EL VIAJE.
CAPÍTULO 134
31 DE AGOSTO 2016.
“El amor, esa estrella de sombra infinita, aunque muera
cien veces, cien veces resucita”. José Ángel Buesa.
cien veces, cien veces resucita”. José Ángel Buesa.
“La soledad es la gran talladora del espíritu”.
Federico García Lorca.
Federico García Lorca.
__ ¿Compraste las alianzas?
__Claro ¿a qué crees que salí si no?
__Ese discurso de que lleves mi marca es mío.
__No mío… tu pasado te condena Graziani, ahora dame el
dedo que por pulseras grabadas, relicarios y cadenitas ocultas que llevemos,
quiero verte con el anillo.
__ ¿Quién es el ogro ahora?
__Y quiero otra cosa.
__ ¿Más?
__Siempre más.
Un tatuaje.
__ ¿Un qué? ¿Te volviste loco?
__No. Quiero llevarte impreso en el alma, en el corazón,
en la retina, en la memoria y en la piel también y lo mismo vale para ti.
__Lo primero vale, tatuaje no.
__Tatuaje sí.
__Que no.
__Que sí.
El beso arrollador y hambriento que se inició entre
las palabras terminó por sellar el pacto, al menos de momento no
discutirían por ese tema.
Estudio Graziani y socios.
__No Pedro, no insistas __bramó Graziani__. Ni muerto
dejaría a mis hijos en manos de una niñera, entonces ya sí no tendrían retorno.
__Guiie, basta _ adujo el esposo__. Todos los matrimonios
contratan niñera, excepto que la esposa no trabaje y aun así.
__A eso te digo tanto que no como a la locura del
tatuaje, no voy a permitir que mis trillizos anden comiendo bichos mientras la
niñera se pinta las uñas.
Pedro lanzó un resoplido y recibió una mirada fulminante
de su esposo.
__ ¿Y eso qué fue?
__Un suspiro, este
Graziani me recuerda a uno bastante molesto que conocí en la vida anterior.
__ ¿Qué vida anterior?
__La de antes de morirme. Guiiermo, a ver, los trillizos
son mis hijos también, se supone que no dejaría que una niñera como la que tu
cabecita desconfiada pinta se hiciera cargo de ellos _ dijo Pedro tratando de
hacer las paces con un beso en el cuello que Guillermo rechazó apartándose.
__No intentes seducirme porque no me vas a convencer _ continuó
el abogado__. Prefiero jubilarme, soy un hombre grande, y me aburrí de ser
abogado, cuando regresen Fabián y Beto a tiempo completo me jubilo y listo.
__! No me digas!
__Te digo y te confirmo, ya puedes ir notificando a los
demás.
__Uff, Guiiermo Graziani, ¿sabes cuánto te doy de…”jubilado”
si aparecieran más casos de pedofilia o un asesinato? quince minutos, basta por
favor, además si eres un hombre grande como para jubilarte más lo serás como
para cuidar de tres pequeños que se lanzan a caminar y a hablar, que tocarán
todo y romperán la mitad de la casa.
__Justamente, en manos de una niñera en quince minutos lo
que sucederá es que huirán de casa cuando puedan caminar más rápido.
__Al jardín.
__O a la piscina y se ahogarán si siguen tus gustos.
__Bueno…
__Por otra parte no sé qué estamos discutiendo, si
tenemos a Moni que los cuida _ adujo Guillermo.
__Moni no es una niñera, o sí, por ahora, pero si
pretendemos tener más hijos y quedara embarazada no sería justo que se haga
cargo de todo.
__Está bien, ya sé, no me jubilaré, puedo tomarme un año
sabático para cuidar de los chicos, luego irían al jardín _ dijo Guillermo con
expresión de satisfacción pero al cruzar la mirada de Pedro supo que no era
solución__. No, jamás permitiría que mis hijos vayan a un jardín de tres, menos
a esos sitios nuevos de dos, no… tendría
que tomar varios años sabáticos.
__ ¿Y los otros?
__ Las otras, ante la próxima borrachera o el primer
acosador, las interno en un convento,
fácil.
___No me refería a las chicas, Guiie, Dios, y no son
borrachas por media cerveza que probaron una vez, menos irán a un convento, ya… vale, Graziani, me estás haciendo enojar, pareciera
que si no inventamos salidas especiales lo único que hacemos es pelear.
__ ¿Qué… otros?
__El o los que supuestamente tendremos con Moni __le
aclaró, Pedro.
__Para eso, falta, ya veremos.
__Niñeras faltan, eso es lo que falta, quieras o no y
empezaremos a entrevistar.
__Dije que no.
__Y yo digo que sí __insistió, Pedro__, Guille,
razona, elegiremos a una bien estricta
como te gusta a ti, y pondremos en
funciones la cocina y una de las habitaciones de la ampliación, estarán acá,
ya, luego en unos meses el cuarto de juegos, entonces ya no pensarás que la
casa está lejos si les pasara algo, etc., etc. Amén de que la casa como tú
dices está siempre tomada por decenas de personas, pero suponiendo que quedara
sola con los empleados.
__Sería algo mejor en la ampliación, pero siempre podrán
echarse por la escalera y romperse la cabeza… no.
Pedro dejó de
mirarlo y se concentró en unas hojas que tenía en el escritorio.
___Estábamos hablando, ¿qué haces?
__Que no estábamos hablando, estamos discutiendo, olvidas
que la ampliación tendrá ascensor, puedes cerrar la puerta que da a la
escalera, pero supongo seguirás
encontrando peros… entonces estoy
revisando el libro, en un rato veré a tu amigo y tengo que terminar los
agradecimientos.
__ ¿Qué amigo? __Guillermo intentó ocultar la tormenta de
celos que empezaba a desatarse.
__ El rosarino y el novio, ¿acaso no quieres que publique
mi libro?
__Que publiques sí, que te cites con uno de esos a solas
no, sobre mi cadáver.
__No dije con uno a solas, dije con los dos.
__Peor.
“Como siga así lo voy a hartar, si lo amo más que a mi
vida, para Guillermo. Pedro traspasó la ventana con la potencia natural de las
hormonas veinteañeras e hizo añicos mi vidrio templado con años de soledad y
desamparo. Entró sin permiso y con el desenfado e impertinencia en modo
arrasador, pero con toda la razón a su favor. Muerto de miedo no pude
detenerlo, lo esperé con un destello de esperanza escondida en los pliegues de
mi escepticismo, hasta que llegó a la profundidad de mi alma. Estaba enamorado
y vencido”.
“Lo que estaba allí… Veía en sus ojos aquel sentimiento
tan conocido y detestado de sentirte vacío. A poco distancia y furtivos
esperaban el rencor, la desidia, el desconsuelo, la incredulidad y la apatía
por la vida que debería haber tenido y que por esas razones de la vida no se le
había dado. Leía como en un libro bien escrito el pedido de auxilio revocado
con gruesas capas de frialdad y forzado convencimiento de que lo mejor era
seguir así. Seguir así… Eso significaba haber pellizcado desde lejos el amor,
la felicidad de tener un compañero, la tranquilidad de no sentirte solo en el
mundo. Imaginaba sus lágrimas detenidas en público al paladear la dicha de los
protagonistas de cualquier telenovela, cuando sellaban su futuro con un beso interminable
y sobrecogedor. Lágrimas que soltaba descuidadamente en la soledad del baño o
cubierta por las alas protectoras de las sábanas otra vez prolijas e
inevitablemente decoradas con su solo aroma.
Selló su destino a una hora temprana, ¿para qué seguir esperando lo que no sería? Mejor así, solo en la inmensa soledad de la vida que para Guiie no había preparado alivio, ni alegría duradera, ni una ínfima gota de esperanza, pero aceptó su destino así y así terminaría, o con sexo ocasional, sin compromiso, sin intimidad que quizá fuera peor. La vida se alimenta de ironías y se divierte al cambiarnos, como en un juego sádico, los cierres de historias aun cuando ya lo habíamos aceptado. De pronto la humedad en los ojos, y la boca. El lento entibiar de la sangre que creías muerta, la dilatación de las pupilas a niveles no esperados y ese aroma a flor que nuestra piel yerma se negaba a volver a soltar. El amor… Apareció el amor en tu vida y todo cambió. Y hasta el recuerdo del yermo y angustiante tiempo de soledad en blanco y negro, se olvidó.
Veía en sus ojos aquel sentimiento tan conocido y volví a mirar y entendí que al que estaba viendo reflejado en sus ojos era a mí, que también una vez había como él, resignado mi deseo de vivir”.
Selló su destino a una hora temprana, ¿para qué seguir esperando lo que no sería? Mejor así, solo en la inmensa soledad de la vida que para Guiie no había preparado alivio, ni alegría duradera, ni una ínfima gota de esperanza, pero aceptó su destino así y así terminaría, o con sexo ocasional, sin compromiso, sin intimidad que quizá fuera peor. La vida se alimenta de ironías y se divierte al cambiarnos, como en un juego sádico, los cierres de historias aun cuando ya lo habíamos aceptado. De pronto la humedad en los ojos, y la boca. El lento entibiar de la sangre que creías muerta, la dilatación de las pupilas a niveles no esperados y ese aroma a flor que nuestra piel yerma se negaba a volver a soltar. El amor… Apareció el amor en tu vida y todo cambió. Y hasta el recuerdo del yermo y angustiante tiempo de soledad en blanco y negro, se olvidó.
Veía en sus ojos aquel sentimiento tan conocido y volví a mirar y entendí que al que estaba viendo reflejado en sus ojos era a mí, que también una vez había como él, resignado mi deseo de vivir”.
Guillermo se
extasió observándolo enfurruñado esquivando su mirada y Pedro se mantuvo
ensimismado recordando el encuentro en Mendoza y luego en Chile cuando se
entregara a él, hasta que en silencio se puso de pie, y los dos acordaron al
encadenar las miradas y sostenerlas ir
acercándose y enredarse en el contacto de labios, que primero fue tímido, solo
un roce, un paseo de los de uno en los del otro para luego saborearse,
morderse, lamerse, hasta cerrar los ojos y dejar que las lenguas se ocuparan de
arrasar las bocas como saqueadoras expertas, hambrientas de la otra mientras en
la misma saliva, en alientos intercambiados, en el aire del otro, dejaban
enojos, celos y dudas, hasta que sin cortar el beso acordaron dejar caer también
la ropa.
Esta mañana desperté con el dulce sabor de tu boca en mis
labios, néctar delicioso que evoca rabiosamente tu recuerdo; ese recuerdo de
una noche de placer, lujuria desmedida, hambre y sed prohibida en compañía de
la pasión. Tu fragancia masculina se ha quedado en mi piel grabada, tatuaste
cada beso ardiente de tus labios lascivos que no dejaron poro de piel sin beber
vino de amor que emana de mi ser.
Desperté oliendo a ti y mis ansias de hombre apasionado
envolvieron mis sentidos y mis largas piernas aún cansadas por el paso
aletargado del andar de tu camino recorrido, te deseaban entre sí y recordé
cada gesto tuyo, miradas extraviadas en el eco del sensual cantar de mi
agitación, cada vez que tus manos tocaban al ritmo de la canción del deseo y la
excitación.
Fue entonces cuando entre susurros y suspiros sentí cómo tus
manos separaban con cautela las temblorosas fronteras de mi cuerpo que impedían
tu regreso y en el bosque donde yace el secreto de mi perdición, te internaste
ansioso y casi delirante de probar sorbo a sorbo el elixir de la húmeda fuente
de mi intimidad, y sin dejar que el tiempo corra ni un segundo hiciste que mi
alma se desprendiera de mi cuerpo sintiendo el magnánimo placer de la seducción
y la avaricia de tu lengua pecadora.
Tus manos volaban libres y ufanas en el cielo terso de mi
sinuoso cuerpo, encontrando por doquier los retoños de placer que tenía para
ti, mi boca te necesitaba y mis labios te imploraban que les dieras de beber y
ya que habías saciado tu sed conmigo, era el momento de que extinguieras la sed
de mi necesidad, busqué ansiosa la fuente de tu miel, del licor de vida que
guardabas misterioso para mí; mí boca ansiosa se apoderó de tu misterio que ya
estaba esperando el encuentro con mis labios, y sin más preámbulo me adherí a
ti con pasión y frenesí, el tiempo se detuvo para hacer eterno el momento llano
de entregarte a mí.
La absoluta pasión se hizo soberana de nuestros cuerpos
dejando que el fuego de nuestra piel quemara los sentidos y acelerando nuestros
latidos incinerando prejuicios, temores y penas que hasta ese momento se hacían
dueñas de nuestro corazón, haciéndome tomar conciencia de que el recuerdo de tu
aroma en mí, me hace desearte, así como esta mañana y cada mañana de mi vida
quiero despertar. ¡Oliendo a ti!
__ ¿Me amas aún amor mío? _preguntó Guillermo en un
susurro__. ¿Me piensas de noche y de día como yo a vos?
__Cuando nos conocimos, cuando me entregué a ti supe y te dije que eras lo único en mi vida,
que eres lo más importante para mí, que siempre estaría contigo porque este
amor es eterno, Guiie, pero es que a veces lo complicas, no el sentimiento sino
la convivencia, y no hablo solo de mí, también de los chicos, no puede ser que
no quieras que usen el corralito, tienen que estar allí para pararse y caerse, dar los primeros pasos.
__No me gusta, Pedro, sabes que lo hago por ellos, las nenas
viven dando sustos con esas subidas de temperatura, no quiero si puedo
evitarlo.
__Es que no debes evitarlo, porque hoy es eso, y mañana
tienes que dejar que se embarren, que se enchastren, es como serán chicos sanos
y felices, no puedes colocarlos en una burbuja, ¿así criaste acaso a Fabián?
__Fabián hizo lo que le dio la gana, pero por la culpa de
Ana, no mía y así salió.
__Excelente salió, mira a Guillermito y a Dianita, son
chicos sanos y felices.
__Está bien, aceptaré que entrevistemos niñeras, pero estará
solo a prueba, a la primera de cambio, se irá, y siempre y cuando los cuide
acá, y cuando regresemos al Delta queden con nosotros, los bañaremos y les daremos
la cena nosotros, son muy pegotes desde
que los adoptamos y viajaron a Europa, si no nos ven, enferman _ claudicó
Guillermo.
__Está bien, si esa es la idea, que los cuide la niñera
mientras trabajamos, y luego queden con nosotros. Sé que a veces estás lejos… muy lejos, pero siempre es mejor
el dolor del pasado que la distancia del presente. Que hasta llegar a ti hay
mil caminos ignorados, dioses desconocidos guerras inútiles en muertes
innecesarias y hombres, hombres que aman y odian odiando lo que aman amando lo
que odian. No quiero esa distancia por estas peleas, menos por celos inútiles.
Sé, que a veces estás lejos a un
recuerdo de distancia a un pensamiento de imaginarte, a una luna del mismo
cielo a una noche de abrazarte a una almohada de mi corazón a una estrella
apedreada en la constelación de mi alcoba.
Sé, que estas lejos allí, en la lejanía, al palpitar de un
sentimiento en la ecografía de tu imagen
en la resonancia de mi alma. En los cementerios perdurando en mis huesos en la eternidad, donde el tiempo forja los días de nuestra espera.
En el infinito que fragua los dioses, los hombres el destino, a ti, a mí.
en la resonancia de mi alma. En los cementerios perdurando en mis huesos en la eternidad, donde el tiempo forja los días de nuestra espera.
En el infinito que fragua los dioses, los hombres el destino, a ti, a mí.
Sé, que estás muy lejos al sonido de una melodía que produce
una lágrima. A un charco de ti
a una gota de lluvia, a una inundación de tus ojos a una ciudad a un río sin puente, a un mar de memoria a un océano de olvidos, a una isla, un país, un continente a una frontera de tus sentimientos donde la soledad no habita, donde no habita la inmundicia donde no viviría el desespero, allí, donde el viento irrumpe el silencio donde el silencio, cuando duermo me habla de ti. Sé, que estás lejos a un átomo del universo pero siempre es mejor la distancia del presente que el dolor de no tenerte ni conocerte del pasado.
a una gota de lluvia, a una inundación de tus ojos a una ciudad a un río sin puente, a un mar de memoria a un océano de olvidos, a una isla, un país, un continente a una frontera de tus sentimientos donde la soledad no habita, donde no habita la inmundicia donde no viviría el desespero, allí, donde el viento irrumpe el silencio donde el silencio, cuando duermo me habla de ti. Sé, que estás lejos a un átomo del universo pero siempre es mejor la distancia del presente que el dolor de no tenerte ni conocerte del pasado.
Pasaron toda la tarde entrevistando a potenciales niñeras, desde la edad de Moni
a la de Cuca, con recomendaciones aristocráticas y sin ellas, hasta una
institutriz inglesa que había trabajado
con familias patricias, pero ninguna pasó la prueba del doctor Graziani, hasta
que agotado, Pedro se resignó a seguir otro día y regresaron a la casa, donde
las nenas miraban televisión y los
trillizos estaban en el corralito al cuidado de Moni que se pasaba el día
corriendo, Julieta la ayudaba, y casi no tenían tiempo para nada más porque
siempre andaban con uno o más de ellos en brazos.
Solo descansaban cuando estaba Fabián de visita, porque
lejos de adoptar como juguete a su hermana, Guillermito estaba encantado, nunca
tenía celos y quería jugar con los trillizos, aunque a veces hubiera que
recordarle que los tratara con delicadeza. Los padres a veces lo dejaban que se
sentara en el suelo y tomara de a uno en brazos envuelto en mantas, aunque ya
los trillizos se rebullían y querían pararse, empezaban a dar los primeros
pasos, y por supuesto sumaban palabras a su vocabulario o inicial de papá y
papi.
Las chicas cuando no estaban en el colegio cuidaban de
ellos, se mostraban protectoras como siempre y les hablaban como adultas y por
otra parte Moni se había encariñado con los trillizos, aunque Pedro le había
hablado de los estudios para la inseminación, aún no tenían nada decidido.
Pero para desgracia de todos cuando ese día regresaron a
casa, Barbarita tenía tos, que no parecía pasar de un simple resfriado
para Julieta y Moni, pero fue
una tragedia para el papá que quiso llamar de inmediato al médico, hasta
que Pedro lo convenció de esperar la evolución al menos unas horas luego de
darle el jarabe que siempre les recetaba.
__Yo podré ocuparme de ellos, al menos por meses todavía _-
dijo Moni intentando borrar la preocupación de los padres.
__Tendrías que ser un pulpo para estar con ellos ahora que
se larguen a caminar, Moni _-adujo, Guillermo__, no podrás sola, menos si
cursas un embarazo.
__Pero es que se portan muy bien Guillermo _-dijo ella con
seguridad__. Cuidar de niños tan `pequeños e una nueva experiencia que me
vendrá bien como práctica, las nenas parecen florecillas y Josecito el robusto
hombrecito, soy capaz de hacerlo, tengo confianza en que puedo cuidarlos bien
al menos en estos meses en que comiencen a caminar, ahora están cortando los
dientes, están molestos y no se sentirán bien con extraños, de verdad _-
continuó la chica.
__Además nosotros la ayudaremos, Papá _- dijo Paula.
__Vos puede que lo hagas, Belén ya pareciera más interesada
en pintarse que en sus hermanos.
__Basta, papá, me he portado bien luego del castigo, no es
justo que digas eso _-protestó la niña.
__Mira, no es justo me dice,
luego de lo que hiciste, deberías
estar en un internado.
__!Guiie!
Más tarde salieron pasear por el parque, los niños eran
incansables y se habían divertido.
Cuando llegaron a la cocina, Pedro les ofreció un plato de
galletas aun ante la protesta de Guillermo y se dirigieron a las dependencias
de ellos, porque barbarita había quedado
al cuidado de Moni.
__No ha despertado desde que se han marchado, y me preocupa
que está con temperatura y con mucha tos _-dijo La chica y salió a ver cómo
jugaban los niños en el saloncito de juegos luego de cambiarles los pañales
mojados y de que dieran buena cuenta de su biberón. Solo Francesca se negó a
tomarlo, y empezó a llorar en cuanto abrió los ojos ante la desesperación de
sus padres.
__Me duele _-se quejó susurrando con voz ronca, y después
tuvo un aterrador acceso de tos.
Guillermo la sentó en la cuna, Pedro intentó darle unos
sorbos de agua y le tocó la frente con suavidad. Estaba ardiendo, y cuanto más
lloraba más tosía, pasaron minutos hasta que volviera a retomar el aliento y
volvió a tomarse.
___Guille, ¿adónde vas?
__A llamar al pediatra, no quiero sacarla, quiero que la vea
ahora ni siquiera sabemos si es algo contagioso, ¿ves por qué no quiero que
anden por el piso?
Ya no seguirá a té
con miel y el jarabe que le dio antes el doctor a José, él no tenía fiebre, y
no quiero llevarme el susto de Europa con el tema de las convulsiones.
Mientras Guillermo salía, Pedro no quiso separarse de Barby, le pudo paños fríos en la
frente y le dio una cucharada del jarabe que antes tomara José. No cambió nada
pero al menos la niña volvió a quedarse dormida. Entonces salió donde los otros
dos que dormían sin rastros de contagio.
__No se preocupe, señor, debe de ser solo un resfriad.
__Creo que esta vez, Guiie tiene razón, Moni, no me parece
solo un resfriado, la pobrecita tiene
mucha fiebre y le duele todo _-dijo__. Sus hermanos devoraron el caldo, la
leche, el puré, ella apenas prueba un
poco de agua y de leche.
No le digas a Guille, pero le ha subido más la temperatura,
delira o die cosas sin sentido, espero que el médico no demore.
__Siempre empeoran de noche, Pedro, no te preocupes, así
como lo hacen mejoran rápido.
__Sí, algo sé porque las dos enfermaron en Europa, pero esta
vez no me gusta nada.
__Las chicas que se habían hecho cargo de sus hermanos sanos
durante la última hora, los acostaron y luego de saludar se fueron exhaustas a
la cama.
_Papi _- musitó Barby.
__ ¿Qué preciosa?
__Me duele todo, la garganta, no puedo tragar.
__Calma mi niña
preciosa _- le dijo acariciándole la espalda ante un nuevo acceso de tos__. Ya
llegará el doctor y te sentirás mejor.
__El doctor no.
Cuando le médico llegó, pasó buen rato revisándola, y sacó
sangre que llevaría al laboratorio.
__Puede ser una eruptiva, o no, por suerte me dicen no ha
tenido convulsiones ni los otros dos se han contagiado.
La pequeña lloró cuando vio al médico, balbuceó quien le
dolía, y al cabo tuvo un acceso de tos y acabó vomitando lo poco que había
bebido. Manifestó en su idioma todo el repertorio de síntomas y al fin cuando
salieron de la habitación el médico los tranquilizó.
__En octubre cumplen el año, los otros dos han tenido un
poco de temperatura pero por los dientes, nada parecido _- dijo Guillermo.
__lo sé, están sanos los dos hermanitos, y Barby tiene
placas en la garganta y una gripe grave que pude ser mortal en casos de su
edad, pero por suerte me llamaron de inmediato. Tenemos que hidratarla, bajarle
la fiebre y darle medicación para la tos, tomé una muestra de la garganta
porque puede ser todo viral y no deseo darle antibióticos que le depriman más el
sistema inmune de no ser una bacteria, yo creo que con el cuadro que tiene
puede ser todo viral. También le daré unas gotas para que pueda dormir. No
quiero que la dejen sola, tiene que quedarse alguien con ella toda la noche
vigilándola y si subiera la fiebre, me llamarán.
Parecía preocupado, Guillermo y Pedro desesperados pero pese
a lo que había dicho de ese virus para su edad se sentían aliviados de que el
médico la hubiera evaluado, al menos estaba allí para decirles que no era algo
peor como pensaron ante los accesos de tos.
__Por ahora mantengan aislados a los hermanitos, no deseamos
tener tres así _-dijo con una sonrisa y prometió regresar en la mañana.
El médico regresó a las nueve del primero de setiembre,
justo después que los otros niños terminaran de desayunar y casi se preocupó
más por el aspecto de los padres que por el de la enferma, estaban cansados y
pálidos.
__ ¿Cómo está nuestra paciente? __preguntó luego de saludar
y corroborar que los demás seguían sanos y que habían tomado un suculento desayuno__.
Magnifico princesita. Cualquiera que la hubiera visto antes se habría alarmado
ante su aspecto pero la encontró mucho mejor que la noche anterior, y la
sonrisa de Barby supuso un gran alivio. Los padres le tomaron las manos y la
niña los miró con adoración__: Bueno, creo que vasa e encontrarte muy bien
pronto, jovencita _-le aseguró el doctor__. Ahora tienes que tomarte las
medicinas y hacer todo lo que digan los papás, y comer todas las cosas ricas
que traiga Julieta y muy pronto estarás como una rosa y podrás jugar con tus
hermanitos.__ ¿Ha tosido? __preguntó luego a los padres que asintieron
__Está muchísimo mejor, pero tendrá que seguir con el jarabe
y gotas, la garganta irá mejorando, como les dije no es bacteriano, no le daré
antibiótico. Creo que aceptará el biberón y en una semana quedará todo
olvidado, pero volverá mañana si sigue mejorando, ahora les aconsejo los
reemplace la niñera y vayan a descansar.
Pedro y Guillermo se miraron
__ ¿Niñera? _-dijo Guillermo atónito__. ¿Dónde diantres
había visto ese hombre a una niñera?
__La chica que los cuida_- aclaró el médico.
__Sí, es… no es niñera, no tienen niñera _- dijo con orgullo
Guillermo y el médico que estaba por cruzar el dintel de la puerta le palmeó el
hombro.
__Pues debería contratar una hoy mismo, doctor Graziani,
lidiar con trillizos y ser abogados no creo sea saludable para ustedes, si lo
desea puedo recomendarle unas muy buenas.
__Sí, claro _- se
apresuró a asentir Pedro antes que Guillermo o tuviera tiempo de negarse o
ampliar argumentos en contra.
__Muy bien, cuando Barbarita esté sanita, les daré el
teléfono de varias, se asombrarían de cómo
se saben manejar en estos casos, y mucho más cuando están sanos, no
teman _- aseguró el hombre antes de marcharse, Y Guillermo suspiró.
07 de setiembre de 2016.
Una semana después los trillizos lucían saludables y no
dejaban de parlotear, jugar y plelear en el corralito, mientras Guillermo intentaba sin éxito mantenerlos separados y
fuera de objetos según él contaminados.
Luego de la enfermedad de la nena, se empeñó en darles de
comer, bañarlos y hacerlos dormir solo con Pedro, al menos hasta ese día en que
este se lo llevó de la mano, una vez dormidos.
__A veces, quisiera ser el mero espectador de un día suyo,
Dr. Graziani, cotidiano de su hacer diario. Acompañarlo en silencio observar
todo cuanto mira sintiendo todo cuanto siente, de su mirada al corazón hacia el
trasvase de su alma.
Caminar en esencia sin presencia, con usted, como ese aura que la envuelve rodeándolo de misterios, ponerme en sus pies ser su segunda piel en la tercera persona del singular que lo admira, revestirme de sus poros transpirándolo arropándome de su masculinidad,
sentir los golpes sexistas de las miradas furtivas hacia su pecho, la presunción de conquista sin predisponerlo, acosado y perseguido hostigado por los ojos, que desean mas que miran
y no ven. Es usted, señor escribir un poema, desde las ópticas de mi percepción, lo vivo, lo siento, me rodeo de usted hasta ahogarme en su alma, rio, lloro, grito, me anudo a su dolor, me ato a su sufrimiento que es el mío, alimentándome de su compuesto surjo de su alma,
y miro el mundo, con sus ojos sintiéndolo con su percepción, y todos sus elementos,
radiografío su alma componiendo su alma. Sufre mas que calla acallando cuanto sufre, mirada de niño en un alma vieja, forjado en esa madurez que la fragua que la forja que le empuja a ser. Hay en su mirada una eterna despedida, que el pasado no difumina y el presente, extermina, un amor que sobrevive de lazos indisolubles en la genética del olvido, amparado en la herida del recuerdo.
Y un corazón, cosido amordazado, encarcelado, en la prisión de máxima seguridad, de su pensamiento. Le fallaron las alarmas le engañó el corazón con las miradas, le pudo más sus latidos que la soledad y su razón y pude entrar en él venciendo sus defensas. A veces, señor quisiera abrazarlo, abrigando su piel como un niño desde dentro de usted, besarlo como el amante que soy, acariciarlo con su lengua como Dios enamorado, con su tacto, oír cuanto escucha en la vibración de sus risas, sentir el viento en su cara sonreír con sus labios, y ser yo, solo yo amándolo eternamente.
Caminar en esencia sin presencia, con usted, como ese aura que la envuelve rodeándolo de misterios, ponerme en sus pies ser su segunda piel en la tercera persona del singular que lo admira, revestirme de sus poros transpirándolo arropándome de su masculinidad,
sentir los golpes sexistas de las miradas furtivas hacia su pecho, la presunción de conquista sin predisponerlo, acosado y perseguido hostigado por los ojos, que desean mas que miran
y no ven. Es usted, señor escribir un poema, desde las ópticas de mi percepción, lo vivo, lo siento, me rodeo de usted hasta ahogarme en su alma, rio, lloro, grito, me anudo a su dolor, me ato a su sufrimiento que es el mío, alimentándome de su compuesto surjo de su alma,
y miro el mundo, con sus ojos sintiéndolo con su percepción, y todos sus elementos,
radiografío su alma componiendo su alma. Sufre mas que calla acallando cuanto sufre, mirada de niño en un alma vieja, forjado en esa madurez que la fragua que la forja que le empuja a ser. Hay en su mirada una eterna despedida, que el pasado no difumina y el presente, extermina, un amor que sobrevive de lazos indisolubles en la genética del olvido, amparado en la herida del recuerdo.
Y un corazón, cosido amordazado, encarcelado, en la prisión de máxima seguridad, de su pensamiento. Le fallaron las alarmas le engañó el corazón con las miradas, le pudo más sus latidos que la soledad y su razón y pude entrar en él venciendo sus defensas. A veces, señor quisiera abrazarlo, abrigando su piel como un niño desde dentro de usted, besarlo como el amante que soy, acariciarlo con su lengua como Dios enamorado, con su tacto, oír cuanto escucha en la vibración de sus risas, sentir el viento en su cara sonreír con sus labios, y ser yo, solo yo amándolo eternamente.
Dicen que lo prohibido es más deseable y hasta tú mismo lo
has dicho, pero no, aunque no fueras prohibido al conocerte te hubiera amado, aunque hubiera llegado a
tiempo a tu vida, seguiría sintiendo que me haces falta, con la misma sensación
de deberte amor de tiempo atrás, con las mismas ganas te besaría, aunque
pudiera ser en público, aunque todos supieran que eres mío.
Sí, aunque no
parecieras prohibido al conocerte seguirías siendo mi deseo en el tedio
del trabajo, en el transporte alucinante, en la fila interminable del banco, en
donde no tenga al alcance tu mano, tus besos, tu cuerpo mío y tus ojos lindos,
tus besos suaves y tibios, aunque el mundo lo permita y lo acepte, seguiría
amándote igual, con la misma ansiedad, con el mismo desespero que me viene de
muchas vidas sin ti o de muchas vidas contigo, que no acepto estar sin ti. Y
aunque te hubiera tenido a mi lado desde antes, si hubieras caminado conmigo a
un altar o ante un licenciado de cuarta a poner tinta con los dedos y las
estilográficas en un papelito de colores, aun así te llamaría tan solo para
oírte, con el pretexto de los pendientes, de los pagos, de si quieres que pase
por pan de regreso a casa y te diría que te amo en cada pregunta sin razón,
porque la razón es tu voz, porque la razón es mi voz.
En cualquier
circunstancia mi obsesión por ti sería el mismo amor, igual te diría demonio
aunque fueras mío, igual me dirías babas aunque fuera tuyo, sigo siendo tuyo, eso es inamovible.
__Un lento otoño gris cubre la fugacidad del tiempo de mi
vida. En un sendero de tiempo de otoños silenciosos, busco un nuevo horizonte en
mi vida sin amor que acontece de prisa, y espera la dicha de conocerte. Callado
mi verbo, de tanto imaginarte pensarte y conocerte. Y en aquella tarde gris te
conocí y te supe mía como en el alba de mis días porque solo verte es sentirme
dueño de tu vida y tus primaveras florecidas.
Con el otoño en mi corazón, de tu tibio aliento, bebí la
vida. Dónde estabas amor, te esperé tanto sumido en el ayer mi cuerpo ardiente y
temblar de gozo entre tus brazos entre mis caricias y tu amor naciente.
Mis verbos renacen de sus resabios de tristes otoños, sin
ti. Voy a desterrar las ilusiones
perdidas, y todas mis calladas noches y días entre caricias de mis otoños y tu
aroma a primaveras, cantando a la vida. Tu amor iluminó las soledades de mi
mundo oscuro y profundo. Contigo, olvidé mis fantasmas de ausencias,
desterrando el amor perdido para amarte hasta tu sombra, tu consuelo y tus
caricias, urdirán mi olvido. Y mis
mustios otoños beberán la vida de tus primaveras. Retornaré a la vida, al
conjuro del mar de tus ojos y el rosedal de tu boca y seré un roble
descubriendo brotes en otoño, con la pasión que provocas. Cuando dejamos de
buscarnos, nos encontramos. Ahora, déjame amarte, yo te enseñaré el amor.
El aire blanco, mi panorama negro; los silencios guardan
respeto, a lo alto una hermosa luna despidiendo la tarde lluviosa, contemplo el
universo lleno de bellas luces, las estrellas conforman el universo, mis pies
no tocan el suelo y dejan huella.
Mis labios te sorprenden, duelen de tanto besarte, estar
contigo para abrazarte fuerte y escapar juntos, ser el centro de tu insomnio,
tu piel es mi destino, urgen tus caricias, la noche espía de anhelos, bebiendo
la sal de nuestros cuerpos, me atrapaste con la pasión desbordada del mar de tus
ojos que me tienen cautiva.
Enamorada ilusionada, con sueños sublimes, tan infierno vivo
en el paraiso, somos océano, bravura de olas, mis suspiros llegan a ti en
instantes, inconsciente mi voz pronuncia tu nombre; ojos cerrados, tangible te
veo, miradas en silencio sin palabras, la noche es magia indiscutiblemente,
mezclas de aromas embriagandome por la seducción, carnes fundidas iniciando el
ritual del amor.
Caricias toscas y tiernas, desórdenes explorando la
desnudez, cordura que se pierde ante la calidez de unos brazos amados, renace
un nuevo yo, viva ante tu bella pasión, desorbitas mi vida, hasta que amanece y
sale el sol.
Hoy al despertarme a su lado y contemplarlo, en mi inquieta
calma en la profundidad de su sueño, he filosofado, conmigo mismo sobre el ser
y no ser, la existencia, la vida la muerte, usted, y no existir,
contemplándolo, en este instante en el tiempo, previo al espacio que usted
ocupa en mi alma y el mundo.
Y he sentido miedo a la velocidad que el tiempo, discurre hiriéndola de surcos con el dedo en la llaga de los días, el destino que lo encorva de experiencias reverenciándose, a la muerte.
Miedo, pavor, al asesinato masivo de los años, que forjan las arrugas en el crematorio del sol,
en la fricción, del aire de la indiferencia, que frena el avance de su belleza.
Miedo, fobia, ante este impasible Dios, que no existe para evitar su sufrimiento,
que este Diablo, del lado oscuro de este Dios inamovible no adquiera mi alma
por la suya, que entre los elementos que la componen a usted, de la materia que compone
el universo, no encuentre la mezcla exacta precisa, al justo bebedizo que le otorgue, juventud eterna, o la química ajustada en el balsámico que le evite angustia y padecimiento.
Miedo, pánico, que sea el abono, de una flor en mi estiércol, que la eternidad borre toda huella de su memoria, que el infinito ignore quien fue en mi corazón,
que este futuro, que no vivo que no siento, que no veo la recuerde, siempre eterna.
Que el caos, en la distancia del principio, del inicio dilatado en el vació hacia ese algo impreciso
de su ser, creara la materia de las galaxias iniciando soles, fraguando mundos dilatando continentes, hasta el bello accidente geográfico de su persona.
Y siento horror, miedo pánico, fobia, pavor, de no amarla, lo suficiente sabiendo que lo suficiente no es amar, esperaré a que despierte para unir nuestros continentes, fusionando mundos unificándonos, en el universo y que el infinito, nos encuentre.
ocupa en mi alma y el mundo.
Y he sentido miedo a la velocidad que el tiempo, discurre hiriéndola de surcos con el dedo en la llaga de los días, el destino que lo encorva de experiencias reverenciándose, a la muerte.
Miedo, pavor, al asesinato masivo de los años, que forjan las arrugas en el crematorio del sol,
en la fricción, del aire de la indiferencia, que frena el avance de su belleza.
Miedo, fobia, ante este impasible Dios, que no existe para evitar su sufrimiento,
que este Diablo, del lado oscuro de este Dios inamovible no adquiera mi alma
por la suya, que entre los elementos que la componen a usted, de la materia que compone
el universo, no encuentre la mezcla exacta precisa, al justo bebedizo que le otorgue, juventud eterna, o la química ajustada en el balsámico que le evite angustia y padecimiento.
Miedo, pánico, que sea el abono, de una flor en mi estiércol, que la eternidad borre toda huella de su memoria, que el infinito ignore quien fue en mi corazón,
que este futuro, que no vivo que no siento, que no veo la recuerde, siempre eterna.
Que el caos, en la distancia del principio, del inicio dilatado en el vació hacia ese algo impreciso
de su ser, creara la materia de las galaxias iniciando soles, fraguando mundos dilatando continentes, hasta el bello accidente geográfico de su persona.
Y siento horror, miedo pánico, fobia, pavor, de no amarla, lo suficiente sabiendo que lo suficiente no es amar, esperaré a que despierte para unir nuestros continentes, fusionando mundos unificándonos, en el universo y que el infinito, nos encuentre.
Guillermo se quedó a
solas con Fabián que había acudido a ver a sus hermanos, y lo encontró extraño.
__¿Pasa algo papá?
__Nada, hijito, ¿Puedo hacerte una pregunta?
__Claro. ¿Qué?
__¿Qué crees que te dejaré cuando me marche?
__No viejo, con esas no.
__De veras, quiero que me lo digas, que me preguntes, vamos
es un juego.
__Cuando te marches ¿qué me dejarás? ¿Está bien así?
__Hijo mio, cuando cierre mis ojos fruto del fin de mi ciclo, nada te dejaré; me llevaré todo y cuanto pueda cargar en el lecho de mi eterno descanso; dicen que cuando mueres nada te llevas. Hijo mio, esa es una gran mentira; te juro por la vida que me tocó vivir, que me he de llevar todo y cuanto pueda cargar en el limbo de mi morada eterna. Y sabes hijo mío, tú también lo harás; aunque en tu joven mentalidad ahora no puedas entenderlo.
Me llevaré la luz de la mañana que pintó mis días de consuelo, me llevaré el canto de las aves, que en su majestuoso coro me cantaban la libertad que por siempre se posó en sus alas; me llevaré las caricias de mi madre, aquellas que hasta hoy no dejo de sentir posarse en mis cabellos; me llevaré la voz de mi maestra, tierna y siniestra, cuando en mí no me entraban los números y las letras. Me llevaré cada una de mis travesuras, aquellas que me hicieron ser quien soy; me llevaré los pasos sin destino al lado de mis viejos amigos, esos pasos que me hicieron descubrir que la vida es mucho mas hermosa cuando no piensas en el mañana; esos pasos que dejaron sus huellas para que otros las sigan. Me llevaré mi primer beso, aquel que dulcemente robó mis noches cuando con ellos yo soñaba; me llevaré todas las caricias que di, me llevaré todas las caricias que me daban; me llevaré el aroma de claveles, rosas y el aroma de las cristalinas aguas, aquellas que a mi alma refrescaban.
Y tú me preguntas que te dejaré; quizá te deje algo; algo que solo podré llevarme una parte, porque el resto se quedará para que tú puedas descubrirlo, para que tú puedas disfrutarlo; me llevaré unos granos de arena entre mis dedos, me llevaré algo de sal entre mis uñas; pero aunque quiera llevarme el mar y sus olas, ellas decidieron desde siempre quedarse para que tus pies se remojen en ellas, para que tus manos llenas de agua salada, acaricien el calor que ha de posarse en tu rostro; me llevaré granos de tierra tatuadas en las palmas de mis manos, aquellas que jugaron en ellas, cuando cosechaban el fruto que me hizo hombre; aquellos granos de tierra que decidieron quedarse, para alimentarte cuando el hambre te acose, aquellas que formarán los cimientos de tu casa; me llevaré en mis cabellos las gotas de rocío desprendidas del azul del cielo, aquellas que se quedaron impregnadas en mi, refrescando mis pensamientos; aquellas que decidieron quedarse para que te sumerjas en ellas para que sientas la frescura de una tarde, aquellas que borrarán las huellas de tus pasos equivocados; me llevaré la luz del sol que acarició a mi regazo, que me sirvió de guía para el destino que a veces lo veía oscuro, aquella luz radiante que iluminó cada sendero donde cobijé mis miedos; aquella luz que decidió quedarse, para iluminar el porvenir de tus tropiezos, para enseñarte en qué te equivocaste; aquella luz radiante, que abrigará lo sensible de tu cuerpo; me llevaré las mil lunas, aquella que acarició cada uno de mis tormentosos insomnios, aquella que me enseñó que aun en la oscuridad hay una luz que me advierte que me espera un cercano día donde lo oscuro es necesario para poder ver que no todo es para siempre; aquella luna que decidió quedarse para que tus sueños se aferren en ella, para que tus ojos vean los ojos de tu amada en ella.
Como verás hijo mío, no todo puedo llevarme; agradece a tu suerte, porque con algo has de quedarte; pero hay algo que por nada he de dejarte; me llevaré conmigo como siempre lo he llevado a todas partes, en cada hermoso segundo de mi vida, cuando la fatiga amenazaba la debilidad de mi cuerpo, cuando la esperanza parecía una farsa, cuando la soledad se apropiaba de mi semblante; no, no hijo mío; tu sonrisa dibujada en la luz de mis días, no, no puedo dejarte; si en vida lo fue todo para mí, en mi eterno viaje, será el faro que ilumine mi muerte, mas allá de mis pasos sin destino, mas allá de mi suerte, aquella que me hizo tenerte.
Ahora te dejo todo esto, espero que puedas resignarte, con lo que ahora hijo mío, con lo que ahora he de dejarte; y si no te basta, también te dejaré un abrazo y un beso de tu padre, y permiteme dejarte cerca a tus oídos y en lo profundo de tu corazón, esta herencia bendita en unas palabras, oyelas hijo mío, nunca....
__Hijo mio, cuando cierre mis ojos fruto del fin de mi ciclo, nada te dejaré; me llevaré todo y cuanto pueda cargar en el lecho de mi eterno descanso; dicen que cuando mueres nada te llevas. Hijo mio, esa es una gran mentira; te juro por la vida que me tocó vivir, que me he de llevar todo y cuanto pueda cargar en el limbo de mi morada eterna. Y sabes hijo mío, tú también lo harás; aunque en tu joven mentalidad ahora no puedas entenderlo.
Me llevaré la luz de la mañana que pintó mis días de consuelo, me llevaré el canto de las aves, que en su majestuoso coro me cantaban la libertad que por siempre se posó en sus alas; me llevaré las caricias de mi madre, aquellas que hasta hoy no dejo de sentir posarse en mis cabellos; me llevaré la voz de mi maestra, tierna y siniestra, cuando en mí no me entraban los números y las letras. Me llevaré cada una de mis travesuras, aquellas que me hicieron ser quien soy; me llevaré los pasos sin destino al lado de mis viejos amigos, esos pasos que me hicieron descubrir que la vida es mucho mas hermosa cuando no piensas en el mañana; esos pasos que dejaron sus huellas para que otros las sigan. Me llevaré mi primer beso, aquel que dulcemente robó mis noches cuando con ellos yo soñaba; me llevaré todas las caricias que di, me llevaré todas las caricias que me daban; me llevaré el aroma de claveles, rosas y el aroma de las cristalinas aguas, aquellas que a mi alma refrescaban.
Y tú me preguntas que te dejaré; quizá te deje algo; algo que solo podré llevarme una parte, porque el resto se quedará para que tú puedas descubrirlo, para que tú puedas disfrutarlo; me llevaré unos granos de arena entre mis dedos, me llevaré algo de sal entre mis uñas; pero aunque quiera llevarme el mar y sus olas, ellas decidieron desde siempre quedarse para que tus pies se remojen en ellas, para que tus manos llenas de agua salada, acaricien el calor que ha de posarse en tu rostro; me llevaré granos de tierra tatuadas en las palmas de mis manos, aquellas que jugaron en ellas, cuando cosechaban el fruto que me hizo hombre; aquellos granos de tierra que decidieron quedarse, para alimentarte cuando el hambre te acose, aquellas que formarán los cimientos de tu casa; me llevaré en mis cabellos las gotas de rocío desprendidas del azul del cielo, aquellas que se quedaron impregnadas en mi, refrescando mis pensamientos; aquellas que decidieron quedarse para que te sumerjas en ellas para que sientas la frescura de una tarde, aquellas que borrarán las huellas de tus pasos equivocados; me llevaré la luz del sol que acarició a mi regazo, que me sirvió de guía para el destino que a veces lo veía oscuro, aquella luz radiante que iluminó cada sendero donde cobijé mis miedos; aquella luz que decidió quedarse, para iluminar el porvenir de tus tropiezos, para enseñarte en qué te equivocaste; aquella luz radiante, que abrigará lo sensible de tu cuerpo; me llevaré las mil lunas, aquella que acarició cada uno de mis tormentosos insomnios, aquella que me enseñó que aun en la oscuridad hay una luz que me advierte que me espera un cercano día donde lo oscuro es necesario para poder ver que no todo es para siempre; aquella luna que decidió quedarse para que tus sueños se aferren en ella, para que tus ojos vean los ojos de tu amada en ella.
Como verás hijo mío, no todo puedo llevarme; agradece a tu suerte, porque con algo has de quedarte; pero hay algo que por nada he de dejarte; me llevaré conmigo como siempre lo he llevado a todas partes, en cada hermoso segundo de mi vida, cuando la fatiga amenazaba la debilidad de mi cuerpo, cuando la esperanza parecía una farsa, cuando la soledad se apropiaba de mi semblante; no, no hijo mío; tu sonrisa dibujada en la luz de mis días, no, no puedo dejarte; si en vida lo fue todo para mí, en mi eterno viaje, será el faro que ilumine mi muerte, mas allá de mis pasos sin destino, mas allá de mi suerte, aquella que me hizo tenerte.
Ahora te dejo todo esto, espero que puedas resignarte, con lo que ahora hijo mío, con lo que ahora he de dejarte; y si no te basta, también te dejaré un abrazo y un beso de tu padre, y permiteme dejarte cerca a tus oídos y en lo profundo de tu corazón, esta herencia bendita en unas palabras, oyelas hijo mío, nunca....
__¿Guille, qué pasa?
__Nada, Pedro, simplemente que cuando la nena enfermó pensé
que nadie tiene la vida comprada, me gustaría hablar naturalmente de eso _-
dijo en susurro, y Pedro se asómbró.
__Basta, Grazianio, te recuerdo que ya vencimos a la muerte,
nadie hubiese sobrevivido a aquellos atentados de hace años, sobre todo al de
Miguel, y los niños nos salvaron cuando al menos yo estaba más del otro lado, y
luego cuando creí todo perdido regresé
de la parálisis, no pienses así ahora cuando yo en cambio pensaba en poner a
punto el yate que tanto te gusta para ir todos en setiembre- octubre a navegar
_-dijo con severidad.
__¿Siempre me amarás, aunque me ponga feo y viejo?
__Eso ya te lo he prometido un millón de veces, siempre,
Guiie__. Nunca dejaré de amarte.
Explosión de placer que enardece los sentidos, lava hirviente que se hace sentir en la piel,
sedante para mis inquietas y delirantes ansias al conjugar las caricias de pasión vertidas…
Caricias que nacen de tu cuerpo ardiente besando los gratos recuerdos del ayer que hoy se anidan seductores en tu mente.
Explosión de placer que enardece los sentidos, lava hirviente que se hace sentir en la piel,
sedante para mis inquietas y delirantes ansias al conjugar las caricias de pasión vertidas…
Caricias que nacen de tu cuerpo ardiente besando los gratos recuerdos del ayer que hoy se anidan seductores en tu mente.
Sorpréndeme con los deseos
de tu pasión animal, con la lujuria que surge de tu excitada piel, ven a provocar con
delirio mis sentidos tortúrame con deseo hasta enloquecer, bríndame miradas de
amor aprisionadas muéstrame el caudal de caricias que guardaste para mi bajo la almohada durante cada amanece, pero además de tu roce,
amo tu alma, creo que nací solo para amarte,
ni los chicos tendrían sentido sin tu presencia.
Pero así disfrutaré lo que pródigamente con exquisita pasión me ofreces hombre de edad madura de pensar consciente fuente
de placer inagotable que ha sido mía tantas veces venero de vida, de amor y de
ilusión, ven y bailemos con cadencia este vals
al ritmo que canta tu corazón ardiente…
Encuéntrame… Cuando
tomas tu desayuno soy el café de tus mañanas y la taza donde lo bebes. Cuando
caminas por la calle soy la sombra que tus pasos sigue. En la banca del parque
donde te sientas a descansar y a pensar en mí estoy allí; siente mi mano en tu
espalda. En tu lecho soy la sábana que cubre tu cuerpo y la almohada donde
dejas tus lágrimas. Cuando te bañas en la regadera soy el agua que acaricia tu
cuerpo. En tus mañana cuando lees el periódico soy la noticia que lees que
estoy triste sin ti. En tu paseo cotidiano soy quien camina a tu lado. Cuando
quieres compañía en la soledad solo nómbrame soy quien toma tu mano para
juntarla con la mía y caminar juntos. Cuando las lágrimas de tristeza aparecen
en tus ojos soy los labios que bebe tus lágrimas. En tus pensamientos y víveme
en ti como tú vives en mi de día y de noche, en tu corazón es donde quiero
estar cómo tú estás en el mío, ¡Vivo Amándote! Encuéntrame cuando quieras saber
de mí. Siempre espero por ti, de día y de noche. Creo en los milagros y tú eres
uno y lo llamaremos amor. Así te amo.
Esta dedicatoria parido de mensaje imperecedero acristalado dentro de una botella, bien podría ser la retórica enamorada y amante que algún ignoto hombre pudo escribir a una mujer en algún momento de su historia durante todo el universo del tiempo. Bien podría resultar la facundia de estos versos, la descripción de la esperanza más querida y codiciada en el encuentro con uno mismo más sencillo humilde y honesto, ser la inefable pasión indescriptible más reconfortante y herida, y la vaporosa locura de los deseos más apocados y contenidos a la vez que incontrolables y desatados, pero su esencia antes que nada, significa el amor más puro y eterno. Estas palabras son placeres inalcanzables sobre dolores que van viviendo, son sentires y pareceres, ideologías melancólicas que el tiempo no olvida ni envejece. Son hombres y mujeres, como es la letra unida a la palabra que de la mano van juntos inventando el amor en la distancia,
Pero cierto es decisivamente, que muy por encima de todo es una epístola de amor en el mar que quiere vivir siendo leído, que quiere morir siendo enterrado en el palpitar de un desconocido corazón y resucitar en el sexo de una extraña orilla cuando un hombre ama a otro, y pienso en aquel encuentro un día de junio que no recuerdo a mi vida como un verano tú llegaste para recibir la voz de tus palabras naciendo el primor de tu hálito escrito desde otro país en una viajera mañana que llegó como un versado susurro a mi descansada patria por la tarde tocando tus poemas queridos en la puerta de mi casa para amarme acompañados de tus ninfas doradas envueltas en una caja de regalo con un lazo rojo decorada y me diste el obsequio mas precioso para transmutar a mi redonda isla con el abracadabra de tu luz divina
en saqueada isla del tesoro… Llegaste a mi vida para hacerme sentir tu amistad de alianza amada ocupando mis días en adorarte sentir que a cada paso me enamorabas al mismo tiempo que yo me dedicaba a endulzar tu gran cariño enamorando mas y mas a tus palabras sintiendo mi cuerpo moceril y seducido por la niña de mis días haciéndose realidad el sueño
de poder enamorarme. Llegaste con tu manto de estrellas con la gloria reflejada en el brillo de tus ojos me llevaste a pasear por la selva virgen de tus bellezas noble e inmortal naturaleza
para hacerme saber que tu corazón es tu más leal escudero poderoso amado corazón amante reina que decora de amor tu Diosa alma en su trono no me iba a enamorar de tial descubrir tu secreto mas hermoso..?
El día que llegaste a mi vida ya no volverá pero entre los
días que quedan de mi vida esta fecha olvidada entre todas nacerá este fondo
amanecido de recuerdos en la médula de mis pensamientos para amarte una y otra
vez y en la memoria de mi raíz nunca jamás olvidarte
nunca jamás poder perderte y así tenerte egoístamente retenida en mi alma para siempre..
nunca jamás poder perderte y así tenerte egoístamente retenida en mi alma para siempre..
A partir de ese momento sabido daba un vuelco el azar del
destino a los dados trucados de mi existencia anodina ya nada sería igual llenabas mi corazón de gozo borrando temibles
heridas
diciendo adiós hasta entonces a mi amada soledad..
diciendo adiós hasta entonces a mi amada soledad..
__Llegué yo a ti entregando
todo mi ser a tu alma para vivir obediente y cariñoso columpiándome en tu luna llena bañado, besado y peinado por ti como hijo parido de tu vientre de oro para
nacer un millón de veces contigo en el
sol de la majestuosa mañana inundando
con rayos de alianza la melancólica cruz de mi estampa y desde mi espíritu cautivado traslucía tu
carita iluminada regalada al llamativo despertar con tu luz, tú me elevabas y yo alumbraba a tu sol con el haz de mis
palabras ¿quien era sol ardiente...?
¿Quién era el resurgir de mi alborada…? ¿Quién era el de tus noches románticas que al amarte horneado en tus anhelos y que al desearte se moría muy adentro?, era yo sumido en tu milagro el que te amaba..
¿Quién era el resurgir de mi alborada…? ¿Quién era el de tus noches románticas que al amarte horneado en tus anhelos y que al desearte se moría muy adentro?, era yo sumido en tu milagro el que te amaba..
__Pedro, amorcito, perdóname, no puedo controlar mis celos,
pero tienes que saber que no me gusta pelear con vos, que si me salgo de eje,
nunca es que me enfade con vos, sino que
no soporto que nadie te mire, te toque, te desee.
__Guiie, yo no puedo hacer nada al respecto, por otro lado
somos parecidos en eso.
__Pero lo que quiero que sepas es que siempre confío en vos,
en lo que no confío es en las intenciones de los otros __concluyó, Guillermo
pegando su torso a la espalda de Pedro sentándolo entre sus piernas.
__Lo sé mi amor, y lo entiendo, porque me pasa, lo mismo.
Maria Cristina Excelente
ResponderEliminarLily Rz Bellísimo
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarSylvia Gracias Eve.
ResponderEliminar
ResponderEliminarMercedes Hermoso
Isabel Bonilla Que belleza
ResponderEliminarBellísimo como siempre Eve este viaje maravilloso por las vidas de Guillermo y Pedro...
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