartó la vista del
rostro contraído en una mueca de sufrimiento. Con los últimos gemidos se
abalanzó sobre él y rompió a llorar.
__ ¿Por
qué? _ se preguntaba entre ahogos y lágrimas.
Pedro
se limitaba a apretarlo contra su pecho y repetirle te amo, por cada cuestionamiento.
Se sentó contra la pared de la bañera y recogió a Guillermo en su regazo. Él
parecía querer hacerse pequeño con las piernas encogidas y los brazos en torno
a su cuello.
__Gracias
_ le susurró en la coronilla.
__ ¿Por
qué?
__Por
darme tu dolor, porque sé que todo cuanto me diste nunca lo brindaste a nadie,
no de un modo absoluto, y ahora que lo tengo puedo ayudarte con la carga como
vos me ayudas con la mía.
El
silencio era forzado, Pedro buscaba controlar la emoción y el llanto.
__Cuando
te vi llegar a la estancia de la mano de Sarah __habló un momento después con
voz insegura__, cuando sentí lo que sentí y disimulé o no, eso tan fuerte y
extraño que hasta descargó en puñete, supe que estaba frente a alguien
distinto, y lo presentí antes, alguien especial, pero no estaba preparado para
nada de lo que vino después, la felicidad más absoluta, el amor, la pasión que
me despiertas, nada de todo eso pude avizorar simplemente porque no lo conocía
__dijo con seguridad__. Hubiera sido como pedir a un ciego de nacimiento que
describa los colores, solo conocí el abuso y el sexo, jamás el respeto y el
amor antes de vos, cielito. La única certeza con la que contaba y al tiempo
torturaba por mi madre, era que te quería en mi vida, conmigo, para siempre.
Después llegó la sorpresa, cuando me hiciste descubrir la felicidad, el amor, y
la pasión, pero lo que acabas de hacer por mí _ dijo y alzó la vista__ algo que
sí conocía y algo que le temía me ha devuelto mucho de lo que perdí en mi
adolescencia. No creí que podría pasar por algo así de nuevo, y cuando
estuvimos en el loft debí decírtelo pero me sorprendió cómo te disfruté dentro de mí, y ahora
entiendo cómo lo cambias todo de una manera inexplicable.
__Igual
que lo haces tú conmigo, Guille, antes me preguntaba por qué me había tocado
una vida tan vacía y cruel, y desde que te conocí la pregunta cambió, y me pregunto
qué hice para que la vida me regale a un ser tan perfecto.
Guillermo rio, y cuando la risa languideció, quedó la sonrisa que Pedro
tanto amaba.
Envueltos
en las batas de toallas, acostados en la cama de lado, uno frente al otro, se
contemplaban sin palabras.
__ ¿En
qué pensabas recién mientras te daba placer?
__Me
aferré a vos para no recordar lo que otros pudieron hacerme __le confió.
__Me
convertí en tu anclaje __concluyó Pedro__. ¿Qué pensabas de mí?
__Reviví
el primer orgasmo que te dio un hombre, cuando hicimos el amor bajo el cielo en
Pilar.
__Amor
_se conmovió, y lo besó en los labios.
Cuando
sonó el celular, Guillermo distraído alargó la mano hacia la mesa y respondió,
pensando sería Camila, era Sarah.
__ Supongo
que debiste preferir que muriera en el atentado, así podías liberarte de mí y andar
de la mano de Pedro, ¿verdad traidor?
__Basta,
Sarah.
__Sarah…
Ya ni madre me dices al parecer. Gay, libre de todo lo que quiso Julio, y me
robaste a Pedro.
__Yo
no le robé nada, el amor no se hurta, y no sos mi madre, Sarah.
__ ¿Vas
a negarme ahora para sentir menos culpa?
__No
es eso, es que di con la verdad, no soy su hijo, encontré la carta
de papá, iré mañana a Pilar, Sarah, creo me debe varias explicaciones que mi
padre, no pudo o no quiso dar. No soy su hijo biológico, no le robé a Pedro, sí
me enamoré de él, y él de mí, pero nuestro amor… no es imposible.
CONTINUARÁ.
IDEA
ORIGINAL. ALBERTO MIGRÉ. 1973.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO.
ESCENAS
EXPLÍCITAS.
Stella Me gusto.🙏
ResponderEliminarMercedes Precioso
ResponderEliminarLily Rz Muy hermoso !
ResponderEliminar
ResponderEliminarTeresita Bellisima
Delia Bellísimo
ResponderEliminarBlanca Hermoso
ResponderEliminarMaravilloso Eve...Qué menos puedo decirte de este amor increíble, de esta relación plena de seducción y entrega que sin dudas es, y será para siempre, posible...
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