domingo, 8 de septiembre de 2019

VECINOS CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS.


VECINOS

CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS.

 Roma.  Abril  de 2018.



VECINOS



CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS.



 Roma.  Abril  de 2018.



__ ¿Qué pasa papá?  __preguntó Fabián en voz baja.



__Hijito necesito que me hagas un favor _respondió el padre mirando a lo lejos a Pedro jugando con Malena.



__Dale ¿qué pasa?

__Pasa que llevamos un mes sin pistas de la madre de Pedro, y sufre, lo sé __dijo embargado de emoción__. Muchas noches tiene pesadillas y otras ni siquiera duerme, necesito que me hagas un favor.



__El que quieras, ¿qué?

__Quiero que lo entretengas con Malenita, él los adora.

__No entiendo. ¿Que lo entretenga para? Ustedes siempre están juntos.

__Justamente solo aceptará separarse de mí un rato si es por ustedes, necesito ir al penal pero solo __ dijo muy serio.



__ ¿A ver otra vez a ese hombre? ¿Acaso no me contaron que no sabe nada?

__Lleva muchos años encerrado y le creo que no sepa exactamente del paradero de Diana pero se me escapó algo y quiero averiguarlo, pero tampoco quiero crear falsas esperanzas porque él se sentirá peor.  Y ese hombre no tiene cómo comunicarse con nosotros,  quiero llevarle un burner por si recordara algo que pueda servir __informó Guillermo.



__Pero no te dejarán que le dejes un celular o se lo robarán.

__Sí si lo pido al director del penal y le explico, si lo revisan y desarman y ven que solo tienen mi número, confía en mí, aun encerrado, Alberto es el único que puede darnos pistas de Diana.

__ ¿Entonces?

__Entonces le pedirás que los acompañe al Vaticano le dirás que deseas subir a la Cúpula y que necesitas que cuide a la nena, o donde quieras que no pueda entrar Malenita, él no se negará a cuidarla, y yo le dice que estoy grande para eso, que me quedaré descansando o pondré cualquier excusa solo necesito un par de horas ¿puede ser?

__Yo le digo, pero no sé si aceptará y además ¿no iban al convento ese primero? ¿No puede estar allí?

__Iremos al convento, pero antes se me ocurre algo más, te contaré luego,  a él incluso.

__ ¿Y por qué no puede ir contigo?

__Porque ver al padre lo pone mal, no lo ha perdonado, no lo hará hasta no encontrar a la madre y quizás ese hombre me diga cosas que no a él, no hagas tantas preguntas anda, dile __continuó__. Vamos hijo si lo que pienso resulta luego se lo diré, sabes que no tengo secretos con Pedro.



Rato después.



__Guille yo no tengo problemas y me encanta cuidar de Malena pero ¿por qué no vienes con nosotros? _interrogó Pedro abrazándolo.



__No precioso estoy cansado esto de mudarnos a esta casa y de andar caminando todo el día para mí es demasiado __mintió__ soy un hombre grande y sé que Fabián quiere subir a la cúpula anda ve, pueden turnarse para  cuidar a la nena, y subir los dos, yo soy un hombre grande y en esa no me apunto, mientras me echaré una buena siesta.

__No puedes dejar de subir,  perderás la mejor vista de Roma _ dijo Pedro mirándolo con desconfianza.



__Miro una postal.

__No es lo mismo.

__Dale Pedo ven con nosotros,  parecen estampillas ustedes, además en esta estoy de acuerdo con mi viejo,  es demasiado para que lo suba, no está acostumbrado a hacer ejercicio.

__Por favor Pedrito ven, no quiero que Fabián pierda cosas por mí _suplicó Malena que sentada en el regazo de Guillermo le acariciaba el rostro.



__Bueno, está bien,  ganaron por esta vez y solo porque recién nos trasladamos a esta casa, vamos yendo entonces.

__De paso compren algo rico para cenar, no quiero salir todas las noches.

__No te gusta nada de la comida de otro papá.

__La del hotel era de terror, traigan algunas pizzas y un buen vino, luego localizaremos algún supermercado y alquilaremos un coche para andar _pidió Guillermo mientras ordenaba ropa en el vestidor.



__ ¿Vos comiendo pizza? __ preguntó el hijo.



__Hijito si no pruebo pastas y pizzas en Roma no sé qué puedo comer…  consigan leche para Malena y algo para la cena, ya mañana encontraremos algún mercado.

__Y postre, ese que comimos fuera Fabi.

__ ¿Qué comieron además de tomar todos los gustos de helado?

__Tiramisú papá, Fabián dice que lo hacen acá.

__ ¿Le diste café a tu hermana? _lo amonestó el padre.



__No papá le di queso, es queso no te quejes.

__Es queso con café y con chocolate y  eso si con suerte no le ponen licor.

__No papi, no te enojes.  Fabi me sacó el azúcar con café que lo cubre y me fue dando solo el queso pero es rico igual __ le dijo Malena acariciándole las mejillas ante lo cual Guillermo ya no opuso resistencia.

__Bueno, ya, está bien, trae cuatro opciones de tiramisú, pero vayan ya que perderán la excursión y que quiero dormir un par de horas.



“Estaba sentado en tiempo y forma, el lugar preciso en el momento oportuno, frente a mí, el incesante goteo de la oxidada canilla producía en el balde de plástico un rítmico y seco sonido. Podía intuir lo deterioradas que estaban las paredes, y el olor a humedad completaba el cuadro siniestro que podría haber sido pero no, debido a la naturalidad del mismo. Pero toda mi atención descansaba en el goteo que poco a poco y a medida que mi concentración aislaba todo lo demás, se incrementaba en sonoridad y tensión. De a poco comenzó a alterarme a tal grado que los síntomas que generaba esta insoportable secuencia de disparos que se repetían una y otra vez, estaban por desquiciarme. Llegué al punto de odiar mi situación actual, sentía como si la sangre circulara en sentido contrario y el oleaje con que aparecían las náuseas se sincronizaba con el estallido de las gotas al dar contra el espejo de agua del interior del balde. No lo soporté más y me levanté furioso y descompuesto. Al abrir la puerta, me recibió un abismo oscuro y tenebroso que pedía por mí, me incitaba a dar el paso necesario para que mi humanidad fuera devorada por el mismo. No cedí al impulso pero miré, quería develar su significado pero un fuerte viento ascendía con fuerza y me impedía la contemplación. Súbitamente y sin mediar advertencia del significativo hecho, voces ininteligibles y grotescas acompañaban al aterrador sonido del viento ascendente. “Despreocupado” fue lo primero que entendí, aunque la voz no me resultó conocida, “despreocupado” oí otra vez, en el preciso instante en que recuperaba la consciencia debido a los golpes que casi paralizan mi corazón.
“¿Ocupado?” resonó tajante la pregunta.
“Ocupado”, fue mi respuesta desprovista de gentileza mientras el goteo volvía a ser solamente eso, un goteo.



Tras un mes en el viejo hotel de  habitaciones minúsculas de la parte antigua de Roma al fin nos mudamos a una casa alquilada, porque supimos que la cosa no será simple,  al menos aunque es vieja como todo acá y tiene ruidos que confunden la nena,  puede correr fuera y está cerca de la playa.”

Apenas logré que salieran los chicos llevándose a Pedro, pedí un coche de alquiler y  regresé al penal, hay algo que no pensé antes y que nos puede ayudar. Y no quise que Pedro piense mal pero es necesario seguir en contacto con el padre, puede recordar algo que sirva y no dejamos nada donde pudiera localizarnos.



Penal.



__No Alberto Pedro no sabe nada que vine, es solo que quise traer el burner y preguntarle cosas que con la emoción y expectativa pasamos por alto __ explicó Guillermo extendiéndole el celular   por sobre la mesa.



__Me lo quitarán.

__No mientras se comunique conmigo, cuide que no se lo robe un preso,  por la gente del penal no se preocupe, está autorizado a tenerlo y  necesito que ante cualquier cosa que recuerde que pudiera servirnos para dar con Diana me llame __ le pidió.



__Está bien pero  yo no les he mentido antes, he dicho de verdad…  lo que sé.

__Y le creo, es que por cuidar de las emociones de Pedro yo mismo omití de preguntarle cosas importantes que pueden darnos pistas. Quiero que sepa que si Diana está viva y ellos me lo piden tal vez podría ayudarlo a que lo trasladen  de país o a reducir la pena _comunicó Guillermo y el hombre meneó la cabeza.



__Le agradezco pero no es lo que pretendo si no el perdón de ellos, yo nunca me perdonaré lo que hice, cargo con demasiadas culpas. Le contaré algo.

“¿Cuánto tiempo dura la condena? Ya sé, hasta que muera, pero la pregunta va más allá, todos tenemos pecados que nos siguen el rastro y aunque a veces nos olvidamos de ellos, en algún momento te abofetean otra vez, y así sigue la rueda. ¿Pedir perdón? ¿Arrepentirse de verdad? Ya pasé por eso hace tanto y tantas veces pero no hay consuelo, la bofetada otra vez. ¿Cambia la cosa que uno fuera niño, joven, o adulto? Para mí no. ¡Maldición! ¿Qué quiere ese fantasma? ¿Hasta cuándo va a ser mi sombra? No lo quise hacer, o sí pero no en lo cabal de mi juicio, en la reflexión varonil de la sentencia carente de error. Más bien, en la estupidez de la adolescencia revestida de barba facial y voz de tono rasposo. Mi juicio es eterno y yo soy el implacable e incorruptible juez.
No me quejo del punitorio, uno debe aprender a vivir con ciertas cosas, pero qué clase de vida es. Desearía ser un psicópata y dejar esto atrás pero atrás todavía está. Seguro que espera la justicia del llanto demencial, la imagen del pecado entremezclada en cada abrazo, en cada felicitación, en la alegría mayor, que por la intromisión no llega a serlo. Si al menos alguien me ayudara de una vez y parara este dolor. Dolor invisible a los demás, la cáscara afilada de pan que desciende y desprende sangre y piel, que rasga y divide sin que dejes de sonreír. No se puede mostrar, hay que aguantar. “Seguí hablando y hablando”, me aconsejaron, y aquí estoy una vez más frente al instante que jamás me dejará de herir.
El sábado 12 de noviembre, planeábamos cómo seguir con mi novia, apoyados en la cerca del puerto en el paseo que bordea el profundo y caudaloso río. El muelle contorneaba el negro de la noche fresca y rociada de amor. Una figura desdibujada apareció desde lejos corriendo o tratando de hacerlo por el delgado muelle del río. Paraba y seguía en una rutina de desconsuelo fácil de entender. Cuando los dos la vimos, ya estaba cerca. Se paró frente a nosotros a llorar y agarrarse el cabello, estaba descalza y la firme cerca ponía otra barrera entre los tres. “No aguanto más”, dijo llorando, y por lo bajo la juzgué drogada y perdida. “Me quiero matar, me voy a tirar”, amenazó entre lágrimas y su sombrío hablar. La miré y con total indolencia forjé  la sentencia que gravita con la misma fuerza aún hoy: “Tírate hermana, dejó de sufrir y molestar”, me miró con la piedad que yo no tuve, se dio vuelta e iluminada por las estrellas, desapareció en el sonoro y oscuro ruido del agua que la recibió.
La encontraron río abajo, a unos kilómetros dos días después, los diarios dijeron que había perdido al bebé que estaba gestando hacía siete meses, producto de una paliza que le propinó su pareja. A mi pareja de ese día, no la volví a ver y la entiendo, tuvo una vista gratuita y anticipada del monstruo con el que tendría que lidiar con el tiempo. Cómo no la voy a entender. “


¿Cree que estar fuera de acá puede significar algo? No doctor, esto que le cuento ocurrió antes de conocer a Diana, y por esto es que asesiné a mi amante y no a ella, creo, mas yo estoy condenado desde que nací, merezco lo que me sucede, nunca el amor de ella  o de mi hijo,  ellos serán felices sin mí__ dijo sinceramente y Guillermo asintió__. ¿Qué cree puede ayudarle?



__Usted dijo que Noelia su amante, estaba casada,  el plan era matar a Diana y a su esposo ¿verdad?

__Sí así es.

__Bueno eso necesito y omití saber,  quién es ese hombre, dónde puedo hallarlo,  quizás  él sepa algo de  Diana. ¿La conoció? ¿Qué sabe él? ¿Dónde puedo verlo?

Alberto permaneció en silencio como buscando los recuerdos.

__No sé si conoció a Diana, en realidad creo que no,  pero igualmente por lo que supe  acá dentro, ese hombre murió.  En realidad fue todo muy raro, era el ser más poderoso y al tiempo siniestro que he conocido, y supe que  estuvo preso y fue a juicio porque según se dijo había asesinado a su esposa… era casado.  Noelia era su amante oficial pero a su esposa no la tenía en cuenta. Le tomó la defensa el mismo abogado que hizo que me condenaran, un genio, por ello aunque todo lo condenaba a mí no me pareció raro que el veredicto fuera inocente.

__ ¿Adónde puedo hallarlo? ¿Por qué dice que murió?

__Es que al salir de tribunales y todo esto lo supe estando acá pero no creo me mintieran, pero se dijo que el coche donde iba con el abogado desbarrancó, y murieron,  los dos están muertos…  los dos.

__ ¿No cree que haya sucedido? _ se interesó Guillermo.



__Sí, creo que están muertos, lo que no creo es que fuera un accidente, pero eso es otra larga historia que no creo tenga que ver con mi familia.

__ ¿Y algún familiar que haya conocido o el nombre de sus empresas? Si era tan rico, tal vez sigan en marcha __ preguntó Guillermo.



__Es probable pero hasta donde sé, su mujer era toda su familia,  sí debería tener gente que manejara las empresas, las tenía por toda Europa y de todo tipo, hasta pozos petroleros e islas en Grecia pero no sé a nombre de quién o qué… __se interrumpió.



__ ¿Qué sucede?

__La esposa…   ella sí tenía un hermano,  lo había olvidado disculpe,  era casi tan poderoso como este hombre y nunca lo quiso, más bien se odiaban porque lo conocía y sabía que había usado a su hermana para aumentar su fortuna. Recuerdo que una vez quiso hundirlo cargando droga en uno de sus barcos y en medio del mar Demetrio este hombre lo hizo volar antes que lo descubrieran, pero él se salvó, nadie supo cómo.



Su cuñado y él vivieron en guerra toda la vida y lo fundió a ese hombre con trampas y nunca sana competencia.

__Me sirve y mucho, Alberto ¿dónde está ese hombre? Lo conoce ¿verdad?

__Lo vi un par de veces sí, es que ha pasado tanto tiempo que no recuerdo… Barcos, astilleros, petróleo…  es lo que tenían los dos. Y a su esposa la conquistó mintiendo y luego la culpó de tener un aborto y ya nunca más la tuvo en cuenta, prácticamente vivía con Noelia.

__ ¿Podría recordar los nombres de las empresas y el del hermano de esa mujer?

__Lo intentaré le prometo,  es el cuñado de Demetrio,  intentaré recordar, sé que era más joven, quizás esté vivo…  le prometo que lo intentaré.

__Bien, si recuerda algo llámeme o envíeme un mensaje.

__ ¿Ya fueron al convento?

__No todavía  o mejor dicho fuimos a uno, pero creo que equivocamos el sitio, ojalá ella estuviera allí, pero quiero disponer de más datos, lamento que ese hombre esté muerto.

__Cuente conmigo, doctor es lo menos que puedo hacer por Diana, lograr que pueda reunirse con su hijo.



Percibo la presencia de Pedro antes de despertarme del todo. Siento en mi piel  la calidez que irradia su cuerpo. Con la placentera sensación del tacto de su piel sobre la mía abro los ojos y veo la mañana neblinosa y al encantador Pedro Beggio profundamente dormido y enroscado en mi cuerpo como una enredadera, como un helecho, con su mano en mi vientre y la cabeza reposando en mi pecho. Lo sujeto con un brazo por los hombros con gesto posesivo, ojalá pudiera ahorrarle tanto dolor, desnudo y muy pegado a mí. Sonrío satisfecho cuando mi propio cuerpo se excita, ¿es que nunca me cansaré de este hombre?  lo dudo.

Permanezco acostado un rato disfrutando del calor de su cuerpo y del perfume de su pelo. Él se remueve y masculla algo ininteligible, entonces parpadea y abre los ojos.



__Buenos días precioso _susurró_. Esta es tu llamada de despertador.





Y lo volteo boca abajo sobre el colchón. Antes apenas parpadea un par de veces, le beso la punta de la nariz y le acaricio con la mía el punto sensible detrás de la oreja. Él esboza una amplia sonrisa, mientras me abraza por el cuello y mis manos se deslizan por sus veredas hacia sus pezones haciéndolo gemir.



__Hoy tengo ganas de ti... Tengo ganas de amarte sintiendo tus labios sedientos de ti y de mí, sin ti, quisiera besar tus labios sosegados que descansan en una fotografía,  que no sé ni cómo la tengo... creo que te la robé.
Esta noche quiero amarte sin motivo alguno, hoy tengo ganas de ti, de nosotros, de los dos,
de tanto amarte, hasta el cansancio y todavía amarte y no olvidarte y tú sin saberlo, sin sentirme,  sin soñarme y sin tenerme en tus ganas de mí,  en  la música  que me dedicas sin saberlo  cuando la escucho  a solas pensándote y sin tiempo de olvidarte, deseándote en cada beso sin ti, imaginándote mío de mí. Y sin querer ruedan mis lágrimas, en la soledad que no te tengo y te deseo, beso tus ojos, míos, y no lo sabes,   me gusta tu mirada esquiva de la mía.
Huyes de mis pensamientos pero te alcanzo  con mi amor y mis deseos solo para amarte, en el tiempo y en la distancia cuando  nació este amor en contra de los dos.
Hoy precisamente tengo ganas de ti y de mí  en mis sueños donde te tengo mío, sin importar,  siempre te sueño mío y yo de ti,  con la pasión del beso de la despedida  la noche aquella que me dijiste adiós...  amo todo de ti, hasta tus enojos,  porque me enloqueces y me excito con tu mirada furtiva en cada pelea.  Besos míos y abrazos míos,  amores míos que nunca olvido, cuando olvide diré todos los secretos de ti y de mí.  ¡Hoy tengo ganas de ti y  te tengo! ¡Te Amo, todavía te amo!

Tú, yo, nosotros dos; ardemos como un volcán en erupción, con desenfreno apasionado, con el magma brotando, dos cuerpos explotando,  por instinto, por pecado, extasiados ante el fuego, el desorden infierno humano, como fieras acechando noche a noche.

Surcamos cada célula viva, explorando nuestra sensualidad, el erotismo y las fantasías, navegando en ese mar, descubriendo océanos sublimes que no se hacen esperar, entre sábanas blancas bullendo sin piedad.

Caramelo son nuestras noches, vistiéndonos de pasión, deshabitada, sorda, sin ruidos, tiritando de frío, y tú mi abrigo, es el calor, el sudor, el brío del verbo amar, emociones a flor de piel, destilando pura miel.

Encadenados, prisioneros hasta el amanecer, enloqueciendo, sin recato, mirándonos frente a frente, tierno, dócil te vuelves ante mi esencia, mezcla de aromas que se fundieron y que solo ahora somos un sueño y una realidad entrelazando nuestras manos.

Tu mirada que me aclaró la mañana, tu voz es una suave melodía que llega como aroma de primavera en el amanecer, con los primeros rayos del sol te escurres entre la persiana, entibiando las sábanas… te veo a los ojos y allí ese amor que me inunda por completo el alma, te vuelves mis sentidos, mis latidos.

Voces como caricias entre dormidas nos entregan los primeros te amo del día… mi mirada que te atrapa, mis sentidos que se escabullen entre los corazones y tu bata, que como latidos se multiplican y logro al abrigo de esas sábanas y entre el cobijo de la mañana viajar por tu piel, en ascenso desde la tibieza y suavidad de tus piernas.

Y a la espalda de nuestras palabras y miradas, delineo en caricias tu cuerpo, interrumpo con mis sentidos el contacto de la playera con tu espalda, la aíslo de tu vientre, sigo en ascenso por tu pecho, es inevitable, pero se hace casi imperceptible para ti, que mis labios te saboreen pues sienten que dejan besos en el recorrido por tu cuerpo.

Por un instante descansan mis sentidos entre tu pecho y tu cuello… luego continúan su caminar en caricias por tu hombro donde lentos caen suave allí mis besos, es ahora mi mirada quien guía a los secretos sentidos para que viajen por tu rostro, que mis labios sientan, se posan en tus ojos… desciendo hasta tu boca donde en un apasionado beso siento yo, que de madrugada todo tu amor me bebo.

__



“El sol brilla, el aire es fresco, frío, la música suena en el reproductor de CD del coche que hemos alquilado, mientras los chicos seguían dormidos, y lo miro de reojo y veo cómo va siguiendo el ritmo de la música tamborileando los dedos de una mano sobre el volante. Me mira  de soslayo, y siento la tensión creciente en la entrepierna.

Dios, este chico me tiene loco desde el mismo día en que lo vi en medio del desorden del departamento cuando era… mi vecino. Su sonrisa ilumina el interior del auto… y a mí.

Correspondo su mirada con una sonrisa maliciosa y recuerdo lo sucedido esta mañana… y anoche… le he dicho que intentemos de a ratos pensar que estamos de vacaciones.

Él se coloca el pelo alborotado detrás de la oreja y aflora un rubor inocente en sus mejillas. Quizá también está pensando  en lo de esta mañana. Eso espero. Lo imagino en la cama con la cabeza echada hacia atrás por el éxtasis, abre la boca al gritar y estallar con el pelo  revuelto. Se me acumula toda la sangre en la parte baja del cuerpo al pensarlo. Sí. Me ha parecido que disfrutaba  más que nunca. Que disfrutaba muchísimo. Me remuevo en el asiento al recordarlo y alargo la mano para darle un apretón en la rodilla.



__ ¿Estás bien?



Pedro asiente con la cabeza, y veo un brillo en sus profundos ojos marrones.



__Yo también.

 Le tomo una mano, me la llevo a los labios y le doy un beso de agradecimiento en la palma abierta.

Me siento jubiloso, más que jubiloso, extasiado. Soy más feliz de lo que jamás he sido… desde… desde la muerte de Bruno y mis padres. No. Desde antes de las muertes de ellos. Y sé que se lo debo a Pedro…  mi vecino.

Sin embargo no quiero obsesionarme con el sentimiento. No quiero hacerlo, para mí amar es algo nuevo y puro, y aún, un tanto desconcertante. Nunca me he sentido así antes de él. Y la verdad es que resulta emocionante.

Voy de compras con un hombre y estoy deseando hacerlo.  Tengo tanto, todo y él casi nada, sé que eso lo hace sentir mal, pero todo es pasajero. ¿Es la primera vez? Es que vamos al convento, y en verdad  es que para el tiempo que hace no tiene ropa adecuada.

Es orgulloso, y sé que voy a discutir a la hora de comprarle ropa nueva, se ha mostrado muy poco convencido en el desayuno al respecto pero en verdad no tiene opción. Ahora mismo va sentado a mi lado con unos jeans viejos, una camiseta y unas zapatillas y no es lo que deseo que lleve si encuentra a su madre.

Apenas se ha recibido, no ha querido aceptar regalos ni dinero de Fabián más allá del pago de pasajes y alojamientos pero es una batalla perdida para él.

Dejamos el auto en el espacioso estacionamiento del muelle. Pedro se muestra curioso, creo que ante la vista del agua siempre se traslada a su infancia y a Chile aunque no me lo dice se muestra curioso y husmea a través del parabrisas el entorno que nos rodea.

__ ¿Quieres echar un vistazo? __le pregunto y bajamos del auto.



Es una escena de postal: edificios y casas de campo antiguas construidas en piedra alineadas frente al pequeño puerto donde hay amarrados unos cuantos barcos pesqueros inactivos porque es domingo.

__Es una buena visita __comenta, Pedro.



Lleva el abrigo bien cerrado, le rodeo los hombros con un brazo y lo acerco a mí.

__Vamos a comprarte ropa de abrigo __le sugiero con una sonrisa pero el enseguida se zafa del abrazo.



__Guille, no puedo permitirme ropa nueva, ya demasiado han gastado en mí, me basta con lo que tengo.

__Lo que tienes es ropa del verano, pero acá ha comenzado a hacer frío y no seguirás así, yo invito.

__ ¿Qué invitas?

__Pedro no tienes nada y para mí es muy fácil solucionarlo. Por favor déjame hacerlo. Quiero hacerlo. Ya cuando regresemos y comiences a trabajar  también me harás regalos.

__No está bien que siga aceptando dinero además de lo que llevan gastado en este viaje.

__ ¿Quién lo dice?

__Yo lo digo yo.

 Lanzo un suspiro.

__Pedro, amorcito, llevamos meses juntos, cuando te necesité a mi lado no dudaste en dejar de trabajar, y de perder dinero, es más ni siquiera…  cuando te citaba a la casa del Delta a cualquier hora suspendías tus clases, digamos que te lo debo.

__No me debes nada, lo hice porque quise,  quería acudir a esas citas, y entonces pude sentir.

__Mi  amor, yo me vengo ofreciendo a comprarte ropa desde conocerte, desde antes de tener sexo con vos. Estás helado. Mírate, esa ropa pase para cuando estábamos en Buenos Aires en verano pero no para el frío que hace acá.

Por favor _insisto__. Sería un gran placer para mí.



Frunce sus bellos labios inconmovibles. Lo intento con otra táctica.

__Voy a comprártela de todas formas, lo quieras o no. Así que puedes acompañarme y elegir algo que te guste o dejármelo a mí.

Por favor hazlo por mí.

__Sí.”



“Guille tiene razón, necesito ropa de invierno…  diablos apenas alcancé a recibirme que se dio lo de su enfermedad, lo de Malena y casi no pude trabajar ni ahorrar para enfrentar este viaje. ¿Por qué me niego con obstinación a su generosa oferta? Es que siento que ha sido demasiado generoso conmigo ya  dándome placer y enseñándome a sentir ¿o es que aún siento las voces escandalizadas de los mandatos de mis abuelos al respecto?

¡Basta!

No voy a permitir que gente sin escrúpulos  me hagan sentir culpable, Guille aún no es mi marido, pero solo porque no hubo tiempo, por Ana pero jamás nos vamos a separar. Además él dijo que tomara esto como vacaciones por si no encontramos más que lo que sé que no es poco sobre mi paternidad, y si hacerme regalos le proporciona placer después del placer que él me ha enseñado y proporcionado ¿cómo negarse a aceptar sus ofrecimientos?

Me ruborizo al recordar, ¿cómo lo ha llamado? La llamada despertador. Que me despierte así toda la vida, y luego me ha preparado el desayuno, me ha mimado demasiado.

Hacía tanto que nadie me mimaba como él.

¿Alguien alguna vez me ha mimado?

Levanto la vista para mirarlo y el corazón me da un vuelco. Él gira la cabeza para mirarme, con expresión de alegría, y en su bello rostro aflora una sonrisa radiante. Esta mañana tiene un aspecto travieso…  cuán diferente se ve a cuando lo crucé en el edificio   en que solo era mi vecino.

El lugar está a rebosar de gente, niños jugando, parejas de ancianos del brazo, otras jóvenes besándose, a veces me maravilla que todos puedan manifestar su afecto con tanta libertad por las calles, incluso nosotros que sentimos diferente.

Algún día ganaré dinero suficiente como para poder devolverle todo lo que con esa mágica tarjeta que pasa a los vendedores, tanto él como Fabián llevan gastado en mí.

Una hora después salimos del sitio, con un fondo de armario nuevo para mí y me parece que Guille gasta demasiado, pero insiste que no si lo hace en mí.”

__



____Disculpen la demora es que no recibimos demasiadas visitas y además la hermana Theresa hace años que murió__ nos dice una secretaria laica que no hace demasiado que está en el convento__  pero he buscado en los archivos, las hermanas son muy meticulosas con todo, y sí efectivamente Diana de Beggio ha estado acá.



Tomé estos días para recabar información y la hermana Magdalena que ya es muy anciana al fin la ha recordado, es por ello que ella los espera, aunque no sé si les sirva de ayuda lo que sabe.

__Todo nos sirve, señorita, ¿podría ver esos libros? __pidió Guillermo.



__Se perdería doctor, acá tengo las fechas de ingreso y egreso de Diana,  la primera vez estuvo acá cuatro años, al quinto vino a buscarla  quien dijo ser su novio…  Alberto Beggio, se casaron acá, la habían dejado los padres, no tenía más que unos documentos, y nada de ropa ni dinero.

Pero esperen acá por favor, la madre Magdalena podrá decirles lo que recuerda que no es demasiado, el convento fue de clausura hasta no hace mucho y casi solamente ella hablaba con la madre Theresa, tienen suerte de que alguien aún recuerde algo.



“Unos quince minutos después, una anciana de rostro afable, transportada por una novicia, entró a la sala en silla de ruedas, y se presentó como la hermana Magdalena.”



__Dianita la chiquita sin memoria _dijo al evocarla, y Pedro sintió un estremecimiento__. Yo reemplacé a Theresa como madre superiora y por ello tuve acceso a la información __continuó.



__ ¿Qué puede decirnos hermana? Lo que sea nos ayudará.

__ Ay muchacho, tu mamá siempre creyó que estabas muerto y creo que también tu papá, fue el dolor que la enloqueció luego del parto.

__Sí eso lo sé. Mis abuelos le mintieron, yo estaba en algún lugar y regresé con ellos de aquel viaje a mi país.

__A ella la internaron acá diciendo que eran exiliados políticos por la dictadura en Chile, que estaban sin nadie ni nada y que no podían ni regresar ni hacer nada por ella y como la pobrecita estaba tan mal luego de que naciste, creímos poder ayudarla.

Ella al parecer tuvo una depresión o demencia puerperal nos dijo el médico entonces, luego supimos que solo no quería hablar ni vivir, ella solo recordaba que había visto tu cunita vacía y que tus abuelos le dijeron que estabas muerto, entonces salió en camisón, una noche de tormenta y se perdió, cuando la encontraron estaba sangrando, en shock, el parto al parecer era muy reciente, y casi estaba helada…  pasó días internada y ya no recordó a nadie. Tus abuelos nos pidieron asilo para ella,  y prometieron volver cuando pudieran regresar a Chile, pero…

__Nunca regresaron.

__Nunca, ni siquiera para saber si estaba viva, y ella no recordaba nada ni a nadie, hasta que empezó a llamarte. ¿Eres Pedro?

__Sí __musitó, Pedro embargado de emoción.



__Lo primero que ella recordó y dijo, antes que su nombre fue que su hijo se llamaba Pedro, pensaba que estabas vivo, te llamaba pero no sabía quién era.

Solo cuando a los cuatro años más o menos vino aquel hombre, empezó a recordar.

__ ¿Mi padre?

__Tu papá, sí, él dijo que era su novio, que se habían desencontrado por la revolución en tu país, que la amaba, y la visitó día tras día, junto a él Dianita fue volviendo en sí, como si despertara de un largo sueño, hasta que le contó que cuando  dejaron de verse estaba embarazada y que  tú habías muerto en el parto, tu papá parecía saberlo.

El caso fue que se casaron y  luego de ese día, más de cuatro años después de que tus abuelos la dejaran acá, Alberto tu papá se la llevó, y aunque dijo que volvería de visita, él nos explicó que sería difícil porque trabajaba en distintos sitios como piloto para alguien muy importante y en efecto durante un año no volvimos a verla.



La religiosa calló, y bajó la mirada a su regazo y cuando volvió a elevarla las lágrimas rodaron por las mejillas.

__ ¿Qué pasó luego hermana? _preguntó, Pedro.



__Todo esto te lo cuento pero yo entonces no podía hablar, pero era la suplente de la hermana Theresa, pasaba tiempo cerca de ella y oía y Diana solo hablaba con ella.

Lo que sigue lo sé en parte del mismo modo, en otra porque fui parte del grupo que la rescató cuando casi se ahoga en el lago.

Tu mamá sufrió lo que poca gente  podría soportar hijo, lo que nadie debería vivir, es una mujer muy fuerte, muy valiente, muy buena.

__ ¿Es?

__Prefiero creer que está viva  en alguna parte y que podrá reencontrarse contigo, así debería de ser.

__ ¿Entonces no sabe nada con certeza? __preguntó Guillermo porque supo que Pedro no podría articular.



__Antes de contarles su segunda estancia acá quiero que sepan, que ella se recuperó, y que  la última vez que vino era feliz, que estaba de nuevo casada…  con un médico.

__ ¿Un médico? No entiendo _balbuceó, Pedro.



__Un psiquiatra que la ayudó mucho hijo. Yo no sé muy bien qué sucedió, sé que un par de veces...

__Un año estuvo con tu papá hasta que la rescatamos del agua… Otra noche de tormenta de nuevo sin memoria _dijo la anciana.



__Sí escapando del esposo y la amante, esa parte la sabemos _dijo Guillermo, Pedro deglutía y luchaba por no llorar a cada palabra, el dolor de su madre era una daga que lo atravesaba.



__ Cuando lo pudo contar parecía increíble, pero de nuevo casi se nos va, estaba muy mal cuando la sacamos del agua, había escapado por milagro de manos de…

__De mi padre y de su amante, sí.

__Así es, pero ella  no sabía quién era, por días estuvo internada, luego sin memoria meses, un hombre vino un par de veces a verla y donaba dinero al convento, fue extraño porque dijo ser pariente de  sus padres y conocer a tu papá.

__ ¿Demetrio? _preguntó Guillermo.



__Es el apellido que figura en los archivos sí. Dianita estaba muy cambiada… desaliñada, envejecida, había engordado mucho. Y cada noche despertaba gritando, siempre recordaba que un hombre y una mujer en un lago una noche de tormenta intentaban hundirle la cabeza en el agua helada y despertaba aterrada, no sabía quién era ni nada de su pasado. Luego los recuerdos fueron llegando en flashes hasta que pudo saber quién era, y cuando se lo dijo a la madre Theresa, fue ese hombre el que vino a llevársela.

Contó que tu padre y una amante habían muerto por intentar matar a Diana, que fueron juzgados y que él la ayudaría a regresar a Chile, que conocía a la familia, y entonces Diana salió de acá luego. Eso fue   al año de regresar, cuando estuvo mejor daba clases de lengua, y se ocupaba del jardín.



__ ¿Ese hombre se llevó a mi mamá la segunda vez?

__Yo no recordaba el apellido pero es lo que figura en los archivos hijo, sí _dijo ella mirándolo con afecto__. Lamentablemente diez meses después de llevársela, supimos por una carta de la esposa que  intentaría asesinar a Diana, y a poco la mató a la esposa, pero un abogado muy famoso que nunca perdía un juicio lo sacó libre.



__Y murieron los dos en un accidente _ casi afirmó Guillermo mientras Pedro fijó la mirada en él.



__Así es.__Para entonces Diana ya estaba casada o por casarse con su psiquiatra, ella nos informó de todo esto, su esposo la salvó de morir a manos del sicario que ese hombre contrató.



__! Dios! ¿Por qué? __Las lágrimas rodaban por el rostro de Pedro.



__No lo sé hijo, perdón si esta vieja no tiene explicación para ciertos actos aberrantes pero sí sé que tu mamá se salvó gracias al hombre con el que se casó y que vivió desde su segunda salida con ese delincuente no me preguntes por qué en Londres, creo que su esposo es de allá, deberías buscarla allá.

__ ¿En Londres?

__Es lo que se me ocurre, pues de haber estado acá creo habría visitado el convento, y sin embargo ya no vino nunca más, eso creo hijo, que si vive está allá pues su esposo era inglés.

 Para cuando apresaron a ese Demetrio tu mamá trabajaba para él, todo ese año trabajó para él, pero en empresas de Londres. Ella le tenía aprecio, creo que no supo hasta el final que planeaba matarla.

Lo siento, no sé nada de ella de los últimos quince a veinte años.

__Un psiquiatra de Londres _musitó Pedro.



__Alan era su nombre y no recuerdo su apellido perdón.



__

Quisiera seducirte como el aire que roza tu piel suavemente y una brisa húmeda transpira tu cuerpo cuando tus poros se sensibilizan al tocar mis labios tu piel que enloquece en esta noche... tu mirada se confunde en el brillo de las estrellas y un susurro de excitación que emana de tus labios; cuando acaricio tu cuerpo y beso tus pezones que se agrandan a cada paso que sienten mis labios... y tus hermosos botones se abren como las rosas al sentir el rocío de un amanecer donde nos entregamos nuevamente en este torbellino de placeres y locuras y miradas perdidas que se confunden en el brillo de las estrellas y excitado te desvaneces humedeciendo mi cuerpo de tu intimidad en este aire fresco que nos cobija a un nuevo amanecer amado mío.

De repente me despierto… en mágicos momentos estoy viviendo, ríes de mis bromas y tu risa es música nueva y bella que suena en esta casa, escucho atentamente tu conversación y siento tu voz como un especial canto de sirena que atrapa mi atención absoluta y domina mis sentidos.

De repente juntos preparamos la cena… cada momento parece nuevo, juntos probamos la comida, es inevitable…  tontos juegos y bromas que llevan a besos y caricias… diremos era el sazón que le faltaba para que la preparación quede exquisita… cena para dos se sirve en nuestra mesa.

De repente no recuerdo tus ausencias… no logro ver mas allá del brillo de tus ojos que no dejan de iluminarme y el vacío a mi alrededor ya no existe… no logro sentir mas allá del calor y la suavidad de tu piel que mis manos a cada instante acarician y basta un roce para saber que eres mi mundo completo.

De repente el final de algo y el comienzo de todo se despierta en nuestro cuarto, el vacío frío que duerme en la cama se llena al abrazar las sábanas nuestros cuerpos que de pasión comienzan a arder, parece que jamás estuviste distante pues reconozco cada centímetro de tu piel pero aun así palmo a palmo la quiero recorrer.

De repente me lleno de ti… te llenas de mí, tu aroma inunda el espacio te respiro y no sé otra cosa más que adorarte, insaciable me bebo los besos de tus labios ahogando tus gemidos en mi boca, tu sudor se mezcla con el mío y la humedad de este delirio embriaga los cuerpos adictos a esta pasión que danzan en un frenesí de amor.

De repente la noche se perpetúa para amarnos, el final de este momento no llegará pues parece que siempre a mi lado te tuve mas como si esta fuese la primera vez solo quiero gozarte… el delirio final nos consume. Abrazados desnudos nos dormiremos… no quiero dormir, no sin aferrarme de ti, pues temo sea un sueño y en la mañana despierte abrazado a esta fría soledad.



__Tranquilo amorcito la encontraremos __dijo Guillermo acariciándole el pelo.



__Cómo, Guille, no tenemos a quién seguir en Londres.

__Tal vez sí.



Guillermo le relató lo hablado con su padre en el penal lo que esperaba que Alberto recordara.

__No entiendo en qué puede eso ayudar amor _dijo Pedro sinceramente.



__En mucho _respondió Guillermo__. Uniendo todo lo que sabemos si tu padre recuerda el nombre del hermano de la esposa de Demetrio es muy posible que él dirija el imperio de esas dos familias y que demos con el sitio en que Diana trabajó en Londres, de allí a ella, estaremos cerca.



__ ¿Eso crees?

__Por lo que sabe tu papá ese  hombre y su cuñado trabajaban en lo mismo, y debe de estar al frente de todo, no tenían más familia, y si damos con él daremos con el legajo de Diana, en él puede estar el nombre del psiquiatra, tal vez haya sido el mismo de la empresa.

_Pero… mi… Alberto no lo recuerda.

__Lo conoció, es solo esperar, lo recordará ten fe. Amorcito lo prometo…  si Diana sobrevivió a todo lo que hoy sabemos  Dios o quien sea que dirige los caminos de la gente, no querrá que no vuelva a verte, o que no te conozca, la encontraremos.



Años atrás. Mansión Demetrio.



__ ¿Por qué le permitió salir de la casa? _quiso saber Demetrio.



__Perdóneme señor __repuso el mayordomo__ pero como usted no me dijo que no la dejara salir…

__Bueno, no es tan importante. Probablemente regresará enseguida.



Cuando el hombre salió, Demetrio se puso a mirar por la ventana el jardín impecable. Era muy peligroso que Diana anduviera por las calles, donde alguien podía reconocerla. “Qué pena que no puedo permitirle vivir. Pero primero… mi venganza. Seguirá viva hasta que me haya vengado. Voy a divertirme con ella. La enviaré lejos de aquí, a algún lugar donde nadie la conozca. Londres puede ser un sitio seguro. Allí podremos vigilarla. Le daré un empleo en mis oficinas de Londres”.



Una hora más tarde, cuando Diana regresó a la casa, Demetrio percibió en el acto el cambio que se había operado en ella. Daba la impresión de que se había descorrido una pesada cortina, y de repente había cobrado vida. Tenía puesto un bonito traje de seda azul y camisa blanca. Y a Demetrio le llamó la atención lo mucho que había cambiado su aspecto desde que entrara al convento. Sexy, pensó…



__Señor Demetrio, sé quién soy… y también lo que pasó.



El rostro masculino permaneció impasible.

__ ¿Ah, sí? Siéntate querida, cuéntamelo.

Estaba demasiado excitada como para sentarse, entonces comenzó a pasearse sobre la alfombra desgranando las palabras que venían a su mente.



__Mi marido y su… amante, de nombre Noelia, trataron de asesinarme. __Se interrumpió y lo miró fijamente__. ¿Le parece una locura lo que digo? No sé… a lo mejor lo es.



__Prosigue, querida __trató él de tranquilizarla.



__Unas monjas de un convento me salvaron. Mi marido trabajaba para usted ¿verdad? Era piloto.

Demetrio vaciló un instante mientras sopesaba su respuesta.

__Sí. __ ¿Hasta dónde debía contarle? __Era uno de mis mejores pilotos. Yo me sentí responsable por él…



__Pero entonces sabía quién soy. ¿Por qué no me lo dijo cuándo fue a buscarme o antes?

__tenía miedo de que pudiera darte un shock. Por eso me pareció mejor que fueras descubriendo tú sola las cosas.

__ ¿Sabe qué suerte corrieron mi marido y su… mujer? ¿Dónde están?

Demetrio la miró a los ojos.

__Fueron ejecutados.

Diana se puso pálida y comenzó a temblar. Hizo un pequeño sonido y de pronto se sintió que perdía las fuerzas para estar de pie por lo cual se hundió en un sillón.

__Yo no…

__Los ejecutaron las autoridades, Diana.

__Pero… ¿por qué?

Cuidado. Peligro.

__Porque ellos confesaron haberte asesinado, hubo testigos de intentos previos.

Frunció el entrecejo.

__No entiendo. ¿Por qué tenían que ejecutarlos…? No hubo cuerpo, yo estoy viva…

__Diana, las leyes acá son muy estrictas y la justicia muy veloz. Hubo un juicio público. Y varios testigos declararon que tu marido y Noelia habían tratado de asesinarte varias veces. Se los recluyó y luego fueron sentenciados a muerte.

__Me cuesta creerlo. __Estaba anonadada__. El juicio…

Demetrio se le acercó y apoyó una mano sobre su hombro.

__Tienes que olvidar el pasado. Ellos quisieron hacerte algo muy malo, algo viste en tus pesadillas y lo pagaron. __Trató de imprimir un tono más animado a su voz__. Creo que tú y yo deberíamos hablar de tu futuro. ¿Tienes algún plan?



 No lo oía. Alberto pensó. El bello rostro de su esposo…  sonriente, sus brazos… su voz.

__Diana…

Levantó la mirada.

__Perdóneme _dijo.

__ ¿Has pensado algo para tu futuro?

__No… No sé lo que voy a hacer. Supongo que podría quedarme acá, no regresaré a mi país, ya no tengo a nadie.

__No _se opuso firmemente Demetrio__. No sería buena idea tampoco permanecer acá porque te traería a la memoria muchos malos recuerdos. Yo te sugeriría empezar de nuevo en otro lado.

__Pero no tengo sitio adonde ir.

__Yo lo estuve pensando… Tengo oficinas en Londres. En una época por lo que me contó tu padre llevabas la administración de sus propiedades. ¿Te acuerdas?

__ Creo que sí.

__Eras asistente administrativa de un señor amigo de tu padre, trabajaste un año, creo.

__Sí…

__Podrías hacer lo mismo para mí en Londres.

 Titubeó.

__No sé, no quiero parecer desagradecida, pero…

__Comprendo. Sé que todo da la impresión de estar ocurriendo demasiado rápido, necesitas tiempo para reflexionar ¿Por qué no cenas tranquila, en tu cuarto, y mañana seguimos hablando del tema?

El hecho de que cenara en su cuarto fue un regalo del cielo de último momento, no podía dejar que su mujer se cruzara con ella.

__Es usted muy bueno y generoso. Esta ropa…

__No tienes nada que agradecerme.



Sentada en su dormitorio observó el deslumbrante cielo en el ocaso en una explosión de color. “No tiene sentido que reviva el pasado. Mi hijito y mi esposo muertos, tengo que pensar en el futuro, y gracias a Dios este hombre puede ayudarme. Me ofrece un puesto en Londres. ¿Lo acepto o no?”

__Le traigo la cena, señorita __interrumpió una voz.

__

Largo rato luego Demetrio permanecía en la biblioteca pensando en lo sucedido. Una vez en la vida se permitió perder las emociones. Se enamoró perdidamente de Noelia y la convirtió en su amante. Nunca había conocido a una mujer como ella.  Nada en ella lo sorprendía y al mismo tiempo todo en ella lo sorprendía, también lo obsesionaba. Sabía de arte, de música, de negocios, se volvió indispensable, y era la mujer más hermosa y sensual que hubiera conocido jamás. Dejó su carrera de actriz para quedarse a su lado. Era su amante, su confidente, su amiga, le entregó a ella toda su confianza, y ella lo engañó con  Alberto Beggio, error que pagó con su vida. Él arregló que sus restos fueran sepultados en el cementerio de  Psara, el cementerio privado de la isla que poseía en el Egeo, para disfrutar del placer de caminar sobre la tumba de esa puta pero aun así, seguía siendo una herida abierta que ningún médico podía curar.

¿Por qué, Noelia? Te amaba tanto…  te di todo.

También tuvo que pagar el tipo de otro modo, pero no era suficiente, tenía pensada otra venganza perfecta. Iba a complacerse con la esposa de Beggio, tal como él lo había hecho con Noelia, y después la mandaría a asesinar, la enviaría con Noelia.



__Demetrio. __era la voz de Nadia su esposa.

 Estaba casado con Nadia Lambrou, una bella mujer procedente de la aristocracia.

__ ¿Quién es la mujer que estaba en el hall?

__ ¿Qué? Ah sí Es una amiga de uno de mis socios que enviaré a trabajar a Londres.

__Me recuerda a la esposa del piloto que trabajaba contigo, pero sé que es imposible porque la asesinaron hace poco.

__Sí, la mataron.

Tendría que tener cuidado, su mujer no era tonta.

“Nunca debí casarme con ella. Fue un gran error”.



CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.


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